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Marcelo Cohen
No hay días corrientes. Puede que haya días típicos, pero hoy continúa el cabaret chillón de las elecciones primarias
la rutina, campo de los imprevistos, le da a cada uno su nacionales. En la literatura las cosas pasan muy rápido; en
tonalidad particular. Este empieza a las 7 a.m., cuando los diarios, la tele y los blogs las mismas noticias se
suena el despertador y varios dolores pos-60 me indican arrastran semanas enteras hacia un desvanecimiento
que no estoy muerto. Beso a Graciela, me desperezo y me insípido. Es un mecanismo tradicional para implantarlas, al
levanto. Todavía es de noche. Una vez aliviado y lavado, traductor no le cabe duda, y la realidad del ciudadano
echo un vistazo por la ventana para que el cerebro se abra informado se adapta de arriba abajo al yeso del lenguaje.
de su cine hermético al modo realidad, un gajo de luna El candidato Massa dice: “Si no endurecemos las penas de
sobre techos y ramas desnudas. Como me cuesta la trata, la violación y el abuso, nos encontramos con que
hospedarla, porque la conciencia lanza su horda de queremos seguir demorando el problema”. No, intendente:
memorándums y cargos, saludo al sol y mezclo unas el supuesto deseo de demorar el problema (¿no la
asanas de yoga con grosera calistenia. Después salgo a solución?) no se encuentra; es previo a la decisión de
correr veinte minutos, a ver si las células queman azúcar endurecer o no las penas. Y las penas, si hablamos de ley,
morbogeneradora. No debe hacer más de cinco grados. son a la trata; las penas de la trata son las de las
La rigidez mental se afloja en la calle desarticulada del prostitutas, con las que nunca va a empatizar el que
alba. Paro la oreja al incipiente concierto de ruidos, con un desdeñe las preposiciones. La crónica sobre un accidente
zorzal atroz como primadona, pero de cada cosa que veo empieza con un “Escuché el teléfono”, que electrocuta las
irrumpe una palabra más voluminosa: los muñones de los finas distinciones perceptivas que pueden hacer las redes
plátanos dicen podar, los tajos rojos en el cielo dicen neurales. Un titular de Clarín encuentra los “Primeros
nublado. Vuelvo escabulléndome del atropello de papis de vestigios de una pelea por la candidatura de 2015”;
colegiales. Entonado por las endorfinas, me empapo la vestigios, como si una elección futura fuese una ciudad
cabeza y me siento a meditar, sin gran ortodoxia, rapidito, sepultada. Mucho, me entero, “viene sucediendo desde
como para recordar al menos que la única verdad es lo hace años atrás”; nada, por suerte, desde hace varios
que contiene este momento, de la realidad entera con todo años adelante. Suficiente. Graciela se va a dar una clase.
los que quiero adentro hasta la circulación del aire que Munido de mate y fruta, subo a ejercer de deshollinador de
acalla las ideas. Me inyecto insulina, despierto a Graciela y la lengua; con una escala en el excusado, como Leopold
mientras preparo el desayuno calculo cuánto puedo Bloom.
zamparme sin estropear los cuidados. Con la lectura de los
diarios, papel y pantalla, se cumplen la participación en el
mundo, la presunción de favorecer las causas justas y la
En mi altillo idílico, el papelerío de vario, libros de todo
barbarie de paladear la tostada ante la foto de cincuenta
género y postura, mamotretos de referencia, dosieres,
cadáveres egipcios o el hacha neolítica que han
recortes de prensa, facturas, libretas, es el retrato de un
descubierto en Shangai, porque si algo da a este rito laico
desarreglo mental que el oficio sabe instrumentar para sus
es un gusto amoral de empezar el día con historias. Pero
fines. Lenguas, gramática, hermenéutica, ejecución, orden persona veraz. Qué suerte: es importante que este libro se
de los componentes, argumentación, sucesiones y lea en castellano. Lo único que la certera, libertaria editorial
sincronías, tonos, trayectos, criaturas, culturas, técnicas, española Alpha Decay consiguió del agente es un infecto
lugares: la traducción me ha pautado la vida en una suerte pdf de pruebas sin corregir. Me lo paso detectando títulos
de nomadismo sedentario. Nueve y diez. El original va a inexactos, nombres mal escritos, inconsecuencias
sostenerme mejor que una costumbre. temporales, diferencias de número gramatical; pero Kraus
reparte su abundancia en una prosa fina, desenvuelta,
jovial: un peligro para el traductor. El mero título ya es un
aprieto: aunque quise ponerle Me encanta Dick, ya que Dick
El libro es I Love Dick, una novela de la estadounidense
es no sólo el diminutivo de Richard (origen germánico;
Chris Kraus, cineasta, videasta, performer, profesora de
significado: “rey poderoso”), sino también polla, pija, etc, me
cine en Suiza y de escritura creativa en San Diego, editora
conformaría con Quiero a Dick pero la editora se inclina por
de Semiotext; una vanguardista temeraria que impulsó un
Amo a Dick, que es pertinente pero me incrusta en una
feminismo herético, animó la escena experimental
delicuescencia culebronera que exclama tanto “Te amo”
neoyorquina de los 70 y, en tiempos de Reagan y el
como “Amo el helado”. Igual allá voy, expectante porque,
yuppismo vio morir de amargura, SIDA o suicidio a muchos
como suelo hacer para agregar interés, no leí todo el libro.
amigos suyos de talento inoportuno. He mirado fotos en la
web: temibles ojos claros de judía; un menudo volcán de
energía práctica. La novela empieza la noche de 1994 en
que Chris Kraus, cineasta con un proyecto encallado, y su Hoy Chris, después de estrellarse dos años con la mudez
marido el profesor Sylvère Lotringer cenan con el conocido de Dick, y de haber cruzado Estados Unidos en unas
y algo misántropo crítico de arte y teórico cultural Dick y semanas, maneja (conduce) rumbo a una cita crucial que él
toman unas copas en su casa. Chris va a cumplir cuarenta. le ha concedido en su recoleta casa de Antelope Valley,
De vuelta en el hotel, dice que se enamoró de Dick. Para California. Leo: The Story of Route 126 reads like a secret
que prospere un sentimiento que la saca del letargo espíritu- story of Southern California. It runs West into Ventura
sexual decide seducirlo. Sin empacho, le deja llamadas en Country from Valencia, a former Indian burial ground. Uf, ese
el contestador, le envía faxes y lo bombardea con algunas it de la segunda frase designa route, cuando el sujeto de la
de las cartas complejas y descarnadas que escribe, muchas anterior es the story. Voy a infringir la norma castellana;
a medias con Sylvère, que lo toma como un juego de adhiero más a la idea de alterar el idioma de llegada con
solidaridad con ella. Dick jamás contesta. El proceso, con formas ajenas que a la de forzar el original a una naturalidad
incidentes y un par de ambiguos encuentros fugaces de los autóctona; hay que rascar la corteza. Además, quizá sea el
tres, termina cuando ella decide separarse. Fin del cuento el que corre, junto con la carretera. Para más, acá
patetismo. En la segunda parte Chris se obstina sola en decimos ruta, claro; pero traduzco para España. Así que: El
persuadir a Dick de que un tipo inteligente como él no puede cuento de la carretera 126 se lee como una historia secreta
fingir indiferencia ante tan bruto ataque del deseo de otra. A del sur de California. Rumbo al oeste desde Valencia, entra
mí, la veleidad juguetona de esa pareja libresca me en el condado de Ventura, en otros tiempos un cementerio
repugnaba un poco; ahora ya admiro la valentía de Kraus – indio. Doy un paseíto googliano por el condado de Ventura.
porque los tres personajes son reales—, y la vehemencia Me acuerdo que hace muchos años, cuando traducía a
por tocar fondo. ILD es un libro pleno de situaciones máquina con la copia en carbónico que me exigían, corregir
cambiantes, sentimiento terco, síntomas, manía, retratos era tan engorroso que pensaba el párrafo en conjunto, algo
generosos y venganzas, de arte, literatura e imaginación esencial si por ejemplo eran párrafos de Harold Brodkey. Así
analítica, de paisajes, esnobismo y dolor: la experiencia de desarrollé un golpe de vista que ahora, que en la pantalla es
una mujer que destroza de su personalidad, y la expone tan fácil enmendar sobre la marcha, me permite montarme
impúdicamente sin escatimar enfermedades ni sordidez, en la frase como un ciclista con canasta, corrigiendo la
porfiando por rehacerse en una escritura en primera dirección con manubrio, un poco de freno y cambios. Uno
siempre está en medio de una frase; y entre lo que ya adiposo debe de estar allí. El 80% de los coloquialismos son
escribió, y es pasado, y el descubrimiento que vislumbra efímeros. Mi ilusión no es el ya descartado, imposible idioma
cerca del punto está el momento de pugna con las palabras neutro, sino una mezcla de variedades léxicas y
en un umbral: esa duda inexhorable es la fatiga del oficio, entonaciones, si lograse colársela a un editor, porque a fin
pero también la dádiva. El tiempo pasa en períodos de cuentas el contexto aclara sentidos, el oído del
gramaticales de una mente que se ha vuelto transporte. A menguante número de lectores está habituado a argots
la vez, entre cada término y su traducción el referente se surtidos y sobre todo porque, si bien las variedades
desdibuja, o más bien se amplía, y como en las metáforas regionales difieren cada vez más, los vínculos de cada
segrega algo más. Traducir es cometer fatalmente una traducción no son con una identidad cultural basada en
inexactitud fecunda tras otra; pero, entregado como está a localismos sino con la lengua politonal creada por la historia
la sucesión de frases, al rato ya no sabe quién las está y el corpus de las traducciones; y es ahí donde la riqueza de
cometiendo. También compone, visto que el ritmo de una la tradición se deja revolver por las novedades y
prosa está en el orden de los componentes de la frase, y la contravenciones. Las lentas metamorfosis de ese tejido,
el ordenamiento de las frases es distinto y característico en hecho de cuidados, rigor, fracasos, escrutinio, rabia y amor,
cada idioma. A la vez uno escucha una historia y aprende, son la mejor posibilidad de que el español vuelva a ser la
aprende. En realidad es la mezcla de atención, reflexión, lengua franca de desarraigados que fue en origen. También
entretenimiento y abandono al ritmo la que escande, no el de que mantenga la densidad histórica de las palabras, la
tiempo sino la frase que se obtendrá una vez distribuida la sintaxis pragmática y la plasticidad que hoy pierde para
carga. En la desmesurada carta que le escribe a Dick reducción de los límites de nuestro mundo, borrado de los
mientras viaja a la cita, Chris alterna el relato de un viaje a matices de lo real y creciente impotencia imaginativa e
Guatemala, el genocidio y la lucha de una periodista inopia del usuario. No es lo mismo tocó su hombro que le
neoyorquina casada con un dirigente indio –lo asesinaron— tocó el hombro, ni que se tocó el hombro. No es lo mismo
con recuerdos de un programa de arte feminista de 1972. malicia que perversión. Fascismo, nazismo, populismo y
De golpe tropiezo. Artists in the program wanted, according autoritarismo son fenómenos diferentes, como lo son la
to Faith Wilding, to “represent our sexuality in different, more ambición, la pretensión y la codicia, un despistado, un
assertive ways. “Cunt” signified to us an awakened incauto y un pelotudo. Algo mucho más político se juega en
consciousness of the body”. Escribo Según Faith Wilding las estos detalles que en importar un coño. Y, políticamente, en
artistas del programa…, y tardo unos segundos en optar por todo caso, el problema no radica en qué es lo culturalmente
coño. No es que la palabra me arredre, y tampoco que me auténtico y acaso liberador, sino que la corrección venga
apene ceder. He vivido dos décadas en España, cuatro en impuesta por una alianza entre la Real Academia y los
Argentina y he oído centenares de doblajes a muchas grandes grupos editoriales españoles que a través de
variedades del español, así que tan natural me resulta coño instituciones truculentas, como la Fundación del Español
como concha, chocho o mamey. Qué precioso es el idioma. Urgente, quieren dictar las normas que aseguren la
Pero me pesa la sombra de la traición a la localidad, un preponderancia de la industria centralista sobre la bulliciosa
cargo que se ha sumado a la histórica vileza del tradittore. hueste de pequeñas editoriales latinoamericanas.
Cuántas veces oigo a enteraditos rezongar porque leen Aceptaremos todas las contaminaciones si son mutuas;
chaval o gilipollas o cerilla. Ya podrían entender que las pero exigimos que cada país pueda elegir qué libros
diferencias insalvables entre formas locales no son de traduce, obtener los derechos, distribuirlos en toda la
léxico. La concepción de un mundo local está inscrita en la geografía del idioma.
entonación, la prosodia, en los usos de los tiempos verbales
y los pronombres de mostrativo, en el montaje de la frase.
La diferencia es entre ¿Ha traído usted un mechero, Ailín?,
Suena el teléfono. Es una promoción. Vuelve a sonar y
con inflexión en mechero, y Ailín, ¿usted trajo un
atiende Graciela. Vuelve a sonar. Es la contadora, que me
encendedor?, con acento suspicaz en “trajo”. A lo sumo
pide datos para la recategorización del monotributo. Así no
entre nuestro fluido Luis debe estar ahí y el correcto pero
se puede. Anoto: limpiar los quemadores de la caldera. Ha dejar de escribir sería el lujo máximo, el verdadero triunfo
llegado Nina, que comenta que este año los jazmines van a sobre el tiempo y el yugo de tener que ser alguien.
brotar pronto y me recuerda que cambie el cable de la
plancha.
N.B.