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INCAPACIDAD DE LOS DEMENTES

Por: Jorge Abig Burgos

La ley mediante el artículo 1504 del Código Civil determina que dentro de la

incapacidad de ejercicio general se encuentran dos clases de incapacidad: la

incapacidad absoluta y la incapacidad relativa. Establece esta disposición que serán

incapaces absolutos los impúberes, los dementes y los sordomudos que no pueden

darse a entender e incapaces relativos los menores adultos y los pródigos o

disipadores.

De esta forma en que nuestro Código Civil consagra los casos de incapacidad, es

posible inferir una diferencia fundamental entre la incapacidad y sus “fuentes”. Por

“fuentes” de incapacidad podemos considerar aquellas circunstancias o eventos que

dan lugar a la consagración legal de la incapacidad. Realizando un análisis del citado

artículo 1504 del Código Civil, podemos encontrar que para el legislador colombiano

existe la siguiente fuente de incapacidad:

Sicológica: Esta fuente la encontramos en los casos de personas que según el Código

pudiesen ser consideradas como “dementes”. Será este un tema que será discutido

posteriormente con mayor amplitud. Por ahora basta indicar que jurisprudencialmente

se buscó precisar este concepto indicando que por tal habían de entenderse personas

que padeciesen de una enfermedad sicológica; pero que incluso esta precisión

comenzó a hacerse poco útil con el tiempo pues no toda enfermedad mental lleva

aparejada una disminución de la autonomía del sujeto.


En el caso del consentimiento informado en los incapaces mentales, como por ejemplo

aquellas mujeres que sufran algún tipo de incapacidad mental cognitiva o psicológica

que le impida tomar una decisión respecto del manejo de su sexualidad o un control de

esta, abriendo la posibilidad de quedar embarazada sin tener la suficiente conciencia

para hacerse cargo de un menor de edad.

Adicionalmente por la definición podemos afirmar que incluye a los disipadores, que en

la regulación anterior eran considerados como incapaces relativos y habla igualmente

de que los “dementes” serán considerados como personas con discapacidad mental.

Por cuanto hace relación a los llamados disipadores, de manera expresa, la ley 1306

incluye a las personas con discapacidad para manejar su propio patrimonio como

incapaces relativos: “Art. 32. Las personas que padezcan deficiencias de

comportamiento, prodigalidad, o inmadurez negocial y que, como consecuencia de ello,

puedan poner en riesgo su patrimonio podrán ser inhabilitados para celebrar algunos

negocios jurídicos, a petición de su cónyuge, el compañero o compañera permanente,

los parientes hasta el tercer grado de consanguinidad y aún por el mismo afectado.”. La

novedad en este caso consiste en que, si bien los pródigos o disipadores manifiestan

una discapacidad comportamental, podrían adicionalmente padecer de una

discapacidad cognitiva que el artículo 32 menciona como “inmadurez negocial” y que,

eventualmente, pueda llegar a ser tan profunda o grave que amerite una forma de

protección distinta a la inhabilidad, mediante la interdicción. Por ello, si a la luz del

artículo 1504 CC, podíamos afirmar que 32 los disipadores eran incapaces relativos,

hoy podemos afirmar que son incapaces relativos pero que en determinados casos

podrían ser interdictos.


Con la entrada en vigor de la Ley 1306 de 2009 se trata de una presunción de derecho

según la cual no se podrá admitir prueba en contrario que demuestre que el interdicto

se encontraba en un momento lúcido, como lo señala el artículo 48 de la Ley 1306 de

2009:

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