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Resumen: S-015

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDEST E


Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2004

Barrios pobres
como instituciones totales

Pratesi, Ana R.

Carrera de Relaciones Laborales – Universidad Nacional del Nordeste


San Juan 434 - 3400 – Corrientes - Argentina.
Teléfono: 03783 427141
E-Mail: anapratesi@gigared.com

Antecedentes.
Este trabajo es parte del Proyecto “Población pobre objeto de políticas sociales”, Nº 690 de la Secretaría General de
Ciencia y Técnica de la UNNE, que se desarrolla en distintos barrios del Gran Resistencia.
El fenómeno de la pobreza es inseparable de las políticas que se ocupan de él. Las definiciones de la pobreza son
cambiantes y relativas, y son producto de las políticas que la sociedad dispone para asistirla ( Nun, Murmis y Marín,
1968)

Según Oscar Lewis (1972) habría dos concepciones opuestas de la pobreza expresadas en valores que caracterizan al
pobre, desde una valoración positiva los pobres serían virtuosos, serenos, confiados, honestos, independientes, etc.;
desde una valoración negativa los pobres serían perversos, violentos, criminales, etc. Este sistema de valores que se
expresan en la literatura, proverbios y refranes también “se reflejan en la lucha interna que tiene lugar en la presente
guerra contra la pobreza” (Lewis, 1972: 8)

Desde estas dos posiciones que caracterizan la pobreza se sustentan dos posiciones sobre como asistirla:
1. apelando a las potencialidades de las comunidades pobres para su organización y solidaridad o
2. que esas comunidades sean dirigidas por la clase media, que estaría en mejores condiciones para hacerlo.
Este dualismo planteado por Lewis en la década de los ’70, tiene en los ’80 una aparente alternativa: fomentar la
organización y participación de los pobres bajo la supervisión de los técnicos.
A partir de la década de los ’80 se dejó de lado el principio universalista en las políticas públicas, se diseñaron nuevas
estrategias políticas – uniformes para toda América Latina - para atender a aquellos sectores de la población en
situación de pobreza, estrategias diseñadas en los estados mayores de la política – organismos supranacionales,
gobiernos nacionales, agencias financiadoras - y replicadas infinitamente en cada programa nacional, local, en cada
proyecto comunitario destinado a combatir la pobreza.
Las nuevas políticas sociales para asistir a la población pobre planifican y ejecutan estrategias explícitas: focalización,
participación, descentralización y capacitación, que se fundamentan principalmente en la eficacia y eficiencia de la
inyección de recursos.
De la combinación de esas estrategias cuya planificación es explícita para la ejecución de programas en un territorio
seleccionado, surge una tecnología que no está explícitamente planificada, pero con una alta eficacia en el control de la
población. Se trata de la organización del tiempo de la vida cotidiana de grandes grupos, de comunidades.

La dimensión temporal es uno de los ejes alrededor del cual se desarrolla la subjetividad, ya sea marcando las etapas del
ciclo vital, el momento histórico en el que se desenvuelve la existencia o en la estructuración de la vida cotidiana; este
último aspecto es el que analizaremos en este trabajo.
En la vida cotidiana el flujo temporal está marcado por la intersubjetividad y se regula en la correlación del calendario
establecido socialmente y el tiempo interior, dando lugar a una estructura temporal sumamente compleja e
inevitablemente coercitiva.

Materiales y Métodos

Así como Oscar Lewis (1992) reseña un día típico en las familias de una comunidad pobre como un enfoque específico
en la investigación, aquí propongo la visión de un día típico en el barrio a fin de describir y analizar la vida cotidiana de
los pobladores de barrios.
Los datos son producto de la observación participante en actividades y reuniones entre los años 2000 y 2003 en distintos
barrios de la ciudad de Resistencia.
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Discusión de Resultados

El ordenamiento espacial en la ciudad diferencia y establece distancias sociales entre los habitantes de los barrios
pobres y el resto de la población, pero es el ordenamiento temporal de la vida cotidiana el que, no sólo no diferencia,
sino que unifica la vida de los individuos. La vida cotidiana de los vecinos, independientemente de su identidad, se
desenvuelve en mayor medida dentro de los límites del barrio.

La repetición frecuente de acciones es el inicio de un proceso de habituación (Berger y Luckmann, 1998) por el cual
los sujetos aprehenden pautas de acción que se reproducen con la consiguiente economía de esfuerzo, se van
consolidando como rutinas que se incorporan en la planificación de las acciones.

Las acciones habitualizadas corresponden al nivel de los individuos. Cuando – a partir de la interacción – estas
acciones son tipificadas recíprocamente de acuerdo al criterio de quien la ejecuta, entramos en el proceso de la
institucionalización.

Desde este punto de vista, las instituciones surgen de un proceso histórico de interacción entre sujetos y cumpliendo su
misión de control social, canalizan las acciones en una dirección determinada.

Como institución podemos definir al barrio, donde se desarrollan acciones habitualizadas tipificadas según actores, y
donde se controla la vida cotidiana del conjunto de la población.

Observando el barrio en su conjunto, y cómo operan los distintos programas sociales sobre su población, es inevitable
asimilarlos con características salientes de lo que Goffman - enfocando las interacciones - llamó “institución total” y
Foucault - poniendo de relieve las relaciones de poder - llamó “instituciones de secuestro”.

 Desde el punto de vista de las interacciones

En su investigación sobre un hospital psiquiátrico Goffman (1992) encuentra las características esenciales de lo que
denominó “institución total”, concepto aplicable a instituciones de distinta naturaleza.

La institución total consiste en un mismo lugar de residencia y trabajo, donde un gran número de individuos en similar
situación comparten la rutina diaria, la que es formalmente administrada.

Las necesidades humanas son atendidas mediante una organización burocrática, y las actividades se organizan de
acuerdo a un sistema de normas cuyo cumplimiento está bajo la supervisión de funcionarios, distantes socialmente de
los otros actores.
Esta organización rompe las barreras entre las distintas áreas de la vida: el reposo, el trabajo, la alimentación, y las
engloba en una única planificación.

Podemos decir que el barrio adopta una organización híbrida, en la cual no hay separación entre el ámbito público y el
privado, y los aspectos domésticos pasan por un proceso de formalización, tenemos que:

Las actividades diarias se realizan en compañía de un gran grupo de personas. Los programas sociales comprenden a
toda la población pobre; aunque todos los programas están focalizados, ya sea geográficamente o por atribuciones de
vulnerabilidad, lo que restringiría el acceso a los programas. Sin embargo toda la población pobre está cubierta por
algún programa, en general más de uno, y parte de la población menos pobre (no focalizada) accede o se beneficia de
alguna manera de ellos.

Los programas están especializados en prestaciones que tienen que ver con la naturaleza de la necesidad: alimentación,
vivienda, trabajo, educación, recreación. El conjunto de los programas abarcan a toda la población respondiendo a esas
necesidades y organizando la vida cotidiana. De esta manera se diluyen los límites que separan a los ámbitos de la vida,
lo público y lo privado, lo estatal y lo doméstico.

Hay una planificación de las actividades que están normadas y controladas por los funcionarios. Todos los días del año
están organizados por estas actividades que se desarrollan en el barrio en un día típico.

Esta descripción que obtenemos con el modelo de institución total de Goffman no estaría completa si no la explicamos
desde la dimensión del poder, para lo cual recurrimos a Foucault.

 Desde el punto de vista de las relaciones de poder


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Cuando se refiere a instituciones de secuestro (Foucault, 1980) marca su surgimiento en el siglo XIX y su finalidad es la
inclusión y normalización, reemplazando a las instituciones de reclusión del siglo XVIII que excluía a los individuos
del círculo social.

El logro de la inclusión (por vía de la exclusión) y la normalización se hace posible por tres funciones que despliega la
institución: la transformación del tiempo vital en tiempo de trabajo; la transformación del cuerpo de los hombres en
fuerza de trabajo y la creación del nuevo tipo de poder polimorfo y polivalente.

o Tiempo y fuerza de trabajo

En el cuadro anterior vemos que, como actividad se desarrollan tareas de construcción edilicia, elaboración de comidas,
cuidado de niños, estudio; es decir trabajo que insumen horas y esfuerzos de muchas personas en mutua coordinación.

o Poder polimorfo y polivalente, podemos reconocer


- un poder económico, las prestaciones en dinero, bienes o servicios de las cuales depende la población
para su subsistencia;

- un poder político, ejercido por aquellas personas que en su carrera han logrado posiciones centrales y,
desde esa posición dan órdenes, imponen reglamentos, toman decisiones;

- un poder judicial, esas mismas personas tienen la prerrogativa de recompensar o castigar, de admitir o
de excluir.

Las personas que ejercen esas formas de poder son los “responsables” que asumen distintas figuras: presidente,
directora, encargados, delegados, empleado gubernamental, madres cuidadoras, maestros, profesores, monjas, etc.

Ejercen un poder político y jurídico en forma directa o condicionada por un poder superior, y el poder económico por
delegación de los organismos que otorgan los subsidios en forma de dinero, bienes o servicios.

Foucault considera las relaciones que se establecen entre instituciones de secuestro, para lo cual le quita relevancia a la
pertenencia estatal o extra estatal, ya que considera que se trata de una red infraestatal en la cual está encerrada la
existencia de los hombres.

El ordenamiento del tiempo cotidiano en los límites de un área seleccionada produce el fenómeno de insularización
territorial, cuando – como en este caso – el ordenamiento se produce por efecto de una intervención externa, esa isla
adquiere la forma de una institución de secuestro sin muros.

Conclusiones

Teniendo en cuenta que los procesos descriptos se repiten en cada villa, barrio, asentamiento de la ciudad de
Resistencia, podríamos decir que se da lugar así a una transformación de la ciudad como la que describe Andrenacci
refiriéndose a la ciudad de Buenos Aires y su conurbano:

“En los términos aquí preferidos, una “ciudad integrada” es progresivamente reemplazada por una “ciudad
diferenciada” que se podría transformar potencialmente en una “ciudad segmentada”.” (Andrenacci,
2002:15)

El control del tiempo por parte de quienes planifican y ejecutan los programas sociales se transforma así en un modo de
sujeción de los individuos, bajo este control cae la vida doméstica, la vida social, las experiencias laborales, escolares y
de formación. Queda así aumentada la necesaria coerción que implica la estructuración temporal de la vida cotidiana y
la diferenciación espacial en la ciudad

Bibliografía.

Andrenacci, Luciano (2002b)Politización perversa y segmentación social. Dos dilemas de la política social local en la
Región Metropolitana de Buenos Aires. Iº Congreso Nacional de Políticas Sociales. Universidad Nacional de Quilmes
Berger, Peter y Thomas Luckmann (1998) La construcción social de la realidad. Buenos Aires, Amorrortu
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Foucault, Michel (1980) La verdad y las formas jurídicas. Barcelona, Gedisa


Goffman, Erving (1992) [1961] Internados. Ensayos sobre la situación social de los enfermos mentales. Buenos Aires:
Amorrortu.
Lewis, Oscar (1972) La cultura de la pobreza. Barcelona: Anagrama
----------------- (1992) Antropología de la pobreza. Cinco Familias, F.C.E., México.
Nun, José, Miguel Murmis y Juan Carlos Marín (1968) La Marginalidad en América Latina. Informe Preliminar.
Instituto Torcuato Di Tella, Buenos Aires.

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