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Cómo ser un padre emocionalmente inteligente Noticias

MEJORANDO SU INTELIGENCIA EMOCIONAL EN UN DÍA PARA TONTOS

Por Steven J. Stein

El siguiente consejo le ayuda a entender las habilidades emocionales esenciales que usted necesita
como padre. Al controlar sus impulsos, usted será más lúcido en su acercamiento a su hijo. Al ser más
empático, usted puede entender de dónde viene realmente su hijo (¡e incluso descubrir que la meta de
su hijo en la vida no es en realidad volverlo loco! Finalmente, al mejorar su capacidad para resolver
problemas, usted puede encontrar mejores maneras de lidiar con su hijo cuando se pone difícil.

USAR SUS HABILIDADES EMOCIONALES PARA MANEJAR A SU HIJO

Usted necesita habilidades emocionales de autocontrol para criar a su hijo de una manera constructiva y
nutritiva. Los estudios han encontrado que gritarle excesivamente a su hijo puede hacer tanto daño
como – o incluso más daño que – pegarle a su hijo. Los resultados de gritarle a su hijo, insultarlo y
sacrificarlo duran más que una palmada en el trasero, por ejemplo.

El mensaje que usted le envía a su hijo – las palabras y la emoción que acompañan a esas palabras –
viven en la mente de su hijo. Ese mensaje puede reforzar la idea de que su hijo es una mala persona.
Además, si usted continúa gritando, su hijo eventualmente se vuelve inmune al ruido – ella lo
desconecta e ignora. Ella piensa:»Oh, me está diciendo lo inútil que soy otra vez».

Cuando usted puede manejar sus propias respuestas emocionales, puede convertirse en un mejor
padre. Algunas de las habilidades emocionales más importantes que se aplican a la crianza de los hijos
incluyen el control de los impulsos, la empatía y la resolución de problemas. Al trabajar en su capacidad
(y en la capacidad de su pareja) en estas áreas, usted puede implementar cualquier número de enfoques
de crianza. Si usted no puede manejar sus propias emociones, ningún enfoque de crianza puede
ayudarle a criar a un niño feliz y emocionalmente seguro.

Inteligencia emocional y edad.

CONTROLAR EL CONTROL DE LOS IMPULSOS

Perder el control de sus impulsos puede hacer descarrilar una crianza efectiva. Controlar su
comportamiento impulsivo puede ser de gran ayuda para que usted sea un padre más estable,
afectuoso, influyente y comprensivo. Algunas veces, es posible que usted ni siquiera se dé cuenta de que
está siendo negativo y se está desinflando hacia su hijo. Tu voz se hace más fuerte, tu temperamento se
acorta, te mueves rápida e impacientemente, y empiezas a hacer declaraciones exigentes (como»¡Haz
esto! ¡Trae esto!» ¡Tráemelo ahora!).

Imagínate si te comportaras así con un perfecto desconocido – ¡qué vergüenza! O piensa en ti mismo en
una entrevista de trabajo. ¿Pensarías en las preguntas que te hace el entrevistador, o dirías: «Esa es una
pregunta tonta. Mira, estoy muy ocupado para esto. Termina tus preguntas y déjame salir de aquí».
¿Crees que conseguirías el trabajo? Trate de imaginar que su hijo está pensando en contratarlo a usted
como su padre.

Puede utilizar varias estrategias a largo plazo para ser más paciente. He aquí algunas sugerencias:

Considere la posibilidad de participar en la meditación, la atención o el yoga.

Durante la semana siguiente, preste mucha atención a su enojo o frustración cuando comience a
acumularse – controle sus sentimientos y las cosas que se dice a sí mismo mientras estos se intensifican.
Trate de disputar los pensamientos que dan origen a estos sentimientos. Al final de cada día, resuma sus
intentos de lidiar con su enojo. Vea si puede descubrir cómo detectar mejor su enojo cuando recién
comienza y si es más fácil de manejar.

Si constantemente no puede controlar sus impulsos, es posible que desee reunirse con un consejero
profesional.

USANDO LA EMPATÍA COMO GUÍA

La empatía, que le da la capacidad de leer las emociones de su hijo y entender de dónde viene, puede
ayudarle a manejar su comportamiento.

He aquí algunas maneras en las que usted puede ser más empático con su hijo:

Cuando su hijo está molesto, primero trate de entender lo que puede estar experimentando.

Si su hijo tiene la edad suficiente para responder, pregúntele qué le pasa o por qué se siente así.

Trate de reflejar la emoción que su hijo está experimentando. (Por ejemplo, podrías decir: «Pareces
estar muy enojada, Sarah.»)

Haga preguntas no relacionadas específicamente con el sentimiento, sino sobre actividades y eventos –
lo que ella estaba haciendo hoy temprano, lo que sucedió en el almuerzo, ¿qué hará esta tarde? A veces
puedes obtener pistas sobre los problemas de sentimientos escuchando lo que pasó en eventos
recientes (por ejemplo, ¿qué hiciste después de que Kevin dijo que no quería jugar contigo?). Muchos
niños tienen dificultad para expresar sus sentimientos espontáneamente.
Si usted intenta entender a su hijo, éste responde con información más útil sobre lo que está sintiendo,
lo cual no hace si usted trata de controlar su comportamiento. Su hijo quiere comprensión y atención
primero – y soluciones después.

RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS A TRAVÉS DE LAS CRISIS

Después de manejar sus impulsos y sentir empatía con su hijo, usted está listo para resolver problemas
reales. Comience a considerar lo que puede hacer para lidiar con el comportamiento de su hijo.

Puede que quieras sacar todos los recursos que tengas. Usa a tus padres, otros parientes o amigos
cercanos para que te aconsejen. ¿Cómo han lidiado con estos comportamientos?

Siga estos pasos básicos cuando esté resolviendo problemas:

Asegúrese de tener una buena comprensión del problema y empiece por describirlo de forma clara y
concisa. (Por ejemplo, Julia empieza a quejarse cada vez que vamos a la casa de la abuela.)

Considere un número de soluciones alternativas, piense en cómo cada una de sus soluciones podría
funcionar.

Elija una solución que pueda utilizar, basada en sus ideas de ensayo y error.

Implementar su solución: preste mucha atención a la eficacia de su solución.

Reevalúe si fue la mejor solución para usted, si no lo fue, pruebe una de sus alternativas, si su solución
funcionó a su satisfacción, felicítese por su éxito y recuerde esta experiencia para el futuro.

Cuando se trata de resolver problemas en la crianza de los hijos, por lo general hay que pasar por un
proceso de prueba y error. Sea optimista. Eventualmente, usted puede encontrar una solución que sea
adecuada para usted. Pero también necesita quitar información valiosa de sus errores, así como de sus
éxitos.

C.- Educación Secundaria2

Esta etapa se corresponde plenamente con la de la adolescencia, lo cual

implica una serie de cambios de la estructura psicológica del individuo, que se

pueden resumir de la siguiente manera:

1. Descubrimiento de la propia identidad. El adolescente intuye y descubre


que “él” es “el”, no otro. Distinto a cualquier otra persona.

2. Ambivalencia entre infancia y madurez. Se descubre a sí mismo con

rasgos de adulto y rasgos de niño.

3. Inseguridad ante la ambigua realidad. Como consecuencia de lo anterior

aparece en el adolescente una gran inseguridad en sí mismo.

4. Máscaras. Para disimular la inseguridad necesita protegerse, para lo

cual usa máscaras de comportamiento, que impiden a los demás darse

cuenta de la realidad. Esto es un mecanismo inconsciente.

5. Agresividad, como máscara, para proteger la inseguridad.

6. Rebeldía, otra máscara. Cada adolescente tiene una forma distinta de

ser agresivo. A veces con violencia verbal o de comportamiento y otras

en forma de ensimismamiento.

7. Necesidad de llamar la atención. Narcisismo. Como manifestación del

descubrimiento de su propia realidad. Quiere decir a todo el mundo “yo

soy yo”.

8. El amparo al grupo. La identidad grupal. El grupo proporciona refugio a

la inseguridad personal y da fortaleza ante la amenaza de los adultos.

9. Conocer los límites. La mayoría de los comportamientos de los

adolescentes obedecen a una razón: saber cuáles son los límites de los

adultos, por eso los someten a prueba haciendo cosas disparatadas

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