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Abg.

JOSE FRANCISCO
PINEDA
2010

Derecho Civil V
"De los Contratos"
CIVIL V

“DE LOS CONTRATOS”

I. ASPECTOS GENERALES

1. ETIMOLOGÍA
Etimológicamente, la palabra CONTRATO tiene su origen en el vocablo latino
CONTRACTUS que significa unir, estrechar, convenir. De aquí la idea de que contrato
comprenda una unión o acuerdo de voluntades.
2. CONCEPTO
Ya el Derecho Romano considero el CONTRATO como una de las fuentes principales de
las obligaciones, sin embargo, no llego a conceptualizarlo.
El legislador romano delimito el concepto de pacto o convención que, por carecer de
causa, no produce obligaciones, del concepto de CONTRATO que también comprende la
concertación de voluntades revestidas de ciertas formas capaces de generar obligaciones.
Siguiendo el entender del legislador romano, Porthier introdujo al Código Civil Francés de
1804 la siguiente definición de CONTRATO: Articulo 1101: El Contrato es una
convención por la cual una o más personas se obligan hacia otra o varias mas hacer o no
hacer alguna cosa.
En el sentido, la convención es el género, contrato es la especie: una convención capaz de
generar obligación de dar, hacer no hacer alguna cosa. Todo contrato es convención, pero
no toda convención es contrato.
Nuestro legislador, siguiendo a Porthier, define el contrato así: Articulo 1539
CONTRATO es una convención en virtud de la cual una o más personas se obligan para
con otra u otras, o recíprocamente, a dar, hacer o no hacer alguna cosa.
Modernamente priva la tendencia a eliminar las diferencias entre pacto, convención y
contrato, tal y como lo hace el Código Chileno, en donde basta con la concertación o
acuerdo de voluntades entre dos o más personas para que se produzcan obligaciones
(consensualismo), no obstante, la tremenda influencia ejercida por el Derecho Social
(trabajo, comercio, familia, etc.).
Ha producido el renacer del formalismo exigiendo formas especiales para la validez de
ciertos contratos en procura de la seguridad jurídica.
3. PRINCIPIOS FUNDAMENTALES: el consensualismo y la autonomía de la
voluntad.
Demos admitir que el principio de la autonomía de la voluntad priva en el criterio de
nuestros legisladores, desde el momento en que los sujetos tiene la facultad de crear
derechos a través del contrato, sin más limitaciones que las prescribe la ley, mismas
que se contraen a la contravención de la ley, la moral y el orden público. El artículo 1547
c.c. así lo confirma. Los contratantes pueden establecer los pactos, clausulas y condiciones
que tengan por conveniente, siempre que no sean contrarias a las leyes, a la moral ni al
orden público.
Ya el articulo 1348 c.c. ha otorgado a los contratantes la facultad de crear ley cuando
expresa. Las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las partes
contratantes y deben cumplirse al tenor de los mismos, con lo que se consagra el principio
PAUTA SUNT SERVANDA; los acuerdos deben cumplirse al tenor de las disposiciones
contenidas en ellos.
También admite nuestro legislador el principio del consensualismo según el cual, basta con
el acuerdo de voluntades entre dos o más personas, es decir, la simple convención para que
se produzcan obligaciones, aunque este aspecto queda limitado a las obligaciones naturales,
esto es: aquellas que no confieren derecho para exigir su cumplimiento pero que, una vez
cumplidas, autorizan para retener lo que se ha pagado en virtud de ellas (articulo 1372 c.c.
párrafo 3).
4. LA CONVENCIÓN Y EL CONTRATO.
Jurídicamente se suele dar el mismo significado a la convención y al contrato; pero en un
sentido más estricto, la convención es todo acuerdo de voluntades capaz, o no de generar
obligaciones, mientras que el contrato es una especie de convención cuyo objetivo es crear
obligaciones exigibles.
5. ACTO JURIDICO Y CONVECION
Acto jurídico es todo hecho voluntario realizado con la intención de producir efectos
jurídicos. Si este hecho es producto de la declaración unilateral de una sola persona,
constituye un acto jurídico unilateral (v. gr. el testamento); pero si es producto de un
acuerdo entre personas con ese mismo fin, habrá convención.
Así como la convención es una categoría especial de acto jurídico, el contrato es una
categoría especial de convención que crea derechos exigibles.
El contrato implica un acto jurídico que recoge la concertación de voluntades entre partes,
solo que este caso, tal concertación crea obligaciones de carácter patrimonial. Debemos
distinguir entre las convenciones que crean obligaciones de carácter patrimonial, como los
contratos, de aquellas que generan relaciones jurídicas extra patrimoniales, en donde la
voluntad de la ley, priva sobre la voluntad de las partes, como es el caso de la tutela, el
matrimonio, la adopción, entre otros.
II. CLASIFICACION
En términos generales, el legislador hondureño recoge de la doctrina clásica romana (y
directamente del modelo español) los distintos criterios para clasificar los contratos.
1. ATENDIENDO A LOS EFECTOS QUE SE PRODUCEN SOBRE LAS
PARTES PUEDEN SER: unilaterales; bilaterales o sinalagmáticos

a. UNILATERALES:
Cuando las obligaciones que nacen del contrato afectan solo a una de las partes. Solo una
de las partes resulta obligada; la otra parte, en consecuencia, no contrae obligación alguna y
estará facultada para exigir su cumplimiento, tal es el caso del depósito simple, comodato y
la prenda.
b. BILATERALES O SINALAGMÁTICO:
Cuando ambas partes se obligan recíprocamente, de tal manera, que ambas partes son cada
una, acreedoras y deudoras de la otra. Sus derechos y deberes son correlativos. Así sucede
con los contratos de compra venta, arrendamiento, sociedad, permuta, por ejemplo.
A estos contratos se refiere el artículo 1540 c.c.: el contrato es unilateral, cuando una de las
partes se obliga para con otra, que no contrae obligación alguna; y, bilateral, cuando las
partes contratantes se obligan recíprocamente.
2. SEGÚN EL BENEFICO QUE RECIBEN LAS PARTES: gratuitos, onerosos.

a. GRATUITOS:
Cuando solo uno de los contratantes reporta beneficio en contra de la otra parte que debe
proporcionárseles. Por ejemplo: la donación, el préstamo de uso, (comodato y el depósito).
b. ONEROSO:
Cuando uno de los contratantes se benefician a cargo del otro. Verbigracia: la compraventa,
prestación de servicio, mandatos remunerado (el no remunerado es gratuito), el
arrendamiento. Estos contratos suelen ser, también bilaterales.
Nuestro Código Civil se refiere a ellos en el artículo 1541 c.c.: el contrato es gratuito o de
beneficencia, cuando solo tiene por objeto la utilidad una de las partes, sufriendo la otra, el
gravamen; y oneroso, cuando tiene por objeto la utilidad de ambos contratantes, gravándose
cada uno a benéfico de otro.
3. SEGÚN LA EQUIVALENCIA DE LOS BENEFICIOS QUE OBTIENE LAS
PARTES. Contribuyen una subdivisión de los contratos onerosos; pueden ser:
conmutativos, aleatorios o de suerte.

a. CONMUTATIVOS:
Cuando una de las partes recibe un beneficio equitativo y determinado gravamen que
soporta; lo que una de las partes se obliga a dar o hacer, equivale a la que la otra se obliga a
dar o hacer. Así por ejemplo: en la compra venta, el comprador, sabe lo que el vendedor le
dará a cambio del precio que, a su vez, el se obliga a entregar.
b. ALEATORIOS O DE SUERTE:
Cuando el beneficio que equivale al gravamen que soporta una de las partes depende de la
suerte o a zar o de un acontecimiento incierto. En otras palabras, las pérdidas o ganancias
dependen de la suerte por ejemplo: el juego y la apuesta, el seguro, la renta vitalicia.
Reza el artículo 1542 del Código Civil el contrato oneroso es conmutativo cuando una de
las partes se obliga a dar o hacer una cosa que se mira como equivalente a lo que la otra
parte debe dar o hacer a su vez; y si el equivalente consiste en una contingencia en incierta
o de ganancia y perdida, se llama aleatorio.
4. ATENDIENDO A SU DEPENDENCIA O SU DEPENDENCIA EN CUANTO
A SU EXISTENCIA.; Pueden ser: principales, accesorios
a. PRINCIPALES:
Cuando tienen existencia propia independiendo de otra forma de convención, tal es el caso
de contrato de compra venta, arrendamiento, sociedad, etc.
b. ACCESORIOS:
Cuando no tienen existencia propia, pues necesitan de la existencia de otro contrato del que
dependen. Estos contratos sirven para asegurar el cumplimiento de la obligación contenida
en el contrato principal.
Si bien podemos señalar que estos contratos no pueden subsistir sin el contrato que
garantizan, nada obsta para que se puedan constituir para garantizar obligaciones futuras.
Como ejemplos típicos están las finanzas, la prenda y la hipoteca.
La suerte de estos contratos está ligada a la del contrato principal: si este se exigen, también
se exigen el contrato principal.
Articulo 1543 c.c. el contrato es principal cuando subsiste por sí mismo sin necesidad de
otra convención accesorio, cuando tiene por objeto asegurar el cumplimiento de una
obligación principal, de manera que no pueda subsistir sin ella.

5. SEGÚN EL MODO DE PERFECCIONARSE PUEDE SER: Reales, solemnes o


formales y consensuales.
a. REALES:
Para cuando su perfeccionamiento se precisa, además del consentimiento de las partes, la
tradición o entrega material de la prestación de vida. Por ejemplo: el comodato, el
préstamo, la prenda, la anti cresis, etc.
b. SOLEMNES O FORMALES
Cuando el contrato está sujeto a su requisito que deben recurría para su propia existencia y
eficacia además de la expresión del consentimiento.
Así por ejemplo, el contrato de compra vente y el de hipoteca sobre bienes inmuebles
deben constituirse en escritura pública y registrase en el registro de la propiedad, como
requisitos necesarios para su validez son de carácter excepcional, frente a la universalidad
de los contratos consensuales.
c. CONSENSUALES:
Son aquellos que se perfeccionan por el mero consentimiento de las partes contratantes. La
mayoría de los contratos son de naturaleza: el consentimiento perfecciona el contrato.
El consentimiento obliga. Cosa diferente es el hecho de que, para su ejecución, se requiera
la tradición de la cosa, como ocurre en el contrato de la compra venta.
Sin embargo, el asunto es más complejo de lo que parece, pues el contrato pudiera quedar
sin efecto jurídico por el incumplimiento de las partes. Articulo1544 c.c. el contrato real
cuando par que sea perfecto, es necesario la tradición de la cosa a que se refiere; es solemne
cuando está sujeto a la observancia de ciertas formalidades especiales de ninguna manera
que sin ella no produce; y, es consensual, cuando se perfecciona por el solo consentimiento.
6. DE CONFORMIDAD CON LA FORMA QUE SON REGULADAS. Pueden
ser: típicos o nominados, a típicos o innominados.

a. TÍPICOS O NOMINADOS:
Están regulados o reglamentados de forma específica por la ley y, por ende tiene su
nombre. Verbigracia: el depósito, el comodato, la compra venta, el arrendamiento, entre
otros.
b. A TÍPICOS O INNOMINADOS
Son los que carecen de una denominación especial y de una reglamentación especifica, por
lo que se regulan de conformidad con el principio general de contratación.
Estos contratos se desprenden principalmente, del principio de la libertad de contratación, y
responde a la necesidad que van surgiendo de un desarrollo de una sociedad cada vez más
exigente.
Al respecto de esta clase de contratos, existen varios criterios para determinar la forma más
adecuada de regulación, como ser el sistema de aplicación analógica (normas del contrato
más parecido), o el sistema de la combinación (partiendo del elemento típico).
Ejemplos de estos contratos: los encontramos en ciertos tipos de transacciones que terminan
divergencia entre partes y ciertos contratos estimatorios.
7. SEGÚN LA SITUACIN JURIDICA DE LAS PARTES: de libre discusión o
mutuo acuerdo, de adhesión.

a. DELIBRE DISCUSIÓN DE MUTUO ACUERDO:


Es el contrato que ambas partes concluyen, una vez que discutido previamente todas sus
estimulaciones, clausulas y condiciones, en un plano de igualdad. Nuestro código no regula
esta forma de contrato, pero nada impide que los contratantes puedan transitar en la libre
discusión que les permite llegar al consenso buscado.
b. DE ADHESIÓN:
Contrariamente a lo que se sucede a los de libre discusión, en el contrato de adhesión una
de las partes fijas, anticipadamente, las estipulaciones, clausulas y condiciones, que
propondrá a la otra para su aceptación total o abstención.
Claro está que la existencia del contrato dependerá de si la otra parte aceptar totalmente lo
propuesto por la otra parte, en caso de rechazo no habrá contrato.
Estos contratos son de mucha actualidad, basta que revisemos cuantos contratos
previamente impresos nos presentas las empresas mercantiles y las instituciones estatales,
autónomas o semi autónomas por ejemplo; contrato de financiamiento de seguro de
transporte de préstamo, etc. la mayoría de ella de naturaleza mercantil
8. ATENDIENDO A SU TIEMPO DE CUMPLIMIENTO: instantáneos y de tracto
sucesivo.
a. INSTANTÁNEOS:
Son los contratos que deben cumplirse en el mismo momento en que se celebran, como ser
el caso de los que producen obligaciones puras o simples.
b. DE TRACTO SUCESIVO:
Aquellos cumplimientos se desarrollan por etapas sucesivas y temporales hasta llegar a su
cumplimiento. Ejemplo: arrendamiento de viviendas; prestación de servicios determinados,
préstamo a plazos, etc. Tampoco están contemplados en la clasificación general de
contratos que hace nuestra ley.
c. OTRAS CLASES DE CONTRATO
Únicamente con la intención de establecer una limitante a lo que parece, indefinida gama
clasificatoria de contratos, incluimos “otras clases de contratos” para ubicar todos aquellos
que, de alguna manera, permiten cierta generalización.
TALES SON:
a. CONTRATOS INDIVIDUALES Y COLECTIVOS: Los primeros son todos
aquellos que necesitan de la participación y consentimiento de cada uno de los
individuos de las partes a las que deja vinculadas; los segundos, los que
comprometen a un gremio, grupo o colectividad colegiada, a pesar de que participan
en el consenso la totalidad de los individuos, sino quienes los que los representan.

Así por ejemplo, el contrato colectivo de trabajo se celebra entre el representante de


la parte patronal y los representantes de los trabajadores (directiva del sindicato, por
ejemplo), pero obliga a todos.

b. PREPARATIVOS Y DEFINITIVOS: Como la promesa de contrato, que engaña


una obligación de hacer cual es la firma del contrato que se promete (que es
definido).

c. CONTRATOS SIMPLES Y COMPLETOS (MIXTOS): Simple son aquellos


que contienen las disposiciones típicas de la obligación que originan; son
complejos, los que incluyen clausulas y condiciones de diversos tipos contractuales,
a contractuales, a conveniencia de las partes.

d. ATRIBUTIVOS: Que se refiere al tráfico jurídico de derechos de crédito


constitutivos o traslaticios de derechos reales, como compraventa, hipotecas,
servidumbre, permutas, etc. Sobre bienes inmuebles.

e. CONTRATOS DE FINALIDAD COMÚN: Como los relativos a la constitución


de sociedades mercantiles.

III. DE LA ESENCIA Y NATURALEZA DE LOS CONTRATOS


Esencia significa imprescriptible; espíritu u objeto de una institución.
La esencia de los contratos la constituyen los requisitos necesarios, e imprescriptibles, para
la validez de los mismos, de tal manera que sin ellos, no producirían efectos jurídicos o se
transformarían en contratos diferentes.
La doctrina acepta, en términos generales que la esencia principal del contrato esta en el
consentimiento, sin embargo nuestro Código Civil en su artículo 1552 hace concurrentes
el consentimiento, el objeto y la causa de la obligación, como requisitos esenciales para la
validez de los contratos.
La naturaleza del contrato la constituye todas que, sin ser esenciales, le pertenecen sin
necesidad de estipulaciones especiales. Así, en el contrato de arrendamiento de una casa
será de la esencial del contrato el consentimiento del arrendador y del arrendatario, los
objetos que recíprocamente se deben la casa y el dinero (objeto) y las prestaciones o
promesas de entregar el derecho a habitar la casa a cambio de un precio. Será de la
naturaleza de este contrato la obligación del arrendador de entregar la casa en perfecto
estado de habilidad, aunque no se señalen en el contrato.
También hay cosas accidentes a los contratos que sin ser esenciales ni naturaleza, les
efectúan en cuanto sean agregados al contrato en virtud de estipulaciones especiales, en el
ejemplo anterior podrían consistir en alguna condición resolutoria que, de ocurrir extinguirá
el derecho del arrendatario.
Reza el artículo 1545c.c. se distinguen de casa contrato las cosas que son de su esencia, las
que son de naturaleza y las puramente accidentales.
Son de la esencia de un contrato aquellas cosas sin las cuales o no producen efecto alguno,
o degenera en otro contrato diferente, son de la naturaleza de un contrato las que no siendo
esenciales en el, se entiende pertenecerle, sin necesidad de una clausula especial; y son
accidentales a un contrato aquellas que ni esencia ni naturalmente le pertenecen y que se le
agregan por medio de clausulas especiales.

IV. DE LA BUENAFE Y DE LA LIBERTAD DE CONTRATACION


1. DE LA BUENA FE:
En matera contractual, la buena fe consiste en la presunción de que, cada uno de los
contratantes, procede con buena intención, sinceridad y justicia al momento de la
contratación.
Por tanto, todo contrato que reúna todos los requisitos de validez, obligara a las partes
contratantes desde el momento en que se presume haber sido celebrado de buena fe, sin
vicios de consentimiento, pero, como presunción que es, admite prueba en contrario.
Articulo 1546 c.c. los contratos deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente no solo
obligan a los que en ellos se expresa sino a todos las cosas que emanan precisamente de las
naturaleza de la obligación o que por la ley o la costumbre pertenecen a ella.
La frase última de esta norma se refiere a todas aquellas cosas que por su naturaleza, son
intrínsecas al contrato, ya sea por virtud de la ley o por la costumbre, aun cuando el
contrato guarde silencio sobre ellas.

2. DE LA LIBERTAD DE CONTRATACION
Ya habíamos tratado este tema cuando nos referimos al consensualismo y al formalismo
como principios o criterios fundamentales en la contratación.
Fijamos la posición de nuestro legislador quien, en forma práctica, adoptada una posición
intermedia aceptando ambos puntos de vista, es decir, aceptando el consensualismo en
cuanto a que la autonomía de la voluntad permite a las partes el adoptar los acuerdos que
estimen pertinentes pero no en forma absoluta, pues da cabida a que la ley, la moral y el
orden publico limiten la voluntad de las partes.
Si es cierto que esta limitantes es menos consecuentes en las obligaciones naturales, las
limitantes permiten la repetición de lo pagado en virtud de esta clase de obligaciones.
El articulo 1547 c.c. ya relacionado, es expresión de lo que hemos apuntado.
Si la ley, la moral y las buenas costumbres limitan la voluntad absoluta de los contratantes,
con muchas mayores razones debemos admitir que la experiencia de voluntad de una de las
partes, no puedo prevalecer, antojadizamente sobre la otra.
Así el articulo 1548 c.c. prescribe la validez y cumplimiento de los contratos no puede
dejarse al arbitrario de uno de los contratantes.
El eclesiástico de nuestro legislador queda evidenciando en la redacción del artículo 1515
c.c. Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, salvo que la ley exija
alguna otra formalidad.

V. EFECTOS DE LOS CONTRATOS


Los efectos se refieren a los resultados y consecuencias derivadas del contrato, siguiendo al
legislador español (artículos 1246 y 1247 c.c.) nuestro Código considera que los efectos se
producen entre las partes contratantes, entre los herederos de estos y para:
Entre las partes: esto es, los sujetos que como tales participan directamente, o por medio de
representante legal y mandatario en las celebraciones contrato. Para las partes el contratante
tiene fuerza de ley por lo que, consecuentemente, deberá cumplirse al tenor de las
disposiciones contenidas en ellos.
En otras palabras, las obligaciones que produce el contrato deberán ser cumplidas por los
contratantes de la misma manera en que señalan que la ley exija alguna otra formalidad.
(ver Artículo 1346 y 1348 c.c.)
Entre herederos: los herederos universales suceden al difunto en todos sus bienes, derechos
y obligaciones transmisibles (930 y 1,080 c.c.). De aquí que, como representantes del
causante, tendrán que respetar los contratos que estos hayan celebrando en vida, tanto en su
condición de acreedores, como deudores, de las obligaciones derivadas de dichos contratos,
exceptuándose aquellas obligaciones intrasmisibles, como las que comprenden derechos
patrimoniales de duración ilimitada, v, gr: rentas, usufructos, pensiones, uso o habitación,
de carácter vitalicio.
También las inherentes o personalísimas, como el carácter de mandante o mandatario, los
deberes que se desprenden de la patria potestad, los alimentos entre otros.
Lo expresado correspondiente a lo dispuesto en el párrafo primero del articulo 1549 c.c.
los contratantes solo producen efecto entre las partes que las otorgan y sus herederos; salvo,
en cuanto a estos, el caso en que los derechos y obligaciones que procedan del contrato no
sean transmisibles ya que por su naturaleza ya por pacto por disposiciones de la ley.
Para terceros: por legal general el tercero no resulta efectuando por el contrato, sin
embargo, nada obsta para que las partes puedan estipular disposiciones a favor de terceras
personas que no participaron en su celebración.
LA DOCTRINA HABLA DE DOS PRINCIPIOS GENERALES RESPECTO A ESTE
TEMA:
a. Principio de la irrevocabilidad
b. Principio de la relatividad.
El primero que comprende la imposibilidad de que alguna de las partes, unilaterales, deje
sin efecto alguna de las disposiciones que libremente ha concertado; el segundo que vincula
a los contratantes en cuanto a que las obligaciones derivadas del contrato tiene fuerza legal
solo para ellos. Nuestro Código acepta ambos principios; pero a la vez, admiten
excepciones importantes, sobre todo, en lo que respecta a terceros.
Los terceros serán en un sentido amplio, todas las personas que no participan en la
celebración del contrato; pero en un sentido más escrito serán;
Los acreedores de las partes: en cuanto resulten afectados por actos o contratos celebrados
por el deudor en fraude de sus derechos, como en el caso de que el deudor venda todos sus
bienes quedando insolvente e incapaz de pagar sus deudas.
Los legatarios y demás asignatarios a titulo singular: en cuanto a las ventajas o desventajas
que el causante ha incorporado al legado, por ejemplo si el legado consisten un inmueble
que ha sido hipotecado por el causante, el legatario resultara obligado a pagar la deuda
garantizada con dicha hipoteca.
Personas ajenas la convención pero favorables por los contratantes con estipulaciones a su
favor: los artículos 1549 c.c. párrafo segundo y 1551c.c. señalan dos situaciones diferentes
en cuanto a estos terceros ajenos a la contratación.
Articulo 1549 c.c. párrafo segundo… Si el contrato contuvo una estipulación a favor de
terceros este podrá exigir su cumplimiento, siempre que hubiera hecho saber su aceptación
al obligado antes de que aquella haya sido revocada.
En este caso, el tercero es una persona extraña al contrato, no es parte y para que la
estipulación produzca efectos tendrá que expresar su aceptación antes de que de común
acuerdo los contratantes puedan revocarla.
Articulo 1551 c.c. Cualquiera puede estipular a favor de tercera persona, aunque no tenga
derecho para representarla. Pero solo esta tercera persona podrá demandar lo estipulado y
mientras no intervenga su aceptación expresada o tacita, es revocable el contrato por sola
voluntad de las partes que concurrieron a él.
Constituyen aceptación tacita los actos que solo hubieran podido ejecutarse en virtud del
contrato. Lo anterior significa que el tercero tendrá que notificar la aceptación de la
prestación que le favorece, si no lo hace, la estipulación puede ser revocada por los
contratantes.
Por ejemplo, si una persona, sin mandato o representación de otra, acepta en su nombre una
prenda con la finalidad de asegurar el pago de una deuda que tiene el otro contratante, será
necesario que posteriormente convalide o ratifique el acto celebrando en su nombre
dándolo por bueno.
Otro ejemplo: si Felipe Ortega le regala un carro a su hijo Pedro y paga a su favor la prima
de un seguro anual que cubre danos por accidentes, solo Pedro paga la prima del seguro
podrá reclamar el seguro en caso de accidente, así mismo si Pedro para la prima del seguro
al siguiente año, tácitamente está aceptando dicho seguro puesto que el pago solo pudo
hacerlo en virtud del contrato relacionado.
Claro está que si no pagara la prima renovando el seguro, ni tampoco lo hiciere su padre, el
contrato de seguro seria renovado unilateralmente por la compañía aseguradora.
Recapitulando: los contratos obligan a los contratantes, a sus herederos y legatarios, en su
caso e inclusive, a terceras personas. No podrá ser revocados unilateralmente por las partes,
salvo en casos de excepción permitido por la ley; pero si pueden ser revocadas
estipulaciones a favor de terceros mientras estos no haya aceptado al disposición que les
favorece.
Casos en que la ley permite unilateral del contrato se dan en las sociedades mercantiles en
el caso de disolución; también es el caso del contrato de mando y en casos que permiten la
aplicación de la clausula “ribus sic stantibus” cuando en contratos de tracto sucesivo, varían
ostensiblemente las situaciones existentes al momento de contratar, que hacen imposible o
demasiado moroso el cumplimiento del mismo.

VI. DE LOS REQUISITOS ESENCIALES PARA LA VALIDEZDE LOS


CONTRATOS
Contrariamente a lo que ocurre con otros requisitos que pueden afectar al contrato, como
los que se presumen incluidos en el contrato, como las cosas de la naturaleza; o, como las
cosas accidentales, que pueden ser incluidos voluntariamente por los contratantes sin
atentar contra su eficacia; los requisitos esenciales son estrictamente necesarios (y
concurrentes) para que el contrato sea eficaz y puede producir efectos jurídicos.
La doctrina acepta forma unánime que pertenece a la esencia de los contratos el
consentimiento, el objeto y la causa.
También nuestro código en su artículo 1552, establece: “No hay contrato sino cuando
concurren los requisitos siguientes:
1. Consentimiento de los contratos.
2. Objeto cierto que materia del contrato.
3. Causa de la obligación que se establezca”.
Tampoco nuestro legislador, al igual que su modelo español, cierra la posibilidad de que la
misma ley disponga de requisitos formales, prescribiéndoles como solemnidades que deben
de cumplirse para que algunos contratos sean validos.
1. DEL CONSENTIMIENTO.
El consentimiento consiste en la libre concertación de voluntades de las partes contratantes,
que se manifiesta atravez de las ofertas o propuestas y la aceptación de las mismas
plasmadas, por escrito, en el contrato.
En consentimiento debe de estar exento de vicios que afectan la voluntad de las partes
contratantes; cualquier injerencia de estos vicios, produce la nulidad absoluta, o relativa,
del mismo contrato. Así mismo, la capacidad legal de los contratantes, sin ser un vicio, es
requisito indispensable para que el consentimiento sea válido.
En consecuencia, para expresar libre y voluntariamente el consentimiento, las partes
contratantes deben de ser legalmente capaces y estar exentas de vicios tales como el error,
la violencia, la intimidación o el dolo.
Articulo 1553 c.c. “El consentimiento se manifiesta por el concurso de la oferta y de la
aceptación sobre la cosa y la causa que han constituido el contrato”
La aceptación hecha por carta no obliga al que hizo la oferta sino desde que llego a su
conocimiento, El contrato, en tal caso, se presume celebrando en el lugar en donde se hizo
la oferta. Las ofertas, y su aceptación, se refieren al objeto o prestación en qué consiste la
obligación y a la causa por las que debe.
En el caso de que una persona acepte por carta (o por teléfono en el caso de ofertas
mercantiles (artículos 716 y 717 Código del Comercio), el oferente estar obligado a
cumplir hasta que llegue a su conocimiento la aceptación; mientras tanto, podrá revocarla
sin responsabilidad de su parte.

1.1 DE LA CAPACIDAD LEGAL.


Hemos dicho que para expresar la voluntad libremente, es preciso que el participante pueda
obligar jurídicamente, esto es: tener la aptitud suficiente para realizar válidamente actos
jurídicos.
Debemos distinguir, no obstante, entre la capacidad adquisitiva de gozo que es inherente a
todo ser humano, y la capacidad legal del ejercicio, pues esta ultima requiere, además, de la
facultad necesaria para beneficiarse materialmente del derecho del que es titular.
Sobre esta última, tanto la doctrina como nuestra ley, admiten como regla general, que toda
persona es legalmente capaz, articulo 1555 c.c. Toda persona es legalmente capaz, y como
excepción, que hay personas absolutamente incapaces, relativamente incapaces y
especialmente incapaces.
Articulo 1554 c.c. para que el consentimiento sea valido se necesita que el que lo
manifiesta sea legalmente capaz. Para ser legalmente capaz será necesario no estar
comprendido en ninguno de los casos de incapacidad a los que se refiere el artículo 1555
c.c. son incapaces absolutamente los dementes, los impúberes y los sordomudos que no
pueden darse a entender por escrito. Sus actos no producen ni aun obligaciones naturales y
no admite caución.
Son relativamente incapaces los menores adultos y lo que se hallan bajo interdicción de
administrar lo suyo, por sentencia ejecutoriada. Sus actos pueden tener valor en ciertas
circunstancias y bajo aspectos determinados por las leyes. De lo anteriores colige que las
personas catalogadas como absolutamente incapaces no pueden obligarse de manera
alguna; sus actos son nulos “IPSO JURE”. Solo podrán ser tenidos como dementes,
aquellas personas que hayan sido declaradas como tales, en un juicio de interdicción (art.
509 c.c.).
Son impúberes los valores menores de catorce años y las mujeres menores de doce según el
numeral primero del artículo 97 c.c. El Código de la Niñez y la Adolescencia han invertido
tal condición cuando prescribe que la adolescencia se inicia a los doce años en los varones
y a los catorce años en las mujeres. Por ser de orden público esta norma priva sobre la
relacionada en el Código Civil.
Por otra parte, en materia de matrimonio, es el código de familia en sus artículos 16,
quien reglamenta la capacidad legal para contraer matrimonio llegando, incluso, a
considerar, la posibilidad de que un matrimonio celebrado entre impúberes, puede llegar a
convalidarse un mes después de que el conyugue menor cumpla diez y seis anos, o que la
menor hubiese concebido antes de los diez anos.
También esta disposición es preferente a la del código civil por ser de orden público. El
sordomudo que no puede darse a entender por escrito, es absolutamente incapaz. Son
relativamente incapaces todos los púberes menores de veintiún años y todos aquellos a
quienes, por sentencia definitiva ejecutoriada (firme), tiene en suspenso el derecho para
administrar sus bienes.
Los actos realizados por estas personas son relativamente nulos, es decir, podrán ser validos
en ciertas circunstancias o por disposición de la ley, cuando no son impugnadas por parte
interesada. También hay, que considerar los casos en leyes especiales habilitan de edad a
los menores adultos, para celebrar válidamente actos y contratos, tales son: los
emancipados por matrimonio, los habilitados de edad, los comerciantes, algunos
trabajadores, entre otros.
Pero en término generales, el menor adulto no habilitado de edad, no podrá celebrar
válidamente actos o contratos son pena de nulidad relativa. En consecuencia, tendrá que
actuar a través de su tutor, curador o representante legal debidamente facultado y de
conformidad con las solemnidades que manda la ley.
En cuanto a incapacidad especial, esta se contrae a la que adolecente algunas personas a las
que la ley, en forma expresa, prohíbe la ejecución de ciertos actos jurídicos, atendiendo a la
misma naturaleza del acto. Así por ejemplo, un hijo adoptivo no puede casarse con un
hermano adoptivo aunque no tenga el vínculo real de consanguinidad. Debemos, pues,
concluir en que, para que el consentimiento sea validad serán necesarios los siguientes
requisitos:
a. Capacidad legal de que lo da.
b. Que se preste con el consentimiento preciso de los elementos en que debe recaer, es
decir, sin violencia o intimidación.
c. Que sea espontaneo, esto es, exento de dolo mala fe.

1.2 DE LOS VICIOSN DEL CONSENTIMIENTO


Se refiere a una serie de situaciones que afectan, de tal modo, a la voluntad, que le impiden
ser expresada libremente. El vicio de consentimiento produce la nulidad de contrato. La
doctrina considera cuatro clases de vicios, a saber, el error, la violencia, la intimidación y el
dolo.
1.2.1 EL ERROR:
En términos generales error es la creencia equivocada que se tiene sobre alguna cosa,
alguna persona o algún derecho. El error hace presumir la buena fe. No habrá error si hay
desconocimiento, total, en este caso nos estaríamos refiriendo a la ignorancia. No obstante,
el error y la ignorancia vacían el consentimiento originando la nulidad del contrato. Los
errores que recaen sobre las personas o las cosas, se denominan ERRORES DE HECHO;
los que recaen sobre la ley, se llaman ERRORES DE DERECHO. De acuerdo con
nuestro Código Civil en su artículo 723; la buena fe es la conciencia de haberse adquirido
el dominio de la cosa por medios legitimo, exentos de fraude y de todo otro vicio.
El justo error en materia de hecho no se opone a la buena fe. Pero el error en materia de
derecho constituye una presunción de mala fe que no admite prueba en contrato.
De lo anterior colegiamos que el único error que vicia el consentimiento es el error de
hecho, no pues el error de derecho no es un justo error por cuanto no podemos alegar
ignorancia de la ley (art. 6 c.c.). Así, pues, cuando el error recae sobre la identidad del
objeto, o sobre la naturaleza del contrato, o sobre la causa del mismo, nos estamos
refiriendo a errores de hecho que vician el consentimiento y por tanto producen la nulidad
del contrato.
PARA QUE EL ERROR VICIE EL CONSENTIMIENTO, SERÁ PRECISO:
a. QUE SEA ESENCIAL: es decir que recaiga sobre la cualidades (objetivos y
subjetivos del objeto o cosa material del contrato. Esto significa que el error debe
recaer sobre la sustancia, o sobre las condiciones de la cosa objeto del contrato. Por
ejemplo: creer que se está comprando un anillo de 18 quilates, cuando en realidad
tiene validez.

b. QUE SEA DETERMINANTES: si el error recae sobre la personas, será preciso


que esa persona haya sido la causa principal para la celebración del contrato. Se
refiere tanto a la identidad de la personas, como a su alidada, cuando es lo que se ha
tomado en cuenta para la celebración del contrato. Ahora bien, si el error puede ser
subsanado fácilmente, o puede identificarse a la persona con la que se ha
contratado, no habrá tal vicio de consentimiento.
Para que el error (esencial o determinante) vicie el consentimiento tiene que ser
justo, desprovisto de mala fe, excusable. Se entiende que la culpabilidad o
negligencia de alguna de las partes pueden ocasionarse e error, pero la culpa es solo
presunción de buena fe que admite pruebas en contrario en tal sentido, si llega a
probarse la mal fe, el error, se vuelve inexcusable produciendo, no la nulidad por
vicio de consentimiento, si no la responsabilidad civil de tener que reparar el daño
causado.

Sobre el error prescribe nuestro Código (artículo 1557) para que el error invalida el
consentimiento deberá recaer sobre la sustancia de la cosa que fuere objeto del
contrato o sobre aquellas condiciones de la misma que principalmente hubiera dado
motivo a celebrarlo.

El error sobre la persona solo invalidara el contrato cuando la consideración a ella


hubiera sido la causa principal del mismo. El simple error de cuenta solo dará lugar
a su corrección.

I.2.2 LA VIOLENCIA
La violencia implica la fuerza irresistible que se ejerce sobre las personas o los bienes con
miras a obtener el resultado deseado. La violencia vicia el consentimiento cuando se
obtiene por medio de la fuerza que no pueda ser contrarrestada por la otra parte.
Se precisa de la manifestación externa para que podamos hablar de violencia, de otra forma,
estaríamos hablando de intimidación.
Por ejemplo, si por medio de una golpiza alguien obliga a otro a firmar un contrato, este
sería nulo por estar viciando el consentimiento por la violencia física. En este caso hay
violencia material, física y fuerza irresistible.
Articulo 1558 c.c. (párrafo primero) hay violencia cuando para arrancar el consentimiento,
se emplea una fuerza irresistible.
I.2.3 INTIMIDACIÓN
Es la coacción que se ejerce sobre el ánimo o espíritus de una persona, en procura de un
interés particular. Está exenta de fuerza física. En materia intelectual, la intimidación
consiste en la coacción ejercida a uno de los contratantes, ocasionándole temor racional y
fundado, de que sufrirá un mal inminente y grave en su persona o bienes o en la persona o
bienes de su conyugue, ascendientes o descendientes.
Para que la intimidación vicie el consentimiento tendrá que atenerse a los edad, sexo y
condición de la persona que la sufre. No sería lógico, por ejemplo que un anciano, postrado
por enfermedad, intimide a un hombre poderoso y en plenitud de sus facultades físicas y
mentales.
Será preciso que la intimidación inspire miedo o temor racional y fundado, es decir, que sea
verosímil; también debe de ser inminente y grave, es decir, que esta pronto a suceder y que
infunde verdadero temor; que recaiga sobre el contratante, sus bienes, o conyugue,
ascendiente o descendiente del mismo y, o, sus bienes, que sea injusta o ilícita, es decir, que
no sea legitima, y finalmente que sea determinante para la celebración del contrato.
Hacemos la observación de que los actos de intimidación pueden ser ocasionados por
terceras personas distintas al contratante generando, igualmente, la nulidad del contrato.
Claro está, que siendo la intimidación un acto de mala fe, tendrá que ser probada por el
afectado.
Articulo 1558 c.c. hay intimidación cuando se inspira a uno de los contratantes el temor
racional y fundado de sufrir un mal inminente y grave en su persona o bienes, o en la
persona o bienes de su conyugue, descendiente o ascendiente.
Para calificar la intimidación debe atendérsele a la edad, al sexo y a la condición de la
persona. El temor de desagradas a las personas, a quienes se les debe sumisión y respeto no
anulara el contrato. La sumisión por razón de jerarquías o el vicio de consentimiento,
excepto que la persona a respetar intimide a la que debe obediencia de causarle un grave
daño si no hace lo que le ordena. Por ejemplo, que el padre ordene al hijo que se
comprometa con un tercero, bajo la amenaza de que lo abandonara si no lo hace.
Articulo 1559 c.c. la violencia o intimidación anulara la obligación aunque se haya
empleado por un tercero que no intervenga en el contrato.
I.2.4 EL DOLO
Dolo significa fraude, trampa, mala fe, mala intensión, etimológicamente hablando.
Doctrinalmente se reconocer dos clases de dolo en materia civil: el dolo grave, principal o
causante y el dolo incidental y obligacional; ambos tiene una connotación muy diferente al
dolo penal (intensión deliberado de causar daño sobre otra persona o bienes), aunque en
todos encontramos el común denominador de la mala fe.
En materia civil, el dolo contractual implica toda actuación mal intencionada o fraudulenta
de alguna de las partes (generalmente el deudor) que se produce con motivos de la
contratación o con motivo del cumplimiento de la obligación contenida en el contrato.
DOLO GRAVE, CAUSANTE O PRINCIPAL:
Consiste en el conjunto de artimañas utilizadas por uno de los contratantes para convencer a
otro para celebrar un contrato que, sin ellos, jamás hubieran celebrado, pues no hubiese
prestado el concurso de su voluntad. Los romanos lo llamaban DOLO MALO, para
diferenciarlo del DOLO BUENO que, siendo licito, permitía que los afectados por el dolo
malo, se valieran de ciertos artificios para defenderse del dolo malo.
Al dolo grave, causante o principal, se refiere el artículo 1560 c.c. el efecto que produce
este solo, es el de la nulidad del contrato.
DOLO INCIDENTAL U OBLIGACIONAL.
Consiste en actos u omisiones, realizadas de mala fe o mala intensión de un de los
contratantes, para cumplir las obligaciones contractuales. Se produce con motivo de la
ejecución de un contrato legalmente valido. Este dolo produce un efecto diferente a la
nulidad, cual es la d obligar al contratante doloso a pagar indemnización de daños o
perjuicios.
El efecto de este dolo no puede ser renunciado anticipadamente por las partes en el
contrato, irrenunciabilidad que hace de orden Publio al dolo incidental. A este dolo se
refiere el artículo 1361 c.c. la responsabilidad procedente del dolo es exigible en todas las
obligaciones. La renuncia de la acción para hacerla efectiva es nula.
Recapitulando: el dolo grave o principal se produce con anterioridad a la celebración del
contrato y produce nulidad del mismo; el dolo incidental se produce con motivo de
ejecución y produce la obligación de su autor a pagar indemnización de daños y perjuicios.
El artículo 1560c.c. se refiere al dolo grave o principal; hay dolo cuando, con la palabra o
maquinaciones insidiosas de uno de los contratantes, es inducido el otro a celebrar un
contrato que, sin, ellas, no hubiera hechos.
Articulo 1561c.c. para que el dolo produzca la nulidad de los contratos, deberá ser grave y
no haber sido empleado por las dos partes competentes. El dolo incidental solo obliga al
que lo empleo a indemnizar daños y perjuicios.
De lo anterior inferimos que, para que el dolo grave vicie el consentimiento, produciendo la
nulidad del contrato, deberá darse los siguientes requisitos.
1. Que sea motivo principal y determinante para celebrar un contrato.
2. Que sea cometido por una de las partes, no por personas terceras. Pero si habrá dolo
si una de las partes sabe de la acción dolosa del tercero, y no la comunica a la otra
parte.
3. Que el solo no haya sido empleado por ambas partes contratantes, como podría
reclamar el dolo un contratante que ha sido engañado por el vendedor, si pago el
objeto comprado con dinero falso.

2. DEL OBJETO DE LOS CONTRATOS


En términos generales podemos decir que el objeto del contrato lo constituyen los derechos
y obligaciones que contiene. A su vez obligaciones está conformada con los siguientes
elementos; sujetos, objeto y vinculo jurídico.
El objeto de la obligación es la prestación que subjetivamente consiste en la conducta que
debe asumir el deudor dando, haciendo o no haciendo alguna cosa, y objetivamente, como
el beneficio que percibe el acreedor. Si el objeto del contrato es la obligación, es preciso,
que esta exista y para que esta exista será preciso el concurso de sus elementos, sujeto,
objeto y vinculo jurídico. En tal sentido, si se refiere en forma indirecta el objeto del
contrato es la presentación misma contenida en la obligación.
Debemos recordar que, para que la prestación sea eficaz, deberá ser posible, licita y
determinad (o al menos determinable). Será posible, cuando tenga existencia real o cuando
no haya impedimentos materiales, legales, ni de otra índole, que obstruyan su existencia.
Será lícita, cuando no es prohibida o contraria a la ley, alta moral y al orden público. Y será
determinada cuando se identifique plenamente o pueda llegar a identificarse sin necesidad
de nueva convención.
De esta forma, toda cosa o hecho que sea posible, licito, y determinable, puede ser objeto
de la obligación y por ende el contrato. No todas las cosas y hechos reúnen estas
características. Hay cosas que no tiene valor patrimonial, como el cielo, el más las estrellas;
estas cosas no pueden ser objeto de contrato.
Las únicas cosas que pueden ser objeto del contrato, son los bienes porque si tienen
estimación pecuniaria; los bienes pueden ser corporales muebles e inmuebles, e
incorporales como los derechos adquiridos; solo esta clase de bienes pueden ser objeto de
trafico jurídico circulando en el comercio de los hombres.
También los hechos deben ser posibles, lícitos y determinados o determinables, de lo
contrario tampoco podría ser objeto del contrato. Así, una persona puede obligarse a
transportar a los estudiantes de derecho de la UNAH; pero no sería licito que usara para
ellos los carros del estado; o que se comprometieran a llevarlos a hombros, pues eso no
podría ser posible, tampoco será licito abrir un negocio para vender tarjetas de identidad, ni
podríamos obligarlos a prestar servicios como (matones) pues ambos hechos son contrarios
al derecho y el orden público.
Entre las presentaciones licitas deben considerarse aquellas que, si bien no existe o puedan
realizarse al momento de la contratación, se espera que lleguen a existir o que se puedan
realizar. Obviamente, será necesario que la eventualidad ocurrirá, para que la presentación
objeto de la obligación (y del contrato) sean eficaz.
Por ejemplo; puede venderse una cosecha futura, pero darse la condición de esta se
produzca. Puede prometer firmar un contrato de compra-venta si el comprador le entrega
una prima de Lps. 100,000.00 dentro de tres meses; si no ocurren la condición, no firmare
el contrato de compra-venta; pero si se da, el contrato del hecho de firmar el contrato tendrá
que realizarse.
Articulo 1562 c.c. Pueden ser objeto del contrato todas las cosas que no están fuera del
comercio de los hombres, aun las futuras.
Las cosas que no están en el comercio son los comunes a todos los hombres que no tiene
contenido patrimonial (son los bienes), los derechos inherentes o personalísimo (como los
que nacen del matrimonio, el de ejercer el sufragio, en la identidad, etc.) los bienes
nacionales de uso público como los puentes, calles, ríos, (articulo 617 c.c.) y los bienes no
embargables que señala el artículo 1444 c.c. tales como el hecho del deudor, libros,
relativos a la profesión, suelos, etc.
El articulo 1567 c.c. hay objetos ilícitos:
a. De las cosas que no están en el comercio.
b. De los derechos o privilegios que no pueden transferirse a otra persona.
c. Lo hay en la enajenación de las cosas embargadas por decreto judicial, o cuyas
propiedades se litigan, a menos que proceda autorización judicial o consentimiento
de las partes; pero aun sin estas condiciones, no podrá alegrarse lo ilícito del objeto
contra, terceros de buena fe, tratándose de bienes y raíces, si la litis o el embargo no
se hubiera anotado con anterioridad en la enajenación.
Que el objeto sea determinado o determinable, lo confirma el artículo 1563c.c. que dice: el
objeto de todo contrato debe ser determinada en cuanto a su especie. La interminación de la
cantidad no será obstáculo para la existencia del contrato siempre que sea determinarla sin
necesidad de un nuevo convenio entre los contratantes.
Sin la presentación es de hacer los hechos también deben ser reales y posibles, material o
legalmente. A este propósito prescribe al artículo 1564 c.c. si el objeto del contrato es un
hecho, es necesario que sea física y moralmente posible.
Es físicamente imposible el que es contrario a la naturaleza, y moralmente imposible el
prohibido por las leyes o contrario a las buenas costumbres o al orden público. Hay ilicitud
del objeto en los casos comprendidos en los artículos del 1565 al 1568, inclusive del
Código Civil, tales como el que contraviene el Derecho Publico hondureño, o el derecho a
sucederle a un vivo o el perdón del dolor futuro.
Articulo 1565 c.c.: Hay objeto ilícito en todo lo que contravienen el derecho público
hondureño. Así, la promesa de sostenerse en Honduras una jurisdicción no reconocida por
las leyes hondureñas es nula por el vicio del objeto. Articulo 1566 c.c.: El derecho de
suceder por causa de muerte a una persona viva no puede ser objeto de una donación o
contrato aun cuando intervenga en consentimiento de la misma persona.
Articulo 1568 c.c.: El pacto no puede pedir más en razón de una cuenta aprobada, no vale
en cuanto al dolor contenido en ella, sino sea condonado expresamente. La condonación del
dolo futuro no vale. El dolo al que hace referencia este artículo no es otro que el dolo
incidental relacionado en el artículo 1361 c.c.
3. DE LA CAUSA DE LOS CONTRATOS
Comúnmente sea entendido como causa el motivo que tienen los contratantes para celebrar
el contrato, sin embargo, causa y motivo tiene connotaciones diferentes, pues aun que sea
valido afirmar que ambos conceptos comprenden la razón de ser del contrato, la causa será
su razón objetiva, mientras que el motivo su razón subjetivo.
Objetivamente la causa debemos entenderla como la razón jurídica o la finalidad directa e
inmediata que persiguen ambas partes al obligarse contractualmente, sin importar quienes
en las partes. Es la finalidad próxima que persigue el contrato; es la obligación misma que,
para que cada parte, implica el contrato. Por eso es por la causa es elemento esencial de
todo contrato.
El motivo es la razón subjetiva del contrato; lo que mueve a las partes en celebrar. De quien
el motivo cambia según sea el interés personal que cada sujeto persigue. El motivo no es
parte esencial para la valides del contrato, excepto que sea condición para su propia
existencia y validez.
En un contrato de arrendamiento compro mesa de venta de una casa; por ejemplo: la causa
del contrato seria la obligación del arrendador al entregar la casa en arrendamiento y la
posterior firma del contrato de compra –venta, así como la obligación del arrendatario de
pagar el precio de la renta y el precio total de la compra; el motivo seria la razón particular
que mueve a cada parte a celebrar el contrato que, bien pudiera ser, e interés del logro del
arrendador y la necesidad del arrendatario, intereses de ambos irrelevantes para la validez
del contrato.
Nuestro Código Civil, sin llevar a conceptualizar la causa del contrato, la hace radical en la
función objetiva del contrato en relación con las presentaciones de las partes. La obligación
que cada parte tiene respecto a la otra, hace presumirla causa del contrato. Lo dicho se
desprende de lo que prescrito los articulo 1569 y 1572 c.c.
Articulo 1569c.c. En los contratos onerosos se entiende por causa, para cada parte
contratantes la prestación o promesa d una cosa o servicio por la otra parte; en los
remuneratorios, el servicio o beneficio que se remunera y en los de pura beneficencia, la
mera liberalidad del bienhechor.
Es clara la alusión de que la causa radica en el objeto o prestación que cada parte tiene para
con la otra, o en la mera liberalidad del bienhechor. Recordemos que el contrato es oneroso
cuando cada contratante se grava en beneficio del otro y remuneratorio (o comunicativo)
cuando cada parte se obliga a dar o hacer algo equivalente a lo que la otra parte debe dar o
hacer.
Articulo 1572c.c. aunque la causa no se expresa en el contrato, se presume que existe y que
es licita mientras el deudor no pruebe lo contrario.
Debe suponerse que todo contrato encierra una razón objetiva, por tal razón, aunque en el
no se manifiesta en forma expresa, debe entenderse que existe lícitamente, salvo prueba en
contrario por el deudor que reclame su ilicitud o inexistencia. Por ejemplo; una letra de
cambio, un pagare, un cheque no expresan la causa, pero esta se presume; si el deudor
alegara su inexistencia, falsedad o ilicitud, tendría que probarla en juicio.
De todo lo expresado se colige que, para que el contrato sea válido, la causa debe tener
existencia real, ser verdadera (no fingida o simulada) y licita (no contraria a las leyes o a la
moral).
Articulo 1570 c.c. la expresión de una causa falsa en los contratos dar lugar a la nulidad, si
no probase que estaba fundados en otra verdadera o licita.
En consecuencia, la sanción que conlleva la inexistencia, la falsedad o la ilicitud de la
causa, es la nulidad del contrato. V. gr.
No hay causa si alguno trata de comprar algo que ya le pertenece; o si se promete dar algo
en pago por una deuda imaginaria; será la causa si me obligo a pagar Lps. 20,000.00 por
una mercadería inexistente, pero si se me entregare los Lps. 20,000.00 en vez de
mercadería, no podre alegar la falsedad de la causa; será ilícita la causa cuando está
prohibida por las leyes, como cuando alguien se obliga a traer mercadería de contrabando.
En todos estos casos, el efecto que se produce será la nulidad absoluta del contrato. Ya el
articulo 1552 c.c. establece que la causa de obligación que se establezca, es requisito
concurrente para que haya contrato.
También el articulo 1586 c.c. que explicaremos posteriormente, establece como causal de
nulidad absoluta la falta de alguno de los requisitos esenciales para la validez del contrato.
La causa es uno de tales requisitos.
VII. DE LA EFICACIO DE LOS CONTRATOS.
Al hablar de la eficacia de los contratos, nos estamos refiriendo a los efectos que estos
deben producir lo que se contrae a la obligación de cumplirlos de acuerdo con las clausulas
y condiciones contenida en ellos y además, asumir la responsabilidad que vayan acordes
con las consecuencias que se deriven de ellos.
En términos generales, los contratos producen efectos entre las partes contratantes y sus
herederos en cuanto a los derechos transmisibles; pero también pueden, eventualmente,
extender sus efectos ara terceras personas que resulten favorecidas por disposiciones
contractuales.
EFICACIA ENTRE LAS PARTES:
Salvo las excepciones del caso, los contratos obligan a las partes en forma irrevocable, lo
que significa que deberán ser cumplidas por ellas sin que puedan modificarse, ni desistirse
unilateralmente por las partes contratantes obligatorias.
En la mayoría de las legislaciones, entre las que incluimos la nuestra, la misma ley le da
fuerza obligatoria a los contratos elevados a normas o leyes que deberán ser observadas por
las partes contratantes.
Excepciones a este principio lo constituyen, por ejemplo, la renovación o la renuncia del
mandato la renovación de la donación por motivo de supervivencia propia o familiar, la
separación del socio de una sociedad mercantil por su propia voluntad, entre otros.
Sin olvidar la posibilidad de la aplicabilidad de la clausula REBUS SIC STANTIBUS en
los contratos de tracto sucesivo, que se extiende, exclusive, a otras situaciones tales como la
falta de equivalencia de las prestaciones, la falta de causa funcional, el riesgo imprevisible,
por citar algunos.
En nuestro sistema tal, y como la prescribe al artículo 1573 c.c. todo contrato será
obligatorio mientras se conjuguen los requisitos esenciales de validez que conocimos a
través del articulo 1552 c.c. es decir, consentimiento, objeto y causa.
Articulo 1573c.c. los contratos serán obligatorios, cualquiera que sea la forma en que se
han celebrado, siempre que en ellos concurran las condiciones esenciales para su validez.

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