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SENTENCIA CONSTITUCIONAL 1181/2006-R

Sucre, 24 de noviembre de 2006

Expediente: 2006-14545-30-RHC
Distrito: La Paz
Magistrada Relatora: Dra. Elizabeth Iñiguez de Salinas

En revisión la Resolución 48/2006, de 5 de septiembre, cursante de fs. 66 a 67 vta., pronunciada


por la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz, dentro del recurso de
hábeas corpus interpuesto por Lucio Edgar Abircata Ali en representación sin mandato de Víctor
Hugo Condori Llanquechoque contra Armando Pinilla Butrón y Dora Villarroel de Lira, Vocales de la
Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz; alegando la vulneración de
los derechos de su representado a la libertad física, a la defensa y de la garantía del debido
proceso, consagrados por los arts. 6.II, 16.II y IV de la Constitución Política del Estado (CPE).

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido del recurso

I.1.1.Hechos que motivan el recurso

Por memorial presentado el 4 de septiembre de 2006, cursante de fs. 3 a 4 vta., de obrados, el


recurrente expresa los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:

Su representado fue imputado formalmente por el delito de tráfico de substancias controladas,


habiendo solicitado el representante del Ministerio Público la detención preventiva, es así que la
Jueza Segunda de Instrucción en lo Penal de El Alto dispuso dicha detención en el penal de San
Pedro, con el fundamento de que el imputado no tenía domicilio, familia y trabajo legal asentado
en territorio nacional, por lo que existiría peligro de fuga y peligro de obstaculización, previstos en
los art. 234.1 y 235 incs. 1) y 2) del Código de Procedimiento Penal (CPP); posteriormente, la citada
autoridad judicial rechazó la solicitud de cesación de detención preventiva, mediante Resolución
162/2006, de 2 de agosto, bajo el fundamento de que el registro domiciliario presentado como
prueba no era coincidente con el que se encontraba en la cédula de identidad, ni con el otorgado
al inicio de la investigación. Por otra parte, argumentó que el primer certificado de trabajo
presentado no era coincidente con el segundo, estando además firmados los mismos por distintas
personas, por lo que no se garantizaba la estabilidad laboral dentro de la supuesta actividad y que,
en consecuencia, no se desvirtuó el peligro de fuga y de obstaculización; sin embargo, esos
elementos de juicio son extremadamente subjetivos y vulneran el principio de objetividad en la
valoración de la prueba, así como preceptos y garantías constitucionales, entre ellas, el debido
proceso.

Ante dicha determinación, recurrió de apelación acompañando la prueba idónea y pertinente para
ser considerada por el Tribunal de alzada; empero, ésta no fue valorada conforme el art. 173 del
CPP, ni tampoco los Vocales recurridos cumplieron con lo previsto por el art. 15 de la Ley de
Organización Judicial (LOJ) al no valorar los datos del proceso penal, ni los nuevos elementos de
convicción presentados en la audiencia de medidas cautelares y cesación a la detención
preventiva, emitiendo los recurridos Auto de Vista de 1 de septiembre de 2006 confirmando el
Auto apelado, con el argumento de que en previsión del art. 398 del CPP circunscribirían su
resolución sólo a los aspectos cuestionados del Auto apelado y no a valorar los elementos de
prueba producidos, indicando además que las resoluciones de medidas cautelares no eran
definitivas, no causaban estado y que por lo mismo se podía solicitar su modificación al Juez de
Instrucción en lo Penal, Auto de Vista que no tiene fundamento legal, inobservando además el art.
124 del CPP.

I.1.2. Derechos y garantía supuestamente vulnerados

Señala la vulneración de los derechos de su representado a la libertad física, a la defensa y de la


garantía del debido proceso, consagrados por los arts. 6.II, 16.II y IV de la CPE.

I.1.3. Autoridades recurridas y petitorio

Con esos antecedentes plantea recurso de hábeas corpus contra Armando Pinilla Butrón y Dora
Villarroel de Lira, Vocales de la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de La
Paz; solicitando sea declarado procedente disponiendo la inmediata libertad de su representado y
se deje sin efecto el Auto de Vista de 1 de septiembre de 2006, sea con costas.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de hábeas corpus

En la audiencia pública celebrada el 5 de septiembre de 2006, como consta de fs. 59 a 65, en


presencia del recurrente, del vocal recurrido Armando Pinilla Butrón y en ausencia de la vocal
correcurrida Dora Villarroel de Lira y del representante del Ministerio Público, ocurrió lo siguiente:

I.2.1.Ratificación y ampliación del recurso

El abogado y recurrente ratificó los fundamentos del recurso y los amplió señalando lo siguiente:
las autoridades recurridas no valoraron los nuevos elementos de convicción presentados como
prueba, siendo que las medidas cautelares de carácter personal son temporales y excepcionales y
duran hasta que nuevos elementos de juicio demuestren que ya no concurren los motivos que las
fundaron o tornen por conveniente otras medidas que afecten en menor medida los derechos y
garantías del imputado, en ese sentido los recurridos confirmaron el Auto apelado manteniendo la
privación de libertad de su defendido, emitiendo una Resolución con ausencia de fundamento
legal.

I.2.2.Informe de las autoridades recurridas

El vocal recurrido, Armando Pinilla Butrón, por sí y la vocal correcurrida Dora Villarroel, en su
condición de Presidente de la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de La
Paz, asumió la responsabilidad de prestar el informe respectivo, manifestando lo siguiente: a) sus
autoridades no dispusieron la detención preventiva del representado del recurrente, sino
simplemente conocieron en apelación la Resolución que rechazó la cesación de la detención
preventiva, en mérito a ello al pronunciar el Auto de Vista 181, de 1 de septiembre de 2006, se
confirmó la Resolución del inferior que estaba cuestionada por el apelante; b) la parte recurrente
pretendió, en la audiencia de apelación, superar la contradicción existente del domicilio,
presentando un certificado de la junta de vecinos, el cual no tiene trascendencia jurídica para este
caso de solicitud de libertad, por otra parte se presentó una declaración jurada de la esposa del
imputado para salvar la relación de correspondencia en cuanto al domicilio, declaración que
tampoco tiene transcendencia jurídica; c) en el punto uno de las conclusiones del Auto de Vista
ahora impugnado se señala que los elementos de prueba que presentaba el abogado del
imputado, así como la jurisprudencia que acompañó, le servían de respaldo para ser presentados
ante el Juez de la causa para que modifique la resolución primigenia, toda vez que, lo que se puso
en conocimiento y cuestionó ante el Tribunal de alzada, fue la Resolución 162, de 2 de agosto de
2006 en la que la Jueza de primera instancia valoró toda la prueba presentada en esa audiencia,
sin que sus autoridades puedan modificar una cuestión y una resolución con otros elementos de
prueba, por lo mismo lo que se confirmó no fue la detención preventiva, sino la Resolución que
rechazó la cesación de la detención preventiva, consiguientemente quien tenía que poner en
libertad al representado del recurrente era la Jueza a quo; y d) en el presente caso como quiera
que las resoluciones sobre medidas cautelares no son definitivas, el defendido del recurrente por
mandato expreso del art. 250 del CPP tiene la posibilidad de procurar por la vía ordinaria la
modificación de la Resolución que dispuso su detención preventiva, en ese sentido de acuerdo a la
jurisprudencia constitucional el hábeas corpus no puede ser utilizado paralelamente cuando
existen otros recursos ordinarios que franquea la ley.

I.2.3. Resolución

Concluida la audiencia, el Tribunal del recurso declaró improcedente el hábeas corpus, con los
siguientes fundamentos: 1) se entiende por prisión ilegal o indebida la privación de libertad de una
persona que hubiese sido dispuesta por autoridad judicial no competente como medida cautelar o
sanción punitiva, que se prolongue más allá de los límites establecidos por ley o que se la
mantenga después de que hubiese cumplido con la condena, así como que se le niegue sin
justificativo legal la solicitud de los beneficios que franquea la ley en la ejecución de la pena,
aspectos que no se han evidenciado en el presente caso, en razón a que la Jueza de primera
instancia negó la cesación de la detención preventiva en cumplimiento de los arts. 233, 234 y 235
del CPP, negativa que fue ratificada por los Vocales recurridos; sin que se evidencie procesamiento
ni detención indebida por parte de las autoridades recurridas, considerando que el proceso se
realizó conforme el Código de Procedimiento Penal, dando los Vocales recurridos cumplimiento al
art. 252 del citado cuerpo legal; y 2) por otra parte el Tribunal Constitucional ha señalado que
cuando existen otros recursos ordinarios para solicitar la cesación a la detención preventiva, no
procede el recurso de hábeas corpus, razón ésta que inviabiliza el recurso interpuesto por el
recurrente.

I.2.4. Tramite procesal en el Tribunal Constitucional

A solicitud del Magistrado Relator por requerir de mayor análisis y amplio estudio, de conformidad
a lo establecido en el art. 2 de la Ley 1979, de 24 de mayo de 1999, mediante Acuerdo
Jurisdiccional 149/2006, de 16 de octubre (fs. 69), se procedió a ampliar el plazo procesal en la
mitad del término principal, siendo la fecha de nuevo vencimiento el 30 de octubre de 2006.

Ante la falta de consenso sobre el proyecto presentado por el Primer Magistrado Relator, por
Acuerdo Jurisdiccional 163/2006, de 30 de octubre, se procedió a un segundo sorteo del
expediente, siendo la nueva fecha de vencimiento para dictar Sentencia el 28 de noviembre de
2006, por lo que la presente Resolución es emitida dentro del término previsto por ley.

II. CONCLUSIONES
Realizada la revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las siguientes conclusiones:

II.1.De acuerdo a acta de Audiencia de 21 de abril de 2006 y Resolución 77/2006 de la misma


fecha, la Jueza Segunda de Instrucción en lo Penal de la ciudad de El Alto, en suplencia legal,
dispuso la medida cautelar de detención preventiva del representado del recurrente, con el
fundamento de que en relación a los peligros procesales el imputado y las coimputadas no tenían
ningún tipo de documentación que acredite que tenían domicilio y una actividad lícita, y que
incluso estaban siendo investigados por una actividad ilícita, así como tampoco se había advertido
la existencia de familia constituida, dándose con ello el peligro de fuga previsto por el art. 234.1
del CPP; por otra parte que al estarse iniciando la investigación aún no habían sido colectadas
todas las pruebas, por lo que los imputados podrían modificar, destruir o alterar elementos de
prueba, así como influir en forma negativa, toda vez que el propio imputado había manifestado
que terceras personas, de las cuales se desconocía su identidad, habrían ingresado las sustancias
controladas, por lo que existía peligro de obstaculización previsto por el art. 235 incs. 1) y 2) del
CPP (fs. 8 a 11).

II.2.Por memorial presentado el 10 de julio de 2006, el representado del recurrente solicitó día y
hora de audiencia de consideración de cesación de detención preventiva (fs. 29); la que se efectuó
el 2 de agosto de 2006 en la que el abogado de la defensa presentó como elementos nuevos
probatorios certificado de nacimiento del imputado, cédula de identidad, certificado domiciliario,
contrato privado de alquiler, contrato de trabajo del 2003 al 2006 visado por el Ministerio de
Trabajo, certificado de antecedentes procesales, certificado de matrimonio, libreta de familia y
certificado de nacimiento del hijo del imputado (fs. 30 y vta.), audiencia en mérito a la cual la Jueza
Segunda de Instrucción en lo Penal de la ciudad de El Alto, en suplencia legal, emitió la Resolución
162/2006 por la que rechazó la solicitud de cesación de la detención preventiva (fs. 31 a 33).

II.3.El 5 de agosto de 2006, el representado del recurrente interpuso recurso de apelación contra
la Resolución 162/2006, impugnando: a) que se había inobservado el principio de objetividad en la
valoración de los elementos de prueba, incurriendo en una omisión al no haberse pronunciado
sobre la prueba que constituía nuevo elemento de juicio; b) que el imputado se encontraba en la
misma situación con las demás coimputadas que gozaban de cesación de la detención preventiva,
por lo que en razón del principio de igualdad merecía un trato igualitario; c) se debía analizar la
prueba presentada por el imputado a efectos de realizar una valoración integral para llegar a la
conclusión razonable sobre si existía o no los riesgos procesales iniciales por los que se había
adoptado la medida extrema de detención preventiva, en ese sentido la prueba aportada
demostraba que el domicilio había sido habitado con anterioridad al hecho investigado
cumpliendo con la habitualidad y periodicidad, demostró también que el imputado tenía familia
constituida, cumpliendo además con la exigencia de presentar el contrato de trabajo con
anterioridad al hecho atribuido y que el peligro de obstaculización no debía entenderse como un
enunciado abstracto (fs. 34 a 36).

II.4.Por Resolución 181/2006, los Vocales recurridos en apelación confirmaron la Resolución


162/2006, con el argumento de que el Tribunal de alzada por la naturaleza jurídica del recurso de
apelación sobre medidas cautelares circunscribía su actuación conforme al art. 398 del CPP a la
Resolución cuestionada, la misma que había sido pronunciada sobre la base de los elementos de
prueba presentados ante el Juez, que en la audiencia de apelación el abogado defensor había
presentado nuevas pruebas las que no podían ser valoradas por el Tribunal de alzada, por cuanto
son los fundamentos de la Resolución cuestionada los que se analizan para ser modificados o
ratificados, por lo que la prueba y la jurisprudencia presentada en segunda instancia, como
respaldo legal, debían ser presentados ante el Juez de la causa para que modifique la Resolución
primigenia y que por tanto el recurso de apelación era inviable (fs. 58 y vta).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El recurrente señala que los Vocales recurridos vulneraron los derechos de su representado, a la
libertad física, a la defensa y a la garantía del debido proceso, al haber dictado la Resolución
181/2006, por la que confirmaron la Resolución 162/2006, en la que la Jueza inferior rechazó la
cesación de su detención preventiva con argumentos subjetivos que vulneran el principio de
objetividad en la valoración de la prueba; sin tomar en cuenta que en el recurso de apelación
presentó prueba idónea y pertinente para ser considerada por el Tribunal de alzada; sin embargo
la misma, no fue valorada conforme el art. 173 del CPP, no cumplieron con lo previsto por el art.
15 de la LOJ pues no consideraron los datos del proceso, ni los nuevos elementos de convicción
presentados en la audiencia de medidas cautelares y cesación a la detención preventiva, emitieron
el Auto de Vista referido, sin fundamento legal alguno confirmando el Auto apelado, inobservando
el art. 124 del CPP. En consecuencia, corresponde dilucidar en revisión, si tales argumentos son
evidentes y si constituyen actos ilegales lesivos de los derechos fundamentales del representado
del recurrente, a fin de otorgar o negar la tutela solicitada.

III.1. Con carácter previo a ingresar al análisis del presente caso, es preciso referirse al fundamento
del Tribunal de hábeas corpus en cuanto a que la jurisprudencia constitucional ha establecido que,
cuando existen otros recursos ordinarios para solicitar la cesación a la detención preventiva, no
procede el recurso de hábeas corpus en razón a su carácter subsidiario, que a decir de la Sentencia
revisada, inviabilizaría el recurso interpuesto por el recurrente.

Sobre el particular corresponde señalar que, en efecto, la SC 0160/2005-R, de 23 de febrero, entre


otros fundamentos, concluye que: “(...) como el ordenamiento jurídico no puede crear y activar
recursos simultáneos o alternativos con el mismo fin sin provocar disfunciones procesales no
queridas por el orden constitucional, se debe concluir que el proceso constitucional del hábeas
corpus, únicamente se activa cuando los medios de defensa existentes en el ordenamiento común,
no sean los idóneos para reparar, de manera urgente, pronta y eficaz, el derecho a libertad
ilegalmente restringido. No es posible acudir a este recurso, cuando el ordenamiento jurídico
prevé medios de impugnación específicos y aptos para restituir el derecho a la libertad, en forma
inmediata. Conforme a esto, solamente una vez agotado tal medio de defensa y ante la
persistencia de la lesión, se podrá acudir a la jurisdicción constitucional, invocando la tutela que
brinda el hábeas corpus.”

Empero, en el caso analizado, el representado del recurrente interpuso el recurso de apelación


ante la determinación de la Jueza de Instrucción de rechazar su solicitud de cesación de la
detención preventiva, que fue resuelto por los Vocales ahora recurridos, quienes confirmaron la
Resolución de la Jueza a quo; de ese modo, el imputado agotó los medios legales, eficaces y
oportunos, referidos por la jurisprudencia constitucional glosada precedentemente, que tenía a su
alcance en la vía ordinaria para la defensa de su derecho a la libertad, por lo que es viable la
interposición del presente recurso, en consecuencia corresponde ingresar a analizar el fondo de la
problemática planteada, sin que la posibilidad de que el imputado pueda solicitar nuevamente el
beneficio de la cesación de la detención preventiva, como refiere el Tribunal de hábeas corpus y
los mismos recurridos, sea óbice para ingresar a dicho análisis, toda vez que los hechos que se
denuncian en el presente recurso constituyen circunstancias fácticas concretas que hacen al caso.

III.2. Con tal finalidad, para ingresar al análisis de fondo, conviene precisar el alcance de la
competencia de los Tribunales de alzada en materia penal, la misma que se encuentra establecida
por la norma prevista en el art. 398 del CPP que dispone: “Los tribunales de alzada circunscribirán
sus resoluciones a los aspectos cuestionados de la resolución”.

Del precepto legal citado, se infiere que la Resolución que resuelva una apelación incidental en
materia penal, particularmente de medidas cautelares, debe pronunciarse fundada y
motivadamente sobre los aspectos cuestionados de la resolución apelada, expresando los motivos
de hecho y de derecho en que basan sus decisiones y el valor otorgado a los medios de prueba; en
ese sentido, la Resolución emitida por el Tribunal de apelación debe estar debidamente motivada,
con mayor razón si, como en el caso analizado, se resuelve la cesación de la detención preventiva
del imputado.

En cuanto a la fundamentación de las Resoluciones, la SC 0012/2006-R, de 4 de enero, ha


establecido el siguiente razonamiento: “La motivación de los fallos judiciales está vinculada al
derecho al debido proceso y a la tutela jurisdiccional eficaz, consagrados en el art. 16.IV
Constitucional, y se manifiesta como el derecho que tienen las partes de conocer las razones en
que se funda la decisión del órgano jurisdiccional, de tal manera que sea posible a través de su
análisis, constatar si la misma está fundada en derecho o por el contrario es fruto de una decisión
arbitraria; sin embargo, ello no supone que las decisiones jurisdiccionales tengan que ser
exhaustivas y ampulosas o regidas por una particular estructura; pues se tendrá por satisfecho
este requisito aun cuando de manera breve, pero concisa y razonable, permita conocer de forma
indubitable las razones que llevaron al Juez a tomar la decisión; de tal modo que las partes sepan
las razones en que se fundamentó la resolución; y así, dada esa comprensión, puedan también ser
revisados esos fundamentos a través de los medios impugnativos establecidos en el
ordenamiento; resulta claro que la fundamentación es exigible tanto para la imposición de la
detención preventiva como para rechazarla, modificarla, sustituirla o revocarla.” A lo que es
preciso añadir a los fundamentos de la valoración de la prueba presentada ante el Tribunal de
alzada, caso contrario se incurriría en un desconocimiento del mandato de la norma que faculta
presentar prueba en esa instancia (párrafo segundo del art. 404 CPP) ( las negrillas son nuestras).

III.3. Por otra parte, a efecto de resolver la problemática planteada, se debe establecer si el
tribunal de apelación, cuando se impugnen las resoluciones referidas a medidas cautelares, debe o
no valorar los elementos de prueba presentados en apelación. Para dilucidar este aspecto se debe
señalar que la apelación de la resolución que disponga, modifique o rechace las medidas
cautelares, está sujeta a un trámite especial previsto en el art. 251 del CPP, modificado por el art.
15 de la Ley del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana (LSNSC), que prevé que la resolución
puede ser apelada en el efecto no suspensivo, en el término de setenta y dos horas, y que una vez
presentado el recurso, las actuaciones pertinentes deben ser remitidas ante la Corte Superior de
Justicia en el término de veinticuatro horas, debiendo resolver el Tribunal sin más trámite y en
audiencia, dentro de los tres días siguientes de recibidas las actuaciones.

Conforme se tiene dicho, el trámite previsto en el art. 251, difiere del regulado en los arts. 404 al
406 del CPP, al consignar plazos más cortos para el tratamiento de la apelación y eliminar algunas
formalidades previstas en las normas antes referidas, esto debido a que las decisiones vinculadas a
las medidas cautelares, además de afectar el derecho a la libertad del imputado, tienen carácter
instrumental al proceso, en la medida en que aseguran la averiguación de la verdad, el desarrollo
del proceso y la aplicación de la ley; consiguientemente, las decisiones sobre las medidas
cautelares deben ser adoptadas en un tiempo menor y atendiendo a los principios generales que
rigen la aplicación de medidas cautelares, previstos en el Código de Procedimiento Penal, como
por ejemplo, el carácter excepcional de las medidas cautelares y el principio de favorabilidad
establecido en el art. 7 del CPP, que determina que; “La aplicación de medidas cautelares
establecidas en este Código será excepcional. Cuando exista duda en al aplicación de una medida
cautelar o de otras disposiciones que restrinjan derechos o facultades del imputado, deberá
estarse a lo que sea más favorables a éste”

Consiguientemente, en virtud al principio de favorabilidad, que informa la aplicación de las


medidas cautelares, conforme lo determina el art. 221 del CPP, es posible que la prueba
presentada en apelación, pueda ser compulsada y valorada por los vocales que conocen la causa al
momento de pronunciar Resolución.

III.4.Ingresando a la problemática de fondo se tiene que las autoridades recurridas, si bien


tomaron en cuenta que el recurrente ante el rechazo de la solicitud de cesación de la detención
preventiva de su representado, interpuso recurso de apelación acompañando la prueba idónea y
pertinente para ser considerada por el Tribunal de alzada; no es menos evidente que no valoraron
dicha prueba, ni los nuevos elementos de convicción presentados en la audiencia de medidas
cautelares para la cesación de su detención preventiva conforme a lo dispuesto por art 239 inc. 1
del CPP.

En efecto, emitieron el Auto de Vista 181/2006, sin ninguna fundamentación y se negaron a


valorar la prueba aportada, con el errado criterio que en apelación sólo se deben revisar y
considerar los fundamentos de la Resolución apelada y cuestionada en el recurso, la misma que
fue pronunciada sobre la base de los elementos de prueba presentados con anterioridad,
refiriendo que no es posible considerar la prueba ni la jurisprudencia presentada por el apelante,
las que deben ser presentadas ante el Juez de la causa para que modifique la resolución
“primigenia” (sic), desconociendo que en materia de medidas cautelares, éstas deben ser
aplicadas con carácter excepcional y atendiendo al principio de favorabilidad, conforme se tiene
señalado en el Fundamento Jurídico III.3 de la presente Sentencia.

De todo lo expuesto, se tiene que el Tribunal de apelación al dictar la Resolución 181/2006, omitió
pronunciarse sobre los puntos cuestionados por el representado del recurrente, toda vez que la
indicada Resolución carece de una debida motivación y valoración de la prueba aportada, sin
considerar que el imputado en su recurso de apelación cuestionó concretamente: a) que la
Resolución apelada inobservó el principio de objetividad en la valoración de los elementos de
prueba, incurriendo en una omisión al no haberse pronunciado sobre la prueba que a su juicio
constituía nuevo elemento a ser considerado al respecto; b) que el imputado se encontraba en la
misma situación con las demás coimputadas que gozaban de cesación de la detención preventiva,
por lo que a su criterio en razón del principio de igualdad merecía un trato igualitario; c) que se
debía analizar la prueba presentada por el imputado a efectos de realizar una valoración integral
para llegarse a una conclusión razonada sobre si existían o no los riesgos procesales iniciales por
los que se había adoptado la medida extrema de la detención preventiva.
Sin embargo, los Vocales recurridos no se pronunciaron fundada y motivadamente sobre las
impugnaciones anotadas precedentemente; por el contrario las autoridades recurridas se
limitaron a señalar que no podían pronunciarse sobre la nueva prueba presentada en la audiencia
de apelación, sin tomar en cuenta que este Tribunal a través de la SC 0012/2006-R ya citada
señaló: “ (...) que la expresión 'evaluación integral' (…), implica que el órgano jurisdiccional debe
hacer un test sobre los aspectos positivos o negativos (favorables o desfavorables) que informan el
caso concreto, de cara a los puntos fijados por la ley para medir tanto el riesgo de fuga como el de
obstaculización; de tal modo que de esa compulsa integral, se llegue a la conclusión razonada
sobre si existe o no riesgo de fuga u obstaculización. En esta evaluación, unos puntos pueden
reforzar, o por el contrario enervar o eliminar los riesgos aludidos; lo cual, naturalmente, debe ser
expuesto por el juez en la resolución que emita de manera coherente, clara y precisa” .

En ese sentido al ser el punto principal de la apelación la falta de valoración integral de la prueba
en la que habría incurrido la Jueza a quo , el Tribunal de alzada debió referirse en su Resolución
sobre el particular, situación que no se dio, pues no expresaron las razones o motivos por los que
consideraban que la Jueza cautelar realizó o no una valoración integral de los nuevos elementos
de convicción que el representado del recurrente le habría presentado para desvirtuar las razones
por las que se le impuso la detención preventiva.

En consecuencia, al haber omitido el Tribunal de alzada pronunciarse de manera específica y


puntual sobre todos y cada uno de los puntos cuestionados en el recurso de apelación interpuesto
por el representado del recurrente y al no haber valorado la prueba presentada en esa instancia,
se vulneró la garantía del debido proceso, que en el presente caso está directamente vinculada
con el derecho a la libertad del representado del recurrente, por lo que se abre la tutela que
brinda el hábeas corpus.

Por lo expuesto, el Tribunal del recurso al declarar improcedente el hábeas corpus, no ha


efectuado una adecuada valoración de los datos del proceso, ni dado correcta aplicación al art. 18
de la CPE.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción que ejerce por mandato de los arts. 18.III y
120.7ª de la CPE; arts. 7 inc. 8) y 93 de la Ley del Tribunal Constitucional, con los fundamentos
expuestos en revisión resuelve:

1º REVOCAR la Resolución 48/2006, de 5 de septiembre, cursante de fs. 66 a 67 vta., pronunciada


por la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz, y en consecuencia,
declarar PROCEDENTE el recurso de hábeas corpus interpuesto por el recurrente.

2° ANULAR la Resolución 181/2006, de 1 de septiembre, disponiendo que la Sala Penal Segunda de


la Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz, emita nueva Resolución de acuerdo a los
fundamentos del presente fallo, sin lugar a la libertad del representado del recurrente, aspecto
sobre el que las autoridades recurridas deberán pronunciarse expresamente al dictar la
Resolución.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


No interviene la Decana, Dra. Martha Rojas Álvarez, por encontrarse de viaje en misión oficial y el
Magistrado, Dr. Wálter Raña Arana, por estar declarado en comisión.

Fdo. Dra. Elizabeth Iñiguez de Salinas


PRESIDENTA

Fdo. Dr. Artemio Arias Romano


MAGISTRADO

Fdo. Dra. Silvia Salame Farjat


MAGISTRADA

FUENTE: TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

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