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JOSE FRANCISCO
PINEDA
2010
Derecho Civil V
"De los Contratos"
CIVIL V
I. ASPECTOS GENERALES
1. ETIMOLOGÍA
Etimológicamente, la palabra CONTRATO tiene su origen en el vocablo latino
CONTRACTUS que significa unir, estrechar, convenir. De aquí la idea de que contrato
comprenda una unión o acuerdo de voluntades.
2. CONCEPTO
Ya el Derecho Romano considero el CONTRATO como una de las fuentes principales de
las obligaciones, sin embargo, no llego a conceptualizarlo.
El legislador romano delimito el concepto de pacto o convención que, por carecer de
causa, no produce obligaciones, del concepto de CONTRATO que también comprende la
concertación de voluntades revestidas de ciertas formas capaces de generar obligaciones.
Siguiendo el entender del legislador romano, Porthier introdujo al Código Civil Francés de
1804 la siguiente definición de CONTRATO: Articulo 1101: El Contrato es una
convención por la cual una o más personas se obligan hacia otra o varias mas hacer o no
hacer alguna cosa.
En el sentido, la convención es el género, contrato es la especie: una convención capaz de
generar obligación de dar, hacer no hacer alguna cosa. Todo contrato es convención, pero
no toda convención es contrato.
Nuestro legislador, siguiendo a Porthier, define el contrato así: Articulo 1539
CONTRATO es una convención en virtud de la cual una o más personas se obligan para
con otra u otras, o recíprocamente, a dar, hacer o no hacer alguna cosa.
Modernamente priva la tendencia a eliminar las diferencias entre pacto, convención y
contrato, tal y como lo hace el Código Chileno, en donde basta con la concertación o
acuerdo de voluntades entre dos o más personas para que se produzcan obligaciones
(consensualismo), no obstante, la tremenda influencia ejercida por el Derecho Social
(trabajo, comercio, familia, etc.).
Ha producido el renacer del formalismo exigiendo formas especiales para la validez de
ciertos contratos en procura de la seguridad jurídica.
3. PRINCIPIOS FUNDAMENTALES: el consensualismo y la autonomía de la
voluntad.
Demos admitir que el principio de la autonomía de la voluntad priva en el criterio de
nuestros legisladores, desde el momento en que los sujetos tiene la facultad de crear
derechos a través del contrato, sin más limitaciones que las prescribe la ley, mismas
que se contraen a la contravención de la ley, la moral y el orden público. El artículo 1547
c.c. así lo confirma. Los contratantes pueden establecer los pactos, clausulas y condiciones
que tengan por conveniente, siempre que no sean contrarias a las leyes, a la moral ni al
orden público.
Ya el articulo 1348 c.c. ha otorgado a los contratantes la facultad de crear ley cuando
expresa. Las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las partes
contratantes y deben cumplirse al tenor de los mismos, con lo que se consagra el principio
PAUTA SUNT SERVANDA; los acuerdos deben cumplirse al tenor de las disposiciones
contenidas en ellos.
También admite nuestro legislador el principio del consensualismo según el cual, basta con
el acuerdo de voluntades entre dos o más personas, es decir, la simple convención para que
se produzcan obligaciones, aunque este aspecto queda limitado a las obligaciones naturales,
esto es: aquellas que no confieren derecho para exigir su cumplimiento pero que, una vez
cumplidas, autorizan para retener lo que se ha pagado en virtud de ellas (articulo 1372 c.c.
párrafo 3).
4. LA CONVENCIÓN Y EL CONTRATO.
Jurídicamente se suele dar el mismo significado a la convención y al contrato; pero en un
sentido más estricto, la convención es todo acuerdo de voluntades capaz, o no de generar
obligaciones, mientras que el contrato es una especie de convención cuyo objetivo es crear
obligaciones exigibles.
5. ACTO JURIDICO Y CONVECION
Acto jurídico es todo hecho voluntario realizado con la intención de producir efectos
jurídicos. Si este hecho es producto de la declaración unilateral de una sola persona,
constituye un acto jurídico unilateral (v. gr. el testamento); pero si es producto de un
acuerdo entre personas con ese mismo fin, habrá convención.
Así como la convención es una categoría especial de acto jurídico, el contrato es una
categoría especial de convención que crea derechos exigibles.
El contrato implica un acto jurídico que recoge la concertación de voluntades entre partes,
solo que este caso, tal concertación crea obligaciones de carácter patrimonial. Debemos
distinguir entre las convenciones que crean obligaciones de carácter patrimonial, como los
contratos, de aquellas que generan relaciones jurídicas extra patrimoniales, en donde la
voluntad de la ley, priva sobre la voluntad de las partes, como es el caso de la tutela, el
matrimonio, la adopción, entre otros.
II. CLASIFICACION
En términos generales, el legislador hondureño recoge de la doctrina clásica romana (y
directamente del modelo español) los distintos criterios para clasificar los contratos.
1. ATENDIENDO A LOS EFECTOS QUE SE PRODUCEN SOBRE LAS
PARTES PUEDEN SER: unilaterales; bilaterales o sinalagmáticos
a. UNILATERALES:
Cuando las obligaciones que nacen del contrato afectan solo a una de las partes. Solo una
de las partes resulta obligada; la otra parte, en consecuencia, no contrae obligación alguna y
estará facultada para exigir su cumplimiento, tal es el caso del depósito simple, comodato y
la prenda.
b. BILATERALES O SINALAGMÁTICO:
Cuando ambas partes se obligan recíprocamente, de tal manera, que ambas partes son cada
una, acreedoras y deudoras de la otra. Sus derechos y deberes son correlativos. Así sucede
con los contratos de compra venta, arrendamiento, sociedad, permuta, por ejemplo.
A estos contratos se refiere el artículo 1540 c.c.: el contrato es unilateral, cuando una de las
partes se obliga para con otra, que no contrae obligación alguna; y, bilateral, cuando las
partes contratantes se obligan recíprocamente.
2. SEGÚN EL BENEFICO QUE RECIBEN LAS PARTES: gratuitos, onerosos.
a. GRATUITOS:
Cuando solo uno de los contratantes reporta beneficio en contra de la otra parte que debe
proporcionárseles. Por ejemplo: la donación, el préstamo de uso, (comodato y el depósito).
b. ONEROSO:
Cuando uno de los contratantes se benefician a cargo del otro. Verbigracia: la compraventa,
prestación de servicio, mandatos remunerado (el no remunerado es gratuito), el
arrendamiento. Estos contratos suelen ser, también bilaterales.
Nuestro Código Civil se refiere a ellos en el artículo 1541 c.c.: el contrato es gratuito o de
beneficencia, cuando solo tiene por objeto la utilidad una de las partes, sufriendo la otra, el
gravamen; y oneroso, cuando tiene por objeto la utilidad de ambos contratantes, gravándose
cada uno a benéfico de otro.
3. SEGÚN LA EQUIVALENCIA DE LOS BENEFICIOS QUE OBTIENE LAS
PARTES. Contribuyen una subdivisión de los contratos onerosos; pueden ser:
conmutativos, aleatorios o de suerte.
a. CONMUTATIVOS:
Cuando una de las partes recibe un beneficio equitativo y determinado gravamen que
soporta; lo que una de las partes se obliga a dar o hacer, equivale a la que la otra se obliga a
dar o hacer. Así por ejemplo: en la compra venta, el comprador, sabe lo que el vendedor le
dará a cambio del precio que, a su vez, el se obliga a entregar.
b. ALEATORIOS O DE SUERTE:
Cuando el beneficio que equivale al gravamen que soporta una de las partes depende de la
suerte o a zar o de un acontecimiento incierto. En otras palabras, las pérdidas o ganancias
dependen de la suerte por ejemplo: el juego y la apuesta, el seguro, la renta vitalicia.
Reza el artículo 1542 del Código Civil el contrato oneroso es conmutativo cuando una de
las partes se obliga a dar o hacer una cosa que se mira como equivalente a lo que la otra
parte debe dar o hacer a su vez; y si el equivalente consiste en una contingencia en incierta
o de ganancia y perdida, se llama aleatorio.
4. ATENDIENDO A SU DEPENDENCIA O SU DEPENDENCIA EN CUANTO
A SU EXISTENCIA.; Pueden ser: principales, accesorios
a. PRINCIPALES:
Cuando tienen existencia propia independiendo de otra forma de convención, tal es el caso
de contrato de compra venta, arrendamiento, sociedad, etc.
b. ACCESORIOS:
Cuando no tienen existencia propia, pues necesitan de la existencia de otro contrato del que
dependen. Estos contratos sirven para asegurar el cumplimiento de la obligación contenida
en el contrato principal.
Si bien podemos señalar que estos contratos no pueden subsistir sin el contrato que
garantizan, nada obsta para que se puedan constituir para garantizar obligaciones futuras.
Como ejemplos típicos están las finanzas, la prenda y la hipoteca.
La suerte de estos contratos está ligada a la del contrato principal: si este se exigen, también
se exigen el contrato principal.
Articulo 1543 c.c. el contrato es principal cuando subsiste por sí mismo sin necesidad de
otra convención accesorio, cuando tiene por objeto asegurar el cumplimiento de una
obligación principal, de manera que no pueda subsistir sin ella.
a. TÍPICOS O NOMINADOS:
Están regulados o reglamentados de forma específica por la ley y, por ende tiene su
nombre. Verbigracia: el depósito, el comodato, la compra venta, el arrendamiento, entre
otros.
b. A TÍPICOS O INNOMINADOS
Son los que carecen de una denominación especial y de una reglamentación especifica, por
lo que se regulan de conformidad con el principio general de contratación.
Estos contratos se desprenden principalmente, del principio de la libertad de contratación, y
responde a la necesidad que van surgiendo de un desarrollo de una sociedad cada vez más
exigente.
Al respecto de esta clase de contratos, existen varios criterios para determinar la forma más
adecuada de regulación, como ser el sistema de aplicación analógica (normas del contrato
más parecido), o el sistema de la combinación (partiendo del elemento típico).
Ejemplos de estos contratos: los encontramos en ciertos tipos de transacciones que terminan
divergencia entre partes y ciertos contratos estimatorios.
7. SEGÚN LA SITUACIN JURIDICA DE LAS PARTES: de libre discusión o
mutuo acuerdo, de adhesión.
2. DE LA LIBERTAD DE CONTRATACION
Ya habíamos tratado este tema cuando nos referimos al consensualismo y al formalismo
como principios o criterios fundamentales en la contratación.
Fijamos la posición de nuestro legislador quien, en forma práctica, adoptada una posición
intermedia aceptando ambos puntos de vista, es decir, aceptando el consensualismo en
cuanto a que la autonomía de la voluntad permite a las partes el adoptar los acuerdos que
estimen pertinentes pero no en forma absoluta, pues da cabida a que la ley, la moral y el
orden publico limiten la voluntad de las partes.
Si es cierto que esta limitantes es menos consecuentes en las obligaciones naturales, las
limitantes permiten la repetición de lo pagado en virtud de esta clase de obligaciones.
El articulo 1547 c.c. ya relacionado, es expresión de lo que hemos apuntado.
Si la ley, la moral y las buenas costumbres limitan la voluntad absoluta de los contratantes,
con muchas mayores razones debemos admitir que la experiencia de voluntad de una de las
partes, no puedo prevalecer, antojadizamente sobre la otra.
Así el articulo 1548 c.c. prescribe la validez y cumplimiento de los contratos no puede
dejarse al arbitrario de uno de los contratantes.
El eclesiástico de nuestro legislador queda evidenciando en la redacción del artículo 1515
c.c. Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, salvo que la ley exija
alguna otra formalidad.
Sobre el error prescribe nuestro Código (artículo 1557) para que el error invalida el
consentimiento deberá recaer sobre la sustancia de la cosa que fuere objeto del
contrato o sobre aquellas condiciones de la misma que principalmente hubiera dado
motivo a celebrarlo.
I.2.2 LA VIOLENCIA
La violencia implica la fuerza irresistible que se ejerce sobre las personas o los bienes con
miras a obtener el resultado deseado. La violencia vicia el consentimiento cuando se
obtiene por medio de la fuerza que no pueda ser contrarrestada por la otra parte.
Se precisa de la manifestación externa para que podamos hablar de violencia, de otra forma,
estaríamos hablando de intimidación.
Por ejemplo, si por medio de una golpiza alguien obliga a otro a firmar un contrato, este
sería nulo por estar viciando el consentimiento por la violencia física. En este caso hay
violencia material, física y fuerza irresistible.
Articulo 1558 c.c. (párrafo primero) hay violencia cuando para arrancar el consentimiento,
se emplea una fuerza irresistible.
I.2.3 INTIMIDACIÓN
Es la coacción que se ejerce sobre el ánimo o espíritus de una persona, en procura de un
interés particular. Está exenta de fuerza física. En materia intelectual, la intimidación
consiste en la coacción ejercida a uno de los contratantes, ocasionándole temor racional y
fundado, de que sufrirá un mal inminente y grave en su persona o bienes o en la persona o
bienes de su conyugue, ascendientes o descendientes.
Para que la intimidación vicie el consentimiento tendrá que atenerse a los edad, sexo y
condición de la persona que la sufre. No sería lógico, por ejemplo que un anciano, postrado
por enfermedad, intimide a un hombre poderoso y en plenitud de sus facultades físicas y
mentales.
Será preciso que la intimidación inspire miedo o temor racional y fundado, es decir, que sea
verosímil; también debe de ser inminente y grave, es decir, que esta pronto a suceder y que
infunde verdadero temor; que recaiga sobre el contratante, sus bienes, o conyugue,
ascendiente o descendiente del mismo y, o, sus bienes, que sea injusta o ilícita, es decir, que
no sea legitima, y finalmente que sea determinante para la celebración del contrato.
Hacemos la observación de que los actos de intimidación pueden ser ocasionados por
terceras personas distintas al contratante generando, igualmente, la nulidad del contrato.
Claro está, que siendo la intimidación un acto de mala fe, tendrá que ser probada por el
afectado.
Articulo 1558 c.c. hay intimidación cuando se inspira a uno de los contratantes el temor
racional y fundado de sufrir un mal inminente y grave en su persona o bienes, o en la
persona o bienes de su conyugue, descendiente o ascendiente.
Para calificar la intimidación debe atendérsele a la edad, al sexo y a la condición de la
persona. El temor de desagradas a las personas, a quienes se les debe sumisión y respeto no
anulara el contrato. La sumisión por razón de jerarquías o el vicio de consentimiento,
excepto que la persona a respetar intimide a la que debe obediencia de causarle un grave
daño si no hace lo que le ordena. Por ejemplo, que el padre ordene al hijo que se
comprometa con un tercero, bajo la amenaza de que lo abandonara si no lo hace.
Articulo 1559 c.c. la violencia o intimidación anulara la obligación aunque se haya
empleado por un tercero que no intervenga en el contrato.
I.2.4 EL DOLO
Dolo significa fraude, trampa, mala fe, mala intensión, etimológicamente hablando.
Doctrinalmente se reconocer dos clases de dolo en materia civil: el dolo grave, principal o
causante y el dolo incidental y obligacional; ambos tiene una connotación muy diferente al
dolo penal (intensión deliberado de causar daño sobre otra persona o bienes), aunque en
todos encontramos el común denominador de la mala fe.
En materia civil, el dolo contractual implica toda actuación mal intencionada o fraudulenta
de alguna de las partes (generalmente el deudor) que se produce con motivos de la
contratación o con motivo del cumplimiento de la obligación contenida en el contrato.
DOLO GRAVE, CAUSANTE O PRINCIPAL:
Consiste en el conjunto de artimañas utilizadas por uno de los contratantes para convencer a
otro para celebrar un contrato que, sin ellos, jamás hubieran celebrado, pues no hubiese
prestado el concurso de su voluntad. Los romanos lo llamaban DOLO MALO, para
diferenciarlo del DOLO BUENO que, siendo licito, permitía que los afectados por el dolo
malo, se valieran de ciertos artificios para defenderse del dolo malo.
Al dolo grave, causante o principal, se refiere el artículo 1560 c.c. el efecto que produce
este solo, es el de la nulidad del contrato.
DOLO INCIDENTAL U OBLIGACIONAL.
Consiste en actos u omisiones, realizadas de mala fe o mala intensión de un de los
contratantes, para cumplir las obligaciones contractuales. Se produce con motivo de la
ejecución de un contrato legalmente valido. Este dolo produce un efecto diferente a la
nulidad, cual es la d obligar al contratante doloso a pagar indemnización de daños o
perjuicios.
El efecto de este dolo no puede ser renunciado anticipadamente por las partes en el
contrato, irrenunciabilidad que hace de orden Publio al dolo incidental. A este dolo se
refiere el artículo 1361 c.c. la responsabilidad procedente del dolo es exigible en todas las
obligaciones. La renuncia de la acción para hacerla efectiva es nula.
Recapitulando: el dolo grave o principal se produce con anterioridad a la celebración del
contrato y produce nulidad del mismo; el dolo incidental se produce con motivo de
ejecución y produce la obligación de su autor a pagar indemnización de daños y perjuicios.
El artículo 1560c.c. se refiere al dolo grave o principal; hay dolo cuando, con la palabra o
maquinaciones insidiosas de uno de los contratantes, es inducido el otro a celebrar un
contrato que, sin, ellas, no hubiera hechos.
Articulo 1561c.c. para que el dolo produzca la nulidad de los contratos, deberá ser grave y
no haber sido empleado por las dos partes competentes. El dolo incidental solo obliga al
que lo empleo a indemnizar daños y perjuicios.
De lo anterior inferimos que, para que el dolo grave vicie el consentimiento, produciendo la
nulidad del contrato, deberá darse los siguientes requisitos.
1. Que sea motivo principal y determinante para celebrar un contrato.
2. Que sea cometido por una de las partes, no por personas terceras. Pero si habrá dolo
si una de las partes sabe de la acción dolosa del tercero, y no la comunica a la otra
parte.
3. Que el solo no haya sido empleado por ambas partes contratantes, como podría
reclamar el dolo un contratante que ha sido engañado por el vendedor, si pago el
objeto comprado con dinero falso.