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i CAPITULO 1
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El paradigma ecológico en la psicología


comunitaria: del contexto a la complejidad
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! Jorge Castelld Sarriera
I

La importancia de la elección de una teoría explicativa

Aunque nos sea familiar la máxima "N o hay nada más


práctico que una, buena teoría", la experiencia cotidiana nos
muestra la dificultad de alcanzar coherencia entre lo que pen-
samos y lo que hacemos. Esto le ha pasado durante mucho
tiempo a la psicología comunitaria, disciplina que, de forma
intuitiva, bajo la: ley del ensayo-error, ha ido tanteando los
caminos de la acción comunitaria. Por ese motivo algunas
prácticas comunitarias se transformaron en acciones asisten-
cialistas y, con frecuencia, no se puede evaluar la consecución
de sus objetivos! de trabajo, aun cuando estén inicialmente
explicitad?s. . 11 . , . .. .
Profesionalizar la tarea del psicólogo comurutano implica
la realización de un trabajo que: 1) tenga como telón de
fondo una buena teoría explicativa, evaluada de forma positi-
va por otros profesionales del área, que posean experiencia y
conocimiento; 2) sea capaz de realizar un análisis sistemático
y lo más completo posible de la realidad, sobre la base del
conocimiento construido a partir del saber científico y el
saber popular; 3) se ori<7l~~os valores éticos de respeto,
solidaridad y compromiso. .
Como área aplicada de la psicología social, la psicología
comunitaria podría valerse de diversas teorías que expliquen
r,~'(:~:.
__ 28 J01-ge Cnstelld Sarriera
El pnradip;mn ecológico en la psicologín C011l1lnita,-ia.. . 29
[1'):
jar, lo que llevará a escoger el inso-umental teórico-metodo-
el comportamiento humano. Sin embargo" frente a esa posi- "0 lógico más eficaz para llegar a los objetivos propuestos. En la
bilidad hay que tener en cuenta varios aspectos. En primer :"\ pi-áctica, muchos conceptos de las teorías antes citadas se
lugar, cada teoría ha sido construida mediante el conoci- .i. complementan Y se enriquecen mumamente·. Cada una de
miento producido a partir de determinadas prácticas y en ellas atribuye mayor importancia a ciertas categorías de aná-
determinados contextos, y por ejemplo tendrá más consis- lisis o a focos temáticos determinados (por ejemplo, concien-
tencia y fuerza explicativa dentro del campo en el cual fue ciación, fortalecimiento, organización Ycambio comunitario,
validada. Así, existen buenas y diferentes teorías para explicar salud y prevención, desarrollo humano y social). En cualquier
los procesos de aprendizaje, los procesos psicológicos o el caso, las teorías que hemos seleccionado para abordar en este
contexto social, educacional, laboral y de la salud. La transfe- libro, a pesar de sus diferencias, poseen p¡'esupuestos episte-
rencia de conocimientos construidos de un área de acción a
otra puede conllevar dificultades interpretativas por ignorar mológicos convergentes.
las especificidades del entorno donde el comportamiento se.
produce. Por eso, los psicólogos comunitarios han ido esco-
giendo, adaptando o creando teorías que tuviesen su origen La crisis paradigmática
en prácticas sociales, a veces de áreas afines como la antropo- Acmalmente estamos saliendo de una crisis de paradig-
logía, la educación, el servicio social, la medicina social; otras mas que ha marcado las discusiones en las universidades,
de la propia psicología, en sus diversas corrientes específicas, tanto en ámbitoS conservadores como progresistas. La bús-
como la social, educacional, de la salud Oinstitucional, queda actual de nuevos paradigmas explicativos, capaces de
Las teorías expuestas en este libro reflejan , aquellas a las rescatar los elementoS que se pierden en la investigación
cuales los psicológos comunitarios latinoamericanos han psicológica Y social tradicional, propone una perspectiva
adherido con mayor énfasis. Y hemos escogido las que, cree- . más integrada Y comprometida socialmente con el ser
mos, representan mejor nuestra realidad. ElÍas son la psico-
logía social comunitaria (Serrano-García yiCollazo, 1992; humano.
Han evolucionado los conocimentos, los inso-umentoS Y
Montero, 2003) y la psicología de la liberación (Martín-Baró, las estrategias del trabajo de intervención Y de investigación,
1998). Por otro lado, se hallan las teorías adaptadas a nuestra especialmente en las áreas aplicadas. El llamado paradigma
realidad pero provenientes de contextos diferentes. Por su o-adicional o positivista, hasta hace poco divisor de aguas
relevancia, sin duda están contribuyendo con: el avance de la entre lo que era considerado científico Yno científico, ha sido
psicología comunitaria latinoamericana: el paradigma ecoló- .duramente criticado por los psicólogos sociales, por ser
gico en psicología comunitaria (Kelly, 1986a, 1986b; reduccionista y simplificador de la realidad humana.
Sarriera, 1998, 2004) Y el enfoque ecológico-sistémico de la OtrOS paradigmas, llamados posmodernos (Montero,
salud (Saforcada, 2001, 2003)_ Sabemos que ninguna de estas 1996), valorizan aspectos de la realidad dejados de lado por el
teorías es, por sí sola, capaz de explicar la complejidad de los paradigma tradicional, como la complejidad, el desorden, el
fenómenos sociales, ni suficientemente amplia.para asumir, al movimiento, la experiencia, el significado, el contexto y la
mismo tiempo, diferentes niveles de análisis (personas, gru- conciencia, que se constimyen en elementos de análisis nece-
pos, instituciones o sociedades). sarios para una realidad ya no concebida en forma estática,
Será la opción del profesional, junto con los valores per-
sino en permanente cambio y consO-UCción.
sonales y el análisis del problema puntual o situación a traba-:

(
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30 ]o'TSe Castelld Sarriera El pm'adigma ecológico en la psicología comunitaria ... 31

La perspectiva epistemológica, la visión del hombre, del mas que nos rodean, y supone el buen aprovechamiento y la
mundo y de la realidad han cambiado incluso el propio con- adecuada distribución de los recursos. Significa también pen-
cepto de ciencia. Los supuestos ontológicos se afirman desde sar en red, pensar acerca de la complejidad y de la producción
una perspectiva ética de las relaciones interpersonales y del de la subjetividad social en los más diversos contextos y even-
trabajo científico. El conocimiento sobre el ser humano se tos. Ser ecológico significa también tener una actitud proac-
expande, integrándose en una concepción más unitaria a par- . tiva e interactiva con e! ambiente (micro, meso, macrosisté-
tir de la comprensión de las interdependencias que existen mico). Es buscar la armonía del hombre con la naturaleza,
entre el ser humano y su ambiente vital. produciendo cultura y transformando el entorno en un lugar
Como toda área de conocimiento, la psicología comunita- con mejores condiciones de vida para todos. Esa adaptación
ria necesita plantearse y discutir sus principios epistemológi- o armonía entre e! hombre y su contexto tiene carácter acti- ,
cos, sus consuuctos explicativos y su instrumental metodoló- vo y rransforrnador, significa la buena convivencia y el equi-
gico. Pero, además, y como característica privativa de esta librio. Sín embargo', exige también una vigilancia permanen-
disciplina, los presupuestos éticos asumen mucha importan- te para la preservación y promoción del desarrollo de! ser
cia, sobre todo aquellos valores que promueven el cambio humano y de su ambiente en constante movimiento.
social para mejorar las condiciones de vida, la participación En el paradigma ecológico encontramos la posibilidad de ,!
ciudadana, la elaboración de políticas públicas que contribu- una visión más holística de la realidad, con un instrumental' .
yan en la disminución de las desigualdades sociales y la bús- de análisis más próximo al contexto psicosocial en' el cual
queda de condiciones dignas de salud, trabajo y vivienda para están inmersas personas y comunidades. Gracias al desarro-
todos. llo actual de! conocimiento psicológico y de áreas afines
Como afirma Maritza Montero (1996), la creación de un interdisciplinares, podemos contar con una serie de teorías
paradigma' en psicología social debe basarse en la valoración que dan 'sustento a ¡este paradigma. .
de la consuucción y de la transformación crítica, a través de Como podernos'ver en el Cuadro 1, hemos escogido algu-
una relación dialógica y participativa entre ej. investigador nas teorías que consideramos relevantes pa.ra configurar el
externo (psicólogo comunitario) y los investigadores internos paradigma ecológico. Adaptando la idea de Swartz y Martin
(comunidad), focalizando el interés en la aplicación de los I (1997), se toman en consideración dos ejes según expliquen
.avances de la ciencia al servicio del cambio social y de la la realidad desde una perspectiva más subjetiva (realidad per-
mejoría de la calidad de vida. I cibida) o más objetiva (realidad actual), y según enfaticen más

I la persona o el grupo y la comunidad.


Como autores más representativos de la concepción eco-
El paradigma ecológico en psicologia comunitaria lógica del ser humano -es decir, aquella que considera que el
ambiente ejerce un importante impacto en las personas y que
La palabra "ecológico" (del griego oikós: hábitat •. casa), éstas podrán ejercer acciones sobre los cambios ambientales-
representa una metáfora que, para Boff (1999), si~'fica e! es imprescindible mencionar a Kurt Lewin, quien ya en 1935
cuidado hacia el entorno, la naturaleza, las pers· as, las planteaba estas cuestiones, y otros precursores de teorías sis-
comunidades, para conquistar o preservar una calidad vida témicas y ambientales como Bertanlaffy (1968) y Barker
deseable en forma sustentable y solidaria. Pensar en términos (1968). Posreriorrnente, e! desarrollo de otras teorías ha dado
de ecología significa advertir la interdependencia de los siste- mayor consistencia al paradigma. Es el caso de la ecología del
r
El paradigma ecológicoen la psicología co",unitaria ... 33
32 Jmge Castelld Sarriera :
Cuadro 1. Matriz configurativadel paradigma ecológico
desarrollo humano creada por Urie Brontenbrenner a través
del modelo bio-ecológico (1998), en el cJal persona, proce- Grupo/Comunidad
so, contexto y tiempo (PPCT) nos ofrecen Fna excelente base A
Ecologia contextua! Ecologta Integral
para comprender el proceso biológico y contextual del desa- Ecologla social (Leanarda Boff) --------
(Rudolf Moos) (James I(e/ly
rrollo en sus dimensiones espacio-temporales, Ed/san Trlckett)
Otras propuestas de modelos que cont:r['bUyenen la com- Fortalecimento en Ecologta salud-
prensión de una propuesta ecológica son: la ecología social la comunIdad trabajo
(J.Rappaport/ (Peter Warr)
desarrollada por Rudolf Moos (1973), que plantea la noción
Mar/ua Montera)
de clima familiar, social, escolar y organizacional, y presenta
Ecologia del -.- Ambiente
instrumentos para su evaluación; el modelp ecológico de las Ambiente Redes sociales Paradigma de la
desarr.ollohumano real/actual
percibido / comunitarias complejidad
relaciones salud-trabajo, creado en las últimas décadas por el ~ (Ellna Dabas/ (Edgar Morln) (Ur/e
Bronfenbrenner)
equipo de Peter Warr (1987), que analiza l~s relaciones entre Carfos Sluzkl)
Paradigma Integratl-
desempleo, medio ambiente y salud mental; la ecología con- va (FrlUof Capra) Eco-comporta·
mentallsmo
textual en psicología comunitaria, impulsada por ]ames G. Psicologfa
Kelly (1986b) y por El Trickett (1984), que aplican los prin- ambIental
(Roger Barker)
cipios del modelo ecológico a la intervenbión comunitaria,
apoyados también por Rapapport (1981), q+ien afirma que el Ambiente físico
Interacclonismo comporta mental
objetivo básico de todo psicólogo comunitfrio debería estar ctáslco
JacobRobert
relacionado con el fortalecimiento (empow~rment) de perso- Pslcologia
Kantor
soclaljexperim
nas y comunidades. I ental
.,.Ciertos pensadores actuales conciben Un nuevo mundo (Kurt Lewln)
t
posible para la ciencia a partir de la teoría de la complejidad, Persona
(como Edgar Morin, 2001) y de las nociones de interdepen-
dencia, redes de relaciones y procesos (como F. Capra, 2002).
En el caso del Brasil, sin configurar una teoría pero con un sus valores son los que mejor sirven a)os intereses del área.
aporte relevante, la perspectiva de la ecología integral de Al mismo tiempo, afirma el autor, la propuesta ecológica es
la que mejor conduce al descubrimiento más fidedigno de
Leonardo Boff (1999) es una fuente de inspiración para los
psicólogos comunitarios. No cabe aquí exténdernos en cada los fenómenos comunitarios (Hombrados-Mendieta,
una de estas teorías. Quien esté interesado én estos enfoques 1996).
puede sumergirse en la lectura de cada unó de sus autores, Kelly (en Saforcada, 1992) justifica la elección de este
sobre los cuales, a partir de las referencias bibliográficas, es paradigma por sus valores y bases epistemológicas:
posible hallarse lecturas complementarias. i
I La investigación realizadabajo las premisas filosóficasy meto-
El paradigma ecológico es uno de los \más difundidos dológicasdel positivismoha tenido el efecto de reducir nuestro
actualmente entre los psicólogos comunit~rios. Rappaport conocimiento sobre las limitaciones Y cualidades complejas
(1981), uno de los pioneros y fundadores de nuestra disci- \ peculiares de un "sistema" determinado [...] Proponemos que
plina, afirma que la naturaleza de la teoría en psicología 1
una epistemología ecológico-contextualista proporcione la
comunitaria no puede ser sino de índole edológica, porque I I
libertad para plantear líneas de investigaciónmás congruentes
I I
I

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34 J01ge Castellá Sarriera El paradig¡iza ecalógica en la psicología comunita¡'ia... 35
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con los intereses filosóficos y sociopolíticos de la psicología nitario, entorno ¡que tiene una unidad de análisis específica.
comunitaria. (p. 46) Elmesosistema exige un análisis de las interrelaciones entre
dos o más ambientes en los cuales la persona participa acti-
En América Latina el paradigma ecológico está presente vamente. lntervi;enen las características personales, familia-
en la psicología comunitaria en varios países, con una produc- res, educacionales, sociales y de trabajo de las personas de la
ción científica relevante, en la cual se destacan algunos traba- comunidad, así Fama los aspectos físicos (área geográfica,
jos, en el área de la salud pública en la Argentina (Saforcada, infraestructura ~anitaria, eléctrica, habitacional, etc.) y los
2001, 2003); en el área del desarrollo comunitario en Chile recursos o apoy,?s sociales (sanitarios, de seguridad, educa-
(Rozas, 1995), en la investigación e intervención psicosocial cionales, religiosos y asociativos). Estos indicadores son
en el Brasil (Sarriera, 1998, 2004; Maciel, 2000); en la pro- imprescindibles para e! estudio integrado de la comunidad.
ducción teórica y práctica de la psicología comunitaria en ,
I

Venezuela a la que se denomina "paradigma de la construc- i,


ción y transformación críticas" (Montero, L996,2003). Wignra 1. El medio ecológico
A continuación expondremos las bases teóricas y algunos I
elementos para la comprensión dinámica de la realidad, que ,
componen los principios explicativos básicos de! paradigma Macroslstema

ecológico y dan lugar a las estrategias de intervención comu-


!
---
...-~lfC=::'--,.-, Exosistema

nitaria.
Lugar de trabajo
(microsistema)

La estructura ecológico-sistémíca I Sub~:ulturas I Escuell1f


Universidad
Sistema (micro.sistema)
politico y
El media ecalógica se compone de estructuras físicas, socia- económico
----
les y psicológicas que caracterizan e! intercambio entre las
personas y sus ambientes. Es concebido corno una serie de
estructuras concéntricas llamadas microsistema, mesosistema,
exoslstema y macrosistema (véase Figura 1).
Los contextos en los cuales la persona desarrolla su vida y
sus actividades reciben el nombre de microsistemas, La familia,
la escu~Ia:,el trabajo, la iglesia, la calle, el puesto de salud, etc., Además de Ias influencias que ejercen los diferentes
son di erentes microsisternas que forman parte de la cotidia-
microsistemas de los cuales la persona forma parte activa,
nidad ~su'as vidas. Cada microsistema tiene característi-
existen otros microsisternas o ambientes que, aunque e! suje-
cas físicas y materiales particulares y en él se dan relaciones, se
to no participe directamente de ellos, influyen en su conduc-
atribuyen papeles sociales y se desarrollan actividades.
ta. Por ejemplo; las condiciones de trabajo de! padre o de la
Un gmpo de microsistemas interrelacionados componen
madre podrán incidir en las relaciones familiares y e! desem-
un mesosistema, que se caracteriza por ser un contexto mayor
peño escolar de: los hijos. Otro ejemplo son las instituciones
donde la persona desarrolla su vida. Este ámbito es e! comu-
políticas, de sahid o educación, etc. de las cuales depende el
36 Jorge Castell.i Sarriera ' ii El pamdigma ecológicoen la psicología comunitnria.s, 37

.
mesosrstemn '.
comunrtano .
y que ejercen : nota blee m
una II
i fluen-
ciales, al mismo tiempo que respeta y no reduce la compleji-.
cia en la calidad de atención de los miembros de la comuni- I dad de los mismos. A su vez propone el desarrollo de la per-
dad. Este sistema, del cual la persona o la ~omunidad no par- . ! sona a través de la optimizaci6n de su potencial, que le per-
ticipa directamente, pero del cual sufre indirectamente su mitirá ejercer cambios en el medio; no ignora sino señala la -<,
influencia, se denomina exosistema. : influencia determinante del ambiente en la conducta.
El macrosiszemn conecta y atraviesa los sistemas de menor
orden a mayor (rnicro, meso y exo). Este 1 sistema se refiere
tanto en su forma como en su contenido ia la cultura como La dinámica del paradigma ecol6gico
totalidad y a las diferentes subculturas que lk conforman, a los
sistemas de creencias e ideologías que sustentan las relaciones Los principios por los cuales se rige el paradigma ecológi-
entre los subsistemas (las políticas educativas, de salud, eco- co muestran la forma dinámica de la interacción persona-
nómicas, los valores, tradiciones, entre otros), ambiente. Según Kelly (1966) y Trickett, Kelly y Todd
Cuando la posición en el medio ecológito de una persona (1972), dichos principios son los siguientes:
o comunidad se modifica como consecuencia de un cambio de
políticas; de actividades, de papeles o de recursos del sistema,
se genera un proceso de transición ecológicd. Si esa transición Interdependencia
entre microsistemas o del proprio mesosistelna ha sido prepa-
rada, anticipada, y se han desarrollado recursos para su rápida Tanto personas como ambientes, cuando provocan o
resolución, será más saludable y conllevará \nenos' estrés psi- experimentan algún cambio, producen también modificacio-
cosocial, Estudios de Sarriera (1995, 2004) centrados en la nes en los demás sistemas (personas, familia, escuela, comu-
transición que abarca el pasaje de la escuela ~l trabajo revelan nidad, sociedad). Personas y. ambientes permanecen en cons-
las dificultades en esta etapa para la cual los sujetos no fueron tante interacción. Como ambos son 'elementos activos y.
preparados, muchas veces por omisión de l~ escuela, la fami- transformadores, podemos evaluar la importancia tanto del
lia o la sociedad. Se encuentran en una "tidrra de nadie", lo sujeto como protagonista de! cambio en e! ambiente social,
que desencadena malestar psicológico y socikI. como de! propio ambiente social capaz de transformar a los
El ser humano, como la comunidad, está ~n continuo pro- sujetos.
ceso de adaptación, evolución e intercambio', Adaptación aquí A propósito de esta interdependencia podemos analizar,
difiere del sentido funcionalista que por mJcho tiempo pre- por ejemplo, e! proceso de desinstitucionalización de los
dominó en la psicología; no significa la aus~ncia de tensión, enfermos mentales, el de la inclusión escolar de los niños
sino el desarrollo continuado del fortalebimiento de los con necesidades especiales, el de la inserción de los inmi-
recursos de la persona y del ambiente. De! esta manera, se grantes en la nueva cultura, o la atención diferencial de la
apunta a la construcción continua de ambientes óptimos y salud pública. Los programas de acción social que se han
saludables en los cuales las posibilidades de adaptación y implementado para alcanzar esos objetivos han podido desa-
desarrollo se potencien en la construcción del sujeto y. de una rrollarse O han fracasado, en la medida en que hayan atendi-
sociedad mejor. ¡ do a la articulación entre los diferentes sistemas que, directa
Esta comprensión ecológico-sistémica de ia realidad nos o indirectamente, dentro de una determinada acción inno-
revela la riqueza multidimensional de los fenómenos psicoso- vadora, han sido implicados y los efectos que han generado.
;

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38 Jorge Castellá Sarriera El paradig¡~za ecológicoen la psicología comunitaria ... 39

Podemos distinguir, según Prille!tensky (2000), u-es nive- situación, el comportamiento refleja un proceso continuo de
les interdependientes de análisis: 1) e! personal (micro); 2) e! adaptación y competencia de la persona o de la comunidad
relaciona] (meso) y 3) e! colectivo (macro). Como conse- con relación a su medio ambiente. Los diferentes contextos y
cuencia del principio de la interdependencia, los aconteci- las diferentes épocas modificarán los criterios de un compor-
mentos, los recursos y las personas situados en medios socia- tamiento considerado hasta entonces adaptativo y provoca-
les inmediatos a la persona (micro) o en la comunidad (meso), rán un cambio q]le busque mejores y más competentes for-
influirán también en las estructuras, los pap eles y las normas mas de resolución.
de funcionamiento de! propio medio social (macro).
La interdependencia se contrapone a la perspectiva aisla-
da, individualista, según la cual el sujeto es considerado como Evolución y sucesián
único protagonista; también se contrapone a los procedi- ;
mientos impuestos socialmente que excluye n la participación La sucesión conlleva en sí una perspectiva temporal de
del sujeto en la comunidad, siendo la ideología, el poder largo plazo y orienta su atención hacia el análisis del contex-
público O e! equipo técnico, los únicos actores. No cabe duda to histórico de lal comunidad, donde el problema o la necesi-
de que nuestra acción como psicólogos comunitarios estará dad son vistos desde una perspectiva integrada de tiempo
centrada en lo que Bronfenbrenner (1996) llama "unidad de orientada hacia el futuro (Nelson y Prilleltensky, 2004).
funcionamiento", es decir persona-ambiente, ya que ambos De la misma forma que es esencial el conocimiento de la
son inseparables y constructores de la subjetividad social. historia del individuo y de los recursos de los cuales dispone
Como psicólogos comunitarios, nos desafía el hecho de para comprendel~lo, también el medio ecológico (geográfico,
vislumbrar las posibles consecuencias de la acción comunita- cultural, biológi\,o, etc.) supone sus propios recursos y su
ria en los diferentes sistemas, directa o indirectamente invo- propia historia. Construir el futuro tiene como base una
Iucrados, .y los aspectos éticos relacionados. Este desafío buena información y una sabia comprensión del pasado y del
involucra también la elección de las unidades de análisis, para presente. I
lograr la viabilidad del u-abajo sin.perder de vista la comple- Según nuestra perspectiva, las personas, los contextos y
jidad del fenómeno ni su singularidad. los acontecimientos deberán estar en constante proceso de
evaluación. El cambio personal y/o comunitario podrá darse
de forma espontánea o a partir de una determinada interven-
Congruencia y adaptación ción. El cambio representa una oportunidad para redefinir y
reajustar los recursos que puedan facilitar el proceso de evo-
Este principio consiste en la tendencia a encontrar un 1UClOn.
., I
j

equilibrio- entre la dinámica del desarrollo de las personas y


de los~istemas, y las oportunidades o dificultades que van
surgie o. El continuo desarrollo inherente a las personas y Circularidad de los recursos
al medio acilita una serie de actividades, así como inhibe
i
otras, cambiando siempre las condiciones en el ecosistema. Los sistemas se caracterizan por el intercambio de recur-
Los dos procesos que intervienen para alcanzar la con- sos. Personas y contextos intercambian productos de múlti-
gruencia son el enfrentamiento y la adaptación. En toda ples maneras, ya.sea en forma de relaciones, conocimientos,
ii
40 Jorge Castelld Sarriera ii E/ pamdigma ecológicoen la psicología connmitaria.i, 41
¡i
trabajo, dinero, tecnología, poder, tiempo, ~~tcétera.Por ello problemas o necesidades. La permanencia de los problemas o
este principio señala la importancia de la itlentificación, el necesidades puede adjudicarse a la falta de recursos- el pro-
desarrollo, la modificación, la creación o la obtención de
I
pio contexto para hacerles frente. El investigador y la c mu-
recursos para e! fortalecimiento' comunitario, nidad deberán comprender y respetar los valores y la cul ra
El procesamiento de recursos' dirige su at¿hción también al del contexto, localizar de forma adecuada la manifestación de
potencial aún no desarrollado, o 'descubierto; ¡como puede ser los problemas y propiciar la autonomía y el fortalecimento de
la concienciación de las personas sobre la necesidad de! desa- recursos personales y comunitarios para su solución (Levine,
rrollo de sus capacidades, de habilidades sodJles y de lideraz- citado por Hombrados-Mendieta, 1996). En ningún caso el
go, así como la potenciación de los recursos ¡de la comunidad psicólogo comunitario determina a priori su foco de investi-
o, en su ausencia, la posibilidad de creación uibbtención de los gación sin considerar a la comunidad y a las características
.
Illlsmos. i'1 ,
!:
del contexto.
Para evaluar los contextos proponemos U'es dimensiones
iI
, I diferentes aunque complementarias: 1) los ambientes percibi-
La intervención psicosocial en la perspe~?va ecológica- dos, en los que se evalúan las relaciones, el desarrollo perso-
contextual !!
nal y la permanencia o el cambio en los sistemas (Moos,
i', ' 1974); 2) las características objetivas de! ambiente: físicas y
El enfoque ecológico utilizado por los psicólogos comu- arquitectónicas; políticas y de procedimientos; recursos
nitarios se centra en la persona! inmersa en!'el contexto, en ambientales; indicadores demográficos y sociales de la comu-
contraposición a la postura hist~rica de la psicología tradi- nidad; 3) los esquemas transaccionales, incluyendo la con-
y
cional que focaliza las variables individuales deja de lado e! ducta de las personas y las características del ambiente
papel de los sistemas sociales en 'la construcción de! sujeto. (Linney, 2000).
,.' El mode!o ecológico privilegia la investigación dentro de En toda activación el psicólogo comunitario tiene que
los contextos naturales, contraponiéndose a los escenarios estar embebido de! espíritu ecológico de la intervención
artificiales. Coherente con sus principios, el psicólogo comu- (Trickett, 1996), para poder llevar a cabo su 'trabajo social. En
nitario se inserta en e! contexto donde va ¡a desarrollar su primer lugar, la premisa participativa y colaborativa es fun-
intervención y se familiariza con' él. , damental (Kelly, en Saforcada, 1992): trabajar con la comuni-
Tanto las propiedades O características ~e las personas dad y no para la comunidad. El grado de participación de la
como las estructuras de los contextos socialds y los procesos comunidad es una buena medida del éxito de la intervención.
que ocurren en ellos deben ser analizados e~ los sistemas en En segundo lugar, hay que saber que resolver un problema en
donde ocurren (éstas serán las unidades de ¡análisis), con la un contexto puede generar nuevos problemas en otros con-
finalidad de preservar la singularidad y espedificidad de cada textos. La perspectiva ecológica presupone que e! cambio
subsistema. : social no es lineal. En tercer lugar, el foco de la intervención
En cuanto a los pasos del desarrollo de la investigación, no está dirigido a objetivos individuales a través de un pro-
desde un 'enfoque ecológico, cabe destacar, ~n primer lugar, grama comunitario determinado, sino que debe -tener una
la importancia de identificar los problemas o hecesidades que perspectiva de las metas que se conseguirán con la interven-
surgen en un determinado contexto o situación y evaluar ción en las diferentes dimensiones de análisis. El éxito de una
cómo los sistemas provocan, incrementan o mantienen estos intervención se fundamenta en'!a capacidad de movilizar a la
comunidad y al contexto para futuras acciones y programas.
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42 J01'ge Castelld Sarriern El paradiif?w ecológicoen la psicología -connuutnrín., . 43
¡!
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y en cuarto lugar, una intervención dependerá del papel y de ' Podemos decir , I
que la evaluación de una intervención eco-
las características del interventor, Por definición, la interven- lógica implica ~aidentificación de conductas, expectativas,
ción ecológica es flexible y no predeterminada; debe comen- necesidades, escenarios y condiciones de la intervención. Al
zar valorando la construcción de buenas relaciones con los analizar los contextos se identifican también las posibles fuen-
diferentes sectores de la comunidad, tes de discordancia. Algunas características particulares de cada
No podemos olvidar algunos presupuestos que nos auxi- ambiente (natural o social, y específicos, como la clase, la Iami-
liarán a la hora de la intervención: lia, la empresa, i la comunidad), harán que la intervención se
oriente de forrrii diferenciada. Ciertos contenidos de análisis
• El concepto de ambiente ecológico, qlle supone múlti- para la intervención siempre' deben estar presentes, como los
ples niveles de análisis, Por lo tanto, permite y a su vez aspectos relativos a la concienciación, las relaciones, las redes
exige elegir y caracterizar uno inicialmente, de apoyo social,¡la organización, el cambio social y los recursos.
• Aceptar que la conducta es transaccional y no puede La lectura f~~omenológica que el investigador hace de la
ser analizada fuera del contexto donde ésta ocurre, realidad se relaciona con criterios científicos esenciales como
• Reconocer la posibilidad de descubrir grandes diferen- validez ecológi~,~. Ella consiste en el análisis de las posibles
cias en ambientes semejantes, correspondencias entre las percepciones que las personas tie-
• Entender el contexto, lo cual nos lleva a identificar nen y las cara~i:erísticas o propiedades que el investigador
patrones individuales de conducta. ,11
supone o plenpla .'
que tienen 1as personas o comuruidad es.
Supone, como ¡afirma Kelly, (en Saforcada, 1992), una cons-
En síntesis, si propusiéramos una estrategia de interven- trucción mutua entre el investigador y los participantes en un
ción dentro de este modelo, las siguientes etapas serían fun- . d o contexto
d eterrnma ,1 compartí id o.
damentales (Fernández-Ballesteros, 1987): Otro paránUtro de cientificidad está relacionado, con la
validez del desJhollo. ¿ Cómo una determinada intervención
1. Identificar los contextos o sistemas relevantes para la per- ha podido con~ibuir o contribuye con el desarrollo humano
sona o comunidad, basándose en los obj etivos de la inter- o cornunitariof ,Los cambios producidos en las concepciones
vención. y las actividades de personas y comunidades se extendieron a
2. Estudiar las características de los contextos (físico, social, I
otros sistemas ,y ambientes, o en el mismo ambiente en
político, cultural). momentos di~rentes? En este aspecto, Bronfenbrenner .~
3. Evaluar las necesidades y las variables ambientales perci- (1996) señala uA cambio transformador: ::~]:
:¡ .':}:~l~(
bidas por la persona (problemas, expectativas, valores, I!
actitudes, representaciones), y contrastar si estas mismas [~~uelcam~iAque consi!"'e)la modi~cación y la re-estructura-
percepciones se manjfiestan en otros sujetos que habitan cion slstemalilFade los SIstemasecológicos existentes, de forma
en ese contexto. ~ que desaffenjlasformas de.organización social, los sistemas de
4. Planear de forma laborativa, entre investigador y obser- creencias y los estilos de vida que prevalecen en una cultura o
l'
vadores, los posible írnbitos de abordaje o áreas de inter- sub-cultura ~Fticular. (p. 61)
vención.
5. Evaluar secuencialmente las modificaciones producidas Aunque el JJrudiO de los,contextos sociales está en la fase
por las interacciones entre persona-ambiente, investiga- inicial de desarrollo, existen avances en la instrumentalización,
dor-comunidad. c1
conceprualiza ó¡: n y evaluación de contextos. Los psicólogos
! '
~~",')":"~;:7..~¡('"...,~,.,
.
44

"
J0115e CastelldI Sarriern
. I I OS
l':
iI
¡ El pnradigma ecológico en la psicología comunitaria... 45

enten d el' pato Ióogicos


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I
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I
de la Universidad de Puerto Rico.
11
CAPÍTULO 2

'1
I Perspectiva ecológico-sisténúca de la salud

Enrique Saforcada
i
Ii
Ii
¡
!

Para adentrarse eficazmente 'y de modo exhaustivo en el


análisis de los problemas que plantea el proceso de salud-
enfermedad y sus emergentes, es necesario tomar en' cuenta
el sistema total de salud, Según una definición sencilla, se
puede decir que este concepto involucra todo lo que una
sociedad tiene y hace en relación con este proceso y sus
manifestaciones,
,i A partir de la clásica caracterización propuesta por la
! Organización Mundial de la Salud (OMS) en el momento de
1
,I su creación, el concepto de salud ha ido evolucionando y
ganando precisión al punto de que, para ser rigurosos, debe-
i
¡ ríamos decir que el proceso de' salud-enfermedad es la vida
rrusma.
Es innegable la utilidad y fertilidad que tiene pensar en el
I proceso de salud-enfermedad como el proceso de la vida. Si
entendemos la vida como una permanente actualización y
I expansión de las potencialidades bio-psico-socio-culmrales
de las personas y sus entornes, podemos deducir que es salu-
dable o salutógeno, en términos de Antonovsky, todo lo que
genera tales actualizaciones y expansiones, o promociones,
siempre que no impliquen la obstaculización o impedimento
de este proceso en otras personas o en susentornos. Y ello
porque, por retroalimentación, tales impedimentos obstacu-
lizarán a su vez el proceso de la vida en quien los genere o
i;
ii I
iO Enrique Saforcada Pel'~pectiva ecolóJico-sisténtica de la salud 51

imponga. El encadenamiento de estas dinámicas que involu- I EsqJema n" 1:


eran sistémicamente a los seres humanos y sus distintos eco- i Sistema[total de salud
sistemas, incluso supranacionales, supone una trama de la
vida salutógena; y todo lo que la altera, en términos de con-
tra-actualización y represión de las potencialidades humanas, I
resulta patógeno.
Según esta concepción, las enfermedades, junto a las sen- I
saciones de malestar y a otros indicadores, serían el emer-
gente de! juego de factores y dinámicas que impiden e!
desenvolvimiento natural de la vida humana. Por e! contra-
rio, la salud, acompañada de la sensación de bienestar que
genera y de otras manifestaciones, sería e! emergente de!
juego de los factores y dinámicas que facilitan, protegen y
promueven ese desenvolvimiento,
A través de esta mirada, adquiere particular claridad la
--
afirmación de RudolfVirchow en 1848, según la cual la polí-
tica no era más que medicina a gran escala, Hoy diríamos,
con más propiedad, que la política es Salud Pública a gran
escala, en tanto disciplina constituida por todas aquellas Subcomponente
intersubje~
ramas que echan luz sobre los problemas de la vida humana
sectorial
y como contexto de una práctica integral,
Pero retornemos nuestra reflexión anterior, Si bien puede
Componente
formal
-++d
11 r-

parecer engorroso pensar en e! sistema total de salud enten-


diendo el proceso de salud-enfermedad C':)1110 el de la vida,
cuando nos referimos a los emergentes de este proceso, y en
especial a la enfermedad, se hace evidente que e! escenario se
acota y que en él adquieren un relieve significativo determi- l'
"
nados componentes,
A continuación analizaremos los que constituyen el siste- , I[
ma total de salud (Saforcada, 1999a) En e! Esquema n" 1, se
presentan todos los componentes que pasm'emos a describir, ,1 I
I I
Las condiclbnes actuales de salud de la mayor parte de los
países que in~~gran la región SUl", central y caribeñade las
i~; Américas -exceptuando qtiba y, en parte, Costa Rica- se
"

caracterizan p~r dos situaCj'Onessobresalientes:


¡~
.
,1 . l'
a) La mal, :condiciól1df salubridad de sus poblaciones, la
! r ¡
52 I '
Enrique S(lforcada ¡ Perspectiva ecológico-sistémicade fa salud 53

I
cua 1 se rnaruifresta en un ~.ango amp l'¡Olt , que se exnen
. de involucra montos de dinero que, por su volumen, ocasionan
de regular a muy mala, E as condicidl).es conciernen a un serio daño a las maltrechas economías de nuestros países,
los países de la región ya zonas denttb de cada país. Se trata de dinero que se le retira a la educación, a la asisten-
b) Las diferentes áreas de sal d están totalmente domina- cia social y al estado de bienestar, cuya existencia, a despecho
das por el mercado de la rnfermedad.111 de más de un discurso proveniente de cierta imbecilidad
moral, hizo a la dignidad de más de una nación.
En relación al último aspecto~eñaladO' e~ a hegemonía se Es a partir de la visualización de este escenario (de las
produce a través de un dominio integral delllnencionado sis-, malas condiciones de salud y de la dominación hegemónica
tema total de salud por parte de no de sus ~omponentes: el por parte del componente industrial y más lucrativo del sis-
complejo industrial-profesional, co formado p~r las industrias tema total de salud) que debemos reflexionar sobre qué apor-
químico-farmacéutica, eléctric01elecu·ónica,! f.ísico-nuclear y tes, objetiva y prácticamente posibles, mejorarían significati-
por las corporaciones profesionales e institucionales del vamente las condiciones de salubridad de nuestros pueblos.
campo de la salud. I 11
Este complejo, por diferentes vías y estr~~egias de domi- Antes de proceder al correspondiente análisis, desarrollaré
nación (lobbies; publicidad manipuladora, acciones de diverso ciertos aspectos y problemáticas críticas del sistema total de
' para corromper a funci
tIpo J. proleslO~a
nClOnaríos, ' e
r· 11 es y proreso-
1 salud y luego me referiré a las vías de solución de las·mismas
res universitarios, sobre todo de t¡;edicina; suj~ción de profe- y a los aportes que considero más eficaces para alcanzarlas .
.sionales y asociaciones de especialidades médicas a través de Las problemáticas. y aspectos críticos son aquellos compo-
supuestas ayudas económicas; etcl) ha lograd9J en los últimos nentes y subcomponentes del sistema de salud y algunos fenó-
cincuenta, o sesenta años, poner la salud de laslpoblaciones al menos emergentes de estos componentes o de toda la sociedad.
servicio de sus objetivos lucrativds. I: Son, a mi juicio, los que producen mayor íneficacia e íneficien-
A su vez, estos fines, en las dTs últimas décadas, a partir cia en la actual ínversión en salud (en cuanto a recursos econó-
del avance incontenible del neoli'eralismo dé~humanizado y micos, humanos y materiales) y mantienen la vigencia del mer-
del mal llamado proceso de globalización (dbbería denomi- cado de la enfermedad en cada uno de nuestros países.
narse "globalización del domini? económic~! integral"), se En tal sentido, tienen una importancia fundamental un
han hipertrofiado de un modo alfrmante. Ello genera desa- 'componente y tres emergentes (véase Esquema n" 1):
sosiego porque, por un lado, indudablemeA~e implica un
aumento geométrico de la cantiddd de enferni~dad y muerte a) el componente intersubjetiuo general;
causada por el consumo indebido de los se~cios que este b) el paradigma que orienta las acciones de los integrantes
complejo presta: remedios cada vez más agresivos, muchas pertenecientes a un componente formal del subsistema
veces innecesarios; hípcrradiacióri, fomento db la autopres- de atención de la enfermedad;
cripción a través de la venta sin receta de rerNedios aproba- c) el saber y el hacer en salud de los integrantes del componen-
dos para venta con receta; venta iy consumo Ilnasivo de los te informal de este subsistema;
productos no-éticos (los llamados tle venta libr~, sin que esto d) la prescindencia, por parte del sistema total de salud, de
signifique que no sean peligrosos) ~i·omovidoslpor la publici- la cantidad de salud positiva presente en los conglomera-
dad; etcétera, Por otro lado, preodupa el gastd ~úblico dedi- dos humanos, del potencial de salud y de desarrollo sanita-
cado a la atención de la enferm6dad así geÁerada porque rio de las comunidades.
,I
I I

54 Enrique Saforcada 1,
P ersPfctlVa /,1,
eco oglCQ-Slstel111ca
di ¡ I
e a sa uc 55

El componente intersubjetiuo general es el espacio virtual que


se genera a partir de la interacción cotidiana entre el compo-
za, segunidad, 1Jqtelerí
1
: 1" ,,
ena o a.t rrurustracion di'e a msntucion
, "-
(subcomponent9 ~uasiformaltEnu.e estos dos subcomponen-
nente formal (profesionales y técnicos) y el componente informal tes también se eSfablece un es acio intersubjetivo (subcompo-
(usuarios del sistema) del subsistenza de atencián de la enfermedad nente intersubje1¡iro sectorial que tiene las mismas caracterís-
y en el cual se producen las reacciones y vivencias emotivo- ticas y dinámicas flue se anali~rán a continuación en relación
afectivas provenientes del intercambio entre las subjetividades con el intersubjenvo general, el cual incide en las subjetivida-
de los integrantes de cada uno de estos dos componentes. des y comportamientos instif cionales e, indirectamente, en
El paradigma es un emergente de otros componentes y los contenidos 4/ componenf.e intersubjetivo general.
subcomponentes del sistema total; entre ellos, es fundamen- El concepto 1~ subjetivid,d involucra el modo de sentir y
tal tener en cuenta al subcomponente universidad. pensar de cada s~ieto, d~ significar y valorar el mundo. Bien se
El saber y el hacer en salud de la población es un emergente F
sabe que estas COFmov1Sl0nes, maneras de ver e interpretar el
de la dinámica del sistema total de salud y de otros ámbitos mundo, dependen del modelado del psiquismo que se produce
de la sociedad. Las corrientes inrnigratorias y los procesos de a través de los p~ocesos de so+alización, o sea, los procesos de
aculruración e interpenetración cultural involucran concep-
ciones y prácticas en salud provenientes de otras culturas, ya
influencia mutu~ que se dan er
la interacción del ser humano.-
Así, la subje~~dad radica fn estructuras y procesos psico~.'.
sean de otros países latinoamericanos o de pueblos autócto- sociales talesCO]O las repres1entaciones sociales; los sistemas
nos. de significación, ~e aU'ibucióE de valores, de actitudes y de
La prescindencia señalada es un emergente de toda la socie- asertividad; los :rejuicios; los sistemas de discriminación y
dad y sus instituciones. diferenciación s9c¡ialvalorativ&;los procesos de naturalización;
Hecha esta breve caracterización de los cuatro elementos, vi
los sistemas de crnstrucción mantenimiento de la autoestima
es necesario ahondar un poco en su descripción, sus dinámi- y la autoimagen; [los procesos identificatorios; los procesos y
cas y en sus efectos directos y/o indirectos 'en la situación de sistemas de ree<jwlibra¡nient¿ actitudinal; etcétera. Este sus-
salud de las poblaciones de América Latina, trato de las cosmovisiones tan\.bién se modela e integra en ins-
Con relación al componente intersubjetiin general, corres- tancias subculturales tales co~o las que caracterizan a los com-
ponde especificar que los integrantes del componente formal ponentes y subcómponentes jnteriormente mencionados.
son los profesionales y técnicos que actúan regulados y ampa- Al relacionarse las subjeti idades de cada componente con
rados por la ley, son los efedores legales del subsistema de aten- las de otro, se ge~eran reacci ' nes y estados emotivo-afectivos
ción de la enfermedad, mientras que los del componente que son constitutivos del corjponente intersubjetivo general,
informal son los usuarios del subsistema, O~ ea, la población. el cual opera a r!;odo de fuente de retroalimenta¿ión (positi-
Los efectores legales pueden actuar de modo indepen- va o negativa, d~iconsolidaci6n o de cambio) de los conteni-
diente mediante prácticas individuales o, por el contrario, dos y caracterfsticas de las espucturas y procesos psicosocia-
formar parte de organizaciones (hospitales ,sanatorios, cen- les que dan soporte a las subjetividades,
tros de salud, etcétera). En este último caso, debe tenerse en Cuando los dpacios intersubjetivos están cargados de con-
cuenta que los usuarios interactúan con toda la institución, a
través de cada intercambio con algún, miembro de ella, sea
1
tenidos afectivÓ emocionalef negativos, como ocurre en
nuestros países, ~~acarga reforzará por retroalimentación las
profesional o técnico de la salud (subcompo.nente profesional cosmovisiones que operan dd manera negativa hacia el otro,
y técnico) o sea empleado que integra el cuerpo de rnaestran- estructurándose lima barrera Ipsicosociocultural que, por un
1
:';L\'~
.:
56
Enrique Saforcadn
Perspectiva ecológico-sisténticflde la salud 57
¡
lado, obtura y desnaturaliza el funcionamiehto del subsistema
de atención de la enfermedad y, por otro, dénsolida los aspec- Así es como, en el componente formal, se observan pro-
tos más negativos de cada co~onente (vé~lseEsquema n" 2). cesos de cosificación de los pacientes; de incremento del
autocratismo, cuando no formas innegables de autoritarismo;
:1 ' de desresponsabilización con respecto a la salud colectiva.
t
Esquema n" 2: Efectos de 'a barrera pd~cosociocultural
en el sistema de s lud y la sociedad
;1l.
También se incrementan distintas formas de anemia, buro-
cratizaciones ritualistas y aumenta la cantidad de profesiona-
les y técnicos desmoralizados.
Entre los integrantes del componente informal, la carga
,--...¡ Componente' ¡ll.isub¡et,iió 'géné,,,I'" de vivencias afectivo-emocionales negativas genera procesos
Barrera pJ;~osOClocultural
1" de deterioro de la autoestima, degradación de la autoimagen
e incremento de las dinámicas de inhibición.
A los psicólogos no se nos pueden escapar, a partir de los
conocimientos actuales alcanzados en psico-inrnuno-neuro-
endocrinología, las consecuencias altamente perjudiciales
que estas vivencias afectivo-emocionales negativas tienen
para la salud y para los procesos, naturales o terapéuticos, de
restablecimiento de la salud. Esta observación es pertinente
tanto para los pacientes ambulatorios como para los interna-
Sistema de retroalimentación dos en las instituciones de atención de la enfermedad, pero
• Coslficaclón de los pacientes.
,~ en este último caso su importancia es muchísimo mayor dado
- Reforzamlento de la posIción - Negativizaclón ~~ la eutoeatjma. que el paciente no tiene cómo escapar al sometimiento insti-
',' autocrática. - Degradacfón de!I~ autolmagen.
·'Oesresponsabilizacl6n frente a - Incremento de Io"s procesos de InhIbIción. tucional, que 10 lleva a su propia deshumanización.
la salud colectiva. - Desaliento de la!8emanda. Por otra parte, sobre todo en usuarios provenientes de
- Desmoralización. - :1
• Anomia. - Refonamlento de los sentimientos de poblaciones en situación de pobreza o en los denominados
- BurocratlzacJ6n. discriminación. I . .
- Reforzamiento del slndrome de "pobres estructurales", también aumentan los sentimientos
"defraudacIón",
1- Reforzamiento q~rsfndrome de de discriminación, los síndromes de defraudación y de desa-
I<M;P "desaliento/desesperanza".
Retenamlento dellos comportamientos
de abandono. I ¡
liento/ desesperanza (Saforcada, 1999b), así como se incre-
mentan comportamientos de abandono y el síndrome de
Reforzamiento del slndrome de
Indefensión ap'r~ndida. indefensión aprendida (Seligman, 1989).
- 11
11
La conjunción de estos efectos negativos en los dos com-
!.l",,",,;~~
s . 11ij
-,_. 1 ponentes, formal e informal; trae aparejadas consecuencias
,1 perjudiciales para toda la sociedad, que pueden resumirse en
Incremento de la Ineficacia del accionar del omponente formal.
~
Incremento de la lneflclencla del gasto en salud. j1 " cinco manifestaciones evidentes en los países de la región:
Deter/oro de los lncncecores de salud en la dOblaclón. I¡ ,_
Aumento del quantum de enfermedad totalm~nte evitable con los recursos actual-
mente existentes. I i I a) el incremento de la ineficacia del accionar de los pro-
Canalización de la demanda potencial hacIa otros efectores yl'focedJlm¡entos de
salud (curadores populares. lntermedladores ISObrenaturales, ~ tomedlcaclón,
fesionales y técnicos (componente formal).
etcétera). ! b) el incremento de la ineficiencia del gasto en salud;
, 1

-:
58 Enrique Saforcada ped.p.ectiva eCOIÓgl~co-sisté1lZica
de la salud 59
1
1I

e) e! deterioro de los indicadores de salud de la población; Esquema n° 3: aradigmas hallados


d) e! mantenimiento y, frecuentemente, aumento de! en las.¡ concepcion¡es y prácticas en salud
quantum. de enfermedad, totalmente evitable dados los li I
DIMENSIONES SUBD,IMENSIONES P,A'RADIGMA INDIVIDUAl- PARADIGMA SOCIAL-
recursos humanos, económicos, materiales y científi- ¡:J RESTRICTIVO EXPANSIVO
cos acmalmente existentes en América Latina; Estructura y
,.,ono o bldlsclpllnarla Multldlsclpllnarla
naturaleza del saber
e) la canalización de la demanda potencial hacia otros SOPORTE El proceso de salud-
Ob~elto del saber la enfermedad
efectores y procedimientos de salud (curadores popula- TEÓRICO enfermedad
"
Hipótesis etlológica
Etlológlca Integral
res, intermediadores sobrenaturales, automedicación, [uunzeoe Etlopatogénlca

etcétera). SOPORTE Actitud del erector


Autocrátlca nerenvíste cultural
ACTITUDINAl ant~ila demanda
cateccrres de
Individuales como cctecuves como ststemes
an~lisisy acción
Analicemos ahora e! paradigma que 01'Ú71tael accionar de los ~utfl1zadas
sistemas cerrados abiertos

integrantes del componente formal. Si se estudian desde una caf~o de ecdón


Sólo la enfermedad El proceso de salud-
(actual o potencIal) enfermedad
perspectiva histórica las concepciones y prácticas de salud
que se desarrollaron en Europa desde la antigüedad greco-
;1

SOPORTE
.'
ObJit? de la

erectci buscado con


acción
I
El Individuo
oescontextueoo
~emIS[Ón del problema
Un ecoslstema

Modincaclón del enforno


rromana hasta nuestros días, se c<2nstata que no ha habido '1
OPERATIVO la acción ue motivó la demanda
socte! en el Que se.;
oener6 el orobrerna
una única línea de desarrollo sino que se desplegaron dos,
que pueden ser catalogadas como diferentes y no comple- ¡.
I
tcciones
futl¡damentales
revenclón secundaria y
primarIa
Protección y promoción
de la salud, orevenclón
ortmena
mentarías porque muestran paradigmas antitéticos, Una de "

Naturaleza de las

estas líneas es la que-se puede caracterizar como individual-


i acciones Pesfva Acuve
fundamentales
Indl~dotes válidos CambIos en el
restrictiva y, la otra, como social-expanslua (Saforcada, 1999a). déisolución de
Remisi6n de los
eccsrsterne Que generó el
I dlcadores semlológlcos
Por razones de espacio describiremos estas líneas utilizan- lorobtemas o-obterna
¡
Pernclceuve en la toma
do sólo algunas de las dimensiones y sub dimensiones que Fun¿16n otorgada al
Ninguna o de
de decisiones, en la

mejor las caracterizan (véase Esquema n° 3). I


componente
¡InfOrmal
cotabcrecrón paslva ejecución y en la
everuectón de las
acciones

Tomando en cuenta sólo tres de las dimensiones posibles,


d l't .
los soportes teórico, actimdinal y operativo (es decir, e! com- mientos e o~irrncroorga ismos infecciosos por parte de
ponente teórico-conceprual, el de orientación del comporta- Científicos corno Pasteur ~~Koch en la segunda rrn
miento y el de la práctica) se observa que el paradigma de las siglo XIX y el[:.descubriminto
. de remedios de eficacia evi-
concepcionesy prácticas individual-restrictivas se estructura sobre dente, como las sulfamidas y los antibióticos, en la primera
la base de un saber monodisciplinario que, con e! surgimien- mitad del sigl9 pcx. . . .
to de los enfoques psicosomáticos recién en e! primer tercio En lo referente al soporte actitudinal, este paradigma es
de! siglo xx: intenta, sin éxito, hacerse bidisciplinario. Este claramente aurocrático; la r~alidad queda definida y determi-
saber tiene a la enfermedad como su objeto de conocimiento nada sólo por l.~que dictarrpnan la teoría y las técnicas de las
-y utiliza como hipótesis etiológica sólo las consideraciones !
l.. que hacen usollos profesio~ales.
etiopatogénicas. 'El paradigma individual-restrictivo surge En cuanto il componente operativo, en lo que atañe a las
ent:re finales del siglo XVI y comienzos del XVII con figuras , di.e WaáliISIS. y accIn,
categonas ·1, se emp 1ean so 1amente catego-
de gran relieve como fueron Parace!so, Helrnont, Sydenham
,..
rías individuales que son cc nsideradas, a su vez, como siste-
o Fracastoro y se afianza enormemente con los descubrí- !,' mas cerrados.Í Su campo e acción es sólo la enfermedad,
~~: , I
Perspectiva ccológico-sistémiclZde la salud 61
60 Em'i'lue af01"Cada \\

t
actual O potencial, y el objeto e su praxis rk el individuo des-
contextualizado, A su vez, este aradigma selestrucmra alrede-
dor de una búsqueda de resultfdos limitad~ a la remisión del'
problema, y tiene por accionet fundamenHles la prevención
fesionales la aceptación en cuanto a que su saber teórico y
técnico encierra aciertoS y errores, que no es el único saber
en la materia y que e! saber de la población sobre salud tam-
bién supone aciertos y errores,
Por otra parte, para la psicología comunitaria, este saber
i
primaria secundaria, conSiderarndo la remHión de los indica-
lego es merecedor de total respeto Yconsideración, por cuan-
dores serniológicos como señal válida de s9~~ción de los pro-
tO es el que orienta a la población en sus comportamientos
blemas. La naturaleza de sus aCi'ones fundam.. entales es pasiva,
relacionados con la salud. Son precisamente estos comporta-
dado que si la demanda no se p aduce no eA~'a en acción. .
mientos los que dinamizan cotidianamente a los profesiona-
Con respecto a la comunid d, en este p~radigma no se le
les del componente formal, los cuales, caso conu'ario, son
otorga función alguna o, a lo sumo, se 1~1considera como
esencialmente pasivos (cuando están orientados por el para-
colaboradora pasiva: sus integrantes con~vrren al efector
digma individual-resu·ictivo). El profesional re!ativista cultu-
legal cuando están enfermos y cumplen al pie de la letra sus
ral busca complementar su saber con e! saber de la sociedad
prescripciones. \ \j
y trata de ahondar lo más posible en el conocimiento de ésta,
La psicología aportó a la c01s01idación de este paradigma
al dar origen a la psicología clínica, a fines cI,¿1siglo XIX, que pues ello redunda en eficacia y eficiencia.
En cuantO al componente operativo, sus categorías de
también tomó el modelo médico-clínico. 1i análisis y acción son de naturaleza colectiva (familia, red
,Por otro. lado, el.paradigma \~e las concef'pone.s y prácticas
social, vecindario, comunidad, etc.) Y son entendidas como
social-expansiuas comienza a ma~lfestarse en le! SIglo XVII a
sistemas abiertoS, razón por la cual el objeto de su acción es
partir de ideas como las de Ber ardino Raniizzzini y los pos-
un ecosistema y su campo de reflexión y práctica es todo el
teriores ..desarrollos sistemáticos de Johan pl~ter Frank en e!
proceso de salud-enfermedad. Como efecto de la acción, el
siglo XVIII, los cuales, a media os de! siglo\KIX, se fortale-
paradigma busca la modificación del entornó social en que se
cef con e! surgimiento de la me icina social ~ la epiderniolo-
generó el problema, siendo sus acciones fundamentales, en
¡tía. La medicina social se basa e las concepciones de médi-
primer término, la protección Y promoción de la salud y, en
cos como Virchow, Neumann y Guerin, \~ntre otros. La
segundo lugar, la prevención primaria. En ambos casos, la
epidemiología surgiría de la sist matización ¡de la aplicación
naturaleza de estas acciones es activa,' pues no espera una
del método científico al estudio e problemaslde salud colec-
demanda para ponerse en movimiento. A su vez, los indica-
tiva, como que efectuó John sno~ con relación al cólera.
dores válidos de solución de un problema son los cambios en
Algo más de un siglo y medio después, la ~sicología tam- el ecosistema en que se generó dicho problema. En este para-
bién hace su aporte a este parad grua con la\kparición de la digma, la comunidad ocupa un papel de participante activo
psicología comunitaria (Saforcada, 1998), srtcedánea de la
en la toma de decisiones, en la ejecución de las mismas y en
me di IClna
. SOCH\.
. 1 ., .\ '111
·'
Esste para dIgma . \ por apoyar¡s,een
se caracteriza 11 un saber su evaluación.
Observando estos dos paradigmas, es fácil advertir que, en
multidisciplinario, y tiene en cuerta la totalidad de! proceso América Latina el individual-restrictivo domina hoy' de modo
de salud-enfermedad y sus emerg ntes en fun~ión de hipóte- absoluto el campo del quehacer en salud. La explicación de esta
sis etiológicas integrales. 1\ hegemonía no reside en cuestiones cientificas, sino en que es el
Con relación al soporte actitudinal, se caracteriza por su
ÚIÚCO que permite eSUl1Cturarun mercado de la enfermedad,
posición relativista cultural, que i~plica por pt\·te de los pra-
'1
.,
62 Enrique Saforcada
!1,
r '
¡ .

. P),¡spcctiva ecolá ico-sistétnica de la salud


l.
63
11
funcional a los objetivos de lucro del complejo industrial-pro- de salud de nuestras sociedades, el saber y el lracer en salud de
fesional. En este mercado, lo único rentable es la enfermedad; los integrantes )Úl c011tponent1informal.
cuanto mayor sea la cantidad de enfermos o pseudoenfermos,
mayores serán las ganancias económicas del complejo.
l.
Para lograr ~ue se ViSUa¡'cesu importancia, es convenien-
te recordar la ~aturaleza p siva de las a~ciones fundamenta-
Ahora bien, ¿cuándo y cómo se instala este paradigma en les del componente forma en el paradigma individual-res-
los profesionales y técnicos? La respuesta es simple: cuando trictivo. Si a JJa institució de atención de la enfermedad o
son jóvenes esmdiantes, a través de la formación de grado a un consultoiib no concur 'e ningún usuario, los profesiona-
en las carreras universital'Ías de psicología, medicina, odon- les no puedenl poner en acto su condición de tales. Quienes
tología, etcétera. A partir de ese momento, la cosmovisión activan el componente for al son los usuarios que solicitan
construida en este estadio temprano de sus vidas marcará, la atención del\ll1 profesio al.
de modo casi indeleble, la naturaleza de sus concepciones y La pregunrá central, m y simple pero cuya respuesta es
de sus prácticas en los escenarios de ejercicio de la profe- definitoria, es ¡~ siguiente: eQuién o qué activa a la población
sión. para que demánde atencio!:? Y la respuesta también es sim-
Si las universidades públicas, sostenidas por toda la socie- ple, tanto que fn general s hace invisible, olvidándose que es
dad, elaboraran sus planes de estudio en función del paradig- un asunto de ?~rdencultur I y directamente relacionado con
ma social-expansivo, los profesionales y técnicos del primer una construcción cognitivaila gente demanda atención a-par-
nivel de atención llevarían a cabo sus acciones cotidianas tir de su conocimiento en s lud, lo cual implica la p.osesión de
orientadas prioritariamente a la protección y promoción de la una semiologí~ y una clíni~a leg.as. . .•
salud y a la prevención primaria de la enfermedad. Sólo fren- Es este saber e! que determina la acnvacion de! compo-
te a la enfermedad inevitable pondrían en práctica sus des- nente formal xial que deter~nará lo que ocurra con las pres-
trezas curativas y rehabilitadoras. cripciones quJ.lemanan de os efectores de! componente for-
A través de esta estrategia, orientada por el paradigma mal. La poblab,ión tiene di ersos referentes válidos en salud,
social-expansivo, la enfermedad se reduciría al mínimo, a esa entre los cualAs están los pl'Ofesionales y técnicos, pero no
dosis de enfermedad inevitable que caracteriza a aquellas son los únicos; :también estári los curadores populares, los far-
sociedades que se hallan libres de la estructuración e hiper- macéuticos, algunos parienfes, personas amigas o conocidas a
desarrollo del mencionado complejo industrial-profesional. quienes se les f~conocen CjnOCimientos válidos en salud, per-
Con diferencias en sus mediciones de eficiencia, éste es el sonas a las cli~les se les tribuye la capacidad de manejar
caso de los países de la península escandinava, Canadá, Cuba variables sobr~harurales re acionadas con la cura, etcétera.
y algunos pocos más. .,;" La aceptación y/o la c~ntinuación de un tratamiento, la
Cuando a la enfermedad no se le ponen los límites prove- utilización deilfármaco ind~cado, el cumplimiento de las dosis
nientes de la protección y promoción de la salud, ésta aumen- y los ritmos #. i.5Uadminis ación, etc. dependen de una deci-
ta exponencialmente, incluyendo ese monto de patología sión o de un~ ¡sucesión d decisiones que e! paciente toma
totalmente evitable que hoy absorbe no menos del 50% del como resultante de la cO{jUnCiÓnde sus conocimientos y
gasto en salud de nuestros países. experiencias cfn relación la enfermedad y la salud, e! cote-
jo de estos conocimientos con los de sus referentes válidos y,
Analizaremos a continuación el OU'Oemergente, mencio- en algunos casos, la proPi! evaluación de los resultados del
nado anteriormente como instancia crítica para la situación tratamiento o ¡prescriPción a lo largo de! tiempo.
tr
64
1
Enrique fa/orcada i
I
Pmpectiva ecológico-sistémicade la salud 65

11 ¡ alcanzan otros beneficios (tales como la disminución de los


La realidad es que los integ~antes del cdmponente formal,
que ignoran y rechazan este sa er popular Jh salud, ni siquie- días laborales no o'abajados por carpeta médica, la merma de
• 11 ••
ra se enteran de que en muy p cas ocasiones sus indicaciones
• la prevalencia de enfermedad y muerte por accidentes, la dis-
minución progresiva de ciertas manifestaciones de violencia,
se. cumplen tal como las pres1riben; muc~b menos cuando
existe, tal como ocurre en nuesp-os países, i1ba fuerte barrera etc.) que inciden de diferentes modos en el desarrollo nacional.
psico-socio-cultural en el componente intef,Jubjeti10 general. Por otra parte, es importante tomar en cuenta el potencial
de salud, sea que se trate de personas o de colectivos sociales.
Además, de este saber popular en salud ~epende e! hecho
Este concepto hace referencia a lo que Weizsacker denomi-
de que las personas que necesjtan atenció~ lleguén antes o
naba fllerza vital, la cual se manifiesra, por ejemplo, en la
después de lo imprescindible F la consulta profe,sional, o,
capacidad del ser humano de recuperar espontáneamente la
incluso, que no lleguen nunca. L 11
salud, hecho que la medicina romana denominaba vix medi-
Por otra parte, al ser las p~, cticas clínicas de naturaleza
catrix, o en aquella mejoría, previa a la muerte, que se obser-
científica, los profesionales tie aen que es~t guiados por e!
va frecuentemente en los enfermos en estado de coma que de
método científico, que involu ra e! control de variables y
resultados. Pero al ignorar las riables qu~ kás peso tienen golpe recuperan totalmente la lucidez y muestran por un
tiempo, relativamente corto, signos vitales de recuperación.
en la configuración final de la v riable expeiikentai (el trata-
La condición natural de! ser humano es estar sano.
miento), e! accionar del componente formallJstá muy lejos de
Inclusive, muchos tratadistas consideran, que la enfermedad
la posibilidad de lograr una ade uada eficaci~ y más' lejos aún
d e po d er corregIr. rum b os, d ado que se navega11. casi a cIegas.
• no es más que la fuerza vital mal encaminada, o sea, sostienen
que la enfermedad no es más que la lucha por conservar la
salud frente a los estímulos o a la incidencia de factores per-
Finalmente, analizare~os e último de Ls emergentes
importantes señalados hacia e! omienzo de bsta exposición. judiciales para la vida.
Ante el daño, se puede actuar cenu'ándose en él, tratando
Me refiero a la prescindencia, p r parte de! ystema total de
de destruir 10 que se percibe como dañado o, por el contra-
salud, de la cantidad de salud Positira de la poblabrón y de m poten-
rio, dirigiéndose hacia el potencial de salud para tratar de
cial de salud. 11
La salud, considerada tanto en el ámbito\lle lo individual actualizarlo y expandido.
Tomemos algunos ejemplos para reflexionar sobre esta
como de lo colectivo, ni se conserva ni aumerta ocupándose
cuestión. Pensemos en una persona que es portador de HIV
sólo de la enfermedad. Por e! qontrario, e!\pcuparse de lo
o en alguien a quien se le detecta un proceso canceroso. Se
dañado de modo excluyente o ancamente I preponderante,
nos presentan dos alternativas: una, la más frecuentemente
en cualquier cuerpo social, llev indefectiblemente a incre-
observada, es la que pone en marcha tratamientos radiológi-
mentar la probabilidad de enfer ar, lo cual d$rá por resulta-
cos y químicos agresivos, muy tóxicos y muy costosos, que
do una mayor cantidad de enfer os. 1\
destrUyen e! sistema inmunológico; la otra es la que trabaja
En cambio, si se ponen en archa estrategias de acción
prioritariamente sobre los estilos de vida, buscando mejorar
que tienen por objeto la protecFión y la ptbmoción de la
la calidad de vida de la persona, al mismo tiempo que se
salud, la cantidad de personas san~s no sólo sdInantiene esta-
comienza a potenciar su fuerza vital a través de técnicas que
ble sino que, por un efecto multflicador pr6pio de la diná-
operan sobre el psiquismo y que, por vía de procesos psico-
mica social, aumenta, con lo cu~1 se logra t#a significativa
inmuno_neuro-endocrinológicos, activan el sistema inmune.
reducción de! gasto en la atención de la enfermedad y se

\\
i

\
pl~",16,1""".
i
I.
I ,

66 Enrique Sajorcada
¡ de la salud "

Secundariamente, y sólo cuando es imprescindible, se apela a so. En =v= allbroceso de ~esarrollo de un país, también
las terapias químicas y/o de radiación, estas dos estrategias lo impac an de manera diferente. En la
La primera alternativa tiene una tasa de letalidad muy alta; primera, s~ pierd¿ dinero, sie do el gasto evitable, y se obs-
en cuanto a la segunda, comienzan a aparecer informes de taculiza eliaport~ ide capital h mano a dicho proceso. Así, la
tasas de recuperación, o de no aparición de! sida, también muy primera al,ternatiHa contribuy a la "involución" de! país. La
altas. La primera se ci.rcunscribió sólo a la enfermedad, la otra segunda estrategia sí genera s tuaciones de disponibilidad de
se centró en e! potencial de salud, La primera implica una dinero y de habilitación de e pital humano que potencian e!
fuerte inversión de dinero y de horas profesionales, la segun- desarrollo:nacioriitl.
da tiene muy bajo costo e insume pocas horas profesionales. Otra cuestión! ~mportantelque emana de la protección y
Veamos otro ejemplo, Frente a una población en condicio- promoción de la ~;aludy del d sarrollo del potencial de salud,
nes de pobreza estructural también se presentan dos alterna- es que las :actividades que se eben llevar a cabo para' lograr
. l, 11. . .
tivas, Una define a la población como de riesgo y traza estra- estos objetivos generan, o 1Il rementan, e! desarrollo satutarto
tegias para evitar que aparezcan enfermedades que -se de! país (qackle»i1990), lo clal incide en e! desarrollo nacio-
supone- la están amenazando; la otra alternativa toma en nal al reforzar y hacer más es ables los logros alcanzados. -
cuenta e! potencial de salud de esa población y comienza a Definido con~encillez, e! oncepto de desarrollo sanitario
estimulado, desenvolviendo acciones que tienen por objetivo hace referencia
!
aI la condició que tiene una sociedad
.
de que
1
el desarrollo humano integral, la puesta en acto de las poten- sus comportamientos espon~neos generen un mayor quan-
'1 •
cialidades de esa población, En e! primer caso, no se visualiza tu", de salud y, si Isurge un e ergente negativo en el proceso
el daño o enfermedad ya presente (como es la pobreza estruc- de salud-enfenriedad, reacci nen de! modo más adecuado
tural, aun cuando no figure en las taxononúas descriptivas y para restablecerl1a salud y ara evitar cuanto sea posible
diagnosticas en uso) y, en general, tampoco se evitan esas daños mayores Ylkecuelas. ;
enfermedades que se consideran posibles, Frecuentemente, e! Una cuestión importante tener en cuenta es el peso deci-
fracaso preventivo se debe a que las enfermedades previstas en sivo que tiene e .'sistema educ tiuo formal en el logro de este
la estimación de riesgo están generadas, de modo directo o
indirecto, por aquel otro daño preexistente que no se percibe
1
desarrollo, dado que es una cJ:elas áreas esenciales involucra-
das en los;progrtjllas de protección y promoción de la salud.
cuando sólo se piensa y actúa desde e! punto de vista de la
patología descripta en las taxonornías impuestas, Por ou'a Habiendo yal ¡¡escrito y a ializado muy sucintamente los
parte, no se comprende que no hay riesgo sin daño previo, puntos y ~las .pnlblemáticas críticas en el sistema total de
En la segunda alternativa, la puesta en marcha del proce- salud, queda pÓi- ver qué portes se pueden hacer para
so de activación del potencial de salud resulta el más eficaz comenzar; a revbrtir la pres nte situación. Lo haremos de
antídoto para los daños futuros que se prevén desde la pers- modo aún más Jiptético, y n s referiremos a cuestiones que
pectiva de riesgo. Además, la actualización del potencial de se pueden pon¿r en práctic con los recursos con que se
salud implica la progresiva superación de .la pobreza estruc- cuenta actualmente
• 1
en nues~s países. •
tural, o sea, la verdadera enfermedad. . Recordemos ue los com onentes y emergentes críticos
Los costos de estas dos alternativas son diferentes, siendo antes señalados ~on: el com oriente intersubjetivo general,
mucho más cara la primera que la segunda y conllevando con su barrera PSico-socio-c1Itural; e! paradigma individual-
aquella una cuota mayor de sufrimiento humano y de fraca- restrictivo que 01'lenta las accrones efectoras del componente
i,' :' ,;. :
..; :i\íl}~~'~~
~~~
!j
68 Em-¡que!af01"C(/{la !j Perspectiva ecológico-sisténzica de la salud 69

formal; e! desconocimiento, p r parte de ~ te último compo- una nueva y única ciencia que dé cuenta de lo humano desde
nente, del saber y de! hacer en salud de la ~oblación; y, final- la perspectiva de lo social. Pero mientras no se llegue a esta
mente, la generalizada presci~dencia del tbnjunto de gente meta, creo que cada disciplina debe hacer su aporte con niti-
sana (c~ntidad de salud POSitiVl) pre~ente d,~la socie?ad y de! dez, desde sus marcos teóricos específicos, buscando manco-
potencial de salud de todo e! olectívo sodal del palS, con el munar su trabajo con e! de las otras especialidades de modo
consiguiente subdesa:rollo sa1tar!0. 11 . , . de llegar a llna construcción multifacética.
Todas estas cuestiones est n Interconblcradas; sisterruca- Veamos 'im ejemplo: si un determinado problema, o con-
mente; por lo que trabajar con ellas requiere la fo¡mación de junto de problemas, es de naturaleza esencialmente psicoso-
'1 ,
equipos multidisciplinarios. N obstante, dada la 'naturaleza cial, es imposible prescindir de la psicología si se quiere llegar
de cada problema a resolver, u a de las ci~Acias adquirirá un a una verdadera solución de! mismo. Y, en mi opinión, es éste
peso mayor que las otras a la ora de alcaJbr la solución de precisamente e! caso ante e! cual nos encontramos: todos los
un modo eficaz. Por ello, si o se puede! rorma~ e! equipo problemas implicados en los puntos críticos de! sistema total
multidisciplinario completo, e mo frecuentbmente ocurre en de salud analizados en este escrito son, en primer término, de
nuestros paises por carenciaia d recursos econorrucos,
, ll ,. die o naturaleza psicosocial y, en segundo término, cultural,
que no se puede prescindir es e los Profeslpnales Ide esa dis- Lógicamente, esta situación también convoca a la antro-
ciplina que queda determinad por la naturaleza misma del pología social como disciplina fundamental en relación con
problema a resolver. I1 '. las problemáticas actuales que plantean las malas condicio-
Nos hallamos en un mome to de las ciencias sociales en nes de salud de nuestros pueblos. Llama poderosamente la
!I
que es frecuente escuc h ar p Ia teos con respecto a'l" a mexis- atención e! divorcio que existe entre estas dos especialida-
tencia de fronteras entre las di tintas discinl'inas que las inte-' des, tanto en e! ámbito dé lo académico como de las prácti-
gran (posiéión que, generalme te, encubr~luna desesperada cas profesionales, pero este tema merecería un tratamiento
,'búsqueda de inserción laboral), a la vez qU~I. , tambié•. ,n se habla aparte.
de interdisciplina y transdisci Ilina, sin qul estos conceptos El problema de la barrera psico-socio-culmral, así como
estén acompañados de la neCeiraria funda', entacio.' n episte- todo lo relacionado con las subjetividades de los integrantes
mológica. ! I de! sistema total de salud y con los efectos de la interacción de
las mismas, que emergen en los espacios intersubjetivos gene-
En estos casos observo pron¡ndos estad~s de confusión en
cuanto al conocimiento de los rarcos teórjios y la naturale- ral y específico retroalimentando a las mencionadas subjetivi-
za de las tecnologías que se usat y, frecuentemente; discursos dades, implica las variables psicosociales que, como vimos
y prácticas desaprensivos que ~onen de m+ifiesto ignoran- anteriormente, determinan las cosmovisiones o maneras de
cias dignas de un diletante. Hasta ahora, la solución más pro- ver e interpretar e! mundo de las cuales se ocupan las teorías
ductiva que he encontrado es di[erenciar clfiamente cada una de alcarice medio de la psicología social.
de las ciencias sociales y prod:'jcir en form, rnultidisciplina- Trabajar en torno a esta temática supone volver a las bases
ria, lo cual implica trabajar d9 modo convergente a fin de teóricas y a las tecnologías psicosociales participativas a tra-
vés de las cuales se pueda llegar a lograr modificaciones tales
construir un conocimie~to
todos por igual. !

Esto no menoscaba la nece idad de desarrollar una ins-


I
COfPartidO y cbmprendido por
como la dilución de la barrera mencionada y su reemplazo
por una instancia de comprensión, colaboración y reconoci-
tancia interdisciplinaria, la cua implicará ~1
surgimiento de miento mutuo entre efectores y usuarios.

1 :
70 Enrique Saforcada P1"'"' """,.1",,,,,,," de la ,"J "
Considerando ahora e! problema del paradigma que d~ su posició~ :wocrática y I( reemplazan por una compren-
orienta a los efecto res de! componente formal, entramos en sion y valoración. relativista ~Itural. Este proceso de cambio
la problemática del pasaje de! modelo individual-restrictivo necesita espacio~:de canten ión y adquisición gradual de la
al social-expansivo. Pero los paradigmas están constituidos nueva perspecti~a, para lo cu I resulta de gran eficacia la téc-
también por sustancia subjetiva, una subjetividad profesio- nica de talleres p~rticipativos e munitarios que, en lo pedagógi-
nal construida en el período de socialización correspon- co, estén orientados en funcirn de los lineamientos de la edu-
diente a la vida universitaria, que no por ello deja de estar cación de-adultos de Paulo F eire. En cuanto a lo psicológico,
sometida a los factores, dinámicas y fuerzas de la misma esta técnica implica un basa ento psicosocial que dé cuenta
naturaleza que los que inciden en la subjetividad que se y
. de la naturalez~ dinámica e las representaciones sociales,
pone en juego en la vida cotidiana. Así, el problema central del cambio de lbs sistemas alorativo-actitudinales y de los
del cambio de paradigmas no reside sólo en los contenidos sistemas de vali~ación de la auto estima y la autoimagen. Ya
de conocimiento que encierran los mismos, sino en los con- iniciado. e! proce~o de cambi , los profesionales comienzan a
tenidos actitudinales y de cosmovisión qu.e son inherentes a valorar las conc~pciones y p ácticas de salud de la población
todo paradigma internalizado por los seres humanos. (semiología y clínica legas) a comprender la importancia
Todo proceso de cambio de un ·paradi¡¡ma implica direc- que tiene ese c9riocimiento ara alcanzar un mayor grado dé
tamente a las personas como portadoras de ideología, exi- eficacia en su propio accion r,
giendo de ellas una práctica concreta que necesita un escena- También, colÍlo efecto in erente al cambio de paradigma,
rio adecuado donde desplegar plenamente los contenidos una vez replanJdadas las cu stiones referentes a la enferme-
cognitivos y subjetivos de! nuevo paradigma.' dad que eran c¿ntrales en e! paradigma que ha sido abando-
Este proceso de resocialización profesional naciente nado, e! procedo de cambi lleva a los profesionales a Una
requiere una práctica en los ecosistemas en que se genera e! reconsideraciód ¡espontánea, más sentida que razonada, de la
proceso de salud-enfermedad. En síntesis, requiere trabajar en jerarquización d~los emerg ntes de! proceso de salud-enfer-
la comunidad, con la participación directa y concreta de sus medad. ProgreJivamente cot ienzan a darle más importancia
l' '
miembros en la solución de los problemas, y en instituciones a la protección ~e la gente sana y al aumento de su salud, a la
de salud (hospitales, centros periféricos, etc.) totalmente abier- vez que le van~fI.UitandOpribridad a la atención de la enfer-
tas a esa comunidad, con sistemas administrativos compartidos medad.' ¡
i
con ella, todo lo cual debe estar acompañado de los estudios Por último, queda por Stñalar que, una vez internalizada
necesarios que den fundamento científico a tales acciones. El la nueva constr 'cción (e! p adigma social-expansivo), quie-
I '
soporte teórico y técnico fundamental de este tipo de prácticas nes atraviesan estas experielcias de cambio se acercan poco a
es psicosocial y, en especial, psicológico comunitario.
A la vez que el paradigma cambia hacia concepciones y . 1I " , "
es converuente aclarar que desjer rqurzar y qwtarle prioridad a la enfer-
prácticas social-expansivas, los profesionales van abandonan- medad no tiene nirigw. la relación ~COl1 no atender o no ocuparse de ella. Las
ciencias de la salu~, al igual que as profesiones que de ellas se derivan,
están destinadas pbr razones étic s, lógicas y económicas a ocuparse, en
1. De igual modo, el paradigma anterior se instaló a través de la prác- primer lugar, de qh,~ la gente san continúe gozando de buena salud y, en
tica en espacios artificiales, tomando contacto sólo con individuos descon- segundo lugar, dCfR.Ue la gente e ferma se cure, empleando en esta tarea
textualizados, y haciendo uso de una caracterización de los problemas todas sus capacidad FSy recursos tlcnicos entre ellos, los relacionados con
desarrollada en el ámbito de las abstracciones nosogréficas encapsuladas.
2. Para que no quepan interpretaciones equivocadas o tergiversaciones,
I
la activación del P rUCial de salu l' 1

.
72
j
Enrique Snforcada
I1
I

poco a la visualización del po encial de sa!. d, esa fuerza vital


que está presente en la mayor a de las perb[nas y 'en el tejido
. Perspectiva ecológico-sistémicade la salud

obtenido un determinado resultado beneficioso, permita que


73

éste se multiplique por la misma inercia de la dinámica social,


social de los grupos humanos. :
sin necesidad de que intervengan nuevamente los profesiona-
Como consecuencia lógica, surgen las p eguntas con rela- les. A su vez, esta multiplicación, además de implicar el mayor
ción a qué se puede hacer pr fesional y~t' cnicamente para crecimiento cuantitativo posible (cantidad de personas), tam-
actualizar esta potencialidad. o que se enl uentra' como res-
bién involucrará una progresión cualitativa de este resultado
puesta se relaciona con cuestio es de natur' Ieza psicológica y (incremento' de la eficacia del efecto multiplicado).
psicosocial: estimular psicoló icarnenre ; I sistema psico-
El enfoque individual-restrictivo obtiene resultados que
inmuno-neuro-endocrino; ref rzar la tram1a del tejido social; se acercan mucho al esquema limitado de una acción, una per-
generar, o reforzar y extender, edes sociale' de apoyo; actua- sona beneficiada; porque no hay trasvasamiento algnno del
lizar en los miembros de la e munidad lb capacidades de conocimiento y las destrezas que explican y encierran aque-
gestión de la propia vida, cons derada en f rma individual y
llo que posibilitó el resultado beneficioso. Al paradigma
colectiva; generar, o incremen r yamplial la participación
social-expansivo le es inherente algo así como una acción, un
de la gente en los procesos de toma de del isiones sobre las entorno social beneficiado; sistémicamente, dado que a sus inte-
cuestiones referentes a lo pú Iico, gened , o aumentar y
grantes, o a alguno de ellos, se les transfirió parte del cono-
ampliar, la solidaridad; desarr llar al máxito las destrezas cimiento y las destrezas en el manejo de aquello que lo hizo
para la vida; etcétera. !
posible.
Es evidente el hecho de que n la medida en que se actua- La transmisión de conocimientos y el desarrollo de nue-
liza el potencial de salud se ge era Un aum~rto del desarro-
llo sanitario de la sociedad. I vas destrezas implica darle participación a la comunidad, de
10 que se desprende que el campo más fértil de aplicación de
" I la psicología en el área de la salud es el que preve la psicolo-
..' • Concluyo estas reflexiones p niendo a C~tSideraCión tres gía comunitaria, siendo así éste el eje teórico técnico de la
éuestiones básicas con relación p
lo que he anteado en este
psicología sanitaria.
capítulo, núcleo que podrá Con ensarse en I a siguiente for- La segunda cuestión me trae a la memoria aquel requeri-
mulación: la posibilidad de un ejoramient? significativo de miento efectuado por Sanford hace ya casi medio siglo: la
las condiciones de salud de nues os países d~'ende de que la psicología, si quiere incrementar su aporte al mejoramiento
psicología sanitaria, que es un ea ítulo espeé al dentro de la de las condiciones de salud de la población y ser más eficaz
psicología de la salud, pase a o upar un lugl'r central en el en este propósito, debe abandonar cuanto antes el modelo
trazado de las políticas de salud en la pla~f1cación, ejecu- médico-clínico (Zax y Specter 1978). Esta acertadísima reco-
ción y evaluación de las acciones' orrespondi~ntes (Saforcada
et al., 2001). ,>< I mendación requiere descentrarse de la enfermedad y trabajar
en función del paradigma social-expansivo.
Formulo la primera de estas es cuestion s básicas como La tercera cuestión se refiere a la necesidad de que los psi-
una pregunta y a la vez propon o una respu sra: ¿cuál es el cólogos y psicólogas tomemos conciencia de que la nuestra es
campo más fértil de una discipli a en su ver' ente de aplica- la única disciplina, entre las que manejan las tecnologías cen-
ción en el área de la salud? A mi j icio, el cam o más fértil es trales en el campo de la salud, que no está involucrada en el
aquel en el que se dan resultados con mayor! fecto multipli- complejo industrial-profesional en Latinoamérica. En el ini-
cador, o sea, aquel en que una acc ón técnica, i: n la cual se ha cio del nuevo milenio vemos, con gran preocupación, que en
1:
I1:.,
74 Enrique Saforcada

los Estados Unidos se ha comenzado a desarrollar una estra-


CAPÍTULO 3
tegia científico-legal que busca otorgar a los psicólogos la
facultad de prescribir psicofármacos, siendo imposible que Des~rrollo de Irecursos y redes sociales
un psicólogo, sin ser también médico, domine el conoci-
miento de la fannacodinamia integral o.e las drogas. En María Piedad Rangel Meneses
América Latina deberíamos hacer todo lo necesario para que
esto nunca OCUlTa,por razones deontológicas y porque, de lo
contrario, este complejo también va a poner de rodillas a t
nuestra profesión, al servicio del mantenimiento del mercado
de la enfermedad.

Referencias bibliográficas i
I
En este capíFlo abordar mos el tema de-las redes socia,
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"
, y/o asume en trelación. I
relacionada c01\1los diverso~ roles que cada uno desempeña
d
La red socia'; según Elkairn (1995), implica un proceso de
i!,
construcción pe~manente tarito en el plano individual como en
ii-'
t el colectivo. Es~e autor conlf,'dera la red social como un siste-
ti' ma abierto; a u·lyés de Ull in rcambio dinámico entre sus inte-
(t
grantes, y enu'el éstos y ou'os glUpoS sociales, se hace posible la
:~,
}r
mejor utilizaciól~ de sus recl1'sos. Cada miembro de la familia,
','
I

90 Marta Piedad Rangel Meneses

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Barcelona,Gedisa.
!

En el contexto de la llamada "crisis" de! modelo de las


ciencias humanas y sociales que ocurrió posteriormente a la
guerra fría, en los años cincuenta y sesenta del siglo XX,
cuando tanto el compromiso social y político de los intelec-
tuales como el papel de la universidad fueron fuertemente.
cuestionados y exigidos en el campo específico de la psicolo-
gía y de sus prácticas, se observa una gran insatisfacción a
propósito de! quehacer psicológico dirigido a las minorías.
En Brasil, a comienzos de los años sesenta, esos cuestiona-
mientos señalaban la búsqueda de prácticas diferentes de las
tradicionales, que por cierto se habían constituido en los fun-
damentos de la creación de esta profesión (Andery, 1983) Y
que, junto a los modelos tradicionales, predominaban en la
formación de los psicólogos. Aún así, ante esta fuerte hege-
monía de los mode!os individualista y elitista en e! trabajo psi-
cológico, encontramos durante e! proceso de formación de los
primeros grupos de estudiantes de psicología en Brasil, a
mediados de los años sesenta, una especie de "minoría activa"
-constituida por profesores, estudiantes de psicología y psicó-
logos en centros como San Pablo y Porto Alegre- que inten-
taba desarrollar trabajos con los sectores más desfavorecidos
de la población, buscando construir un quehacer psicológico
menos elitista y más comprometido con los rumbos de la rea-
lidad social (Freitas, 1998a; Montero, 1994).
I
92 L. C11IZ, M. de F Quintal de Freitns y J. Amoretti Psicología social conumitnrin 93

Es en este clima donde encontramos las bases para aque- y saberes compartidos, de modo de ganar autonomía en la
llo que, dos décadas y media más tarde, conoceríamos como cotidianidad de las relaciones.
la emergencia y consolidación de lo que llamamos hoy psico- Podemos decir, así, que este período histórico que vivió
logía comunitaria. Podemos decir que, en parte, esta inquie- América Latina reunió condiciones objetivas para que emer-
tud respecto de los diferentes quehaceres de la psicología, giese una nueva mirada psicológica que estuviese comprome-
junto con la preocupación por hallar una práctica diferencia- tida con la realidad cotidiana de la población y que intentara
da que estuviera dirigida a la mayoría de la población y vin- maximizar la salud de los ciudadanos, la cual sólo puede se!'
culada a los servicios psicológicos, fue un fuerte elemento alcanzada con e! acceso a la educación, a la cultura, a la
que impulsó, desde esa década, la construcción de una tra- vivienda, al ocio y a la salubridad, en relaciones más dignas e
yectoria de la psicología social comunitaria latinoamericanas igualitarias. Esta nueva mirada fue ganando fuerza a través de
que tiene características distintivas. los años, y ha estado acompañada de una postura diferenciada
En la coyuntura histórico-política de América Latina, el por parte de los profesionales, quienes ya antes habían argu-
clima de terror y la pérdida de los derechos humanos básicos, mentado que no era posible que las personas fueran felices en
la violencia manifestada en diversos contextos y dinámicas una sociedad inequitativa e injusta (Freitas, 1996; Martín-
sociales, así como la exclusión social de los servicios básicos Baró, 1987). Esta perspectiva teórica de la construcción psico-
como vivienda, salud, educación y empleo, junto a una cons- social del hombre (en la cual su posición dialéctica como pro-
tante opresión y sumisión, fueron las marcas indelebles del ducto y productor de su propia historia y de su cotidianidad
sistema dictatorial y configuraron un proceso social que no pasa a tener relevancia) culmina en una postura epistemológi-
podía ser simplemente negado. Se trataba de una realidad ea diferente en términos de una nueva concepción de hombre
silenciada y perversamente vivida por la mayoría de los bra- y de! fenómeno psicológico (Freitas, 2001; Montero, 1996;
sileños en particular y por los latinoamericanos en general Martín-Baró, 1987). En este sentido, los autores mencionados
(Betto, 2000; Freire, 1997). Pero aun así, la vida de las perso- afirman que el abordaje teórico-metodológico representado
nas y su sufrimiento conviven con la riqueza cultural de la por la psicología social comunitaria, a lo largo de las últimas
población, que traía consigo, potencialmente, muchas alter- décadas, implica una especie de enfrentamiento epistemológi-
nativas. Es en este escenario donde los cuestionamientos co con la psicología tradicional, cuya postura era la de legiti-
sobre el compromiso social y político de los intelectuales y mar e! orden social, sirviendo de instrumento de dominación.
profesionales provocan un movimiento que emerge desde e!
corazón de la psicología, junto a otros campos, y que explici-
ta la responsabilidad que tienen los profesionales respecto de Sobre la disciplina
las transformaciones sociales y su compromiso de luchar con-
tra las relaciones injustas, indignas e incluso subhumanas, En términos de presupuestos teóricos y conceptuales, se
presentes en los sistemas de gobiernos autoritarios, Se pre- verifica que los orígenes de la psicología comunitaria se loca-
tendía construir una psicología que rompiese con la dualidad lizan en el ámbito de la psicología social, que está a su vez
entre lo social y lo individual, que eliminase la visión indivi- específicamente ligada a las tradiciones históricas y políticas
dualista y psicologizante, que propusiese trabajar con grupos, del continente latinoamericano.
que reflexionase sobre los asuntos y problemáticas de esos En este contexto, y a partir de la constatación de que estu-
sectores, para potenciar las comunidades a través de prácticas diar a los seres humanos aislados de la sociedad refuerza una
;~~

94 L. c,-I/.Z, M. de F Quintal de Freitns y]. Amoretti Psicología social comunitaria 95

visión fragmentada y ahistórica de los fenómenos psicosocia- clandestinas o muy discretas, y aisladas. El carácter de clan-
les, la psicología social fue ocupando cada vez más espacios destinidad del u-abajo comunitario posibilitaba que éste con-
de investigación y análisis, incluso dentro de las formas tra- tinuara siendo realizado y minimizaba la identificación de sus
dicionales de trabajo, poniendo la interacciónlrelación entre autores.
individuo y sociedad como objeto prioritario de estudio Freitas (1996) señala dos vertientes principales como sub-
(Guareschi, 1996; Sandoval, 2000). Diferentes autores sidiarias del campo de acción de las prácticas psicosociales en
(Serrano-Garda et al., 1992; Lane, 1983, entre otros), a lo la comunidad: una proviene de la educación y la OO'asurge
largo de estas últimas décadas, se han preocupado por cons- como consecuencia de las reflexiones acontecidas en el
truir una psicología más comprometida con la realidad. A su campo sociológico. En la primera, "se verifica que la inser-
vez retoman o explicitan la discusión sobre la falsa dicotomia ción y la participación del psicólogo en la comunidad tuvo
que se establece entre el individuo y la sociedad, como si como propuesta contri buir con la formación de una concien-
aquél pudiese prescindir de ésta para su constitución como cia política en la población" (Freitas, 1996, p. 70). De esta
sujeto -actor y autor de su historia personal y colectiva- o forma, "la cultura y la educación pasan a ser entendidas como
como si la sociedad, a su vez, pudiera constituirse como tal vehículos a través de los cuales pueden forjarse los procesos
prescindiendo de las fuerzas dialécticas derivadas de las inte- de concientización" (Freitas,1996, p. 71).
racciones de los individuos. La discusión sobre esta supuesta El llamado "paradigma de la educación popular" (Pereira,
dicotomía se constituye en un punto permanente de tensión, 2001) puede ser considerado como una contundente corriente
no sólo en la práctica de los trabajos, sino también en los aná- de apoyo a los trabajos comunitarios, que engloba un conjun-
lisis teóricos sobre los fenómenos psicosociales. Para to de ideas políticas y filosóficas nacidas con los movimientos
Serrano-Garda et al. (1992), si la psicología social entiende el de educación de base y cultura popular al final de los años cin-
funcionamiento social como una concepción limitada e indi- cuenta y comienzos de los sesenta y que crecieron dentro de la
vidual de la práctica humana y utiliza el método experimen- resistencia popular en los años setenta, comienzos de los
tal de las ciencias naturales, no podrá comprender la comple- ochenta. En ese período, la educación popular se coloca al ser-
jidad de las relaciones sociales. vicio de la sociedad y busca un proceso de autoconcientización
Es importante señalar que la psicología no ha sido el único sobre los problemas que dificultan al ciudadano el libre ejerci-
campo de conocimiento preocupado en buscar alternativas cio de la ciudadanía, de forma colectiva y democrática. No
para mejorar las condiciones de vida de las personas y en pro- podemos dejar de destacar que, a lo largo de los años, inte-
curar entender la complejidad de las relaciones sociales. La grando el contexto del saber popular, el arte surge como un
sociología y la educación también trabajaron en esa direc- aliado importante del desarrollo de los trabajos comunitarios
ción, comprometiéndose con la transformación social. en nuestro continente, en la medida en que se forja en la diná-
Cedeño (1999) señala que los primeros trabajos comunita- mica popular. Así, el saber popular y el arte han sido dos aspec-
rios' (de final de los años cincuenta y década de los años tos relevantes en ese contexto histórico, donde surgen la edu-
sesenta) se caracterizan por la realización de prácticas semi- cación popular y las formas de concientización de la población.
El arte puede, entonces, ser considerado como una expresión
l. Según Lane, ya en la década de los años cuarenta, existían en Brasil de la libertad, como potencia de ideas y deseos.'
-y en otros países de América Latina- programas de trabajo comunitario,
pero tenían una orientación positivista, que llevaba a intervenciones pater- 2. A título de ejemplo de esta producción artística, podemos citar algu-
nalistas. nas canciones populares que tuvieron incluso un papel político importante
96 L. C11tZ, M. de F Quintal de Freira:y ]. Amoretti Psicología social comunitaria 97

La influencia de la sociología rural en los trabajos comu- nal y para su trabajo, Sin embargo, esa concepción no podía
nitarios, denominada "segunda vertiente" por Freitas (1996), sostenerse más, debido al trabajo que se venía desarrollando
aparece como una alternativa a los modelos tradicionales en el campo comunitario, que contaba con la participación de
vigentes, y revela una "insatisfacción Con el positivismo y una profesionales oriundos de campos diferentes. Las fuertes crí-
adopción de la investigación participante. Esta proviene de ticas dirigidas a las formas tradicionales de trabajar en psico-
las críticas que a partir de los años cincuenta, comenzaron a logía derivaban del hecho de que sus modelos explicativos se
hacerse en el campo de las Ciencias Sociales", principalmen- apoyaban "en e! positivismo lógico y en el empirismo estric-
te en relación con la rigidez de esta área de conocimiento, ya to, sin poder explicar estas situaciones de la realidad latina, ni
que se consideraba "como fuente de error para la investiga- mucho menos de indicar caminos para transforrnarlas"
ción científica cualquier práctica que implicara la transfor- (Freitas, 1996, pp. 71-72). En este clima de cuestionamiento
mación de la realidad".' Esta posición llevaba a la dicotomía al carácter supuestamente neutro de la práctica psicológica,
entre teoría y práctica, ya la defensa de una postura de neu- muchos grupos de intelectuales se vincularon con las luchas
tralidad y de distanciamiento político-social para e! profesio- populares con e! fin de unir la actividad científica con los pro-
cesos de transformación social. A partir de este escenario de .

I en el escenario de los accntecimentos sociales durante el período de la dic-


tadura, en el continente latinoamericano. Así, sería imposible no recordar
algunas canciones de Chico Buarque, ya que su poesía retrata cuestiones y
temáticas de la cctidianidad aborda las relaciones de estos sistemas dicta-
t~riales con la sociedad civil, como las composiciones Construiño, Atrás da
discusiones, surgen los primeros trabajos en contextos comu-
nitarios que facilitan la formación de conciencia crítica y la
participación política. Éstos pasaron a tener mayor visibili-
dad a través de diversos eventos y simposios que fueron rea-
porta, Minba historia, Apesar de voce, Deus lhe pague, Angélica e samba de Orly, lizados especialmente por la ABRAPSO (Asociación
todas compuestas en los años setenta. No se pueden dejar de citar algunos Brasileña de Psicología Social), y que tenían como eje orien-
versos de la canción Cálice, en coautoría con Gilberto Gil, que junto con tador la preocupación por el acercamiento de la psicología a
otras, se volvió un símbolo de la sociedad que deseaba pronunciarse pero
la "realidad".
que permanecía amordazada por la dictadura y por la ignorancia: Corno é
difícil acordar calado/Se 11acalada da noite eu me dano/Quero lancar un grito El Congreso Interamericano sobre Psicología, realizado
desumane/ Que é una maneira de ser esctuado (Cómo es dificil despertar callado/ en La Habana en 1980, puede considerarse como uno de los
si en el silencio de la noche me hago daño/ quiero lanzar un grito inhumano/ que primeros e importantes foros que fomentaron los debates
es una manera de ser escuchado/). En la Argentina, podemos citar el tema Sólo relativos a los paradigmas dominantes en el campo de las
le pido a Dios, de León Gieco: Sólo le pido a Dios/ Que la guerra no me sea indi-
prácticas de la psicología en las comunidades, y que aborda-
[ermte/ Es un monstruo grande y pisa fuerte /Toda la pobre inocencia de la gente.
En Chile, uno de los nombres mas importantes de la nueva. canción fol- ron las exigencias teóricas y metodológicas de la disciplina.
clórica de Víctor Jara y, entre sus varias composiciones, citamos El pueblo Según Nascimento (2001), en este encuentro se plantearon
unido, El derecho de vivir en paz y Manifiesto. nuevas visiones de! hombre y, por lo tanto, diversos tipos de
3. Transformar la realidad es buscar formas en la vida concreta que intervenciones en la comunidad, entre los cuales había tam-
"maximicen una salud mejor para la población, y esta salud emana directa-
bién prácticas paternalistas y asistencialistas. Tal diversidad,
¡ mente de las posibilidades reales que esta población puede tener de estu-
diar, comer, vivir, hacer cultura, y, por lo menos" de transformar las cosas
de su cotidianidad o sea, de trabajar. Al poder hacer esto, la vida de las per-
ya presente a inicios de los años ochenta, señalaba la necesi-
dad de demarcar los aspectos teórico-metcdológicos de una
I sonas y sus relaciones -consigo mismas, con el otro y con el mundo que las
rodea- podrán volverse más dignas, más solidarias y ética mente humanas, .
psicología social crítica, que mostrara un tipo de actuación
que pasó, más tarde, a ser conocida como "psicología social
considerándose una perspectiva psicosocial de comprensión de la realidad
I
11
humana" (Freirás, 1996, p. 65). comunitaria" (Nascimento, 2001; Freitas, 1998a).

l 1J-
....,..,..
r :1
I

98 L. C'-¡IZ, M. de F Quintal de Freitas y J. Amoretti Psicología social comunitaria 99

De la psicología social a la psicología social comunitaria tos de la investigación y por el énfasis en la aplicación de la
ciencia en la transformación social",
La discusión sobre las relaciones que existen y pueden Entre los aspectos más relevantes de esta psicología social
existir entre algunos campos muy cercanos en la psicología, comunitaria latinoamericana, encontramos su carácter activo
como es el caso de la psicología social, comunitaria y políti- y constructor de "influjos sociales" (Martín-Baró, 1989), junto
ca, ha sido intensa y prolífica, especialmente a comienzos del al hecho de tener siempre en cuenta las referencias históricas
presente siglo. Aunque no sea nuestro objetivo aquí presen- y la crítica social para las acciones que deben ser irnplementa- I¡
tar una discusión detallada sobre las interinfluencias entre das (Freitas, 1998b; Lane y Codo, 1995; Guareschi, 1996), así
li
tales campos, consideramos relevante recuperar y señalar como la explicitación de sus determinantes políticos I!
algunos elementos ya señalados por estudiosos del área. (Montero, 2000; Lane y Codo, 1995), Hay una reconocida
Para Campos y Guareschi (2000) hay, en el siglo XX, tres influencia del construccionismo social de Berger y Luckmann ~
demarcaciones importantes que contribuyeron en la defini- (1996) en las concepciones relativas a la producción humana y
ción de la psicología social actual, incluyendo en este término las formas de constitución social de existencia, presentes en la
la psicología social comunitaria. En primer lugar, la psicolo- obra La construcción social de la realidad, Ésta presenta la idea
gía de las masas, nacida en Europa a comienzos del siglo XX, del ser humano como producto y productor del medio social,
que surge como respuesta a los movimientos sociales urbanos capaz de transformar la realidad al mismo tiempo en que es
en las sociedades capitalistas modernas. En segundo lugar, transformado por ella, es decir siendo él mismo una produc-
aparece el modelo de la psicología de la opinión pública, que ción societal y, al mismo tiempo, haciendo de la sociedad una
deriva de los cuestionamientos al funcionamiento de las producción humana. El campo de la psicología social comu-
democracias modernas, basado en la síntesis de miles de pun- nitaria ha utilizado también la perspectiva crítica y dialógica
tos de vista individuales. Y finalmente, el modelo de la psico- dirigida a la reflexión, revelando una influencia del materialis-
logía social comunitaria, que se basa en el pluralismo cultural mo histórico y de la Escuela de Frankfurt.
y en la ética igualitaria que se impuso a finales del siglo XX. Pero no solamente el aspecto constructor de la acción,
Una parte considerable de la producción contemporánea sino también la deconstrucción en los análisis de causa-efec-
de psicología social en América Latina se desarrolló a partir to han aparecido en diferentes trabajos dentro del campo de
de la década del noventa, como se puede verificar en los con- la psicología comunitaria, Este aspecto aparece, más recien-
gresos realizados por la Sociedad Interamericana de temente, en Montero (2000), quien enfatiza que "es necesa-
Psicología (SIP), en la que por lo menos desde 1992 se obser- rio incorporar la acción y la reflexión a nuevos actores y oír
va una notable participación de trabajos inscritos en el área las voces de aquellos que viven los problemas y a quien están
de psicología comunitaria, A partir de esta profusión biblio- destinados los programas sociales" (p. 75).
gráfica Montero (1996) propone lo que pasó a ser denomina- Destacamos también que la originalidad de la psicología
do "paradigma de la psicología social latinoamericana", que social desde la perspectiva latinoamericana se ubica en el
en palabras de Campos y Guareschi (2000), es "el paradigma
de la construcción y de la transformación crítica, caracteriza- del lenguaje. El autor sostiene que el1enguaje y el mundo social son, fun-
do por la relación dialógica' entre el investigador y los suje- damentalmente, dial6gicos, es decir, están caracterizados por la interacci6n
entre diferentes perspectivas y puntos de vista. El abordaje dialógico posi-
4. La idea de dialogismo o polifonía fue construida por Mik.hail bilita, así, incluir la cuestión de la alteridad en las ciencias humanas, así
Bakhtin, a partir de 1920, en el campo de la teoría literaria y de la filosofía como el método, rigor y cienrifícidad (Amorim, 2001).
100 L. Cruz, M. de F Quintal de Freitas y J. Amoretti Psicología social comunitaria 101

interés por la colectividad y por las comunidades; en el posi- vo de la intervención psicológica es el desarrollo de la con-
cionamiento a favor de las minorías oprimidas y de los movi- ciencia de los sujetos, a los que se concibe como históricos y
mientos sociales; en una praxis que procura la transformación comunitarios. Por ello, trabaja de manera interdisciplinaria,
social e individual; en la incorporación de las culturas popu- facilitando el fortalecimiento y el desarrollo de las personas,
lares, así como en la participación social (Massini, 2000). La de los grupos y de la comunidad.
necesidad de enfrentarse a una realidad política, cultural y Por otra parte, Montero (2000) destaca que "la psicología
social marcada por conflictos, explotación, injusticia social, social comunitaria se da en un mundo relaciona!. Su objetivo
exclusión y miseria en el contexto latinoamericano, definió versa sobre formas específicas de relación entre las personas
las bases sobre las cuales se desarrolló la psicología social unidas por lazos de identidad construidos en relaciones his-
comunitaria. La coyuntura política. dictatorial, entre 1960 y tóricamente establecidas, que a su vez construyen y delimitan
1980, en varios países de América Latina, así como la repro- un campo: la comunidad" (p. 79).
ducción acrítica de la psicología norteamericana, llevó a una Serrano-Garda et al. (1992) indican que la psicología
amplia revisión crítica de las teorías desarrolladas hasta social comunitaria se propone investigar las formas de inte-
entonces (Martins, 1999). Se buscó la construcción de una gración del ser humano en sociedad y las formas en que esta
psicología que considerara las particularidades nacionales y el integración se ha alterado o puede alterarse. Para estos auto-
momento histórico por el cual atravesaban estos países. res, dichas formas de integración del ser humano en sociedad
Procurando escuchar la relación entre teoría y práctica, el no deben ser entendidas como únicamente individuales, sino
contexto social pasó a ser referencia obligatoria. que la integración debe acontecer colectivamente, en grupos.
Actualmente, la inserción y la práctica de la psicología social Finalmente, desde una visión general, podemos decir que la
comunitaria han sido reconocidas como nunca antes en su psicología social comunitaria tiene lugar en un campo de tra-
historia, desde comienzos de la década de los años sesenta bajo interdisciplinario, comprometido política y socialmente
(Freitas,2001). con el desarrollo de saberes y prácticas que posibiliten el esta-
Tomando como referencia las conceprualizaciones que se blecimiento de relaciones igualitarias y emancipatorias a través
han brindado en este campo, se observan varias formas de de la dialógíca (Campos, 1996). En diferentes autores (Freitas,
concebir la psicología social comunitaria. Una de las prime- 1998;Montero, 2000; Wiesenfeld, 1994; Serrano-Garda et al.,
ras definiciones que fue ampliamente divulgada es la de 1992, entre otros) se verifica que las relaciones interdisciplina-
Maritza Montero (1982, p. 16), según la cual esta disciplina rias constituyen un elemento fundamental de la disciplina,
constituye el "área de la psicología cuyo objeto es el estudio dado que utiliza conocimientos de la psicología, la sociología,
de los factores psicosociales que permiten desarrollar, fomen- la antropología; el servicio social y otras áreas profesionales
tar y mantener el control y poder que los individuos pueden que estén al servicio de la comunidad, así como también inclu-
ejercer sobre su ambiente individual y social, para solucionar ye el saber popular proveniente de la comunidad.
problemas que los afectan y lograr cambios en estos ambien-
tes y en la estructura social". Otra definición utilizada es la
propuesta por Góis (1993), para quien la psicología social Encuentro de saberes
comuni taria es un área de la psicología social que se interesa
por la actividad del psiquismo derivado del modo de vida ¿Cómo se da la producción de conocimiento? Ésta es una
dentro de la comunidad. En la visión de este autor, el objeti- cuestión que la psicología social comunitaria, junto a otros


"':;:-"""f' n
"/

102 L. Cruz, M, de F Quintal de Freitas y J. Amoretti Psicología social comunitaria 103

campos, también busca responder, Scarparo y Bernardes cular del cual 'emerge, responde a un momento y espacio
(2000) afirman que la producción del conocimiento ocurre a determinados, ya que es históricamente producido y está
partir del diálogo entre los saberes popular y académico, así marcado por su carácter social. .
como en el contexto en el cual éstos se inscriben, Tras esta nociones, encontramos las matrices teóricas de
Para Montero (2000): Marx y Gramsci, que se constituyen en orientadores para las
prácticas de intervención comunitaria, y que rompen con la
entre sujeto y objeto no hay distancia, puesto que componen noción de comunidad pasiva y estática. Podemos percibir la
una misma realidad y no se trata de entidades separadas. Ambos, fuerte influencia de la pedagogía surgida de la educación
sujeto y objeto, son considerados como parte de una misma popular, ya que la temática central de la psicología social
dimensión en una relación de influencia mutua. El sujeto cons- comunitaria es la concientización de la comunidad. A conti-
truye una realidad, que a su vez lo transforma, lo limita y lo nuación, consideramos oportuno recordar los conceptos de
impulsa. Ambos están siendo construidos y desconstruidos con-
participación y conciencia ..
tinuamente, en un proceso dinámico} en constante movimiento
La participación puede ser comprendida como un fenó-
(pp. 75-76).
meno indicador de transformación psicosocial. Según
Montero (1996), mediante ésta, el fenómeno del cual partici-
Jovchelovitch (2000) profundiza la discusión acerca de la
pamos pasa a ser parcialmente nuestro, generándose una
construcción de los saberes sociales, fundamentándose en la
relación peculiar entre el fenómeno y el sujeto, de tal suerte
teoría de las representaciones sociales; básicamente enfoca la
, que el participante transforma el objeto o el acontecimiento
construcción de! saber social involucrando diversas dimen-
de! cual participa, y de la misma manera es, también, modifi-
siones y naturalezas del saber y sus relaciones en la cotidiani-
cado por él.
dad. Esta autora presta especial atención a los saberes produ-
El nivel de participación entre los miembros de la comu-
cidos en la vida cotidiana, presentando tres dimensiones
nidad dependerá del grado de identificación y compromiso
..constitutivas de cualquier saber social: el significado, la
que las personas establezcan con determinado proyecto
comunidad y la cultura. Así, la autora pone en primer plano
(Hernández, 1996). Para esta autora, según el compromiso, la
la construcción simbólica como esencial para entender la
participación puede significar una asistencia, una participación
sociedad en la cual vivimos, completamente mediada, media-
permanente e inclusive una participación orgánica ..Se entien-
rizada y dependiente de lo simbólico, de una manera funda-
de por asistencia el grado de participación de la mayoría de los
mentalmente diferente de lo que ocurría hace cincuenta
miembros de un proyecto o de una comunidad, que no está
años. Jovche!ovitch también se refiere, al considerar los sabe-
caracterizado por e! compromiso efectivo. La participación
res sociales, a la dimensión de lo comunitario, que puede
permanente exige que se asuma alguna responsabilidad, impli-
implicar una gran sociedad, una institución, un grupo o una
ca un trabajo en equipo. La participación orgánica supone el
villa miseria, pero que de cualquier forma está delimitado por
mayor grado de participación, y es propio de las personas que
la cultura .. Aparece, entonces, la cultura como elemento
se identifican con el programa o proyecto y lo asumen como
importante que versa sobre los símbolos, las tradiciones, los
suyo, involucrándose en el planeamíento, la implementación, y
cOll1portamientos, las reglas, los modos de vivir y de hacer las
las sucesivas evaluaciones (Hernández, 1996).
cosas que dan identidad a un grupo humano.
La participación de la comunidad en actividades políticas,
Montera (2000) recuerda que el conocimiento producido
culturales, familiares, barriales, etc., produce una moviliza-
es relativo, en el sentido de ser específico del contexto parti-
104 L. Cruz, M. de F Quintal de Freitas y J. Amoretti Psicología social comunitaria 105

cion de la conciencia sobre las circunstancias de la vida, implica maduración, esfuerzo y comprensión. Esta interac-
transmite patrones de comportamientos y nuevas formas de ción es un proceso que puede ocurrir con más o menos obs-
aprehender estas circunstancias, hechos que Montero (1996) táculos, pero favorece el desarrollo local, así como el desa-
denomina "acción concientizadora y socializante". rrollo subjetivo de todas las personas que participan. En ese
Así, la conciencia es, por un lado, la captación en el plano sentido, si la comunidad es comprendida como ámbito de
individual de la experiencia social y personal del ser humano participación, eso se constituye en un espacio para el desa-
y, por otro, es la captación de la conciencia y de la acción de rrollo local (Hernández, 1996).
un grupo o clase social (Serrano-García et al., 1992). El desa- El proceso de inserción del psicólogo en la comunidad
\rrollo de cualquiera de las formas de conciencia requiere un depende de contactos, agentes intermediarios, de las relacio-
considerable esfuerzo personal. La conciencia política, en nes de confianza y la negociación de los espacios. El proceso
especial, supone una formación continua, sistemática y per- continuo de interacciones incluye entrevistas, conversaciones
manente, dentro de un compromiso de acción para transfor- informales, visitas, registros de observaciones, recuperación
mar la realidad. De esta forma, se asume el desafío del cam- de la historia, rescate de documentos y encuentros. Las estra-
bio personal en función de las metas que cada uno tiene, tegias tienen el objetivo de recolectar informaciones, identi-
convirtiendo a la persona en un sujeto político (Hernández, ficar necesidades de la vida cotidiana de la población, detec-
1996). tar modos alternativos de resolución de problemas de la
Serrano-García et al. (1992) señalan la importancia del comunidad, discutir colectivamente estrategias y evaluar
psicólogo social comunitario a la hora de alcanzar una com- continuamente el trabajo con la comunidad, propiciando un
prensión de los factores que determinan la conciencia y la espacio abierto para reformulaciones (Freitas, 1998b).
captación de un proyecto social por parte de los grupos. El psicólogo comienza con grandes incertidumbres y
desafíos y poco a poco visualiza el potencial de la comunidad,
percibiendo que tiene patrones diferentes del saber técnico-
Aspectos relativos al método y técnicas científico, pero que este saber popular tiene igualmente la
capacidad de asumir una postura dialógica de comunicación
Para que la intervención psicosocial tenga lugar, se debe y propone acciones y estrategias para ejecutarlas.
reconocer la heterogeneidad y la dinámica social, aprovechar La psicología social comunitaria utiliza prioritariamente
y fortalecer las experiencias existentes, promover una des- la investigación participante, "en la cual el investigador y los
centralización de recursos y necesidades de la comunidad, sujetos de la investigación trabajan juntos en la búsqueda de
planear la participación de organismos públicos y privados, y explicaciones para los problemas expuestos, así como en el
trabajar no solamente en el ámbito local, sino también con- planeamiento y ejecución de programas de transformación
templando el ámbito global (Hernández, 1996). La misma de la realidad vivida" (Campos, 1996, p. 11).
comunidad, apropiándose de su historia y reconociendo sus Creemos que las necesidades de la población son los
necesidades, posee la capacidad de encontrar internamente aspectos que deben orientar los caminos para la práctica del
recursos y participar de las soluciones halladas para enfrentar psicólogo. Se promoverá la construcción conjunta de alter-
su problemática. nativas y acciones, de manera que la población se apropie de
La articulación de la población y de los técnicos potencia su vida cotidiana, de sus problemáticas y de todo el proceso
los resultados deseados en el trabajo en comunidad, y ello que implica enfrentarlas. Los procesos sustentados en rela-

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106 L. C.'IIZ, M. de F. Quintal de Freitas y J. Amoretti Psicología social comunitaria 107

ciones participativas, solidarias y éticas contribuyen con e! do, pero directo y fuerte, entre estos investigado-
desarrollo de la conciencia y de la autonomía de la comuni- res/trabajadores comunitarios y las comunidades en las cua-
dad. les actuaban. El tiempo de permanencia dentro de ellas no
dependía la extensión formal del curso, de las prácticas de
formación profesional o de la finalización de la carrera de
Algunas consideraciones actuales psicólogo, Así, estos investigadores psicólogos trabajaban de
forma voluntaria, obteniendo poco reconocimiento, pero
La trayectoria de constitución de la psicología comunita- estaban convencidos del papel político y social que tenían I
ria propició un enfrentamiento filosófico y metodológico con junto a la población.
gran parte de las perspectivas psicológicas tradicionales, que Pasaron algunas décadas. Cabe preguntarse: ¿qué cambió
están fundadas en cosmovisiones individualistas, con énfasis en relación con este escenario inicial? ¿En qué avanzamos?
en la supuesta neutralidad científica, Este enfrentamiento Hoy se puede decir que se hace más notable la producción
apunta hacia la propuesta de una psicología social crítica e de trabajos en esta área, principalmente a través de asociacio-
histórica: hablar del fenómeno psicológico implica hablar de nes entre universidades, que realizan trabajos de extensión
la sociedad, históricamente construida (Martín-Baró, 1989; comunitaria, y algunas secretarías municipales, sea en el área
Montero,.1996). de salud, educación o ciudadanía y justicia, Encontramos
Si bien el campo de acción de la psicología social comuni- ejemplos de este vínculo en la ciudad de Porto Alegre, en
taria y sus aspectos teórico-metodológicos, han conquistado donde la FASC (Fundación de Asistencia Social ,y
un importante espacio en la actualidad dentro y fuera de la Ciudadanía), órgano gestor de la Política de Asistencia
academia, sin duda esta práctica se encuentra aún en pleno Social, también impulsa trabajos comunitarios desde la pers-
proceso de consolidación, junto a las políticas públicas de los pectiva de la participación popular, no sólo en la comunidad
diversos sectores. local (región de origen), sino en la ciudad, Otros trabajos
Los primeros trabajos de la psicología social comunitaria también relacionan las acciones en e! campo de la educación
estaban vinculados a la academia, ya que de ella salieron los y la capacitación política de educadores populares.jgíucado-
autores de las primeras iniciativas de acercamiento de la psi- res rurales o de jóvenes y adultos, como ocurre en los estados
cología hacia la comunidad, aunque durante años tales traba- de San Pablo, Minas Gerais, Ceará, Paraná, entre otros,
jos fueron despreciados y puestos al margen de una ciencia El poder público, en las áreas de asistencia social, educa-
más valorizada y supuestamente neutra, Eran trabajos reali- ción, salud, justicia, derechos humanos, pasa a ejecutar pro-
zados con los esfuerzos de profesores e investigadores y sus yectos y programas en asociación con la sociedad civil, a tra-
alumnos, vinculados y comprometidos con la realización de vés de las ONG, y reconoce la necesidad del trabajo
prácticas consecuentes con los sectores involucrados. Aunque interdisciplinario, incluyendo al profesional de la psicología
los docentes fueran remunerados por sus instituciones en su proyecto e indicando su necesidad para las instancias de
empleadoras, los trabajos eran considerados "extra" y, por ejecución.
tanto, realizarlos o darles continuidad formaba parte de una A partir de la consolidación de los consejos populares y
elección personal y política que los profesores y los alumnos del significado que éstos adquieren desde la perspectiva de la
hacían, sin esperar el reconocimiento público y/o institucio- administración de la ciudad, se ha creado el interés con res-
na1. Se constituía, así, un vínculo voluntario y no remunera- pecto a la dinámica de funcionamiento de estos espacios de
Psicología social comunitaria 109
108 L. Cruz, M. de F Quintal de Freitas y J. Amoretti
la psicología social comunitaria. Al contrario, el asistencia lis-
participación ciudadana, por parte de la comunidad científi-
mo es una práctica de exclusión, pues resta potencia al suje-
ca internacional, como queda evidenciado en el Foro Social
Mundial. to, además de retroalimentar la miseria.
Innumerables son los aspectos que deben ser considerados
La institución del presupuesto participativo' se da conjun-
y analizados si pretendemos realizar una evaluación sobre el
tamente con el fortalecimiento de las Asociaciones de
estado actual de nuestra disciplina, que viene expandiéndose.
Moradores de Barrios y clubes de madres, lo que genera
Es importante, para una reflexión amplia e histórica, consi-
incluso la organización de éstos en ONG y la ejecución de
derar los diferentes procesos formativo s de los profesionales
proyectos sociales. Tal vez podemos considerar esta organi-
que han sido implementados en Brasil. Formar profesionales
zación como un paso adelante desde la participación entendida
comprometidos con la realidad no se presenta como garantía,
como asistencia hacia la participación orgánica, dado su mayor
ni de compromiso político, ni de transformación social, ni de
grado de compromiso.
una capacitación con calidad dentro de la perspectiva latino-
Hay otro ejemplo, en el campo de la salud, donde una
americana de la psicología social comunitaria. Tampoco ase-
experiencia comunitaria de un pequeño municipio del nores-
gura que se transformen en catalizadores de la producción
te brasileño sirvió de brújula para la elaboración del
colectiva de los diferentes saberes. Pero considerar estos ele-
Programa de Salud de la Familia -PSF- a nivel nacional. Allí
mentos tal vez fortalezca el diálogo entre la sociedad política
los agentes comunitarios de salud son personas de la misma
(Estado), la sociedad civil y nuestra profesión:
comunidad capacitadas en los asunr;s de prevención yacom-
pañamiento de la salud.
Con todo, percibimos que el contexto socioeconórnico de
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Brasil también se modificó. La pobreza aumentó significatí-
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CAPÍTULOS
Psicología de la liberación

Adolfo Pizzinato

Historia

Las raíces o antecedentes históricos de la psicología de la


liberación, genuinamente latinoamericana, no se originan en
la psicología; por lo menos no en la psicología académica for-
mal. Las dos principales teorías que se encuentran presentes
en la constitución de los presupuestos básicos de la psicolo-
gía de la liberación son la educación popular de Paulo Freire
en Brasil, y la sociología crítica o militante de Orlando Fals
Borda en Colombia (Montero, 2000). Estas teorías tienen en
común la práctica u(ansformadora, y sus seguidores se defi-

"! nen como agentes de cambio social y no como poseedores del


saber. Estas definiciones implican un cambio no solamente
del papel que desempeñan los psicólogos, asistentes sociales,
I educadores y profesionales de la salud, sino también propo-
nen otra mirada sobre las personas involucradas en el proce-
so de transformación (véase Cuadro 1).
El concepto de liberación, bajo esta perspectiva, comienza
con una concepción que reconoce la libertad del otro, quien
deja de ser un sujeto "sujetado" para ocupar un lugar de igual-
dad, activo como actor social fundamental; se trata de un sujeto
de habilidades y conocimientos específicos,de una índole parti-
cular (Montero, 2000). Junto al reconocimiento de los saberes
populares y grupales, las matrices teórico-epistemológicas de la

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114 Adolfo Pizziuato Psicologíade la liberacitm 115

psicología de la liberación antes señaladas, educación freire- doctorado en psicología social, en la Universidad de
ana y sociología crítica, poseen algunas características en Michigan.
común, fundamentales para la comprensión, desde la pers- El. marxismo y el psicoanálisis serían posteriormente dos
pectiva psicosocial, de la psicología de la liberación. fuentes que nutrirían su currículo intelectual, antes de desa-
rrollar sus estudios sobre la psicología de la liberación, que
tiene sus bases epistemológicas en el realismo crítico.
Cuadro 1: Puntos convergentes de la educación
Martín-Baró, en su tesis de licenciatura en Filosofía y Letras,
popular y de la sociología crítica en la psicología
defendida en la Pontificia Universidad ]averiana (Colombia),
de la liberación (Montero 2000, p. 12)
manifiesta una clara tendencia existencialista: "Sufrir y Ser".
o
Generación de u~a praxis liberadora. Sin embargo, desde su primer capítulo aborda el tema del
o
hedonismo freudiano, siendo Víctor Frankl su principal
Praxis centrada en la transformación social.
fuente de inspiración. Esta tesis fue precedida de otros dos
o
Accióntransformadora sobre la realidad. trabajos: "¿Complejo o cultura? Una crítica antropológica a
o
Redefiniclón del papel de los investigadores e interventores la obra de Totem y Tabú de Sigmund Freud de acuerdo con los
sociales, y definiciónde las personas y grupos interesados como descubrimientos de Malinowski", y "Nietzche y Freud",
actores sociales. ambos realizados en 1963, inéditos. Es así como el existen-
o cialismo, el psicoanálisis y el marxismo se convierten en los
Relacióndialóglca entre agentes externos y agentes internos del
cambio social. pilares sobre los cuales se fundamenta su primer libro:
Psicodiagnóstico de América Latina (Martín-Baró, 1972a).
o Valorizacióndel saber popular. La influencia que Martín-Baró había recibido de la psico-
o Desldeologización. logía dinámica fue diluyéndose, dando lugar a una postura
o Concienciaci6n. claramente instalada en el materialismo histórico. Desde una
perspectiva histórica esta evolución fue lógica, dado que la
o
Autocontrolpor parte de las personas y grupos interesados. psicología dinámica provenía de una epistemología perfecta-
o mente individualista, como es la predominante en el psicoa-
Uso de formas participatlvas de la investigación acción.
o Recuperación crltlca de la historia. nálisis (recelosa de la realidad objetiva y separada de las con-
diciones materiales en que se desarrolla la vida de las
personas). Así, Martín-Baró pasó a una perspectiva racional
Además de las raíces que provienen de otras áreas del socio-histórica de la psicología de la liberación, verdadero
conocimiento, la psicología de la liberación tiene una figu- motor intelectual de su teoría.
ra pionera: Ignacio Martín-Baró. Nacido en 1942, en Este autor insistió en que la psicología debía enfrentar los
Valladolid, España, entró en la Compañía de] esús en 1959 problemas nacionales y que debía ser desarrollada desde las
y en ese mismo año fue trasladado a El Salvador, donde condiciones sociales y las aspiraciones históricas de las mayo-
continuó sus estudios de noviciado. Inició sus estudios en el rías populares. Después de muchos años de compromiso con
área de Ciencias Sociales en la Universidad Católica de sus ideas de emancipación y concienciación popular en su
Quito y se graduó en Filosofía en la Pontificia Universidad actividad profesional, Martín-Baró fue asesinado en 1989.
]averiana de Bogotá, en 1964. Luego cursó la maestría y el Aunque sus ideas hayan encontrado un suelo muy fértil en
116 Adolfo Pizzinato Psicología de la liberacién 117

varios lugares de Latinoamérica, las repercusiones de su obra, una "guerra blanca" a la persecución y a la opresión del régi-
de su vida y su muerte, dejaron su huella en la psicología y men político salvadoreño. Su causa permanece viva y en cre-
otras ciencias humanas en varios lugares del mundo (Blanco, cimiento, aunque su batalla personal fue cercenada premam-
2001). ramente con su asesinato a manos de miembros del ejército
Chomsky recuerda el asesinato de Martín-Baró en plena salvadoreño.
guerra civil salvadoreña para reforzar uno de los principales
temas que atraviesan a la psicología de la liberación: el asun-
to del terrorismo. El temor de la población a las acciones sis- Fundamentos
temáticas llevadas a cabo por aquellas que deberían ser las
fuerzas mayores de seguridad pública y comunitaria (policía, Toda la acción psicológica, desde la concepción de la psi-
ejército, Estado ... ) y que se identifican claramente con el cología de la liberación, responde a una historicidad específi-
terrorismo de Estado (Chomsky, 1998). ca, junto con la dialéctica de "quién" ejecuta, hacia qué públi-
Tanto en el caso específico del asesinato de un renombra- co va dirigida, además de que es fundamental "desde dónde"
do pensador científico, como en el exterminio anónimo de esta práctica emerge. Las bases prácticas de la psicología de'
trabajadores rurales, de menores en situación de calle o dete- la liberación en América Latina son científicas y religiosas.
nidos en cárceles, de minorías étnicas, el terrorismo de Pretenden abarcar los nuevos conocimientos producidos por
Estado puede configurarse como una de los aspectos centra- la psicología latinoamericana a partir de los comienzos de la
les de un proyecto sociopolítico impuesto por los gobiernos década de 1970. Incluyen la práctica de los profesionales de
(formales o de hecho) con el objetivo de satisfacer las necesi- la psicología, que se hallaba influenciada por los postulados
dades de grupos privilegiados (Chomsky, 1998). de la Teología de la Liberación, que había emergido en la
Aunque estos hechos nos puedan parecer atroces hoy, en época como una nueva forma de la Iglesia Católica de inte-
distintas oportunidades fueron considerados prácticas "salu- racruar con sus feligreses. Estas nuevas prácticas estaban vin-
dables" en el tratamiento de indígenas y esclavos, por ejem- culadas a las comunidades de base y a las nuevas formas de
plo, como promulgaba el presidente norteamericano] ohn evangelización, concienciación y movilización frente a la
Quince Adams (en el siglo XIX) (Chomsky, 1998). opresión social vivida en América Latina. Además, el concep-
En el caso específico de El Salvador, la fuerte campaña de to de una práctica psicológica social e históricamente demar-
terrorismo político se inició a comienzos de la década de cada y personalmente motivada, se vincula con un período
1980 y fue conducida bajo los auspicios de los Estados histórico que se desarrolla en determinado lugar. Según seña-
Unidos, según sostienen Chomsky (1998) y el propio la Blanco (1993), si un teórico como Marx hubiera nacido en
Martín-Baró. Inclusive con la llegada de la "democracia" sal- la Edad Media, probablemente habría sido un gran teólogo
vadoreña al país, en 1984, las cosas cambiaron poco, dejando en lugar de un pensador político. Se trata de procesos natu-
a la población frente a dos opciones: unirse a la guerrilla o ralmente dialécticos, en los cuales entran en juego las rela-
someterse a la opresión del Estado. Martín-Baró fue de los ciones de intercambio, interdependencia y confrontación
que optaron por una tercera via, muchas veces considerada permanente entre una persona concreta ("quién") y el proli-
utópica. Siguió con sus actividades religiosas y académicas, jo y multifacético entorno (el "desde dónde").
con el objetivo de lograr una mayor concienciación y libera-. La Teología de la Liberación tiene sus orígenes en las
ción popular, aunque de esta manera estuviera declarando Conferencias del Episcopado Latinoamericano, realizadas en

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118 Adolfo Pizzinato Psicología de la liberacion 119

Medellín, Colombia, en 1968, y en Puebla, México, en 1979. Cuestiones epistemológicas en Latinoamérica


Éstas marcaron un rumbo definitivo en buena parte del clero
latinoamericano y sus ecos no dejaron de ser escuchados por Aunque el tema de la libertad y de la liberación de perso-
el grupo de jesuitas en El Salvador (Blanco, 2001). La expe- nas y grupos humanos sea tan antiguo como la propia noción
riencia humana y cristiana de la situación de opresión y las de humanidad, las ideas sobre la sumisión y la opresión no
condiciones de indignidad en que vivían (y aún viven) los están tan consolidadas, principalmente en la realidad latino-
pueblos latinoamericanos, abrió las puertas a una "indigna- americana (Montera, 2000). La principal corriente que plan-
ción ética" frente a la pobreza y miseria colectivas. Los tex- teaba formas liberadoras de la conciencia y de la emancipa-
I tos de Medellín comienzan con un diagnóstico sombrío de la ción social en las ciencias sociales fue la teoría marxista, y sus
/
realidad latinoamericana: "Existen muchos estudios sobre la derivados (especialmente la Escuela marxista húngara y la
situación del hombre latinoamericano. En todos ellos se des- Escuela de Frankfurt) (Montera, 2000). Sin embargo, aun-
cribe la miseria que margina a grandes grupos humanos. Esa que los constructos marxistas hayan ejercido influencia en la
miseria, como hecho colectivo, es una injusticia que clama al psicología social latinoamericana, la psicología de la libera-
cielo" (CELAM, 1977). A partir de este encuentro en ción supone una ontología, una epistemología, una metodo-
Medellín, la Iglesia, preocupada por América Latina (y, prin- logía, una posición ética y política propias.
cipalmente a partir de su nueva teología), se propuso clamar En la medida en que se avanza en el estudio de la obra de
por un cambio radical en las estructuras latinoamericanas, Martín- Baró, nos encontramos con la matriz ideológica, que
que en aquel momento necesitaban, como hoy, una mayor paulatinamente va volviéndose una matriz conceptual de pri-
equidad en la distribución de la riqueza para facilitar e! acce- mer orden que regirá la actividad práctica de! psicólogo, tanto
so a los bienes de la cultura y de la salud, para propiciar la la que se mueve dentro de una dimensión estrictamente de
creación de mecanismos de participación política, para poner campo, como aquella que se debate entre los límites de la teo-
límite a la violencia institucionalizada, para reducir las abis- ría y de la investigación psicosocial. En ambas, e! objetivo de
.males desigualdades entre ricos y pobres, y entre poderosos y la liberación deberá aparecer como una luz inequívoca y pro-
explotados. Una situación tal que "exige transformaciones pia y, lo que es más importante, con significados similares o
globales, audaces, urgentes y profundamente renovadoras" idénticos.
(CELAM, 197'7, p. 37). Otra piedra angular de la epistemologia y de la práctica de
La descripción que la Conferencia de Puebla nos dejó la liberación es, una vez más, la historicidad. Según Blanco
debería incluirse en e! prólogo de todos los manuales de psi- (1993), las consecuencias de una acción o conceptualización
cología social publicados en América Latina. Es en ese clima marcada por la historicidad son (en perspectiva o en potencia):
de indignación que surge el movimiento de la Teología de la
Liberación, uno de los resortes de lo que vendría a ser la psi- • la producción sociohistórica del conocimiento;
cología de la liberación como un campo teórico-práctico. • la crítica a la asepsia;
En este sentido, emergen en la práctica de la psicología • el rechazo a verdades absolutas y "naturales";
latinoamericana nuevas .configuraciones: la opción de algu- • la negación de la leyes y principios psicosociales uni-
nos grupos de profesionales de trabajar con los pobres y de versalmente válidos;
participar en experiencias comunitarias intrínsecamente soli- • la denuncia de la fuerte carga ideológica favorecedora
darias. de intereses creados.
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! 120 Adolfo Pizzinnto Psicología de la. liberación J 21

Conceptos principales trascienden su realidad como individuos. En este aspecto, la


figura del padre es habitualmente machista, autoritaria y psi-
Las condiciones de vida, la estructura social y la ideología cológicamente ausente del hogar y de los trabajos domésti-
se encuentran imbricadas en un determinado régimen políti- cos, mientras que la madre mantiene una postura femenina,
co, comprendido como algo más que un sistema de gobierno gratificadora y presente en el hogar y en los quehaceres
o un conjunto de leyes y disposiciones. Vale la pena detener- domésticos. Estos pao'ones configuran el estado actual de la
nos en algunos conceptos. familia y dificultan la madurez emocional de los hijos, pro-
duciendo inseguridad psíquica, lo que termina en un pao'ón
de dependencia física y emocional.
1. Régimen político La segunda institución abordada por este autor es la
escuela, la cual posee una estructura bancaria, vertical y
Martín-Baró (1998) entiende que la ideología forma parte selectiva, en la que se destacan dos aspectos importantes: la
de un sistema que organiza y regula las formas de vida de un competitividad y la verticalidad autoritaria. Basándose en
conglomerado social que se desarrolla en un determinado estudios de la pedagogía de la liberación, Martín-Baró sos-
tiempo y circunstancia. En este sentido, el régimen político tiene que, mediante la competitividad, la escuela enseña a los
se forma a partir de componentes esenciales: la ideología, la alumnoS a considerar a los otros como rivales y a aspirar al
organización, la regulación y la historicidad. propio éxito como única meta deseable; señala que el fomen-
El funcionamiento real, no teórico, de los tres poderes to de la competencia escolar induce al alumno al más feroz
tradicionales de los regímenes políticos (legislativo, ejecutivo individualismo, como una norma y criterio de vida. Por otro
y judicial) revela, de manera sintomática, cuáles son las fuer- lado, la verticalidad autoritaria y la imposición dogmática
zas que determinan y ordenan las posibles formas de vida en inculcan en éste una pasividad unida muchas veces a cierto
sociedad. En nuestra sociedad, la unidad de sentido funda- fatalismo.
mental está dada por la dimensión económica, convirtiéndo- Finalmente, según Martín-Baró (1998), la moral, la más
se ésta en el principio ordenador fundamental de la unidad despreciada de las tres instituciones, se puede entender como
sociopolítica, determinante último para que una persona o el conjunto de normas reales que rigen el comportamiento
clase social se encuentre localizada en un punto de la estruc- concreto y la moral real de nuestra sociedad. Estas reglas han
tura y no en otro. Además, todo régimen político es una rea- sido pautadas por el autoritarismo, el individualismo Yel for-
lidad histórica, de tiempo y de circunstancias, heredada de un malismo, siendo este último la síntesis del autoritarismo Ydel
I proceso determinado y enclavada en un contexto geográfico, individualismo.
social e internacional. En resumen, la familia produce dependencia, la escuela
Además, argumenta Martín-Baró, las personas incorporan pasividad e individualismo, Y la moral hipocresía; de estos
psíquicamente la ideología social bajo la forma de actitudes y elementos mediadores se derivan los regímenes políticos. La
de un conjunto psicológico de creencias sobre el mundo, en el dependencia emocional obliga al individuo a buscar satisfac-
cual tres instituciones funcionan como catalizadores: la fami- ción fuera de sí mismo, convirtiéndolo en un objeto de fácil
lia, la escuela y la moral. manipulación social. El individualismo, al mismo tiempo que
La familia, desde el corte patriarcal tradicional, se expresa corta la posibilidad de integración social, introduce al indivi-
a través de actitudes, patrones dinámicos y dicotómicos que duo en el lugar de la estructura ideológica que le correspon-

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I

122 Adolfo Pizzinaso

de, mientras que la pasividad de éste permite al régimen polí-


Psicología de la liberacién

que determina la modalidad y el tono de nuestro lenguaje.


123
I
tico asumir el control, cada vez más absoluto, de medios Dentro de la perspectiva propuesta por este autor, no sería
represivos que amenacen su autoridad o poder. posible pensar en este esquema caracterial implícito como el
determinante fundamental del comportamiento social huma-
no, pero no existen dudas de que puede ser un factor impor-
2. Liberación tante en lo que respecta a la conducta.
Ahora bien, ese esquema caracterial, aunque fuertemente
} Por "liberación", en el actual contexto latinoamericano, basado en los valores de una comunidad específica, puede
entendemos la emancipación de aquellos grupos sociales que cambiarse. Si pensamos en un sistema educativo, inmerso en
sufren la opresión, aquellas mayorías populares ("populares" una sociedad con prácticas totalmente excluyentes como la
en el sentido demográfico, poblacional), marginadas de los brasileña, es fácil imaginar los problemas que cualquier niño
medios y modos de satisfacer dignamente sus necesidades, o niii.a"diferente" enfrentará en la escuela. Esa diferencia, sea
tanto básicas como complementarias, y de los modos de desa- intelectual, física o étnico-cultural, puede ser fácilmente un
rrollar sus potencialidades y, en definitiva, de autodetermi- factor inhibidor de la socialización si no existe una preocupa-
narse (Montera, 2000). ción social por la inclusión. Además, se puede considerar que
Desde esta perspectiva, la liberación no puede ser encara- existen ciertas formas perversas de inclusión social en nuestra

¡
I
da como algo natural ni como un momento determinado, un
don o una dádiva que se extingue O demarca a partir de un
acto. Se trata de un movimiento continuo, que forma parte
cultura. Puede observarse el uso ideológico de este discurso,
por ejemplo, en las situaciones en que se discuten los dere-
chos educativos diferenciados para personas de grupos étni-
de una serie de procesos (Montero, 2000). cos específicos, históricamente excluidos, en un país que
niega las diferenciaciones y prejuicios étnicos.
La inclusión social, a su vez, no siempre tiene sentido en
3. Identidad una sociedad, pues es un constructo basado fuertemente en
valores que muchas veces son incompatibles con algunas for-
Si pensamos que es posible hacer una variada gama de mas de considerar a la sociedad, tales como la capitalista, por
predicciones caracterológicas basándose en creencias y este- ejemplo. En este tipo de sociedad, de inspiración nítidamen-
reotipos que deriven de procesos de intercambio cultural y te liberal, los individualismos llevados al extremo pueden ser
social, vale la pena considerar algunos aspectos relativos a la factores de exclusión social, así como en sociedades absoluta-
cuestión de la identidad. En la medida en que se atribuye un mente colectivistas lo "diferente" puede ser visto como peli-
estilo o un tipo de comportamiento a alguien, se hace, por lo groso.
menos implícitamente, una anticipación de la forma como Cuando se establece algún tipo de diferenciación cultural,
esa persona se desempeñará. pensar que existe algún esquema caracterológico universal es
Inclusive las formas de hablar reflejan esta situación, pues- audaz, o por lo menos peligroso, según la lectura ética que se
to que llevan en sí la marca del interlocutor y la impresión haga del asunto .. Martín-Baró (1998) propuso el siguiente
que se tiene del mismo, sea éste quien fuera. En otras pala- interrogante: si existen estructuras "naturales" de carácter
1:
bras, Martín-Baró (1998) postuló que se incluye al otro en un "humano", ¿sería posible establecer algunos caracteres bási-
f esquema caracterial (subconsciente, la mayoría de las veces) cos, universales, comunes a la especie humana, cualquiera
Adolfo Pizzinato Psicología de la libemción 12;
124

fuera la circunstancia? El autor citado (1986) propone un guridad psíquica, inmadurez e inseguridad que configuran un
abordaje más funcional o pragmático. No es tan importante patrón de dependencia emocional. De esa configuración
afirmar si es necesaria una nueva caracterología para cada emerge la necesaria mitificación racionalizadora de las figu-
grupo social específico, sino aplicar inteligentemente en cada ras paternas en la mayoría de las familias latinoamericanas.
ambiente y en cada medio algunas de las caracterologías ya Estas mitificaciones estarían presentes en las figuras de la
existentes. "santa madrecita" y del "padre irresponsable" (Martín Baró,
Pero la propuesta de este autor no se limita únicamente a 1986).
una "aplicación inteligente" (o adaptación) de dicha caracte- En lo que respecta a la escuela -tal vez la segunda estruc-
rología. Por detrás de esto, puede estar implicada una verda- tura social de mayor influencia directa en el desarrollo socio-
dera ociosidad intelectual y, en el fondo, un conformismo infantil después de la familia- sus efectos se hallan bastante
acomodaticio o, inclusive, una falta de osadía en la creación discutidos en la literatura. Su estructura bancaria (en la ter-
de nuevas propuestas basadas en metodologías consistentes minología freirena), vertical y selectiva, fue descripta por
de investigación en ciencias humanas. El asunto de la exis- muchos autores, sobre todo los que están vinculados con la
tencia de una serie de determinantes psicosociales concretos educación. Sin embargo, para comprender la competencia
(como los económicos, históricos o culturales, que pueden social y su relación con los procesos educativos formales, el
ser interpretados como muy positivos por una serie de teóri- asunto de la competitividad y de la verticalidad autoritaria tal
cos) transforma radicalmente la coherencia interna de cual- vez sea el punto más interesante para ser estudiado por un
quier sistema caracterológico, como así también a sus estruc- psicólogo. En lo que respecta a la competitividad, la escuela
turas, y está relacionado con la naturaleza de la realidad enseña al niño y a la niña a considerar a los demás como riva-
donde nació la teoría. les, a aspirar el triunfo como la única meta deseable, lo que
En este sentido, quien hace ciencia sin "conciencia" de su en realidad implica la "derrota de los otros". Así, la compe-
situación (quién y desde dónde habla) subconscientemente tencia escolar deseada infunde el individualismo intenso en
compromete su conciencia a la limitación de la situación dada los alumnos, como norma y criterio en las actitudes ante el
ya los intereses subyacentes a ella. Más allá del juego de pala- contexto social (Martín-Baró, 1972b).
bras, esta enunciación critica al realismo y al idealismo exa- Además, la verticalidad autoritaria que se traduce en la
·[ gerados. No considerar que puedan existir valores y postula-
dos éticos subyacentes a la investigación es tan ingenuo como
bancariedad memorista (donde lo que puede caracterizar a un
niño es el lugar que ocupa en las filas y en los asientos de las
afirmar que en todo hay una "lógica oculta" incomprensible. clases), la imposición dogmática y la selectividad en función
Además de estas cuestiones epistemológicas, para el estu- de variables estrictamente unidas al origen socioeconómico
dio de alguna caracterología deben ser considerados ciertos del alumno, le imponen a éste un hábito de pasividad. De esa
asuntos conceptuales más prácticos. Uno de los ejemplos conjunción se derivan ciertos mitos sociales, como el del j'
propuestos por Martín- Baró (1998) se refiere a las constan- "hombre exitoso" y el de la superioridad intelectual (y
tes psico-ideológicas de la sociedad. En lo que respecta a la muchas veces hasta natural) de ciertas clases sociales, que sur- \
familia, por ejemplo, plantea la.concepción de que si alguien gen de la formación escolar:
transmite a sus hijos la estructura familiar de la sociedad lati-
noamericana, reproduce una estructura que está fuertemente
marcada por la inmadurez emocional y la consiguiente inse-

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126 Adolfo Pizzinnto Psicología de la liberacién 127

4. Fatnlismo La vida está predefinida: existe una fuerte creencia en e!


destino y en la predeterminación de todo lo que ocurre en la
Algo es considerado fatal cuando es entendido como ine- vida, incluso de una forma mítica. .
vitable o como desagradable, desafortunado. La comprensión La propia acción no puede cambiar este destino fatal: la vida de .
fatalista de la existencia (de manera general) que se atribuye las personas está controlada por fuerzas superiores, más
a amplios sectores de la población latinoamericana, puede poderosas, que inhiben cualquier actitud de cambio. 11
entenderse como una actitud básica, COlTIO una manera de Un Dios distante y todopoderoso decide el destino de cada perso-
situarse frente a la propia vida, como una matriz de actitudes na: en los pueblos latinoamericanos existe W1marco de refe-
(Martín-Baró, 1998). Dada tal configuración, e! fatalismo rencia predominantemente religioso que decide todo.
pone en evidencia una relación de sentido muy peculiar que
las personas establecen consigo mismas y con los actos de su Dentro de la dimensión afectiva emergen dos principales
existencia, que se traducirá en comportamientos de confor- afectos en la composición de la actitud fatalista (Blanco,
mismo y resignación frente a circunstancias de cualquier 1993):
naturaleza, incluso las más negativas.
De acuerdo con Blanco Abarca (1993), e! fatalismo, den- • La resignación frente al propio destino.
tro de la perspectiva de la psicología de la liberación: • No dejarse afectar ni emocionar por los éxitos de la
.,1 vida (como los acontecimientos son predeterminados e
• es un trazo presente en determinados colectivos; inevitables, se debe aceptar todo, resignadamente, sean
fl
• es una actitud propia de personas pobres y en gran cosas buenas o malas, de forma pasiva).
'¡j' parte responsables de su propia pobreza;
" • una vez adquirido culturalmente, se reproduce siem- En la esfera cornportamental existen tres fuertes tenden-
pre por una autonomía funcional; cias presentes en la caracterización del fatalismo latinoameri-
• es un reflejo psicológico de una condición social explo- cano: e! conformismo y la sumisión; la tendencia a no hacer
tadora asociado al aprendizaje de la opresión histórica; esfuerzos, la pasividad; y el presentismo, es decir, la ausencia
• es un modelo de relación interpersonal con e! medio: de memoria de! pasado y la falta de planificación de! futuro.
de dependencia social, explotación económica yopre- A partir de esta caracterización, extraída de la obra de
sión política; Marón-Baró (1998), en la que concibe un "síndrome" fatalis-
• es la interiorización de la dominación social y el sopor- ta, se comienza a diseñar W1aimagen estereotipada que ter-
te ideológico del mantenimiento del orden social con mina asignándose a los latinoamericanos, trascendiendo las
un esquema comportamental de docilidad, conformis- dimensiones nacionales y grupales, imagen que no sólo está
mo y sumisión. presente en los países de Europa o de Norteamérica. Esta
imagen constituye un esquema de referencia incorporado a
Todas estas aseveraciones deben ser investigadas, aún más las mismas dimensiones de! pensamiento cultural en los paí-
si el fatalismo puede ser entendido bajo un triple vértice: cog- ses de América Latina. El latinoamericano es perezoso, indo-
nitivo, afectivo y comportarnental. lente, inconstante, irresponsable, bromista y religioso. De esa
Enla dimensión cognitiva Blanco Abarca (1993) propone matriz de estereotipos, según Marón-Baró (1998), surgen
que las principales ideas comunes a la actitud fatalista, según diversos tipos: por ejemplo e! oligarca (cosmopolita y derro-
,
la obra de Martín-Baró, son:
Psicología de la libemcíon 129
128 Adolfo Pizzmato
• constituye un nuevo saber acerca de la realidad circun-
tador); el "hijo de papi" o pariente de algún dictador; el mili-
dante;
tar golpista (un tanto populista y un poco "gorila" soborna- • gracias a ella, se logra una recuperación de la memoria
ble en todo, menos en su machismo visceral y de principio);
histórica;
el indígena descuidado, perezoso y simplista (de apariencia • se quita la máscara del universo simbólico.
obsequiosamente sumisa, pero falso, rencoroso y vengativo).
Según Martín-Baró (1986) es importante distinguir entre
el fatalismo como actitud frente a la vida y el fatalismo como
Modelo de sujeto y modelo de sociedad
estereotipo social que se aplica a los latinoamericanos (aun-
que sea aplicado por los mismos latinoamericanos). Esto sig- El modelo de sujeto que resulta más pertinente para la psi-
nifica que se debe evaluar si el fatalismo corresponde a una cología social nos lo proporciona el estudio de tres de los auto-
actitud real de los latinoamericanos o si es entendido como
res clásicos de las diversas tradiciones: Vigostki, Lewin y Mead
una característica que se les atribuye y de esta manera posee
(Blanco, 1998). Se trata de un sujeto activo frente al medio,
un impacto sobre su existencia, aunque no corresponda con
dotado de una infinita potencialidad para usar herramientas de
sus comportamientos reales.
naturaleza material y simbólica, lo que le permite relacionarse
La obra de Martín-Baró, además de ser genuinamente
con el medio que lo rodea, especialmente con sus congéneres,
latinoamericana, aporta algunos nuevos elementos a la psico-
con los cuales construye su subjetividad a partir y dentro del
logía. No sería posible por ejemplo, transponer simplemente
medio material, especialmente el socioculroral, que va sufrien-
a estas latitudes un modelo de comprensión o de evaluación
do modificaciones en el transcurso del devenir histórico. y ello
de la competencia social infantil que haya sido desarrollado
gracias, entre otras razones, a su capacidad de modificar dicho
en los Estados Unidos o en algún país europeo. Existen ele-
devenir y a que puede buscar una solución racional a los pro-
1 mentos característicos propios de la identidad latinoamerica-
1 11 na, desde antes del nacimiento de estos niños, como anota blemas que lo afligen.
Martín-Baró. Uno de los más firmes presupuestos de la teoría socio-histó-
rica de Vigostki, por ejemplo, es que el comportamiento, la psi-
que y la conciencia están dotadas de una especificidad que
5. Concienciación posee dos características muy singulares:
a) se trata de procesos intrínsecamente atados a la herencia
La concienciación, también denominada desideologiza- histórica que compartimos socialmente y que nos dotan de ins-
ción, dentro del campo teórico de la psicología de la libera- rrumentos de relación y de comunicación que actúan como
ción constituye un concepto clave. Blanco Abarca (1993) mediadores entre el nivel pUl'amenteorgánico y el desarrollo de
enumera las principales características de este concepto en la los procesos psíquicos superiores;
obra de Martín-Baró: b) frente a la adaptación pasiva propia de los animales
inferiores (que están limitados a su biología) y que caracteri-
• es un proceso dialéctico, en el que para que haya con- zó al modelo comportamentalista, se sostiene la posibilidad
cienciación debe producirse un entrelazamiento de los de evolución y cambio, protagonizado por la capacidad del
ámbitos sociales y personales; sujeto para actuar frente al medio que lo rodea (Blanco
• se trata de un proceso de decodificación, de hacer cons- Abarca, 2001). En consecuencia, el modelo de hombre y de
l' ciente la relación humano/humano y humano/naturaleza;

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130 Adolfo Pizzinato Psicologíade la libenuién 131

sociedad de la psicología de la liberación está sintonizado con Esta temática resurge en la obra de Martín-Baró cuando
esas tradiciones, que, aunque aparentemente híbridas, consi- analiza e! fatalismo como entidad cognitiva latinoamericana.
guen construir presupuestos relativamente consensuales con Como forma de creación de una praxis liberadora para la psi-
esta corriente de la psicología. cología, este autor propone:

,
o Desarrollar formas de control por parte de los grupos
Práctica psicológica y proceso de liberación oprimidos en relación con su propia vida.
I De acuerdo con las proposiciones de Martín-Baró (1988),
o La desalienación social y personal.
o Superar el fatalismo existencia!'

considerándose la situación sociopolítica de los países latino- o Estudiar el concepto de poder.

. --- americanos y el papel que los psicólogos de estos países debe-


rían tener, surgen dos fundamentos principales para la acción: Una de las metas de esta práctica consiste en desenfocar las
preocupaciones por la cientificidad de! saber psicológico y por
1. Propicia!' en las masas populares la búsqueda de la verdad. e! estatus de la producción psicológica latinoamericana y dedi-
Para la teología de la Liberación, en la voz de los oprimi- carse más a los problemas urgentes de las mayorías oprimidas
dos, en la voz de las masas populares es donde puede oírse la del continente, Esto requiere un compromiso profundo y total
voz de Dios (Martín-Baró, 1988). La necesidad de incorpo- con el pueblo, con la sociedad y con una concepción del hacer
rar por parte de la psicologia una búsqueda profunda de com- ciencia que es propia de una psicología que se auroproclama
prensión de las masas populares oprimidas, al igual que sus como política, social y liberadora. Como papel activo de la psi-
saberes y necesidades, fue ya señalada por Martín-Baró cología, Martín-Baró (1988) señala tres tareas principales:
(1998), que proponía:
o Dedicarse a los problemas urgentes que asolan a las
o potenciar las virtudes populares; sociedades latinoamericanas. Esto significa apartarse
o estudiar los "grupos con historia", 'las organizaciones de los problemas descriptos en libros y revistas cientí-
populares en su realidad, en su carácter histórico y en ficas y atacar de frente aquellos que afectan a las per-
sus aspectos cualitativos, en función de tres dimensio- sonas de verdad.
nes esenciales: su identidad, su poder y su actividad; o Fomentar la recuperación de la memoria histórica de
o llevar a cabo un estudio sistemático de las formas de los oprimidos, la cual contribuirá a la desalienación y
conciencia popular, y a partir de ellas proponer la a la desideologización.
exploración de nuevas formas de conciencia; o Comprometerse con la transformación social, que libe-
o desideologizar el sentido común y la experiencia coti- re a los oprimidos de las condiciones que los someten.
diana, a sabiendas de que en ambas manifestaciones
conviven concepciones erróneas, confusiones, así como En el ámbito de la práctica psicológica, ocupa un lugar
críticas e innovaciones. central en esta .teoría la promoción de actividades de los gru-
pos oprimidos, que los incorporan a las acciones transforma-
2. Crear una nueva praxis psicológicapara transformar a lasper- doras. Estas acciones no podrán ser llevadas a cabo sin la par-
sonas y a las comunidades, reconociendo sus potencialidades ticipación activa de las mayorías. Tanto la actividad de la
negadas:
132 A dolJo Pizzinato Psicología de la liberacién 133 1
población como la actividad profesional del psicólogo deben La importancia de la psicología de la liberación para la
encararse como práctica política (Montero, 2000) teniendo práctica de la psicología comunitaria en América Latina se
en cuenta que: debe no solamente a la producción pionera de un sistema psi-
cológico inédito que es genuinamente latinoamericano, sino
• Esa actividad debe centrarse en prácticas liberadoras. que su vigor proviene de las dificultades de diverso cuño en
• La práctica psicológica debe dedicarse al fortaleci- que continúa inmerso nuestro continente.
miento de los grupos desfavorecidos, con el fin de que El texto presentado aquí no pretende agotar o elucidar
puedan reclamar sus derechos y defender sus intereses todos los puntos de una teoría aún viva y en construcción. Se
de manera no asistencialista (Montero, 2000). ha intentado presentar los principales conceptos, la historia y
• Se deben revitalizar las prácticas comunitarias. la epistemología de la práctica psicológica desde la perspecti-
• Concienciar con el fin de comprender cómo se dan las va de la psicología de la liberación, de manera que constituya
formas de consentimiento tácito de las prácticas socia- una lectura introductoria para una nueva generación de psi-
les opresoras y el conformismo que lleva a la acepta- cólogos latinoamericanos. "Nueva" no solamente en térmi-
ción de las hegemonías (Montero, 2000). nos de edad, sino imbuida de nuevos valores, más sintoniza-
• Se debe denunciar la injusticia social. dos con las demandas contemporáneas de la psicología en
• Se deben fomentar maneras de resistencia organizada nuestro continente.
y de lucha contra los modelos dominantes y opresores
en el campo de la ciencia, de la salud mental, de la
orientación sexual, de las relaciones de género, dellen- Referencias bibliográficas
guaje, etc, (Montero, 2000).
• Se debe promover el control por parte de los grupos Blanco Abarca, A. (1993): "El desde dónde y el desde quién: Una
oprimidos de su situación de vida. aproximación a la obra de Ignacio Martín-Baró":
Comportamiento, 2, 35-60.
Blanco Abarca, A. (1998): "La coherencia en los compromisos", en
De La Corte (2000) sintetizó las ideas fundamentales de
Blanco Abarca, A. (ed.), Psicología de la liberación, Madrid, Trorta,
Martín-Baró, encuadrándolas en seis trayectorias intelectuales:
Blanco Abarca, A. (2001): "Hacia una epistemología psicosocial
latinoamericana: el realismo critico de Ignacio Martín-Baró", en
a) aglomeraciones y problemas de habitación (que serían Caniato, A.M.P. y Tomanik, E. A. (orgs.), Compromisso Social da
precisamente el objeto de su tesis de doctorado, defen- Psicologia, Porto Alegre, ABRAPSOSUL, v. 1.
dida en la Universidad de Chicago); Blanco, A. (1996): "Vygostki, Lewin y Mead: los fundamentos clá-
b) machismo, mujer y familia; sicos de la Psicología Social", en Paéz D. y Blanco A. (eds.), La
e) fatalismo (uno de los constructos teóricos centrales en teoría sociocultural y la Psicología Social actual, Madrid, Fundación
toda la obra de Martín-Baró, como fue ampliamente Infancia y Aprendizaje.
demostrado por Blanco Abarca (1998); CELAM (Conferencia Episcopal Latino Americana) (1997):
d) violencia y guerra, un asunto de sombría actualidad; Medelfín. Los textos de Medeliín y el proceso de cambio en América
e) religión y conducta política; Latina, San Salvador, UCA Editores. .
Chomsky, N. (1998): "El contexto socio-político del asesinato de
f) opinión pública.
Inácio Martín-Baró", en Blanco Abarca, A. (ed.), Psicología de la
liberación, Madrid, Trotta.
~

r"-;'
/34 Adolfo Pizziruuo

De La Corte, L, (2000): "La psicología de Ignacio Martín-Baró


"
como psicología social crítica. Una presentación de su obra",
Revista de Psicología General y Aplicada, 53: 437-450,
Martín-Baró, L (1972.): Psicodiagnóstico de América Latina, San
Salvador, UCA Editores.
Martín-Baró, L (l972b): "Hacia una docencia liberadora",
Universidades, 50: 9-26,
Martín-Baró, L (1986): "Hacia una psicología de la liberación",
Boletín de Psicología, 22 (219-231).
Martín-Baró, L (1988): Acción e ideología: Psicología social desde
Centronmérica, San Salvador, UCA Editores.
Martín-Baró, L (1998): "El fatalismo como identidad cognitiva",
en Blanco Abarca, A. (ed.), Psicología de la liberación, Madrid,
Tratta.
Montero, M. (2000): "Perspectivas y retos de la psicología de la
Parte 11
liberación", en Vázquez Ortega,].J. (ed.), Psicología social y libe-
racién en América Latina, Ciudad de México, Universidad
Autónoma Metropolitana Iztapalapa.
Enfoques técnicos

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