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¡DEFIENDA EL CAMPO!

HECHOS 20:28-29

Resumen

Los cristianos estamos llamados a defender el Evangelio ante sus enemigos, y en este campo hay
lugar para usted y para mí.

Introducción

I. Los aficionados del fútbol saben que una parte muy importante del equipo es la línea de
defensa.
II. Los cristianos necesitamos hombres y mujeres en la iglesia que tengan la fortaleza espiritual y
disposición de «ponerse en la brecha» (Ezequiel 22:30).

Exposición

I. LOS FIELES SIEMPRE HAN TENIDO QUE DEFENDER EL CAMPO CONTRA EL PELIGRO DEL ERROR.

Pablo sabia que parte de defender la fe, es por medio del testimonio, y eso vale mas que las palabras, y
ese fue su primer argumento de fidelidad, una vida de:

Servicio, un comportamiento intachable, humildad, apego por la obra del señor, con duras
pruebas. Y eso le mantuvo fiel. Y es por eso cuando habla con los ancianos, ya que ellos eran los que
iban a quedar a cargo de la grey del señor.

La segunda forma en que debemos de defender la fe es a través del conocimiento pleno de una sana
doctrina, es allí donde muchas veces podemos encontrarnos en contra de las cuerdas porque
desconocemos las falsas doctrinas, por no conocer aun la propia doctrina, y no es que eso de las falsas
doctrinas sea algo nuevo, vemos que desde tiempos antiguos se conoce de ellas.

a) Defender el campo de las doctrinas falsas (Gálatas 5:1-4).


b) Pablo encargó a Timoteo que lo ayudara a defender el campo al fundarse en la sana doctrina (1
Timoteo 1:1-6).
c) Juan escribió a los hermanos que defendieran el campo contra el gnosticismo (1 Juan 4:1-3).
d) Jesús instó a las iglesias de Asia a defender el campo contra las doctrinas falsas (Apocalipsis
2:2,6,14).

Entonces vemos que todos los que estamos enlistados en el evangelio, tenemos como
responsabilidad defenderlo, claro Dios no necesita ser defendido de nada, el es poderoso, pero se nos
presentan, falsas doctrinas, falsos maestros, y allí es donde debemos de defender el evangelio fielmente
con: UN BUEN TESTIMONIO.

II. HOY NOSOTROS DEBEMOS DEFENDER EL CAMPO EN LA IGLESIA. Es nuestra responsabilidad.

Tristemente pablo entendía que iba a llegar personas que iban a querer torcer la sana doctrina, y aun
mas triste es que de entre ellos mismos surgirían personas que con una corriente de pensamiento falso
los iban a querer influenciar, y eso no debía suceder. Ese fue el encargo de pablo para con los ancianos
e iglesia en general.
Nosotros hoy tenemos la misma responsabilidad, ¿pero de que es lo que debemos de defender?

a) Debemos defender el campo contra el extremismo (Apocalipsis 2:1-4).


b) Debemos defender el campo contra el liberalismo (1 Pedro 4:11).
c) Debemos defender el campo contra la indiferencia ante el pecado (2 Pedro 2:7-8) y la apostasía
(Gálatas 6:1).

Hoy en día debemos de manejar esta terminología ya que vivimos en una época en que todo se
malinterpreta, todo se quiere disfrazar como de anticuado, pero como hemos visto en la palabra desde
tiempos antiguos ha habido personas con este tipo de pensamiento.

Es por eso que nosotros debemos de ser aplicados en ese aspecto, y no solo los líderes, ancianos, el
pastor, todos debemos de poner de nuestra parte en aprender cada día más.

III. DEFENDER EL CAMPO REQUIERE TRABAJO ARDUO Y SACRIFICIO.

Pablo en su epilogo de su despedida de la iglesia, les recomienda de manera directa, que no se cansen
de seguir trabajando en defender lo que el con lágrimas les había estado enseñando por 3 años, y que
eso era trabajo de todos, pero se requería esfuerzo, sacrificio, dedicación etc. Es por eso que:

a) El trabajo de los padres, ancianos y diáconos involucra esfuerzo arduo (e incluso dolores de
cabeza). La recompensa es creyentes con convicciones solidas.
b) Defender el campo también requiere preparación (cf. Tito 2:4).

Conclusión

I. Los que han defendido el campo en la iglesia por décadas pronto tendrán descanso (cf.
Hebreos 7:23), así que es tiempo que la próxima generación comience a tomar su puesto en
la línea de defensa.
II. Hoy nos toca a nosotros, ya sea grandes, jóvenes, recién convertidos, estar listos para
defender el evangelio y la sana doctrina. Y sobre todo poner en alto el nombre de nuestra
iglesia, y sentirnos identificados con ella y amarla incondicionalmente.
III. ¡Hay un lugar que usted puede llenar en este campo para continuar adelante!

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