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16ENE2010
NUESTRAS DESCUIDADAS CUENCAS HIDROGRÁFICAS
• Alfredo Palacios Dongo
• Cuencas hidrográficas
Entre las principales causas que afectan nuestras cuencas tenemos la contaminación generada
por la agricultura, minería, industria y pesca; tala indiscriminada de árboles; eliminación de la
cubierta vegetal; prácticas agrícolas inadecuadas; sobrepastoreo; explotación irracional y
degradación de la calidad de agua en su captación, transporte y utilización; descarga de aguas
servidas sin tratamiento; problemas socioeconómicos e institucionales y fenómenos naturales.
En este contexto, hemos mantenido una Ley General de Aguas desde 1969, por más de 40
años, pero el 30 de marzo de 2009 después de tres años de debate fue promulgada la ley
29338 de Recursos Hídricos, que tiene como principio la gestión integrada participativa por
cuenca hidrográfica con activa participación de la población organizada, y asimismo, reconoce
como zonas ambientalmente vulnerables las cabeceras de las cuencas donde se originan las
aguas y se ubican muchas empresas mineras contaminantes.
Considerando que por el calentamiento global la zona costera enfrentará una crisis hídrica en
los próximos 5 años, esta nueva ley debe ser urgentemente implementada y financiada para su
pronta adecuación, sin embargo, a pesar que va a cumplir un año desde su promulgación ni
siquiera entra en vigencia por falta de la aprobación de su reglamento.
En las costa peruana habitan más de 18 000 000 de personas, según información de la
Autoridad Nacional del Agua.
La degradación de las cuencas de los ríos y suelos se repite en el resto de países de la
cuenca amazónica, como Bolivia, Ecuador, Colombia y Brasil.
La contaminación de los ríos por la actividad minera y petrolera también influye en
que los ríos no puedan ser de consumo para la población costeña, dice Tarsicio
Granizo, director de la Unidad de Coordinación Amazónica de WWF.
El 70 % de todos los ríos andinos y amazónicos del Perú no puede ser desviado para
que sus corrientes sean utilizadas para el consumo de agua potable y la generación
de energía en la costa peruana, dice José Luis Mena, director de ciencias en WWF
Perú. Se trata de lo que se conoce como “trasvase”, que consiste en incrementar el
acceso al agua en una población adicionando agua desde una cuenca vecina, en este
caso, desde ríos amazónicos o provenientes de la Cordillera de los Andes.
“Debemos ser conscientes de que ahora todos los recursos del planeta son finitos,
entre ellos el agua. Los países amazónicos son los que están sufriendo los estragos
por un uso irresponsable de los ríos. El 70 % de los ríos peruanos no puede ser
desviado para el consumo de las grandes ciudades de la costa, como piensa la gente.
Una de las razones principales es la degradación de suelos por las represas
hidroeléctricas que con sus grandes válvulas remueven el suelo”, explica José Luis
Mena a Mongabay Latam.
Las represas no solo afectan a los ríos amazónicos del Perú, también los del resto de
países de la cuenca amazónica, indica Mena, como Bolivia, Colombia, Ecuador y
Brasil. Asimismo la intervención de las hidroeléctricas no solo afecta el curso
natural de los ríos, también la alimentación de las comunidades nativas. “Al trabajar
en los ríos bloquean el paso a peces migratorios como los bagres, como el sábalo,
que son consumidos por los pueblos indígenas peruanos y del resto de la
Amazonía”, señala José Luis Mena.
Infografía
que demuestra la importancia de la Amazonía en cifras. Gráfico: Informe Amazonía Viva
2016/ WWF.
“Podemos ver que los ríos en Perú están sufriendo presiones principalmente por la
construcción de represas para la generación de energía. Pero en algunas zonas
también es por actividades extractivas como el petróleo y la minería. Antes, cuando
los ríos estaban poco contaminados no era necesario tanto tratamiento, pero debido a
la contaminación minera en las estribaciones de la cordillera los ríos ya no están en
las mismas condiciones y resulta más costoso limpiarlos para el consumo humano”,
explica a Mongabay Latam Tarsicio Granizo, director de la Unidad de Coordinación
Amazónica de WWF.
Según información del 2014 de la Autoridad Nacional Peruana (ANA), 21 ríos están
contaminados producto de la actividad minera a nivel nacional. La contaminación
proviene de la gran, mediana y pequeña minería, así como de la informal y artesanal.
Los ríos contaminados cruzan 12 regiones del Perú y los principales factores
contaminantes son los residuos sólidos (basura), aguas residuales (agua
contaminada) y pasivos ambientales.
“No debería existir una flexibilidad ambiental que estoy enterado sucede en Perú y
otros países latinoamericanos cuando una empresa es irresponsable con el ambiente
y contamina. Los costos ambientales deben estar internalizados en los costos de
producción minera. Es decir que como parte de los presupuestos mineros deben
tener incluidos los costos ambientales. El reglamento ambiental debe fortalecerse y
cumplirse, además. Esto también se cumple con las petroleras y otras industrias
extractivas”, agrega Granizo.
Para Granizio, el Perú debe buscar nuevas fórmulas energéticas para cubrir la
necesidad de la población. “Esta producción de energía debe complementarse con
energías renovables. Así como la energía, necesitamos el agua. Debemos
racionalizar el uso de energía, pero por otro lado, si debemos hacer un represa
debemos prevenir que tenga cuidado con el curso biológico natural y las
poblaciones”, dice.