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Un nivel normal de ácido estomacal crea un pH de 1.5 a 2.5. Pero, a medida que envejecemos, las células parietales en
la membrana que recubre las paredes del estómago generan menos ácido estomacal, llamado ácido clorhídrico (HCl).
De hecho, la mitad de las personas mayores de 60 años tienen hipoclorhidria (ácido estomacal bajo), y para los 85 años,
el 80 por ciento de las personas relativamente sanas tienen ácido estomacal bajo. Además, ciertos medicamentos
reducen el ácido estomacal. Los medicamentos que bloquean el ácido aumentan el pH estomacal a 3.5 o más. Esto
inhibe la pepsina, que es un posible irritante del estómago, pero también es esencial para la digestión de la proteína. El
ácido estomacal también es necesario para la absorción de muchos minerales. Además, el ácido estomacal proporciona
nuestra primera defensa contra el envenenamiento de alimentos, el H. pylori, los parásitos y otras infecciones. Sin una
cantidad adecuada de ácido, quedamos expuestos a una menor resistencia inmunitaria y a una variedad de otros
problemas de salud. El crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado ocurre en el 20 por ciento de las personas
de entre 60 y 80 años, y en el 40 por ciento de las personas mayores de 80 años. Se necesita un nivel adecuado de HCl
para la absorción de la vitamina B12 de los alimentos; la deficiencia de B12 provoca debilidad, fatiga y problemas en el
sistema nervioso. Los niveles de vitamina C también son bajos en personas con falta de ácido estomacal. Para la absorción
de varios minerales, como el hierro, el calcio, el magnesio, el cinc y el cobre, se requiere un entorno ácido. El ácido es
esencial para la degradación de los enlaces de proteína en el estómago, y un contenido deficiente de ácido en el
estómago causa indigestión. Los síntomas de la hipoacidez suelen ser iguales a los de la hiperacidez.
La hipoclorhidria puede ser causa de lo siguiente: anemia perniciosa, infección crónica de H. pylori, tratamiento a
largo plazo con inhibidores de la bomba de protones (como Prilosec®), gastritis autoinmune y mucolipidosis tipo IV.
n Sensación de estar lleno después n Vasos sanguíneos dilatados en las las deposiciones
de comer mejillas y en la nariz (en personas n Infecciones crónicas con cándida
suplementos
ENFERMEDADES ASOCIADAS CON LA HIPOCLORHIDRIA
n Diabetes n Osteoporosis
1. Comience tomando una cápsula de clorhidrato de betaína de 350-750 mg con una comida que
contenga proteína.
n Una respuesta normal en una persona sana sería malestar, básicamente acidez.
n Si no siente una sensación de ardor, comience a tomar dos cápsulas con cada comida que
contenga proteína.
2. Sino tiene ninguna reacción después de dos días, aumente la cantidad de cápsulas que toma con cada
comida a tres.
3. Continúe aumentando la cantidad de cápsulas cada dos días, hasta un máximo de cinco cápsulas (o según le
sugiera su profesional de la salud) con cada comida si fuera necesario.
n Estas dosis pueden parecer grandes, pero un estómago que funciona normalmente fabrica una cantidad
mucho mayor.
n Sabrá que ha tomado demasiado si siente hormigueo, acidez, diarrea o cualquier tipo de molestia,
inclusive una sensación de ansiedad; malestar digestivo; dolor en el cuello, la espalda o la cabeza; o
cualquier síntoma extraño nuevo.
n Si siente hormigueo, ardor o cualquier síntoma molesto, puede neutralizar el ácido con una cucharadita
Precauciones: la administración de HCl/pepsina está contraindicada en caso de úlcera péptica. El HCl puede irritar el
tejido sensible y puede tener un efecto corrosivo en los dientes; por lo tanto, las cápsulas no deben vaciarse en los alimentos
ni disolverse en las bebidas. Haga una consulta de seguimiento con su proveedor de la salud en 4-6 semanas o en caso de
que tenga alguna pregunta.