Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
i
,i
I, ,
i CAPITULO 1
T
(
,
La perspectiva epistemológica, la visión del hombre, del mas que nos rodean, y supone el buen aprovechamiento y la
mundo y de la realidad han cambiado incluso el propio con- adecuada distribución de los recursos. Significa también pen-
cepto de ciencia. Los supuestos ontológicos se afirman desde sar en red, pensar acerca de la complejidad y de la producción
una perspectiva ética de las relaciones interpersonales y del de la subjetividad social en los más diversos contextos y even-
trabajo científico. El conocimiento sobre el ser humano se tos. Ser ecológico significa también tener una actitud proac-
expande, integrándose en una concepción más unitaria a par- . tiva e interactiva con e! ambiente (micro, meso, macrosisté-
tir de la comprensión de las interdependencias que existen mico). Es buscar la armonía del hombre con la naturaleza,
entre el ser humano y su ambiente vital. produciendo cultura y transformando el entorno en un lugar
Como toda área de conocimiento, la psicología comunita- con mejores condiciones de vida para todos. Esa adaptación
ria necesita plantearse y discutir sus principios epistemológi- o armonía entre e! hombre y su contexto tiene carácter acti- ,
cos, sus consuuctos explicativos y su instrumental metodoló- vo y rransforrnador, significa la buena convivencia y el equi-
gico. Pero, además, y como característica privativa de esta librio. Sín embargo', exige también una vigilancia permanen-
disciplina, los presupuestos éticos asumen mucha importan- te para la preservación y promoción del desarrollo de! ser
cia, sobre todo aquellos valores que promueven el cambio humano y de su ambiente en constante movimiento.
social para mejorar las condiciones de vida, la participación En el paradigma ecológico encontramos la posibilidad de ,!
ciudadana, la elaboración de políticas públicas que contribu- una visión más holística de la realidad, con un instrumental' .
yan en la disminución de las desigualdades sociales y la bús- de análisis más próximo al contexto psicosocial en' el cual
queda de condiciones dignas de salud, trabajo y vivienda para están inmersas personas y comunidades. Gracias al desarro-
todos. llo actual de! conocimiento psicológico y de áreas afines
Como afirma Maritza Montero (1996), la creación de un interdisciplinares, podemos contar con una serie de teorías
paradigma' en psicología social debe basarse en la valoración que dan 'sustento a ¡este paradigma. .
de la consuucción y de la transformación crítica, a través de Como podernos'ver en el Cuadro 1, hemos escogido algu-
una relación dialógica y participativa entre ej. investigador nas teorías que consideramos relevantes pa.ra configurar el
externo (psicólogo comunitario) y los investigadores internos paradigma ecológico. Adaptando la idea de Swartz y Martin
(comunidad), focalizando el interés en la aplicación de los I (1997), se toman en consideración dos ejes según expliquen
.avances de la ciencia al servicio del cambio social y de la la realidad desde una perspectiva más subjetiva (realidad per-
mejoría de la calidad de vida. I cibida) o más objetiva (realidad actual), y según enfaticen más
l
34 J01ge Castellá Sarriera El paradig¡iza ecalógica en la psicología comunita¡'ia... 35
!
con los intereses filosóficos y sociopolíticos de la psicología nitario, entorno ¡que tiene una unidad de análisis específica.
comunitaria. (p. 46) Elmesosistema exige un análisis de las interrelaciones entre
dos o más ambientes en los cuales la persona participa acti-
En América Latina el paradigma ecológico está presente vamente. lntervi;enen las características personales, familia-
en la psicología comunitaria en varios países, con una produc- res, educacionales, sociales y de trabajo de las personas de la
ción científica relevante, en la cual se destacan algunos traba- comunidad, así Fama los aspectos físicos (área geográfica,
jos, en el área de la salud pública en la Argentina (Saforcada, infraestructura ~anitaria, eléctrica, habitacional, etc.) y los
2001, 2003); en el área del desarrollo comunitario en Chile recursos o apoy,?s sociales (sanitarios, de seguridad, educa-
(Rozas, 1995), en la investigación e intervención psicosocial cionales, religiosos y asociativos). Estos indicadores son
en el Brasil (Sarriera, 1998, 2004; Maciel, 2000); en la pro- imprescindibles para e! estudio integrado de la comunidad.
ducción teórica y práctica de la psicología comunitaria en ,
I
nitaria.
Lugar de trabajo
(microsistema)
.
mesosrstemn '.
comunrtano .
y que ejercen : nota blee m
una II
i fluen-
ciales, al mismo tiempo que respeta y no reduce la compleji-.
cia en la calidad de atención de los miembros de la comuni- I dad de los mismos. A su vez propone el desarrollo de la per-
dad. Este sistema, del cual la persona o la ~omunidad no par- . ! sona a través de la optimizaci6n de su potencial, que le per-
ticipa directamente, pero del cual sufre indirectamente su mitirá ejercer cambios en el medio; no ignora sino señala la -<,
influencia, se denomina exosistema. : influencia determinante del ambiente en la conducta.
El macrosiszemn conecta y atraviesa los sistemas de menor
orden a mayor (rnicro, meso y exo). Este 1 sistema se refiere
tanto en su forma como en su contenido ia la cultura como La dinámica del paradigma ecol6gico
totalidad y a las diferentes subculturas que lk conforman, a los
sistemas de creencias e ideologías que sustentan las relaciones Los principios por los cuales se rige el paradigma ecológi-
entre los subsistemas (las políticas educativas, de salud, eco- co muestran la forma dinámica de la interacción persona-
nómicas, los valores, tradiciones, entre otros), ambiente. Según Kelly (1966) y Trickett, Kelly y Todd
Cuando la posición en el medio ecológito de una persona (1972), dichos principios son los siguientes:
o comunidad se modifica como consecuencia de un cambio de
políticas; de actividades, de papeles o de recursos del sistema,
se genera un proceso de transición ecológicd. Si esa transición Interdependencia
entre microsistemas o del proprio mesosistelna ha sido prepa-
rada, anticipada, y se han desarrollado recursos para su rápida Tanto personas como ambientes, cuando provocan o
resolución, será más saludable y conllevará \nenos' estrés psi- experimentan algún cambio, producen también modificacio-
cosocial, Estudios de Sarriera (1995, 2004) centrados en la nes en los demás sistemas (personas, familia, escuela, comu-
transición que abarca el pasaje de la escuela ~l trabajo revelan nidad, sociedad). Personas y. ambientes permanecen en cons-
las dificultades en esta etapa para la cual los sujetos no fueron tante interacción. Como ambos son 'elementos activos y.
preparados, muchas veces por omisión de l~ escuela, la fami- transformadores, podemos evaluar la importancia tanto del
lia o la sociedad. Se encuentran en una "tidrra de nadie", lo sujeto como protagonista de! cambio en e! ambiente social,
que desencadena malestar psicológico y socikI. como de! propio ambiente social capaz de transformar a los
El ser humano, como la comunidad, está ~n continuo pro- sujetos.
ceso de adaptación, evolución e intercambio', Adaptación aquí A propósito de esta interdependencia podemos analizar,
difiere del sentido funcionalista que por mJcho tiempo pre- por ejemplo, e! proceso de desinstitucionalización de los
dominó en la psicología; no significa la aus~ncia de tensión, enfermos mentales, el de la inclusión escolar de los niños
sino el desarrollo continuado del fortalebimiento de los con necesidades especiales, el de la inserción de los inmi-
recursos de la persona y del ambiente. De! esta manera, se grantes en la nueva cultura, o la atención diferencial de la
apunta a la construcción continua de ambientes óptimos y salud pública. Los programas de acción social que se han
saludables en los cuales las posibilidades de adaptación y implementado para alcanzar esos objetivos han podido desa-
desarrollo se potencien en la construcción del sujeto y. de una rrollarse O han fracasado, en la medida en que hayan atendi-
sociedad mejor. ¡ do a la articulación entre los diferentes sistemas que, directa
Esta comprensión ecológico-sistémica de ia realidad nos o indirectamente, dentro de una determinada acción inno-
revela la riqueza multidimensional de los fenómenos psicoso- vadora, han sido implicados y los efectos que han generado.
;
l
38 Jorge Castellá Sarriera El paradig¡~za ecológicoen la psicología comunitaria ... 39
Podemos distinguir, según Prille!tensky (2000), u-es nive- situación, el comportamiento refleja un proceso continuo de
les interdependientes de análisis: 1) e! personal (micro); 2) e! adaptación y competencia de la persona o de la comunidad
relaciona] (meso) y 3) e! colectivo (macro). Como conse- con relación a su medio ambiente. Los diferentes contextos y
cuencia del principio de la interdependencia, los aconteci- las diferentes épocas modificarán los criterios de un compor-
mentos, los recursos y las personas situados en medios socia- tamiento considerado hasta entonces adaptativo y provoca-
les inmediatos a la persona (micro) o en la comunidad (meso), rán un cambio q]le busque mejores y más competentes for-
influirán también en las estructuras, los pap eles y las normas mas de resolución.
de funcionamiento de! propio medio social (macro).
La interdependencia se contrapone a la perspectiva aisla-
da, individualista, según la cual el sujeto es considerado como Evolución y sucesián
único protagonista; también se contrapone a los procedi- ;
mientos impuestos socialmente que excluye n la participación La sucesión conlleva en sí una perspectiva temporal de
del sujeto en la comunidad, siendo la ideología, el poder largo plazo y orienta su atención hacia el análisis del contex-
público O e! equipo técnico, los únicos actores. No cabe duda to histórico de lal comunidad, donde el problema o la necesi-
de que nuestra acción como psicólogos comunitarios estará dad son vistos desde una perspectiva integrada de tiempo
centrada en lo que Bronfenbrenner (1996) llama "unidad de orientada hacia el futuro (Nelson y Prilleltensky, 2004).
funcionamiento", es decir persona-ambiente, ya que ambos De la misma forma que es esencial el conocimiento de la
son inseparables y constructores de la subjetividad social. historia del individuo y de los recursos de los cuales dispone
Como psicólogos comunitarios, nos desafía el hecho de para comprendel~lo, también el medio ecológico (geográfico,
vislumbrar las posibles consecuencias de la acción comunita- cultural, biológi\,o, etc.) supone sus propios recursos y su
ria en los diferentes sistemas, directa o indirectamente invo- propia historia. Construir el futuro tiene como base una
Iucrados, .y los aspectos éticos relacionados. Este desafío buena información y una sabia comprensión del pasado y del
involucra también la elección de las unidades de análisis, para presente. I
lograr la viabilidad del u-abajo sin.perder de vista la comple- Según nuestra perspectiva, las personas, los contextos y
jidad del fenómeno ni su singularidad. los acontecimientos deberán estar en constante proceso de
evaluación. El cambio personal y/o comunitario podrá darse
de forma espontánea o a partir de una determinada interven-
Congruencia y adaptación ción. El cambio representa una oportunidad para redefinir y
reajustar los recursos que puedan facilitar el proceso de evo-
Este principio consiste en la tendencia a encontrar un 1UClOn.
., I
j
"
J0115e CastelldI Sarriern
. I I OS
l':
iI
¡ El pnradigma ecológico en la psicología comunitaria... 45
I
comurutanos necesitan aspectos y Bertanlaffy, L. V. (1968): O"ganismic Psycbology nnd System Tbeorv:
.
opresivos .
que caracterizan OS arn lentes h urnanos
lib' 11 y estu dilar Worcester, Clark University Press.
los ambientes saludables que puedan ayudar ~A el trabajo junto Boff, L. (1999): Sabe!' cuidar: ética do bumnno - compaixiio pela terra,
a las comunidades, para crear ambientes que ~¡'omuevan salud, Petrópolis, Vozes.
bienestar y competencia (Nels01 y Prilleltensj<y, 2004). Bronfenbrenner, U. (1996): Eco!ogia do desenuoluimento humano,
Porto Alegre, Artes Médicas.
Podemos concluir que el paradigma ecolÓbco en psicolo-
, '. 1 ~'ó te rica . Bronfenbrenner, U. (1998): "The bioecological model from a life
gia comururaria representa una perspect¡va que course perspective: Reflections of a participant observer", en P.
entiende la realidad dentro del la complejÜlad, como una Moen, G. H. Elder, Jr., y K. Luscher (eds.), Examining Lives in
construcción conjunta e interactiva entre perRonas y ambien- Context: Perspectiues on the Ecology of Human Deuelopment;
tes,' creando conciencia sobre Ilas interdd, endencias que Washington, Al'A Books.
generan las injusticias y desigualdades. Tam \én desarrolla y Campos, R. H. de F., (2000): Pnmdigmas cm Psicologia Social,
fortalece los recursos que contribuyen a una 19ptimización de Petrópolis, Vozes.
las condiciones de vida, actuando en las instancias macro, Capra, F. (1998): La trama de la vida. Una nueva perspectiva de los sis-
temas vivos, Barcelona, Anagrama.
meso y microsistémicas, de forr.a colaborájiva y solidaria
Capra, F. (2002): Conexñes omitas, San Pablo, Cultrix.
entre los miembros de la comunidad y entre b¡investigador y
Dabas, E. (1998): Red de redes, Buenos Aires, Paidós.
la comunidad, reforzando las redes sociales para que contri- Fernández-Ballesteros, R. (I987): El ambiente: análisis psicológico,
buyan a la resolución de los problemas psicos~ciales. El para- Madrid, Pirámide.
digma ecológico promueve la íritegración di' las relaciones Hombrados-Mendieta, M. I. (1996): Introducción a la Psicologfa
interpersonales,
sociohistóricas de la comunidad,
I
el conocimientc de las características
del espabio físico, del
Comunitaria, Málaga, Ed. Aljibe.
Kantor, J. R. (1924): Principies of Psycbology, Bloomington, Principia
ambiente en su sentido más amplio, de la cultilrra y los recur- Press.
Kelly, J. G. (1966): "Ecological constraints on mental health serví-
sos'.exrsrenres, A'nen die a as características
". II'fi icas d e ead a
espect
. . 1.1• d 11. ces", American Psychologist, 21, 535-539.
contexto y proporciona a os mvesnga or~~ instrumentos
Kelly, J. G, (1986a): "An ecological paradigm: Defining mental
variados, con metodologías participativas, cualitativas y cuan- health consultation 35 preventive service", Preuention in Humnn
"
ntanvas, '1 os o bijeuvos d e ea1 d a progran¡.a11 comumtarro,
segun ••
Seruices, 4(3/4): 1-36.
Propone como valores prioritarios la calidad db vida y el esta- Kelly, J, G. (1986b): "Context and process: An ecological view of
blecimento de estructuras sociales que apoyeri el desarrollo, the interdependence of practice and research: And invited
la igualdad y la diversidad, a través de la acci~~ participativa address", American Journa! ofComm1mity Psycbology, 15,5,
y transformadora de personas y comunidades! 11 Lewin, K. (1951): La teoría del campo en la ciencia social, Buenos
. '
.
i
,
I Aires, Paidós, 1978.
Linney, J. A. (2000): "Assessing ecological constructs and commu-
Referencias bibliográficas I I niry context", en J. Rappaport y E. Seidman (eds.) (2000),
Handbook of Community Psytbology, Nueva York, Kluwer
Academic/Plenum Publishers.
Boteson, G. (1991): Pasos hacia ll1la'lecología de 111 mente, Buenos Maciel, T. B. (2000): "Paradigmas e desafios da ecología social:
Aires, Planeta-Carlos Lohlé. l' aplicacóes das teorias e das práticas de um projeto de desenvol-
Barker, R. G. (1968): Ecologica! Psycb~logy: Conceptf !rnd Methods fo" vimento local", en Campos R,H. y Guareschi, P. (orgs),
Studyng the Environments of Human Bebavior, l Call Stanford, Pfl.1~fl.difJTnfls cm Psicologin Social: a perspectiva latino-americana,
University Press. I !. . Petrópolis, Vozes.
,
,
!
1
I
I
46 Jorge Castellá Sarriera El pa1'lldii?na ecolágico e1'¡ la psicología comunitaria... 47
!I
Martín-Baró, 1. (1998): Psicología de la Liberación, Madrid, Ed. Sluzki, C. (1997~:IA rede social )¡a prática sistimica, San Pablo, Casa
Trotta. do Psicólogo. I :
Morin, E. (2001): O Mitodo: A vida da vida, Porto Alegre, Artes Swartz, J. y Mart¡n, W. E. (1~97): Applied Ecological Psychology for
Médicas. Scbools Witbih¡' Communitiesi Nueva Jersey, Lawrence Erlbaum
Montero, M. (1996): "Paradigrnas corrientes y tendencias de la Associates. !
Psicología Social finisecular", Psicologia e Sociedade, 8 (1): 102-119. Trickett, E.].; Kb,lly,]. G. Y T1dd, D. M. (1972): "The social envi-
Montero, M. (2003): Teoría y práctica de la Psicologia Comunitaria, ronment of tHe high schoyl: guidelines for individual change
Buenos Aires, Paidós. and organiza~onal development", en Golann, S.G. y Eisdofer,
Moos, R. H. (1973): "Conceptualizations of hurnan environments", (eds.), Handf;,9ok o/ Commknity Mental Healtb, Nueva York,
American Psycbologist, 28: 652-665. Appleton-Cer,tury-Crofts.!
Moos, R. H. (1974): Tbe Social Climate Scales: An Oueruieui; Palo Trickett, E. ]. q (84): "Towarf a distinctive cornmunity psycho-
Alto, Consulting Psychologits Press, 1994. logy: A1I ecolc¡gical metapllor for the conduct of research and
Nelson, G. y Prilleltensky, 1. (2004): Com11tunity Psycbology: In Pursuit the nature Rf training", 1 American Journal o/ Commu1iity
01 Well-Being nnd Liberation, Nueva York, Palgrave Macmillan. Psycbology, 1211261-275.
Prilleltensky, 1. (2000): Community Psycbolog), Nueva Zelanda, Trickett, E. J. (~996): "A future for cornmunity psychology: The
MacMillan Press. contexts of <ji~ersity and cfediversity of contexts", American
Rappaport, J. (1981): "Inpraise ofParadox: A social policy of empo- Journal 01C07'1IIunity Psyc"110gy, 24: 209-234." -.
werment overprevention", American Jotwnal of CorllllLunity Warr, P. (1987): 1 Work, E1IIployment and Mental Healtb, Oxfórd,
Psychology, 9: 1-26. . Clarendon P¡'~ss. I
Rozas, G. (1995): "La psicología comunitaria en el desarrollo local ,! I ,'
y regional, Revista de Psicología, Departamento de Psicología de ¡i I
la Universidad de Chile, vol. V. 1: I
Saforcada, E. (1992): Psicología Comunitaria: el ,mfoque ecológico con-
textualista de James G. Kelly, Buenos Aires, Proa XXI.
Saforcada, E. (2001): "¿Cuáles son los apones principales que
ii I
reclama de la psicología la situación actual de la salud en las [1 I
Américas?" PSICO, 32, n° 2: 149-174. II l·
Saforcada, E. (2003): "Impacto da psicologia no campo de saúde , I
cm América Latina. Desafios atuais desde" perspectiva ecol6- I, Ii
gica sistérnica da' saúde, Psico, 34, n° 2: 239-261.
Sarriera, J. C. (1995): "Enfoque ecológico das relacóes saúde-tra- I I
balho", en Psico, 26, nO 2, 1'.65-80.
Sarriera, J. C. (1998): "O modelo ecol6gico-contextual em psico-
I I
logia comunitária", en Souza L.; Freitas M:.F.Q. y Rodrigues I
M. M. P. (orgs.), Psicologia: rejlexóes (i11t)pertinentes, San Pablo,
Casa do Psicólogo. 1,
Sarriera, J. C. (2004): Psicología Social aplicad" a las comunidades,
Buenos Aires, Proa XXI.
Serrano-García, 1. y Collazo, W. R. (1992): Contribuciones puertorri-
queiias a la Psicología Social-Comunitaria, PUI!ftORico, Editorial
I
de la Universidad de Puerto Rico.
11
CAPÍTULO 2
'1
I Perspectiva ecológico-sisténúca de la salud
Enrique Saforcada
i
Ii
Ii
¡
!
I
cua 1 se rnaruifresta en un ~.ango amp l'¡Olt , que se exnen
. de involucra montos de dinero que, por su volumen, ocasionan
de regular a muy mala, E as condicidl).es conciernen a un serio daño a las maltrechas economías de nuestros países,
los países de la región ya zonas denttb de cada país. Se trata de dinero que se le retira a la educación, a la asisten-
b) Las diferentes áreas de sal d están totalmente domina- cia social y al estado de bienestar, cuya existencia, a despecho
das por el mercado de la rnfermedad.111 de más de un discurso proveniente de cierta imbecilidad
moral, hizo a la dignidad de más de una nación.
En relación al último aspecto~eñaladO' e~ a hegemonía se Es a partir de la visualización de este escenario (de las
produce a través de un dominio integral delllnencionado sis-, malas condiciones de salud y de la dominación hegemónica
tema total de salud por parte de no de sus ~omponentes: el por parte del componente industrial y más lucrativo del sis-
complejo industrial-profesional, co formado p~r las industrias tema total de salud) que debemos reflexionar sobre qué apor-
químico-farmacéutica, eléctric01elecu·ónica,! f.ísico-nuclear y tes, objetiva y prácticamente posibles, mejorarían significati-
por las corporaciones profesionales e institucionales del vamente las condiciones de salubridad de nuestros pueblos.
campo de la salud. I 11
Este complejo, por diferentes vías y estr~~egias de domi- Antes de proceder al correspondiente análisis, desarrollaré
nación (lobbies; publicidad manipuladora, acciones de diverso ciertos aspectos y problemáticas críticas del sistema total de
' para corromper a funci
tIpo J. proleslO~a
nClOnaríos, ' e
r· 11 es y proreso-
1 salud y luego me referiré a las vías de solución de las·mismas
res universitarios, sobre todo de t¡;edicina; suj~ción de profe- y a los aportes que considero más eficaces para alcanzarlas .
.sionales y asociaciones de especialidades médicas a través de Las problemáticas. y aspectos críticos son aquellos compo-
supuestas ayudas económicas; etcl) ha lograd9J en los últimos nentes y subcomponentes del sistema de salud y algunos fenó-
cincuenta, o sesenta años, poner la salud de laslpoblaciones al menos emergentes de estos componentes o de toda la sociedad.
servicio de sus objetivos lucrativds. I: Son, a mi juicio, los que producen mayor íneficacia e íneficien-
A su vez, estos fines, en las dTs últimas décadas, a partir cia en la actual ínversión en salud (en cuanto a recursos econó-
del avance incontenible del neoli'eralismo dé~humanizado y micos, humanos y materiales) y mantienen la vigencia del mer-
del mal llamado proceso de globalización (dbbería denomi- cado de la enfermedad en cada uno de nuestros países.
narse "globalización del domini? económic~! integral"), se En tal sentido, tienen una importancia fundamental un
han hipertrofiado de un modo alfrmante. Ello genera desa- 'componente y tres emergentes (véase Esquema n" 1):
sosiego porque, por un lado, indudablemeA~e implica un
aumento geométrico de la cantiddd de enferni~dad y muerte a) el componente intersubjetiuo general;
causada por el consumo indebido de los se~cios que este b) el paradigma que orienta las acciones de los integrantes
complejo presta: remedios cada vez más agresivos, muchas pertenecientes a un componente formal del subsistema
veces innecesarios; hípcrradiacióri, fomento db la autopres- de atención de la enfermedad;
cripción a través de la venta sin receta de rerNedios aproba- c) el saber y el hacer en salud de los integrantes del componen-
dos para venta con receta; venta iy consumo Ilnasivo de los te informal de este subsistema;
productos no-éticos (los llamados tle venta libr~, sin que esto d) la prescindencia, por parte del sistema total de salud, de
signifique que no sean peligrosos) ~i·omovidoslpor la publici- la cantidad de salud positiva presente en los conglomera-
dad; etcétera, Por otro lado, preodupa el gastd ~úblico dedi- dos humanos, del potencial de salud y de desarrollo sanita-
cado a la atención de la enferm6dad así geÁerada porque rio de las comunidades.
,I
I I
54 Enrique Saforcada 1,
P ersPfctlVa /,1,
eco oglCQ-Slstel111ca
di ¡ I
e a sa uc 55
-:
58 Enrique Saforcada ped.p.ectiva eCOIÓgl~co-sisté1lZica
de la salud 59
1
1I
SOPORTE
.'
ObJit? de la
Naturaleza de las
t
actual O potencial, y el objeto e su praxis rk el individuo des-
contextualizado, A su vez, este aradigma selestrucmra alrede-
dor de una búsqueda de resultfdos limitad~ a la remisión del'
problema, y tiene por accionet fundamenHles la prevención
fesionales la aceptación en cuanto a que su saber teórico y
técnico encierra aciertoS y errores, que no es el único saber
en la materia y que e! saber de la población sobre salud tam-
bién supone aciertos y errores,
Por otra parte, para la psicología comunitaria, este saber
i
primaria secundaria, conSiderarndo la remHión de los indica-
lego es merecedor de total respeto Yconsideración, por cuan-
dores serniológicos como señal válida de s9~~ción de los pro-
tO es el que orienta a la población en sus comportamientos
blemas. La naturaleza de sus aCi'ones fundam.. entales es pasiva,
relacionados con la salud. Son precisamente estos comporta-
dado que si la demanda no se p aduce no eA~'a en acción. .
mientos los que dinamizan cotidianamente a los profesiona-
Con respecto a la comunid d, en este p~radigma no se le
les del componente formal, los cuales, caso conu'ario, son
otorga función alguna o, a lo sumo, se 1~1considera como
esencialmente pasivos (cuando están orientados por el para-
colaboradora pasiva: sus integrantes con~vrren al efector
digma individual-resu·ictivo). El profesional re!ativista cultu-
legal cuando están enfermos y cumplen al pie de la letra sus
ral busca complementar su saber con e! saber de la sociedad
prescripciones. \ \j
y trata de ahondar lo más posible en el conocimiento de ésta,
La psicología aportó a la c01s01idación de este paradigma
al dar origen a la psicología clínica, a fines cI,¿1siglo XIX, que pues ello redunda en eficacia y eficiencia.
En cuantO al componente operativo, sus categorías de
también tomó el modelo médico-clínico. 1i análisis y acción son de naturaleza colectiva (familia, red
,Por otro. lado, el.paradigma \~e las concef'pone.s y prácticas
social, vecindario, comunidad, etc.) Y son entendidas como
social-expansiuas comienza a ma~lfestarse en le! SIglo XVII a
sistemas abiertoS, razón por la cual el objeto de su acción es
partir de ideas como las de Ber ardino Raniizzzini y los pos-
un ecosistema y su campo de reflexión y práctica es todo el
teriores ..desarrollos sistemáticos de Johan pl~ter Frank en e!
proceso de salud-enfermedad. Como efecto de la acción, el
siglo XVIII, los cuales, a media os de! siglo\KIX, se fortale-
paradigma busca la modificación del entornó social en que se
cef con e! surgimiento de la me icina social ~ la epiderniolo-
generó el problema, siendo sus acciones fundamentales, en
¡tía. La medicina social se basa e las concepciones de médi-
primer término, la protección Y promoción de la salud y, en
cos como Virchow, Neumann y Guerin, \~ntre otros. La
segundo lugar, la prevención primaria. En ambos casos, la
epidemiología surgiría de la sist matización ¡de la aplicación
naturaleza de estas acciones es activa,' pues no espera una
del método científico al estudio e problemaslde salud colec-
demanda para ponerse en movimiento. A su vez, los indica-
tiva, como que efectuó John sno~ con relación al cólera.
dores válidos de solución de un problema son los cambios en
Algo más de un siglo y medio después, la ~sicología tam- el ecosistema en que se generó dicho problema. En este para-
bién hace su aporte a este parad grua con la\kparición de la digma, la comunidad ocupa un papel de participante activo
psicología comunitaria (Saforcada, 1998), srtcedánea de la
en la toma de decisiones, en la ejecución de las mismas y en
me di IClna
. SOCH\.
. 1 ., .\ '111
·'
Esste para dIgma . \ por apoyar¡s,een
se caracteriza 11 un saber su evaluación.
Observando estos dos paradigmas, es fácil advertir que, en
multidisciplinario, y tiene en cuerta la totalidad de! proceso América Latina el individual-restrictivo domina hoy' de modo
de salud-enfermedad y sus emerg ntes en fun~ión de hipóte- absoluto el campo del quehacer en salud. La explicación de esta
sis etiológicas integrales. 1\ hegemonía no reside en cuestiones cientificas, sino en que es el
Con relación al soporte actitudinal, se caracteriza por su
ÚIÚCO que permite eSUl1Cturarun mercado de la enfermedad,
posición relativista cultural, que i~plica por pt\·te de los pra-
'1
.,
62 Enrique Saforcada
!1,
r '
¡ .
\\
i
\
pl~",16,1""".
i
I.
I ,
66 Enrique Sajorcada
¡ de la salud "
Secundariamente, y sólo cuando es imprescindible, se apela a so. En =v= allbroceso de ~esarrollo de un país, también
las terapias químicas y/o de radiación, estas dos estrategias lo impac an de manera diferente. En la
La primera alternativa tiene una tasa de letalidad muy alta; primera, s~ pierd¿ dinero, sie do el gasto evitable, y se obs-
en cuanto a la segunda, comienzan a aparecer informes de taculiza eliaport~ ide capital h mano a dicho proceso. Así, la
tasas de recuperación, o de no aparición de! sida, también muy primera al,ternatiHa contribuy a la "involución" de! país. La
altas. La primera se ci.rcunscribió sólo a la enfermedad, la otra segunda estrategia sí genera s tuaciones de disponibilidad de
se centró en e! potencial de salud, La primera implica una dinero y de habilitación de e pital humano que potencian e!
fuerte inversión de dinero y de horas profesionales, la segun- desarrollo:nacioriitl.
da tiene muy bajo costo e insume pocas horas profesionales. Otra cuestión! ~mportantelque emana de la protección y
Veamos otro ejemplo, Frente a una población en condicio- promoción de la ~;aludy del d sarrollo del potencial de salud,
nes de pobreza estructural también se presentan dos alterna- es que las :actividades que se eben llevar a cabo para' lograr
. l, 11. . .
tivas, Una define a la población como de riesgo y traza estra- estos objetivos generan, o 1Il rementan, e! desarrollo satutarto
tegias para evitar que aparezcan enfermedades que -se de! país (qackle»i1990), lo clal incide en e! desarrollo nacio-
supone- la están amenazando; la otra alternativa toma en nal al reforzar y hacer más es ables los logros alcanzados. -
cuenta e! potencial de salud de esa población y comienza a Definido con~encillez, e! oncepto de desarrollo sanitario
estimulado, desenvolviendo acciones que tienen por objetivo hace referencia
!
aI la condició que tiene una sociedad
.
de que
1
el desarrollo humano integral, la puesta en acto de las poten- sus comportamientos espon~neos generen un mayor quan-
'1 •
cialidades de esa población, En e! primer caso, no se visualiza tu", de salud y, si Isurge un e ergente negativo en el proceso
el daño o enfermedad ya presente (como es la pobreza estruc- de salud-enfenriedad, reacci nen de! modo más adecuado
tural, aun cuando no figure en las taxononúas descriptivas y para restablecerl1a salud y ara evitar cuanto sea posible
diagnosticas en uso) y, en general, tampoco se evitan esas daños mayores Ylkecuelas. ;
enfermedades que se consideran posibles, Frecuentemente, e! Una cuestión importante tener en cuenta es el peso deci-
fracaso preventivo se debe a que las enfermedades previstas en sivo que tiene e .'sistema educ tiuo formal en el logro de este
la estimación de riesgo están generadas, de modo directo o
indirecto, por aquel otro daño preexistente que no se percibe
1
desarrollo, dado que es una cJ:elas áreas esenciales involucra-
das en los;progrtjllas de protección y promoción de la salud.
cuando sólo se piensa y actúa desde e! punto de vista de la
patología descripta en las taxonornías impuestas, Por ou'a Habiendo yal ¡¡escrito y a ializado muy sucintamente los
parte, no se comprende que no hay riesgo sin daño previo, puntos y ~las .pnlblemáticas críticas en el sistema total de
En la segunda alternativa, la puesta en marcha del proce- salud, queda pÓi- ver qué portes se pueden hacer para
so de activación del potencial de salud resulta el más eficaz comenzar; a revbrtir la pres nte situación. Lo haremos de
antídoto para los daños futuros que se prevén desde la pers- modo aún más Jiptético, y n s referiremos a cuestiones que
pectiva de riesgo. Además, la actualización del potencial de se pueden pon¿r en práctic con los recursos con que se
salud implica la progresiva superación de .la pobreza estruc- cuenta actualmente
• 1
en nues~s países. •
tural, o sea, la verdadera enfermedad. . Recordemos ue los com onentes y emergentes críticos
Los costos de estas dos alternativas son diferentes, siendo antes señalados ~on: el com oriente intersubjetivo general,
mucho más cara la primera que la segunda y conllevando con su barrera PSico-socio-c1Itural; e! paradigma individual-
aquella una cuota mayor de sufrimiento humano y de fraca- restrictivo que 01'lenta las accrones efectoras del componente
i,' :' ,;. :
..; :i\íl}~~'~~
~~~
!j
68 Em-¡que!af01"C(/{la !j Perspectiva ecológico-sisténzica de la salud 69
formal; e! desconocimiento, p r parte de ~ te último compo- una nueva y única ciencia que dé cuenta de lo humano desde
nente, del saber y de! hacer en salud de la ~oblación; y, final- la perspectiva de lo social. Pero mientras no se llegue a esta
mente, la generalizada presci~dencia del tbnjunto de gente meta, creo que cada disciplina debe hacer su aporte con niti-
sana (c~ntidad de salud POSitiVl) pre~ente d,~la socie?ad y de! dez, desde sus marcos teóricos específicos, buscando manco-
potencial de salud de todo e! olectívo sodal del palS, con el munar su trabajo con e! de las otras especialidades de modo
consiguiente subdesa:rollo sa1tar!0. 11 . , . de llegar a llna construcción multifacética.
Todas estas cuestiones est n Interconblcradas; sisterruca- Veamos 'im ejemplo: si un determinado problema, o con-
mente; por lo que trabajar con ellas requiere la fo¡mación de junto de problemas, es de naturaleza esencialmente psicoso-
'1 ,
equipos multidisciplinarios. N obstante, dada la 'naturaleza cial, es imposible prescindir de la psicología si se quiere llegar
de cada problema a resolver, u a de las ci~Acias adquirirá un a una verdadera solución de! mismo. Y, en mi opinión, es éste
peso mayor que las otras a la ora de alcaJbr la solución de precisamente e! caso ante e! cual nos encontramos: todos los
un modo eficaz. Por ello, si o se puede! rorma~ e! equipo problemas implicados en los puntos críticos de! sistema total
multidisciplinario completo, e mo frecuentbmente ocurre en de salud analizados en este escrito son, en primer término, de
nuestros paises por carenciaia d recursos econorrucos,
, ll ,. die o naturaleza psicosocial y, en segundo término, cultural,
que no se puede prescindir es e los Profeslpnales Ide esa dis- Lógicamente, esta situación también convoca a la antro-
ciplina que queda determinad por la naturaleza misma del pología social como disciplina fundamental en relación con
problema a resolver. I1 '. las problemáticas actuales que plantean las malas condicio-
Nos hallamos en un mome to de las ciencias sociales en nes de salud de nuestros pueblos. Llama poderosamente la
!I
que es frecuente escuc h ar p Ia teos con respecto a'l" a mexis- atención e! divorcio que existe entre estas dos especialida-
tencia de fronteras entre las di tintas discinl'inas que las inte-' des, tanto en e! ámbito dé lo académico como de las prácti-
gran (posiéión que, generalme te, encubr~luna desesperada cas profesionales, pero este tema merecería un tratamiento
,'búsqueda de inserción laboral), a la vez qU~I. , tambié•. ,n se habla aparte.
de interdisciplina y transdisci Ilina, sin qul estos conceptos El problema de la barrera psico-socio-culmral, así como
estén acompañados de la neCeiraria funda', entacio.' n episte- todo lo relacionado con las subjetividades de los integrantes
mológica. ! I de! sistema total de salud y con los efectos de la interacción de
las mismas, que emergen en los espacios intersubjetivos gene-
En estos casos observo pron¡ndos estad~s de confusión en
cuanto al conocimiento de los rarcos teórjios y la naturale- ral y específico retroalimentando a las mencionadas subjetivi-
za de las tecnologías que se usat y, frecuentemente; discursos dades, implica las variables psicosociales que, como vimos
y prácticas desaprensivos que ~onen de m+ifiesto ignoran- anteriormente, determinan las cosmovisiones o maneras de
cias dignas de un diletante. Hasta ahora, la solución más pro- ver e interpretar e! mundo de las cuales se ocupan las teorías
ductiva que he encontrado es di[erenciar clfiamente cada una de alcarice medio de la psicología social.
de las ciencias sociales y prod:'jcir en form, rnultidisciplina- Trabajar en torno a esta temática supone volver a las bases
ria, lo cual implica trabajar d9 modo convergente a fin de teóricas y a las tecnologías psicosociales participativas a tra-
vés de las cuales se pueda llegar a lograr modificaciones tales
construir un conocimie~to
todos por igual. !
1 :
70 Enrique Saforcada P1"'"' """,.1",,,,,,," de la ,"J "
Considerando ahora e! problema del paradigma que d~ su posició~ :wocrática y I( reemplazan por una compren-
orienta a los efecto res de! componente formal, entramos en sion y valoración. relativista ~Itural. Este proceso de cambio
la problemática del pasaje de! modelo individual-restrictivo necesita espacio~:de canten ión y adquisición gradual de la
al social-expansivo. Pero los paradigmas están constituidos nueva perspecti~a, para lo cu I resulta de gran eficacia la téc-
también por sustancia subjetiva, una subjetividad profesio- nica de talleres p~rticipativos e munitarios que, en lo pedagógi-
nal construida en el período de socialización correspon- co, estén orientados en funcirn de los lineamientos de la edu-
diente a la vida universitaria, que no por ello deja de estar cación de-adultos de Paulo F eire. En cuanto a lo psicológico,
sometida a los factores, dinámicas y fuerzas de la misma esta técnica implica un basa ento psicosocial que dé cuenta
naturaleza que los que inciden en la subjetividad que se y
. de la naturalez~ dinámica e las representaciones sociales,
pone en juego en la vida cotidiana. Así, el problema central del cambio de lbs sistemas alorativo-actitudinales y de los
del cambio de paradigmas no reside sólo en los contenidos sistemas de vali~ación de la auto estima y la autoimagen. Ya
de conocimiento que encierran los mismos, sino en los con- iniciado. e! proce~o de cambi , los profesionales comienzan a
tenidos actitudinales y de cosmovisión qu.e son inherentes a valorar las conc~pciones y p ácticas de salud de la población
todo paradigma internalizado por los seres humanos. (semiología y clínica legas) a comprender la importancia
Todo proceso de cambio de un ·paradi¡¡ma implica direc- que tiene ese c9riocimiento ara alcanzar un mayor grado dé
tamente a las personas como portadoras de ideología, exi- eficacia en su propio accion r,
giendo de ellas una práctica concreta que necesita un escena- También, colÍlo efecto in erente al cambio de paradigma,
rio adecuado donde desplegar plenamente los contenidos una vez replanJdadas las cu stiones referentes a la enferme-
cognitivos y subjetivos de! nuevo paradigma.' dad que eran c¿ntrales en e! paradigma que ha sido abando-
Este proceso de resocialización profesional naciente nado, e! procedo de cambi lleva a los profesionales a Una
requiere una práctica en los ecosistemas en que se genera e! reconsideraciód ¡espontánea, más sentida que razonada, de la
proceso de salud-enfermedad. En síntesis, requiere trabajar en jerarquización d~los emerg ntes de! proceso de salud-enfer-
la comunidad, con la participación directa y concreta de sus medad. ProgreJivamente cot ienzan a darle más importancia
l' '
miembros en la solución de los problemas, y en instituciones a la protección ~e la gente sana y al aumento de su salud, a la
de salud (hospitales, centros periféricos, etc.) totalmente abier- vez que le van~fI.UitandOpribridad a la atención de la enfer-
tas a esa comunidad, con sistemas administrativos compartidos medad.' ¡
i
con ella, todo lo cual debe estar acompañado de los estudios Por último, queda por Stñalar que, una vez internalizada
necesarios que den fundamento científico a tales acciones. El la nueva constr 'cción (e! p adigma social-expansivo), quie-
I '
soporte teórico y técnico fundamental de este tipo de prácticas nes atraviesan estas experielcias de cambio se acercan poco a
es psicosocial y, en especial, psicológico comunitario.
A la vez que el paradigma cambia hacia concepciones y . 1I " , "
es converuente aclarar que desjer rqurzar y qwtarle prioridad a la enfer-
prácticas social-expansivas, los profesionales van abandonan- medad no tiene nirigw. la relación ~COl1 no atender o no ocuparse de ella. Las
ciencias de la salu~, al igual que as profesiones que de ellas se derivan,
están destinadas pbr razones étic s, lógicas y económicas a ocuparse, en
1. De igual modo, el paradigma anterior se instaló a través de la prác- primer lugar, de qh,~ la gente san continúe gozando de buena salud y, en
tica en espacios artificiales, tomando contacto sólo con individuos descon- segundo lugar, dCfR.Ue la gente e ferma se cure, empleando en esta tarea
textualizados, y haciendo uso de una caracterización de los problemas todas sus capacidad FSy recursos tlcnicos entre ellos, los relacionados con
desarrollada en el ámbito de las abstracciones nosogréficas encapsuladas.
2. Para que no quepan interpretaciones equivocadas o tergiversaciones,
I
la activación del P rUCial de salu l' 1
.
72
j
Enrique Snforcada
I1
I
Referencias bibliográficas i
I
En este capíFlo abordar mos el tema de-las redes socia,
Oackley, P. (1990): Intervencion de la comunidad en el desarrollo sani-
les, el apoyo sodial y la psic logía comunitaria. ..
tario. Examen de los aspectos esenciales, Ginebra, Organización
Analiiaremo~1 en primera instancia algunos planteas sobre
Mundial de la Salud.
Saforcada, E. (1998): "El contexto histórico de la psicología comu- estos conceptos! presentado por autores cuya orientación
nitaria", en E. Saforcada (comp.), Psicología comunitaria. El enfo- epistemológica ISobre redes sociales es ecosistémica; poste-
que ecológico contextualista de lames G. Kell:y" Buenos Aires, Proa riormente esta~leceremos a caracterización de las redes
XXI. sociales en cuanto a su estru tura y función, y finalmente nos
Saforcada, E. (1999a): Psicología Sanitaria: Análisis crítico de los siste- centraremos e~ 1a interven .ón en redes dentro de la psico-
mas de atención de la salud, Buenos Aires, Puidós. logía, presentarl~o algunas ríticas a la psicología comunita-
Saforcada et al. (1999b): "Una investigación purticipativa en epide- ria que se tornah evidentes e ando es comparada con la inter-
miología psicosocial", en E. Saforcada, Psicología Sanitaria. vencion., en re di'es.
Análisis crítico de los sistemas de atención de lú' salud, Buenos Aires,
Para Ameav~! y Ross (19~.2), la red social es depositaria de
Paidós.
Saforcada, E. et al .. (2001): El factor bumano en la salud pública. Una
la identidad y ~e la historiaJndividual y grupal; es una fuen-
mirada psicológica dirigida bacia la salud colectiva, Buenos Aires, te de retroalimentación y ~e reconocimiento social. En ese
Proa XXI. sentido, las inMracciones Jue allí se producen permiten a
Seligman, M. E. (1989): Indefensión. En la depresion, el desarrollo y la cada participarite reflejar) mantener una imagen propia,
muerte, Madrid, Debate.
Zax, M. y Specter, G. (1978): Introducción a la psicología de la comu-
nidad, México, El Manual Moderno.
"
, y/o asume en trelación. I
relacionada c01\1los diverso~ roles que cada uno desempeña
d
La red socia'; según Elkairn (1995), implica un proceso de
i!,
construcción pe~manente tarito en el plano individual como en
ii-'
t el colectivo. Es~e autor conlf,'dera la red social como un siste-
ti' ma abierto; a u·lyés de Ull in rcambio dinámico entre sus inte-
(t
grantes, y enu'el éstos y ou'os glUpoS sociales, se hace posible la
:~,
}r
mejor utilizaciól~ de sus recl1'sos. Cada miembro de la familia,
','
I
Es en este clima donde encontramos las bases para aque- y saberes compartidos, de modo de ganar autonomía en la
llo que, dos décadas y media más tarde, conoceríamos como cotidianidad de las relaciones.
la emergencia y consolidación de lo que llamamos hoy psico- Podemos decir, así, que este período histórico que vivió
logía comunitaria. Podemos decir que, en parte, esta inquie- América Latina reunió condiciones objetivas para que emer-
tud respecto de los diferentes quehaceres de la psicología, giese una nueva mirada psicológica que estuviese comprome-
junto con la preocupación por hallar una práctica diferencia- tida con la realidad cotidiana de la población y que intentara
da que estuviera dirigida a la mayoría de la población y vin- maximizar la salud de los ciudadanos, la cual sólo puede se!'
culada a los servicios psicológicos, fue un fuerte elemento alcanzada con e! acceso a la educación, a la cultura, a la
que impulsó, desde esa década, la construcción de una tra- vivienda, al ocio y a la salubridad, en relaciones más dignas e
yectoria de la psicología social comunitaria latinoamericanas igualitarias. Esta nueva mirada fue ganando fuerza a través de
que tiene características distintivas. los años, y ha estado acompañada de una postura diferenciada
En la coyuntura histórico-política de América Latina, el por parte de los profesionales, quienes ya antes habían argu-
clima de terror y la pérdida de los derechos humanos básicos, mentado que no era posible que las personas fueran felices en
la violencia manifestada en diversos contextos y dinámicas una sociedad inequitativa e injusta (Freitas, 1996; Martín-
sociales, así como la exclusión social de los servicios básicos Baró, 1987). Esta perspectiva teórica de la construcción psico-
como vivienda, salud, educación y empleo, junto a una cons- social del hombre (en la cual su posición dialéctica como pro-
tante opresión y sumisión, fueron las marcas indelebles del ducto y productor de su propia historia y de su cotidianidad
sistema dictatorial y configuraron un proceso social que no pasa a tener relevancia) culmina en una postura epistemológi-
podía ser simplemente negado. Se trataba de una realidad ea diferente en términos de una nueva concepción de hombre
silenciada y perversamente vivida por la mayoría de los bra- y de! fenómeno psicológico (Freitas, 2001; Montero, 1996;
sileños en particular y por los latinoamericanos en general Martín-Baró, 1987). En este sentido, los autores mencionados
(Betto, 2000; Freire, 1997). Pero aun así, la vida de las perso- afirman que el abordaje teórico-metodológico representado
nas y su sufrimiento conviven con la riqueza cultural de la por la psicología social comunitaria, a lo largo de las últimas
población, que traía consigo, potencialmente, muchas alter- décadas, implica una especie de enfrentamiento epistemológi-
nativas. Es en este escenario donde los cuestionamientos co con la psicología tradicional, cuya postura era la de legiti-
sobre el compromiso social y político de los intelectuales y mar e! orden social, sirviendo de instrumento de dominación.
profesionales provocan un movimiento que emerge desde e!
corazón de la psicología, junto a otros campos, y que explici-
ta la responsabilidad que tienen los profesionales respecto de Sobre la disciplina
las transformaciones sociales y su compromiso de luchar con-
tra las relaciones injustas, indignas e incluso subhumanas, En términos de presupuestos teóricos y conceptuales, se
presentes en los sistemas de gobiernos autoritarios, Se pre- verifica que los orígenes de la psicología comunitaria se loca-
tendía construir una psicología que rompiese con la dualidad lizan en el ámbito de la psicología social, que está a su vez
entre lo social y lo individual, que eliminase la visión indivi- específicamente ligada a las tradiciones históricas y políticas
dualista y psicologizante, que propusiese trabajar con grupos, del continente latinoamericano.
que reflexionase sobre los asuntos y problemáticas de esos En este contexto, y a partir de la constatación de que estu-
sectores, para potenciar las comunidades a través de prácticas diar a los seres humanos aislados de la sociedad refuerza una
;~~
visión fragmentada y ahistórica de los fenómenos psicosocia- clandestinas o muy discretas, y aisladas. El carácter de clan-
les, la psicología social fue ocupando cada vez más espacios destinidad del u-abajo comunitario posibilitaba que éste con-
de investigación y análisis, incluso dentro de las formas tra- tinuara siendo realizado y minimizaba la identificación de sus
dicionales de trabajo, poniendo la interacciónlrelación entre autores.
individuo y sociedad como objeto prioritario de estudio Freitas (1996) señala dos vertientes principales como sub-
(Guareschi, 1996; Sandoval, 2000). Diferentes autores sidiarias del campo de acción de las prácticas psicosociales en
(Serrano-Garda et al., 1992; Lane, 1983, entre otros), a lo la comunidad: una proviene de la educación y la OO'asurge
largo de estas últimas décadas, se han preocupado por cons- como consecuencia de las reflexiones acontecidas en el
truir una psicología más comprometida con la realidad. A su campo sociológico. En la primera, "se verifica que la inser-
vez retoman o explicitan la discusión sobre la falsa dicotomia ción y la participación del psicólogo en la comunidad tuvo
que se establece entre el individuo y la sociedad, como si como propuesta contri buir con la formación de una concien-
aquél pudiese prescindir de ésta para su constitución como cia política en la población" (Freitas, 1996, p. 70). De esta
sujeto -actor y autor de su historia personal y colectiva- o forma, "la cultura y la educación pasan a ser entendidas como
como si la sociedad, a su vez, pudiera constituirse como tal vehículos a través de los cuales pueden forjarse los procesos
prescindiendo de las fuerzas dialécticas derivadas de las inte- de concientización" (Freitas,1996, p. 71).
racciones de los individuos. La discusión sobre esta supuesta El llamado "paradigma de la educación popular" (Pereira,
dicotomía se constituye en un punto permanente de tensión, 2001) puede ser considerado como una contundente corriente
no sólo en la práctica de los trabajos, sino también en los aná- de apoyo a los trabajos comunitarios, que engloba un conjun-
lisis teóricos sobre los fenómenos psicosociales. Para to de ideas políticas y filosóficas nacidas con los movimientos
Serrano-Garda et al. (1992), si la psicología social entiende el de educación de base y cultura popular al final de los años cin-
funcionamiento social como una concepción limitada e indi- cuenta y comienzos de los sesenta y que crecieron dentro de la
vidual de la práctica humana y utiliza el método experimen- resistencia popular en los años setenta, comienzos de los
tal de las ciencias naturales, no podrá comprender la comple- ochenta. En ese período, la educación popular se coloca al ser-
jidad de las relaciones sociales. vicio de la sociedad y busca un proceso de autoconcientización
Es importante señalar que la psicología no ha sido el único sobre los problemas que dificultan al ciudadano el libre ejerci-
campo de conocimiento preocupado en buscar alternativas cio de la ciudadanía, de forma colectiva y democrática. No
para mejorar las condiciones de vida de las personas y en pro- podemos dejar de destacar que, a lo largo de los años, inte-
curar entender la complejidad de las relaciones sociales. La grando el contexto del saber popular, el arte surge como un
sociología y la educación también trabajaron en esa direc- aliado importante del desarrollo de los trabajos comunitarios
ción, comprometiéndose con la transformación social. en nuestro continente, en la medida en que se forja en la diná-
Cedeño (1999) señala que los primeros trabajos comunita- mica popular. Así, el saber popular y el arte han sido dos aspec-
rios' (de final de los años cincuenta y década de los años tos relevantes en ese contexto histórico, donde surgen la edu-
sesenta) se caracterizan por la realización de prácticas semi- cación popular y las formas de concientización de la población.
El arte puede, entonces, ser considerado como una expresión
l. Según Lane, ya en la década de los años cuarenta, existían en Brasil de la libertad, como potencia de ideas y deseos.'
-y en otros países de América Latina- programas de trabajo comunitario,
pero tenían una orientación positivista, que llevaba a intervenciones pater- 2. A título de ejemplo de esta producción artística, podemos citar algu-
nalistas. nas canciones populares que tuvieron incluso un papel político importante
96 L. C11tZ, M. de F Quintal de Freira:y ]. Amoretti Psicología social comunitaria 97
La influencia de la sociología rural en los trabajos comu- nal y para su trabajo, Sin embargo, esa concepción no podía
nitarios, denominada "segunda vertiente" por Freitas (1996), sostenerse más, debido al trabajo que se venía desarrollando
aparece como una alternativa a los modelos tradicionales en el campo comunitario, que contaba con la participación de
vigentes, y revela una "insatisfacción Con el positivismo y una profesionales oriundos de campos diferentes. Las fuertes crí-
adopción de la investigación participante. Esta proviene de ticas dirigidas a las formas tradicionales de trabajar en psico-
las críticas que a partir de los años cincuenta, comenzaron a logía derivaban del hecho de que sus modelos explicativos se
hacerse en el campo de las Ciencias Sociales", principalmen- apoyaban "en e! positivismo lógico y en el empirismo estric-
te en relación con la rigidez de esta área de conocimiento, ya to, sin poder explicar estas situaciones de la realidad latina, ni
que se consideraba "como fuente de error para la investiga- mucho menos de indicar caminos para transforrnarlas"
ción científica cualquier práctica que implicara la transfor- (Freitas, 1996, pp. 71-72). En este clima de cuestionamiento
mación de la realidad".' Esta posición llevaba a la dicotomía al carácter supuestamente neutro de la práctica psicológica,
entre teoría y práctica, ya la defensa de una postura de neu- muchos grupos de intelectuales se vincularon con las luchas
tralidad y de distanciamiento político-social para e! profesio- populares con e! fin de unir la actividad científica con los pro-
cesos de transformación social. A partir de este escenario de .
l 1J-
....,..,..
r :1
I
De la psicología social a la psicología social comunitaria tos de la investigación y por el énfasis en la aplicación de la
ciencia en la transformación social",
La discusión sobre las relaciones que existen y pueden Entre los aspectos más relevantes de esta psicología social
existir entre algunos campos muy cercanos en la psicología, comunitaria latinoamericana, encontramos su carácter activo
como es el caso de la psicología social, comunitaria y políti- y constructor de "influjos sociales" (Martín-Baró, 1989), junto
ca, ha sido intensa y prolífica, especialmente a comienzos del al hecho de tener siempre en cuenta las referencias históricas
presente siglo. Aunque no sea nuestro objetivo aquí presen- y la crítica social para las acciones que deben ser irnplementa- I¡
tar una discusión detallada sobre las interinfluencias entre das (Freitas, 1998b; Lane y Codo, 1995; Guareschi, 1996), así
li
tales campos, consideramos relevante recuperar y señalar como la explicitación de sus determinantes políticos I!
algunos elementos ya señalados por estudiosos del área. (Montero, 2000; Lane y Codo, 1995), Hay una reconocida
Para Campos y Guareschi (2000) hay, en el siglo XX, tres influencia del construccionismo social de Berger y Luckmann ~
demarcaciones importantes que contribuyeron en la defini- (1996) en las concepciones relativas a la producción humana y
ción de la psicología social actual, incluyendo en este término las formas de constitución social de existencia, presentes en la
la psicología social comunitaria. En primer lugar, la psicolo- obra La construcción social de la realidad, Ésta presenta la idea
gía de las masas, nacida en Europa a comienzos del siglo XX, del ser humano como producto y productor del medio social,
que surge como respuesta a los movimientos sociales urbanos capaz de transformar la realidad al mismo tiempo en que es
en las sociedades capitalistas modernas. En segundo lugar, transformado por ella, es decir siendo él mismo una produc-
aparece el modelo de la psicología de la opinión pública, que ción societal y, al mismo tiempo, haciendo de la sociedad una
deriva de los cuestionamientos al funcionamiento de las producción humana. El campo de la psicología social comu-
democracias modernas, basado en la síntesis de miles de pun- nitaria ha utilizado también la perspectiva crítica y dialógica
tos de vista individuales. Y finalmente, el modelo de la psico- dirigida a la reflexión, revelando una influencia del materialis-
logía social comunitaria, que se basa en el pluralismo cultural mo histórico y de la Escuela de Frankfurt.
y en la ética igualitaria que se impuso a finales del siglo XX. Pero no solamente el aspecto constructor de la acción,
Una parte considerable de la producción contemporánea sino también la deconstrucción en los análisis de causa-efec-
de psicología social en América Latina se desarrolló a partir to han aparecido en diferentes trabajos dentro del campo de
de la década del noventa, como se puede verificar en los con- la psicología comunitaria, Este aspecto aparece, más recien-
gresos realizados por la Sociedad Interamericana de temente, en Montero (2000), quien enfatiza que "es necesa-
Psicología (SIP), en la que por lo menos desde 1992 se obser- rio incorporar la acción y la reflexión a nuevos actores y oír
va una notable participación de trabajos inscritos en el área las voces de aquellos que viven los problemas y a quien están
de psicología comunitaria, A partir de esta profusión biblio- destinados los programas sociales" (p. 75).
gráfica Montero (1996) propone lo que pasó a ser denomina- Destacamos también que la originalidad de la psicología
do "paradigma de la psicología social latinoamericana", que social desde la perspectiva latinoamericana se ubica en el
en palabras de Campos y Guareschi (2000), es "el paradigma
de la construcción y de la transformación crítica, caracteriza- del lenguaje. El autor sostiene que el1enguaje y el mundo social son, fun-
do por la relación dialógica' entre el investigador y los suje- damentalmente, dial6gicos, es decir, están caracterizados por la interacci6n
entre diferentes perspectivas y puntos de vista. El abordaje dialógico posi-
4. La idea de dialogismo o polifonía fue construida por Mik.hail bilita, así, incluir la cuestión de la alteridad en las ciencias humanas, así
Bakhtin, a partir de 1920, en el campo de la teoría literaria y de la filosofía como el método, rigor y cienrifícidad (Amorim, 2001).
100 L. Cruz, M. de F Quintal de Freitas y J. Amoretti Psicología social comunitaria 101
interés por la colectividad y por las comunidades; en el posi- vo de la intervención psicológica es el desarrollo de la con-
cionamiento a favor de las minorías oprimidas y de los movi- ciencia de los sujetos, a los que se concibe como históricos y
mientos sociales; en una praxis que procura la transformación comunitarios. Por ello, trabaja de manera interdisciplinaria,
social e individual; en la incorporación de las culturas popu- facilitando el fortalecimiento y el desarrollo de las personas,
lares, así como en la participación social (Massini, 2000). La de los grupos y de la comunidad.
necesidad de enfrentarse a una realidad política, cultural y Por otra parte, Montero (2000) destaca que "la psicología
social marcada por conflictos, explotación, injusticia social, social comunitaria se da en un mundo relaciona!. Su objetivo
exclusión y miseria en el contexto latinoamericano, definió versa sobre formas específicas de relación entre las personas
las bases sobre las cuales se desarrolló la psicología social unidas por lazos de identidad construidos en relaciones his-
comunitaria. La coyuntura política. dictatorial, entre 1960 y tóricamente establecidas, que a su vez construyen y delimitan
1980, en varios países de América Latina, así como la repro- un campo: la comunidad" (p. 79).
ducción acrítica de la psicología norteamericana, llevó a una Serrano-Garda et al. (1992) indican que la psicología
amplia revisión crítica de las teorías desarrolladas hasta social comunitaria se propone investigar las formas de inte-
entonces (Martins, 1999). Se buscó la construcción de una gración del ser humano en sociedad y las formas en que esta
psicología que considerara las particularidades nacionales y el integración se ha alterado o puede alterarse. Para estos auto-
momento histórico por el cual atravesaban estos países. res, dichas formas de integración del ser humano en sociedad
Procurando escuchar la relación entre teoría y práctica, el no deben ser entendidas como únicamente individuales, sino
contexto social pasó a ser referencia obligatoria. que la integración debe acontecer colectivamente, en grupos.
Actualmente, la inserción y la práctica de la psicología social Finalmente, desde una visión general, podemos decir que la
comunitaria han sido reconocidas como nunca antes en su psicología social comunitaria tiene lugar en un campo de tra-
historia, desde comienzos de la década de los años sesenta bajo interdisciplinario, comprometido política y socialmente
(Freitas,2001). con el desarrollo de saberes y prácticas que posibiliten el esta-
Tomando como referencia las conceprualizaciones que se blecimiento de relaciones igualitarias y emancipatorias a través
han brindado en este campo, se observan varias formas de de la dialógíca (Campos, 1996). En diferentes autores (Freitas,
concebir la psicología social comunitaria. Una de las prime- 1998;Montero, 2000; Wiesenfeld, 1994; Serrano-Garda et al.,
ras definiciones que fue ampliamente divulgada es la de 1992, entre otros) se verifica que las relaciones interdisciplina-
Maritza Montero (1982, p. 16), según la cual esta disciplina rias constituyen un elemento fundamental de la disciplina,
constituye el "área de la psicología cuyo objeto es el estudio dado que utiliza conocimientos de la psicología, la sociología,
de los factores psicosociales que permiten desarrollar, fomen- la antropología; el servicio social y otras áreas profesionales
tar y mantener el control y poder que los individuos pueden que estén al servicio de la comunidad, así como también inclu-
ejercer sobre su ambiente individual y social, para solucionar ye el saber popular proveniente de la comunidad.
problemas que los afectan y lograr cambios en estos ambien-
tes y en la estructura social". Otra definición utilizada es la
propuesta por Góis (1993), para quien la psicología social Encuentro de saberes
comuni taria es un área de la psicología social que se interesa
por la actividad del psiquismo derivado del modo de vida ¿Cómo se da la producción de conocimiento? Ésta es una
dentro de la comunidad. En la visión de este autor, el objeti- cuestión que la psicología social comunitaria, junto a otros
L¡
"':;:-"""f' n
"/
campos, también busca responder, Scarparo y Bernardes cular del cual 'emerge, responde a un momento y espacio
(2000) afirman que la producción del conocimiento ocurre a determinados, ya que es históricamente producido y está
partir del diálogo entre los saberes popular y académico, así marcado por su carácter social. .
como en el contexto en el cual éstos se inscriben, Tras esta nociones, encontramos las matrices teóricas de
Para Montero (2000): Marx y Gramsci, que se constituyen en orientadores para las
prácticas de intervención comunitaria, y que rompen con la
entre sujeto y objeto no hay distancia, puesto que componen noción de comunidad pasiva y estática. Podemos percibir la
una misma realidad y no se trata de entidades separadas. Ambos, fuerte influencia de la pedagogía surgida de la educación
sujeto y objeto, son considerados como parte de una misma popular, ya que la temática central de la psicología social
dimensión en una relación de influencia mutua. El sujeto cons- comunitaria es la concientización de la comunidad. A conti-
truye una realidad, que a su vez lo transforma, lo limita y lo nuación, consideramos oportuno recordar los conceptos de
impulsa. Ambos están siendo construidos y desconstruidos con-
participación y conciencia ..
tinuamente, en un proceso dinámico} en constante movimiento
La participación puede ser comprendida como un fenó-
(pp. 75-76).
meno indicador de transformación psicosocial. Según
Montero (1996), mediante ésta, el fenómeno del cual partici-
Jovchelovitch (2000) profundiza la discusión acerca de la
pamos pasa a ser parcialmente nuestro, generándose una
construcción de los saberes sociales, fundamentándose en la
relación peculiar entre el fenómeno y el sujeto, de tal suerte
teoría de las representaciones sociales; básicamente enfoca la
, que el participante transforma el objeto o el acontecimiento
construcción de! saber social involucrando diversas dimen-
de! cual participa, y de la misma manera es, también, modifi-
siones y naturalezas del saber y sus relaciones en la cotidiani-
cado por él.
dad. Esta autora presta especial atención a los saberes produ-
El nivel de participación entre los miembros de la comu-
cidos en la vida cotidiana, presentando tres dimensiones
nidad dependerá del grado de identificación y compromiso
..constitutivas de cualquier saber social: el significado, la
que las personas establezcan con determinado proyecto
comunidad y la cultura. Así, la autora pone en primer plano
(Hernández, 1996). Para esta autora, según el compromiso, la
la construcción simbólica como esencial para entender la
participación puede significar una asistencia, una participación
sociedad en la cual vivimos, completamente mediada, media-
permanente e inclusive una participación orgánica ..Se entien-
rizada y dependiente de lo simbólico, de una manera funda-
de por asistencia el grado de participación de la mayoría de los
mentalmente diferente de lo que ocurría hace cincuenta
miembros de un proyecto o de una comunidad, que no está
años. Jovche!ovitch también se refiere, al considerar los sabe-
caracterizado por e! compromiso efectivo. La participación
res sociales, a la dimensión de lo comunitario, que puede
permanente exige que se asuma alguna responsabilidad, impli-
implicar una gran sociedad, una institución, un grupo o una
ca un trabajo en equipo. La participación orgánica supone el
villa miseria, pero que de cualquier forma está delimitado por
mayor grado de participación, y es propio de las personas que
la cultura .. Aparece, entonces, la cultura como elemento
se identifican con el programa o proyecto y lo asumen como
importante que versa sobre los símbolos, las tradiciones, los
suyo, involucrándose en el planeamíento, la implementación, y
cOll1portamientos, las reglas, los modos de vivir y de hacer las
las sucesivas evaluaciones (Hernández, 1996).
cosas que dan identidad a un grupo humano.
La participación de la comunidad en actividades políticas,
Montera (2000) recuerda que el conocimiento producido
culturales, familiares, barriales, etc., produce una moviliza-
es relativo, en el sentido de ser específico del contexto parti-
104 L. Cruz, M. de F Quintal de Freitas y J. Amoretti Psicología social comunitaria 105
cion de la conciencia sobre las circunstancias de la vida, implica maduración, esfuerzo y comprensión. Esta interac-
transmite patrones de comportamientos y nuevas formas de ción es un proceso que puede ocurrir con más o menos obs-
aprehender estas circunstancias, hechos que Montero (1996) táculos, pero favorece el desarrollo local, así como el desa-
denomina "acción concientizadora y socializante". rrollo subjetivo de todas las personas que participan. En ese
Así, la conciencia es, por un lado, la captación en el plano sentido, si la comunidad es comprendida como ámbito de
individual de la experiencia social y personal del ser humano participación, eso se constituye en un espacio para el desa-
y, por otro, es la captación de la conciencia y de la acción de rrollo local (Hernández, 1996).
un grupo o clase social (Serrano-García et al., 1992). El desa- El proceso de inserción del psicólogo en la comunidad
\rrollo de cualquiera de las formas de conciencia requiere un depende de contactos, agentes intermediarios, de las relacio-
considerable esfuerzo personal. La conciencia política, en nes de confianza y la negociación de los espacios. El proceso
especial, supone una formación continua, sistemática y per- continuo de interacciones incluye entrevistas, conversaciones
manente, dentro de un compromiso de acción para transfor- informales, visitas, registros de observaciones, recuperación
mar la realidad. De esta forma, se asume el desafío del cam- de la historia, rescate de documentos y encuentros. Las estra-
bio personal en función de las metas que cada uno tiene, tegias tienen el objetivo de recolectar informaciones, identi-
convirtiendo a la persona en un sujeto político (Hernández, ficar necesidades de la vida cotidiana de la población, detec-
1996). tar modos alternativos de resolución de problemas de la
Serrano-García et al. (1992) señalan la importancia del comunidad, discutir colectivamente estrategias y evaluar
psicólogo social comunitario a la hora de alcanzar una com- continuamente el trabajo con la comunidad, propiciando un
prensión de los factores que determinan la conciencia y la espacio abierto para reformulaciones (Freitas, 1998b).
captación de un proyecto social por parte de los grupos. El psicólogo comienza con grandes incertidumbres y
desafíos y poco a poco visualiza el potencial de la comunidad,
percibiendo que tiene patrones diferentes del saber técnico-
Aspectos relativos al método y técnicas científico, pero que este saber popular tiene igualmente la
capacidad de asumir una postura dialógica de comunicación
Para que la intervención psicosocial tenga lugar, se debe y propone acciones y estrategias para ejecutarlas.
reconocer la heterogeneidad y la dinámica social, aprovechar La psicología social comunitaria utiliza prioritariamente
y fortalecer las experiencias existentes, promover una des- la investigación participante, "en la cual el investigador y los
centralización de recursos y necesidades de la comunidad, sujetos de la investigación trabajan juntos en la búsqueda de
planear la participación de organismos públicos y privados, y explicaciones para los problemas expuestos, así como en el
trabajar no solamente en el ámbito local, sino también con- planeamiento y ejecución de programas de transformación
templando el ámbito global (Hernández, 1996). La misma de la realidad vivida" (Campos, 1996, p. 11).
comunidad, apropiándose de su historia y reconociendo sus Creemos que las necesidades de la población son los
necesidades, posee la capacidad de encontrar internamente aspectos que deben orientar los caminos para la práctica del
recursos y participar de las soluciones halladas para enfrentar psicólogo. Se promoverá la construcción conjunta de alter-
su problemática. nativas y acciones, de manera que la población se apropie de
La articulación de la población y de los técnicos potencia su vida cotidiana, de sus problemáticas y de todo el proceso
los resultados deseados en el trabajo en comunidad, y ello que implica enfrentarlas. Los procesos sustentados en rela-
-
I
=-r-r'"
"
ciones participativas, solidarias y éticas contribuyen con e! do, pero directo y fuerte, entre estos investigado-
desarrollo de la conciencia y de la autonomía de la comuni- res/trabajadores comunitarios y las comunidades en las cua-
dad. les actuaban. El tiempo de permanencia dentro de ellas no
dependía la extensión formal del curso, de las prácticas de
formación profesional o de la finalización de la carrera de
Algunas consideraciones actuales psicólogo, Así, estos investigadores psicólogos trabajaban de
forma voluntaria, obteniendo poco reconocimiento, pero
La trayectoria de constitución de la psicología comunita- estaban convencidos del papel político y social que tenían I
ria propició un enfrentamiento filosófico y metodológico con junto a la población.
gran parte de las perspectivas psicológicas tradicionales, que Pasaron algunas décadas. Cabe preguntarse: ¿qué cambió
están fundadas en cosmovisiones individualistas, con énfasis en relación con este escenario inicial? ¿En qué avanzamos?
en la supuesta neutralidad científica, Este enfrentamiento Hoy se puede decir que se hace más notable la producción
apunta hacia la propuesta de una psicología social crítica e de trabajos en esta área, principalmente a través de asociacio-
histórica: hablar del fenómeno psicológico implica hablar de nes entre universidades, que realizan trabajos de extensión
la sociedad, históricamente construida (Martín-Baró, 1989; comunitaria, y algunas secretarías municipales, sea en el área
Montero,.1996). de salud, educación o ciudadanía y justicia, Encontramos
Si bien el campo de acción de la psicología social comuni- ejemplos de este vínculo en la ciudad de Porto Alegre, en
taria y sus aspectos teórico-metodológicos, han conquistado donde la FASC (Fundación de Asistencia Social ,y
un importante espacio en la actualidad dentro y fuera de la Ciudadanía), órgano gestor de la Política de Asistencia
academia, sin duda esta práctica se encuentra aún en pleno Social, también impulsa trabajos comunitarios desde la pers-
proceso de consolidación, junto a las políticas públicas de los pectiva de la participación popular, no sólo en la comunidad
diversos sectores. local (región de origen), sino en la ciudad, Otros trabajos
Los primeros trabajos de la psicología social comunitaria también relacionan las acciones en e! campo de la educación
estaban vinculados a la academia, ya que de ella salieron los y la capacitación política de educadores populares.jgíucado-
autores de las primeras iniciativas de acercamiento de la psi- res rurales o de jóvenes y adultos, como ocurre en los estados
cología hacia la comunidad, aunque durante años tales traba- de San Pablo, Minas Gerais, Ceará, Paraná, entre otros,
jos fueron despreciados y puestos al margen de una ciencia El poder público, en las áreas de asistencia social, educa-
más valorizada y supuestamente neutra, Eran trabajos reali- ción, salud, justicia, derechos humanos, pasa a ejecutar pro-
zados con los esfuerzos de profesores e investigadores y sus yectos y programas en asociación con la sociedad civil, a tra-
alumnos, vinculados y comprometidos con la realización de vés de las ONG, y reconoce la necesidad del trabajo
prácticas consecuentes con los sectores involucrados. Aunque interdisciplinario, incluyendo al profesional de la psicología
los docentes fueran remunerados por sus instituciones en su proyecto e indicando su necesidad para las instancias de
empleadoras, los trabajos eran considerados "extra" y, por ejecución.
tanto, realizarlos o darles continuidad formaba parte de una A partir de la consolidación de los consejos populares y
elección personal y política que los profesores y los alumnos del significado que éstos adquieren desde la perspectiva de la
hacían, sin esperar el reconocimiento público y/o institucio- administración de la ciudad, se ha creado el interés con res-
na1. Se constituía, así, un vínculo voluntario y no remunera- pecto a la dinámica de funcionamiento de estos espacios de
Psicología social comunitaria 109
108 L. Cruz, M. de F Quintal de Freitas y J. Amoretti
la psicología social comunitaria. Al contrario, el asistencia lis-
participación ciudadana, por parte de la comunidad científi-
mo es una práctica de exclusión, pues resta potencia al suje-
ca internacional, como queda evidenciado en el Foro Social
Mundial. to, además de retroalimentar la miseria.
Innumerables son los aspectos que deben ser considerados
La institución del presupuesto participativo' se da conjun-
y analizados si pretendemos realizar una evaluación sobre el
tamente con el fortalecimiento de las Asociaciones de
estado actual de nuestra disciplina, que viene expandiéndose.
Moradores de Barrios y clubes de madres, lo que genera
Es importante, para una reflexión amplia e histórica, consi-
incluso la organización de éstos en ONG y la ejecución de
derar los diferentes procesos formativo s de los profesionales
proyectos sociales. Tal vez podemos considerar esta organi-
que han sido implementados en Brasil. Formar profesionales
zación como un paso adelante desde la participación entendida
comprometidos con la realidad no se presenta como garantía,
como asistencia hacia la participación orgánica, dado su mayor
ni de compromiso político, ni de transformación social, ni de
grado de compromiso.
una capacitación con calidad dentro de la perspectiva latino-
Hay otro ejemplo, en el campo de la salud, donde una
americana de la psicología social comunitaria. Tampoco ase-
experiencia comunitaria de un pequeño municipio del nores-
gura que se transformen en catalizadores de la producción
te brasileño sirvió de brújula para la elaboración del
colectiva de los diferentes saberes. Pero considerar estos ele-
Programa de Salud de la Familia -PSF- a nivel nacional. Allí
mentos tal vez fortalezca el diálogo entre la sociedad política
los agentes comunitarios de salud son personas de la misma
(Estado), la sociedad civil y nuestra profesión:
comunidad capacitadas en los asunr;s de prevención yacom-
pañamiento de la salud.
Con todo, percibimos que el contexto socioeconórnico de
Referencias bibliográficas
Brasil también se modificó. La pobreza aumentó significatí-
varnente en las últimas décadas, generando que millones de
Amorim, M. (2001): "Introducáo: Bakhtin, instaurador de discursi-
familias fueron privadas de los derechos más elementales,
vidade" , en: O pesquisador e seu outro: Bakhtin nas Ciéncias
garantizados en la Constitución Federal. También, cada
Humanas, San Pablo, Musa.
nuevo año, tenemos centenares de nuevos psicólogos exclui- Andery, A. A. (1983): "Psicologia na Comunidade", en Psicologia
dos del mercado de trabajo. Muchas veces, éstos desarrollan Social. O Homem en Movimento, San Pablo, Brasiliense.
trabajos voluntarios, conscientes de su papel político y social Betto, F. (2000): Batismo de Sangue, San Pablo, Casa Amarela, 11"ed.
e, irónicamente, sin tener fuente de renta, se sienten también Berger, Peter y Luckmann, T. (1996): A construiiio social da renlida-
excluidos. de: tratado de sociologia do conhecimento, Petrópolis, Vozes, 13" ed.
Otro punto importante para ser analizado es la caracterís- Campos, R. H. Y Guareschi, P. (2000): "Apresentacáo", en
tica asistencialista de muchos proyectos que observamos dia- Paradigmas en Psicologia Social, Petrópolis, Vozes, pp. 7-10.
Campos, R. H. (1996): "Introducáo: a psicologia social comunitá-
riamente. Éstos no tienen nada que ver con los principios de
ria", en Psicologia Social Comunitária: da solidariedade a nutonomia,
Petrópolis, Vozes. 1
5. Se trata'de un modelo de gestión pública democrática en el que les Cedeño, A. L. (1999): "Reflexóes sobre autogestáo e psicologia social
ciudadanos participan de forma directa, voluntaria y universal, proponien- comunitária na América Latina !', Psi. Revista de Psicologia Social e
do, discutiendo y decidiendo sobre el presupuesto y las políticas públicas. lnstitucionall (2), nov. www.ccb.consultadoeI15denov.de 2002.
Las personas pasan a conocer el funcionamiento del Estado, analizan las Freire, P. (1997): Multinncionais e Trabnlbadores no Brasil, San Pablo,
finanzas públicas y definen cuándo y dónde deben ser aplicados con prio- Brasilicnse.
ridad los recursos del presupuesto. .
--\
~-r'
I
Freitas, M. de F. Quintal de (1996): "Contribuicóes da psicologia . Montero, M. (1982): "Fundamentos teóricos de la Psicología Social
social e psicologia política ao desenvolvimento da psicologia Comunitaria en Latinoamérica", AVEPSO 5 (1): 15-22.
social comunitária", Psicologia & Sociednde 8 (1): 63-82. Montero, M. (1994): "Vidas paralelas: Psicología comunitaria en
Freitas, M. de F. Quintal de (1998a): "Insercño na comunidade e Latinoamérica y en Estados Unidos", en Montera, M. (coord.).
análise de necessidades: reflexóes sobre a prática do psicólogo", Psicología Social Comunitaria. Teoría, método y experiencia, México,
Psicologia: ,·eflexño e crítica, v. 11, n" 1, Porto Alegre, UFRGS. Universidad de Guadalajara, pp. 19-46
Freitas, M. de F. Quintal de (1998b): "Models of practice in com- Montero, M. (1996): "La participación: significado, alcances y lími-
munity in Brazil: Posibilities for the psychology-community tes", en Participación: ámbitos, retos y perspectivas, Caracas,
relationship", Jou,."al of Co",,,,unity Psychology, 26, n. 3. CESAP.
Freitas, M. de F. Quintal de (2001): "Discurso e acáo da Psicologia Montera, M. (2000): "Construcción, desconstrucción y crítica:
Comunitária voltados para a transformacáo social: quadro ava- Teoría y sentido de la psicología social comunitaria en América
liativo", Anais do 1 Congresso Norte-Nordeste de Psicologia, Latina", en Paradigmas em Psicologia Social, Petrópolis, Vozes.
mayo de 1999. www.ufba.br. Nascimento, M. L. do (2001): "História do trabalho comunitário
Góis, C. W. de Lima (1993): NOfoes de psicologia cormmitdrin, em Psicologia", en Jacó-Vilela, A. M.; Cerezzo, A. C. y
Fortaleza, Edicóes UFC. Rodrigues, H. B. (orgs.), Clio-Psyché Hoje: [azeres e dizeres pri na
Guareschi, P. (1996): "Relacóes comunitárias - relacóes de domi- história do Brasil, Río de J aneiro, FAPERJ.
nacáo", en Psicologia Social Comuniuiria: da solidariedade lz auto- Pereira, W. C. (2001): Nas trilbas do trabnlbo comunitdrio e social: teo-
nomia, Petrópolis, Vozes. , ria, método e prdtica; Belo Horizonte, Vozes.
Hernández, E. (1996): "La comunidad como ámbito de participa- Sandoval, S. A.M. ttÓOO): "O que há de novo na Psicologia Social
ción. Un espacio para el desarrollo local", en Montero, Maritza, Latino-Ameri¿ana?", en Campos, R. H. Y Guareschi, P. A.
Participacion: ámbitos, retos y perspectiuas, Caracas, CESAP. (orgs.), Paradigmas en Psicologia Social. A perspectiva lati,lO-
jovchelovitch, S. (2000): Para una tipologia dos saberes sodais: repre- Americana, Petrópolis, Vozes.
sentacóes sociais, sociedade e cultura, Porto Alegre, PUCRS. Scarparo, H. y Bernardes, N. (2000): "Psicologia social comunitá-
Lane, S. T. (1983): "A psicologia social e una nova concepcáo do ria: Possibilidade de sensibilidade social e discutibilidade na his-
homem para a psicologia", en Psicologia Social. O bomem ern tória da ciencia psicológica", Psico, v. 31, n" 2, Porto Alegre:
mouimento, San Pablo, Brasiliense.
184-194.
Lane, S. T. (1996): "Histórico e fundamentos da psicologia comu- Serrano-Garda, I. et al. (1992): "Hacia una psicología social-comu-
nitária no Brasil", en Psicologia social comunitdria: da solidariedade
nitaria", en Contribuciones puertorriqueñas a la Psicología Social-
a autonomia, Petrópolis, Vozes. Comunitaria, Puerto Rico, Editorial de la Universidad.
Lane, S. T. y Codo, W. (orgs.) (1995): Psicologia Social: o bomem em
Wiesenfeld, E. (1994): "Paradigmas de la Psicología Social-
ruouimento, San Pablo, Brasiliense.
Comunitaria Latinoamericana", en Montera, M. (coord.),
Martín-Baró, I. (1987): "El reto popular a la psicología social en
Psicología Social Comunitaria ..Teoría, método y experiencia, México,
América Latina", Boletín de Psicología 26 251-270.
Martín-Baró, I. (1989): Sistema, grupo y poder: psicología social desde Universidad de Guadalajara.
Centroamérica II, San Salvador, UCA.
Adolfo Pizzinato
Historia
- ~
"""l' " t
I
psicología de la liberación antes señaladas, educación freire- doctorado en psicología social, en la Universidad de
ana y sociología crítica, poseen algunas características en Michigan.
común, fundamentales para la comprensión, desde la pers- El. marxismo y el psicoanálisis serían posteriormente dos
pectiva psicosocial, de la psicología de la liberación. fuentes que nutrirían su currículo intelectual, antes de desa-
rrollar sus estudios sobre la psicología de la liberación, que
tiene sus bases epistemológicas en el realismo crítico.
Cuadro 1: Puntos convergentes de la educación
Martín-Baró, en su tesis de licenciatura en Filosofía y Letras,
popular y de la sociología crítica en la psicología
defendida en la Pontificia Universidad ]averiana (Colombia),
de la liberación (Montero 2000, p. 12)
manifiesta una clara tendencia existencialista: "Sufrir y Ser".
o
Generación de u~a praxis liberadora. Sin embargo, desde su primer capítulo aborda el tema del
o
hedonismo freudiano, siendo Víctor Frankl su principal
Praxis centrada en la transformación social.
fuente de inspiración. Esta tesis fue precedida de otros dos
o
Accióntransformadora sobre la realidad. trabajos: "¿Complejo o cultura? Una crítica antropológica a
o
Redefiniclón del papel de los investigadores e interventores la obra de Totem y Tabú de Sigmund Freud de acuerdo con los
sociales, y definiciónde las personas y grupos interesados como descubrimientos de Malinowski", y "Nietzche y Freud",
actores sociales. ambos realizados en 1963, inéditos. Es así como el existen-
o cialismo, el psicoanálisis y el marxismo se convierten en los
Relacióndialóglca entre agentes externos y agentes internos del
cambio social. pilares sobre los cuales se fundamenta su primer libro:
Psicodiagnóstico de América Latina (Martín-Baró, 1972a).
o Valorizacióndel saber popular. La influencia que Martín-Baró había recibido de la psico-
o Desldeologización. logía dinámica fue diluyéndose, dando lugar a una postura
o Concienciaci6n. claramente instalada en el materialismo histórico. Desde una
perspectiva histórica esta evolución fue lógica, dado que la
o
Autocontrolpor parte de las personas y grupos interesados. psicología dinámica provenía de una epistemología perfecta-
o mente individualista, como es la predominante en el psicoa-
Uso de formas participatlvas de la investigación acción.
o Recuperación crltlca de la historia. nálisis (recelosa de la realidad objetiva y separada de las con-
diciones materiales en que se desarrolla la vida de las
personas). Así, Martín-Baró pasó a una perspectiva racional
Además de las raíces que provienen de otras áreas del socio-histórica de la psicología de la liberación, verdadero
conocimiento, la psicología de la liberación tiene una figu- motor intelectual de su teoría.
ra pionera: Ignacio Martín-Baró. Nacido en 1942, en Este autor insistió en que la psicología debía enfrentar los
Valladolid, España, entró en la Compañía de] esús en 1959 problemas nacionales y que debía ser desarrollada desde las
y en ese mismo año fue trasladado a El Salvador, donde condiciones sociales y las aspiraciones históricas de las mayo-
continuó sus estudios de noviciado. Inició sus estudios en el rías populares. Después de muchos años de compromiso con
área de Ciencias Sociales en la Universidad Católica de sus ideas de emancipación y concienciación popular en su
Quito y se graduó en Filosofía en la Pontificia Universidad actividad profesional, Martín-Baró fue asesinado en 1989.
]averiana de Bogotá, en 1964. Luego cursó la maestría y el Aunque sus ideas hayan encontrado un suelo muy fértil en
116 Adolfo Pizzinato Psicología de la liberacién 117
varios lugares de Latinoamérica, las repercusiones de su obra, una "guerra blanca" a la persecución y a la opresión del régi-
de su vida y su muerte, dejaron su huella en la psicología y men político salvadoreño. Su causa permanece viva y en cre-
otras ciencias humanas en varios lugares del mundo (Blanco, cimiento, aunque su batalla personal fue cercenada premam-
2001). ramente con su asesinato a manos de miembros del ejército
Chomsky recuerda el asesinato de Martín-Baró en plena salvadoreño.
guerra civil salvadoreña para reforzar uno de los principales
temas que atraviesan a la psicología de la liberación: el asun-
to del terrorismo. El temor de la población a las acciones sis- Fundamentos
temáticas llevadas a cabo por aquellas que deberían ser las
fuerzas mayores de seguridad pública y comunitaria (policía, Toda la acción psicológica, desde la concepción de la psi-
ejército, Estado ... ) y que se identifican claramente con el cología de la liberación, responde a una historicidad específi-
terrorismo de Estado (Chomsky, 1998). ca, junto con la dialéctica de "quién" ejecuta, hacia qué públi-
Tanto en el caso específico del asesinato de un renombra- co va dirigida, además de que es fundamental "desde dónde"
do pensador científico, como en el exterminio anónimo de esta práctica emerge. Las bases prácticas de la psicología de'
trabajadores rurales, de menores en situación de calle o dete- la liberación en América Latina son científicas y religiosas.
nidos en cárceles, de minorías étnicas, el terrorismo de Pretenden abarcar los nuevos conocimientos producidos por
Estado puede configurarse como una de los aspectos centra- la psicología latinoamericana a partir de los comienzos de la
les de un proyecto sociopolítico impuesto por los gobiernos década de 1970. Incluyen la práctica de los profesionales de
(formales o de hecho) con el objetivo de satisfacer las necesi- la psicología, que se hallaba influenciada por los postulados
dades de grupos privilegiados (Chomsky, 1998). de la Teología de la Liberación, que había emergido en la
Aunque estos hechos nos puedan parecer atroces hoy, en época como una nueva forma de la Iglesia Católica de inte-
distintas oportunidades fueron considerados prácticas "salu- racruar con sus feligreses. Estas nuevas prácticas estaban vin-
dables" en el tratamiento de indígenas y esclavos, por ejem- culadas a las comunidades de base y a las nuevas formas de
plo, como promulgaba el presidente norteamericano] ohn evangelización, concienciación y movilización frente a la
Quince Adams (en el siglo XIX) (Chomsky, 1998). opresión social vivida en América Latina. Además, el concep-
En el caso específico de El Salvador, la fuerte campaña de to de una práctica psicológica social e históricamente demar-
terrorismo político se inició a comienzos de la década de cada y personalmente motivada, se vincula con un período
1980 y fue conducida bajo los auspicios de los Estados histórico que se desarrolla en determinado lugar. Según seña-
Unidos, según sostienen Chomsky (1998) y el propio la Blanco (1993), si un teórico como Marx hubiera nacido en
Martín-Baró. Inclusive con la llegada de la "democracia" sal- la Edad Media, probablemente habría sido un gran teólogo
vadoreña al país, en 1984, las cosas cambiaron poco, dejando en lugar de un pensador político. Se trata de procesos natu-
a la población frente a dos opciones: unirse a la guerrilla o ralmente dialécticos, en los cuales entran en juego las rela-
someterse a la opresión del Estado. Martín-Baró fue de los ciones de intercambio, interdependencia y confrontación
que optaron por una tercera via, muchas veces considerada permanente entre una persona concreta ("quién") y el proli-
utópica. Siguió con sus actividades religiosas y académicas, jo y multifacético entorno (el "desde dónde").
con el objetivo de lograr una mayor concienciación y libera-. La Teología de la Liberación tiene sus orígenes en las
ción popular, aunque de esta manera estuviera declarando Conferencias del Episcopado Latinoamericano, realizadas en
~
por;:.o:;;:r"f n
~
I
'1
---1~
~. --1"
I
¡
I
da como algo natural ni como un momento determinado, un
don o una dádiva que se extingue O demarca a partir de un
acto. Se trata de un movimiento continuo, que forma parte
cultura. Puede observarse el uso ideológico de este discurso,
por ejemplo, en las situaciones en que se discuten los dere-
chos educativos diferenciados para personas de grupos étni-
de una serie de procesos (Montero, 2000). cos específicos, históricamente excluidos, en un país que
niega las diferenciaciones y prejuicios étnicos.
La inclusión social, a su vez, no siempre tiene sentido en
3. Identidad una sociedad, pues es un constructo basado fuertemente en
valores que muchas veces son incompatibles con algunas for-
Si pensamos que es posible hacer una variada gama de mas de considerar a la sociedad, tales como la capitalista, por
predicciones caracterológicas basándose en creencias y este- ejemplo. En este tipo de sociedad, de inspiración nítidamen-
reotipos que deriven de procesos de intercambio cultural y te liberal, los individualismos llevados al extremo pueden ser
social, vale la pena considerar algunos aspectos relativos a la factores de exclusión social, así como en sociedades absoluta-
cuestión de la identidad. En la medida en que se atribuye un mente colectivistas lo "diferente" puede ser visto como peli-
estilo o un tipo de comportamiento a alguien, se hace, por lo groso.
menos implícitamente, una anticipación de la forma como Cuando se establece algún tipo de diferenciación cultural,
esa persona se desempeñará. pensar que existe algún esquema caracterológico universal es
Inclusive las formas de hablar reflejan esta situación, pues- audaz, o por lo menos peligroso, según la lectura ética que se
to que llevan en sí la marca del interlocutor y la impresión haga del asunto .. Martín-Baró (1998) propuso el siguiente
que se tiene del mismo, sea éste quien fuera. En otras pala- interrogante: si existen estructuras "naturales" de carácter
1:
bras, Martín-Baró (1998) postuló que se incluye al otro en un "humano", ¿sería posible establecer algunos caracteres bási-
f esquema caracterial (subconsciente, la mayoría de las veces) cos, universales, comunes a la especie humana, cualquiera
Adolfo Pizzinato Psicología de la libemción 12;
124
fuera la circunstancia? El autor citado (1986) propone un guridad psíquica, inmadurez e inseguridad que configuran un
abordaje más funcional o pragmático. No es tan importante patrón de dependencia emocional. De esa configuración
afirmar si es necesaria una nueva caracterología para cada emerge la necesaria mitificación racionalizadora de las figu-
grupo social específico, sino aplicar inteligentemente en cada ras paternas en la mayoría de las familias latinoamericanas.
ambiente y en cada medio algunas de las caracterologías ya Estas mitificaciones estarían presentes en las figuras de la
existentes. "santa madrecita" y del "padre irresponsable" (Martín Baró,
Pero la propuesta de este autor no se limita únicamente a 1986).
una "aplicación inteligente" (o adaptación) de dicha caracte- En lo que respecta a la escuela -tal vez la segunda estruc-
rología. Por detrás de esto, puede estar implicada una verda- tura social de mayor influencia directa en el desarrollo socio-
dera ociosidad intelectual y, en el fondo, un conformismo infantil después de la familia- sus efectos se hallan bastante
acomodaticio o, inclusive, una falta de osadía en la creación discutidos en la literatura. Su estructura bancaria (en la ter-
de nuevas propuestas basadas en metodologías consistentes minología freirena), vertical y selectiva, fue descripta por
de investigación en ciencias humanas. El asunto de la exis- muchos autores, sobre todo los que están vinculados con la
tencia de una serie de determinantes psicosociales concretos educación. Sin embargo, para comprender la competencia
(como los económicos, históricos o culturales, que pueden social y su relación con los procesos educativos formales, el
ser interpretados como muy positivos por una serie de teóri- asunto de la competitividad y de la verticalidad autoritaria tal
cos) transforma radicalmente la coherencia interna de cual- vez sea el punto más interesante para ser estudiado por un
quier sistema caracterológico, como así también a sus estruc- psicólogo. En lo que respecta a la competitividad, la escuela
turas, y está relacionado con la naturaleza de la realidad enseña al niño y a la niña a considerar a los demás como riva-
donde nació la teoría. les, a aspirar el triunfo como la única meta deseable, lo que
En este sentido, quien hace ciencia sin "conciencia" de su en realidad implica la "derrota de los otros". Así, la compe-
situación (quién y desde dónde habla) subconscientemente tencia escolar deseada infunde el individualismo intenso en
compromete su conciencia a la limitación de la situación dada los alumnos, como norma y criterio en las actitudes ante el
ya los intereses subyacentes a ella. Más allá del juego de pala- contexto social (Martín-Baró, 1972b).
bras, esta enunciación critica al realismo y al idealismo exa- Además, la verticalidad autoritaria que se traduce en la
·[ gerados. No considerar que puedan existir valores y postula-
dos éticos subyacentes a la investigación es tan ingenuo como
bancariedad memorista (donde lo que puede caracterizar a un
niño es el lugar que ocupa en las filas y en los asientos de las
afirmar que en todo hay una "lógica oculta" incomprensible. clases), la imposición dogmática y la selectividad en función
Además de estas cuestiones epistemológicas, para el estu- de variables estrictamente unidas al origen socioeconómico
dio de alguna caracterología deben ser considerados ciertos del alumno, le imponen a éste un hábito de pasividad. De esa
asuntos conceptuales más prácticos. Uno de los ejemplos conjunción se derivan ciertos mitos sociales, como el del j'
propuestos por Martín- Baró (1998) se refiere a las constan- "hombre exitoso" y el de la superioridad intelectual (y
tes psico-ideológicas de la sociedad. En lo que respecta a la muchas veces hasta natural) de ciertas clases sociales, que sur- \
familia, por ejemplo, plantea la.concepción de que si alguien gen de la formación escolar:
transmite a sus hijos la estructura familiar de la sociedad lati-
noamericana, reproduce una estructura que está fuertemente
marcada por la inmadurez emocional y la consiguiente inse-
• !¡
)1
w> • 'l!1'" J-
=, '1
~
..J
1- __ :,~~ ,
--------"..=~
"
sociedad de la psicología de la liberación está sintonizado con Esta temática resurge en la obra de Martín-Baró cuando
esas tradiciones, que, aunque aparentemente híbridas, consi- analiza e! fatalismo como entidad cognitiva latinoamericana.
guen construir presupuestos relativamente consensuales con Como forma de creación de una praxis liberadora para la psi-
esta corriente de la psicología. cología, este autor propone:
,
o Desarrollar formas de control por parte de los grupos
Práctica psicológica y proceso de liberación oprimidos en relación con su propia vida.
I De acuerdo con las proposiciones de Martín-Baró (1988),
o La desalienación social y personal.
o Superar el fatalismo existencia!'
r"-;'
/34 Adolfo Pizziruuo