Está en la página 1de 433

EL PENSAR POLÍTICO PARA LAS

CIENCIAS NATURALES Y MATEMÁTICAS

Colectivo de Teoría Sociopolítica


2020
EL PENSAR POLÍTICO PARA LAS CIENCIAS NATURALES Y MATEMÁTICAS
Colectivo de Teoría Sociopolítica
2020
Índice
Introducción
Capítulo 1: Política, poder y sus contextos
1.1-La política y sus contextos, Dr. Víctor Aballe
1.2- El poder, esa bestia magnífica, Lic. Roberto Luis Díaz Perojo
1.3- Pueblo, ciudadano y ciudadanía ¿iguales o diferentes?, Dra. C Marta
Margarita Pérez Gómez
Capítulo 2: El sistema político de la sociedad capitalista.
2.1-El sistema político. Sus componentes. Dr. C Carlos Cabrera
2.2- Surgimiento y evolución del Estado Burgués. MSc. Alberto González
Tejera
2.3- Democracia, Participación política y Cultura política. MSc Alberto González
Tejera
2.4- Los Sistemas Electorales en el Sistema Político Capitalista. MSc. Fabio
Raimundo Torrado
2.5- La dinámica de los partidos políticos en el sistema político capitalista. Dr.
José M. Salinas López
2.6- Los movimientos sociales ¿Un nuevo sujeto histórico?. Dr. C Juan
Azahares Espinal.
2. 7- Caracterización General de la Sociedad Civil, Dr Juan Azahares Espinal
2.8- La Constitución y el constitucionalismo en Cuba entre la colonia y la
neocolonia. Dra.C Marta Margarita Pérez Gómez
Capítulo 3: El sistema político cubano. Principales desafíos
3.1- Enfoque Periodizador del Sistema Político Cubano (1959-2018), Dr. C
Omar F. Díaz Escalona.
3.2- La Constitución Socialista cubana, una valoración desde la Teoría Política
Dra. Marta Margarita Pérez Gómez, Dr. José Ramón Herrera Alfaro.
3.3-La esencia democrática El sistema electoral cubano y sus principales
características.
3.4- La sociedad civil cubana y sus retos actuales. Dr. C Juan Azahares Espinal
3.5- El sistema político cubano: principales fortalezas y desafíos actuales, Dr.
C. Omar Félix Díaz Escalona, MSc. Javier Antonio Ramy Insua. Y MSc.
Whilmer Armas Rosales.
3.6-Visión Sociopolítica sobre las Relaciones Internacionales y la Política
Exterior de la Revolución Cubana. MSc, Luis Manuel Díaz Román
Sobre los autores
Introducción.

“…La política es una resolución de ecuaciones. Y la solución falla cuando la


ecuación ha sido mal propuesta.” (OC. T. 1, 332, DE PATRIA, NUEVA YORK
19 DE MARZO DE 1892. 1. LA AGITACIÓN AUTONOMISTA.)

La política es un fenómeno muy complejo que en la actualidad como resultado


de su función de organizador de las relaciones sociales se entrelaza y penetra
todas las esferas de la sociedad, de ahí el valor social de clarificar cada uno de
los componentes de la política para que la ecuación no falle; pues desde ella se
toman decisiones que irrumpen en todas las esferas de la sociedad

Ya en 1890 F. Engels alertaba en carta a Schmidt de la influencia que ejercía


esta sobre el desarrollo económico “…puede tener la misma dirección, y
entonces el desarrollo es más rápido; puede oponerse a la línea de desarrollo,
en cuyo caso el poder estatal moderno de cualquier gran nación termina a la
larga por despedazarse; o puede desviar el desarrollo económico de ciertos
causes imponiéndole otros …”( ) Hoy sabemos que no se limita a la esfera
económica, a través de las políticas públicas incentiva u obstaculiza el
desarrollo científico y el social en general.

Esta estrecha relación de la política con el resto de las esferas de la sociedad


implica que 1- su estudio no pueda hacerse desde una sola arista, es necesario
su análisis desde la comprensión de la sociedad como totalidad, en sus
interrelaciones objetivas y subjetivas y 2- su carácter vinculante implica el
necesario conocimiento por parte de los ciudadanos de al menos sus
componentes esenciales y modos de actuación.

Este libro tiene la intención de aporta las herramientas teóricas y metodológicas


marxistas para la comprensión y transformación de los procesos políticos
internacionales y cubanos. a un amplio público, relacionado con la
investigación científica en otras áreas del conocimiento como las Matemáticas
y las Ciencias Naturales.

Lo hemos estructurado en tres capítulos: 1- Se le da tratamientos a conceptos


que constituyen hilos conductores del pensar político como son política, poder y
ciudadano, en el 2- Desplegamos la categoría sistema político capitalista,
desde su origen teórico hasta la actualidad, con sus actores tradicionales como
son los partidos políticos y los nuevos como los movimientos sociales y en 3-
Analizamos el sistema político de transición al Socialismo cubano en su
dinámico desarrollo, retos y desafíos..
CAPÍTULO 1 Política, poder y sus contexto
1.1 La política y sus contextos
Dr. Víctor C. Aballe Pérez

El estudio de la política y su función social cobran hoy una gran


importancia práctica y teórico-cognoscitiva tanto en el plano singular como en
general en el contexto de nuestra sociedad. Su estructura interna conduce
hacia juicios que la llevan desde el sentido común hacia las más variadas
disquisiciones académicas. En la política confluyen los juicios cotidianos,
emociones, doctrinas, ideologías y de gran significación la influencia
informativa de los medios masivos de comunicación.

La política a través de la historia ha sido un instrumento de acción


social para el afianzamiento, consolidación o transformación de
las relaciones sociales, fundamentalmente las relaciones de producción
vigentes en determinada época.

No en vano ilustres pensadores dedicaron amplios análisis a este


transcendental fenómeno de la sociedad entre ellos Platón, Aristóteles,
Rousseaux, Montesquieu, Marx, Engels, Lenin, por citar solo algunos
ejemplos de relevancia universal. La historia de la humanidad recoge no
pocos momentos donde se destacan los movimientos políticos y el papel
de la política como requisito de progreso y/o retroceso del mismo.

Pero para una mejor comprensión de la política como categoría podríamos


preguntarnos ¿Cuál ha sido la función de la política en la sociedad?, ¿Cómo se
ha expresado ella como requisito de progreso o retroceso social? ¿A
través de qué mecanismos se ha ejercido su función? ¿Cuál es su
esencia?

El surgimiento de la política y del Estado se ubica en la fase histórica de


desintegración de la comunidad primitiva y el surgimiento del régimen
clasista de producción: el esclavismo.

Debemos dejar claro que en el régimen de la comunidad primitiva no existía


un organismo especial de poder, éste se ejercía por todos los miembros
adultos de la gens. Sin embargo, en las formaciones antagónicas que se
suceden con la desaparición de la comunidad primitiva, el poder expresando
los intereses de la clase dominante, se separa de la sociedad y se pone por
encima de ella. Es decir, el Estado se convierte en el principal instrumento de
dominación política. Este se manifiesta como una condición particular de
organización del poder, como una relación de dominio de unos hombres sobre
otros hombres, relación mantenida por la violencia legítima.

La política es una construcción social basada en la racionalidad humana, por


ello es evocadora de comportamientos plurales que se establecen en
organizaciones sociales. La institucionalización de la organización social es una
vía de la organización de la convivencia. Por ello para su realización la política
exige una normatividad que acude a la relación entre los medios existentes
dentro de la sociedad y los fines que esta debe alcanzar.

Política y Estado- aparecen unidos en su función social; los mecanismos de


la hegemonía del poder político no existen solos, surgen a partir de la
existencia de las clases que poseen el poder económico; también están
presentes los otros grupos humanos exentos de poder que funcionan
como objetos de política y que se oponen por sus intereses a la política
de la clase o clases dominantes. A partir de los mecanismos de poder y
su relación con los intereses de clase, la política funciona como resorte
de control y regulación de dichos intereses; este es un rasgo
característico y especial del papel de la política en la sociedad.

La política es expresión del poder de los hombres o de los sujetos sociales


respecto a las relaciones económicas y las relaciones de producción, en el
momento y lugar en que los grupos humanos que poseen el poder político lo
necesitan para expresar y mantener la hegemonía de estos intereses
económicos respecto al resto de los miembros de la sociedad que no lo poseen
Queda claro pues que, toda relación económica es una relación social que
engendra formas, actitudes, modos de comportamientos, cosmovisiones,
puntos de partida, metas y fines del hacer humano. Toda relación económica
es a su vez económica y política. Así Carlos Marx refiere que las formas de
explotación pueden tener carácter directo o indirecto de acuerdo a la forma,
pero “…el explotador es el mismo: el capital.
Es en el mundo antiguo donde aparece la primera definición de política. Se
asocia a la sociedad esclavista. Se vincula a ella el comportamiento y el
sistema de organización de una Formación Social cuyos presupuestos se
asientan en el “desequilibrio entre el poder, la riqueza y la cultura”.

En Aristóteles (en su libro La política. Libro Tercero y Cuarto p 132) aparece


una concepción de la política que distingue al bios políticos, a la vida del
individuo como ciudadano dentro de la polis, como la forma de vida del hombre
acorde con la naturaleza. Argumenta que sólo en comunidad activa con los
otros miembros de la polis se puede desarrollar la naturaleza humana,
perfeccionar la razón y llevar una vida buena, lo cual se logra a través de la
educación ética y política; él reflexiona sobre estos conceptos, el bien supremo,
etc. La pregunta clásica central se relaciona con la cualidad del orden del
dominio político. Adquiere así un carácter específico con un fundamento
antropológico, se dirige a la ubicación del Hombre en su condición humana,
aunque también se refiere a la institución generada bajo el principio de
ciudadanía. El bien común es el asidero sobre el que se fundamenta la
socialización política pues la función relacional humana lo hace convertirse en
un animal político.

La política es un fenómeno social donde intervienen la acción de las clases


sociales, los mecanismos de gobierno y el Estado en una relación social, en la
que las acciones interactúan en función del mantenimiento del poder político, o
en la aspiración y lucha por obtenerlo, predominando en la acción el papel de
los hombres. Juegan un papel importante los elementos jurídicos del orden
existente. En los mecanismos y acciones de la política se preservan y se
oponen los intereses de las clases, unas en sus luchas por el poder y otras por
mantenerlo y preservar el existente.

En el plano social la fuerza material se constituye en un grupo organizado y


estructurado de manera coercitiva encargado de preservar la determinación de
la política de dicha clase dominante, conocida ésta con los calificativos
conceptuales de ejército, policía, fuerza paramilitar (en la actualidad se asume
éste u otro calificativo) que identifique a dicha fuerza "represiva", representante
de los intereses económicos de la clase o las clases que poseen el poder
político. En este sentido tal acción es necesaria e imprescindible para el
sostenimiento de dicho poder político y el establecimiento de la "política de
poder", en las condiciones de la sociedad dividida en clases antagónicas.

La noción de la organización política del Estado como Asociación de


hombres libres es posible encontrarla en la obra de Marx. Su teoría se deriva
de entender aquellos elementos que definen a la política en su contenido de
dominación, alienación, enajenación. De forma tal que la administración de la
sociedad es una tarea organizativa del Estado y no el contenido intrínseco de la
actividad humana bajo esa forma de organización. Al situar al Capital como una
forma relacional humana la superación de la perspectiva de este supuesto en
una nueva representación emancipadora sienta las bases para la eliminación
del influjo de la lucha de clases signo distintivo de la historia de la humanidad.
En la esencia del Estado capitalista inscrita en su relacionalidad radica el
contenido enajenador que muestra. La emancipación social es el nuevo
comprendido de la política que incluye una propuesta de regreso hacia el
humanismo como fuerza natural, orgánica, más allá del contenido político bajo
el cual establecen sus rótulos las sociedades históricamente determinadas.

Influido por su época, observa Marx, la necesidad de la educación política en


la estructuración del nuevo contenido de su propuesta. La educación de las
pasiones, el abandono del extrañamiento entre los hombres, del producto del
trabajo y de sí mismo para la búsqueda de su condición más intrínseca en el
conjunto de las relaciones sociales, en su nueva cualidad, la defensa de los
derechos ciudadanos, de los derechos generales. Se trata de una revolución
radical que disuelva las estructuras sobre las que se erige la conciencia política
sobre supuestos reales. La concepción materialista de la historia expresa la
aspiración de los clásicos fundadores del marxismo de explicar el contenido
social y por ende político de la vida societaria humana a partir de la
consideración primaria de la enajenación humana capitalista- el Hombre
convertido en objeto de cambio en su significado de fuerza de trabajo, en
mercancía. Desde aquí la normatividad política, sus leyes, sistema de
organización y comportamiento estructuran vínculos específicos con el primer
orden: la mercancía.
La consideración de las manifestaciones de las clases dentro del poder
establecido sienta las bases para la consideración del Estado como forma de
institucionalización de la violencia de una clase sobre otra en la obra de Lenin.
La política es para el marxismo la expresión de los intereses de las clases, de
las contradicciones de las formaciones históricas sociales que expresa
dominación, hegemonía, imperio de la necesidad y de la cualidad. Es creación
histórica en tanto modifica sus supuestos, ejes de afianzamiento del poder
político. Expresa comportamientos y formas de organización. Configura según
Gramsci A (2007), la sociedad humana de una forma absolutamente original,
universal y para ello la transformación permanente es una condición. (p32)

La política como actividad humana agrupa una concepción general cuya base
es posible encontrarla en el origen civilizatorio de la vida. Las formas en que el
hombre se agrupa de acuerdo al contexto que da origen a los disímiles vínculos
donde cabe mencionar la actividad laboral, el sentido de parentesco, entre
otras hasta llegar a las agrupaciones colectivas constructoras de identidades
disímiles sobre la pluralidad de intereses.

De cualquier manera, la generación de criterios de comunidad devela una


problemática siempre presente en las relaciones humanas políticas, la
existencia de conflictos. La lucha, distribución, conservación y traspaso de
poder es una constante en las relaciones individuales y colectivas, es pues una
característica que define a la política. El establecimiento de las instituciones
sociales no garantiza la solución de los conflictos, contradicciones que se
generan a nivel macrosocial por la presencia de relaciones contradictorias
antagónicas que se desencadenan con la presencia de las clases sociales.
Semejante imperativo exige el funcionamiento del orden social bajo criterios
que posibiliten este orden que legitime la presencia de la coacción y de juicios y
reflexiones éticas asentadas en los valores correspondientes a la sociedad y al
período histórico que entroniza esas relaciones sociales.

Posteriormente las definiciones se dirigen a buscar el papel de las


instituciones, del poder, de la autoridad, de la competencia de las clases
sociales que ven reflejado su comportamiento en la organización vinculante
creada con este fin.
Así la Política es definida como Arte del buen gobierno, es doctrina, opinión
referente al gobierno de los estados, dirigida a los asuntos públicos, a la acción
del ciudadano, es el medio para alcanzar un fin establecido. A través de ella se
establecen la direccionalidad de los comportamientos a través de las leyes y
otras plataformas de control de los comportamientos humanos. Es doctrina y
ciencia del Estado.

A estas definiciones se llega luego del recorrido lógico histórico intrínseco a


toda categoría y en especial a la autodefinición que la política adquiere como
institución de orden. Tal vez el carácter práctico es posible encontrarlo en
germen en la obra de Platón, para quien la Política se entiende desde fines
prácticos a partir de las virtudes cívicas y de la encarnación de estas en las
figuras sociales portadoras de conocimientos, rasgos y características
específicos para el ejercicio de funciones políticas dentro del Estado por la
objetividad que reflejan dada la virtud que se posee. Recordemos que, en él, el
filósofo y su saber es el detentador de la condición humana necesaria a lograr
como dirigente o detentador de los poderes supremos en la organización
social.

Martí J. (1964.) “La política es el arte de inventar un recurso a cada nuevo


recurso de los contrarios, de convertir los reveces en fortuna; de adecuarse al
momento presente, sin que la adecuación cueste el sacrificio, o la merma del
ideal que se persigue; de cejar para tomar empuje; de caer sobre el enemigo,
antes de que tenga sus ejércitos en fila, y su batalla preparada.” (T. 14 p 60)

La política según Fung R.Thalia (1997), “se ocupa de las relaciones de poder
ejercidas por el gobierno y el Estado y el curso efectivo de dichas acciones en
los sujetos a los que se les impone. Son relaciones comportamentales, luego
subjetivas, pero no son unidireccionales, implican interacción constante entre
sujetos colectivos y también singulares” (pág. 67).

Algunas teorías sobre política afirman que no debe ser importante resolver de
qué forma se establece la relación de poder-dominio sino de qué maneras se
puede entender la integración de las partes del grupo, contemplando incluso
aquellas minorías que generalmente no son tenidas en cuenta. Esto significa
analizar y comprender cada una de las relaciones existentes entre los
miembros tanto individuales como colectivos. De este modo, podemos
comprender la política como el arte de la integración y no de la dominación.

Son múltiples los campos académicos de estudio de la política. En el mismo


intervienen diferentes disciplinas tales como: la Ciencia Política , la Filosofía
Política, la Teoría Política, la Sociología Política, la Economía Política, el
Derecho Político, la Historia Política, la Antropología Política, la Psicología
Política (de reciente desarrollo y aún en ciernes, o sea menos establecida
como ciencia que el resto de las disciplinas mencionadas), la Geografía Política
y también la Geopolítica, que algunos autores la defienden como una disciplina
científica autónoma. Además, hay numerosas indagaciones acerca de la
relación entre la Ética y la Política y, en menor magnitud, entre la Estética y la
Política. Igualmente se han ido desarrollando estudios de Ecología Política y de
Axiología Política, las cuales pueden ser consideradas también en proceso de
establecimiento como disciplinas científicas (Duharte 2006. p. 19)

Hay que decir que en la precisión del objeto de estudio de este conjunto de
disciplinas no hay una opinión única. Los debates y polémicas continúan.
Incluso, no todos coinciden en separarlas tal y como aquí se presentan, sino
que hay especialistas que ven algunas de estas disciplinas como parte de otras
de esta misma lista; otros que identifican algunas de ellas como sinónimos; y
aquellos que agrupan el conjunto en un único concepto. (Duharte 2006. p. 19 )

La solución de este debate podemos encontrarlo en la propia esencia y


funciones de la política ya que como instrumento organizador de las relaciones
sociales interfiere en todas las esferas de la sociedad a través del trazado de
políticas públicas dirigidas a distribuir los escasos bienes societales, es
multifactorial de ahí que su estudio no pueda hacerse desde una sola mirada,
esta tiene que ser multidisciplinaria, como afirma Duharte (2006) “la política no
puede ser explicada exclusivamente desde la política…” (p. 20)

Si bien el Derecho Político tiene su propio objeto de estudio, es desde este


que se legaliza a través de un conjunto de leyes el orden político de la
sociedad. Tengamos en cuenta la influencia jurídica, en el establecimiento de
la jurisdicción necesaria protectora de derechos y deberes: la declaración de la
igualdad ante la ley, también la noción de sujeto, de Partidos políticos, de
ciudadano y soberanía entre otros perciben esta influencia: al igual que la
construcción del espacio donde se dirimen los conflictos públicos y privados.

La legitimidad y legalidad del orden político, aunque tienden a utilizarse como


sinónimos tienen significados diferentes, entendiendo que la primera satisface
normas de tipo valorativo, denota la existencia, al menos en la mayoría de la
población de un consenso que asegure una disciplina social sin necesidad de
recurrir a la coerción. Es un elemento integrador de las relaciones políticas
mientras que la segunda satisface normas jurídicas vigentes en una sociedad
determinada, implican coerción obligatoriedad en su cumplimiento.

La ética, enriquece la política puesto que la alimenta de utopía y también de


sentido crítico, finalmente le da mayor legitimidad que si no estuviera y ofrece,
la confianza a los políticos, para trabajar por el bien común, a la sociedad, es
lo que estamos viviendo ahora en el país. La relación entre ética y política, es
estrecha desde su origen, porque las dos competen a la acción humana, y no
hay ninguna que pueda prescindir de criterios éticos, esta relación tiene como
rol, orientar y discernir lo que es humanizante de lo deshumanizante en la
política y proponer o hacer vislumbrar mejores formas de vivir en sociedad.

Para John Locke (1632-1704,) la ética política es deber de todo gobernante,


mediante la ejecución imparcial de las mismas leyes, garantizar a todos en
general, y a cada uno de sus súbditos en particular, la posesión justa de las
cosas que pertenecen a esta vida. Si alguno pretende violar las leyes de la
justicia pública y de la equidad que están establecidas para la preservación de
estas cosas, su pretensión deberá ser frenada bajo la amenaza de castigos
que consistan en la privación o disminución de aquellos intereses civiles o
bienes de los cuales podría gozar en caso contrario. (Duharte 2006 p 35)

Asimismo en los escritos de Montesquieu las buenas leyes son el único


medio de hacer virtuosos a los hombres.

No obstante la Ciencia Política Occidental Contemporánea continúa negando el


obligado vínculo entre la ética y la política, al reconocer como vigentes los
postulados de Maquiavelo acerca de que los fines justifican los medios, o el
realismo político norteamericano que relega la moral a la esfera privada, al
verla como un elemento perturbador de la esfera pública; sin embargo cuando
se analizan críticamente los comportamientos políticos tanto colectivos
(instituciones, partidos, gobiernos) como individuales (los ciudadanos) se
constata que siempre van acompañados de la reflexión sobre lo bueno o lo
malo, sobre el sentido de la vida y del honor, las cuales tienen carácter ético.
Porque no podemos olvidar que cualquier empresa política es quehacer
humano, y en el hombre siempre están su razón con sus sentimientos, lo cual
implica la necesidad de aceptar que no es suficiente conocer las causas y
objetivos del conflicto, ni la utilización de métodos democráticos en su
dirección, sino también deben exaltarse las virtudes, de manera que puedan
más que las tentaciones.

Como afirma A. Chávez ( en Fung, T. y Pineda, J. (coordinadores). 2003) a


pesar de que la Ciencia Política occidental niega este vínculo, la ciencia que se
produce en los países capitalistas desarrollados tiene su propio fundamento
ético que es heredero legítimo del liberalismo tradicional, asociado al
individualismo consustancial de esta tendencia. (p. 77)

Otro presupuesto que tiene en cuenta Chávez (en Fung T y Pineda J, 2004) “lo
moral no integra una parcela particular de la vida en sociedad, existe como
atributo de las múltiples relaciones que dan sentido a la existencia humana (…)
como parte de la totalidad social va a reflejar las características de la estructura
económica y los avatares de las luchas políticas.” (pp.81-82) Los valores
morales ejercen influencia en el ámbito de las relaciones y las conductas
humanas, en las cuales se incluyen las políticas.

El hombre cuando actúa en cualquiera de las esferas de la sociedad siempre lo


hace guiado por el sistema de valores asumido por él como válido y como toda
empresa política es obra humana podemos afirmar que en ella encontramos
valores morales y políticos estrechamente interrelacionados.

De ahí que la Axiología Política, (Duharte 2006) constituye un aspecto central


de la relación Ética y Política que permite profundizar: los valores políticos (…);
en el caso de que la axiología política se asume como análisis de la relación
entre política y moral (entendida esta última en cuanto a los valores que puede
desarrollar para una actitud política consecuente), se le debe dar la primacía a
lo político en el siguiente sentido:

a) Considerando la necesidad de la integración de la virtud pública y privada


en los marcos de una actividad política que permita crear una ética de lo
colectivo.
b) Analizando la especificidad del contenido que adquieren los valores en
correspondencia con las formas, medios y objetivos de la actividad política en
la que se desenvuelven los sujetos. Indudablemente un valor integrado a la
personalidad se manifiesta tanto en una forma de la actividad humana que en
otra, en la vida pública como en la vida privada. Sobre todo si partimos de que
tal distinción es producto de una abstracción. Sin embargo, el contenido del
valor, por su carácter histórico-concreto, se expresa en la forma específica de
la actividad de que se trate (económica, política, estética) y de acuerdo con las
características de la misma. No es igual el contenido de la responsabilidad para
un sujeto de la democracia representativa, con incidencia ocasional en asuntos
de la política, que el que adquiere en una práctica de democracia participativa
en la que está involucrado en los procesos políticos, ejercita y exige la
rendición de cuenta de los elegidos, los cuales, a su vez, están sujetos a la
revocación en cualquier momento.
c) Estudiando la manifestación de los valores de la actividad política en su
manifestación en los tres planos o dimensiones fundamentales: objetivo,
subjetivo e instituido. Un valor político en su dimensión objetiva es todo
elemento de la actividad política (institución, relación, norma, fórmula,
mecanismo, sujeto, conducta, aspecto de la conciencia política) que tenga una
significación social positiva, ya sea porque existe realmente en la sociedad o
porque, aún sin existir, puede serlo en las condiciones históricas dadas. Esto
significa que dicha actividad política debe tener como fin la satisfacción de las
necesidades materiales y espirituales racionales de las mayorías, la
emancipación y dignificación de los individuos, garantizar la potenciación de
principios. …Los elementos de la actividad política son reflejados por los
sujetos de acuerdo con sus necesidades e intereses, y así van conformando su
sistema de “valores” políticos (valores en el plano subjetivo) o sistema de ideas,
principios, normas, que orientan sus motivaciones, actitudes y
comportamientos políticos y que pueden tener mayor o menor grado de
correspondencia con el sistema objetivo de valores. En cuanto a su definición
en el plano instituido, los valores políticos se refieren a la definición oficial que
los mismos tienen y que se expresan en las normas y principios políticos que
regulan la actividad de los sujetos. Al contenido de estos valores se les confiere
por los sujetos que lo elaboran una significación positiva que sólo podrá ser
confirmada si realmente coincide con la significación social positiva que los
mismos tienen. (p. 22-23)
Desde la perspectiva de la psicología política esta constituye un conjunto
de representaciones, emociones, concepciones y valoraciones de la posición
de las clases sociales, así como de sus relaciones; fundamentalmente en el
plano o nivel cotidiano y espontáneo, que es elaborado por las distintas clases
o grupos. Este nivel de expresión de la conciencia política, en dependencia de
los mecanismos reales de la política, es manifestación de un reflejo inmediato
de la situación social dada, conformándose a partir de la inmediatez y de las
problemáticas que afectan a los sujetos sociales a partir de su vida cotidiana y
de su vinculación con la realidad social concreta.

Así pues La ideología política es el nivel más profundo y complejo de la


conciencia política, es la expresión de un sistema de concepciones teóricas
que tienen que ver con el carácter de las relaciones entre las clases sociales,
las naciones, los grupos sociales, respecto al poder del Estado en
determinadas condiciones de la sociedad. La ideología política toma fuerza y
se materializa como expresión en los partidos políticos que son representantes
de los intereses de determinadas clases sociales, en lo fundamental los
intereses económicos, pues es precisamente en la política donde se expresan
de manera concentrada los intereses económicos de las distintas clases en la
sociedad. La ideología política como sistema de ideas referidas a las relaciones
entre las clases y de éstas con el Estado y avaladas por sus portadores
políticos: los partidos, como representantes de los intereses de los grupos
políticos o clases en el poder o que luchan por él, es la expresión más
generalizada y esencial de la conciencia social como reflejo de los intereses
económicos de las clases sociales.
Surgen entonces algunas preguntas: ¿Ocupan el mismo lugar y desempeñan el
mismo papel en la sociedad todas las clases, capas y grupos que la
conforman? ¿Tienen todas ellas las mismas posibilidades de acceso a los
recursos escasos que distribuye el sistema político? ¿Poseen todas ellas las
mismas posibilidades de expresar, defender, introducir y satisfacer sus
intereses en el proceso económico y político? Evidentemente las respuestas
aquí no pueden ser absolutamente afirmativas, pues ningún sistema hasta
ahora ha resuelto completamente estos problemas, al no haberse dado todas
las condiciones y factores objetivos y subjetivos que lo garanticen.

En Cuba, se ha avanzado significativamente en el establecimiento de altos


índices de igualdad social, pero se ha visto afectado de manera sensible por
los efectos del bloqueo económico estadounidense, y la caída del campo
socialista lo que provocó una aguda crisis económica y la necesidad de
introducir un conjunto de reformas económicas, algunas de las cuales
probablemente llegaron “para quedarse” y otras han agudizado las diferencias
sociales que ya habían sido disminuidas significativamente en períodos
anteriores. Todo ello indica que nadie está exento de recibir la influencia
(positiva o negativa) de las decisiones políticas que toman los gobiernos

Como ven en realidad muy pocos problemas sociales están alejados de su


relación con la Política.

Bibliografía.

1) Arendt. H. (1997) Que es la política Barcelona Ediciones Paidós.


2) Aristóteles. La política. Libro Tercero y cuarto. Edición digital publicado en
https://www.cch.unam.mx/bibliotecadigital/libros/Aristoteles/Politica.pdf
3) Fung Thalia (Compiladora) (1997) Ciencia Política: indagaciones desde
Cuba, La Habana Edit. “Félix Varela”.
4) Fung, T. y Pineda, J. (coordinadores). (2003). Los desafíos de la Ciencia
Política en el siglo XXI. Colegio Nacional de Ciencia Política y
Administración Pública. C. C. Instituto de Administración Pública del Estado
de México, A. C. Universidad de la Habana.
5) Fung T y Pineda J (Compiladores), 2004 “La nueva CP. La búsqueda de lo
complejo”, México, Editora Facultad de Estudios Superiores Alcatlán.
6) Duharte Emilio (2006) (Compilador) Teoría y Procesos Políticos
Contemporáneos. La Habana Editorial Félix Varela.
7) Engels F (1974) carta a Schmidt publicado en OE en III tomos Tomo 2.
Moscú Editorial Progreso. https://www.marxists.org/espanol/m-e/cartas/e27-x-
90.htm.
8) .Engels F (1974) "El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado".
publicado en OE en III tomos Tomo 2. Moscú. Editorial Progreso.
Publicado en https://www.marxists.org/espanol/m-e/cartas/e27-x-90.htm
9) Foucault, M. (1999) Estrategia de poder. España Edición digital. Editorial
Paidós.
10) Gramsci A (2007 ) El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto
Croce, La Habana Editorial de Ciencias Sociales,.
11) 11)Hobbes,T. El Leviatán, Cap. XVIII. Edición Digital Publicado en
www.biblioteca.org.ar/libros/656384.pdf
https://wwwcursos.cl/ingenieria/2011/2/EH2105/1/material_docente/bajar?id.
12) Locke J,( ) Carta sobre la tolerancia, Editorial Estudios Públicos. Documento
digital www.hacer.org-pdf-locke01
13) Marx C. Engels F, ( 1974) Obras Escogidas, en III tomos Moscú Editorial
Progreso.
14) Marx C.( 2001 ) La lucha de clases en Francia de 1848 a) 1850” Tomo II ,
OE Edición digital. Publicado en https://www.marxists.org/espanol/m-
e/1850s/francia/index.htm
15) Martí J. (1964) Obras Completa, tomo 14 La Habana, Editorial Nacional de
Cuba.
16) 16)Ramonet I. (2002) “Propaganda Silenciosa” masas, cine, televisión.
Venezuela EDICIONES VALQUIMA. https://cityzenproject.wordpress.com/...
/
17) Weber M. (1969): El político y el científico, Madrid. Editora. Alianza,

Regresar al Índice
1.2 El poder, esa bestia magnífica
Lic. Roberto Luis Díaz Perojo

Más allá de la temporalidad discursiva, Michel Foucault1, ha sintetizado en


palabras llanas, la magnitud de un asunto tan espinoso; de modo que, aun
cuando diversas ciencias han pretendido desde el estudio de sus
manifestaciones contener su influencia; y la sociedad creyéndose consciente,
lo aclama pero le desconoce, el poder se ha emancipado, es una bestia de la
que nunca será posible escapar.

Enunciar el problema o sus posibles consecuencias prácticas, hace mención a


la búsqueda tradicional de una historia del poder y sus efectos sociales, este
esfuerzo, centra su análisis en una revisión de aquellos elementos que tienden
a exponer su aparato categorial en conjugación con una teoría evolutiva; ello
supone un punto de interrogación que se articula desde un lenguaje otro que
sitúa al poder en un horizonte contorneado desde instituciones, espacios,
mentalidades y hasta la propia cultura.

Una mirada inaugural, pondría la génesis del asunto en sincronía con la


aparición de la vida en sociedad y por consiguiente de un proceso de
jerarquización; sin embargo, no se puede dejar de subrayar el lugar que
ocupan las teorías del poder desde la aparición del Estado, cualquiera que
fuese su expresión. Entonces cobraría sentido, desde este presupuesto aquella
interrogante acerca ¿cómo pensar el poder? Y para quedar en paz con ángeles
y demonios, resulta apremiante abordar esta disquisición entendiendo al poder
como categoría distintiva de la política y como fenómeno social; pero además,
haciéndolo doblegarse desde sus propios cimientos y devolverlo al espacio
conjunto de la verdad y el sujeto.

La Ciencia Política clásica, deseosa de escurrirse de semejante embrollo,


establecería puntos de partida a los cuales su corpus teórico está habituado;
refugiada en argumentos acerca ¿Quién ejerce el poder, o donde lo ejerce?,

1
Paul-Michel Foucault (1926-1984): filósofo, sociólogo, lingüista francés, reconocido mundialmente por
sus interpretaciones de corte estructuralista y por sus aportes a las teorías contemporáneas del poder.
presenta el asidero perfecto desde el cual salir airosa ante tantos
cuestionamientos.

Pensando en esta experiencia particular, se impone la inversión, un cambio de


estrategia, quizás examinar ¿cómo se articula un discurso de poder, desde que
espacios y en qué contextos?, allí en su propio entorno, rastrear las
condiciones de posibilidad de un discurso que legitime al poder, tarea difícil
pero no imposible.

Siguiendo esta línea es válido empezar cuestionando la idea universal de


reconocer al hombre como un ser social, lo cual implica, que en todos los
ámbitos en que se encuentre, existirán condicionantes ocultas que
inconscientemente irán tutelando su accionar; o sea, existe una entidad (por
nombrarlo de alguna manera) que constituye el asentamiento y permanencia
del espacio de lo público, pero que además surge como resultado de un
ejercicio de dirección y orden de corte institucional. Entonces, el coexistir de un
espacio económico, tecnológico, cultural e incluso de ocio, inscritos en
situaciones interrelacionadas dirigidas a satisfacer necesidades sociales, se
encuentra conducido por el ejercicio de la política: “lo político aparece en el
mismo momento en que se trazan unas vallas para rodear un terreno. Vallas
que circundan la efectividad de un conjunto de leyes” (Palacios, p.54).

El filósofo griego Aristóteles, fue el primero en describir este fenómeno en su


estudio acerca de la Política2, el hombre es un zoon politikón (es un ser
político) que aunque no sea a tiempo completo consciente de ello, toda su vida
y quehacer social se encuentra guiados y están inmersos en relaciones de
poder; o sea, la política, en suma, no pertenece primariamente a los políticos,
sino a todos nosotros, los ciudadanos. En cada forma de aprehensión humana
de la realidad puede manifestarse la política ejerciendo sus funciones.

Un elemento a destacar entre los grandes tópicos acopiados en esta obra,


recae desde esta perspectiva, en el análisis referente al poder doméstico,

2
Se refiere al libro: Política de Aristóteles, un examen detallado acerca de la constitución del Estado, su
base de poder, las Constituciones y diversas críticas a teorías políticas de la época.
puesto que un asunto tan entronizado como la familia se descentraliza de su
entorno clásico y se visualiza como un espacio de poder, de esta manera se
rompe con el enfoque clásico del sentido común que encierra al poder en su
manifestación institucional y se presenta como una asociación de nuevo tipo
donde: “la administración de la familia descansa en tres clases de poder: el del
señor, el del padre y el del esposo3.

El modelo primario acerca de la génesis e institucionalización de este ejercicio


de la política proviene de su uso en argumentos religiosos, específicamente en
la figura del cristianismo, como la puesta en escena del poder en la historia de
las sociedades occidentales. El conjunto de prácticas referentes a la
obediencia, la programación de un deber ser, y la construcción de una
subjetividad acorde a los preceptos del discurso religioso, denotan un ejercicio
de la dirección consiente, que estaba minuciosamente pensado desde
dispositivos autores de verdad y arquitectos de identidad. La dirección
espiritual, lo divino en su relación con la muerte y la vida presenta: “(…) toda
una serie de técnicas de vigilancia y de control, de mecanismos de
identificación de los individuos, de cuadriculación de sus gestos y de su
actividad, que fueron conformando determinados tipos de productores”
(Foucault, 1987, p.27).

El cristianismo, salvando sus peculiaridades, significaría solo un momento


inaugural de un proyecto que lo trasciende, la verdadera forma demoníaca del
poder la encarna el Estado moderno. Cuando aparece la figura del Estado, se
trastoca la noción de poder y es necesario hacer una salvedad, puesto que el
tratamiento del término se demarca a su instancia política, o sea, se pasa de su
acepción más general, a su instancia más conocida: el poder político.

El Estado como dispositivo de poder logra de forma eficaz desde lo


institucionalizado, la fundición de lo coercitivo y el ejercicio de la regulación,
transformando así su noción universal en foco de conjeturas, especulaciones,
atribuciones y tantas teorías se puedan englobar en el paquete que él

3
Hace referencia a la distinción que hace el filósofo griego Aristóteles en su libro La Política, Libro I,
Capítulo V: Acerca del poder doméstico.
representa: “Es imprescindible, por supuesto, un cuerpo administrativo que
ordene y brinde solidez al entorno colectivo, en suma, una arquitectónica de la
sociedad” (Palacios, p.63).

Esgrimir el concepto clásico del Estado como detentor del poder político, obra a
su vez con algunos peligros, uno de ellos es el caso de considerar que esta
institución sobrevive gracias al uso de la violencia y de la coacción
exclusivamente, cosa esta que es cierta, pero, además, es necesario agregar
que la figura del Estado está inscrita también en un plano de conciencia, de
creación y manipulación de subjetividades, al respecto Antonio Gramsci
señalaría:

(…) el poder no se ejerce solo sobre la base de la represión: necesita que sus
instituciones de coerción detenten el monopolio del uso de la violencia, y que la
pretensión de ese monopolio sea aceptada por la sociedad. Le es imprescindible,
por consiguiente, controlar también la producción, difusión y aceptación de normas
de valoración y comportamiento (Acanda, 2002, p.248).

La verdadera esencia del Estado, incluso en su contemporaneidad, radica en


su capacidad para maniobrar respecto a la dirección y control del
comportamiento social en un territorio determinado, asociado a la presencia de
grupos sociales e instituciones políticas centrales que en cierta medida
responden a criterios de democratización. En conclusión, el Estado se
manifiesta como una condición particular de organización del poder político,
pero, además, “de acuerdo a la concepción materialista de la sociedad y de la
historia, es expresión y producto de la dominación económica. El Estado tiene
la función esencial de proteger el modo de producción de la clase dominante”
(Duharte, 2006, p.92).

Pero ¿qué entender por poder? ¿Cuál es su verdadera esencia?


El problema de definir un concepto de poder ha sido a lo largo de la historia un
asunto capital de la teoría política. En su acepción tal vez más básica y
elemental, “el concepto de poder aparece en la doctrina política ligado siempre
a la capacidad de unas personas de imponer determinadas conductas a otras
personas, aún contra la voluntad de éstas” (Montbrun, 2010, p.368).

Para Tomas Hobbes el poder lo constituyen “los medios de un hombre


presentes para obtener algún bien manifiesto futuro” (Hobbes, p.36).

Una mirada marxista lo ubica entre niveles estructurales de una formación


social y niveles de lucha de clases, o sea, tiene como lugar de constitución el
campo de las luchas de clase; visto esto se designa por poder: la capacidad de
una clase social para realizar sus intereses objetivos específicos.

Según refiere David Easton: el poder es un fenómeno de relaciones, no es una


cosa que alguien posea. El poder es una relación en la cual una persona o
grupo puede determinar las acciones de otro, en forma tal que satisfaga los
fines del primero.

Para la autora de La condición humana, Hannah Arendt (1968): el poder es la


capacidad humana de actuar concertadamente y en tal sentido es propio de
toda la comunidad.

La propuesta de Max Weber para conceptualizar el poder parte de diferenciarlo


de dominación o autoridad, desde este empeño el poder es la probabilidad de
imponer la propia voluntad dentro de una relación social aún contra toda
resistencia y cualquiera sea el fundamento de su probabilidad.

Es necesario aclarar que la precisión y selección de los elementos en aras de


definir el fenómeno, compete dadas las dimensiones, al poder en sentido
estricto de su máxima conceptualización; por tanto, a la hora de referirse al
poder político se restringe el entorno, puesto que se entraría de lleno al juego
de circunscribir instancias jurídicas, ideológicas, psicológicas, que responden a
la posibilidad de la aplicación de la ley misma.

Tomando en cuenta estos elementos se coincide con el concepto que aborda el


Dr. Emilio Duharte (2006) respecto al poder político como la “aptitud y
prerrogativa legal para tomar decisiones de quienes ejercen la autoridad del
Estado y del conjunto de instancias (individuos u organismos) que influyen y
contribuyen a adoptarlas” (p.92).

Visto esto y en aras de enunciar un concepto lo más completo posible, es


menester destacar aquellos elementos afines a las diferentes posiciones
anteriormente analizadas:

1. Su carácter y esencia clasista.


2. Es siempre un fenómeno relacional.
3. La presencia del mando y la obediencia como reguladores de la relación
social.
4. La presencia de la coacción o imposición.

De las características anteriores se deriva las dimensiones del poder: la


intensidad: que es el grado de influencia que A ejerce sobre B con el fin de
cambiar sus respuestas; el dominio: el número de personas o grupos sobre los
que se ejerce y por último el rango, o sea, es el grado de respuesta de B sobre
el que A ejerce poder.

El poder es una red compleja de terminales, entre las cuales la más celebrada
expresión es la institucionalización, pero esa es solo una cara de la moneda,
que no deja percibir con claridad el componente subjetivo y ético de la cuestión.
El punto de inflexión está en considerar al poder como aquella capacidad para
decidir sobre lo público, la facultad corporativa de dar eficacia a un querer o
voluntad que trata de lo público, pero una capacidad o facultad que reside
originalmente en la ciudadanía que conforma la polis.

De esta manera aparecen cuatro tipos de poder fundamentales:


Poder personal: Es la capacidad que tienen aquellos para conseguir
seguidores a partir de su personalidad. Tienen fe en los objetivos que atrae y
retiene a dichos seguidores. Consiguen que haya personas que deseen
seguirle. El líder percibe las necesidades de las personas y promete éxito para
ellas.
Poder legítimo: Es el que se le adjudica por una autoridad superior.
Culturalmente, las autoridades delegan el poder legítimo a otros para que les
controlen los recursos, compensen o castiguen a los demás en su nombre.
Este poder es deseado por casi todas las personas, cuya finalidad debe ser el
orden de la sociedad.

Poder experto: Proviene del aprendizaje especializado, de los estudios


académicos o formativos. Nos lo inculcan, los conocimientos y la información
que tenga ese líder sobre una situación compleja. También, influyen la
educación, la capacitación, la experiencia. Es un poder muy importante en esta
época de tecnologías nuevas.

Poder político: Es muy importante la habilidad que tenga ese líder para
trabajar en equipo, con otras personas y dentro de sistemas sociales cuya
finalidad sea la de conseguir sus apoyos4.

Otra de las visiones que se esgrimen en pos de precisar los elementos


esenciales vinculados al poder, proviene de las teorías contemporáneas de la
politología y ciencias limítrofes, que coinciden en identificar a la autoridad5, la
obediencia, la coerción y la legitimidad como objetos claves para analizar el
poder; esto dos últimos con mayor peso puesto que la primera refiere a la
capacidad de obtener obediencia mediante la privación, de la vida, la libertad o
las posesiones, por medio de la fuerza; y la segunda es el orden humano
impuesto por las teorías humanistas y desarrollado con la Modernidad.

Pero estos principios no se dan por si solos, necesitan de un proceso de


racionalización que los explique y los integre al gran sistema que son las
relaciones de poder, o sea sobreviene una etapa de autoconciencia del hombre
y de confianza en su capacidad para construir la realidad circundante, o sea, en
el uso de la propia facultad humana desde un modelo de discurso se resuelve
el artificio de indagar acerca del poder. Este es el caso particular de la Teoría
Socio-Política, una ciencia encargada desde la fusión Filosofía-Ciencia Política
de precisar aquellos elementos conceptuales propios de la política usando las

4
Tomado de Multimedia Teoría Sociopolítica, Conferencia II El problema del poder político.
5
Max Weber la define como una dominación aceptada.
herramientas de indagación filosófica, con el fin último de constatar y poner en
relieve su aplicación práctica.

Entonces ¿Ha logrado el hombre decodificar los senderos del poder y librarse
de esa entidad superior siempre al asecho que conduce y ejerce la función de
configurador de su entorno social?

Tal interrogante introduce a su vez una nueva problemática objeto de no pocas


especulaciones y aportes teóricos desatinados; esta es la cuestión de la
contraposición individuo-ciudadano. Reconocer al hombre como individuo para
nada está negando su cualidad como ciudadano, todo lo contrario, es la
constante alusión a la vida en sociedad, la que opaca la necesidad imperiosa
de cada hombre de reconocer sus potencialidades intrínsecas, o como dijera
Immanuel Kant, hacer uso público de su razón.

Referido a la cuestión del poder, sale mejor parado el argumento del


ciudadano, que se mantiene con vida gracias a la introducción en la historia de
las democracias modernas, (apartado en el cual se faculta a ciertos individuos
para representar al grueso de la sociedad que no ejerce cargo político alguno),
con el objetivo de actuar en su nombre; cediendo de esa manera el poder pero
sin percatarse de ello.

Es entonces cuando el poder se oculta tras instituciones previamente


legitimadas, y el tan proclamado ciudadano, olvida que incluso en su entorno
familiar (la más simple de las células sociales) existen relaciones de poder, que
no hay que acudir a la noción de Estado, Gobierno o cualquier otro de las
unidades que refieren a aparatos de poder, para rastrear la ira con que este
último arropa la sociedad. Esto responde a urgencias de nuestra época, que
bajo la imagen de situaciones formales no enmiendan esa nueva economía del
poder ya instaurada, que permite hacer circular los efectos de poder de forma a
la vez continua, ininterrumpida, adaptada, individualizada por todo el cuerpo
social.

Ahora bien, en las condiciones actuales de globalización y dictadura de lo


neoliberal, se establece una nueva ecuación que ahonda y complejiza el tema
del poder, ecuación que se refiere directamente a la naturaleza del mismo, esta
es: economía + ideología + política.

Tomando como punto de partida, el elemento económico de dicha ecuación,


cabe decir, que se trata de una herramienta para construir el control social
sobre la actividad económica, donde los detentadores de los medios de
producción, quienes disponen de la riqueza y negocian con ella, determinan las
leyes del mercado, para así influir en la voluntad de las personas, dado que
éstas participan en ese mercado.

La parte central de la ecuación corresponde a un peligro mayor que manifiesta


la existencia de un enemigo invisible que día a día gana más seguidores y
partidarios, aunque algunos teóricos no lo consideren como tal, existe en el
siglo que transcurre, en la era del capitalismo globalizado, la amenaza
incesante de un denominado cuarto poder(aunque en realidad se le reconoce
como elemento del poder ideológico): el poder de los medios de comunicación,
que alude sin más al poder ideológico, a partir de la difusión de ideas
concretas, pues la representación psicológica de éstas genera,
indudablemente, conductas.

Al respecto el investigador español Manuel Castell (2009) refiere:

(…) el poder se basa en el control de la comunicación y la información, es algo más


que comunicación, y comunicación es algo más que poder, depende del control de
la comunicación, al igual que el contrapoder depende de romper dicho control. Y la
comunicación de masas, la comunicación que puede llegar a toda la sociedad, se
conforma y gestiona mediante relaciones de poder enraizadas en el negocio de los
medios de comunicación y en la política del estado. El poder de la comunicación
está en el centro de la estructura y la dinámica de la sociedad (p.23).

Esta cuestión de los medios de comunicación como una herramienta efectiva,


concretada en la figura de un poder acentuado, Manuel Castells la resuelve
desde la misma óptica de Foucault, desde el interrogar “por qué, cómo y quién
construye y ejerce las relaciones de poder mediante la gestión de los procesos
de comunicación y de qué forma los actores sociales que buscan el cambio
social pueden modificar estas relaciones influyendo en la mente colectiva”
(Castells, 2009, p.24).

Este proceso de comunicación opera de acuerdo con la estructura, la cultura, la


organización y la tecnología de comunicación de una determinada sociedad. El
proceso de comunicación influye decisivamente en la forma de construir y
desafiar las relaciones de poder en todos los campos de las prácticas sociales,
incluida la práctica política.

No existe mejor punto de vista que sintetice, la coexistencia de los tres poderes
que la explicación del neoliberalismo como sistema, pareciese una
conversación muda pero no lo es; es en la tendencia neoliberal donde la
política es absorbida por el poder del dinero al punto que guía, coordina y
genera el proceso de toma de decisiones; por otro lado, los medios de
comunicación reproducen ese dominio oligárquico trocando la promesa de
igualdad, metamorfoseando las conciencias, gestando el poder de la
ideología(el más silencioso, pero el más efectivo) y disfrazando aquella
promesa con el autoritarismo estatal y el capital de réplica incansable.

Una vez advertido semejante problema, es necesario retomar a Foucault en


aquella dirección suya de una genealogía capaz de pensar el poder, cuyo
primer peldaño consiste en la propia autoconciencia del sujeto capaz de
percibir en su entorno relaciones de poder bajo las que subyace o de las que
es culpable, pero además es vital, cuando reconoce además, que en su propia
capacidad reflexiva encuentra las herramientas hacia su libertad: “El problema
es proporcionar visibilidad a lo invisible, es decir, ir más allá de las evidencias y
de las ideas recibidas para pensar de otro modo”(Foucault,1999,p.13).

A modo de conclusiones podríamos señalar que el poder no es una entidad


supraterrenal, es creado en el orden humano y persigue propósitos
identificados desde los contextos históricos. Se manifiesta en las relaciones
sociales, a partir de los agentes socializadores que en cada Cultura política
aportan al sentido de las asociaciones políticas, la Sociedad Civil y el Sistema
Político. Requiere para su exposición, decodificadores específicos que vayan
mucho más lejos de las consideraciones tradicionales de la Ciencia Política, y
aunque esta lo suscriba a los tres sectores de la terminología simple
(económico, político e ideológico), sin duda alguna ha demostrado ser un
organismo más complejo, que aparece simultáneamente en los niveles del
saber y de visibilidad, en la figura de los dispositivos saber-poder.

Esto sería la unión de los discursos del saber con el lado práctico, lo
institucionalizado, lo cual permitirá ilustrar mejor cómo funciona el poder desde
una estructura arquitectónica que en la época moderna, ha tomado la forma de
una nueva economía del poder, lo ha radicalizado y lo ha convertido en un
desconocido que nos sobrecoge con su presencia, en un ser que vino para
salvarnos del desequilibrio que amenaza lo social, o en el minotauro del
laberinto, en cualquiera de los casos, sigue siendo una bestia magnífica.

Bibliografía
1. Acanda, J.L(2002). Sociedad civil y Hegemonía, Centro de Investigación y
Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello.
2. Castells, M. (2009). Comunicación y poder. Madrid: Alianza Editorial.
3. Duharte, E. (2006). Teoría y Procesos Políticos Contemporáneos Tomo I. La
Habana: Editorial Félix Varela.
4. Foucault, M. (1999). Estrategias de poder. Barcelona: Ediciones Paidós.
5. Foucault, M. (1987). Hermenéutica del sujeto. Madrid: Ediciones La Piqueta.
6. Hobbes, T. (1651). Leviatán trad. por Manuel Sánchez Sarto, México, F.C.E.,
1940.
7. Montbrun, A. (2010). Notas para una revisión crítica del concepto de poder.
En Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 9, Nº 25, pp. 367-389
8. Palacios Cruz, V. El poder político en Hannah Arendt. En Revista
Humanidades, pp.51-74.
9. Weber, M. (2000). Política y Ciencia. Ediciones elaleph.com

Regresar al Índice
1.3- Pueblo, ciudadano y ciudadanía ¿iguales o diferentes?
Dra. C. Marta Margarita Pérez Gómez

Ante las problemáticas socio-política que enfrentan los países en la actualidad,


los medios de comunicación masivas abogan por la necesidad de construir
nuevas ciudadanías. ¿Puede construirse ciudadanía sin tener en cuenta al
ciudadano y su relación con el pueblo?

Para dar algo de luz a la problemática, debemos dejar esclarecido o al menos


planteado la conceptualización de los componentes de la relación entre
ciudadano y pueblo a la cual hacemos alusión, ambas se caracterizan porque
en múltiples ocasiones sirven para esconder realidades muy diversas. Lo
embarazoso es que, esos conceptos conservan una nada aséptica ambigüedad
y, bajo la apariencia de una reproducción objetiva de la realidad, lo que
transmiten es una representación parcial, interesada y hasta opresiva de ella.
De ahí la necesidad de definir ambos conceptos porque definir es, en primer
lugar, delimitar, asignar fronteras, buscar la esencia. Un concepto indefinido es
un concepto “sin final”, que no sabemos cuándo es aplicable y cuando no, que
incluye y que excluye.

El concepto de “pueblo” nace padeciendo de la ambigüedad que hoy mantiene,


se origina a partir del “demos” griego. Ya en el siglo V antes de C. – tenía
muchas interpretaciones: 1) “plenum”, al cuerpo de ciudadanos en su totalidad;
2) “hoipolloi”, a los muchos; 3) “hoipleiones”, a los más; 4) “ochlos”, a la
muchedumbre. Y la noción se vuelve aún más compleja, cuando el “demos”
griego se ve reconvertido en el “populus” latino, el desarrollo medieval del
concepto, era corporativo y agrupaba al individuo en nichos, que resultaban
inmovilizantes, pero a la vez protectores. (Alonso E 2017)

La ambigüedad también se manifiesta en la interrogante ¿el pueblo es singular


o plural? El término italiano “popolo”, así como el francés “peuple” y el alemán
“volk”, son singulares. En nuestros países de América los políticos
frecuentemente dicen: “el pueblo es”. Pero en inglés “people” significa
“personas” y rige el plural. Pudiera parecer carente de importancia pero, como
las palabras condicionan el pensamiento, no es fortuito que “pueblo” (en
singular) se preste a ser concebido como una totalidad orgánica, como una
indivisible voluntad general, mientras que “thepeople” indica una multiplicidad
discreta, un agregado de muchos “cada uno”

Durante la Revolución Francesa, el concepto de pueblo contiene una idea


niveladora e igualitaria, en virtud de la cual bajo este término se afirma la
igualdad y libertad entre todos los ciudadanos que integran una colectividad
con unos límites histórico-geográficos comunes (nación) y una organización
política propia (Estado). En este sentido, cada individuo adquiere significación
jurídica (Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de 26 de
agosto de 1789) y política (soberanía popular), en tanto que parte de un mismo
pueblo. Esta visión igualitarista y abstracta del pueblo como conjunto de
ciudadanos que permitió históricamente atacar la estructura estamental del
antiguo régimen, en beneficio de una estructura clasista particularmente
propicia para la clase media burguesa, ocultaba, a su vez, una nueva forma de
dominación concreta e histórica: la dominación política de la clase burguesa,
cuya expresión más evidente será el establecimiento de la democracia por voto
censitario en virtud de la cual la cualidad de ciudadano se adquiere previa
demostración de un determinado nivel de renta o de propiedad de bienes
inmuebles, como fórmula de selección y elección de los representantes del
pueblo.

La propia evolución económica-política de las sociedades europeas durante el


siglo XIX y XX hizo que la clase social marginada de la visión burguesa del
pueblo irrumpiese en la escena política, social y económica de forma conflictiva
y que tratase de afirmarse, como clase social, en gran medida por su oposición
a la burguesía. La teoría marxista, al situar a las clases sociales, y al conflicto
interclasista, en el corazón mismo de la sociedad, permitirá el desarrollo de una
nueva concepción del término pueblo.

Carlos Marx parte de la consideración del pueblo como realidad social


integrada, fundamentalmente, por el proletariado, es decir, por el conjunto de
las masas trabajadoras a las que hay que agregar todos aquellos grupos que
aun perteneciendo a la burguesía apoyan directa y objetivamente al
proletariado (artistas, intelectuales, etc.). Mientras que Lenin incorpora a la
categoría de pueblo a los campesinos.
Así considerado, el pueblo se identifica con las masas populares trabajadoras,
precisamente porque son éstas, y no la burguesía dominante y opresora, las
auténticas forjadoras del desarrollo histórico de las sociedades en la medida en
que es capaz de afirmarse y liberarse, a través de la revolución, de la
dominación burguesa.

José Martí identifica pueblo como masa pública en la que incluye a los sectores
más humildes de la sociedad, en su mayoría indígenas, campesinos y antiguos
esclavos africanos, es decir con los pobres de la tierra con quien quiere su
suerte echar.

Siguiendo las pautas martianas encontramos un concepto ecuménico


incluyente e integrador de pueblo en el alegato “La Historia me absolverá”
donde afirma:

“Entendemos por pueblo, cuando hablamos de lucha, la gran masa irredenta, a la


que todos ofrecen y a la que todos engañan y traicionan, la que anhela una patria
mejor y más digna y más justa; la que está movida por ansias digna y más justa; la
que está movida por ansias ancestrales de justicia por haber padecido la injusticia y
la burla generación tras generación, la que ansía grandes y sabias
transformaciones en todos los órdenes y está dispuesta a dar para lograrlo, cuando
crea en algo o en alguien, sobre todo cuando crea suficientemente en sí misma,
hasta la última gota de sangre … (Castro F. 1953, p.20)

He incluye a los miles de cubanos que están sin trabajo a los obreros del campo
que habitan en los bohíos miserables, a los obreros industriales y braceros a los
campesinos que trabajan una tierra que no es suya, a los maestros y profesores a
los profesionales jóvenes: médicos, ingenieros, abogados, veterinarios, pedagogos,
dentistas, farmacéuticos, periodistas, pintores, escultores, etcétera, que salen de
las aulas con sus títulos deseosos de lucha y llenos de esperanza para encontrarse
en un callejón sin salida, (Castro F. 1953, p.22)

En el desarrollo de su pensamiento político Fidel Castro en apretada síntesis el


1ero de Mayo de 1980 lo define como “¡el verdadero pueblo revolucionario, el
pueblo proletario, el pueblo trabajador, el pueblo campesino, el pueblo
combatiente, el pueblo estudiante!”, donde se conjuga lo singular y lo plural, su
heterogenia composición y a la vez homogénea decisión de luchar por un
futuro mejor.

Aunque con el desarrollo del capitalismo se incorporan a la vida política los


sectores que inicialmente estaban excluidos esto no significa que todo el
pueblo adquiera la condición de ciudadano, es decir no puede identificarse
ciudadanía con pueblo, sin embargo en el discurso político encontramos
frecuentes referencias a los estrechos vínculos del ciudadano con el pueblo al
presentarse como representante de esta en la actividad política. ¿Será el
ciudadano representante del pueblo?

Es casi un consenso que la solución a la poca participación real en la toma de


decisiones políticas esté en la construcción de una nueva ciudadanía más
activa y participativa, sin definir a qué ciudadanía estamos haciendo referencia
y el estrecho vínculo de esta con la definición de ciudadano.

De manera reiterada las referencias a ciudadanía se dan en sentido genérico,


como sustantivo pero quedan indefinidos sus elementos esenciales como es a
nuestro criterio, su identificación con las relaciones que se establecen entre los
ciudadanos en el ejercicio de sus derechos y deberes.

Si asumimos la definición de ciudadanía como las relaciones que se establecen


entre los ciudadanos en el ejercicio de sus derechos y deberes y no
exclusivamente como conjunto de ciudadanos; en la reconstrucción de una
nueva ciudadanía estarán implicados múltiples variables como son: los hitos
históricos del desarrollo de estas relaciones, las formas de expresión de la
voluntad ciudadana, los ámbitos de participación admitidos por el poder y la
cultura política de los ciudadanos, por citar algunas.

Es válido destacar los criterios de Woldenberg (2001), quien argumenta la


necesidad de formar ciudadanos capaces de asumir un papel activo en las
transformaciones sociales, sin obviar que la formación de una ciudadanía para
las transformaciones democráticas es un proceso complejo que abarca a la
sociedad en su conjunto, pues depende y se retroalimenta de la presencia de
requisitos objetivos y subjetivos que no siempre logran conjuntarse al mismo
tiempo.
El análisis sobre qué entender por nueva ciudadanía no puede realizarse al
margen de la definición de ciudadano y de qué rasgos como actor político debe
tener el ciudadano.

Desde sus orígenes, la definición de ciudadano constituye una construcción


social que responde a los interese de quienes ostentan el poder, al ciudadano
siempre lo encontramos vinculado al espacio urbano de un sistema político
determinado, los primeros ciudadanos fueron aquellos que vivieron en las
antiguas civitas griegas.

Aristóteles, a quien se identifica como el padre teórico de la categoría;


considera la suprema virtud del ciudadano el saber ejercer la autoridad y a la
vez ser capaz de resignarse a la obediencia. Estas virtudes son las que los
diferencian del resto de los habitantes de la comunidad política, por tanto debe
recibir una educación diferente, que les permita tener la dualidad de virtudes ya
enunciadas

El reconocimiento de la necesidad de una educación diferente para aquellos


que asumirán la condición de ciudadano, nos expresa el carácter excluyente de
la definición y se refuerza al no considerar como tal, a los extranjeros, esclavos,
y las mujeres; sólo a los hombres libres que se encuentran en la “edad de la
inscripción cívica” y que participan activamente en la vida pública, porque para
él la condición de ciudadano la alcanzan únicamente cuando tienen
participación en los poderes públicos.

No obstante quedar excluido el pueblo de la condición de ciudadano, la


definición aristotélica, mantiene su valor teórico al considerar elementos que
hoy forman parte del debate teórico práctico, como son: su vínculo con un
territorio, la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones políticas a
nivel de Estado y la necesidad de que sean virtuosos y hábiles.

En el Medioevo la idea del ciudadano vinculado con un territorio, en específico


a la ciudad se mantiene, ahora subordinado a la fe y el poder de la Iglesia, San
Agustín de Hipona fundamenta en su obra “La Ciudad de Dios” la existencia de
dos ciudades la de Dios (la Iglesia) y la terrena (el Estado), ambas
estrechamente conectadas entre sí, donde la ciudad celeste predomina sobre
la terrena, de esta forma queda expresado el poder de la Iglesia sobre el
Estado y la obligatoriedad del Estado a utilizar la fuerza para imponer las
creencias religiosas.(Buch Rita María, 2011, p.48)

Mientras que Santo Tomás de Aquino al aplicar el naturalismo Aristotélico a la


sociedad reconoce la doble condición del hombre; humano y ciudadano. Todos
los hombres son humanos pero sólo el hombre político es ciudadano. (Buch
Rita María, 2011, p.52)

Las reflexiones de San Agustín y Santo Tomás nos permiten afirmar que en el
Medioevo la definición de ciudadano mantiene el reconocimiento del ciudadano
en tanto está vinculado con un espacio urbano y solo para aquellos vinculados
con la política, expresión del carácter excluyente de la definición.

En el pensamiento rousseauniano encontramos también el carácter excluyente


de la definición al identificar como ciudadanos a aquellos individuos que “(…)
habiendo nacido todos iguales y libres (…)”para asegurar la propiedad de todo
lo que poseen y ganar la libertad civil, se asocian y enajenan su persona y
bienes. Este acto produce una persona pública que en colectivo se le llama
ciudad, república o cuerpo político y en particular ciudadanos, capaces de
darse sus propias leyes, que responden al bien común. (Rousseau J, p.2)

El ciudadano nace de una relación entre individuos libres e iguales y de esta


asociación nace igualmente una república que Rousseau también llama
Estado, es decir, su ciudadano es el fruto de la asociación entre individuos
libres que conviven en un territorio específico, porque para él “(…) donde no
hay patria no hay ciudadano (…)” (Rousseau J, p.10) Aspecto que ha
traspasado las diferentes épocas históricas y se mantiene en la actualidad.

En su definición queda establecido que la libertad es un derecho inalienable,


porque adquieren su condición de iguales por convención y por derecho y sin
ella pierden su condición de hombre. Sin embargo el otro derecho que
argumenta es el de propiedad, y con él exceptúa de la condición de ciudadano
a aquellos hombres que no posean ninguna; lo cual significa la exclusión de la
mayoría de los habitantes de un Estado y refuerza su carácter excluyente.
Es esta noción de ciudadano la que está refrendada en la Declaración de los
Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789, que se ha ido enriqueciendo en
el de cursar de la historia, con el reconocimiento de los derechos políticos en el
siglo XIX y los derechos sociales en el siglo XX.

El contenido del concepto de ciudadanía en boga continúa siendo una


construcción social, pero ahora al servicio de las necesidades de la burguesía,
para consolidar y reproducir el poder burgués, primero frente a los rezagos
feudales y después, responder a las demandas de nuevos actores políticos
cuya inclusión significó la consolidación de su poder a través de la democracia
representativa.

...En general, la ciudadanía ha emergido como producto de conflictos, a veces


de violentos conflictos (...) Como consecuencia de sus orígenes históricos y su
continua negociación, la ciudadanía es siempre incompleta y dispareja.
(O’Donnell, 2004, p. 30)

La ciudadanía como se revela hoy no es el resultado directo de las


Revoluciones Burguesas, la nacida de manera inmediata a estas revoluciones
estaba formada por aquellos hombres considerados ciudadanos por cumplir el
requisito de poseer propiedades por el valor estipulado en cada joven país
capitalista, lo que la hacía una ciudadanía homogénea respecto a los intereses
que defendía lo que los convertía en un bloque monolítico en la lucha por
eliminar los rezagos feudales que obstaculizaban el desarrollo del naciente
sistema capitalista.

La ciudadanía de hoy es el resultado del desarrollo del capitalismo, del


surgimiento y fortalecimiento de nuevas clases y sectores sociales para
quienes la participación política dejó de ser una demanda ocasional y marginal,
para convertirse en una aspiración, que en violentos enfrentamientos con la
burguesía fueron conquistando espacios de debates y toma de decisiones
políticas, pero no aquellos donde se toman las verdaderas decisiones acerca
de los destinos políticos del país, sólo aquel donde se elige quien los
representará.
Una ciudadanía que en teoría está formada por gobernados y gobernantes
todos portadores de poder, pero en la práctica política se distancian, dejan de
ser iguales, unos toman las decisiones (gobernantes) y otros la acatan
(gobernados) cuya participación parte de matrices y supuestos de la
democracia representativa.

La fundamentación teórica de las democracias representativas emerge de la


influencia de diversos autores y pensadores del siglo XVIII y de dos procesos
políticos casi sucesivos: la independencia de los Estados Unidos, proclamada
en 1776 y la Revolución Francesa iniciada en 1789 y concluida en 1799 con el
consulado de Napoleón.

En ambos procesos, la idea de la representación, emanó de la concepción de


que el conjunto de los ciudadanos no podían ejercer directamente el poder
político toda vez que estaban, cada uno ocupado en sus asuntos particulares y
de la idea de que el gobernante debía ser elegido mediante un procedimiento
que asegure que el ejercicio del poder se realice en nombre de los intereses de
la nación en su conjunto.

Con la representación, lejos de ampliarse, se reduce la participación a una u


otra actividad política determinada por las élites de poder y se aleja el poder
real de la ciudadanía, para quedar en manos de los gobernantes, que pudieran
reconocerse como ciudadanía, pero no son la mayoría, ni responden a sus
intereses como se afirma en la teoría.

El concepto clásico de ciudadanía, extendido a partir de las conferencias


dictadas por Thomas Henry Marshall en Cambridge en 1949, distingue tres
dimensiones de la ciudadanía, cada una de las cuales se corresponde con
luchas históricas y evolutivas por derechos específicos, a saber:

1) La ciudadanía civil es aquella que comprende a los derechos civiles tales


como la libertad de pensamiento, de expresión, de religión, derecho a la
propiedad privada, a ser juzgado legalmente, a la seguridad, etc.; son derechos
privados que constituyen la esfera pública.

2) La ciudadanía política -cristalización de los derechos políticos- tiene como


criterio aglutinador a la nacionalidad y comprende dos aspectos: el derecho a
participar en el ejercicio del poder político (derecho a votar) como también el
derecho a ser elegido para el desempeño de un cargo público, los que en
conjunto garantizan la realización de elecciones limpias, institucionalizadas e
inclusivas.

3) La ciudadanía social alude a los derechos económicos o sociales que son


aquellos vinculados a estándares mínimos de salud, educación, seguridad
económica y bienestar necesario para poder desarrollar un tipo de vida
percibida como digna por el conjunto social; son eminentemente de titularidad
colectiva. (Ain Bilbao 2008)

Para Adela Cortina la dimensión social del ciudadano aportada por Marshall, es
la definición canónica de ciudadano:

“…aquel que en una comunidad política goza no sólo de derechos civiles


(libertades individuales), en los que insisten las tradiciones liberales, no sólo de
derechos políticos (participación política), en la que insisten los republicanos,
sino también de derechos sociales (trabajo, educación, vivienda, salud,
prestaciones sociales en tiempos de especial vulnerabilidad)…” (Cortina A,
1999, p. 66)

Es decir, la dimensión social de ciudadano incluye derechos civiles, políticos y


sociales; los que a través de políticas sociales pretenden garantizar una mayor
igualdad de oportunidades vitales y de redistribución de recursos materiales, y
de esa manera paliar la desigualdad intrínseca al modo de acumulación
capitalista.

El pensamiento neoliberal por su parte critica esta dimensión social, pues


considera que el Estado Benefactor con su paternalismo genera un ciudadano
pasivo, dependiente, lejos de todo pensamiento de libre iniciativa,
responsabilidad o empresa creadora, incapaz de encarnar en la realidad social
al menos dos de los valores éticos que son estandartes de la modernidad: la
igualdad y la libertad. Por lo cual es necesario recuperar la forma liberal del
Estado de Derecho y sustituir la institucionalización de la solidaridad por la
promoción de la eficiencia y la competitividad, el respeto a la libertad individual
y a la libre competencia. (Cortina A, 1999, pp. 80-82)
También A. Cortina considera que no se puede renunciar al presupuesto ético
de la defensa de al menos los derechos básicos de primera y segunda
generación, para lo cual el Estado debe suscribir un marco jurídico que
asegure, a quien lo desee, el ejercicio de la libertad y de la solidaridad.
Salvaguardar los mínimos de justicia y no empeñarse en garantizar el bienestar
considerado otro de sus deberes con los ciudadanos6. (Cortina A, 1999, p. 74 y
84)

El meollo del problema está en delimitar cuáles son las necesidades y los
medios básicos considerados mínimos de justicia que un Estado no puede
dejar insatisfechos sin perder su legitimidad. Porque si es cierto que un Estado
interventor en los asuntos privados de los individuos produce ciudadanos poco
participativos en la búsqueda de soluciones a problemas de carácter público;
también lo es que, un Estado que dé la espalda a la solución de los problemas
considerados de índole particular, produce ciudadanos apáticos, ya que a quien
no se le garantiza el ejercicio de sus derechos sociales, no puede ejercer los
políticos, ni los civiles. Es decir, quien no es tratado como ciudadano no puede
actuar como tal.

Como afirma Arendt ser ciudadano es “el derecho a tener derecho” porque
¿qué es constituirnos como ciudadanos sino la posibilidad de acrecentar
nuestra acción, nuestro debate, nuestra legitimidad? (2002).

El ciudadano tiene que dejar de ser un mero receptáculo de los derechos


promovidos por el Estado para transformarse en un sujeto de derecho que
busca participar en ámbitos de ‘empoderamiento’, que se va definiendo según
su capacidad de gestión y cómo evalúa el ámbito más propicio para las
demandas que intenta gestionar.

El desafío está, en conseguir que unos ciudadanos preocupados únicamente


por satisfacer sus deseos, cooperen en la construcción de la comunidad
política; para lograrlo se propone que, en el sistema político y económico se
despliegue una revolución cultural, que asegure la civilidad y fortalezca en los

6
Se consideran mínimos de justicia las necesidades básicas de las personas, mientras que el bienestar
es el ideal imaginario de cada una de ellas, sus infinitos deseos sicológicos, es decir los mínimos de
justicia son un ideal de la razón y el bienestar de la imaginación. Cortina A, 1999, pp. 85-87
ciudadanos el sentido de pertenencia a una comunidad, a través de la
búsqueda de las raíces históricas y tradicionales que comprometen al
ciudadano con su colectividad (Cortina A, 1999, p. 25 y 33)

¿Es en realidad una demanda para la reproducción del sistema capitalista la


construcción de un ciudadano comprometido y con capacidad de gestión en los
asuntos de la comunidad política? Más bien es una demanda del pueblo para
hacer realidad el mito de que el ciudadano es su representante, así mismo es
un mito el despliegue de una revolución cultural dentro de los cánones del
sistema capitalista.

Una revolución cultural significaría el cambio de los paradigmas de


participación ciudadana aceptados como válidos para la reproducción del
sistema, apunta a que la sociedad se organice de manera tal que genere en
cada uno de los ciudadanos el sentimiento de que pertenecen a ella, que son
representante del pueblo y así su participación en los proyectos sociales y
decisiones políticas, no sólo sea como beneficiarios, sino también como
decisorios y ejecutores a favor de sus legítimos hacedores.

De ahí que afirmemos que no se trata de la construcción de una nueva


ciudadanía, ni de reinventarla, sino de la reelaboración teórica en la que deben
quedar evidenciadas las limitaciones teóricas prácticas del concepto en las
democracias representativas burguesas; entre las que se destaca la reducción
del ejercicio de la ciudadanía en las diversas esferas de la sociedad a una sola,
las elecciones, al verse el ciudadano exclusivamente como elector y su
verdadero papel en el sistema capitalista.

Por otro lado, dicha definición pretende ser homogenizadora, evadiendo que
refleja una realidad concreta, la de los países capitalistas desarrollados que es
bien diferente a la de los países del Sur político.

En América Latina el desarrollo histórico de la ciudadanía se caracterizó por el


debate en términos de inclusión-exclusión (Ain Bilbao 2008) ya que la inclusión
de determinados actores significaba la exclusión de las grandes mayorías.

En los procesos de independencia de las nacientes repúblicas sudamericanas


de principios del siglo XIX; el concepto de ciudadano sirvió de signo
diferenciador entre americanos y españoles y se equipara al de patriota, es
decir, el buen ciudadano es el patriota que además de luchar por la
independencia de su patria, tiene virtudes como: ser ilustrado, conocer sus
derechos y saber defenderlos. (Anrup R y Oien V)

Sin embargo una vez conquistada la independencia, la transculturación del


proyecto político de la modernidad en la región, fue expresión del nuevo patrón
de dominación mundial donde Europa concentró todas las formas de control de
la subjetividad, de los modos de producir u otorgar significado a los resultados
de la experiencia material e intersubjetiva para mantener la colonialidad del
poder.

Para ser ciudadanos de cualquiera de las nuevas repúblicas americanas, los


individuos no sólo debían comportarse correctamente, saber leer y escribir,
sino también adecuar su lenguaje a una serie de normas (D’ Mignolo Walter,
2005, p. 159) que lo alejaban del ideal de ciudadano americano necesario para
la verdadera emancipación americana; de esta manera quedaron excluidos de
la condición de ciudadanos, la población afroamericana y amerindia que
constituían las grandes mayorías que hasta ese momento habían hecho
posible la independencia, pues las condiciones para la “libertad” y el “orden”
significaban el sometimiento de los instintos, la supresión de la espontaneidad,
el control sobre las diferencias.

En el proyecto político Latinoamericano, desde sus orígenes está presente la


ruptura entre una legalidad civilizada que se pretendía y las costumbres
violentas del caudillismo, así como la ruptura entre el paradigma de la igualdad
bandera de los procesos emancipadores y la permanencia de un rígido
esquema de estratificación social.

Así mismo los derechos ciudadanos han estado marcados por la exclusión y no
por la acumulación, no solo en términos de su ejercicio por las grandes
mayorías amerindias, sino también, en la conquista de los derechos civiles y
sociales. Ya que mientras en el mundo capitalista desarrollado, a la conquista
de los derechos civiles le siguió la de los políticos y posteriormente los sociales,
en América Latina el reconocimiento y ejercicio de uno significaban la
supresión completa o parcial de los otros.
Durante el siglo XIX e inicios del XX la manipulación de los derechos políticos
excluyó los civiles, en el siglo XX el reconocimiento de algunos derechos
sociales fueron en detrimento de los civiles y políticos, con el establecimiento
de las dictaduras militares en el continente quedaron excluidos los sociales y
reducidos a la mínima expresión los civiles y políticos.

El siglo XXI Latinoamericano enfrenta el desafío de la extensión de los


derechos políticos a las grandes mayorías hasta el momento invisibilizadas y el
reconocimiento real al ejercicio de sus derechos civiles y sociales.

En la praxis política, con el establecimiento de gobiernos que tienen en su


agenda como prioridad reducir la exclusión, mediante la ejecución de proyectos
dirigidos a resolver los acuciantes problemas acumulados durante siglos de
desatención gubernamental, emerge la necesidad de una participación
protagónica por parte de la ciudadanía. (Botana Natalio, 2004, p. 32-33)

Ante esta nueva realidad política se da un incremento del debate teórico sobre
los contenidos de dicha ciudadanía, los mecanismos de 'diálogo', la ‘inclusión
del otro’, el fortalecimiento de un ciudadano responsable en la búsqueda de un
desarrollo con matices de justicia social, e inclusión.

Una ciudadanía enriquecida desde el punto de vista cuantitativo, y cualitativo,


al reconocer como ciudadanos con plenos derechos a actores políticos que
nunca antes habían sido visibilizados.

Los nuevos ciudadanos no son otros que el indígena, el obrero, el campesino,


los numerosos grupos sociales alejados de la actividad política por la
ignorancia y la acuciante necesidad de buscar el sustento diario. Los
permanentemente excluidos no sólo de la política sino también de la existencia
como colectividades y como individuos.

Al darle voz a los antiguamente silenciados y ampliar la base social de la


democracia representativa, se incorporan al ejercicio ciudadano nuevos actores
sociales descartados hasta el momento de la participación política, aparecen
nuevas formas de expresión de la voluntad de los ciudadanos en la búsqueda
de espacios de deliberación y consecuentemente de poder e incidencia en
ámbitos ampliados, lo cual constituye un gran desafío tanto para los recién
reconocidos como ciudadanos como para los tradicionalmente reconocidos
como tal, que no quieren perder sus privilegios.

Por ello no basta con reconocer sus derechos ciudadanos y dar prioridad a la
ejecución de políticas públicas dirigidas a crear un mínimo de condiciones
sociales, se requiere que conozcan los problemas y las carencias de su
sociedad; que reflexionen y opinen sobre ellas; que discutan las distintas
propuestas y alternativas para enfrentarlos, estén enterados del funcionamiento
y las atribuciones de sus instituciones; el estado actual de la vida política de la
sociedad y para ello necesitan reconstruir sus propias identidades e
inevitablemente sus prácticas políticas, necesitan de una cultura política común
cuyo rasgo distintivo sea la emancipación7.

Una adecuada cultura de la ciudadanía constituye una de las precondiciones


de la democracia que, para su cabal funcionamiento, requiere de actores que
conozcan los problemas y las carencias de su sociedad; que reflexionen y
opinen sobre ellas; estén enterados del funcionamiento y de las atribuciones de
sus instituciones; en suma, que participen. Sin estas precondiciones la
democracia corre el riesgo de convertirse en algo vacío, en un mero
mecanismo a través del cual los individuos manifiestan sus preferencias
privadas, sin que medie contraste, valoración, ni discusión alguna.
Consecuentemente la cultura política de un pueblo no determina, la existencia
o no de una democracia, pero sí la calidad de esta última. (Woldenberg J,
2001)

La reconstrucción de sus propias identidades, prácticas políticas y en general


de una cultura política común no es obra de un día, ni dichos procesos se dan
de manera automática una vez que se establezcan gobiernos a favor de las
mayorías excluidas, se trata de un proceso de deconstrucción y construcción
donde influyen múltiples agentes socializadores tanto a favor, como en contra.

7
La definición de cultura política emancipadora y sus rasgos distintivos pueden Pérez Gómez Marta
Margarita, 2007, “Cultura política emancipadora, una visión del futuro” en “Destinos culturales y
políticos ante la Globalización”, Coordinadores Valdés Célida, Sánchez Roberto y García Mario Alberto,
México, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Universidad de la Habana, Universidad
Interamericana de Puerto Rico y Universidad de Guadalajara.
Entre los que se destacan los medios de difusión masiva. Estos al mantenerse
al servicio del gran capital a través de sus códigos de socialización procuran
reforzar el significado de ciudadanía que responde a los intereses de las
democracias representativas tradicionales en las que, los ciudadanos delegan
su consentimiento para ser gobernados disminuyendo o eliminando sus
posibilidades de acción, obstaculizando desde los imaginarios culturales la
participación ciudadana limitándola al ejercicio del voto y estimulando la apatía
respecto a la política.

Sin embargo en el cada vez más complejo y heterogéneo panorama social y


político Latinoamericano, la participación no puede limitarse a la tradicional
asistencia a las elecciones, ni al consumo de aquellas políticas públicas
encaminadas a dar solución o a palear los problemas acumulados, ni siquiera a
ser ejecutores de las decisiones políticas tomadas por otros. Sino que se trata
de participar en la producción, ejecución y consumo de las políticas públicas.

Se requiere de una nueva ciudadanía que no vea a la política como una casa
de beneficencia sino el espacio público donde afluyen las aspiraciones de las
diferentes identidades colectivas y construyen las meta aspiraciones políticas y
sociales y en consecuencia ordenan los comportamientos políticos en función
de hacer realidad estas. Lo que resulta un gran desafío, pues durante siglos
alrededor de este espacio público se creó una barrera infranqueable para la
mayoría, ya que siempre fue un espacio patrimonial y exclusivo de los
políticos.

El ciudadano ha de sentirse parte de una estructura social y política, y sobre


todo, asumir responsabilidades y obligaciones en la construcción de la
sociedad. Es poder, entendido como la facultad de realizar actividades con
plena autonomía, tomando decisiones responsables en el contexto social
actual. Es la capacidad de las personas para asumir compromisos en un
ambiente social y político con el que nos identificamos al sentirnos parte de él,
logrando convivir.

Todos somos titulares de poder por lo tanto podemos influir e intervenir en la


toma de decisiones en diversos espacios de nuestra vida. Es necesario que la
ciudadanía se reconozca como tal, asuma su condición de representante del
pueblo y actúe en correspondencia. Lo cual requiere un aprendizaje
permanente de los valores de la participación y la estabilidad, de la pluralidad y
la paz, del ejercicio de los derechos y la legalidad, del despliegue de los
intereses propios y la autolimitación, de la contienda y la cooperación y de la
tolerancia

Este aprendizaje no sólo va dirigido a los nuevos ciudadanos, sino también


hacia aquellos que hasta ahora habían decidido en los destinos del país sin
tener en cuenta la opinión de las grandes mayorías y que no están dispuestos
a ceder las cuotas de poder acumuladas para asegurar la consolidación y
reproducción del poder burgués. Ejemplo de ello es el juicio político a la
presidenta Dilma en Brasil, donde el parlamento burgués amparado en un
dudoso, complicado y parcializado sistema judicial destituyó “legalmente”, a la
Presidenta democráticamente elegida por el pueblo brasileño en las últimas
elecciones realizadas en ese país.

Con la representación, lejos de ampliarse, se reduce la participación a una u


otra actividad política determinada por las élites de poder y se aleja el poder
real de la ciudadanía, para quedar en manos de los gobernantes, que si bien es
cierto que forman parte de esa ciudadanía y afirman en sus discursos y
declaraciones defender los intereses del pueblo porque son sus
representantes. Es obvio que es un eufemismo que esconde la presencia de
quienes detentan el poder o sus beneficiarios directos. El bien del pueblo o los
reclamos del pueblo no significan, en esos casos, más que el bien o los
reclamos de los grupos influyentes y minoritarios de un determinado país.

De ahí que podamos afirmar que el ciudadano lejos de representar los


intereses del pueblo, constituye uno de los componentes del sistema de
dominación capitalista.

Referencias

1. Ain Bilbao María Luciana, 2008 Ser ciudadano en América Latina: Un


status conflictivo, Iberoamerica Global, vol. 1 No. 4 recuperado en https//:
dialnet. uniroja.es/ejemplar/203300.
2. Alonso Emilio, 2017 Pueblo, 'peuple', 'people', 'volk', Recuperado de
https:// www.elplural.com/autonomias/2017/09/26, consultado el 25 de oct 2017
3. AnrupRoland y Oien Vicente, Ciudadanía y Nación en el proceso de
emancipación en anales_2_anrup_oien.pdf
4. Arendt, 2002 La vida del espíritu, Buenos Aires, Paidos.
5. Botana Natalio, 2004 Dimensiones históricas de las transiciones a las
democracias en América Latina, en La democracia en América Latina. Hacia
una democracia de ciudadanos y ciudadanas. Contribución para el debate,
recuperado en https//:dialnet.uniroja.es/servlet/articulo?codigo=5018423
6. Buch Sánchez Rita María, 2011, Historia de la Filosofía, Tomo II, La
Habana, Editora Félix Varela.
7. Cortina A. 1999, Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría de la ciudadanía,
Madrid, Alianza Editorial.
8. D’ Mignolo Walter, 2005 La colonialidad del saber: Eurocentrismo y
Ciencias Sociales. Perspectivas latinoamericanas, La Habana, Editorial de
Ciencias Sociales.
9. O’Donnell, G. 2004, Acerca del Estado en América Latina. Diez tesis para
su discusión. Texto preparado para el proyecto “La Democracia en América
Latina,” recuperado en
https//:ecaths1.s3.amazonaws.com/estadoypoliticaspublicas/618276968.acerca
del estado.
10. Rousseau J, El Contrato Social, 2007, Recuperado en el sitio
http://www.lecturaria.com/autor/4379/jean-jaques-rousseau
11. Rousseau, J. Emilio, Recuperado en el sitio
http://www.lecturaria.com/autor/4379/jean-jaques-rousseau
12. Woldenberg J. 2001 Consolidación democrática y cultura política en
Revista Etc. Recuperado en http://www.etcetera.com.mx/pag60ne23.asp

Bibliografía
1. Aguilera Portales Rafael E. 2007, El desafío de una ciudadanía mundial en
el nuevo orden internacional, en Colectivo de Autores, Coordinadores Valdés
Célida, Sánchez Roberto y García Mario Alberto Destinos Culturales y Políticos
en la Globalización”, México, Univ. Michoacana de San Nicolás de Hidalgo,
Universidad de la Habana, Univ. Interamericana de Puerto Rico, Universidad de
Guadalajara,
2. Ain Bilbao María Luciana, 2008 Ser ciudadano en América Latina: Un
status conflictivo, Iberoamerica Global, vol. 1 No. 4, recuperado en https//:
dialnet. uniroja.es/ejemplar/203300. ( 24-10-2016)
3. Alonso Emilio, 2017 Pueblo, 'peuple', 'people', 'volk', Recuperado de
https:// www.elplural.com/autonomias/2017/09/26, consultado el 25 de oct 2017
4. Anrup Roland y Oien Vicente.1999, Ciudadanía y Nación en el proceso de
emancipación recuperado en https//
anales_2_anrup_oien.pdf (3 – 4 – 2010)
5. Arendt, 2002 La vida del espíritu, Buenos Aires, Paidos.
6. Aristóteles, Libro III. “Política”, recuperado en el sitio http:// descarga-gratis-
libros.blogspot.com/ (12-5-2009)
7. Botana Natalio, 2004 Dimensiones históricas de las transiciones a las
democracias en América Latina, en La democracia en América Latina. Hacia
una democracia de ciudadanos y ciudadanas. Contribución para el debate,
recuperado en https//:dialnet.uniroja.es/servlet/articulo?codigo=5018423 (20-4-
2017)
8. Buch Sánchez Rita María, 2011, Historia de la Filosofía, Tomo II, La
Habana, Editora Félix Varela.
9. Castro Fidel, La Historia me Absolverá, 1953. versión digital
10. Castro Fidel, Discurso el 1ero de Mayo de 1980, versiones taquigráficas del
Consejo de Estado.
11. Cortina A. 1999, Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría de la ciudadanía,
Madrid, Alianza Editorial.
12. D’ Mignolo Walter, 2005 La colonialidad del saber: Eurocentrismo y
Ciencias Sociales. Perspectivas latinoamericanas, La Habana, Editorial de
Ciencias Sociales.
13. Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789.
Recuperado en
http://www.fmmeducación.com.ar/Historia/Documentoshist/1789derechos.htm.
(3 – 4 – 2010)
14. Gabriel Cohn, 2003, Civilización, ciudadanía y civismo: la teoría política
ante los nuevos desafíos. en Atilio A. Borón, Filosofía política contemporánea.
Controversias sobre civilización, imperio y ciudadanía. Argentina, CLACSO,
ISBN: 950-9231-87-8. Recuperado en la Web:
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/teoria3/cohn.pdf. (20-4-2017)
15. Gallegos Enrique G., 2011 Del sujeto abstracto al ciudadano: apertura y
clausura de la ciudadanía en la modernidad en Revista Polis vol.7 no.2, México
versión impresa ISSN 1870-2333, recuperado en
www.scielo.org.mx/pdf/polis/v7n2/v7n2a4.pdf (20-4-2017)
16. González J. 2007, Tecnología Política: la complejidad reducida, La Habana,
Editorial de Ciencia Sociales.
17. González, J. 2006 El Estado y el gobierno: ¿La sociedad civil
secuestrada?, en Colectivo de Autores “El estudio de la Nueva Ciencia Política.
Perspectivas generales, México, Universidad de la Habana, Centro de
Estudios Estratégicos, Benemérita Sociedad Mexicana de Geografía y
Estadística y Gobiernos del estado de México.
18. Mallo Susana 2010 Democracia, ciudadanía y participación: nuevos sujetos
sociales, Grupo Interdisciplinario “Estado, Sociedad y Economía” en los siglos
XX y XXI (GIESE 2021) Serie ponencias del taller PT 01/10
19. O’Donnell, G. 2004, Acerca del Estado en América Latina. Diez tesis para
su discusión. Texto preparado para el proyecto “La Democracia en América
Latina,” recuperado en
https//:ecaths1.s3.amazonaws.com/estadoypoliticaspublicas/618276968.acerca
del estado. (20-4-2017)
20. Pérez Gómez Marta M 2007, Cultura política emancipadora, una visión del
futuro” en Colectivo de Autores, Coordinadores Valdés Célida, Sánchez
Roberto y Garcia Mario Alberto Destinos Culturales y Políticos en la
Globalización”, México, Univ. Michoacana de San Nicolás de Hidalgo,
Universidad de la Habana, Univ. Interamericana de Puerto Rico, Universidad de
Guadalajara,
21. PNUP 2004, Hacia una democracia de ciudadanos y ciudadanas.
Contribución para el debate, Buenos Aires. Recuperado en https//
dialnet.unirija.es servlet/libro?codigo=567783. (20-4-2017)
22. Rousseau J, El Contrato Social, recuperado en el sitio
http://www.lecturaria.com/autor/4379/jean-jaques-rousseau. Trabajo original
publicado 1762
23. Rousseau, J. Emilio, recuperado en el sitio
http://www.lecturaria.com/autor/4379/jean-jaques-rousseau. Trabajo original
publicado en 1762
24. Woldenberg J. Consolidación democrática y cultura política en Revista Etc.
Recuperado en http://www.etcetera.com.mx/pag60ne23.asp (3 – 4 – 2010)

Regresar al Índice

Capítulo 2: El sistema político de la sociedad capitalista.

2.1-El sistema político. Sus componentes.


Dr. C Carlos Cabrera Rodríguez

La noción de sistema político procede, originariamente de la teoría de sistemas,


que ponderaba el examen de los procesos que se dan al interior de los
sistemas, por encima de sus formas estructurales. La mayoría de los estudios
se han concentrado en cómo logra persistir un sistema político dado en un
determinado ambiente que le sirve de marco, y cómo éste reacciona frente a
las influencias y tensiones que inciden sobre él en diferentes momentos.

En las condiciones actuales de lo que se trata, es de proyectar análisis del


sistema político en términos dinámicos, que permite interpretar los procesos
políticos en su complejidad, concebido como un flujo continuado y entrelazado
de comportamientos. En tal sentido, resulta imprescindible estudiar, todos los
aspectos de ese proceso (ambiente, influencias, instituciones, autoridades,
decisiones, reacciones, conflictos, contradicciones), pero no desde una óptica
estrictamente formal, sino concibiendo todo ello desde la perspectiva del
análisis de la totalidad social, en las complejidades que se revelan en su
determinación dinámico-procesual.

2.1.1 Principales concepciones y modelos teóricos sobre el sistema


político capitalista.
La necesidad del sistema capitalista de perfeccionar sus mecanismos de
estabilización y adaptación en el período de postguerra plantearon ante la
ciencia política en Occidente el imperativo de buscar nuevos instrumentos y
procedimientos teóricos que cumplimentaran ese rol. De este modo surge
dentro de la Politología Occidental toda una serie de teorías acerca del
surgimiento y desarrollo del sistema político capitalista, algunas de las cuales
han devenido en modelos de funcionamiento y desarrollo de dicho sistema.
En torno a esta problemática existen, al igual que sobre otras muchos aspectos
más específicos, diferentes enfoques. Algunos autores como los de la obra
Contemporary political analysis (1967) la edición de J. Charlesworth, destacan
que el origen de tal concepción se encuentra fuera de los marcos de la ciencia
política contemporánea, remontándose el mismo, según éstos, a los
momentos de génesis del pensamiento político antiguo, como pueden ser los
casos de Aristóteles, T. Hobbes, etc. A este último se le llega incluso a
considerar como el precursor del primer enfoque sistémico aplicado a la
política. (Charlesworth, p.164) En este caso tales autores no persiguen otra
cosa que buscar en la historia del pensamiento político una fuente legitimadora
de sus ideas.

Otros autores, sin negar el posible vínculo que, según ellos, pudiera existir
entre esta teoría y los orígenes del pensamiento político, destacan que la
principal fuente para el surgimiento de esta concepción debe buscarse en el
proceso de evolución de la politología y sociología occidentales. Tal es el
criterio seguido por autores tales como G. Almond, M. Weinstein (Weinstein:
1971,12), H. Jaguaribe (Jaguaribe:1973,138), quienes destacan que el primer
politólogo que describe la vida política utilizando la teoría sistemática lo fue D.
Easton, quien al mismo tiempo, se basa en la concepción de T. Parsons acerca
del análisis sistémico y estructural de la vida social. D. Easton en varias de sus
principales obras (véase The political system, an inquiry in to state (1953), A
framenwork for political analysis (1965), no sólo expone y desarrolla su
concepción sobre los fundamentos del sistema político (Véase Anexo 1), sino
que además, como destaca M. Weinstein (1971), “presta una mayor atención a
aquellos problemas vinculados al estudio de la conducta política y menos a la
descripción histórica del desarrollo de las ideas políticas”. (Weinstein, 1971: 41)
Tales trabajos de D. Easton fueron a su vez tomados como fundamento teórico
por posteriores politólogos como lo constituyeron los casos de F G. Almond y
T. Powell, en Análisis político comparado (1966), de M. Kaplan, en Teoría
sistémica (1967) y en Política internacional. Sistema y proceso (1957). (Véase
Anexo 2)

Otros postulados teóricos a partir de los cuales se analiza al sistema político


son las tomadas por ejemplo de la teoría cibernética. Tal es el caso de K.
Deutsch (1973), quien considera al sistema político como una red comunicativa
autotransformada que se caracteriza por un determinado nivel de organización,
comunicación y control. (Véase Anexo 3)

Otras causas del surgimiento y difusión de la teoría sistémica aplicada al


análisis del sistema político lo constituye la influencia no sólo de esa ya
mencionada concepción sobre el funcionamiento del sistema social, de T.
Parsons, sino también y muy próximo a ésta, la de R. Merton, la influencia, por
otra parte, de la teoría general de los sistemas de L. F. Bertalanfy, de las
teorías acerca del origen y formación de los grupos de presión o grupos de
interés, de las teorías sobre el denominado “desarrollo político”, etc.

La popularidad alcanzada por la teoría sistémica dentro de la Politología se


explica en parte por su proyección relativamente crítica en relación con
anteriores concepciones como lo era el behaviorismo, así como por los
esfuerzos de ésta por construir un nuevo modelo en el cual la teoría política se
vincule más orgánicamente con la práctica política. Particularmente en la
concepción de D. Easton se intenta construir un modelo en el que las
categorías que lo conformen aparezcan suficientemente definidas. En su
concepción se observa como en el orden metodológico se nota la confluencia
de varios enfoques (el behaviorista, el estructural-funcionalista, el normativo,
etc.), deviniendo su concepción como en especie de una teoría estructural
funcionalista con modificaciones.

De esta forma, al analizarse las principales causas y condiciones que hacen


posible el surgimiento de la teoría sistémica aplicada al análisis del sistema
político, se observa como en la misma tales aspectos se aplican a través de
factores meramente técnicos, adoleciéndose del análisis del papel que juegan
los factores socio-económicos, políticos e ideológicos considerados como un
todo.

¿Qué elementos sin embargo son esgrimidos dentro de la teoría politológica


como causas que han promovido el desarrollo de esta teoría? En el análisis de
las causas que condicionan el surgimiento del modelo teórico sistémico suelen
exponerse los llamados “impulsos científicos intelectuales”, la “sed teórica”
existente, etc. Los primeros se hacen vincular al amplio empleo de métodos de
análisis cuantitativo aplicado al estudio de la política. Por su parte la “sed
teórica” se hace vincular con la etapa de desarrollo de la Politología
correspondiente a los años 50 del pasado siglo, que exigió la elaboración de
nuevas construcciones teóricas.

Realmente debe destacarse que lo que está detrás de todo esto lo constituía la
situación de descrédito existente en los marcos del sistema político en lo que a
funcionamiento se refiere y que urgía de la necesidad de rescatar cuanto antes
su autoridad y prestigio. Como señala el politólogo R. Goldman (1972) , la
teoría sistémica se proyecta como una alternativa crítica al análisis puramente
empirista de los fenómenos políticos, reflejando un significativo interés por
examinar el proceso a través del cual se integran el todo y sus partes.
(Goldman, 1972: 362-365)

2.1.2 Tratamiento del sistema político dentro de la politología occidental


burguesa.
En torno al sistema político y como este debe ser entendido existen diferentes
enfoques. Según Ch. Debbach (1974) el sistema político es “el conjunto de
interrelaciones políticas existentes en los marcos de un sistema global y todo
abarcador como lo es la sociedad. (Debbach, 1974: 253)
Por otra parte, St. Coleman (1975) destaca que “el sistema puede ser definido
como el conjunto de objetos y elementos (reales y abstractos) tomados
conjuntamente con las relaciones existentes entre estos.” (Coleman, 1975: 13)

En el criterio de T. H. Madrow (1974) el sistema político capitalista se


caracteriza como el conjunto de objetos y sus rasgos que conforman una red
de relaciones.” (Madrow, 1974, 13)
Tales definiciones no dejan de provocar, según reconocen incluso algunos
politólogos, no pocas dificultades en el proceso de operar con tal concepción,
como sucede por ejemplo con el caso de I. Hoose (1974). Este señala que “la
ausencia de una definición sólida y establecida de sistema político, conduce a
algunos investigadores que emplean el análisis sistémico, a toda una serie de
innovaciones metodológicas que por regla general contradicen los principios
fundamentales (dogmas) del método científico.”8 (Hoose ,1974: 16)

El análisis de las concepciones de politólogos occidentales sobre el concepto


de sistema político indica no sólo lo contradictorio de su determinación interna,
sino también la incompatibilidad teórica existente entre las mismas. El propio I.
Hoose (1974) define al sistema político como un complejo de ideas, principios,
leyes, doctrinas, etc., que forman un todo único y que complementan el
contenido de una determinada filosofía, religión, forma de gobierno…” (Hoose,
1974: 16) Este autor, como se observa, examina al sistema político sin exponer
en ningún momento el sustrato material que fundamenta dicha estructura.

En otros casos, como resulta la definición aportada por H. Wiseman (1966), se


hace notar el marcado hincapié en el enfoque estructural funcionalista, al
entender por sistema político el “sistema de interacciones existentes en todas
las sociedades independientes, que cumplimenta funciones de integración y
adaptación, con ayuda del uso, o amenaza de empleo de medios de
concepción más o menos legalizados.” (Wiseman, 1966: 100)

Otro hecho que salta a la vista resulta lo excesivamente abstracto de la gran


mayoría de las definiciones que sobre el sistema político existen, en tanto se
caracterizan por un marcado distanciamiento de la realidad capitalista que en
cada caso le sirve de marco de referencia. Lo anteriormente apuntado se pone
de manifiesto tanto en las definiciones ya expuestas, como también en las que
a continuación y a manera de ejemplo se añaden. M. Kaplan (1969), por
ejemplo, asume el criterio de entender al sistema político como “conjunto de
cambios de dimensión relacionadas entre sí por una o varias funciones.”
(Kaplan, 1969: 25)
O. Young (1968) por su parte lo define como un conjunto de elementos que se
encuentran en interrelación, conformado por toda una “serie de partes
interrelacionadas entre sí”, o como un “conjunto de objetos tomados
conjuntamente con las relaciones que existen entre estos y sus atributos.”
(Young, 1968: 15) Cabe destacar de forma general como las definiciones que
a manera de ejemplo hemos tomado, evidencian las serias limitaciones que
dentro de la Ciencia Política contemporánea se han hecho de un aspecto tan
medular como el de la definición del concepto de sistema político, en las cuales
resalta su alto grado de abstracción, y por ende son impropias para entender la
esencia de un fenómeno político de tal magnitud y complejidad. Por otra parte,
en aquellos casos en que pueda inferirse una relativa aproximación a una
definición de real valía científica para el examen del sistema político, tal
aproximación por regla general sólo se logra de manera parcial, al referirse en
unos casos al carácter de las relaciones entre los elementos que conforman el
sistema, o en otros, en los que se ponderan las ideas y concepciones que
están detrás de los momentos de estructuración y funcionamiento del sistema
en cuestión.

Para entender entonces lo esencial de un sistema político debemos partir del


carácter y naturaleza social del sistema político en cuestión. En tal sentido, el
problema relativo al carácter y naturaleza social del sistema político forma
parte, dentro de un contexto más amplio, del carácter y naturaleza de la propia
sociedad en cuestión, de la correlación de fuerzas sociales que en los marcos
de ésta se experimentan, de los cambios y transformaciones que acontecen en
su sociedad civil, así como de las ínter influencias que entre todos estos
aspectos suelen producirse.

El carácter de tales relaciones e interdependencias fue formulado por C. Marx


en su conocida “Carta a P. V. Annenkov”, cuando señalaba: “A determinadas
fases de desarrollo de la producción del comercio, del consumo corresponden
determinadas formas de constitución social, una determinada forma de
organización de la familia, de los elementos o de las clases, en una palabra,
una determinada sociedad civil. A una determinadas sociedad civil,
corresponde un determinado Estado Político, que no es más que la expresión
oficial de la sociedad civil.” (Marx, Engels, Lenin, 1975: 169)
Este pasaje marxista no sólo nos servirá de punto de partida, sino también de
brújula metodológica para abordar el tema que nos ocupa. Antes de
adentrarnos propiamente en el análisis en torno a qué entender por sistema
político capitalista, conviene esclarecer qué entender por sistema, para de aquí
pasar a definir lo que es el sistema político.

El concepto de sistema ha sido ampliamente utilizado para caracterizar las más


diversas configuraciones que pueden ser concebidas como un todo. Al
respecto merece exponer lo que destacaba F. Engels: “… el mundo es un
sistema único, o sea un todo relacionado, pero el conocimiento de este sistema
supone el conocimiento de toda la naturaleza y la historia…”, (Marx, Engels,
1954: T-20, 630) y añadía-, “…toda la naturaleza al alcance de nosotros
conforma un determinado sistema, como un determinado conjunto de
relaciones de cuerpos…”, (Marx, Engels, 1954: T-20, 392) “…toda la naturaleza
se presenta ante nosotros como un determinado sistema de relaciones y
procesos…” (Marx, Engels, 1954: T-20, 513)

Como se observa en las referencias anteriores, deviene fundamental en la


comprensión de uno u otro sistema entender este como un todo conformado
por elementos que se interaccionan e interrelacionan. Siguiendo tales pautas
podemos aproximarnos a entender el sistema como un conjunto estructurado
de elementos regularmente interrelacionados entre sí, que se ordenan
siguiendo una determinada ley o principio, y que actúan como una entidad
propia cuyas características devienen la síntesis de la interrelación de sus
elementos constitutivos, modificable al sustraer del sistema a alguno de ellos.

De esta forma es posible hablar de sistema de diversa índole como lo


constituyen el sistema solar, los sistemas biológicos, así como los relacionados
con la sociedad. En este caso cabe hablar de sistema social, o de sistemas
sociales. Conviene destacar el hecho de como en el marxismo originario los
términos “sistema”, y “totalidad” suelen entenderse en interrelación estrecha. Al
decir del propio C. Marx, (año de la publicación utilizada) “el propio sistema
orgánico como un todo en su conjunto tiene sus premisas, y su desarrollo,
orientado a la totalidad, se conforma precisamente al subordinar a sí mismo
todos los elementos de la sociedad, o crear, partiendo de ello, los órganos que
no le son alcanzables. Por esta vía, el sistema en el curso de su desarrollo
histórico se transforma en totalidad. El establecimiento por el sistema, de la
totalidad, constituye un momento de ésta, del proceso, de su desarrollo.” (Marx,
Engels, 1954: T-46 Parte I, 229) (Como ya habíamos expuesto, el concepto de
sistema aplicado a la vida social nos permite hablar de sistema social. Como
bien considera M. Duverger (1983), el sistema social es “un conjunto
estructurado y coordinado de interacciones sociales que actúan como una
entidad…”, y donde- “…cualquier sociedad, grupo, colectividad, o agrupación,
forma un sistema de interacciones.” Y continúa M. Duverger (1983), “…Decir
que un conjunto de interacciones humanas constituyen un sistema significa:

a) que los elementos que constituyen este conjunto son interdependientes,


b) que están organizados según un encadenamiento ordenado,
c) que la entidad formada por la entidad de estos elementos no es equiparable
a su suma,
d) que esta entidad reacciona globalmente, como un todo, a las presiones
externas, y a las reacciones de sus elementos internos. (Duverger,1983:
303)

El sistema social aglutina en sí mismo los rasgos y propiedades generales


inherentes a cada formación económico-social (FES). A cada FES concreta le
es inherente un sistema social con una compleja estructura interna dentro de la
cual puede hablarse de la existencia de diferentes subsistemas (el económico,
el socio-clasista, el político, el ideológico espiritual). Tales subsistemas pueden
ser a su vez concebidos como sistemas con funciones y estructuras propias.

Por estructura vamos a entender la organización interna del sistema en su


conjunto, la cual representa el modo específico en que se relacionan e
interactúan los elementos que la conforman. Los rasgos distintivos de los
elementos estructurales son:
 Su relación estrecha y directa con la estructura, determinando así la
especificidad cualitativa del todo,
 Su estricto ordenamiento, su integración e interdependencia, así como
también su compatibilidad con la estructura del sistema en su conjunto.
La comprensión del elemento como el componente mínimo del sistema solo
puede ser comprendida en su relación con la estructura del sistema en su
conjunto. En este sentido, los elementos no sólo se relacionan entre sí, si no
que en el orden cualitativo caracterizan al sistema en su conjunto en rasgos
tales como lo pueden ser el grado de organización y lo contradictorio en el
orden interna, su amplitud, etc.
e) Dentro del marxismo clásico el sistema económico se ha hecho representar
principalmente a través de la categoría de base, entendida esta como el
régimen económico, o el conjunto de relaciones de producción de un
determinado tipo que permite diferenciar a una FES de otra. Los
subsistemas político e ideológico-espiritual estarían comprendidos dentro de
la superestructura. Esta última se ve conformada por todo un conjunto de
ideas sociales, de relaciones (políticas, jurídicas, filosóficas, religiosas, etc.),
así como de instituciones y organizaciones todas las cuales se derivan y
dependen de la base económica que la sustenta, al mismo tiempo que
estas, de forma inversa, desarrollan su influencia sobre dicha base.
(Duverger,1983: 303)

En algunos momentos los clásicos del marxismo emplean los términos de


“superestructura política”, “régimen político”, para enfatizar las relaciones de
dependencia y de relativa independencia de los fenómenos políticos con
respecto a los fenómenos socio - económicos. En tales casos nosotros la
identificamos con el término “sistema político”, sin adentrarnos en descubrir los
diferentes puntos de vista en torno a la relación existente entre las
concepciones de superestructura política y sistema político, al no ser el centro
de nuestra atención en este trabajo. Nuestro interés se vincula mayormente al
hecho de que el término sistema político nos permite ofrecer más
operacionalmente una visión totalizadora de los fenómenos políticos, mostrar la
interrelación e interdependencia de los elementos que lo conforman, la
subordinación de estos al todo, así como también,- tal como se expresa en
Carta de F. Engels a I. Bloch, del 21 de agosto de 1890, la influencia práctica
de un todo sobre la base socio-económica de la sociedad. (Marx, Engels, 1954:
T-20, 520-521)
Después de exponer de manera general, como se ha comportado el
tratamiento teórico al concepto de sistema político dentro de la producción
politológica, y de haber precisado algunas de los elementos que desde nuestro
punto de vista no pueden dejar de tenerse en cuenta al tratar dicha
problemática¸ podemos concluir que por sistema político vamos a entender el
conjunto de instituciones (organización política), de relaciones, normas
políticas y jurídicas, así como la cultura e ideología políticas orientadas al
afianzamiento, desarrollo y defensa de un régimen social determinado.

En el caso concreto objeto de nuestro estudio, tal definición podría ser


operacionalmente un importante punto de partida en la aproximación al examen
del sistema político tanto para la sociedad en transición al socialismo como
para la sociedad capitalista.

Una vez realizada esta introducción necesaria, pasaremos a exponer cómo se


ha comportado el tratamiento teórico de la estructura y funcionamiento del
sistema político capitalista. La propia lógica de análisis utilizada hasta aquí será
la utilizada al abordar los ulteriores aspectos.

2.1.3 Estructura del sistema político capitalista.


En torno al análisis de la estructura del sistema político capitalista dentro de la
producción politológica occidental pudieran distinguirse convencionalmente tres
grupos de concepciones.
El primer grupo incluye, entre otras, las concepciones de G. Almond, M.
Weinstein, St. Coleman., etc., las cuales hacen hincapié en aquellos “objetos”
como lo son las categorías de rol, interacción, tipos de conducta, modelos de
conducta de los sujetos. Al respecto R. Goldman (1972) señala que “cualquier
sistema social se conforma de individuos, y de los roles cumplimentados por
estos”, así como que “…cualquier sistema social se forma de los roles jugados
por diferentes naciones, ciudadanos, electores, no raras veces vinculados e
interrelacionados con las leyes con los funcionarios estatales, tribunales y otras
personalidades oficiales”, -y añade-, “los mismos individuos que juegan
determinados roles en el sistema político de la sociedad, cumplimentan los
mismos también en otros sistemas sociales, tales como la economía, la
comunidad religiosa, la familia, diferentes organizaciones voluntarias. Tan
pronto como los individuos entran a formar parte de las relaciones políticas, se
enrolan en campañas electorales, o en determinadas demostraciones,
comienzan a sustituir sus roles no políticos, por políticos.” (Goldman, 1972:
366) Un segundo grupo es el representado por R. Khan, J. Mc. Niven, St.
Mackown, D. Easton, etc., quienes destacan el hecho de que el sistema político
no se conforma de roles o tipos de conducta, sino por el “sistema mismo de
individuos, grupos y organizaciones las cuales en su interrelación e influencia
mutua provocan una influencia dominante sobre el proceso de creación y
realización en la vida, en la fundamentación de las reglas que rigen la vida
interna de toda la sociedad.” (Almond, 1965: 188) A este grupo pertenecen
también aquellas que consideran elementos estructurales del sistema político
a los “institutos gubernamentales”, “grupos de presión”, “partidos políticos”, etc.
(Khan, Mc Niven, Mascown, 1972: 22)

El tercer grupo, es el conformado, entre otros, por Th. Madrow, C. Chelf, H.


Jaguaribe, así como el ya citado R. Goldman. Estos señalan que el sistema
político se constituye de componentes heterogéneos “entre los que se tienen
las entradas al sistema político y las salidas del mismo, los procesos de toma
de decisiones, las relaciones directas e indirectas.” (Easton, 1964: 97) Entre
estas últimas se ubican las denominadas “reglas esenciales” las cuales
representan “modelos de actividad política necesarias para el equilibrio del
sistema”. Se tienen también las “reglas transformadoras”, las cuales se
presentan en forma de “principios generales sobre la base de las cuales
transcurre el proceso de cambio y transformación de unas reglas esenciales
por otras.” “Los cambios informativos”, que influyen en todo el volumen de
información que poseen los sujetos de las relaciones políticas, sobre la
situación del sistema político, su capacidad para influir en el modelo
circundante, sobre el funcionamiento y existencia en sus marcos de las reglas
sistémicas fundamentales, etc.” (Madrow, Chelf, 1974: 3) Con este grupo se
vinculan los puntos de vista según los cuales en calidad de elementos
estructurales del sistema político se examinan las ideas políticas, doctrinas,
principios, esquemas formales y métodos de dirección de las diferentes
organizaciones. (Kaplan, 1969: 212-214)
Por otra parte, según R. Goldman, la estructura se relaciona con aquellas
partes componentes del sistema político, con las cuestiones vinculadas con el
proceso de surgimiento, transformación y desarrollo, con los problemas del
funcionamiento de diferentes elementos estructurales del sistema político
capitalista, con la coordinación de la actividad de éstos y su paulatina
“extinción”.

Al examinar estos puntos de vista expuestos con anterioridad acerca de la


estructura del sistema político capitalista, resulta necesario prestar atención
sobre las bases socio-políticas y teóricas formales sobre las cuales este se
sustenta. En primer lugar en los politólogos sistémicos no existe una
comprensión homogénea acerca de la estructura del sistema político, ni una
representación precisa sobre las mismas, sobre la solución de los problemas
que surgen, relacionados con el proceso de su establecimiento.

En segundo lugar, existe una confusión en lo teórico y metodológico en cuanto


a los criterios de selección y clasificación de los diferentes elementos
estructurales. En tercer lugar, tales teóricos ignoran la esencia clasista y el
contenido social que forma parte del sistema político en su conjunto, en
particular de sus institutos, normas, principios y relaciones políticas. En cuarto
lugar, ellos confunden la estructura política de la sociedad con la estructura
social, incluyendo dentro de la primera a diferentes grupos, clases y capas
sociales.

No pocas veces se advierten serios errores metodológicos al subvalorarse, en


ciertos casos, el papel y significación de determinados fenómenos políticos, y
en otros, se sobrevalora el significado de las relaciones que se establecen
entre diferentes institutos, teniéndose éstas como algo independiente, y que
existen por sí mismo dentro de los componentes estructurales del sistema
político. Sobre la subvaloración del papel de los institutos se tiene por ejemplo,
la concepción de H. Wiseman, quien destaca que el sistema político puede
incluir, o puede no incluir al Estado, en la forma en que la hacía representar M.
Weber. (Hoose, 1974: 100) No hay que olvidar que para Weber el Estado era
una relación de hombres que dominan a otros, una relación que se apoya en la
violencia legítima, (es decir, en la violencia considerada como legítima), donde
los dominados han de obedecer la autoridad que los poderes constituidos
reclaman como propia. En el sentido anterior, también se pronuncia D. Easton,
al afirmar que el sistema político como tal puede existir si en su estructura
funciona el Estado y puede existir cuando éste está ausente, como por ejemplo
resulta en la comunidad primitiva. En este caso concreto se observa cómo se
minimiza el papel del Estado en la vida política de la sociedad.

La sobrevaloración del significado del conjunto de relaciones e interacciones, y


del papel de los diferentes institutos políticos, se manifiesta al examinarse la
estructura del sistema político, y el papel que en tales casos se le concede al
Estado. El problema de la estructura del sistema político capitalista resulta de
gran complejidad. De la comprensión que de la misma se tenga, así como de
las funciones (las cuales analizaremos más adelante), depende en no poca
medida la posibilidad o no de poder desentrañar su esencia real.

Según su carácter y estructuración interna, el sistema político capitalista se


presenta como un complejo de sistemas (o subsistemas), lo cual exige un
enfoque diferenciado para su análisis. Ello supone:

1. La clasificación del sistema político según el carácter y la forma en que este


abarca la realidad que lo rodea, en subsistemas particulares.
2. La determinación en cada caso específico, del contenido de los elementos y
estructura de cada uno de los subsistemas componentes.
3. La determinación del carácter de la interrelación e interdependencia entre los
subsistemas particulares, y también en relación con sus elementos internos.
4. La determinación del subsistema principal que sirve de base para el
funcionamiento del sistema en su conjunto.

Analicemos cómo se comportan los aspectos anteriores en el caso concreto


del sistema político capitalista. Para ello resulta de vital importancia el partir de
distinguir algunas de las particularidades que lo caracterizan, y que a su vez
permiten diferenciarlo de otros sistemas. (Los elementos estructurales que lo
conforman suelen contraponerse en ocasiones y conducir esto a situaciones de
incompatibilidad si se parte de su configuración clasista, sus objetivos finales,
etc.) En ocasiones, en las relaciones entre los elementos que lo integran suele
predominar la conflictualidad destructiva sobre la comunidad de objetivos e
intereses.

Teniendo en cuenta lo anteriormente señalado, el sistema político capitalista


puede dividirse estructuralmente en determinados subsistemas que se
diferencian entre sí por su esencia clasista, por su contenido y destino social,
así como por sus tareas y objetivos finales. En la base de tal división se ubica
el componente clasista. Ello permite convencionalmente dividirlo en dos planos:
el vertical y el horizontal. En el plano vertical puede hablarse, por un lado, del
subsistema de organizaciones del bloque políticamente dominante, y por otro,
de aquellos sectores que conforman la oposición y que se subordinan al
primero. Por otra parte en el plano horizontal pueden considerarse los
subsistemas que a continuación pasamos a ilustrar a través del siguiente
cuadro:

SUBSISTEMA CONTENIDO Y DESTINACION


Institucional Formado por los diferentes institutos, organizaciones políticas,
que forman parte de la vida política de la sociedad en su
conjunto.
Funcional presenta al sistema político a partir de las funciones y roles
que cumplimentan los diferentes institutos políticos por
separado, y del sistema político en su conjunto
Comunicativo Formado por las diferentes relaciones que se producen entre
los distintos componentes del sistema político.
Regulativo Formado por un conjunto de normas y medios reguladores
destinados a reglamentar y sancionar la actividad del sistema
político y de cada uno de los subsistemas que lo integran.
Ideal Formado por el conjunto de ideas, teorías, concepciones,
representaciones políticas que desarrollan los diferentes
componentes del sistema político en su conjunto. En otras
palabras, este se relaciona con los fundamentos ideológico -
espirituales del sistema.

Tales subsistemas no pueden por sí mismo, explicar la estructura del sistema


político, ni su funcionamiento. Tampoco cabe pensar que cada uno de estos
subsistemas pueda suplantar a otro. Esto es precisamente lo que no logran
entender autores como D. Easton, G. Almond, al ponderar éstos a uno u otro
subsistema y a partir de su comportamiento, identificarlo con el comportamiento
del sistema político en su conjunto. En tal sentido D. Easton identifica al
sistema político como el “sistema de interacciones que se distinguen de la
conducta social de todo el sistema porque a través suyo se distribuyen
autoritariamente los valores sociales.” (Easton, 1965: 51) Por su parte G.
Almond lo presenta, como un sistema de roles cumplimentados por los
pueblos, individuos por separado, electores, estrechamente vinculados e
interrelacionados, por ejemplo, con órganos legislativos y judiciales, así como
con otras funcionarios.

Resulta igualmente incuestionable el hecho de que los subsistemas no ocupan


el mismo lugar, en cuanto a nivel de importancia se refiere, ni juegan al mismo
papel dentro del sistema político. El rol más importante suele pertenecer al
subsistema institucional, en tanto forma en que se organizan los institutos
políticos dentro del sistema. El resto de los subsistemas juegan un papel
complementario con respecto a éste.

Lo mismo que ocurre con respecto a las relaciones e intervinculaciones entre


los diferentes subsistemas, sucede con el carácter de las relaciones que se
producen entre los elementos, y de éstos con la estructura. Las principales, en
este sentido, son las que se desarrollan en los marcos del subsistema
institucional. Las que se desarrollan dentro de los marcos de los restantes
subsistemas cumplen, en relación con el subsistema institucional, un rol
suplementario.

Después de realizadas tales acotaciones en torno a la estructura del sistema


político capitalista, en calidad de elementos estructurales del mismo pueden
señalarse los siguientes:
1. el Estado,
2. los partidos políticos,
3. las diferentes organizaciones sociales (grupos de presión, movimientos
sociales, etc.)
El criterio fundamental para la clasificación de los elementos estructurales del
sistema político capitalista sigue siendo para nosotros el criterio clasista.
Los problemas fundamentales de la sociedad burguesa en su solución pasan
invariablemente por este prisma. Otra importante cuestión objeto de debate, lo
constituye la siguiente: ¿Abarca el sistema político capitalista sólo a los sujetos
políticos antes mencionados que devienen portadores directos del poder, o
forman también parte del mismo aquellos sujetos políticos situados al margen
de la esfera de acción de las organizaciones e institutos políticos ejecutores del
ejercicio de dominación?. Al respecto, consideramos que la estructura del
sistema político capitalista no debe circunscribirse solamente a los institutos y
organizaciones que conforman el bloque dominante (si bien este deviene
fundamental), sino también, debe incluir a aquellos otros sujetos que de una
forma u otra ocupan un lugar y desempeñan un papel subordinado al bloque
dominante. Esto último acrecienta su importancia cuando se trata de examinar
el funcionamiento mismo del sistema, lo cual veremos a continuación.

2.1.4 Funciones del sistema político capitalista.


Pasemos al análisis propiamente de las funciones que cumplimenta el sistema
político capitalista. En torno a esta cuestión también comenzaremos por
exponer el tratamiento que la misma ha recibido dentro de la producción teórica
occidental. Dentro de esta producción una importante incidencia lo ha tenido
también la teoría sistémica. En ocasiones por función se ha entendido, -como
en este caso lo hacen I. Alan (1975), (Alan, 1975: 218-219) R. Goldman (1972),
etc.-, “cualquier acción que no sólo posibilita el afianzamiento del estado
alcanzando, sino también su ulterior desarrollo.” (Goldman, 1972: 236), Dentro
de las funciones más nombradas dentro de la literatura politológica occidental
según R. Khan, J. McNiven, St. Mackown, se encuentran:
 la “socialización política” -entendida como proceso de “incorporación de los
miembros de la sociedad y sus organizaciones, a la cultura política”;
 el “reclutamiento político” -examinado como proceso de educación político
de los individuos para hacer surgir en éstos determinadas concepciones,
hábitos y representaciones políticas, que les permitan orientarse en la
realización de determinados roles políticos”;
 la “articulación de los intereses” -entendido como proceso con ayuda del cual
se conforman unas u otras demandas y expresan sus intereses los
individuos en relación con el sistema político;
 la “agregación de los intereses” -entendida como la actividad de
determinados elementos estructurales del sistema político, orientada “a la
selección y combinación de una gran cantidad de intereses específicos”, así
como también siendo capaces de reflejar sus programas y demandas con el
objetivo “de la formación de un simple fundamento para la toma de una u
otra decisión política”;
el “establecimiento de reglas de conducta”, las cuales los politólogos
tradicionalmente asocian con el proceso de creación de las leyes jurídicas, sin
tener en cuenta el hecho de que muchas de las iniciativas y demandas
normativas parten en muchos casos de otros componentes del sistema político,
si se tiene en cuenta que, por lo general, la mayoría de estos salen de los
marcos administrativos; la “realización de las normas de conducta establecida”,
las cuales se asocian fundamentalmente con las que los órganos ejecutivos
ejecutan con respecto a “complejas y numerosas estructuras
gubernamentales”, que tienen que ver con la utilización práctica del derecho en
la imposición de impuestos, con el control de la producción de productos,
medicinas, drogas, con la obtención de los ingresos de la ciudadanía, con el
hecho de garantizar la seguridad nacional, etc. (Khan, Mc Niven, Mascown,
1972: 26-29)
Además de las funciones anteriormente referidas se tienen las desarrolladas
por los órganos judiciales en relación con el análisis de los asuntos penales,
administrativos y civiles, y los actos de respectiva toma de decisiones, de la
actividad de los institutos estatales y sociales dirigidas al mantenimiento de la
integridad y cohesión sociales respecto al sistema político, de la adaptación
política, así como del desarrollo de sistemas y medios de comunicación
política. (Goldman, 1972: 377-378)

Conjuntamente con las funciones que cumplimenta el sistema político en su


conjunto, dentro de la politología y sociología política occidentales existen
autores que atribuyen sus distintas funciones a otros niveles, como lo
constituye el análisis de las relaciones existentes entre los diferentes niveles de
funcionamiento del sistema político (entre las funciones relacionadas con el
proceso de transformación de las demandas y sugerencias en decisiones
políticas, entre las funciones relacionadas con el proceso de apoyo y
adaptación del sistema político, así como también el análisis del carácter de las
interrelaciones de las funciones que se cumplen a diferentes niveles de
actividad del sistema político.” (Benjamin, 1982: 191)
De estas funciones se destaca el proceso de transformación de las formas y
sugerencias que parten de diferentes sectores y organizaciones de la sociedad,
en decisiones políticas, que concretamente se forman a través de: 1) “distinguir
y articular los intereses o demandas, 2) la unión o agregación de los intereses
que están en la base de las demandas y sugerencias políticas, 3) la
transformación de las demandas y sugerencias políticas en reglas de conducta
de obligatorio cumplimiento general, 4) la utilización de las reglas generales en
casos concretos, 5) el traslado de la información, de “una estructura u otra en
los marcos de un sistema político…”, etc. (Almond, 1965: 190)

Con respecto a las funciones que se cumplimentan a diferentes niveles del


sistema se tienen las de conservación y adaptación del sistema político, la
interrelación e interacción del sistema político con el entorno socio-económico
y político, las funciones de apoyo a las relaciones de equilibrio que tienen lugar
entre el sistema político y su entorno. Entre estas últimas se citan la “capacidad
extractiva”, o sea la capacidad del sistema político para “extraer los recursos
materiales y humanos para partir de su entorno, tanto nacional como
internacional”, la “capacidad reguladora”, o sea la capacidad que se tiene de
“realizar el control sobre la conducta de los individuos y los diferentes grupos
sociales” en los marcos del sistema político, “la capacidad distributiva”, esta es,
la capacidad de distribuir los valores materiales u otras “entre los individuos y
grupos de la sociedad”, “la capacidad responsiva”, o sea la capacidad del
sistema político de responder a las demandas del entorno”, etc. (Almond, 1965:
198-201)

Sin dudar de la necesidad e importancia que tiene el estudio del análisis


funcional aplicado al sistema capitalista, debemos distinguir algunas de sus
limitaciones más importantes entre las que se tienen:

 el enfoque excesivamente abstracto en la conceptualización y


clasificación de las funciones del sistema político capitalista; el
mecanismo presente en la comprensión de las funciones del sistema
político, entendiéndose estas como “un complejo de roles que
cumplimentan diferentes personas en la vida cotidiana;” (Khan, Mc Niven,
Mascown, 1972: 24)
 la tendencia a presentar en muchos casos las funciones del sistema
político en su conjunto como funciones de algunos de sus elementos
estructurales y viceversa, etc.
Las funciones del sistema político capitalista en tanto direcciones
fundamentales de la actividad del mismo se ven siempre condicionados por los
objetivos e intereses de la burguesía, las cuales se dejan entrever en la propia
formulación de dicha funciones como lo constituyen la “capacidad” de
adaptación del sistema político, a la conservación de su dinamismo y de un
determinado equilibrio con su entorno, la capacidad de autorregulación, etc.
(Wiseman, 1966: 157-158)

Al problema referido a las funciones del sistema político capitalista le es


inherente un alto grado de complejidad toda vez que las mismas dependen por
una parte, de los procesos que caracterizan el funcionamiento de diferentes
elementos y componentes de la organización política (partes que por su
naturaleza en ocasiones resultan contradictorias), y por otra parte, dependen
del funcionamiento del sistema político capitalista en su conjunto. En calidad de
procesos que acompañan el funcionamiento del sistema político capitalista se
tienen:
 La elaboración, tema y realización de las decisiones por los sujetos del
sistema político;
 el control de la ejecución de tales decisiones;
 la programación y planificación de la actividad del sistema político en su
conjunto y de sus elementos;
 la recogida, procesamiento y utilización de la información necesaria, etc.
Para lograr una representación más objetiva acerca del funcionamiento del
sistema político capitalista resulta de vital importancia el poder determinar la
orientación principal de unos u otros institutos a través de lo cual se verá
expresada la esencia clasista de estos, así como su contenido, sus tareas, su
lugar y papel en la realización de las funciones del sistema capitalista en su
conjunto y de sus elementos constitutivos. Para ello resulta necesario tener en
cuenta, entre otras, los siguientes factores:
 los factores que influyen directamente en el proceso de conservación y
funcionamiento del sistema político;
 las principales tendencias del desarrollo de la sociedad y de su sistema
político;
 el grado de efectividad de la influencia del sistema político capitalista, y de
sus elementos constitutivos en el contexto circundante (en las esferas
económicas, social, política, e ideológico-espiritual).
 la forma en que el proceso de funcionamiento del sistema político capitalista
influye y se ve influenciado por otros procesos, como resulta el proceso de
desarrollo del sistema a través de las diferentes etapas de evolución de la
sociedad capitalista (es preciso tener en cuenta el hecho de como el
funcionamiento del sistema político capitalista cambia de un período a otro,
de una época histórica a otra).
Los eslabones componentes del proceso de funcionamiento del sistema
capitalista se ven expresados en los principios de adaptabilidad del sistema
político capitalista a los cambios que se suceden, entre estos principios se
tienen:
1. El principio de integración de los componentes de mayor homogeneidad
clasista.
2. El principio de compatibilidad de los elementos estructurales fundamentales
entre sí y con gran estructura del sistema político en su conjunto.
3. El principio de retroalimentación (Feed-back) entre los elementos entre sí, y
de estos con el entorno a través de sus canales informativos.
4. El principio de actualización y movilidad de las funciones en correspondencia
con el principio de conservación de la relativa estabilidad del sistema político
capitalista.
El que se tenga en cuenta tales principios en el funcionamiento del sistema,
permite no sólo determinar las condiciones en que internamente se organiza y
funciona el sistema político, sino también detectar, sobre la base, sus posibles
disfunciones, así como las causas que las condicionan. Así tenemos que entre
las funciones más importantes que cumplimenta el sistema político capitalista
están:
1. La determinación de las tareas y objetivos que ante sí se plantea la sociedad
en cuestión:
2. La movilización de los recursos.
3. La integración de los elementos que conforman la sociedad.
4. La legitimación (a través de la correspondencia de la vida política real con
las normas políticas y jurídicas oficialmente establecidas, y de otro conjunto
de factores legitimadores.)
Además de las funciones del sistema político ya mencionados, pueden
agregarse otras tales como: la distribución de la carga funcional entre los
diversos componentes del sistema político y el garantizar su conservación y
funcionamiento propios. (Goldman, 1972: 372-381)
Los resultados del accionar político actual del mundo capitalista se han signado
por un grupo de tendencias principales que están definiendo los derroteros de
su evolución. Las problemáticas resultantes de la agudización de la crisis
financiera que hoy marca a la globalidad finisecular afianza el componente
corrosivo de dichas tendencias para los sistemas políticos capitalistas
asentados como están en los preceptos de esas economías neoliberales
globalizadas. Entre tales tendencias pudieran citarse:
1. Tendencia al incremento de la inestabilidad económica y socio-política
capitalista.
2. Tendencia a la continua disminución del nivel de gobernabilidad y eficacia
del sistema político capitalista.
3. Tendencia a la difusión y empleo cada vez más amplio de métodos
autoritarios en el ejercicio del poder.
Otro aspecto, en el cual se observa una gran diversidad de criterios lo
constituye la tipologización de los sistemas políticos. A manera de ejemplo
expondremos dos tipologías expuestas por los politólogos R. Goldman por una
parte, y de H. Jaguaribe por otra.

Tipología de R. GOLDMAN (1972)


Clasifi- Tipo de
cación Sistema Caracterización
Político
Microscópicos Sistemas políticos locales, los cuales abarcan sólo
algunos aspectos que son indivisibles en partes
A Macroscópicos Sistemas políticos globales que incluyen numerosos
elementos simples.
Abierto Sistema político que posee una estructura dinámica
y amplios vínculos con el entorno.
B

Cerrado Sistema político que se caracteriza por una


estructura rígida y por ausencia de amplios
intercambios con el entorno.
Reales concretos abstractos
C
Semiabstractos

Tipología de H. JAGUARIBE (1973)


Criterio de Clasificación Clasificación
1. Primitivos
A. En dependencia del nivel de 2. Tradicionales
“orientación racional” 3. Contemporáneos

B. En dependencia del nivel


de 1. Centralizados
diferenciación estructural. 2. Descentralizados
1. Movilizativo- Democráticos
C. En dependencia de la capacidad Autoritario
para llevar a cabo movilizaciones
políticas. 2. Premovilizativo Autoritarismo-
Premovilizativo.

Democrático-
Premovilizativo.

Si se analizan las tipologías anteriores no resulta difícil detectar no pocas


incongruencias en tales clasificaciones. Salta a la vista el que se ignore o
tergiverse el factor clasista y se concentre la atención en factores secundarios
a partir de los cuales de determinan la forma, la estructura, las funciones del
sistema político. Se pasa por alto el hecho de que la categoría de sistema
político es una categoría histórica por lo cual la misma debe examinarse en
correspondencia con el desarrollo del proceso histórico, y no al margen de
éste.

¿Qué lugar y papel tiene el análisis de las concepciones sobre el sistema


político que hasta aquí hemos examinado, dentro de la producción politológica
occidental? De manera general el sistema político capitalista se nos presenta
como algo abstracto, neutral, por encima de cualquier interés clasista. Sin
embargo la situación real apunta a que tales concepciones no son neutrales en
el orden clasista. Dentro del sistema que conforma la ideología burguesa tales
concepciones y tipologías, destacan por su carácter apologético que se
manifiesta en la idealización del sistema político burgués, en presentarlo como
un instrumento eficaz para el análisis político.

Por otra parte, y de lo que realmente en el orden práctico concreto se demanda


de tales concepciones, es promover recomendaciones sobre el
perfeccionamiento y efectividad del funcionamiento del sistema capitalista en
su conjunto, y con ello tratar de hacer disminuir las disfunciones del sistema,
así como las tensiones a las que dicho sistema se ve permanentemente
sometido.

El estudio de tales concepciones sobre el funcionamiento y desarrollo del


sistema político capitalista y su sometimiento al análisis crítico consecuente no
excluye el hecho de que en tales concepciones, y en particular en la teoría
sistémica, existan elementos de importante valía teórica, algunos de los cuales
no se encuentran en posiciones excluyentes con los presupuestos teóricos
marxistas sobre el análisis de la totalidad social.

2.2 El Estado como instrumento de dominación política. Su lugar y papel


en el sistema político capitalista.
“El problema del Estado, -señalaba V. I Lenin-, es uno de los problemas más
complicados, más difíciles y, quizás, el más embrollado por los hombres de
ciencia, los escritores, y los filósofos burgueses.” (Lenin, 1986: T-39, 69)
Esta consideración leniniana realizada hace más de ocho décadas, conserva
hoy plena vigencia. A pesar de los no pocos cambios que se han producido en
la fisonomía del mundo político a lo largo de estos años, el papel, las funciones
así como la esencia y destinación principal del Estado, en líneas generales,
mantiene su integridad.
Dentro de la Filosofía Política, la Ciencia Política y la Sociología Política han
sido múltiples los intentos de análisis explicativo acerca de la evolución,
desarrollo y funcionalidad del Estado. Ello no excluye el hecho de que en otras
disciplinas como la Sociología Política, la Antropología Política, la Teoría del
Estado y el Derecho, y otras, el fenómeno del Estado como tal ocupe espacios
menos relevantes. Precisamente en la gran diversidad de enfoques que desde
cada una de estas disciplinas se proyecta sobre el Estado radica, en primer
lugar, la complejidad que encierra en sí mismo la comprensión de este
fenómeno.

En segundo lugar, la problemática del Estado ha sido desde la antigüedad,


centro de la atención de diferentes enfoques de pensamiento (filosóficos,
sociológicos, políticos, jurídicos, etc.), lo cual complejiza también el obtener a
primera instancia una clara visión del mismo. Al respecto vale recordar las
palabras de V. I. Lenin al señalar como “este problema ha sido tan embrollado
y complicado, porque afecta a los intereses de las clases dominantes (y en este
sentido sólo lo aventaja exceptuando sólo le aventajan los fundamentos de la
ciencia económica), en mayor grado que cualquier otro problema.” (Lenin,
1986: T-39, 71) Y añadía al respecto: “La teoría del Estado sirve para justificar
los privilegios sociales, la existencia de la explotación, la existencia del
capitalismo. Por eso sería un grandísimo error esperar imparcialidad en esta
cuestión, esperar que los que pretenden ser científicos puedan proporcionarles
en este problema el punto de vista de la ciencia pura.” (Lenin, 1986: T-39, 71-
72)
En tercer lugar, los cambios que han experimentados los Estados en cuanto a
su papel y funciones dentro de la vida política desde la antigüedad y hasta
nuestros días constituyen importantes elementos a tenerse en cuenta. Estas y
otras muchas razones que pudieran aquí añadirse, hacen del estudio de esta
institución política un fenómeno de notoria complejidad teórica.
2.2.1 ¿Cómo surge el Estado?
El vocablo “Estado”, proviene del latín “status”, que significa orden, regla,
situación jerarquizada que permanece. Fue Maquiavelo en su obra El Príncipe
(1513), quien primero utilizó dicho término al señalar: “Todos los Estados, todos
los dominios que han ejercido y ejercen soberanía sobre los hombres, han sido
o son repúblicas o principados.” (Maquiavelo, 1999: 5) Este término vendría a
sustituir a otras formas de organización política que le precedieron como fueron
la “polis” (forma que adopta la organización política en la sociedad esclavista
en Grecia); la “civitas” (forma que adoptó la organización política en Roma); la
“república romana” (régimen oligárquico atemperado por prácticas
democráticas), el “imperio romano”, las “monarquías helenísticas” (dominación
sobre vastos territorios a través de dinastías, de las cuales fueron Macedonia,
Siria y Egipto las más conocidas).
Como habíamos examinado con anterioridad, el poder político resulta una
condición necesaria para la existencia de cualquier sociedad, siendo el Estado
su expresión instrumental por excelencia. V. I. Lenin tenía aquí en cuenta a la
comunidad primitiva en la cual el poder se identificaba con el interés general de
la comunidad, delegándose el mismo en los más ancianos, en los más
experimentados y capaces. Sin embargo, el desarrollo paulatino de las fuerzas
productivas condujo a la división social del trabajo, a la aparición de un plus-
producto, a la división de la sociedad en clases con intereses irreconciliables, a
la descomposición de la misma. Ya en aquella situación los viejos métodos y
formas de dirección social gentilicios resultaban obsoletos. (Lenin, 1986: T-39,
75)
De esta manera nos encontramos con que una parte de la sociedad va
ejerciendo su dominación sobre otra, apareciendo así la división de los
hombres entre gobernantes y gobernados. Para ejercer la dominación política
sobre los gobernados se fue haciendo cada vez más necesario el apelar a la
coerción y a la violencia. De esta forma fue surgiendo una capa de personas
que se especializan y profesionalizan en la actividad de gobernar. De esta
forma surge el Estado como forma de dominación política que concentraba en
sí misma toda esta actividad.
El surgimiento del Estado fue examinado teóricamente por F. Engels (1981) en
su conocida obra El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. En la
misma éste muestra como el poder estatal se fue distanciando paulatinamente
de la población, y va ejerciendo su dominación política de forma cada vez más
violenta y sistemática sobre ella. Esta dominación política se fue convirtiendo
en un arte en manos de una casta de funcionarios que profesionalmente se
encargaban de gobernar los asuntos sociales. El poder social se convierte así,
en político y se concentrará en la figura del Estado, deviniendo ello en uno de
sus rasgos fundamentales. El Estado se vio así conformado por todo un
aparato, una maquinaria que se arroga el monopolio sobre la toma de las
decisiones políticas principales, y su posterior ejecución a través, incluso, de la
violencia si lo encuentra necesario.

2.2.2 ¿Cómo ha sido definido el Estado? ¿Cuáles son sus rasgos


distintivos?
Dentro de la sociología burguesa han resultado múltiples los enfoques en torno
a cómo definir al Estado. Sin embargo, una definición que sentó pauta dentro
de estos estudios, lo constituyó la proyectada por Max Weber en su obra
Economía y sociedad, donde se parte de definir al Estado como una
comunidad humana que pretende y consigue el monopolio del uso legítimo de
la violencia dentro de un determinado territorio. “Por estado debe entenderse
un instituto político de actividad continuada, cuando y en la medida en que su
cuadro administrativo mantenga con éxito la pretensión al monopolio legítimo
de la coacción física para el mantenimiento de orden vigente .” (Weber, 1971: T-
I, §17.) De forma similar, lo define en El político y el científico, cuando señala:
“estado es aquella comunidad humana que, dentro de un determinado territorio
(el "territorio" es elemento distintivo), reclama (con éxito) para sí el monopolio
de la violencia física legítima.” (Weber, 1999: 5)
Esta definición pasa por alto la determinación clasista del Estado en tanto
quienes consiguen dicho “monopolio” son aquellos que configuran el bloque
dominante, ejerciendo su dominación, en sí, en nombre de dicha “comunidad
humana.”

Según M. Weber resultan tres los rasgos distintivos del Estado Moderno:
1) La existencia de un conjunto diferenciado de instituciones y personas
vinculadas a este.
2) La centralización del poder que irradiado desde un centro, abarca todo el
territorio.
3) La monopolización de la capacidad de dictar normas de forma vinculante,
basadas en la autoridad que de este dimana, del grado de legitimidad que este
tenga dentro de la comunidad, todo lo cual se ve complementado por el
monopolio de los medios de violencia física.
Definiciones análogas en la que partiéndose de diferentes supuestos se ha
querido presentar al Estado capitalista como un fenómeno al servicio de los
“intereses de toda la sociedad supuestamente al margen de determinaciones
clasistas, son las que mayormente han proliferado de manera general dentro
del marco de la politología burguesa. Esta última, partiendo de la ausencia de
una conceptualización más o menos homogénea acerca del Estado, (Dyson,
1980: 283-284) se propone operar con constructos teóricos “puros”,
desprovistos de toda contaminación clasista. Así se tiene al Estado como
aquella organización auxiliar funcional del organismo político, la cual tiene
como objetivo directo el contribuir al incremento de los bienes generales para
todos los ciudadanos.” (Dictionary of Political Science, 1965: 488), “...como
agente o instituto de la sociedad provisto de amplios poderes y sus medios
correspondientes para el uso de la fuerza, o sea para la realización de un
control obligatorio sobre la sociedad.”(Dictionary of Sociology and related
Sciences, 1968: 307)

En otros casos, se presenta al Estado como un fenómeno con “personalidad


jurídica”; “como una corporación analizada en un sentido estrictamente
jurídico”; “como un sistema de normas”; “como comunidad organizada para
acciones conjuntas en correspondencia con las normas jurídicas establecidas”;
“como un poder centralizado resultante de los intereses económicos y sociales
que se contraponen entre sí, como depositario de la idea de justicia y del
interés general propio de todos los miembros de la sociedad”, etc.
(Kelsen,1961:181-189);(Maciver,1974:3-22);(Friedman,1971:7-52); (Birch,1974:
chap. 5 , 6)

H. Kelsen (1961) señalaba por ejemplo, como en la literatura burguesa el


término “Estado” se había utilizado en algunos casos en sentido amplio para
denominar a la sociedad como tal, o a algunas formas particulares de
organización de la sociedad. Al mismo tiempo, con bastante frecuencia esta
palabra se empleaba en un sentido mucho más estrecho para denominar a
órganos de la sociedad y del Estado por separado, tales como el gobierno,
para indicar a súbditos del Estado y para denominar a territorios.” (Kelsen,
1961: 181)
Los anteriores enfoques y definiciones han tendido a presentar al Estado
capitalista al margen de su determinación clasista. Esta intención se hizo aún
más evidente en lo ulterior, de toda una serie de términos con el fin de
denominar al Estado que su sola formulación hablaba por sí sólo de ello como
mismo habían sido “Estado social”, “Estado de derecho”, “Estado del Bienestar
general”, y otros.

La evolución histórica del Estado capitalista ha confirmado cada vez más la


necesidad de entender al mismo como una forma política que adopta el
sistema de poder del bloque hegemónico burgués dominante para la dirección
y ordenamiento del resto del organismo social, el cual se presenta como
“representante oficial de los intereses de toda la sociedad”, “...como su
concentración en una corporación aparente”, “...como fuerza que proviene de la
sociedad y que luego se erige sobre esta”, “...como nueva sociedad organizada
en el Estado en oposición a la vieja sociedad que se erige sobre las
asociaciones gentilicias”, como “...órgano de dominación clasista para el
sometimiento de una clase por otra, como organización particular de la fuerza,
como organización de la violencia y del aplastamiento de las masas
trabajadoras.” (Marx, Engels, 1954: T-1, 225); (Marx, Engels, 1954: T-3, 35);
(Marx, Engels, 1954: T-19, 28, 224); (Marx, Engels, 1954: T-21, 26)

El Estado, en síntesis, puede definirse como una forma de organización del


poder político que comienza a generalizarse en el periodo del Renacimiento
(finales del siglo XV y principios del siglo XVI) en momentos en que se inicia la
desintegración del orden político medieval, en que se reducen
significativamente los poderes propios de la poliarquía feudal, en particular de
la nobleza y del clero, los cuales ejercían su dominación sobre grandes
extensiones territoriales divididas en múltiples centros de autoridad, todo lo cual
fue paulatinamente dando paso al establecimiento de una fuerte centralización
del poder basado en una sólida y profesionalizada estructura administrativa
(burocracia, administración de las finanzas, ejército permanente, relaciones
diplomáticas estables, etc.), y en el ejercicio del poder sobre una entidad
territorial bien delimitada en la que se asienta una población no necesariamente
unida por vínculos de identidad étnica o lingüística.
2.2.3 Formas y tipologías de clasificación del Estado capitalista
Las formas del Estado capitalista se manifiestan a través del conjunto de
medios y procedimientos empleados por los círculos de poder para ejercer su
dominación política. Cuando se examinan las formas del Estado, se tienen en
cuenta por éstos al régimen político, a las formas de gobierno, así como
también a las formas de estructuración estatal. Veamos en el siguiente gráfico
las diferentes formas clasificatorias del Estado capitalista.
Sobre el Estado capitalista han existido diversas tipologías. Las más comunes
suelen ser tres: las que promueven su clasificación a partir de sus formas de
gobierno; las que lo clasifican según su estructuración estatal; y las que lo
realizan según los tipos de régimen político.

Cuando se hace referencia a la forma de gobierno se tiene en cuenta el tipo de


relación que se establece entre el Parlamento y el Gobierno en los regímenes
capitalistas contemporáneos. Se distingue, en este sentido, entre sistema
parlamentario y sistema presidencialista, clasificación a la que se añade, como
variante de este último, el modelo semi-presidencialista.

El Estado capitalista se ha manifestado históricamente a través de dos formas


fundamentales de gobierno: la constitucional-monárquica, y la constitucional
republicana. La constitucional monárquica se subdivide en monarquía
parlamentaria y monarquía dualista. La monarquía parlamentaria constituye la
forma más generalizada en que se manifiestan las monarquías
constitucionales, en particular las que se derivan del modelo inglés. En esta
forma de gobierno el monarca deviene jefe de Estado a título propio, con un
poder hereditario, al tiempo que es irresponsable jurídicamente. El monarca
gobierna apoyado en el primer ministro y de un gabinete electivo cuya
responsabilidad se supedita al parlamento. La institución jurídica que
caracteriza a esta forma de gobierno lo constituye la Corona.

1) SEGÚN SUS FORMAS DE GOBIERNO:


 
CONSTITUCIONAL CONSTITUCIONAL
MONÁRQUICA REPUBLICANA
FORMA CONSTITUCIONAL MONÁRQUICA
 
MONARQUÍA PARLAMENTARIA MONARQUÍA DUALISTA

2) SEGÚN SUS FORMAS DE ESTRUCTURACIÓN ESTATAL:


 
ESTADOS UNITARIOS ESTADOS FEDERALES

3) SEGÚN SUS TIPOS DE RÉGIMEN POLÍTICO:


 
LIBERAL DEMOCRÁTICO AUTORITARIO DICTATORIAL

La constitucional republicana se manifiesta en tres formas: la parlamentaria, la


presidencialista, y la convencional.

La república parlamentaria constituye una forma de gobierno en la que el


presidente, como jefe de Estado, delega en el primer ministro como jefe del
gabinete la adopción de las decisiones administrativas, la dirección de dicho
gabinete. El parlamento posee aquí amplias funciones que van desde las
legislativas, administrativas, políticas y judiciales, hasta la fiscalización del
gobierno. El parlamento deviene aquí única institución legitimada a través de la
elección directa por los ciudadanos.

En esta forma de gobierno se manifiesta una estrecha vinculación y


dependencia entre el ejecutivo y el legislativo que en no poco grado depende
de la composición de fuerzas políticas que conforman el parlamento. El
Presidente del gobierno o primer ministro, elegido siempre por los
parlamentarios, goza a su vez de la prerrogativa y la capacidad para disolver el
parlamento si así lo considerase, y convocar nuevas elecciones. Al mismo
tiempo, el parlamento controla la acción del gobierno mediante diversos
mecanismos parlamentarios como son las mociones de censura.

Por otra parte, dentro de esta forma de gobierno se manifiesta el carácter


colegiado de éste, lo cual se expresa en la elección que el presidente realiza
para la integración de su consejo de ministros. En esta forma de gobierno jefe
del Estado tiene un carácter más bien simbólico, teniendo reservadas funciones
arbitrales y mediadoras entre el ejecutivo y el legislativo. (Ej. Inglaterra)

En la forma presidencialista, se produce una precisa delimitación de poderes


entre el ejecutivo y el legislativo, no existiendo mecanismos de control sobre el
presidente por parte del parlamento, al tiempo que el primero no puede disolver
el parlamento y convocar nuevas elecciones. No obstante existe la posibilidad
del veto mutuo lo cual incide en el funcionamiento institucional de la entidad
gubernamental. El presidente tiene plena competencia para nombrar a los
miembros del gobierno ejerce la función ejecutiva apoyado en los ministros que
deberán merecer la confianza del parlamento. (Ej. Estados Unidos)

Como variante de la forma presidencialista se tiene el modelo semi-


presidencialista. En esta forma de gobierno el presidente y el poder legislativo
tienen un ámbito de encuentro en el gobierno: el primer ministro es nombrado
por aquél pero debe contar con la confianza y responde (es investido y puede
ser censurado) ante el parlamento. La influencia del parlamentarismo se
percibe aquí en el control político que sobre el gobierno ejercen las cámaras
parlamentarias, y por otra parte, la influencia del presidencialismo se deja notar
en el activo papel que en la función ejecutiva desempeña el presidente, quien
puede incluso cesar al primer ministro. En esta forma de gobierno existe la
posibilidad de coexistir un presidente y una mayoría parlamentaria de distinta
tendencia política, aunque en estos casos el poder del presidente se ve
considerablemente mermado ante el parlamento. (Ej. Francia)

La forma convencional o de directorio de gobierno se caracteriza por el dominio


político de la asamblea. En esta se combinan funciones legislativas y
ejecutivas. El poder gubernamental reside aquí en la asamblea. Esta constituye
el órgano supremo de poder. (Ej. Suiza)

Según las formas de estructuración estatal los Estados capitalistas se dividen


en Estados unitarios y Estados compuestos. En el Estado unitario todo el poder
político se encuentra concentrado en su seno, no reconoce núcleos de poder
territorial autónomos, sino que el centro retiene siempre la capacidad última de
decisión y la de revocación de la delegación.
En el Estado compuesto o federal coexisten distintos núcleos territoriales de
poder político, autónomos y basados en relaciones horizontales, los cuales
conservan competencias exclusivas en distintos ámbitos de interés común a
éstos como lo pueden ser la defensa y seguridad, las relaciones exteriores,
etc., y pueden asumir diferentes formas, como lo son los Estados federados,
los Estados autonómicos (autonomías), Estados confederados
(confederaciones).

2.2.4 El Estado capitalista: su lugar y papel en el sistema político.


Con anterioridad, se había realizado una caracterización general del sistema
político capitalista. En este caso se analizará el lugar que ocupa y el papel que
desempeña el Estado dentro de dicho sistema político. Ello supone, por una
parte, el análisis de aquellos rasgos particulares que tipifican a este instituto y
que determinan su especificidad. Por otra parte, resulta necesario el examen
del mismo en calidad de uno de los subsistemas componente del sistema
político, así como también en su interrelación con otros subsistemas. Sólo de
esta forma es que podría cumplimentarse el propósito anteriormente señalado.
Aun cuando resulta altamente complejo distinguir lo institucional y lo funcional
en la dinámica del desarrollo del Estado capitalista, es desde esta perspectiva,
desde la que se pretende abordar dicho problema, por demás altamente
complejo y multidimensional.

Desde el punto de vista institucional-funcional el análisis del Estado capitalista


supone entenderlo como un instituto político fundamental dentro de la
organización política, la cual constituye a su vez el núcleo del sistema político
capitalista. En ese contexto el Estado deviene por excelencia un principio
organizacional, así como un fundamento rector formacional del sistema político.

El análisis del lugar y papel del Estado capitalista en el sistema político supone
la necesidad de distinguir algunas de sus manifestaciones institucionales, como
lo constituyen:
1. La existencia de un sistema particular de órganos e institutos, y de todo un
conjunto de instituciones especiales (el ejército, la policía, las cárceles, los
tribunales, los grupos paramilitares, los servicios de espionaje, etc.) sobre los
cuales recaen las funciones del poder estatal.
2. La existencia las leyes y normas jurídicas constituyentes, en sentido general,
de la normatividad jurídica de las relaciones de poder existentes.
3. La existencia de un determinado territorio, el cual deviene sustrato material
en el que se asienta la población.
Si bien un rasgo distintivo del Estado en todas las sociedades de clases
explotadoras lo ha constituido el uso de la violencia y la opresión, en el
capitalismo este adquiere un peso cada vez mayor. Ya desde su tiempo
señalaba F. Engels, como esta organización especial de fuerza que es el
Estado, tenía como fin mantener por la fuerza a la clase explotada en las
condiciones de opresión que determinaba el modo de producción existente.
Unido a esto, el Estado capitalista, al decir de A. Gramsci, se vale de todo un
“complejo de actividades prácticas y teóricas con las cuales la clase dirigente,
no sólo justifica y mantiene su dominio, sino también logra mantener el
consenso activo de los gobernados”, mantiene su “hegemonía” a través de la
manipulación de diversos resortes intelectuales, morales sobre el resto de la
sociedad. Un ejemplo de subterfugio del cual se valen los teóricos defensores
del Estado capitalista, lo constituye el presentar al Estado como una entidad al
servicio de los “intereses de toda la sociedad”, al margen de toda
determinación clasista.

El Estado, en tanto elemento estructural particular del sistema político


capitalista, promueve el sojuzgamiento de una parte de la sociedad por otra. A
este fenómeno el politólogo francés M. Duverger lo denomina “las dos caras de
Jano”, al señalar que el Estado en todos los tiempos se ha comportado a través
de dos caras: ha actuado como instrumento de dominación de unos grupos y
capas sociales sobre otros, como medio de realización y defensa de los
intereses de los que dirigen y el menosprecio de los intereses de los dirigidos.

Otro rasgo distintivo del Estado capitalista dentro de los elementos


estructurales del sistema político, lo constituye el disponer de todo un conjunto
de palancas económicas, políticas, ideológicas, jurídicas, a partir de las cuales
ejerce su influencia sobre el sistema de organizaciones no estatales (grupos de
interés, sindicatos, organizaciones no-gubernamentales, etc.) Desde finales del
siglo XIX, ya los fundadores del marxismo clásico apuntaban el hecho de como
el Estado burgués adquiriría cada vez más una fisonomía de “capitalista global,
colectivo.”

Al respecto F. Engels destacaba como el Estado moderno, cualquiera que


fuese su forma, era una “máquina esencialmente capitalista”, era el “Estado de
los capitalistas”, el “capitalista colectivo ideal” y en la misma medida en que
más fuerzas productivas éste se apropiase, tanto más se convertiría en
capitalista “colectivo real”, y tanto mayor cantidad de ciudadanos sometería al
sojuzgamiento y explotación.

Dentro del sistema político, el Estado capitalista actúa como productor,


distribuidor, comercializador, consumidor, como propietario de todo un conjunto
de medios, tanto materiales como espirituales. De esta manera, el Estado
capitalista se correlaciona con el sistema político, como una de las formas en
que puede manifestarse un fenómeno con su contenido. Al mismo tiempo,
dentro del sistema político capitalista el Estado se presenta, como su elemento
rector en relación con el resto de sus elementos constituyentes, como el
eslabón estructural central, que deviene elemento fundamental para el
funcionamiento del sistema político capitalista.

Los principales cambios que se han producido en el Estado capitalista desde


su surgimiento y hasta la actualidad, han estado vinculados básicamente con la
forma en que este se estructura y configura su régimen político estatal, así
como también con las formas de gobierno.

La forma de mayor difusión y envergadura en que se ha estructurado y


configurado el régimen político estala capitalista lo ha sido el Estado liberal
capitalista. Este nace hacia finales del siglo XVIII en Inglaterra, y se extendió
por Europa como resultado de la Revolución Francesa. Desde sus inicios, al
decir de Adam Smith, éste perseguía el cumplimiento de tres funciones
principales, a saber:
1. El emprender todo un conjunto de obras, y el realizar todos aquellos
servicios que no eran de la completa competencia de las empresas privadas.
2. El crear las condiciones que salvaguarden el orden público.
3. El garantizar la defensa del país con respecto a las posibles agresiones
extranjeras.
Nacía de esta forma el “Estado mínimo”, denominado así por qué el mismo
pretendía reducir al mínimo el intervencionismo estatal en la economía,
facilitando con ello el libre juego de las fuerzas del mercado.
De esta manera, el Estado liberal fue, por una parte, un instrumento por
excelencia en la expansión económica capitalista, la cual provocó en el último
tercio del siglo XIX sustanciales cambios en el sistema económico y político. En
el orden económico se produjo el surgimiento del capitalismo monopolista de
Estado, y se inicia el imperialismo. En el orden político, el Estado se convirtió
en una poderosa maquinaria burocrático-militar, en el instrumento político que,
por excelencia, posibilitó la consolidación de los grandes imperios coloniales.
Unido al logro e implementación del sufragio universal conseguido con
anterioridad, se sumaría posteriormente la estructuración orgánica de las dos
formas de gobierno republicano, a través de la instauración del
parlamentarismo, y el presidencialismo.

Con la crisis económica de 1929-1933, se iniciaría la crisis del Estado liberal


capitalista clásico, el cual no se encontraba ya en condiciones de garantizar el
cumplimiento de las funciones mínimas formuladas por A. Smith. El auge del
movimiento revolucionario en Europa, la incapacidad para poner freno a las
conflagraciones mundiales que se gestaron, fueron elementos catalizadores de
este proceso de crisis.

Siguiendo la concepción del economista inglés John Maynard Keynes, a partir


de la Segunda Guerra Mundial, el “Estado mínimo” fue siendo sustituido por el
“Estado máximo.” El intervencionismo estatal permitió que el Estado capitalista
pasase a convertirse en el principal agente económico tanto productor, como
consumidor y prestador de servicios. Tales procesos experimentados por el
auge alcanzado por la economía capitalista en una determinada etapa,
sentaron las bases para el advenimiento del denominado “Estado social”,
“Estado social de derecho”, más conocido por “Estado de Bienestar general”
(“Welfare State.”)9

Bibliografía recomendada para estudiar


Sobre sistema político:
-Bobbio, Norberto; Mateucci, Nicola; Pasquino, Gianfranco. (1981): Diccionario
de política. Editorial Siglo XXI, México. Ver: “sistema político”, p.1464-1469.
-Deutsch, Karl W. (1976): Política y Gobierno. Como el pueblo decide su
destino. FCE, M. cap.VI y VII
-Duverger, Maurice (1983): Sociología de la Política. Editorial Ariel, Barcelona.
cap. V y VI “Los sistemas políticos”, pp. 307-447
-Easton, David (1982): Esquema para el análisis político. Editorial Amorrortu,
Buenos Aires.
-Enciclopedia de Ciencias Sociales, Editorial Aguiar, Madrid. Ver: “Sistemas
sociales”. (T-9, pp. 711-722; “sistemas políticos”, pp. 722-726)
-Fernández Bulté, Julio (1988): Manual de Teoría del Estado y el Derecho.
Editorial Pueblo y Educación, La Habana, cap. III, pp.41-53

-Fernández Bulté, J. (2004): “El sistema político de la sociedad”, en


Introducción al estudio del derecho, Editorial F. Varela, La Habana, pp. 18-31.

9
Sobre el Estado de Bienestar existen diversos enfoques y tendencias las cuales han tratado
de explicar sus orígenes, así como su desarrollo y consolidación. Tal diversidad de
interpretaciones reveló lo ambivalente y contradictorio de este fenómeno, pues aun cuando
estas diferentes lecturas pudieran en cierta medida coincidir en cuanto a la necesidad de acudir
a una nueva forma estatal que articulase los intereses entre el Estado, el mercado, y la
sociedad, en el enfrentamiento de las desigualdades que en los marcos de esta última fuesen
surgiendo, éstas no lo hacían por las mismas razones y objetivos.
Desde el punto de vista tanto liberal, como conservador, el Estado de Bienestar resultaba ser
una consecuencia del desarrollo político, convirtiéndose en una respuesta a las crisis cíclicas
del sistema capitalista, así como también a las demandas populares de seguridad económica y
social, y con ello un mecanismo de integración social, y de corrección de los vaivenes del
mercado. En este sentido, el objetivo de este tipo de Estado no era alcanzar la igualdad social,
sino frenar los procesos deslegitimadores que aquejaban al capitalismo. No existe un modelo
único del Estado de Bienestar. Lo común que puede existir en uno u otro modelo lo constituye
la coexistencia de la carencia y la abundancia. El Estado de Bienestar no constituye un cambio
estructural dentro de la sociedad capitalista, en tanto su acción no se orienta a resolver
internamente los cada vez más agudos problemas de aquellas clases y grupos sociales
marginados en la sociedad capitalista, sino que sólo intenta compensar un tanto los efectos de
aquellos problemas que resultan un subproducto del crecimiento industrial, y de las acciones
del mercado.
El Estado de Bienestar, a pesar de presentarse como una forma paternalista de un Estado a
favor de los sectores más desfavorecidos, beneficia proporcionalmente mucho más a las
grandes empresas, por lo que el mismo podría ser mejor definido como un Estado de Bienestar
para los ricos, para la elite dominante, y como un “Estado de Malestar”, para los pobres.
-Touraine, Alain (1969): Sociología de la acción. Editorial Ariel, Barcelona. Cap.
VI, pp. 299-338
Sobre Estado:
-Anderson, P. (1979): El Estado absolutista, Siglo XXI, Madrid
-Bobbio, N. (1987): Estado, Gobierno y sociedad. Contribución a una teoría
general de la política, Editorial Plaza & Janes, Barcelona.
-Bobbio, N. (1987): La teoría de las formas de gobierno en la historia del
pensamiento político, FCE, México.
-Crossman, R. H. S. Biografía del Estado Moderno, FCE
-Del Río Hernández, Mirta “La concepción marxista-leninista del Estado y la
contemporaneidad”, en: Filosofía y Sociedad. Tomo 1. Editorial Félix Varela, La
Habana, 2000, pp. 176-209

-Engels, F. El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, OE (en 3


tomos), pp.291-301; pp.343-348; p.350
-Fernández Bulté, J. y otros (1988): Manual. Teoría del Estado y el Derecho.
Editorial Pueblo y Educación La Habana. Cap. IV, V, VI, VII

-Fernández Bulté, J. (2004): “El Estado”, en Introducción al estudio del derecho,


Editorial F. Varela, La Habana, pp. 32-48.

-García Cotarelo, R., Blas Guerrero, A. (1986): Teoría del Estado y sistemas
políticos. UNED, Madrid. Parte 1, pp. 53-67; 71-91

-García Cotarelo, R. (1986): Del Estado del Bienestar al Estado del Malestar,
Centro de Estudios Constitucionales, Madrid.
-Godelier M. (1977): Teoría marxista de las sociedades precapitalistas, Laia,
Barcelona.
-Gough, I. (1982): Economía política del Estado de Bienestar, Madrid, H. Blume
Ediciones.
-Gramsci, Antonio (1977): Maquiavelo y Lenin. Notas para una teoría política
marxista, Editorial Diógenes
-Gramsci, A. (1978): La política y el Estado Moderno, Editorial Premio, México.
-Hall, J.A. (1994): El Estado, Editorial Alianza, Madrid
-Heller, H. (1979): Teoría del Estado, FCE, México.
-Johnson, N. (1990): El Estado de Bienestar en transición, Madrid, Centro de
Publicaciones del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
-Krader, L. (1972): La formación del Estado, Labor, Barcelona.
-Lenin, V. I. El marxismo y el Estado, OC, Editorial Progreso, Moscú, T-33,
pp.130-311
-Lenin, V. I. El Estado y la revolución, OC, Editorial Progreso, Moscú, T-33,
pp.7-10; 76-82; 98-99
-Lenin V. I. Acerca del Estado, OC, Editorial Progreso, Moscú, T-39, pp.69-90
-Lerner F. “El fiasco de la teoría del Estado de Bienestar General”; en: Tras las
fachadas de las teorías burguesas. Editorial Orbe, la Habana, 1975

-Maravall, J. A. (1972): Estado Moderno y mentalidad social, Revista


Occidente, Madrid
-Marx, C., Engels F. La Ideología alemana, Editora Política, La Habana, 1979,
pp.212-223
-Marx, C. El Capital, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1973, pp.798-799
-Marx C. Crítica al Programa de Gotha, OE (en 3 tomos), T-III, p.22
-Marcet, J. (1982): Evolución del Estado Moderno, Editorial Planeta, Barcelona.
-O’Connor, J. (1981): La crisis fiscal del Estado, Península, Barcelona.
-Offe C. (1990): Contradicciones en el Estado de Bienestar, Madrid.
-Poulantzas, N. (1975): Hegemonía y dominación en el Estado Moderno,
Editorial Cuadernos Pasado y Presente, Buenos Aires.
-Tilly, Ch. (1975): The formation of National States in Western Europe,
Princeton University Press.
- Weber, M. (1971): Economía y sociedad. Editorial Ciencias Sociales, La
Habana. T- 1, cap. 1, §17.
- Weber, M. (2000): Política y Ciencia. @ 2000 – Copyright www.elaleph.com

ANEXO 1: El modelo de sistema político de David Easton.


A David Easton se le considera el más importante teórico del análisis sistémico
aplicado a la vida política. Este se planteó la creación de una única “teoría
política unificada” capaz de explicar la actividad de los sistemas políticos tanto
a nivel nacional, como internacional. Él se plantea como objetivo principal el
establecer los criterios que permitan determinar las principales categorías que
posibilitan el estudio de estos sistemas.
El modelo de D. Easton parte de hacer relacionar al sistema político y su
entorno, siguiendo para ello un esquema cibernético de sistema que funciona
en circuito cerrado. A este no le preocupa lo que ocurre al interior del sistema,
al que considera como una “caja negra”, sino que centra su atención en las
relaciones que se establecen entre el sistema y su “medio ambiente.” El
sistema político en este caso, recibe influencias de diversos factores
provenientes del medio ambiente, a las cuales debe a su vez responder.

En “medio ambiente” lo conforma según D. Easton:

 los sistemas existentes al interior de la sociedad global (el económico, el


cultural, el social, el sicológico, el religioso, etc.)
 los sistemas no sociales existentes en la sociedad global (el sistema
ecológico, el sistema biológico, etc.)
 los sistemas existentes al exterior de la sociedad global (sistemas
internacionales económicos, políticos, etc.)

La influencia más directa sobre el sistema político lo juegan los sistemas


existentes al interior de la sociedad. Cuando en la sociedad resulta imposible la
distribución autoritaria de los valores, o se obliga a sus miembros a aceptar
dicha distribución, ocurre entonces que las presiones que el medio es capaz de
ejercer sobre el sistema político, provoca el surgimiento de tensiones en este
último. Si el sistema, en este caso, no previó ninguna medida para impedir las
consecuencias de la influencia destructiva del medio ambiente, o si esta
influencia es de magnitud tal que el poder se muestra incapacitado de dar una
respuesta efectiva, entonces el sistema político puede ser destruido.

A diferencia de T. Parsons, D. Easton examina el desarrollo del sistema político


no solo en la perspectiva de su conservación inmutable, sino que reconoce de
hecho su permanente crisis e inestabilidad, e incluso la posibilidad de su
bancarrota como resultado de los conflictos y conmociones.

Si bien D. Easton reconoce la influencia que sobre el sistema político ejercen


los diferentes factores del entorno social tanto interno, como externo, éste no
muestra en sus obras el condicionamiento social real del sistema político, ni
expone las principales tendencias de su desarrollo. Tampoco se aduce nada
sobre la posibilidad de la influencia inversa del sistema político con respecto al
sistema socio-económico, ni las relaciones reales existentes entre el sistema
político y otros subsistemas como el cultural, el jurídico, etc., así como también
en relación con factores del medio externo.

La interrelación del sistema político con el entorno se desarrolla a través de las


denominadas input-output. El input se realiza en forma de demandas, o en
forma de apoyos. En el primero de los casos esta se orienta a la distribución
deseada o no de los valores. El apoyo garantiza la estabilidad relativa de los
órganos de poder los cuales transforman las demandas del entorno en las
correspondientes soluciones, así como también crean las condiciones
necesarias para el empleo de los métodos y medios con ayuda de los cuales se
realizará dicha transformación, o sea para el normal funcionamiento del
sistema político.

Como resultado de las inputs, en el sistema político se realiza el proceso de


influencia sobre el entorno y como consecuencia de lo cual se produce, el
output, entendido como decisiones autoritarias para la distribución de valores.
El proceso político, según D. Easton, constituye un proceso de transformación
de la información, el paso del input al output. Demandas, apoyos, legislaciones
realizadas por el poder ejecutivo y judicial se presentan según D. Easton, como
factores necesarios que acompañan la actividad del sistema al nivel del input y
el output. Este ciclo como ya se ha señalado, no resulta armónico, sino que
puede ser acompañado de tensiones, conflictos, cambios en el sistema
político. Es por ello que se deduce que el alcance de la estabilidad y el
equilibrio y el paso al surgimiento en éstos de cambios en un orden evolutivo al
margen de conflictos, constituyen tareas propias de una dirección política y de
una regulación estatal efectiva.

En este caso, tampoco se subraya el condicionamiento material del carácter


sistémico de las relaciones en la sociedad, sino que al análisis teórico del
Estado y la política son sustituidas por los postulados que conforman la teoría
general de los sistemas. De esta manera, D. Easton no ofrece una
caracterización social de los sujetos que intervienen en la toma de decisiones,
ni de los motivos que subyacen en la base de tales decisiones.

La investigación sociológica sobre el sistema político no se limita al análisis de


su interrelación con el entorno socio-político y cultural, sino que supone el
investigador aquellos aspectos que conforman sus instituciones, las relaciones
y procesos en que dichos sujetos se ven inmersos.

Según señala D. Easton, el sistema político al reaccionar a las demandas


provenientes del entorno apoya, al mismo tiempo, tanto el cambio, como la
estabilidad del sistema social. Si el cambio se traduce, dentro de la actividad
del sistema como su atributo particular, su existencia y autoconservación
constituyen rasgos intrínsecos a este. De esta forma se tiene que “la
conservación del sistema a través del cambio” constituya la idea principal de D.
Easton, lo cual, en otras palabras, significa la permanente elaboración de
recetas que permitan a los mecanismos de dominación política capitalista su
adaptación a los cambios reales que en la sociedad acontecen, para de esta
forma impedir todo cambio revolucionario del sistema

Representación simplificada del sistema político desde la perspectiva


eastoniana del análisis sistémico.

ENTORNO INPUTS OUTPUTS


Conflictos: → Recepción Procesamiento Producción de
-Económicos → de demandas → por instituciones → decisiones y
-Culturales → y apoyos y reglas políticas
-Sociales → ↓
-Internacionales → ↓
↑ ↓
← ← ← RETROALIMENTACIÓN (Feedback) ←

ANEXO 2: El modelo de sistema político de Gabriel Almond.


Otro importante teórico del enfoque sistémico aplicado al análisis del sistema
político lo constituyó Gabriel Almond. Su obra en general se caracteriza por
sustituir el análisis de las relaciones políticas, por valoraciones abstractas
acerca de la estructura, las funciones y los mecanismos del sistema político.
G. Almond parte de la teoría estructural-funcional e intenta adecuar el concepto
sociológico de “sistema social” creado por T. Parsons con el fin de poder así
comparar los sistemas. De esta forma concentra su atención en hacer
tipologías con los sistemas políticos, y en conformidad con ello, los compara y
clasifica.
A diferencia de D. Easton, que prestaba poca atención al problema de la
cultura política, G. Almond la distingue como un elemento primordial y de hecho
la hace vincular a categorías tales como “el sistema de acción”, “la estructura
de roles”, “la orientación a la realización de acciones políticas”, etc.

Según este autor, cada sistema político es un sistema de acción, por lo que el
análisis del sistema político no debía limitarse a la simple descripción de sus
normas políticas e ideológicas, sino que demanda además, el que se tenga en
cuenta como se interrelacionan todos los elementos formales y no formales del
proceso político, así como también los comportamientos políticos propios de
cada contexto. Sin embargo, el examen que G. Almond realiza del contenido
interno del sistema político, de su estructura se caracteriza por seguir una
lógica desde posiciones históricas. En tal sentido, se sobrevalora el significado
de las relaciones o interrelaciones funcionales del sistema político,
subvalorándose al análisis del papel de las instituciones estatales y jurídicas en
el sistema político.

La concepción que G. Almond tiene acerca del “rol”, le permite, según éste
afirma, el determinar, sobre la base de la realización de investigaciones
empíricas, algunos de los elementos tanto formales, como no formales, que
conforman el sistema político, así como explicar los comportamiento político
que tiene lugar. La categoría de rol se presenta de esta forma como unidad
fundamental de análisis estructural-funcional. De aquí que la tarea de la
investigación del sistema político sea vista por este autor no a través de los
criterios sociales funcionales existentes, sino en la determinación de los tipos
de interacción de la estructura de roles desde el punto de vista del activismo
social y el comportamiento político.

A diferencia de D. Easton que examina como rasgo fundamental del sistema


político su orientación a la distribución autoritaria de valores, G. Almond
distingue como principal rasgo el carácter legitimador de la coacción física
dirigida al apoyo de un orden estable, de la regulación, de los conflictos, etc.
Ambos casos, sin embargo, constituyen formas teóricas a través de las cuales
se trata de idealizar al sistema político capitalista, de erigirse en patrón
universal para el funcionamiento de cualquier sistema político, así como para
su ulterior desarrollo.

El modelo de G. Almond se proyecta por la realización de ciertas


modificaciones al modelo estructural-funcionalista clásico. En este sentido G.
Almond destaca como los sistemas funcionan a diferentes niveles entre las que
destaca el nivel de “las posibilidades del sistema”, el nivel de las “funciones de
transformación”, el nivel de las “funciones de conservación”, el nivel de
“adaptación”. Partiendo de ello intenta investigar la capacidad para ofrecer
respuestas exitosas a las dificultades y tensiones así como elevar la capacidad
de adaptación a las demandas del entorno.

El mecanismo a través del cual el sistema político transforma los inputs en


outputs, es denominado por G. Almond como proceso de “transformación”. En
tal sentido, éste al igual que D. Easton, deja entrever el hecho de como resulta
prácticamente imposible el alcanzar la absoluta estabilidad del sistema político
capitalista, e incluso G. Almond va todavía más allá que el propio D. Easton en
este terreno, al verse en sus obras con bastante más frecuencia, el uso de
términos tales como el de inestabilidad, tensión, necesidad de adaptación del
sistema, etc.

El análisis del sistema desde el punto de vista de las posibilidades potenciales


de este, posibilita según G. Almond, el conocer los límites en que el sistema
puede admitir los inputs del entorno, y en base a ello configurar los
mecanismos necesarios para su conservación. En dependencia del grado de
efectividad que desplieguen los distintos subsistemas y las funciones que estos
desempeñan dentro del sistema político este último podrá, - según G. Almond-,
transformarse, adaptarse o destruirse.

En ambos casos (tanto D. Easton como G. Almond), se considera que la


estabilidad del sistema político se alcanzará sólo en aquellos casos en que los
inputs se transforma en outputs de manera tal que ello no conlleve a un
sobredimensionamiento de las tensiones del sistema que tienda a subvertir los
fundamentos estructurales del mismo. Detrás de todo esto se encuentra el
hecho real de que tales concepciones en el fondo no persiguen otro fin que no
sea el impedir toda posibilidad de transformación verdaderamente
revolucionaria del sistema.

ANEXO 3: El modelo de sistema político de Karl W. Deutsch.


El modelo de sistema político de Karl Deutsch parte igualmente de concebir un
modelo de funcionamiento del sistema político que se fundamenta en el
enfoque cibernético en el cual el sistema funciona siguiendo el esquema de la
posibilidad de corrección del mismo a partir de las posibilidades de error que se
presenten.
Deutsch destaca cuatro elementos fundamentales para el eficiente
funcionamiento del sistema político:

(I)Peso de la → →(II) Retraso de la →(III) Beneficio → (IV) Desfase


información respuesta obtenido
recogida por el
sistema.

En lo que respecta al primer elemento relacionado con el peso de la


información recogida por el sistema, se señala que a mayor capacidad de
información, o sea a mayor peso de ésta que provoca una sobrecarga en el
sistema, más difícil la velocidad de desplazamiento hacia la consecución del
objetivo.

El segundo aspecto referente al retraso de la respuesta, se vincula con el


tiempo que transcurre desde el momento mismo en que se recepciona la
información, hasta el momento en que se toma la decisión dada.

El tercer elemento, se relaciona con los beneficios que se obtienen y su


incidencia en los comportamiento reales que se asumen.

El último elemento relacionado con el desfase, se refiere a la distancia que


media entre la posición que ocupa el objetivo alcanzado por el sistema y la
posición que ocupaba en el momento en que se recibe la información. Esto se
relaciona con la capacidad de predicción que tiene el sistema. El alcance del
objetivo en cuestión estaría, en este caso, en razón inversa al “peso” y
“retraso”, y en relación directa al “beneficio” y al “desfase.”
Referencias Bibliográficas.
- Alan, I. (1975): Scape and methods of political science. Homewood.
- Almond, G. (1965): Developmental Approach to political systems. N.Y.
- Benjamin, G. de (1982): The communication revolution in politics. N.Y.
- Birch, R. (1974): The Shaping of the Welfare State, Londres.
- Charlesworth J., (1967): Contemporary Political Analysis. N.Y.
- Debbach, Ch., Daudet, Y. (1974): Léxico de términos políticos. Paris.
- Deutsch, K. (1973): The red of government. N.Y.
- Goldman, R. (1972): Contemporary perspectives on politics. N.Y.
- Coleman, S.T. (1975): Measurement and analysis of political systems: a
science of social behavior. N.Y.
- Dictionary of Sociology and related Sciences, 1968, Londres.
- Dictionary of Political Science, 1965, Londres.
- Duverger, M. (1983): Sociología de la política, Barcelona, Editorial Ariel.
- Dyson, K. (1980): The State tradition in Western Europe: A Study of an Idea
and Institution, Oxford.
- Easton, D. (1964): The political systems. N.Y.
- Easton, D. (1965): A Framework for political analysis, N.J., Englewood Cliffs.
- Engels, Federico (s/n) El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado.
En: Karl Marx y Friedrich Engels. Biblioteca de autores socialistas. Obras
Escogidas en tres tomos. En: Obras de Marx y Engels/84of/84OF.htmT- III
/84of/84OF.htm
- Engels F. (1981): El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. OE
(en 3 tomos), Editorial Progreso, Moscú, T-3
- Friedman, W. (1971): The State and the Rule in Mixed Economy, Londres.
- Goldman, R. (1972): Contemporary perspectives on politics. N.Y.
- Hoose, I. (1974): Systems analysis in public policy. A critique. London.
- Jaguaribe M. H. (1973): Political development: a general theory and a latin
american cas,e study. N.Y.
- Khan, R., McNiven, J., Mascown, St. (1977): An Introduction to Political
Science. Georgetown.
- Kaplan, M. (1969): Macropolitics. N.Y.
- Kelsen, H. (1961): General Theory of Law and State, New York.
- Khan, R. McNiven, J. Mascown, St. (1977): An Introduction to political
Science. Georgetown.
- Lenin, V. I. (1986): OC., Editorial Progreso. Moscú,
- Maciver, R., (1974): The Modern State, Oxford.
- Madrow, Th., Chelf, C. (1974): Political parties in the United States. Boston.
- Maquiavelo, N. (1999): El Príncipe.@1999 – Copyright www.elaleph.com
- Madrow, Th. Chelf, C. (1974): Political Parties in the United States. Boston.
- Marx, C. (1975): Selección de textos de C. Marx, F. Engels, y V. I. Lenin. La
Habana, Editora Pueblo y Educación.
- Marx, C., Engels, F. (1954): Obras completas, (OC) Moscú, Editora de
literatura política, T-1, T-3, T-17, T-19, T-46. (En ruso).
- Weber, M. (1970): Economía y sociedad. La Habana, Editorial Ciencias
Sociales T- 1, cap. 1
- Weber, M. (2000): Política y Ciencia. @ 2000 – Copyright www.elaleph.com
- Weinstein, M. (1971): Sistematic political Theory, Columbus, Ohio.
- Wiseman, H. (1966): Political systems: some sociological approaches.
Routledge.
- Young, O. (1968): Systems of Political sciences. Englewood Cliffs, N.J

Regresar al Índice

2.2- Surgimiento y evolución del Estado Burgués.


MSc. Alberto González Tejera

Los orígenes del Estado burgués hay que buscarlos en el Estado feudal, de
quien es heredero, fue en los marcos de la sociedad feudal donde se produce
el surgimiento de la clase burguesa y ocurre su posterior evolución social.

Los principales rasgos distintivos del Estado feudal fueron: Su fundamento era
religioso (lo que significa que el orden establecido por el Estado tenía un origen
divino), la Iglesia Católica era una fuerza política, estaba estructurado con un
estricto orden jerárquico y por relaciones de vasallaje, que impedían cualquier
posibilidad de ascenso social a las personas que no pertenecieran a la nobleza.

El fraccionamiento político, fue una de sus características durante mucho


tiempo. Con la evolución de las nacientes relaciones capitalistas de producción
en las ciudades va surgiendo una nueva clase social, la burguesía y se van
erosionando las relaciones feudales de producción, cada vez más los señores
feudales están interesados en el dinero y van sustituyendo la renta en especie
por la renta en dinero10. Un señor feudal se va a beneficiar de la creciente
actividad económica de la burguesía en las ciudades, el Rey quien hasta
entonces ostentaba ese título pero no gobernaba, pues la autoridad efectiva la
tenían los señores feudales que gobernaban en sus tierras basados en una
economía de autoabastecimiento y con pocas relaciones económicas fuera de
ellas. El desarrollo de las relaciones monetario mercantiles va estableciendo
nexos económicos entre las diferentes regiones, nexos que se ven dificultados
por los diferentes sistemas de pesos, medidas e impuestos que cobraban
arbitrariamente los señores feudales.

Se produce una alianza estratégica entre el Rey y la burguesía interesados en


lograr una unidad nacional (para la burguesía el mercado nacional) con una
sola moneda, un sistema de pesos y medidas, un único sistema de impuestos
y un poder centralizado bajo la figura del rey, con el dinero de la burguesía el
monarca va formando un ejército que va sometiendo a los señores feudales
que se niegan a reconocer su autoridad suprema y no aceptan los privilegios y
acuerdos que les ofrece por su subordinación y lealtad.

Ya en el siglo XV en Europa se habían consolidado los Estados Nacionales,


teniendo como centro a la figura del Rey11, la autoridad real iba a imperar de
forma absoluta sobre toda la nación, autoridad legitimada por Dios, a través de
la Iglesia Católica que reconoce el derecho divino de los reyes a ocupar el
trono (el propio Enrique IV, rey de Francia expresaba: “nuestro Señor
Jesucristo nos llamó al trono”) y conducir los destinos de sus pueblos. Por ello,

10
Los señores feudales imponían dos rentas a los siervos, una en especie (productos obtenidos por los
siervos en sus parcelas de trabajo y que debían entregar al señor y la renta en trabajo que consistía en
laborar en las tierras del señor durante una cierta cantidad de días cada semana, ambas como pago por
vivir y utilizar las tierras de las que era propietario en señor feudal.
11
Luis XIV rey de Francia afirmaba con toda propiedad:”L’ Etat, c’estmoi” (el Estado Soy yo).
existía una fuerte alianza entre la monarquía y la Iglesia Católica, que como
representante de Dios en la tierra, coronaba a los reyes, en una ceremonia,
que tiene hasta hoy día el rango de sacramento religioso. Esta alianza reflejaba
el poder que conservaba la Iglesia como principal señor feudal, monopolizadora
además de la cultura en la época.

Un ejemplo de esta situación lo encontramos en Francia donde, la rígida


estructura social, estaba organizada de la siguiente forma: primer estado, la
Iglesia (el clero); segundo estado, la nobleza; tercer estado, el pueblo
(plebeyos) el que incluía, entre otros a una clase social que de forma creciente
va a ir dominando el poder económico en la sociedad y que estaba privada de
derechos políticos, la burguesía.

Hacia el siglo XV también ha surgido el concepto jurídico político de frontera y


van configurándose los elementos característicos del Estado tal y como los
conocemos en la actualidad:

La nación: Es una comunidad, una unidad ético-social y cultural de una


población. (no es una sociedad).

La población: Grupo de personas que habitan en un territorio delimitado.

El territorio: Espacio geográfico donde habita una población y donde el estado


ejerce sus potestades.

La soberanía: la autoridad suprema del estado frente a cualquier otro poder.

La fuerza pública: Conjunto de agentes de la autoridad que hacen cumplir las


decisiones del poder político y mantienen el orden interno.

El derecho a recaudar impuestos: como contribución de la población para el


mantenimiento del aparato del estado.

El creciente poder económico de la burguesía va a chocar de manera cada vez


más violenta, con el poder de la monarquía absoluta, ya que esta última va a
poner trabas al desempeño económico de la burguesía, tales como: excesivos
impuestos y regulaciones al comercio y la manufactura, establecimiento de
monopolios del Estado sobre determinadas actividades económicas muy
lucrativas, lo que impedía la participación de la burguesía en dichas
actividades.

Sin embargo, la burguesía tiene que enfrentar importantes problemas en su


camino hacia la toma del poder político: el primero de ellos es el problema de la
legitimidad (fundamento del poder político, es el reconocimiento de los
gobernados de alguna manera del derecho de los gobernantes a gobernar)
puesto que la legitimidad del poder real era incuestionable en la época, ¿quién
era el hombre para privar al rey de derechos que le había otorgado el mismo
Dios?, el otro fue; el establecimiento de límites al poder, para que este nunca
fuera absoluto como el del rey.

Esto nos explica, la necesidad que tuvo la burguesía de desarrollar una potente
preparación ideológica, que justificara sus objetivos y sirviera para arrastrar a
las masas de campesinos y demás trabajadores a la revolución burguesa,
entre otras ejercieron gran influencia las ideas de John Locke (1632-1704)
quien reconoce que el hombre tiene derechos que le ha otorgado el creador,
entre los que se encuentran: el derecho a la vida, la libertad y a la
propiedad(retomando el concepto de energía de Newton definió al propietario,
como la persona capaz de imprimir a un objeto su propia energía vital,
creándose así el derecho de propiedad, base de la nueva sociedad, cuyo
fundamento es el trabajo y opuesta al linaje y el ocio, característicos de la
nobleza), que el Estado tiene como única finalidad proteger esos derechos
naturales de los individuos. Para él la sociedad civil surge del conjunto de
propietarios que han hecho un pacto y que han creado la sociedad política
(Estado), al que se le deben dividir sus funciones, para poder conducir,
coordinar y dirigir a la sociedad civil.

Según Locke, la sociedad civil legitima al Estado por medio del sufragio
universal y la razón por las cuales el poder debe ser dividido, es para que a
través de las nuevas instituciones, se ejerza con mesura y correctamente y se
puedan preservar los derechos de los individuos.

En la Ilustración francesa, continuadora del pensamiento político inglés, es


donde el pensamiento político burgués alcanza su mayor madurez. Partiendo
de la tesis racionalista de que todo lo que existe tiene que ser sometido al juicio
de la razón, para hallar las razones, para hacer lo que se debe hacer.

Charles-Louis de Secondat Barón de Montesquieu (1689-1755) en su obra “El


espíritu de las leyes” retoma la idea de Locke de la división de poderes
políticos: ejecutivo, legislativo y judicial como garantía de un balance en el
poder. Fueron los jacobinos los que se dan cuenta de esta ventaja y donde
estaba escrito balance, interpretan separación como garantía de un
funcionamiento democrático.

Jean-Jaques Rousseau (1712-1778) Continua la tesis del contrato social, por el


que los hombres deciden instruir un orden común capaz de garantizar y
proteger con fuerza de ley a la persona y las propiedades de cada individuo.
Para él, el hombre está dotado por Dios de derechos innatos que le hacen
sagrado e inviolable. Cuando esos derechos son violados, la sociedad se
convierte en una tiranía, un régimen despótico que debe ser abolido en nombre
de las libertades naturales.

La creciente contradicción entre las viejas relaciones de producción feudales y


las nuevas fuerzas productivas representadas por la burguesía, condujeron a
las revoluciones burguesas, revoluciones que estuvieron matizadas por un
pensamiento, que recogía las aspiraciones de la burguesía tanto en el plano
económico, como en el político, estas ideas muy revolucionarias en su época,
y que fueron capaces de movilizar a grandes masas de hombres, se conocen
como ideas liberales.

Rasgos fundamentales del liberalismo:

Económicos: Se opone a los monopolios y políticas de estado que sometan la


economía al control del estado. El objetivo fundamental de una política
económica es eliminar todos los obstáculos que se opongan a la libre empresa
y la libre competencia y propiciar el funcionamiento flexible del mercado.

Políticos: La política debe limitarse a las preocupaciones comunes de los


ciudadanos: la libertad, la seguridad, la justicia, etc. Las leyes deben ser las
menos posibles, porque toda ley restringe la libertad individual. La máxima que
debe guiar a este Estado, es que “el mejor gobierno es aquel que gobierna
menos”.

Sociales: Es defensor del individualismo a ultranza, considera que como todos


los individuos son iguales ante la ley, por tanto tienen las mismas
oportunidades, sostienen que persiguiendo el bienestar individual, muy a
menudo se alcanza el bienestar social.

Surgimiento y evolución del estado burgués:

En 1688, la revolución burguesa en Inglaterra logra la limitación del poder real


y la creación del parlamento, pero esta revolución de élite no condujo a amplias
transformaciones en la sociedad.

Con las revoluciones norteamericana (considerándola revolución sólo en el


plano político, pues en lo económico y social dejó todo prácticamente como
estaba) y francesa se abren paso las nuevas ideas liberales, y la mayor
contribución de la burguesía en el plano político, el constitucionalismo. Surge
el Estado como: la nación jurídica y políticamente organizada.

En las constituciones burguesas se van a recoger tres elementos claves:


El primero, los fundamentos económicos políticos y sociales del Estado; que se
van a considerar sagrados e inamovibles, el segundo, los derechos de los
ciudadanos; siendo los más importantes: el de propiedad y la libertad y el
tercero, se establecen los límites del poder (se persigue limitar el poder
absoluto de la monarquía) adoptándose la división de poderes del estado: se
separan el poder legislativo, el poder ejecutivo y el poder judicial.

Es bueno aclarar que esta división es sólo formal, el poder siempre es único y
está en manos de la clase dominante, lo que se ha hecho es distribuir las
funciones.

Al tomar el poder, la burguesía separa a la Iglesia del Estado, adquiriendo


estos la forma de Estados laicos, con el objetivo de eliminar el poder político
ejercido por ella durante siglos como máximo representante del viejo régimen
feudal. En estos Estados laicos, el derecho (la Ley) desplazó a la religión como
base de la normatividad política.
Otro aporte de la burguesía es, la creación del Gobierno como institución
política principal del Estado. La separación entre el Estado y el gobierno daba
una gran estabilidad al sistema, pues, podía caer el gobierno; pero no el
Estado, como había ocurrido durante la monarquía absolutista, que identificaba
al Estado con la figura real y al desaparecer esta desaparece prácticamente el
Estado.

El Gobierno va a desempeñar la función ejecutiva, o sea tiene la


responsabilidad de elaborar y poner en práctica la política, hacer cumplir las
leyes y dirigir los asuntos del Estado.

Se va a permitir la oposición al gobierno y la alternancia en el poder, todos los


actores políticos para poder existir, tienen que reconocer al Estado y acatar las
reglas de éste como inviolables, por ello, no se permite la oposición al Estado,
la que es considerada Alta Traición y como tal sancionada, con la más severa
de las condenas.

El Parlamento va a desempeñar la función legislativa o sea tiene la facultad


de discutir y aprobar la constitución y las leyes.

Mientras que los Tribunales y la Fiscalía van a desempeñar la función judicial o


sea son los únicos facultados para administrar la justicia conforme a la ley.

El triunfo de las revoluciones burguesas no significó el establecimiento de la


democracia, como gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo; el
componente liberal de las mismas lo impedía. Liberal es igual a libertad (para el
burgués), no a democracia. Los liberales consideraban que no se debía
fomentar la participación de las masas en la vida política, pues las
consideraban ineptas y peligrosas. Cuestión que vemos claramente reflejada
en el Estado norteamericano, donde por ejemplo la elección de una figura
clave dentro del sistema como el presidente, escapa al control popular, puesto
que este es electo, por los Colegios Electorales (elección indirecta) o la
existencia de dos cámaras dentro del parlamento, la baja o Cámara de
Representantes y la alta o Senado, lo que hacía muy difícil que una iniciativa
surgida del pueblo, fuese aprobada al tener que atravesar por tantos tamices.
Los primeros Estados liberales burgueses que se establecieron, se
caracterizaron por ser:

Estados gendarmes: su función era mantener el orden establecido y las


fronteras.

Estados de propietarios: sólo ejercían los derechos políticos (elegir y ser


elegidos) aquellas personas poseedoras de propiedades y de una renta mínima
anual.

Estados censitarios: no reconoce los derechos políticos de las mujeres, los no


propietarios, los esclavos y los no blancos (orientales e indígenas)12

La legitimación del Estado burgués, se centra en el hecho, de reconocer que la


soberanía radica en el pueblo, y que por ende el poder y la autoridad del
Estado provienen del pueblo y que los representantes del Estado la ejercen en
su nombre. Por ello, todos los cargos del Estado (a excepción de las
monarquías constitucionales donde el cargo de rey como Jefe de Estado es
hereditario) deben ser electos y renovables cada cierto número de años. Es
entonces el sistema electoral, el elemento básico en la legitimación del Estado
y el gobierno. El sistema electoral es diseñado por el Estado y además a través
de él se conforma legalmente el sistema de partidos de cada sociedad.

En esencia, el funcionamiento del sistema electoral, está estructurado sobre la


base del mercado, como todo en la sociedad capitalista. La comunidad está
compuesta por votantes, a la manera de los consumidores, y su poder de
elección es equivalente a la soberanía del consumidor, estos van a elegir a sus
representantes en función de sus preferencias políticas.

El público mediante el mecanismo electoral valora las decisiones que toma el


gobierno y el parlamento, sancionando o premiando de nuevo con el voto la
gestión política. En este caso los tribunales sirven para garantizar que no se
violen las reglas del sistema.

12
Sistema electivo en el que el derecho a votar se otorgaba únicamente, a los que figuraban en el
censo, es decir, que tenían bienes registrados. Por el cual debían pagar.
Los partidos políticos, de la oposición, son los mediadores por excelencia entre
el Estado y la sociedad civil. Los partidos políticos son organizaciones que
surgen con el fin de acceder al poder político.

La democratización del Estado burgués

Las fracturas que van ocurriendo a lo largo de la evolución de la sociedad


capitalista y la intensa lucha clasista que se protagoniza en su seno, van a
marcar la evolución y desarrollo de su sistema político durante la misma va
democratizándose el estado burgués.

Con el desarrollo de la sociedad capitalista, sus contradicciones y el


fortalecimiento de la clase obrera en el siglo XIX, surgen nuevas corrientes de
pensamiento político como: las democrático burguesas, reflejo del ascenso de
nuevos sectores burgueses (preocupados por el desarrollo de los
procedimientos de la democracia) y las socialistas13 (preocupados por una
mejor distribución de la riqueza social); que van a conformar el sistema político
del capitalismo prácticamente como lo conocemos en la actualidad.

En esta lucha que se fue desarrollando a lo largo del siglo XIX y el XX, juega
papel esencial, no los nuevos sectores burgueses, sino el proletariado, quien
se alza como fuerza política independiente y se va a oponer al sistema
capitalista. Con la Revolución de Octubre de 1917 llega al poder en el siglo XX
el primer estado de obreros y campesinos quien realza profundas
transformaciones económicas y políticas que van a influir notablemente en la
evolución política de los estados burgueses hasta nuestros días.

Los Estados liberales burgueses cayeron en crisis durante la gran depresión de


1929, cuando se necesitó de la intervención del Estado en la economía, para
salvar el capitalismo. Después de la Segunda Guerra Mundial, se extendería
por el mundo un nuevo tipo de Estado, que basado en las teorías de Keynes,
promovería la creación de un Estado fuerte con una activa participación en la
economía, propietario de grandes empresas, que realizara una necesaria

13
La corriente socialista se dividiría en dos, una rama socialdemócrata (burguesa) y otra comunista que
llegarían al poder en Europa, después de la Segunda Guerra Mundial.
redistribución de la riqueza, por supuesto que los mayores beneficiados van a
ser los monopolios.

Surgen así, los llamados Estados benefactores o de bienestar general, quienes


van a ser la respuesta necesaria del capitalismo a la existencia del Sistema
Socialista Mundial, y al auge del movimiento obrero y comunista,
experimentado en los países capitalistas después de la Segunda Guerra
Mundial.

La existencia de un Estado burgués fuerte y rico hizo, que la lucha política se


hiciera más competitiva entre los diferentes partidos políticos. Logrando el
proletariado arrancarle a la burguesía importantes conquistas y democratizando
en la medida de lo posible, los Estados burgueses. Estos logros son analizados
en capítulo posterior de este libro.

La crisis del sistema político burgués

En la actualidad el sistema se encuentra en una gran crisis, lo que no significa,


que no pueda ser reformado e incluso desarrollado; esta crisis no afecta a uno
de sus elementos, como en otras etapas, sino a casi todos. Se evidencia en
todos los países capitalistas, aunque se manifiesta de manera más aguda en
los países periféricos y se debe en gran medida, a las consecuencias que han
generado la aplicación de las políticas neoliberales.

Algunos de sus elementos más significativos son los siguientes: los partidos y
movimientos políticos tienen programas, que no responden o no reflejan los
intereses de las masas, lo que los aleja cada vez más de los sectores de la
población que una vez fueron su base electoral.

En el ejercicio del poder, los partidos y movimientos políticos se desgastan


rápidamente, al verse obligados a actuar en consonancia con las ideas
neoliberales, no pueden implementar soluciones a las demandas del
electorado, que voto por ellos en muchos casos, precisamente por presentar
programas políticos alternativos.

La dirigencia de estos partidos responde cada vez más a las elites, lo que les
resta base social en el electorado.
Los partidos políticos se van desprogramatizando, elemento este que
desacredita al sistema, pues supuestamente, los programas deben informar a
los electores, y servir como elementos de juicio para escoger entre las
diversas propuestas, aquella gestión política que consideren, como la más
conveniente para la conducción de los asuntos del Estado. Sin embargo, los
programas políticos son cada vez más ambiguos, más generales y cortos; lo
que los hace a todos prácticamente iguales. Ello condiciona una verdadera
crisis de representatividad pues, los partidos tradicionales al no recoger y
ofrecer soluciones a las demandas fundamentales de los pueblos, hacen que
los electores busquen nuevas opciones políticas, con lo que se desata una
verdadera atomización de las fuerzas políticas al multiplicarse el número de
partidos y surgir nuevos movimientos sociales.

En estas condiciones, los candidatos políticos se eligen más, por su carisma


personal, por la imagen que proyectan en la televisión, que por su capacidad o
por su programa político.

La creciente influencia del dinero en los resultados electorales es, otro


elemento que lastra al sistema, las campañas tienen precios astronómicos y
prohibitivos para la mayoría de las agrupaciones políticas.

La corrupción política es un elemento que se ha vuelto parte del sistema,


además durante las campañas electorales, la ética electoral prácticamente se
ha perdido, los ataques, difamaciones, revelaciones de datos íntimos de los
adversarios políticos, robo de urnas, alteraciones de los padrones electorales,
intimidaciones a los opositores para que no voten en las elecciones, se han ido
generalizando en el mundo capitalista.

Por último el creciente abstencionismo electoral en los países capitalistas es la


muestra más evidente, del cansancio de las masas, que consideran a todos
los candidatos iguales, y les da lo mismo que cualquier candidato gane en las
elecciones pues su situación no va a cambiar.

Referencias Bibliográficas
- Barrio, A. (2001). La democracia y sus límites. Ponencia presentada en el
evento internacional “Nacionalismo, Socialismo y Democracia”. Universidad de
La Habana. Inédita.
- Cabrera, C y Aguilera, L. (2000). La determinación social de la política y los
sistemas políticos. En Teoría Sociopolítica. Selección de Temas. Tomo I.
Editorial Félix Varela.
- Cabrera, C. (2000). Socialización y cultura políticas en el sistema político
capitalista. En Teoría sociopolítica. Selección de temas. Tomo I. La Habana.
Editorial de Ciencias Sociales.
- Fung Thalía: La Sociedad civil. Conferencia dictada el 27 de octubre del
2000. Maestría de Ciencias Políticas de la Universidad de La Habana.
Universidad de La Habana. Inédita.
- Plain, E. (2000). La Cultura Política. Conferencia dictada el 29 de septiembre
del 2000. Maestría de Ciencias Políticas de la Universidad de La Habana.
Universidad de La Habana. Inédita.
Bibliografía

Acosta, F. (1997). Democracia, procedimiento y multitud: la imaginación de las


necesidades. Colombia. Editorial. Colegio de La Salle.

- Álvarez, F. (1993) Los sistemas políticos contemporáneos: ¿crisis o


agotamiento de los paradigmas? . Revista de Estudios Europeos, 27, 28, julio-
diciembre.
- Aristóteles. (1976) Política. La Habana. Editorial de Ciencias Sociales.
- Cervantes, R., Gil, F., Regalado, R. y Zardoya, R. (2000). Gobernabilidad,
democracias y transnacionalización del poder político. En Teoría sociopolítica.
Tomo II. La Habana. Editorial Félix Varela
- Colectivo de Autores. (1994). El Liberalismo en el devenir histórico de
América Latina y Cuba. La Habana. Editorial Félix Varela.
- Fung, T. (1982). En torno a las regularidades y particularidades de la
revolución socialista en Cuba. La Habana. Editorial de Ciencias Sociales.
- Fung, T. y Pineda, J. (coordinadores). (2003). Los desafíos de la Ciencia
Política en el siglo XXI. Colegio Nacional de Ciencia Política y Administración
Pública. C. C. Instituto de Administración Pública del Estado de México, A. C.
Universidad de la Habana.
- Gurvich, G. (1965). La democracia liberal. Editorial. Enciclopedia Popular. La
Habana.
- Macpherson, C. B. (1972). The real world of democracy. New York. Oxford
University Press.
- Valdés, M. y Toledo J. A. (2000). Una aproximación al tema de la
participación política. En Teoría sociopolítica. Selección de temas. Tomo I. La
Habana Editorial de Ciencias Sociales.

Regresar al Índice
2.3- Democracia, Participación política y Cultura política
MSc. Alberto González Tejera

Par el estudio de la democracia debemos tener en cuenta dos elementos


fundamentales, el primero es su carácter histórico o sea no es algo estático,
sino que ha ido cambiando y evolucionando a lo largo del tiempo y lo segundo
es su carácter clasista, existe como fenómeno en una sociedad históricamente
determinada respondiendo a los intereses de una clase social, es por ello que
nos referimos a ella como democracia esclavista o burguesa por ejemplo.

El surgimiento del ideal democrático se remonta a la Atenas del siglo V antes


de nuestra era, fueron los griegos los primeros en abordar de forma teórica y
la práctica la democracia, desde sus mismos inicios fue el resultado de la lucha
entre la antigua aristocracia y el Demos (compuesto por los artesanos y
campesinos que podían poseer esclavos o no) de donde toma su nombre, es
oportuno aclarar que no le fueron restados los derechos a participar a la
antigua aristocracia esclavista. La forma de democracia que adoptan es la
directa o sea adoptan decisiones políticas prácticamente de todos los
problemas de la comunidad mediante discusiones públicas y la posterior
votación. Todos estaban obligados a cumplir con lo acordado como acto básico
de una convivencia civilizada. Es así como se concibe a la democracia, como
un sistema de valores compartidos por una comunidad, que legitima la toma de
decisiones sobre la base de una mayoría donde todos son iguales en derechos.

Sin embargo en los estados de las sociedades esclavistas la democracia era


para los que se consideraban sujetos políticos. En Atenas fue el poder del
Demos, excluyendo a las mujeres, los esclavos y los no griegos quienes no
tenían derecho a participar en los asuntos públicos y eran los que conformaban
la mayoría de la población.

Es por ello que los elementos a debatir para analizar una democracia son:
Quiénes se consideran sujetos políticos y su relación con la participación:
política, económica y social.
En la República Romana el derecho de participación era exclusivo del populus
(patricios y plebeyos) excluía a las mujeres, esclavos, no romanos o sea la
mayoría de las personas que conformaban la República.

En el feudalismo las relaciones de esclavitud son sustituidas por las de


vasallaje y la división de la vida social en estamentos lo que conduce a la
llamada representación estamental; el individuo participa no como ente
individual, sino como parte del estamento social. Con el surgimiento de los
Estados Nacionales se consolida el poder absoluto del Rey o soberano en
alianza con la aristocracia de la cual forma parte y la Iglesia, en detrimento del
Tercer Estado que incluía a la mayoría de la población, los siervos, la naciente
burguesía, artesanos y comerciantes y que conduciría a la postre a las
revoluciones burguesas.

El concepto moderno de democracia viene conformándose desde mediados del


siglo XVII en la Inglaterra las corrientes fundamentales: el movimiento
utópico: que planteaban la necesidad de conformar los órganos de poder a
partir de la elección y el movimiento de los niveladores: los que al igual que los
liberales sostenía que todos los hombres nacen libres y poseían derechos que
residen en el individuo: como el de propiedad, la libertad y la independencia
pero a diferencia de los liberales hicieron hincapié además en la democracia
económica y la distribución equitativa de las propiedades. De este movimiento
se desprende su ala izquierda más radical los llamados, Cavadores quienes
cuestionaron además el derecho de propiedad, pero tuvieron un escaso
impacto en la sociedad inglesa.

Pero es el pensamiento liberal burgués el que llega al poder a través de la


revolución, en el Siglo XVIII Montesquieu14 desarrolla la idea de la
representación política frente a la democracia directa. Criterio elitista pues
consideraba que el pueblo no tenía la capacidad para gobernar, pero sí podía

14
Charles-Louis de Montesquieu (1689-1755) francés, escritor y jurista. Escribió entre otras obras El
espíritu de las leyes (1748), donde analiza las que consideraba las tres principales formas de gobierno
(república, monarquía y despotismo) y establece las relaciones que existen entre las áreas geográficas, las
circunstancias generales y las formas de gobierno que se producen. Sostiene también que debe darse una
separación y un equilibrio entre los distintos poderes a fin de garantizar los derechos y las libertades
individuales.
elegir a sus representantes entre las personas con las mejores aptitudes para
los asuntos del estado.

Para Rousseau15: una democracia requiere la igualdad en la propiedad, era


partidario de la democracia directa pues así la voluntad popular resultante del
pacto social tendrá su máxima expresión en la ley, de ahí la necesidad de que
todos participaran activamente en la toma de decisiones.

Con el surgimiento de los estados liberales burgueses no se alcanzó la


democracia fueron estados gendarmes, censitarios y de propietarios 16. Con el
desarrollo de la sociedad capitalista y el desarrollo de sus contradicciones van
ocurriendo fracturas en la clase dominante y la maduración política de la clase
obrera.

Surgen corrientes de pensamiento político democrático burguesas (reflejo del


ascenso de nuevos sectores burgueses) y las ideas socialistas (se dividirían en
dos ramas fundamentales que llegarían al poder a principios del siglo XX la
socialdemócrata (con notable influencia burguesa) y la comunista.

La maduración del proletariado como clase resultado de la intensa lucha


clasista desarrollada en el seno de la sociedad capitalista sobre todo al
desplegarse la Revolución Industrial y de la evolución teórica de los
pensadores que se pusieron a su servicio va logrando que la clase obrera pase
de la lucha por reivindicaciones económicas hacia formas superiores de lucha
como lo es la política y contribuya decisivamente a la democratización
paulatina de los estado liberales.

Entre los objetivos que de manera progresiva fue proponiéndose la lucha


política del proletariado se encuentran: la lucha por alcanzar la libertad de
organización obrera lo que permitió la legalización de los sindicatos y el
reconocimiento del derecho a sindicalizarse los trabajadores. Lucha por el
derecho al voto de los trabajadores(solo los hombres) lo que se materializó con
el paulatino reconocimiento del sufragio universal (continuó excluyendo a las

15
Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), francés fue un filósofo, teórico político y social, músico y botánico
francés, En su obra El contrato social o Principios de derecho político (1762), defiende la supremacía de
la voluntad popular frente al derecho divino y defiende sus argumentos sobre la libertad civil. Sus ideas
contribuyeron mucho a la fundamentación ideológica de las revoluciones sociales burguesas.
16
Estas características ya fueron explicadas en acápites anteriores de este libro.
mujeres y los no blancos). La lucha por alcanzar representación parlamentaria
que incluyó el reconocimiento de los primeros partidos políticos obreros.

La lucha por el reconocimiento legal de los derechos que mejoraban las


condiciones de vida de los trabajadores (límites a la jornada laboral, vacaciones
retribuidas, protección de la maternidad para las trabajadoras, jubilación, etc.)

La lucha por la instauración de la sociedad socialista que se materializaría en


el siglo XX

La batalla por sufragio femenino fue primeramente una cuestión de género en


la que estaban unidas todas las mujeres independientemente de su origen
clasista y ya entrado el siglo XX es que se suma a los objetivos de la lucha
política del proletariado.

A continuación relacionamos algunas de las fechas en que se van


materializando estos objetivos:

1. La obtención del sufragio universal (para todos los hombres blancos


mayores de 21 años) Se logra entre mediados del XIX y principios del XX.

2. El sufragio femenino, esta victoria fue alcanzada mucho después,


prácticamente se alcanza en el XX. Nueva Zelanda 1893, Australia 1902,
Holanda y la URSS en 1917, Brasil y Uruguay en 1932, Cuba y Turquía en
1934, Francia 1944, Italia y Japón en 1946 y Suiza 1971.

3. La obtención de la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer. Se han


logrado avances, pero no en todos los países se reconoce este derecho, por
ejemplo en los Estados Unidos de América, sólo en la constitución de 16
Estados miembros está recogida la igualdad de sexos.

4. El reconocimiento de los derechos civiles (de las minorías) En esta batalla


se obtienen los primeros resultados bien entrado el siglo XX. Como ejemplo
situamos el caso de los Estado Unidos de América:

Como vemos la democracia como la conocemos hoy en un país como los


Estado Unidos de América es algo que se logra a partir de mediados de la
década del 60 del siglo XX.
¿Qué es la democracia?

Existen muchísimas definiciones de democracia pues la literatura sobre el tema


es amplísima pero vamos a tomar como referente la dada por Abraham Lincoln
en su famoso Discurso de Gettysburg, Pensilvania el 19 de noviembre de 1863:

“Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.

Hay tres aspectos claves en esta definición el primero de ellos es que la


soberanía radica en el pueblo, quien decide cómo va a organizarse ese
gobierno.

La segunda precisa que el pueblo es quien nomina, elige y controla al gobierno


que se ha dado a sí mismo, lo que implica la más alta participación popular.

La tercera es que el gobierno que ejerce sus funciones en beneficio y al


servicio de los intereses del pueblo.

Estos son elementos claves al analizar el carácter democrático de cualquier


gobierno. Pues cada democracia es el resultado de la evolución histórica del
pueblo que la crea, de ahí su diversidad.

Otra definición de democracia nos la brinda Norberto Bobbio "un conjunto de


reglas que facilitan y garantizan la más extensa participación de la mayoría de
los ciudadanos, directa o indirectamente, en las decisiones que afectan a la
sociedad."(Bobbio, 1996, 203)

Fidel Castro representante del pensamiento marxista destaca el carácter


clasista de la democracia cuando afirmó “…Creo que para que exista una
verdadera democracia tiene que desaparecer la explotación del hombre por el
hombre. Estoy absolutamente convencido que mientras exista una enorme
desigualdad entre los hombres no hay ni puede haber democracia.” (Castro,
1992, 112)

Muy apegado al concepto de Lincoln para Fidel Castro democracia “significa


que los gobiernos, primero, estén íntimamente vinculados con el pueblo,
emerjan del pueblo, tengan el apoyo del pueblo, y se consagren enteramente a
trabajar y luchar por el pueblo y por los intereses del pueblo” (Castro, 1992,
109)

El procedimiento democrático también se ha ido desarrollando con el tiempo a


continuación le relacionamos las reglas de la democracia más aceptadas entre
los diversos autores que han escrito sobre el tema.

Regla de la mayoría17: es clave en el procedimiento democrático y su


fundamento es básicamente aritmético, por ello se impone como norma al
criterio que puedan tener las minorías en la toma de decisiones. La mayoría
constituye el gobierno y hace la ley (mayoría no significa unanimidad, sino
más bien consensuación de intereses en la toma de decisiones que siendo
vinculantes potencien de la mejor manera los intereses colectivos e
individuales)

Regla del Consenso18: sobre la base de la regla anterior se reconoce que en el


proceso de discusión para tomar decisiones se debe aceptar el mayor numero
de posiciones posibles que enfrentadas en igualdad de posiciones y en uso de
las libertades públicas, constituyan una mayoría que exprese la voz del pueblo.

Regla de la minoría: En consonancia con las dos reglas anteriores se reconoce


que la minoría no puede ser acallada ni el proceso mismo de consensuación,
ni después de conformada la una mayoría. Tienen el derecho de pasar a la
oposición19 y formar una nueva mayoría (alternancia en el poder20)

17
El principio de la mayoría no debe ser esgrimido para oprimir o limitar los derechos de las minorías,
por ejemplo no se debe someter a votación o consenso en un país con mayoría de una etnia si le otorga
el derecho al voto a una minoría étnica. Si la constitución le da el derecho a los ciudadanos todos sin
distinción de algún tipo deben disfrutarlo.
18
Consenso significa acuerdo producido por el consentimiento producido de todos los miembros de un
grupo o entre varios grupos. Una decisión por consenso no implica un consentimiento activo de cada
uno, sino más bien una aceptación en el sentido de no negación, en este tipo de decisión encontró su
fundamento la democracia esclavista griega.
19
Se entiende por oposición aquella fracción o fracciones políticas que no están en el gobierno y que no
están de acuerdo con la política desarrollada por este, en ningún caso se permite oposición al Estado o
al sistema político establecido por la constitución y la ley de cada país.
20
Alternancia en el poder principio democrático que establece que en una democracia los cargos y
puestos del Estado son renovables y elegibles cada cierto número de años según o establezca la ley, al
convocarse a elecciones todos los aspirantes estarán en igualdad de condiciones de acceder al poder.
Regla de la competencia: Sin competencia como garantía de acción política
son imposibles los procedimientos de discusión política y por lo tanto la
formación de mayorías y la expresión de las minorías.

Regla del control: El gobierno y demás instituciones y procedimientos políticos


de un estado democrático (por ejemplo los procesos electorales) deben ser
instituciones y procedimientos controlados o por lo menos controlables,
estableciendo la ley la forma de hacerlo.

Regla de la legalidad: El sistema democrático es un sistema basado en la Ley y


en el respeto más estricto a ella. Nadie puede estar por encima de la ley o no
responder a ella.

Regla de la responsabilidad: Las reglas democráticas no se aplican unas


separadas de las otras como hemos señalado en esta exposición, o unas a
pesar de las demás. La responsabilidad supone esta visión integral y sistémica
de la sociedad democrática sin la cual la democracia deriva en anarquía, abuso
de poder o autoritarismo.

Los principios básicos de la democracia son:

Principio de Secularidad: Todo orden social no es algo natural, es una


construcción social por eso son posibles las transformaciones en la sociedad.
Su construcción debe ser un proceso de inclusión y no de exclusión.

Principio de la Autofundación: La democracia es un orden social que se


caracteriza porque las leyes y las normas son construidas o transformadas por
las mismas personas que las van a vivir, cumplir y proteger. Las personas
están dispuestas a proteger un orden o una norma: Si ellas participan en su
construcción, si aceptan ser representadas por otro en su construcción y si esta
representación es cierta y confiable. Si existiendo, la norma desde tiempo
atrás, alguien le explica la bondad de esa norma y la toma como propia en ese
momento se está refundando la Ley.

Principio Ético: La democracia es ante todo un conjunto de valores sociales


compartidos y aunque existen múltiples modelos de democracia, todo orden
democrático está orientado a hacer posibles los derechos humanos y a cuidar y
proteger la vida.

Principio de la Complejidad: Es el reconocimiento de que el conflicto, la


diversidad y la diferencia son constitutivos de la convivencia democrática. La
paz es el resultado de una sociedad que es capaz de dirimir el conflicto sin
reprimir, discriminar o eliminar al otro.

Principio de lo Público: En la democracia lo público se construye desde la


sociedad civil y es reconocido por el Estado. Lo público es aquello que
conviene a todos de la misma manera para su dignidad, lo público tiene
prioridad sobre lo privado.

Ello nos lleva a la libertad, que es ante todo, en el plano técnico, un conjunto de
libertades: de palabra, de asociación, de reunión, de prensa, de movimiento, de
trabajo, etc.

En teoría todos los ciudadanos en un estado democrático deben disfrutar de las


libertades en igualdad.

Pero la igualdad es algo más complejo, existe:

La formal: de todos los ciudadanos ante la ley, paso importantísimo pues al


quedar reconocida como derecho fundamenta la lucha de los ciudadanos por
ejercer su derecho.

La social: la posibilidad de todos los ciudadanos de tener acceso por igual a


todas las oportunidades, lo que es difícil en una sociedad donde existan
grandes diferencias socioeconómicas.

Los Límites de la democracia Liberal

A lo largo de su evolución, siempre el pensamiento burgués ha trabajado sobre


la idea de que, el Estado capitalista tiene una existencia autónoma, apartada
de la “sociedad civil”, como si su funcionamiento fuera algo ajeno al
funcionamiento del capital y de la sociedad. Se basan en el argumento, de que
representa el “bien común” y en lo general de su dominación, ya que se
fundamenta en la ley, y ésta es general. En esencia, lo que se pretende es
ocultar el carácter clasista del Estado burgués.

Algo similar ocurre con la democracia, a la que se despoja de todo contenido


clasista, pues los políticos burgueses sostienen, que se basa en derechos
iguales para todos los ciudadanos. Para comprender su carácter clasista
debemos analizar, brevemente, los límites que se establecen al ejercicio de la
democracia.

El primer límite a la democracia entendida como gobierno del pueblo, por el


pueblo y para el pueblo, lo tenemos en que la democracia burguesa no se
basa en la participación, sino en la representatividad, lo que supone no el
ejercicio directo del poder por parte del pueblo, sino la delegación del poder a
manos de un representante.

Este asunto no tuviera tan grandes limitaciones, si los representantes fueran


nominados y estuvieran bajo el control de los representados durante todo su
mandato.

Pero el ciudadano, al cual la ley le reconoce el derecho a nominar a sus


candidatos no puede hacerlo, esto lo hacen las maquinarias políticas de los
partidos, en realidad lo que hacen los ciudadanos es votar por los partidos.
Esta es una gran contradicción pues, la democracia liberal, que tiene como
fundamento el individualismo, le otorga el derecho político al individuo, pero
éste no puede ejercitarlo individualmente, sino como sujeto colectivo.

Otra limitante es que el representante no está obligado a rendir cuentas de su


gestión, ante sus electores y estos no pueden revocarlo de su mandato.

En resumen al ciudadano solo le queda el derecho de votar, por representantes


que no ha nominado y que no le deben rendir nunca cuentas de su gestión. En
la práctica, el voto solo sirve para legitimar las elecciones y el gobierno.

Si analizamos las formas de gobierno en ellas se establecen límites que a la


democracia. La forma más común, es el Sistema Parlamentario, en ella se
busca el equilibrio de los poderes de la Asamblea o Parlamento y el Gabinete o
Gobierno. La Asamblea es quien elige al Gabinete, pues todos deben ser
miembros de ella. Para formar gobierno se debe tener entonces la mayoría
parlamentaria. La Asamblea además puede emitir un voto de censura y hacer
caer al gobierno. Por su parte el Gobierno puede disolver la Asamblea y
convocar a elecciones, salvo el caso en que la Asamblea haya emitido con
anterioridad un voto de censura.

En esta forma las funciones de jefe de Estado y de gobierno se hayan


separadas. La elección del jefe de Estado, (que tiene funciones
exclusivamente protocolares) se realiza generalmente por voto el directo, como
en Francia. En las monarquías constitucionales, el jefe de Estado es
hereditario, como es el caso de España. Sin embargo la elección del jefe de
gobierno; es realizada por los parlamentarios, para resultar electo y formar
gobierno hay que poseer la mayoría parlamentaria, por lo que el pueblo no
puede elegir de manera directa a un funcionario clave del poder. Si a ello
sumamos el hecho de que el pueblo, no nominó directamente a esos
parlamentarios, comprenderemos que tan indirecta es la elección.

En el Sistema presidencialista el Jefe de Estado es a la vez jefe de Gobierno,


este concentra un enorme poder, incluso no tiene ministros sino secretarios, el
caso típico es el de Estado Unidos de América, la elección de este importante
funcionario no la realiza el pueblo, es potestad de un Colegio Electoral. Hasta
el momento en cuatro ocasiones, ha salido electo un presidente que no contó
con la mayoría del voto popular.

“El paradigma de democracia que exhibe actualmente el capitalismo no es


compatible con una legitimidad que se fundamente en la satisfacción de las
necesidades de las masas; se circunscribe al modelo legal racional que
defendió Max Weber, en el cual la legitimidad pasa por la reglamentación legal
del poder y de la administración. En este modelo, los actores políticos se
desenvuelven dentro del sistema sin provocar cambio alguno en los intereses
principales de la clase que detenta la propiedad del régimen” (Madem, 2001)
Haciendo un resumen podemos plantear que democracia es:

 Poder del pueblo.


 Relación entre gobernantes y gobernados.
 Sistema de valores vinculado estrechamente a la ética.
 Haciendo democracia se hace civilidad y viceversa.
 Es la activa participación política de los ciudadanos en la toma de
decisiones políticas.

La participación política es un elemento fundamental para definir el tipo de


democracia que existe en una sociedad. Existen muchos conceptos de
participación política pues como esta ha ido cambiando a lo largo de la
evolución histórica del ideal democrático, nos referiremos a los más actuales:

“la capacidad que tiene el ciudadano común para involucrarse e incidir en los
procesos de toma de decisiones, lo cual tiene un momento relevante en la
participación electoral aunque no se limita a ella”. (Fung, 1982, 53)

“es toda la actividad de los ciudadanos ya sea de forma colectiva o individual


encaminada a incidir en la toma de decisiones políticas, a influir en la política
estatal, en la forma como se dirige al Estado o en las decisiones el gobierno que
afecten a una comunidad o sus miembros individuales” (Molina y Pérez, S/A)

“… el acto de tomar parte en la formación, aprobación o aplicación de medidas de


política pública, referida a la actividad de un político, un funcionario gubernamental
o un ciudadano común” (Valdés y Toledo, 2000, p. 106)

“Retomando las definiciones de participación citadas anteriormente, es necesario


destacar que ésta se da a través de un proceso de toma de decisiones donde se
distinguen cuatro fases según B. Horvart” (Valdés y Toledo, 2000, p.108, 109)

Las formas de la participación política son la directa (cuando los ciudadanos


participan directamente en un proceso político) y la indirecta o representativa.
Formas más específicas de la participación política son:

 La elaboración directa o indirecta de la política gubernamental.

 La actividad que comprende el proceso electoral: ejercicio del voto, la


búsqueda de información, aportación económica a candidatos, el
proselitismo, etc.

 La comunicación de los representantes con sus representados,


problema central de la democracia representativa, pues aunque la
concepción de la representación alcanza su pleno sentido como garantía
de su amplia participación ciudadana y elemento básico para el control
de los gobernantes, muchas veces la representación se convierte en
elitista y formal.

 El debate que comparte la política.

 La afiliación a organizaciones sociales y políticas. Y otras (Valdés y


Toledo, 2000, p.109)

Entre los factores que determinan la participación política de los ciudadanos se


destacan los siguientes: antecedentes sociales y posición que ocupa el
individuo en la sociedad (la educación y la clase social a la que pertenece el
individuo); características psicológicas del individuo; el medio político en que
se materializa su participación; acceso a la información; tradiciones familiares y
regionales; factores históricos; acceso a las instituciones de gobierno o a los
centros de poder; y la competencia política(Valdés y Toledo, 2000, p. 110)

“Sin pretender agotar las múltiples funciones de la participación política dentro


del sistema político de cualquier sociedad, mencionaremos las más
importantes, según el criterio de los autores.

- Garantizar el ejercicio de rendición de cuentas de los gobernantes ante los


gobernados.

- Es el medio por excelencia para prestar o retirar apoyo a un gobierno


democrático.
- Es la vía por la cual se cumplen o materializan los objetivos democráticos de
un sistema político y se legitima el poder, entendiendo por legitimación la
relación de aceptación mayoritaria del poder, el consenso hacia las normas
constitutivas del sistema en cuestión y hacia el régimen que de ellas se deriva,
su capacidad para satisfacer las expectativas y representar los intereses de la
mayoría de la población” (Valdés y Toledo, 2000, p. 110)

Resumiendo: La participación política es un fenómeno complejo con


componentes internos y externos no es un acto, es un proceso.
Es la vía por la cual se materializan los objetivos democráticos del sistema
político y se legitima el poder
Es el elemento estructural fundamental de la democracia.

La cultura Política:
Como conjunto de valores compartidos la democracia implica no solo la
participación política de los ciudadanos sino también la existencia de una
cultura política en esos ciudadanos que se unidad y consolide el procedimiento
democrático.
“Pero de entre todas las medidas mencionadas para asegurar la permanencia de
los regímenes políticos es la máxima importancia la educación de acuerdo al
régimen…Porque de nada sirven las leyes más útiles, aún ratificadas
unánimemente por todo el cuerpo civil, si los ciudadanos no son entrenados y
educados en el régimen…” (Aristóteles, 1976, p. 143)

Esto nos lleva a abordar un elemento estructural del sistema político, la cultura
política, elemento muy estudiado por los cientistas políticos, en su artículo: La
cultura política y su dimensión actual: Una mirada desde el sur, Elsie Plain
Rad-Cliff nos ofrece de manera un resumen del surgimiento y evolución de
este concepto.

“La primera referencia obligada en este sentido la constituyen Almond y Verba,


quienes definieron la cultura política como “…un sistema de orientaciones y pautas
cognoscitivas, emocionales y valorativas de los individuos sobre el sistema político
y los diferentes institutos, así como también sobre su propia personalidad, en el
proceso político. (Almond, G y Sidney V, 1963)” (Plain, 2005, p. 279)
“A partir de esta, se sucedieron otras aproximaciones, entre las que se puede citar
la de Pye, quien la concibe como “… el conjunto de actitudes, creencias y
sentimientos que orientan y dan significado a un proceso político y proporciona lo
supuestos y normas fundamentales que gobiernan el comportamiento en el sistema
político”. Especifica, asimismo, que la cultura política abarca los ideales políticos y
las normas de actuación de una comunidad política, al tiempo que señala que “…
una cultura política es, a la vez, el producto de la historia colectiva de un sistema
político y las biografías de los miembros de dicha comunidad política”. (Pye, L,
1974)” (Plain, 2005, p. 279)

“Kavanagh resume “taquigráficamente” su concepción, entendiéndola como


“….las actitudes y creencias que tiene la gente acerca del sistema político”
(Kavanagh, D, 1972) Más recientemente, Ronald Landes afirma que una
cultura política comprende tanto la índole como el ámbito de la legítima
actividad política y el rol del individuo en el gobierno o el Estado. (Landes, R,
1987)” (Plain, 2005, p. 279)

En David Robertson encontramos una expresión sintética de este concepto, en


que aparecen elementos no mencionados anteriormente, al considerar la
cultura política como “…el conjunto de ideas y actitudes hacia la autoridad, la
disciplina, las responsabilidades gubernamentales y los derechos, así como las
formas de transmisión cultural, tales como el sistema de educación y hasta la
vida familiar”. Asimismo, señal que, aunque nadie ha logrado definir el
concepto con suficiente precisión, para hacerlo verificable, está claro que
algunas ideas generales acerca de la naturaleza y la utilidad del gobierno y la
autoridad, pueden considerarse comunes para todas las sociedades, así como
factores importantes en las decisiones y el tipo de gobierno. (Robertson, 1985)”
(Plain, 2005, p. 279,280)

En opinión del Dr. Carlos Cabrera la Cultura Política es el “conjunto de


orientaciones, pautas y valores socio-psicológicos, relativamente estables que
caracterizan las relaciones que se establecen entre las clases, grupos sociales
e individuos con respecto al poder político, y que condiciona la experiencia del
desarrollo político de la sociedad” (Cabrera, 2000, p. 131)
No es un fenómeno único, homogéneo e inmutable, en una sociedad dividida
en clases sociales existe una cultura política para la clase dominante y otra
para los dominados.

“Uno de los problemas en que se ha concentrado mayor atención por parte de


la politología occidental, lo constituye el estudio de determinados fragmentos
dentro de las culturas políticas nacionales, denominados también subculturas”.
Ello se explica por el hecho de que la mayoría de estas subculturas se
diferencian por sus contrastes políticos de la cultura política oficial dominante;
las investigaciones de tales subculturas políticas se encuentran estrechamente
vinculadas a los movimientos de protestas que desde los años 60 tienen por
escenario principal a las principales potencias capitalistas. De esos
movimientos de protesta son estudiados con bastante profundidad las
subculturas juveniles y muy vinculadas con estas, los movimientos de
contracultura. La subcultura juvenil viene a ser explicada a partir de la
confluencia de valores hegemónicos, a partir de la comunidad de sentimientos
y factores generacionales.

También ha sido objeto de las investigaciones politológicas los movimientos de


las minorías raciales y étnicas, los movimientos antibélicos, los movimientos
ecologistas, los movimientos feministas, etc. (Cabrera, 2006, 279-280)

Según Salabarría (2006) “la subcultura política, concebida en primera instancia


como expresión de las relaciones entre un tipo específico de actor y los
restantes elementos del sistema político”. (p. 106)

“La cultura política, incluye también todo un conjunto de aspectos organizativo-


conductuales que conforman la vida política, como lo son las tradiciones y símbolos
políticos, los roles políticos y los modelos de conducta política, todo lo cual imprime
determinadas peculiaridades al proceso político en los diferentes sistemas”.
(Cabrera, 2006, 277)

Como componentes de la cultura política tenemos: los componentes


cognoscitivos, las macro valoraciones políticas, los valores políticos, los
componentes afectivo-emocionales y las disposiciones comportamentales.
Los componentes cognoscitivos:

“Se refieren a los conocimientos sobre el sistema político, las instituciones y


órganos que lo componen a escala nacional o local y los procedimientos para su
establecimiento; incluyen conocimientos acerca de las formas en que se efectúan
los procesos electorales y se organiza la participación de los diferentes sujetos
políticos en los mismos, así como los mecanismos para la designación de los
cargos y su revocación. Estos conocimientos versan también sobre el
funcionamiento de dichos órganos, las decisiones que de ello se derivan y los
mecanismos empleados para su adopción.

Un lugar importante en este componente lo ocupa el conocimiento de la historia


política del país, de las figuras que han desempeñado roles políticos relevantes en
la misma, así como la herencia que dejaron en quehacer político. Esto aporta al
conocimiento de los estilos actuales predominantes en la vida política de las
naciones y comunidades”. (Salabarría, S/A, 8,9)

Las macro valoraciones políticas:

“Este componente está integrado en lo fundamental por los juicios que los
portadores elaboran alrededor de la calidad de las decisiones emanadas del
sistema y de las percepciones y comportamientos del resto de los sujetos políticos
en relación con las necesidades de la sociedad en su conjunto.

Las valoraciones implican, al menos, un análisis de los factores que suelen motivar
la adopción de decisiones en el ámbito de un sistema político, del que se ha
formado parte durante un período relativamente prolongado que, si bien pueden o
no ser aceptados por el sujeto, son entendidos a partir de sus conocimientos y bajo
el prisma de los valores que en él predominan, así como de la aprehensión de las
necesidades societales que ha logrado a través de ellos”. (Salabarría, S/A, 10)

Los valores políticos:

“En el ámbito de la cultura política, el valor implica la asignación de significados


vitales, por parte de los portadores, a los objetos políticos, a las normas y pautas
comportamentales que se derivan de su funcionamiento, a la actuación de los
actores políticos, (ya sean personas, instituciones u organizaciones) en relación con
las necesidades societales, grupales, socioclasistas o individuales. Así, los objetos
políticos y sus derivaciones devienen medios para la realización práctica de un
conjunto de cualidades o virtudes que deben ser preservadas en aras del bien
común”. (Salabarría, S/A, 13)

En cuanto a los componentes afectivo-emocionales:

“El carácter vinculante de las decisiones, afecta con particular énfasis los intereses
personales asociados a la realización de los proyectos de vida, fundamentalmente
en el plano individual, lo cual se materializa en las escalas familiar, profesional y
laboral. De lo anterior se deriva un juicio que es resultado de la contrastación de las
decisiones políticas y el comportamiento de los diferentes actores con las
necesidades personales del sujeto. Ello se concreta en una identificación emocional
con las instituciones y organizaciones establecidas que pueden incidir en la
realización de esos proyectos lo cual conlleva, generalmente, a la aceptación o
rechazo de las decisiones emanadas de su funcionamiento, sin que
obligatoriamente medie la comprensión racional de lo que motiva su adopción…

Esto es fuente de legitimidad, pues los sujetos experimentan la posibilidad real de


que sus intereses y objetivos sean satisfechos y desarrollan un compromiso con la
conservación del sistema político, aun cuando en momentos o períodos específicos
este no pueda satisfacer sus necesidades de forma inmediata; así se desarrolla la
comprensión emocional de las decisiones y el apoyo a las mismas o lo contrario”.
(Salabarría, S/A, 16)

Las disposiciones comportamentales:

“Este componente sintetiza las premisas para el comportamiento político. Su


contenido son las capacidades y habilidades del sujeto como actor político y su
percepción de las mismas; así como los hábitos opináticos y participacionales que
en él se hayan desarrollado, su interés por estar o no presente en los
acontecimientos y por aportar, en fin, las predisposiciones para asumir uno u otro
comportamiento político, que incluyen las habilidades comunicativas de las
personas que inciden en el logro de un mayor nivel de intersubjetividad de los
actores…

Sin embargo, los componentes comportamentales se diferencian del


comportamiento, en tanto son menos perceptibles que este y constituyen una
relación todavía indirecta de los sujetos con el sistema político. Tales disposiciones
también se revelan mediante el comportamiento político, pero allí aparecen en
síntesis con los otros componentes y en interacción con el momento político”.
(Salabarría, S/A, 18)

Resumiendo: La cultura política es un componente muy complejo del sistema


político, tiene un carácter clasista e histórico, está en constante evolución. En
una sociedad dividida en clases la cultura de las élites se erige como cultura
política dominante. Las subculturas políticas se distinguen de la cultura política
dominante por los matices que se aprecian en la percepción de la misma por
los diferentes actores políticos de una sociedad como pueden ser grupos de
jóvenes, étnicos, religiosos, etc.

La socialización Política:

La cultura política, es además un elemento clave en el proceso de


socialización política de la sociedad y en la evolución del sistema político.

La socialización es el proceso mediante el cual se inculca la cultura a los


miembros de la sociedad, a través de él, la cultura se va transmitiendo de
generación en generación, los individuos aprenden conocimientos específicos,
desarrollan sus potencialidades y habilidades necesarias para la participación
adecuada en la vida social y se adaptan a las formas de comportamiento
organizado característico de su sociedad.

“podemos considerar a la socialización política como el proceso a través del cual el


sujeto social va incorporando todo un conjunto de conocimientos, normas y valores
políticos que le posibilitan la adopción de una participación activa en la vida política
de la sociedad y, en particular, en su sistema político” (Cabrera, 2006a,77)

Los individuos no son sujetos pasivos dentro del proceso de socialización, ellos
están al mismo tiempo interactuando y cambiando; incluso desde sus primeros
momentos de vida el niño es un sujeto activo en el proceso de socialización.

La realidad impulsa tanto a la estabilidad como al cambio debido a la acción


creadora y renovadora de los seres humanos y al interés de estos en influir en
el curso de la realidad social y política.

La socialización política es importante porque influye en la generación de


valores (concepciones políticas), actitudes (predisposición a la acción o
decisión) y lealtades (ataduras afectivas a partidos políticos, grupos, clases
sociales, etc.) que afectan la política y al sistema político.

La educación cumple la función de integrar a los miembros de una sociedad


por medio de pautas de comportamiento comunes, a las que no podría haber
accedido de forma espontánea.
* La finalidad de la sociedad es crear miembros a su imagen.

* El individuo es un producto de la sociedad

¿Cómo se efectúa la socialización política?

En el proceso de socialización política actúan un conjunto de instituciones,


organizaciones y personas que obran como orientadores y facilitadores del
aprendizaje de lo político, a los mismos se les denomina agentes de
socialización política.

Gran parte de la socialización política se realiza por vía indirecta. Los agentes
de socialización política se dividen en primarios y secundarios por los tipos de
funciones que cumplen en las diferentes etapas de la edad cronológica de las
personas, es por ello que puede hablarse de socialización política primaria y
socialización política secundaria.

Agentes primarios: el agente de socialización primario por excelencia es la


familia. Es una institución cada vez más especializada funcionalmente
(funciones privadas) y demarcada organizativamente (predominio de la familia
nuclear en la era capitalista), cumple un papel reproductor y estabilizador del
individuo en la sociedad moderna.

Altos niveles de predominio y afectividad con que opera este agente en esas
edades tempranas de formación de las bases de la personalidad, se entiende
que los contenidos políticos que transmite juegan un papel fundamental y
pueden persistir en la edad adulta.

La familia también es eficiente en la transmisión de la ideología política hacia


los hijos, transmite algunas bases ideológicas y especialmente aquellas
relativas a la confianza en el sistema político.
Agentes secundarios: Todas aquellas personas, organizaciones, instituciones y
medios que se relacionan con el individuo por distintas razones, bien sean
estas afectivas, obligaciones, intereses o exposición pública en diferentes
momentos de la vida.

Los grupos de pares (amigos, compañeros), las instituciones educativas, los


medios de comunicación, las organizaciones religiosas, las variadas
instituciones civiles incluidos los sindicatos y las instituciones políticas, entre las
cuales son fundamentales los partidos políticos. Muchos de los agentes
secundarios entran en relación con el individuo desde su niñez, cumpliendo
una labor socializadora que ocurre simultáneamente con la que realiza la
familia.

Los agentes secundarios proporcionan informaciones, opiniones y formas de


relacionarse que pueden reforzar o transformar los contenidos políticos
transmitidos por la familia. Algunas comunidades religiosas locales logran altos
niveles de influencia sobre sus afiliados.

El siguiente esquema resume los agentes socializadores:

Familia

Instituciones
Grupos
políticas

Instituciones
Escuela
Civiles

Org.
Medios
Religiosas

Resumiendo: La socialización política forma parte del proceso de


socialización. Es el proceso que prepara al individuo para desempeñarse en un
sistema político. Este proceso se realiza a través de diversos agentes
socializadores.

Bibliografía:

- Acosta, F. (1997). Democracia, procedimiento y multitud: la imaginación de


las necesidades. Colombia: Colegio de La Salle.
- Aristóteles. (1976) Política. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.
- Barrio, A. (2001). La democracia y sus límites. Ponencia presentada en el
evento internacional “Nacionalismo, Socialismo y Democracia”. Universidad de
La Habana: Inédita.
- Bobbio, N. (1996). Estado, gobierno y sociedad. México: Fondo de Cultura
Económica.
- Cabrera, C. (2000). Socialización y cultura políticas en el sistema político
capitalista. En Teoría sociopolítica. Selección de temas. Tomo I. La Habana:
Editorial de Ciencias Sociales.
- Cabrera, C. (2006) Cultura política: paradigmas teóricos. En Duharte, E.
(comp.) Teoría y procesos políticos contemporáneos. La Habana: Editorial Félix
Varela.
- Cabrera, C. (2006a) Socialización Política. En C. Cabrera. (comp.)
Sociología Política. Selección de Lecturas. Tomo II. La Habana: Editorial Félix
Varela.
- Castro, F. (1992) Un grano de maíz. Conversaciones con Tomás Borge. La
Habana: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado.
- Cervantes, R., Gil, F., Regalado, R. y Zardoya, R. (2000). Gobernabilidad,
democracias y transnacionalización del poder político. En Teoría sociopolítica.
Tomo II. La Habana: Editorial Félix Varela
- Colectivo de Autores. (1994). El Liberalismo en el devenir histórico de
América Latina y Cuba. La Habana: Editorial Félix Varela.
- Fung, T. (1982). En torno a las regularidades y particularidades de la
revolución socialista en Cuba. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.
- Fung, T. y Pineda, J. (coordinadores). (2003). Los desafíos de la Ciencia
Política en el siglo XXI. Colegio Nacional de Ciencia Política y Administración
Pública. C. C. Instituto de Administración Pública del Estado de México, A. C.
Universidad de la Habana.
- Gurvich, G. (1965). La democracia liberal. La Habana: Enciclopedia Popular.
- Macpherson, C. B. (1972). The real world of democracy. New York: Oxford
University Press.
- Molina, J. y Pérez, C. (S/A) Participación Política. Recuperado de:
http://www.mercaba.org/FICHAS/capel/participacion_politica.htm
- Plain, E. (2005). La Cultura política y su dimensión actual: Una mirada desde
el sur. En T. Fung y C. Delgado (comps.). El estado del arte de la ciencia
política. La Habana: Editorial Félix Varela.
- Salabarría, M. (2006) La subcultura política y el enfoque alternativo en la
ciencia política. En J. Pineda, T. Fung, y E. Mendoza. El estudio de la nueva
ciencia política. Perspectivas generales. México: S/E.
- Salabarría, M. (S/A) La cultura política, una aproximación desde sus
componentes. Recuperado de:
http://www.revistascientificas.udg.mx/index.php/CL/article/view/2891/2628
- Valdés, M. y Toledo J. A. (2000). Una aproximación al tema de la
participación política. En Teoría sociopolítica. Selección de temas. Tomo I. La
Habana: Editorial de Ciencias Sociales.

Regresar al Índice

2.4- Los Sistemas Electorales en el Sistema Político Capitalista.


MSc. Fabio Raimundo Torrado. (Tomado del libro: “La crisis de los sistemas
electorales del mundo capitalista Editorial de Ciencias Sociales, La Habana,
2009.)

Evolución de los conceptos más generales de los sistemas electorales a


lo largo del siglo XIX

Entre las principales cuestiones que este autor destaca son:

 El sufragio restringido, en que además era un sufragio masculino. Las


votaciones se decidían a favor de quien recibiera la mayoría de los
votos.

 En el transcurso del siglo XIX y gracias a las acciones feministas, se


logró que las mujeres participaran en el sufragio.
El sufragio universal en el siglo XIX

Sobre el sufrago universal destaca:

“…no fue hasta ya bien avanzado del siglo XIX que pudo recogerse en las normas
legales posiciones abiertamente favorables hacia el voto universal, con exclusión de
las mujeres, pues no fue hasta la tercera década del citado siglo, que estas lograron
adquirir plenamente su derecho a participar en las elecciones. Este tránsito
discurrió en medio de fuertes polémicas entre los que estaban a favor o en contra
de cada una de ellas.” (Raimundo, 2009,p.)

El autor francés Edmond Villey (1946), profesor de Derecho Constitucional


Comparado de la Universidad de Caen expresa, refiriéndose al sufragio
universal:

“La fórmula del sufragio universal no significa, no puede significar: sufragio


ejercido por todos; solamente quiere decir: sufragio abierto a todos, dentro
de las mismas condiciones, y de tales condiciones que no hagan del derecho
al sufragio el privilegio de personas o clases alguna. De ahí que esta regla
de igualdad y de justicia está observada, y las condiciones sometidas al
ejercicio del derecho de sufragio pueden ser más o menos severas, según
los tiempos y lugares, según el interés social, que es la ley suprema; ellas
pueden ser distintamente apreciadas desde el punto de vista de la utilidad y
de la oportunidad sin que tengamos el derecho de decir que el principio en sí
haya sido violado.” (Raimundo, 2009, p 37)

Las elecciones tienen lugar sujetándose a las reglas y procedimientos


existentes en cada país, todos los cuales, en su conjunto, constituyen el
Sistema Electoral del país que se trate.

¿Qué entender por sistema electoral?

“…son técnicas que buscan encontrar las fórmulas que hagan, lo más perfecta
posible, la representación de los gobernados al interior de los órganos
representativos del Estado (…) la elección en una sociedad democrática tiene
por función establecer la representación de los ciudadanos y legitimar,
facilitando las relaciones de poder entre gobernados y gobernantes.” (Noqueira
H. 1987, en Raimundo 2009, p. 5)

“tanto en el lenguaje político como en el científico suelen emplearse como


sinónimo los conceptos sistemas electoral, derecho electoral, e incluso, ley
electoral (…) Lo que se determina a través de un sistema electoral es la
cuestión relacionada con la representación política, el principio que la definirá –
principio mayoritario o proporcional– y de entre las diversas técnicas
disponibles para alcanzar uno de los dos principios, el procedimiento que se
prefiere aplicar.” (Dieter Nohlen, 1989, en Raimundo,2009,p5)
“…los sistemas electorales son productos culturales esencialmente históricos. Cada
sistema electoral adoptado por un país, así como los elementos que produce en el
funcionamiento del sistema político, están íntimamente vinculados con las
condiciones económicas, culturales y políticas de la sociedad, en un momento de
su desarrollo.” (Dalia M. Ferreira Rubio 1998, en Raimundo 2009, p 94)

En todas estas definiciones encontramos un denominador común


independientemente del tipo de gobierno y de sistema político que exista en el
país dado y que es el elector. Es decir, quién o quiénes pueden elegir, o sea
votar en las elecciones, cómo lo pueden hacer y su papel en la determinación
de quiénes serán los candidatos que se presentarán para ser electos a los
cargos que se requiera elegir.

Resulta necesario aclarar previamente, que pueden existir en el contexto de un


país más de un sistema electoral, si tenemos en cuenta elecciones
municipales, provinciales o nacionales, en que se observa diferentes tipos de
escrutinios para el conteo de los votos, según sea el caso.

El derecho a elegir, comprende una serie importante de derechos derivados,


entre ellos, el derecho, al sufragio universal, es decir, la participación en las
elecciones. Hoy en día, este es un derecho que, según casi universalmente
aceptado, es un derecho libre, igual, directo, secreto y ejercido al votar en las
elecciones para los diferentes órganos representativos de carácter público, y
que le corresponden a los ciudadanos que reúnan para ello los requisitos
establecidos en las leyes de cada país.

En la actualidad existen numerosos sistemas electorales, cuyo diseño en los


países caracterizados por pertenecer a las democracias pluralistas
occidentales, parte siempre de la existencia de partidos políticos constituidos y
organizados con fines electorales

A modo de ejemplo, mencionaremos algunos

ALGUNOS SISTEMAS ELECTORALES EN LAS


DEMOCRACIAS PLURALES OCCIDENTALES

1. Los sistemas electorales mayoritarios (plurinominal o de lista y uninominal a una y a


dos vueltas);
2. Los sistemas empíricos (voto limitado y voto acumulado);
3. Los sistemas proporcionales (con una amplia gama de variantes tales como el
proporcional integral, proporcional parcial, etcétera)
4. Los sistemas electorales mixtos (sistema que reposa en dividir el país en
circunscripciones mayoritarias y circunscripciones proporcionales).
Condiciones para que un sistema electoral sea considerado democrático,
según expone el venezolano Nerio Rauseo (). Estas son:

NORMAS ESENCIALES PARA QUE


UN SISTEMA ELECTORAL SEA DEMOCRÁTICO

1. La posibilidad de varias ofertas al elector y de distintos orígenes. (Cuando nos


referimos a ofertas entendemos candidaturas, programas y partidos).
2. La universalidad del voto; esto es, que todos los ciudadanos tengan derecho a
elegir.
3. La libertad de elección con la obligatoriedad del secreto del voto.
4. La igualdad del voto; es decir, que no existan ciudadanos de primera y ciudadano
de segunda, en cuanto al valor del voto: un hombre, un voto.
5. Un proceso electoral para que los electores conozcan las ofertas electorales y
racionalicen la selección.
6. La revocabilidad de la decisión electoral, expresión sinónima de alternabilidad del
poder.

Los sistemas electores son una estructura compleja que posee un gran número
de elementos distintos y que pueden ser combinados de diferentes modos.
Ellos se establecen conforme a una cifra determinada de aspectos esenciales
que pueden agruparse en cuatro áreas concretas, las cuales se interrelacionan
estrechamente (Raimundo 2009, p 94-95). Estas se identifican como:

ÁREAS CONCRETAS EN QUE PUEDEN AGRUPARSE LOS


ELEMENTOS DE LOS SISTEMAS ELECTORALES

1. Distribución de las circunscripciones electorales (tamaño de las mismas).


2. Candidatura.
3. Votación.
4. Transformación de los votos en escaños.

Según Dieter Nohlen, existen dos principios básicos para clasificar los sistemas
electorales: la representación por mayoría y la representación proporcional .en

Algunas ideas acerca de los sistemas electorales en las democracias


occidentales, mencionado en la primera gráfica.
Sistema mayoritario plurinominal o de lista

Según este tipo de sistema se requiere que por cada una de las
circunscripciones sean elegidos varios candidatos para ocupar cargos electivos
(…) y que los electores voten por una lista de candidatos.

Existen diferentes tipos de listas. Entre ellas:

 La lista cerrada y bloqueada, donde el orden de los candidatos es fijo; el


elector tiene la posibilidad de votar por una sola prepuesta, en este caso por la
lista de un partido en su conjunto.

 Aquella en que se vota por varios candidatos anula el voto, bien sea dentro
de una sola lista o de las listas de los diferentes partidos que participan en la
contienda electoral.

 La lista cerrada y no bloqueada (semiabierta), en la cual se puede modificar


el orden de los candidatos, bien por la existencia de la posibilidad de ejercer
votos preferenciales o a través de reubicación. El elector en este caso dispone
de dos votos como mínimo (uno por la lista y uno por el candidato) o tantos
votos como candidatos elegibles. También puede darse el caso de que el
elector acumule varios votos a favor de un candidato.

 Lista abierta, en la que existe la posibilidad de una reubicación tanto dentro


de las listas como entre ellas. El elector dispone de varios votos pudiendo
configurar “su” propia lista a partir de los candidatos propuestos por los
diferentes partidos políticos. Esto significa que el lector puede votar por tantos
candidatos como correspondan a elegir en la circunscripción, incluso tomando
algunos de un partido político y otros de los demás partidos políticos que
presentan candidatos a esa elección en esa circunscripción, combinado los
mismos.

…algunas de las maneras de votación empleadas comúnmente en los sistemas


electorales más en boga en las tituladas democracias occidentales. Ellas son:

 Voto único (…) cada elector tiene un solo voto.

 Voto preferencial (…) puede expresarse sus intenciones a través de su


voto, por un candidato determinado.

 Voto múltiple. El elector puede votar por tantos candidatos como escaños
se disputen en la contienda electoral en esa circunscripción.

 Voto múltiple limitado. Es una variante de la anterior. En esta forma de


votación, el elector solo puede votar por los candidatos en un número inferior
de los escaños disputados en la circunscripción.
 Voto alterno. Se trata de otra variante de las anteriores. En este caso el
elector puede indicar segundas, terceras y cuartas preferencias.

 Acumulación. Se trata de otra variante del voto múltiple. El elector puede


acumular todos o una buena parte de los votos de que dispone a favor de un
candidato.

 Voto de la lista abierta o voto combinado (se le conoce también como


panachage).En esta forma, el elector puede repartir sus votos entre los
candidatos de listas diferentes. En el mismo se permite a los electores borrar
candidatos de una lista y sustituirlos por la de otra, a sea recoger candidatos
sin consideración de la lista de partido en que aparezca sus nombres. Se ha
dicho al respecto, con este procedimiento, el elector puede confeccionar su
propia lista.

 Doble voto. El elector tiene dos votos. Uno por el candidato de un partido
político en el nivel de la circunscripción electoral y otro por la lista de un partido
en el nivel de asociaciones de circunscripciones.

 Voto de arrastre. Según esta forma de votación, la emisión de un solo voto


por un elector, determina la manifestación de su voluntad, no solo para la
elección de un órgano, sino la de varios órganos.

Sistema mayoritario uninominal

Este sistema se caracteriza por establecer circunscripciones electorales


pequeñas, en las que solamente se permite la elección de un solo candidato,
trátese este de un cargo parlamentario o de otro de cualquier nivel de los
diferentes órganos del Estado, cuya elección sea discutida en esa
circunscripción electoral.

Dentro de este sistema existen formas, tales como la de una vuelta, que se
utiliza en Inglaterra y en los Estados Unidos. También es empleada en Canadá
y en Nueva Zelandia. El sistema facilita que salga electo el que, en cada una,
obtenga el mayor número de votos.

Sistema mayoritario uninominal a dos vueltas

Según este sistema, se considera electo el candidato que obtiene la mayoría


absoluta de votos. Es decir, al menos la mitad más uno de los sufragios
válidos. Si ocurriera que ninguno de los candidatos obtiene esa cifra de votos,
se practica una segunda vuelta, en la que se considera electo aquel que haya
obtenido la más alta mayoría relativa como resultado de esa segunda votación.

…La primera vuelta sirve para medir fuerza, ya que la decisiva es la segunda
(…) Se ha llegado a decir que en esta segunda vuelta el elector no elige sino
que elimina.
Los partidos políticos preparan sus listas de candidatos y dado el
multipartidismo generalmente existente, estas son numerosas, durante la
primera vuelta, pero en el caso de la segunda, se producen reagrupaciones de
partidos formando coaliciones, donde los que se relacionan coinciden en
representar los candidatos que muestren un mejor resultado en los votos
obtenidos durante la primera vuelta. Es decir, dichos partidos son sensibles a la
necesidad de su dependencia mutua, y por ende, ponen más el acento en sus
convergencias que en las divergencias.

Valoración final del Sistema Mayoritario

No existe duda alguna de que el sistema mayoritario es una de las formas de


atribución de los escaños que más difusión mundial ha alcanzado.

Noqueira apunta con razón que este sistema tiende a un régimen de pocos
partidos, con una orientación al bipartidismo en el sistema mayoritario
uninominal a una vuelta y una orientación a la bipolarización en el sistema
mayoritario a dos vueltas. Este sistema tiende a los cambios políticos extremos
producidos por la distorsión contenida en el sistema electoral y no por un
efectivo cambio de contenido político-programático.

Sin embargo, no todo tiene un sesgo negativo para los sistemas mayoritarios,
sino que, por el contrario, presentan numerosas ventajas para el
funcionamiento de los sistemas electorales.

Entre ellas aparecen algunas que se ha señalado por Dieter Nohlen, y que
pueden expresarse de la siguiente forma:

 Impide la fragmentación de la opinión electoral entre diversos partidos


políticos. Los partidos pequeños tienen pocas posibilidades de obtener
escaños en los parlamentos y otros órganos estatales electivos.

 Fomenta la concentración partidaria.

 Fomenta la estabilidad del gobierno mediante la formación de mayorías


parlamentarias monopartidistas.

 Alivia la moderación política, pues hace que los partidos más grandes
compitan para ganar el apoyo del electorado (…) En otras palabras, los
partidos más grandes tienen que orientar sus programas políticos hacia los
votantes moderados, y restringir dichos programas a reformas
incrementales y factibles.

 Fomenta la alternancia en el gobierno, porque una variación pequeña en


la relación de votos puede dar lugar a una gran variación en la relación de
escaños parlamentarios.
 Permite al elector decidir directamente, a través de su voto, quiénes
deben gobernar, sin delegar tal decisión en las negociaciones entre los
partidos después de las elecciones (Dieter Nohlen ,3ra ed. 1995 en
Raimundo 2009, p 114-115).

Sistemas empíricos

Constituyen una variante intermedia entre los sistemas mayoritarios y los


sistemas proporcionales. Estos sistemas buscan otorgar una representación a
las minorías y dar la mayoría absoluta a la corriente política que obtiene la
mayor votación, a la vez que asegura un mínimo de escaños a las demás
corrientes políticas. Los exponentes más significativos de estos sistemas son el
sistema de voto limitado y el del voto acumulado:

 Voto limitado, cada elector vota por varios candidatos, aunque por una
cantidad inferior a la de los candidatos que deben ser electos.

 Voto acumulado, existe correspondencia con el sistema de lista, y otorga a


cada votante tantos votos como candidatos a elegir (…). El elector puede
distribuir esos votos como lo considere conveniente, ya sea acumulándolos en
un solo candidato o distribuyéndolos entre los ellos. La proporcionalidad
lograda con este sistema es más resultado del cálculo que de la justicia, pues
puede darse el caso de que una minoría de electores concentrando los votos
de que disponen en sus candidatos, superen a la mayoría de electores que
dispersan sus votos entre los distintos candidatos.

Sistemas proporcionales

Otra gran corriente presente en los sistemas electorales la constituye los que
adopta como fundamento para la distribución de los escaños, el método de la
atribución de los mismos atendiendo a la proporcionalidad en la representación
lograda entre los partidos políticos.

Desde finales del siglo XIX, numerosos juristas, con auxilio de matemáticos, se
preocuparon por hallar sistemas electorales que pudiera considerarse más
justos que los sistemas mayoritarios que predominaban en el mundo occidental
por esos años, al aducir que era necesario hacer valer los intereses de las
minorías. Apareció así el sistema electoral de representación proporcional, el
cual ha adoptado diversas modalidades.

Poco a poco fue desplazando en Europa a los sistemas mayoritarios con que
entre 1899 y 1900 este sistema proporcional aparece en Bélica y Suiza y en
1906 en Finlandia. En 1909 en Suecia y en 1917en los países bajos (Holanda).
En 1919 en Francia y en 1920 en Noruega. En 1919 y 1920, surge en la
Alemania de la República de Weimar. También es utilizado en Austria,
Portugal, España, Dinamarca, Irlanda, Grecia, etc.
Para las elecciones con vista al Parlamento Europeo, a finales de los 80 del
siglo XX, todos países miembros de la Unión (los once), excepto Gran Bretaña
(Inglaterra), empleaban el sistema proporcional. Hoy día (…) en la Unión
Europea sigue empleándose este sistema proporcional, aunque es correcto
destacar que algunos países de este modelo de integración emplean dicho
sistema (…) algunos de ellos usan el sistema mixto o híbrido, de
circunscripciones que eligen de manera uninominal y por mayoría, y otras
circunscripciones que eligen por el sistema proporcional, por listas.

Muchos países latinoamericanos lo aplican, a saber: Argentina, Bolivia,


Colombia, Costa Rica, El Salvador, Ecuador, Panamá y Perú. Se puede decir,
que por extensión al resto del mundo occidental actualmente, representación
pasó a ser la regla y los sistemas mayoritarios la excepción.

Sin embargo, el sistema electoral proporcional no constituye un sistema único,


pues bajo ese nombre existen numerosos sistemas que tomando como base la
representación proporcional, introducen diferentes variantes a la hora de
atribuir los escaños alcanzados. Los mismos han sido agrupados en dos
grandes corrientes: la representación proporcional integral y la representación
proporcional parcial.

La representación proporcional integral.

También es conocido como procedimiento de cociente. Por su esencia,


consiste en considerar al Estado como una circunscripción electoral única, en
la cual los asientos parlamentarios (curules) se atribuyen de acuerdo a la
división del conjunto de votos válidos, por el conjunto de parlamentarios que
deben elegirse. El cociente así obtenido, se utiliza como número uniforme y
cada partido tendrá la cantidad de parlamentarios de acuerdo a cuántas veces
esté contenido ese cociente en el número de sufragios obtenido por el partido
(…) Este sistema se emplea en Israel desde 1958 (…) Igual sistema se emplea
en los países bajos (Holanda) (…) También se aplica en Luxemburgo.

Este sistema ha sido criticado señalándose que favorece la multiplicación


ilimitada de partidos y que es un sistema lento en la medida que no se puede
determinar el cociente nacional, hasta poseer el resultado definitivo de las
elecciones.

Para evitar la proliferación de los partidos políticos, en algunos países se ha


establecido la cifra de que para subsistir como tales, con representación en el
Parlamento, tienen que obtener por lo menos un porcentaje de votos
predeterminado por las leyes electorales que oscila entre el 2% y el 5%, de los
votos válidos. Es decir, se han establecido barreras electorales legales, con
vistas a eliminar la fragmentación hasta el infinito del electorado.
Sistema de representación proporcional parcial

Existen diversos tipos y se utiliza considerando que en los Estados existen


varias circunscripciones. Se aplica el cociente por circunscripción y no por el
Estado en su integralidad. En consecuencia, el citado cociente por
circunscripción se obtiene dividiendo el número de votos válidos emitidos en
esa circunscripción por el número de asientos que deben ser ocupados. Así
cada lista de candidatos obtiene tantos asientos como veces está contenido el
cociente en el número de votos válidos emitidos a su favor en la
circunscripción. En Cuba existió un sistema similar en virtud del Código
Electoral de 1943, vigente hasta el 1ero de enero de 1959.

Dentro de estos sistemas existen varios que han tenido gran difusión como el
sistema Roget o sistema de representación proporcional, con atribución de
asientos al más fuerte resto. Otro sistema, es el de la representación
proporcional con atribución de los asientos restantes a la más fuerte media o
sistema de Dietz, el cual fue empleado en Francia durante un tiempo, a partir
del año 1946. El mismo se aplicaba a partir de listas completas con voto
preferencial en el cuadro de la circunscripción departamental.

Sin embargo, solamente explicaremos el caso particular del sistema D´ Hondt,


por ser el de más difusión a nivel mundial. También se le conoce como
procedimiento de divisor.

En este sistema no se emplea la técnica del cociente electoral. En su lugar, se


usa la determinación de la cifra repartidora. Las reglas de este sistema fueron
descubiertas en 1878 por el matemático belga Víctor D´Hondt, razón por la cual
lleva su nombre.

Para obtener dicha cifra repartidora, se divide el número de votos obtenidos por
el número de asientos que deben proveerse, más uno, o en lugar, si se quiere,
se divide el número de votos obtenidos por cada lista, sucesivamente por uno,
dos tres, hasta llegar al número de asientos a ocupar. Es decir, que lo
específico de este método es la serie de divisores: 1, 2, 3, 4, etc. Se ordenan
las cifras así obtenidas en orden decreciente hasta llegar al final de los asientos
a ocupar. Esta última cifra se llama cifra repartidora o divisor común. Cada lista
tendrá tantos asientos como dicha cifra esté contenida en el número de votos
que haya obtenido cada partido. O sea, que los votos obtenidos por cada
partido se dividen entre estos divisores en operaciones consecutivas.

Según sus críticos, este sistema, favorece a los partidos más importantes y
disminuye el margen de votos requeridos para la obtención de un asiento
adicional en las circunscripciones que deban elegir pocos parlamentarios, y en
el seno de las cuales las listas que compiten por los cargos son poco
numerosas. Ello implicaría que en casos de gran multipartidismo, existiría una
sobrerrepresentación del partido más fuerte, especialmente cuando el número
de listas es mayor que el número de asientos que deben ocuparse.

Ello se ejemplificó con los resultados de las elecciones en diversos países que
lo aplican, por ejemplo Sucia entre 1932 y 1940, cuando se pudo constatar que
el partido que obtenía el 20% de los votos como mínimo se encontraba
sobrerepresentado. Alemania hasta 1985 se sirvió de él. Dinamarca, Finlandia,
Bélgica, España, Portugal, Islandia, Argentina, Guatemala, Perú y Uruguay,
son entre otros países, los que se valen de este sistema.

…cuando se logran las mayorías absoluta para formar gobierno, en el seno del
Parlamento, el partido que más escaños obtiene se ve en la necesidad de
establecer alianzas con otros, a fin de obtener el número de asientos
requeridos para ello.

Sistema de representación proporcional de cociente rectificado

Es una variante del D´ Hondt, y en vez de emplear el cociente obtenido por la


división del total de votos por el número de asientos, se rectifica este de
manera que permita siempre asignar todos los asientos, bien rebajándose algo
o aumentándolo, según el caso, de manera que su división siempre de una
cifra entera, sin resto alguno.

El mecanismo de esta variante del sistema proporcional funciona dividiendo al


país en una cifra de circunscripciones electorales, que eligen a una cifra exacta
de Diputados. A su vez la distribución de estos entre las circunscripciones se
hace en función del número de habitantes que residan en ella de acuerdo al
último censo de población que se haya realizado. Se vota por lista y se pueden
expresar tres o cuatro preferencias entre los candidatos de la lista por la cual
se vota. Los asientos son asignados de acuerdo con el cociente rectificado.

Valoración del sistema Electoral Proporcional

Se plantea por sus defensores, que el sistema electoral proporcional, en


general, permite una justa representación de todos los sectores, haciendo
efectivo el principio democrático, otorgando una justicia matemática en los
resultados y permitiendo a cada tendencia una representación correspondiente
a su respaldo popular, a la vez que tiende a evitar los cambios políticos bruscos
en el seno de los parlamentos y a reforzar el papel de los partidos políticos, en
virtud de que se vota por listas, revistiendo una mayor importancia el
significado de los programas de los partidos que el carisma de los candidatos
individuales.

Duverger (1978) ha apuntado que el sistema mayoritario a una vuelta tiende


hacia el bipartidismo; el mayoritario a dos vueltas tiende a la formación de
partidos múltiples pero dependientes y desemboca en una biporalización; y por
último que la representación proporcional avanza hacia un sistema de paridos
múltiples e independientes. (en Raimundo 2009, p 123)

En tanto, Dieter Nohlen, partidarios de la justeza de los métodos


proporcionales, las ventajas de estos métodos reside en que:

 Facilita la máxima representación de todas las opiniones e intereses en


el Parlamento, en relación con la fuerza respectiva en el electorado.

 Impide la formación de mayorías parlamentarias demasiados artificiales,


que no se corresponden con la mayoría real en el electorado y solo
representan el resultado de interferencias institucionales en el proceso de
formación de la voluntad política.

 Facilita la formación de mayorías a través de la negociación y el


compromiso político entre diversas fuerzas sociales y grupos étnicos o
religiosos.

 Dificulta las convulsiones políticas extremas producidas sobre todo por


los efectos distorsionantes del sistema electoral y no por cambios
fundamentales en las preferencias de los votantes.

 Refleja los cambios sociales y el surgimiento de nuevas corrientes


políticas, al facilitar su representación en el Parlamento.

 Impide el surgimiento de un sistema de partido dominante, en que dicho


partido debe su posición privilegiada básicamente al sistema electoral,
tomándose así de difícil, sino imposible, cualquier cambio político. (en
Raimundo 2009, p 124 )

Nada más alejadas de la realidad estas conclusiones, según nuestro parecer, a


la luz de la práctica que hemos podido constatar en el funcionamiento de los
sistemas electorales de numerosos países, donde está instaurado el sistema
proporcional arriba mencionado y en especial, en el caso de los cubanos, en
los acaecimientos que tuvieron lugar durante los diversos proceso electorales
en el periodo de 1944 a 1958, durante el cual estuvo vigente una modalidad del
sistema electoral proporcional, tal como aparecía establecido en el Código
Electoral del año 1943, que por cierto, desde 1952 hasta 1958, o sea sus
últimos seis años, no impidió la existencia de una feroz y sangrienta tiranía, que
tuvo que ser derrocada no por medios de las urnas y conforme con el sistema
electoral proporcional, sino por la fuerza de las armas y de la rebelión del
pueblo cubano.

Es por ello que podríamos coincidir con esos criterios, quienes señalan que el
sistema proporcional genera una multiplicación de los partidos políticos,
dividiendo la población y debilitando por consiguiente el respaldo popular a las
instituciones del Estado y la gobernabilidad hacia el seno del país, así como la
posición hacia el exterior de sus dirigentes. Asimismo s ele señala que es
importante puesto que forma mayorías nacionales y alianzas sólidas y
duraderas, generando una permanente inestabilidad gubernamental.

Haciendo un balance sobre la polémica entre partidarios y opositores al


sistema de representación proporcional, fundamentalmente salido estos últimos
de las filas del sistema electoral de mayorías, podríamos añadir a lo que hemos
expresado que, desde hace más de un siglo y medio, en que existe esta
polémica, la misma tuvo sus comienzos en el plano académico, a partir de las
ideas expresadas por el reconocido economistas inglés John Stuart Mill, en su
obra Considerations on Represenatative Government, en la cual en un capítulo
dedicado a la democracia, distinguiendo entre la verdadera democracia y la
falsa democracia, se preguntaba si el gobierno debe representar a todo el
pueblo o solamente a la mayoría.

Esta polémica ocupó a un buen número de países (…) los estudios realizados
por profesor Auxiliar de Política, de la Universidad de Notre Dame, en Indiana
(…) F. A. Hermens, abarca los sistemas electorales de Inglaterra, Francia,
Italia, Alemania, Austria, Bélgica, Irlanda, Suiza, Holanda, los países
escandinavos y otros de menor tamaño, también europeos, expuesto en su
libro Domocracy of Anarchy ―recuérdese que esto se escribe entre finales de
los años 1930 y comienzo del 1940 ― es que el sistema de representación
proporcional, con su secuela de multiplicidad de partidos, ha traído como
consecuencia el régimen de las coaliciones y el descrédito parlamentario, que
culminó con la hipertrofia del Poder Ejecutivo y por reacción, el nazifascismo.

Otro estudioso que llega a similar conclusión lo fue C. J. Fredrich, profesor de


Gobierno de la Universidad de Harvard, al escribir la introducción de la obra de
Hermens. Incluso, desde esas páginas, hizo un llamado al pueblo
norteamericano para robustecer el viejo sistema mayoritario y de turno de dos
grandes partidos, como una cruzada para salvar la democracia.

Para finalizar la parte teórica de esta valoración de los métodos proporcionales,


citaremos el criterio de Mercedes Martelo, politóloga venezolana y profesora de
Administración y Gerencia Pública en la Universidad “José María Vargas” y
máster en administración de Empresas, del Instituto de Estudios Superiores
(IESA) en Venezuela, quien en su trabajo titulado El Sistema Electoral
Venezolano. Resultados de la aplicación del Sistema de Representación
Proporcional en la composición de las Cámaras del Congreso expresó:

“Por definición el método D´ Hondt beneficia a los partidos que sacan más votos
(que por lo general son los mayores). Como los puestos se atribuyen a los
cocientes mayores de dividir el total de votos del partido por 1, 2, 3,4,…, a medida
que los divisores son más altos, la distancia entre los cocientes disminuye, de
manera que solo las cantidades grandes de votos siguen obteniendo puestos a
medida que los divisores aumentan. En consecuencia, en muchas ocasiones, los
partidos mayores quedan sobrerepresentados y los pequeños sobrepresentados. El
sistema tiene tendencia a igualar a los partidos mayores, ensanchando la distancia
entre ellos y los partidos pequeños.” (Mercedes Martelo, 1987, en Raimundo 2009,
p 127)

Algunas reflexiones sobre las inconsecuencias de los sistemas


electorales tal como resultan concebidos en las “democracias
occidentales”

Como hemos visto, muchas han sido las críticas dirigidas a los sistemas
electorales asentados sobre la existencia de partidos políticos organizados con
fines electorales.

Unos de los casos más criticados y que se le atribuye a las deficiencias de los
sistemas electorales vigentes en numerosos países, es el referido a la debilidad
que tienen los parlamentos, la cual se considera evidenciada por la
insuficiencia de su legitimación representativa. Amplios sectores de la
sociedad, según exponen articulistas y comentaristas, no se sienten
debidamente representados en el Parlamento y lo perciben alejado de sus
problemas.

Otros grupos sociales han expuesto que, en casi todos los países, está
presente el fenómeno de que diversos sectores piden escoger directamente a
sus representantes, sin la mediación de las cúpulas de los partidos políticos,
solicitan un mayor acercamiento entre los elegidos y sus comunidades;
reclaman porque sus elegidos no rinden cuentas; protestan por la calidad de
los parlamentos y reaccionan indignados ante los privilegios de sus
“representantes”.

Un problema que se constata como consecuencia de las normas previstas en


los sistemas electorales radica en la deficiente relación que existe entre los
elegidos y sus electores.

… Rendir cuentas al ciudadano durante el proceso de elección en el ejercicio


del cargo y con posterioridad a él, constituye el reclamo permanente del
pueblo.

El tema del “abstencionismo electoral” y de los dirigentes políticos elegidos


por exigua minoría de votantes que acuden a las urnas, incluso en países
donde el voto es obligatorio, es otro de los temas debatidos.

Así nos encontramos con que en las elecciones presidenciales de los Estados
Unidos, ocurridas a finales del año 2000, país donde el voto es voluntario, no
acudió a las urnas, por falta de interés y por saber de antemano que los
candidatos que se les presentaron por los partidos políticos, de resultar electos,
no los representarían adecuadamente, un total de 100 451 702 ciudadanos de
un gran total de 205 815 000 con derecho al voto, es decir, alrededor del 48%
no ejerció el sufragio, equivalente casi a la mitad de los electores.

En ese mismo país, en las elecciones del año 1994, solamente participaron
nacionalmente el 37% de los votantes o por lo que es lo mismo, más de 100
millones de personas no lo hicieron, lo cual constituyó un reflejo de la
decepción que existe en el seno de la sociedad estadounidense provocada por
la suciedad de muchas campañas y reiteración de promesas incumplidas.

Si acudimos algunos ejemplos de países europeos podemos apreciar que en:

…en España, en las elecciones de 1996 el abstencionismo llegó al 22% del


cuerpo electoral (…) y en las elecciones federales del 12 de marzo de 2000 el
abstencionismo llegó al 30% del cuerpo electoral.

En Holanda, el abstencionismo durante las elecciones parlamentarias del 5 de


marzo de 2002 ascendió al 21,10% del cuerpo electoral…

…en las últimas elecciones presidenciales francesas, que tuvieron lugar a


principios de 2002, pues alcanzó un 28,04% y en la segunda 19,26%...

…En países donde el voto es voluntario, nos encontramos con que por
ejemplo, en Suiza (…) el porcentaje de participación de los habilitados para
votar fue del 46%, seguido por la India con el 50% y los Estados Unidos el
51,5;. Ferreira, 1998, p43-44) de los habilitados para votar.

Entre los países donde el voto es obligatorio, la proporción de participación


más alta la tuvo Australia, con un 95,8%, seguida de Uruguay con el 89,4%,
Bélgica, 83,7%, Costa Rica, 81,8% y Argentina, 80,9% del patrón electoral. En
las elecciones legislativas y municipales, de El Salvador marzo de 1997, el
abstencionismo fue superior al 50%;. En Honduras, en las presidenciales de
noviembre de 1997, la abstención alcanzó el 30% y en Chile en las elecciones
de ese mismo año la abstención real llegó al 27,7%, lo que unido al porcentaje
de votos en blanco y nulos, implicó que cerca del 45% de los chilenos con
derecho al voto, no se interesaran en las elecciones o no vieron en los partidos
políticos una oferta atractiva. Si observamos los resultados de Colombia,
veremos que la abstención superó el 65% en las elecciones legislativas
realizadas también durante el periodo de 1997-1998.

Comportamiento del abstencionismo en las elecciones durante 2002 en


algunos países de Europa

No. País Tipo de elección % abstención

1 Alemania Parlamentarias 21,9


2 Austria Parlamentarias 25,8

3 Francia Parlamentarias 35,6

4 Hungría Parlamentarias 26,5

5 Irlanda Parlamentarias 37,0

6 Letonia Parlamentarias 45,0

7 Eslovenia Presidenciales 28,7

8 Portugal Parlamentarias 37,7

9 República Checa Parlamentarias 42,0

10 Turquía Parlamentarias 21,1

11 Ucrania Parlamentarias 30,6

Finalmente, queremos añadir que el tema de la revocación de mandatos no se


aborda en el conjunto de los trabajos de los críticos occidentales debido,
fundamentalmente, al hecho de que no se encuentra previsto en los Sistemas
Electorales de las “democracias plurales occidentales”.

Epílogo

Resulta evidente que en su más que centenaria historia, los sistemas


electorales de las autotituladas democracias occidentales se han debatido en
una contradicción interna insalvable ―entre las fuerzas negativas y centrípetas,
por llamarlas de alguna forma, que se acrecientan y evolucionan, cada vez
más, hacia formas y procedimientos electorales― que los llevan a una
situación de descrédito, desconfianza de los electores, desarraigo popular y
mediatización y componenda con los elementos más perniciosos de las
llamadas clases políticas y las iniciativas de personalidades conscientes de esa
situación, pero comulgantes de buena fe de los principios e ideas que
inspiraron en sus inicios tales procedimientos electorales los cuales proponen
y llegan a lograr el reconocimiento de métodos electivos cada vez más
complejos, formales y minuciosos, creados con el fin de tratar de enfrentar esas
fuerzas negativas que la sociedad occidental lleva en su seno.

Inspirados en el principio de José Martí, nuestro Héroe Nacional y uno de los


ideólogos más descollantes de nuestro actual Sistema Político revolucionario,
cuando afirmó: “Lo malo se ha de aborrecer, aunque sea nuestro, y aun cuando
no lo sea. Lo bueno no se ha de desamar solo porque no sea nuestro”…

Es criterio nuestro, que atendiendo a la experiencia alcanzada se impone un


reanálisis de los sistemas electorales reinantes, con vista a prescindir de todos
los procedimientos difundidos hasta el presente y remontarnos hasta los inicios
de la historia de la humanidad, en busca de métodos electorales que
encuentren su fundamento en el consenso generalizado de los electores,
donde se diluya las mayorías y las minorías, de manera tal que puedan
alcanzarse procedimientos más justos y de manera general aceptados por
todos.

Bibliografía

- Dalia M. Ferreira Rubio: Los sistemas electorales: el vínculo entre electores y


elegidos, ponencia leída en el Seminario sobre Elecciones y Derechos
Humanos en Cuba y en América Latina, celebrado en La Habana el 24 y el 25
de noviembre de 1997, aparecida en Seminario sobre Elecciones y Derechos
Humanos en Cuba y en América Latina. IIDH, San José, Costa Rica, 1era.
edición, 1998.
- Dieter Nohlen: Elecciones y Sistemas Electorales, Fundación Friedrich Ebert,
Editorial Nueva Sociedad, Caracas, Venezuela, 3ra. Ed. 1995.
-Dieter Nohlen: Sistema electoral, en Diccionario Electoral, Instituto
Interamericano de Derechos Humanos, Centro Interamericano de Asesorías y
Promoción electoral, San José, Costa Rica, 1989.
-Edmond Villey: “Legislation Electorale Comparee des principaux pays
d´Europe”, Paris, 1990.
- Ferreira Rubio Delia M, Los Sistemas Electorales: el vínculo entre electores y
elegidos, de., en la ponencia presentada en el Seminario sobre Elecciones y
Derechos Humanos en Cuba y en América Latina, celebrado en La Habana, del
24 al 25 de noviembre de 1997, aparecida en Seminario sobre elecciones y
Derechos Humanos en Cuba y América Latina, 1era. edición, IIDH, San José,
Costa Rica, 1998.
- Humberto Noqueira Alcalá: Sistema electoral y sistemas de partidos, en
Sistema Electorales, Acceso al sistema político y sistemas de partidos,
Publicaciones del Consejo Supremo Electoral, Caracas, Venezuela, 1987.
- Maurice Duverger: Los partidos políticos, Ed. Librairie. Armond Colin, París,
Francia, 1978.
- Mercedes Martelo: El Sistema Electoral Venezolano. Resultados de la
aplicación del Sistema de Representación Proporcional en la composición de
las Cámaras del Congreso, en Propaganda Política, Partidos y Sistema
Electoral, Publicaciones del Consejo Supremo Electoral, Caracas, 1987.
- Nerio Rauseo: La organización electoral en Venezuela y en América Latina.
Tomado de Fabio Raimundo Torrado, La crisis de los sistemas electorales del
mundo capitalista, Tesis Colección, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana,
2009.
-Noqueira Alcalá, Humberto, en Sistemas Electorales y Sistemas de Partidos,
en Sistema Electorales. Acceso al Sistema Político y Sistema de Partidos 3,
Publicaciones de Consejo Supremo Electoral, Caracas, 1987.
- Rafael Santos Jiménez, en Tratado de Derecho Electoral, La Habana, 1946.
Regresar al Índice

2.5 La dinámica de los Partidos Políticos en el Sistema Político Capitalista


Dr. José M. Salinas López

El análisis de los partidos políticos de los países capitalistas exige una


aplicación eficaz de los conocimientos recibidos en filosofía marxista-leninista
como instrumental metodológico para el análisis de los procesos sociales,
porque las tesis teóricas fundamentales sobre la dinámica de estos actores
políticos se encuentran formuladas en un terreno académico
significativamente hostil, desde un punto de vista ideológico, a las experiencias
socialistas. Marx, Lenin y otros pensadores de izquierda realizaron importantes
contribuciones al estudio de estos actores, principalmente sobre su esencia y
naturaleza clasista. Uno de los objetivos que se propone este análisis es
demostrar las limitaciones que afrontan estos actores y sus implicaciones para
el sistema democrático, atendiendo al papel medular que desempeñan en el
juego político.

Origen de los partidos políticos


El criterio de ubicar el surgimiento de los partidos políticos en el proceso de
transición del feudalismo al capitalismo en los países de Europa Occidental
parece predominar en la literatura científico-social contemporánea, aunque el
término partido se remonta a tiempos muy lejanos vinculados a las acciones
políticas.

Muchas veces, algunos antecedentes más avanzados o modernos de la noción


de partido se sitúan en el proceso del surgimiento de estas organizaciones
políticas en Inglaterra al finalizar la revolución burguesa. Según M. Duverger la
noción moderna de partido aparece en EE.UU. con posterioridad a 1850. Para
Robert Dahl el desarrollo de los partidos en ese país se produjo a partir de la
necesidad de seleccionar las élites políticas nacionales (una de sus principales
funciones) y este proceso transcurrió en el marco de una gran oligarquización
de estas estructuras (Dahl R. 1994.14.15), lo cual revela el divorcio entre los
partidos y las masas.

El origen de los partidos, desde el punto de vista académico no marxista, se


enfoca por medio del esquema de Stein Rokkan y M. Lipset (en Party Systems
and Voter Alignmnts), donde se analiza que las divisiones políticas que
ocurrieron en la Europa moderna fue el resultado de las revoluciones
nacionales y la Revolución Industrial. Estas transformaciones originaron
fracturas sociales que fueron vinculándose al comportamiento electoral y a
las divisiones partidarias. Las revoluciones nacionales o políticas generaron los
siguientes conflictos. 1) El conflicto centro-periferia, que se originó por las
contradicciones entre el Estado y los siguientes factores subordinados: cultura
nacional, grupos étnicos, lingüísticos o religiosos, frecuentemente situados en
la periferia. 2) El conflicto Estado-Iglesia, el cual provocó la lucha en que el
Estado pretendió dominar la Iglesia y la Iglesia intentó mantener su histórico
derecho corporativo. 3) La Revolución Industrial con su marcado acento
económico dio lugar al conflicto industria y campo, entre las élites
terratenientes y la clase burguesa en ascenso. 4) Este fue seguido por el
conflicto trabajo y capital, en el cual se concentra Marx.( Lipset S. 1996.52)
Este análisis es predominante en la Ciencia Política Occidental y no resalta el
papel de la lucha de clases en este proceso.

Estos conflictos generaron diferentes tipos de partidos. El de centro-periferia


posibilitó el surgimiento de los partidos nacionales y los regionales. El de
Estado-Iglesia contribuyó a la creación de partidos conservadores y liberales.
El de industria-campo contribuyó a la creación de partidos agrarios y a las
divisiones entre los partidos de la burguesía. Las contradicciones entre el
trabajo y el capital consolidaron a los partidos de la clase obrera por una parte
y, por otra, agudizó el enfrentamiento entre estas dos clases fundamentales
contrapuestas. (Lipset S. 1996.52)

La concepción moderna de partido político, según criterio de Duverger, fue el


resultado inicial de la interacción entre los comités electorales (como unidad de
sufragio) y los grupos parlamentarios, por lo que coloca su surgimiento al
interior de este órgano legislativo (su nacimiento inicialmente se sitúa a partir
de grupos con ideología diferente que se forman en los parlamentos). No
obstante, actualmente los partidos se originan fuera de la actividad
parlamentaria y después ingresan al parlamento, fundamentalmente desde que
aparece el sufragio universal.

El marxismo-leninismo aportó al estudio de los partidos un instrumental teórico


muy importante. Carlos Marx recalcó la necesidad de que la clase obrera se
organizara políticamente y se transformara en un partido político para alcanzar
el poder, lo cual recalcó en el Manifiesto del Partido Comunista y en los análisis
sobre la Comuna de París. Engels señaló que los partidos políticos son el
resultado de la lucha de clases y expresiones más o menos adecuadas a las
clases y fracciones de clases. (Engels F 1993. 113) Lenin elaboró la teoría del
partido que fundamenta su necesidad en la construcción del socialismo y en su
desarrollo ulterior, principalmente en sus obras ¿Qué hacer? y en Un paso
adelante y dos pasos atrás. En su obra De Maquiavelo a Lenin, Gramsci
realizó un análisis amplio sobre los partidos, como medios de lucha política,
como expresión de la voluntad de acción e iniciativa de una clase, como una
derivación orgánica de sus necesidades económicas, o mejor aún, como
expresión eficiente de la economía. (Gramsci A. 1973. 47)

Origen, Estructuras y funciones de los partidos políticos


Establecer una definición única de partido político para las sociedades
capitalistas, resulta muy complejo por las siguientes razones, a las que se
refiere el académico Stefano Bartolini:
1) Por su naturaleza los partidos difieren mucho según las relaciones que
desarrollan con los demás partidos del sistema, o sea, por los modelos de
interacciones competitivas que se establecen entre éste y los demás partidos
sobre la base de factores tales como: el número, la fuerza electoral, su
afinidad ideológica, las posibles coaliciones gubernamentales, etc.
2) Un partido difiere de otro según sus relaciones con las distintas instituciones
del sistema político en su conjunto: leyes electorales, parlamentos, gobiernos,
según las funciones que desempeñan dentro de éste y la profundidad con que
lo hacen.
3) Los partidos políticos se distinguen según sus interacciones con el ambiente
social: la base de apoyo electoral, las relaciones con los grupos de presión y
los movimientos sociales, etc.
4) Lo que es un partido depende también del nivel en que se estudia: pueden
concebirse como actores unitarios e individuales, o bien pueden analizarse en
interacción subunitaria entre los grupos y órganos en una organización.
5) Los partidos políticos se caracterizan también según el período histórico;
existe, por tanto, una dimensión histórica de su vida y de su naturaleza que hay
que tener en cuenta en todos los niveles de análisis posibles. (Colectivo
A.1993. 218)
Por estas razones es preferible analizar sus funciones en la sociedad y no
enmarcarse en una definición que puede resultar imprecisa para identificar una
entidad política de tanta complejidad y tan diversa en los momentos actuales.

En su origen los partidos políticos fueron interpretados por el liberalismo


clásico como perjudiciales al Estado.
El primer trabajo sobre los partidos políticos se considera que correspondió a
David Hume, que vivió en el siglo XVIII en Inglaterra. Posteriormente muchos
autores en los siglos XIX y XX elaboraron importantes consideraciones en
torno a los partidos políticos. Marx, Engels y Lenin, particularmente, crearon y
desarrollaron la teoría de los partidos de la clase obrera que se aplican en la
construcción del socialismo en Cuba, China, Viet Nam y otros países que
pretenden transitar al socialismo. Max Weber, Robert Michel, Moissei
Ostrogorski, Maurice Duverger y Giovanni Sartori desarrollaron los estudios
clásicos sobre los partidos políticos en el campo académico no marxista.

En este campo se le otorga mucha importancia a la definición de Max Weber


(1971) de los partidos políticos como una forma de socialización que descansa
en el reclutamiento formal y libre, que tiene como fin proporcionar el poder a
sus dirigentes, dentro de una asociación, y otorgar por ese medio a sus
miembros activos determinadas probabilidades, ideales o materiales (la
realización de fines, objetivos o lograr ventajas personales o ambas cosas)
(p.228).
Weber también elaboró una clasificación sobre los partidos políticos que, en lo
fundamental, los divide en: 1) Carismáticos, cuando son sostenidos por la
personalidad de un jefe. 2) Tradicionales, cuando obstruyen la innovación. 3)
Doctrinarios, aquellos en que la ideología tiene un fuerte peso. 4) Pragmáticos,
donde los intereses predominan sobre los valores (229-230). Su clasificación
es más amplia; pero aquí la referencia es sólo a los elementos más
significativos de la misma. Este autor desconoce el análisis clasista que
comportan estos actores.

Robert Michel (2008) en su obra Los partidos políticos analizó las dificultades
que afrontan éstos como resultado del proceso de oligarquización o
burocratización que sufren sus estructuras de dirección; éstas pierden sus
bases, y la militancia en general pierde el control sobre aquellas; él denominó
este proceso como la "ley de hierro" de los partidos. En este análisis se pone
de manifiesto que, si los partidos como centro del sistema democrático-liberal
no se encuentran dotados de un mecanismo efectivo y sistémico de
democracia interna, y sus líderes surgen como resultado del acuerdo entre
diferentes grupos de poder, esto significa que el sistema democrático de los
países capitalistas no representa los intereses de las masas, sino de las
autoridades ocultas que tienen el poder real y manipulan el poder formal de
estas organizaciones.

Moissei Ostrogorski (2008) antecedió a esta la línea de análisis de Michel, pero


valoró específicamente las relaciones que se establecen entre los poderes
formales y reales dentro de los partidos. Explicó la existencia de un sistema de
camarillas o círculos interiores de poder en los partidos que constituyen los
poderes reales, cuyos acuerdos definen las decisiones que se imponen a las
direcciones de los partidos y convierten a éstas en poderes formales.

Palombara y Weiner afirman que los partidos políticos desempeñan funciones


comunes: 1) La organización de la opinión pública y la comunicación de las
demandas a los centros de poder y los decisores gubernamentales. 2)
Articulan a sus seguidores a la comunidad en general. 3) Están implicados en
el reclutamiento político y en la selección de jefaturas políticas en cuyas manos
residen el poder y las decisiones. (Dowse R. E. y Hughs J. A . 1975. p. 419)

La modernización de los partidos políticos en los países del Tercer Mundo es


estudiada desde la perspectiva del mundo industrializado, con modelos y
teorías a conveniencia de los intereses de poder de estos centros
hegemónicos del sistema capitalista.

Existe un consenso muy generalizado acerca de que los partidos políticos en


los países capitalistas constituyen mecanismos mediadores entre el Estado y la
sociedad civil. Para que ellos puedan comunicar estas dos esferas se estima
que deben cumplir las siguientes funciones sociales e institucionales.
Las funciones sociales son: socialización política, movilización de la opinión
hacia los poderes públicos, representación de intereses, y legitimidad a partir
de someter al gobierno a las elecciones periódicas.
Las funciones institucionales son: reclutamiento y selección de élites,
organización del proceso electoral, composición del parlamento y composición
del gobierno. (García Cotarelo R y Blas Guerrero A. 1986. p.309-311)

Estructura de los partidos.


El estudio del funcionamiento interno de los partidos se realiza a partir de
diversos criterios; pero el punto de vista que tendremos en cuenta es el
organizativo, que sigue Duverger (1974) en su libro Los partidos políticos.
Según éste, la estructura de los partidos políticos se define a partir de los
siguientes elementos: I) La armazón. II) Los miembros. III) La dirección. (p.
163-181). Esto se resumiría de la siguiente forma:

I) La armazón se encuentra constituida por los organismos coordinadores


que unen a las unidades de base; es el marco donde los miembros desarrollan
su actividad y conforman las normas que imponen su unidad; está integrada
por los siguientes componentes: A) Estructura. B) Base. C) Articulación.
A) La estructura como primer elemento de la armazón de los partidos se
clasifica en: 1) Estructuras directas. 2) Estructuras indirectas.
1) Las estructuras directas son aquellas que el reclutamiento de los
miembros de un partido se realiza a partir de sus propios mecanismos internos.

2) Las estructuras indirectas son aquellas que el reclutamiento de sus


miembros se realiza fuera de su organización, por medio de sindicatos,
cooperativas, sociedades industriales, grupos de intelectuales, y otras
entidades parapartidistas; bajo este diseño actuaron los partidos católicos y
laboristas, su función era establecer una organización electoral común: no
había miembros del partido, sino miembros de grupos de base, de los
sindicatos, las cooperativas, etc. (Duverger M. 1974. p. 35)
Los partidos de estructuras indirectas desde los comienzos de este siglo
evolucionaron lentamente hasta convertirse en partidos de estructuras
directas.
Los partidos de estructuras indirectas se clasifican en dos categorías: una que
abarcaba a aquellos compuestos por sindicatos obreros y sociedades obreras
mutualistas, donde el partido toma carácter de una comunidad basada en una
clase social única; y la otra se presentaba como una federación de sindicatos y
cooperativas obreras, unidas a asociaciones campesinas, ligas de
comerciantes, de industriales, etc; el partido reúne a clases sociales diferentes,
cada una de las cuales conserva su organización propia. (Duverger M. 1974. p.
35)

Duverger (1974) destaca que para precisar las estructuras directa es necesario
analizar a los partidos de cuadros y de masa, constatar las diferencias entre
estos actores los cuales analizaremos en el próximo epígrafe

B) Los elementos de base constituyen el segundo componente de la armazón


de los partidos, los más conocidos son: los comités para los partidos de
cuadros, las células para los partidos comunistas, las secciones para los
partidos socialistas y la milicia en los partidos fascistas.

Los comités constituyen elementos cerrados y se designan para encabezarlos


a personalidades o notables; las secciones se organizan generalmente a partir
de un criterio territorial; las células o núcleos a partir de los centros de trabajo;
y en los partidos fascistas las milicias se estructuran por medio de una
organización militar.

C) La articulación, en tanto tercer elemento de la armazón, es el mecanismo


que media entre las bases y sus órganos de dirección. (p.46-90)
II) Los miembros constituyen el segundo elemento más importante en la
conformación de los partidos políticos. La noción de miembros no designa
la misma realidad en los diferentes tipos de partidos.

En los partidos de masas la noción de miembros coincide con la de los


militantes en la mayoría de los casos, que reciben carné, cotizan, asisten a
reuniones, y tienen un proceso de ingreso o de adhesión muchas veces
regulados por la organización.

En los partidos que no tienen adhesión formal (que no reparten carnés) se


distinguen tres tipos de participantes: 1) Los electores que votan por el
candidato presentado por el partido. 2) Los simpatizantes que sin integrar un
partido lo aprueban, lo apoyan en el plano ideológico y, a veces, financiero y 3)
El círculo de militantes que constituyen los participantes más activos
vinculados a la maquinaria partidista. (Pierre Cot Jean y Pierre Mounier Jean,
1978. p. 136)

III)La dirección es el tercer elemento que conforma a los partidos


políticos; la integran sus principales órganos de toma de decisiones o
estructuras jerárquicas.

Los principales problemas que se abordan en la Ciencia Política sobre la


gestión de dirección de los partidos políticos en los países capitalistas son los
siguientes:

• Los mecanismos de selección de sus dirigentes y los métodos de


renovación en sus diferentes niveles de dirección.
• Las autoridades reales y aparentes en la estructura de la dirección de los
partidos.
• La burocratización y oligarquización que sufren los partidos políticos y su
efecto negativo para los sistemas políticos de los países capitalistas.
• La autoridad y liderazgo de sus dirigentes y su aceptación en la sociedad.
• Las relaciones entre el parlamento, el gobierno y la dirección de los
partidos. (Duverger M. 1974. p. 163-230)

La dinámica de los modelos de partidos en los sistemas políticos


capitalista.
Los modelos de partidos se han caracterizado por ajustarse a la realidad
política y a la necesidad de reproducirse a partir de un modelo de partido
electoral. La clasificación de los partidos políticos establecida en 1954 por
Duverger (1965) en partidos de masas y partidos de cuadro, en las condiciones
actuales requiere de una revisión, sin dejar de reconocer el colosal aporte de
este autor a la teoría de los partidos, independientemente del enfoque no
marxista de su análisis.

Los partidos de cuadros son aquellos en los cuales el sistema de dirección


de base se determina por designación, su política cobra vida en su proceso
electoral, se le concede más importancia a la calidad de sus miembros que a
su cantidad y actúan casi siempre en sistemas electorales mayoritarios; son
partidos pragmáticos, donde la ideología no tiene el peso que le conceden los
partidos de masas; no poseen una membresía que cotiza, sino electores que
solamente votan por ellos; la noción de militantes en esta tipología de partido
corresponde a una minoría de funcionarios que garantizan el funcionamiento
de la maquinaria partidista.

Para Duverger los partidos de cuadros tienen sus diferencias en EE.UU. y en


Europa Occidental. En esta última los mismos tienen que competir con los de
masas, son más descentralizados y sus unidades de base son más
democráticas, mientras que en Estados Unidos las bases están sometidas a
mecanismos más centralizados y al proceso de elecciones primarias. 21

Los partidos de cuadros surgieron antes del sufragio universal, organizados


entorno a liderazgos de diversos grupos de notables, es decir, por personas de
renombre social, vinculados a redes de influencia económicas, sociales y
políticas, que se reunían informalmente para apoyar a un político o a un grupo
concreto, no tenían amplias organizaciones de base estables, ni tenían que
ganar el favor de electores anónimos, su funcionamiento político dependía en
gran medida de las relaciones entre esos hombres, en un tiempo en que la
mujer no participaba en la política [...] estaban vinculados a grupos
parlamentarios, a partir de los cuales comenzaron a surgir grupos de influencia
estable [...] con la ampliación del sufragio los notables fueron remplazados en
la dirección del partido por políticos profesionales con el objetivo de ganar el
poder y mantenerlo. (Gangas P, 2007, p. 5)

Para Duverger los partidos de masas son aquellos en que los militantes
coinciden casi siempre con la noción de miembros del partido, sus integrantes
asisten a reuniones periódicas y cotizan, sus miembros se seleccionan
mediante un proceso reglamentado y los compromisos de lealtad política son
más elevados que en los de cuadros.

Son un modelo donde sus miembros se ubican en grupos sociales predefinidos


y bien ligados a todos los aspectos de la vida del partido y su programa es
coherente y lógicamente conectado. De ahí que, la unidad partidista y la
disciplina sean normativamente legítimas, su caudal electoral está constreñido
en el encapsulamiento del electorado en los grupos de subculturas que estos
partidos representan. En el pasado representaban los intereses de clases
sociales o de estratos sociales y se habían especializado en defender los
intereses de los trabajadores, mientras que los partidos conservadores
representaban a sectores acomodados de la sociedad. (Mair Peter y Katz R,
1997, p.2)

21
Las diferencias entre los partidos de cuadros de Europa Occidental y de EE.UU. Duverger las aborda de
forma más resumida en Sociología Política, pp. 309-311.
La necesidad de los partidos de obtener a toda costa la mayor cantidad de
votos posibles en las contiendas electorales, unido a otros procesos
sociopolíticos ocurridos en las sociedades industrializadas, principalmente en
Europa, determinó el surgimiento a finales de la década de los 60 del siglo
pasado de los llamados partidos Atrapa-Todo (Catch-All, por sus siglas en
inglés).

En Alemania, Otto Kirchheimer consideró que estos partidos se generaron


como resultado de los cambios ocurridos en Europa después de la segunda
guerra Mundial: mejoría en el nivel de vida de la sociedad, que había reducido
en cierta medida las contradicciones de clases, mayor secularización del
electorado, cambios relevantes en los medios de comunicación y un estado de
bienestar que favoreció que la democracia europea se extendiera a las clases
medias, si en el pasado algunos partidos se habían comprometido a
representar a ciertos grupos concretos, ya no era una estrategia de éxito.

En palabras de Gangas: Ante un electorado cada vez menos cautivo [a un


partido] era necesario alterar la forma de hacer política y convencerlos en cada
ocasión para que pudiesen votar [...] Los líderes políticos reaccionaron a los
nuevos cambios dando lugar a un nuevo tipo de partido ajustado a la
competición a través de los nuevos medios de comunicación social y el uso de
los nuevos medios de propaganda, donde la imagen de los líderes se hizo
cada vez más importante, acentuando la centralidad de estos, más abierto con
los grupos de interés, reducían el papel de los afiliados en las bases de los
partidos, que fueron más pragmáticos, más heterogéneos socialmente y con
disminución del contenido ideológico del discurso. (Gangas P, 2007,p. 5)

Los modelos puros de partidos de masa y de cuadro han enfrentado un fuerte


reto con los cambios ocurridos en la sociedad posteriores a los años 80.
Algunos de los más sobresalientes son la caída del socialismo en la antigua
Unión soviética y en Europa oriental, el desarrollo de las nuevas tecnologías
de comunicación, el neoliberalismo y su impacto en limitar las ofertas que los
partidos ofrecen a la sociedad, el debilitamiento de los partidos con sus bases
y la tendencia del electorado a votar más por líderes que por un partido, así
como la necesidad de estas organizaciones políticas de atrapar votos para
reproducirse y llegar al gobierno, independientemente de cualquier etiqueta
política.

Los partidos de la izquierda y derecha tradicionales comenzaron a converger


con el modelo Atrapa-Todo, si bien continuaban teniendo sus miembros, ya no
se encapsulan, sino que la afiliación partidista se convertiría en muchas de las
afiliaciones que un individuo podría llegar a tener o mantener. Lo importante
era reclutar miembros donde quiera que se encontrasen y sobre las bases de
acuerdos políticos, más que sobre la identidad social. Fue, en parte, una
estrategia electoral defensiva tomada de los partidos de masas, los que
acentuaban más la movilización y retención de un ilimitado número de votantes
que un selecto grupo, el partido adoptó una estrategia ofensiva, al intercambiar
«efectividad en profundidad para una audiencia más amplia y un éxito electoral
más inmediato»(Mair Peter y Katz R, p.8)

La reducción de los partidos de masas representa un proceso de


desideologizar tales actores. Esa tendencia resulta muy oportuna para los
centros hegemónicos del capitalismo mundial, pero a la vez constituye un reto
para los partidos de izquierda, que requieren de una ideología y
organizaciones de bases fuertes para desarrollar un permanente trabajo
político en lucha por llegar al gobierno o para mantenerse en él.

Los partidos outsiders.

En América Latina también aparecen los modelos de partidos outsiders. Que


surgieron por medio de nuevos caudillos, con estilos de liderazgo
independiente, y que buscaban directamente apoyo electoral mediante el uso
de los medios de comunicación, en especial, de la televisión, en evidente
desprestigio ante la población del político tradicional. Estos partidos fueron
resultado de la indiferencia hacia los propios partidos, provocada por el
desinterés ideológico, la racionalidad ciudadana para participar en los comicios
y eventos electorales. A todo ello debe incorporarse que la participación
presenta una elevada carga de interés personal por aquellos partidos que
propongan la solución de problemas concretos, que intereses sociales basados
en la pertenencia ideológica (Urrea, 2009). El ejemplo más típico de outsider
en América Latina lo constituyó la llegada al gobierno de Fujimori, con Cambio
90 en el Perú.

Los outsiders y su contexto. Desde principios de la década de los noventa el


término outsider ha sido utilizado profusamente, sobre todo en América Latina,
para referirse a individuos que sin tener pasado político irrumpen en las
elecciones. Esta noción vaga y preliminar, que casi es producto del sentido
común, no da pistas sobre algunos asuntos relacionados con los outsider, por
ejemplo: el outsider no tiene pasado político, pero ¿tampoco tiene pasado
público?; ¿un outsider es relevante solamente cuando tiene éxito electoral, es
decir, cuando gana las elecciones?; en la misma línea de pensamiento, ¿el
problema que investigamos es la aparición del outsider o su victoria electoral?,
¿la aparición y el éxito electoral nos dicen cosas diferentes sobre la política de
un país?, si el outsider pierde la elección y se postula una segunda vez ¿sigue
siendo outsider?, si el outsider gana las elecciones, sigue siéndolo mientras
ejerce su mandato? En la literatura existente es evidente el sesgo peyorativo
del término en cuestión, pero ¿puede el outsider representar “ventajas” para la
política de su país? En estas páginas no se pretende responder estas
preguntas, pero son planteadas como muestra de que la agenda de
investigación sobre los outsiders es amplia22

Por otra parte, la politóloga paraguaya Sarah Cema respecto al término


outsider, destaca a García Montero (2001:52) que sostiene que los outsiders
son giras ajenas y contrarias a la clase política, a quienes atribuyen los males
sufridos por la sociedad. Para relacionarse con la sociedad, los outsiders
buscan una vinculación más directa de la que ofrecen los partidos políticos. La
competencia electoral de los outsiders se establece a través de la crítica
radical a los partidos políticos y a las elites políticas. No obstante, autores
como Kenney (1998) aportan otro enfoque, la definición de este tipo de
liderazgos, a los que denomina como “antipolíticos”, utilizando dicho concepto

22
Puede encontrarse más información en: Brown Araúz Harry, Rosales Valladares Rotsay Cambiar todo
para que nada cambie: Los inside-outsiders de América Central. file:///E:/outsidersyo/2758-9722-1-
PB.pdf
para referirse a aquellos líderes que construyen un espacio propio en la
división que se da entre la “clase política” y el pueblo.

El sistema de partidos cártel.


Los partidos cártel se habían desarrollado como modelo de partido desde los
años 70. El término lo emplearon Mair y Katz entre 1992-1994. Lo innovador
era su relación con el Estado, el partido sería un agente, es decir, trabajaría
para él. Utilizarían recursos estatales para asegurar su supervivencia, a través
de medios de financiamientos estatales según Gangas (2007): En cualquier
tiempo anterior los partidos habían asumido una separación clara respecto al
Estado, el partido cártel la había roto convertido en agencia semiestatal [...] La
interpenetración de estos partidos con el Estado [...] ayuda a estos a
permanecer dentro del sistema y dificulta que entren nuevos partidos,
contribuyendo de este modo a mantener el cártel que han formado los
principales partidos. Unos pocos partidos se ponen de acuerdo para limitar la
entrada de otros competidores a la esfera estatal, llegando a un cierto acuerdo
sobre políticas públicas que todos los partidos relevantes respetarían y que
dificultaría la entrada de nuevos partidos con éxito a la arena política, limitando
de este modo la competición electoral [...] tienen un acceso privilegiado a los
canales de comunicación regulados por el Estado (p.7)

Jesús Rodríguez Alonso (2010) destaca entre los rasgos más sobresalientes
de los partidos cárteles:

1. La naturaleza sistémica de este proceso, en lo jurídico, en el ámbito


electoral, en la cultura política y en la manera informal en que resuelven los
conflictos.
2. Los participantes dentro del mercado político controlan y tienen acceso al
financiamiento público. Existen pequeñas diferencias que están dadas por las
posiciones ideológicas de cada partido, pero esto no afecta mucho su
financiamiento, sin embargo, en cuanto a los grandes temas nacionales sus
discrepancias son mínimas.
3. La orientación hacia un alejamiento de la sociedad y una creciente
simbiosis con el Estado.
4. El modelo ofrece ventajas holísticas para comprender algunos
comportamientos de partidos políticos, única alternativa para gestionar la
política en términos de acceso al poder por vía electoral, de reclutamiento de
actores políticos, recopilación de diversas demandas poblacionales y
formadores de ciudadanos, aunque ello signifique el monopolio del poder,
una creciente dependencia de recursos públicos y, en su momento, pueda
degenerar en una democracia de arriba hacia abajo.
5. La «cartelización», para Mair y Katz, es el resultado de las sociedades
desarrolladas, pero también aparece en las democracias en consolidación,
donde se presenta como partido de masas y Atrapa-Todo, puesto que están
consolidando su institucionalidad.

Los brasileños Adrián Abala y Soraia Marcelino Vieira (2014) consideran que la
cartelización se observa en Chile, Colombia y, en menor medida, en México y
Brasil, donde los principales partidos tendieron a producir mecanismos de
producción y reproducción de dominación social y política con el afán de
conservación de las prebendas del Estado, pareciendo así confirmar la tesis de
Mair y Katz (1997) sobre la colonización del Estado por los partidos
cartelizados
Los partidos cárteles representaron un modelo de partidos en los países
desarrollados y en las llamadas democracias consolidadas, pero muchos
autores sostienen su presencia en América Latina de forma enmascarada en
los marcos de los procesos de globalización, orientándose cada vez más a un
alejamiento de la sociedad y a un mayor acercamiento de los partidos con el
Estado.

Los sistemas de partidos


En el primer plano del análisis, M. Duverger (1974) vincula la noción de
sistema de partidos al número de estas unidades que interactúan en el proceso
electoral; es un proceso que, a criterio de este autor, intervienen varios
factores: el número de partidos, las dimensiones de los mismos, su localización
geográfica, la competición política o relaciones entre sus aliados, las
tradiciones históricas, la estructura económica y social de la sociedad, las
creencias religiosas, la composición étnica y las rivalidades nacionales, entre
otras. ( p. 231-235)

El sistema de partidos es el resultado de las interacciones entre las unidades


partidistas que lo componen; más concretamente: son las interacciones que
resultan de la competición política electoral. El sistema de partidos se
caracteriza por una serie de propiedades autónomas que no son típicas o
propias de las unidades partidistas tomadas aisladamente. No es, por lo tanto,
únicamente la suma de partidos que lo componen, sino algo más complejo, lo
cual requiere de un análisis autónomo. Por tanto, de hecho, el sistema de
partidos está influido y determinado por la naturaleza de los mismos; al mismo
tiempo, el modelo de interacción del sistema influye en la naturaleza y en el
comportamiento de sus unidades particulares. (Bartolini E y otros, 1993, p.218-
219)

Los formatos de sistemas de partidos que reconoce M. Duverger son: el


sistema de partido único, el sistema bipartidista y el multipartidismo.

El sistema de partido único es el monopolio del poder político por un solo


partido. Este sistema no solamente recoge la experiencia de los países
socialistas. Ha sido efectivo en la implementación de proyectos políticos en
sociedades en transición, inmersos en procesos anticapitalistas para alcanzar
logros sociales y económicos.

En los países de África los partidos únicos han tenido gran presencia en sus
sistemas políticos, y muchos de ellos desempeñaron un importante papel en la
emancipación de estas sociedades del colonialismo; después de la liberación
algunos iniciaron un proceso político que se conoció como la vía de orientación
socialista. En la actualidad en muchos Estados de ese continente, bajo la
presión de Occidente, se introdujeron fórmulas multipartidistas.

Sartori resalta su existencia en determinadas sociedades capitalistas como la


de México y otras, donde ha gobernado reiteradamente un mismo partido o el
gobierno de éste se ha extendido por grandes períodos de tiempo. En este
sentido, aunque su concepción no muestra diferencia significativa con la de
Duverger, Sartori introduce el sistema hegemónico y el predominante: En
el partido hegemónico se permite la existencia de otros partidos, pero como
actores políticos subordinados. El sistema de partido dominante es cuando un
solo partido le gana las elecciones de forma continuada a los demás partidos.

El bipartidismo es un formato típicamente anglosajón, donde resaltan los


ejemplos clásicos de EE.UU. y Gran Bretaña. El bipartidismo es considerado
como aquel sistema donde uno de los dos partidos relevantes gobierna por sí
solo sin consideración a un tercero. (Sartori G, 1988, p. 68)

El bipartidismo siempre presupone que existan dos partidos fuertes con


relación a los demás; cuando uno sólo de ellos alcanza el poder gobierna sin
necesidad de coaliciones, y cada uno de los dos partidos tiene posibilidades de
alcanzar mayoría en su lucha como alternativa por el poder.

Para Duverger el sistema electoral de una sola vuelta en el escrutinio


mayoritario (donde se obtiene la victoria del candidato por mayoría de votos)
tiende a producir un sistema bipartidista. En el sistema de mayoría, el
candidato que obtiene la mayor cantidad de votos es el elegido en el sistema
de una sola vuelta. Esto implica que el Presidente puede resultar electo con
una amplia masa de electores en contra.

Muchos países establecen un sistema de mayoría de dos vueltas, donde se


exige una cantidad de votos para pasar a la segunda. Casi todos los
politólogos coinciden en que el sistema de mayoría se busca la eficacia para el
ejecutivo y el control parlamentario sobre él por medio de una oposición fuerte
y el logro de un efecto electoral donde se establezca una competencia muy
intensa.

El sistema multipartidista es, según Duverger, el resultado de un sistema


electoral de representación proporcional cuya función principal es tratar que
cada partido tenga posibilidades de encontrarse representado en el parlamento
de acuerdo con la significación de su caudal electoral. El método para el
cálculo del sistema de representación proporcional de los partidos se realiza a
partir de diferentes coeficientes; el más utilizado en América Latina es el de
D`Hondt, aunque se emplean también otros en diferentes regiones o países.

La representación proporcional no siempre facilita el acceso de todos los


partidos. Aquí el sistema electoral puede disponer de barreras que dificultan a
los pequeños partidos llegar al parlamento.

En el multipartidismo, criterio de Sartori puede ser modelos moderados y


extremos. Los primeros oscilan entre tres o cuatro partidos y los segundos
pueden llegar hasta dieciséis o más.

Igualmente, según Sartori, los sistemas multipartidistas pueden ser atomizados


o polarizados. La atomización o polarización estará vinculada a la formación de
coaliciones o no en los sistemas multipartidistas.

En el comportamiento de los partidos políticos pueden influir los sistemas


electorales. Estos son un conjunto de principios y procedimientos coherentes
entre sí, que fundamentan y regulan las llamadas operaciones electorales, y
cuyo objetivo es la formación de las instituciones representativas que
conforman un régimen democrático, o la expresión de la voluntad de los
electores en un asunto previamente determinado. (Fernández Bulté J y otros,
p. 369)

Los sistemas electorales son elaborados, sin duda, a partir de una racionalidad
científica, o de ingeniería política, como llaman algunos politólogos, pero se
puede señalar que los mismos son el resultado de las fuerzas políticas
dominantes de una sociedad determinada, que a veces administran a su
conveniencia el acceso o no de las fuerzas políticas pequeñas por medio de
impedimentos legales, o por mecanismos indirectos como es el manejo por los
grandes partidos de las circunscripciones y la utilización de las ventajas de la
cartografía electoral según sus intereses.
En los sistemas electorales mixtos, se pretende conjugar las ventajas del
sistema de mayoría con el sistema de representación proporcional, tal y como
se viene aplicando en algunos países industrializados tanto de Europa
Occidental como en Japón, puede predominar uno de los dos formatos, o
puede intentarse encontrar un equilibrio.23
¿Se podrá hablar hoy de crisis de los partidos políticos en los países
capitalistas?
Actualmente se ofrece la visión de que en la mayoría de estos países los
partidos se han convertido en un mecanismo para conquistar el poder en todos
los espacios sociales en que pueden penetrar, sin preocuparse por la
realización o ejecución de un programa que los identifique con las necesidades
o aspiraciones colectivas.

Las cúpulas partidistas son usufructuarias del poder. Para ascender es


necesario el respaldo del aparato partidista. El reparto del poder es el factor
fundamental de la unidad y de la disidencia dentro del partido. Esto conduce al
fenómeno que se ha dado en llamar "internismo", donde el objetivo
fundamental del partido es el partido mismo, y el debate interno está dominado
por el control del partido.

Se ha configurado un cuadro en el cual el partido ha perdido la utilidad para la


sociedad, tiende a ser útil únicamente para quienes lo dirigen en las distintas
escalas en las cuales él está llamado a actuar. En el interior de los partidos se
producen dos luchas fundamentales: una dirigida al control del partido y otra a
alcanzar posiciones de poder en las instituciones públicas. Si se consideraran
a los partidos políticos el núcleo del sistema democrático del Estado moderno
capitalista, necesariamente tenemos que llegar a la conclusión de que la
democracia liberal actual afronta una profunda crisis y tendrá que dar paso a
formas más participativas, para dotar de más legitimidad a los sistemas
políticos.

23
Estas ideas sobre los sistemas electorales son desarrolladas de forma muy clara por D. Nohlen en Sistemas
electorales contemporáneos y por Cotteret y J.M. Emeri, en Los sistemas electorales.
¿Qué factores permiten hablar de crisis de los partidos políticos en los
países capitalistas?

 Los programas de los partidos en la actualidad se alejan de sus funciones


clásicas como son la atracción de afiliados y la generación de resultados
electorales favorables, la determinación del perfil del partido al definir su
delimitación y diferenciación de los demás, la agitación como base sobre la
cual se lanzan las disputas para la consecución de sus reclamos políticos, y
la función integradora, que rige la acción de su pensamiento político y se
logra la identificación con los electores. (Heino K,1995,p. 378-379)

 Actualmente, en la actividad programática de los partidos se impone una


visión pragmática, donde los criterios electorales predominan y no ofrecen
estrategias para solucionar los problemas complejos de la sociedad, porque
se encuentran orientados permanentemente a la conquista de votos.

 No se puede hablar en las condiciones actuales de un programa general,


sino de varios programas: de acción, de fundamentación teórica, plataformas
electorales y programas de gobierno. (Heino K,1995,p. 378-377) Quiere decir
que pueden presentarse contradicciones entre los fundamentos teóricos del
programa del partido, las propuestas electorales de éste y sus acciones
políticas concretas como partido gobernante.

 Los programas no se encuentran dirigidos a solucionar los graves


problemas que afronta la sociedad actual, no ofrecen alternativas diferentes
con propuestas novedosas que aumenten su capacidad de convocatoria y
formulen soluciones desde una perspectiva de justicia social.

 En la actualidad a los partidos políticos en los países capitalistas se les


plantean las siguientes limitaciones en su funciones de mediadores entre el
Estado y la sociedad civil: no ofrecen respuestas a los diferentes cambios y
demandas que operan en la sociedad; no constituyen canales de
participación política efectiva; no acercan al electorado a la participación en la
toma de decisiones; se incrementa la tendencia de una participación cada vez
más activa de las élites políticas por medio de los grupos de presión en la
defensa de sus intereses y en detrimento de los partidos políticos.

 Los movimientos sociales, ante la fragmentación de la sociedad actual, han


pasado a desempeñar un papel muy activo en la integración de intereses; el
desarrollo de los medios de comunicación y la globalización limitan el papel
de los partidos en la formación de la opinión pública y en la socialización
política;

 Para los países subdesarrollados, cada vez resulta más costoso la


financiación de la actividad de los partidos políticos, por lo que recurren a
formas ilegales para sostenerlo, lo cual genera corrupción y le resta
legitimidad a los sistemas políticos.

Es evidente el papel de los medios de comunicación, los grupos empresariales


y de las elites del poder en el dominio de los partidos y en el financiamiento de
sus campañas electorales, lo cual debilita a los partidos de izquierda.

Se debe destacar el papel de las políticas neoliberales impulsadas por el


Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y los centros hegemónicos
de dominación del capital y la nueva derecha Latinoamericana de imponerle a
los partidos la reducción del gasto social en sus políticas públicas, lo cual
debilita las funciones de integración social de estos actores.

No obstante, en la actual sociedad capitalista para los intereses de la clase


dominante capitalista, no existen otros actores sociales o políticos que puedan
sustituir totalmente las funciones de gran amplitud que desarrollan los partidos
políticos como son: articular intereses, generar consenso, trasmitir creencias
de legitimidad, seleccionar y promover la dirigencia política de la sociedad, etc..

Aunque los movimientos sociales y grupos de interés poseen funciones más


específicas que las de los partidos políticos. Los nuevos movimientos sociales
al renunciar a los canales de acceso institucionales de los Estados y actuar en
los marcos de desobediencia civil ponen en jaque mate a gobiernos y enfrenta
con éxitos las políticas neoliberales de estos en nuestra región.

Los partidos en la sociedad capitalista tienen que corregir y reformular su


funcionamiento si pretenden reforzar la legitimidad del sistema político
capitalista, pero no se puede afirmar que en los momentos actuales nos
encontremos asistiendo a sus funerales, según la visión que se trasmite por
determinados medios académicos occidentales.

Referencias
 Adrián Albala y Soria Marcelino Viera. 2014. ¿Crisis de los partidos en
América Latina?? El papel de los partidos latinoamericanos en el escenario
reciente. Política. Revista de Ciencia Política. Volumen 52. No.52. Santiago de
Chile.
 Bartolini Estefano y otros autores.1993. Manual de Ciencia Política, Alianza
Universidad, Bologna, Italia.
 Cerna Villagra Sarah. 2011-2012 Estudios Paraguayos - Vols. XXIX y XXX,
N°s. 1 y 2, file:///E:/outsiders/6-1-22-1-10-20170413.pdf
 Colectivo de Autores.1993. Manual de Ciencia Política, Alianza Universidad,
Madrid.
 Dahl Robert.1994. ¿Después de la revolución?, Gedisa, Edit. Barcelona,
España.
 Dowse R. E. y Hughs J. A. 1975. Sociología política, Alianza, Madrid.
 Duverger Maurice.1974. Los partidos políticos, Fondo de Cultura
Económica, México.
 Engels Federico. 1973. “Introducción a la obra de Marx La lucha de clases
en Francia”, Obras Escogidas, t. I, Editorial Progreso, Moscú.
 Fernández Bulté Julio y otros autores: Derecho Constitucional, Facultad de
Derecho, UH, MES, La Habana,
 Gangas Pilar. 2007. Los
Partidoshttt://campus.usal.es/dpulico/areacp/materiales/partidospolíticos/.pdf.
 García Cotarelo Ramón y Blas Guerrero Andrés.1986. Teoría del Estado y
los sistemas políticos, t. 1, UNED. Madrid.
 Gramsci Antonio.1973. De Maquiavelo a Lenin, Diógenes, S. A., Segunda
Edición, México.
 Heino Kaack.1995. Funciones de los programas de los partidos políticos en
la democracia, Fundación Konrand Adenauer Stiftug, CIEDLA, Argentina.
 Lipset Seymour M. 1996. “Repensado los requisitos sociales de la
democracia”, Agora, Cuaderno de estudios políticos # 5, Argentina.
 Mair Peter y Katz Richard. 1997. Organización Partidaria y del Partido
Cártel. Party System Change. UK:Oxford University Press. Traducción Luciana
Cingolini y Ulises Pallares. Universidad de Buenos Aires. En
httpwww.catedra.fsoc.uba.arcstiglionidoc3.pdf.
 Michels, Robert (2008): Los partidos políticos, Amorrortu, Buenos Aires.
 Ostrogorski, Moisei (2008): La democracia y los partidos políticos, Editorial
Trotta, s. A., Madrid.
 Pierre Cot Jean y Pierre Mounier Jean. 1978. Sociología Política, Ed. Blume,
Barcelona, España.
 Urrea Peña Javier. 2009 Partidos políticos en Latinoamérica: un ensayo
crítico sobre su incidencia en la democracia. En
http//www.Academia,edu/pol_partdos_poli_ticos_en latinoamerica_
 Weber Max. 1971. Economía y Sociedad, t. 1, Editorial de Ciencias
Sociales, La Habana.

Bibliografía
 Abala, Adrían y Marcelino Viera, soraia (2014): «¿Crisis de los partidos en
América Latina? El papel de los partidos latinoamericanos en el escenario
reciente», Política, vol. 52, n.º 1, Santiago de Chile.
 Alcántara sáez, Manuel (2001): «El origen de los partidos políticos en
América Latina», World Politics Riview, n.º 187, instituto de Ciencias política y
sociales, Universidad de Salamanca,
 Álvarez Sabogal, Julio (2006): «Crisis de los partidos políticos en América
Latina», Monografías, <http://www.monografias.com/trabajos36/crisis-partidos-
politicos/ crisis-partidos-politicos.shtml> [15/04/2015]..
 Antonio Gramsci (1973) De Maquiavelo a Lenin, Diógenes, S. A., Segunda
Edición, México.
 Bartolini, Estefano y otros autores. (1993) Manual de Ciencia Política,
Alianza Universidad, Bologna, Italia.
 Carlos Marx y Federico Engels. 1966. El Manifiesto Comunista. Obras
Escogidas en dos Tomo. Tomo I. Edición en Epañol. Moscú .
 Cot, Jean Pierre y Mounier, Jean Pierre. 1978. Sociología Política, Ed.
Blume, Barcelona, España.
 Dahl, Robert. 1994. ¿Después de la revolución?, Gedisa, Edit. Barcelona,
España.
 Dowse, R. E. y Hughs, J. A. 1975. Sociología política, Alianza, Madrid.
 Duverger, Maurice. (1974). Los partidos políticos, Fondo de Cultura
Económica, México.
 Engels, Federico. (1973). “Introducción a la obra de Marx La lucha de clases
en Francia”, Obras Escogidas, t. I, Editorial Progreso, Moscú.
 Gangas, Pilar (2007): «Los partidos políticos», Comunicación, Universidad
desalamanca,<https://campus.usal.es/~dpublico/areacp/materiales/Lospartidos
politicos.pdf> [19/8/2014]
 García Cotarelo, Ramón y Blas Guerrero, Andrés. (1986). Teoría del Estado
y los sistemas políticos, t. 1, UNED. Madrid.
 Gervasio, Carlos (2004): «¿hay una crisis de los partidos políticos
latinoamericanos?», en Carlos Gervasio: Centro para la apertura y el desarrollo
de América Latina. Documentos, año ii, n.º 18, 22 de julio, Buenos Aires,
 Gramsci, Antonio (1973). De Maquiavelo a Lenin, Diógenes, S. A., Segunda
Edición, México.
 Lenin, V. I. (1960). “¿Qué hacer?”, Obras escogidas, t. 1, Ed. Lenguas
Extranjeras, Moscú.
 Mair, peter y Katz, richard (1997): «organización partidaria, democracia
partidaria y la emergencia del partido cártel», Party System Change, Oxford
University Press, U. K. Luciana Cingolani y Ulises pallares (trads.),
<http://www.catedras.
 Marx, Carlos y Engels, Federico (1963). “Manifiesto del Partido Comunista”,
Obras escogidas, t. 1, Editora Política, La Habana.
 Michels, Robert (2008): Los partidos políticos, Amorrortu, Buenos Aires.
 Ostrogorski, Moisei (2008): La democracia y los partidos políticos, Editorial
Trotta, s. A., Madrid.
 Panebianco, Angelo (1990): Modelos de Partido, Alianza Editorial, Madrid.
 Rodríguez Alonso, Jesús (2010): «El partido cártel y democracia en América
Latina», Academia, <http://www.aacademica.org000-0396.pdf> [15/05/2016].
 Sartori, Giovanni (2005): Partidos y sistemas de partidos, Fondo de Cultura
Económica, México D. F.
 Sartori, Giovanni (1988). “La influencia de los sistemas electorales”, CAPEL,
Nro.27, p. 68, San José, Costa Rica.
 Urrea peña, Javier (2009): «partidos políticos en Latinoamérica: un ensayo
crítico sobre su desempeño e incidencia en la democracia», Academia,
<http://www.academia.edu/786000/Contexto_y_reflexiones_Estado_mercado_
y_gobernanza_en_Latinoam%C3%A9rica> [28/12/2015].
 Weber, Max (1971). Economía y Sociedad, t. 1, Editorial de Ciencias
Sociales, La Habana,
 Zovatto, Daniel (2006): «regulación de los partidos en América Latina»,
Diálogo Político, año xxiii, n.º 4, diciembre, Fundación Konrad-denauer stiftung
e. V., Berlín.

Regresar al Índice

2.6- Los movimientos sociales ¿Un nuevo sujeto histórico?


Autor: Dr. C Juan Azahares Espinal

La caracterización y conceptualización de cualquier fenómeno social supone


grandes retos para los investigadores, por la pluralidad de perspectivas desde
las cuales se pueden analizar, la interpenetración existente entre ellas, los
diversos grados de abstracción en que se expresan y la imposibilidad de que
todas puedan ser incluidas en el estudio. Todos ellos limitan el esfuerzo por
alcanzar el máximo grado de teorización, vale decir, de concreción del
fenómeno social tratado. Por otro lado, obliga a los investigadores a exponer
los límites a partir de los cuales caracterizan y conceptualizan su objeto de
estudio, de manera que no se presente como algo extraño o sacado de un
laboratorio, ajeno al contexto histórico concreto donde se inserta.
En el pensamiento marxista, cuando se hace referencia al sujeto de los
cambios revolucionarios se asume que se trata de la clase obrera o
proletariado–identificada como sujeto histórico. Esto, sin considerar que el
desarrollo desigual del capitalismo por países y regiones y junto a ello, el
diferente nivel de conciencia de las clases y de las relaciones entre ellas. Esto
ha sido particularmente notorio en América Latina, donde el capitalismo
subdesarrollado convive durante mucho tiempo en el XX con relaciones y
modos de producción feudales y semi feudales, y en cuyos territorios habitan
los pueblos originarios que sobrevivieron al exterminio de la época de la
conquista colonialista. Esto conforma una realidad social con diversificación de
clases, etnias, sectores.
El análisis lógico e histórico es el punto de partida para el estudio de los
fenómenos sociales, lo cual permite destacar no sólo puntos de ruptura y
continuidad sino también los contextos en que estos se producen, por tanto una
aproximación al estudio del Nuevo Sujeto Histórico comienza por las
consideraciones más generales.
La existencia y transformación del fenómeno apuntado durante el siglo XX y
comienzo del XXI muestran un desplazamiento del mismo a partir de los
cambios, económicos, políticos y sociales, ocurridos en el período. Cuando se
trata el sujeto histórico, no se refiere a los sujetos individuales que como
ciudadanos participan de manera independiente en las actividades políticas,
económicas o sociales, ni se desconoce el papel que pueden desempeñar las
grandes personalidades en el cambio de los sistemas políticos, sino que llama
la atención sobre aquellas clases, sectores o grupos sociales que en la
segunda mitad del siglo XIX dinamizaron el tránsito de un sistema de
producción hacia otro más avanzado, y sobre los que el pensamiento político,
filosófico y sociológico de la época centraron parte de sus estudios. Aunque
tiene en cuenta que los sujetos no son simplemente los individuos,
entendiendo por tales o entes dados de una vez para siempre, creadores
de la realidad, sino individuos entendidos como eslabones de
relaciones sociales, productos y productores, de esas
relaciones sociales a la vez que objetos de la acción de esas fuerzas.

La crisis económica que comienza en la primera década del siglo XXI quebró el
optimismo de la ideología neoliberal de los países más desarrollados e impactó
en mayor medida en los países subdesarrollados, principalmente, a América
Latina, el Caribe y a otras regiones del mundo. A estas condiciones se le añade
un aumento de la toma de conciencia de las sociedades civiles occidentales,
organizaciones, movimientos sociales con disimiles estructura que, sin ser
contradictores, en una primera etapa, con el sistema de propiedad vigente,
inician la lucha por mejorar o paliar las condiciones de vida de los sectores más
vulnerables de la sociedad incluyendo a los países del tercer mundo y en
defensa del medio ambiente.
En esas condiciones, la impronta de las clases sociales, entendidas según la
definición leninista, no se encuentran en el centro de los estudios de las
ciencias políticas o sociales en general, este lugar lo ocupan las
investigaciones sobre los movimientos sociales, los cuales le imprimen un
nuevo carácter a las trasformaciones sociales. Múltiples son las acciones que
muestran las características de esta nueva formación, dentro de las que se
pueden considerar las que lucharon por los derechos civiles y contra la guerra
en Viet Nam en la década del sesenta en los Estados Unidos por solo mostrar
estos ejemplos en el mundo desarrollado en siglo XX.
Sin embargo, el concepto de los “movimientos sociales” aparece en el siglo XIX
y fue introducido al vocabulario académico por Lorenz Von Stein en 1846 (“
Historia de los Movimientos Sociales Franceses desde 1789 hasta el presente
(1850)” ). Donde se entiende por Movimiento Social como, una aspiración de
sectores y clases sociales de lograr influencia sobre el Estado.
Múltiples son los enfoques o puntos de vista relacionados con el concepto y
sobre su vínculo con los partidos políticos y en ocasiones no tiene en cuenta
que estos movimientos no proponen tomar el poder político, sino influir en él
para alcanzar objetivos propios o crear alternativas para la solución de los
diferentes obstáculos que frenan el desarrollo de la sociedad.
En general, un movimiento social es la agrupación informal de individuos,
grupos y sectores diversos que se proponen como objetivo luchar por alcanzar
sus intereses particulares u otros de carácter nacional o mundial, como son los
casos de la lucha por el cuidado del medio ambiente, contra los diferentes tipos
de discriminación, etc. Es decir, sus campos de lucha pueden quedar dentro de
los sectores de la política, la economía, la cultura u otros.
En el estudio de su accionar se puede apreciar sus diferenciar con los
sindicatos, aunque no se excluyen. Mientras que los sindicatos representan los
intereses de sus afiliados o los de un determinado grupo de trabajadores
(empleados en la industria del metal, o metalúrgicos, albañiles, etc.). El
movimiento obrero, considerado en su dimensión histórica, tiene como objetivo
central la emancipación de todos los trabajadores, y por tanto de la humanidad
entera. Es evidente que en la medida que exista un poderoso movimiento
obrero, los sindicatos en él incluidos también plantearán reivindicaciones más
globales. Y por el contrario, cuando el movimiento declina, cuando el
movimiento es sólo instrumentos sindicales, las reivindicaciones de éstos serán
más limitadas, más corporativas.
De igual manera en la relación de los movimientos sociales y los partidos
políticos. Mientras que estos últimos tienen y se proponen como objetivo
central la toma del poder político y donde todos sus miembros no participan en
las decisiones, mientras que el movimiento social tiene una organización
horizontal en que todos participan en la toma de decisiones.
Una muestra de las fortalezas que puede mostrar un movimiento estudiantil
fue el alcanzado por dicha agrupación de estudiantes para lograr la reforma
universitaria de Córdova, Argentina en 1918 que exigió la participación de los
estudiantes en la conducción de la universidad, la reforma curricular y la
apertura hacia los procesos sociales y políticos que vivía América Latina. Y a
su vez generó un gran impacto en el ambiente universitario y político
latinoamericano.
Un momento significativo del creciente fortalecimiento de los movimientos
sociales es la conformación del Foro Social Mundial (FSM). Un logro del Foro
Social Mundial ha sido su capacidad para descentralizar el evento, tanto el
mundial (que se celebra actualmente cada dos años en un continente distinto
en el Sur) como vinculándolo a experiencias más cercanas y enraizadas en el
territorio como los foros sociales continentales (Foro Social Europeo, Foro
Social de las Américas, Foro Social Africano), regionales (Foro Social
Mediterráneo, Foro Social Amazónico) o local (Foro Social Mundial en Madrid,
Foro Social Catalán), entre otros.
Las décadas del 80 y 90 mostraron múltiples acontecimientos propiciaron, por
un lado, el descenso de las luchas obreras y por otro, emergieran nuevas
formas de lucha política en el escenario nacional e internacional en oposición a
la política neoliberal, ejemplo de ellas son: Manifestaciones de masas de
sindicalistas, organizaciones comunitarias, ecologistas, de campesinos y
agricultores, estudiantes, feministas y muchas otras contra las clases
gobernantes, las multinacionales y los organismos financieros internacionales
que se realizaron en Seattle, Washington, Melbourne, Praga, Niza y entre otras
ciudades occidentales. Cientos de miles de campesinos en India se
organizaron para derrotar los intentos de las corporaciones biotecnológicas,
químicas y del agro-comercio basada en los EE.UU. y en Europa, que tratan de
apropiarse de variedades locales y de imponer el control monopólico de las
semillas.
Lo anterior también fue resultado de:
1. La caída del socialismo este europeo condujo a la unipolaridad bajo la
hegemonía de Estados Unidos.
2. Se impuso, en la mayoría de los países, la doctrina neoliberal lo que significó
la reducción de los estados en su expresión funcional y el dominio casi
absoluto del mercado en la dirección del desarrollo social.
3. Una creciente burocratización de la maquinaria estatal con sus
consecuencias negativas en términos de eficiencia socio-cultural, transparencia
política y democracia participativa.
4. Un proceso de creciente corrupción de los funcionarios estatales y sus
implicaciones para los procesos de legitimación y gobernabilidad.
5. Los partidos políticos de izquierda perdieron su capacidad de ofrecer
Programas alternativos de desarrollo, desplazándose hacia posiciones más
conservadoras y en algunos casos adoptando posiciones contrarias a los
objetivos que anteriormente se proponían, con ello, perdió credibilidad esa
parte de los sectores más organizados de la sociedad civil.
6. Alcanzan mayor dinamismo las ONGs agrupadas en redes regionales,
internacionales y nacionales cuyas actividades pretenden ser complemento de
las acciones de los gobiernos en diversas y numerosas áreas de la estructura
social, dentro de ellas, alcanzan mayor resonancia las dedicadas a canalizar la
ayuda al desarrollo, en los países del tercer mundo, puesta en prácticas por las
naciones desarrolladas y con fondos donados por Naciones Unidas.
7. Crisis de liderazgo al interior de las naciones y la ausencia de un poder que
sirva de contrapeso a la hegemonía norteamericana en el espacio global.
8. Agudización extrema de los problemas globales y de las condiciones
económicas, sociales y culturales de grandes grupos poblacionales a escala
nacional e internacional.
9. Declaración y ejecución de “guerras preventivas,” “lucha contra el
terrorismo”, contra cualquier país que Estados Unidos considere amenaza sus
intereses.
10. Incapacidad conceptual y funcional de los Estados para enfrentar y
solucionar los problemas globales, tales como los ambientales, la miseria
estructural, las diferentes formas de discriminación, las migraciones, entre
otros.
11. Aparición de nuevas formas de dominación y saqueo de los países
subdesarrollados, por parte de los mega bancos y del control de los resultados
científicos tecnológicos, apoyadas por los grandes medios masivos de
comunicación con nuevas o retocadas consignas de progreso que no son más
que nuevas formas de configurar un mundo que responda a las necesidades de
las corporaciones transnacionales.

Las nuevas formas de cuestionar y combatir las acciones de los gobiernos y de


las grandes transnacionales produjeron, a nivel internacional, cambios
significativos en toda la estructura societal que permitió la configuración de un
nuevo sujeto de cambio que en un primer análisis muestra características
diferentes al sujeto de cambio de épocas precedentes y se resumen en lo
siguiente:
 Moviliza a los ciudadanos de los más diferentes credos filosóficos,
ideológicos, religiosos e incluso, políticos.
 Está formado, en su núcleo principal por jóvenes, sin excluir a sectores de la
clase media, profesionales, desempleados, minusválidos, minorías étnicas,
jóvenes de distintos niveles, grupos con diferentes orientaciones sexuales,
grupos femeninos, jubilados, pensionados, entre otros.
 Las denuncias se realizan en el campo de la política, de la economía, de los
derechos humanos, de la ecología y contra todo tipo de discriminación social.
 No tiene líderes visibles, por lo que no poseen dirección única.
 No tiene una estructura organizativa nacional o internacional. Se organizan a
partir de convocatorias coyunturales.
 Se manifiestan en lo fundamental contra las instituciones representativa del
modelo neoliberal, las guerras injustas, los crímenes de guerra, por la paz, la
conservación del medio ambiente, al mismo tiempo que reivindican las
necesidades de los sectores más preteridos de la sociedad. No así contra las
bases de una estructura económica que de forma objetiva genera dichas
tragedias sociales.
 No poseen un Programa de lucha de corto, mediano o largo plazo que
unifique todas las tendencias.

El auge y el dinamismo de este movimiento permiten destacar aspectos que


avizoran su tendencia a convertirse en verdaderos sujetos del cambio social,
dentro de los que se destacan:
 El mejoramiento del diseño programático de sus actividades.
 El entrenamiento de numerosos jóvenes en la organización y realización de
las movilizaciones convocadas.
 La búsqueda de nuevas formas de lucha contra el neoliberalismo y las
organizaciones financieras internacionales.
 El aumento de la conciencia social internacional y de cada país de la
necesidad del cambio de la estructura vigente y de los problemas que deben
ser enfrentados.
 El aumento de la solidaridad y la ayuda entre los pueblos.
 La concertación de alternativas a las propuestas de soluciones formuladas
por los estados, tanto en el plano regional o internacional
En torno a sus fortalezas en el tiempo existen diversos criterios como el de
Atilio Boron que los ve como una multitud de carácter efímero y pasajero. Para
él “una cosa es la multitud y otra la clase, que es una formación social
permanente. La multitud es un fenómeno por definición efímero, fugaz, a pesar
de lo cual algunos análisis profundamente equivocados de la Izquierda han
elevado a la multitud como la nueva fuerza que derribará al capitalismo… lo
que hemos visto en Latinoamérica son fenómenos multitudinarios que
derrumban gobiernos, pero, precisamente, por la debilidad constitutiva,
sociológica de la multitud, son incapaces de cambiar la historia...”
El criterio que sostiene este trabajo es que en la actualidad, la existencia de
ese tipo de organización se comprende a partir de la crisis de legitimidad en
que se encuentran los partidos políticos tradicionales, que incluye a los partidos
llamados marxistas y tiene en cuenta que el accionar de estos se dirige a la
búsqueda de mejoran sus condiciones de vida pero que no modifican el
sistema de dominación vigente y en ese sentido tampoco logran estructurar
una cohesión diferente a los actuales movimiento sociales.
Sin embargo, existen experiencias que indican la tendencia hacia otras formas
organizativas como las que se experimentan en Venezuela, Ecuador y Bolivia,
incluso en el primer caso, aun cuando le llaman partido, en él se agruparon
numerosas grupos de distintos signos y con objetivos diferentes, pero en los
que coincide la necesidad de transformar el estado rentístico petrolero, dicho
análisis se puede realizar también respecto a los movimientos que derrotaron a
las oligarquías en los otros dos países. En estos casos no se puede concluir
que sean multitudes, o una clase social tradicional, son agrupaciones
complejas que se encaminan con diversas formas, a la creación de una
sociedad diferente, que en las condiciones actuales no reproducen los
esquemas marxistas tradicionales.
La dimensión, la profundidad y la consecuencia de estos movimientos varían
según la región y el momento histórico. Algunas manifestaciones son
duraderas y en gran escala, otras son masivas y formadas por coaliciones
diversas, pero todas comparten una oposición común contra la dominación
neoliberal. En algunas regiones han ocurrido victorias políticas y económicas
significativas, que han permitido la acumulación de fuerzas y a la radicalización
de la lucha. En otras, olas de acción social masiva han sido seguidas por un
descenso y un reagrupamiento de fuerzas.
Al mismo tiempo, en todos los continentes, agricultores y campesinos,
organizaciones de consumidores y sindicalistas han combatido contra las
multinacionales, cortado carreteras, ocupado parlamentos y suministrado una
comprensión más profunda del papel del FMI y del Banco Mundial de lo que
hasta ahora ha existido en la historia.
Lo anterior muestra que lejos de disminuir la lucha contra el capital, esta se
amplia, diversifica y multiplica con nuevos actores sociales que abarcan un
amplio espectro de formas y de demandas e integran aquellas que por sí solas
no afectan al sistema de dominación imperante como las que lo reta y amenaza
su existencia; tales como fueron, el movimiento de los sin tierra en Brasil, el
movimiento zapatista en México, la guerrilla colombiana, el ascenso de
gobiernos nacionalistas y latinoamericanistas en Venezuela, Ecuador y Bolivia.
Así como, otros que enarbolan las banderas de reforma agraria, liberación
nacional y socialismo han servido como un núcleo de organización para una
buena parte de los movimientos urbanos, sindicalistas, religiosos radicales e
intelectuales. En síntesis, América Latina y el Caribe del Siglo XXI muestran la
capacidad de los movimientos sociales para transformarse en sujetos políticos,
capaces de transformar los sistemas de dominación, en especial las
estructuras políticas y generando nuevas formas de equidad social y cultural.
No obstante, este nuevo sujeto no logra construir opciones políticas,
sustentada en una pretendida autonomía en nombre de los intereses del
pueblo. Desde otra perspectiva debe de enfrentar diferentes retos tales como:
1. Su papel en la conformación de un nuevo gobierno en que se les presenta
dos alternativas; se integran a él sin conservar su autonomía o se mantienen
fuera de mismo y conservan su libertad de acción y de cómo participaran en las
nuevas formas de organización social.
2. Las posiciones a asumir frente a los planes de los gobiernos para erradicar
la pobreza
3. La configuración de un nuevo escenario geopolítico en las zonas de mayor
pobreza donde cohabitan, el crimen organizado, los estados y los movimientos
sociales.
4. Las estrategias para la transformación del sistema productivo y la
conservación y desarrollo de la producción autogestionada.
BIBLIOGRAFÍA
- ACANDA, J.L. (1997) Hablamos de reestructurar la hegemonía en
Cuba. Entrevista concedida a Milena Recio. Tesis de Grado,
Biblioteca Facultad de Comunicación Social, UH. La Habana
- ALARCÓN, R. (1998) Cuba y la lucha por la democracia. Revista
CONTRACORRIENTE. Año IV. No. 11/14. La Habana.
- ALVAREZ, B. (1997) Todo sistema se prueba cuando produce sus
propias alternativas. Entrevista concedida a Milena Recio. Tesis de
Grado, Biblioteca Facultad de Comunicación Social, UH. La Habana
- ARATO, A. Y COHEN, J. (1992) Civil society and political theory. MIT
Press. USA.
- AUNA (1999) Mesa-Diálogo entre las ONGs y la Comisión Europea
sobre Cuba. Formalización operativa sobre los principales temas
tratados. (Fotocopia). CID. AUNA. La Habana.
- AZAHARES, J. (1997) Hacia un estudio de las organizaciones no
gubernamentales. En Ciencias Políticas: Indagaciones desde Cuba.
Edit. Félix Varela, C. de La Habana.
- BLANCO, J. A. (1997) La unidad no se fabrica con una pistola en la
cabeza. Entrevista concedida a Milena Recio. Tesis de Grado,
Biblioteca Facultad de Comunicación Social, UH. La Habana.
- BORON, A. El dilema de los movimientos sociales, a organizar la

desorganización. Revista Punto Final No. 593. Buenos Aires.

Publicado el 10 de junio, 2005.


- CANTO, M. (1995) El nuevo papel de las Organizaciones Civiles.
- CASARES, F. (1998) Las ONGs en el momento actual. En: Las
Naciones Unidas al final del siglo: retos y líneas de acción. Editado
por el Servicio de Documentación y Difusión de la Asociación para las
Naciones Unidas. España.
- CASTRO, M. (1995) Relaciones entre el Estado y las ONGs en la
Aplicación de Fondos Sociales. Rev. POBREZA URBANA Y
DESARROLLO. Año 4. No.9. FICONG. Argentina.
- CASTRO RUZ, FIDEL (1983) Discurso en el III Aniversario del Ataque
al Palacio Presidencial. Universidad de La Habana, 13 de marzo de
1960. En: El Pensamiento de Fidel Castro. Tomo I. Volumen I. Editora
Política. La Habana.

Regresar al Índice
2.7- Caracterización General de la Sociedad Civil
Dr. Juan Azahares Espinal

El concepto de sociedad civil alcanza actualidad como resultado de múltiples


acontecimientos ocurridos en la arena internacional en las últimas dos
décadas, dentro de los que se destacan: la crisis del Estado benefactor, la
puesta en práctica de la política neoliberal a escala planetaria (que enfatiza en
la reducción de las funciones estatales y la ampliación del lugar y funciones del
mercado en especial y de la sociedad civil en general), el fracaso de las
dictaduras militares latinoamericanas, el derrumbe del socialismo en la Unión
Soviética y en los países del este de Europa, la crisis de las izquierdas
portadoras de una su visión radical de la transformación social.

Junto a estos hechos, apareció un amplio movimiento de viejos y nuevos


actores sociales, que comenzaron a luchar por demandas, que en unos casos
desbordan los marcos de las sociedades civiles nacionales y otros de
contenido más específico y de menor amplitud social, pero que en su conjunto
constituía y ocupaba una extensa área de la sociedad. Dentro de estos actores
se destacan los ecologistas, feministas, indígenas, refugiados, derechos
humanos, y otros que desde la acción colectiva organizada intentan alcanzar
sus objetivos distanciados del Estado y del mercado. Dentro de sus demandas,
lo clasista quedaba desdibujado, al incluir a todos los sectores sociales, al
mismo tiempo no lo desconoce, al constituir vías diferentes de cuestionar el
dominio del Estado burgués.

Junto a los factores señalados se produce un hecho contradictorio. El proceso


globalizador neoliberal actual, enlaza a las economías, la política, la cultural,
los valores y la vida social en general, por un lado y por otro lado las
sociedades civiles continúan siendo nacionales, aun cuando en estos
momentos ha comenzado un proceso de toma de conciencia sobre la
necesidad de una sociedad civil global incluso, se propone o se está
produciendo un dialogo inter sociedades civiles (Fung, 1995; p.15)

Dichos acontecimientos sirven de fundamento a la diversidad de enfoques y


visiones que, en el plano académico y político, se tienen sobre el concepto
sociedad civil. Se comenzó a reforzar la tendencia de ver a la sociedad civil
como el no Estado, como lo diferente de él, y en determinadas ocasiones como
su contrario. Ello explica el énfasis que algunos hacen en el aspecto
económico, mientras otros destacan la individualidad e independencia
institucional de lo civil, también están los que subrayan su contenido político,
por las condiciones institucionales, normativas, culturales, que posibilitan la
democracia en la sociedad.

No faltan quienes como Arato y Cohen (1992), establecen una correspondencia


directa entre el concepto de sociedad civil y el conjunto de prácticas e
instituciones que dentro de la sociedad dan cabida a la acción comunicativa, lo
cual tiene como base la teoría de Habermas (1989) que plantea dos planos de
dicha acción. El primero, relacionado con las instituciones y el conjunto de
derechos para la ciudadanía; el segundo, que representa a las distintas formas
de la acción colectiva que se expresa a través de movimientos sociales,
organizaciones civiles, agrupaciones informales, etc. con capacidad de influir
en la opinión pública. No obstante, el concepto se ha convertido en un referente
de identidad para numerosos actores sociales.

La pluralidad de formas en que se aborda esta temática exige de un análisis


más detenido del concepto desde una perspectiva histórica y lógica.

En el libro “La Ciencia Política Enfoque Sur desde la Revolución Cubana”


Thalia Fung ubica el nacimiento del concepto sociedad civil, “Con Aristóteles al
plantear el término de sociedad civil referida a la polis (ciudad) contentiva de la
sociedad doméstica; pero es Tomás de Aquino quien especifica que la
sociedad doméstica es “a su vez, de la sociedad civil o ciudad, lo cual es una
comunidad perfecta.

Otros autores reconocen que el concepto de sociedad civil apareció en el siglo


XVIII 24, cuando la clase burguesa luchaba por el poder político y por tanto, por
limitar el poder del Estado feudal, del que estaba excluida. Sin embargo,
cuando toma el poder estatal reorienta sus objetivos, al mismo tiempo, impelida
por la aparición organizada de la clase obrera, se plantea la forma de fortalecer

24 El hecho de que el concepto sea objeto de reflexión, a partir de ese siglo, de tratamiento en la teoría política y

filosófica da cuenta de la existencia anterior del fenómeno, aunque sus contornos y accionar no estuvieran
orgánicamente estructurados. Otros puntos de vista al respecto en Hobbes, 1940
su sistema de dominación como clase hegemónica, conformando dicha
hegemonía desde la sociedad civil, pero con los poderes que el Estado
burgués le proporcionaba.25

En cada uno de los pensadores de la ilustración europea se pueden observar


matices en sus análisis de la sociedad civil, ya sea el económico de Adams
Smith sobre la sociedad civil, en la que se incluye al individuo, en la búsqueda
del reconocimiento "que sólo podían alcanzar como resultado de sus éxitos
económicos", hasta las críticas que le realiza Hegel. Para él la sociedad civil se
presenta como un momento del desdoblamiento de la "sustancia ética", y a su
vez como el espacio de "satisfacción de la necesidad" y del "aseguramiento de
ella misma"26. De esta forma Hegel apunta hacia el ángulo ético de la sociedad
civil y al mismo tiempo la vincula con la familia y el Estado, al conformar todas
ellas en su conjunto dicha sustancia. Es decir, Hegel analiza la sociedad civil
como el vínculo de la familia con el Estado.

El criterio de Monal (1997), de que Marx y Engels no abandonaron el concepto


de sociedad civil, lo cual es evidente tanto, en sus obras tempranas como es
"La Sagrada Familia"(aún con el lenguaje hegeliano), donde expresa sus idea
sobre la emancipación humana, al considerar que esta se alcanza cuando "el
hombre individual... se apropie en si del ciudadano abstracto del Estado...y en
su vida empírica, en su trabajo particular, en sus relaciones individuales
devenga ser genérico... sólo entonces, cuando el hombre conozca y organice
sus "fuerzas propias" como fuerzas sociales y por eso no separe más de sí la
fuerza social en forma de fuerza política, sólo entonces se culminará la
emancipación humana (Marx y Engels, 1965; 174-194).

De esta forma, Marx expresa los momentos más abstractos del proceso de la
emancipación humana, proceso que se alcanza mediante la transformación del

25 Un análisis respecto a la aparición del concepto de Sociedad Civil se puede ver en Acanda, 1996, donde se
muestran los matices que va adquiriendo el concepto en diferentes épocas y los referentes a los cuales responde.
También ver Fung, 1997; Limia, 1999; Plain, 1997. La Enciclopedia Internacional de Ciencias Sociales (Sills, 1975)
contiene un compendio interpretativo sobre el concepto Sociedad Civil.
Resultan interesantes los trabajos de Elio Gallardo, en especial Notas sobre la Sociedad Civil (En: Revista Pasos No.
57. 1995.Costa Rica), en el que hace un análisis minucioso del concepto Sociedad Civil desde una óptica
latinoamericana, profundizando en las perspectivas marxista y gramsciana acerca del mismo.
26 Aquí Hegel analiza otros dos momentos de la sustancia ética, una la natural o familia y la otra como la sustancia

consciente de sí misma el Estado.


individuo genérico en un ente social en forma de "fuerza política", es decir, se
apropie del Estado.

Otro punto de vista se plantea en "La Ideología Alemana", Marx y Engels no


abandonan el concepto de sociedad civil, más bien desentrañan el elemento
clave, estructurador, del entramado social. Es evidente, que la categoría
relaciones materiales revela la esencia y contenido fundamental de la sociedad
civil, en tanto permite analizar los mecanismos del origen y existencia de las
desigualdades sociales y a su vez las formas de su superación. Es a partir de
la concepción materialista de la historia, expuesta en esta obra, que la ciencia
de la sociedad alcanza rango de cientificidad, al demostrar que la relación
material de cada época histórica determina la superestructura que se erige
sobre ella y por tanto determina las relaciones de dominio y subordinación en
las condiciones de la sociedad burguesa.

El concepto no fue abandonado y ello se hace evidente en el uso que de él se


hace en las obras más tardías6, por supuesto, que en estas obras ya el
concepto de sociedad civil no tenía la misma connotación anterior, aunque
continuó siendo vista como el no Estado. Es decir, tanto la idea clásica de
sociedad civil como sus críticos, evidencian la distinción que hacen entre
sociedad civil y Estado; ¿contraposición?, ¿complemento?, o ¿identidad?

Como continuación del pensamiento marxista, es Antonio Gramsci quien


retoma el concepto para la comprensión dicotómica de estos dos polos de la
sociedad moderna. Para el comunista italiano la sociedad civil es entendida
como "el espacio donde se producen y difunden las representaciones
ideológicas" (Acanda, 1997; 16), de ahí que sea el componente esencial de la
hegemonía. Esta comprensión sistémica integra ambos polos en un todo que
se encuentran interconectados, y mutuamente condicionados. Gramsci explicita

6
Par continuar el análisis del concepto en obras posteriores de Marx y Engels consultar: Marx,
Carlos. Carta a Annenkov, 28 de diciembre de 1846. Obras escogidas en dos tomos. Editorial
Literatura Política del Estado. Moscú, 1955, T-1, pp.531-542. Ver: C. Marx. La guerra civil en
Francia. C. Marx y F. Engels. Obras escogidas en tres tomos. Editorial Progreso, Moscú, 1976, T-
II, pp. 188-259. Asimismo Engels utiliza el término en una de sus obras tardías, “L. Feuerbach y
el Fin de la Filosofía Clásica Alemana”.
su crítica a la concepción del "Estado gendarme", aquel cuyas funciones están
limitadas a la tutela del orden público y del respeto de las leyes, "ignorando
que... en esta forma de régimen (que por otro lado no existió jamás sino como
hipótesis límite, en el papel) la dirección del desarrollo histórico pertenece a las
fuerzas privadas, a la sociedad civil, que es también Estado, o mejor, que es el
Estado mismo" (Gramsci, 1973; 164). Lo que sintetiza su comprensión del
Estado como resultado de su interacción con la sociedad civil, en la cual
ninguno es reducible al otro, de hecho, la distinción entre ambos no es orgánica
sino tan sólo metódica (Gramsci,1962;54). Es evidente que no se está
identificando a una con el otro, sino que se subraya su unidad dialéctica
entendida como mutuo condicionamiento y exclusión recíproca.

La nueva realidad ha impuesto la reflexión sobre el concepto con referentes


diferentes a los que le dieron origen. Dicha discusión adquiere, en ocasiones,
matices contrapuestos en autores reconocidos por sus aportes a la teoría
sociológica y política. Una parte de ellos, mantiene la idea de la sociedad civil
como lo opuesto al Estado, al considerar que la sociedad civil "expresa en
primer lugar el rechazo a los gobiernos militares latinoamericano; pero con
mayor significación, al vínculo con los derechos humanos y, ante todo «el
derecho a tener derecho»". (Lechner, 1991;15).

Otros, la analizan como proveedora de “las bases para la legitimación del poder
estatal y, por supuesto para el control del Estado por la sociedad, así como
para las instituciones políticas democráticas, como los medios más efectivos
para el ejercicio de ese control”. (Huntington, 1984;204).

Una tendencia que asume el concepto con más amplitud es la que considera
que, "la sociedad civil constituye el ámbito, el entramado en que cobran vida y
se desarrollan las instituciones y las asociaciones sociales (García y Blas
Guerrero, 1986; 163-166), que carecen de autoridad política (Davidson, 1985;
44-45), la cual se objetiva en el Estado; concibiéndose también en ella los
vínculos entre los sujetos, instituciones y asociaciones y entre estos y la
sociedad política. (Fung, 1996; 45).

Están los que ponen el énfasis en lo privado de esta esfera de la realidad y de


su carácter independiente, al señalar que "la sociedad civil es aquella esfera
históricamente constituida de derechos individuales, libertades y asociaciones
voluntarias, cuya autonomía y competición mutua en la persecución de sus
intereses e intenciones privadas quedan garantizadas por una institución
pública llamada Estado, la cual se abstiene de intervenir políticamente en la
vida interna de dicho ámbito de motivaciones humanas". (Giner, 1987;6).

En la actualidad, se va abriendo paso la comprensión de que "la sociedad civil


no se puede analizar fuera del binomio que forma con el Estado, o de la
ecuación que ambos integran" (Fung 1996, 45); ni de la relación de
complementariedad existente entre el estado y la sociedad civil, los cuales no
resultan excluyentes, sino que el desarrollo de uno presupone el
correspondiente desarrollo del otro (Hinkelammert, 1991;100-101); al igual que
resulta una creencia generalizada que la sociedad civil no existe
independientemente de la actividad política, ni podría continuar sin el Estado
(Davidson, 1985, 44-45).

En síntesis, los factores diferenciadores entre el Estado y la sociedad civil se


corresponden con los roles que cada uno desempeña en el entramado social.
La sociedad civil no ejerce el gobierno, no forma parte de la estructura
administrativa, ni de la instrumentalización ejecutiva de las disposiciones
estatales. Sin embargo, es en ella donde las mismas se concretan y cobran
vida, es el ámbito desde el cual se le apoya, critica, o se intenta destruir.

Son las relaciones capitalistas de mercado las que muestran de manera


evidente la imagen de una separación entre sociedad civil y Estado, y dieron
lugar a la distinción entre lo público y lo privado. Pero si el Estado era el
elemento constitutivo de lo público, no lo era menos la sociedad civil, (Acanda,
1997;10). De esta forma y sin pretender una solución definitiva en la secular
discusión entre lo público y lo privado; se produce la trascendencia de la
sociedad civil en lo público cuando influye, condiciona o limita la actividad del
Estado, y a su vez, cuando el Estado interviene en los asuntos privados desde
lo público, en tanto regula, controla o impulsa la actividad privada.7

7
Para ampliar el análisis sobre lo público y lo privado ver Bobbio, 1989 donde él enfoca la relación desde
el ángulo político, con énfasis en lo jurídico. También se puede consultar los trabajos de Fung referidos
a la sociedad civil.
La sociedad civil tiene un carácter histórico- sin negar el valor teórico-
metodológico de su conceptualización- su delimitación conceptual surge como
una necesidad de las relaciones de producción capitalistas y del Estado
burgués y junto a ellos, ha evolucionado de forma tal que, si se toman los
elementos dinamizadores de ella en el siglo XVIII, luego los del XIX y los del
XX, hasta la actualidad, se pueden apreciar los cambios que se han producido
en la sociedad civil del sistema capitalista.

En los finales del siglo XVII y en el XVIII cuando el mercado como núcleo
estructurador de las relaciones capitalistas de producción emergía sobre las
ruinas de la sociedad feudal, y el hombre como individuo era substantivado en
provecho de la concentración y centralización de la propiedad privada, otros
elementos de la sociedad civil, como la familia y las asociaciones, no eran
tomados en cuenta como consustanciales de la misma.

En los siglos XIX y XX, cuando el proletariado se organiza como clase en


movimientos y sindicatos- retando al sistema político existente- el foco de
atención sobre la sociedad civil, en general se pierde, sin que la politología
burguesa abandonara la concepción liberal del término. La burguesía y sus
teóricos centran la atención en los métodos y medios de frenar, deformar, diluir
el despliegue y consolidación de su contradictor: el proletariado, el cual posee,
tanto la fundamentación teórica de sus objetivos clasistas, como que se
propone un modelo de sociedad que estructurara su funcionamiento sobre la
base de la propiedad social. Desde éste y otros ángulos la burguesía ha ido
recomponiendo su hegemonía.

Un análisis más detallado del referente histórico evidencia, que en la mayoría


de las naciones que se estructuraron teniendo como centro el mercado, al
interior de cada una de ellas la dicotomía sociedad civil-Estado, adquiere los
matices, la beligerancia, y las identidades que determinan sus respectivos
contextos, El comportamiento interactivo de la sociedad civil en los países
desarrollados, no es el mismo que el que se produce en los países
subdesarrollados, pues sus intereses y demandas responden a contextos
socio-económicos diferentes.
Un punto de vista es que, la interacción entre la sociedad civil y el Estado no
transcurre, ni se produce como un proceso en el que se vinculan dos bloques
que se contaminan uno a otro simultánea y totalmente; todo lo contrario. Al
penetrar en las peculiaridades de las relaciones de los elementos que lo
integran y de sus relaciones particulares con el sistema opuesto, tanto con el
sistema en su conjunto como con los elementos a él asociados, evidencia que
la interconexión entre ambos macrosistemas alcanza un alto grado de
complejidad. Lo expuesto se evidencia al analizar cualquier elemento de la
sociedad civil, por ejemplo, la familia, las asociaciones, el mercado en sus
relaciones con el gobierno y los partidos en el poder. La forma en que cada uno
interactúa con el otro depende a su vez de múltiples factores, que van desde
los condicionamientos históricos, hasta las necesidades y prioridades del
momento y que cada uno de ellos asume de manera diferente, al pasar por la
subjetividad de los sujetos que concretan la relación.

Lo expresado permite comprender que, hacer un corte radical y diferenciador


entre la sociedad civil y el Estado haría imposible el análisis de ambos
conceptos, puesto que no existe Estado que no integre a la sociedad civil y
ésta supone al Estado, en tanto intenta diferenciarse de él. Un análisis de la
sociedad civil exige conocer el entramado de relaciones a través de las cuales
ella se conecta, se identifica y diferencia del Estado, teniendo en cuenta que, él
ejerce el poder sobre toda la sociedad y desde la sociedad civil en particular,
conforma tanto el consenso como la dominación. Sin embargo, "la sociedad
civil no puede ser percibida exclusivamente como el lugar de enraizamiento del
sistema hegemónico de la dominación, sino también como el espacio desde
donde se le desafía". (Acanda, 1997; 17).

Por tanto, se entiende la sociedad civil como la esfera de la sociedad en la que


se estructuran y funcionan un sistema de necesidades, intereses, aspiraciones
de índole diversa, de individuos, grupos, sectores o clases sociales,
institucionalizadas o no en organizaciones, clubes, movimientos, y otros., que
establecen relaciones múltiples y diversas con la sociedad en general, con el
Estado y entre ellas mismas.
Una aproximación al estudio del sistema de relaciones existente en la sociedad
civil, puede comenzar con el análisis de dos concepciones que se destacan por
los estudiosos contemporáneos sobre el tema y que permiten profundizar y
ampliar las visiones clásicas del término.

 La primera, destaca a la sociedad civil como el escenario legítimo de


confrontación de aspiraciones, deseos, objetivos, imágenes, creencias,
identidades, proyectos, que expresan la diversidad constituyente de lo
social; por otro lado, considera que la idea de sociedad civil,
convenientemente reelaborada, puede funcionar como un momento
importante de una reflexión crítica sobre la sociedad, y se añade, "es en la
sociedad civil donde se estructuran las relaciones de poder, donde se
desarrolla el proceso de formación de la voluntad colectiva". (Acanda, 1997;
18-20).

 La segunda, enfoca a la sociedad civil desde el ángulo de su composición


institucional, al considerar que el ámbito de la sociedad civil es el de las
instituciones; comprendidas estas como un conjunto cristalizador de las
relaciones sociales, la sociedad es una organización asociativa, donde los
poderes públicos no suelen exigir más requisitos que el dotar a las
asociaciones de personalidad jurídica. (García y Blas Guerrero, 1986;165).

En cuanto a la primera se considera que no sólo es el espacio de confrontación


de la subjetividad, individual o colectiva, sino también, el espacio de su
conformación y proyección. En tanto escenario de incorporación de la realidad
inmediata y de su transformación. Sin embargo, las aspiraciones, imágenes,
etc., en el proceso de objetivación toman cuerpo, se institucionalizan en
estructuras que sirven de vehículo para la síntesis, la generalización y puesta
en práctica de dichas subjetividades.

El debate en torno a la composición institucional, subyace desde la aparición


del término y lo acompaña hasta la actualidad, sobre todo, el referido a la
familia, los partidos políticos, el mercado y la iglesia. Hegel se oponía a la
inclusión de la familia dentro de la sociedad civil, al considerar que “el conflicto
de intereses que para él representaba la sociedad civil no abarca igualmente a
la familia” (Hegel, 1968; 462-470). Otros autores contemporáneos también la
excluyen, apoyándose en que el carácter privado de la familia nada tiene que
ver con la esfera pública, al considerar “a la sociedad civil como un intermedio
entre lo público y lo privado” (Diamond, 1995; 48). Autores de filiación católica
la sitúan fuera de la sociedad civil al considerarla en la esfera privada. (Valdés
y Estrella, 1994; 15).

En sentido contrario a lo expuesto y apoyándose en una concepción marxista,


está la idea que considera que "la familia interviene de forma decisiva en la
reproducción material y espiritual de la sociedad y, por ende, en el proceso de
socialización, particularmente de socialización política, es posible afirmar que la
familia si constituye un elemento de la sociedad civil, que puede contribuir a
una de las principales funciones que se le atribuyen: proveer las bases para el
ejercicio democrático de los ciudadanos". (Plain, 1997; 51).

En relación a los partidos políticos, las opiniones son también divergentes, lo


cual se sintetiza en el siguiente criterio, "los partidos políticos son incluidos por
algunos especialistas en la sociedad civil cuando no son gobernantes- aunque
la mayoría opta por considerarlos como mediadores entre el Estado y la
sociedad civil, algunos politólogos identifican a los partidos políticos con la
sociedad política” (Bobbio, 1989; 43). Por supuesto, un partido político en el
poder no integra la sociedad civil, participa en las funciones de gobierno,
incluso puede asumir el carácter de director del Estado. Podría preguntarse
entonces, ¿son las funciones que desempeña las que determinan la ubicación
o no de un organismo en el Estado o en la sociedad civil? (Cristóbal, 1994; 3).
Para Fung no es el único elemento determinante, sí asume un peso de especial
importancia la posición en que se encuentra en un momento histórico concreto.
(Fung, 1996; 23).

Respecto al mercado se presentan igualmente visiones contrapuestas, para


unos "el mercado privado corresponde propiamente al seno de la sociedad
civil". (Fung, 1996; 25). Otros lo excluyen de la sociedad civil como ente aparte.

El análisis clasista es un ángulo del problema, que en ocasiones se soslaya o


se supone diluido en otros elementos de la sociedad civil, también existen los
que rechazan el concepto por considerar que éste vela la visión de las clases
sociales.
La concepción clasista de la sociedad civil está presente en Marx 8, sustraerla
de ella sería un error teórico y práctico. Si se toma como punto de partida el
hecho de que, el sentido peculiar y determinante de las estructuras y funciones
de la sociedad civil consisten en estar condicionadas por los intereses
clasistas, es decir, políticos. Por otro lado, en la actualidad el análisis del
concepto y su condicionamiento clasista se convierte en una necesidad teórica
y práctica, reforzada por los cambios que se han producido en el objeto de
reflexión y en especial por la cohesión que a todas las escalas ha alcanzado la
burguesía al calor de los "éxitos" de la política neoliberal, y que su dominación
haya calado con mayor fuerza y más profundamente en el ámbito de la
ideología de la clases trabajadoras y en general de toda la sociedad. Lo cual no
elimina sus contradicciones seculares; a lo cual se le añade que en la
politología burguesa, en general, se soslaya su contenido clasista, y cuando lo
hace este queda enmascarado por otros factores de la vida social.

Por otra parte, la clase obrera y el campesinado aún cuando han perdido
protagonismo y determinación en todas las esferas de la vida social, en
especial en la económica y en la política, y en general se han atomizado,
fragmentado a escala nacional y planetaria, comienza a dar muestras del
agravamiento de sus contradicciones con el capital. Esto evidencia, que no
obstante la objetividad de estos hechos, el grado de conflictividad entre los
intereses de clases continúa siendo un factor determinante de la sociedad civil,
aunque la estructuración e institucionalización de esos intereses se presenten a
través de sujetos y objetivos diferentes, y todavía no alcancen en la actualidad
la relevancia que poseían en décadas pasadas.9

Las posiciones en cuanto a las ONGs son más coincidentes y consensuadas.


Dichas entidades conformarían medios de comunicación e interacción social,
ellas expresan la diversidad de intereses sociales que trascienden lo

8
En la carta de Marx a Annenkov del 28 de diciembre de 1846, se explica el componente clasista de la
sociedad civil.
9
La recopilación de Barners, 2000 se muestra la doble tendencia del movimiento obrero y campesino
actual, en Estados Unidos y en otros países. Una es el intento sistemático de desmembrar sus
estructuras y de atomizar sus acciones de clase por parte de las empresas y por otro, cómo durante la
última década, el
movimiento obrero se ha ido reordenando y reformulando sus objetivos de acuerdo a las nuevas
condiciones históricas.
económico y lo político y las ubican en la sociedad civil con independencia de
la posición que ocupen respecto al Estado. Dentro de dichos intereses se
destacan los humanitarios, científicos, ecológicos, culturales, etc., que por vías
varias incrementa y perfecciona el caudal humano de la sociedad en su
conjunto. Lo dicho no desconoce la existencia de entidades que, bajo la
denominación de no gubernamental, poseen objetivos contrarios a los antes
expuestos, como son los actuales grupos fundamentalistas, xenófobos, y otros
de igual o similar corte que proliferan en el mundo actual.

En síntesis, se afirma que ambos enfoques, centrados, uno en las relaciones


intersubjetivas y el otro en lo institucional, sintetizan otros criterios de corte
más operacional o coyuntural. De ello se desprenden otros aspectos para el
análisis de la sociedad civil, lo primero que se observa es su
complementariedad, en tanto toda la subjetividad trascendental asume formas
peculiares de instrumentación para su objetivación social ya sea en
asociaciones, clubes, escuela, iglesia, familia o mercado, y al mismo tiempo,
necesita representatividad en su interacción con su otredad.

El elemento estructurador de toda asociación se asienta en aspiraciones,


objetivos, proyectos, intereses, etc., que le sirven de aglutinador a individuos,
grupos, clases o movimientos sociales, le dan cohesión y le permiten confirmar,
negar o transformar el Estado con el que interactúa. No se trata de subsumir
uno en lo otro, sino de comprender que existen como una unidad que se
expresa de manera diferente, pero que coexisten condicionadamente. No
obstante, se reconoce que, una puede alcanzar, en un momento dado mayor
prevalencia que la otra, en dependencia de los condicionamientos internos y
externos. "Ello demanda un análisis: a) histórico de la sociedad en cuestión, b)
el examen constante de la variabilidad situacional de los integrantes de la
sociedad civil y de sus relaciones intra y extra subconjunto. (Fung, 1997;21).

La comprensión del condicionamiento histórico de la sociedad civil hace perder


fuerza a la disputa sobre los elementos que la integran. El análisis cobra
sentido cuando se vincula a sus referentes reales, a los contornos y
proyecciones del todo social, las interacciones que se establecen entre los ejes
que estructuran y dinamizan la sociedad civil y el Estado. El análisis del
comportamiento histórico antes mencionado pone de manifiesto que, en el
decursar de la sociedad burguesa, el mercado ha sido un componente clave
para el desarrollo de la sociedad civil y del Estado, en tanto otros elementos
han ejercido una función de complementariedad de la sociedad en su conjunto.
Sin embargo, este comportamiento factorial de la sociedad civil en el sistema
político burgués se modifica con las transformaciones del Estado y en especial,
en el proceso de instauración de un sistema socialista, que descansa en
presupuestos económicos, políticos, culturales, sociales, éticos y filosóficos
diferentes.

A finales del siglo XX, el concepto de sociedad civil ha alcanzado un alto grado
de politización, o de manipulación política. En la actualidad, los centros de
poder mundial tratan de convertir a la sociedad civil en un instrumento político,
el cual utilizan en varias direcciones:

 Congruente con la política neoliberal diseñada para los países


subdesarrollados, que recomienda la reducción del Estado y la ampliación
de la sociedad civil, en especial la apertura del mercado para facilitar la
inversión privada, con la consecuente dominación de las economías
nacionales, por las grandes corporaciones transnacionales, lo que no es
más que una nueva escala de la dominación del capital transnacional; por
un lado, dirigida a la máxima privatización de las áreas económicas y los
servicios sociales básicos, mientras que por otro lado, se intenta la
desintegración de los sindicatos mediante la pérdida de su cohesión,
identidad y beligerancia frente al capital; a su vez, las asociaciones
voluntarias u ONGs, se convierten en instrumentos o canales para la
distribución de la Ayuda Oficial del Estado para paliar la creciente pobreza
material y espiritual de las sociedades. En este sentido, la sociedad civil de
cada país queda lastrada, anulada y sin capacidad de respuesta, por el
peso adquirido por uno de sus componentes: el mercado. Aunque en el
discurso político no se mencione dicho fenómeno.

 Estímulo, ayuda material y espiritual a cualquier elemento de la sociedad


civil contradictor de los sistemas políticos socialistas o que no se someten a
los grandes centros de poder mundial, proyectos para fortalecer la sociedad
civil en estos países y a partir de ella derrotar, o cambiar por "medios
pacíficos" los sistemas políticos correspondientes.

En síntesis, el poder trasnacional trata de culminar el proceso de


desintegración de las clases revolucionarias, que ponen en peligro la
configuración actual de la sociedad burguesa, por medio de la puesta en
práctica de una reducción sensible de las funciones reguladoras del mercado y
asistenciales de la sociedad en general por parte del Estado, quedando éste
reducido a su función coercitiva y con los mismos objetivos profundizar y
diseminar, mediante sus medios de comunicación, la cultura del consumo,
entendida como “bienestar” y “progreso” y que sólo se puede alcanzar
mediante la acción individual de sus miembros. En esta última perspectiva se
desarrollan las ONGs en los países capitalistas.

El análisis del concepto de sociedad civil en sus aspectos más generales


permite adentrarse en la profundización del estudio de uno de sus elementos
constituyente: Las Organizaciones No Gubernamentales.

El concepto de Organización no Gubernamental

El tema de las ONGs ha estado velado por un concepto de mayor amplitud,


como es el de sociedad civil, 10 en las discusiones académicas y políticas entre
politólogos, cientistas sociales y representantes de dichas entidades. Además,
en el contexto mundial, incluido el cubano, cuando se habla de sociedad civil ya
sea en referencia a la sociedad política, o en su sentido movilizativo, o en el de
ampliación y profundización de la democrática, subyace, en el discurso político
y en la teoría, que la atención especial se hace sobre las ONGs.

En la actualidad, el grado de politización de que ha sido objeto el término de


ONG, es también un factor que ha desviado el análisis de sus objetivos, papel y
lugar dentro de los diferentes contextos sociales. Acerca del concepto de ONG
no existe consenso en ningún nivel de discusión académica o política acerca
de su contenido, funciones, fines, u origen. Se aceptan teniendo como
referente fundamental el de no formar parte de la estructura gubernamental y,
que intentan distanciarse del Estado, del mercado y que no tienen fines
lucrativos. Además, el concepto es utilizado por todo el espectro social, político,
económico, financiero, religioso y académico con los más amplios y variados
matices.

En las últimas décadas, la utilización de algunas de estas entidades como


instrumento político27por parte de las grandes potencias occidentales y en
especial por Estados Unidos, reforzó el recelo con que las mismas han sido
percibidas en los últimos tiempos por los elementos de la sociedad civil;
mientras que la lucha de otras ONGs por los derechos humanos, contra la
guerra, etc., ha propiciado la desconfianza y hasta el rechazo que ellas
generan en los Estados; fortaleciéndose con ello su naturaleza no
gubernamental y en ocasiones anti gubernamental. Se añade a lo anterior, la
visión que del Estado tienen algunas ONGs, que potencian su accionar a partir
de dos consideraciones fundamentales:

 El "Estado benefactor" se ha convertido en un "Estado desertor", sobre todo


de sus funciones reguladoras del mercado y de su papel en la redistribución
de la riqueza social.

 Como consecuencia de lo anterior, las ONGs se consideran alternativas


válidas para asumir la responsabilidad de conducir el desarrollo social,
tomando distancia del Estado y del mercado.

El surgimiento de las Organizaciones No Gubernamentales como un tipo


específico de actividad social se gesta junto a la configuración de la sociedad
civil de la formación capitalista. En la medida que el Estado moderno se fue
estructurando, alcanzaba mayor nitidez la sociedad civil correspondiente.
Desde los inicios de la modernidad, sobre este proceso, abundan referencias
de la existencia de asociaciones confesionales, profesionales, económicas,
etc., que no realizaban actividad estatal, ni poseían fines lucrativos, algunas
adquieren relevancia internacional en la segunda mitad del siglo XIX, dentro de
ellas Naciones Unidas reconoce a la "Asociación Internacional de
Trabajadores" de 1864 y a la Cruz Roja Internacional por sólo citar dos

27
ver Declercq,1995;9 en el que revela cómo los servicios secretos franceses utilizan a una ONG para
realizar actividades clandestinas en sus ex colonias. En América Latina, se puede recordar el papel
jugado por los "Cuerpos de Paz" en la década del 60´ como contra insurgente del movimiento
revolucionario.
ejemplos, las cuales desarrollaban actividades coincidentes con los objetivos y
funciones que servirían de base para la creación de la sociedad de naciones.

El término de Organización No Gubernamental fue introducido por Naciones


Unidas en el año de 1946, para definir a “cualquier organización internacional
que no haya sido creada por un acuerdo entre gobiernos”. (Osmañezyk,
1976;41), para la relación con ellas. La Asamblea General, “recomendó al
Consejo Económico Social (ECOSOC), sobre la base del Artículo 71 de la
Carta de Naciones Unidas, la elaboración de procedimientos de cooperación de
carácter consultivo” con varias organizaciones internacionales.(Osmañezyk,
1976;42). ECOSOC creó un Comité Especial para este asunto, y a propuesta
de éste, aprobó en 1971 un documento denominado: “Disposiciones sobre la
consulta con las ONGs”,28donde quedan instituidos los principios reguladores
de la relación entre las Naciones Unidas y las ONGs.

Los principios son los siguientes:

 La organización deberá ocuparse de asuntos que sean de la competencia


de ECOSOC y estén dentro de su campo de trabajo.

 Las finalidades de la organización deberán ser conforme al espíritu, los


propósitos y los principios de la Carta de las Naciones Unidas.

 Las ONGs no deben tener fines de lucro, haber formulado un programa


reconocido y disponer de los medios para lograr sus propósitos.
(Osmañezyk, 1976;45).

En la formulación de estos principios no debe excluirse el contexto histórico en


que se aprueba, marcado por la confrontación ideológica y política que
caracterizaba las relaciones internacionales, en especial entre el socialismo y el
28
En la Resolución 1996/31 del Consejo Económico Social, se amplía el reconocimiento a las
organizaciones regionales y nacionales cuyos objetivos se enmarquen dentro de los objetivos de las
Naciones Unidas. Además se delimitan otros principios para que una organización se considere por
Naciones Unidas como no gubernamental y pueda adquirir el estatuto de consultiva de ese máximo
órgano. Para aceptar una organización con carácter consultivo se deberá: previamente consultar con el
Estado miembro interesado. La organización deberá tener una sede establecida y contar con un jefe
administrativo. Deberá tener una Constitución adoptada de forma democrática. Se considera ONG a las
que "acepten miembros designados por las autoridades gubernamentales, siempre que la existencia de
tales miembros no coarte la libre expresión de las opiniones de la organización. Toda contribución
financiera u otra ayuda, directa o indirecta, de un gobierno a la organización se deberá declarar
abiertamente al comité por intermedio del Secretario General.
capitalismo, auge de la lucha anticolonial y del movimiento por la democracia a
escala mundial, todo lo cual ejerció su influencia para que los mismos fueran
aprobado.

De los principios establecidos por Naciones Unidas pueden derivarse diversas


interpretaciones y percepciones acerca de las ONGs. Sin embargo, se pueden
destacar algunas de ellas como son:

 La concepción de Naciones Unidas está referida sólo a las organizaciones,


internacionales, regionales y nacionales, creadas al margen de acuerdos
entre gobiernos o por gobiernos donde ellas se establecen, cuyos objetivos
sean coincidentes con los del organismo mundial es decir, no se refiere a la
diversidad de organizaciones no creadas por gobierno, y que existían antes
de que fueran denominadas como tal, pero que sus objetivos no se
encuentran dentro de los considerados por dicha entidad global.

 Naciones Unidas reconoce la existencia de organizaciones, asociaciones y


otras que no se denominan no gubernamentales antes de 1946, y que
comienzan a hacerlo a partir de la definición dada por ellas. O sea, que la
existencia de las mismas no obedecía a la formulación antes dicha, sino
que respondían a las necesidades del escenario internacional y nacional
donde actuaban.

El carácter funcional de la concepción de ONGs, se aprecia en los principios


determinados por Naciones Unidas, al exigir por un lado la coincidencia de
objetivos, principios y espíritu entre las ONGs y las Naciones Unidas y por otro,
se basa en la necesidad de ampliar su marco de relaciones, con
organizaciones internacionales, regionales y nacionales, que habían probado y
adquirido suficiente experiencia y capacidad de acción en el logro de sus
objetivos y, al mismo tiempo, establece un nuevo canal de comunicaciones al
interior de la sociedad civil de cada país. Sin que ello signifique abandonar su
objetivo de fortalecer las relaciones con los gobiernos.

El carácter estructural de la definición se evidencia por su sentido diferenciador,


al hacer la distinción entre lo gubernamental y lo no gubernamental. De hecho
hay un reconocimiento de la complejidad de la sociedad, que no se reduce a la
estructura de gobierno, sino que incluye a un sector que no forma parte del
mismo, y actúa, como tendencia, en función del bienestar social, tanto en los
países donde radican, como en otros países.

La definición por sí misma no tiene un carácter político, no obedece a un


criterio antigubernamental o intento de desconocer a los gobiernos. Más bien,
intenta perfeccionar y ampliar el funcionamiento de las Naciones Unidas, como
organización supranacional, con la experiencia de entidades, que actúan
directamente con los problemas concretos que se afrontan e intentan resolver
en diferentes países y a escala mundial, como lo es la pobreza, la solidaridad,
entre otros.

Las ONGs no se pueden definir exclusivamente a partir del significado


gramatical de cada uno de los términos que conforman el concepto, pues ellos
no agotan su especificidad cualitativa, ni explican sus funciones. Lo de "no
gubernamental" se reduce a una distinción estructural dentro de la sociedad, y
en especial, intenta diferenciarlas del Estado y de la estructura económica y
ubicarla dentro de la sociedad civil. Sin embargo, es en este rasgo del concepto
donde con mayor frecuencia se produce la manipulación política del mismo.

Desde otro ángulo se puede añadir que, dentro de los sistemas sociales,
existen otros elementos que no son gubernamentales y que no poseen una
estructura organizativa, ni funciones que los caracterice y acredite como tal, es
el caso de la familia, las comunidades históricamente formadas, los grupos
etnoculturales, etc.

También se intenta definir a las ONGs por los requisitos que desde el punto de
vista legal quedan establecidos por los organismos internacionales rectores de
la política de convivencia pacífica y de cooperación entre las naciones. Uno de
estos requisitos es el de “no ser creados por los Estados” éste puede ser
analizado desde diferentes ángulos:

 En la actualidad, bajo las condiciones de la política neoliberal, la tendencia


prevaleciente es a la reducción del Estado a los aspectos estrictamente
políticos y coercitivos, y al mismo tiempo la de crear o apoyar con los
fondos de compensación social a las ONGs dedicadas a la asistencia social
en sus diversas manifestaciones. Con ello, entre otros factores, los Estados
intentan conservar su imagen democrática y electoral y responsabilizar a las
ONGs por las insuficiencias que pudiera generar la inexperiencia de dichas
entidades en la ejecución y resultados de los proyectos en ocasiones, los
gobiernos convierten a estas entidades en oficinas de proyectos y de
ejecución de programas gubernamentales.29

 Desde el ángulo de las ONGs, ellas surgen de las más diversas


necesidades, inquietudes, concepciones, formas de ver y apreciar la
realidad, insatisfacciones, búsqueda de soluciones a las demandas
sociales, etc., que no entran de manera especial en el ámbito de actividad
del Estado o como resultado de las insuficiencias de este.

 También surgen como resultado de la asociación libre y consensual de


individuos con intereses comunes.

Otra condición que se le exige a este tipo de organizaciones es la de


“autofinanciarse”, cuestión ésta de importancia significativa para todo tipo de
entidad que pretenda ser independiente. Sin embargo, se produce la paradoja
de que los recursos requeridos para el mantenimiento de sus estructuras
proceden de sus miembros, pero dichos recursos no cubren los gastos, en la
mayoría de los casos, para cumplir los objetivos y acciones que realiza la
organización, por lo que la diferencia debe buscarse en sus respectivos
gobiernos o en empresas privadas que los facilitan como ayuda a la
cooperación y el comercio. Lo dicho, constituye una amenaza para la
independencia de estas organizaciones, pues como plantea Pierre Galand de
la OXFAM de Bélgica, "ya en la actualidad el Estado asume la capacidad de
decidir sobre las prioridades de la cooperación que deben cumplir las ONGs,
incluso, induciéndolas a cumplir tareas que son responsabilidad de los
Estados".

El análisis del financiamiento propio revela diversos ángulos conflictivos del


problema, asociados a los mecanismos para adquirir los fondos y, a factores de
índole subjetiva, que se derivan de la contradicción entre el propósito

29
Ver Pierre Galand, 1993, quien fuera dirigente de Oxfam-Bélgica. En este documento hace una
valoración crítica de algunas formas de relacionarse las ONGs con el Estado.
humanitario de la organización y el mecanismo empresarial que se utilice para
obtener los fondos. "La autogestión, mediante empresas productivas se mira
como algo marcadamente empresarial (lo cual se puede ver como una traición
a la misión institucional) y la búsqueda de recursos a través de fuentes locales
y del estímulo a la filantropía, se mira como algo propio de los grupos de
caridad y quizás de los pordioseros”. (Blanco, 1994; 17).

La demanda del autofinanciamiento se ha intentado reducir a los marcos de la


sociedad civil, pero la realidad ha mostrado que dentro de ella, el sector más
poderoso económicamente no está interesado, en general, en los programas
de las ONGs, y cuando se interesan, los fondos que se destinan están
condicionados por las necesidades de marketing, aperturas de mercado y en
menor medida por un espíritu de filantropía; la búsqueda de fondos propios
fuera de estos marcos, conduciría inobjetablemente a lo que se pretende
negar, a la dependencia.

Estos puntos de vista asociados al financiamiento de las ONGs, permiten


reflexionar acerca de las implicaciones para su existencia y accionar. Cuando
se enfoca a las ONGs como receptoras del financiamiento externo, bajo
cualquier denominación e independientemente de quien sea el donante, se
cuestiona tanto su capacidad funcional, como sus potencialidades para existir
por sí mismas, al mismo tiempo su credibilidad y efectividad, son también
aristas objeto de discusión.

En torno al financiamiento, existen varias posiciones contrapuestas, que


generan a su vez otros cuestionamientos, haciéndose más complejo no sólo el
análisis sino también la problemática del existir y el accionar de las ONGs.

 Una postura es la que enfoca a las ONGs como dependientes de las


agencias de cooperación del Norte, por cuanto su existencia y
funcionamiento dependen del financiamiento externo, convirtiéndolas en
simples ejecutoras de bajo costo de las agencias donantes y sin capacidad,
ni posibilidad de participar en la elaboración de los proyectos sociales que
ejecutan.
 Otra es la que intenta encontrar bases de financiamiento propio, que elimine
la dependencia y dirija los recursos hacia aquellas necesidades primordiales
detectadas dentro de cada país. Lo que las enfrenta a su vez a otros
escollos como son:

 cómo obtener fondos sin que las ONGs se conviertan en una empresa
mercantil que obtiene ganancias,

 si obtienen ganancias, quedan sometidas a las leyes impositivas de los


gobiernos;

 los objetivos prioritarios de disminuir la pobreza y ampliar la cooperación


pueden desvirtuarse y quedan convertidas en meras empresas económicas.

Por ello, “las ONGs no son -ni aspiran a ser en un futuro - sólo ejecutores
eficientes y de bajo costo de políticas sociales de tipo compensatorio... su
experiencia con los sectores populares... Su papel en el desarrollo humano
más allá de su rol de ejecutores, pasa necesariamente por influir en la
formulación de políticas...“ (Sanahuja, J.A., 1994)

Por último, en cuanto a los principios de Naciones Unidas, las ONGs deben
poseer "objetivos propios bien determinados”30 cuando analizamos en detalle
este requerimiento, que es válido para cualquier tipo de organización, salta a la
vista que los “objetivos propios” de manera general están vinculados a
necesidades sociales, que en gran medida, tienen que ser atendidas por los
Estados, pero que al éste no cubrirlo total o parcialmente, la parte no cubierta
pasa a ser representada por las ONGs. En otro sentido, hay que tener en
cuenta que en ocasiones no se trata de problemas que evidencien la
insuficiencia estatal propiamente, sino de fenómenos culturales, raciales, de
género o sexuales, que tradicionalmente han constituido problemas no
atendidos, pero que en la actualidad, dado su carácter discriminatorio se
revelan con mucha fuerza, tal es el caso de la lucha de las mujeres por su

30
Aquí es necesario hacer una precisión. Tanto en los principios que establece ECOSOC en 1971, como
su ampliación en 1996, se refiere a objetivos coincidentes entre los de la ONG y los de Naciones Unidas y
no a los que poseen otras entidades que no entran dentro de los objetivos de la entidad mundial, no son
gubernamentales, sin embargo, no son reconocidas por ella.
plena igualdad social, la lucha de las minorías nacionales, etc., que son
problemas que se derivan del sistema de dominación vigente.

Estas consideraciones acerca de las delimitaciones de carácter estructural-


funcional, hechas por Naciones Unidas, no brindan una conceptualización
teórica general, que sirva de referente universal para tratar el fenómeno de las
ONGs, lo que ha conducido a que innumerables organizaciones de todo
género, se autotitulen ONGs, que el término se utilice como un instrumento
operacional y explica en alguna medida, la ausencia en documentos, artículos
y discusiones científicas, de un enfoque teórico que capte los rasgos
esenciales y determinantes de este tipo de organización.

Una dimensión que permite profundizar en el análisis del concepto de ONG es


la referida a la legalidad. Este problema se ve estrechamente ligado a la
existencia legal de la organización y es un tema que se debate con mucha
fuerza en numerosos países incluyendo Cuba.

Se puede apreciar que, no aparece en las denominaciones de las innumerables


organizaciones, asociaciones, fundaciones, etc., el término ONGs, por ejemplo,
se pueden llamar “Organizaciones Ciudadanas”, “Coordinación Nacional de
Alianza Cívica”, “Fundación”, y otras. Al mismo tiempo, para su reconocimiento
interno y público, se identifican como ONGs.

Las ONGs están protegidas por la Constitución de cada país. Estas refrendan
el derecho de asociación de los ciudadanos, aunque este mismo derecho esté
regulado por la Ley que la complementa. En las legislaciones vigentes, en
Centroamérica, Brasil, Perú y Cuba, no aparece el término ONGs. La de Brasil
las denomina “entidades de utilidad pública federal”, en Cuba se trata en la
“Ley de Asociaciones”, por sólo citar dos ejemplos. No obstante, cada gobierno
las reconoce como instituciones que no forman parte de él y regula de diversas
maneras su funcionamiento interno y su participación en las actividades
públicas, con distintos grados de flexibilidad y de acuerdo a las condiciones
socio-políticas, históricas y culturales de cada país.

Una conclusión a la que se puede arribar en cuanto a la utilización del término


ONG, es que los gobiernos si bien lo aceptaron en Naciones Unidas de
acuerdo a los criterios ya analizados, no consideraron obligatoria su extensión
al interior de sus países, bien sea porque la resolución de la ONU, en un inicio,
está referida a “organizaciones internacionales” o por la connotación política
que podría acarrear para la estabilidad de los países sus diferentes
interpretaciones. A su vez, las instituciones civiles ya establecidas, asimilaron
el término de las más diversas formas. Mientras que, al calor de la novedad del
mismo, se formaron otras asociaciones que encontraron un espacio para actuar
dentro de la sociedad civil, estrechamente vinculadas a los objetivos de las
ONGs internacionales; las cuales durante una primera etapa ofrecían muchos
recursos y experiencias. En la realidad funcional, todas o prácticamente todas
las instituciones independientemente de sus nombres legales, se sobretitulan
organizaciones no gubernamentales.

El problema de la utilización legal del concepto se ve vinculado estrechamente


a la existencia funcional de la organización y se debate con fuerza en algunos
países latinoamericanos, incluyendo a Cuba. Las discusiones giran alrededor
de si deben ser legalizadas o no y cuáles son las implicaciones que se
derivarían de una u otra opción. En cuanto a esto, los criterios en unas cosas
son contradictorios y en otras coinciden o difieren en determinados aspectos.
Entre las cuestiones más debatidas, están las referidas a:

 Nivel de autonomía e independencia de las ONGs respecto al gobierno,


pues el registro puede ser visto como una entrega al control gubernamental.

 El nivel o instancia de gobierno en que se registran las organizaciones y


cuáles son sus funciones respecto a ellas. Por qué en algunos casos una
misma ONG responde a diferentes instituciones estatales.

 La supervisión por el Gobierno de las finanzas de las ONGs, ya que en


ocasiones las leyes existentes equiparan a las asociaciones con el
empresario lucrativo e intentan imponerle impuestos sobre sus fondos, lo
cual afecta sus finanzas que no son el resultado de la actividad lucrativa.

 La limitación de los objetivos y del funcionamiento que puedan implicar la


implementación de una ley sobre las ONGs.
Como se puede apreciar en los aspectos señalados, el problema de la
legalidad, no es algo resuelto ni en el que exista un consenso, por lo que, dada
su complejidad requerirá una mayor profundización en su estudio.

Por todo lo anteriormente analizado, es posible llegar a la conclusión de que el


análisis del concepto exige tomar en cuenta los diversos matices con que es
utilizado, y que se observa, en los enfoques dados por diferentes autores en
cuanto a cómo perciben a estas organizaciones. Los cuales se pueden agrupar
en distintos niveles de acuerdo a su grado de generalidad.

 Los que intentan distanciarse de la negatividad contenida en el concepto y


llaman a estas entidades "sector no lucrativo, emergente, sin fines de lucro,
voluntario, caritativo, independiente, o tercer sector", mientras que otros la
denominan "sector de economía social, movimiento ciudadano, o
asociaciones. Las cuales de forma general son, "el conjunto de instituciones
privadas, sin fines de lucro, formalmente constituidas, autogobernables y
con personal voluntario, que tienen como objetivo atender necesidades
sociales" (Fernández Rosa, 1995).

El fundamento que se aprecia en estas consideraciones es el de no incluirse en


el Estado, ni en el mercado, sin utilizar ninguna partícula negativa. Sustantivan
un aspecto a partir del cual consideran se estructura toda la actividad de la
organización. Sin embargo, el carácter abstracto de estas definiciones no toma
en cuenta la complementariedad existente entre cada una de ellas, ni el
entrecruzamiento de objetivos al interior de las organizaciones y, entre
organizaciones, mientras otras no consideran la existencia de asociaciones con
fines más limitados y que clasifican como no gubernamentales. También, en
ellas se podría incluir organizaciones que circunstancialmente pueden
encontrarse en el Estado, un ejemplo de ello son los partidos políticos. En otro
sentido, dichas definiciones no expresan los vínculos consustanciales a las
actividades públicas realizadas por ellas que las relacionan con el Estado y con
el empresariado, es decir, intentan desvincularlas de los contextos políticos y
económicos en los que se insertan. Además, en ciertos casos le atribuyen
funciones que desbordan sus potencialidades reales.
 En menor grado de generalidad, se encuentran las definiciones que toman
un ángulo de las funciones de las ONGs para definirlas, tal es el caso de las
que consideran a estas entidades como "organizaciones que se orientan al
trabajo de desarrollo social en los sectores pobres" (Zequeira, 1994);
"Vocación por el cambio, creatividad, acompañamiento a procesos
organizativos populares" (Relatoría (A), 1994); "toda índole de actividad
organizada que contribuye a generar beneficio de distinta índole en la
población y en la sociedad en general, no apoyándose principalmente en el
Estado" (Schmelkes, 1995).

La reducción del contenido y funciones de estas definiciones, a su vez, excluye


un amplio espectro de la actividad asociativa que van desde las de contenido
confesional hasta las de carácter investigativo, de género, etc., y al mismo
tiempo, admite la inclusión de otras de contenido político. No obstante, al igual
que las anteriores, subrayan su independencia de lo gubernamental.

Dentro de este nivel de generalidad, se encuentran las definiciones que le


atribuyen contenidos políticos e ideológicos al considerar que su objetivo
fundamental es "lograr un servicio social, que puede estar animado por un
sentimiento religioso, filantrópico o político y suele buscarse trascender los
resultados inmediatos hacia procesos más amplios de regeneración,
construcción o revolución social y política" (Lopezllera, 1995).

La acción política no está excluida, aunque no caracteriza la generalidad de las


actividades de estas entidades. Además, dicha concepción las sitúa frente o
contra el Estado, lo cual difiere tanto de las concepciones anteriormente
apuntadas como de los propósitos que ellas se proponen. No obstante, se
reconoce la existencia de ONGs con fines políticos e ideológicos dentro del
conjunto de actividades que realizan sin convertirse en partidos políticos, ni
formar parte de los gobiernos.

 Existen enfoques que no reconocen a las ONGs como parte intrínseca del
tejido social, su carácter histórico, o que constituyen una deformación de
instituciones ya existentes y reconocidas cuando se considera que “Las
ONGs están de moda, menos mal que lo peculiar de las modas es que ellas
pasan. Por estar de moda, a las ONGs se les está atribuyendo cualidades
que no tienen y se les está asignando roles y funciones que no son las
suyas y están ocupando espacios que no le pertenecen, sustituyendo y a la
vez excusando a otros actores, produciendo de esta manera nuevas
deformaciones en la arquitectura societal, en vez de remediar algunas de
las existentes”.(Beuningen, 1994).

Las apreciaciones y definiciones que de las ONGs, se han expresado,


constituyen una muestra de los numerosos enfoques que sobre ella se hacen y
de dónde se sitúan los acentos fundamentales que las definen, los cuales
pueden resumirse en los problemas estructurales, funcionales, semánticos y en
los fines.

Además, se puede apreciar la existencia de un denominador común en su


accionar, que consiste en la lucha por el mejoramiento humano, el
perfeccionamiento de la estructura societal, la búsqueda de formas más
integrales de participación en las políticas públicas, la incorporación de los
miembros de la comunidad en la solución de sus problemas inmediatos.

Por todo lo anteriormente analizado y tomando en consideración los


antecedentes históricos y las características de las ONGs, se puede concluir
que cuando hablamos de ONGs, llamamos la atención sobre aquellas formas
institucionalizadas de necesidades, intereses, aspiraciones de índole diversa,
que caracterizan, de manera peculiar, el movimiento de la sociedad civil. Son
elementos que integran en su génesis y funcionamiento dos condicionamientos
claves: lo civil y los valores, entre los cuales se establecen complejas
interpenetraciones de complementaridad.

Los rasgos que las distinguen son:

 se ubica dentro de la sociedad civil. Se forman con objeto de lograr algún


objetivo común a sus miembros, ya sea de índole político, ideológico,
cultural, científico, religioso, sociales, o humanitarios.

 La pertenencia es voluntaria, nada obliga a su ingreso o abandono.

 No poseen fines de lucro.


 Desde diferentes puntos de vista ya sea estructural o funcional, jurídica o
políticamente está reconocida como elemento activo y dinámico del
movimiento social.

 Poseen diferentes grados de autonomía respecto al Estado, con el cual


coordinan, colaboran, lo asisten y son asistidas por él. No sigue, en general,
mecánicamente las sendas o directrices trazadas por los gobiernos, en
muchos casos las contradice, complementa o propone nuevas sendas para
la actividad social, guiándose más por las necesidades e intereses privados
y/o públicos de grupos y sectores de la sociedad, insertados con mayor o
menor grado de compromiso con el sistema social donde se insertan.

 se apoyan más en la cooperación, la solidaridad y el humanismo, en su


condición de no formar parte de las instituciones estatales, que en el
lucro que se pueda obtener como resultado de su gestión.

El movimiento de las ONGs dentro de sociedad civil está condicionado, por el


sistema de relaciones que ellas establecen con el Estado, los partidos políticos
y el empresariado. En este sentido las ONGs pueden o no convertirse en
grupos de presión, pueden o no afiliarse (apoyar, colaborar, etc.) a un partido o
a determinadas políticas promovidas por ellos y finalmente pueden o no
insertarse en determinados mecanismos de marketing promovidas por el
empresariado. Sin embargo, esta multiplicidad de posiciones de las ONGs no
es generalizarlos al universo no gubernamental, por cuanto existen numerosas
asociaciones, que potencian lo privado por encima de otras consideraciones,
como pueden ser la especificidad de sus objetivos, los intereses y el volumen
de sus asociados, entre otros.

BIBLIOGRAFÍA

- (1996) Resolución del Consejo Económico Social. (fotocopia). Centro de


Documentación ACNU.

- (1998) ABC de las Naciones Unidas. Dpto. de Información Pública.


Nueva York.
- ACANDA, J.L. (1986) La idea de la sociedad civil y la interpretación del
comunismo como proyecto moral. Rev. ARAS No. 2 CIC. La Habana

- ACANDA, J.L. (1996) Sociedad civil y hegemonía. Rev. Temas No. 6, La


Habana.

- ACANDA, J.L. (1997) Hablamos de reestructurar la hegemonía en Cuba.


Entrevista concedida a Milena Recio. Tesis de Grado, Biblioteca Facultad
de Comunicación Social, UH. La Habana

- ALONSO, A. (1994) La sociedad civil cubana. Ponencia Presentada en el


Taller de Trabajo “Ampliar la Cooperación con Cuba”. Centro de Estudios
Europeos. La Habana.

- ARATO, A. Y COHEN, J. (1992) Civil society and political theory. MIT Press.
USA.

- AZAHARES, J. (1997) Hacia un estudio de las organizaciones no


gubernamentales. En Ciencias Políticas: Indagaciones desde Cuba. Edit.
Félix Varela, C. de La Habana.

- BEUNINGEN, C. V. (1994) ¿Cooperación (No Gubernamental) al


Desarrollo? Revista POBREZA Y DESARROLLO. Año 3. No.8. FICONG.
Argentina.

- BLANCO, G. (1994) El futuro de las ONGs: generación de recursos locales


y autogestión. Serie: Desarrollo y Gestión OS y ONGs. Costa Rica.

- BOBBIO, N. (1985) Crisis de la democracia y neoliberalismo. Edit. Riuniti.


Roma.

- BOBBIO, N. (1989) Estado, Gobierno y Sociedad. Por una teoría general de


la política. Fondo de Cultura Económica, México.

- CANTO, M. (1995) El nuevo papel de las Organizaciones Civiles.

(1997) Carta de las Naciones Unidas. Dpto. de Información Pública.


Nueva York.
- CASARES, F. (1998) Las ONGs en el momento actual. En: Las Naciones
Unidas al final del siglo: retos y líneas de acción. Editado por el Servicio de
Documentación y Difusión de la Asociación para las Naciones Unidas.
España.

- CASTRO RUZ, FIDEL (1983) Discurso en el III Aniversario del Ataque al


Palacio Presidencial. Universidad de La Habana, 13 de marzo de 1960. En:
El Pensamiento de Fidel Castro. Tomo I. Volumen I. Editora Política. La
Habana.

- CASTRO RUZ, FIDEL (1983) La historia me absolverá. (edición anotada)


Editorial de Ciencias Sociales. La Habana.

- CASTRO RUZ, FIDEL (1995) Discurso en el Aula Magna de la Universidad


de la Habana el 4 de septiembre de 1995. En: Castro Ruz, F. En esta
Universidad me Hice Revolucionario. Oficina de Publicaciones del Consejo
de Estado. La Habana.

- CASTRO RUZ, FIDEL (1996) Discurso en la Conferencia Mundial sobre


Desarrollo Social. Copenhague, marzo de 1995. Oficina de Publicaciones
del Consejo de Estado. La Habana.

- CASTRO RUZ, FIDEL (1996) Discurso en la Sesión Conmemorativa del 50º


Aniversario de las Naciones Unidas. Nueva York, octubre de 1995. Oficina
de Publicaciones del Consejo de Estado. La Habana.

- CASTRO RUZ, FIDEL (1999) Discurso pronunciado en el Aula Magna de la


Universidad Central de Venezuela, 3 de febrero de 1999. Editora Política.
La Habana.

- CASTRO, R. (1996) Informe del Buró Político al V Pleno del CC del PCC.
Edit. Periódico Granma 27/5/96. La Habana.

- COLECTIVO DE AUTORES (1991) Derechos humanos. Una visión no


gubernamental. Editado por Comisión Mexicana de Defensa y Promoción
de los Derechos Humanos. Tabasco. México.
- COLECTIVO DE AUTORES (1997) Ciencia Política: Indagaciones desde
Cuba. Editorial Félix Varela. La Habana.

- DECLERCQ, S (1995) El Caso Europeo. Seminario-taller: Las ONGs en el


Mundo 24-28 Abril. Edit. CEE. La Habana.

- DOCUMENTO, (1983) Reglamento del Consejo Económico Social.


Publicación de Naciones Unidas. N.Y.

- DOCUMENTO, (1993) Estado y ONGs en América Latina. (fotocopia)


Centro de Documentación AUNA.

- ENGELS, FEDERICO (1955) El origen de la familia, la propiedad privada y


el estado. En: Marx, C. y Engels, F. Obras Escogidas en 2 Tomos. Editorial
de Literatura Política del Estado. Moscú.

- ENGELS, FEDERICO (1979) Anti-Duhring. Editorial Pueblo y Educación. La


Habana.

- ENGELS, FEDERICO (1979) L. Feuerbach y el Fin de la Filosofía Clásica


Alemana. Edit.

(1997) Estatutos de la Corte Internacional de Justicia. Dpto. de


Información Pública. Nueva York.

- FERNÁNDEZ BULTÉ, J. (1999) La sociedad civil y las ONGs en el contexto


internacional. Boletín ANÁLISIS DE COYUNTURA. No. 5. Mayo. AUNA. La
Habana.

- GALLARDO, E. (1995) Notas sobre la sociedad civil. Revista Pasos No. 57


enero-febrero. Costa Rica.

- GARCÉS, C. M. (1995) El Caso Latinoamericano. Seminario-Taller, Las


ONGs en el Mundo, 24-28 abril Edit CEE, La Habana.

- GARCÍA COTARELO Y BLAS GUERRERO, (1986) Teoría del Estado y los


Sistemas Políticos. UNE. España.

- GRAMSCI, A. (1962) Notas sobre Maquiavelo sobre Política y sobre el


Estado Moderno. Edit. Lautaro. Argentina.
- GRAMSCI, A. (1973) Antología. Edit. Ciencias Sociales. La Habana.

- HARNECKER, M. (1998) Haciendo posible lo imposible. La izquierda en el


umbral del siglo XXI. (Versión Preliminar) Edit. MEPLA. La Habana.

- HART, A. (1996) Sociedad civil y Organizaciones No Gubernamentales, 1ra


parte. Periódico Granma, 23 agosto. La Habana.

- HART, A. (1996) Sociedad civil y Organizaciones No Gubernamentales, 2da


parte. Periódico Granma, 24 agosto. La Habana.

- HIAZE, H. (1989) Documento. Un Reto a la Legitimidad de las ONGs .


(fotocopia).

- HINKELAMMERT, F. (1991) Nuestro proyecto de nueva sociedad en


América Latina. El papel regulador del estado y los problemas de la
autoregulación del mercado. Rev. Pasos, No 33. Costa Rica.

- HINKELAMMERT, F. (1993) El cautiverio de la utopía: Las utopías


conservadoras del capitalismo actual, el neoliberalismo y la dialéctica de las
alternativas. Rev. Pasos, No 50. Costa Rica.

- HUNTINGTON, S. P. (1997) El choque de civilizaciones y la reconfiguración


del orden mundial. Edit. Paidós. España.

- HUNTINGTON, S. P. (1997) El choque de civilizaciones y la reconfiguración


del orden mundial. Edit. Paidós. España.

- KAPLAN, M. (1980) Estado y Sociedad. U.N.A.M. México.

- LENIN, V. I. (1963) ¿Qué hacer? Problemas candentes de nuestro


movimiento. Obras Completas, Tomo 5, Editora Política, La Habana.

- LENIN, V. I. (1963) ¿Quiénes son los amigos del pueblo y cómo luchan
contra los socialdemócratas? Obras Completas, Tomo 1, Editora Política, La
Habana.

- LENIN, V. I. (1963) El Estado y la Revolución. Obras Completas, Tomo 25,


Editora Política, La Habana.
- LENIN, V. I. (1963) El imperialismo: fase superior del capitalismo. Obras
Completas, Tomo 22, Editora Política, La Habana.

- LENIN, V. I. (1963) Un paso adelante, dos pasos atrás. Obras Completas,


Tomo 7, Editora Política, La Habana.

- LIMIA, M. (1998) Individuo y sociedad en José Martí. Edit. Academia. La


Habana

- MARTÍNEZ, O. (1999) Neoliberalismo en crisis. Edit. Ciencias Sociales, La


Habana.

- MARX, C Y ENGELS, F. (1965) La sagrada familia. Editora Política. La


Habana.

- MARX, C. (1965) Manuscritos económicos y filosóficos de 1844. Edit.


Política. La Habana.

- MARX, C. (1976) Critica al derecho hegeliano. Edit. ciencias Sociales, La


Habana.

- MARX, C. Y ENGELS, F. (1955) El Manifiesto Comunista. OE. en 2T, TI.


Edit. De Literatura Política del Estado. Moscú.

- MARX, CARLOS (1955) Carta a J. Weydemeyer. 5 de marzo de 1852. En


Marx, C. y Engels, F. Obras Escogidas en 2 Tomos. Editorial de Literatura
Política del Estado. Moscú.

- MARX, CARLOS (1955) Carta a P. V. Annenkov. 28 de diciembre de 1846.


En: Marx, C. y Engels, F. Obras Escogidas en 2 Tomos. Editorial de
Literatura Política del Estado. Moscú.

- MARX, CARLOS (1955) El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte. En:


Marx, C. y Engels, F. Obras Escogidas en 2 Tomos. Editorial de Literatura
Política del Estado. Moscú.

- MARX, CARLOS (1955) Prólogo de la Contribución a la crítica de la


economía política. En: Marx, C. y Engels, F. Obras Escogidas en 2 Tomos.
Editorial de Literatura Política del Estado. Moscú.
- MARX, CARLOS (1970) Contribución a la crítica de la filosofía del derecho
de Hegel. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana.

- MARX, CARLOS Y ENGELS, FEDERICO (1979) La ideología alemana.


Editora Política. La Habana.

- MEZONEZ, C. (1991) Cultura y sociedad civil en Gramsci. Colección Ateneo


de los Teques No.9, Venezuela.

- MILLÁN, P. (1994) Banco Mundial, ONGs y ayuda al desarrollo.. Rev.


POBREZA URBANA Y DESARROLLO. Año 3. No.8. FICONG. Argentina.

- MINISTERIO DE JUSTICIA (1987) Ley de Asociaciones, Edit La Gaceta No.


153 Costa Rica.

- MINISTERIO DE JUSTICIA (1990) Entidades de utilidad pública federal.


Edit Ministerio de Justicia. Brasil (En Portugués Traducido por J. Azahares).

- MISHINEV, M. A. (1981) El partido y las organizaciones de masas de los


trabajadores. Edit. Universidad de Leningrado. Leningrado.

- MONAL, I. (1997) La problemática Sociedad Civil-Estado existe, nadie la


suprime sacándola de la teoría. Entrevista concedida a Milena Recio. Tesis
de Grado, Biblioteca Facultad de Comunicación Social, UH. La Habana

- OLIVEIRA, M. Y TANDON, R. (1994) Ciudadanos en construcción de la


sociedad civil mundial. Editorial MAGNUM. México.

- PNUD (1990) Informe sobre desarrollo humano. Edit. Tercer Mundo,


Bogotá.

- PNUD (1991) Informe de desarrollo Humano. Edit. Tercer Mundo, Bogotá.

- PNUD (1992) Human development report. Edit. Oxford University Press,


New York.

- PNUD (1993) Informe sobre desarrollo humano Edit. CIDEAL. Madrid.

- PNUD (1994) Informe sobre desarrollo humano. Edit. Fondo de Cultura


Económica. México, D.F.
- PNUD (1995) Informe sobre desarrollo humano. Edit. Harla. México.

- PNUD (1996) Informe sobre desarrollo humano Edit. Mundi-Prensa. Nueva


York.

- PNUD (1997) Informe sobre desarrollo humano. Edit. Mundi-Prensa.


España.

(1983) Reglamento del Consejo Económico Social. Dpto. de Información


Pública. Nueva York.

Regresar al Índice

2.8- La Constitución y el constitucionalismo en Cuba entre la colonia y la


neocolonia.
Dra. Marta M Pérez

Fundamentos teóricos
En el estudio de la Constitución encontramos la marcada tendencia de su
análisis desde el Derecho, como instrumento netamente jurídico. Aunque es
cierto que no puede verse desligado de este, es un documento político-jurídico
que tiene la particularidad de no poder analizarse al margen del
constitucionalismo.

Es Aristóteles a quien se reconoce como el iniciador de los estudios del


constitucionalismo al investigar las constituciones atenienses con el fin de
compararlas para conocer su efectividad.
Como afirma el Dr. Jorge González (2014):
En Roma, durante el desarrollo máximo de la jurisprudencia se distinguieron las
leyes plebiscita de los sanctus consulta y las constituciones que eran
disposiciones legislativas del Emperador que en muchos casos tenían el
carácter de recopilaciones. Lo característico del constitucionalismo posterior es
la de la supremacía, teniendo en cuenta que, en efecto, el Emperador era el
órgano supremo del Estado.
Dentro de la posterior teoría constitucional en la Edad Media la Iglesia siempre
intentó “la plenitud del poder pontificio” expresada por Clemente V en la
Pastoralis Cura y Juan XXII en la constitución Si fratum de 1316 su derecho de
mandar en el cielo y en la tierra.
El constitucionalismo moderno se empieza a gestar dentro del propio contexto
medieval cuando Marsilio de Padua expresa en su Defensor Pacis la
supremacía del Estado respecto de la Iglesia pues esta última no tiene sentido
fuera del Estado y se esbozan también ideas acerca de la división de poderes
entre la Iglesia y el Estado en Dante con su teoría de los “dos soles” en 1311.
(pag. 64)
El análisis del constitucionalismo moderno puede verse desde diferentes
paradigmas teóricos, por ejemplo el contractualista y el organicista.
Desde el Contractualista la constitución se considera un momento político
fundacional, expresión del pacto político en la que el Estado sustenta su
legitimidad, que para Hobbe es el pactumsubjetionis que sustenta al Estado
Absoluto, para Locke el pactumsocietatis del Estado Liberal y para Rousseau el
contrato social propio de los Estados Democráticos.
Mientras que los organicionistas consideran la constitución como resultado
natural de la evolución social
Sin embargo dentro del constitucionalismo moderno el pensamiento de
Emmanuel Kant es un hito importante porque interpreta la constitución como un
“pacto social” que garantiza, por un lado los derechos y deberes ciudadanos y,
por otro, el equilibrio del poder. Su interpretación de la constitución transcribe la
fórmula de la Declaración de Derechos de 1789 y en particular el artículo 16
que refiere:
“Una sociedad en la que la garantía de los derechos no está asegurada, ni la
separación de poderes definida, no tiene Constitución”.
Considera que la defensa y respeto de los derechos inalienables son el
fundamento de todo orden político legítimo. Para Kant los poderes legislativo,
ejecutivo y judicial deben ser autónomos e independientes en su propia esfera
y juntos coordinados en una recíproca subordinación (Mati'eucci. Pág. 391)
para evitar así su concentración, lo cual puede afectar la realización efectiva de
los derechos, es decir, constituye una garantía para los derechos.
Hoy, la constitución se reconoce como Carta Magna, Ley de leyes, o Ley
fundamental. Es el resultado del desarrollo histórico que plasma en un
documento contractual la estructura, funciones y contenido del poder del
Estado. En ella está implícita la idea de unidad orgánica del Estado, de
cimiento del cuerpo político basada en la razón. (González, J. 2014, pág. 165)
La definición de Diego Fernández Cañizares (1979) acerca de las leyes
constitucionales, expresa que:
“(…) establecen los fundamentos y principios básicos, del régimen social y
estatal, regulan el orden de formación y actividad, así como las atribuciones de
los órganos del Estado. Estas leyes predeterminan el contenido de las demás
leyes, constituyendo así la base jurídica de la legislación ordinaria. Las leyes
constitucionales regulan pues la organización del poder del Estado, su forma y
contenido que es lo más importante de la estructura social. (p. 175).
También encontramos definiciones como:
Carlos Sánchez Viamonte (1927), define la Constitución como un orden
jurídico integral, estable concreto, que sin entrar en minucias reglamentarias,
organiza un sistema y establece las condiciones primarias, generales y
permanentes sobre las cuales debe asentarse la vida social, y hemos afirmado
que la principal característica de ese orden consiste en imponerse por igual a
gobernados y gobernantes”. (Linares p.101).
Adolfo Posada (1930) afirma que “la Constitución de un Estado alude a la
unidad orgánica real del mismo, en cuanto Estado está constituido-concepto
estático-, pero además alude al modo o ley según el cual el Estado constituido
funciona-concepto dinámico”. (Linares p.28).
Rafael Bielsa (citado en Olano y Olano, 2000) considera que “la constitución es
una carta de contenido jurídico-político, que establece y reconoce derechos y
garantías, sobre todo los derechos fundamentales concernientes a la libertad
individual y además de ello, es un instrumento de gobierno, porque ella
establece los poderes, determina las atribuciones y limitaciones de ellos y regla
los modos de su formación”. (p. 71).
José Augusto Ochoa del Río (2010) “la Constitución no es más que el
documento político jurídico fundamental del Estado, que establece los
fundamentos organizativos, sociales y económicos del mismo, y refrenda los
intereses esenciales de las clases o sectores en el poder.
El carácter moderno de toda constitución radica en su vínculo orgánico con el
“gobierno de la ley”. Contiene, la idea de que un gobierno no debe ejercer el
poder impunemente, sin límites. Sino que debe ejercerlo de acuerdo con la
conveniencia de lo que está establecido. Las restricciones al poder ilimitado del
gobierno salvaguardan los derechos ciudadanos de la tiranía. De manera que
política y derecho tienen aquí una relación recíproca pues la libertad de los
ciudadanos como resultado de los límites impuestos por ley al gobierno, es
resultado de medidas políticas (restricción del poder). (González J 2014).
Las leyes fundamentales o constitucionales en cada sistema jurídico ocupan el
plano más alto, en la escala jerárquica del orden normativo, por lo cual no
derivan su validez de ninguna otra norma, constituyendo al mismo tiempo la
fuente suprema de validez de las restantes normas de ordenamiento jurídico.
La constitución en su rol social se le atribuye las siguientes funciones:
1. Función Política: Define la organización del Estado, las funciones de cada
órgano, las atribuciones de ellos y de sus titulares, así como la relación de los
órganos entre sí, expresa también su carácter clasista, es decir, la clase en el
poder refleja en la constitución sus intereses, de cualquier índole.
2. Función Jurídica: Expresa jurídicamente la organización socioeconómica y
política impuesta o consensuada en una determinada sociedad. Sus preceptos
sientan las bases para la actuación del aparato estatal, de las demás
organizaciones de la sociedad civil y el sistema político, así como de la
ciudadanía en general en correspondencia con los intereses de la clase social
que ostenta el poder.
3. Función Ideológica: Expresa, a través de las normas que contiene, los
valores prevalecientes en la sociedad e impone las ideas políticas e ideológicas
que aseguran la hegemonía de la clase social dominante.
4. Función Organizativa: Organiza y estructura jurídicamente la vida social en
las diferentes esferas: económica, política, sociocultural, y otras.
5. Función Legitimadora, al ser expresión de la voluntad popular, y existir un
consenso general sobre sus contenidos, legitima y ofrece validez respecto a lo
que regula.
6. Función económica: Después de la Segunda Guerra Mundial y de los años
60 y 70 del pasado siglo, bajo la influencia de la concepción del Estado del
bienestar general, algunos autores la reconocen, pues a través de ella se
establecen las formas de propiedad admitidas y las que se pretende
desarrollar, así como los principios rectores del modelo económico imperante.
Según González J. (2014):
En cuanto a la estructura de las leyes fundamentales se pueden observar tres
elementos. Una parte llamada dogmática en la cual se expresan los derechos
individuales y las garantías constitucionales de los mismos. La parte llamada
orgánica contiene el enfoque acerca de la organización del poder político, sus
atribuciones, sus órganos y sus relaciones recíprocas. La otra parte y última se
denomina cláusula de reforma y en ella se prescriben los mecanismos para
modificar, parcial o totalmente, la Constitución.
A estos efectos el pensamiento político moderno ofreció una solución teórica a
la reforma de las constituciones. Corresponde a Manuel José Sieyés (1748-
1836) el aporte del “pouvoirconstituant” (poder constituyente). ¿Qué significa
jurídica y políticamente esto? Significa un concepto medular en la teoría
constitucional moderna pues establece que siendo la Constitución la fuente
primaria del derecho y a la cual están subordinadas todas las demás leyes y
órganos estatales, sólo de ella puede, por tanto, emanar su propia reforma
parcial o total a través de un poder especial denominado poder constituyente.
Este último no debe estar sometido a ningún otro poder con la finalidad de
salvaguardar la soberanía y su sujeto principal: el pueblo. Así, el poder
constituyente, no obstante emanar de la Constitución establecida, se separa de
ella en tanto acto de soberanía superior. Mientras que el poder constituido pasa
a poder subordinado, sometido a leyes y a Constitución. (pág. 166-167)

El constitucionalismo cubano, una historia necesaria


La historia del constitucionalismo cubano comienza en 1812, según varios
historiadores, con la promulgación de la Constitución del 18 de marzo de 1812
como resultado de las Cortes de Cádiz, que dieron organización constitucional
a todo el imperio español y en consecuencia a la Isla de Cuba que era parte de
su territorio, la cual daba pequeñas concesiones a su colonia, para mantener el
sistema colonial.
No obstante, simultáneamente se fue gestando un derecho Constitucional
propio en Cuba, que tuvo su génesis en las ideas autonomistas desde los
criterios y actividades de Arango y Parreño, el proyecto autonómico del
Presbítero José Agustín Caballero (1811), también encontramos proyectos
independentistas como el proyecto Constitucional de Joaquín Infante, abogado
de Bayamo 1812 y el de Narciso López en la segunda mitad del siglo XIX.
Es la Constitución de Guáimaro, aprobada el 10 de abril de 1869 el primer
intento de legalizar el acto político de constitución de la República en Armas,
que ya estaba legitimado en la manigua mambisa desde el 10 de Octubre de
1868. Su contenido refleja las ideas revolucionarias de las Revoluciones
Burguesas Europeas y de las 13 Colonias, así mismo se distancia de estas
porque los intereses refrendados en ella coincidían con los intereses generales
del pueblo, la aspiración de ser libre y eliminar el colonialismo español. ( de la
Fuente 1989, p44)
Artículo 24: Todos los habitantes de la República son enteramente libres.
Dicha aspiración de libertad no se limita a la política, sino que rebasa sus
límites al no establecer distinción entre negros y blancos con lo que queda de
manera implícita, legalmente eliminada la esclavitud en la República en Armas.
¿Por qué no de manera explícita como lo propuso Carlos Manuel de
Céspedes? No puede olvidarse la condición de hacendados dueños de
esclavos de quienes la elaboraron, quienes temían se afectaran sus intereses
económicos. Quienes responden a los intereses de la naciente burguesía
cubana.
Conformado por 29 artículos en los cuales se refrendaban los órganos
esenciales del gobierno; establecía una sola Cámara como principal organismo
del gobierno, encargada de nombrar y deponer al ejecutivo, al General en Jefe
del Ejército y al Presidente de sus sesiones, teniendo el Ejecutivo facultades
muy limitadas.
En esencia la estructura política del naciente Estado quedaba organizada a
partir de la clásica división burguesa de tres poderes: ejecutivo, legislativo y
judicial; donde las funciones del presidente quedaban reducidas a labores
administrativas y al igual que el mando militar subordinado al legislativo.
Artículo 7: La Cámara de Representantes nombrará el Presidente encargado
del Poder Ejecutivo, el General en Jefe, el Presidente de sus sesiones y demás
empleados suyos. El General en Jefe está subordinado al Ejecutivo y debe
darle cuenta de sus operaciones.
La subordinación del ejecutivo y el militar a la cámara de representantes tenía
la finalidad de evitar el establecimiento del caudillismo que tanto daño había
hecho en los procesos emancipadores americanos. Sin embargo esta previsión
en las condiciones de guerra lejos de garantizar la unidad del movimiento
independentista, pues era inoperante, provocó su ruptura y con ella la firma de
la paz sin independencia en 1878.
Aunque no hay un apartado para definir quienes asumen la condición de
ciudadano, si hace referencia a los deberes de estos en la República en Armas:
Artículo 25: Todos los ciudadanos de la República se considerarán soldados
del Ejército Libertador.
Artículo 27: Los ciudadanos de la República no podrán admitir honores ni
distinciones de un país extranjero.
Lo mismo sucede con los derechos, estos no se refrendan como tal pero
pueden verse reflejados en el Artículo 28: La Cámara no podrá atacar las
libertades de culto, imprenta, reunión pacífica, enseñanza y petición, ni derecho
alguno inalienable del pueblo.
También se reconoce su carácter temporal y la posibilidad de reforma desde el
mismo preámbulo, además de un artículo en particular:
Preámbulo
Los representantes del pueblo libre de la Isla de Cuba, en uso de la soberanía
nacional establecemos provisionalmente la siguiente Constitución política que
regirá lo que dure la guerra de Independencia.
Artículo 29: Esta Constitución podrá enmendarse cuando la Cámara
unánimemente lo determine.
En general esta Constitución tiene gran valor para la historia política de Cuba
pues además de ser el primer intento de organizar la estructura política de los
territorios liberados, proyecta hacia el exterior un nuevo Estado que necesita
ser reconocido como tal por el resto. Sin embargo a pesar de dar la unidad
necesaria al movimiento independentista, su texto refrenda la separación del
mando militar del civil, germen de las discrepancias entre los mambises que
llevaron al Pacto del Zanjón
Como respuesta digna al Pacto del Zanjón nació la Protesta de Baraguá, ocho
días después, el 23 de marzo de 1878, fue redactada la Constitución de
Baraguá que a pesar de que algunos estudiosos alegan la ausencia de los
elementos esenciales de los textos constitucionales al tener solo 5 artículos; es
considerado un documento de rango constitucional, al reflejar de manera
certera las necesidades del movimiento independentista. ( de la Fuentes 1989)
y está dirigida a evitar se repitan los errores cometidos en la Guerra de los Diez
Años.
En ella se eliminaba la concepción estructural acordada en Guáimaro que
contaba con tres poderes de los cuales el Legislativo estaba formado con una
amplia Asamblea que constituía una onerosa carga en las condiciones
materiales que imponía la guerra.
Artículo 1: La Revolución se regirá por un Gobierno provisional, compuesto por
cuatro individuos.
Artículo 2: El Gobierno provisional nombrará un General en Jefe que dirija las
operaciones militares
De esta manera el complejo aparato civil de Guáimaro queda reestructurado
por cuatro personas que detentan las funciones ejecutiva y legislativo
Y con los artículos 3 y 4 evitar otro pacto sin independencia:
Artículo 3: El Gobierno queda facultado para hacer la paz bajo las bases de la
independencia.
Artículo 4: No podrá hacer la paz con el Gobierno español bajo otras bases sin
el conocimiento y consentimiento del pueblo.
Después de una tregua necesaria, como la llamó José Martí se reinicia la
campaña militar el 24 de febrero de 1895 y el 16 de septiembre del mismo año
ya el movimiento independentista cuenta con una Constitución y un Gobierno
para la República en Armas.
Martí, por su parte, mantenía su teoría de separar los poderes.
La Constitución de Jimaguayú consta de un preámbulo cuya importancia radica
en el reconocimiento de la continuidad del proceso independentista al
identificarse como un nuevo período de guerra
La revolución por la Independencia y reacción de Cuba en República
democrática, en su nuevo periodo de guerra iniciada en 24 de febrero último,
solemnemente declara la separación de Cuba de la Española y su constitución
como Estado libre o independiente con Gobierno propio por autoridad suprema
con el nombre de República de Cuba, y confirma su existencia entre las
divisiones políticas de la tierra…
Está conformada por 24 artículos, que regirán la vida estatal de la revolución.
Desde el artículo 1 hasta 18 podemos afirmar que es la parte orgánica pues en
ellos queda refrendada la organización del gobierno y sus funciones.
En la Asamblea Constituyente se manifestaron respecto a la estructura del
Gobierno tres tendencias, expresión de la multiplicidad generacional de los
delegados: Salvador Cisneros Betancourt defendía la aplicación de la
Constitución de Guáimaro con leves retoques, en defensa de los principios
civilistas de 1869. Portuondo Tamayo defendía la idea de unir el mando militar
al civil, con preeminencia del primero sobre el segundo (Esta posición tenía
mucho en común con el pensamiento de Maceo expresado en 1884 y luego en
la Mejorana). Tenía la ventaja de ser simple y evitar conflictos, pero podía
conducir a la dictadura, y asustaba a los civilistas de antaño. Un tercer grupo
formado por los jóvenes que no tenían nada que ver con los antiguos
problemas civiles o militares y deseaban una estructura sencilla, en la que el
ejército y la dirección civil no se interfiriesen. Esta última tendencia se veía
encarnada en los ideales de figuras como la de Fermín Valdés Domínguez.
(Torres-Cuevas y Loyola, pag. 356.)
La solución quedó refrendada en el artículo 1 al reconocer un Consejo de
Gobierno compuesto por seis figuras que asumen las funciones ejecutivas y
legislativas, obviando una abultada Cámara de Representantes
Artículo 1.- El Gobierno Supremo de la República residirá en un Consejo de
Gobierno, compuesto de un Presidente, un Vicepresidente, y cuatro Secretarios
de Estado, para el despacho de los asuntos de Guerra, de lo Interior, de
Relaciones Exteriores y de Hacienda.
Así mismo queda refrendado el lugar y prerrogativas de las fuerzas armadas
Artículo 17.- Todas las fuerzas armadas de la República y la dirección de las
operaciones de la guerra, estarán bajo el comando directo del General en jefe,
que tendrá a sus órdenes como segundo en el mando un Lugarteniente
General que le sustituirá en caso de vacante.
Aunque en apariencia queda zanjado el conflicto entre lo civil y lo militar, el
mismo artículo 1 declara la existencia en el Gobierno de un secretario de los
asuntos de Guerra, del cual pudiera cuestionarse cuál sería su función si existe
un general en jefe con su estado mayor y en el artículo cuatro deja abierta la
posibilidad de la intervención del gobierno en la dirección de las operaciones
militares
Artículo 4.- El Consejo de Gobierno solamente intervendrá en la dirección de
las operaciones militares, cuando a su juicio sea absolutamente necesario a la
realización de otros fines políticos.
Además entre las funciones del consejo de gobierno que se relacionan en el
artículo 3 está: inciso 7. Conferir los grados militares de Coronel en adelante,
previos informes del Jefe Superior inmediato y del General en jefe y designar el
nombramiento de este último y del Lugarteniente General en caso de vacante
de ambos.
Esta función del gobierno “despojaba de una atribución muy importante al
general en jefe y facilitaba (…) que los aspirantes a tales grados estuvieran
muy atentos a la política seguida por los funcionarios civiles” (Torres-Cuevas y
Loyola, p. 357.)
A pesar de la declarada intención por parte de todos los delegados de la no
subordinación de lo militar a lo civil, en el articulado final de la Constitución no
solo encontramos contradicciones, sino el olvido de los preceptos martianos “El
ejército, libre; y el país, como país, y con toda su dignidad representado”.
(Martí, T.19, p. 229.)
Ha de destacarse el artículo 11, el cual asegura no cometer el mismo error de
la guerra anterior:
Artículo 11.- El tratado de paz con España que ha de tener precisamente por
base la Independencia absoluta de la Isla de Cuba, deberá ser ratificado por el
Consejo de Gobierno y la Asamblea de Representantes convocada
expresamente para ese fin.

También encontramos esbozado la obligatoriedad del servicio a la Patria, que


en las constituciones contemporáneas lo veremos como un derecho y deber
Artículo 19.- Todos los cubanos están obligados a servir a la Revolución con su
persona e intereses, según sus aptitudes.
A diferencia de la parte dogmática, la cláusula de reforma queda claramente
refrendada en su último artículo:
Artículo 24.- Esta Constitución regirá a Cuba durante dos años a contar desde
su promulgación si antes no termina la guerra de Independencia. Transcurrido
este plazo se convocará a Asamblea de Representantes que podrá modificarla
y procederá a la elección de nuevo Consejo de Gobierno y a la censura del
saliente.
En cumplimiento de este último artículo el 30 de Octubre de 1897 entra en vigor
la Constitución de la Yaya, hecho reconocido desde el preámbulo en el cual
también se ratifica el objetivo de la contienda:
Nosotros, los Representantes del Pueblo Cubano, libremente reunidos en
Asamblea Constituyente, convocada a virtud del mandato contenido en la
Constitución del 16 de septiembre de 1895, ratificando el propósito firme e
inquebrantable de obtener la Independencia absoluta e inmediata de toda la
Isla de Cuba para constituir en ella una República Democrática e inspirándonos
en las necesidades actuales de la Revolución, decretamos la siguiente:
Constitución de la República de Cuba.
Como afirma de la Fuentes (1989) desde el punto de vista puramente
formalista (…) presenta bien delimitada las cuatro partes de una Constitución
que sigue un modelo burgués; es decir, Preámbulo, Parte Dogmática, Parte
Orgánica y Cláusula de Reforma… (p.51). Está conformada por 48 artículos
organizados en cinco títulos.
Título I. Del territorio y la ciudadanía
Título II. De los derechos individuales y políticos
Título III. Del gobierno de la República
Título IV.De la Asamblea de Representantes
Título V. Disposiciones Generales
El primer título reviste significado especial para la teoría política, pues en él se
delimita el territorio, se refrenda las condiciones para reconocerse como
cubanos que bien puede identificarse con ciudadano si tenemos en cuenta los
derechos que se le otorga en el título II y los deberes que esto entraña.
Con el artículo 1 se inicia una tradición constitucional cubana, la descripción del
territorio sobre el cual tiene vigor, que posteriormente servirá de defensa ante
los intentos de Estados Unidos de América de despojarnos de la Isla de Pinos,
hoy Isla de la Juventud
Artículo 1.- La República de Cuba comprende el territorio que ocupe la
Isla de Cuba e islas y cayos adyacentes. Una ley determinará la división
del Territorio.

En el título II se despliega su parte dogmática avanzada para la época al


reconocerse la existencia de derechos individuales y políticos, destacando el
derecho de la libertad. Aunque ya están los límites del poder, no están las
garantías constitucionales, es decir el compromiso por parte del Estado de
garantizar el ejercicio de los derechos refrendados
En el título III encontramos la Parte Orgánica, dividido en cinco secciones que
ordenan el funcionamiento del aparato estatal. Mientras que el título IV incluía
la posibilidad de reforma
Artículo 38.- La Asamblea de Representantes deberá reunirse a los dos años
de promulgada esta ley y tendrá facultades para hacer una nueva Constitución
o modificar ésta, censurar la gestión del Gobierno y proveer a todas las
necesidades de la República.
Esta constitución sólo rige un año debido a la intervención de los Estados
Unidos en la guerra, que conllevó a la derrota militar de España y frustrar la
victoria de los independentistas cubanos
CONCLUSIÓN PARCIAL
Las constituciones mambisas, se nutrieron del pensamiento político más
avanzado de la época y constituyeron ensayos de ordenamiento político-
jurídico del proceso independentista, fue el intento de dar personalidad jurídica
al Estado que luchaba por su reconocimiento por parte del resto del mundo.
Pero no tuvieron en cuenta que refrendaban el ordenamiento político de un
Estado que estaba por constituirse, como en su tiempo alertaba Máximo
Gómez refiriéndose a los constituyentes “…Se han creído que forman un
gobierno real y efectivo y hablan de Constitución y de Leyes cuando a mi juicio
lo que hemos querido presentar es una simple fórmula de gobierno para altos
fines políticos exteriores y nada más; que para nuestra vida política interior, ni
eso puede ser útil, ni lo necesitamos para nada hasta tanto sea libre la tierra…”
( de Armas 1972. p. 70-71 ) Claramente se estaba refiriendo a las profundas
contradicciones que a pesar de múltiples intentos se mantuvo entre el poder
civil y el militar.
Teniendo en cuenta las condiciones en que estas fueron elaboradas sólo
fueron aprobadas por la dirección política del movimiento independentista,
reunida en Asamblea Constituyente; tuvieron un alcance y vigencia en extremo
limitado ya que éstos alcanzaron a regir solamente en aquellos territorios
ocupados por el ejército libertador.
Las constituciones mambisas intentaron reflejar las demandas de su época sin
embargo las aprobadas en la guerra iniciada en 1895 sufren al igual que las
constituciones de la República Neocolonial del pecado capital de no incluir en
ellas el ideario Martiano.
No obstante poseen un inmenso valor histórico y son muestra fehaciente del
ideario liberal imperante en el pensamiento cubano decimonónico, el mismo
que nutriría posteriormente el nuevo ordenamiento constitucional que se erigiría
una vez lograda la independencia y construido el Estado nacional cubano.

Las constituciones de la etapa neocolonial.


Fue la Constitución de 1901, como afirma en su preámbulo: “…la Ley
fundamental de su organización, como Estado independiente y soberano,
estableciendo un gobierno capaz de cumplir sus obligaciones internacionales,
mantener el orden, asegurar la libertad, la justicia y promover el bienestar
general…”
Es decir, el momento fundacional de un Estado soberano, reconocido como tal
por el resto del mundo, sin embargo dicha soberanía había quedado cercenada
por la Enmienda Platt y no es que lo digamos nosotros los cubanos, sino el
propio Leonard Wood afirma en carta confidencial a Theodore Roosevelt:
“…por supuesto que a Cuba se le ha dejado poca o ninguna independencia con
la Enmienda Platt y lo único indicado ahora es buscar la anexión (…) No puede
hacer ciertos tratados sin nuestro consentimiento, ni pedir préstamos más allá
de ciertos límites y debe mantener las condiciones sanitarias que se le han
preceptuado, por todo lo cual es evidente que está en lo absoluto en nuestras
manos y creo que no hay un gobierno europeo que la considere por el
momento otra cosa sino lo que es, una verdadera dependencia de Estados
Unidos…”
La constitución tiene carácter liberal-democrático inspirada por la Constitución
Americana de 1789, sólo se diferenciaba en que dependía de ella, pues la
Enmienda Platt había sido aprobada por el Congreso Norteamericano.
En ella encontramos las cuatro partes de una Constitución que sigue un
modelo burgués; es decir, Preámbulo, Parte Dogmática, Parte Orgánica y
Cláusula de Reforma. Está conformada por 115 artículos organizados en 14
títulos y siete disposiciones transitorias.
Título I: de la nación, de su forma de gobierno y del territorio nacional.
Título II: De los cubanos.
Título III: De los extranjeros
Título IV: De los derechos que garantiza esta Constitución.
Título V: De la soberanía y los poderes públicos.
Título VI: Del Poder Legislativo.
Título VII: Del poder Ejecutivo.
Título VIII: Del Vicepresidente de la República.
Título IX: De los secretarios de Despacho.
Título X: Del Poder Judicial.
Título XI: Del régimen provincial.
Título XII: Del régimen municipal.
Título XIII: De la Hacienda Nacional.
Título XIV: De la Reforma de la Constitución.
(de la Fuente 1989. pag.69-70)
El Artículo 2, continúa el precedente establecido en la Constitución de la Yaya,
al describir los límites del territorio nacional al plantear que “Componen el
territorio de la República, la Isla de Cuba, así como las islas y cayos
adyacentes que con ella estaban bajo la soberanía de España hasta la
ratificación del Tratado de París de 10 de Diciembre de 1898”. El cual fue el
presupuesto jurídico-político en que se sustentó la defensa de la Isla de Pinos,
hoy Isla de la Juventud.
Los títulos II al IV expresan la parte dogmática, en ella queda establecido la
diferencia entre la condición de cubano por nacimiento y por naturalización con
lo cual se identifica la definición de cubano con la de ciudadano. También se
refrendan los deberes y derechos tanto de cubanos como extranjeros.
Respecto a los derechos individuales la mayoría de ellos ya estaban
reconocidos en la Constitución de la Yaya por lo que podemos afirmar que en
términos de derechos no hubo avances, a pesar de constituirse como Estado
soberano e independiente.
A diferencia de las constituciones mambisas donde los esclavos y extranjeros
miembros del ejército libertador adquirían la condición de cubanos de manera
automática, en esta deben solicitarla en un plazo no mayor de seis meses. Si
se tiene en cuenta los niveles de analfabetismo reinantes que obstaculizan todo
proceso de reclamación, podemos afirmar que en la práctica muchos quedaron
excluidos del disfrute de los escasos derechos que otorgaba la constitución.
Artículo 6: Son cubanos por naturalización:
1. Los extranjeros que, habiendo pertenecido al Ejército Libertador, reclamen
la nacionalidad cubana dentro de los seis meses siguientes a la promulgación
de esta Constitución.
El Artículo 14 como afirma de la Fuente (1989) es una novedad constitucional
en Cuba al refrendar que: “No podrá imponerse en ningún caso, la pena de
muerte por delitos de carácter político, los cuales serán definidos por la Ley.”
Leyes que no fueron aprobadas trayendo como consecuencia su utilización
arbitraria y en muchas ocasiones los asesinatos extraoficiales.
Del derecho al sufragio quedan excluidos las mujeres y los miembros de las
fuerzas armadas
Artículo 38: “Todos los cubanos, varones, mayores de 21 años tienen derecho
de sufragio con excepción de los siguientes:
Primero:
Los asilados.
Segundo:
Los incapacitados mentalmente, previa declaración judicial de su incapacidad.
Tercero:
Los inhabilitados judicialmente por causa de delito.
Cuarto:
Los individuos pertenecientes a las fuerzas de mar y de tierra, que estuvieren
en servicio activo.
Otro rasgo que caracteriza su parte dogmática es que el mismo artículo que
reconoce un derecho lo mutila en función de la protección el sistema político
imperante como ejemplo los artículos 25 y 28
Artículo 25: Toda persona podrá libremente y sin sujeción a censura previa,
emitir su pensamiento, de palabra o por escrito, por medio de la imprenta o por
cualquier otro procedimiento, sin perjuicio de las responsabilidades que
impongan las leyes, cuando por algunos de aquellos medios se atente
contra la honra de las personas, el orden social o la tranquilidad pública.
Artículo 28: Todos los habitantes de la República tienen el derecho de reunirse
pacíficamente y sin armas, y el de asociarse para todos los fines lícitos de la
vida.
Aunque no está de manera explícita reconocida la propiedad privada capitalista
si la encontramos implícitamente en los artículos 32 y 33. Artículos que
reafirman su carácter burgués.
Artículo 32: Nadie podrá ser privado de su propiedad, sino por autoridad
competente y por causa justificada de utilidad pública, previa la
correspondiente indemnización. Si no precediese este requisito, los Jueces y
Tribunales ampararán y, en su caso, reintegrarán al expropiado.
Artículo 33: No podrá imponerse, en ningún caso, la pena de confiscación de
bienes.

Así mismo de la Fuente (1989) reconoce como funesta novedad constitucional


los artículos 40, 41 y 42 al refrendar la posibilidad de suspensión de las
garantías constitucionales, pues constituyó un artificio constitucional que le
permitió a los gobiernos neocoloniales reprimir a las masas populares en
períodos de auge revolucionario sin estar comprometidos jurídicamente (pág.
75-76)

Mientras que los títulos V al XIII expresan la parte orgánica, en ella queda
refrendada la estructura política de la República. Se estableció un régimen
republicano y representativo, estructurado en la célebre división de poderes de
Montesquieu. El Legislativo se componía de un Senado y una Cámara de
Representantes (sistema bicameral), un Poder Judicial con una relativa
independencia, haciendo a sus componentes inamovibles, pero dependientes
del ejecutivo y a veces también del legislativo en cuanto a sus nombramientos.
El poder Ejecutivo concentraba en cambio gran poder en sus manos al tener
entre sus atribuciones.
Artículo 68: Corresponde al Presidente de la República:
1. Sancionar y promulgar las leyes, ejecutarlas y hacerlas ejecutar; dictar
cuando no lo hubiere hecho el Congreso, los reglamentos para la mejor
ejecución de las leyes; y expedir, además, los decretos y las órdenes que, para
este fin y para cuanto incumba al gobierno y administración del Estado, creyere
convenientes, sin contravenir en ningún caso lo establecido en dichas leyes. 9.
Nombrar, con la aprobación del Senado, al Presidente y Magistrados del
Tribunal Supremo de Justicia, y a los Representantes diplomáticos y Agentes
consulares de la República; pudiendo hacer nombramientos interinos de dichos
funcionarios, cuando en caso de vacante, no esté el Senado.
11. Suspender el ejercicio de los derechos que se enumeran en el art. 40 de
esta Constitución, en los casos y en la forma que se expresan los artículos 41 y
42.
12. Suspender los acuerdos de los Consejos Provinciales y de los 17.
Disponer, como Jefe Supremo, de las fuerzas de mar y tierra de la República.
Proveer a la defensa de su territorio, dando cuenta al Congreso; y a la
conservación del orden interior. Siempre que hubiese peligro de invasión o
cuando alguna rebelión amenazare gravemente la seguridad pública, no
estando reunido el Congreso, el Presidente lo convocará sin demora, para la
resolución que corresponda. Ayuntamientos, en los casos y en la forma que
determina esta Constitución.

La elección del presidente, la duración del periodo presidencial, así como los
periodos que puede mantenerse como tal son legislados a imagen y semejanza
de Estados Unidos

Artículo 66: El Presidente de la República será elegido por sufragio de segundo


grado, en un solo día, y conforme al procedimiento que establezca la Ley. El
cargo durará cuatro años; y nadie podrá ser Presidente en tres períodos
consecutivos.
Mientras que el presidente es elegido a través del sufragio indirecto y
ratificado por el Congreso, los representantes, senadores, gobernadores,
concejales y alcaldes se eligen a través del sufragio directo. (Art 48, 92,103 y
104)
Y finaliza con la cláusula de reforma expresada en el título XIV, en particular el
artículo 115, donde quedan refrendadas las condiciones que puede ser
reformada la constitución vigente. Título que aprovecha Gerardo Machado en
1928 al promover una reforma que prorrogara su período de gobierno a pesar
de la crecida oposición.

La Constitución de 1940, fue considerada la más avanzada de las


constituciones burguesas de América en aquel momento, dando cumplimiento
a su Disposición final entra en vigor en Guáimaro, el 10 de octubre de 1940.
Expresa el pensamiento político cubano de la década, logrado por consenso
público y formalizado por la Asamblea Constituyente, integrada por 76
delegados electos entre los candidatos de 9 partidos políticos, que quedaron
distribuidos como sigue:

Por el Bloque Gubernamental:


Partido Liberal: 17 delegados
Partido Nacionalista: 9 delegados
Unión Revolucionaria Comunista: 6 delegados
Conjunto Nacional Democrático: 3 delegados
Partido Nacional Revolucionario: 1 delegado

Por el Bloque de Oposición:


Partido Revolucionario Cubano Auténtico: 17 delegados
Partido Demócrata Republicano: 15 delegados
Partido Acción Republicana: 4 delegados
Partido ABC: 4 delegados
(de la Fuente; pags. 151-154)

También en ella encontramos las cuatro partes de una Constitución que sigue
un modelo burgués; Está conformada por 286 artículos organizados en 19
títulos, disposiciones transitorias para los títulos II al VII, IX y XIV al XVII,
además de una Transitoria Final y una Disposición Final.
Título I: De la nación, su territorio y formas de gobierno.
Título II: De la nacionalidad.
Título III: De los extranjería
Título IV: Derechos fundamentales.
Título V: De la familia y la cultura.
Título VI: Del trabajo y la propiedad.
Título VII: Del sufragio y los oficios públicos.
Título VIII: DelosÓrganos del Estado.
Título IX: DelPoder legislativo.
Título X: Del Poder Ejecutivo
Título XI: Del Vicepresidente de la República
Título XII: Del Consejo de Ministros
Título XIII: De las relaciones entre el Congreso y el Gobierno
Título XIV: Del Poder Judicial.
Título XV: Del régimen municipal.
Título XVI: Del régimen provincial.
Título XVII: Hacienda Pública.
Título XVIII: Del Estado de Emergencia.
Título XIX: De la Reforma Constitucional.
(de la Fuente 1989. Pág. 156)

El título I especifica los rasgos del Estado, queda refrendado su carácter


independiente y soberano organizado como república unitaria y democrática,
se reconoce el pueblo como fuente de soberanía, así mismo la Bandera de
Narciso López, el Himno de Bayamo y el Escudo Nacional como símbolos
patrios y el español como idioma oficial.

En el Artículo 3, se continúa la tradición cubana de delimitar


constitucionalmente los límites del Estado, ahora con una mayor precisión al
plantear: “El territorio de la República está integrado por la Isla de Cuba, la Isla
de Pinos y las demás islas y cayos adyacentes que con ellas estuvieron bajo la
soberanía de España hasta la ratificación del Tratado de París, de diez de
diciembre de mil ochocientos noventa y ocho. La República no concertar ni
ratificar pactos o tratados que en forma alguna limiten o menoscaben la
soberanía nacional o la integridad del territorio”.

El artículo 7 refleja el contexto internacional imperante al afirmar que: “Cuba


condena la guerra de agresión; aspira a vivir en paz con los demás Estados y a
mantener con ellos relaciones y vínculos de cultura y de comercio. El Estado
cubano hace suyos los principios y prácticas del Derecho Internacional que
propendan a la solidaridad humana, al respeto de la soberanía de los pueblos,
a la reciprocidad entre los Estados y a la paz y la civilización universales.

En la parte dogmática (título II hasta el VII), aunque se mantiene la confusión


entre cubanos y ciudadanos al menos se utiliza el término al quedar
refrendados los deberes y derechos de ciudadanos y extranjeros, que incluye
derechos sociales, económicos y políticos, como por ejemplo:

Artículo 20: Todos los cubanos son iguales ante la Ley. La República no
reconoce fueros ni privilegios.

Se declara ilegal y punible toda discriminación por motivo de sexo, raza, color o
clase, y cualquiera otra lesiva a la dignidad humana. La Ley establecerá las
sanciones en que incurran los infractores de este precepto.

Artículo 60: El trabajo es un derecho inalienable del individuo. El Estado


empleará los recursos que están a su alcance para proporcionar
ocupación a todo el que carezca de ella y asegurará a todo trabajador,
manual o intelectual, las condiciones económicas necesarias a una
existencia digna.

Artículo 64: Queda totalmente prohibido el pago en vales, fichas, mercancías o


cualquier otro signo representativo con que se pretenda sustituir la moneda de
curso legal. Su contravención será sancionada por la Ley.
Los jornaleros percibirán su salario en plazo no mayor de una semana.
Artículo 71: Se reconoce el derecho de los trabajadores a la huelga y el de los
patronos al paro, conforme a la regulación que la Ley establezca para el
ejercicio de ambos derechos.

A pesar de lo avanzado de su articulado respecto a los derechos encontramos


contradicciones entre ellos como por ejemplo entre el 37, 38 y 69 que dicen:
Artículo 37: Los habitantes de la República tienen el derecho de reunirse
pacíficamente y sin armas y el de desfilar y asociarse para todos los fines
lícitos de la vida, conforme a las normas legales correspondientes, sin más
limitación que la indispensable para asegurar el orden público.
Es ilícita la formación y existencia de organizaciones políticas contrarias al
régimen de gobierno representativo democrático de la República, o que atenten
contra la plenitud de la soberanía nacional.
Artículo 38: Se declara punible todo acto por el cual se prohíba o limite al
ciudadano participar en la vida política de la nación.

Artículo 69: Se reconoce el derecho de sindicación a los patronos, empleados


privados y obreros, para los fines exclusivos de su actividad económico-social.
La autoridad competente tendrá un término de treinta días para admitir o
rechazar la inscripción de un sindicato obrero o patronal. La inscripción
determinará la personalidad jurídica del sindicato obrero patronal. La Ley
regulará lo concerniente al reconocimiento del sindicato por los patronos y por
los obreros respectivamente…

Es decir se reconoce el derecho del ciudadano a asociarse para participar en la


vida política del país siempre y cuando no debilite las bases del sistema político
capitalista imperante.

Las letras en negro constituyen un llamado al análisis de las razones que


convirtieron a la Constitución más avanzada de la época en letra muerta, pues
las leyes complementarias que refieren cada uno de los artículos mencionados
no se aprobaron hasta después del triunfo de la Revolución ya que afectaban
los intereses de la burguesía cubana dependiente de los grandes monopolistas
yanquis, principales perjudicados si estas entraban en vigor.

Como afirma de la Fuente (1989) era imposible que un país dominado por una
oligarquía latifundista, industrial azucarera e importadora, dependiente de los
grandes intereses estadounidenses se pudieran dictar las leyes
complementarias necesarias para:

1- La no concertación ni ratificación de tratados que afectasen la soberanía


nacional y la integridad del territorio. (Artículo 3)
2- Proteger a la niñez y a la juventud contra la explotación y el abandono
material y moral. (Artículo 45)
3- Que la investigación científica fuese libre y un interés primordial del Estado
(Artículo 47) (pág. 179)

Especial atención requiere el Artículo 87, pues a diferencia de la Constitución


de 1901, esta refrenda de manera explícita la propiedad privada y con ella el
carácter burgués de la nueva Constitución al plantear:

“El Estado cubano reconoce la existencia y legitimidad de la propiedad privada


en su más amplio concepto de función social y sin más limitaciones que
aquellas que por motivos de necesidad pública o interés social establezca la
Ley.

Aunque en el artículo 90 se prohíbe el latifundio “Se proscribe el latifundio y a


los efectos de su desaparición, la Ley señalará el máximo de extensión de la
propiedad que cada persona o entidad pueda poseer para cada tipo de
explotación a que la tierra se dedique y tomando en cuenta las respectivas
peculiaridades. La Ley limitará restrictivamente la adquisición y posesión
de la tierra por personas y compañías extranjeras y adoptará medidas que
tiendan a revertir la tierra al cubano. Como en los ejemplos anteriores y por
las mismas razones, dichas leyes nunca de escribieron.

Esta Constitución a diferencia de la de 1901 se dedica el título VII a refrendar


todo lo relacionado con al sufragio (artículos del 97-104)
Artículo 97: Se establece para todos los ciudadanos cubanos, como derecho,
deber y función, el sufragio universal, igualitario y secreto. Esta función será
obligatoria, y todo el que, salvo impedimento admitido por la Ley, dejare de
votar en una elección o referendo, será objeto de las sanciones que la Ley le
imponga y carecerá de capacidad para ocupar magistratura o cargo público
alguno durante dos años, a partir de la fecha de la infracción.
Artículo 98: Por medio del referendo el pueblo expresa su opinión sobre las
cuestiones que se le someta. (…)
Artículo 99: Son electores todos los cubanos, de uno u otro sexo, mayores de
veinte años, con excepción de los siguientes:
a) Los asilados.
b) Los incapacitados mentalmente, previa declaración judicial de su
incapacidad.
c) Los inhabilitados judicialmente por causa de delito.
d) Los individuos pertenecientes a las fuerzas armadas o de policía, que estén
en servicio activo.

Estos artículos son fruto de las luchas por el reconocimiento del derecho a la
participación en la toma de decisiones de amplios sectores del pueblo, incluye
a las mujeres y a todo cubano mayor de 21 años sin importar su condición
social.

Así mismo refrenda el sistema multipartidista en el proceso electoral


Artículo 102: Es libre la organización de partidos y asociaciones políticas. No
podrán, sin embargo, formarse agrupaciones políticas de razas, sexo o clase.
Para la constitución de nuevos partidos políticos es indispensable presentar,
junto con la solicitud correspondiente, un número de adhesiones igual o mayor
al dos por ciento del censo electoral correspondiente, según se trate de
partidos nacionales, provinciales o municipales.
El partido que en una elección general o especial no obtenga un número de
votos que represente dicho tanto por ciento desaparecerá como tal y se
procederá de oficio a tacharlo del Registro de Partidos. Sólo podrán presentar
candidatura los partidos políticos que, teniendo un número de afiliado no menor
que el fijado en este Artículo se hayan organizado o reorganizado, según los
casos, antes de la elección.
Los partidos políticos se reorganizarán en un solo día, seis meses antes de
cada elección presidencial o de gobernadores y de alcaldes o concejales, o
para delegados a una Convención Constituyente. El Tribunal Superior Electoral
tachará, de oficio, del Registro de Partidos los que en tal oportunidad no se
reorganizaren.
Las asambleas de los partidos conservarán todas sus facultades y no podrán
disolverse sino mediante reorganización legal. En todo caso, serán los únicos
organismos encargados de acordar postulaciones, sin que en ningún caso
pueda delegarse esta facultad.

Su parte orgánica la podemos identificar desde los títulos VIII hasta el XVIII, en
este encontramos correcciones dirigidas a limitar el poder ejecutivo con la
intencionalidad de evitar las dictaduras como la de Machado, sin renunciar a su
esencia burguesa.

Se mantiene la tradicional división de poderes:


Artículo 118: El Estado ejerce sus funciones por medio de los Poderes
Legislativo, Ejecutivo y Judicial y los organismos reconocidos en la Constitución
o que conforme a la misma se establezcan por la Ley.

A diferencia de la Constitución de 1901 en el Artículo 140 queda aprobado que:


El Presidente de la República será elegido por sufragio universal, igual, directo
y secreto, en un solo día, para un período de cuatro años, conforme al
procedimiento que establezca la Ley.
El cómputo de la votación se hará por provincias. Al candidato que mayor
número de sufragios obtenga en cada una de ellas se le contará un número de
votos provinciales igual al total de senadores y representantes que, conforme a
la Ley, corresponda elegir al electorado de las provincia respectiva y se
considerará electo el que mayor número de votos provinciales acumule en toda
la República.
El que haya ocupado una vez el cargo no podrá desempeñarlo nuevamente
hasta ocho años después de haber cesado en el mismo.
Y del sistema presidencial, se pasa a semiparlamentario, que reduce las
prerrogativas del poder ejecutivo y obliga a este último a buscar consenso en el
Congreso.

Conclusión Parcial
- Tienen carácter liberal-democrático inspirada por la Constitución Americana
de 1789, expresión de los nuevos métodos de explotación semicolonial, al
responder a los intereses de la burguesía nacional subordinada a los intereses
imperiales de Estados Unidos de América
- Ambas sufren del pecado capital de no incluir en ellas el ideario Martiano.
- Aunque en términos de derechos ciudadanos la Constitución de 1940 es más
avanzada, en la práctica estos no se materializan, ambas aseguran el poder de
la burguesía dependiente.

Bibliografía
-Bobbio Norberto y Mati'eucci Nicola.1981. Diccionario de Política. México
Editores Siglo XXI.
-Cañizares, Fernando. D 1979. Teoría del Estado. La Habana. Editorial Pueblo
y Educación.
-Carta de Leonardo Wood a Theodore Roosevelt fechada el 28 de octubre
1901 en http://.cubagob.cu/otras_info/minfar/enmienda_platt.htm.
-Constitución de 1901. Recuperado de http:// www. TODO sobre las Diferentes
Constituciones Cubanas.htm.
-Constitución de 1940. Recuperado de http:// www. TODO sobre las Diferentes
Constituciones Cubanas.htm
-Constitución de Baraguá 1878. Recuperado de http:// www. TODO sobre las
Diferentes Constituciones Cubanas.htm
-Constitución de Guáimaro 1869. Recuperado de http:// www. TODO sobre las
Diferentes Constituciones Cubanas.htm.
-Constitución de Jimaguayú 1895. Recuperado de http:// www. TODO sobre las
Diferentes Constituciones Cubanas.htm.
-Constitución de La Yaya 1897. Recuperado de http:// www. TODO sobre las
Diferentes Constituciones Cubanas.htm
-de Armas R. 1972. Máximo Gómez en la Revolución pospuesta. Destino de la
Revolución Martiana de 1895. La Habana. Editorial Ciencias Sociales.
-de la Fuente Jorge. 1989. Análisis Constitucional desde Jimaguayú hasta el
40. La Habana. Editorial de Ciencias Sociales.
-Declaración de los Derechos del Hombre de 1789 Recuperado de
http://www.fmmeducación.com.ar/Historia/Documentoshist/1789derechos.htm
-González J. 2014. Libro de texto. Manuscrito no publicado.
-Historia del Constitucionalismo cubano. Recuperado de
Historia_del_constitucionalismo_cubano.htm. fecha 3 abril 2019
-Linares Quintana Segundo.1953. Segundo Tratado de la Ciencia del Derecho
Constitucional. Buenos Aires, Editorial Alfa, Tomo II. Capítulo I.
-Martí J. 1975,Obras Completas, vols.1-27, La Habana, Editora Ciencias
Sociales.
Ochoa del Río José Augusto. El Control Constitucional. Caso Cuba.
Recuperado de Eumed.net, Constitución/Cuba/Control Constitucional.htm.
febrero 2010,
-Olano Valderrama. C.A. y Olano García. 2000. H.A. (3ª ed.) Bogotá. Ediciones
Librería del Profesional.
- Torres-Cueva E y Loyola Vega O. 2001. Historia de Cuba 1492-1898.
Formación y Liberación de la Nación. La Habana. Editorial Pueblo y Educación.

Regresar al Índice

Capítulo 3: El sistema político cubano. Principales desafíos


3.1- Enfoque Periodizador del Sistema Político Cubano (1959-2018)
Omar Félix Díaz Escalona
Dr. Ciencias Políticas. Profesor Titular
La Habana, 2019

A modo de presentación
En todo el proceso revolucionario desde el triunfo de la Revolución y durante la
construcción socialista ha estado presente lo expresado por Lenin (1981) en su
trabajo Una gran iniciativa:

Para triunfar, para crear y consolidar el socialismo, el proletariado debe resolver


una tarea doble, o, más bien, una tarea única con dos aspectos: primero, (…) atraer
a toda la masa de trabajadores y explotados, organizarla, dirigir sus esfuerzos para
derrocar a la burguesía y aplastar plenamente cualquier resistencia por parte de
ésta; segundo, conducir a toda la masa de trabajadores y explotados, así como a
todos los sectores de la pequeña burguesía, al camino de la nueva construcción
económica, (…) de la creación de las nuevas relaciones sociales, de una nueva
disciplina laboral y de una nueva organización del trabajo (…) con la agrupación en
masa de los trabajadores conscientes, entregados a la gran producción socialista…
(pp. 229-230).

Estos criterios leninistas han sido tenidos en cuenta por la máxima dirección
de la Revolución, pero desde luego ajustados a las características y
singularidades propias del proceso revolucionario, lo que constituye una de las
grandes genialidades de Fidel Castro.
El estudio del sistema político cubano no es nuevo, no pocos autores han
incursionado sobre el mismo, tanto desde posiciones marxistas como desde
otras posiciones ideológicas contrarias a estas.
La comunidad científica cubana ha considerado acertadamente que, a partir
de la declaración del carácter socialista de la Revolución en abril de 1961, el
sistema político cubano se denomina sistema político cubano de transición
hacia el socialismo, por encontrarnos justamente en el período de transición del
capitalismo hacia el socialismo, tal y como lo expusieron Carlos Marx (1975,
pp.48-49) y V.I. Lenin (1981, pp.358-371). El primero, en 1875, en el trabajo
“Crítica del Programa de Gotha” y, en el caso del segundo, abordó este
problema, fundamentalmente, en la obra “El Estado y la revolución”, en el año
1917. No obstante, en los documentos legales como la Constitución de la
República, los documentos rectores del Partido Comunista de Cuba, en
discursos de Fidel Castro y Raúl Castro, así como, en otros documentos y
textos, se plantea el carácter socialista de nuestro país, es decir, Cuba como
Estado de derecho o país socialista. (1) Además, se identifica este periodo de
transición al socialismo como construcción del socialismo.
Es conveniente, asimismo, señalar que no será posible avanzar en la
construcción del socialismo o periodo de tránsito, al menos es la experiencia
que ofrece la historia, con solo tomar el poder político y seguir gobernando con
la maquinaria burguesa: el Estado capitalista. Hay que emprender radicalmente
la demolición, la destrucción total de ese Estado y comenzar a construir uno
nuevo, el socialista. Es decir, desde las ruinas de aquel ir levantando y
construyendo las bases del Estado por edificar, especialmente la liquidación
absoluta, aunque paulatina, de las relaciones económicas anteriores, las
relaciones de la propiedad privada sobre los medios de producción, para
establecer definitivamente las nuevas relaciones económicas socialistas, en
primer lugar, la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios
fundamentales de producción.
Lo anterior no quiere decir, ser dogmáticos, ingenuos y pretender desechar
todo lo útil que debe emplearse del anterior régimen, para construir la nueva
sociedad, cuestión que siempre estuvo clara para los clásicos del marxismo y
leninismo y en el pensamiento revolucionario cubano, por los principales líderes
de la Revolución Cubana, particularmente por Fidel Castro.
Este principio inviolable lo tuvo presente la Revolución Cubana, una vez que
toma el poder político en enero de 1959: ir demoliendo poco a poco todo el
andamiaje capitalista que existía e ir creando nuevas instituciones y
organizaciones políticas, sociales y de masas, acorde con las circunstancias
que se iban presentando, pero especial prioridad se le brindó al cambio radical
de las relaciones económicas capitalistas.
En este sentido, es preciso apuntar que no siempre se comprende la dimensión
exacta de lo complejo que es construir el socialismo, tanto desde el punto de
vista teórico como práctico. Lenin fundamentó que se trataba de una lucha a
muerte entre los dos sistemas, entre el capitalismo y el socialismo que se
quiere construir, destacando que esa transición revolucionaria, “...no puede
menos de ser un período de lucha entre el capitalismo agonizante y el
comunismo naciente; o en otras palabras; entre el capitalismo vencido, pero no
aniquilado y el comunismo ya nacido, pero muy débil aún” (Lenin, 1981, p.288).
Se trata de ¿quién vencerá a quién?
Acerca de lo complicado que es construir el socialismo como sistema político,
económico y social nuevo se debe tener presente, además, coincidente con el
pensamiento leninista, estas tres ideas básicas que siguen. La primera del Che
Guevara (1988):

El camino es largo y lleno de dificultades. A veces, por extraviar la ruta, hay que
retroceder; otras, por caminar demasiado aprisa, nos separamos de las masas (…).
En nuestra ambición de revolucionarios, tratamos de caminar tan aprisa como sea
posible, abriendo caminos, pero sabemos que tenemos que nutrirnos de la masa y
que esta solo podrá avanzar más rápido si la alentamos con nuestro ejemplo.
(p.13).

La segunda, de Raúl Castro (1999a): “La construcción del socialismo, en las


actuales circunstancias, es un viaje a lo ignoto; tenemos que ver las
experiencias de otros, pero seguir creando nuestros propios conceptos” p.3). Y
la tercera, de Fidel Castro (2005): “Una conclusión que he sacado al cabo de
muchos años: entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más
importante error era creer que alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía
de cómo se construye el socialismo. Parecía ciencia sabida... (p.12).
En cuanto a presentar una periodización, de por sí tiene sus complejidades y
no pocas veces tiende a la polémica. Dicha complejidad tiene carácter
superlativo cuando se trata de un sistema político que se encuentra, como se
señala arriba, en tránsito hacia el socialismo.
Al consultar la bibliografía sobre el tema se aprecia una coincidencia en
general, al periodizar el surgimiento y desarrollo del sistema político cubano, en
cuanto que atraviesa por cuatro etapas fundamentales. Algunos autores
mantienen este criterio, no obstante abordar este asunto posterior a la
celebración del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, celebrado en abril
de 2011, pues a partir de aquí se abre una nueva etapa en el funcionamiento
del sistema político cubano, cuestión que más adelante es pretensión
demostrar.
Al evaluar la periodización que ofrece el doctor Emilio Duharte Díaz (2000,
p.131) y la de otros que coinciden con ella en general y visto el criterio
periodizador que asumen, se considera en esta periodización que proponemos,
del siguiente modo: los momentos más significativos que produjeron los
principales cambios en el funcionamiento del sistema político, referidos
fundamentalmente a la organización política de la sociedad cubana. A pesar de
su relación directa y dialéctica con otros componentes principales como son las
relaciones políticas, la cultura política y las normativas políticas y jurídicas.
En tanto, la caracterización que se expone a continuación de las diferentes
etapas de cada periodo, tiene el propósito de destacar los principales
momentos que más influyeron en el desarrollo y consolidación del sistema
político cubano, ajustado al criterio formulado de periodización, a pesar de que
no existe, como se precisó, una barrera limítrofe con otros componentes
principales del mismo.
No es nada sencillo realizar periodizaciones, es un asunto bien difícil, incluso
para algunos especialistas del tema. En la propuesta nos atenemos a un solo
aspecto principal del sistema político como criterio que se asume, con el riesgo
de lo polémico que ello pueda resultar. Pero incluir otros aspectos significativos
como criterio periodizador, en opinión del autor, llevaría demasiado tiempo
hacerla, se hace mucho más compleja y con riesgo de determinadas
inexactitudes, pero también hay que tener presente las no pocas abstracciones
que tiene dicho proceso y conduciría a realizar un trabajo de carácter científico
más extenso, cosa que no obedece ahora al propósito de este trabajo.
En ella se tiene en cuenta como componentes en el desarrollo del sistema
político cubano, los vínculos directos en los contextos internacionales en que
ha estado presente. No es posible marginar la actitud hostil y agresiva del
imperialismo norteamericano y sus lacayos de manera constante desde el
propio triunfo revolucionario hasta la actualidad.
Tampoco puede soslayarse, la actitud asumida por el Estado, el Gobierno, el
Partido Comunista de Cuba y el pueblo cubano en relación con el principio de
solidaridad con las causas justas de liberación e independencia de los pueblos
del mundo y, en este sentido, las relaciones que se establecieron con la Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y el resto de los países que
componían el campo socialista. Estas relaciones estuvieron presentes, como
se sabe, hasta el inicio de la década del 90´, cuando sus sistemas políticos
socialistas desaparecieron y realizaron una involución hacia el capitalismo.
Hechas estas apreciaciones, la periodización que se presenta consiste en que
los periodos son más extensos que las etapas. Es decir, se consideran tres
periodos y dos etapas en cada uno. De este modo:
Primer Periodo de 1959 a 1975. Primera Etapa: 1959-1965 y Segunda Etapa:
1965-1975.
Segundo Periodo de 1975 a 1990. Primera Etapa: 1975-1986 y Segunda
Etapa: 1986-1990.
Tercer Periodo de 1990 hasta la actualidad. Primera Etapa: 1990-2011 y la
Segunda Etapa: 2011 hasta la actualidad.

Periodización del sistema político cubano desde 1959 hasta 2018

Primer Periodo. Desde la toma del poder político revolucionario en 1959 y


su consolidación hasta 1975.

Primera Etapa: desde 1959 hasta 1965, proceso democrático-popular


revolucionario y la culminación de la formación de la organización política
de la sociedad socialista cubana
Esta etapa se extiende hasta el año 1965. No es coincidente con la que
asumen otros autores, debido a aceptar como criterios periodizadores los
procesos económicos e históricos dados fundamentalmente; sin dejar de
obviarlos, la idea a validar sería cómo esos y otros procesos de diferentes
índoles y magnitudes ejercieron influencia significativa en aquellos de tipo
político y su manifestación práctica en lo social, concretamente en la
organización política de la sociedad cubana, es decir, en la formación y
desarrollo del Estado, en la creación y el papel del Partido Comunista de Cuba
y en la sociedad civil cubana. Desde luego, son preeminentes las decisiones
políticas que se van adoptando a medida que avanza el proceso revolucionario
cubano.
Al caracterizar esta etapa debe tenerse presente las cuestiones principales que
se esbozan a continuación.
Con el triunfo de la Revolución Cubana se inicia la etapa democrática-popular,
agraria y antiimperialista, que transcurrió de una manera rápida y radical para
pasar a la etapa socialista a partir de la segunda mitad de 1960 del siglo
pasado, y posteriormente, el 16 de abril de 1961, con el preludio de la agresión
por Playa Girón, se proclama el carácter socialista de la Revolución. Fue un
proceso único, no existe una barrera infranqueable entre la primera y el
comienzo de la otra, pues las medidas adoptadas de liberación nacional y las
de carácter democrático, que en ocasiones presentaron signos socialistas,
prepararon las condiciones propicias para ir estableciendo el carácter socialista
de la Revolución. La cuestión esencial en todo este proceso revolucionario es
quiénes lo dirigen, en manos de qué clase ahora está el poder político, es decir,
a qué intereses concretos responden: a los de las clases y sectores populares
que constituyen la base de sustentación de la revolución triunfante, cuya
dirección máxima parte de firmes posiciones martianas y marxistas leninistas.
Se iniciaba así una verdadera revolución social.
Hay que significar el enfrentamiento al carácter hostil y agresivo del
imperialismo norteamericano, que no solo se manifiesta en esta etapa. Tuvo
como propósito derrocar a la Revolución con la aplicación de diversas medidas
y acciones, como la guerra económica (bloqueo económico), la invasión militar
directa por Playa Girón, la Lucha Contra Bandidos, (LCB), la situación compleja
vivida durante la Crisis de Octubre en 1962 y las diferentes formas y vías de
carácter subversivo, también para desmontar, fundamentalmente desde el
punto de vista político e ideológico el sistema político cubano, actividades
subversivas que se extiende hasta la actualidad con los mismos objetivos
aunque pretendan cambiar ciertas formas en este diferendo que dura casi 60
años.
Los principales acontecimientos y medidas adoptadas por la dirección
revolucionaria que caracterizaron esta primera etapa fueron:

 La primera gran tarea de toda revolución social es la toma del poder político.
Con el triunfo de la Revolución en enero de 1959 se inicia en Cuba un nuevo
poder político, que permitió de inmediato realizar las principales
transformaciones estructurales como fueron entre otras, eliminar los
mecanismos e instituciones estatales que constituían las fuerzas organizadas
del aparato de poder del Estado burgués-latifundista, en todos sus aspectos:
económico, político-militar (policíaco), social y cultural. Estableciéndose el
Gobierno Revolucionario, quedando en manos de su Consejo de Ministros de
forma centralizada el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo, creándose las
condiciones propicias para disolver todas las estructuras de dicho Estado
burgués.
 Los primeros cambios radicales se realizaron acorde con el
restablecimiento de la Constitución de 1940 y la Ley Fundamental a partir del 7
de febrero del propio año 1959. Esta Ley mantuvo los preceptos más
avanzados de aquella, pero elimina totalmente las funciones y el papel del
Estado burgués-latifundista, al dejar de existir. Al mismo tiempo, se establecen
importantes modificaciones acorde con las nuevas tareas que emprendía la
Revolución.
 Quedó disuelto el Congreso de la República y todo el aparato de
dominación de la tiranía que lo integraban, fundamentalmente senadores,
representantes, gobernadores, alcaldes y concejales que ocuparon esos
cargos de manera fraudulentas, elegidos en una farsa electoral por Batista y
sus acólitos en 1958. De tal manera, fueron eliminados los órganos de poder
estatal y gubernamental, tanto en los niveles locales (municipios y provincias) y
a nivel nacional. En su lugar, ocuparon las funciones en esos niveles los
Comisionados del Gobierno Revolucionario, a la cabeza de los cuales, a nivel
nacional, actuaba el Gobierno Revolucionario con su Consejo de Ministros,
investido, como dijimos antes, de plenas facultades legislativas y ejecutivas.
 Se suspende por un término de 30 días la inamovilidad de los miembros del
Poder Judicial, iniciándose una depuración en el seno de este. La gran mayoría
de los miembros del Tribunal Supremo de Justicia, del Ministerio Fiscal y del
Tribunal Supremo Electoral, formaban parte de aquellos que habían servido a
los intereses del régimen tiránico de Batista. Fueron proscripto los Tribunales
de Urgencias destinado a reprimir las actividades políticas, democráticas y
revolucionarias. Se crean los Tribunales Revolucionarios para juzgar y
sancionar a los esbirros, torturadores, delatores y criminales de guerra. Las
transformaciones de los órganos de administración de justicia a favor del
pueblo, es decir de carácter popular primero y socialista después no se realizó
en los primeros momentos, sino de manera paulatina en el transcurso de los
años que cubre esta etapa.
 El viejo Ejército, la Policía Nacional, la Policía Secreta y demás cuerpos
represivos, instrumentos del régimen explotador y dictatorial, fueron
desarmados y disueltos, quedando en su lugar el Ejército Rebelde y la Policía
Nacional Revolucionaria, que pasaron por un proceso de formación e
institucionalización bajo las nuevas concepciones revolucionarias. En octubre
de 1959 se creó el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y las
Milicias Nacionales Revolucionarias, y, posteriormente el 6 de junio de 1961 el
Ministerio del Interior. Fueron estas instituciones las fuerzas armadas
principales del Gobierno Revolucionario que garantizaron el nuevo poder
político establecido desde el triunfo de la Revolución y su desarrollo posterior.
El pueblo se armó en defensa de su Revolución, principio leninista que justifica
que “Cualquier revolución vale algo sólo cuando es capaz de defenderse, pero
no aprende a hacerlo enseguida.” (V. I. Lenin, 1970, p. 568). Este principio
siempre se ha tenido muy presente hasta hoy.
 Otra expresión de soberanía lo constituyó la despedida de la misión militar
norteamericana que había asesorado al gobierno y al ejército batistiano.
 Por otro lado, fueron disueltos los partidos y grupos políticos que formaban
parte del sistema político anterior y que actuaban en correspondencia plena
con la dictadura de Batista. En poco tiempo y en la medida que la Revolución
se radicalizaba y marchaba hacia el socialismo otros partidos fueron
desapareciendo al no contar con la base social que los sustentaban, así como,
la idea cierta de que por el momento no se iban a realizar elecciones, hecho
que ejerció una gran influencia pues esos partidos burgueses tenían carácter
electoral y sus principales dirigentes se fueron del país.
 En esta etapa, la lucha de clases se manifestó de manera aguda entre los
desplazados del poder político y los que ahora asumían el nuevo poder, es
decir entre las fuerzas revolucionarias y las que se oponían, la
contrarrevolución, que desde entonces el imperialismo norteamericano siempre
apoyó de diferentes maneras. Esta lucha de clases se manifestó también
dentro del Gobierno Revolucionario con la existencia de un ala de derecha
formada por elementos burgueses y anticomunistas, encabezados
principalmente por el Presidente de la República Manuel Urrutia LLeó y el
Primer Ministro José Miró Cardona. Esto constituyó un freno para llevar
adelante los objetivos programáticos previstos, lo que implicaba eliminar con
rapidez la influencia negativa que ellos ejercían.
 A mediados de febrero se produce la primera crisis ministerial, pues
renuncia el Gabinete en pleno y, entonces, el Comandante en Jefe del Ejército
Rebelde, Fidel Castro Ruz asume el cargo de Primer Ministro desde el 16 de
este propio mes y se adoptan medidas encaminadas al fortalecimiento de la
composición clasista del gobierno. Pero este problema no se resolvió
definitivamente y en junio salen otros ministros. En la primera quincena de julio
se produce otra crisis política, pero de mayor magnitud, pues el presidente de
la República continuó su posición en contra de la promulgación de leyes
revolucionarias, ante esta situación Fidel renuncia al cargo de Primer Ministro.
Las causas de tal decisión las explica al pueblo, que en su inmensa mayoría
pide la renuncia de Urrutia, cuestión que se da inmediatamente, siendo
sustituido por Osvaldo Dorticós Torrado. Pasado seis meses, en lo esencial fue
depurada la composición clasista a favor del nuevo poder revolucionario que se
iba instaurando.
 La Primera Ley de Reforma Agraria, aprobada el 17 de mayo de 1959, fue
la medida política más radical e importante que toma la Revolución en sus
primeros momentos, pues va dirigida directamente a la eliminación del
latifundio en Cuba, a la clase burguesa latifundista y a las propiedades
extranjeras, en especial a la propiedad norteamericana. Es cierto que esta ley
todavía no posee un carácter socialista ya que el 70% de la tierra cultivable
estaban en manos privadas, pero en octubre de 1963, se promulga la Segunda
Ley de Reforma Agraria, dos años después que fuera declarado el carácter
socialista de la Revolución, entonces cambia esa correlación, la mayoría de
este tipo de propiedad en el campo, el 70%, pasa a ser propiedad socialista.
Fue un duro golpe al imperialismo.
 Ante la agresividad del gobierno estadunidense, que se manifiesta
fundamentalmente a partir de la aplicación de la Primera Ley de Reforma
Agraria para eliminar la Revolución, el Gobierno Revolucionario responde con
otras medidas radicales. El 6 de agosto de 1960 son nacionalizadas las
principales compañías norteamericanas; el 17 de septiembre de este año la
banca norteamericana y el 13 de octubre la banca cubana. Además de 382
grandes empresas del capital nacional. En estas cifras se incluyen 105
centrales azucareros. Ya en octubre de 1963 habían pasado a poder estatal:
“…el 95% de la industria; el 98% de la construcción; el 95% del transporte; el
70% de la agricultura; 75% del comercio minorista; el 100 % del comercio
mayorista” (Fung Riverón, T., 1986, p.149). Son medidas radicales contra la
gran propiedad privada capitalista.
 El 15 de octubre de 1960, Fidel Castro declara que el Programa del
Moncada había sido cumplido, en lo fundamental. Así en menos de dos años,
en lo fundamental, fue liquidado el Estado burgués-latifundista y fue
estableciéndose el nuevo Estado revolucionario.
 Por otro lado, a partir de la primera Ley de Reforma Agraria, se manifiesta
de forma aguda la lucha de clases, adoptándose por el imperialismo en alianza
con las clases desplazadas del poder, todo tipo de medidas y agresiones
contra la Revolución, lo que favoreció notablemente a una mayor radicalización
de la conciencia de las masas populares del proceso revolucionario.
 En el plano económico, el 5 de julio de 1960, el gobierno norteamericano
suprime la cuota azucarera en su mercado y como consecuencias de las
contramedidas que adopta la Revolución, el 3 de enero de 1961, rompe las
relaciones diplomáticas con el Gobierno cubano y el 3 de febrero de 1962
declara el bloqueo económico y comercial, que ha estado presente hasta hoy.
Junto a esto, el 31 de enero de este año, en la Octava Cumbre de la OEA
celebrada en Punta del Este, Uruguay, Cuba fue expulsada de ese organismo
regional, que como bien lo calificará el Canciller de la Dignidad, Raúl Roa, es
un Ministerio de Colonias yanqui. Todos los gobiernos latinoamericanos
rompieron relaciones diplomáticas con Cuba, excepto México. A pesar de esta
grave situación política creada, se mantuvo más sólida la solidaridad
internacional de los pueblos con la Revolución Cubana. La Unión Soviética y
los otros países del Campo Socialistas, así como los movimientos y países
progresistas, fortalecieron sus vínculos con nuestro país.
 Mientras esto sucede, desde el principio de la toma del poder político se
siguen adoptando medidas revolucionarias, como la reposición en sus empleos
a los trabajadores despedidos por causas políticas y sociales; el avance en la
eliminación del desempleo; confiscación de los bienes de los malversadores
enriquecidos con el erario público y en negocios sucios; medidas encaminadas
a la liberación del campesinado de sus condiciones de vida infrahumanas;
garantizar las condiciones humanas de trabajo para los obreros; liquidar el
analfabetismo con la realización de la Campaña de Alfabetización en 1961,
devenida revolución cultural; la enseñanza se estableció como servicio gratuito
para el pueblo, como lo fue también la atención a la salud de la población;
medidas concretas encaminadas a la eliminación paulatina de la discriminación
racial y la lucha por la igualdad de la mujer; la adopción y aplicación de la Ley
de Reforma Urbana, el 14 de octubre de 1960, que hizo propietarios de sus
viviendas a la inmensa mayoría de los cubanos, abonando alquileres rebajados
en un 50% para ir amortizando el costo del inmueble. Medidas todas estas que
beneficiaban a las clases más explotadas, a todo el pueblo.
 La agresividad del imperialismo no cesa en ningún momento. Acciones con
apoyo de la contrarrevolución interna, como: los sabotajes, asesinatos,
atentados para asesinar a Fidel Castro y otros dirigentes revolucionarios. Las
acciones agresivas, no solo se emplearon contra la economía, también tuvieron
una connotación de carácter político, social y subversivo como la
implementación de un conjunto de medidas de guerra sicológica que afectó
directamente a la población.
 En abril de 1961, el gobierno norteamericano utiliza como forma de
aniquilar la Revolución la agresión militar directa por Playa Girón. El 16 de abril
en el entierro a las víctimas como resultado de los ataques a los aeropuertos el
día anterior, el Comandante en Jefe Fidel Castro declara el carácter socialista
de la Revolución y llama a todo el pueblo armado a combatir y derrotar al
enemigo, que horas después desembarcaba por Playa Girón. Este fue uno de
los momentos de mayor significación en la defensa de las conquistas que
alcanzaba el pueblo cubano.
 También con el mismo propósito de destruir el ejemplo que daba Cuba en
el mundo, desde el propio año 1959, se fue inundando el país de bandas
contrarrevolucionarias alzadas, que se extendieron a todas las provincias del
territorio nacional. La lucha contra blandidos (conocida como LCB) cobra
también múltiples vidas cubanas. La eliminación de los últimos alzados
contrarrevolucionarios se produce en el año 1965.
 La derrota sufrida por el imperialismo yanqui en las arenas de Playa Girón,
los llevó a pensar en la aplicación de nuevos planes de mayor envergadura.
Esta vez fue la “Operación Mangosta” (2) con el mismo propósito de acabar
con la Revolución. Autores consultados destacan coincidentemente que las
acciones de la “Operación Mangosta” debía analizarse en relación directa con
la Crisis de Octubre de 1962 (3), otro momento de gran significación nacional e
internacional que profundiza el carácter socialista de nuestro país.
 En esta etapa (1959-1965) del primer periodo, la creación y formación del
Partido Comunista de Cuba, que es el principal componente del sistema
político cubano, se encuentra en un proceso de unidad, integración y
formación. A principios de 1961, los principales dirigentes de las fuerzas
políticas que habían luchado contra la dictadura de Batista: el Movimiento
Revolucionario 26 de Julio, el Partido Socialista Popular y el Directorio
Revolucionario 13 de Marzo, sobre la base de los principios del marxismo y el
leninismo se habían puesto de acuerdo en la necesidad de crear un solo
partido. A finales de este año se logra la unión de estas fuerzas, creándose las
Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI). El 26 de marzo de 1962 se
realiza por Fidel Castro, aunque no fue el único momento, un profundo análisis
de los errores de sectarismo y de funcionamiento que venía cometiendo las
ORI. A partir de ahí se desarrolla un proceso de construcción del partido, el
Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC), este incluyó los
institutos armados, quedando concluido en el año 1963 y en octubre de 1965
cambia de nombre por Partido Comunista de Cuba, eligiéndose su Comité
Central. En esta ocasión se fusionan los periódicos Hoy y Revolución y surge el
periodo Granma como órgano oficial del Partido. En las Fuerzas Armadas
Revolucionarias y el Ministerio del Interior también se construyó el nuevo
Partido. Se creaba el instrumento político idóneo que garantizaba la
continuidad histórica de la Revolución y el logro de los objetivos programáticos
para la construcción del socialismo, iniciada años antes.
 Lo más avanzado, progresista y revolucionario de la juventud cubana,
entendió la necesidad de crear su propia organización política. Ya desde 1959
el comandante Ernesto Che Guevara tuvo la idea de organizar la Asociación de
Jóvenes Rebeldes (AJR), el 28 de enero de 1960, informa que había sido
designado Joel Iglesias, comandante muy joven del Ejército Rebelde, como el
máximo dirigente de esta organización. Como parte del proceso de unidad
revolucionaria, el 21 de octubre de 1960, las organizaciones juveniles se
fundieron en la Asociación de Jóvenes Rebeldes y el 4 de abril de 1962 tuvo
lugar su primer congreso, el cual fue presidido por el Comandante en Jefe Fidel
Castro, que propone que a partir de entonces se denomine Unión de Jóvenes
Comunistas (UJC).
 Un papel significativo para el fortalecimiento del sistema político cubano, lo
fue sin dudas, la existencia de los componentes principales de la nueva
sociedad civil cubana en formación y desarrollo, término que no se empleaba
entonces. Las organizaciones creadas por la Revolución fueron: la Federación
de Mujeres Cubanas (FMC), el 23 de agosto de 1960, con la agrupación de las
organizaciones femeninas existentes; los Comités de Defensa de la Revolución
(CDR), el 28 de septiembre de 1960; la Asociación Nacional de Agricultores
Pequeños (ANAP), el 17 de mayo de 1961; la Unión de Pioneros de Cuba
(UPC, hoy Organización de Pioneros José Martí), el 4 de abril de 1961. Con el
triunfo revolucionario otras organizaciones asumieron otro papel ajustado a las
nuevas circunstancias revolucionarias: la Confederación de Trabajadores de
Cuba (CTC), fundada el 28 de enero de 1939 y luego del triunfo revolucionario,
en el año 1961 pasa a denominarse Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
(4) La Federación Estudiantil Universitaria, fundada el 20 de diciembre 1922
por Julio Antonio Mella. Esta organización desempeñó un papel protagónico en
las transformaciones revolucionarias de la universidad y participó activamente
en el proceso de la lucha revolucionaría que le antecedió al triunfo
revolucionario de enero de 1959. Posterior a este, se convirtió en una
organización imprescindible en la defensa de las conquistas alcanzada por
nuestro pueblo en las diferentes etapas hasta la actualidad. Como parte del
fortalecimiento de las organizaciones de masas, debe tenerse en cuenta la
creación y el papel que ha desempeñado como organización estudiantil la
Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FFEM), creada el 6 de
diciembre de 1970, que tiene como función fundamental velar por los deberes y
derechos de los estudiantes de este nivel de enseñanza, representa y gestiona
sus inquietudes y necesidades. Antes del triunfo de la Revolución los
estudiantes secundarios y de bachillerato participaron activamente, junto a
otras organizaciones, en las luchas revolucionarias contra los gobiernos
explotadores. Desde 1959, esta organización, fue precedida por la Unión de
Estudiantes Secundarios (UES) y las Brigadas Estudiantiles José Antonio
Echeverría (BEJAE) que aportaron experiencias significativas para la formación
de la nueva organización que surgía.
 Todas estas organizaciones forman parte activa del sistema político
cubano, así como las sociales que agrupan a economistas, juristas, periodistas,
artistas y escritores, entre otras muchas.
 A partir del año 1963, las Fuerzas Armadas Revolucionaria se van
transformando en un ejército moderno. Durante esta etapa el pueblo
revolucionario organizado en las organizaciones de masas y sociales tienen
una activa participación en la defensa del país y en el desarrollo económico,
como las dos tareas más importantes de aquel momento, al estar latente las
agresiones económicas y militares por parte del imperialismo norteamericano.
 La política económica constituyó una preocupación desde el primer
momento por parte del Estado, a pesar de las grandes dificultades que se tuvo
que enfrentar en este terreno. El Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA)
(5) surge con la promulgación de la Primera Ley de Reforma Agraria y fue
creado con el objetivo de garantizar el cumplimiento de dicha ley. El 16 de
marzo de 1960, se crea la Junta Central de Planificación (JUCEPLAN) (6), que
fue también un importante paso en la organización del Estado y de la
economía. Esta tuvo como tarea primaria asegurar la planificación de los
diversos sectores económicos, en un proceso de desarrollo acelerado de las
nacionalizaciones que se realizaron en este propio año. En la búsqueda de
mecanismos para el desarrollo de la economía nacional que nacía; se
establecieron diversos planes de desarrollo económico y se crearon nuevos
ministerios que atendiera la ejecución de las nuevas tareas que surgían en este
sentido. Caracterizaron, además, esta etapa la elaboración de planes
económicos anuales y el plan cuatrienal 1962-1965. El contenido esencial de
las medidas de carácter estratégico y los planes elaborados se concentraba
fundamentalmente en la industrialización acelerada del país y la diversificación
de la agricultura.
 Estos primeros intentos para desarrollar la economía del país no tuvieron
los éxitos que se esperaban, pues se vieron afectados entre otras cuestiones
principales por insuficientes recursos, el sistema financiero no podía enfrentar
todas las demandas que exigía ese desarrollo económico, la falta de
preparación de especialistas y cuadros económicos, la emigración de
profesionales y técnicos y la existencia de un férreo bloqueo económico por
parte de los Estados Unidos.
 Pero debe agregarse, que la Revolución enfrentaba una aguda lucha de
clases tanto en el plano interno como externo. La participación política activa
de las masas populares en las tareas de destrucción del viejo sistema político y
la construcción de otro nuevo, constituyó un elemento principal para la toma de
decisiones políticas en beneficio de las clases y capas sociales que durante
tanto tiempo fueron explotadas, que vivían en una situación de miseria con
enormes necesidades materiales y espirituales. En la práctica sociopolítica se
emplearon diferentes vías y formas participativas, a pesar de la no existencia
de instituciones representativas del Estado. La ausencia de estas no significó la
falta de democracia y de participación política, todo lo contrario. La
participación del pueblo en el proceso de gobernabilidad, matizado por la
necesidad de desarrollar la economía y defender las conquistas que se iban
alcanzando, permitió, ante un contexto interno y externo muy hostil y agresivo,
un elevado consenso y legitimidad políticas del Gobierno revolucionario, lo que
facilitó avanzar paulatinamente en los objetivos propuestos de la Revolución
Democrático-Popular, Agraria y Antiimperialistas y luego proseguir en la etapa
socialista de la Revolución.
 Se convirtió en un estilo consultar constantemente con la población, sus
criterios y opiniones sobre diversos aspectos de carácter político, económico y
social; de cuestiones que la Revolución consideraba con todo derecho la
necesidad de responder ante las amenazas y ataques del imperialismo yanqui
y sus lacayos. Fue empleado entonces, diferentes vías como el contacto
directo en las asambleas, reuniones, recorridos que realizaban los principales
dirigentes y otros momentos, con diferentes sectores sociales para saber de
sus inquietudes. Estos procedimientos se fueron haciendo cotidianos en el
trabajo del Partido y el gobierno principalmente. Por otro lado, la población
hacia llegar sus preocupaciones a los diferentes niveles, incluyendo la máxima
dirección de la Revolución. Pero ocupó una significativa importancia en la
participación política y el ejercicio democrático del proceso revolucionario las
grandes concentraciones populares, donde Fidel y otros cuadros
revolucionarios consultaban constantemente cuestiones medulares con el
pueblo, como fueron las Asambleas Generales Nacionales que se convocaron:
Primera Declaración de La Habana realizada el 2 de septiembre de 1960, la
Segunda Declaración de La Habana celebrada el 4 de febrero de 1962 y la
Declaración de Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1964 (7). Estas asambleas
se convocaron para dar respuesta enérgica y directa por parte del pueblo
cubano a las acusaciones infundadas por parte del gobierno estadounidense
de amenazas de todo tipo, intentando crear pretextos para agredir militarmente
el país con el objetivo de derrocar a la Revolución.
 En interés de perfeccionar las vías, canales y procedimientos de
participación política democrática y con el objetivo de buscar nuevos vínculos
del gobierno central con las instituciones locales, se estableció durante 1961
las Juntas de Coordinación, Ejecución e Inspección (JUCEI), que sustituyeron
los Comisionados que se habían designado al disolverse en 1959 las Alcandías
y las Gobernaciones. Su creación comenzó por Oriente y concluyó en la región
occidental del país al inicio del segundo semestre del propio año. En su
constitución, Raúl Castro alertó:

…hay que tener en cuenta ―y nunca perder esa perspectiva― que esta
experiencia de órgano de poder provincial o local está renovándose
constantemente. Se basará, lógicamente en la experiencia práctica, con la
participación del pueblo, los organismos estatales y organismos de masas, en la
perfección futura de un tipo definitivo de órgano de poder local… (Castro Ruz, R.
1961a, p.30).

 Esta nueva estructura gubernamental permitía que las masas populares


tuvieran un nuevo instrumento político que contribuyera a una mayor
participación en su funcionamiento y eficiencia. Las JUCEI se integraban con
representantes de los diferentes organismos y ministerios; las organizaciones
políticas y de masas. Fue una nueva forma de expresión del poder
revolucionario de los obreros, campesinos y demás trabajadores, sin sustituir o
suplantar las funciones específicas de otras instituciones u organismo del
Estado. Tenía entre sus principios básicos fundamentales en su funcionamiento
el vínculo estrecho con las masas populares, con el pueblo, que posibilitara la
participación activa y directa en la solución de las tareas económicas y
sociales. (8) Este instrumento de poder fue sustituido en octubre de 1965 por
las Administraciones Locales o Poder Local.

Segunda Etapa: desde 1965 hasta 1975, hacia la consolidación del sistema
político
A partir del año 1965 y hasta 1975 se producen nuevos momentos
significativos desde el punto de vista de la organización política de la sociedad
cubana, en interés de la consolidación del sistema político cubano.
En este sentido y sin abandonar el criterio básico de periodización establecido,
al menos tres fueron los momentos más significativos que marcaron esta nueva
etapa, a saber:
 El papel que tuvo que desempeñar el Partido Comunista de Cuba como
fuerza política rectora del Estado y la sociedad, que se extiende hasta
diciembre de 1975 con la celebración de su Primer Congreso.
 El continuo desarrollo de instrumentos, mecanismos y procedimientos
estatales y gubernamentales, que posibilitó seguir perfeccionando el
ejercicio democrático del pueblo, es decir, propiciar vías y canales
participativos por parte de las masas populares en el gobierno de la
sociedad.
 El papel que desempañaron las organizaciones de masas y sociales en la
búsqueda de su propia autonomía funcional.
Pero, indiscutiblemente las dos tareas de mayor envergadura siguieron siendo
la economía y la defensa armada de la Revolución. Debe destacarse, en el
caso de la primera, la importancia que comportó para el desarrollo del país la
implementación de la política económica y como parte sustancial de ella los
planes de la economía nacional, en particular el de 1965 al 1970. No obstante,
debe señalarse que durante todo este periodo se presentaron errores de
idealismo, desconociendo en ocasiones la existencia de leyes económicas
objetivas, las cuales debían observarse en correspondencia con las
circunstancias que se dieron.
En cuanto a la segunda tarea, requirió un descomunal esfuerzo en la
preparación y defensa del pueblo ante las constantes amenazas del enemigo.
En consecuencia, la lucha contra la actividad subversiva, las constantes
amenazas de agresiones militares y el creciente y despiadado bloqueo
económico, por parte del gobierno estadunidense, se le dedicó, entonces, la
atención principal del país. Estas cuestiones acompañaron la imposibilidad de
que la actividad económica constituyera la prioridad principal del trabajo del
Partido y el gobierno en los primeros diez años, en virtud del avance sostenido
que ello requerida, cuestión reconocida por el propio Comandante en Jefe Fidel
Castro en diciembre de 1975. (Castro Ruz, F. 1975, p.50).
El Partido, el Estado y la sociedad civil tuvieron estas principales prioridades
como centro de sus actividades.
No se pueden ver separados los elementos de la organización política de la
sociedad que se iban conformando y consolidando con los asuntos económicos
y la defensa de la patria, pues de ellos fundamentalmente dependía la
existencia misma de la Revolución.
La atención que le dio la máxima dirección de la Revolución y en especial el
Comandante en Jefe Fidel Castro, a la formación y correcto funcionamiento del
Partido, constituyó uno de los aportes al pensamiento político revolucionario
cubano. Pues el marxismo y el leninismo planteaban que primero debía de
crearse el partido para hacer y dirigir la revolución. En Cuba fue una de sus
singularidades: primero la Revolución trajo al Partido y este una vez
constituido, dirige la Revolución Cubana.
La formación y desarrollo del Partido Comunista de Cuba ha pasado por
diferentes etapas. En cada una de ellas ha desempeñado un papel esencial en
la realización de los programas y objetivos programáticos políticos, económicos
y sociales, que posibilitó la consolidación y avance continuo del proceso
revolucionario.
Desde que, en octubre de 1965 fue creado el Comité Central y las demás
estructuras partidistas: el Buró Político, el Secretariado y las comisiones
auxiliares, ha estado presente un constante perfeccionamiento del Partido, en
correspondencia a las circunstancias que en cada momento ha tenido que
enfrentar.
Una cuestión esencial a encarar fue delimitar correctamente las funciones
específicas que debían asumir los sujetos políticos principales del sistema
político cubano: el Partido, el Estado y el Gobierno. Cuáles debían ser las
funciones de cada uno y las relaciones que se debían establecer entre ellos.
El tiempo demostró que no se trataba solo de dejarlas fijadas, en documentos
rectores, en discursos de los principales dirigentes de la Revolución, ni desde
el punto de vista teórico. Era una cuestión que la práctica sociopolítica debía
confirmar.
En esta etapa, el Partido en sus relaciones con el Estado y el Gobierno cometió
algunos errores de funcionamiento, que hoy aún se manifiestan de diferentes
modos. El Partido no debe suplantar las funciones del Estado y del Gobierno,
todo lo contrario, sino desde sus propias tareas dirigir para que estos trabajen y
cumplan con su papel correctamente.
Este problema surge desde la propia formación del Partido en 1965, pues tuvo
que asumir también funciones estatales y gubernamentales al no existir los
mecanismos e instrumentos idóneos de poder democráticos, que después y a
partir de los primeros años del 70 se implementaron por la dirección de la
Revolución, cuando fueron establecidas las instituciones representativas del
poder a los distintos niveles: el Poder Popular. Esta insuficiencia del Partido no
se solucionó por el hecho de que luego estuvieron presentes esas instituciones
de poder, sino que continuó manifestándose en lo sucesivo.
Incluso, ante de formarse definitivamente el Partido, tanto Fidel como Raúl,
insistieron en la necesidad de definir adecuadamente las funciones de cada
cual y las relaciones que deben establecerse entre ellos. Ha sido una práctica
recurrente en las ideas de ambos de que estos sujetos políticos se dediquen a
sus funciones propias y que el Partido no interfiera en ellas, sino que desarrolle
adecuadamente el papel de dirigente que tiene.
Hay que entender claramente que el Partido no administra, no sustituye las
funciones estatales, gubernamentales y administrativas, ni suplanta las
funciones de las organizaciones de masas, entonces cuál es el papel dirigente
del Partido respecto al Estado y la sociedad cubana, de tal manera que cada
cual se dedique a sus funciones específicas, sin interferir en la responsabilidad
que cada uno tiene. Es un aspecto que no siempre ha estado claro.
Con las propias explicaciones de Fidel y Raúl puede bien esclarecerse este
asunto.
En 1962, Fidel, expone con claridad cuál es el papel del Partido respecto al
Estado y el Gobierno, destacando que un partido marxista y leninista tiene la
dirección de la revolución y por tanto del Estado, y, precisa:
…pero tiene la dirección del Estado por conducto de sus canales adecuados, tiene
la dirección del Estado por medio de la dirección nacional de ese organismo, que
tiene jurisdicción sobre el aparato político y sobre la administración pública. ¿Cuál
es la función del Partido? Orientar. Orienta en todos los niveles, no gobierna en
todos los niveles. Crea la conciencia revolucionaria de las masas, es el engranaje
con las masas, educa a las masas en las ideas del socialismo y en las ideas del
comunismo, exhorta a las masas al trabajo, al esfuerzo, a defender la Revolución.
Divulga las ideas de la Revolución, supervisa, controla, vigila, informa, discute lo
que tenga que discutir, pero no tiene las atribuciones de quitar y poner
administradores, de quitar y poner funcionarios (...) La tarea del núcleo es otra. Es
distinta que las tareas de la administración pública. El Partido dirige, dirige a través
de todo el Partido y dirige a través de la administración pública… (Castro Ruz, F.,
2004a, pp.49 y 50).

Casi un año después volvía sobre este aspecto, esta vez agregando el papel
dirigente del Partido respecto a las organizaciones de masas:
…El Partido no debe sustituir la función ni de la administración ni de las
organizaciones de masas (…) El Partido dirige las organizaciones de masa en los
distintos niveles. Es decir: dirige nacionalmente. Y en las provincias el Partido dirige
también las organizaciones de masa sin interferir las funciones que se le asignen
nacionalmente a una organización de masa, sin desconocer a la organización de
masa, ni la jerarquía dentro de la organización (…) El Partido debe discutir con la
organización de masa, al nivel local o al nivel superior, pero no debe suplantar (...)
El Partido no debe sustituir la función ni de la administración ni de las
organizaciones de masas (Castro Ruz, F., 2004b,pp. 99 y 100).

Por su parte Raúl Castro, desde fecha temprana también planteaba con la
misma identidad a las ideas de Fidel Castro, el papel del Partido respecto a las
funciones estatales, gubernamentales, administrativas y con relación a la
dirección de las organizaciones de masas.
Así en 1961 dejaba definido cuál era el papel del Partido, del Núcleo
Revolucionario Activo (9) y cual bien distinto el de la administración y su
consejo de dirección, por ejemplo, en una granja del pueblo, que era un
organismo estatal con sus funciones administrativas. De tal manera, destacaba
que el núcleo vela por la marcha de la Revolución en todos los aspectos
económicos, políticos, sociales, culturales, etc. No debe sustituir las funciones
que tienen asignadas los miembros de la administración, sino que discute con
ellos, conoce los problemas que existen y ayuda a su solución. Pero también la
organización partidista es responsable ante los organismos superiores de los
resultados productivos de esa institución estatal y de los errores que pudiera
cometer su administración, dejando claro que, si esa institución del Estado
funciona mal, es, por tanto, responsabilidad también del Partido. (10)
Más tarde, al iniciarse la década del 70, exponía que no debe confundirse el
papel del Partido y el papel del Estado, pues,
El poder del Partido descansa directamente en su autoridad moral; en la influencia
que ejerce sobre las masas; en la claridad con que expresa los intereses y
aspiraciones de estas; en la conciencia que les atribuye de sus deberes
revolucionarios, económicos y sociales y, en definitiva, en la confianza que las
masas ponen en él. De aquí que su acción se base, ante todo, en el
convencimiento, sea con actos, sea con sus posiciones ideológicas y políticas.
El poder del Estado descansa directamente en su autoridad material, en que
dispone de una fuerza especial para obligar a cumplir sus decisiones, para
contener, enfrentar y sujetar a todos a las normas jurídicas que dicta. De aquí que
su acción se base, ante todo, en la coerción, en la obligatoriedad de las leyes,
reglamentos y órdenes que dicta. De aquí que si se confunden el Partido y el
Estado resulta, en primer lugar, daño para la acción de convencimiento político e
ideológico de las masas, daño para la labor que ha de realizar el Partido y que solo
puede realizar el Partido, y daño, en segundo lugar, para las actividades del Estado,
cuyos funcionarios dejan de ser responsables de sus decisiones y actividades.
(1988a, p.222.).

De tal modo, definía que la función principal de dirección del Partido al Estado
consistía en que: “El Partido dirige el Estado, controla su funcionamiento y el
cumplimiento de las directivas y planes trazados; estimula, impulsa y contribuye
al mejor trabajo de todo el mecanismo estatal, pero en ningún caso el Partido
debe sustituir al Estado” (1988b, p.223).
Seguido declaraba, entonces, con precisión las principales vías y
procedimientos de cómo en la práctica el primero dirige al segundo:

1. El Partido dirige los órganos del Estado mediante la elaboración de directivas


generales sobre las cuestiones fundamentales del desarrollo económico, político,
cultural y social del país y sobre las vías para resolver dichas cuestiones. Los
órganos del aparato estatal deberán guiarse y encausar sus actividades por tales
directivas, y no deberán resolver ninguna cuestión importante sin tenerlas en
cuenta, las cuales son dadas por los organismos superiores del Partido: Congreso,
Comité Central y Buró Político.
2. Los dirige a través de la selección y ubicación del personal dirigente principal del
aparato del Estado y mediante la educación de dicho personal para el mejor
desempeño de sus funciones.
3. Los dirige mediante el control (entendiéndose por tal la comprobación y
observación) de la labor de dichos órganos estatales a través de las diferentes
dependencias e instancias del aparato del Partido, y orientando las correcciones
del trabajo que se haga necesario efectuar, sin inmiscuirse en su labor
administrativa y sin reemplazarlos en sus facultades de decisión.
4. Los dirige mediante el apoyo y ayuda que, a través de su aparato y con sus
métodos y recursos, les ofrece a los órganos estatales en el desenvolvimiento de
sus actividades.
5. Los dirige a través de los militantes del Partido que, cualesquiera sean el lugar
donde trabajen y el cargo que ocupen, están obligados a cumplir y aplicar las
decisiones del Partido y a convencer a los no militantes de la justeza de esas
decisiones y de la necesidad de cumplirlas.
6. Los dirige a través del hecho, necesario e inevitable durante mucho tiempo, de
que los principales dirigentes del Partido o, por lo menos, la mayor parte de ellos
sean también los principales dirigentes del Estado. (1988c, pp.223-224).

En consecuencia, en línea con lo expuesto antes, Fidel Castro en agosto de


1970, plantea:
Donde único se produce la subordinación absoluta, es en el nivel más alto, porque
tiene que producirse obligatoriamente según el principio de que tiene la máxima
responsabilidad el Partido en la administración. Entonces no queda la menor duda,
que ni en ese nivel de región, ni de provincia, ni de nada, existe la dualidad. Esa
dualidad se encuentra un poco más arriba por razones institucionales y por buscar
algún cordón umbilical entre el Partido y el Estado. (Castro Ruz, F., 1988, p.224).
Ha constituido, por la importancia y necesidad de fortalecer el papel dirigente
del Partido, una línea central del pensamiento político de Fidel Castro y Raúl
Castro en el tratamiento sobre las relaciones políticas de dirección con el
Estado, el Gobierno, las administraciones locales y las organizaciones de
masas y sociales. Esta cuestión puede corroborarse en la insistencia de ellos
en numerosos discursos e intervenciones sobre este tema.
El estudio realizado sobre este problema ha permitido confirmar que ha estado
presente en los diferentes períodos y etapas en que ha transcurrido el
desarrollo del sistema político cubano, pero hay que reconocer la reiteración
perenne de los máximos dirigentes del Partido, en particular del General del
Ejército Raúl Castro, lo que ha influido decisivamente que de forma paulatina
se vaya solucionando esta insuficiencia partidista. En las conclusiones
efectuadas por él, en la Primera Conferencia Nacional del Partido (11), el 29 de
enero de 2012, exponía los mismos criterios que varias décadas atrás, al
considerar su actualidad.
Por otra parte, y, en relación con la evolución que siguen las formas de
gobierno, en octubre de 1965, la JUCEI fue sustituida por las Administraciones
Locales o Poder Local, como consecuencia de un profundo análisis de su
actividad, en que se valoró las experiencias positivas y las insuficiencias que
este instrumento de poder había tenido y con el propósito de continuar
buscando nuevos instrumentos políticos más democráticos en los niveles
locales (provincia y municipio), donde estuviera presente en mayor medida la
participación política de las masas populares en las soluciones de los
problemas de gobierno. Por estas razones fundamentales, se crean las
Administraciones Locales (Poder Local), designándose para atender su
funcionamiento una Coordinación Nacional. En las palabras finales donde se
adoptó esta decisión, Fidel Castro (2008) expresó:

Desde mi punto de vista la administración local será, en primer lugar, una


formidable escuela de administración donde toda la comunidad va a aprender a
conocer los problemas que hay y donde decenas de miles de hombres van a
aprender a administrar.
No hay forma humana de atender esos problemas desde un órgano centralizado,
no hay forma humana de atender los problemas de Mayarí desde La Habana, de
Baracoa o de Guantánamo, incluso por muy informado que estén los organismos,
por muy capacitados que sean los organismos de planificación. (p.156).

La nueva forma de poder revolucionario estaba integrada por un Comité


Ejecutivo con un presidente, varios secretarios cuya cantidad dependía de las
características del territorio, más o menos complejo, así como los secretarios
generales de las organizaciones de masas y sociales. A nivel municipal lo
integraba además 10 delegados de las masas populares, los cuales se elegían
en asambleas de centros de trabajo y en los barrios. A nivel de la provincia y la
región también formaban parte los presidentes de los Comités Ejecutivos de los
niveles inferiores. Además, como en el caso de la JUCEI se estableció la
rendición de cuentas ante los elegidos que formaban parte del Comité
Ejecutivo. Pero en el transcurso de su funcionamiento se fueron manifestando
algunos aspectos negativos principales en su carácter democrático, como la no
realización periódica de la elección de los representantes de los trabajadores y
de otros sectores populares para formar parte de la dirección del Poder Local,
así como la ausencia de las asambleas de rendición de cuentas. Esta forma de
gobierno se extendió hasta el 1976 en que queda constituido en todo el país los
órganos representativos del Poder Popular. Hay que decir, que las experiencias
que aportaron las formas de gobierno, la JUCEI y el Poder Local, tuvieron una
significativa importancia para el desarrollo y funcionamiento de los nuevos
órganos que a partir de esa fecha fueron organizado.
En las relaciones del Partido, del Estado y del gobierno con las organizaciones
de masas se presentaron algunas distorsiones en el funcionamiento de estas,
al tener que asumir tareas y actividades gubernamentales, como fueron, entre
otras, la contribución a la distribución de artículos deficitario y alimentos a la
población; atención a tareas de salud, de seguridad social que correspondían
asumir por los órganos gubernamentales y estatales, así como las tareas de la
defensa armada, entre otras. Esta cuestión se manifestó en lo fundamental a
las circunstancias que se presentaron en el país ante las amenazas y
dificultades en el ámbito económico y social, pues había que defender la
Revolución a toda costa y al mismo tiempo emprender medidas de carácter
económico y social en la construcción de la nueva sociedad. Desde la
fundación de las organizaciones de masas hasta principio de la década de los
70, que incluye esta segunda etapa, se apreció esa desviación de las funciones
originales. El Partido sumido en las mismas insuficiencias de sustituir funciones
estatales, gubernamentales y administrativas orientaba a las organizaciones de
masas a participar en tales requerimientos. Estas cuestiones cogieron su
verdadero cause a partir de la celebración del Primer Congreso del Partido,
donde se planteó la necesidad de fortalecer el papel rector del Partido y el
funcionamiento correcto de las organizaciones de masas y sociales.
Otro aspecto central fue, como se sabe, la no celebración de elecciones hasta
el año 1976, es decir más de 15 años. Las causas principales del por qué no se
realizaron fueron diversas y de poco conocimiento. Por eso es conveniente
detenernos en graficar de algún modo las mismas. Las ideas que siguen son
tomadas esencialmente de Raúl Castro (1988d, pp. 330-332).
 No estaban dadas aún las condiciones apropiadas para organizar las
instituciones representativas del poder popular, que a partir de 1976 se
establecieron. No constituían a todas luces una necesidad urgente para
enfrentar las tareas que en los primeros momentos tuvo la Revolución.
 Desde el propio triunfo de la Revolución hubo que enfrentar de manera
masiva, con la participación del pueblo, las constantes, crecientes y cada
vez más violentas agresiones militares y la batalla económica personificada
en el bloqueo económico y comercial del imperialismo, así como la actividad
creciente de la contrarrevolución interna, todo con el propósito de derrocar la
Revolución. Fue una lucha por la supervivencia y hacer avanzar el proceso
revolucionario cubano.
 Antes las circunstancias que existieron, para poder responder a las distintas
situaciones que se presentaban se necesitaba de un aparato estatal y
gubernamental ágil, operativo y que, legitimado por el pueblo, ejerciera la
conducción de las tareas que se enfrentaban entonces. De aquí que el
gobierno concentrara en sí mismo las facultades legislativas, ejecutivas y
judiciales, esto permitía tomar decisiones rápidas sin pérdida de tiempo, de
manera urgente. El Gobierno Revolucionario cumplió adecuadamente estas
prerrogativas exigidas por aquellos momentos.
 La limitación de recursos conllevó a no tener la precisión exacta de que el
poder popular una vez instalado en sus funciones pudiera cumplir con sus
tareas y con ello sufrir un cierto descrédito de su papel.
 En general, los dirigentes a los diferentes niveles de dirección no se
encontraban debidamente preparados en aquellas circunstancias para
emprender la tarea de la constitución de los órganos representativos de
poder, a pesar de existir la comprensión y la necesidad de la máxima
dirección del país de avanzar firmemente hacia la institucionalidad.
 En el primer lustro del triunfo, no existía el Partido, este fue formado en 1965
y no era aún un Partido fuerte. No se habían desarrollado suficientemente
las organizaciones de masas.
 A finales de la década del 60, cuando por la máxima dirección del país se
apreció que existían condiciones para realizar las elecciones y crear las
instituciones representativas del poder popular, por necesidades del país se
enfrentó masivamente la batalla económica de realizar la zafra azucarera de
los Diez Millones en el año 1970 (12). Esto incluso conllevó a desatender
otras tareas económicas y frentes de trabajo.

Hay que señalar, además, que desde el punto de vista político, sicológico e
ideológico había que crear un clima de confianza y seguridad para efectuar las
elecciones, pues como se conoce las que se dieron en la época neocolonial
estaban cargadas de numerosas irregularidades como el fraude, el engaño, la
corrupción administrativa por doquier, las promesas que no se cumplían y la no
solución de los problemas esenciales que padecían los diferentes sectores de
la sociedad, como la pobreza, el hambre, el analfabetismo, la insalubridad, y
otras tantas. Así las elecciones estaban desacreditadas por la nefasta práctica
de entonces. Al contrario de esto, las masas populares, el pueblo, se sentía
bien representado en sus líderes y dirigentes políticos de la Revolución y
confiaban en los mecanismos, vías y procedimientos desarrollados en todos
esos años que no existieron elecciones, pues satisfacían sus demandas
políticas, económicas y sociales a pesar de las complejas situaciones que se
presentaron.
Como bien apuntó al principio de la década del 70´ el propio Raúl Castro, que:

No se trata, desde luego, que la Revolución y sus dirigentes hayamos estado en


ningún momento por encima del pueblo, que el pueblo haya resultado olvidado, que
se haya dejado de contar en algún momento con las masas; al contrario, por el
hecho de que se contó con el pueblo (…) se desarrolló con éxito la lucha
insurreccional, se derrocó a la tiranía (…). Solo porque se contó con el pueblo y con
su participación masiva y entusiasta, se pudieron realizar los profundos cambios
revolucionarios, se enfrentaron las agresiones del imperialismo, las bandas
contrarrevolucionarias del Escambray, Matanzas y otros lugares, la agresión de
Playa Girón, la situación creada cuando la Crisis de Octubre, las dificultades del
bloqueo. Es el pueblo, nuestras masas trabajadoras movilizadas una vez y otra,
organizadas cada vez mejor en sus diferentes organizaciones de masas, las que
han constituido el factor decisivo en todo el desarrollo de la Revolución. (Castro
Ruz, R., 1988e, p.334).

Con la celebración del Primer Congreso del Partido en diciembre de 1975


cierra este período y se abre el segundo.

Segundo Periodo: desde 1975 con la celebración del Primer Congreso del
Partido Comunista de Cuba hasta 1990, que se dan las condiciones del inicio
del Periodo Especial.

Primera Etapa: desde 1975 hasta 1986, proceso de institucionalización y


consolidación del sistema político
En esta etapa, como aspecto principal se realizan tres congresos del Partido: el
primero celebrado los días 17 al 22 de diciembre de 1975, el segundo
efectuado del 17 al 20 de octubre de 1980 y el tercero tuvo lugar del 4 al 7 de
febrero de 1986, con una sesión diferida efectuada del 30 de noviembre al 2 de
diciembre de este propio año. La culminación de este último cierra esta primera
etapa y se abre la segunda del periodo.
Estos eventos partidistas evaluaron el desarrollo alcanzado en esos momentos
históricos de la Revolución de manera amplia, aunque centraron sus análisis y
decisiones en aquellos aspectos cruciales que marcaron su rumbo continuo,
seguro y sostenido.
Un aspecto clave inicial fue la proclamación, el 24 de febrero de 1976, de la
nueva Constitución de la República, aprobada por el pueblo con el 97,7%. Fue
el acto más importante para avanzar hacia la institucionalidad y el
fortalecimiento del sistema político.
En esta etapa, se adoptaron otras importantes decisiones que indicaron la
madurez y los objetivos programáticos para continuar el avance en la
construcción del socialismo. Entre las actividades y acontecimientos que la
caracterizaron estuvieron:

 Con la aprobación de la Constitución socialista, comenzó un largo y


complejo proceso de institucionalización del país, que partió fundamentalmente
con la creación de los Órganos del Poder Popular, lo que implicó a toda la
sociedad y en particular el fortalecimiento del Estado y del Gobierno.
 Desde 1878, la división política-administrativa adoptada por el régimen
colonial español contaba con seis provincias y 132 municipios. Es cierto que en
el caso de los territorios municipales habían sufrido diferentes modificaciones,
pero la cantidad de provincia se mantuvieron hasta la aplicación de la nueva
división política administrativa, con la proclamación de la Constitución. Hay que
destacar, incluso, que, en 1973, aún con las seis provincias, existían en el país
58 regiones territoriales y 407 municipios y seccionales. Esto significaba que la
estructura de dirección política administrativa comprendía tres eslabones
intermedios entre la dirección nacional y la base: la provincia, la región y el
municipio o seccional. Fue comprensible en el análisis que se realizó en el
primer congreso del Partido, que esta estructura de dirección, alejaba
demasiado la gestión del nivel central con los territorios y sobre todo con los
centros productivos y de servicios, lo que implicaba la falta adecuada de la
atención a los problemas sociales y de otra naturaleza que se presentaban en
la población. Tampoco facilitaba suficientemente una mayor participación del
pueblo en las decisiones gubernamentales y estatales. Por esos motivos
principales, se decidió aplicar una nueva división política administrativa en el
país, consistente en 14 provincias, 169 municipios y el municipio especial de
Isla de Pinos ―posteriormente denominado Isla de la Juventud― (13),
eliminándose el eslabón regional. Esta decisión hizo más viable y funcional el
desarrollo de los órganos locales del poder popular.
 Se implementó el perfeccionamiento del Sistema de Dirección de la
Economía. Este instrumento principal para el desarrollo de la economía ha sido
evaluado sucesivamente en los congresos del Partido, lo que implicó la
realización de modificaciones sustanciales. En la actualidad se considera:
“Transformar integralmente el Sistema de Dirección del Desarrollo Económico y
Social con la planificación como su componente principal” (2017, p.5).
 Una cuestión no menos importante, y que persiste hoy, es la lucha contra el
burocratismo, a pesar de las innumerables críticas realizadas por los máximos
dirigentes del Partido y del Estado, así como, el tratamiento constante dado por
los órganos de difusión masiva, y por otras vías y momentos, de lo perjudicial
que es dicho fenómeno para el desenvolvimiento correcto de las funciones
estatales y gubernamentales, donde están implicados fundamentalmente los
funcionarios públicos en el cumplimiento de sus tareas específicas.
 Son principales las actividades organizativas y de fortalecimiento de la
defensa, la seguridad nacional e interior del país. El Partido, el Estado y el
pueblo le han dedicado cuantiosos recursos para fortalecer estos aspectos
como parte esencial del funcionamiento del sistema político cubano. La
defensa del país ha sido tarea prioritaria ante las constantes y crecientes
amenazas del imperialismo. Debe significarse la consecuente y activa
participación del pueblo en las cuestiones de la seguridad y de la defensa.
Jamás se ha descuidado. Un ejemplo particularmente marcado sucedió al inicio
de los años 80´del pasado siglo, al presentarse la posibilidad real de una
invasión armada al país por parte del gobierno de los Estados Unidos, cuando
ejercía la presidencia Ronald Reagan (desde el 20 de enero de 1981 al 20 de
enero de 1989), lo que coincidió con la decisión soviética de que en el caso que
se produjera una agresión directa contra Cuba, no apoyaría a la Revolución
Cubana. Raúl Castro (1993), al referirse sobre este asunto expresó: “…la
respuesta del máximo dirigente soviético (14) fue tajante: en caso de agresión
norteamericana a Cuba, nosotros no podemos combatir en Cuba ―afirmó
textualmente― porque ustedes están a 11 000 kilómetros de nosotros y
agregó: ¿vamos a ir allá para que nos partan la cara?” (p.3).
 Cuba quedó sola. Entonces se tuvieron que adoptar numerosas medidas
para fortalecer la defensa de la nación y los propios recursos estar dispuestos a
defender las conquistas alcanzadas, de aquí que en el Segundo Congreso del
Partido se adoptó una nueva concepción defensiva, consistente en la Guerra
de Todo el Pueblo (GTP) (15). Surgieron las Milicias de Tropas Territoriales
(MTT) en todo el país, donde masivamente se integró el pueblo con el objetivo
de tener un medio y una misión concreta para la defensa armada. Al mismo
tiempo, se fortalecieron todas las estructuras organizativas de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior y se desarrolló una intensa
preparación de todo el personal. Quedó implementada la decisión de este
congreso en un sistema defensivo territorial que hoy abarca a todos los
sectores de la economía, sectores sociales, la población y los componentes de
la lucha armada y las formas no armadas de lucha. En estas tareas se destaca
la participación de los organismos de la Administración Central del Estado y de
los Órganos Locales del Poder Popular. La nueva concepción defensiva del
país, constituye la piedra angular de la Doctrina Militar Cubana, (16) definida
por el Comandante en Jefe Fidel Castro; actualmente vigente, la que se
perfecciona continuamente.
 Otro aspecto significativo trazado por el Primer Congreso del Partido fue lo
relacionado con la selección, ubicación, promoción y preparación de los
cuadros partidistas, estatales, gubernamentales y de las organizaciones de
masas y sociales. Esta importante política sobre dichos sujetos políticos, ha
sido evaluada de forma reiterada por el Partido y el Estado en los posteriores
congresos partidistas, en la Comisión Nacional de Cuadros, en la Asamblea
Nacional del Poder Popular, en discursos e intervenciones de los principales
dirigentes políticos, entre otros momentos, debido al papel que estos
desempeñan en el fortalecimiento del sistema político. Se coincide plenamente
con el Che cuando definió a los cuadros como la columna vertebral de la
Revolución. En el pensamiento político de Fidel Castro y Raúl Castro, se
encuentran, asimismo, las principales tesis vinculadas con el papel de los
cuadros revolucionarios.
 Fue importante para el trabajo del Partido que en sus congresos se haya
adoptado resoluciones que expresan las líneas directivas para el desarrollo
económico y social de la nación, cuestión esencial que sirvieron como
instrumentos idóneos para encausar las medidas necesarias en la solución de
los problemas que en esos aspectos se han presentado en cada etapa, lo que
ha servido para continuar el avance del proyecto socialista cubano.
 No se ha descuidado tampoco las cuestiones relativas al impulso y
desarrollo de la educación, la ciencia, el deporte y la cultura, que han requerido
una constante atención por parte del Partido, el Estado y el Gobierno,
apreciándose la necesidad de rectificar errores e incongruencias que han
surgido, con el objetivo de darle en cada momento la atención que estos
asuntos han requerido, pues tienen una repercusión, de diversos modos,
directamente en el bienestar de la sociedad que se construye.
 Es conveniente señalar el papel de Cuba en las relaciones políticas
internacionales. En este campo ha estado siempre apegada a los principios de
su política exterior definidos desde el propio triunfo de la Revolución, cuestión
que ha sido tratada con profundidad en cada congreso del Partido, en las
deliberaciones que se han sucedido en la Asamblea Nacional del Poder
Popular y en otras instancias del Estado y el Gobierno. Nuestro país ha tenido
una trayectoria ejemplar, lo que le ha ganado una estimable autoridad ante el
mundo. (17)
En la nueva Constitución refrendada por el pueblo el 24 de febrero de 2019, se
amplía con precisión los principios y normas fundamentales en que se basan
las relaciones internacionales. (18)
 Debe distinguirse, en esta etapa, la evaluación que realizó el Tercer
Congreso del Partido en el plano nacional, considerando que el trabajo
realizado fue positivo, ello se constata en los avances experimentados en los
principales índices económicos y sociales del país. Se resalta, como parte del
desarrollo de la economía las políticas decididas en relación con el desarrollo
agrícola y las relaciones con los campesinos.
 El Partido y el Estado han dedicado esfuerzos sostenidos en el trabajo
relacionado con la formación de las nuevas generaciones, la niñez y la
juventud; así como, la representación equilibrada de la mujer, los negros y
mestizos en el funcionamiento del sistema político. Se observa la persistencia
en la necesidad de que la juventud, la mujer y, por el color de la piel, ocupen
funciones cada vez más protagónicas en las tareas y objetivos propuestos por
la Revolución. Que tengan una real participación y representación políticas en
todos los niveles de dirección del Partido, el Estado, el Gobierno y en las
organizaciones de masas y sociales. En este sentido, debe reconocerse los
avances alcanzados, pero ello no es suficiente medidor de satisfacción con las
exigencias que ha demandado el proceso revolucionario en esta etapa.
 Es indiscutible que el tema de la relación con la religión, la Iglesia y los
creyentes ha tenido un tratamiento que ha tendido hacia una constante mejoría,
a pesar de incomprensiones en algún que otro momento especifico. No
obstante, las relaciones con las instituciones y credos religiosos continuaron
manifestándose en avance.
 En cuanto a las relaciones con la sociedad civil, debe reconocerse que el
Partido prestó una especial atención. Se pudo encausar correctamente las
actividades de las organizaciones de masas y sociales en interés de que estas
se dedicaran con mayor efectividad al cumplimiento de sus funciones
específicas y tuvieran como centro la labor ideológica y movilizativa de sus
integrantes hacia las tareas de la Revolución y el fortalecimiento interno de las
mismas. Se apreció un mejoramiento del trabajo en este sentido, y de igual
manera, por parte del Estado y el gobierno en solicitar el apoyo que deben
recibir de estos componentes de la sociedad civil.
 El hecho de que en 1976, se crearan las nuevas instituciones de la
democracia socialista y, a pesar de la reiteración durante todo este tiempo que
cubre la etapa, por las altas instancias del Partido, especialmente por Fidel y
Raúl de que el Partido no administre, no suplante las labores del Estado, del
Gobierno y de las organizaciones de masas y sociales, este problema persistió,
lo que como antes se indicó, dicha conducta del Partido afecta sensiblemente a
que tanto uno como los otros limiten su papel en la sociedad, lo que no permite
a este concentrarse complemente al cumplimiento eficaz de la labor ideológica,
que es su función principal.

En este tiempo se producen otros acontecimientos de significativa


importancia que requirieron de la atención del Partido, el Estado y el Gobierno,
junto a la sociedad civil cubana, como son:

 Continuó de manera creciente las amenazas y agresiones por parte del


gobierno de los Estados Unidos como el terrorismo de Estado, donde aparece
la voladura del avión de Cubana de Aviación en Barbados, el 6 de octubre de
1976, los sabotajes, la agresión biológica y otras. No obstante, en el periodo
que gobernó James Carter como presidente de los Estados Unidos (desde el
20 de enero de 1977 al 20 de enero de 1981) se adoptaron medidas que
flexibilizaron las relaciones, como los acuerdos bilaterales sobre la emigración
ordenada, el establecimiento de oficinas con funciones de embajadas tanto en
Cuba como en Washington, la disminución de las hostilidades directas contra
Cuba, aunque el bloqueo se mantuvo intacto.
Continuó la línea de solidaridad e internacionalistas con los movimientos de
liberación nacional de Angola, Etiopía y Nicaragua fundamentalmente; se
desarrollaron de manera masiva las primeras misiones internacionalistas de
colaboradores cubanos en la salud, educación y otros sectores sociales.
Asimismo, fue ampliada las relaciones diplomáticas con el mundo.
Por tanto, en las relaciones internacionales, la situación se configuró como una
de las más tensas y complejas, caracterizada por la creciente amenaza a la
paz mundial y el peligro de una guerra nuclear, cuestión que se presenta en el
marco de una crisis económica del sistema capitalista que tuvo consecuencias
graves para los países del Tercer Mundo. La responsabilidad por el
agravamiento de la situación internacional es del imperialismo norteamericano,
y particularmente de la administración Reagan. A pesar de ello, la URSS
continuó su política por alcanzar una real distensión.
 En lo económico se priorizó el desarrollo industrial y económico del país.
Se produce un crecimiento sostenido de la economía. Se diversifica la
agricultura.
 En 1980 se produce otro éxodo masivo (19) de ciudadanos cubanos hacia
los Estados Unidos por el puerto del Mariel, La Habana, provocado por la
penetración de ciudadanos a la fuerza en varias embajadas, iniciada por la del
Perú.

Segunda Etapa: desde 1986 hasta 1990, proceso de rectificación de


errores y tendencias negativas
Antes de la celebración del Tercer Congreso del Partido en 1986 (del 4 al 7 de
febrero de 1986 y la sesión diferida, del 30 de noviembre al 2 de diciembre de
ese año), Fidel Castro venía ya advirtiendo la existencia de un conjunto de
dificultades e ineficiencias en diferentes procesos económicos, políticos y
sociales, que dieron la visión necesaria, para evaluar con profundidad las
causas principales que las producían. En los días iníciales del mes de febrero y
en el marco de la realización del congreso, se efectuó el análisis de esta
situación. Pero durante todo este año, en varias de las intervenciones del Líder
de la Revolución, exponía de manera detallada qué cuestiones dieron lugar a
los errores y las tendencias negativas que estaban presentes en la sociedad
cubana, afectando seriamente la construcción del socialismo en nuestro país.
Durante la sesión diferida de este evento partidista, se vuelve a actualizar la
evaluación de los errores cometidos y se adoptan las decisiones principales
encaminadas a enfrentarlos y rectificarlos. En las conclusiones realizadas por
el propio Fidel Castro y en otras intervenciones efectuadas antes y después del
mismo, se encuentran las directrices esenciales para afrontar las dificultades
en que se encontraba el país, lo que permitió desarrollar con eficacia el
proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, el que se extiende
hasta los inicios de los años 90´.
Fue clave ante este problema, la sabiduría con que evaluó y actuó la dirección
de la Revolución, del Partido, particularmente por el Comandante en Jefe Fidel
Castro, que no solo avizoró el desvío del camino revolucionario, sino que
abordó con profundidad las causas que conllevaron a cometer esos errores y
expuso con claridad las tareas estratégicas correctas para salir exitoso,
siempre como principio con la participación activa del pueblo.
Es conveniente destacar, asimismo, que fue fundamental el papel del Partido,
primero, en detectar a tiempo los errores cometidos y con una elevada
responsabilidad asumirlos y, segundo, valorarlos de manera correcta acorde
con los principios revolucionarios y en consecuencia determinar las tareas y
responsabilidades para avanzar paulatinamente en el proceso de rectificación
de las deficiencias que entonces se presentaron. Pero fue capaz, igualmente,
de dirigir acertadamente todo el proceso para corregir las imperfecciones.
Existen autores, especialmente economistas, que centran sus análisis de los
errores y tendencias negativas que se dieron, desde la percepción económica,
y ello es correcto, pero algunos no se ocupan a fondo de evaluar lo perjudicial
que fue para la sociedad en su conjunto los problemas que se sucedieron,
como las afectaciones que produjo en la conciencia social y en consecuencia
en la conducta de los sujetos políticos individuales y colectivos. Estas
cuestiones de la conciencia social y la conducta de los ciudadanos, como
sabemos necesitan de un mayor tiempo irlas resolviendo.
Aunque no es propósito ahora indagar sobre todas ellas, la evaluación debe
abarcar las insuficiencias que en este sentido presentó el propio Partido, al
descuidar la eficiencia y eficacia de su labor política e ideológica con las
masas, para rectificar faltas y errores que se iban cometiendo, a pesar de
conocer que existía no pocas actividades y tareas que se hacían de forma
incorrectas y que no se correspondían con la construcción socialista.
Hay que tener presente, igualmente, la falta de visión de no pocos cuadros del
Partido, del Estado y del gobierno, fundamentalmente, que no actuaron con la
energía suficiente para detener faltas y conductas inadecuadas de directivos,
cuadros y militantes del Partido y la UJC. El Estado mostró cierta debilidad en
el cumplimiento de sus funciones de dirección y control de los procesos
políticos, económicos y sociales; fue visible la inactividad del gobierno en
momentos importantes para evitar que siguieran los errores y las actitudes
impropias, que de actuar adecuadamente podrían contribuir a evitar llegar a
tales extremos.
No solo se manifestó la ineficiencia de los mecanismos económicos y otros
resortes de esta índole, pues es preciso dejar sentado como planteó no pocas
veces Fidel Castro, que los errores y sus consecuencias habían encontrado
caldo de cultivo en los sectores de la sociedad cubana y con ello la
inadecuación a las leyes y principios de la construcción económica, ya que los
mecanismos económico de por sí, no conducen, primero a construir el
socialismo y, luego, avanzar hacia la sociedad socialista, pues en su
concepción económica, política e ideológica está presente como principio
esencial que para llegar al socialismo y al comunismo es imprescindible poseer
una elevada conciencia revolucionaria, una conciencia comunista, sin ella no se
podrá arribar a esa meta. En consecuencia, dejó sentado como ideas
principales:
a) la construcción del socialismo y el comunismo es, en esencia, una tarea
política; debe ser fruto del desarrollo de la conciencia, de la educación del
hombre y que no es solo una cuestión de producir riquezas y distribuir riquezas;
b) los mecanismos económicos, el sistema de dirección, no pueden sustituir el
trabajo político e ideológico ni el papel rector del Partido en todas las esferas
de la sociedad; pero no se concibe la construcción del socialismo sin la
planificación, sin una proyección, sin un trabajo consciente del hombre, sin una
vanguardia, una dirección que asuma la responsabilidad histórica de llevar
adelante el proceso revolucionario y de construir una sociedad nueva;
c) no es a base del dinero que se construye el socialismo. Juega un papel
fundamental los conceptos, las ideas, los principios, los valores morales. El
socialismo no se construye corrompiendo a la gente, recibiendo dinero fácil,
renunciando a la conciencia no se construye el socialismo;
d) la aplicación desmedida de estímulos materiales, estos son necesarios como
reconocimiento a aquellos que hacen el mayor esfuerzo, que aportan más, pero
es un error creer que el hombre solo se mueve por estímulos materiales y que
las grandes obras de la historia solo se hacen con estímulos materiales o que
el socialismo se puede construir solo con ese tipo de estímulo. Con ellos sí se
construye el capitalismo;
e) los problemas hay que resolverlos también con moral, con honor, con
principios y que es necesario apelar a la dignidad, al sentido del deber de todos
los ciudadanos y en particular de los trabajadores;
f) mencionó la necesidad de la lucha contra los factores subjetivos, las
desviaciones de la conciencia revolucionaria. Conocer dónde están las causas
subjetivas y trabajar sin tregua contra ellas, pues debilitan sensiblemente la
calidad de los servicios y la ineficiencia del trabajo en cualquier parte;
g) la pérdida sensible, en no pocos casos, del deber de trabajar para obtener
un salario decoroso, honradamente, de aquí que planteó que la jornada de
trabajo debía ser sagrada, el cumplirla correctamente es el primer deber de
todo revolucionario;
h) existieron cuadros y funcionarios con actitudes incorrectas como la
indolencia, la negligencia, la irresponsabilidad, que no eran suficientemente
exigente dentro de las esferas de sus responsabilidades. Personas que
buscaban privilegios, cometiendo ilegalidades, haciendo especulación,
comercio ilícito; con ánimo desmedido de lucro; manifestaciones de corrupción;
i) nos estamos apartando del camino de la construcción del socialismo;
estábamos comprometiendo el futuro político-ideológico de nuestro proceso
revolucionario, estábamos debilitándonos; desorientándonos, navegando mal,
íbamos a toparnos con escollos muy serios. (20)
No es propósito detenernos con amplitud en evaluar los errores que se
cometieron en las cuestiones económicas, solo hacemos mención de algunos
de ellos. Centramos nuestros juicios, como puede verse, en exponer de forma
resumida las ideas principales que fueron expuestas por la máxima dirección
del país y que sirvieron de guía imprescindible para la actividad del Partido, del
Estado y del Gobierno; de los cuadros y dirigentes a todos los niveles, de las
organizaciones de masas y sociales, de la Unión de Jóvenes Comunistas y
otros sujetos políticos sociales, para enfrentar consecuentemente los
problemas que se dieron en ese tiempo, apegados a los principios
revolucionarios.
Las ideas contenidas en las numerosas intervenciones realizadas por Fidel
Castro, sobre cómo analizar y enfrentar la complejidad de aquel proceso,
dichas hace ya tantos años, a nuestra opinión tienen vigencia hoy y nos sirven
de instrumento metodológico, teórico y práctico para asumir los nuevos
desafíos de hoy.
Fue una batalla de mucha envergadura la que se libró poco a poco. Pero
cuando el país se encontraba enfrascado en el proceso de rectificación de los
errores y las tendencias negativas y transcurridos cinco años de aquellas
valoraciones e indicaciones iniciales que el Partido realizó, sucedió la
catástrofe del derrumbe del campo socialista y de la desaparición de la URSS.
No se pudo concluir a plenitud aquel proceso, en que todavía estaban latente
problemas sin solución, y que nadie puede pretender que en ese lapso de
tiempo relativamente corto se podía solucionar todos aquellos errores graves
en que se incurrieron, que afectó a toda la sociedad cubana en el camino de la
construcción del socialismo en un país subdesarrollado y con tantas amenazas
y riesgos que imponía el imperialismo yanqui. Se tuvo, entonces, que enfrentar
un problema mucho peor y de mayor alcance y complejidad, donde estaba en
juego la existencia misma de la Revolución Cubana: entramos en otro periodo
del desarrollo del sistema político cubano: el llamado periodo especial en
tiempo de paz.
Por otro lado, en lo internacional, esta etapa, se caracterizó entre otras cosas
por mantener inalterable la política exterior de la Revolución Cubana. Siguió
siendo prioridad las relaciones con la Unión Soviética y demás países
socialistas, así como el apoyo a las causas de los movimientos de liberación
nacional y la aplicación consecuente del internacionalismo. En el caso del
diferendo con los Estados Unidos, este implementó la acusación a Cuba a nivel
internacional por presunta violación de los derechos humanos. Estuvo
presente, igualmente, el incremento de las medidas de bloqueo económico, la
aplicación de la ley de Ajuste Cubano. Fueron crecientes las actividades
subversivas. Se crea Radio Martí en 1985, y luego, en 1990, la tele Martí. Se
fortalecen los grupos contrarrevolucionarios de la mafia anticubana en Miami,
apoyados por el gobierno norteamericano en su afán de desestabilizar y
destruir a la Revolución.
Por consiguiente, el desarrollo continuo que venía experimentando el
funcionamiento del sistema político cubano, se vio detenido
momentáneamente, pues este se orientaba equívocamente hacia el capitalismo
y no en la continuidad de la construcción socialista. La sabiduría del Partido y
los máximos dirigentes de la Revolución, en especial la visión y la genialidad
política de Fidel Castro Ruz, permitió percatarse a tiempo de las
imperfecciones y errores que se cometieron entonces, produciendo un análisis
profundo y crítico de estos, desde las posiciones más firmes de los principios
del marxismo y el leninismo en las condiciones concretas de nuestro país,
deteniendo dicha situación, y, proseguir el avance por el camino correcto, como
se le llamó a las medidas adoptadas para realizar la rectificación de errores y
tendencias negativas. En este proceso, fue clave la participación activa del
pueblo, de todos los sectores de la población y el accionar del Partido, la Unión
de Jóvenes Comunistas y de los cuadros y dirigentes estatales,
gubernamentales y de las organizaciones de masas y sociales.

Tercer Periodo: desde 1990 hasta la actualidad


Este periodo ha sido el más complejo y difícil que ha enfrentado la Revolución
Cubana desde su triunfo, y lo es por consiguiente para el funcionamiento del
sistema político.
Con solo mencionar estos datos principales, se puede comprender la aguda
crisis económica, que repercutió en toda la sociedad: el producto interno bruto
(PIB) disminuyó al 33,4%; de forma mayoritaria, existía el 85% de las
relaciones comerciales externas con el campo socialista y de ellas el 70% con
la URSS. Cuba dependía en lo esencial de las relaciones con los países ex
socialistas de Europa del Este. El 15% restante, estaba establecido con otros
países. Pero la Ley Torricelli, aprobada en 1992, por el gobierno
estadounidense, tenía como objetivo eliminar ese comercio, privando al país de
adquirir productos y alimentos. Es decir, matar por hambre, necesidades y
desesperación al pueblo cubano.
En consecuencia, el inicio del periodo especial se debió fundamentalmente por
los acontecimientos acaecidos en Europa del Este y la URSS, así como, el
recrudecimiento de las medidas del bloqueo económico, comercial y financiero
por parte del gobierno de los Estados Unidos.
Se presentaron por tanto dos únicas alternativas: entregar la Revolución, que
ha costado mucho sacrificio y sangre por varias generaciones de cubanos o
seguir peleando, esta vez, resistiendo los embates de la compleja situación
nacional e internacional creada, salvando las conquistas principales logradas
por la Revolución durante décadas y teniendo como divisa fundamental la
unidad revolucionaria del pueblo en torno al Partido y sus máximos dirigentes,
especialmente al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Desde esta primera etapa se presentaron cambios profundos del sistema
político que abarcó todos los componentes: en el funcionamiento de la
organización política de la sociedad, en las relaciones políticas en lo interno y
en las relaciones políticas y económicas en el plano internacional; afectación
sensible en la cultura política socialista en construcción. También fue necesario
adoptar reformas políticas y económicas, a través de no pocas normas políticas
y jurídicas para enfrentar este nuevo proceso desfavorable.
Es indudable que constituyó un retroceso en la continuidad del funcionamiento
del sistema político y de la construcción del socialismo.

Primera Etapa: desde 1990 (inicio del Periodo Especial) hasta la


celebración del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba en el año
2011
Como ya se conoce, el derrumbe del campo socialista y la desaparición de la
URSS constituyó uno de los acontecimientos de mayor envergadura en los
años 90´ del siglo pasado a escala mundial, por lo que significó en el retroceso
del desarrollo de las ideas progresistas y revolucionarias, lo cual influyó de
manera negativa para las fuerzas y movimientos políticos progresistas y para
los partidos marxistas y leninistas. La teoría marxista y leninista no cayó en
crisis, no pocos defendían y defienden lo contrario, lo que si se desmoronó fue
el modelo socialista construido en los países que componían el bloque
socialista, incluyendo, desde luego a la URSS.
Para Cuba tuvo una implicación directa, en particular el impacto mayor fue en
la esfera económica, pero tuvo afectaciones notables para toda la sociedad.
Por eso, se considera que esta etapa comienza precisamente en los inicios de
los años 90´, cuando aquella catástrofe impacta abruptamente en Cuba, pero
debe situarse, asimismo en ese inicio la significación política e ideológica que
tuvo la celebración del IV Congreso del Partido Comunista de Cuba, efectuado
en octubre de 1991, pues no existe separación conceptual, ni de tiempo tan
alejados entre ambos acontecimientos, todo lo contrario.
En julio de 1989, Fidel Castro, al hacer el análisis de la situación por la que
atravesaban varios países ex socialistas como Polonia, Hungría y otros,
incluso, en la propia URSS, expresó la posibilidad real que el campo socialista
se pudiera derrumbar y dejó clara la posición de la Revolución cubana ante ese
hecho:
…y con relación a la idea de que nuestra Revolución no pudiera resistir si hay una
debacle en la comunidad socialista; porque si mañana o cualquier día nos
despertáramos con la noticia de que se ha creado una gran contienda civil en la
URSS, o, incluso, que nos despertáramos con la noticia de que la URSS se
desintegró, cosa que esperamos que no ocurra jamás, ¡aun en esas circunstancias
Cuba y la Revolución Cubana seguirían luchando y seguirían resistiendo! (Castro
Ruz, F., 1989).

Desde la década de los 80 y como parte de la concepción de la guerra de todo


el pueblo, se había estudiado por la máxima dirección del país, la posibilidad de
que pudiera Cuba verse bloqueada totalmente y la ausencia de recurso alguno
desde el exterior, ante esta situación se definió lo que se llamó periodo especial
de tiempo de guerra y la conducta a seguir ante un momento tan complejo, de
tanta gravedad en condiciones de una virtual guerra.
Al principio del año 1990, se comienza hablar del concepto de periodo especial
en tiempo de paz. Ahora bien, ¿en qué consiste entonces el periodo especial
de tiempo de paz?
El Comandante en Jefe Fidel Castro con la visión que siempre tuvo, se percató
con rapidez lo que sucedía en aquellos países socialistas y en la URSS y su
posible desmoronamiento. Fue preparando al Partido, al Estado y a todo el
pueblo lo que significaría para el país de darse esos acontecimientos y de la
necesidad de adoptar todas las medidas imprescindibles para hacer frente a las
consecuencias que de ello se derivaba, no solo en términos económicos, sino
también el impacto terrible en todos los sectores de la sociedad, en especial en
la conciencia social.
El 28 de enero de este año, alertaba que en términos de defensa teníamos
identificado el periodo especial de tiempo de guerra como cuestión extrema, de
bloqueo total al país donde no entrara ningún recurso del exterior y con la
participación del pueblo hacerle frente a esa situación muy difícil en
condiciones de una guerra. Llamaba a prepararse, por los problemas que se
estaban dando en los países socialistas, a enfrentar un periodo de esta
naturaleza, pero de tiempo de paz.
Durante 1990 y 1991, particularmente antes de celebrarse en el mes de
octubre el IV Congreso del Partido, en numerosas intervenciones puede
observarse la insistencia de la máxima prioridad que tenía para el Partido y el
Estado, adoptar planes de contingencias para enfrentar ese periodo especial.
Con claridad vio que inevitablemente se caería en él y el momento exacto que
nuestro país entraba en el mismo: “…El período especial, del que se habla
ahora (…) sin duda, ya nos estamos adentrando en ese período especial en
época de paz. Es casi inevitable que caigamos en ese período especial, con
todo rigor, en época de paz y que tengamos que pasar esa prueba" (Castro
Ruz, F., 1990).
Es, por tanto, un período caracterizado por una aguda escasez de
combustibles y abastecimientos de todo tipo que lleva a una brusca contracción
de la producción y a la caída del nivel de vida de la población.
Se produce en una coyuntura internacional adversa, debido al recrudecimiento
en todos los órdenes del bloqueo económico, pues los Estados Unidos hacían
todo lo posible por estrangular y aniquilar totalmente la economía cubana y
tratar de matar por hambre al pueblo cubano. Les exigieron a los países
capitalistas que se pusieran en contra de Cuba y a aquellos que daban u
ofrecían alguna ayuda o desarrollaban relaciones comerciales, recibirían
sanciones de todo tipo. Con este objetivo apareció primero la ley Torricelli en
1992, que estuvo enfilada a eliminar el escaso comercio que quedaba con
algunos países capitalistas, con dos aspectos principales o carriles, el primero
con ese propósito económico y, el segundo, de carácter subversivo para
socavar y destruir el sistema político cubano. Para hacer más difícil esta
situación, en 1996, aprobaron la Ley Helms-Burton, que implicaba todo un
programa para desmontar la Revolución socialista e instaurar de nuevo el
capitalismo. Estos dos engendros tampoco dieron los resultados que ellos
querían alcanzar. No obstante, los momentos que atravesó el país en toda la
década del 90´, se convirtieron, como se dijo antes, en los más difíciles y
complejos que vivió la Revolución, un asunto de vida o muerte. Salir airosos de
aquellas dificultades, se convirtió en una batalla que se libró y ganó con el
pueblo cubano como el principal protagonista y bajo la dirección inteligente y
firme del Partido y el Estado socialista, que tuvo como dirigente y líder principal
al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Entre tantas cosas, una esencial y desfavorable fue que el desarrollo social
hubo que pararlo totalmente, pero de ningún modo se podía detener el
desarrollo económico, en las circunstancias que imponía la nueva situación que
se enfrentaba.
El Programa del Partido aprobado en su Tercer Congreso, al perder su
actualidad como consecuencias de los acontecimientos ocurridos a finales de
la década del 80´ e inicio de los 90´, quedó desestimado y el Partido trabajó a
partir del IV Congreso por otros documentos rectores como las resoluciones
aprobadas en este y en los subsiguientes congresos, los que debían ajustarse
a aquellas direcciones de trabajo a realizar, fundamentalmente a mediano
plazo. La estrategia de desarrollo económico y social que tenía como objetivo
fundamental la aceleración de la industrialización socialista del país que se
estableció a mediados de la década de 1975 (21), precisada y actualizada en el
último congreso antes de iniciarse el periodo especial, es decir en el III
Congreso del Partido, hubo que detenerla.
Ante las nuevas circunstancias se aprobó en el IV Congreso del Partido una
nueva estrategia económica y social del país que consistió en “…la
concentración de esfuerzos y recursos disponibles en un conjunto de
programas de máxima prioridad e inevitablemente restringir de forma
organizada y justa los niveles de consumo de la población y de actividad de la
economía en esferas muy diversas” (1992, p. 247).
En la Resolución sobre el Desarrollo Económico del país, aprobada en este
evento partidista, se expone detalladamente los programas que había que
priorizar, estos fueron: 1) programa alimentario; 2) programa azucarero; 3)
programa turístico; 4) programa de biotecnología e industria médico-
farmacéutica; 5) programa energético; 6) la inversión de capital extranjero en
Cuba; 7) programa de sustitución de importaciones. (22).
Había que vencer aquellas enormes dificultades y salvar el sistema político
cubano. El pueblo bajo la dirección del Partido y sus máximos dirigentes,
estuvo dispuesto siempre a resistir, vencer y desarrollar el país, sin renunciar a
los principios de la Revolución Cubana, a las conquistas del socialismo, pero,
además, empleando los recursos que disponíamos en el desarrollo de aquellos
programas de máxima prioridad para el país. Eso fue clave en el éxito logrado.
Dichos programas contenían un conjunto de políticas trazadas tanto en el plano
interno como externo, con el propósito de enfrentar la situación que se dio y
continuar el desarrollo del país. Una parte de ellos estaban destinado
fundamentalmente a la exportación, como son el azucarero, el turismo, la
biotecnología, la industria médico-farmacéutico y equipos médicos; otros,
tienen un carácter interno, como el alimentario, el energético y de sustitución de
importaciones y piezas de repuesto.
Debe señalarse que formando parte de ellos o de manera complementaria se
implementaron un conjunto de medidas como: a) reordenamiento del comercio
exterior, que consistió esencialmente en la búsqueda de nuevas zonas
geográficas en interés de establecer mercados favorables y la diversificación
de las exportaciones.
Esta tarea se inició desde 1990, constituyendo una alta prioridad lograr una
paulatina y adecuada inserción de la economía en el mercado capitalista
mundial, caracterizado por la hegemonía de la transnacionalización del capital;
b) en este mismo año, comenzó el trabajo dirigido a la apertura del capital
extranjero para el desarrollo de las inversiones más convenientes para el país,
lo que redundó principalmente en el desarrollo de las exportaciones con la
entrada de nuevos mercados y la disminución del desempleo, que ya venía
elevándose, aunque este fue más notable entre los años 1992 y 1994, que
fueron los más agudos del periodo especial; c) igualmente desde el inicio, fue
cuestión de primer orden el desarrollo del turismo, a pesar de los contratiempos
que esto implicó en lo social, lo moral e ideológico para la población,
especialmente en los jóvenes; e) fue necesario también la renegociación de la
deuda externa, pero más adelante, en 1998.
Todas estas medidas estaban dirigidas fundamentalmente, al igual que otras
de carácter interno, a incrementar las divisas libremente convertibles, una de
las cuestiones más sensible para enfrentar los problemas económicos que se
daban en el país, pues sin ellas no se podía comprar los productos, materias
primas, insumos y recursos que demandaba el funcionamiento de la economía
y la alimentación de la población.
La situación en que se encontraba el país entonces, llevó a la adopción de otro
conjunto de tareas dirigidas a ir cubriendo los problemas que en el plano
interno se manifestaban de forma cotidiana en la sociedad. Entre ellas se
encontraban: a) la despenalización de la tenencia de divisas en manos de la
población, a partir de 1993; b) la ampliación del trabajo por cuenta propia, que
permitió prestar servicios necesarios a la población y la ocupación laboral de
trabajadores desocupados proveniente del sector estatal deprimido y en que
dejó de funcionar numerosas fábricas, talleres e industrias por falta de materias
primas e insumos. Esta medida se adoptó en ese mismo año; c) en la
agricultura, en 1994, las dos medidas de mayor significación fueron la creación
de las Unidades Básicas de Producción Cooperativas (UBPC) y el mercado
agropecuario, medidas que estaban relacionadas directamente con el
programa alimentario, lo que constituyó una palanca importante para elevar la
productividad y la producción agrícola, particularmente de las UBPC no
cañeras y de otros tipos de cooperativas; d) significativo fue la tarea del
saneamiento de las finanzas internas, aplicada también a partir de 1994. El
problema estaba en que existía demasiado dinero circulante en manos de la
población y en los bancos, sin el debido respaldo de bienes y servicios que
sustentara dicha masa circulante de dinero en el país. Es decir, mucho dinero,
pero pocos productos en que gastarlo. Los precios se dispararon
enormemente, apareciendo la diferencia notable entre el dólar o divisa con
relación al peso cubano, llegando al extremo que por un dólar era necesario
entre 120 y 150 pesos. Hoy esta situación de distorsión se mantiene, pero fue
disminuyendo a uno por 25.
Todas estas medidas fueron favorables al detener el decreciendo económico,
pues en 1994 se obtuvo, aunque bajo, un 0.7% del PIB, con relación al de
1993. En lo sucesivo la economía mostraría signos de recuperación.
Es indudable, que para los componentes principales de la organización política
de la sociedad cubana, es decir el Partido, el Estado y la sociedad civil,
significó una dura prueba que mereció no pocos sacrificios y que gracias a la
madurez y la cultura política alcanzadas en los años de revolución, ejercieron
una influencia decisiva para garantizar en cada momento la unidad nacional y
el consenso político, que permitieron resistir y vencer, sin cejar en ninguno de
los principio revolucionarios.
Debe señalarse, que la realización de las reuniones partidistas por territorios,
los días 18, 20 y 30 de julio de 1994, contribuyeron en lograr una mayor
conciencia de los problemas que se estaban dando en cada territorio. Estos
eventos partidistas fueron presididos por el General de Ejército Raúl Castro,
con excepción al efectuado en la región occidental que lo presidió el
Comandante en Jefe Fidel Castro y el General de Ejército Raúl Castro. Entre
las ideas fundamentales que se trataron estuvieron:

a) que no basta con trabajar, sino qué resultados se obtienen; b) lo primero que
debe hacerse para evitar que el enemigo nos quite la espada o que nosotros
mismos la dejemos caer, es fortalecer aún más la unidad revolucionaria; c) se hizo
énfasis en lo imperioso de establecer la disciplina financiera y erradicar la
impunidad que existía, para los violadores de las leyes y disposiciones
establecidas. Que debía exigirse más el cumplimiento exacto de la legalidad
socialista. Era preciso de todas formas parar la indisciplina financiera, laboral y
social. (Castro Ruz, R., 2012, pp.9-10)

Existen otros dos momentos de notable significación en cuanto a las ideas que
aportaron y la contribución que dieron en función de elevar el comportamiento
político fundamentalmente de los cuadros partiditas, estatales y
gubernamentales para enfrentar y vencer las dificultades que se dieron, en
particular al inicio de este periodo especial. Esos dos momentos también fueron
protagonizados por el Partido y el Estado, en las figuras de Fidel y de Raúl,
pero debe distinguirse el aporte que brindó Raúl Castro, entonces Segundo
Secretario del Comité Central y Primer Vicepresidente de los Consejos de
Estado y de Ministros. Estos fueron: uno, el 26 de julio de ese año, en el acto
central nacional por el aniversario 41 del asalto a los cuarteles Moncada y
Carlos Manuel de Céspedes, celebrado en Isla de la Juventud, entre otras
cuestiones fundamentales destacó:
…Hoy, la principal tarea económica y política del país es la producción de alimentos
(…) Allí donde este objetivo se enfrenta con decisión e iniciativa, allí donde los
cuadros saben impregnar en todo el pueblo la convicción de que Sí SE PUEDE, se
avanza en el mejoramiento de la situación alimentaria, paso a paso, pero
firmemente, consolidando lo logrado y manteniendo el rumbo hacia delante (…) La
permanente enseñanza de Fidel es que sí se puede, que el hombre es capaz de
sobreponerse a las más duras condiciones si no desfallece su voluntad de vencer,
hace una evaluación correcta de cada situación y no renuncia a sus justos y nobles
principios.(Castro Ruz, R., 2012, p.5)

Y dos, el 3 de agosto del propio año, en la Sesión Ordinaria de la IV Legislatura


de la Asamblea Nacional del Poder Popular, celebrada en la ciudad de La
Habana, en una intervención especial expresó un grupo de ideas esenciales
como:
A los cuadros tiene que caracterizarlos hoy, como nunca antes, un espíritu de lucha
inclaudicable ante los problemas, voluntad de hierro, sencillez y sensibilidad
extraordinaria, capacidad de previsión, creatividad, resultados concretos y una
lealtad sin límites a los principios y a Fidel, que es, en definitiva, ser leales al
pueblo. Hay que desterrar de nuestras mentalidades, fraseología y modo de actuar,
la actitud cobarde y simplista que entraña el “no se puede”, la inercia, la dejadez, la
justificación a flor de labios y hasta la pasividad con que algunos, cruzados de
brazos, esperan a que un milagro venga a resolver los problemas que solo con
trabajo, tesón y sacrificio pueden ser resueltos (…) Hay que volar en pedazos la
mentira, por insignificante o inconsciente que sea, no sólo por el poder corruptor
que tiene una conducta erigida sobre la esencia degradante que la propia mentira
entraña, sino porque fue sobre la base de la honestidad más absoluta que se hizo
esta Revolución y que Fidel, con su ejemplo insuperable, nos ha educado, hasta
llegar al extremo de exigirnos, que ni siquiera al enemigo se le debe mentir, para
que respete nuestras opiniones públicas cuando las exponemos (…) Ayer decíamos
que tanto valían los frijoles como los cañones; hoy afirmamos: valen más los frijoles
que los cañones, interpretando este término como un genérico de toda la
alimentación básica que precisa nuestro país. (No obstante, que los yanquis no
vayan a confundirse: aquí hay cañones y otras cosas de sobra para defender esta
tierra). (Castro Ruz, R.;1994)

A pesar de la compleja situación económica, la reforma económica que se


adoptó, vista antes en síntesis, dirigida por el Partido y el Estado fue correcta,
teniendo como característica principal, la consulta y participación activa del
pueblo en hacer realidad las políticas que se iban asumiendo, lo que implicó
que se fueran ejecutando ante cada momento concreto numerosas medidas
para enfrentar la situación que se dio, y, luego, comenzar el camino de la
recuperación económica y seguir avanzando.
El papel del Partido y el Estado fue fundamental, partiendo del análisis
profundo y crítico que se efectuó en el IV y V congresos del Partido (este último
realizado en octubre de 1997) y el empeño mostrado por materializar sus
acuerdos. El primero, como fuerza política dirigente superior del Estado y de la
nación indicó de manera acertada el camino correcto que había que seguir;
alertó ante cada dificultad las causas y actitud a asumir para vencerla. Además,
debe señalarse que fue previsor de las consecuencias negativas que se iban a
producir en la conciencia social de la población y en la conducta política de los
sujetos individuales y colectivos, alejadas de los principios revolucionarios.
De tal manera, a tiempo la dirección máxima del Partido insistió en el
surgimiento de desigualdades y la pérdida paulatina de valores políticos y
éticos que se presentarían de un modo u otro, y la necesidad de un adecuado y
sistemático trabajo político e ideológico por todos los factores
responsabilizados con la educación y formación revolucionaria.
Al Estado le correspondió establecer las políticas públicas necesarias en
beneficio de la población e impulsar las tareas que cada sector de la sociedad
debía realizar en tal situación emergente, con el objetivo de aguantar los
embates de la crisis económica y avanzar hacia la recuperación.
El Partido tuvo que ajustar su funcionamiento a las nuevas circunstancias que
vivía el país: a) se trabajó en el perfeccionamiento de los métodos y estilo de
trabajo en todos los niveles de su estructura y funcionamiento; b) con el
objetivo de acercar las estructuras partidistas a la base se adoptaron un
conjunto de medidas, como la eliminación del Secretariado del Comité Central
del Partido, al tiempo que se organizó un grupo de trabajo en el Buró Político
para facilitar la actividad de este. También fueron eliminados o creados otros
elementos de la estructura partidistas a todas las instancias para aliviarla y
hacerla más ágil y funcional; c) se mantuvo como principio que el ingreso al
Partido primara la calidad y no la cantidad de los nuevos militantes y que la vía
fundamental para el crecimiento fuera la de las asambleas de trabajadores
ejemplares; d) se aprobó admitir a las filas del Partido a aquellos trabajadores
ejemplares con creencias religiosas.
En marzo de 1996 se realiza el V Pleno del Comité Central del Partido, antes
de efectuarse el V Congreso del Partido, donde se evaluó con profundo espíritu
crítico la situación política y social del país y la correspondiente labor del
Partido. Entre los asuntos más importantes tratados en esta ocasión
estuvieron: a) el aumento del desempleo juvenil; pues una parte de ellos no
veían perspectivas ante la grave situación que vivía el país desde el punto de
vista económico y la falta de conciencia patriótica y revolucionaria, lo que
conllevó escoger el camino de la emigración económica, influyendo en esto la
actividad del enemigo, alentándolos con las facilidades que se les ofrecían en
los Estados Unidos; b) la creciente actividad de subversión política e
ideológica, en particular dirigida hacia los jóvenes , pues: “Nunca en la historia
del mundo, en términos proporcionales, un pueblo fue sometido a tan
descomunal barraje de propaganda insidiosa, mendaz y subversiva” (Castro
Ruz, R.,1996a, p. 15); c) aparición del jineterismo, proxenetas, lumpen y la
delincuencia; d) el aumento de la presencia de capitalistas en Cuba, al
establecerse empresas mixtas y el incremento del turismo extranjero, dejando
una huella negativa en la conciencia de trabajadores, jóvenes y otros sectores
de la población; e) la presencia creciente de delitos como robo, malversación y
manifestaciones de corrupción; f) entre las principales necesidades que
surgieron se pueden mencionar: carencia de alimentos; los apagones;
problemas con el transporte; el agravamiento del problema de la vivienda; la
reducción de servicios a la población en la reparación y entrega de equipos
electrodomésticos; escases de jabón y otros artículos de higiene personal;
afectación de los servicios de educación y de salud. Todo esto influyó
notablemente en el nivel de vida que se había alcanzado en la década del 80.
A pesar de estas dificultades no se cerró ninguna escuela, hospital, círculo
infantil u hogar de anciano y se mantuvieron los indicadores de salud y
educación.
Con esta situación descrita antes, el 5 de agosto de 1994, se produjeron
desórdenes de carácter contrarrevolucionarios en dos barrios de la capital. El
enemigo empleó al lumpen como fuerza principal y cuyo detonante estuvo en
los robos de barcos e intentos de salida ilegal del país. Estas acciones fueron
rápidamente aniquiladas sin el empleo de las armas, gracias a la acción del
pueblo trabajador bajo la presencia directa en el lugar de los hechos del
Comandante en Jefe Fidel Castro.
El Partido llamó a todos, al pueblo organizado a enfrentar con valentía,
inteligencia y firmeza revolucionaria las dificultades surgidas, en particular las
que se dieron en los años 1993 y 1994 que fueron los más difíciles. Puso su
énfasis fundamental en la labor política e ideológica pues se planteó con
claridad, en aquellos momentos, que “Nunca como en el presente debemos
colocar el trabajo ideológico del Partido a la altura de las misiones combativas
de la Patria” (Castro Ruz, R., 1996b, p. 45). Indudablemente que el cuadro de
ineficiencias creado exigía enfrentarlo de otros modos, pues la labor que
realizaba el Partido era rutinaria, esquemática, dogmática, general y de no
pocos formalismos, alejadas de las tareas principales y de los problemas que
existían. Se trataba de convencer y que esto se tradujera en acciones
concretas para transformar la realidad negativa que pudiera estar presente en
cada lugar. Primó también, eliminar el discurso de barricada, el llamado
“teque”, para dedicarse bien al diálogo paciente y argumentado, realizando con
eficiencia el trabajo político e ideológico. Se requería cambiar los métodos y
estilo de trabajo del Partido en todos los niveles, para hacer una labor más
concreta y directa con todos y en primer lugar estuviera presente el ejemplo de
los comunistas y de los cuadros revolucionarios. Se declaraba con precisión: o
convencemos nosotros, o lo hace el enemigo, cuestión que posee actualidad
en las nuevas condiciones presentes.
Con relación a la sociedad civil, hay que señalar que este término, no es nuevo,
pues ya había sido utilizado por otros como Hegel, Marx y Engels, luego por
Gramsci (23) en el siglo XX. Apareció con fuerza en la década del 80 en virtud
de los procesos históricos que se daban en los países socialistas. En Cuba
surge con notable significación a partir de los 90. El enemigo lo ha utilizado con
la pretensión, y como parte de la actividad subversiva, de socavar y destruir el
sistema político cubano.
En este sentido debe señalarse como idea básica:

…los Estados Unidos y aquellos que los secundan han trabajado siempre por
fomentar la división dentro de nuestro país. O sea, dividir para que surjan
multiplicidad de partidos, sindicatos y en forma ilimitada organizaciones de todo
tipo, cuyos embriones serían los grupúsculos existentes en el país, que hoy han
llegado a ser financiados, además, por presupuesto aprobado (…) por el Congreso
de los Estados Unidos y firmados por el presidente de ese país, mediante los
cuales se han asignado a ellos (…) Con eso pretenden confirmar una llamada
sociedad civil que responda a los intereses de Estados Unidos. Nuestra sociedad
civil es la que integran, junto a otros componentes como la familia, la CTC y sus
sindicatos, la ANAP, los CDR, la FMC, las organizaciones estudiantiles y pioneriles,
la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, junto a más de 2000
organizaciones sociales de carácter civil, entre otras las religiosas, inscriptas
oficialmente. Esto demuestra que ellos están por todo lo que nos divida y debilite,
nosotros por todo lo que nos una y fortalezca. (Castro Ruz, R., 2000, p. 5).

Las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) cubanas forman parte de la


sociedad civil, en tal sentido puede coincidirse también con el concepto que
sobre este aspecto ofrece el doctor Juan Azahares Espinal (2009), donde
destaca que son:
… asociaciones voluntarias de personas con intereses privados y/o públicos
comunes, que intentan alcanzar objetivos sociales o particulares de grupos y
sectores que no forman parte de la estructura estatal, que despliegan su actividad
en lo fundamental en la sociedad civil, no poseen fines de lucro y que se conectan
por diferentes vías y en diferentes grados de afinidad con el sistema político a
través del Proyecto Socialista. (p.182).

En el V Congreso del Partido se informó que continuaba la recuperación


paulatina de la economía, ya que en el año 1996 el PIB creció en 7,8% y se
mantuvo en los años subsiguientes en un 4 % como promedio de crecimiento
anual.
En este evento partidista, Fidel planteó como preocupación la necesidad de
continuar fortaleciendo el papel del Partido y de los cuadros partidistas,
estatales, gubernamentales y de las organizaciones de masas; el
perfeccionamiento de sus métodos y el trabajo con las organizaciones de
masas. Destacó, además, la atención permanente a la UJC.
Advirtió con claridad, al referirse a la existencia y continuidad de la Revolución
y el Partido: “Que nuestra Revolución nunca pueda ser desbaratada por nadie.
Que nuestro Partido nunca pueda ser destruido por nadie, desde luego que
nunca pueda ser destruido por el imperialismo; pero también es preciso señalar
que se trata de una Revolución que nunca pueda ser destruida por nosotros
mismos” (Castro Ruz, F.1997a, p. 189), y más adelante, en esta misma ocasión
y reiterando esta idea de que había que vacunarse contra las más graves
enfermedades políticas, expresó: ”La peor enfermedad, la más terrible, la más
dramática que pudiera existir en el orden político, social e histórico para nuestra
patria, es que un día esta Revolución sea destruida por los mismos
revolucionarios...” (1997b, p.191).
Destacó la necesidad de realizar un trabajo más fuerte e intenso con los
jóvenes, aseveró: “Creo que más que nunca, más que en ninguna otra época,
por ser esta la más difícil, la más dura, se requiere de un trabajo especial con la
juventud y en la formación de nuestros jóvenes, porque no puede ser que los
que vengan después de esta generación dejen de ser mejores” (1997c, p.76).
Por otra parte, con relación al Estado y el Gobierno se produjeron cambios
estructurales. Por ejemplo, se extinguieron, en 1994, 14 institutos y comités
estatales. Además, se planteó la necesidad de una mayor eficiencia de las
funciones establecidas de la Asamblea Nacional y sus comisiones de trabajo.
De lo que se trataba era, ajustar las estructuras estatales y gubernamentales a
las nuevas situaciones creadas, posibilitando que los órganos superiores del
Estado estuvieran en mejores condiciones para enfrentar las nuevas tareas y
responsabilidades y pudieran cumplir con mayor eficiencia las funciones que
les corresponden.
En cuanto a las organizaciones de masa y sociales, hay que decir que el
Partido trabajó para que las tareas y actividades que estas tenían que realizar
se ajustaran rápidamente a las nuevas orientaciones e indicaciones de este,
con el propósito de garantizar el papel social, político e ideológico con las
masas. Pero a pesar del trabajo desplegado por el Partido en este sentido
durante esta etapa, estas organizaciones de masas y sociales en general
perdieron espacio en el desempeño de su papel, lo que implicó darle una
mayor vitalidad en su funcionamiento y papel que tienen en la sociedad, sin
que ello signifique que el asunto fuera resuelto, pues hoy existen algunas
manifestaciones de inactividad y pasividad en el desempeño del papel que
ellas deben realizar.
Debe señalarse, como un elemento de significación notable, el prevalecer la
idea de lograr una mayor democracia, una amplia participación política de los
diferentes sectores sociales, ante las medidas que se iban tomando y los
procesos políticos que se sucedían en el país. La consulta y participación
política permanente con el pueblo fue la clave que garantizó la gobernabilidad y
el consenso políticos del sistema político cubano que permitió el avance
paulatino y seguro hacia la recuperación y el desarrollo de la nación. Los
“parlamentos obreros”(24), las elecciones parciales y generales, las reformas a
la Constitución para ajustar determinados elementos decisivos de cambios que
se produjeron, la opinión constante recibida por diferentes vías de la población,
los criterios y preocupaciones que surgían o se tramitaban a las diferentes
instancias del Partido y el gobierno en asambleas y reuniones del Partido y de
Unión de Jóvenes Comunistas, o las que se debatían en las asambleas
sindicales y en las otras organizaciones de masas y las de carácter social,
fueron ejemplos elocuentes de que sin la participación política activa del pueblo
no se podía ir avanzando ante este complejo panorama que se configuró como
periodo especial.
Igualmente, en esta etapa, se destacaron en términos de perfeccionamiento del
sistema político cubano otros momentos significativos como:
 La implementación de los procedimientos para la elección de forma directa
por los ciudadanos de los delegados provinciales y diputados a la Asambleas
Nacional del Poder Popular. A esto se une la decisión valiente de convocar
como estaba legislado en la Constitución elecciones generales en el año 1992-
1993 y 1997-1998. Particularmente el primero, pues se realizó en uno de los
peores momentos de la crisis económica y su repercusión en la población. Ya
en 1992, se había aprobado la Ley No.72, Ley Electoral, como resultados de
las recomendaciones realizadas por el IV Congreso del Partido, para el
perfeccionamiento de la organización y funcionamiento de los órganos del
Poder Popular.
 La creación de los Consejos Populares. Después de una experiencia que
comenzó en 1988 en varias provincias del país; (25) en 1990, se extiende de
forma masiva en Ciudad de La Habana, y, en 1991, en todo el país, por
decisión de la Asamblea Nacional del Poder Popular. En julio de 1992, se
aprueba la Ley de Reforma Constitución donde quedan establecido los
Consejos Populares. Estos se constituyen en ciudades, pueblos, barrios,
poblados y zonas rurales, a partir de los delegados elegidos en las
circunscripciones, cuyo presidente se elige entre ellos; representando a la
población en la demarcación donde actúa y a la vez a la Asamblea Municipal
del Poder Popular. Tienen como funciones principales: “Ejercer el control sobre
las entidades de producción y servicios de incidencia local, y trabaja
activamente para la satisfacción, entre otras, de las necesidades de la
economía, de salud, asistenciales, educacionales, culturales y recreativas, así
como en las tareas de prevención y atención social, promoviendo la
participación de la población y las iniciativas locales para su consecución”
(Constitución de la República de Cuba, 2019a, p.14).
 Otro cambio que se produce en este tiempo es la eliminación de los
comités ejecutivos a los niveles de provincia y municipio y la aparición de otra
figura administrativa: el Consejo de la Administración. La experiencia del
trabajo de los comités ejecutivos demostró que no facilitaban suficientemente
que las asambleas a estos niveles cumplieran su papel como órganos estatales
y, por otro lado, estos órganos ejecutivos no siempre concentraban su labor en
las cuestiones administrativas y de gobierno con relación a las entidades
productivas y de servicio que estaban en esas demarcaciones territoriales, sino
que se dedicaban a hacer valer prerrogativas y funciones que correspondían a
las asambleas, y, por tanto, se distorsionaba el verdadero papel de estas,
dejando fuera sin la atención debida a las cuestiones de gobierno. Entonces
era necesario delimitar correctamente en la práctica las funciones estatales que
corresponden a las asambleas como el máximo órgano de poder estatal en la
provincia y municipio y que estas tuvieran un órgano adecuado que se
encargara no de esas funciones, sino las de gobierno, es decir administrar los
recursos y realizar la dirección administrativa de las entidades productivas y de
servicios en esos territorios. Por estas razones se decidió crear los Consejos
de la Administración para que se dedicaran exclusivamente a esas tareas. A
pesar de este cambio novedoso y después de numerosos estudios y
experiencias no aconsejaban que el presidente de la Asamblea fuera al mismo
tiempo presidente del Consejo de la Administración. Tal es así que en las
provincias de Artemisa y Mayabeque (26) después de varios años de aplicada
la idea de que el presidente de la asamblea provincial y municipal no sea la
misma persona que ocupe también el cargo de presidente del Consejo de la
Administración provincial y municipal, el 2 de junio de 2018, la Asamblea
Nacional del Poder Popular, en Sesión Extraordinaria aprobó que dicha
experiencia en esas dos provincias, se extendiera a todo el país. Según los
cambios que parecen en el proyecto de la nueva Constitución, esa decisión no
es vinculante en el caso de las provincias pues desaparece la figura
¨asambleas provinciales¨ y en su lugar se establecerá el consejo de gobierno
provincial con un gobernador y un vicegobernador al frente.
 Momento importante, que forma parte de esta etapa, fue la Batalla de
Ideas, a partir del año 2000, que comenzó con la lucha del pueblo para la
devolución del niño Elián González y luego se sumó la batalla por el regreso de
los Cinco Héroes prisioneros injustamente por el imperio. Estas acciones
políticas con la participación masiva del pueblo y la recuperación económica en
marcha, posibilitaron pasar a otro momento de desarrollo del sistema político,
consistente en la realización de numerosas obras sociales. Es decir, se fueron
retomando los programas de este tipo detenidos al iniciarse el periodo especial.
Hay que añadir que la Batalla de Ideas posibilitó elevar creativamente la
actividad política e ideológica que dirigió correctamente el Partido y en la que
se sumó todo el pueblo, numerosos cuadros a diferentes niveles, la actividad
de la juventud y de los pioneros. Las jornadas políticas, ideológicas y culturales
contribuyeron de manera significativa al desarrollo de la educación y formación
de las nuevas generaciones; a la cultura en sus diferentes manifestaciones;
dirigidas a fortalecer los valores patrióticos, antiimperialistas y éticos, en
defensa de las conquistas y los principios revolucionarios. La Batalla de Ideas
comportó, asimismo, la realización de más de cien programas de desarrollo
social fundamentalmente, los que pudiera resumirse en: 1) continuar la
formación del capital humano; 2) el desarrollo de una cultura general integral;
3) el perfeccionamiento del modelo social; 4) impulsar los sectores de la
educación, la salud, el deporte, la seguridad social y la calidad de vida de la
población; 5) continuar como principio de la política exterior de la Revolución
Cubana la solidaridad internacional.
 Fue compleja la tarea del redimensionamiento del sector azucarero a partir
del 2002. Se explicó la necesidad de esta medida por la máxima dirección del
país. Ya la producción de azúcar dejó de ser el primer renglón de exportación y
obtención de ingresos. El estudio realizado al respecto conllevó la eliminación
de centrales azucareros, dejando solo aquellos que eran imprescindible y
aportaran a la eficiencia de la economía. A pesar de la amplia explicación de
Fidel Castro y otros dirigentes del Partido, del Estado y el Gobierno, se
presentaron inconvenientes en el tratamiento político y económico con una
parte de aquellos que quedaron sin trabajar en este sector. El tiempo fue
subsanando algunas de las incongruencias que entonces surgieron acerca de
la labor política e ideológica, fundamentalmente, con los trabajadores y la
familia.
 La creación de la Contraloría General de la República en el 2009. Este
órgano se subordina directamente a la Asamblea Nacional del Poder Popular y
al Presidente de la República, es decir, es jerárquicamente superior a los
ministerios, no forma parte del Consejo de Ministros, ni tampoco se subordina a
este. (27) Asumió las funciones del desaparecido ministerio de Auditoría y
Control y otras responsabilidades asignadas, que hace tener facultades de
carácter estatal y que se diferencia a la que existe en otros países, que se
limita esencialmente al control de los fondos públicos. “…es el órgano del
Estado que tiene como misión fundamental velar por la correcta y trasparente
administración de los fondos públicos y el control superior sobre la gestión
administrativa” (Constitución de la República de Cuba, 2019b, p.12).

Al constituirse este órgano y referirse a sus principales funciones el General de


Ejército Raúl Castro (2009) expresó que este se creaba:

…con el objetivo de auxiliar a la Asamblea Nacional y al Consejo de Estado en el


cumplimiento del mandato constitucional de ejercer la fiscalización de todos los
organismos del Estado y el Gobierno (...) desempeñará un rol esencial en la
elevación del orden, la disciplina económica, el control interno y el enfrentamiento
resuelto a cualquier manifestación de corrupción, así como a las causas y
condiciones que pueden propiciar el actuar negligente y delictivo de cualquier
dirigente y funcionario. Contribuirá a la depuración de responsabilidades
administrativas y penales, tanto de los comisores directos de delitos como los
colaterales, que son, estos últimos, como define la propia Ley, los cuadros,
dirigentes o funcionarios administrativos que por falta de exigencia, conducta
negligente o inobservancia de los controles establecidos favorecen la ocurrencia de
violaciones de la disciplina o no las enfrentan o informan de inmediato. (pp. 3-4; 4).

Segunda Etapa: desde 2011 con la celebración del VI Congreso del


Partido Comunista de Cuba hasta la actualidad
Esta etapa se justifica por varias razonas. Para poder avanzar en la
construcción del socialismo en Cuba hay que resolver definitivamente las
cuestiones de la economía cubana, aunque su solución debe ser paulatina y
sostenidamente; es la tarea principal de todas las que hay que enfrentar para
encaminarse hacia ese objetivo. Hacer que la economía sea verdaderamente
eficiente, porque de no hacerlo se corre el riesgo real de no mantenerse el
sistema político cubano, es decir, poner en peligro la propia existencia de la
Revolución. Esto se vuelve más complejo aún, con las notables dificultades que
hay que enfrentar ante el bloqueo económico, comercial y financiero y, que,
ahora con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se ha
presentado una involución de los avances que en este sentido que se habían
obtenido con el gobierno de Obama. Junto al avance económico en que no ya
más alternativa viable, es preciso erradicar otros problemas que se han
acumulado fundamentalmente en más de 28 años de periodo especial y que se
presentan difíciles y compleja su eliminación definitiva, obedeciendo en lo
fundamental a deformaciones de la conciencia social y relacionados con el
modo de pensar y actuar de no pocos ciudadanos, es decir, de la conciencia
revolucionaria, que como sabemos, Fidel, el Che y Raúl han destacado que sin
ella no se podrá concluir la fase de la construcción del socialismo.
En los últimos años se han venido reiterando las principales irregularidades e
insuficiencias que hay que tener muy presente y encarar resueltamente, en
particular a partir del VI Congreso del Partido, efectuado en abril de 2011, entre
otras son: perfeccionar el desempeño que le corresponde al Partido, al Estado
y al Gobierno en las nuevas circunstancias; el comportamiento político y ético
que deben asumir en la práctica sociopolítica los cuadros y dirigentes, el
cambio de mentalidad que hay que transformar en estos y en los ciudadanos
en general, a tono con los problemas actuales de la actualización del Modelo
Económico Cubano; la batalla por la afectación sensible de valores
económicos, políticos, ideológicos y morales, no solo, de aquellos que tienen la
mayor responsabilidad de dirigir entidades productivas y de servicios, de
empresas, las insuficiencias que se presentan también, por parte de los
cuadros y dirigentes que dirigen organizaciones de masas y sociales en
diferentes niveles, sino, que estas cuestiones están presentes en una buena
porción de la sociedad, trayendo todo ello consecuencias dañinas, al
producirse ilegalidades, fraudes, robos, malversación, desvío de recursos y
manifestaciones de corrupción.
La valoración que a continuación se presenta amplía la caracterización de esta
etapa.
La propiedad social sobre los medios fundamentales de producción y servicios
constituye el fundamento primario para el desarrollo socioeconómico de la
construcción del socialismo, por eso se le debe prestar tanta atención a este
asunto.
En el documento rector del VII Congreso del Partido, aprobado en el III Pleno
del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, el 18 de mayo de 2017:
Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo
Socialista, se reconocen que “…las principales formas de propiedad sobre los
medios de producción son las siguientes: a) la propiedad socialista de todo el
pueblo; b) la propiedad cooperativa; c) la propiedad mixta; d) la propiedad
privada; e) la propiedad de las organizaciones políticas, de masas, sociales y
otras entidades de la sociedad civil cubana” (Documentos del 7mo. Congreso
del Partido, 2017, p.6).
Hay que señalar, en este asunto de las formas de propiedad sobre los medios
de producción, que desde principios de los 90 hasta la actualidad han venido
surgiendo nuevos actores en la economía como: a) la propiedad social
cooperativa de las UBPC (Unidades Básicas de Producción Cooperativa); b)
las empresas mixtas c) empresas estatales en asociaciones económicas
internacionales con capital extranjero; d) las cooperativas no agropecuarias.
(28) Con relación a la propiedad privada se han configurado: a) la empresa de
capital totalmente extranjero; b) la extensión de la propiedad privada urbana
bajo la forma del trabajo por cuenta propia; c) fincas campesinas en CCS
(Cooperativas de Crédito y Servicio), debe aclararse que estas surgieron antes
de iniciarse el período especial; d) la entrega de tierras en usufructo.
Asimismo, han aparecido formas no estatales de gestión en las actividades
como la gastronomía, servicios personales y técnicos. Así, los establecimientos
que realizan estas tareas, como norma, son gestionados a través de formas no
estatales, pero se mantiene la propiedad estatal sobre los principales medios
de producción, en tanto los equipos, medios, útiles y herramientas se
arrendarán o venderán. Los precios de los servicios que se brindan en estos
lugares se harán de acuerdo a la oferta y la demanda, con excepción de los
que se decidan centralmente.
No obstante, por su dimensión y poder económico, la propiedad estatal y la
cooperativa siguen siendo las predominantes y de las que dependen
fundamentalmente la economía socialista cubana.
Como se aprecia, se ha producido una diversidad de formas de propiedad. En
las no estatales, las de mayor magnitud las tenemos en los productores de
bienes y servicios individuales y de pequeñas empresas, es decir los
trabajadores por cuenta propia, que, en julio de este año, pasaba de medio
millón, exactamente 591 456 y que representa el 13% de los ocupados en el
país. (29) Debe señalarse que con la implementación de la Ley 113 Del
Sistema Tributario, el crecimiento de los ingresos recaudados a favor del
Presupuesto del Estado, los trabajadores por cuenta propia aportan el 5% del
total y las empresas estatales un 86%.
Estas transformaciones, aunque necesarias, deben ser evaluadas y sopesar
bien las principales tendencias que se vienen produciendo, en especial
aquellas que se alejan de los propósitos y valores que deben alcanzarse en la
construcción del socialismo.
Como sabemos, la propiedad privada capitalista puede coexistir junto a la
propiedad social socialista en el período de transición al socialismo. El hecho
que ahora hayamos ampliado el trabajo por cuenta propia y otras formas de
propiedad y de gestión no estatal, obedece fundamentalmente a la satisfacción
de necesidades específicas de empleo; brinda una oferta de bienes y servicios
deficitarios y de gran demanda para la población; que el Estado se desprenda
de tareas y funciones no fundamentales y se concentre en las estratégicas;
permite, además, incorporar elementos de mercado y competencia que deben
ser utilizados para una cierta reanimación y dinamización de la economía.
De tal manera, coincidimos con Raúl Castro (2011a) cuando destaca:

El incremento del sector no estatal de la economía, lejos de significar una supuesta


privatización de la propiedad social, como afirman algunos teóricos, está llamado a
convertirse en un factor facilitador para la construcción del socialismo en Cuba, ya
que permitirá al Estado concentrarse en la elevación de la eficiencia de los medios
fundamentales de producción, propiedad de todo el pueblo y desprenderse de la
administración de actividades no estratégicas para el país. (p.3).
Estas formas y gestión de propiedad no estatal, unas se han ampliado y otras
aparecen nuevas en el escenario económico social, pues constituye, por así
decirlo, un cierto repliegue táctico, ahora necesario y oportuno, como se habla
en términos militares, pues el socialismo no podrá convivir con ellas
eternamente, ya que, por un lado, introducen elementos contradictorios con la
planificación socialista y, por otro, llevan intrínseca una mentalidad capitalista y
no socialista. Es decir, poseen un fuerte componente de tipo ideológico y moral
relacionado con comportamientos políticos cotidianos y valores ajenos a los
que forma la sociedad, donde los factores políticos e ideológicos deben tener
muy presente en su trabajo, me refiero al papel que en este sentido ha de
realizar el Partido, la UJC, los sindicatos y las demás organizaciones de masas,
especialmente sus cuadros y dirigentes.
Por otra parte, habrá que revertir la necesidad de sostener establemente la
relación entre las exportaciones y las importaciones, favorable siempre a las
primeras para producir ingresos crecientes y suficientes en interés del
desarrollo económico social del país. Para garantizar esto debe crearse una
base productiva amplia, diversificada y de elevada productividad del trabajo
que asegure el aporte de los volúmenes necesarios y de calidad de productos y
servicios que, sean, además, competitivos tanto en el mercado nacional como
en el mundial.
Además, sigue siendo vital la obligación del Estado desarrollar de manera
progresiva la industria que incluye, como cuestión fundamental, el desarrollo
inversionista. Para esto hay que contar con dinero suficiente que no hay
disponible ahora, por la situación deprimida que presenta la industria y la
economía en general, entonces hay que recurrir a los créditos foráneos para
las inversiones a mediano y largo plazo. No obstante, entre las prioridades de
inversiones nacionales se encuentran: el programa de trasvase (30); el
programa de recuperación de la industria alimenticia; el programa de inversión
en la agricultura, pues se necesitan en el orden de 2 000 millones de pesos
anualmente para estar acorde con lo que necesita el país, y, en el 2017 se
destinó solo 560 millones (31); el programa vinculado a la recuperación de
capacidades de transporte; el programa de desarrollo del turismo para hacer
frente a la posible demanda que se está produciendo al estimar que arriben al
país cerca de 5 millones de visitantes; el programa de sostenimiento del
Sistema Eléctrico Nacional y el programa de fuentes renovables de energía
vinculado a este; el programa de la vivienda, cuestión que recibe por la máxima
dirección del país una alta prioridad; el programa Plan de Estado, Tarea Vida.
A lo antes apuntado, un papel importante lo ocupará la inversión extranjera,
que permitirá ir elevando el crecimiento económico, pero debe aclararse que no
es solo con este tipo de inversión que vamos a alcanzar en los próximos años
un crecimiento progresivo del PIB en el orden de hasta el 5% y más. Hay que
enfocar el desarrollo perspectivo de la economía cubana de manera integral,
pues no solo en la letra y el deseo de las medidas y cambios que hay que
seguir haciendo debe estar presente este concepto de integralidad al que
estamos haciendo referencia, sino que en la práctica estén bien
interconectados entre sí los diferentes procesos y mecanismos económicos, de
lo contrario todo quedará en los buenos intentos, pues los problemas presentes
hoy en la sociedad y en la economía en particular, son tan complejos que no
habrá otro modo de resolverlos que no sea de forma armoniosa, integradora y
creativa.
La nueva Ley de Inversión Extranjera (32) es mucho más flexible y de mayores
expectativas que la anterior, en interés de atraer a los inversores extranjeros a
aquellos sectores priorizados y establecidos en esta ley. Los éxitos que se
alcancen en este terreno ─como se comprende─ no dependen de una buena
norma jurídica, sino de la realización práctica como principal criterio que nos
indique cómo actuar mejor en cada momento dado, lo que deberá estar
favorecido de una hábil gestión, del control y análisis adecuados y oportunos,
que se dirijan acciones concretas para que las inversiones contratadas se
cumplan, primero con calidad y en los plazos previstos y, luego, además de
recuperarse los gastos en ellas, aporten lo estipulado al crecimiento económico
del país.
En diciembre de 2016, el General de Ejército Raúl Castro, durante la sesión
plenaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular planteó que no existía
satisfacción en el desempeño de esta esfera y llamó a dinamizar los procesos
negociadores, pues se dilatan de manera excesiva, así como, la necesidad de
superar la mentalidad obsoleta llena de prejuicios contra la inversión extranjera,
a pesar de las dificultades que genera el impacto negativo del bloqueo, la
dualidad monetaria y cambiaria, así como las restricciones de liquidez, son
realidades que no se deben desconocer. Coincidente con estos criterios, más
recientemente el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Miguel
Díaz-Canel Bermúdez (2018), hoy Presidente de la República, valoró: “Como
nos lo dicen los resultados del año, es imperativo impulsar la inversión
extranjera, fomentar un ambiente de confianza y seguridad para los
inversionistas, exportar más, defender los ingresos, cerrar el ciclo de las de las
exportaciones con el cobro oportuno…” (p.5), insistiendo además en la
importancia que representa para el desarrollo del país y que hay que ser más
creativos y saber correr riesgos, sin afectar nuestra soberanía.
Otro desafío es la alimentación de la población. Se ha considerado este asunto
como esencial, tal es así que con reiteración se ha planteado que, “La
producción de alimentos (…) es un asunto de máxima seguridad nacional”
(Castro Ruz, R. 2008a, p. 5). Esta no se encuentra en los niveles deseados y
existe una desproporción notable entre la oferta y la demanda, siendo
insuficiente la adquisición de productos y servicios por la cantidad de ingresos
monetarios nominales que recibe la población, así como los precios con que
hay que adquirirlos, ya que en no pocas ocasiones son inalcanzable para un
trabajador que vive de su sueldo. Además, se presentan problemas aún en la
explotación de las tierras ociosas (33), a pesar de los esfuerzos dedicados a
solucionarlos.
El tema de los precios, no solo los que se fijan a productos provenientes del
agro, sino en general, se solucionará cuando se produzca más y la producción
de bienes y servicios sea más diversa, pero en cantidades tales que pueda
romperse con la inercia actual de mayor demanda que oferta, garantizando que
sean asequibles al bolsillo de cada cubano. Esta idea, comprendiendo sin ser
economista, que el asunto de los precios es muy complejo, cuya solución
llevaría un buen tiempo; que no se podrá dejar a la espontaneidad del mercado
y sus concurrentes, sino debe ser condicionado económicamente teniendo en
cuenta la aplicación de los mecanismos que ello demande, pero
necesariamente tendrá la debida solución con el incremento de la productividad
y la eficiencia de la economía nacional. (34)
Conectado directamente con lo anterior, está la eliminación de la doble moneda
y unificación cambiaria. Algunos piensan erróneamente que pasar de dos
monedas a una y disminuir bruscamente la tasa de cambio CUC por CUP, se
resuelve con una decisión que se puede tomar en cualquier momento y con ello
ya está solucionado este problema. Lo que al menos debe quedar claro es que,
hasta tanto no se vayan creando paulatinamente las condiciones económicas
propiciadoras para cumplir con esta política, no debe darse este paso. Será
gradual y bien sopesado con la eficiencia económica que se vaya alcanzado en
diferentes sectores productivos. No podrá hacerse de golpe y porrazo, sería
funesto no solo en términos de un mayor desbalance en la circulación
monetaria y financiera, sino también en la relación entre dinero circulante y la
producción mercantil, entre otros. Existe ya un cronograma de cómo ir
paulatinamente hacia una sola moneda y avanzar en la disminución gradual de
las tasas de cambios hasta una equiparación entre el valor del CUC y el CUP,
para quedarnos con una sola moneda, la segunda, el peso cubano. Ya hoy
existen mejores condiciones para tener una sola moneda.
También para avanzar sostenidamente en la construcción del socialismo habrá
que seguir enfrentando distorsiones como: a) la separación de las funciones
estatales y empresariales; b) la combinación debida entre la centralización y la
descentralización de las funciones de dirección y de los procesos productivos;
c) la productividad del trabajo; d) el control, la contabilidad y la disciplina
financiera. En estos aspectos se ha avanzado en la implementación de las
nuevas políticas, aunque es largo el camino a recorrer para que dichos
elementos económicos contribuyan efectivamente como procesos y actividades
vitales en tener una economía eficiente. Solo hacer una acotación sobre los
dos últimos aspectos: Lenin en Las tareas inmediatas del poder soviético, (35)
con razón les prestaba mucha atención a estas cuestiones por lo que significan
para la construcción del socialismo, e insistía en el control y la contabilidad que
son puertas que hay que cerrar para evitar el robo, las ilegalidades, la
especulación y la corrupción.
La responsabilidad mayor en la actualización del modelo económico y social
cubano la tiene el Partido. Su actividad ha estado dirigida, entre otros aspectos
a: a) haber propiciado, primero, un verdadero y amplio ejercicio democrático,
no solo al interior del Partido, sino con todos los sectores sociales en el estudio
del proyecto de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido
y la Revolución (36) antes de su análisis y aprobación final por el VI y VII
congresos. Hay que añadir la consulta democrática realizada de otros
documentos rectores y que luego fueron aprobados por el Comité Central del
Partido en mayo de 2017: la Conceptualización del Modelo Económico y Social
Cubano de Desarrollo Socialista y las Bases del Plan de Desarrollo Económico
y Social hasta el 2030: Visión de la Nación y Sectores Estratégicos; b) el
análisis sistemático que ha realizado el Comité Central del Partido en sus
plenos, en las reuniones del Buró Político y el Secretariado, donde se ha
evaluado el cumplimiento de los Lineamientos y en que se sugiere cuál debe
ser la actividad en este sentido de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el
Estado y el Gobierno, respectivamente. En los niveles provinciales y
municipales y en la base, el Partido ha venido trabajando por hacer realidad la
política económica y social aprobada desde el 2011 por el VI Congreso; c)
sigue el Partido prestando atención en no inmiscuirse en tareas y funciones de
los gobiernos provinciales y municipales, pero esto no es un asunto que esté
resuelto, sigue siendo una asignatura pendiente. Esa no es la tarea del Partido,
sino la de controlar y exigir con sus propios métodos y estilo de trabajo,
propiciando que ellos cumplan bien con sus funciones estatales y
administrativas y este se dedique exclusivamente a sus actividades propias,
siendo su tarea principal la labor ideológica.
Es esencial que el Partido, por mejorar su actividad, encuentre métodos y
caminos nuevos para perfeccionar su trabajo y posibilite soluciones que se
traduzcan en vitalidad y mayor autoridad política y moral, legitimadas
perennemente por las masas, de lo contrario se verá afectado su papel de
fuerza política dirigente y superior del Estado y la sociedad. Se necesita un
Partido que desempeñe bien ese papel dirigente en todos los niveles donde
actúa, que mantenga en todo momento el principio leninista de que su fortaleza
política, moral e ideológica está en las experiencias útiles que saque de sus
propios errores y pueda dirigir con certeza la construcción socialista, pues
como bien ha dicho el General de Ejército Raúl Castro Ruz (1999b) “...tenemos
que hilar fino, no podemos darnos el lujo de cometer ningún error estratégico y
más que hoy, mañana (...) ¿qué herencia tenemos que dejarle al siglo que
viene? Por lo menos un partido que funcione bien, que no se desmorone...”
(p.33).
En el cumplimiento de los Lineamientos de la Política Económica y Social del
Partido y la Revolución, incluida las exigencias nuevas que demandan los otros
documentos rectores del VII Congreso, mencionados antes, es imposible
hacerlo si no tenemos en cada lugar cuadros revolucionarios bien preparados y
con elevadas cualidades políticas, ideológicas y morales, acordes con los
principios de la Revolución. Pero el mayor obstáculo para cumplirlos, sigue
siendo hoy “...la barrera sicológica formada por la inercia, el inmovilismo, la
simulación o doble moral, la indiferencia e insensibilidad y que estamos
obligados a rebasar con constancia y firmeza, en primer lugar, los dirigentes del
Partido, el Estado y el Gobierno en las diferentes instancias nacionales,
provinciales y de los municipios” (Castro Ruz, R, 2011b, p.4).
Habrá que actuar como han enseñado Fidel y Raúl, que mientras mayores
sean los problemas habrá que actuar sin apresuramientos, con una buena
dosis de organización, estudio y previsión a partir de las herramientas que
ofrece el marxismo y el leninismo; con el análisis profundo, dialéctico e integral,
de cada problema interrelacionado con otros, valorando todos los factores
vinculados directamente a ellos, que permita encontrar las soluciones más
adecuadas y oportunas, pero siempre empleando el genio colectivo de los
cuadros y dirigentes, con la incorporación imprescindible de las masas. Ello
requerirá de una gran creatividad y sentido crítico, alejado de esquematismos,
anquilosamientos y mimetismos contrarios a la actuación revolucionaria
consecuente.
El cuadro debe ser insobornable y no participar directa o indirectamente de las
indisciplinas, las ilegalidades y en las manifestaciones de corrupción. Ser
ejemplo en el cumplimiento del deber diario y asumir una postura firme en
correspondencia con los principios de la Revolución.
Uno de los problemas fundamentales que hoy se presenta en la actividad de los cuadros
es que no son suficientemente exigentes de forma sistemática, cuestión que se aprecia
de forma general en diferentes niveles de actuación. Como ha indicado en numerosas
veces Raúl Castro, hay que estar dispuesto a buscarse problemas y a afrontar las
incomprensiones que surjan; que no se puede dirigir y controlar y, a la vez, ser tolerante,
hacer un papel de “buena gente”, como se dice en el argot popular.
Al valorar críticamente el papel de los cuadros de cómo deben conducirse en las
complejas condiciones actuales que se han venido configurando y a tono con las
exigencias planteadas en particular en los dos últimos congresos, es preciso no olvidar
la idea básica del General de Ejército Raúl Castro Ruz (2010) de que:
Hoy más que nunca se requieren cuadros capaces de llevar a cabo una labor
ideológica efectiva, que no puede ser diálogo de sordos ni repetición mecánica de
consignas; dirigentes que razonen con argumentos sólidos, sin creerse dueños
absolutos de la verdad; que sepan escuchar, aunque no agrade lo que algunos
digan; que valoren con mente abierta los criterios de los demás, lo que no excluye
rebatir con fundamentos y energía aquellos que resulten inaceptables. (Pp.4-5).

Perfeccionar la institucionalidad es una cuestión clave para avanzar


correctamente en la construcción del socialismo, mediado ahora por las
transformaciones económicas que se están realizando. Se ha presentado un
notable deterioro de la institucionalidad en estos casi 30 años de período
especial, aunque a decir verdad no podemos echarle la culpa de este problema
y de otros, al periodo de la Revolución iniciado en los años 90, pues las
deformaciones en este aspecto vienen produciéndose desde mucho antes.
En esta misma dirección hay que comprender que para encarar favorablemente
las transformaciones en la aplicación de la política económica y social
emprendida, como también ha señalado con acierto el General de Ejército Raúl
Castro: “Nuestra democracia es participativa como pocas, pero debemos estar
conscientes de que el funcionamiento de las instituciones del Estado y del
Gobierno aún no alcanza el nivel de efectividad que nuestro pueblo exige con
todo derecho” (Castro Ruz, R. 2008b, p.3).
Hay que contar con un Estado y un gobierno más fuertes y funcionales, es
decir, que sean ágiles y operativos, acordes a las demandas e intereses
crecientes y apremiantes surgidos de la sociedad en construcción que avanza.
(37) La institucionalidad, también va directamente a la eliminación paulatina del
burocratismo estéril en el socialismo, aquel desmedido y transformado en clase
burocrática, que tanto daño hizo al derrumbe del socialismo en la URSS y otros
países.
Unido a la necesidad de ir perfeccionando la institucionalidad es prioridad la
cuestión de la participación democrática del pueblo, se involucre cada vez más
directamente en la toma de las decisiones políticas, tanto en las políticas
públicas que decide el Estado como en las actividades gubernamentales a los
distintos niveles de actuación.
Es imprescindible este proceder, si queremos que la democracia socialista
ejerza el papel preponderante que tiene en las nuevas transformaciones que se
están dando en la sociedad. Estamos hablando, por tanto, que la democracia
debe irse acondicionando rápidamente a las exigencias surgidas, que han
conllevado y conllevan a la necesidad de tomar decisiones estatales y
gubernamentales complejas en esta etapa de desarrollo económico y social
que se ha iniciado particularmente a partir del VI Congreso.
Para mantener un elevado consenso político y con ello una correcta
funcionalidad estatal y gubernamental, habrá que hacerlo, ─y no hay otro
camino en nuestra opinión─, a través del fortalecimiento de los elementos
principales del sistema político cubano, que tenga en cuenta la significación
que posee ampliar los canales y vías participativas del pueblo en la toma de las
decisiones políticas que asegure el cumplimiento de los acuerdos del Partido,
las decisiones del Estado y del Gobierno.
El Partido, el Estado y el Gobierno deben conocer bien cómo se cumplen en la
práctica los procesos políticos, económicos y sociales y de qué manera hay
que rectificar aquellas cuestiones que no se corresponden con las políticas
trazadas y evaluar correctamente los problemas y deficiencias nuevos que
surjan en la vida cotidiana, que incluso pueden alejarse de la correcta
construcción del socialismo. Lo que es imprescindible, que los cuadros y
dirigentes se vinculen más estrechamente con las masas, junto al pueblo en las
principales demandas que se presenten.
No actuar así, se aleja el combatir con energía suficiente las desviaciones en la
implementación y cumplimiento de las políticas económicas y sociales en
marcha, como tampoco se podrá ejercer la influencia que exige hoy la solución
de los problemas acumulados durante casi tres décadas de período especial.
Entonces es correcto cuestionar, cómo podrán los cuadros, fundamentalmente,
solucionar cuestiones tan enraizadas como el soborno, la especulación; cómo ir
extirpando de sociedad esas lacras sociales que viven sin trabajar
honestamente, que le roban el dinero a la población impunemente y se
apropian de recursos materiales y monetarios del Estado; cómo solucionar la
desviación de recursos, la malversación, las manifestaciones de corrupción y
otros males que hoy concurren en nuestra sociedad. Los ex soviéticos se
fueron alejando cada vez más de los problemas que padecía el pueblo y ya
sabemos el destino que les tocó. Es vital no permitir eso, pues como ha
indicado el General de Ejército Raúl Castro (1989):

Extirpemos del sano y vigoroso tronco de nuestra Revolución, las células malignas
de corrupción y la deshonestidad, que son extrañas y ajenas a la historia, al
ejemplo y a la experiencia de nuestro proceso. Salgamos al paso y desterremos del
seno de nuestra sociedad cualquier práctica viciosa, tolerancia, desidia o descontrol
que favorezca o coexista con el abuso de poder, la vanidad y la prepotencia. (p.4).

Existen otros momentos o tareas de envergadura que cubre esta etapa, o que
fueron adoptadas desde la anterior pero que siguen teniendo significativa
importancia en el desarrollo de esta, entre las que se encuentran:

 Se visibilizó el perfeccionamiento de la política de entrega de subsidios a


personas de bajos ingresos, con el propósito de apoyarlos en la construcción y
rehabilitación de la vivienda.
 Se ha trabajo de forma constante en el perfeccionamiento del sistema
empresarial. En 2017 se adoptaron otras medidas para otorgarles mayor
autonomía a la empresa, pues ya desde el 2013 se implementaron un grupo de
medidas encaminadas a fortalecerla dentro del modelo económico cubano y
contribuir a la separación de las funciones estatales de las empresariales. Entre
las medidas principales estuvo retener hasta el 50% de las utilidades después
del impuesto al Estado.
 La Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), continúa consolidándose
como plataforma adecuada para el establecimiento de inversiones y avanza en
su objetivo de convertirse en referente regional en la captación de capital
extranjero. Lo prueba el hecho que están presentes 41usuarios de 19 países,
de los cuales 17 están en operaciones y con un monto comprometido de 1 663
millones de dólares.
 En el 2016, con la Resolución No.6, se pudo corregir algunas deficiencias
detectadas tras la aplicación de la Resolución No.17 del Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social sobre el pago por resultados en el sector empresarial. Se ha
trabajado para solucionar algunas insuficientes como la no correspondencia de
los ingresos con relación a los resultados productivos. Este aspecto negativo
puede observarse igualmente con relación a las cooperativas no agropecuarias
(38), existiendo cooperativas que el que menos gana es de 3 000 pesos y el
presidente 37 000 pesos, catorce veces más que los operarios, lo que
evidencia que no es una cooperativa de carácter socialista, sino una empresa
privada, cuestión que no debe permitirse. Otra distorsión en el caso de este tipo
de cooperativa es la existencia en otras, que vivían del trabajo contratado y no
del trabajo de los socios, violando un principio del cooperativismo. (39)
 Se ha priorizado, por su importancia, el cumplimiento de la política de
desarrollo de la energía renovable aprobada desde el 2014. El viento, el sol, el
agua, los desechos animales e industriales y la biomasa cañera con el marabú,
son los cinco componentes principales de la política para el desarrollo de las
fuentes renovables hasta el 2030, que se proyecta en un 24% su participación
en la generación de electricidad y el incremento de la eficiencia energética. Hoy
solo significa un 4,65% aproximadamente de la generación de electricidad.
 La política de atención a la dinámica demográfica en el país es uno de los
mayores retos por su impacto en la vida social, económica y familiar. Entre las
medidas principales que se toman están estimular la fecundidad, atender las
necesidades de la crecente población de la tercera edad y promover el empleo
mayoritario y eficiente de las personas aptas para el trabajo.
 El perfeccionamiento de la informatización de la sociedad. Es otra política
integral que debe estar dirigida a la defensa de la Revolución, garantizar la
ciberseguridad frente a los riesgos y amenazas de todo tipo; asegurar la
sostenibilidad y soberanía tecnológica. Es necesario incentivar el acceso de los
ciudadanos al empleo de las Tecnologías de la Información y las
Comunicaciones, desarrollar y modernizar todas las esferas de la sociedad en
apoyo a las prioridades del país, así como, integrar la investigación, desarrollo
y la innovación con la elaboración y comercialización de productos y servicios.
 Entre las tareas de mayor envergadura emprendida en el país está la
implementación del Plan de Estado para el enfrentamiento del cambio
climático: Tarea Vida, para mitigar los efectos que pueda producirse en el país
en distintos escenarios: 2020, 2050 y 2100.
 La puesta en vigor del Decreto Ley No.351, del 2018, Del Régimen
Especial de Seguridad Social para las entidades básicas de producción
cooperativa, se corresponde con la política de perfeccionamiento de las bases
productivas del sector agropecuario, así como con la voluntad de disminuir la
participación relativa del presupuesto del Estado en el financiamiento de la
seguridad social, mediante la aplicación de regímenes especiales de
contribución en el sector estatal. Esta normativa se suma a la ya establecida
para los trabajadores por cuenta propia, las cooperativas de producción
agropecuaria y no agropecuaria, los usufructuarios de tierras y el sector
artístico.
 Surge en la capital del país el primer mercado mayorista de alimentos
(Mercabal), correspondiéndose con las medidas de reordenamiento del
comercio y dando respuesta a una de las inquietudes reiteradas de los que
ejercen las formas no estatales de gestión. Los principales clientes son las
cooperativas no agropecuarias. En la medida que las condiciones se faciliten
se extenderá a los trabajadores por cuenta propia de unidades en
arrendamiento que se desprenden de la actividad de gastronomía estatal. La
ampliación al resto de las provincias se realizará de forma paulatina.
 Con relación al Poder Popular, debe destacarse como momentos
significativos la realización de las elecciones generales, en especial la del
2007-2008, 2012-2013 y la más recientes 2017-2018. La primera, fue elegido
como presidente de los Consejos de Estado y de Ministros al General de
Ejército Raúl Castro Ruz, que sustituyó al líder histórico de la Revolución
Cubana Fidel Castro Ruz, por enfermedad. Los otros procesos eleccionarios y
periodos legislativos se producen en el marco de la necesidad que el Partido y
el Estado asumieron tareas muy complejas y definitorias para el sistema
político cubano contenidas en la actualización del modelo económico cubano.
El protagonista principal en este nuevo escenario o etapas históricas del
desarrollo del proceso revolucionario fue el pueblo. La gobernabilidad
mantenida y el consenso político de los ciudadanos fue demostrado una vez
más. Por ejemplo, en las últimas (2017-2018), para elegir a los delegados
provinciales y los diputados para la Asamblea Nacional, el 85,65% del total de
electores que fue 7 399 891, ejerció el derecho al voto. El 94,42% de las
boletas depositadas en las urnas se declararon válidas, cifra superior a la
registrada en la primera etapa del proceso, donde se eligieron los delegados a
las asambleas municipales del Poder Popular; y también a la obtenida en las
elecciones del 2012-2013.
 Por otra lado, hay que comprender en la práctica y avanzar
sostenidamente, como parte del principio de la descentralización de las
funciones y responsabilidades, el papel de los gobiernos provinciales y sobre
todo los municipales, en función de la búsqueda de una mayor autonomía, en
particular, en estos últimos, cuestión que quedó priorizado y bien definido en la
Constitución las funciones de mayor responsabilidad que deben desempeñar
estos gobiernos en su gestión, pues será una prerrogativa trabajar con
eficiencia por el desarrollo local. En este año se dispuso como parte del
presupuesto del Estado para este propósito unos 612 millones de pesos, lo que
representa un crecimiento respecto al anterior, pero hay que concebir mejor los
planes de desarrollo de cada localidad y donde se tenga en cuenta las
principales demandas que obedezcan realmente a estudios de factibilidad. No
obstante, debe apuntarse que en las provincias y particularmente en los
municipios, existen reservas de recursos materiales y humanos que no siempre
se emplean adecuadamente, debido entre otras cuestiones a no concebirse
como estilo de trabajo de los cuadros y funcionarios públicos a estos niveles en
la solución de los problemas cotidianos, la participación activa y coordinada de
todos los factores y la movilización del pueblo en la búsqueda de diversas
alternativas en cada comunidad y territorio en interés del desarrollo económico
y social. Esto sin dejar de señalar la responsabilidad que tiene el Partido en
esas instancias.
 A inicio del 2018, entraron en vigor otras disposiciones que continúan el
camino de la actualización de la política migratoria. En el 2012 se actualizó la
política migratoria y la Ley Migratoria, ajustada a las condiciones actuales,
manteniendo medidas para preservar el capital humano creado por la
Revolución frente al robo de cerebros. En este sentido debe destacarse entre
los aspectos positivos de mayor importancia: 1) se derogó la política de pies
secos-pies mojado; 2) no hay trato diferenciado para los cubanos que entren de
manera irregular a Estados Unidos; 3) los cubanos que intenten entrar o
permanecer de manera irregular en Estados Unidos son devueltos al país; 4)
se eliminó el Programa de Parole para los profesionales médicos cubanos; 5)
Estados Unidos se comprometió a mantener el otorgamiento de un mínimo de
20 000 visas anuales para migrar de manera ordenada y segura; 6) la política
migratoria cubana continuará garantizando el derecho de sus ciudadanos a
viajar y migrar, así como regresar al país. Pero algunos de estos avances están
en riesgo en lo inmediato de no hacerse realidad, debido al retroceso notables
de las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba, a tan extremo que
actualmente en la práctica estas casi no existen.
 El diferendo entre Estados Unidos y Cuba tuvo en esta etapa un cambio
sustancial, pues el 17 de diciembre del 2014 se restablecieron las relaciones
diplomáticas entre ambos países. (40) Comenzaba un largo y difícil camino
hacia la normalización de los vínculos bilaterales. Ese día se informó el regreso
al país, después de 16 años de injusto encierro en cárceles norteamericanas,
de los restantes tres héroes cubanos: Gerardo Hernández, Ramón Labañino y
Antonio Guerrero. Antes habían sido liberados René González y Fernando
González. (41)

Este cambio de política hacia Cuba obedecía a razones fundadas


esencialmente por el aislamiento que tenían los EE. UU. respecto a los países
de América Latina y, por otro lado, fue principal lo dicho por el presidente de
ese país, que los métodos y formas empleados para derrotar a la Revolución
Cubana durante más de 50 años habían fracasados y se imponía cambiar ese
tipo de política. Sin dudas y reiterado por ellos en el más alto nivel del gobierno,
continuaba el propósito de aniquilar la Revolución, pero ahora desde otro
contexto, desde la normalización de las relaciones diplomáticas.
Las nuevas relaciones entre los dos países con sistemas políticos totalmente
opuestos se tornaban desde entonces bien complejas pues estarían presente
profundas diferencias y contradicciones, entre las cuales se encuentra lo
relacionado con la soberanía nacional, la democracia, la concepción sobre los
derechos humano y la asimetría en las relaciones políticas internacionales. A
pesar de ello el gobierno cubano desde el principio estuvo dispuesto a dialogar,
en igualdad de condiciones y sin imposición de ningún tipo, sobre estos y otros
temas, en conformidad con los principios del Derecho Internacional y de la
Carta de las Naciones Unidas. Meses después de esta decisión, Raúl Castro
(2015) expresaba:
“…El Gobierno Revolucionario tiene la disposición de avanzar en la normalización
de las relaciones, convencido de que ambos países podemos cooperar y coexistir
civilizadamente, en beneficio mutuo, por encima de las diferencias que tenemos y
tendremos…” (p. 4).

Pero, quedaba claro que de lo que se trataba es de fundar un nuevo tipo de


relaciones, distintas a las existentes en toda la historia anterior entre ambos
países. Cuba expresó, entonces, que existían cuestiones vitales que debían ser
solucionadas para avanzar hacia la normalidad de las relaciones entre ambos
países, que son: 1) la eliminación total y definitiva del bloqueo económico,
financiero y comercial, que hasta la actualidad los daños ocasionados alcanzan
la cifra de 933 678 millones de dólares (42) y que constituye el obstáculo
principal que las entorpece y no deja avanzar hacia ese propósito; 2) la
devolución a Cuba del territorio ocupado ilegalmente de la Base Naval de
Guantánamo; 3) el cese definitivo de las transmisiones radiales y televisivas y
los programas de subversión y desestabilización contra la Isla; 4) la
compensación a nuestro pueblo por los daños humanos y económicos
ocasionados, y que aún sufre.
El camino hacia la normalización no puede implicar, primero, que la Revolución
Cubana abandone los principios revolucionarios que han sustentado la lucha
durante todo el proceso revolucionario cubano. El ideal clave está en seguir
persistiendo en el fortalecimiento y defensa del sistema político socialista
cubano, y en segundo lugar, en el plano de las relaciones políticas
internacionales, en los organismos y mecanismos multilaterales, como las
Naciones Unidas, Cuba continuará sin desviación absoluta la defensa por la
paz, el cumplimiento de los principios del Derecho Internacional y por las
causas justas, así como, la denuncia de los riesgos, peligros y amenazas a la
supervivencia de la especie humana que implica el cambio climático y la
tendencia del desarrollo de la carrera armamentista y en particular la amenaza
de guerra nuclear, por parte de los grupos de mayor poder imperialista.
Asimismo, proseguirá promoviendo el ejercicio de los derechos humanos,
incluidos los derechos económicos, sociales y culturales, por parte de las
personas y de los pueblos.
Hay que reconocer que la decisión del presidente Obama fue positiva y las
medidas adoptadas se encaminaban hacia favorables vínculos bilaterales.
Entre los avancen de mayor importancia estuvieron: 1) excluir a Cuba de la
unilateral lista de Estados patrocinadores del terrorismo internacional, en la que
nunca debió estar; 2) el propio restablecimiento de las relaciones diplomáticas
y reapertura de las embajadas; 3) la creación de una Comisión Bilateral, como
mecanismo político para tratar de ir buscando soluciones a los complejos
asuntos vinculados con la marcha de las relaciones; 4) establecimiento de
mecanismos de diálogo para la cooperación en el enfrentamiento a los flagelos
trasnacionales que afectan la seguridad nacional de ambos países, formándose
ocho grupos de trabajo técnico sobre: Enfrentamiento al Terrorismo;
Narcotráfico; Ciberseguridad y Ciberdelitos; Seguridad de los Viajes y el
Comercio; Tráfico de Personas y Fraude Migratorio; Lavado de Activos y
Delitos Financieros; Trata de Personas; Asistencia Judicial en materia Penal; 5)
en relación con el Diálogo Económico Bilateral, incluía cuatro grupos de trabajo
técnico sobre temas: Regulatorios; Energía; Inversiones, Comercio y
Cooperación; Propiedad Industrial; 6) firma de la Declaración Conjunta sobre la
política migratoria, que implicó, como antes se expuso, la eliminación de la
denominada política “pies secos-pies mojado” y del programa de admisión
provisional para los profesionales cubanos de la salud; 7) la reanudación del
correo postal directo; vuelos regulares de aerolíneas estadounidenses y el
inicio de la operación de cruceros; 8) acuerdos en materia de servicios de
telecomunicaciones; 9) la realización de más de 40 encuentros técnicos entre
expertos en esferas como: los aspectos vinculados a distintos flagelos
trasnacionales que afectan la seguridad nacional de ambos países,
mencionados antes; seguridad aérea y de la aviación; seguridad marítimo-
portuaria; aplicación y cumplimiento de la ley; sobre la salud; agricultura; medio
ambiente; hidrografía y cartas náuticas, entre otros; 10) solo en el 2016 entre
ambos países, se pudieron concretar más de 1 200 acciones de intercambios
culturales, científicos, académicos y deportivos;11) se incrementaron los viajes
de los estadounidenses a Cuba, en este año (2018) visitaron la isla más de 284
000, para un crecimiento del 74% en relación con el año anterior. En esta
misma fecha visitaron el país 229 delegaciones empresariales y se concluyeron
23 acuerdos comerciales; se mantuvieron relaciones con 25 asociaciones
empresariales, especialmente con la Cámara de Comercio de los Estados
Unidos; 12) la firma de 22 instrumentos bilaterales de cooperación, que
abarcan áreas como la salud, agricultura, protección del medio ambiente y
aplicación de la ley.
Como se observa, en poco tiempo se demostró lo beneficioso de estas
relaciones. No obstante, Obama no hizo valer todas sus prerrogativas
ejecutivas para hacer avanzar más rápido las relaciones bilaterales, en especial
lo relacionado con el bloqueo, sabiendo que su total eliminación es cuestión
que solo compete al Congreso.
Con la entrada a escena del poder político del candidato republicano Donald
Trump comienza una etapa de virtual retroceso de los avances que se habían
logrado en el último periodo del mandato de Obama. Así, el 16 de junio de
2017 quedó claro la política que seguiría con Cuba el nuevo inquilino de la
Casa Blanca: se cancelaba, por así decirlo, el proceso de normalización de las
relaciones entre ambos países. Esta decisión fue bien aprovechada por los
enemigos de la Revolución, la mafia anticubana que radica en ese país y el
gobierno estadounidense, para dejar fijado un nuevo pretexto: los llamados
“ataques sónicos” (43) contra personal diplomático y familiares de estos de su
embajada en La Habana, pretexto para acelerar la implementación de medidas
para el retroceso de las relaciones que se habían establecido desde diciembre
del 2014. Como resultado se expulsó arbitrariamente a la mayoría de los
funcionarios diplomáticos de Cuba en Washington, reduciéndose el personal
diplomático norteamericano en La Habana, incluido el consular, lo que ha
provocado un impacto sensible para los compromisos migratorios bilaterales y
el perjuicio para miles de ciudadanos cubanos y sus familiares que requieren
de esos servicios para poder viajar.
Otros momentos significativos, de carácter interno, que caracteriza esta etapa
de desarrollo del sistema político cubano, están los estudios sobre Ley
Electoral, que permitirá continuar el perfeccionamiento del sistema electoral
cubano. Pero el cambio de mayor significación consiste en el proceso de
reformas y aprobación de una nueva Constitución. El pasado 2 de junio de
2018, en Sesión Extraordinaria de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional
del Poder Popular, se aprobó iniciar dicho proceso. Para ello fue elegida una
comisión que la integran 33 diputados, presidida por el diputado Raúl Castro
Ruz, que tuvo la tarea de presentar el anteproyecto de la Constitución a la
Asamblea Nacional del Poder Popular, para someterlo a consulta popular como
proyecto y posteriormente en referendo con todos los ciudadanos aprobarla
definitivamente. Los cambios que tendrá el nuevo texto constitucional definitivo
incidirán directamente en el perfeccionamiento de la estructura y funciones del
Estado y del sistema político cubano en su conjunto. Entre ellos se encuentran
la figura de Presidente y Vicepresidente de la República, el gobierno presidido
por un Primer Ministro; la eliminación de la Asamblea Provincial del Poder
Popular y en su lugar una estructura y funciones de los gobiernos provinciales
con un gobernador y vicegobernador al frente, así como, una mayor
connotación en la actividad de los gobiernos municipales en interés de darles
mayor autonomía; además, garantías fundamentales para lograr no solo una
adecuada participación popular, sino, responder con mayor amplitud y rapidez
ante los intereses y necesidades del pueblo, al tiempo que pueda ejercerse de
manera efectiva, por los diferentes sectores de la población, en el proceso de la
toma de las decisiones políticas a este nivel, cosa que no parece ser sencilla
lograr en la práctica.
Se hace necesario proseguir la tarea acerca del dominio de la Constitución y
las leyes en general por todos los ciudadanos a fin de continuar elevando la
cultura jurídica y la cultura política del pueblo. Ahora en adelante se realizará
un amplio ejercicio legislativo para complementar y cumplir lo que será
aprobado en la Constitución.
Ahora bien, detengámonos, aunque sea de forma breve en el proceso
democrático que se efectuó en todo el país del proyecto.
Este proceso, nunca visto antes que conozcamos, para aprobar una
Constitución fue protagonizado por el pueblo cubano. Tampoco sabemos,
además, que en el mundo se haya realizado otro de tal magnitud con el mismo
propósito.
En dicha consulta por todos los sectores de la población se inició el 15 de
agosto y concluyó el 15 de noviembre de 2018, incluyendo los cubanos
residentes en el exterior. Participaron un total de 8 945 521 ciudadanos; se
realizaron 133 681 reuniones, de ellas: 79 947 con la población; 45 452 en los
colectivos de trabajadores; 3 441 con campesinos; 1 585 con los estudiantes
universitarios; 3 256 con los estudiantes de la enseñanza media. Hubo un total
de 1 706 872 intervenciones. No se incluyen en estas denominaciones los
datos de los cubanos en el exterior. Del total de las intervenciones, incluyendo
las recibidas del exterior, fueron propuestas 785 299; modificaciones 668 145;
adiciones 32 499; eliminaciones 45 954 y 38 701 dudas. El proyecto que se
sometió a consulta popular permitió realizar cambios en cerca de un 60% de
sus artículos.
Agregamos al trabajo, los resultados del referendo realizado el 24 de febrero de
2019, y que fueron dados a conocer por la Comisión Electoral Nacional, estos
fueron: 8 millones 705 mil 723 electores. Ejercieron el derecho al voto 7
millones 848 mil 343 electores para el 90,15% de la lista actualizada. De las
boletas depositadas en las urnas, se declararon válidas 7 millones 522 mil 569
lo que representa el 95,85%. Votaron por el SÍ, 6 millones 816 mil 169 electores
para el 78,30% de la lista actualizada y el 86,85% de los electores que votaron.
Los votos obtenidos por el NO ascendieron a 706 mil 400 para el 8,11% de la
lista actualizada y el 9% de los electores que votaron. Como se aprecia, es un
resultado bien favorable e, incluso, teniendo en cuenta que no cesó el ataque
enemigo desde el propio inicio del proceso, incitando a distorsionar contenidos
específicos del proyecto constitucional, en posibilitar conductas en contra del
proyecto y de la Revolución y a influir directamente y de forma negativa en el
voto. Una vez obtenida esta contundente victoria del pueblo cubano aparecen
las declaraciones del Secretario General de la OEA Luis Almagro
desconociendo y criticando los resultados del referendo. Al mismo tiempo, el
Departamento de Estado de Estados Unidos desconoce estos resultados. Entre
los aspectos insidiosos de la actividad enemiga están los relacionados con los
cambios en la estructura del Estado y la reafirmación del socialismo como
modelo político, económico y social escogido democráticamente por la mayoría
del pueblo; sobre los derechos ciudadanos; lo vinculado a lo planteado en el
artículo 68 sobre el matrimonio: es la unión voluntariamente concertada entre
dos personas con aptitud legal para ello, a fin de hacer vida en común. Esta
formulación a pesar que cambió, mantuvo ese criterio, cuestión que pudo haber
contribuido en que un mayor número de electores se inclinaran a no aprobar la
Constitución, sin dejar de reconocer la existencia de otros aspectos que en
buena medida fueron ampliamente debatidos por la población, como las
cuestiones de tipo económicas o cambios en la estructura y funcionamiento del
Estado y del gobierno, facilitaron determinada influencia, quizás, en la decisión
del voto negativo. Aclaramos que estas son apreciaciones subjetivas y quedan
en el campo especulativo, pues el voto es secreto y no hay forma exacta de
demostrar estos criterios.
Como se expuso al inicio, la culminación de la construcción del socialismo en
Cuba es un largo y complejo proceso. Una cosa es la teoría, la argumentación
fundada de cómo programar tareas de envergaduras para avanzar
sostenidamente hacia ese objetivo, y otra bien distinta, es la práctica
sociopolítica.
A la aprobación, de los Lineamientos de la Política Económica y Social del
Partido y la Revolución aprobados en el VI Congreso del Partido, en el 2011, le
antecedió una amplia participación democrática del pueblo, que permitió definir
con mayor acierto el camino correcto para solucionar los problemas presentes
en la economía cubana y en la sociedad, que es necesario hacer, pues, como
se plantea antes se pone en peligro la propia existencia del régimen
económico, político y social cubano.
Aunque no se cumplieron todos los lineamientos, en el Informe Central al 7mo.
Congreso del Partido se reconoció que se había desplegado una labor
sistemática e intensa en su implementación, alcanzándose el 21% de los 313
objetivos aprobados en el 6to. Congreso, se encontraban en fase de
implementación el 77% de ellos, mientras que no se iniciaron el 2%. Ahora los
nuevos Lineamientos aprobados contienen 274 objetivos.
Al razonar sobre este aspecto en el X Periodo Ordinario de Sesiones de la VII
Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en diciembre de 2017,
se destacó:

El General de Ejército me recomendó hacer el siguiente razonamiento: todos los


problemas que hemos enfrentado en la Actualización del Modelo son más
complejos y más profundos que lo que habíamos pensado inicialmente. Realmente
pensamos que esto lo podíamos resolver en un periodo de tiempo más corto; del VI
Congreso al VII Congreso, nos apuramos en la aplicación de un grupo de políticas
sin tener creadas todas las condiciones ni toda la capacitación, y por eso hay un
grupo importante de políticas en que los resultados han sido negativos. (Murillo
Jorge, M., 2017, p. 11).

Antes, en abril de 2016, en la clausura del 7mo. Congreso del Partido al


referirse a la actualización del modelo económico, el Primer Secretario del
Comité Central del Partido General de Ejército Raúl Castro alertaba:
Considero conveniente recordar que el proceso de actualización del modelo
económico que iniciamos desde el 6to. Congreso no es una tarea de uno o dos
quinquenios. El rumbo ya está trazado. Proseguiremos a paso firme, sin prisas,
pero sin pausas, teniendo muy presente que el ritmo dependerá del consenso que
seamos capaces de forjar al interior de nuestra sociedad y de la capacidad
organizativa que alcancemos para introducir los cambios necesarios sin
precipitaciones ni mucho menos improvisaciones que solo nos conducirían al
fracaso. (2016, p.4).

Las políticas y las medidas que se implementaron por parte del Partido, el
Estado y el Gobierno, dirigidas a la solución de los problemas que hemos
venido exponiendo anteriormente y que frenan el cumplimiento de los
lineamientos trazados han sido adecuadas, pero insuficientes aún en la
solución de ellos. La magia en política no existe y esos cánceres que todavía
tienen cura deben ser eliminados, si aspiramos a llegar a ese socialismo
próspero y sostenible. Habrá que hacer entonces, entre otras cuestiones:
primero, lograr que la economía sea fuerte, eficiente y pueda paulatinamente
crecer en los niveles deseados que aseguren el bienestar social requerido para
la población; segundo, fortalecer las instituciones estatales y gubernamentales,
haciendo que sean eficientes en sus funciones específicas; tercero,
perfeccionar la labor del Partido a todos los niveles y, de igual forma, la Unión
de Jóvenes Comunistas y las organizaciones de masas y sociales,
particularmente el sindicado; cuarto, hacer del sistema de educación una
verdadera fragua donde se eduquen y formen las nuevas generaciones de
cubanas y cubanos con altos valores patrióticos y revolucionarios, que
comiencen a ser realmente las continuadoras de la Revolución, quinto, la
recuperación, rectificación y creación de nuevos valores políticos, morales e
ideológicos ciudadanos, que permitan defender el socialismo cueste lo que
cueste, y hacerlo avanzar, convirtiéndolo en próspero y sostenible; sexto, hacer
del cuadro revolucionario un modelo de actuación política y ética cotidiana,
como nos lo han indicado Fidel, el Che y Raúl.

Conclusiones
En el estudio realizado se puede observar la continuidad en los dos primeros
periodos que se expusieron, manifestados en el fortalecimiento constante que
experimentó el sistema político cubano, aunque en la segunda etapa del
segundo periodo existieron signos de estancamiento durante el proceso de
rectificación de errores y tendencias negativas (1986-1990). En el caso del
tercer periodo, el periodo especial, se produjo no solo estancamiento, sino
también un retroceso del desarrollo del sistema político que se expresó con
agudeza en la primera década de iniciado este, a pesar de la reanimación que
ya se venía experimentando al final de los años 80 y que cinco años después
de presentarse se aprecia una visible tendencia a la recuperación económica
del país, es decir a partir de 1994-1995.
Como se explicó al inicio, la construcción del socialismo es un camino de
incierto andar, que obliga a hacer constantes experimentos; un ir y venir en ese
desconocido itinerario, intentando en todo lo que se pueda, una y otra vez,
allanar esa ruta por donde avanzar mejor y más seguro.
Para Cuba, un país subdesarrollado, este empeño bien puede calificarse como
titánico, al contar como enemigo principal a los Estados Unidos de América, el
imperio más poderoso que ha existido en la tierra, que no ha dejado un instante
su propósito de derrocar a la Revolución Cubana, empleando diferentes formas
de agresión, incluyendo la militar directamente. Actualmente vuelven al empleo
de la guerra no convencional (44), ahora disfrazada con los nuevos adelantos
científicos técnicos y las nuevas modalidades, que desde el propio
establecimiento del poder revolucionario la vienen haciendo sin resultados
tangibles; ahora tampoco lo lograrán a pesar de la vuelta de rosca que ha dado
el señor Trump de intentar una vez más de aniquilar la Revolución con viejos y
obsoletos métodos de la época de la guerra fría, ya ensayados tantas veces
antes.
Una vez más Raúl Castro (2017) ha dejado claro: “…reafirmamos que cualquier
estrategia que pretenda destruir a la Revolución, ya sea mediante la coerción y
las presiones o recurriendo a métodos sutiles, fracasará” (p.4).
El derrumbe del campo socialista y especialmente de la Unión Soviética
complicó seriamente la construcción del socialismo en Cuba. Así, en estos
momentos el problema fundamental está en la solución de las ineficiencias con
que cuenta la economía. Este asunto se ha transformado en la tarea principal
sin la cual no se podrá, primero salvar el sistema social existente, y, segundo,
avanzar sin prisas, pero sin pausa hacia un socialismo próspero y sostenible,
que exige de los cubanos abnegación, sacrificio, responsabilidad y una elevada
conciencia revolucionaria, para enfrentar con éxito los obstáculos, dificultades y
deficiencias que están presentes, como las indisciplinas sociales, las
ilegalidades y las manifestaciones de corrupción, fundamentalmente.
Lo esencial en ese empeño es mantener a toda costa el consenso político y la
unidad nacional que han posibilitado llegar hasta aquí y también permitirá ir
erradicando paulatinamente los problemas que tenemos.
En el cumplimiento de las políticas aprobadas para la actualización del modelo
económico cubano y en el enfrentamiento de los desafíos que tiene ahora la
sociedad cubana, el papel dinamizador del Partido, sus cuadros y la
participación política activa del pueblo constituyen los sujetos políticos
esenciales para realizar el cambio hacia una economía fuerte y sostenible que
garantice una sociedad próspera. Pero para ello también habrá que dedicar un
constante esfuerzo en fortalecer y formar valores políticos, ideológicos y
morales acordes con la nueva sociedad socialista que se construye hace ya
seis décadas.

Referencias
 Azahares Espinal, J. (2009). Breve análisis del surgimiento y desarrollo de
las organizaciones no gubernamentales en Cuba. En Una Ciencia Política
desde el “SUR”. La Habana: Editorial “Félix Varela”.
 Castro Ruz, F. (1975). Informe Central al Primer Congreso del Partido
Comunista de Cuba. La Habana: Editado por el Departamento Orientación
Revolucionaria del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
 Castro Ruz, F. (1988). Reunión del Buró Político con los principales
dirigentes del Partido, el Estado y las organizaciones de masas, efectuada en
agosto de 1970. En intervención: La nueva estructura del aparato del Comité
Central del Partido Comunista de Cuba. 4.5.73. En Raúl Castro. Selección de
discursos y artículos, en dos tomos, tomo 1 (1959-1974). La Habana: Editora
Política.
 Castro Ruz, F. (1989) Discurso en el acto conmemorativo por el XXXVI
aniversario del asalto al cuartel Moncada. En http:
//www.cuba.cu/gobierno/discursos/1989/esp/f260789e.html, provincia
Camagüey, último acceso, 22 de junio de 2018:
 Castro Ruz, F. (1990). Discurso en el acto central por el XXX aniversario de
los CDR (Comité de Defensa de la Revolución). En
http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1990/esp/f280990e.html, La Habana,
último acceso, 22 de junio de 2018.
 Castro Ruz, F. (1997a) Discurso de clausura en el V Congreso del Partido
Comunista de Cuba. El 10 de octubre de 1997. En Informe Central y discurso
de clausura en el V Congreso del Partido Comunista de Cuba. La Habana:
Editora Política.
 Castro Ruz, F. (1997b) Discurso de clausura en el V Congreso del Partido
Comunista de Cuba. El 10 de octubre de 1997. En Informe Central y discurso
de clausura en el V Congreso del Partido Comunista de Cuba. La Habana:
Editora Política.
 Castro Ruz, F. (1997c) Informe Central al V Congreso de Partido Comunista
de Cuba, el 8 de octubre de 1997. En Informe Central y discurso de clausura en
el V Congreso del Partido Comunista de Cuba. La Habana: Editora Política.
 Castro Ruz, F. (2004a). Comparecencia por radio y televisión. El 26 de
marzo de 1962. En: Fidel Castro. El partido una revolución en la Revolución.
Selección Temática 1960-2001.La Habana: Editora Política.
 Castro Ruz, F. (2004b). Discurso en la asamblea de los militantes del PURS
de las provincias de Pinar del Río, La Habana y Matanzas, el 22 de febrero de
1963.En Fidel Castro. El partido una revolución en la Revolución. Selección
Temática 1960-2001. Teatro “Chaplin”, La Habana: Editora Política.
 Castro Ruz, F. (2005). Discurso en el acto por el aniversario 60 de su
ingreso a la universidad, efectuado en el Aula Magna de la Universidad de La
Habana, el 17 de noviembre de 2005. Juventud Rebelde, Tabloide Especial
No.11, p.12.
 Castro Ruz, F. (2008). Palabras en la reunión de la Dirección Nacional del
PURSC (Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba. En Cantón
Navarro, J. y Duarte Hurtado, M.: Cuba, 42 años de Revolución. Cronología
histórica 1959-1982 y 1983-2000. En dos tomos, tomo I, 1959-1982. La
Habana: Editorial de Ciencias Sociales.
 Castro Ruz, R. (1961a) Discurso en la constitución de las JUCEI de La
Habana. La Habana: Imprenta Nacional de Cuba.
 Castro Ruz, R. (1988a). Intervención: La nueva estructura del aparato del
Comité Central del Partido Comunista de Cuba. 4.5.73. En Raúl Castro.
Selección de discursos y artículos, en dos tomos, tomo 1 (1959-1974). La
Habana: Editora Política.
 Castro Ruz, R. (1988b). Intervención: La nueva estructura del aparato del
Comité Central del Partido Comunista de Cuba. 4.5.73. En Raúl Castro.
Selección de discursos y artículos, en dos tomos, tomo 1 (1959-1974). La
Habana: Editora Política.
 Castro Ruz, R. (1988c). Intervención: La nueva estructura del aparato del
Comité Central del Partido Comunista de Cuba. 4.5.73. En Raúl Castro.
Selección de discursos y artículos, en dos tomos, tomo 1 (1959-1974). La
Habana: Editora Política.
 Castro Ruz, R. (1988d). Discurso en el seminario a los delegados del Poder
Popular, en la provincia de Matanzas, el 22 de agosto de 1974. En Raúl Castro.
Selección de discursos y artículos, en dos tomos, tomo1 (1959-1974). La
Habana: Editora Política.
 Castro Ruz, R. (1988e). Discurso durante el seminario a los delegados del
Poder Popular, en la provincia de Matanzas, el 22 de agosto de 1974. En Raúl
Castro. Selección de discursos y artículos, en dos tomos, tomo1 (1959-1974).
La Habana: Editora Política.
 Castro Ruz, R. (16 de junio de 1989). Discurso pronunciado en el aniversario
28 del Ejército Occidental. 14.6.89. Bastión (periódico).
 Castro Ruz, R. (1993). Entrevista concedida al señor Mario Vázquez Raña
para el periódico El Sol de México. La Habana: Ediciones Verde Olivo (Tomado
del periódico Granma de los días 21, 22, 23 y 24 de abril de 1993).
 Castro Ruz, R. (5 de agosto de 1994). Intervención en el primer día de
sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular. 3.8.94. Granma, p.4.
 Castro Ruz, Raúl (1996a). Informe del Buró Político aprobado por el V Pleno
del Comité Central del Partido Comunista de Cuba sobre la situación política y
social del país y la correspondiente labor del Partido. La Habana: Editora
Política.
 Castro Ruz, R. (1996 b). Informe del Buró Político aprobado por el V Pleno
del Comité Central del PCC sobre la situación política y social del país y la
correspondiente labor del Partido. La Habana: Editora Política.
 Castro Ruz, R. (6 de octubre de 1999a). Palabras en la Asamblea de
Balance del Partido en la provincia de Guantánamo. Granma, p.3.
 Castro Ruz, R. (1999b). Intervención en la Asamblea de Balance del Partido
en Villa Clara. La Habana: Editora Política.
 Castro Ruz, R. (4 de abril de 2000) Intervención en la Tribuna Abierta de la
Juventud y los Estudiantes. 1.4.2000. Municipio de Niquero, Granma provincia.
Granma.
 Castro Ruz, R. (29 de abril de 2008a). Intervención en las conclusiones del
VI Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Granma.
 Castro Ruz, R. (el 25 de febrero de 2008b). Discurso en las conclusiones de
la Sesión Constitutiva de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder
Popular. 24.2.2008. Granma.
 Raúl Castro Ruz, R. (8 de agosto 2009). Discurso en el Tercer Período
Ordinario de Sesiones de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder
Popular, el 1º de agosto de 2009. Granma.
 Raúl Castro Ruz, R. (el 5 de abril de 2010). Discurso en la clausura del IX
Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas. 4.4.2010. Granma.
 Castro Ruz, R. (17 de abril de 2011a). Informe Central al VI Congreso del
Partido Comunista de Cuba. Granma.
 Castro Ruz, R. (24 de diciembre de 2011b). Discurso en el VIII Periodo
Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 23 de
diciembre del 2011. Granma.
 Castro Ruz, R. (2012). Fragmentos de las palabras en las reuniones
partidistas por territorio. En Díaz Escalona, O. F. “El General de Ejército Raúl
Castro Ruz. Cronología mínima (1931-2011). En dos partes, segunda parte
(1992-2011). La Habana: Academia de las FAR “General Máximo Gómez”.
 Castro Ruz, R. (16 de julio de 2015). Discurso pronunciado el 15 de julio de
2015, en la clausura del V Periodo Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura
de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Granma.
 Castro Ruz, R. (19 de abril de 2016). Discurso de clausura del 7mo.
Congreso del Partido Comunista de Cuba, el 19 de abril de 2016. Granma.
 Castro Ruz, R. (15 de julio de 2017). Discurso en la clausura del IX Período
Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder
Popular, el 14 de julio de 2017. Granma.
 Constitución de la República de Cuba (2019a). Sección Cuarta Consejo
Popular, Capítulo II Órganos Municipales del Poder Popular del Título VIII
Órganos Locales del Poder Popular. La Habana: Impreso en Empresa de Artes
Gráficas “Federico Engels”.
 Constitución de la República de Cuba (2019b). Capítulo VII Contraloría
General de la República del Título VI Estructura del Estado. La Habana:
Impreso en Empresa de Artes Gráficas “Federico Engels”.
 Díaz-Canel Bermúdez, M. (24 de diciembre de 2018). Discurso pronunciado
en la clausura del Segundo Período Ordinario de Sesiones de la IX Legislatura
de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 22 de diciembre del 2018.
Granma.
 Duharte Díaz, E. (2000). El sistema político cubano: particularidades de su
formación y desarrollo. En Teoría Sociopolítica, Selección de Temas, en dos
tomos, tomo II. La Habana: Editorial “Félix Varela”.
 Fung Riverón, T. (1986). En torno a las regularidades y particularidades de la
revolución socialista en Cuba. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.
 Guevara, Ernesto Che (1988). El socialismo y el hombre en Cuba. La
Habana: Editora Política.
 Murillo Jorge, M. (22 de diciembre de 2017). Intervención en el X Periodo
Ordinario de Sesiones de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder
Popular el 21 de diciembre de 2017. Granma.
 PCC. (1992). Resolución sobre el Desarrollo Económico del país, aprobada
en el IV Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC). En IV Congreso del
Partido Comunista de Cuba. Discursos y documentos. Celebrado del 10 al 14
de octubre, en Santiago de Cuba. La Habana: Editora Política.
 PCC. (2017a). Documentos del 7mo. Congreso del Partido aprobados por el
III Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) el 18 de
mayo de 2017 y respaldados por la Asamblea Nacional del Poder Popular el
1ero de junio de 2017 (I Parte). En Conceptualización del Modelo Económico y
Social Cubano de Desarrollo Socialista. Villa Clara (provincia): Impreso en la
UEB gráfica, Empresa de Periódicos.
 PCC (2017b). Documentos del 7mo. Congreso del Partido, aprobado en el III
Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, el 18 de mayo de
2017 y respaldados por la Asamblea Nacional del Poder Popular el 1ero de
junio de 2017. (I Parte) En Conceptualización del Modelo Económico y Social
Cubano de Desarrollo Socialista. Villa Clara (provincia): Impreso en la UEB
Gráfica, Empresas de Periódicos.
 V. I. Lenin (1970). Fragmentos del informe en la Sesión Conjunta del CEC de
Rusia, el Soviet de Moscú, los comités fabriles y los sindicatos. En obras
escogidas militares. Biblioteca “El Oficial”. Serie “Organismos”, La Habana:
Instituto del Libro.
 V. I. Lenin (1981). Economía y política en la época de la dictadura del
proletariado. En V.I. Lenin, obras escogidas en tres tomos, tomo 3, Moscú:
Editorial Progreso.
 V. I. Lenin (1981). Una gran iniciativa. En V.I. Lenin, obras escogidas en tres
tomos, tomo 3, Moscú: Editorial Progreso.

Notas
1. Por ejemplo, en la Constitución de la República de Cuba, en el Artículo 1, se
plantea: “Cuba es un Estado socialista de derecho y de justicia social,
democrático, independiente y soberano…”
2. El llamado “Proyecto Cuba”, consistió en la ejecución de un programa de
seis fases dentro de la “Operación Mangosta” que debería culminar en octubre
de 1962, con la derrota de la Revolución Cubana. En marzo de este propio año,
el presidente John F. Kennedy, aprueba los lineamientos para la “Operación
Mangosta”, comprometiéndose a dar toda la ayuda de su Administración para
el cumplimiento de los objetivos previstos que incluía: el bloqueo económico y
comercial; aislamiento político-diplomático; subversión interna; planes de
asesinatos a líderes cubanos, en particular a Fidel Castro; guerra sicológica y
la invasión militar.
3. Conflicto que estuvo a punto de producirse una tercera guerra mundial. Para
su estudio puede tenerse en cuenta como principales antecedentes el conjunto
de medidas de carácter agresivo contra Cuba que realizó el Gobierno
estadounidense, desde la derrota sufrida en Playa Girón y las previstas en las
diferentes fases de la “Operación Mangosta”. El 29 de mayo de 1962, la URSS,
propone a Cuba y esta acepta instalar cohetes nucleares, en interés del
fortalecimiento estratégico del campo socialista y para la propia defensa del
país. Así en agosto comienza la instalación de 42 cohetes nucleares de
alcance medio, el envío de bombarderos medianos IL-28 y un contingente
militar integrado por 43, 000 combatientes soviéticos, agrupación de tropas
subordinadas al mando soviético. Estas acciones son descubiertas por el
gobierno de los EE.UU. y el 22 de octubre ordena el bloqueo naval a Cuba. El
conflicto concluyó con el acuerdo entre la URSS y los EE.UU. de la retirada de
los cohetes y el compromiso de este último de la no agresión militar directa a
Cuba, decisión esta que no se consultó con el Gobierno cubano. Sobre este
acontecimiento se han realizados numerosas publicaciones. Una de ellas: La
crisis de los misiles, 1962. Algunas reflexiones cubanas. Tomás Diez Acosta,
Ediciones Verde Olivo, Ciudad de La Habana, 1997.
4. En agosto de 1925 se crea la Confederación Nacional Obrera (CNOC),
considerada como la primera central proletaria cubana y que luchó junto al
Partido Comunista de Cuba y otras clases y capas sociales contra los
gobiernos dictatoriales hasta que, en 1939, se disuelve. El 28 de enero de este
año, en La Habana, se realiza el Congreso Constituyente de la Confederación
de Trabajadores de Cuba (CTC). Fue elegido como Secretario General Lázaro
Peña, comunista y dirigente de gran arraigo popular. Años más tarde fue
impuesto oficialmente presidiendo la organización obrera a Eusebio Mujal,
convirtiéndose en un instrumento al servicio del gobierno presidido por Prío
Socarrás y especialmente en el gobierno de Batista a partir del golpe de Estado
dado por este en 1952. El mujalismo hizo mucho daño. Con el triunfo de la
Revolución la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), a pesar de
posiciones encontradas y luchas internas, fue solucionando la influencia del
mujalismo a través de un proceso de depuración, creación y funcionamiento
democrático de todas sus estructuras. Este proceso de transformación
revolucionaria fue visiblemente apreciado durante los años 1960 y 1961, en el
cual desempeñó un papel principal la realización de sus primeros congresos y
la influencia directa ejercida por la nueva dirigencia revolucionaria,
especialmente por Fidel Castro. Desde entonces pasó a denominarse Central
de Trabajadores de Cuba (CTC), enteramente a favor de los cambios
revolucionarios en las nuevas condiciones históricas.
5. Para profundizar sobre el papel y funciones del INRA puede consultarse el
libro En Marcha con Fidel de Antonio Núñez Jiménez, en particular el capítulo
XXVIII, Editorial Letras Cubana, La Habana,1982.
6. Encargada fundamentalmente de fijar, orientar, supervisar y coordinar la
política económica de los diferentes organismos del Estado. Atendió lo
relacionado con el presupuesto del Estado. La JUCEPLAN fue objeto de
diferentes transformaciones a lo largo de los años. En 1994 se aprueba el
Decreto-Ley 147 de la Reorganización de los Organismos de la Administración
Central del Estado, donde la Junta Central de Planificación (JUCEPLAN), pasó
a ser, hasta la actualidad, el Ministerio de Economía y Planificación.
7. Consultar el contenido de dichas declaraciones en: Declaraciones de La
Habana y Santiago de Cuba. Editora Política, La Habana, 1965.
8. Para profundizar sobre el papel y funciones de las JUCEI, puede
consultarse: la comparecencia de Raúl Castro ante el programa de la
Universidad Popular, ciclo Economía y Planificación sobre Experiencias y
funciones de las JUCEI provinciales, el 4.6.1961. Periódico Hoy del 6.6.1961 y
su discurso en el acto de constitución de la JUCEI en la provincia de La
Habana, el 22 de julio de 1961, periódico Revolución, 24 de julio de 1961.
9. Así fueron denominado los núcleos del Partido en la etapa que existió las
ORI (Organizaciones Revolucionarias Integradas).
10. Ver discurso en la reunión con responsables de los organismos de
producción: ANAP, Cooperativas Agropecuarias y Granjas del Pueblo, el 16 de
julio de 1961. Obra Revolucionaria, no.35, La Habana, 2.10.1961, p.15.
11. Ver discurso de clausura de la Primera Conferencia Nacional del Partido.
Periódico Trabajadores, 30 de enero de 2012, p.9.
12. La producción de diez millones de azúcar a pesar del enorme esfuerzo
realizado por el pueblo no pudo alcanzarse, debido fundamentalmente a
factores de tipo objetivo. Una profunda y detallada explicación sobre las causas
de este hecho la ofrece el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en la
intervención realizada a través de la radio y la televisión nacionales, sobre la
zafra azucarera de 1970, el 20 de mayo de 1970. En
http://www.fidelcastro.cu/es/discursos/comparecencia-traves-de-la-radio-y-la-
television-nacionales-sobre-la-zafra-azucarera-de, último acceso, 22 de junio
de 2018.
13. Actualmente existen 15 provincias y 168 municipios, incluyendo el
Municipio Especial Isla de la Juventud.
14. La entrevista se realizó el 23 de diciembre de 1982. Entonces se
encontraba al frente del Estado y del gobierno soviético Yuri Andrópov, que
había asumido recientemente, el 12 de noviembre de 1982, ese cargo. Fue el
sucesor de Leonid Brézhnev. Nota del autor.
15. Es la concepción estratégica defensiva del país, que resume la experiencia
histórica acumulada por la nación; se basa en el despliegue del sistema
defensivo territorial como sustento de su poderío militar, y en el empleo más
variado de todas las fuerzas y recursos de la sociedad y el Estado. Tomado de
la Ley No.75 de Defensa Nacional, Gaceta Oficial de la República de Cuba, 13
de enero de 1995, p. 2.
16. Como el conjunto de ideas y concepciones científicamente argumentadas,
adoptadas por el Estado sobre la esencia, los objetivos, el carácter, las
particularidades y las consecuencias de la guerra; la preparación del país para
realizarla exitosamente y con ello tratar de evitarla; y los métodos para su
realización y conducción, con el fin de enfrentar una agresión militar. Esta
doctrina tiene como fundamento la concepción de la Guerra de Todo el Pueblo.
Tomado de la Ley No.75 de Defensa Nacional, Gaceta Oficial de la República
de Cuba, 13 de enero de 1995, p. 1.
17. En el trabajo que trata sobre las Relaciones Internacionales que aparece
en este Texto de Estudio se amplía los principios de la política exterior de la
Revolución Cubana y los principios del Derecho Internacional.
18. Ver Constitución de la República de Cuba. Gaceta Oficial de la República
de Cuba, edición extraordinaria no.5, del 10 de abril de 2019, La Habana. Título
I Fundamentos Políticos, Capítulo II Relaciones Internacionales, pp. 2-3.
19. Los principales éxodos masivo fueron 1) Operación Peter Pan, entre 1960 y
1962, más de 14 000 niños salieron del país, como pretexto se usó una falsa
ley donde constaba que el Gobierno revolucionario ejercería la patria potestad
sobre los menores; 2) en 1965, salida por Camarioca, provincia de Matanzas,
se estima algo más de 5 000 ciudadanos; 3) en 1980, salida por el Mariel, La
Habana. Enhttps://es.wikipedia.org/wiki/%C3%89xodo_del_Mariel, una cifra de
125 000 cubanos; 4) en 1994, se produce otra salida masiva, la llamada «crisis
de los balseros», se apreció más de 35 000. No se incluye salidas ilegales en
otros momentos. El total de la comunidad cubana en Estados Unidos pasa de 2
millones de habitantes.
20. Las ideas expuestas han sido tomadas de diferentes discursos e
intervenciones del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, durante los años
1986 y 1987: a) discurso en la clausura de la sesión diferida del III Congreso
del Partido Comunista de Cuba, La Habana, 2 de diciembre de 1986. Revista
Cuba Socialista, No. 25, La Habana, 1987; b) discurso en ocasión del XXV
aniversario de la victoria de Playa Girón y la proclamación del carácter
socialista de la Revolución Cubana, el 19 de abril de 1986, revista Cuba
Socialista, septiembre-octubre de 1986; c) discurso en el acto central por el XX
aniversario de la caída en combate del comandante Ernesto Che Guevara,
Pinar del Río, 8 de octubre de1987, Editora Política, La Habana, 1987; d) Fidel
Castro. Por el camino correcto, compilación de textos, Editora Política, La
Habana, 1987.
21. La estrategia de desarrollo económico y social de la industrialización del
país, fue aprobada en el año 1975, durante la celebración del Primer Congreso
del Partido.
22. Ver la Resolución sobre el Desarrollo Económico del país, aprobada en el
IV Congreso del Partido Comunista de Cuba. En: IV Congreso del Partido
Comunista de Cuba. Discursos y documentos. Celebrado del 10 al 14 de
octubre, en Santiago de Cuba, Editora Política, La Habana, 1992, pp.246-257.
23. Numerosos autores han tratado este tema partiendo esencialmente de las
ideas de Hegel y de Marx, así como la concepción de Gramsci sobre el mismo.
Así tenemos autores cubanos destacados a Isabel Monal, Armando Hart, Raúl
Valdés Vivó, Jorge Luis Acanda González, Miguel Limia David, entre otros. En
el caso de este último puede verse el trabajo “Sociedad civil y participación en
Cuba”, en colectivo de autores, Teoría Sociopolítica. Selección de Temas, en
dos tomos, tomo II, Editorial “Félix Varela”, La Habana, 2000, pp.166-228 y en
el trabajo de Jorge Luis Acanda González, “Traducir a Gramsci”, en que se
adentra con profundidad, en particular, en la concepción gramsciana sobre la
sociedad civil, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2009, especialmente
los capítulos IX y X.
24. Surgen en la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, efectuada
el 26 de diciembre de 1993, al producirse un amplio debate sobre los
problemas del saneamiento de las finanzas internas, pues existían alrededor de
11 000 millones de pesos circulando en el país. Esta idea de los parlamentos
obreros. fue de Fidel Castro, que planteó realizar asambleas donde se
discutieran libre y abiertamente los problemas existentes. El proceso duró 45
días efectuándose más de 80 mil parlamentos obreros en todo el país con una
participación superior a los 3 millones de trabajadores. Fueron realizadas a su
vez, 3 mil 400 asambleas con la asistencia de más de 258 mil cooperativistas y
campesinos. También se dieron reuniones similares en los centros de
enseñanza secundaria, preuniversitaria y universitaria, que abarcaron a más de
300 mil jóvenes. Fue objetivo principal que los trabajadores y el
pueblo comprendieran los momentos difíciles que se encontraba el país,
reforzar el consenso político y la defensa a la Revolución, preservando sus
principales conquistas, así como, la necesidad de la participación activa
popular en la solución de los problemas que se presentaron entonces. Estos
parlamentos obreros fueron una escuela de economía y de política.
Mostraron una elevada cultura política en tiempos tan complejos por parte de
los trabajadores y todo el pueblo.
25. Puede consultarse los trabajos publicados en el periódico Granma de
Jesús Pastor García Brigos, el primero: “El eslabón ganado del Estado
cubano”, publicado el 21 de febrero de 2018, p.16, y el segundo: “De cómo los
consejos populares llegaron a La Habana”, del 7 de marzo de 2018, p.16.
26. En enero de 2011 surgen estas dos provincias que emprendieron
profundas transformaciones en la estructura de sus órganos de gobierno. A
mediados del 2012, se aprueba la separación de la dirección de los consejos
de administración y de las asambleas provinciales y municipales del Poder
Popular.
27. En la nueva Constitución de la República se subordina al Presidente de la
República.
28. Se han autorizado 498 de las cuales están constituidas 249. El 68 % fueron
creadas por los gobiernos provinciales. Tomado del Periódico Granma, del 7 de
julio del 2014, p.4.
29. Dato tomado en http://www.cubatv.icrt.cu/nuevas-disposiciones-para-
trabajo-por-cuenta-propia/ de julio de 2018.
30. Es una obra monumental para asegurar el agua necesaria tanto para la
población como para la agricultura, que se traduce en más alimentos. Esta
comprende: 1) Trasvase Este-Oeste y se extiende desde la presa Nuevo
Mundo (Moa, Holguín) hasta la presa Juan Sáez, Las Tunas; 2) Trasvase
Norte-Sur, ubicado en la provincia de Guantánamo, con punto de partida en
Yateras y prolongación hasta las proximidades de la capital provincial; 3)
Trasvase Centro-Este, abarca los territorios de Agabama, Zaza, Ciego de Ávila
y Camagüey.
31. Dato tomado del periódico Granma, del artículo Inversiones en la
agricultura de Karina Marrón González, del 25 de agosto de 2017, p. 3.
32. Esta Ley fue aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular el 29
de marzo de 2014. Ver la Gaceta Oficial de la República en la edición
extraordinaria, No.20, del 16 de abril de 2014.
33. La entrega de tierras ociosas en usufructo fue una medida adoptada desde
2008, a través del Decreto Ley 259, la que ha venido sufriendo cambios, por
ejemplo, en el 2017 el Consejo de Ministros aprobó otras modificaciones a la
política para la entrega en usufructo de tierras estatales ociosas. Desde el 2008
hasta septiembre del 2016, se habían entregado un millón 917 hectáreas de
tierra que representa el 31% de la superficie agrícola del país.
34. En el 2016, en interés de incrementar la capacidad de compra del peso
cubano, se decidió reducir los precios en el entorno de un 20% en las Cadenas
de Tiendas Recaudadoras de Divisas y el mercado paralelo del Mincin para un
grupo de productos seleccionados, sobre todo alimentos. También se
adoptaron medidas para el ordenamiento de la comercialización de productos
agrícolas seleccionados y se fijaron precios máximos de venta a la población.
35. Ver a V. I. Lenin, en su obra Las tareas inmediatas del poder soviético. En
obras escogidas en tres tomos, tomo 2. Moscú: Editorial Progreso, 1981, pp.
680; 685-686; 687-690.
36. Esto se corrobora si tenemos en cuenta que participaron 8 millones 913 mil
838 personas en más de 163 mil reuniones efectuadas. De los 291 lineamientos
que contenía dicho proyecto, 16 fueron integrados en otros, 94 mantuvieron su
redacción, en 181 se modificó su contenido y se incorporaron 36 nuevos. El 68 % de
la versión inicial fue reformulada, quedando definitivamente 313.
37. Con ese objetivo se ha venido realizando el perfeccionamiento de la
estructura del Gobierno. En la reunión del Consejo de Ministros del 21 de junio
de 2014, se informó que concluyó este proceso del primer grupo de 20
organismos y entidades en relación con la separación de las funciones
estatales de las empresariales, así como adecuar y dar coherencia a las
estructuras de los OACE (Organismos de la Administración Central del Estado)
y entidades nacionales para dar una administración pública racional y efectiva.
Periódico Granma, 23.6.2014, pp.2-3.
38. En diciembre de 2017 existían en el país 429 cooperativas de este tipo, que
se encuentran en experimento.
39. En el camino hacia el restablecimiento de estas relaciones desempeñaron
un papel mediador y de mucha importancia el Vaticano, y especialmente del
Papa Francisco, así como el Gobierno de Canadá que brindó las facilidades
para la realización del diálogo de alto nivel entre los dos países. Las relaciones
de manera oficial quedaron establecidas el 20 de julio de 2015.
40. Los datos fueron tomados de la intervención de Marino Murillo Jorge,
miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y
jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo, en el X Periodo Ordinario
de la Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder
Popular, el 21 de diciembre de 2017, periódico Granma, 22.12.2017, p.10.
41. Los Cinco Héroes fueron detenidos en 1998 en la ciudad de Miami,
Estados Unidos, por dar seguimiento a grupos extremistas que organizaban y
financiaban acciones violentas contra Cuba. En el 2001 fueron condenados
injustamente a penas excesivamente crueles. Una vez más la justicia
estadounidense actuaba ciega, sorda y muda. René González fue condenado a
15 años. En octubre de 2011 fue liberado de la cárcel, pero permaneciendo en
los Estados Unidos bajo el régimen de libertad supervisada por tres años. En
esta condición se autoriza viajar a Cuba por problemas familiares y el 9 de
mayo de 2013, recibió en la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La
Habana la certificación de su renuncia a la ciudadanía estadounidense,
condición que lo deja en libertad. Fernando González fue condenado a 19 años
de prisión y liberado en febrero de 2014, tras cumplir una condena de 17 años
y 9 meses. En diciembre de este año, con el anuncio del restablecimiento de
las relaciones diplomáticas, fueron liberados y regresan a Cuba: Gerardo
Hernández, que fue condenado a dos cadenas perpetuas y 15 años, Antonio
Guerrero a una cadena perpetua y 10 años y Ramón Labañino, a una cadena
perpetua y 18 años. Para profundizar sobre este tema pude estudiarse el libro
de Fernando Morais “Los últimos soldados de la guerra fría”. Editado por Arte y
Literatura, Instituto del Libro, La Habana, 2013.
42. Dato tomado del periódico Granma, del 14 de septiembre de 2018, p.1.
43. En numerosos órganos de prensa plana y digital nacional, en revistas
científicas internacionales y en opinión de científicos cubanos e internacionales,
incluyendo a norteamericanos, se plantea la inconsistencia científica de los
argumentos esgrimidos por el gobierno estadounidense de que se dieron
“ataques sónicos” a diplomáticos de ese país y sus familiares. El periódico
Granma del 17 de septiembre de 2018, página 1, expuso las principales
razones científicas que desmienten los supuestos incidentes contra dicho
personal. Ellas son: 1) la información brindada por el Departamento de Estado
no permite sustentar la hipótesis de ataques de salud y daño cerebral; 2) con la
información intercambiada no es posible demostrar la existencia de un nuevo
síndrome médico neurológico de la lesión cerebral; 3) no se puede afirmar que
se haya podido producir un daño cerebral originado por golpes a la cabeza sin
que se haya producido trauma craneal alguno; 4) las evidencias médicas
presentadas tienen serias limitaciones; 5) la mayoría de los casos descrito
presentan síntomas de enfermedades comunes, de alta prevalencia en Estados
Unidos y en el mundo; 6) los reportes pueden ser inexactos debido al intervalo
de tiempo de 203 días que medió entre los alegados incidentes y las
investigaciones médicas reportadas;7) las pruebas neurológicas, consideradas
más objetivas, fueron evaluadas con criterios inusuales que, aplicados a un
grupo de sujetos sanos, calificaría a casi todos como enfermos; 8) solo se
encontraron tres individuos con pérdidas auditivas ligeras o moderadas, cada
uno con audiogramas que se corresponden con enfermedades distintas y
probablemente preexistentes; 9) no se encontraron hallazgos que indicaran
daño cerebral en las neuro-imágenes. En dos individuos se reportaron signos
leves y, en otro, moderados: estos no son específicos y pueden aparecer en
múltiples enfermedades o en procesos que ocurrieron antes de que estas
personas viajaran a Cuba. Los expertos cubanos no han podido acceder a
estas imágenes.
44. Aparece con mayor claridad como estrategia de los Estados Unidos a partir
del año 2010 y la definen como: “conjunto de actividades dirigidas a posibilitar
el desarrollo de un movimiento de resistencia o la insurgencia, para coaccionar,
alterar o derrocar a un gobierno o tomar el poder mediante el empleo de una
fuerza de guerrilla, auxiliar y clandestina, en un territorio enemigo.” TC 18-01,
Special Forces Unconventional Warfare, [on line], DoD, USA, November 2010.
Disponible en <Html://www.us.army.mil/pub/tc/tc18.011.html> Generalidades.

Bibliografía consultada
1. Bell, José y otros: Documentos de la Revolución cubana. /Años 1959, 1960
y 1961/. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2008.
2. Cantón Navarro, José y Duarte Hurtado, Martín: Cuba, 42 años de
Revolución. Cronología histórica. En dos tomos: tomo I: 1959-1982; tomo II:
1983-2000. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2008.
3. Cantón Navarro, José: Cuba: El Desafío del yugo y la estrella. Editorial SI-
MAR S.A., La Habana, 1996.
4. Castro Ruz, Fidel. Declaraciones de La Habana y Santiago de Cuba,
Editora Política, La Habana, 1965.
5. Castro Ruz, Fidel: Discurso en el acto central por el XX aniversario de la
caída en combate del comandante Ernesto Che Guevara. Pinar del Río, 8
de octubre de 1987, Editora Política, La Habana, 1987.
6. Castro Ruz, Fidel: Discurso en el acto por el aniversario 60 de su ingreso a
la universidad, efectuado en el Aula Magna de la Universidad de La
Habana, el 17 de noviembre de 2005. Periódico Juventud Rebelde,
Tabloide Especial No.11, año 2005.
7. Castro Ruz, Fidel: Fidel Castro. En la trinchera de la Revolución. Selección
de discursos. 7 de diciembre de 1989 a 7 de marzo de 1990. Editora
Política, La Habana, 1990.
8. Castro Ruz, Fidel: Fidel Castro. Por el camino correcto. Compilación de
textos. Editora Política, La Habana, 1987.
9. Castro Ruz, Fidel: Fidel Castro. Por el camino correcto. Compilación de
textos. Editora Política, La Habana, 1988.
10. Castro Ruz, Fidel: Informe Central al Primer Congreso del Partido
Comunista de Cuba. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1978.
11. Castro Ruz, Fidel: Informe Central al Tercer Congreso del Partido
Comunista de Cuba. Editora Política, La Habana, 1986.
12. Castro Ruz, Fidel: Informe Central y discurso de clausura del IV Congreso
del Partido Comunista de Cuba. Dirección Política Principal de las FAR, La
Habana, 1991.
13. Castro Ruz, Fidel: Informe Central y discurso de clausura del Quinto
Congreso del Partido Comunista de Cuba. Editora Política, La Habana,
1997.
14. Castro Ruz, Fidel: La historia me absolverá. Ediciones Verde Olivo, La
Habana, 2002.
15. Castro Ruz, Raúl: Comparecencia en el programa de la Universidad
Popular, ciclo Economía y Planificación sobre Experiencias y funciones de
las JUCEI provinciales, el 4 de junio de 1961, periódico Hoy del 6 de junio
de 1961.
16. Castro Ruz, Raúl: Raúl Castro. Selección de discursos y artículos, en dos
tomos (1959-1974 y 1976-1986), Editora Política, La Habana, 1988.
17. Castro Ruz, Raúl: Discurso en el VIII Periodo Ordinario de Sesiones de la
Asamblea Nacional del Poder Popular, el 23 de diciembre del 2011.
Periódico Granma, 24 de diciembre de 2011.
18. Castro Ruz, Raúl: Discurso en la clausura de la Primera Conferencia
Nacional del Partido Comunista de Cuba. 29 de enero de 2012. Periódico
Granma, 30 de enero de 2012.
19. Castro Ruz, Raúl: Discurso en la clausura del IX Congreso de la Unión de
Jóvenes Comunistas. Periódico Granma, 5 de abril de 2010.
20. Castro Ruz, Raúl: Discurso en la clausura del IX Período Ordinario de
Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular,
el 14 de julio de 2017, periódico Granma, 15 de julio de 2017.
21. Castro Ruz, Raúl: Discurso en la clausura del XIX Congreso de la Central
de Trabajadores de Cuba. 27 de septiembre de 2006. Periódico Granma,
28 de septiembre de 2006.
22. Castro Ruz, Raúl: Discurso en la reunión con responsables de los
organismos de producción: ANAP, Cooperativas Agropecuarias y Granjas
del Pueblo. 16 de julio de 1961. Santiago de Cuba. Obra Revolucionaria.
No.35, La Habana, 1961.
23. Castro Ruz, Raúl: Discurso en las conclusiones de la Primera Sesión
Ordinaria de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
La Habana, 11 de julio de 2008. Periódico Granma, 12 de julio de 2008.
24. Castro Ruz, Raúl: Discurso en las conclusiones de la Sesión Constitutiva
de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular. La
Habana, 24 de febrero de 2008. Periódico Granma, 25 de febrero de 2008.
25. Castro Ruz, Raúl: Informe Central al VI Congreso del Partido Comunista de
Cuba. Periódico Granma, 17 de abril de 2011.
26. Castro Ruz, Raúl: Raúl Castro. Asamblea Provincial del Partido Comunista
de Cuba en Ciudad de La Habana. Editora Política, La Habana, 1999.
27. Castro Ruz, Raúl: Intervención en las conclusiones del VI Pleno del Comité
Central del PCC. Periódico Granma, 29 de abril de 2008.
28. Colectivo de autores: Teoría Sociopolítica. Selección de Temas. “El sistema
político cubano: particularidades de su formación y desarrollo”, por Emilio
Duharte Díaz, en dos tomos, tomo 2. Editorial “Félix Varela”, La Habana,
2000.
29. Constitución de la República de Cuba. Impreso en Empresa de Artes
Gráficas “Federico Engels”. La Habana, 2019.
30. Diez Acosta, Tomás: La crisis de los misiles, 1962.Algunas reflexiones
cubanas. Ediciones Verde Olivo, La Habana, 1997.
31. Fernández Ríos, Olga: Formación y desarrollo del Estado socialista en
Cuba. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1988.
32. Fung Riverón, Thalía M.: En torno a las regularidades y particularidades de
la revolución socialista en Cuba. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana,
1986.
33. Guevara, Che, Ernesto: Ernesto Che Guevara. Escritos y discursos, en
nueve tomos, tomo 4, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1977.
34. Guevara, Ernesto Che: El socialismo y el hombre en Cuba. Editora Política,
La Habana, 1988.
35. Lawler, James: Lenin y la transición socialista en Rusia. En: Revista
Internacional Marx Ahora, los números integrados 4 y 5. La Habana, 1997 y
1998.
36. Machado Rodríguez, Darío L.: ¿Es posible construir el socialismo en Cuba?
Editora Política, La Habana, 2004.
37. Marx, Carlos y Engels Federico: El Manifiesto Comunista. Editorial de
Ciencias Sociales, La Habana, 2008.
38. Marx, Carlos. y Engels, Federico: La ideología alemana. Editora Política, La
Habana, 1979.
39. Marx, Carlos: Obras escogidas en tres tomos. Editorial Progreso, Moscú,
1974.
40. PCC: Plataforma Programática del Partido Comunista de Cuba. Tesis y
resolución. Editora Política, La Habana, 1978.
41. PCC: Programa del Partido Comunista de Cuba. Editora Política, La
Habana, 1986.
42. V. I. Lenin: Obras escogidas en tres tomos. Editorial Progreso, Moscú,
1981.
43. V. I. Lenin: Fragmentos del informe en la Sesión Conjunta del CEC de
Rusia, el Soviet de Moscú, los comités fabriles y los sindicatos. Obras
escogidas militares. Biblioteca “El Oficial”. Serie “Organismos”, Instituto del
Libro, La Habana, 1970.
44. V. I. Lenin: Informe sobre la labor del CEC de toda Rusia del CCP en la
primera Sesión del CEC de la VII Legislatura, 2 de febrero de 1920. Obras
completas en 54 tomos, tomo 40. Editorial Progreso, Moscú 1986.

Regresar al Índice

3.2 La Constitución Socialista cubana, una valoración desde la Teoría


Política
Dra. Marta Margarita Pérez Gómez
Dr. José Ramón Herrera Alfaro

Con el triunfo de la Revolución Cubana el Primero de enero de 1959 comienza


todo un proceso de demolición del viejo sistema político capitalista subordinado
a los intereses del imperialismo yanqui y la devolución del poder a sus
verdaderos detentadores, el pueblo, que por primera vez en la historia de Cuba
participa en la toma de decisiones respecto al rumbo político y económico del
país.

El 3 de enero de 1959 se constituyó el Gobierno Revolucionario en la ciudad de


Santiago de Cuba y una de sus primeras acciones fue restituir la Constitución
de 1940 derribada por Fulgencio Batista con el golpe de Estado del 10 de
marzo de 1952.

La Revolución Cubana, como fuente de Derecho, a través del Consejo de


Ministros proclamó el 7 de febrero de 1959, la Ley Fundamental de la
República, que en lo esencial fue una transcripción de la Constitución de 1940,
aunque adaptada a las transformaciones socio-económica que vivía el país. La
realidad política implicó múltiples cambios en la ley de leyes que se hicieron
mediante leyes de Reforma Constitucional promulgadas por el Consejo de
Ministros, tales como, la confiscación de las propiedades a los nacionales que
ilícitamente la adquirieron después del golpe de estado del 10 de marzo de
1952 y nacionalización de las propiedades extranjeras.

La Ley Fundamental del 7 de febrero de 1959 quedó estructurada en dieciséis


Títulos, 233 Artículos y cinco Disposiciones Transitorias adicionales que
reflejaban el esfuerzo por recuperar la verdadera soberanía y el paso del poder
al pueblo.

Título I. De la Nación, su Territorio y Forma de Gobierno


Título II. De la Nacionalidad. El título tiene dos disposiciones transitorias.
Título III. De la Extranjería
Título IV. Derechos Fundamentales. Tiene dos secciones y cinco disposiciones
transitorias.
Título V. De la familia y la Cultura. Tiene dos secciones y dos disposiciones
transitorias.
Título VI. Del Trabajo y de la Propiedad. Tiene dos secciones y cinco
disposiciones transitorias.
Título VII. Del Sufragio y de los Oficios Públicos
Disposición Transitoria al Título Séptimo, Sección Primera
Disposiciones Transitorias a la Sección Segunda del Título Séptimo
Título VIII. De los Órganos del Estado
Título IX. Del Poder Legislativo. Tiene cuatro secciones.
Título X. Del Poder Ejecutivo. Tiene dos secciones
Título XI. Del Consejo de Ministros.
Título XII. Del Poder Judicial. Tiene ocho secciones y tres disposiciones
transitorias.
Título XIII. Del Régimen Municipal. Tiene cinco secciones y una disposición
transitoria.
Título XIV. Del Régimen Provincial. Tiene una sección y una disposición
transitoria.
Título XV. Hacienda Nacional. Tiene cuatro secciones una disposición
transitoria.
Título XVI. De la Reforma de la Constitución
Disposiciones Transitorias Adicionales. Tiene un total de cinco.

En el Artículo 1 se mantiene que Cuba es un Estado independiente y soberano


organizado como república unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad
política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad
humana y en el Artículo 2 se reconoce que dicha la soberanía reside en el
pueblo y de éste dimanan todos los poderes públicos.

El Artículo 3 se mantiene igual que el de 1940. En este se ratifica la voluntad de


la República de “no concertar ni ratificar pactos o tratados que en forma alguna
limiten o menoscaben la soberanía nacional o la integridad del territorio”, que
es fundamento para reclamar desde los primeros años de la Revolución la
devolución del territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de EE.UU. en
Guantánamo. Mientras que el artículo 7 (igual al de 1940) refrenda los
principios de nuestra política exterior.

Art. 7,0 Cuba condena la guerra de agresión; aspira a vivir en paz con los demás
Estados y a mantener con ellos relaciones y vínculos de cultura y de comercio. El
Estado cubano hace suyos los principios y prácticas del Derecho Internacional que
propendan a la solidaridad humana, al respeto de la soberanía de los pueblos, a la
reciprocidad entre los Estados y a la paz y la civilización universales.

El Artículo 20 referente a la igualdad ante la Ley está recogido de igual forma al


de 1940. Así mismo en el Artículo 60 se reconoce el trabajo como un derecho.
La diferencia radica en que se crean de manera inmediata las condiciones para
el cumplimiento de estos artículos y se aprueban leyes que garanticen el
disfrute de los derechos ciudadanos.

Por otro lado, si en la Constitución de 1940 se proscribía el latifundio por el


Artículo 90, en este mismo de 1959 se emplea la frase “se prohíbe” el
latifundio.

La llamada tripartición de poderes se recoge en el Artículo 118 de ambos textos


constitucionales, 1940 y 1959, aunque en la práctica, el Consejo de Ministros
del Gobierno Revolucionario concentró las funciones ejecutivas, legislativas y
constituyentes y jugó un importante papel en la transformación revolucionaria.
También jugó un destacado papel el Instituto Nacional de Reforma Agraria y
otros organismos y entidades surgidos en el proceso revolucionario. En ello
tuvo un papel activo el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, después que
asumió el cargo de Primer Ministro, el 13 de febrero de 1959 y la adopción de
leyes que adquirieron rango constitucional como las leyes de Reforma Agraria y
la de Reforma Urbana.

En 1959 se ratificó el Art. 127 correspondiente a 1940, mediante el cual se


normaba que para volver a ser Presidente nuevamente, debían transcurrir
hasta ocho años después de haber cesado en el mismo.

En resumen, la gran diferencia entre la Constitución de 1940 y la Ley


Fundamental de 1959 está en que esta última no es letra muerta; para su
ejecución se elaboraron, aprobaron y pusieron en prácticas las leyes
requeridas; finalmente, los derechos del pueblo son reconocidos y convertidos
en realidad.

Esta máxima ley tenía como objetivo regular la destrucción del viejo aparato
estatal burgués e iniciar la construcción del nuevo Estado que defendiera la
soberanía nacional y los derechos de sus ciudadanos.

Con la restitución de la Constitución de1940 y la aprobación de la Ley


fundamental de 1959 se inició un largo período de provisionalidad (1959-1976)
que tuvo como esencia el rescate de la justicia social y la independencia
nacional. ¿Por qué fue tan largo este período?

Las razones principales son:


- Las condiciones de agudos enfrentamientos de clases en que se desarrolla
hacen que la prioridad sea salvar la Revolución del ataque imperialista.
- Construcción de una economía socialista (capaz de insertarse en el mercado
mundial y satisfacer las crecientes necesidades de la población.

Además, como afirma Raimundo F (2003):

«[…] la Dirección de la Revolución no se apresuró a establecer sus formas


definitivas, comprendiendo que el asunto no radicaba en la existencia formal de los
órganos del poder, sino en crear instituciones bien meditadas y duraderas, que
respondieran a las necesidades» (p. 163)

En la segunda mitad de la década de 1970 culminó la etapa de provisionalidad


de la Revolución y comenzó todo un proceso de institucionalización. Del 17 al
22 de diciembre de 1975 se celebró el I Congreso del Partido Comunista de
Cuba. El 15 de febrero de 1976 se aprobó en referendo popular con el 97.7%
de los votos a favor, la primera Constitución de carácter socialista en la historia
política, jurídica y constitucional del país. La Ley de leyes fue proclamada el día
24 de ese mes. (Editora Política 2010).

Comenzó la construcción del sistema de órganos del Poder Popular desde la


base; la nueva estructura del Estado concluyó con la constitución de la
Asamblea Nacional del Poder Popular el 2 de diciembre de 1976.

La Constitución de la República de Cuba, de 1976, se estructuró en un


preámbulo, trece capítulos y 141 artículos. No contó con disposiciones
transitorias. Después de las reformas de 1992 y la modificación de 2002, la ley
de leyes contó con un preámbulo, quince capítulos, 137 artículos y una
disposición especial.

La Constitución de 1976 tuvo tres modificaciones: 1978, 1992 y 2002.

En 1978, en los marcos del XI Festival Mundial de la Juventud y los


Estudiantes realizado en Cuba, como reconocimiento al papel jugado por la
juventud en el desarrollo económico y social del país y en particular de la Isla
de Pinos; mediante la reforma del 28 de junio de 1978, la Asamblea Nacional
en pleno uso de sus facultades constitucionales cambió el nombre de la Isla de
Pinos por el de la Isla de la Juventud.

La reforma de 1992, es el resultado del proceso de perfeccionamiento del


sistema político cubano iniciado con el proceso de rectificación de errores y
tendencias negativas; estuvo marcada por las nuevas condiciones económicas
por las que atravesaba el país (Período Especial).

El inicio de la nueva ley de reforma constitucional cubana estuvo dirigido a


fomentar las bases del mantenimiento del régimen existente, garantizar y
ampliar el ejercicio de numerosos derechos y libertades fundamentales y los
derechos civiles y políticos de los ciudadanos y extranjeros; aunque no se llevó
a referendo, sí se dio un amplio proceso de discusión por parte de los
ciudadanos antes de su aprobación por la Asamblea Nacional.

En el IV Congreso del Partido (octubre 1991), se trazó la estrategia de


desarrollo económico y las medidas de política económica para enfrentar el
período especial en tiempo de paz que implicaban cambios en las relaciones
de propiedad no contempladas en la Constitución, las cuales fueron incluidas
en la reforma.

ARTÍCULO 23. El Estado reconoce la propiedad de las empresas mixtas,


sociedades y asociaciones económicas que se constituyen conforme a la ley.
El uso, disfrute y disposición de los bienes pertenecientes al patrimonio de las
entidades anteriores se rigen por lo establecido en la ley y los tratados, así
como por los estatutos y reglamentos propios por los que se gobiernan.

También incluía nuevas formas de elección mediante el voto libre, secreto y


directo para los delegados a la Asambleas Provinciales y Diputados a la
Asamblea Nacional y algunas precisiones en cuanto a la gestión de las
provincias y municipios por parte del Gobierno Cubano. Es decir, un sistema
electoral, que garantizó el contenido democrático de la activa participación
ciudadana, al reconocer, solo en el pueblo, el derecho a nominar, postular,
elegir, controlar y revocar a sus representantes y contribuye a desarrollar una
cultura participativa que incluye la discusión y toma de decisiones sobre los
principales problemas del país desde lo local.

En el 2002, más de ocho millones de electores expresaron públicamente


durante los días 15,16 y 17 de junio su apoyo a la propuesta de irrevocabilidad
del carácter socialista del sistema político cubano. Ello quedó refrendado en el
Artículo 3 que enunció la irrevocabilidad del socialismo en Cuba y en el capítulo
referido a la Reforma Constitucional.

ARTÍCULO 137. (Modificado por la Ley de Reforma Constitucional) Esta


Constitución sólo puede ser reformada por la Asamblea Nacional del Poder
Popular mediante acuerdo adoptado, en votación nominal, por una mayoría no
inferior a las dos terceras partes del número total de sus integrantes, excepto
en lo que se refiere al sistema político, social y económico, cuyo carácter
irrevocable lo establece el Artículo 3 del Capítulo I, y la prohibición de negociar
bajo agresión, amenaza o coerción de una potencia extranjera, como lo
dispone el Artículo 11.
Si la reforma se refiere a la integración y facultades de la Asamblea Nacional
del Poder Popular o de su Consejo de Estado o a derechos y deberes
consagrados en la Constitución, requiere, además, la ratificación por el voto
favorable de la mayoría de los ciudadanos con derecho electoral, en referendo
convocado al efecto por la propia Asamblea.

Además, se incluyó una Disposición Especial que dice:

«El pueblo de Cuba, casi en su totalidad, expresó entre los días 15 y 18 del mes de
junio del 2002, su más decidido apoyo al proyecto de reforma constitucional
propuesto por las organizaciones de masas en asamblea extraordinaria de todas
sus direcciones nacionales que había tenido lugar el día 10 del propio mes de junio,
en el cual se ratifica en todas sus partes la Constitución de la República y se
propone que el carácter socialista y el sistema político y social contenido en ella
sean declarados irrevocables, como digna y categórica respuesta a las exigencias y
amenazas del gobierno imperialista de Estados Unidos el 20 de mayo del 2002,
todo lo cual fue aprobado por unanimidad, mediante el Acuerdo adoptado en sesión
extraordinaria de la V Legislatura, celebrada los días 24, 25 y 26 del mes de junio
del 2002».

En resumen:
Las sucesivas reformas hechas a la Constitución de 1976, estuvieron dirigidas
a la consolidación del sistema político cubano de carácter revolucionario y
socialista en construcción.

Teniendo en cuenta la importancia política de las sucesivas reformas de la


Constitución de 1976, haremos el análisis de ella esclareciendo cada una de
los cambios refrendados:

El Capítulo I tiene especial importancia, en él quedan refrendados los


fundamentos políticos, sociales y económicos del Estado. A diferencia de las
constituciones que la precedieron, queda explícito su carácter socialista al
definir la República de Cuba como Estado socialista de obreros y campesinos y
demás trabajadores manuales e intelectuales (1976, Art. 1). Este artículo quedo
reformado en 1992: «Cuba es un Estado socialista de trabajadores,
independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como
república unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia
social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana».

Se observa también que en el Artículo 14 se norma: «En la república de Cuba


rige el sistema socialista de economía basada en la propiedad socialista de
todo el pueblo sobre los medios de producción y en la supresión de la
explotación del hombre». (1976).

Este artículo fue reformado en 1992 a esclarecer que la economía se basa «en
la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de
producción…» y agrega: «También rige el principio de distribución socialista
"de cada cual, según su capacidad, a cada cual según su trabajo"…».

En el capítulo se regla sobre los símbolos nacionales y que el poder pertenece


al pueblo trabajador; reconoce el papel dirigente del Partido Comunista de
Cuba, a la Unión de Jóvenes Comunistas como organización de la juventud
avanzada. También expone el reconocimiento, protección y estimulación del
Estado a las organizaciones sociales y de masas surgidas en el proceso
histórico de las luchas de nuestro pueblo.

Igualmente norma cómo el Estado realiza la voluntad del pueblo trabajador y


las garantías que ofrece. Se expresa el ejercicio de la soberanía; los principios
del internacionalismo proletario, la solidaridad combativa del pueblo, la
condena al imperialismo, entre otros.
El Capítulo II. Ciudadanía, tiene seis artículos. Regula la adquisición de la
ciudadanía por nacimiento o por naturalización; la pérdida de la ciudanía y su
recobro. Continúa la tradición constitucionalista cubana de no aceptar la doble
ciudadanía.

Sobre los Derechos, Deberes y Garantías Fundamentales se normó en el


capítulo VI de 1976 y en el VII de 1992. Además de estos, también se
normaron otros capítulos que reafirman derechos: Familia: (III, 1976) y (IV,
1992); Educación y Cultura: (IV) y (V) e Igualdad: (V) y (VI), respectivamente.
En la constitución se refrendan derechos y garantías constitucionales que no
quedan en la declaración, sino que se elaboran, aprueban y ejecutan otras
leyes para su cumplimiento positivo como son:

- el Código de la Niñez y la Juventud y


- el Código de la Familia.

Además, el Estado creó las condiciones y sufragó el sistema educacional


desde los grados inferiores hasta la preparación profesional de sus ciudadanos.

En ese sistema de derechos quedaron reflejados los derechos consagrados en


la Declaración Universal de 1948, por lo que se puede afirmar que la
Constitución de 1976, en términos de derechos, es avanzada para su época,
pues, aunque no los separa en económicos, sociales y culturales, sí están
privilegiados aquellos de disfrute colectivo.

Ni en 1959 ni en 1976 quedó declarado el Estado de Emergencia como sí fue


expuesto en 1992, donde se estableció, al igual que en 1940, las causas para
su declaración y la necesidad de una ley que lo regulara. En la de 1992 se dice:

Articulo 67.-En caso o ante la inminencia de desastres naturales o catástrofes u


otras circunstancias que por su naturaleza, proporción o entidad afecten el orden
interior, la seguridad del país o la estabilidad del Estado, el Presidente del Consejo
de Estado puede declarar el estado de emergencia en todo el territorio nacional o
en una parte de él, y durante su vigencia disponer la movilización de la población.
La ley regula la forma en que se declara el estado de emergencia, sus efectos y su
terminación. Igualmente determina los derechos y deberes fundamentales
reconocidos por la Constitución, cuyo ejercicio debe ser regulado de manera
diferente durante la vigencia del estado de emergencia.

A diferencia de la Constitución de 1940 la ley que lo regula fue aprobada, en la


actualidad está incluido en la Ley 75 de la Defensa Nacional, de 21 de
diciembre de 1994, Sección Cuarta, del Capítulo II Situaciones Excepcionales,
en los Artículos del 20-23..
La parte orgánica la encontramos a partir del Capítulo VII de 1976 y en el IX de
1992, donde se exponen los principios de organización y funcionamiento de los
órganos estatales.

Parte del reconocimiento de los principios de la democracia socialista en su


funcionamiento.

«Los órganos del Estado se integran, funcionan y desarrollan su actividad


sobre la base de los principios de la democracia socialista, la unidad de poder
y el centralismo democrático, […]». (Artículo 66 de 1976 y Artículo 68 de
1992).

El capítulo VIII de 1976 se nombró “Órganos Supremos del Poder Popular” y


en 1992, es el capítulo X el cual se identifica como “Órganos Superiores del
Poder Popular”. En ambos se norma sobre la Asamblea Nacional del Poder
Popular, como órgano supremo del poder del Estado, único con potestad
constituyente y legislativa en la República;

ARTÍCULO 67 de 1976 (Artículo 69 de 1992): «La Asamblea Nacional del Poder


Popular es el órgano supremo del poder del Estado. Representa y expresa la
voluntad soberana de todo el pueblo».
ARTÍCULO 68 de 1976 (Artículo 70 de 1992): «La Asamblea Nacional del Poder
Popular es el único órgano con potestad constituyente y legislativa en la
República».

Además, elige de entre sus diputados, al Consejo de Estado, como órgano que
representa a la Asamblea entre uno u otro periodo de sesiones;

ARTICULO 72 (Artículo 74). La Asamblea Nacional del Poder Popular elige, de


entre sus diputados, al Consejo de Estado, integrado por un Presidente, un Primer
Vicepresidente, cinco Vicepresidentes, un Secretario y veintitrés miembros más.
El Presidente del Consejo de Estado es jefe de Estado y jefe de Gobierno.
El Consejo de Estado es responsable ante la Asamblea Nacional del Poder Popular
y le rinde cuenta de todas sus actividades.

También quedó regulada la constitución del Consejo de Ministros y sus


atribuciones:

ARTÍCULO 93 (Artículo 95). «El Consejo de Ministros es el máximo órgano


ejecutivo y administrativo y constituye el Gobierno de la República.
El número, denominación y funciones de los ministerios y organismos centrales que
forman parte del Consejo de Ministros es determinado por la ley».
ARTÍCULO 94 (Artículo 96). «El Consejo de Ministros está integrado por el Jefe de
Estado y de Gobierno, que es su Presidente, el Primer Vicepresidente, los
Vicepresidentes, los Ministros, el Secretario y los demás miembros que determine
la ley».
Especial importancia tuvo en 1976, el reconocimiento del derecho del
Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba a participar de las
sesiones del Consejo de Ministros y de su Comité Ejecutivo (Artículo 99), sin
embargo, este avance no aparece en la reforma de 1992, pero se retoma en el
Artículo 134 de la Constitución de 2019.

El Capítulo X de 1992, concluyó con la definición y finalidad del Consejo de


Defensa, órgano no contemplado en 1976, porque la concepción estratégica de
la Guerra de Todo el Pueblo no surgió hasta 1980 y fue en 1981 cuando se
constituyeron las Milicias de Tropas Territoriales.

ARTÍCULO 101.-El Consejo de Defensa Nacional se constituye y prepara desde


tiempo de paz para dirigir el país en las condiciones de estado de guerra, durante la
guerra, la movilización general o el estado de emergencia. La ley regula su
organización y funciones.

La división del territorio nacional en provincias y municipios, para los fines


político- administrativo, quedó establecido en 1976, por el Artículo 100 del
Capítulo IX Órganos Locales del Poder Popular, mientras que en 1992 está en
el Artículo 102, del Capítulo XI, La División Político- Administrativa. Los
respectivos artículos sirvieron de preámbulo para que se normara por los
Artículos del 101-120, de 1976, y los comprendidos entre el 103 y el 119, de
1992, sobre la organización y atribuciones de los órganos del Poder Popular en
las provincias y municipios.

El capítulo X de la Constitución de 1976 se refiere a los Tribunales y Fiscalía y


comprende los Artículos del 121 al 133. En la reforma de 1992, la regulación de
estos órganos está en el capítulo XIII y comprende los Artículos del 120 al 130.
Se norma sobre el Tribunal Supremo Popular y la Fiscalía General de la
República.

Aunque no menciona explícitamente a los Tribunales Provinciales Populares y


los Tribunales Municipales Populares, sí los contemplan: «La jurisdicción y
competencia de los tribunales en sus distintos grados, se ajustará a la división
político-administrativa del país y a las necesidades de la función judicial».
(Artículo 121.2 de 1976); «La ley establece los principales objetivos de la
actividad judicial y regula la organización de los Tribunales; la extensión de su
jurisdicción y competencia; sus facultades y el modo de ejercerlas […]»
(Artículo 120 de 1992) y que «Los tribunales constituyen un sistema de órganos
estatales, estructurados con independencia funcional de cualquier otro, y solo
subordinados, jerárquicamente, a la Asamblea Nacional del Poder Popular y al
Consejo de Estado». (Artículo 122 de 1976) y (Artículo 121 de 1992).
Igualmente sucede con las Fiscalías, tampoco aparecen directamente las
Fiscalías Provinciales y las Fiscalías Municipales, se recoge que «La Fiscalía
General de la República constituye una unidad orgánica subordinada
únicamente a la Asamblea Nacional del Poder Popular y al Consejo de Estado»
(Artículo 131.1 de 1976) y (Artículo 128 de 1992). Sin embargo, dice: «Los
órganos de la Fiscalía están organizados verticalmente en toda la nación, están
subordinados solo a la Fiscalía General de la República y son independientes
de todo órgano local» (Artículo 131.5 de 1976) y (Artículo 128 de 1992).

El Sistema Electoral aparece en siete artículos del Capítulo XI de 1976 y en


seis artículos del Capítulo XIV de 1992. En ellos se establece, entre otras
cuestiones que, tanto en toda elección como referendos, el voto es libre, igual y
secreto; y tienen derecho a votar y ser elegido todos los cubanos, hombres y
mujeres, mayores de dieciséis años de edad según lo regula la ley. En 1976 se
normó en el Artículo 139 que «Las Asambleas Municipales eligen, a través del
voto secreto, a los delegados a las Asambleas Provinciales del Poder Popular»,
pero en 1992 se estableció en el Artículo 135 que «[…] Los delegados a las
Asambleas Provinciales y Municipales se eligen por el voto libre, directo y
secreto de los electores […]», aspecto que quedó materializado en la Ley No.
72, Ley Electoral, del 29 de octubre de 1992.

Por último, el Capítulo XII de 1976 y el XV de 1992, encontramos lo relacionado


con la Reforma Constitucional:

Esta Constitución solo puede ser reformada total o parcialmente, por la Asamblea
Nacional del Poder Popular mediante acuerdo adoptado, en votación nominal, por
una mayoría no inferior a las dos terceras partes del número total de sus
integrantes, Si la reforma es total o se refiere a la integración y facultades de la
Asamblea Nacional del Poder Popular o de su Consejo de Estado o a derechos y
deberes consagrados en la Constitución, requiere, además, la ratificación por el
voto favorable de la mayoría de los ciudadanos con derecho electoral, en referendo
convocado al efecto por la propia Asamblea. (Artículo 141 de 1976 y Artículo 137 de
1992)

Constitución del 2019

La nueva Constitución de la República de Cuba, aprobada por el pueblo


cubano el 24 de febrero de 201931 y proclamada por la Asamblea Nacional del
Poder Popular, el 10 de abril de ese año, responde a las demandas de una
sociedad en constante cambio y a la nueva coyuntura internacional; como

31
Los datos pueden encontrarse en el epígrafe Enfoque Periodizador del Sistema Político Cubano (1959-
2018) Dr. Omar Félix Díaz Escalona
afirmara Raúl Castro Ruz en la Segunda Sesión Extraordinaria de la IX
Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular:

«[…] más que una reforma, se requería de una nueva constitución que no se
limitara a actualizar el orden económico y social, sino que profundizara en los
principios de la estructura del Estado, la ampliación de los derechos y garantías de
los ciudadanos y otros aspectos relevantes; pensando no solo en el hoy, sino, sobre
todo, en el futuro de la nación.

Esta Constitución tienen la particularidad de que es una nueva ley de leyes y a


la vez continuidad de la aprobada por el pueblo cubano en 1976, ya que:

En el Título I, Fundamentos Políticos, se ratifica el carácter socialista de la


Revolución, al establecer:

Artículo 1. Cuba es un Estado socialista de derecho y justicia social,


democrático, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de
todos como república unitaria e indivisible, fundada en el trabajo, la dignidad, el
humanismo y la ética de sus ciudadanos para el disfrute de la libertad, la equidad,
la igualdad, la solidaridad, el bienestar y la prosperidad individual y colectiva.

Se ratifica la reforma de 2002 al dejar explícito en el Artículo 4 que «El sistema


socialista que refrenda esta Constitución, es irrevocable». En el Artículo 13-a
norma que «El Estado tiene como fines esenciales encauzar los esfuerzos
de la nación en la construcción del socialismo y fortalecer la unidad
nacional;».

En el Artículo 12 se reafirma el espíritu de la Protesta de Baraguá recogido en


las constituciones precedentes, lo cual constituye una tradición constitucional
para Cuba: «La República de Cuba repudia y considera ilegales y nulos los
tratados, concesiones o pactos acordados en condiciones de desigualdad o
que desconocen o disminuyen su soberanía e integridad territorial».

El Artículo 18 recoge, que «En la República de Cuba rige un sistema de


economía socialista basado en la propiedad de todo el pueblo sobre los
medios fundamentales de producción»; precisa que esa economía socialista
es «la forma de propiedad principal» y además agrega que «la dirección
planificada de la economía tiene en cuenta, regula y controla el mercado en
función de los intereses de la sociedad».

Una gran diferencia con respecto a la reforma de 1992, fue el reconocimiento


de la propiedad privada y las cooperativas no agropecuarias. Se reconocen
como formas de propiedad, las siguientes: socialista de todo el pueblo;
cooperativa; de las organizaciones políticas, de masas y sociales; privada;
mixta; de instituciones y formas asociativas y personal. (Artículo 22).
El Titulo IV norma sobre la ciudadanía y avanza de la tradicional posición
radical de no aceptar la doble ciudadanía, a una más flexible, aunque la cubana
es la que rige en el territorio nacional.

«Artículo 36. La adquisición de otra ciudadanía no implica la pérdida de la


ciudadanía cubana. Los ciudadanos cubanos, mientras se encuentren en el
territorio nacional, se rigen por esa condición, en los términos establecidos en la ley
y no pueden hacer uso de una ciudadanía extranjera».

Ello significa que los naturales de Cuba tienen que entrar y salir del territorio
nacional con el pasaporte cubano y se rigen por las leyes y tribunales cubanos,
aunque hayan adquirido otras ciudadanías.

El Capítulo II, correspondiente al Título V Derechos, Deberes y Garantías,


fundamenta la declaración de principios del artículo 1 «Cuba es un Estado
socialista de derecho» ya que refrenda los “Derechos” de las personas,
comprende los Artículos del 46 al 80, en esta aunque no están especificados
se declaran los derechos individuales reconocidos en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos (económicos, políticos y sociales), al igual que los
derechos colectivos también reconocidos como de 3era generación
(medioambientales) y no sólo se reconocen sino también incluyen la
obligatoriedad del Estado a garantizar su cumplimiento, lo cual nos permite
afirmar que en términos de derechos es una de las más avanzadas. Entre ellos
mencionamos:

• «El Estado cubano reconoce y garantiza a la persona el goce y el ejercicio


irrenunciable, imprescriptible, indivisible, universal e interdependiente de los
derechos humanos, en correspondencia con los principios de progresividad,
igualdad y no discriminación. Su respeto y garantía es de obligatorio cumplimiento
para todos». (Art. 41).
• «Todas las personas […] gozan de los mismos derechos […] sin ninguna
discriminación». (Art. 42).
 «Todas las personas tienen derecho a la vida, la integridad física y moral, la
libertad, la justicia, la seguridad, la paz, la salud, la educación, la cultura, la
recreación, el deporte y a su desarrollo integral». (Art. 46)

El derecho al trabajo recibe un tratamiento destacado:

 «El trabajo es un valor primordial de nuestra sociedad. Constituye un derecho,


un deber social y un motivo de honor de todas las personas en condiciones de
trabajar». (Art. 31);
 todas las personas «reciben igual salario por igual trabajo, sin discriminación
alguna». (Art. 42).
 «Se reconoce el derecho al trabajo. La persona en condición de trabajar tiene
derecho a obtener un empleo digno, en correspondencia con su elección,
calificación, aptitud y exigencias de la economía y la sociedad». (Art. 64).
 «Toda persona tiene derecho a que su trabajo se remunere en función de la
calidad y cantidad, expresión del principio de distribución socialista “de cada cual
según su capacidad, a cada cual según su trabajo”». (Art. 65).

La dignidad humana, anhelo y razón de ser de nuestro Héroe Nacional José


Martí, en esta Constitución adquiere rango constitucional con el artículo 40:
«La dignidad humana es el valor supremo que sustenta el reconocimiento y
ejercicio de los derechos y deberes consagrados en la Constitución, los
tratados y las leyes».

Dos de los derechos principales de los cubanos son los de recibir los servicios
de salud y educación gratuitamente, no solo son reconocidos como tal además
se incluye la obligatoriedad por parte del Estado de brindar servicios de
calidad:

 «La salud pública es un derecho de todas las personas y es responsabilidad del


Estado garantizar el acceso, la gratuidad y la calidad de los servicios de atención,
protección y recuperación». (Art. 72)
 «La educación es un derecho de todas las personas y responsabilidad del
Estado, que garantiza servicios de educación gratuitos, asequibles y de calidad
para la formación integral, desde la primera infancia hasta la enseñanza
universitaria de posgrado». (Art.73).

Entre los derechos políticos encontramos:


 «Los ciudadanos tienen el derecho de combatir por todos los medios, incluyendo
la lucha armada, cuando no fuera posible otro recurso, contra cualquiera que
intente derribar el orden político, social y económico establecido por esta
Constitución». (Art. 4).
 A solicitar y recibir del Estado información veraz, objetiva y oportuna, y a acceder
a la que se genere en los órganos del Estado y entidades. (art. 53)
 A la libertad de pensamiento, conciencia y expresión. (Art. 54)
 La libertad de prensa ejercida de conformidad con la ley y los fines de la
sociedad. (art. 55
 Los derechos de reunión, manifestación y asociación, con fines lícitos y
pacífico.(art. 56)
 A dirigir quejas y peticiones a las autoridades. (art. 61)

Especial importancia tiene el Artículo 80, al quedar en él sintetizado los


principales derechos políticos, que en posteriores capítulos se despliegan de
manera detallada su ejercicio por parte del ciudadano:
“Los ciudadanos cubanos tienen derecho a participar en la conformación, ejercicio y
control del poder del Estado; en razón a esto pueden, de conformidad con la
Constitución y las leyes:
a) estar inscriptos en el registro electoral;
b) proponer y nominar candidatos;
c) elegir y ser elegidos;
d) participar en elecciones, plebiscitos, referendos, consultas populares y otras
formas
de participación democrática;
e) pronunciarse sobre la rendición de cuenta que les presentan los elegidos;
f) revocar el mandato de los elegidos;
g) ejercer la iniciativa legislativa y de reforma de la Constitución;
h) desempeñar funciones y cargos públicos, y
i) estar informados de la gestión de los órganos y autoridades del Estado.”

Ejemplo de lo anteriormente expuesto es el Título IX Sistema Electoral, el cual


dispone el derecho de los ciudadanos de intervenir en la dirección del Estado y
como ejercerlo:

Artículo 204 «Todos los ciudadanos, con capacidad legal para ello, tienen derecho
a intervenir en la dirección del Estado, bien directamente o por intermedio de sus
representantes elegidos para integrar los órganos del Poder Popular y a participar,
con ese propósito, en la forma prevista en la ley, en elecciones periódicas,
plebiscitos y referendos populares, que serán de voto libre, igual, directo y secreto.
Cada elector tiene derecho a un solo voto».

Entre los derechos constitucionales reconocidos como de 3era generación


podemos mencionar los siguientes:

 A disfrutar de un medio ambiente sano y equilibrado. (art. 75)


 Al el acceso al agua potable. (art.76)
 A la alimentación sana y adecuada. (art. 77
 A consumir bienes y servicios de calidad y que no atenten contra su salud. (art.
78)

También en el Capítulo III, Artículos del 81 al 89, se norman los derechos de


las personas, tales como: a fundar una familia en la que todos sus miembros
tienen igualdad de derehcos. (Art. 81) y se garantizan los derechos de los
cónyuges, (Art. 82); de los hijos, (Art. 83); de las niñas, niños y adolescentes,
(Arts. 84 y 86); de los jóvenes, (Art. 87); de las personas adultas mayores, (Art.
88) y de las personas en situación de discapacidad, (Art. 89).

En el Artículo 90 se dice: «El ejercicio de los derechos y libertades previstos en


esta Constitución implican responsabilidades» y en él se enumeran doce
deberes de los ciudadanos cubanos, además de otros establecidos en la
Constitución y demás normas jurídicas. Entre ellos están:
a)servir y defender la patria;
b) cumplir la Constitución y demás normas jurídicas;
c) respetar y proteger los símbolos patrios;
d) contribuir a la financiación de los gastos públicos en la forma establecida por la
ley;
e) guardar el debido respeto a las autoridades y sus agentes;
f) prestar servicio militar y social de acuerdo con la ley;
g) respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios;
h) conservar, proteger y usar racionalmente los bienes y recursos que el Estado y
la sociedad ponen al servicio de todo el pueblo;
i) cumplir los requerimientos establecidos para la protección de la salud y la higiene
ambiental;
j) proteger los recursos naturales, la flora y la fauna y velar por la conservación de
un medio ambiente sano;
k) proteger el patrimonio cultural e histórico del país, y
l) actuar, en sus relaciones con las personas, conforme al principio de solidaridad
humana, respeto y observancia de las normas de convivencia social.

La nueva Constitución no tiene un capítulo explícitamente dedicado a la


Igualdad, como sí aparece en las anteriores, lo que no significa su exclusión, al
contrario, adquiere mayor desarrollo al incluirse, la no discriminación por
identidad de género, origen étnico y discapacidad. Existen varios artículo que
la referencian como son por ejemplo:

 «El Estado tiene como fines esenciales […] garantizar la igualdad efectiva en el
disfrute y ejercicio de los derechos, y en el cumplimiento de los deberes
consagrados en la Constitución y las leyes» (Art. 13-d);
 «El Estado cubano reconoce y garantiza a la persona el goce y el ejercicio
irrenunciable, imprescriptible, indivisible, universal e interdependiente de los
derechos humanos, en correspondencia con los principios de progresividad,
igualdad y no discriminación. Su respeto y garantía es de obligatorio cumplimiento
para todos» (Art. 41);
 «La violación del principio de igualdad está proscrita y es sancionada por la ley»
(Art. 42); y
 «El Estado crea las condiciones para garantizar la igualdad de sus ciudadanos.
Educa a las personas desde la más temprana edad en el respeto a este principio»
(Art. 44).

El Capítulo VI pauta la Garantía de los Derechos y entre su articulado se norma


que:

«La persona a la que se le vulneren los derechos consagrados en esta Constitución


y, como consecuencia sufriere daño o perjuicio por órganos del Estado, sus
directivos, funcionarios o empleados, con motivo de la acción u omisión indebida de
sus funciones, así como por particulares o por entes no estatales, tiene derecho a
reclamar ante los tribunales la restitución de los derechos y obtener, de
conformidad con la ley, la correspondiente reparación o indemnización». (Art. 99).

La parte orgánica se norma a partir del Título VI Estructura del Estado, que
cuenta con ocho capítulos, que abarcan los Artículos del 101 al 165.

El primer artículo de este título es precisamente aquel que refrenda los


principios de organización y funcionamiento de los órganos del Estado sobre la
base de la democracia socialista y como en momentos anteriores despliega las
reglas a cumplir para que sea realmente democrático:

a) todos los órganos representativos de poder del Estado son electivos y


renovables;
b) el pueblo controla la actividad de los órganos estatales, de sus directivos y
funcionarios, de los diputados y de los delegados, de conformidad con lo previsto
en la ley;
c) los elegidos tienen el deber de rendir cuenta de su actuación periódicamente y
pueden ser revocados de sus cargos en cualquier momento;
d) los órganos estatales de acuerdo a sus funciones y en el marco de su
competencia desarrollan las iniciativas encaminadas al aprovechamiento de los
recursos y posibilidades locales y la incorporación de las organizaciones de masas
y sociales a su actividad;
e) las disposiciones de los órganos estatales superiores son obligatorias para los
inferiores;
f) los órganos estatales inferiores responden ante los superiores y les rinden cuenta
de su gestión;
g) la libertad de discusión, el ejercicio de la crítica y la autocrítica y la subordinación
de la minoría a la mayoría rigen en todos los órganos estatales colegiados, y
h) los órganos del Estado, sus directivos y funcionarios actúan con la debida
transparencia.

También quedan establecidos los siguientes elementos: la Asamblea Nacional


del Poder Popular como «órgano supremo del poder del Estado y el único con
potestad constituyente y legislativa en la República » que «Representa a todo
el pueblo y expresa su voluntad soberana»; los diputados y las comisiones de
la Asamblea Nacional; el Consejo de Estado, sus funciones y atribuciones; el
Presidente y Vicepresidente de la República; el Gobierno de la República:
Consejo de Ministros, el Primer Ministro, los miembros del Consejo de Ministros
y la Administración Central del Estado.

A diferencia de la Constitución anterior se precisa qué el Consejo de Ministros


constituye el Gobierno (Artículo 133. El Consejo de Ministros es el máximo
órgano ejecutivo y administrativo y constituye el Gobierno de la República).

Se refrenda como elementos estructurales del Estado socialista:


Órganos electivos, representativos y con facultades legislativas de acuerdo a
su nivel jerárquico: Asamblea Nacional del Poder Popular, Consejo de Estado y
Asambleas Municipales del Poder Popular. Desaparecen las Asambleas
Provinciales del Poder Popular.

Órganos de Gobierno, Ejecutivos y Administrativos: Consejo de Ministros,


Comité Ejecutivo del Consejo de Ministro, Organismos de la Administración
Central del Estado (Ministerios e Institutos Nacionales), Gobierno Provincial,
Gobernador Provincial, Vicegobernador Provincial, Consejo de Gobierno
Provincial, Consejo de la Administración Municipal, Intendente.

Órganos Fiscales, Judiciales y de Control: sistema de Fiscalías (Fiscalía


General de la República, Fiscalías Provinciales, Fiscalías Municipales,
Fiscalías Militares), sistema de Tribunales (Tribunal Supremo Popular,
Tribunales Provinciales Populares, Tribunales Municipales Populares,
Tribunales Militares), Contraloría General de la República, Contralorías
Provinciales, órganos de Auditoría y Control.

Presidente de la República: es el Jefe del Estado; es elegido por la Asamblea


Nacional del Poder Popular de entre sus diputados, por un período de cinco
años, y le rinde cuenta a esta de su gestión. Participa por derecho propio en las
reuniones del Consejo de Estado y las convoca cuando lo considere. Preside
las reuniones del Consejo de Ministros o su Comité Ejecutivo.

Vicepresidente de la República: es elegido de la misma forma, por igual


período y limitación de mandato que el Presidente de la República; cumple las
atribuciones que le sean delegadas o asignadas por el Presidente de la
República. En caso de ausencia, enfermedad o muerte del Presidente de la
República, lo sustituye temporalmente en sus funciones.

Primer Ministro: es el Jefe de Gobierno de la República y es designado por la


Asamblea Nacional del Poder Popular, a propuesta del Presidente de la
República.

Todos los órganos representativos del poder del Estado son electivos y
renovables. Todas las estructuras estatales rinden cuentas a la Asamblea
Nacional del Poder Popular.

Respecto a los órganos locales las Asambleas Provinciales del Poder Popular
se sustituyen por un Gobierno Provincial, integrado por el Gobernador,
Vicegobernador y un Consejo Provincial; aparecen así nuevas figuras en las
relaciones políticas.
ARTÍCULO 170. En cada provincia rige un Gobierno Provincial del Poder Popular
que funciona en estrecha vinculación con el pueblo, conformado por un Gobernador
y un Consejo Provincial.
ARTÍCULO 174. El Gobernador es el máximo responsable ejecutivo-administrativo
en su provincia.
ARTÍCULO181. El vicegobernador cumple las atribuciones que le delegue o asigne
el gobernador…

Así mismo encontramos como elemento novedoso los Consejos Provinciales,


órganos colegiados y deliberativos que cumple funciones refrendadas en la
Constitución y en las leyes que se derivan de ella (artículos 182-184). Estos
son presididos por los correspondientes Gobernadores e integrado por el
Vicegobernador, los presidentes y vicepresidentes de las Asambleas Locales
(municipales) del Poder Popular correspondientes y los intendentes
municipales.

A nivel municipal se reconoce la autonomía del municipio (art. 168) y a su vez


define en que consiste esta:

ARTÍCULO 169. La autonomía del municipio comprende la elección o designación


de sus autoridades, la facultad para decidir sobre la utilización de sus recursos y el
ejercicio de las competencias que le corresponden, así como dictar acuerdos y
disposiciones normativas necesarias para el ejercicio de sus facultades, según lo
dispuesto en la Constitución y las leyes.
La autonomía se ejerce de conformidad con los principios de solidaridad,
coordinación y colaboración con el resto de los territorios del país, y sin detrimento
de los intereses superiores de la nación.

Dicho reconocimiento implica una mayor responsabilidad por parte de las


Asambleas Municipales del Poder Popular, constituye el órgano de poder del
Estado en su demarcación y en consecuencia está investida de la más alta
autoridad en su territorio, según refrenda la Constitución y las leyes aprobadas
al respecto. (art 185). La integran los delegados elegidos en cada una de las
circunscripciones (art. 186). Para la ejecución de sus funciones se apoya en:

ARTÍCULO 192. La Asamblea Municipal del Poder Popular para el ejercicio de sus
funciones se apoya en sus comisiones de trabajo, en los consejos populares, en
la iniciativa y amplia participación de la población, y actúa en estrecha
coordinación con las organizaciones de masas y sociales.

Además cuenta con un órgano ejecutivo el Consejo de la Administración


Municipal cuyos miembros son designados por la Asamblea a quien se
subordina y rinde cuenta (art 202), tiene carácter colegiado, funciones
ejecutivas-administrativas y dirige la administración municipal; es presidida por
el intendente (art 203)
En particular este título de la Constitución (Título VIII Los órganos locales del
Poder Popular) es de gran importancia para la Teoría Política ya que no sólo
refrenda la estructura política de nuestro proyecto de desarrollo político social,
sino también sus bases democráticas porque además de dejar limitadas las
funciones y prerrogativas de cada órgano de gobierno y estado queda en el
texto constitucional las garantías a los derechos de petición y participación
popular (art. 200)
El Título IX. Sistema Electoral reconoce que las elecciones o votaciones no
solo son para la elección de los dirigentes y gobernantes, sino que también
como forma de consulta popular y en la realización de referendos o plebiscitos.
(art. 204)

Reconoce el derecho de los ciudadanos cubanos mayores de 16 años y con


capacidad legal para ejercer el voto, eligen en su circunscripción electoral al
delegado que los representará en la Asamblea Municipal del Poder Popular y el
Consejo Popular y también eligen directamente a los Diputados a la Asamblea
Nacional del Poder Popular.

Las transformaciones de la estructura de gobierno a nivel provincial lleva a


transformaciones en el proceso electoral cubano eliminándose la elección de
delegados provinciales, sólo se elegirán los delegados municipales y diputados,
además se extiende el período a los delegados de circunscripción a cinco años,
lo que conlleva a la derogación de la Ley No. 72 Ley Electoral del 29 de octubre
de 1992 y su sustitución por una nueva que fue aprobada por la Asamblea
Nacional del Poder Popular en julio de 2019. Con la aprobación de la nueva ley
electoral se garantiza que dichos cambios no queden como letra muerta, sino
que se ejecuten.

La cuestión de la defensa y seguridad nacional es de primordial importancia,


planteado por el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana Fidel Castro
Ruz desde el triunfo de la Revolución y ratificado en el informe central al Primer
Congreso del Partido Comunista de Cuba, celebrado en 1975. Fidel dijo:

«En nuestra patria socialista todo soldado es revolucionario y todo revolucionario es


soldado.
Mientras exista el imperialismo, el Partido, el Estado y el pueblo les prestarán a los
servicios de la defensa la máxima atención. La guardia revolucionaria no se
descuidará jamás. La historia enseña con demasiada elocuencia que los que
olvidan este principio no sobreviven al error».
Por ello, en la Constitución de 1976 y en las posteriores modificaciones estuvo
reflejado en el articulado las cuestiones de la defensa, aunque no existió un
Capítulo o Título dedicado explícitamente a ella. Por ejemplo:

«Artículo 65.- La defensa de la patria socialista es el mas grande honor y el deber


supremo de cada cubano. La ley regula el servicio militar que los cubanos deben
prestar. La traición a la patria es el mas grave de los crímenes; quien la comete
está sujeto a las más severas sanciones».
«Artículo 101.- El Consejo de Defensa Nacional se constituye y prepara desde
tiempo de paz para dirigir el país en las condiciones de estado de guerra, durante la
guerra, la movilización general y el estado de emergencia. La ley regula su
organización y funciones».

En la Constitución del 2019 se incluye como título independiente La Defensa y


Seguridad Nacional (Título X) con cuatro capítulos: I. Disposiciones Generales,
II. Consejo de Defensa Nacional, III. Instituciones Armadas del Estado y IV.
Situaciones Excepcionales y de Desastre. Abarca los Artículos de 217 al 225.
Por primera vez se hace referencia a la concepción estratégica de la Guerra de
Todo el Pueblo.

«El Estado cubano fundamenta su política de Defensa y Seguridad Nacional en la


salvaguarda de la independencia, la integridad territorial, la soberanía y la paz
sobre la base de la prevención y enfrentamiento permanente a los riesgos,
amenazas y agresiones que afecten sus intereses. Su concepción estratégica de
defensa se sustenta en la Guerra de Todo el Pueblo». (Art. 207).

En él se da tratamiento al Estado de Emergencia, en el Capítulo IV Situaciones


Excepcionales y de Desastre:

Artículo 222 «En interés de garantizar la defensa y la seguridad nacional, en caso


de producirse una agresión militar o ante la inminencia de ella u otras
circunstancias que las afecten, pueden decretarse de forma temporal, en todo el
país, según corresponda, las situaciones excepcionales del Estado de Guerra o la
Guerra, la Movilización General y el Estado de Emergencia, esta última también
puede decretarse en una parte del territorio nacional».

En resumen, la Constitución tiene un preámbulo, once títulos, veinticuatro


capítulos, dieciocho secciones, dos disposiciones especiales, trece
disposiciones transitorias y dos disposiciones finales. Posee, además, un total
de 228 artículos.
La Constitución del 10 de abril de 2019, crea el marco jurídico-legal necesario
para un profundo, integral y armónico proceso de perfeccionamiento del Estado
socialista cubano. Este perfeccionamiento tiene como objetivo esencial reforzar
la esencia democrática y el carácter transicional al socialismo del Estado
socialista y del sistema político cubano.

Para ello se refuerza el control del ejercicio del poder estatal por parte de la
Asamblea Nacional del Poder Popular y del pueblo.

«Con este nuevo texto se institucionaliza y fortalece el Estado revolucionario, del


que se demanda una actuación transparente y ajustada a la ley. Si algo en
particular lo distingue, es el respeto a la dignidad plena de la mujer y el hombre, y la
igualdad de los cubanos, sin ningún tipo de discriminación, y esos son,
precisamente, los pilares en los que se cimienta esta sociedad». (Castro Raúl 2019)

Bibliografía

-Castro Ruz, Fidel. «Informe Central al I Congreso del Partido Comunista de


Cuba.» En Informe Central I, II y III Congreso del Partido Comunista de Cuba
presentados por el compañero Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Comité
Central del Partido Comunista de Cuba. La Habana: Editora Política, 1990.
-Castro Ruz, Raúl. Discurso en la Segunda Sesión Extraordinaria de la IX
Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, con motivo de la
proclamación de la Constitución de la República, en el Palacio de
Convenciones, el 10 de abril de 2019.
-Constitución de la República de Cuba 2010 La Habana Editora Política.
-Constitución de la República de Cuba, proclamada el 10 de abril de 2019. En:
Gaceta Oficial No. 5, Extraordinaria, del 10 de abril de 2019. Gaceta Oficial de
la República de Cuba, Ministerio de Justicia (GOC-2019-406-EX5).
-Herrera Alfaro, José Ramón. Algunos aspectos acerca de la democracia como
fenómeno social. Academia de las FAR “General Máximo Gómez”, La Habana,
2005.
-Ley No. 72. Ley Electoral de 29 de octubre de 1992. En: Gaceta Oficial, No. 9,
Edición Extraordinaria, del 2 de noviembre de 1992. Gaceta Oficial de la
República de Cuba, Ministerio de Justicia.
-Raimundo Fabio, “Los derechos humanos en el sistema político” ( ) La Habana
Editorial de Ciencias Sociales

Regresar al Índice
3.3-La esencia democrática del sistema electoral cubano y sus principales
características.

MSc. Alberto González Tejera

Con la victoria del primero de enero de 1959, se iniciaba para nuestro pueblo
una etapa de radicales cambios en todos los órdenes de la vida social.
Revolución, que tiene entre sus objetivos: recuperar la independencia y
soberanía nacional, el desarrollo económico, la democracia y la búsqueda de la
justicia social, para ello pondría en práctica inmediatamente su programa
político, profundamente martiano y revolucionario. A lo largo de toda su historia
como proceso político va ir cambiando y evolucionando pero sin perder sus
objetivos, es la continuidad en un proceso de cambio revolucionario.

La participación de todo el pueblo en la Huelga General Revolucionaria del


Primero de enero de 1959, que desbarató la maniobra del imperialismo y la
oligarquía nacional de escamotear la victoria a las fuerzas revolucionarias, dio
paso una característica fundamental del proceso revolucionario cubano; la de
promover en todo momento la más amplia participación de la ciudadanía en
todas las tareas de la revolución en especial en la vida política. Quedaba así
legitimada por el accionar de todo un pueblo la opción política que
representaba la revolución, que ahora llegaba al poder, no sólo por las
heroicas victorias del Ejército Rebelde, sino también por la acción política de
las amplias masas populares en defensa de la victoria revolucionaria. Se
iniciaba así el magisterio de Fidel en la promoción de la participación popular
en todas las tareas de la triunfante revolución. Pues si bien, él es reconocido
como líder indiscutible, ha demostrado, que en la tarea historia de de la
construcción de la sociedad socialista, la clave radica en convertir a las masas
en protagonistas de su propia historia. Y a lo largo de toda la revolución va a ir
promoviendo la creación de espacios políticos para el fortalecimiento de la
sociedad civil. Este trabajo analizará la evolución de los procesos electorales
en la Cuba Revolucionaria como una forma importante de la participación
política.
Una característica del sistema político cubano de 1959 a 1976, la constituyó el
hecho de que, en el Gobierno Revolucionario existía una fusión de las
funciones ejecutivas, legislativas y administrativas en el Consejo de Ministros.

A pesar de la no existencia de organismos de representación especializada y


de procesos electorales, la democracia está presente en el proceso
revolucionario. De manera creadora se desarrollan en Cuba formas especiales
de democracia directa; donde las amplias masas discuten y aprueban por
aclamación, las medidas y tareas fundamentales de la revolución. La Asamblea
General del Pueblo de Cuba, produjo documentos como la primera Declaración
de La Habana (2 de septiembre de 1960.) Esta particularidad dejaría su
impronta a lo largo de toda la revolución, y le otorgó al sistema una gran
estabilidad, por el alto grado de consenso y por la activa participación política
alcanzada en la consecución de los objetivos. Se hacían realidad las palabras
escritas por Montesquieu siglos antes: El pueblo que goza de poder soberano,
debe hacer por sí mismo todo lo que él puede hacer; y lo que materialmente
no pueda hacer por sí mismo y hacerlo bien, es menester que lo haga por
delegación de sus ministros.(Montesquieu, 1944, 34)

Entre 1961-1975 Se desarrolla la etapa inicial de la dictadura del proletariado y


la democracia revolucionaria. Aunque la revolución comenzó a desarrollar un
proceso de institucionalidad política este tuvo como característica su carácter
provisional. En esta etapa de la sociedad transicional y de las condiciones
específicas de Cuba, en medio de una fuerte lucha de clases y enfrentada a
constantes agresiones del imperialismo norteamericano, se necesitaba un
aparato político donde el pueblo pudiera ejercer su poder de forma ágil y
operativa. Este papel lo desempeñó el Consejo de Ministros con el amplio
apoyo de las organizaciones de masas. La constitución de órganos electivos de
poder, hubiese desviado la atención y las fuerzas de las urgencias de la época.

Al respecto el compañero Raúl Castro ha planteado: “En los primeros años de


nuestra revolución, no existían condiciones adecuadas para crear estas
instituciones y no eran, además, una necesidad urgente, vital ni decisiva, para
las tareas que en esos primeros tiempos enfrentó nuestro proceso
revolucionario.

Estos primeros años se caracterizaron por una situación de cambios


revolucionarios profundos, radicales, acelerados y rápidos.

En aquellos primeros años se hizo necesario enfrentar las sucesivas y cada


vez más violentas agresiones, por parte del imperialismo y de la
contrarrevolución interna.

Para desenvolverse en esta situación y enfrentar las tareas del momento, se


requería de un aparato estatal ágil, operativo, que ejerciera la dictadura en
representación del pueblo trabajador, que concentrara las facultades
legislativas, ejecutivas y administrativas a la vez, en un mismo órgano y que
pudiese tomar decisiones rápidas, sin muchas dilaciones. (…)

Por otro lado, durante esos primeros años, la escasez de medios materiales
hacía temer la organización de los Poderes Populares, sin que pudieran contar
con los recursos mínimos para hacerles frente a sus tareas, entre las cuales se
hallaban algunas de gran demanda por parte de la población, como son el
problema de la vivienda, su mantenimiento y su reparación.

Y se temía que esta limitación de recursos, impidiese cumplir a los Poderes


Populares con sus tareas y que la idea de su constitución siendo correcta en lo
esencial, pudiera sufrir un cierto descrédito. (…)

En aquellos momentos no teníamos todavía un Partido fuerte, no se habían


desarrollado suficientemente las organizaciones de masas, no teníamos en
suma los instrumentos de organización de que ahora disponemos. (Castro, R,
1979, 125-126)

Se establecieron las instancias gubernamentales provinciales y municipales,


las cuales estaban encabezadas por comisionados, designados por el Ministro
de Gobernación, que tenían las funciones que antes correspondían a los
alcaldes y concejales. Esta estructura se adoptó desde 1959 y garantizaba una
gran independencia para los municipios y funciones limitadas para las
provincias. A partir de 1961 los gobiernos municipales son sustituidos por las
Juntas de Coordinación, ejecución e Inspección (JUCEI), integradas por
representantes de las organizaciones políticas y de masas y de las
delegaciones de los organismos de la administración central del Estado de
territorio. En ellas la instancia provincial incrementa sus atribuciones con
respecto al municipio. Surge la región como eslabón intermedio entre la
provincia y el municipio como un nivel esencialmente ejecutivo a cargo de
determinados servicios de carácter marcadamente local.

En 1966 las JUCEI fueron sustituidas por las administraciones locales, con el
objetivo de alcanzar una participación más orgánica y sistemática de la
población en la actividad estatal, de modo que el pueblo se convirtiera cada vez
más en un verdadero sujeto político. Un elemento novedoso que aparece en
los municipios, portador de potencialidades superiores en la consecución del
objetivo planteado, fue el siguiente: de los comités ejecutivos que dirigían las
administraciones locales, los cuales estaban integrados por el presidente y los
secretarios, formaban parte también diez delegados elegidos por la población
en asambleas de los centros de trabajo y barrios. No obstante estos elementos
positivos, no lograron afianzarse; las actividades de producción y servicios
fueron absorbiendo las energías de las administraciones locales; dejaron de
efectuarse las elecciones de los delegados y las asambleas de rendición de
cuentas, las cuales se realizaban periódicamente ante el pueblo desde que
surgieron las JUCEI. Así las cosas, las administraciones locales devinieron un
organismo administrativo más y existieron hasta el año 1976 en que fueron
sustituidas por los órganos del Poder Popular. (Duharte, 2000, 138-139)

La falta de experiencia de la joven revolución generó fenómenos negativos


como insuficiente planificación de la actividad estatal y económica, el
burocratismo y el campañismo como estilo de promover las actividades del
momento.

Para principios de los años 70, existe un mayor desarrollo de las fuerzas
productivas, de la preparación ideológica y cultural de las masas. Se producen
importantes cambios en la esfera internacional (se inicia el proceso de
distensión, el auge que cobra el movimiento de liberación de los pueblos del
tercer Mundo, la resonante victoria de los pueblos del sudeste asiático sobre el
imperialismo, etcétera.) Con la experiencia adquirida y ante la nueva situación
la revolución corrigió los medios y métodos de la actividad revolucionaria.

Es partir de 1970 es que comienza el proceso de institucionalización de nuestra


Revolución, proceso que se acelera a partir de 1972, en que maduraron las
condiciones, se produjo una recuperación en la economía, se había avanzado
bastante en el proceso de recuperación y fortalecimiento de las organizaciones
de masa. (Castro, R, 1979, 127)

En el año 1972 se creó el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, con lo


cual se establece un elemento característico de nuestra democracia, la
dirección colegiada de la nación. Se creó un sistema de tribunales único,
presididos por el Tribunal Supremo Popular; y se estructuran los órganos de la
Fiscalía. Se someten a consulta y discusión por todo el pueblo, para luego ser
aprobadas, las leyes de Procesamiento Penal, Civil y Administrativo y el
Código de Familia.
En 1974 en la provincia de Matanzas se inicia un experimento político (los
órganos del Poder Popular) que daría forma definitiva a nuestro sistema político
genuinamente auténtico y autóctono, basado en las experiencias de las luchas
de nuestro pueblo en búsqueda de la independencia, la soberanía, la igualdad,
la unidad, la participación, el poder del pueblo y la justicia social.

Es en el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, (17 al 22 de


diciembre de 1975) donde se valora el resultado de la experiencia matancera y
se acuerda; la nueva división política administrativa, la nueva Constitución de la
República de Cuba y los órganos del Poder Popular. Con esta estructura
definitiva del estado cubano hay una redistribución de los poderes del Estado
en beneficio de la instancia municipal, se pretendía lograr niveles superiores de
participación popular. Y al ser el municipio una instancia decidora, por su
cercanía a los problemas concretos de la localidad y al pueblo, se aspiraba a
lograr una gestión pública mucho más eficiente.

En la concepción de las características fundamentales de nuestro sistema


político están presentes las ideas de José Martí, fundamentalmente las
expresadas en torno a los representantes del pueblo, pues este concibe al
delegado como: imagen del pueblo. (Martí, 1983, 116)

En cuanto a las tareas que debía desempeñar el delegado, las ideas de Martí
nos enseñaban que debía ser el hombre encargado por el pueblo para que
estudie su situación, para que examine sus males, para que los remedie en
cuanto pueda, para que esté siempre imaginando la manera de remediarlos
(Martí, 1983, 116)

La creación en el año 1976, a tenor con lo establecido por la Constitución de la


República, de los gobiernos municipales marcó un hito en la evolución del
carácter democrático de nuestro sistema político, pues actuarían como eje
articulador de la participación comunitaria.

La Constitución de 1976 dejaba bien claro cómo serían los procesos


electorales en Cuba y que sería desarrollado por las leyes electorales que se
irían aprobando a tenor de dicha Carta Magna y sus respectivas
modificaciones.

De forma general se establecen las siguientes características:

Todos los ciudadanos cubanos tienen derecho al voto al alcanzar los 16 años
de edad excepto:
a) los incapacitados mentales, previa declaración judicial de su
incapacidad;
b) los inhabilitados judicialmente por causa de delito.

Si la elección es para diputados a la Asamblea Nacional del Poder


Popular, deben, además, ser mayores de dieciocho años de edad.

Todos los puestos y cargos del Estado son renovables y elegibles la


ley establece los períodos en que deben ser sometidos a elección.

Existen dos tipos de procesos electorales, los parciales cada dos años
y medio donde se someten a elección las estructurales municipales y
los generales cada cinco años.

La ley determina el número de delegados que integran cada una de


las Asambleas Provinciales y Municipales, en proporción al número de
habitantes de las respectivas demarcaciones en que, a los efectos
electorales, se divide el territorio nacional.
Los delegados a las Asambleas Municipales se eligen por el voto libre,
directo y secreto de los electores.

Los delegados a las Asambleas Provinciales y los diputados a la


Asamblea Nacional se eligen por el voto libre, directo y secreto de los
delegados de las respectivas Asambleas Municipales.
Se establece la inscripción universal, automática y gratuita de todos
los ciudadanos en el registro electoral.

La postulación de los candidatos a delegados de las Asambleas


Municipales se realiza por los propios electores en reuniones públicas
convocadas al efecto.

Las proposiciones a candidato a delegado a la Asamblea Municipal las


hace a título personal el ciudadano, que explicará los méritos y
cualidades del propuesto. Las propuestas son sometidas a votación a
mano alzada y entre ellos en cada reunión de vecinos, resulta
nominado el que obtenga la mayoría de los votos. Los candidatos a
delegados de las Asambleas Municipales (se nominan dos como
mínimo y hasta ocho en cada circunscripción) y son electos
directamente por la población. Para ser elegidos tienen que recibir
más del 50% de los votos válidos. Esta última característica debe
cumplirse también para resultar electo como delegado a las
Asambleas Provinciales y los diputados a la Asamblea Nacional pero
en este caso son electos por los miembros de las Asambleas
municipales.

Se establece la total transparencia de los comicios: El voto es


secreto, directo, voluntario e igualitario, se muestra al público la urna
antes de iniciar la votación y se sella en presencia de testigos, así
mismo se chequea al concluir la hermeticidad de la misma. Durante
toda la votación las urnas son custodiadas por pioneros.

El conteo de los votos es público, al concluir el mismo se publican


inmediatamente los resultados de la votación.

Inexistencia de campañas electorales (se publican la foto y biografía


de los candidatos y todas reciben el mismo tratamiento en los medios
de difusión) y la existencia de una fuerte ética electoral.

El Partido Comunista de Cuba no nomina ni promueve candidatos.


Los procesos electorales van a estar organizados por las Comisiones
Electorales donde el pueblo tendría una gran participación.

Las Comisiones de Candidaturas integradas por personas propuestas


por lar organizaciones de masa de nuestra sociedad civil y presididas
por el representante de la Central de Trabajadores de Cuba, que
harían las propuestas para ocupar los puestos de dirección en las
respectivas asambleas (municipales, provinciales y Nacional) y los
candidatos a delegados provinciales y diputados a la Asamblea
Nacional.

El establecimiento de la democracia en Cuba fue concebida como un


proceso perfectible y consecuentemente el sistema electoral y las
estructuras del Poder Popular van a ir evolucionando con la
experiencia ganada por nuestro pueblo en su lucha por construir una
nueva sociedad.

La celebración en el año 1986 del III Congreso del PCC marca el inicio en
nuestro país el Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas,
en los debates del congreso se pone de manifiesto la necesidad de corregir los
errores que se habían cometido en la construcción del socialismo, algunos
motivados por la copia de algunos elementos del modelo euro soviético y otros
generados por nuestras propias insuficiencias. “La rectificación, a pesar de
haber comenzado a manifestarse por la actividad económica es, ante todo, un
fenómeno socio político de mucha complejidad, por lo que abarca también al
sistema político”. (Duharte, 2000, 145) El PCC toma un nuevo estilo de trabajo
que desecha todo formalismo en la labor político ideológica, promueve la mayor
participación del pueblo en la solución de los problemas y moviliza a los
medios de comunicación social para que realicen análisis objetivos y críticos
acerca de las nuevas realidades y de los errores que se pudieran cometer
durante el proceso de rectificación. También recomendó la constitución de los
Consejos Populares. Recomendación que fue recogida con la Ley número 56
del 4 de julio de 1986 de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Los
Consejos Populares se inician con carácter de experiencia, al igual que los
Distritos, para el caso de ciudades como Santiago de Cuba y Camagüey.

La caída del campo socialista a principios de los 90 y la ruptura de los lazos


económicos que nos ligaban, el recrudecimiento de la escalada agresiva del
imperialismo; tienen gran impacto en Cuba. El país se adentra rápidamente en
el Periodo Especial con el objetivo de salvar la Revolución y las conquistas del
socialismo.

En estas difíciles condiciones el Pleno Extraordinario del Comité Central del


PCC, celebrado en 1990, plantea la necesidad de, aún en medio de las más
difíciles condiciones, de continuar el perfeccionamiento del sistema político e
institucional del país, atendiendo a la experiencia acumulada durante los años
de existencia de los órganos del Poder Popular y al objetivo estratégico del
Partido de lograr la participación más amplia del pueblo en todas las tareas de
la revolución.

Pues el carácter participativo y popular del sistema político establecido en


Cuba, genera necesidades de socialización que propenden al desarrollo de una
ciudadanía crítica, capaz de entender las decisiones y favorecer con su
actuación el fortalecimiento de los vínculos que ellos generan. (Salabarría,
2003, 4)

Las resoluciones del IV Congreso del PCC, orientarían el proceso ampliación


de la democracia en nuestro país y marcarían una nueva etapa en el
perfeccionamiento del sistema político. Tres son los elementos fundamentales,
que en torno al Poder Popular se acuerdan en este Congreso y que tienen
como denominador común responder a la necesidad de promover la más activa
participación popular: la extensión a todo el país de los Consejos Populares, la
eliminación de los Comités Ejecutivos de las asambleas en los niveles
municipal y provincial y el establecimiento en dichas instancias de los Consejos
de la Administración y las modificaciones del sistema electoral.

La extensión de los Consejos Populares a todo el país, contribuiría


grandemente al perfeccionamiento de la gestión de gobierno de los delegados
como elemento base, les permitiría, un mayor control y fiscalización sobre
todas las entidades administrativas del territorio, y serían un instrumento para
la movilización de todos los elementos de las comunidades en la solución de
sus problemas.

La propia ley 91 que ampara la creación y funcionamiento de los Consejos


Populares, reconoce en su artículo 35 que La participación popular, en la
actividad del Consejo Popular, constituye la vía fundamental para realizar su
labor. Ella está presente desde la identificación de los problemas y
necesidades y sus posibles soluciones, hasta la adopción de las decisiones, así
como en la planificación, desarrollo y evaluación de las principales acciones
que se ejecutan en la demarcación. (Asamblea Nacional del Poder Popular,
año, página)

En Cuba se ha producido lo que para Gramsci era fundamental en el


socialismo, la socialización de las masas y del conocimiento, y la participación
activa es decir que la democracia implica un amplio y profundo grado de
socialización de las decisiones, de la crítica y de la conformación del proyecto
socialista. Con esto último no he dicho, no quiero que se interprete que
debemos conformarnos con lo alcanzado en el desarrollo de la sociedad civil
cubana y en las relaciones de esta con el Estado, en el sentido de Gramsci y
de Marx. (Monal, 1997, 81)

Como parte del proceso de perfeccionamiento del Poder Popular en el año


1992 se realizan modificaciones al texto constitucional y consecuentemente
dan lugar a una nueva Ley Electoral, la Ley 72 del 29 de octubre de 1992.
De acuerdo con esta norma la elección de los delegados a la Asamblea
Provincial y los diputados a la Asamblea Nacional son electos directamente
por los electores y no de las Asambleas Municipales.

Aunque conservan la potestad de conformar la candidatura de los mismos a


propuesta de las respectivas Comisiones de Candidaturas. Al eliminar los
Comités Ejecutivos y sustituirlos por los Consejos de la Administración
conservan la facultad de elegir a sus miembros.

Esta modificación que amplia notablemente las facultades de los electores se


aprobó en las difíciles condiciones del período especial, lo que demuestra el
apoyo del pueblo al proyecto revolucionario al realizar las elecciones con un
altísimo por cierto de voto unido, como expresión de apoyo a la revolución.

Durante el año 2018 la sociedad cubana debatió ampliamente el anteproyecto


de la nueva Constitución de la República que luego de atender a los resultados
de este proceso fue modificado y aprobado por la Asamblea Nacional del Poder
Popular el 22 de diciembre de 2018 y posteriormente la nueva constitución fue
sometida a Referendo popular realizado el 24 de febrero de 2019 aprobada
por la amplia mayoría del pueblo cubano y proclamada el 10 de abril de 2019.

La actual Constitución de la República con respecto al sistema electoral regula


en su Título IX Sistema Electoral

Capítulo I

Disposiciones Generales

ARTÍCULO 204. Todos los ciudadanos, con capacidad legal para


ello, tienen derecho a intervenir en la dirección del Estado, bien
directamente o por intermedio de sus representantes elegidos para
integrar los órganos del Poder Popular y a participar, con ese
propósito, en la forma prevista en la ley, en elecciones periódicas,
plebiscitos y referendos populares, que serán de voto libre, igual,
directo y secreto. Cada elector tiene derecho a un solo voto.

ARTÍCULO 205. El voto es un derecho de los ciudadanos. Lo


ejercen voluntariamente los cubanos, hombres y mujeres, mayores
de dieciséis años de edad, excepto:

a) Las personas que por razón de su discapacidad tengan


restringido judicialmente el ejercicio de la capacidad jurídica;

b) los inhabilitados judicialmente, y

c) los que no cumplan con los requisitos de residencia en el país


previstos en la ley.

ARTÍCULO 206. El Registro de Electores tiene carácter público y


permanente; lo conforman de oficio todos los ciudadanos con
capacidad legal para ejercer el derecho al voto, de conformidad con
lo previsto en la ley.

ARTÍCULO 207. Tienen derecho a ser elegidos los ciudadanos


cubanos, hombres y mujeres, que se hallen en el pleno goce de sus
derechos políticos y que cumplan con los demás requisitos previstos
en la ley.

Si la elección es para diputados a la Asamblea Na cional del Poder


Popular deben, además, ser mayores de dieciocho años de edad.

ARTÍCULO 208. Los miembros de las instituciones armadas


tienen derecho a elegir y a ser elegidos, igual que los demás
ciudadanos.

ARTÍCULO 209. La ley determina la cantidad de diputados que


integran la Asamblea Nacional del Poder Popular y de delegados que
componen las asambleas municipales del Poder Popular, en
proporción al número de habitantes de las respectivas demarcaciones
en que, a los efectos electorales, se divide el territorio nacional.

Los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular y los


delegados a las asambleas municipales del Poder Popular se eligen
por el voto libre, igual, directo y secreto de los electores. La ley
regula el procedimiento para su elección.

ARTÍCULO 210. Para que se considere elegido un diputado o un


delegado es necesario que haya obtenido más de la mitad del número
de votos válidos emitidos en la demarcación electoral de que se trate.

De no concurrir esta circunstancia, o en los demás casos de plazas


vacantes, la ley regula la forma en que se procederá.

CAPÍTULO II
CONSEJO ELECTORAL

NACIONAL

ARTÍCULO 211. El Consejo Electoral Nacional es el órgano del


Estado que tiene como misión fundamental organizar, dirigir y
supervisar las elecciones, consultas populares, plebiscitos y
referendos que se convoquen.

Tramita y responde las reclamaciones que en esta materia se


establezcan, así como cumple las demás funciones reconocidas en la
Constitución y las leyes.

El Consejo Electoral Nacional garantiza la confiabilidad,


transparencia, celeridad, publicidad, autenticidad e imparcialidad de
los procesos de participación democrática.

ARTÍCULO 212. El Consejo Electoral Nacional tiene independencia


funcional respecto a cualquier otro órgano y responde por el
cumplimiento de sus funciones ante la Asamblea Nacional del Poder
Popular.

Asimismo, una vez culminado cada proceso electoral, informa de su


resultado a la nación. ARTÍCULO 213. El Consejo Electoral Nacional
está integrado por el Presidente, el Vicepresidente, el Secretario y los
vocales previstos en la ley.

Los integrantes del Consejo Electoral Nacional son elegidos y


revocados, según corresponda, por la Asamblea Nacional del Poder
Popular o, en su caso, por el Consejo de Estado.

ARTÍCULO 214. La organización, funcionamiento, integración y


designación de las autoridades electorales, a todos los niveles, se
regula en la ley.

No pueden ser miembros de los órganos electorales los que


resulten nominados u ocupen cargos de elección popular.

ARTÍCULO 215. El Consejo Electoral Nacional controla la


confección y actualización del Registro Electoral, de conformidad con
lo establecido en la ley.

ARTÍCULO 216. Todos los órganos estatales, sus directivos y


funcionarios, así como las entidades, están obligados a colaborar con
el Consejo Electoral Nacional en el ejercicio de sus funciones.
(Asamblea Nacional del Poder Popular, 2019, 15)
La Asamblea Nacional del Poder Popular, en sesión ordinari a
celebrada el 13 de julio de 2019, correspondiente al Tercer Período
Ordinario de sesiones de la Novena Legislatura y en ejercicio de las
atribuciones que le están conferidas en el inciso c) del artículo 108 de
la Constitución de la República aprueba la Ley 147 “Ley Electoral” que
regula la realización de los procesos electorales.

El Sistema Electoral Cubano es genuino, original, en el se recogen


las tradiciones, historia y cultura política de nuestro pueblo en sus
más de cien años de lucha. Es profundamente democrático y se
caracteriza por la activa participación política del pueblo durante todo
el proceso.

Los procesos electorales en Cuba han sido acompañados por


observadores internacionales a lo largo de su historia; quienes han
señalado su transparencia, amplia participación del pueblo y carácter
democrático.

Bibliografía:

Asamblea Nacional del Poder Popular. (2019) Ley No. 127 “Ley Electoral”. La
Habana. Gaceta Oficial No. 60 Ordinaria de 19 de agosto de 2019.

Asamblea Nacional del Poder Popular. () Ley 91 de los Consejos Populares.


Recuperado de: http://www.asanac.gov.cu/espanol/ley91.htm

Asamblea Nacional del Poder Popular. (1982) Constitución de la República de


Cuba. La Habana. Editora Política.

Asamblea Nacional del Poder Popular. (2019) Constitución de la República de


Cuba. La Habana.

Castro, F. (1979) Discurso pronunciado en el acto central en conmemoración


del XXI aniversario del ataque al cuartel Moncada. 26 julio de 1974. En
Departamento de Orientación Revolucionaria del Comité Central del Partido
Comunista de Cuba. Documentos sobre los órganos del Poder Popular. La
Habana.
Castro, R. (1979) Discurso en clausura a seminario a los delegados del Poder
Popular de Matanzas el 22 de agosto de 1974. En Departamento de
Orientación Revolucionaria del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Documentos sobre los órganos del Poder Popular. La Habana. La Habana.
Editora Política.

Duharte, E. (2000) El sistema político cubano: particularidades de su


formación y desarrollo. En E. Duharte. (comp.) Teoría socio política. Selección
de temas. Tomo II. La Habana. Editorial Félix Varela. La Habana, 2000.
pág.145.

Fung, T. (1982) En torno a las regularidades y particularidades de la revolución


socialista en Cuba. La Habana. Editorial de Ciencias Sociales.

García, J. ( ) Cinco Tesis sobre los Consejos Populares. Recuperado de:


http://www.nodo50.org/cubasigloXXI/politica/brigos4_280201.htm

Lezcano, J. (2004) Entrevista concedida al autor en las Oficinas Auxiliares de


la Asamblea Nacional.30 noviembre 2004. La Habana. Inédita

Martí, J. (1983) Diputado. Obras Completas, Edición Crítica. Tomo II. La


Habana. Centro de Estudios Martianos y Casa de las Américas, La Habana,
1983, t. II, p. 116.

Monal, I. (1997) Releyendo a Gramsci: hegemonía y sociedad civil. Revista


Temas número 10. La Habana. Página 81.

Montesquieu. (1944) El espíritu de las leyes. Buenos Aires. Ediciones Libertad.

Salabarría, M. (2003) Los componentes de la cultura política en los


estudiantes de la CUJAE. Tesis de maestría. Universidad de La Habana. 2003.
La Habana. (inédito)

Regresar al Índice
3.4- La sociedad civil cubana y sus retos actuales.
Dr. C Juan Azahares

En el debate en torno de la sociedad cubana, existe en especial un tema


referido al concepto de sociedad civil y su contenido en esta realidad. El
surgimiento de dichas reflexiones tiene orígenes varios, y no exclusivos al
proceso natural de reflexión y profundización de la teoría política en este
contexto. Dentro de las determinaciones que pusieron de forma especial, en un
primer plano estas discusiones se encuentran:

 El diseño por Estados Unidos de una política para subvertir los sistemas
políticos socialistas desde la sociedad civil, la cual tomó cuerpo en los
documentos Santa Fe I y II y cobraron vida en las actividades del Sindicato
Solidaridad en Polonia; lo que evidenció la eficiencia de dicha política en
sistemas políticos que se encontraban paralizados por el dogmatismo y el
voluntarismo.
 La política de movilización de la sociedad civil, en contra del socialismo,
bajo la consigna de protección de los derechos humanos.
 En consonancia con la ideología neoliberal y su instrumentalización política,
consistente en reducir al mínimo el papel regulador del Estado sobre el
mercado y al mismo tiempo liberar la acción independiente e individualizada
de la sociedad civil.
 Para el caso de Cuba se le añade a los documentos citados, las leyes
Torricelli y Helms-Burton, en las cuales se puntualiza el interés y la voluntad
del gobierno norteamericano de erosionar el sistema político cubano desde
la sociedad civil y a su vez presume disponer de los métodos y los medios
para alcanzar dichos fines.

En lo interno:

- Las experiencias derivadas del derrumbe del modelo socialista esteuropeo y


de la URSS y la necesidad de rectificar y perfeccionar el modelo de
socialismo cubano. Todos estos factores en su conjunto fundamentan el
espacio que hoy ocupa el concepto en las discusiones académicas y en las
esferas dedicadas a la política.
- El protagonismo alcanzado por algunas ONGs en la concientización y
búsqueda de solución de los problemas globales, sobre todo las dedicadas
al medio ambiente, refugiados, cooperación para el desarrollo de los países
del Tercer Mundo, entre otros.
Las visiones que tienen sobre el tema, académicos, funcionarios estatales e
investigadores se pueden resumir en dos tendencias: en la primera32 y
mayoritaria, se encuentran los que enfatizan la idea de que la sociedad civil es
el ámbito de las asociaciones, de la relación entre los grupos sociales, como el
no Estado, como pueblo organizado, entre otros, y en la segunda tendencia, se
enfatiza la sociedad civil como “el campo de producción simbólica, donde se
crean las normas y valores, y estos además de producirse, se distribuyen y
consumen”. (Acanda, 1997;18).

Ambos puntos de vistas no son excluyentes, sino más bien se complementan;


en tanto la producción de normas y valores siempre tiene como soporte
material las entidades asociativas de diferentes contenidos y que se asientan
en la sociedad civil o en el sistema político.

La sociedad civil en el contexto cubano, a diferencia de otros contextos, no es


algo contrapuesto al Estado, ni tampoco significa identidad absoluta entre una y
otra realidad, ni pueden ser considerados como sistemas autónomos. En tanto,
es en la sociedad civil donde se produce la consolidación del Estado y al
mismo tiempo es desde ella que se le apoya, cuestiona, reta, se rectifica,
controla o se intenta destruir.
Fue desde la sociedad civil que se destruyó el sistema político burgués y es
desde ella, que se fortalece el actual. En el análisis de este proceso se han de
tener en cuenta dos factores:

 el sistema político y la sociedad civil correspondiente se construyen de


manera diferente a las existentes antes de 1959 y su progresiva madurez le
ha permitido reconstruirse cíclicamente teniendo como constante;
 la declaración de guerra total que Estados Unidos ha desarrollado contra el
sistema político cubano.

Dentro de los puntos debatidos se encuentra el que plantea Fung (1997)


acerca de la asimetría que se produce en la sociedad cubana a partir del triunfo
revolucionario de 1959, a favor del sistema político. Un análisis al respecto
permite esclarecer diversas aristas del concepto en la realidad cubana, pues la
tesis evidencia un desequilibrio entre uno y otro polo de la relación, sin
embargo, si el análisis se hace desde una perspectiva diferente se puede
apreciar un reordenamiento o un reacomodo entre ambos. Esto último se
fundamenta en varias consideraciones:

32
Ver: Recio, 1997 para ampliar sobre las diversas formas en que se comprende la sociedad civil
cubana.
 Si se acepta la idea de la asimetría, sería a partir de compararla con la
relación bipolar anterior, considerando al mercado como el elemento de
mayor peso estructural, dentro de la sociedad civil, o considerando otras
instituciones como la escuela, la salud, etc. Vista desde esta perspectiva
estructural, se puede aceptar dicha idea. No obstante, esta visión no toma
en cuenta o, no considera las modificaciones que se producen en otras
instituciones, como las de tipo profesional, deportivas, fraternales, etc., que
no desaparecen y conservan la esencia civilista que fundamenta su
existencia.
 Dada la variabilidad de los elementos contentivos de la sociedad civil, esta
no se puede reducir a uno de sus elementos, con independencia del papel
que desempeñe o del lugar que ocupe. Si se tiene en cuenta que en ella
también se “producen las relaciones intersubjetivas... y es el lugar donde se
estructura la hegemonía...” (Acanda, 1997;17). Entonces no se trata de
desequilibrio sino de reordenamiento.
 Desde la consideración anterior, la sociedad civil amplía su ámbito de
actividad al incorporar de forma masiva a sujetos que se encontraban
excluidos de la posibilidad de influir en los procesos sociales, sobre todo en
los económicos y los políticos.

También dichas consideraciones toman en cuenta que la vanguardia


revolucionaria conforma su hegemonía con las clases y sectores marginados
de los procesos políticos de la sociedad capitalista y dentro de la sociedad civil,
lo que se evidenció en el apoyo masivo que recibió durante la lucha
insurreccional y en especial en el apoyo a la huelga general del primero de
enero de 1959. Varios factores interrelacionados condujeron a la empatía entre
ambas esferas de la sociedad y a la modificación de sus relaciones:

 El odio del pueblo a la dictadura imperante durante la década del 50.


 La puesta en práctica de medidas de carácter democrático, popular,
nacional-liberador, agraria y antimperialista.
 La propuesta de un proyecto social de largo alcance, de beneficio social
general y en especial para las clases, sectores y grupos sociales más
desfavorecidos de la sociedad burguesa.

A estos factores se le añade, la concentración por parte del Estado, de los


medios de producción fundamentales, a los cuales a finales de la década del
60 se le agregaron las pequeñas empresas comerciales y artesanales, es decir
la industria, la gran propiedad de la tierra, el comercio exterior e interior, los
bancos, el transporte, las comunicaciones, y los sectores reproductores de la
ideología, evidencian el alto grado de estatización alcanzado, en una dimensión
mayor a la existente anteriormente, lo que permite su caracterización como
“Estado Protector, Benefactor, o Paternalista”; al intentar solucionar todas las
relaciones sociales desde el poder centralizado del Estado, reforzado por la
necesidad de una dirección única ante los retos que debía enfrentar el nuevo
sistema político. Con lo que el poder estatal y partidista se extendió a todas las
esferas de la vida social, lo cual provocó una indiferenciación y distorsión de
roles de los diferentes sujetos, no sólo al interior de la sociedad civil sino
también del sistema político en su conjunto.

Los reacomodos o la reestructuración que sufre la sociedad civil se evidencia


en la aparición de nuevas formas de asociaciones, la redefinición de objetivos
de otras, la pérdida de contenido y la desaparición de aquellas que constituían
nichos reproductores del sistema derrotado. La reestructuración no fue un
proceso lineal y al margen de los procesos políticos que con él coexistían y lo
condicionaban.

En este período de conformación de un sistema político de carácter totalizador,


se reestructura desde el mismo la sociedad civil, tanto en su sentido económico
y social como en su sentido político. La familia, los partidos políticos, el
mercado, las organizaciones sociales y otras, adquieren una nueva dimensión,
algunas desaparecen. El surgimiento de algunas de ellas constituye clave
esencial del sistema político, del proyecto y de la ideología socialista que los
sustenta. Las organizaciones de masas se asientan en la sociedad civil y al
mismo tiempo realizan tareas, funciones de competencia estatal, en este
sentido constituyen el embrión de lo que Gramsci llamó "autogobierno" y que
en la tradición marxista se le llama “autogobierno social”.

Otro ángulo del análisis muestra que, el proyecto socialista que preside el
accionar del sistema político, contiene como factor determinante, la
participación protagónica de la sociedad civil en su puesta en práctica, factor
que ya había mostrado, desde diferentes estructuras asociativas, su capacidad
y fuerza en la destrucción del viejo sistema. La remodelada sociedad civil
cambió el sentido y el contenido de su actividad, ya no se trataba de limitar el
poder de la burguesía y su régimen político o de ampliar sus derechos y
libertades, en las nuevas condiciones se planteaba la necesidad de crear,
conservar y desarrollar una nueva dinámica con el sistema político que
impidiera el retorno del viejo sistema y al mismo tiempo ampliaran los espacios
participativos y decisorios dentro del mismo; a su vez expandir las relaciones
intersubjetivas y de realización moral de los individuos.

En resumen, se puede afirmar que si en el análisis de la relación sociedad civil-


sociedad política se enfatiza en el aspecto cuantitativo de los elementos que la
conforman se puede afirmar que en las primeras tres décadas del período
revolucionario de la sociedad cubana se produjo una desproporción en dicha
relación a favor de lo político, en detrimento de lo civil. Si en otro sentido se
enfatiza en el aspecto cualitativo, se puede apreciar un desarrollo significativo
de la sociedad civil en cuanto a su papel en el desarrollo económico, político,
moral, cultural y social de la sociedad en general y en cuanto a la ampliación
del número de sujetos participantes en los procesos políticos. En una u otra
consideración, o en ambas a la vez, considerándolas no como una relación
estática, sino dinámica, es decir como un proceso, se puede asumir que ambos
ángulos forman parte de un cuerpo único y cambiante en el desarrollo de una
sociedad peculiar, por las condiciones de ser un país subdesarrollado, en
tránsito al socialismo y en la esfera de dominación de los Estados Unidos.

Las Organizaciones no Gubernamentales


En Cuba, cuando se habla de la sociedad civil, subyace en el tratamiento del
tema, con diversos matices, el problema de la asociatividad y sus
contaminaciones con el Estado.33 Existe consenso sobre la pertinencia del
fenómeno asociativo al ámbito de la sociedad civil. Mientras que, los límites con
el Estado en el caso de las más numerosas y de impacto social significativo se
cuestionan su independencia de lo estatal o si son gubernamentales o no, dado
porque dichos límites son difusos y difíciles de constatar en la práctica.

El centro de atención no se encuentra en aquellas asociaciones que


constituyen mayoría numérica, a las cuales sin necesidad de estudio o
consideración adicional se les considera como no gubernamentales, sino en las
que surgen al calor de la formación del nuevo sistema político que se fue
conformando a partir del triunfo revolucionario de 1959.

En Cuba el concepto toma auge en la década de los ochenta, compulsado por


los factores externos ya mencionados en el análisis de la sociedad civil y que
son válidos para el análisis de las ONGs en particular.

A dichos factores se les añade que a partir de la segunda mitad de la década


de los ochenta y sobre todo en la de los noventa determinadas condiciones
internas activaron el accionar de las ONGs cubanas:

Primero: La modificación de la estructura económica cubana que abrió espacio


a la inversión de capital extranjero, de capital mixto y de cooperación comercial,
también al comercio individual privado, tanto agrícola como artesanal, amplió la
propiedad en usufructo de la tierra, se admitió cierto nivel de desempleo,
introdujo el autofinanciamiento empresarial, así como determinados
mecanismos de libre mercado.

33
Referencias para conocer las concepciones sobre la sociedad civil cubana de un grupo representativo
de investigadores, funcionarios estatales y partidistas y directivos de diferentes asociaciones, lo
constituyen las entrevistas realizadas por Milena Recio (1997) en su Tesis de Grado “La sociedad civil
cubana en la década de los 90”.
Segundo: Búsqueda de vías, métodos y formas no económicas para paliar la
crisis, apoyados en la cooperación y la solidaridad tanto a través del sistema
político como de la sociedad civil.

Tercero: Perfeccionamiento del sistema político, elecciones directas al


Parlamento y a las asambleas provinciales; incorporación de los creyentes de
cualquier denominación religiosa, a las estructuras partidistas y el rompimiento
de prejuicios para su incorporación a las estatales según sus posibilidades.34

Cuarto: Dinamización general de la sociedad civil al interior del país,


potenciando la participación ciudadana, por diversas vías, en el proyecto
socialista y ampliando sus vínculos con similares extranjeras, con lo cual el
país amplía su inserción por canales no estatales en las nuevas condiciones
internacionales.

Para la comprensión del término ONGs en las condiciones cubanas es


necesario referirse a la forma en que éste es utilizado en otros contextos, así
como el origen y el sentido en que fue formulada tal denominación. También ha
de tomarse en cuenta la complejidad que comporta todo intento de atrapar
cualquier fenómeno de la realidad como totalidad diversa, y sintetizarlo en un
concepto.

Las ONGs cubanas son asociaciones voluntarias de personas con intereses


privados y/o públicos comunes, que intentan alcanzar objetivos sociales o
particulares de grupos y sectores que no forman parte de la estructura estatal,
que despliegan su actividad en lo fundamental en la sociedad civil y que se
conectan por diferentes vías y en diferentes grados de afinidad con el sistema
político a través del Proyecto Socialista. Además, no poseen fines de lucro.

El estudio de las asociatividad en Cuba debe tener en cuenta varios factores


fundamentales:

 Las condiciones históricas en que ellas surgen y determinan su desarrollo


hasta sus actuales estructuras y funciones.
 La forma en que los objetivos de estas entidades son congruentes con los
objetivos del proyecto socialista que preside el desarrollo de la sociedad
cubana, así como su impacto social.
 El contenido popular, participativo y abarcador del proyecto socialista.

34
Consultar García, 1998 para profundizar en las formas de participación ciudadana en los asuntos del
Estado.
El análisis de estos factores, en su conjunto, permite un conocimiento más
acabado de estas entidades y de sus características en las condiciones de una
sociedad en tránsito hacia el socialismo.

Para la aproximación a un enfoque de este tipo hay que esclarecer algunas


cuestiones en torno a las llamadas "organizaciones de masas", lo cual permite
puntualizar y aproximarse a la delimitación de su alcance y formaría parte de su
esclarecimiento.

Las dos principales organizaciones de masas por su amplitud numérica e


impacto social, surgen al calor del triunfo revolucionario de 1959, como
necesidad de integrar al cauce revolucionario a todos los miembros de la
sociedad que compartieran los objetivos y metas que se trazaban por la
revolución triunfante; fue y es una necesidad convertir a la mayoría en sujetos
activos y participativos de la nueva realidad. En este sentido, las mujeres que
constituyen el 50% de la población y los vecinos que integran los CDR son más
de las tres cuartas partes de la población, se convierten en claves
fundamentales para alcanzar como tendencia un alto grado de democracia
participativa.

Un aspecto a tener en cuenta es que el Estado cubano, aun cuando posee


peculiaridades similares a las de cualquier Estado, tiene a su vez otras que lo
diferencian radicalmente de ellos. Se trata de un Estado que sirve de
instrumento materializador de un proyecto social de carácter popular,
abarcador de un amplio espectro de dimensiones sociales que pretende
desarrollar. Además, dicho proyecto tiene como condición indispensable de su
ejecución, la participación organizada de la mayoría de la población. En este
sentido, el Estado cubano “se fortalece como tal en la medida que se va
uniendo cada vez más con el resto de la sociedad. Es un Estado de transición
encargado de iniciar la materialización del proceso de devolución a la sociedad
civil de toda la fuerza que le había sido absorbida por el Estado burgués”.
(García, 1998;54).

Sin embargo, la participación no está reducida a la intervención en los asuntos


del Estado o en el proceso de toma de decisiones políticas. Una comprensión
amplia de este concepto incluye la asunción de tareas, actividades
económicas, culturales, sociales, etc., en las que la participación suple o
complementa la actividad estatal. De esto se pueden derivar dos
interpretaciones:

 El Estado no cubre las funciones que le corresponden y necesita auxiliarse


de organizaciones extragubernamentales insertadas en la sociedad civil.
Insuficiencia o incapacidad del Estado para hacer prácticas sus funciones.
 El Estado cubano de carácter socialista ha iniciado su proceso de
integración a la sociedad civil, principalmente a través de las organizaciones
de masas. Las cuales han ido perfilando las tareas, los métodos y
procedimientos de manera de hacer más efectiva, sistémica y sistemática la
participación en el proceso de incorporar funciones del Estado al ámbito de
la sociedad civil.

Esta última interpretación se encuentra en la base del pensamiento martiano y


la concepción marxista del Estado en el tránsito hacia el socialismo y de la
necesidad de alcanzar el objetivo de que los ciudadanos organizados sean los
reales conductores de los procesos sociales. Sin desconocer de que, el
proceso conducente a dicho objetivo no tiene precedente en la historia y, por
tanto, para el contexto histórico elcual se mueve la sociedad cubana, el
experimento, el error, la búsqueda de formas de participación, las
rectificaciones y desvíos, no obedecen a la incapacidad natural del Estado, sino
a la complejidad tanto de las tareas a realizar como de los condicionamientos
históricos en que se deben cumplir cada uno de sus momentos. Esto no niega
incapacidad o ineficiencia como componente inevitable de cualquier actividad
humana.

Los cuestionamientos que sobre la no gubernamentalidad de estas últimas se


ha visto reforzado por dos hechos fundamentales:
 Algunas de dichas asociaciones surgen por iniciativa del Estado. Esto por si
sólo no las convierte en una estructura del gobierno. Dentro de los objetivos
que le sirven de fundamento se encuentran los de defender el sistema
político instituido, lo cual, en la tradición politológica occidental, es función
del Estado, y desde esta perspectiva se convierten en órganos del mismo.
Sin embargo, si el análisis se realiza desde la perspectiva de incorporar a
las masas de forma organizada al proceso político de manera efectiva y
decisiva, entonces es válida la acción en la acepción gramsciana, de traer al
Estado a la sociedad civil.
 El conferirle funciones estatales en la Constitución de 1976 ratificó la forma
en que se venían relacionando estas organizaciones con el Estado y,
conformó una visión acerca de las mismas. Este hecho propició que los
límites y roles acerca de ambas entidades sociales quedaran distorsionados
y se complicara la comprensión acerca de cuándo terminaba uno y
comenzaba el otro.

La reforma constitucional de 1992 rectifica lo anterior, permite una mayor


autonomía de estas entidades y perfilar con más claridad el hecho de que estas
organizaciones forman parte de la sociedad civil e interactúan de forma diversa
con el sistema político, desde presupuestos diferentes a los aceptados por la
politología occidental, en tanto su accionar está diseñado para su actuación en
la sociedad civil, en el sentido de alcanzar metas y objetivos de un proyecto
social, del cual el Estado es su instrumento principal.

Estas entidades no son gubernamentales, poseen objetivos propios, no tienen


fines de lucro, son autofinanciadas, clasificando de esta forma con los criterios
de no gubernamentalidad, establecidos por Naciones Unidas.

El análisis de otras ONGs enriquece el estudio de la asociatividad en Cuba, por


el significado que ellas tienen dentro de la sociedad civil, en el funcionamiento y
perfeccionamiento de la sociedad en general y del sistema político en especial.
Ellas accionan en el ámbito de la cultura, de la investigación, en el deporte, en
la formación de valores, entre otras
. Estas, aunque menos cuestionadas, en tanto mantienen un vínculo menos
directo con el Estado en la ejecución de sus actividades, además poseen una
mayor independencia del mismo, tributan a la consecución de los objetivos del
proyecto social, en tanto generan, amplían y perfeccionan el conocimiento
acerca de la sociedad y del mejoramiento humano, aun cuando esto se realiza
desde ópticas varias, y en ocasiones no asuman o aprueben determinadas
políticas puntuales que se generan en el Estado.

Dentro del amplio espectro de objetivos en que se mueve la asociatividad


cubana no se puede desconocer a las organizaciones que están contra el
proyecto socialista. Aunque, en momentos puntuales del accionar político
estatal se contrapongan unas a otras. Su legitimidad se debilita en la medida
en que asumen, se convierten en ejecutoras de la política destructiva que se
genera en Estados Unidos contra Cuba.

Las ONGs en Cuba, poseen las características generales de sus similares en


otros países como son:

 No forman parte de la estructura estatal.


 Poseen objetivos propios.
 No tienen fines lucrativos.
 Alcanzan personalidad jurídica en su relación con el Estado.

Se diferencian por múltiples factores que dimanan de las condiciones políticas


y económicas en que se desarrolla la sociedad cubana y los condicionamientos
históricos en que ella se ha desarrollado, dentro de los que se pueden
mencionar:

 Los objetivos que se proponen no pueden ser compartidos con otras


entidades.
 Se vinculan a través de un Órgano de Relación con el Estado, con el cual
mantiene relaciones de cooperación, coordinación y control.
 Sus actividades no se dirigen a la cooperación o al desarrollo de otros
países.
 Rechazan las concepciones discriminatorias o lesivas a la integridad de la
persona o del género humano.
 Organizaciones que no forman parte de la estructura gubernamental,
aunque algunas integren parte del núcleo hegemónico del Sistema Político.
Tributan desde sus perspectivas al Proyecto Socialista, del cual cada una
de ellas junto al Estado es un instrumento.
 Las asociaciones no son contestatarias del Sistema Político, sino
discrepantes, sobre todo, respecto a los mecanismos de regulación legal
que se les aplica.
 No adquieren personalidad jurídica por el mismo estatuto legal.
 Son entidades privadas que tienden al accionar público.
 Se abren espacios a la asociatividad privada empresarial.
 No tienen un carácter destructor de la esencia humana, ni de fanatismo
religioso o filosófico.
 Se expande la actividad de las asociaciones cubanas con el apoyo de las
asociaciones internacionales. Con ello se amplían las relaciones con las
sociedades civiles de otras naciones.

Para la caracterización del sistema asociativo se tienen en cuenta tres criterios


claves:

 lugar en la sociedad,
 relación con el Sistema Político y
 contribución al Proyecto Social.

Siguiendo estos criterios, se han enmarcado en grupos y subgrupos, lo cual


permite destacar, dentro del amplio espectro de objetivos, aquellas que le
confieren su papel en la sociedad:35

 Primer grupo: se encuentran las organizaciones de masas, científicas,


culturales, deportivas y con otros fines sociales. En esta agrupación se
destacan varios subgrupos:

35
No existe una clasificación que tome en cuenta a todos los tipos y formas de asociatividad en Cuba,
que se pueda tener en cuenta para este estudio. El Ministerio de Justicia, por una necesidad de
funcionamiento la agrupa en tres bloques:
1. Las que poseen amparo institucional. Aquí se encuentran algunas que en la Constitución de 1976
aparecían nombradas y que en la reforma constitucional de 1992 ya no aparecen, así como otras no
mencionadas en 1976.
2. Son las comprendidas en el Artículo 54 de la Constitución y cuya actividad está regida por la Ley de
Asociaciones de 1986. Estas a su vez se subdividen en amistosas, fraternales, deportivas, etc.
3. Las comprendidas en el Artículo 320 del Código Civil. Aquí se encuentran las fundaciones y aquellas
que poseen bienes patrimoniales heredados.
Primer Subgrupo: lo conforman las organizaciones de masas. La denominación
de masa la adquieren, dado el número de sus integrantes y la amplitud
territorial y/o sectorial de sus estructuras, es decir, se constituyen en los
segmentos primarios de la comunidad, de los centros de trabajo y estudiantiles,
estructurándose en los niveles de Municipio, Provincia y Nación. La integración
es voluntaria y no hacen distinción de razas, clases o sectores sociales, edades
-excepto las estudiantiles- o de creencias filosóficas o religiosas. Surgen ante
dos necesidades fundamentales:

- Como una necesidad de la participación de las grandes mayorías en la


realización del Proyecto Socialista; dirigiendo sus funciones generales a la
defensa del mismo, y sus actividades tributen a la concreción del mismo, en
este sentido, cumplen funciones complementarias a la actividad estatal en
las esferas de la salud, la educación, la protección y la asistencia social, la
protección de la niñez y la juventud, de saneamiento ambiental, de apoyo a
la producción, la defensa, por sólo citar algunos ejemplos, esto le permite
una capacidad de convocatoria mayor que cualquier otro tipo de asociación.

- Derivada de la anterior, forman parte del sistema hegemónico del sistema


político, base para la conformación del consenso y de la hegemonía. Dentro
de sus funciones generales defienden el Proyecto Socialista, y sus
actividades tributan a la concreción del mismo, por otro lado, ellas se
legitiman cuando refuerzan, critican y controlan a dicho sistema. Están
representadas en el Sistema Político por medio de sus máximos dirigentes;
sobre este aspecto es importante precisar varias a cuestiones.

Las principales organizaciones de masas surgen como resultado de la


aplicación consecuente del principio de la participación del pueblo en los
asuntos políticos y en el gobierno, el cual, la politología occidental reduce a los
períodos electorales, sin embargo, en el caso cubano, hay una extensión del
mismo al introducir la ejecución de la política en las actividades que se asocian
directamente con el individuo, con independencia del lugar que ocupe en la
estructura social, lo cual hace posible que cada individuo pueda hacer política
en cada momento de su vida social.

La idea de incorporar a las masas a la dirección de los procesos políticos y la


correspondiente toma de decisiones conduce a que, en la Constitución de
1976, se le atribuyan funciones estatales, con implicaciones en la indistinción
de roles y lugares dentro del entretejido social, cuestión rectificada en la
reforma constitucional de 1992. No obstante, en torno al problema de la
participación no todo está esclarecido, por cuanto la participación de las masas
en el proceso de toma de decisiones forma parte de toda aspiración
democrática, ahora bien, la interrogante para esta etapa del desarrollo social
sería, cómo se debe producir; por medio de sus representantes o mediante
convocatorias periódicas de las masas para que decidan qué hacer. Esto último
tendría en cuenta el nivel de maduración de la cultura política, las formas de
dinamizar el proceso de toma de decisiones, conocimiento del objeto sobre el
cual decidir, factores internos condicionantes, y otros que en la actualidad
imposibilitarían su puesta en práctica. En la realidad cuando determinados
acontecimientos, políticos, económicos o sociales han afectado a las masas
estas han jugado un papel decisivo en la toma de decisiones políticas.

Estas asociaciones no tienen fines lucrativos, y tienen capacidad de


autofinanciamiento, a partir de las cuotas de sus asociados y de puntuales
actividades comerciales que se realizan a su amparo.

En este sector se destaca una asociación que además posee la peculiaridad de


ser representante de la clase campesina en el Sistema Político, evidenciándose
que si bien la forma de apropiación de la riqueza social es diferente y
contradictoria, respecto a las formas de apropiación de otras clases y sectores
sociales, no invalida o niega la congruencia objetual entre unos y otros
elementos de la sociedad en cuanto a la materialización del Proyecto
Socialista, es decir, cada una tributa al mismo proceso de alcanzar una
sociedad cualitativamente superior a la prevaleciente en el mundo actual desde
sus respectivos ambientes económico-culturales e históricos.

Subgrupo Segundo36: lo integran asociaciones de perfiles genéricos de tipo


profesional, cultural, de investigación y deportivo. Cada una a su interior
conforma ángulos específicos de la actividad profesional, cultural o deportiva;
abarcando un amplio espectro de la sociedad. El número de integrantes está
condicionado, por la prevalecida que cada sector representado en ellas posee
en la sociedad; en algunos casos, su estructura se reduce a un grupo de
funcionarios de la entidad y se nutren de colaboradores que amplifican sus
actividades, por lo regular pertenecen a la esfera de la promoción de valores
culturales, morales, arquitectónicos, humanistas etc. y tan sólo disponen de un
dispositivo administrativo que les permite alcanzar sus objetivos junto a
instituciones privadas o estatales, nacionales o extranjeras. Sus actividades
pueden o no tener un impacto nacional y en uno u otro caso, dicho impacto
está limitado al sector específico interesado en la actividad, en ocasiones
logran involucrar al Sistema Político. Se vinculan a él, a través de contactos de
coordinación y colaboración de la institución partidaria o estatal, o ambas a la
vez, también se vinculan a través de las aristas del proyecto que se encuentran
dentro de sus objetivos, que, aunque lo asuman individualmente cada miembro
o como entidad de forma total en su conjunto, tiende a la consolidación,
desarrollo y búsqueda de vías y formas de perfeccionamiento del hombre como

36
Un análisis acerca de la relación entre la comunidad científica y el Estado, se encuentra en Delgado,
1997.
totalidad. De hecho, forman parte del mecanismo de legitimación y
conformadoras del consenso del Sistema Político.

No son instituciones de la estructura del Estado, y aunque actúan en


condiciones de autofinanciamiento, reciben fondos estatales, sobre todo en
salarios para los trabajadores profesionales. En ocasiones reciben donaciones
financieras y materiales, de similares extranjeras para la realización de uno o
varios proyectos específicos. También de las ganancias que generan algunas
de sus actividades y que se destinan al mejoramiento institucional o a
proyectos estatales con déficit presupuestario. Algunas de ellas poseen bienes
patrimoniales que facilitan su desempeño institucional y alcanzar sus objetivos.

Subgrupo Tercero: se puede analizar en varias dimensiones:

Se conforma por una amplia gama de objetivos de mayor especificidad, que


reúne a individuos con peculiar sensibilidad hacia los animales, objetos o tipos
de actividad como son los colombófilos, filatélicos, numismáticos, radio
aficionados, entre otros. Ellos desde la perspectiva de sus fines y objetivos
amplían y profundizan los contenidos culturales y humanísticos del Proyecto
Socialista; aunque no lo declaren como tal propósito, en sentido, lo asumen de
una manera diferente a la de los grupos ya mencionados, en tanto sus
propuestas son más limitadas, algunas de ellas encuentran asidero sustantivo
de amplia resonancia social, sobre todo en épocas de catástrofes naturales,
graves acontecimientos político-militares, en la conformación de una
subjetividad positiva respecto a la flora, la fauna, las tradiciones culturales y el
medio ambiente en general.

En este sentido, llaman la atención hacia una especificidad enraizada en la


tradición histórica y cultural del país. De esta forma, aunque sus fines no
propongan de forma declarada un reforzamiento del proyecto, la asunción de
tales propuestas las imbrica en el todo social y, por tanto, en la asunción del
proyecto total. No son entidades lucrativas, se autofinancian y además de lo
antes expresado, se vinculan con las actividades estatales de muy diversas
formas e instancias en campos afines de colaboración.

 Segundo grupo: está integrado por las asociaciones fraternales y


amistosas. En su conjunto son las que poseen mayor número de
asociaciones:

Las fraternales, poseen una legitimidad histórica, con antecedentes a


mediados del siglo pasado. Dentro de sus preceptos institucionales se
destacan los referidos al cumplimiento estricto de las leyes estatales y el de no
tratar dentro de la asociación temas de contenido político o religioso. Las bases
de funcionamiento se mueven en el campo de la ética, la solidaridad y la
filantropía, esto se expresa en los fines y objetivos que se relacionan con el
combate a la ignorancia, los vicios, inspirar el amor a la humanidad, entre otros;
además algunos poseen fines investigativos en los campos de la filosofía, la
ciencia y la religión.

Aunque funcionan sobre la base de preceptos generales, poseen estructuras


diversas en cuanto a tipos y funciones, lo cual les confiere independencia
funcional e institucional, así como reconocimiento legal individual, no obstante,
coordinan, colaboran y realizan actividades conjuntas. Una parte de ellas hace
distinción de raza y/o de sexo, en general son pluriclasistas, no tienen
diferenciación profesional, generacional o de tipos de actividad. Sus rituales
son secretos y sólo conocidos por los miembros de la institución.

La inserción de estas entidades en el Proyecto Socialista se produce a partir de


los objetivos que inspiran su constitución, sobre todo los de contenido ético y
solidario y se distancian en las concepciones filosóficas que subyacen en
dichos contenidos, así como en las formas y vías de su concreción.

Cuando asumen un apoliticismo institucional se distancian de la acción estatal,


fuera de la entidad los afiliados son libres de acogerse a una u otra posición
política respecto al Estado, así mismo son libres de pertenecer a otras
denominaciones fraternales, como a otros tipos de asociaciones ya sean
políticas o religiosas. Las normas que las rigen no las hacen asociaciones
masivas o preeminentes en uno u otro sector de la sociedad, más bien, aun
cuando son numerosas, no cuentan con una gran membresía. Su fuente de
financiamiento principal es de carácter interno, procedente de las cuotas de sus
asociados, ya sean financiera o material, una parte de ellas recibe apoyo
financiero y/o material de entidades similares o de órdenes jerárquicas
superiores radicadas en el extranjero.

Las asociaciones amistosas, tienen una legitimidad histórica, están


integradas por ciudadanos naturales extranjeros radicados en Cuba y sus
descendientes, esto limita el número de miembros y determina su tendencia a
reducirse cuantitativamente.

Tienen como objetivos la de conservar y transmitir las costumbres, tradiciones,


cultura y otros rasgos de la nacionalidad de sus países de origen, y al mismo
tiempo, tienden a conservar su lugar dentro de los elementos conformadores
de la nacionalidad cubana, sin perder los nexos con las fuentes que le dieron
origen. Para ello, facilitan los encuentros y reencuentros entre los familiares y
grupos de emigrados radicados en diferentes países, conservando y
desarrollando la afectividad y los rasgos de significación simbólica con sus
respectivas naciones. Además, realizan una amplia gama de actividades
culturales, religiosas, sociales, de solidaridad, políticas, etc., para alcanzar los
fines expuestos, que les han permitido un mayor impacto en la sociedad y en
especial en los sectores que agrupan. Reciben apoyo material, financiero y
espiritual de sus respectivos gobiernos y de asociaciones similares asentadas
en diferentes países; también se apoyan en el funcionamiento de pequeñas
empresas comerciales cuyos fines, si bien no son de tipo lucrativo, sí les
permite mejorar las condiciones de vida de sus asociados y mantener sus
estructuras.

La contribución de este tipo de asociación al Proyecto Socialista es compleja,


pues desde el punto de vista histórico, forman parte fundacional de la
nacionalidad y de la nación y en este sentido la conservación de sus valores y
raíces es una necesidad para la conservación del todo social como cubanidad.

Por otro lado, sus presupuestos ideo-políticos y culturales están marcados y


potenciados por los referentes simbólicos y materiales que el país de origen le
sugiere, lo cual está reforzado en la presente década por la crisis que enfrenta
la sociedad cubana. Al mismo tiempo, se insertan en una realidad diferente y
con la cual también mantienen fuertes lazos de afectividad y de asimilación
cultural y política. Por lo que, institucionalmente no se pronuncian por un
compromiso formal, ni total con el Proyecto, en tanto actúan bajo el influjo de
sus países de origen, aún cuando no se le oponen de manera tácita. Mientras
que cada individuo lo asume de manera particular y actúa en correspondencia
con la misma.

 Tercer grupo: está conformado por las instituciones religiosas y de cultos.

Entre las cuales se pueden destacar, de manera general, tres agrupaciones,


las que se agrupan en torno a la Iglesia Católica, las pertenecientes al Consejo
de Iglesias y los llamados Cultos Sincréticos o de origen africano. En ellas
participa en mayor o menor grado de compromiso una gran parte de la
población cubana. La agrupación católica formó parte del sistema de
dominación colonial de forma directa y jugó el mismo papel en la República
neocolonial indirectamente; lugar no ocupado por las restantes, pues las
iglesias protestantes aparecen en la primera mitad del presente siglo, mientras
que los cultos sincréticos aparecen vinculados a la esclavitud africana.

Todas poseen una legitimidad histórica y penetran en todo el tejido de la


sociedad, sin embargo, están sometidas a diferentes estatutos legales. El
estatuto jurídico de la Iglesia católica y de otras denominaciones, está
pendiente de una futura Ley de cultos, mientras una parte de las que se
agrupan en el Consejo Nacional de Iglesias están reguladas por la Ley de
Asociaciones, al igual que algunas de las que ejercitan los cultos sincréticos.
Durante las primeras décadas revolucionarias sus acciones fueron reducidas,
en lo fundamental, a la actividad privada interna. En las décadas de los años 80
y 90 comienza el proceso de incorporación de las Iglesias, con diferentes
grados y matices, a la materialización del Proyecto Socialista, no sólo como
institución, sino también en la búsqueda de soluciones a los problemas que el
mismo enfrenta, también un grupo de ellas participa en proceso de toma de
decisiones políticas, mediante la presencia de algunos de sus líderes en los
órganos de dirección del Estado y, mediante la incorporación de sus miembros
en las estructuras del Partido. Aceptan el Proyecto Socialista en términos
generales, siendo los núcleos distanciantes de índole filosófica, lo cual
condiciona visiones diferentes respecto a momentos puntuales de la realidad
política o social.

Todo ello ha favorecido tanto su fortalecimiento institucional, como su actividad


pastoral. Esto último también ha sido favorecido por la actual crisis que
atraviesa el país y las acciones internacionales e internas que se han
emprendido para contrarrestarlas, lo cual ha favorecido a numerosas
comunidades y grupos poblacionales. No obstante, su accionar y aportes al
proyecto siguen siendo objeto de visiones contrapuestas, aunque existe el
reconocimiento de un mayor compromiso social de las Iglesias, que significa
mayor integración de estas al mejoramiento material y espiritual, tanto de los
creyentes como de los no creyentes. El carácter confesional de ellas, deja su
huella en la labor asistencial y humanista que practican.

 Cuarto grupo: lo integran organizaciones internacionales que tienen


contactos, relaciones y/o ejecutan proyectos de colaboración con el país.

Proceden fundamentalmente de Europa y Canadá. Su inserción en la sociedad


cubana comienza en la década del 70, pero no es hasta finales de los 80 que
alcanzan una incidencia significativa en el contexto cubano. Estas asociaciones
constituyen canales de ayuda financiera y material encaminada a paliar la crisis
por la que atraviesa la nación y también para estimular y desarrollar acciones
comunitarias de tipo económico, culturales, humanitarias, etc. Sus ingresos
monetarios provienen de fondos propios, de organismos multilaterales o de los
Estados donde radican. Estas entidades no son gestoras directas de fondos,
sino entidades ejecutoras de acciones de colaboración por mandato de fuentes
oficiales de financiación internacional.

Desde el punto de vista del funcionamiento, algunas de estas ONGs entran en


conflicto con el Estado cuando, a partir de las concepciones acerca de lo no
gubernamental que estas entidades poseen y de sus experiencias en otros
países, intentan escoger su contraparte al margen de las instituciones estatales
y de las asociaciones legalmente reconocidas, así como de utilizar sus propias
estructuras para canalizar la ayuda, desconociendo a las existentes destinadas
a esos fines, también algunas han intentado inmiscuirse en los asuntos internos
del país. Vale precisar que estos aspectos conflictuales no se producen como
generalidad, más bien son disonancias de algunas de ellas, desconocedoras
de la realidad cubana o instrumentos de potencias hegemónicas. Ellas sirven
de vías de comunicación con las sociedades civiles de otras naciones.

 Quinto grupo: es muy reducido, se encuentra en estado embrionario, lo


forman asociaciones de empresarios extranjeros radicados en Cuba.

Surgen en las nuevas condiciones económicas que el país ofrece a las


inversiones de capital extranjero. Se encaminan a fortalecer, coordinar y
colaborar con las actividades de los empresarios respecto a sus contrapartes
cubanas, las entidades estatales y el universo empresarial de otros países. No
formulan compromisos, ni alianzas, ni colaboración con el Proyecto Socialista,
pero no se le oponen de manera consciente y premeditada. Su aspecto
negativo no se deriva de la actividad asociativa, sino que se desprende del
carácter de su acción empresarial, la cual, por demás, se mueve en un nivel de
contribución al desarrollo de la economía del país.

 Sexto grupo: integra a un número poco determinado y estructurado de


personas asociadas con la finalidad de cambiar parcial o totalmente el
Sistema Político existente.

El núcleo de su proyecto alternativo está apoyado por los conceptos de


democracia, pluripartidismo, derechos humanos, libertad y otros, que tienen
como referente paradigmático los existentes en Estados Unidos, con lo cual, se
someten al influjo, la protección, el estímulo y el apoyo material de ese país. No
poseen una base social suficiente, por tanto, se mueven dentro de los límites
de la repetición sin sustentación teórica o práctica, de las consignas y acciones
políticas e ideológicas generadas en Estados Unidos contra el sistema político
y, en la manipulación demagógica y oportunista de errores e insuficiencias en
la ejecución del Proyecto Socialista.

No poseen personalidad jurídica dado el carácter ilegal de sus fines, su


precaria legitimidad se debe a que la oposición forma parte de la naturaleza de
las cosas, pero su ilegitimidad se produce al no representar a la mayoría en un
proyecto abarcador que tiende a la mayor equidad social, al mejoramiento del
hombre como ser humano, que reafirma su identidad nacional y cultural y que
rechaza lo que para estos grupos es paradigma.

En un sentido amplio se puede apreciar que la variedad de objetivos de las


ONGs fundamenta su existencia y permiten distinguirlas tanto respecto a sí
mismas, como a las estructuras del sistema político. Dichos objetivos se
encaminan a la solución de problemas puntuales en una comunidad, dentro de
los que se pueden mencionar grandes campañas de vacunación, limpieza e
higiene de las ciudades y pueblos, movilizaciones productivas, educacionales,
de construcción de viviendas y de pequeños sistemas de alcantarillado, el
abasto de agua potable, el reparto de vacunas o útiles escolares; etc. Además,
participan en aspectos más generales y de mayor complejidad, tales como la
investigación, la profundización y socialización del conocimiento en una amplia
gama de problemas científicos para la búsqueda de soluciones alternativas o
complementarias a propuestas oficiales, en áreas que conciernen a toda la
sociedad, como son el deporte, la ciencia, el arte, la política, la religión; y otros
muchos propósitos, que a su vez adquieren infinitas formas de concreción y
realización.

Un rasgo distintivo de las ONGs es la variedad estructural a partir de la cual


despliegan sus actividades, aun cuando su estructura básica está sujeta a las
normativas legales, no poseen un número fijo de profesionales dedicados
exclusivamente al trabajo de la organización, apoyándose en gran medida en
ciudadanos voluntarios, que realizan su actividad principal en instituciones
estatales, privadas o de otros tipos, y su tiempo complementario lo dedican a
las ONGs. Así mismo, la estructura responde a las necesidades que se derivan
de los fines propuestos para la organización. A partir de ellos, en ocasiones
sólo pueden estructurarse a nivel local, mientras que, otras logran establecerse
en diferentes zonas del país alcanzando un nivel nacional, y también pueden
lograr representación a escala internacional.

La heterogeneidad funcional es también un elemento diferenciador de las


ONGs. Ellas pueden funcionar como entidades estrictamente asistenciales en
pequeños núcleos poblacionales, e incluir la participación directa o no de los
pobladores en el proyecto. Otras funcionan como colaboradoras de
instituciones públicas en la elaboración, ejecución y evaluación de proyectos
socio-económicos, culturales, ecológicos, etc. Existen las que promueven la
participación en los asuntos políticos, en la gestión administrativa, en la
concientización de las ideologías y de las culturas. Esta diferenciación no
excluye la plurifuncionalidad de muchas ONGs, que no reducen su actividad a
una función dada, sino que se mueven a través de todas.

La mayoría de las ONGs no están en esencia diseñadas para la actividad


política, pero en tanto son elementos de la sociedad civil y es en ella donde se
realiza la política, estas entidades son objeto de la política, y por tanto asumen
diversas actitudes frente a ella, que se pueden expresar en una búsqueda de
reconocimiento de su capacidad para participar en la toma de decisiones
políticas respecto a la esfera donde desarrollan su actividad, y tienen
reconocida capacidad y experiencia, con lo cual amplía, consolida y
perfecciona el contenido de la democracia.
Los objetivos y funciones de las ONGs las diferencian del Partido Comunista y
de los fines de cualquier otro tipo de partido existente en otras latitudes,
excepto las correspondientes al sexto grupo. Las ONGs no pretenden
convertirse en partidos políticos, ni ser semejantes a ellos, pues no tienen
como propósito la toma del poder político, ni incluirse en la ejecución de ese
poder, aunque aspiran a participar en el proceso de toma de decisiones que se
relacionan con su actividad. No obstante, entre ambas entidades no existe un
abismo, por el contrario, ellas establecen relaciones de cooperación,
coordinación y apoyo en momentos coyunturales de la vida social, política y
cultural del país.

En esta esfera de la política, las ONGs por sus objetivos y métodos también se
diferencian de los Grupos de Presión, pues aun cuando estos tampoco luchan,
en general, por el poder político, ni su actividad principal es la de dedicarse a la
política como actividad básica, sino la de influir en la política. Su diferencia más
importante radica en que, estos últimos realizan su actividad a nivel
gubernamental, y se mueven en él, en la búsqueda de ventajas materiales,
conservación y protección de objetivos adquiridos que benefician a sus
miembros. Mientras que, las ONGs se mueven en la dimensión de lo social, y
los resultados no están vinculados, exclusivamente, a las demandas
personales de sus miembros. No obstante, las ONGs, se potencian como
instrumentos de presión cuando las decisiones políticas pueden afectar o
afectan los objetivos de la organización. En las condiciones de Cuba, las ONGs
no son en sí mismas grupos de presión, aunque en la proyección de
determinadas políticas pueden asumir este carácter.

La forma en que las ONGs asumen y expresan la actividad política, permite


profundizar la idea de que su accionar alternativo no revela una oposición a lo
gubernamental, sino más bien lo complementa y, tiene sus más diversos
orígenes en las condiciones en las que se mueve la sociedad. Sin desconocer
con ello la existencia de ONGs que, enmascaran propósitos políticos
subversivos al interior del país y corrosivos de la ideología que predomina en la
sociedad.

Las ONGs se relacionan con el gobierno en múltiples formas, a través de su


inscripción como entidad con personalidad jurídica propia, por medio de los
instrumentos legales que permiten el control gubernamental sobre estas
entidades, mediante el otorgamiento-recepción de financiamiento y, otras
formas de carácter operacional que se establecen en el proceso de realización
de los proyectos conjuntos o de los que son exclusivos de las ONGs. Dichas
relaciones se estructuran en los distintos niveles gubernamentales.

A diferencia del Estado, que centra su atención en las necesidades básicas de


la población, las ONGs expresan una infinita gama de aspiraciones,
inquietudes, sentimientos y demandas tanto de grupos y sectores más o menos
numerosos, como de problemas de dimensión global.

Al estar insertadas en el tejido de la sociedad civil, desarrollan múltiples


relaciones sociales y mecanismos de solidaridad, comunicación y cooperación,
al tiempo que, despiertan potencialidades contenidas en el pueblo, afianzando
y desarrollando las capacidades creativas del saber popular.

El impacto social es un elemento diferenciador de las ONGs respecto a ellas


mismas, pues unas desarrollan su actividad al interior de sí mismas
exclusivamente, mientras que otras desbordan su marco estructural y actúan
en distintas esferas de la sociedad.
Como se puede apreciar, la caracterización de la asociatividad en Cuba es
mucho más compleja de lo que la síntesis obliga en este estudio. En ella están
implícitas dos visiones: la que se produce desde la estatalidad, que tiene como
fin la materialización de un Proyecto Socialista en condiciones excepcionales
de desarrollo interno, agresiones externas, globalización de todo tipo de
relaciones, y la visión que parte de grupos y sectores sociales de carácter
privado que buscan insertarse en el tejido social y contribuir, desde su
perspectiva, en la ejecución del proyecto. En ambas visiones se aprecia una
posición coherente en cuanto a ampliar las vías y formas de participación y
contribución al Proyecto con lo cual su legitimidad alcanza un espectro más
amplio de actores, al mismo tiempo que estos refuerzan la suya y consolidan
su espacio dentro de la estructura de la sociedad.

BIBLIOGRAFÍA
- ACANDA, J.L. (1986) La idea de la sociedad civil y la interpretación del
comunismo como proyecto moral. Rev. ARAS No. 2 CIC. La Habana.
- ACANDA, J.L. (1996) Sociedad civil y hegemonía. Rev. Temas No. 6, La
Habana.
- ACANDA, J.L. (1997) Hablamos de reestructurar la hegemonía en Cuba.
Entrevista concedida a Milena Recio. Tesis de Grado, Biblioteca Facultad de
Comunicación Social, UH. La Habana
- ALONSO, A. (1994) La sociedad civil cubana. Ponencia Presentada en el
Taller de Trabajo “Ampliar la Cooperación con Cuba”. Centro de Estudios
Europeos. La Habana.
- ALVAREZ, L. (2000) La moderna cuestión social. Revista METAPOLÍTICA.
Vol. 4. No. 13. Centro de Estudios de Política Comparada. México.
- AMARITRIAN, A. (1999) ONGS: ¿Falsas conciencias? Revista DISENSO.
No. 19/20. Buenos Aires.
- ARBESÚN, C. (1999) El papel de las ONGs cubanas. Boletín ANÁLISIS DE
COYUNTURA. No. 5. Mayo. AUNA. La Habana.
- ARMIJO, N. Y GARCIA, S. (1995) Organismos No Gubernamentales. Edit.
Foro de Ayuda Mutua. UNICEF. México.
- AUNA (1999) Mesa-Diálogo entre las ONGs y la Comisión Europea sobre
Cuba. Formalización operativa sobre los principales temas tratados.
(Fotocopia). CID. AUNA. La Habana.
- AZAHARES, J. (1997) Hacia un estudio de las organizaciones no
gubernamentales. En Ciencias Políticas: Indagaciones desde Cuba. Edit.
Félix Varela, C. de La Habana.
- AZCUY, H. (1995) Estado y Sociedad Civil en Cuba. Rev. Temas No. 4, La
Habana.
- BEUNINGEN, C. V. (1994) ¿Cooperación (No Gubernamental) al
Desarrollo? Revista POBREZA Y DESARROLLO. Año 3. No.8. FICONG.
Argentina.
- BOBBIO, N. (1989) Estado, Gobierno y Sociedad. Por una teoría general de
la política. Fondo de Cultura Económica , México.
- BOMBAROLO, F. (1999) ONGs Capital Social, Capital Simbólico:
Influyendo en la definición de políticas públicas en busca de un desarrollo
más equitativo. Revista POBREZA URBANA Y DESARROLLO. No. 19.
Argentina.
- CANTO, M. (1995) El nuevo papel de las Organizaciones Civiles.
- CASARES, F. (1998) Las ONGs en el momento actual. En: Las Naciones
Unidas al final del siglo: retos y líneas de acción. Editado por el Servicio de
Documentación y Difusión de la Asociación para las Naciones Unidas.
España.
- CASTRO, M. (1995) Relaciones entre el Estado y las ONGs en la Aplicación
de Fondos Sociales. Rev. POBREZA URBANA Y DESARROLLO. Año 4.
No.9. FICONG. Argentina.
- CASTRO, R. (1996) Informe del Buró Político al V Pleno del CC del PCC.
Edit. Periódico Granma 27/5/96. La Habana
- CASTRO RUZ, FIDEL (1995) Discurso en el Aula Magna de la Universidad
de la Habana el 4 de septiembre de 1995. En: Castro Ruz, F. En esta
Universidad me Hice Revolucionario. Oficina de Publicaciones del Consejo
de Estado. La Habana.
- CASTRO RUZ, FIDEL (1996) Discurso en la Conferencia Mundial sobre
Desarrollo Social. Copenhague, marzo de 1995. Oficina de Publicaciones
del Consejo de Estado. La Habana.
- CASTRO RUZ, FIDEL (1996) Discurso en la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Río de Janeiro, junio de 1992.
Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado. La Habana.
- CEPEDA, R. (1986) La herencia misionera de Cuba. Dpto. Ecuménico de
Investigación, San José, Costa Rica.
- CUELLAR, F.F. (1955) Las Asociaciones y su Legislación. Centro de
Corredores de Negocio, La Habana.
- DECLERCQ, S. (199) La dimensión política de la cooperación. Boletín
MENSAJE DE CUBA. No. 70. Noviembre-Diciembre. CEE. La Habana.
- DELGADO, C. (1997) El papel de la comunidad científica en la formación de
políticas públicas del medio ambiente. Editora Félix Varela. La Habana.
- DEL VALLE, A. La Sociedad Económica en la era Republicana. Ensayo
Bibliográfico de la Sociedad Económica de Amigos del País. La Habana.
- DILLA, H. (1995) Sociedad civil, pueblo y participación. Boletín MENSAJE
DE CUBA No. 19-20, La Habana.
- DUHARTE, J.R. (1984) La iglesia católica en Cuba. Rev. Casa del Caribe,
Santiago de Cuba. Enciclopedia Internacional de Ciencias Sociales. Vol.7.
- ESPÍN, V. (1990) La mujer en Cuba. Familia y sociedad. (Discursos,
Entrevistas, Documentos). Imprenta Central de las FAR. La Habana.
- FERNÁNDEZ BULTÉ, J. (1999) La sociedad civil y las ONGs en el contexto
internacional. Boletín ANÁLISIS DE COYUNTURA. No. 5. Mayo. AUNA. La
Habana.
- FUNG, T. (1994) Las ONGs: su dimensión como vías de participación en la
formación política. Ponencia: Sección de Ciencias Políticas. 29/11/94. SCIF.
La Habana.
- FUNG, T. (1994) Estado y sociedad civil en la Cuba de hoy. Su movilidad e
indeterminación. Ponencia: Sección de Ciencias Políticas. 12/8/94. SCIF. La
Habana.
- FUNG, T. (1997) En torno a la dinámica de la sociedad civil y el Estado en
la Cuba de hoy. En Ciencias Políticas: Indagaciones desde Cuba. Edit. Félix
Varela, C. de La Habana.
- GILLETTE, A. (1968) Las ONG y la UNESCO; qué?, por qué?, cómo?, los
resultados. UNESCO. París.
- GUBANOV, V.I. (1981) La organización política de la sociedad en los países
de orientación socialista. Universidad de Leningrado. Leningrado.
- GUERRA, S. (1961) Las organizaciones revolucionarias, necesidad del
partido revolucionario y sus caracteristicas. Comisión Nacional de EIR. La
Habana.
- HART, A. (1995) Lo jurídico y lo ético. Nuestra Sociedad Civil. Periódico
Granma 9 de Agosto. 1ra. Parte. La Habana.
- HART, A. (1996) Sociedad Civil y ONG. Periódico Granma 23-24 de Agosto.
La Habana.
- HART, A. (1996) Sociedad civil y Organizaciones No Gubernamentales, 1ra
parte. Periódico Granma, 23 agosto. La Habana.
- HART, A. (1995) Lo jurídico y lo ético. Nuestra Sociedad Civil. Periódico
Granma, 10 de Agosto. 2da. Parte. La Habana.
- HART, A. (1996) Sociedad civil y Organizaciones No Gubernamentales, 2da
parte. Periódico Granma, 24 agosto. La Habana.
- HERNÁNDEZ, L. (1997) Sociedad civil y ONGs. Notas sobre la experiencia
cubana. En Ciencias Políticas: Indagaciones desde Cuba. Edit. Félix Varela,
C. de La Habana.
- HERNÁNDEZ, R. (1994) La Sociedad Civil y sus alrededores. La Gaceta
de Cuba No. 1. La Habana.
- HERNÁNDEZ, R. (1995) ¿El último turno de la Sociedad Civil?, Cuba Hoy:
Desafío de Fin de Siglo. Edit. LOM, Santiago de Chile.
- HERNANDEZ, R. (1997) El concepto de ONG no está satanizado en Cuba.
Entrevista concedida a Milena Recio. Tesis de Grado, Biblioteca Facultad
de Comunicación Social, UH. La Habana.
- LIMIA, M. (1991) El sistema político cubano. En: Lecciones de la
Construcción del Socialismo y la Contemporaneidad. Dirección de
Marxismo-leninismo MES. ENPES: La Habana.
- LIMIA, M. (1997) La relación individuo-sociedad en la sociedad cubana
actual. Rev. Contracorriente No. 8 La Habana.
- LIMIA, M. (1999) La sociedad civil, una perspectiva para Cuba. Boletín
ANÁLISIS DE COYUNTURA. No. 5. Mayo. AUNA. La Habana.
- MEZONEZ, C. (1991) Cultura y sociedad civil en Gramsci. Colección Ateneo
de los Teques No.9, Venezuela.
- MINISTERIO DE JUSTICIA (1986) Ley de Asociaciones. Edit. MINJUS,
Cuba Ministerio de Justicia 1987 Ley de Asociaciones, Edit La Gaceta No.
153 Costa Rica.
- MISHINEV, M. A. (1981) El partido y las organizaciones de masas de los
trabajadores. Edit. Universidad de Leningrado. Leningrado.
- MONAL., I. (1997) ¿Sociedad Mundial? En Ciencias Políticas: Indagaciones
desde Cuba. Edit. Félix Varela, C. de La Habana.
- MONTORO, R. (1930) Historia de la Sociedad Económica de Amigos del
País. En Recopilación para la Historia de la Sociedad Económica Habanera.
Edit. El Universo, La Habana.
- MORA, L. (1995) La actividad de las ONGs cubanas y sus prioridades.
Extracto de la ponencia presentada en el Encuentro Madrid-Cuba: un
puente de ONGs. (Fotocopia). Centro Documentación. AUNA. La Habana.
- MURRILLO, I. (1998) La cooperación no gubernamental en Cuba: cinco
años de experiencias. Revista PAZ Y TERCER MUNDO. No. 57. Octubre.
Editora ACSUR. Las Segovia de España.
- NUCCIO, R. (1995) Intervención ante ONGs de Estados Unidos para
ayudar a la transición cubana. (Fotocopia). CESEU. La Habana.
- PLAIN, E. (1997) Reflexiones en torno a la familia y su lugar en el sistema
político y en la sociedad civil. En Ciencias Políticas: Indagaciones desde
Cuba. Edit. Félix Varela, C. de La Habana.
- RECIO, M. (1997) La sociedad civil cubana en la década de los 90. Tesis de
Grado. Facultad de Comunicación Social. Universidad de La Habana. Cuba.
- REGALADO, A. (1979) Las luchas campesinas en Cuba. Editorial ORBE. La
Habana.
- SANAHUJA, I. A. (1994) Las políticas de cooperación de la Unión Europea
y América Latina y las ONGs: Una aproximación. Revista POBREZA
URBANA Y DESARROLLO. Año 3. No.8. FICONG. Argentina
- SEAP, (1906) Libro de Actas de Juntas Generales de la Sociedad
Económica de Amigos del País 1898-1906. Archivo de la SEAP, La Habana.
- SUÁREZ, L. (1994) Madrid: Un puente de ONGs .Informe de Trabajo:
Situación General en Cuba. Fotocopia. Evento: 25-29 Sept. 1995, España.
- TORREIRA, C. R. Y RAMIREZ, C. J. (1996) Antecedentes de las actuales
proyecciones sociopolíticas de la iglesia católica. Edic. CIPS, La Habana.
- VALDÉS, D. Y ESTRELLA, L. E. (1994) Reconstruir la sociedad civil: un
proyecto para Cuba. II Semana Social Católica. Diciembre 1994. Vitral. La
Habana.
- VALDÉS, V. R. (1996) ¿Sociedad civil o gato por liebre? Periódico Granma
4/1/96. La Habana.
- VANDEVER, A. Y OTROS (1995) La participación de ONGs en la reducción
de la pobreza. Estudio de caso. Editorial WORLD BANK. Washington.

Regresar al Índice

3.5- El sistema político cubano: principales fortalezas y desafíos actuales


Dr. C. Omar Félix Díaz Escalona. Profesor titular
MSc. Javier Antonio Ramy Insua. Profesor Auxiliar
MSc. Whilmer Armas Rosales. Profesor Asistente

El sistema político cubano actual, que surge y se forma a partir del triunfo de la
Revolución en 1959, constituyó una ruptura radical con el anterior que
respondía a una sociedad neocolonial altamente dependiente económica y
políticamente de los Estados Unidos de América.
Durante más de sesenta años la Revolución Cubana y su sistema político ha
tenido que enfrentar y vencer no pocos desafíos. El éxito estuvo esencialmente
por contar con potencialidades y capacidades en crecimiento constante para
dar respuesta junto al pueblo a todos ellos. El sistema político se fue
consolidando poco a poco hasta la actualidad.
Hoy son nuevas situaciones en circunstancias diferentes, pero con el mismo
enemigo, el imperio más poderoso de cuantos han existido a escasas 90 millas
y que ha acrecentado en estos momentos su política hostil y agresiva. Son
otros, por tanto, los desafíos en el marco del Periodo Especial que aún no ha
terminado.
Durante la realización del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, en abril
de 2011, se acordó la Política Económica y Social del Partido y la Revolución
para la actualización del modelo económico cubano, como la tarea principal.
Desde entonces se desarrolla en el país complejas políticas ante el nuevo
escenario de los procesos políticos, económicos y sociales.
El objetivo principal de este trabajo es hacer un acercamiento general a la
relación fortalezas-desafíos del sistema político cubano actual.
I. Con la victoria revolucionaria del Primero de Enero de 1959 se va
conformando un nuevo sistema político caracterizado por los radicales cambios
económicos, políticos y sociales, como resultados del ascenso al poder político
de una vanguardia revolucionaria que comenzó a adoptar medidas que
produjeron la destrucción del Estado burgués y todo su andamiaje de
dominación. Fue estableciéndose con rapidez las nuevas relaciones de
producción económicas los cuales constituyeron elementos claves para iniciar
el tránsito paulatino al socialismo. En 1960 se realizó la nacionalización de la
propiedad privada sobre los medios de producción de las grandes empresas
capitalistas extranjeras y nacionales. Se promulgó y aplicó la primera Ley de
Reforma Agraria en mayo de 1959 y la segunda Ley de Reforma Agraria en
octubre de 1963. Estas transformaciones en el campo fueron amplias y de
beneficio para todos los campesinos, fue eliminado el latifundio. La correlación
de fuerzas en cuanto a la posesión de la propiedad fue del 70% de tipo estatal
y el 30% privada. La puesta en vigor de la primera Ley constituyó el detonante
para las amenazas, hostilidades e incluso las agresiones directas de Estados
Unidos como la invasión por Playa Girón en abril de 1961.
En el ámbito político y social no menos significativos fueron los cambios
revolucionarios, como la creación y fortalecimiento del Estado y el gobierno
revolucionarios, así como, en los componentes esenciales de la sociedad civil,
es decir, la formación de nuevas organizaciones de masas: los CDR (Comité
de Defensa de la Revolución), la FMC (Federación de Mujeres Cubanas),
ANAP (Asociación Nacional de Agricultores Pequeños) y las de tipo estudiantil
y pioneril. Debe aclararse que en el caso de la Central de Trabajadores de
Cuba (CTC) y la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), son
organizaciones de masas que se crearon mucho tiempo antes del triunfo
revolucionario, pero con este, su papel y funcionamiento fue totalmente distinto
y acorde con las nuevas condiciones revolucionarias establecidas. Con relación
a las organizaciones políticas, el PCC (Partido Comunista de Cuba) y la UJC
(Unión de Jóvenes Comunistas), parten ambas de un proceso integrador de
diversas organizaciones y fuerzas políticas37.
Desde el principio se definieron correctamente por la máxima dirección de la
Revolución que las dos tareas principales eran la defensa armada y el
desarrollo económico del país38. Hoy, pero en otras circunstancias históricas, al
mismo nivel de importancia están consideradas estas tareas de máxima

37
Para profundizar en estos aspectos puede consultarse: José Cantón Navarro y Arnaldo Silva León:
Historia de Cuba (1959-1999): Liberación nacional y socialismo. Editorial Pueblo y Educación, La Habana,
2009. En el caso del Partido Comunista de Cuba las páginas 138-143 y la Unión de Jóvenes Comunistas,
las páginas 143-146.
38
Estas cuestiones están desarrolladas en el trabajo: “Enfoque periodizador del sistema político cubano
1959-2018”, en las dos primeras etapas del primer período del desarrollo del sistema político cubano,
que forma parte de este texto.
prioridad, calificadas de esa forma por el General de Ejército y Primer
Secretario del Comité Central del PCC, Raúl Castro Ruz39.
En consecuencia, se realizaron un conjunto de medidas dirigidas por el
Gobierno Revolucionario de carácter económicas, políticas (de defensa armada
popular ante las amenazas y agresiones del imperialismo norteamericano) y
sociales40 que fueron posibilitando la formación, primero, del sistema político
cubano y, luego, su fortalecimiento y continuidad.
El sistema político cubano en su tránsito por diferentes períodos y etapas de
desarrollo ha desplegado fortalezas y atravesado por no pocos riesgos,
originados por diferentes factores que lo caracterizan hasta la actualidad41.
Ahora bien, ¿cómo podemos definir el sistema político cubano? No son pocos
los autores que han indagado y expresado su criterio al respecto. El estudio
realizado de varios de ellos nos hace escoger a dos que se avienen para el
acercamiento académico que estamos proponiendo.
El primero: como “…el conjunto de instituciones estatales y no estales, normas
de proceder y reglas políticas articuladas de manera integral alrededor de un
sistema de una proyección jurídica, con reglamentaciones jurídicas. Tiene que
ver con la cultura y la ideología política, la historia del pueblo cubano, pero está
marcado sobre la base de un sistema económico hegemónicamente donde
domina la propiedad social sobre los medios de producción y un sistema
político general que transita al socialismo” (Rafuls, 2017, p 3)
Y el segundo: “El conjunto de organizaciones, organismos e instituciones
partidistas, estatales, juveniles, de masas y socio-profesionales (organización
política) que tiene la misión de dirigir el proceso de construcción de la nueva
sociedad y de servir de vehículo para la participación cada vez más activa de
los masas en los procesos económicos, políticos y sociales; las relaciones que
se establecen dentro de la organización política y de esta con la sociedad en su
conjunto (relaciones políticas); las normas o regulaciones políticas
jurídicas(elementos reguladores) como son la Constitución y las leyes, los
estatutos y reglamentos partidistas y de otras organizaciones, entre otros; así
como la cultura e ideología políticas orientadas al establecimiento,
consolidación y defensa del régimen social socialista” (Duharte, 2002, pp.166-
228)
De las definiciones anteriores se puede comprender, analizadas por esos
autores, que entre los componentes principales del sistema político cubano se
encuentran:
 La organización política de la sociedad cubana, que la integran el
Partido Comunista de Cuba, el Estado y la sociedad civil.
39
Castro Ruz, Raúl: Discurso en la Segunda Sesión Extraordinaria de la IX Legislatura de la Asamblea
Nacional del Poder Popular, con motivo de la proclamación de la Constitución de la República, el 10 de
abril de 2019. P. Granma, 11 de abril 2019, p.6.
40
En el trabajo, que aparee en este texto de estudio, “Enfoque periodizador del sistema político cubano
1959-2018”, se exponen las principales medidas que caracterizaron el primer período que se extendió
desde 1959 hasta 1975 con la celebración en ese año del Primer Congreso del PCC.
41
Ver, el trabajo que se menciona antes.
 Las relaciones políticas, que son los nexos que se establecen entre
los sujetos y actores políticos y sociales que actúan en el marco del
funcionamiento del sistema político, las que reciben una influencia
determinada por las normas políticas y jurídicas establecidas, así como
de la conciencia y cultura política de la sociedad en su conjunto, donde
se manifiestan los distintos comportamientos políticos entre ellos.
 La cultura política (este concepto ya fue tratado en otro trabajo
anterior).
 Las normas políticas y jurídicas, que emite y establece el Estado.
Vistos estos elementos principales conceptuales nos acercaremos al
tratamiento de las principales fortalezas y desafíos actuales del sistema político
cubano, pero antes es conveniente exponer brevemente la complejidad que
tiene la construcción del socialismo, sobre todo en un país subdesarrollado y
bajo la presión y amenazas constantes por parte del imperialismo
norteamericano desde el propio surgimiento de la Revolución Cubana.
En otro artículo que forma parte de este texto de estudio, se expone la
conducta hostil de ese gobierno durante casi 60 años y se destaca en especial
lo que ha ocurrido en este tenor a partir que asumir Donald Trump, como
presidente de los Estados Unidos de América. Por eso no es propósito aquí
abordar el referendo histórico entre los EE.UU y Cuba, pero indudablemente
hay que considerar este asunto pues de ello parte un conjunto de desafíos
presentes para el continuo fortaleciendo del sistema político cubano.
En el sistema político cubano el pueblo es el protagonista principal del sistema
y cada ciudadano la razón principal de su existencia. No obstante, la
construcción de la sociedad socialista es una tarea compleja y llena de
dificultades y obstáculos a superar.
Para exponer de un modo interpretativo esta complejidad, puede evaluarse al
menos tres ideas básicas de políticos cubanos que la definen de modos
diferentes, pero coincidente con este criterio.
La primera es de Ernesto Guevara y plantea que: “El camino es largo y lleno de
dificultades. A veces, por extraviar la ruta, hay que retroceder; otras, por
caminar demasiado aprisa, nos separamos de las masas; en ocasiones por
hacerlo lentamente, sentimos el aliento cercano de los que nos pisan los
talones. En nuestra ambición de revolucionarios, tratamos de caminar tan
aprisa como sea posible, abriendo caminos, pero sabemos que tenemos que
nutrirnos de la masa y que esta solo podrá avanzar más rápido si la alentamos
con nuestro ejemplo” (Guevara, 1988, p.13)
La segunda de Raúl Castro Ruz: “La construcción del socialismo, en las
actuales circunstancias, es un viaje a lo ignoto; tenemos que ver las
experiencias de otros, pero seguir creando nuestros propios conceptos” (Castro
Raúl, 1999, p.13)
Y la tercera del líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz,
cuando afirmó que “Una conclusión que he sacado al cabo de muchos años:
entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más importante error
era creer que alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía de cómo se
construye el socialismo parecía ciencia sabida...” (Castro F, 2005, p.12)
Estas ideas permiten entender con claridad lo complicado que es construir el
socialismo y no solo en Cuba, pues Lenin lo señaló también en no pocas
ocasiones. Ahora se nos presenta como objetivo más inmediato, el alcanzar un
socialismo próspero y sostenible, que no será desde luego terminar la
construcción del socialismo en nuestro país y arribar a lo que los clásicos
definieron como socialismo, pues nos encontramos en un período de tránsito
hacia allá, sería otra etapa.
Al intentar acercarnos a qué entender por socialismo próspero y sostenible, es
aquella etapa en que al arribarse, se posea un desarrollo económico social tal
que garantice la satisfacción adecuada de las necesidades materiales y
espirituales de la población y su sostenimiento permanente, sin riesgos de
retrocesos y desaceleración económica. Pero para ello, entre otros aspectos
importantes a considerar, necesitamos una economía que crezca a ritmos
constantes, superior a un 6 y 7 por ciento su PIB (Producto Interno Bruto) y que
permita un desarrollo económico y social ascendente.
Pero como se comprenderá, es una tarea llena de complejidades económicas,
políticas y sociales, en que está presente un ir y venir en las rectificaciones
necesarias, que garanticen el rumbo correcto.

II. El VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, trazó la Política Económica y


Social del Partido y la Revolución para la actualización del modelo económico
cubano. El VII Congreso pasó balance a esta política y la actualizó, para
avanzar sin prisa pero sin pausa en el camino hacia la meta trazada. Esta
política se expresa claramente en los documentos rectores aprobados: a)
Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución; b)
Bases del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030:
Visión de la Nación, Ejes y Sectores Estratégicos, y, c) Conceptualización del
Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista.
Las valoraciones que se han venido realizando en estos últimos años a partir
de establecerse en 2011 esta política económica, por parte del Partido, el
Estado y el Gobierno, durante la celebración del VII Congreso del Partido, en
los plenos del Comité Central; en las sesiones ordinarias de la Asamblea
Nacional del Poder Popular y en las reuniones sistemáticas efectuadas por el
Consejo de Ministros, así como, en los pronunciamientos de las principales
figuras políticas y partidistas, se han hecho visibles avances y dificultades en el
ejecución de dicha política, por causas de carácter objetivo y subjetivo.
Partiendo de lo anteriormente expuesto, hacemos una aproximación de
aquellos aspectos que constituyen principales fortalezas del sistema político
cubano para continuar el avance del desarrollo económico y social del país, al
tiempo que nos atrevemos a exponer, más adelante, un grupo de desafíos que
habrán de enfrentarse partiendo esencialmente de nuestras fortalezas .
Hemos considerado como fortalezas principales las siguientes:
1. El legado histórico, político e ideológico; de justicia y equidad social. Las
ideas del pensamiento revolucionario de las principales figuras históricas
de la Revolución, fundamentalmente las de José Martí y Fidel Castro.
2. La unidad nacional fortalecida y mantenida en cada momento histórico.
3. La confianza y seguridad del pueblo en sus principales dirigentes y en el
papel del Partido.
4. Los logros alcanzados en la educación, la salud, la cultura y el deporte,
la seguridad y asistencia social, entre otros.
5. La cultura como escudo y salvaguarda de la Nación y la cultura política
alcanzada.
6. La fortaleza política e ideológica del pueblo, demostrada ante las
dificultades, peligros, amenazas y agresiones.
7. El capital humano creado y el desarrollo científico y técnico alcanzado.
8. El papel del Partido, la UJC y de las organizaciones de masas y
sociales.
9. El papel del Estado y del Gobierno como sujetos políticos principales del
sistema político cubano.
10. El sistema democrático y el sistema del Poder Popular.
11. La legitimidad y la gobernabilidad alcanzadas. El consenso político del
pueblo a la Revolución y a su sistema político.
12. La solidez alcanzada en la defensa armada popular de la Revolución,
garantía principal de la soberanía y la independencia del pueblo cubano.
No es posible abordar cada una de estas principales fortalezas que tiene el
sistema político cubano, pues como la lógica indica nos llevaría demasiado
espacio en tratarlas. Además, algunas de ellas aparecen abordadas con mayor
amplitud en otros artículos de este texto de estudio.
Hecha esta salvedad, comencemos por: El legado histórico, político e
ideológico; de justicia y equidad social. Las ideas del pensamiento
revolucionario de las principales figuras históricas de la Revolución,
fundamentalmente las de José Martí y Fidel Castro y el papel de la unidad
nacional fortalecida y mantenida en cada momento histórico.
Es una de las principales fortalezas con que cuenta el sistema político cubano
actual. La Revolución siempre ha tenido presente nuestro pasado histórico
heroico, mantenerlo vivo y que nos sirva para comprender de dónde venimos,
quiénes somos y hacia donde debemos cifrar todos nuestros esfuerzos para
construir el futuro socialista de nuestra patria.
El estudio de nuestra historia, las luchas políticas y las ideas ideológicas que la
han sustentado están visiblemente contenidas en aquel concepto de Fidel
Castro de que la revolución cubana es una sola: la que comenzó Carlos
Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868 y la que lleva hoy adelante
nuestro pueblo. Es decir, se trata de un solo proceso histórico de luchas por la
independencia del pueblo cubano por más de 150 años y que ha atravesado
por diferentes etapas.
Las ideas y la obra revolucionaria de los próceres de nuestra independencia
fueron forjando las tradiciones de lucha de nuestro pueblo las cuales se han
venido trasmitiendo de generación en generación; son los cimientes de
nuestras luchas de hoy. Ellos, como Félix Varela, Luz y Caballeros, Céspedes,
Agramonte, Antonio Maceo, Máximo Gómez, José Martí y otros destacados
patriotas marcaron el rumbo a seguir en la lucha por la independencia contra
España. En 1898, al ser arrebatada a los cubanos la victoria contra aquella
metrópolis, Estados Unidos ocupó la Isla, dominándola por más de cincuenta
años, fue la etapa de la neocolonia.
Entonces, recibimos el legado histórico de otras figuras que continuaron la
lucha, esta vez contra el imperialismo norteamericano. Así con el despertar de
la conciencia nacional en la década del 20 del siglo pasado se abre un período
de auge revolucionario que se extendió hasta el fin de la Revolución del 30,
surgieron nuevos patriotas, que como los anteriores lo empeñaron todo por
continuar la lucha por la independencia, (Julio Antonio Mella, Rubén Martínez
Villena, Antonio Guiteras y otros). Estos fueron continuadores de quienes
forjaron la nacionalidad y la nación cubana.
En la década del 50, surge otra situación revolucionaria que se apodera de las
masas populares para convertirse en un nuevo movimiento político
revolucionario, bajo la dirección de Fidel Castro, quien con apenas un centenar
de jóvenes ataca el Cuartel Moncada en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de
Céspedes en Bayamo. Con esta acción militar, a pesar de haber sido un revés,
se inicia una nueva etapa de lucha revolucionaria por la verdadera y definitiva
independencia y libertad del pueblo cubano.
Debemos detenernos en este sintético análisis del surgimiento y desarrollo de
la ideología de la Revolución Cubana, para destacar que el pensamiento
revolucionario de José Martí sintetiza todo el pensamiento emancipador que lo
antecedió, es una ideología independentista y emancipadora de un pueblo en
revolución que más tarde se entroncaría con el pensamiento marxista y
leninista al inicio de segunda década del siglo XX.
Casi sin excepción, como bien apunta la doctora Olivia Miranda (1999, p.49) los
fundadores y continuadores más relevantes del marxismo y el leninismo en
Cuba se iniciaron en la acción revolucionaria con la influencia de las ideas
martianas. El pensamiento martiano se convierte, “… en piedra angular de la
inserción del marxismo y leninismo en la cultura nacional al articularse
coherentemente con la ideología del proletariado, proceso que se desarrolla de
forma lógico-natural, mediante nexos de continuidad, ruptura y superación…”
Las principales figuras que hacen posible esta articulación del pensamiento
martiano y el marxismo y leninismo fueron Carlos Baliño, Julio Antonio Mella y
Rubén Martínez Villena, primero y fundamentalmente, con la creación del
Primer Partido Marxista de Cuba y otras manifestaciones del nuevo proceso
revolucionario que se iniciaba. Después de la década del 30 y creada una
nueva situación revolucionara en los años 50, el desarrollo del pensamiento
martiano y marxista leninista es continuado por Fidel Castro, artífice intelectual
y organizador principal de lucha revolucionaria en las nuevas condiciones
concretas de la Revolución Cubana.
Por eso, el Partido Comunista de Cuba desde su fundación hasta la actualidad
basa su funcionamiento y acción política concreta desde la ideología martiana,
marxista y leninista.
Con respecto a la unidad revolucionaria debe considerarse como factor de
triunfo y de derrota. La historia de nuestro país es un fiel reflejo de esto. La
Guerra de los Diez Años no terminó triunfante, y su causa principal fue la falta
de unidad de los patriotas cubanos que se lanzaron a la manigua a luchar
contra el ejército colonial de España. Lo mismo sucedió durante la Tregua
Fecunda y en la Guerra de 1895, esta última organizada por Martí. Pero debe
aclararse que él como el principal organizador de esa contienda bélica,
conociendo profundamente las causas de los anteriores fracasos, dedicó
enormes esfuerzos en unir a las principales figuras políticas y militares de las
contiendas anteriores, con los que llamó pinos nuevos, para organizar y
realizarla.
La década del 30 del siglo pasado, a lo que se han dado en llamar la
Revolución del 30, fue escenario de luchas y pronto el movimiento
revolucionario manifestó nuevamente la falta de la unidad de las fuerzas que
participaron fue la causa fundamental de la derrota.
Como se mencionó antes, a partir de los años 50, se produce otra situación
revolucionaria, que en las nuevas condiciones históricas llevó a la victoria del
Primero de Enero de 1959. Se iniciaba la Revolución Cubana, la que ha tenido
que enfrentar no pocos riesgos y peligros para no ser exterminada. Entonces
podemos preguntarnos: ¿cuál fue el factor principal para alcanzar la victoria y
haber llegado hasta aquí triunfante?, pues precisamente la unidad nacional de
todo el pueblo, junto a los líderes principales, especialmente Fidel Castro y el
Partido Comunista de Cuba. El pueblo ha sido el principal protagonistas del
logro de esa unidad.
Fidel Castro ha sido el artífice principal en alcanzar y mantener esa unidad
revolucionaria que nos ha hecho invencible ante las constantes y crecientes
amenazas para destruir la Revolución Cubana por parte del imperio más
poderoso de cuantos han existido: los Estados Unidos de América.
No pocas veces nuestros máximos dirigentes nos han advertido la importancia
que tiene la unidad, la necesidad de mantenerla en todo momento, la cual nos
ha permitido enfrentar victoriosamente acciones desestabilizadoras de todo
tipo, como la invasión por Playa Girón, en 1961, la lucha contra los bandidos
que a pesar de extender su actuación en casi todas las provincias y que se
prolongó hasta 1965, fueron derrocados por las jóvenes Milicias
Revolucionarias; la Crisis de Octubre en 1962, entre tantos.
Sin la unidad, la que constantemente el Partido y la máxima dirección estatal
del país consolida, no hubiese sido posible salvar la Revolución y continuar el
desarrollo de la política económica y social del país, con el propósito de
construir una sociedad más democrática, próspera y sostenible.
Pero, como se comprenderá, esta unidad no es una cuestión del pasado, sino
del presente, en que enfrentamos una nueva escalada de agresiones por parte
del gobierno de los Estados Unidos, buscando pretextos para atacar y agredir
al pueblo cubano, con el objetivo de siempre de destruir el sistema político
cubano.
Dos ideas para terminar con esta cuestión del papel de la unidad como factor
de triunfo y de derrota. La primera de Fidel Castro (1990): "La unidad del
pueblo, ¡eso es lo más sagrado y el arma número uno de la Revolución!...” Y, la
segunda, de Raúl Castro (2006): “…esa unidad que es nuestra principal arma
estratégica, que ha permitido a esta pequeña isla resistir y vencer tantas
agresiones del imperialismo y sus aliados; esa unidad que sustenta la vocación
internacionalista del pueblo cubano y que explica la proeza de sus hijos en
otras tierras del mundo, siguiendo la máxima martiana de que Patria es
Humanidad”.
Es fortaleza indiscutible la cultura como escudo y salvaguarda de la Nación
y la cultura política alcanzadas.
En los momentos más difíciles del período especial, reunidos con los escritores
y artistas cubanos, Fidel Castro planteó que la cultura era lo primero que había
que salvar, por constituir el imaginario y la memoria de la nación, elemento
primordial para la resistencia y el avance seguro al futuro; es escudo y espada
de la nación. Sin cultura no hay libertad posible. Son conceptos definitorios del
verdadero significado y dimensión social que tiene la cultura.
Cuando la cultura no ocupa un lugar preeminente en la identidad cultural de la
nación, en el andar de los pueblos y esta es relegada; cuando lo que se inculca
como cultura verdadera es extranjerizante, es seudocultura, en función de los
intereses hegemónicos del capital trasnacional, la cultura capitalista, que trata
por todos los medios de imponerse como única, entonces metafóricamente
hablando, un pueblo que no haya desarrollado su cultura desde sus propias
raíces populares, ni la haya enriquecido constantemente con los más altos
valores culturales nacionales y universales, se parece a un barco a la deriva,
sin rumbo fijo y vacío de contenido. No aportaría la savia suficiente para
protegerse de esa invasión cultural que se nos hace, ni tampoco al propio
desarrollo de la cultura nacional y con ello al avance de la nación.
Coincidente con lo que estamos valorando otro concepto clave de Fidel Castro,
es que sin soberanía no puede haber cultura, pues el imperialismo, como
señalamos antes, tiene los medios disponibles y poderosos para destruir
culturas, para implantarlas y homogenizarlas. No dejamos de reconocer, que
sin soberanía hay pueblos que tiene la capacidad de resistir y tener claridad del
valor de la cultura, de poseer una cultura y preservar determinado nivel de ella,
pero está claro para el Líder de la Revolución Cubana que “…lo que no podría
concebirse ni imaginarse en este mundo de hoy y hacia el futuro es soberanía
sin cultura” (Castro F, 1999a, p.7)
Una de las decisiones más importante que realiza la Revolución al arribar al
poder fue establecer la política cultural del país. Esta partió esencialmente de
los criterios, conceptos y principios expuestos por
Fidel Castro en el discurso conocido como Palabras a los intelectuales42, en
el año 1961. En este propio año se realizó el Primer Congreso de Escritores y
Aristas, que dio lugar a la creación de Unión de Escritores y Artista de Cuba
(UNEAC). Después, esta política se reafirma y amplía durante la celebración,
en 1975, del Primer Congreso del Partido, contenida en la tesis y resolución
“Sobre la cultura artística y literaria”.
La cultura cubana se ha fortalecido en el trascurso de todos estos años de
revolución en el enfrentamiento directo a las agresiones del imperialismo
norteamericano, a la pretensión de imposición de una cultura imperial, de
dominación. Por otro lado, en ese avance y consolidación, debe también
reconocerse el aporte sustancial que ha realizado a las tareas destructivas y
constructivas que ha tenido por delante la Revolución. Pero el camino recorrido
no ha sido lineal, se han presentado obstáculos e ineficiencias que hoy hay que
seguir atendiendo, porque como afirma la doctora Pogolotti en un reciente
artículo publicado en el diario Juventud Rebelde, que los debates ideológicos
contemporáneos: “nos sitúan ante la exigencia apremiante de hurgar en lo más
profundo del concepto de cultura para definir su alcance verdadero, desde una
perspectiva dialéctica que despeje el complejo entramado de sus
interrelaciones en el terreno de la sociedad y de los valores” (2019, p. 3)
Si comprendemos con exactitud el concepto amplio de cultura, podemos
afirmar que la Revolución Cubana es el hecho cultural más importante.
Al destacar la importancia de la cultura política el Comandante en Jefe Fidel
Castro (1999b) ha dicho que cuando “…se habla de cultura no se puede olvidar
la cultura política (…) cuyo desarrollo necesitamos mucho…”
La cultura política forma parte de la cultura en general, pero está más
relacionada con el funcionamiento del sistema político. Es uno de sus
componentes principales.
Este asunto constituye un tema que ya está abordado desde la Teoría Política
en otro artículo contenido en este texto. Pero debemos precisar, al menos
algunas ideas principales al respecto, pues no existe siempre claridad de que
cuando hablamos de cultura política nos referimos entre otras cosas a lo
cognitivo, es decir al conocimiento, la instrucción y preparación que en general
se tiene de cultura y en particular de cultura política, pero esto no es suficiente
para afirmar que un individuo o grupo social al poseer una elevada instrucción,
posee una elevada cultura política. No lo es, pues cuando estamos hablando
de cultura política hay que tener presente, además, entre otros elementos
esenciales los valores políticos, la aprehensión de aspectos claves sicológicos
que están conectados directamente a las categorías y funcionamiento del
42
Castro Ruz, Fidel: Discurso de clausura de las reuniones con los intelectuales cubanos, efectuadas en
la Biblioteca Nacional el 16, 23 y 30 de junio de 1961. “Palabras a los Intelectuales”
http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1961/esp/f300661e.html
sistema político y, sobre todo, los comportamientos políticos que se asumen en
la actividad política cotidiana por parte de los ciudadanos.
Debe reconocerse que existe una cultura política en nuestro pueblo
visiblemente generalizada, sin dejar de reconocer que esta no ha andado por
un mismo camino. La Revolución no ha sido perfecta ni mucho menos, se han
cometido errores como los de tipo cultural, en que ha estado presente
manifestaciones negativas vinculadas con la cultura política. Pero sin la cultura
política que ha desarrollado la Revolución en el pueblo, no se habría podido
mantener el sistema político cubano revolucionario. ¿Cómo haber enfrentado
tantos peligros, riesgos, amenazas y desafíos por parte del imperio más grade
y poderos de la historia de la humanidad, enfilado a hacer fracasar el proceso
revolucionario sin la cultura política? Esta se ha ido consolidando y convirtiendo
en una de las fortalezas principales del sistema político cubano, en la medida
que el pueblo, en el transcurso de seis décadas, lo ha legitimado y ganado el
consenso político mayoritario de las masas populares, para garantizar una
correcta gobernabilidad.
El capital humano creado y el desarrollo científico y técnico alcanzado.
Cuba no tiene grandes recursos naturales que pueda explotar para el
desarrollo económico y social del país. Por eso, contar con el capital humano
necesario tenía y tiene mucha importancia para contribuir de manera efectiva al
desarrollo del país. Esa fue la tarea: crear y formar ese potencial humano.
Desde el propio inicio de la Revolución la educación y la cultura han ocupado
un lugar principal. Ya desde el año 1961 se realizó con éxito la Campaña de
Alfabetización para toda la población, proclamándose al final de este mismo
año a Cuba libre de analfabetismo. Desde entonces ha sido una preocupación
constante de la Revolución la preparación y formación de profesionales de
diferentes perfiles. Esta tarea constituyó una necesidad prioritaria por la
escasez que existía, en particular en la primera década, de cuadros,
profesionales y técnicos para el desarrollo de la económica, la educación en los
diferentes tipos y niveles de enseñanzas; para la salud, la cultura, la ciencia.
Además, exigía preparar, capacitar y formar política e ideológicamente cuadros
y dirigentes para ocupar cargos de dirección administrativa y de gobierno a los
diferentes niveles de actuación. Por la importancia que tenía para el propio
Partido, se crearon las condiciones a fin de la superación política e ideológica
de los militantes, cuadros y dirigente. Incluso en los institutos armados también
la falta de cuadros se reflejó de manera marcada.
Para resolver este grave problema se trabajó constantemente en el
cumplimiento de las políticas encaminadas a formar ese potencial humano que
se necesitaba en cada momento. El país se llenó de escuelas y academias que
garantizaran el futuro de la nación.
Una cuestión esencial fue la visión de la máxima dirección de la Revolución
para fomentar y desarrollar las ciencias, por lo que significaba para el avance
continuo del desarrollo económico y social.
El Partido desde el principio estableció con certidumbre la política científica
para el desarrollo progresivo del país. Fue esencial en ella, aquella
premonición, concepto de visión del futuro, expresado por Fidel (1960) en el
discurso del 15 de enero, en el acto celebrado por la Sociedad Espeleológica
de Cuba: “El futuro de nuestra patria tiene que ser necesariamente un futuro de
hombres de ciencia, tiene que ser un futuro de hombres de pensamiento…”
Sería bueno aclarar que no se trataba de crear por crear un capital humano
que implique solo poseer conocimiento, sino formar profesionales
comprometidos con la Revolución, con una elevada conciencia revolucionaria y
ética del momento histórico. En la concepción fidelista aparece como eje
central que lo más importante no es graduar ingenieros, matemáticos,
químicos, biólogos, físicos, entre otros, sino y, sobre todo, que esos
profesionales sean primero buenos revolucionarios y que estén dispuestos a
defenderla en todos los planos, tanto dentro de nuestro país cuando tienen que
asumir tareas, por muy difíciles y complejas que sean, y también en el exterior.
En el futuro y teniendo en cuenta las políticas trazadas por el Partido en el VI y
VII congresos del Partido y las políticas públicas aprobadas por el Estado,
debemos seguir avanzando en el incremento de la calidad del capital humano y
en el fortalecimiento del desarrollo de la ciencia y la tecnología, con el objetivo
de continuar aportando al desarrollo económico y social del país. Una tarea
principal en este sentido, es trabajar por disminuir los efectos del cambio
climático, cumpliendo con rigor las exigencias establecidas en el Plan de
Estado, Tarea Vida.
Por último, a pesar de las agresiones del imperialismo presentes actualmente,
entre la que está, el privarnos de los profesionales más calificados en
diferentes esferas, a través del “robo de cerebros”, Cuba, su Revolución, puede
sentirse orgullosa del capital humano que ha formado en estas seis décadas
transcurridas, lo que a todas luces constituye otra de las fortalezas que tiene el
sistema político cubano.
El papel del Partido, Estado y del Gobierno como sujetos políticos
principales y de las organizaciones de masas y sociales. Por la relación
que guardan, hemos unido en esta formulación dos cuestiones que aparecen
separadas en el listado enunciado de las fortalezas del sistema político cubano.
No nos detendremos en explicar el surgimiento y desarrollo del Partido, el
Estado y gobiernos cubanos, tampoco lo haremos en el caso de las
organizaciones de masas y sociales que forman parte importante de la
sociedad civil cubana, pues ya están estudiados en otros epígrafes del texto.
Intentaremos entonces, presentar un resumen apretado que pueda dar idea
del porque consideramos estos elementos fortalezas principales del sistema
político.
Lo primero a señalar es la armonía en las relaciones entre el Partido, el Estado,
el Gobierno y la sociedad civil cubana, fundamentalmente con las
organizaciones de masas y sociales, basadas en la identidad de sus objetivos
esenciales; el desarrollo económico, político y social, del modelo de sociedad
que estamos construyendo, aunque estos sujetos políticos tienen funciones y
tareas distintas pero complementarias.
Entre los factores principales que hacen posible el desempeño correcto del
papel de estos sujetos y actores políticos están: a) todos trabajan y luchan por
mantener y elevar cada vez más la unidad nacional; b) sirven
incondicionalmente a los intereses del pueblo, lo cual constituye brújula de
actuación y comportamiento político de los cuadros y dirigentes del Partido, el
Estado, el gobierno y de las organizaciones de masas y sociales, educados y
formados en las ideas y el pensamiento fidelista y raulista, consistente en la
atención permanente a las preocupaciones, inquietudes y bienestar del pueblo;
c) la legitimidad y el conceso político de las masas populares, del pueblo,
ganados en la práctica consecuente revolucionaria por cada uno de estos
sujetos y actores políticos, fundamentalmente por el Partido; d) el ejemplo y la
conducción sabia por parte de los principales cuadros y dirigentes de la
Revolución, bajo la dirección de Fidel y Raúl, en el enfrentamiento a los peligro,
riesgos, amenazas y agresiones por parte del imperialismo norteamericano,
ante los problemas de carácter interno, de tipo económico y social, como los
que tuvimos, sobre todo en los inicios del “periodo especial” en la década de
los 90 del siglo pasado, que sin las ideas y conducción inteligente y audaz de
ellos, dicho contexto hubiese sido el fin de la Revolución Cubana.
Los cambios introducidos en la nueva Constitución43 relacionados con la
estructura y funciones del Estado, continuarán fortaleciendo el papel de los
órganos estatales y de gobierno. En ella se refrenda una nueva distribución de
cargos y funciones, la Asamblea Nacional del Poder Popular, como máximo
órgano de gobierno mantiene su centralidad en la potestad legislativa y de
órgano superior del Estado, Ahora aparecen las figuras de presidente de la
República y la de Primer Ministro garantizando así la separación de funciones
que antes la asumía una sola persona, es decir el presidente de los Consejos
de Estado era también el Presidente de los Consejos de Ministros. Estos
cambios tributarán en lograr que estos actores políticos se desempeñen con
mayor eficiencia.
El sistema democrático y el sistema del Poder Popular. Sin pretender ser
chovinista el sistema democrático cubano es uno de los mejores conformado
en el mundo, pues los delegados y diputados que integran los diferentes
órganos de gobierno local y los órganos superiores del Estado, su nominación
parte de las propuestas que hacen los vecinos en reuniones o asambleas
abierta con todos ellos, en las demarcaciones de las circunscripciones. Esta
nominación enteramente democrática sirve para elegir a los candidatos para
delegado de cada circunscripción electoral y de la Asamblea Municipal. A partir
de aquí se van eligiendo por el pueblo todos los órganos representativos del
Poder Popular.

43
Ver, Constitución de la República de Cuba. La Habana, impreso y editado en tabloide por la Empresa
de Artes Gráficas “Federico Engels”, 2019, Título VI Estructura del Estado, pp.7-12.
Sobre el valor democrático que tienen las elecciones en Cuba, Fidel Castro ha
destacado que: “En el caso nuestro, quien postula no es el partido o los
partidos, quien postula es el pueblo, es el ciudadano quien postula y elige
directamente. ¿En qué otro país hay un sistema como ése, un sistema más
democrático que ése? (...) Y ese método no lo tiene ningún país del mundo, es
así” (Castro F, 1992, p.13)
La nueva Ley Electoral, está ajustadas a las actuales circunstancias presentes
es resultado de las experiencias adquiridas en los años transcurridos, desde
1976 que resultó conformado el sistema de Poder Popular y aprobada la
primera Constitución socialista. Esta nueva norma jurídica contribuirá a
continuar promoviendo una mayor democracia en interés del incesante
perfeccionamiento del sistema democrático y del sistema del Poder Popular en
nuestro país.
Otra fortaleza del sistema político cubano es: la legitimidad y la
gobernabilidad alcanzadas. El consenso político del pueblo a la
Revolución y a su sistema político.
Por legitimidad política se comprende la presencia de un consenso y apoyo
mayoritario de los integrantes de la sociedad, con intereses y necesidades
compartidas, con lo cual se identifican y aceptan los principios básicos sobre
los cuales funciona el sistema político. Pero este tipo de legitimación no queda
en el plano del apoyo contemplativo, es decir, en la manifestación general de
expresión lingüística, permiten valorar partiendo de sus percepciones políticas
el ejercicio del poder, donde le asiste asumir determinados comportamientos
políticos vinculados al funcionamiento del sistema en general y en particular
con la actuación del Estado y el gobierno, como sujetos políticos
fundamentales. Cuando existe legitimidad política no es preciso en general
recurrir a la coerción o violencia. Es, además, un importante concepto a tener
en cuenta como elemento integrador de las relaciones políticas entre
gobernantes y gobernados; de mando y obediencia.
En el sistema político cubano se manifiesta una alta legitimidad, pues la
mayoría de los miembros de la sociedad aceptan y apoyan el funcionamiento
del mismo. Esto se ha podido observar en numerosos procesos políticos que
consolidan la Revolución.
Por otro lado, la gobernabilidad y el consenso político constituyen
categorías políticas principales del sistema político cubano para su
funcionamiento estable.
Las teorías sobre la gobernabilidad como categoría principal de las ciencias
políticas comenzaron a plantearse a partir de los años sesenta del siglo
pasado, como consecuencia de la crisis de gobernabilidad que se daban
entonces en los países capitalistas. Su generalización se produce en los años
setentas, como fruto de los trabajos realizados por la Comisión Trilateral
(Estados Unidos, Europa y Japón).
Como bien plantea el doctor en ciencias (García P J 2009, p.129-132): “La
gobernabilidad es una propiedad objetiva de los sistemas complejos abiertos,
determinada por las relaciones entre los elementos componentes, y caracteriza
el modo en que las mismas se desenvuelven, favoreciendo la conservación de
la integridad estructural y funcional del sistema” (pág.129). En otra parte del
mismo trabajo el propio autor señala que, “la gobernabilidad durante un
proceso de transformación socialista resulta determinada en su esencia por la
realización de las potencialidades que brinda el tipo de régimen político en
establecimiento, a la relación radicalmente diferente entre los sujetos y los
objetos de la dirección, al vínculo entre gobernantes y gobernados, a las
peculiaridades nuevas de la interacción entre las tendencias al gobierno y al
autogobierno social como componentes contradictorias pero intrínsecas a un
sistema democrático representativo…”
En consecuencia, en el caso de nuestro sistema político, el concepto
gobernabilidad en la práctica sociopolítica se encuentra en el establecimiento y
desarrollo estable de las relaciones políticas plenamente coincidentes entre
gobernantes y gobernados que garantizan el funcionamiento adecuado del
sistema político, es decir, el papel funcional que desempeñan las instituciones
estatales y gubernamentales, junto al que le corresponde realizar a los
diferentes componentes de la sociedad civil cubana, que hacen posible
mantener y desarrollar la gobernabilidad del sistema; que los primeros,
cumplen con este objetivo, al recibir el mandatado popular obedeciendo a los
intereses y demandas constantes del pueblo, teniendo como programa político
los objetivos que a mediano y largo alcance proclama la Revolución, a través
de los lineamientos políticos, económicos y sociales que orienta el Partido
Comunista de Cuba como representante fiel y genuino de todo el pueblo.
Estas relaciones convergentes entre los elementos estructurales del sistema no
siempre son totalmente armónicas, pues en determinados períodos aparecen
ciertos conflictos, que el sistema debe tener la capacidad de solucionar
equilibradamente y poder continuar con eficiencia la gobernabilidad. Esas
conflictualidades que se pueden producir, quizás no en todo el sistema como
crisis, sino en una parte de él, tienen viabilidad dado a la actuación en conjunto
por todos los componentes del mismo y bajo el cumplimiento estricto de los
principios de la democracia socialistas, así como el papel que juega en ello, no
solo la representatividad política que parte de la nominación directa e indirecta
por parte de las masas populares, sino, también y esencialmente, con la
participación política activa de estas, en las decisiones políticas encaminadas
primero a la búsqueda del restablecimientos de aquellos aspecto que entraron
en conflicto, por un lado, y por el otro, a la acciones profilácticas hacia el
fortalecimiento de la gobernabilidad, manteniendo el consenso político, lo que
permite una segura salida de tal situación y el funcionamiento y avance del
sistema político.
El sistema político cubano muestra hoy un alto nivel de gobernabilidad y se
legitima constantemente a través del apoyo mayoritario del pueblo, expresado
mediante una amplia participación política, que incluye los procesos
electorales.
Por consenso político se comprende en síntesis las ideas, concepciones,
valores, conductas y actitudes políticas que poseen la mayoría de los miembros
de la sociedad, que actúan de manera voluntaria a favor del sistema, sin
imposiciones ni coacciones de ningún tipo. Son concepciones conscientes que
arriban los ciudadanos y demás integrantes de la sociedad como resultado de
la socialización y la cultura política adquirida a través de procesos políticos de
diversa índole y que posibilitan no solo el apoyo al funcionamiento del sistema
político, sino que muestran una visible y activa participación en los procesos
políticos y democráticos que se presentan. Por tanto, el consenso político es
expresión de comportamientos políticos concretos vinculados directamente con
la defensa consecuente por mantener y hacer avanzar el sistema dado.
El consenso político es clave para la existencia de cualquier sistema político. El
sostenimiento y desarrollo de la Revolución Cubana hasta hoy ha sido posible
gracias al consenso político entre gobernantes y gobernados. Si este se
perdiera, sería causa del desmoronamiento de la unidad nacional y, por tanto,
el sistema político cubano dejaría de existir, se produciría una involución hacia
el capitalismo.
Por eso, es tan necesario e imprescindible conservar y fortalecer la unidad
revolucionaria y el consenso político.
La solidez alcanzada en la defensa armada popular de la Revolución,
garantía principal de la soberanía y la independencia del pueblo cubano.
Al estudiar el pensamiento político de Fidel Castro sobre la defensa armada
popular hay que afirmar, que ya se viene manifestando en los momentos de
producirse el ataque al cuartel Moncada, en julio 1953, pues en este sentido se
puede apreciar el papel que le concede a la participación del pueblo en la lucha
revolucionaria y la defensa de sus conquistas. Desde entonces tenía la
convicción de que con aquella acción se podía armar al pueblo y a través de la
lucha insurreccional en las montañas se produciría la derrota del gobierno
batistiano y tomar el poder político.
Sin una concepción clara de la defensa armada en el cual se privilegia en
primer término la participación activa de las masas populares, no era posible, ni
lo es ahora, enfrentar con la certeza del triunfo las múltiples agresiones y
hostilidades del imperialismo norteamericano para derrotar a la Revolución
Cubana.
La experiencia histórica se ha encargado de demostrar, que cuando los
pueblos luchan con tenacidad por una causa justa, son simplemente
invencibles; este es el ejemplo de nuestro país, experiencia probada en seis
décadas.
De tal manera, la defensa de la patria se convierte desde los primeros
momentos de 1959 en la tarea número uno, pues había que salvar en primer
lugar la Revolución y al mismo tiempo desarrollarla.
Esta concepción de la defensa armada ha evolucionado guiada por la savia del
pensamiento fidelista, que en cada momento supo realizar los juicios más
serenos e inteligentes y alertar las diferentes maneras de prepararnos para
enfrentar en condiciones siempre desventajosa a un enemigo superior en
armas y efectivos.
La estrategia y táctica diseñadas a seguir en cada ocasión siempre estuvo en
correspondencia con las circunstancias dadas. Así sucedió en las dos primeras
décadas, del triunfo de la Revolución, en estas el pueblo uniformado enfrentó
situaciones de amenazas complejas como la Lucha Contra Bandidos (LCB), la
agresión por Playa Girón en abril de 1961 y la Crisis de Octubre en 1962. La
premisa leninista de que una revolución vale si es capaz de defenderse, se
asume como principio del Partido, el Estado y el pueblo44. Hay que dedicarle
toda la atención que merece a este decisivo asunto de la defensa ante un
enemigo muy poderoso, que nos supera en todos los aspectos militares; en
armas, efectivos y tecnología.
Al inicio de los 80 se establece una nueva concepción para la defensa: la
Guerra de Todo el Pueblo45 que estuvo dada entre otras, por dos cuestiones
básicas, primera: con el arribo al poder como presidente de Ronald Reagan se
acrecientan las hostilidades del imperialismo norteamericano hacia nuestro
país y la agresión directa era prácticamente inminente, y segunda: la negativa
de la dirección soviética, al principio de esa década, encabezada entonces por
Yuri Andrópov, de apoyarnos en caso de una agresión a nuestro país 46.
Aquellos momentos se tornaron difíciles y complejos. Esta nueva concepción
fue formulada por el Comandante en Jefe Fidel Castro y constituye la piedra
angular de la Doctrina Militar Cubana47, hoy vigente.
La Revolución siempre cuidó de no ofrecer pretexto al enemigo para realizar
otra acción armada contra el país. Esta cuestión fue cobrando categoría de
principio, manteniéndose hasta la actualidad, creándose las condiciones
necesarias y suficiente de preparación militar de las FAR y del pueblo para la
defensa, en interés de que, por una parte, el enemigo sea sensato y desista de
una agresión al país, y por otro, de hacerlo, estar listos para enfrentarlo en una
guerra prolongada, difícil y compleja, para al final obtener la victoria sobre el
mismo.

44
Castro Ruz, Fidel. Informe Central al Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, Editorial de
Ciencias Sociales, La Habana, 1978, p. 187.
45
Es la concepción estratégica defensiva del país, que resume la experiencia histórica acumulada por la
nación; se basa en el despliegue del sistema defensivo territorial como sustento de su poderío militar, y
en el empleo más variado de todas las fuerzas y recursos de la sociedad y el Estado. Tomado de la Ley
No.75 de Defensa Nacional, Gaceta Oficial de la República de Cuba, 13 de enero de 1995, p. 2.
46
Castro Ruz, Raúl: Entrevista concedida al periodista Mario Vázquez Raña, El Sol de México. Tomada de
la publicación del periódico Granma los días 21, 22, 23 y 24 de abril de 1993. En: Ediciones Verde Olivo,
Dirección Política de las FAR, La Habana, 1993, p.37.
47
Como el conjunto de ideas y concepciones científicamente argumentadas, adoptadas por el Estado
sobre la esencia, los objetivos, el carácter, las particularidades y las consecuencias de la guerra; la
preparación del país para realizarla exitosamente y con ello tratar de evitarla; y los métodos para su
realización y conducción, con el fin de enfrentar una agresión militar. Esta doctrina tiene como
fundamento la concepción de la Guerra de Todo el Pueblo. Tomado de la Ley No. 75 de Defensa
Nacional, Gaceta Oficial de la República de Cuba, 13 de enero de 1995, p. 1.
En esta misma década el propio Raúl Castro reafirmaba otra idea básica
relacionada con la defensa del país y expresión de la significación teórica y
práctica que tienen los asuntos de la defensa nacional en la actualidad: “…para
nosotros evitar la guerra equivale a ganarla, pero para ganarla evitándola, es
necesario dedicar grandes esfuerzos, gigantescos esfuerzos y recursos, como
hacemos desde hace tiempo” (Castro R, 1983, p. 2)
De ahí que el Partido y el Estado siempre han trabajado a favor de aumentar
sistemáticamente la capacidad defensiva del país, con el propósito de obligar al
enemigo a pensar varias veces si un día se deciden a atacarnos, conociendo
de antemano como ha dicho Raúl Castro que seremos un hueso duro de roer.
Y concluye: “Hoy tenemos una concepción defensiva totalmente autóctono y
original, que resume la experiencia combativa de nuestro pueblo y de otros
pueblos, y las enseñanzas extraídas de las guerras contemporáneas, salida del
estudio profundo de nuestras realidades hasta en el más mínimo detalle y en
cada rincón del país. Por eso hemos asegurado que a pesar de contar con
menos recursos, hoy somos más fuertes.
El milagro de nuestra defensa está en nuestro pueblo, en la visión del
Comandante en Jefe, en la previsión con que se actuó, en la oportunidad con
que se adoptó cada decisión, en la sistematicidad, y en el trabajo abnegado y
eficiente de cientos de miles de compatriotas…” (Castro R, 2001, p 5)
Como señalamos antes y expresado recientemente por el General de Ejército
Raúl Castro, que tanto la economía como la defensa poseen el mismo nivel de
prioridad.
En consecuencia, las cuestiones de la defensa son sagradas por lo que
representa para el sostenimiento y desarrollo del sistema político cubano.
Al tiempo que reconocemos las fortalezas del sistema político cubano, es
preciso explicar aquellos desafíos principales que han venido configurándose
en los últimos años.
Los desafíos presentes hoy obedecen, en general a la complejidad de la
construcción del socialismo en Cuba y en particular a no pocos factores de
carácter objetivo y subjetivo, los primeros no depende de la voluntad de los
hombres como son, los insuficientes recursos materiales para el desarrollo
económico y social, las limitaciones notables en estos aspectos como
consecuencia del bloqueo económico, comercial y financiero por parte de los
Estados Unidos de América y las influencias directas derivadas por los
problemas globales como la crisis alimentaria, el cambio climático y otros.
Los factores subjetivos que afectan el avance del desarrollo económico y social
se corresponden con insuficiencias políticas e ideológicas ante las dificultades
y problemas, cuestión que en lo esencial pueden localizarse en una parte de
los cuadros y dirigentes administrativos, políticos y partidistas y se vinculan con
un débil funcionamiento de algunas instituciones estatales, gubernamentales y
de las organizaciones de masas y sociales. Entre las causas fundamentales de
estos comportamientos políticos inadecuados, están la falta de preparación,
control y exigencia sistemática de cómo deben cumplir con sus deberes y
obligaciones. En este sentido, el General de Ejército Raúl Castro, ha destacado
la necesidad de un cambio de mentalidad que se ajuste a los nuevas y
exigentes transformaciones; de poner los oídos sobre la tierra para interpretar
correctamente los acontecimientos en función de cumplir correctamente con la
políticas trazadas y estar atento a las inquietudes y cuestionamientos de las
masas populares, del pueblo para actuar en correspondencia con ello.
Entre los principales desafíos identificados se encuentran:
1. Mantener y fortalecer la unidad garantizando la gobernabilidad y el
consenso político.
2. Continuar el desarrollo de la cultura y de la cultura política al socialismo.
3. Garantizar de forma permanente el comportamiento político y ético de los
cuadros revolucionarios.
4. La pérdida y afectación de valores políticos, ideológicos y morales de una
parte de los ciudadanos.
5. El enfrentamiento a las ilegalidades y las manifestaciones de corrupción.
6. Impedir que las desigualdades se conviertan en injusticia social.
7. Actuar con inteligencia y energía ante las agresiones del imperialismo
norteamericano, entre ellas, el recrudecimiento actual del bloqueo económico,
comercial y financiero, en especial la nueva escalada del enemigo con la
implantación total de la Ley Helms-Burton.
8. Enfrentamiento a la actividad de subversión política e ideológica del
enemigo.
9. La preparación, papel y protagonismo de las nuevas generaciones para
garantizar la continuidad de la Revolución.
10. La batalla por el mejoramiento y perfeccionamiento de la economía
nacional y contra los desafíos que en ella están presentes.
Como puede apreciarse, al igual que lo advertíamos en el caso de las
fortalezas, no es el propósito, ni es posible extendernos en cada uno de esos
desafíos, pues rebasaría los límites de un artículo de esta naturaleza. De aquí
que solo proponemos hacer algunas valoraciones de aquellos que a nuestro
juicio así lo meritan.
Con relación a la importancia clave de la unidad como factor de nuestros
triunfos y derrotas, así como lo relacionado con la legitimidad, la
gobernabilidad y el consenso político a la Revolución y a su sistema político,
ya fueron abordados.
Solo apuntar que sin una fuerte unidad nacional, una elevada y constante
legitimidad por el pueblo no se puede gobernar, pues tarde o temprano se hace
ingobernable, no solo en nuestro país, sino cualquier otro y junto a esto, si se
perdiera el consenso político mayoritario, simplemente se pierde la Revolución.
Echemos una mirada a lo que sucedió con los países ex socialistas de Europa
del Este, que todos involucionaron al capitalismo.
Es un desafío garantizar de forma permanente el comportamiento político
y ético de los cuadros revolucionarios. Este reto se ha venido configurando,
para enfrentarlo es preciso que los cuadros y dirigentes partidistas, estatales y
gubernamentales tengan una elevada preparación profesional, con probada
firmeza política, ideológica y ética para ser eficientes en el cumplimiento de sus
funciones específicas.
En línea con este análisis, en el concepto de Revolución dado por Fidel se
plantea: “…es cambiar todo lo que debe ser cambiado...” (2000a) entonces lo
relacionado con la dirección de los procesos de diferentes tipos, donde el papel
principal lo desempeñan los cuadros políticos tanto en los niveles inferiores,
como en los superiores ha de cambiar todo de manera que tribute directamente
al perfeccionamiento del modelo económico y social cubano aprobado por el
Partido en su VI y VII congresos.
Para poner un ejemplo: ahora se realizó un amplio y democrático proceso,
quizás como nunca antes, en el debate y aprobación de una nueva
Constitución, donde se puede observar numerosos cambios, muy necesarios
que reflejan las nuevas condiciones, y perfeccionan el sistema político,
económico y social que construimos. No fue para cambiarlo, sino para
fortalecerlo.
En las transformaciones para encarar con éxito los desafíos actuales, siguen
vigente las concepciones del Che Guevara, Fidel Castro y Raúl Castro sobre el
papel fundamental que tienen los cuadros como sujetos y actores políticos
principales en la construcción de la nueva sociedad socialista. “Hoy más que
nunca se requieren cuadros capaces de llevar a cabo una labor ideológica
efectiva, que no puede ser diálogo de sordos ni repetición mecánica de
consignas; dirigentes que razonen con argumentos sólidos, sin creerse dueños
absolutos de la verdad; que sepan escuchar, aunque no agrade lo que algunos
digan; que valoren con mente abierta los criterios de los demás, lo que no
excluye rebatir con fundamentos y energía aquellos que resulten inaceptables”
(Castro R, 2010a, pp.4-5)
En no pocas manifestaciones de ilegalidades e incluso de hechos corruptivos
están presentes cuadros y dirigentes a diferentes niveles de actuación política.
Unido a lo anterior, y apreciando también el vínculo directo que tienen con la
pérdida y afectación de valores políticos, ideológicos y morales de una
parte de los ciudadanos y la necesidad del enfrentamiento a las
ilegalidades y las manifestaciones de corrupción, hacemos la siguiente
valoración :
Hace algo más de un lustro Raúl Castro, expresó: “Hemos percibido con dolor,
a lo largo de los más de 20 años de período especial, el acrecentado deterioro
de valores morales y cívicos, como la honestidad, la decencia, la vergüenza, el
decoro, la honradez y la sensibilidad ante los problemas de los demás.
Recordemos las palabras de Fidel en el Aula Magna de la Universidad de La
Habana, el 17 de noviembre de 2005, cuando dijo que a esta Revolución no
podría destruirla el enemigo, pero sí nosotros mismos y sería culpa nuestra,
advirtió” (Castro R, 2013, p.4)
En la misma dirección del análisis otro de los principios fundamentales del
concepto de Revolución dado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz
(2000b), es: “…defender valores en los que se cree al precio de cualquier
sacrificio (…) no mentir jamás ni violar principios éticos…”.
Es útil destacar el papel a desempañar por los cuadros del Partido, estatales y
gubernamentales a los diferentes niveles estructurales, en interés de que estos
desafíos sean resueltos de manera paulatina, segura, al extremo de no afectar
el desarrollo económico y social del país, todo lo contrario. Deben posibilitar un
mayor control y exigencia a las funciones específicas de aquellos cargos que
se ocupan de las tareas en la esfera económica y social.
De aquí que nuestros principales dirigentes, del Partido y la Revolución hagan
tanto hincapié en la educación y formación de esos valores desde la familia, la
escuela y la sociedad en su conjunto.
Ser inconmovibles e insobornable, actuando en correspondencia plena a esos
valores y principios de la Revolución en cualquier función o tarea, será garantía
para disminuir las ilegalidades y las manifestaciones de corrupción. Como
hemos insistido antes, los cuadros y dirigentes a todos los niveles deben ser
consecuente en el enfrentamiento directo para eliminar esas manifestaciones
negativas que nos corroen, pues como bien a dicho el General de Ejército Raúl
Castro Ruz (2011a): “…Estoy convencido de que la corrupción es hoy uno de
los principales enemigos de la Revolución, mucho más dañino que la actividad
subversiva e injerencista del gobierno de Estados Unidos y sus aliados dentro y
fuera del país.”
Durante la realización de las visitas de Gobierno recientes a las provincias del
país, así como, en la participación de las reuniones de balance en varios
Organismos de la Administración Central del Estado (OACE), el Presidente de
los Consejos de Estado y de Ministros Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ha estado
insistiendo en el tema, alertando sobre la necesidad de trabajar con más
transparencia y participación de la población lo cual garantiza una mayor
confianza en la gestión gubernamental. Asimismo, destacó la importancia de la
batalla ética, contra las ilegalidades y la corrupción, mencionando el
enfrentamiento a posibles manifestaciones de lavado de activos, negocios
ilícitos, sobornos, relaciones indebidas con clientes nacionales o extranjeros y
el sector no estatal; falsificación de documentos, malversación, entre otros48.
Impedir que las desigualdades se conviertan en injusticia social. Uno de
los principales objetivos de toda revolución social es ir estableciendo la justicia
social. La Revolución Cubana que tiene como propósito fundamental, en su
horizonte a largo alcance, construir el socialismo y arribar a la fase socialista de
desarrollo económico, político, ideológico, social y cultural, ha tratado siempre
de tener la mayor justicia social posible en todo su devenir histórico, sin
desconocer las propias leyes de la construcción socialista, donde aún, como
expuso Carlos Marx (1975), están presentes manifestaciones del derecho
burgués, el derecho de la desigualdad manifiesto en el principio de distribución
socialista en esta fase: De cada cual según su capacidad, a cada cual, según

48
Ver, periódico Granma, 5 de julio de 2019, p.1.
su trabajo. Por consiguiente, debe entenderse con claridad que no es posible
toda la justicia, ni toda la igualdad posible. Pero indudablemente, lo alcanzado
por el pueblo cubano en esta cuestión vital tiene una enorme significación y
constituye una de las mayores fortalezas del sistema político cubano.
Para mantener la justicia social lograda hemos enfrentado no pocos obstáculos
y rectificado errores cometidos. Como por ejemplo:
 En los primeros quince años de Revolución en el poder, se cometieron
errores de idealismo en las cuestiones económicas que repercutieron en la
conciencia social. El igualitarismo hizo mucho daño, al no cumplirse con las
premisas fundamentales de los clásicos del marxismo quienes dejaron
definidas la relación entre los factores objetivos y los subjetivos a tener
presente en el proceso de cambios revolucionarios.
 Luego, en la década de los 80, se vuelve aparecer incongruencias
básicas que alimentan la desigualdad y por tanto tienden a no fortalecer la
justicia social, lo cual implicó el inicio del “proceso de rectificación de errores
y tendencias negativas”49.
A tiempo el Partido advirtió, bajo la dirección inteligente de Fidel Castro, que
la marcha de la construcción del socialismo se alejada de ese propósito y se
dirigía hacia el capitalismo, adoptándose las medidas precisas y eficientes
para ir saliendo poco a poco de aquella situación. Ya al final de este proceso
y con el comienzo de los años 90, se produce el derrumbe de la ex URSS y
demás países ex socialista de Europa del Este, dando lugar al inicio del
Período Especial.
 Como sabemos durante todo el periodo especial, se han venido
presentando afectaciones notables en la economía del país y en la
conciencia de los cubanos. Existen no pocas desigualdades que atentan
directamente al avance de la justicia social. Sin embargo debe destacarse
los esfuerzos sostenidos hechos por el Estado y el Gobierno para proteger
aquellos sectores e individuos menos favorecidos y más vulnerables. Hoy el
mosaico socio clasista ha cambiado sustancialmente y las diferencias en el
poder adquisitivo y forma de vida, atraviesa por un eje donde están
presentes las desigualdades entre diferentes grupos y clases sociales que
constituye la sociedad cubana.
De lo anterior se desprende, que las desigualdades e injusticias sociales
resultado del período especial, no pueden generalizarse hasta destruir la
justicia social alcanzada en todos los ámbitos de la sociedad por la Revolución
cubana en más de sus seis décadas de existencia.
Por tanto, hay que estar atento y actuar en consecuencia, en el enfrentamiento
a los males presentes, evitando se conviertan en un peligro a la unidad
nacional, garantizando no solo la supervivencia de la justicia alcanzada, sino
avanzar hacia una justicia social para todos.

49
Una síntesis apretada aparece en este Libro de Texto en el trabajo. Un enfoque periodizar del sistema
político cubano (1959-2018).
El desafío que se lista al iniciase este aspecto, relacionado con las relaciones
conflictuales entre los EE. UU y Cuba, ya fue abordado en un trabajo anterior
en este texto, donde se sustenta como la cuestión que más incide en frenar el
desarrollo económico y social de nuestro país, lo es sin lugar a duda el bloqueo
económico, financiero y comercial. Hoy se hace más visible la conducta del
gobierno de ese país de acabar con lo poco que queda de las relaciones
diplomáticas, que se habían restablecidos en diciembre de 2014.
Por tanto, pretendemos ofrecer algunas ideas generales sobre este otro
desafío: Enfrentamiento a la actividad de subversión política e ideológica
del enemigo. Desde el propio triunfo de la Revolución el gobierno
estadounidense no ha dejado de realizar actividades de este tipo. Dichas
actividades tienen como propósitos dividir al pueblo, crear desconfianzas en los
principales líderes, desacreditar su actuación política; la selección y formación
de líderes contrarrevolucionarios para fomentar acciones en interés de formar
organizaciones, que sean capaces de constituir una oposición al régimen
político cubano, así como fortalecer los grupúsculos contrarrevolucionarios que
operan dentro del país, con lo cual pretenden establecer una nueva sociedad
civil dirigida a socavar y destruir el sistema político cubano.
En correspondencia a este objetivo, orientan el desarrollo de acciones de
indisciplinas y desobediencia civil, con el propósito de no participar o crear
dificultades al normal desarrollo de actividades políticas, económicas, sociales
y culturales; orquestan campañas de carácter político e ideológico dirigidas a
resaltar el modo de vida de la sociedad capitalista norteamericana, primando
en ello el consumismo que es característico en ella.
Son los jóvenes un sector priorizado en su estrategia de desmovilización
política y desobediencia civil, para lo cual realizan acciones encaminadas a
inculcarles los valores de la sociedad capitalista y por ende a la afectación de
sus valores políticos y éticos revolucionarios,
En su discurso destacan entre otras cosas, que todos los males, necesidades y
escaseces obedecen al camino escogido por la Revolución Cubana y a la mala
conducción del proceso revolucionario.
Aprovechan al máximo el avance que ha experimentado la ciencia y la técnica
en las nuevas tecnologías de la informática y las comunicaciones con el
objetivo bien marcado, y, a través de los medios de comunicación,
implementan plataformas para la comunicación política, social y cultural
capaces de subvertir política e ideológicamente al país y en especial a los
jóvenes, con el objetivo principal, al que nunca han renunciado, de destruir por
cualquier vía a la Revolución Cubana. El gobierno de los Estados Unidos acaba
de aumentar el presupuesto a más de 30 millones de dólares dirigido
precisamente a esto.
Aunque el concepto de Guerra No Convencional, es nuevo según la propia
doctrina político-militar del imperio, esta se viene realizando contra Cuba desde
los primeros momentos del triunfo revolucionario el primero de enero de 1959.
Hemos estado sometidos a una verdadera guerra política e ideológica desde
hace seis décadas.
Hay que seguir encontrando los antídotos suficientes y eficientes para no solo
contrarrestar la influencia negativa de la subversión política e ideológica del
enemigo, sino derrotarla. Habrá que empeñarse a fondo, fundamentalmente
por el Partido, la Unión de Jóvenes Comunista y las organizaciones de masas y
sociales, así como, los directivos principales del Estado y el Gobierno. Pero
será necesario también, la educación y formación en valores políticos,
ideológicos y éticos desde la familia, la escuela y la sociedad.
La preparación, papel y protagonismo de las nuevas generaciones para
garantizar la continuidad de la Revolución. No pocos tienen la preocupación
e incertidumbre de que la juventud actual sea capaz de sustituir y continuar la
obra realizada por la generación histórica de la Revolución.
En Cuba desde hace tiempo se viene trabajando en interés de garantizar la
continuidad de la Revolución por las nuevas generaciones, en estos momentos,
se puede visibilizar que ese proceso, ha sido bien pensado y se han adoptados
las decisiones correctas tanto en los niveles más alto de la dirección del país,
como en los intermedios y en los municipios. Este proceso se da en todas las
instancias de dirección del Partido, el Estado, el gobierno y las organizaciones
de masas y sociales.
Pero, surgen preocupaciones que no deben ser obviadas, cuando se aprecia
una afectación real en la educación y formación de valores políticos,
ideológicos y éticos particularmente en los jóvenes, así como, manifestaciones
de una parte de la sociedad de falta de cultura en general y también de una
cultura política que tribute positivamente al sistema político establecido.
Con razón, en 1997, Fidel Castro, preocupado por la atención que el Partido
debía dar en la educación y formación de la juventud, apuntaba: “Creo que más
que nunca, más que en ninguna otra época, por ser esta la más difícil, la más
dura, se requiere de un trabajo especial con la juventud y en la formación de
nuestros jóvenes, porque no puede ser que los que vengan después de esta
generación dejen de ser mejores” (1997b, p.76)
Años más tardes, reunido en la Universidad de La Habana con los estudiantes
universitarios en el 2005, advertía los males e insuficiencias presentes en la
sociedad cubana y la afectación en la educación y formación de valores
revolucionarios, esenciales para asumir comportamientos políticos y éticos
acorde con ellos. Cinco años después, se volvía a dirigir a los estudiantes de
este nivel, alertándolos sobre la agudización de no poco problemas.
Lo anterior explica la necesidad de seguir trabajando en la preparación,
formación y en el papel protagónico de las nuevas generaciones, evitando, por
un lado, que los problemas mencionados y tendencioso de desafío se
generalicen, y por el otro, su solución paulatina y satisfactoria, encaminada
hacia la garantía de la continuidad de la Revolución Cubana por la juventud.
La batalla por el mejoramiento y perfeccionamiento de la economía
nacional y contra los desafíos que en ella están presentes. Reconocido por
el Partido es el mayor y más importante desafío a solucionar para asegurar la
continuidad de la obra revolucionaria.
Es lo principal, como bien lo ha afirmado más de una vez el General de Ejército
Raúl Castro Ruz (2010b), “La batalla económica constituye hoy más que nunca,
la tarea principal y el centro del trabajo ideológico de los cuadros, porque de
ella depende la sostenibilidad y preservación de nuestro sistema social.”
Para enfrentar adecuadamente esta batalla, como se expresó en el VI
Congreso del Partido, el mayor obstáculo identificado es “...la barrera sicológica
formada por la inercia, el inmovilismo, la simulación o doble moral, la
indiferencia e insensibilidad y que estamos obligados a rebasar con constancia
y firmeza, en primer lugar, los dirigentes del Partido, el Estado y el Gobierno en
las diferentes instancias nacionales, provinciales y de los municipios” (Castro,
R, 2011b, p.4)
En consecuencia, es la tarea más compleja a resolver, pues la integran otras
muchas cuestiones que poseen notables dificultades y obstáculos en su
solución y por tanto son retos al desarrollo de la economía del país. Dentro de
las cuales se encuentran:
 La cuestión de la alimentación del pueblo la cual ha alcanzado
categoría de seguridad nacional. Es imprescindible aumentar y
diversificar la producción agropecuaria y bajar los precios.
 La solución paulatina de las relaciones monetarias mercantiles, donde
está presente: la cuestión de las relaciones de propiedad, la política
cambiaria, el continuo aumento del poder adquisitivo, a pesar de los
beneficios reportados por la reciente decisión de aumentar los salarios
en el sistema presupuestado.
 El problema de los altos precios de productos y servicios que no
siempre están al alcance de la población.
 El problema de la vivienda y del transporte, este último a pesar de las
medidas adoptadas para su mejoramiento, en especial el ferroviario
con la incorporación de los nuevos medios adquiridos de la República
Popular China.
 El ahorro de recursos materiales, en particular el combustible.
 El desarrollo de la inversión nacional y el despegue de la extranjera.
 Cambiar la mentalidad importadora por la exportadora.
 El desarrollo y modernización de la industria, aun no recuperada de los
años del periodo especial.
 El crecimiento constante de la economía (del PIB) a niveles más
elevados que tribute al desarrollo económico y social del país. Elevar la
productividad del trabajo.
 Fortalecer la contabilidad a todos los niveles. El control y la exigencia
en el cumplimiento de los diferentes indicadores económicos
establecidos para las entidades económicas y de servicios.
CONCLUSIONES
Como sujeto político principal, el Partido Comunista de Cuba, sus cuadros y
militantes tiene como tarea fundamental desempeñar un comportamiento
político ejemplo de valores morales y políticos, dirigido a fortalecer las
funciones del Estado, el gobierno y las organizaciones de masas, sociales, así
como, encausar correctamente el dinamismo que se precisa de la Unión de
Jóvenes Comunistas.
Por otra parte, para vencer los desafíos afrontados por nuestra sociedad, es
preciso también un Estado y gobierno integrado por cuadros y funcionarios
públicos preparados no solo profesionalmente, sino, y sobre todo, desde el
punto de vista político e ideológico, que demuestren en su actuar político
cotidiano una elevada conciencia y ética revolucionarias.
Estas cuestiones son esenciales para vencer los complejos y difíciles retos de
hoy en el desarrollo de la economía del país, en el enfrentamiento a las
ilegalidades y las manifestaciones de corrupción como consecuencia de la
afectación y pérdida sensible de valores políticos, ideológicos y ético.
Con las fortalezas que existen se podrá avanzar en el fortalecimiento de una
elevada cultura económica, jurídica, de cultural general y cultura política en
nuestros ciudadanos, posibilitando de manera consecuente descartar
debilidades y desafíos que afectan el sistema político cubano.
Será posible lograr el éxito deseado ante posibles disensos, conflictualidades y
las nuevas agresiones del imperialismo norteamericano, mostrando una fuerte
unidad del pueblo en torno al Partido y sus principales dirigentes, junto a esto y
para ello, es imprescindible también el consenso político mayoritario alcanzado,
así como, la consolidación de las tareas de la defensa nacional popular, que
hoy junto a la economía son las dos más importantes de la Revolución.
Los retos y desafíos son complejos, pero el sistema político cubano posee toda
la capacidad y fortaleza suficientes para vencerlos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
 Castro, F. (1960). Discurso pronunciado en el acto celebrado por la
Sociedad Espeleológica de Cuba, Academia de Ciencias,
http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1960/esp/f150160e.html
 Castro, F. (1990). Discurso en la sesión extraordinaria de la Asamblea
Nacional del Poder Popular. En, La trinchera de la Revolución. Selección de
discursos. La Habana, Editora Política.
 Castro, F. (1992). Fidel Castro: Un grano de maíz. Conversaciones con
Tomás Borge, La Habana, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado,
1992, p.131.
 Castro, F. (1997a). Discurso de clausura en el V Congreso del partido
Comunista de Cuba. La Habana, Editora Política.
 Castro, F. (1997b). Discurso de clausura en el V Congreso del partido
Comunista de Cuba. La Habana, Editora Política.
 Castro, F. (1999a). Discurso en la clausura del Primer Congreso
Internacional de Cultura y Desarrollo, La Habana, Editora Política.
 Castro, F. (1999b). Discurso en la clausura del Primer Congreso
Internacional de cultura y desarrollo, La Habana, Editora Política.
 Castro, F. (2000a). Discurso pronunciado en la Tribuna Abierta de la
Juventud, los Estudiantes y los Trabajadores por el Día Internacional de los
Trabajadores, en la Plaza de la Revolución, el primero de mayo del 2000,
http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2000/esp/f010500e.html
 Castro, F. (2000b). Discurso por el Día Internacional de los Trabajadores.
http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2000/esp/f010500e.html
 Castro, F. (2005). Discurso en el acto por el aniversario 60 de su ingreso a la
universidad, efectuado en el Aula Magna de la Universidad de La Habana. La
Habana, Periódico Juventud Rebelde, Tabloide Especial No.11.
 Castro, R. (1983). Discurso en el acto central por el X aniversario de la
constitución del Ejército Juvenil del Trabajo, provincia de Camagüey, periódico
Granma, 5.8.1983.
 Castro, R. (1999).Palabras en la Asamblea de Balance del Partido en la
provincia de Guantánamo. Periódico Granma, 6.10.1999.
 Castro, R. (2001). Entrevista concedida al teniente coronel Jorge Martín
Blandino, en ocasión del aniversario 45 del desembarco de los expedicionarios
del Granma y día de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Periódico Granma,
1.12.2001.
 Castro, R. (2006). Discurso en el acto político, la revista militar y la Marcha
del Pueblo Combatiente, en ocasión del aniversario 50 del desembarco
Granma, Día de las FAR y de la celebración del 80 cumpleaños del
Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Plaza de la Revolución, periódico
Juventud Rebelde.
 Castro, R. (2010a). Discurso en la clausura del IX Congreso de la Unión de
Jóvenes Comunistas. La Habana, Periódico Granma.
 Castro, R. (2010b). Discurso en la clausura del IX Congreso de la Unión de
Jóvenes Comunistas. La Habana, Periódico Granma.
 Castro, R. (2011a). Discurso en el VIII Periodo Ordinario de Sesiones de la
Asamblea Nacional del Poder Popular, periódico Granma, 24.12.2011.
 Castro, R. (2011b). Discurso en el VIII Periodo Ordinario de Sesiones de la
Asamblea Nacional del Poder Popular, periódico Granma, 24.12.2011.
 Castro, R. (2013). Intervención en la Primera Sesión Ordinaria de la VIII
Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, La Habana, periódico.
Granma, 8.7.2013.
 Duharte Díaz, E. (2006). Naturaleza y particularidades del sistema político
cubano: de la toma del poder al proceso de rectificación. En, Teoría y procesos
políticos contemporáneos, colectivo de autores, La Habana, Editorial “Félix
Varela.
 García, J. P. (2009). Gobernabilidad y democracia. En, Una Ciencia Política
desde el “Sur”, colectivo de autores, La Habana, Editorial “Félix Varela”.
 Guevara, E. (1988). El socialismo y el hombre en Cuba. La Habana, Editora
Política.
 Marx, C. (1975). Crítica al Programa de Gotha. La Habana, Editorial de
Ciencias Sociales.
 Miranda, O. (1999). Articulación del marxismo, el leninismo y las tradiciones
nacionales revolucionarias en Cuba. En: revista internacional “Marx Ahora”, No.
8, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales.
 Pogolotti, G. (2019). Aquellos días en la Biblioteca Nacional. Periódico
Juventud Rebelde, 23 de junio.
 Rafuls, D. (2017). Diálogo sobre sistema político cubano: “¿La democracia
es el poder de los partidos o del pueblo?” www.cubadebate.cu

BIBLIOGRAFÍA
1. Aguilera, L.O. (2002). La Revolución Cubana en los noventa: Dos
dimensiones para su estudio. Teoría Sociopolítica, Selección de Temas. La
Habana: Pueblo y Educación, t.2.
2. Biblioteca virtual. Fiscalía General de la República de Cuba. Ciudad de La
Habana. 2003.
3. Castro, R. (2011) Informe Central al VI Congreso del Partido Comunista de
Cuba presentado por el Segundo Secretario del Comité Central del PCC.,
La Habana. Periódico Granma.
4. Castro, R. (2012). Discurso en la clausura de la Primera Conferencia
Nacional del Partido Comunista de Cuba. La Habana, Periódico Granma.
5. Castro, R. (2006). Discurso en la clausura del XIX Congreso de la Central
de Trabajadores de Cuba. La Habana, Periódico Granma.
6. Castro, R. (2008).Intervención en las conclusiones del VI Pleno del Comité
Central del PCC. La Habana, Periódico Granma.
7. Colectivo de autores. (1991). El Sistema Político cubano. Lecciones de la
construcción del socialismo y la contemporaneidad. La Habana, Ministerio
de Educación Superior, ENPES.
8. Colectivo de autores. (1997).Gobernar en el socialismo. Notas para un
debate necesario.: Ciencia Política: Indagaciones desde Cuba, La Habana,
Editorial Félix Varela.
9. Díaz-Canel, M. (2018). Discurso en la Clausura del Segundo Período
Ordinario de Sesiones de la IX legislatura de la Asamblea Nacional Poder
Popular. La Habana, Periódico Granma.
10. Fung, T. y Martínez, J.L. (2000).Período de transición al socialismo:
hipótesis y conjeturas. En, colectivo de autores, Teoría Sociopolítica.
Selección de temas, tomo I. La Habana, Editorial Félix Varela.
11. Lenin, V. I. (1981). El Estado y la revolución. Obras escogidas en tres
tomos, tomo 2. Moscú, Editorial Progreso.
12. Limia, M. (2002). Experiencias y perspectivas del socialismo en Cuba. Una
propuesta de interpretación. La Habana, revista Cuba Socialista, 3ra época,
no. 23, p.20-36.
13. Machado, D. l. (1990). Algunas reflexiones sobre el proceso de rectificación,
Selección de lecturas sobre socialismo científico para los ISP, La Habana,
MINED.

Regresar al Índice
3.6-Visión Sociopolítica sobre las Relaciones Internacionales y la Política
Exterior de la Revolución Cubana.
MSc, Luis Manuel Díaz Román

Brindar una visión sobre las Relaciones Internacionales y la Política Exterior de


la Revolución Cubana considerando los presupuestos teóricos y su heroico
accionar en la práctica cotidiana tras 60 años de fundado el Ministerio de
Relaciones Exteriores de la República de Cuba, constituye el objetivo del
presente ensayo que se extiende a los largo de seis acápites de exposición.
El primero constituye una base teórica respecto a la materia en cuestión y los
siguientes pretenden realizar un análisis sociopolítico en un recorrido por
etapas de la proyección de Cuba en el escenario internacional.
I LAS RELACIONES INTERNACIONALES. GENERALIDADES
Se entiende por Política Exterior además de una actividad concreta que
realizan los Estados, a una materia académica que tiene su esencia, su
naturaleza y principios. Ella se enmarca jerárquicamente en las Relaciones
Políticas Internacionales y esta a su vez dentro de las Relaciones
Internacionales en general, que incluyen todo tipo de intercambios fuera de
fronteras: económicos, militares, científicos, diplomáticos, jurídicos, deportivos,
artísticos, políticos etc regulados por normas consensuadas.
Para determinar el concepto “Relaciones Internacionales”, se confrontan varias
opciones elaboradas por diferentes investigadores cubanos y extranjeros .
Este ensayo asumió como óptimo el que desarrolló Roberto González Gómez
en el texto “Teoría de las Relaciones Políticas Internacionales. El debate sobre
los paradigmas” (González R,1991) en 1991, al definirlas como: “Conjunto de
interacciones dadas entre diferentes actores y sujetos actuantes en el
escenario externo a sus fronteras nacionales, donde los estados ocupan el
papel preponderante, regulados todos por el Derecho Internacional, tanto
Público como Privado”, mientras que su Objeto de Estudio lo constituyen las
fuerzas, influencias, dinámicas, procesos y tendencias en las interacciones de
sujetos y actores que conforman la Sociedad Internacional como Estados,
organizaciones regionales (MCC, MERCOSUR ) y planetarias (ONU, COI,
OMC), tanto gubernamentales (UE, OEA, ASEAN, OTAN, CELAC) como no
gubernamentales (ONG, Orden de Malta, IATA, FSM), sectoriales (OPEP,
CONCACAF). Ellas sostienen vínculos diversos y complejos por su carácter,
que puede ser político, militar, diplomático, jurídico, económico cultural,
deportivo, turístico, medioambiental y de cualquier otra índole”.
Las Relaciones Internacionales al constituirse desde la Primera Guerra Mundial
en disciplina académica, se plantean como tareas:
-Establecer sus principios generales.
-Razonar sobre sus sujetos de investigación.
-Elaborar métodos propios de indagación e intercambio con otras ciencias o
disciplinas.
-Construir las teorías y conceptos necesarios para entender el funcionamiento y
estabilidad de las estructuras relacionales entre e inter sujetos que cada época
crea.
-Estar en constante adecuación a las circunstancias particulares de momentos
o regiones específicas.
-Conducir responsablemente el desarrollo tecnológico actual para evitar una
potencial autodestrucción planetaria y detener el deterioro ininterrumpido de las
condiciones climáticas necesarias para la vida natural y de las sociedades
humanas.
-Definir propósitos y significados de la Política Internacional, un verdadero
instrumento de poder que utiliza sin límites la mayor superpotencia, EEUU.
Dentro de ellas se concede a las Relaciones Políticas Internacionales una
significación primordial pues engloba a la Política Exterior de los Estados, que
se define como la actividad consciente que planifica, organiza y ejecuta el
grupo de la clase social que gobierna en un momento determinado para
alcanzar objetivos planteados en la esfera internacional a través de una
armazón teórica y las acciones prácticas que la ejecutan.
En consecuencia los Estados ocupan el centro de atención, no solo porque
encarnan el poder legítimo; sino porque ejercen también el poder real a través
de una autoridad sobre espacios físicos y sociales delimitados, es decir, sobre
la población que habita un territorio, con total independencia para tomar
decisiones sobre los mismos, siéndoles reconocidos y aceptados dicho poder
por los demás. Esa autoridad se denomina Soberanía, una idea que fue
abstraída de la realidad y asimilada desde el siglo XV como concepto jurídico-
político e ideológico. Teóricamente todos los Estados son considerados en
igualdad de jerarquía y condiciones, independientemente del tamaño, historia,
desarrollo tecnológico o cualquier otra variable que los compare; por tanto
ninguna otra fuerza debe interferir en sus asuntos.
La soberanía se alcanza a través de una hegemonía cultural, económica,
ideológica y política generalmente a nombre de una neutralidad artificial para
todos sus grupos sociales y ciudadanos en particular.
Los Estados cuentan además con recursos coactivos y capacidad para usar la
fuerza si fuera necesario y los intereses que representan emergen desde sus
propias estructuras económico-sociales, por tanto su política exterior tiene el
mismo fundamento que la interior; estar en función de los dividendos que
obtenga la o las clases que se encuentran en el poder político en un momento
histórico.
Para relacionarse entre sí, las entidades enfrascadas en asuntos políticos, o
sea, asuntos del poder, tradicionalmente han utilizado desde la diplomacia sutil
del engaño, la hipocresía o la manipulación hasta la violencia despiadada o
refinada, pasando por la coerción y la amenaza. Solo en el siglo XX
aparecieron los primeros intentos de interpretar y cambiar esas formas por
otras basadas en la solidaridad y una justicia equitativa. El primer Estado que
se lo propuso y aplicó fue Rusia tras su Revolución de Octubre de 1917 al
salirse de la I Guerra Mundial con su “Decreto por la Paz”. Este país en 1921
pasó a denominarse Unión Soviética, que traducido al español significa Unión
de los Consejos.
La permanente y cada vez más profunda rivalidad entre Estados impuso la
necesidad de organizarse en alguna forma pues resulta imposible convivir en
el caos que provoca la anarquía de hacer cada cual lo que desee aun a costa
de los demás, por eso hace unos 3000 años en las culturas de la antigua
Mesopotamia (Peraza J. 1990, 81) se creó el Derecho Internacional, en un
principio con normas y principios consuetudinarios y posteriormente
contractuales. Él se establece como instrumento regulador aceptado como
base para la política exterior de los Estados en su aspecto público y de sus
ciudadanos en el aspecto Privado (González R,1991).
Los mandatos del Derecho Internacional imponen a instituciones e individuos el
cumplimiento obligatorio de cualquier trato con similares extranjeras, aunque en
sí dichos mandatos no pueden formar parte de ningún sistema jurídico
nacional, por eso es descentralizado. Cada Estado tiene los mismos deberes y
derechos; no existe una entidad superior rectora sobre ninguno, de lo contrario
sería un Imperio más o se impondría el caos. En todos los tiempos hubo
potencias que lo ignoraron o se aprovecharon de él aunque en sus postulados
se conserva la primicia para el consenso y el respeto.
Hay hitos históricos en la evolución del Derecho Internacional y uno de ellos lo
constituyó la firma del Tratado de Paz de Westfalia en la Alemania de 1648. En
él se delineó de forma general, el mapa político europeo para los siglos
posteriores e indirectamente influyó en el resto de los continentes, por lo que se
le considera inicio del moderno Sistema de Relaciones entre Estados, que con
la globalización ha fusionado todos los subsistemas locales que existían de
forma relativamente independiente de los demás.
Al Derecho Internacional le son consustanciales las características generales
siguientes:
-concreto, porque existe en la realidad objetiva insertado en la sociedad global
-abierto, pues resulta de la interacción entre entidades sociales organizadas
que intercambian con su medio ambiente y los elementos que lo conforman.
-descentralizado, ya que no existe por encima de los Estados otra autoridad o
poder que limite su actuar. Esto es opuesto a la política que se ejecuta al
interior, que es siempre centralizada.
-con bajo o relativo nivel de integración de sus elementos, pues en lo
fundamental está compuesto por Estados que por esencia deben esforzarse en
mantener a toda costa su independencia y soberanía.
Dentro del Derecho Internacional, los Estados para alcanzar sus objetivos y
ejecutar su responsabilidad oficial en el exterior, hacen uso de cuatro
instrumentos fundamentales:
-Diplomacia: Forma especial de actividad basada fundamentalmente en la
negociación, el diálogo, aunque no excluye a las amenazas y las presiones,
casi siempre sutiles, veladas. Puede verse como un subsistema integrado por
los diversos medios, métodos, formas jurídicas, recursos humanos y materiales
dirigidos a satisfacer la directriz política, la estrategia, la táctica, los objetivos y
las tareas a lograr por cada uno, determinados en última instancia por sus
intereses clasistas dominantes. Esta labor la ejecutan predominantemente los
cancilleres, embajadores, cónsules y otros cargos generalmente designados
por los gobiernos.
-Guerra: muchas doctrinas como la “Teoría de la Violencia”, “Teoría
Psicológica”, el racismo, maltusianismo etc se interrogan sobre su naturaleza,
causas, métodos de evitarla o justificarla etc. para tratar de explicarlas
científicamente.
Lenin apoyando al general y académico prusiano Karl von Clausewitz la
considera como continuación de la política por otros medios, unida
inseparablemente al régimen político que una clase dominante impone a un
Estado, variando solamente las formas de acción en dependencia de las
circunstancias espaciales y temporales. Las clasificó como justas e injustas.
Desde el punto de vista militar pueden ser convencionales o nucleares, totales
o locales y civiles (al interior de un Estado) o de agresión, que implica a su vez
la defensa y probable contraataque del agredido.
-Instrumentos económicos. Pueden dirigirse hacia la cooperación o hacia la
confrontación. Contemplan medidas comerciales, mercantiles y financieras. Su
implicación política es calculada previa a su ejecución.
-Instrumentos culturales. Contemplan a los ideológicos, psicológicos,
propaganda. Se dirigen a influir en los planos intelectuales, emotivos y volitivos
a través de la creación, comunicación y trasmisión de información,
convicciones o emociones con mensajes directos o subliminales. Recurren
tanto a la plataforma tecnológica donde se apoyan, la prensa plana, TV, radio,
Internet, redes sociales, música, los carteles, libros, el arte, etc., como a los
métodos primitivos o tradicionales que mantienen su vigencia desde las
sociedades prehistóricas cual chismes, bolas, comentarios, insinuaciones,
declaraciones confusas o falsas.
Utilizando medios intelectuales, coercitivos y represivos, las potencias
mundiales han creado una armazón teórica compuesta de doctrinas,
pensamientos, juicios, estrategias, tácticas y otras manifestaciones ideológicas.
Algunas tan importantes por su uso y efectividad trascienden épocas, como “La
fruta madura”, “América para los americanos”, la “Doctrina Monroe” y un
concepto que puede justificar y legitimar cualquier comportamiento que
emprenda, independientemente de las consecuencias; el “Interés Nacional”.
Este no es más que un mero pretexto, pues son las ventajas y ganancias para
la clase dirigente quienes mueven el accionar estatal. En los países capitalistas
se imponen los puntos de vista de la burguesía como clase social, cualquiera
sea el grupo que la represente en los resortes del poder, mientras que las
naciones enfrascadas en otras vías de organización, el Estado representa los
intereses de los trabajadores; tanto de obreros como de campesinos. La
exposición del interés clasista en última instancia permitió a Lenin sintetizar que
“la política es la expresión concentrada de la economía”.(Lenin, TIII)
A su vez, la interdependencia propia de nuestro mundo, determina que la
dinámica de las Relaciones Internacionales medie de alguna forma sobre la
política, la economía y la cultura al interior de cada uno de los Estados.
Los acontecimientos y tendencias de los últimos años inducen a preguntarse si
los Estados ocupan todavía el papel preponderante o van cediendo espacios a
nuevas formas de interactuar o a un presunto Estado Mundial.
Permanentemente se mueven las fronteras, las personas y las comunidades,
aparecen actores no estatales con carácter transnacional y transicional,
figuras no humanas ni sociales que ejercen abrumadora presión como la
naturaleza que se manifiesta cambiando los climas tradicionales en regiones y
a nivel planetario, se provoca la desaparición de especies en los mares y
selvas, escases de agua, disminución de recursos energéticos no renovables,
contaminación del aire, el suelo y demás recursos naturales y patrimoniales.
En el estudio de las Relaciones Políticas Internacionales convergen múltiples
escuelas y puntos de vista. Coinciden, divergen o se contradicen negándose
mutuamente, pues tienen objetivos, tácticas y propósitos muy diferentes que
encauzan con métodos y vías ajustadas a cada uno, por eso una orientación
que sea útil para un propósito, lugar o momento particular, puede ser
inadecuada para otro distinto y viceversa. Se necesita ser creativo todo el
tiempo y para ello el primer paso es conocer sus interioridades tan
profundamente como se pueda.
Otro punto de vista respecto a las relaciones políticas internacionales lo ofrece
el hecho incuestionable de la influencia eurocentrista recibida en los cinco
siglos precedentes. Su causa es el vasallaje económico, político y cultural
impuesto por potencias de este continente al resto del mundo, permitiéndole
erigirse como el principal o único exponente de estos saberes, aunque en los
últimos 150 años Estados Unidos, alcanzó gran influencia y rápidamente se alió
y desplazó al pensamiento y sentir europeo del rol protagónico.
Así legitiman un actuar que perturba, estanca o retrasa el desarrollo
tecnoeconómico y sociopolítico de los otros continentes, con menor experiencia
y capacidad en la consolidación de instituciones propias.
Se deduce entonces que los países subdesarrollados necesitan primero romper
el comprometimiento con los paradigmas impuestos por las grandes potencias
en la interpretación de los escenarios particulares, generales o universales y
después rescatar y asumir el rico legado filosófico y político de sus propios
pensadores como Cautilya, Manu y Buda en la India, Confucio y Lao-Tse en
China, Avicena entre los musulmanes, Bolívar, Martí y Juárez en América
Latina y de los representantes de otras culturas allende Europa o
Norteamérica.
Pese a las complejidades y complicaciones de esta diversidad antagónica,
permanecen los esfuerzos para reformular los sistemas de conocimientos e
interpretación tradicionales o construir nuevos.
II RELACIONES INTERNACIONALES DE CUBA ANTES DE 1959
El archipiélago cubano recibió hasta la conquista española oleadas de
inmigrantes aborígenes provenientes del norte, centro y sur del continente
americano. Su desarrollo social no permitía concretar ningún tipo de
organización u estructura estatal, solo comunidades parecidas a las tribus en la
región oriental mientras en la occidental aún se agrupaban en clanes y hordas
para supervivir.
A partir de 1506 la ocupación por el Reino de España del continente no
permitió que voz alguna se alzara a representarnos en el escenario
internacional. Se encargaba de la defensa territorial, de la organización civil y
política y junto al Evangelio de la Iglesia Católica trataba de mantener el
espíritu de sus habitantes dependiente de la Corona.
En 1868 la gesta independentista de Cuba creó el primer órgano auténtico
dedicado a las Relaciones Internacionales para recabar reconocimiento del
estado de beligerancia, que logró de Perú, Colombia, Chile y otros países
latinoamericanos, no así de EEUU. Igualmente recibir apoyo material de
hombres y medios en expediciones provenientes del extranjero, pero en los 30
años de guerra no se logró la añorada independencia, solo un traspaso de
autoridad hacia EEUU desde 1898 hasta el 20 de Mayo de 1902 en que
formalmente se establece la República de Cuba con más del 50% de la
producción económica perteneciente a empresas norteamericanas.
En los 57 años posteriores, Cuba tuvo desde el punto de vista político una
presencia internacional muy modesta. Actuaba más bien como objeto que
como sujeto. No estructuró institución de primer nivel como un Ministerio o
Secretaría de Relaciones Internacionales subordinada directamente al
Presidente o al Jefe de Gobierno. De estas se encargaban departamentos del
Ministerio de Estado, creado durante el Gobierno Interventor de EEUU como
copia y semejanza de ese país, lo cual era práctico y funcional dado el alto
grado de dependencia que tenían los gobiernos cubanos respecto a estos.
Durante ese tiempo, el Estado cubano solo mantuvo relaciones con poco más
de 50 países (Diaz-Canel 2019,4-5), algunos de Asia y ninguno de África,
donde todos eran colonias de metrópolis, excepto Etiopía, Liberia y Sudáfrica.
La baja actividad e influencia en política exterior era el reflejo de la total
dependencia económica de los EEUU, lo cual a su vez retardaba la formación
de una burguesía cubana autóctona.
Contrariamente a las clases altas, en el pueblo ocurría un afianzamiento de
valores humanos y patrióticos; presupuestos necesarios para la revolución que
se engendraba. En 1936, con grandes dificultades internas, desde Cuba
salieron a defender la II República en España más voluntarios que del resto de
las naciones, además muchos otros también lucharon contra el fascismo en la
II Guerra Mundial.
III SITUACIÓN POLÍTICA EXTERIOR E INTERNA AL TRIUNFO DE LA
REVOLUCIÓN CUBANA
En 1959, el contexto regional y continental estaba marcado por la Guerra Fría,
que implicaba una persecución y combate a todo lo que se acercara al
comunismo y el socialismo para evitar que sus ideas y acciones penetraran en
la región. Todos los organismos regionales como la OEA y el Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca (TRIAR) o Tratado de Rio, fundado en
1947, estaban enfilados contra los cambios políticos o institucionales aunque
tuvieran un carácter nacional-burgués, por lo que subjetiva y objetivamente las
condiciones parecían adversas para que triunfara o sobreviviera cualquier
intento revolucionario.
Todos los países carecían de la suficiente soberanía o capacidad de decisión
para contradecir y mucho menos enfrentar la voluntad de EEUU, que obtenía
unanimidad en el apoyo a sus propuestas y decisiones.
En Cuba el control norteamericano y sus mafias en la economía, la política y el
ejército era superior al del resto, por lo que se veía muy lejano, como una
verdadera utopía siquiera pensar en tal realización.
Algunas cifras muestran esa realidad (Álvarez R. 2016)
En el año 1927, durante la tiranía de Gerardo Machado, las inversiones de
capital norteamericano en Cuba ascendieron hasta 1140 millones de dólares.
Posteriormente debido a la inestabilidad socio-política de Cuba e influencia de
sucesos extranacionales como la II Guerra Mundial, la Guerra de Corea, el
Plan Marshall entre otros, estas disminuyeron hasta el arribo de otra tiranía, la
de Fulgencio Batista, durante la cual, hasta 1958 Cuba ocupó el tercer lugar en
Latinoamérica respecto a las inversiones norteamericanas con 1001 millones
de dólares, superado solamente por dos grandes economías regionales como
Venezuela con 1308 y Brasil con 1411 millones. Se encontraba por encima de
grandes países como Argentina, México, Colombia, Chile y Perú.
Se estima en 500 millones de dólares la reserva internacional del país en
1952, de los cuales se transfieren al extranjero por concepto de beneficios y
fraudes más de 200 millones, sobre todo hacia bancos norteamericanos.
El déficit en la balanza comercial con Estados Unidos entre 1948 y 1958 sumó
603.4 millones de dólares.
Se crearon empresas mixtas con capital norteamericano en su mayoría, donde
se eludía el pago de los aranceles al Estado, se utilizaba indiscriminadamente
la mano de obra barata y las materias primas. En 1957 ya los mejores centrales
azucareros en cuanto a tecnología y rendimiento estaban en manos de
inversores norteamericanos, que proveían el 75 % de nuestras importaciones y
adquiría el 66% de las exportaciones. Los principales renglones económicos,
azúcar, minas, banca, tierra, estaban con más del 50 % en propiedad de
norteamericanos y los servicios de electricidad y teléfonos al 100%.
No obstante esas condiciones, triunfó una revolución profunda y verdadera que
desde el primer momento se puso al servicio del pueblo y resistió las
implacables respuestas de la poderosa nación del norte, anticipando o
devolviendo cada golpe que esta pretendiera dar y para eso se necesitaba una
concepción científica y una voluntad consciente que orientara correctamente a
los dirigentes de la Revolución encargados de tomar las decisiones pertinentes.
El 17 de mayo de 1959, al firmarse la Primera Ley de Reforma Agraria, EEUU
excluyó la negociación como vía de relacionarse con la Revolución Cubana.
Estaba seguro de su dominio y hegemonía en el continente y sobre todo en
este país, por lo que no vaciló en aplicar un intento de escarmiento definitivo
contra posibles repeticiones. La atacó en todos los planos, incluyendo la
ejecución de una invasión militar.
En ese entonces, en la región del Caribe, excepto “La Española” (República
Dominicana y Haití) no había una sola de las islas que fuera independiente,
todas eran colonias o Territorios de Ultramar pertenecientes a Gran Bretaña,
Francia, Holanda o EEUU, por tanto, subordinadas a estos y no se les
reconocía como actores en la comunidad internacional.
El panorama político fuera del continente tenía a África con apenas 5 países
independientes pues la inmensa mayoría de su territorio estaba constituido por
colonias pertenecientes a potencias europeas, mientras Europa y Asia vivían
una tenaz confrontación entre dos regímenes sociales diferentes: el capitalismo
contra el socialismo, que tenían al frente a las dos superpotencias militares y
políticas más grandes del momento y de toda la historia hasta hoy: los EEUU y
la URSS.
Para los líderes cubanos era una tarea urgente y estratégica establecer la línea
a seguir en Política Exterior. Para corresponder a las demandas históricas de la
nación, no había márgenes para improvisar, se necesitaba identificar,
puntualizar y corroborar los intereses trascendentales excluyendo todo lo que
fuera circunstancial. Se precisaba:
-la interpretación más profunda sobre la realidad objetiva y subjetiva, que
incluía la complejidad de condiciones y escenarios;
-el conocimiento del desarrollo propio del pueblo a partir de las amenazas y
oportunidades históricas, los vínculos específicos con el entorno que nos
rodeaba y las principales características geográficas, étnicas, culturales,
económicas, idiosincrasias etc
-considerar y reinterpretar principios universales de la humanidad como la
solidaridad, libertad, igualdad y armonizarlos con las condiciones materiales y
espirituales que en ese momento predominaban en Cuba;
-determinar con precisión el papel que deseábamos jugar en el mundo y las
posibilidades reales de materializarlo;
Todo ello condicionado por dos realidades adversas y permanentes:
1) la imposibilidad de autosatisfacer las demandas internas de energía con las
fuentes tradicionales, sobre todo del petróleo
2) el interés de las grandes potencias por poseer, disponer o controlar al país,
lo cual nos ha hecho y todavía nos hace muy vulnerables a las presiones
externas, sobre todo de EEUU.
Estas consideraciones eran motivo de discusión y planificación mucho antes
del triunfo revolucionario. Los órganos colegiados de la Revolución concluyeron
y aceptaron de forma general que para transformar el país había que destruir
totalmente el sistema viejo y construir uno nuevo en la economía, en la política
y en las relaciones sociales, que incluían los vínculos con el exterior de nuevo
tipo, diferentes e independientes pero muy peligrosos por la fuerza a enfrentar.

IV PROYECCIÓN INTERNACIONAL DEL ESTADO CUBANO A PARTIR DE


1959
Respecto a las Relaciones Internacionales Carlos Rafael Rodríguez, Jefe del
Departamento que las atendía en el Comité Central del PCC definió que “La
política internacional del Estado cubano se fundamenta en la concepción
marxista que relaciona el desarrollo histórico con la lucha de clases”
(Rodríguez CR, 2013,169) y a partir de tal convicción se procedió a definir los
presupuestos en que se basaría nuestro interés nacional. De ellos se
establecieron las líneas principales que guiarán las políticas y toma de
decisiones en las relaciones exteriores, que pueden resumirse en 5 puntos
fundamentales.
-Mantener la independencia, soberanía, autodeterminación y seguridad de la
nación cubana.
-Capacidad de darse un gobierno democrático propio, basado en sus
tradiciones, con un sistema económico-social capaz de autoreproducirse, de
crecer, ser próspero y justo, y que a su vez, permita proteger su identidad
cultural, sus valores sociopolíticos proyectándolos al mundo con un nivel de
protagonismo acorde a las posibilidades reales.
-Considerar a todo tipo de imperialismo como la causa principal de las
injusticias que sufre la humanidad, lo que impone combatirlo en todas las
formas posibles.
-Unir en un objetivo común a todos los pueblos subdesarrollados, empezando
por los de América Latina
-Prestar ayuda solidaria y desinteresada a cualquier población, comunidad o
país que lo necesite por motivos naturales, tecnológicos, económicos, políticos
o sociales
Esos objetivos tan amplios y profundos solo son posibles de cumplir si al
mismo tiempo se va organizando una sociedad diferente a las existentes, pero
sin disminuir el alto grado de cohesión, unidad y confianza en una dirección
certera por parte de sus líderes. Se necesitaban hombres capaces de entender
las complejidades del pasado y del presente, pero también de prever el futuro
en sus rasgos más generales y entregar la vida y la salud en función de cumplir
metas superiores a ellos mismos y dentro de ellas reestructurar la esencia, los
objetivos y la proyección de las Relaciones Exterior del país, elevarlas a un
plano estratégico para servir de apoyo a la consolidación de la revolución
gestada.
La Dirección Política que asumió la Revolución en todo momento traza los
objetivos y la línea a seguir para conseguirlos; al principio a través de la
coordinación entre las organizaciones principales que conquistaron el triunfo
revolucionario, Movimiento 26 de Julio, Directorio Revolucionario 13 de Marzo y
el Partido Socialista Popular, después las Organizaciones Revolucionarias
Integradas (ORI) que constituyen un paso adelante en la unificación de todas,
posteriormente transformadas en Partido Unido de la Revolución Socialista
(PURS) y a partir de 1966 en Partido Comunista de Cuba.
Su proyección estratégica era interpretada y llevada a la práctica por el
Ministerio de Relaciones Exteriores que ha perdurado a lo largo de 60 años,
manteniendo los objetivos aunque cambiando las estructuras organizativas y
los hombres que lo dirigen y ejecutan las misiones.
En ese breve lapso de tiempo histórico, pero grande para las instituciones e
individuos, han ocurrido múltiples acontecimientos relevantes que no pasan
inadvertidos y son importantes si se quiere realmente entender a la Revolución
Cubana, tanto desde adentro como del exterior.
La descripción de los hechos incluyen sobre todo sus contextos políticos,
ajustados a la clasificación periódica realizada por el Dr Omar Félix Díaz
Escalona en su ensayo “Enfoque periodizador del Sistema Político cubano.
1959-2018”, el cual aparece en este propio Capítulo del libro.
Dicho autor establece tres Períodos de dos etapas cada uno.
Primer Período: 1959-1975. Etapas: 1959-1965 y 1965-1975
Segundo: 1975-1990. Etapas: 1975-1986 y 1986-1990
Tercero: 1990 hasta la actualidad. Etapas 1990-2011 y 2011 hasta la
actualidad
Desde el primer momento se buscó romper los moldes tradicionales de cómo
se ejecutaba la política exterior en los países del continente. Todas las
decisiones se tomaron sin consultar a EEUU ni otra potencia. Se aplicó
radicalmente el pleno derecho a ejercer soberanía, lo cual se continúa hasta
hoy.
Esa independencia absoluta conllevó al establecimiento de relaciones
diplomáticas con la República Popular China, reconociéndosele además como
única representante de su pueblo y por tanto Miembro Permanente del Consejo
de Seguridad de la ONU, en lugar de Taiwán. Igual sucedió con la república
Popular Democrática de Corea y el Movimiento de Liberación de Viet Nam del
Sur al que se le ofreció apoyo solidario en la guerra contra el gobierno de
EEUU y la reunificación del país. Esas decisiones valientes son reconocidas
permanentemente por los gobiernos y pueblos de esos países, igualmente se
procedió con cada una de las naciones del Sistema Socialista Mundial en ese
entonces y las nuevas entidades africanas y caribeñas que se iban
independizando.
El 8 de Mayo de 1960 se restablecen las relaciones diplomáticas con la Unión
Soviética.
En 1961 ocurrió en Argelia la primera ayuda desinteresada e internacionalista
del Estado revolucionario que fundó una tradición, única en el mundo y
reconocida por todos los pueblos. En ese país liberado de Francia 7 años atrás
brigadas médicas ofrecieron gratuitamente miles de consultas que salvaron
otras tantas vidas o mejoraron la salud de los pobladores. Igualmente se
enviaron tropas y especialistas militares en conformación de Batallón
Reforzado, lo cual disuadió al ejército marroquí de proseguir su invasión
territorial y se vio obligado a retirarse hasta sus fronteras tradicionales. El
pueblo y gobierno argelino no olvidan tales acciones y lo conmemoran
solemnemente de acuerdo a sus tradiciones.
En ese propio año Cuba participó como fundadora del Movimiento de Países
No Alineados en Belgrado 1961, capital de Serbia en la antigua Yugoslavia. La
trascendencia de esa organización sobrepasa épocas pues constituyó, pese a
las deserciones e inconsistencias de algunos miembros, el contrapeso al
mundo bipolarizado entonces y totalmente polarizado por EEUU desde la
desintegración del Sistema Socialista Mundial, además de llevar una lucha
sostenida por la desnuclearización total y eliminación de las armas de
exterminio en masa. La unión de pueblos subdesarrollados que propugna es la
mejor opción para enfrentar las graves calamidades que acechan a la
humanidad y a la naturaleza del planeta.
Igualmente sobresalió la intervención del Che representando al gobierno
revolucionario de Cuba durante la reunión de la OEA en Punta del Este,
Uruguay el 8 de Agosto 1961. Denunció la naturaleza del plan Alianza para el
Progreso”, fue capaz de dejar muy claro quiénes eran los verdaderos enemigos
de los pueblos del continente, cual es la posición más digna ante las presiones
injerencistas de EEUU y sus aliados. Más tarde, cumplió múltiples tareas
políticas, diplomáticas y económicas en todos los continentes y en 1965
militares en el Congo Kinshasa, África representando nuestra Revolución.
En Enero de 1962 Cuba es expulsada de la OEA y se retira definitivamente de
ese organismo conocido como “ministerio de colonias”, lo cual aprovecha el
presidente Kennedy de EEUU para imponer el 7 de Febrero el Bloqueo
Económico contra Cuba que perdura hasta la actualidad.
El 1ro de Octubre de 1965 se funda el actual PCC que recoge en sí la herencia
de las luchas que por más de 100 años ha realizado el pueblo cubano para
alcanzar sus objetivos histórico-sociales. Su misión principal es orientar,
conducir y organizar al pueblo hacia un futuro de mayor justicia, racionalidad y
solidaridad y para eso también establece las líneas fundamentales de la
Política Exterior, así como controla su ejecución.
En Enero de 1966 la Habana organiza la 1ra Conferencia Tricontinental y
recibe a los principales líderes y representantes de las organizaciones y
movimientos de los pueblos de África, Asia y América Latina que luchaban
contra el colonialismo y el imperialismo. Este evento constituyó un hito en esos
propósitos porque facilitó el dialogo, la concertación y el entendimiento entre
los pueblos con culturas, visiones y objetivos de la realidad completamente
diferentes, pero convencidos de que el imperialismo constituye la causa de los
males de nuestros pueblos, los mayores enemigos de la humanidad y el
progreso. Su impacto permitió mayor unidad mundial en las protestas y
solidaridad con el pueblo de Viet Nam para que cesaran los crueles
bombardeos contra la población civil y se acabará la guerra, además que solo
una década después desaparecieran la mayoría de las colonias de África y
Asia, aunque nuevas luchas esperaran a las grandes multitudes de nuestros
países desde un escalón superior, al vencer la inaplazable tarea de liberarse
del colonialismo. En Noviembre parte el Che a cumplir sus sueños de justicia
en Bolivia, donde es asesinado el 9 de Octubre de 1967.
Este ciclo fue el más importante y trascendental porque sentó las bases para
batallas inmensas y triunfos significativos en las esferas políticas, militares,
sociales y culturales que tuvieron impacto mundial, el principal es haber
resistido todos los ataques del enemigo sobreponiéndose a todas las
dificultades y privaciones.
En el Segundo Período ocurrieron también hechos relevantes que entraron
definitivamente en la Historia mundial como el apoyo masivo y participación
voluntaria del pueblo en las guerras de Liberación Nacional de Guinea,
Mozambique, Angola y la Revolución de Etiopía invadida por Somalia.
Estos sacrificios sin pedir nada a cambio, solo se pueden lograr a partir de un
conocimiento profundo de la responsabilidad histórica por parte de la mayoría
de la sociedad, de la confianza en un futuro diferente para la humanidad y del
convencimiento que es necesario hacerlo para garantizar ese futuro.
En 1976 se concluye el proceso de institucionalización del país. Se aprueba la
primera Constitución que se propone construir el socialismo en el continente.
Ello tuvo significados transformadores al interior del país fundamentalmente,
pues la política exterior continuó invariable en sus principios, métodos y
objetivos.
Dos años después la Habana es sede del XI Festival Mundial de la Juventud y
los Estudiantes, evento periódico que reúne a lo más progresista de los
hombres del futuro para intercambiar en total libertad sobre los problemas más
acuciantes de la humanidad a partir de sus propias visiones y experiencias.
En 1979 Cuba organiza y encabeza por primera vez una Cumbre de Países No
Alineados, la VIII. Durante cuatro años lleva a cabo una intensa actividad en
todos los continentes para promover las ideas más progresistas y eliminar los
problemas más acuciantes que afectan a nuestros pueblos brindando apoyo
político y moral, además de solidaridad material a los más necesitados.
En 1989 resultó electa miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, todo un
reconocimiento internacional al prestigio de nuestro país, porque ocurrió a
pesar de maniobras y presiones diplomáticas, políticas y económicas de EEUU
contra otros países para evitar su votación a favor de Cuba, que de esta forma
levantó su voz a favor de los pueblos subdesarrollados del planeta.
Esta etapa culmina con el espectáculo conocido como la Caída del Muro de
Berlín. Un símbolo de los nuevos tiempos que se avecinaban. La República
Democrática de Alemania, el país socialista más desarrollado económicamente
entregaba su soberanía a la República Federal de Alemania, el tercer país más
desarrollado, aunque formalmente se realizó mediante un tratado que preveía
una unión equitativa, no la absorción que realmente ocurrió y la desintegración
de la URSS Estos hechos influyeron negativamente en las fuerzas que
luchaban contra el capitalismo. Muchos grupos, partidos y países abandonaron
sus convicciones políticas y las proyecciones de construir el socialismo.
Algunos desaparecieron o se disolvieron, otros se reorientaron dentro de la
ideología capitalista como el Partido Comunista de Italia, el más grande de
Europa durante mucho tiempo, que cambió hasta el nombre y pasó a apoyar
las posiciones reaccionarias de la burguesía mundial en las últimas tres
décadas, todo lo cual deja su huella en las relaciones internacionales y
consecuentemente en la política exterior de Cuba que mantuvo la posición de
principios que siempre la caracterizó; brindando solidaridad, combatiendo las
prácticas imperialistas, ayudando a todos los pueblos sin distinción de ideología
o cualquier otra característica, lo cual acrecentó el ensañamiento de las
potencias capitalistas, sobre todo de EEUU.
El Tercer Período comienza treinta años después del triunfo de la Revolución
en medio de una severa crisis económica debido a la pérdida del 85% de los
mercados, que se concentraban en la recién desaparecida URSS y el resto de
los países socialistas, sobre todo de Europa, lo cual redujo en 35% el Producto
Interno Bruto y consecuentemente disminuyó abruptamente el poder adquisitivo
de la inmensa mayoría de los cubanos, que no obstante siguieron apoyando
masivamente el proceso sociopolítico socialista, como lo muestra su
participación en múltiples actividades de carácter internacional, teniendo
algunas como sede al propio país.
Fidel Castro Ruz en memorable discurso dio el calificativo de
“desmerengamiento” a esos eventos y aseguró que nuestro país no se
desviaría jamás ni mucho menos traicionaría el camino escogido a pesar de las
dificultades.
No obstante la situación internacional descrita anteriormente que incidía
negativamente en el desarrollo económico y social del país se organizaron los
Juegos Panamericanos de 1991, con satisfactorios resultados deportivos y
nivel de organización, participación y disciplina que tradicionalmente muestran
las autoridades y aficionados cubanos como ejemplo de valentía y
responsabilidad al darles continuidad a ese evento regional, pues la sede
planificada cuatro años antes, Santiago de Chile renunció abruptamente
pretextando problemas económicos internos de las empresas privadas
contratadas para realizar las obras.
Ese propio año se pone fin oficialmente a una gesta inaudita en la Historia de la
humanidad, el regreso victorioso a Cuba de todas las tropas militares que
garantizaron la independencia e integridad territorial de Angola y Etiopía en el
continente africano, a más de 15 000 km de distancia, pero motivados por la
lucha contra los últimos reductos del colonialismo, el racismo oficial y el
expansionismo e impregnados de la idea de pagar nuestra deuda con la
humanidad que enarboló el Comandante en Jefe Fidel Castro. Esos hombres
dejaron atrás lo más querido y ofrecieron su energía, su tiempo y su vida por
una causa que consideraron la más justa.
Contrastantemente, en esa fecha también EEUU desarrolló una de las
agresiones más rápidas y eficientes de la Historia, conocida como la 1ra
Guerra del Golfo que sirvió de preámbulo a la declaración del entonces
Presidente George Herber Bush sobre la alborada de un “Nuevo Orden
Mundial”.
Estos cambios radicales en el contexto mundial provocaron en la prensa y la
opinión pública burguesa una euforia inusitada en los círculos de poder
occidentales. La Revolución de Octubre en 1917 y creación en 1921 de la
URSS que feneció en 1991 es utilizada para convencer las mentes de los
obreros y campesinos de que el pueblo no está en condiciones, no sabe
autogobernarse y por tanto eso fue un accidente social que jamás se repetiría,
se llegó al Fin de la Historia
Fue interpretado por sus elites gobernantes como victoria total y definitiva
sobre el enemigo y trasmitido al resto del mundo, que aceptó la imposición de
un momento unipolar y una euforia triunfalista extendidas varias décadas
posteriores. Se produjo un reordenamiento en las relaciones e influencias entre
los países, bloques, regiones y culturas que favorecieron los intereses de
EEUU, Alemania y otras naciones desarrolladas.
Se autoimpusieron la misión “sagrada” de expandir la Democracia y el Libre
Comercio por el bien de la humanidad y esperaban que los pequeños residuos
de socialismo y progreso se neutralizaran ellos mismos, arriaran sus banderas
y se incorporaran a la moda neoliberal.
Contrariamente a lo esperado por el mundo, pues se ignora la esencia de su
Revolución, Cuba no siguió ese camino. Escogió resistir todos los embates que
el enemigo le preparaba.
Ese clima internacional que se impuso contradecía y entorpecía la visión y
cumplimiento de objetivos que Cuba se había propuesto, pues alcanzó su
apogeo un fenómeno objetivo; la globalización neoliberal, utilizado en dos
direcciones por el pensamiento dominante.
Por un lado, cuestiona teórica y prácticamente la validez del principio de
soberanía nacional, instando a los países más débiles a aceptar como un
dogma la necesidad de acatar la intrusión de organismos internacionales y de
las grandes potencias centrales en sus asuntos internos, tanto en materia de
política económica como de política social.
Por el otro, se promovió e impuso una homogenización global centrada en la
democracia burguesa de corte neoliberal, en la desregulación económica y la
liberalización comercial. Respecto al derecho Internacional se trata por distintas
vías de consagrar un nuevo “principio”, el de “injerencia humanitaria”, mediante
el cual se alega que la “comunidad internacional” tiene el deber de corregir las
violaciones masivas de los derechos humanos. Eufemismos utilizados para dar
la impresión de consenso en los objetivos y encubrir la identidad e intereses
verdaderos de las potencias intervencionistas, pero siempre con el apoyo de la
prensa internacional, también controlada por los grandes poderes. Los países
que serán intervenidos son calificados previamente de “estados fallidos” y
sometidos a todas las presiones para debilitarlos y estén lo suficientemente
¨maduros¨ para efectuar los ataques. Los ejemplos de Afganistán, Libia, Siria y
Yemen donde han perecido cientos de miles de personas y emigrado millones,
constituyen una prueba irrefutable de esas teorías y sus consecuencias
desastrosas.
En 1998 se produce la primera visita de un Papa, Juan Pablo II, a Cuba y en
1999 se produce la victoria electoral de Hugo Chávez en Venezuela
instaurando la Revolución Bolivariana y pasando a ser el principal aliado
político y económico del país. De los 185 países que integraban la
Organización de Naciones Unidas ese último año del milenio, Cuba mantenía
relaciones con 160, el 87,5% de todos sus miembros.
En el año 2020 Cuba tiene relaciones diplomáticas con 197 países Dispone de
148 Representaciones en el exterior en 121 países, de ellas, 120 Embajadas, 1
Sección de Intereses, 20 Consulados, 4 Oficinas Diplomáticas y 4
Representaciones ante Organismos Internacionales (Diaz-Canel 2019,4-5).
De las seis naciones que no son miembros de la ONU, nuestro país tiene
relaciones diplomáticas con dos: Santa Sede y Suiza. Cuba también ha
reconocido a la Autoridad Nacional Palestina, a la República Árabe Saharaui
Democrática y lucha permanentemente por la independencia de Puerto Rico.
De los 32 organismos electivos que componen el sistema de Naciones Unidas,
Cuba es miembro de 14 lo que equivale al 43,7% , no obstante enfrenta el
desafío de seguir neutralizando por un lado las amenazas y los ataques de la
política de EEUU y por el otro al pensamiento neoliberal que trata de
globalizarse, de imponerse como el único realmente viable en las condiciones
del mundo hoy, pues las opciones de encontrar aliados realmente
independientes en el continente que mantengan un apoyo frente a todas las
presiones son muy reducidas en estos tiempos, solo Venezuela y Nicaragua,
ambas también amenazadas y atacadas en todos los planos.
Por otra parte, fuera del continente, China, Lao, Vietnam y Corea del Norte,
países que también pretenden construir el socialismo se encuentran muy
lejanos geográficamente y los demás colaboradores o potenciales aliados
estratégicos o tácticos, como Rusia, Bielorrusia, Kazajstán, Azerbaizhan, Iran,
están sujetos a probables cambios de orientación política al renovar
periódicamente a sus gobiernos.
La Unión Europea desde 1994 hasta 2017 en coincidencia con Washington nos
impuso sanciones económicas, políticas, diplomáticas y limitaciones al
intercambio cultural, no obstante a fines de 2018, con pragmatismo abierto,
cambió su línea de acción, retiró sus sanciones incondicionalmente, sin obtener
la más mínima de las condiciones que exigía y normalizó las relaciones en
todas las esferas y hoy defiende su derecho a mantener relaciones económicas
con Cuba.
Nuestro país aprovechó el importante capital político creado y desarrollado en
décadas como defensor incondicional y a veces único de las causas más justas
del Tercer Mundo, así como las pequeñas diferencias y desacuerdos
detectados dentro de las grandes coincidencias existentes entre los Estados
Unidos y sus principales aliados, sobre todo en los métodos a emplear en cada
momento y el rechazo generalizado a la arrogancia y prepotencia que implica la
imposición y mantenimiento de un criminal bloqueo económico que concita
todavía una resistencia de Gobiernos y fuerzas populares en todo el mundo,
dejándolo a la superpotencia mundial sola y sin apoyo en esa actitud.
Al mismo tiempo, las consecuencias nefastas de las decisiones neoliberales en
todo el mundo, pero particularmente en América Latina y el Caribe, facilitaron
que el modelo cubano, con sus incuestionables logros sociales, a pesar de sus
insuficiencias y defectos, sea visto con un prisma más favorable por
importantes fuerzas políticas internacionales, movimientos sociales y opinión
pública en general.
El Movimiento de Países No Alineados desde 1989 quedó debilitado por la
desorientación política de muchos de sus miembros, lo que impedía articular
una estrategia común que les permitiera defender sus viejas demandas sobre
un Nuevo Orden Económico Internacional o sobre el Derecho al Desarrollo, no
obstante, ni desapareció ni se desintegraron, con muchas dificultades
continuaron unidos en los aspectos que consideraron prioritarios y se le
incorporó la República Bolivariana de Venezuela, que aportó con el
pensamiento y la acción de su líder Hugo Chávez Frías nuevas y más altas
dosis de integración, antiimperialismo y resistencia ante las dificultades que
viven sus miembros. También se unieron al movimiento países europeos,
antiguas repúblicas de la Unión Soviética como Bielorrusia y Azerbaizhan que
tributan fuerza y creatividad.
Hasta aquí el breve panorama de algunos acontecimientos trascendentales en
los últimos 60 años y su vinculación con Cuba.
Ahora este ensayo se concentrará brevemente en un punto angular de la vida
político, económico, social, e histórico del país. Las relaciones con la potencia
más grande que ha conocido la historia y vecino muy cercano geográfica y
culturalmente, que por sus contradicciones profundas y permanentes se
conoce en nuestro país como:.
V DIFERENDO CUBA -EEUU
Su esencia es clara, los EEUU en su comportamiento geopolítico no pueden
permitirse que en las cercanías de su frontera haya vecinos que lo contradigan
y mucho menos que lo enfrenten, que salgan victoriosos y que muestren a los
demás las limitaciones históricas de su modo de vivir y reproducirse. Ello
constituiría un freno y a la larga un retroceso en su ascenso y permanencia
como principal y decisivo actor en el contexto regional e internacional. Ellos lo
comprenden bien y en correspondencia buscarán a toda costa derrotar y borrar
del recuerdo a la Revolución Cubana.
Tan temprano como 1766, cuando solo eran Trece Colonias de Gran Bretaña
en Norteamérica, algunos de sus líderes con pensamiento futurista aspiraban a
convertir el país en el mayor del mundo por extensión territorial y riquezas;
desde Alaska hasta el Mar Caribe sería zona exclusiva para ellos y en ese
proyecto concebían a Cuba como inevitable propiedad o al menos aliado
incondicional permanente.
El siglo XIX conoció de presuntuosos planteamientos teóricos como la
“Doctrina Monroe” en 1823 esbozada por el presidente James Monroe de
“América para los americanos”, un principio de su política exterior y
considerada como la primera sistematización realmente elaborada por ese país
(Allende D, 2018, 288) para sus vínculos con el extranjero; no permitir
intromisiones europeas en los asuntos internos de nuestro continente. Dentro
de ella, su Secretario de Estado, John Quincy Adams elaboró la de la “Fruta
madura” que establecía un símil entre la gravedad física y la geopolítica, por el
cual Cuba como país pequeño no podía dejar de caer o pertenecer al territorio
de uno mucho más grande y cercano como EEUU.
Ese poderío económico, político, tecnológico y militar alcanzado no ha sido
suficiente para enamorar o convencer a los cubanos a seguirlos en la historia y
renunciar a construir su propio camino, el cual no contempla a EEUU como
ejemplo a seguir, ni como aliado o entidad especial, sino solamente como
vecino y rival político, pues su modo imperialista de conducirse en la arena
internacional y a su interior, los hace fuente de la mayoría de los problemas
que hoy enfrenta la humanidad y que Cuba evita.
El triunfo de la Revolución Cubana en 1959 no es bien recibido por los círculos
de poder en EEUU. Las medidas internas y en política exterior tomadas
inmediatamente después generalizó la animadversión contra el país.
El 3 de Enero de 1961 EEUU rompe las relaciones diplomáticas con Cuba.
Entre el 15 al 19 de Abril se producen los bombardeos a aeropuertos
provocando decenas de víctimas, la Declaración del Carácter Socialista de la
Revolución y la Invasión militar por Playa Girón que es derrotada
fundamentalmente por el accionar conjunto de los milicianos cubanos con la
policía y sus Fuerzas Armadas en solo 72 horas. Un durísimo golpe a las
pretensiones norteamericanas de recuperar el control sobre Cuba. Constituyó
la primera derrota militar de ese país en el hemisferio occidental y demostró
que cuando un pueblo está unido en la consecución de sus objetivos, no hay
fuerza que lo amedrente.
El 30 de Noviembre de 1961, el recién electo presidente de EEUU John
Fiztgueral Kennedy también aprobó la “Operación Mangosta” (Diez A, 2018, T
I, 11 y 131.) para autorizar oficialmente la realización de todo tipo de acciones
desestabilizadoras contra el gobierno y el pueblo que lo apoya, mientras
establece en Febrero de 1962 el Bloqueo contra Cuba que se mantiene y
recrudece por más de 6 décadas.
Ese mismo 1962 tiene lugar la Crisis de Octubre que pone al mundo al borde
de una Guerra Nuclear, pero Cuba en la voz y acción del Primer Ministro Fidel
Castro en defensa de su soberanía y autodeterminación, derrota moral y
políticamente los planes militares de la cúpula de poder en EEUU y brinda una
lección de principios a los líderes soviéticos. Esa actitud de enfrentamiento total
con decisión de llevarlas hasta las últimas consecuencias sienta precedentes
para el futuro respecto al comportamiento ético de los líderes mundiales y
constituye una muestra para los pueblos de países subdesarrollados y
dependientes de que no se debe vacilar ni retroceder ante el enemigo.
Cada año los han recrudecido las sanciones, en primer lugar las económicas
como opción inmediata, pues colgaba del aire la posibilidad de una invasión del
ejército en nombre de su Gobierno que constantemente amenazaba con esa
intención para obligarla a gastar gran parte del presupuesto en la defensa.
La estrategia consiste en estrangular la sociedad, aumentar las presiones
desde el exterior e interior mientras arrecian el Bloqueo que provoca desgaste
material y sensación permanente de malestar social, impregnar el máximo
individualismo en los razonamientos, sentimientos y voluntad para que se
proyecten en el pensamiento y el comportamiento de los ciudadanos, debilitar
la moral, las convicciones e ideología como antesala de la corrupción
generalizada y cada vez más profunda y así fragmentar las fuerzas armadas y
la sociedad, dividirlas en la mayor cantidad de partes bien pequeñas, lo cual
inevitablemente tendería a un caos que logre resultados políticos finales y
cuando la sociedad y su dirigencia estén separados ejecutar la intervención
militar bajo cualquier pretexto humanitario con los mínimos costos militares y
económicos y proyectando la imagen de EEUU como nuevos salvadores de
poblaciones y países.
Se barrería con todas las organizaciones de masa, de profesionales o
aficionados, se excluiría la posibilidad de crear uniones o asociaciones que
fortalezcan a la población para diluir el sentido de pertenencia a un barrio, un
grupo, comunidad y a la sociedad toda. Con ello borrar hasta la cultura que nos
caracteriza como pueblo único y que tanto sudor y sangre nos ha costado
construir y preservar durante siglos. Si logran concretar este panorama en
nuestro país, la invasión no se haría esperar.
Esta política de forma general fue continuada por las siguientes
administraciones norteamericanas y todavía sigue aplicándose, no obstante se
produjeron hitos dentro de ella que marcan las etapas.
El presidente William Clinton en 1992 aprobó algunas propuestas de los
sectores más reaccionarios y anticubanos de la clase política de ese país,
convencidos de que serían golpes mortales y definitivos, aprovechando el
contexto de la “soledad internacional” de la Revolución Cubana, entre ellas dos
legislaciones muy famosas. La “Ley para la Democracia en Cuba” también
conocida por el nombre del congresista que la patrocinó como “Ley Torricelly”
que pretende a través de presiones y amenazas contra los que comercian con
Cuba, impedir nuestro intercambio mercantil en el mundo. Esta no fue lo
suficientemente eficaz para las exigencias de los lobistas anticubanos, pues la
economía cubana comenzó a recuperarse lenta, pero continuamente a partir de
1994 sin que ellos pudieran impedirlo, por tanto el 12 de Marzo de 1996 firmó
otra todavía más represiva, cínica y aberrante, la “Ley para la Libertad y
Solidaridad Democrática Cubana” o “Ley Helms-Burton”, nombre de los
legisladores que la presentaron al Congreso. Con ella aumentan el grado de
vigilancia y restricción a los que comercian con Cuba, tratan de impedir se
desarrolle el proceso de inversiones extranjeras en forma de capitales,
tecnología y mercados, codificaron, otorgándoles la categoría de Ley, a todas
las disposiciones dictadas desde 1959 contra Cuba, al mismo tiempo que
cambian forzada y artificialmente la denominación del proceso de
nacionalización llevado a cabo en 1966 acorde con el Derecho Internacional
por el de “confiscación” mientras a los inversores extranjeros les llama a partir
de ahora “traficantes”, con lo cual intentan legitimar todas las sanciones
extraterritoriales que van desde grandes multas, hasta la imposibilidad de
mantener negocios con EEUU, incluyendo restricciones de visa de entradas a
ese país a instituciones, empresas, bancos, ciudadanos y cualquier entidad,
incluyendo a sus representantes y familiares que establezcan vínculos o
relaciones económicas de cualquier tipo con Cuba.
Los cuatro Títulos de esta Ley están tan descarriados y son tan violatorios del
Derecho Internacional y de la Libertad de Comercio y Navegación, que sus
efectos violan la igualdad soberana, la jurisdicción interna de los Estados y el
respeto necesario entre ellos, incluso llegan al absurdo de contradecir su propio
cuerpo legal y prevé sancionar a sus propias empresas norteamericanas que
se beneficiarían del comercio con el archipiélago.
Cuba no solo apeló a la ley internacional, sino la contrarrestó legalmente el 24
de Diciembre de ese mismo 1996 con la “Ley de reafirmación de la dignidad y
soberanía cubanas” o “Ley 80” la cual desde su primer artículo de los 14 que la
conforman la declara ilícita, inaplicable y sin valor jurídico alguno.
Posteriormente, el 17 de Febrero de 1999, en respuesta al recrudecimiento del
bloqueo contra nuestro país, la Asamblea Nacional del Poder Popular aprobó la
“Ley de protección de la independencia nacional y la economía de Cuba” o “Ley
88”
Los demás países y organizaciones internacionales como la ONU, la Unión
Europea, el Grupo de Rio responden y rechazan a la Ley Helms-Burton con
dos procedimientos fundamentales: elaborando las conocidas “leyes antídotos”
y los “Acuerdos de promoción y protección de inversiones”
Con estas leyes, EE UU ha elevado las tensiones existentes entre los dos
países y provocado la unión de los sujetos y actores internacionales en el
rechazo a la aprobación y aplicación de esa Ley.
Por demás la respuesta cubana ante el recrudecimiento de las agresiones
imperialistas se ha caracterizado por mantener la ecuanimidad, la seguridad y
confianza en nuestras propias capacidades, estableciendo una política de
resistencia activa que permita seguir ejecutando la construcción de un
socialismo próspero y eficiente, donde el empleo de los recursos naturales y
humanos de forma racional la convirtieran en un polo atractivo para las
inversiones extranjeras directas, (IED), en los principales renglones de nuestra
economía, sobre todo en la transformación paulatina de la matriz energética,
propiciando el desarrollo de fuentes alternativas más limpias ambientalmente y
renovables como: viento, sol y biomasa, de tal forma que para el 2030 el
empleo de estas alcance el 30% del total de electricidad generada.
El período del presidente George W. Bush del 2000 al 2008, hijo del anterior,
continuó la línea agresiva y amenazante a nuestra independencia, pero se
concentró fundamentalmente a guerrear en varios países árabes bajo el
pretexto de lucha contra el terrorismo, utilizando la Base Naval de Guantánamo
como prisión de cientos de hombres que son torturados y humillados aunque
muchos de ellos son completamente inocentes.
La presidencia de Barac Obama (2008-2016) y sus asesores comprendió la
inutilidad de la política de confrontación, trataron por tanto de cambiar las
formas y métodos de intromisión en nuestros asuntos, sin cambiar los objetivos
estratégicos. Para ello redujeron las presiones directas, restablecieron tras más
de 50 años las relaciones diplomáticas y contactos pueblo a pueblo, aunque se
diversificaron y aumentaron las interferencias indirectas como el gesto
aparentemente desinteresado de otorgar becas a jóvenes cubanos para
prepararlos como los futuros líderes políticos y sociales del país, lo cual implica
entrometimiento en nuestros asuntos internos, ya que ignoró las instituciones,
intereses, características y procedimientos cubanos que cumplen tal función..
La mayor expresión de sus intenciones la constituyó su visita oficial a Cuba,
trayendo toda la familia, paseando libremente por las calles y plazas,
hablándole y contactando sin limitaciones con las personas e instituciones,
tanto las oficiales como las no oficiales. Siempre proponiendo olvidar la historia
y el pasado para construir juntos el modelo de relaciones internacionales que le
conviene al imperialismo financiero. Así logró mejorar la imagen internacional
de EEUU y al mismo tiempo mantener la búsqueda y consecución de los
mismos objetivos. Tácticas diferentes que aparentaban una rectificación en la
posición de su país.
Donald Trump, el presidente de EEUU elegido en el 2016, ha retomado la
aplicación de la tradicional retórica y actualizado medidas abiertamente
agresivas, afectado la estabilidad de las relaciones entre ambos países y
revierte los pasos de avance concertados en ese campo.
En junio de 2017, aprobó un Memorándum Presidencial de Seguridad Nacional
titulado “Fortalecimiento de la Política de los Estados Unidos hacia Cuba” o
NSPM, con un Reglamento modificado en noviembre del propio 2017 para
implementar cambios en el “Programa de sanciones a Cuba”.
Con ello EEUU busca lograr los siguientes objetivos:
-Facilitar el cumplimiento de la ley de los Estados Unidos, en particular las
disposiciones que rigen el embargo contra Cuba y la prohibición referente al
turismo;
-Responsabilizar al régimen de Cuba por abusos de los derechos humanos y
opresión;
-Fomentar la seguridad nacional y los intereses de la política exterior de los
Estados Unidos a nombre del pueblo de Cuba; y
-Sentar las bases para empoderar al pueblo cubano para desarrollar mayor
libertad política y económica.
Entre las acciones concretas llevadas a cabo con ese fin podemos mencionar:
• No cumplimiento del acuerdo de otorgar anualmente no menos 20 000
visas a ciudadanos cubanos para emigrar a ese país, buscando masificar la
salida ilegal de nuestro territorio y construir nuevas crisis que sirvan de pretexto
a proyectadas intervenciones armadas.
• Fabricar y divulgar mentiras sobre la seriedad y responsabilidad del
gobierno en la seguridad de las sedes diplomáticas al acusarlo de ataques
sónicos contra los representantes permanentes de su embajada en La Habana,
justificación para retirar a todos de la misma, pues se conoce que dichos
pertrechos todavía no pueden ser construidos ni siquiera diseñados pues el
grado de desarrollo de la tecnología actual en el mundo no lo permite.
• La inclusión de Cuba en la lista de países que practican la trata de seres
humanos, violando la Ley Internacional pues nadie le dio el derecho de
convertirse en juez y sancionador sobre este y ningún otro asunto.
• La aplicación de los Capítulos II y III de la Ley Helms-Burton, que permite a
los antiguos dueños y sus descendientes que tenían propiedades en nuestro
país, el ejercer reclamaciones ante las cortes judiciales de EEUU para que les
sean devueltas o compensadas, ignorando con ello la capacidad de nuestro
Estado de realizar nacionalizaciones cuando lo considere necesario.
• La eliminación de los llamados contactos pueblo a pueblo al prohibir la
entrada de cruceros turísticos, yates, embarcaciones y aeronaves privadas a
puertos y aeropuertos cubanos.
• El rompimiento de los acuerdos que permitirían a peloteros cubanos jugar
Beisbol en ese país de forma legal estimulando así la deserción de estos y
otros deportistas, artistas, profesionales.
• La persecución de nuestros galenos que trabajan en otros países para que
deserten y desprestigiar al Programa Internacional de Ayuda Solidaria a los
países necesitados de médicos y personal especializado en proteger la salud,
con ello atacan al estado cubano al acusarlo de trata de personas.
Estamos viviendo otro período de inestabilidad y el recrudecimiento de las
confrontaciones políticas, diplomáticas, culturales y económicas entre ambos
países, que pueden trascender dichas áreas e incursionar en el plano militar,
para limpiar la derrota en Playa Girón.
Cuba ha soportado amenazas de toda índole, nos hemos preparado para
enfrentarlas y ello disuade al enemigo de actos temerarios. Se trabaja bajo el
principio de que la mejor forma de ganar una guerra es evitarla.
Los círculos gobernantes más retrógrados de la clase política de ese país han
arribado a la dirección del Gobierno, combinado con características
psicológicas de su Presidente y Comandante en Jefe de sus Fuerzas Armadas,
que lo convierten en alguien muy difícil de predecir, no solo por lo que dice,
sino también por lo que hace en los planos financieros, económicos, políticos y
militares. Se conjugan en su personalidad un ego muy elevado, es misógino y
racista, excluye de su comportamiento los principios éticos elementales y
protocolares. El pragmatismo llevado al extremo lo ha hecho mostrarse
desinteresado por los problemas globales del planeta, incluyendo no solo la
vida de las personas, pueblos y sociedades sino también el futuro de la raza
humana y de todas las especies, pues no acepta reconocer las amenazas que
se ciernen por el cambio climático a partir de la actividad productiva, social y
militar que generamos los hombres. Aumenta constantemente el presupuesto
para el desarrollo de armas atómicas y de valor estratégico que se tornan más
peligrosas y agresivas con sus decisiones de ataques sorpresivos a bases
militares y objetivos individuales de jefes y personalidades enemigas.
A partir de la realidad que encarnan esos dirigentes no solo el MINREX, el
Presidente de la República, el Estado y la Sociedad Política deben estar alertas
y preparados sino también la Sociedad Civil, todo el pueblo y sus
organizaciones entrenados y listos para enfrentar desde probables ataques
con armamento sofisticado hasta intentos de ocupación que de lograr éxitos
militares momentáneos tendrán un empantanamiento en una guerra cruenta
cuyo costo en vidas humanas y sacrificios económicos por ambas partes serían
incalculables.
VI ORGANIZACIÓN ESTATAL DE LAS RELACIONES EXTERIORES
Toda la actividad política realizada por el Estado cubano en los 60 años de
historia revolucionaria, la vista anteriormente y la no mencionada, ha sido
establecida, planificada, dirigida y controlada por el Buró Político del PCC, que
es la fuerza dirigente de la sociedad reconocida por la Constitución y apoyada
por la mayoría del pueblo.
La Asamblea Nacional, el Presidente de la República, el Consejo de Estado
cumplen las indicaciones que emanan del PCC y son los órganos superiores de
la dirección estatal que incluye a las Relaciones Exteriores.
De esos órganos sale el Consejo de Ministros con su Premier, encargados de
ejecutar desde el Gobierno los encargos del Estado. Para eso en materia de
Relaciones Exteriores conformó tres instituciones subordinadas al mismo,
diferentes por sus funciones y roles que dirigen su accionar hacia áreas
específicas de la comunidad internacional.
El primero por antigüedad e importancia es el Ministerio de Relaciones
Exteriores (MINREX), que fue definitivamente constituido el 23 de diciembre de
1959 por un Decreto del Gobierno Revolucionario para sustituir al entonces
Ministerio de Estado, instaurado desde la primera ocupación norteamericana
en 1898, y por tanto respondía a los intereses de esa potencia.
Al MINREX se le encomienda la misión de ejecutar, promover y defender la
política exterior que elaboran las instancias superiores representantes del
pueblo cubano a partir de los principios, valores e intereses nacionales, según
establece la Constitución vigente. A la vez es asesor en la elaboración de dicha
política, así como ejecutor de las estrategias y tácticas para su aplicación.
Lo dirige el Ministro o Canciller designado por el Primer Ministro y ratificado por
la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Desde 1959 han ocupado el cargo de Canciller los compañeros:
-Raúl Roa García (1959-1976),
-Isidoro Malmierca Peolí (1976-1992),
-Ricardo Alarcón de Quesada (1992-1993),
-Roberto Robaina González (1993-1999),
-Felipe Pérez Roque (1999-2009) y
-Bruno Rodríguez Parrilla (2 de Marzo de 2009 hasta hoy)
De Enero de 1959 hasta Abril de ese propio año fungió como Ministro de
Estado Roberto Agramonte al que se subordinaba el Departamento de
Relaciones Exteriores, posteriormente el Ministerio que fundó y dirigió Raúl
Roa.
El MINREX cuenta con un Instituto Superior de Relaciones Internacionales
(ISRI) y un Centro de Investigaciones de la Política Internacional (CIPI).
Los otros organismos encargados de gestionar y actualizar las decisiones
emanadas del PCC en las Relaciones Exteriores son:
-Ministerio de Comercio Exterior, dirigido por su actual ministro Rodrigo
Malmierca Díaz, se encarga de los negocios económicos. Creado en 1992,
heredero del Comité Estatal de Colaboración Económica, (CECE), hasta aquel
momento subordinado al Consejo de Estado y cuyo primer presidente fue
Héctor Rodríguez Llompart.
-Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos. Se concentra sobre todo en
establecer y profundizar los vínculos con los pueblos, organizaciones y
ciudadanos que simpatizan con nuestro proceso pertenecientes a las
sociedades civiles de otros países, aunque también asume vínculos oficiales
con Estados, Gobiernos e instituciones que los representan con un
pensamiento y accionar antiimperialista, humanitario, ambientalista y
progresista. Su primer Presidente desde 1960, año en que se creó, fue el
mexicano Alfonso Zelaya, combatiente del Ejército Rebelde que desembarcó
en el yate “Gramma” el 2 de Diciembre de 1956. Le siguieron el artista y Héroe
del Trabajo Socialista Sergio Corrieri (fallecido), Kenia Serrano y el Héroe de la
República de Cuba, uno de los 5 Prisioneros del Imperio, Fernando Rodríguez
Llort.
VII. CONCLUSIONES
La justicia social tanto hacia el interior del país y la solidaridad en defensa de
los países subdesarrollados y colonizados constituyeron propósitos
manifestados desde las primeras luchas por la independencia, lo cual solo fue
viable a través de una Revolución social que tomara y defendiera con todos los
medios el poder político.
La práctica ha demostrado que el diseño de la Política Exterior desde el triunfo
de la Revolución sirve al interés nacional pues logró proteger la Seguridad
Nacional contra la estrategia múltiple de los Estados Unidos inaugurada bajo la
administración Eisenhower ese propio año, así como de otras potencias que la
secundaron como Gran Bretaña, Australia, Francia y España al mismo tiempo
se fortalecieron los altos índices de desarrollo social proyectados hacia el
interior y establecieron relaciones políticas, diplomáticas y económicas con la
inmensa mayoría de los países del mundo.
La trayectoria de principios mantenida desde el triunfo de la Revolución ha
brindado al país un estatus múltiple de socialista, antimperialista,
internacionalista, no alineado, latinoamericano y caribeño, que es ampliamente
reconocido por la opinión pública internacional
En medio de las múltiples crisis interconectadas que vive el mundo hoy,
alimentaria, migratoria, de gobernabilidad, de violencia social, ecológico-
climática etc, la posición invariable de la República de Cuba tanto en su
discurso como en su actuar en defensa de los más altos valores humanos y
sociales se ha constituido en una de las escasas alternativas reales para
encontrar la paz definitiva entre todas las naciones, aumentar el desarrollo
económico de todos los países con los niveles de justicia deseados por la
humanidad desde hace milenios y construir una nueva percepción y un nuevo
concepto de felicidad para el mundo donde cada ser y grupo humano se
autoevalúe por sus aportes a los demás y no por la acumulación de
adquisiciones materiales, riquezas, dinero o poder.
Hay consenso en el pueblo cubano, refrendado en la Constitución de 1919 para
continuar la política inclaudicable que desde 1959 han conformado la práctica
de las Relaciones Internacionales desarrolladas por el Estado cubano y su
proyección para la tercera década del siglo XXI.

VIII REFERENCIA
- González Gómez, Roberto. 1991. “Teoría de las Relaciones Políticas
Internacionales. El debate sobre los paradigmas”, ISRI, La Habana, Editorial
“Pueblo y Educación”
- Peraza Chapeau, José 1990 “El Derecho Internacional Contemporáneo”
ensayo del volumen “Teoría de las Relaciones Políticas Internacionales” de
Roberto González Gómez. Ciudad de la Habana, Editorial “Pueblo y
Educación”.
- Lenin, Vladimir Ilich. 1961 “La economía y la política en la época de la
dictadura del proletariado” Obras Escogidas, Tomo III, Moscú. Editorial
“Progreso”.
- Díaz-Canel Bermúdez, Miguel Mario 25 de Diciembre de 2019 “Discurso
pronunciado como Presidente de la República de Cuba el 23 de Diciembre de
2019 en la Sala Universal de las FAR con motivo del 60 aniversario del
MINREX” Periódico “Gramma”, La Habana.
- Álvarez Estévez, Rolando. 2016 Artículo “Cuba y su subordinación a EEUU
antes de 1959” publicado en Cubadebate, el Sábado 19 de Marzo de 2016 a
las 16:31h.
- Rodríguez, Carlos Rafael “Fundamentos estratégicos de la política exterior
cubana” en Revista Internacional “MARX AHORA”, No 36/2013, La Habana,
Cuba.
- Allende González, Dino A. 2018 El unilateralismo como tendencia en la
política exterior de Estados Unidos. Reflexiones para un debate” Concurso
Internacional de Ensayos “Pensar a contracorriente” No XV, , La Habana, ,
Editorial de Ciencias Sociales
- Diez Acosta, Tomás 2018, “La guerra sucia contra Cuba” Documentos del
Gobierno de EE UU sobre la Operación Mangosta. 2 Tomos con 80
documentos en 36 unidades temáticas, Editora Política y Editora de Historia.

IX BIBLIOGRAFÍA
- Rodríguez, Carlos Rafael “Fundamentos estratégicos de la política exterior
cubana” en Revista Internacional “MARX AHORA”, No 36/2013, La Habana,
Cuba..
- Álvarez Estévez, Rolando. 2016 Artículo “Cuba y su subordinación a EEUU
antes de 1959” publicado en Cubadebate, el Sábado 19 de Marzo de 2016 a
las 16:31h.
- Díaz-Canel Bermúdez, Miguel Mario 25 de Diciembre de 2019 “Discurso
pronunciado como Presidente de la República de Cuba el 23 de Diciembre de
2019 en la Sala Universal de las FAR con motivo del 60 aniversario del
MINREX” Periódico “Gramma”, La Habana.
- Diez Acosta, Tomás 2018, “La guerra sucia contra Cuba” Documentos del
Gobierno de EE UU sobre la Operación Mangosta. 2 Tomos con 80
documentos en 36 unidades temáticas, Editora Política y Editora de Historia
- González Gómez, Roberto. 1991. “Teoría de las Relaciones Políticas
Internacionales. El debate sobre los paradigmas”, ISRI, La Habana, Editorial
“Pueblo y Educación”
- Lenin, Vladimir Ilich. 1961 “La economía y la política en la época de la
dictadura del proletariado” Obras Escogidas, Tomo III, Moscú. Editorial
“Progreso”.
- Peraza Chapeau, José 1990 “El Derecho Internacional Contemporáneo”
ensayo del volumen “Teoría de las Relaciones Políticas Internacionales” de
Roberto González Gómez. Ciudad de la Habana, Editorial “Pueblo y
Educación”.
-“Constitución de la República de Cuba”. 1992, La Habana, Editora Política.
-“Constitución de la República de Cuba”. 2019. La Habana. Editora Política
-Alfonso Cuevas, Nidia 2018 “¿Globalización de la Lucha de Clases?
Amenazas y desafíos” Ponencia presentada en el XI Taller Internacional
“Ciencia Política Enfoque Sur y X Coloquio Internacional sobre Filosofía de la
Educación y Filosofía de la Vida. La Habana, Noviembre. No editada.
-Alzugaray Treto, Carlos, 2000 “Cuba y el sistema internacional en la década
de los 90”. Artículo en Colectivo de Autores: “Teoría Sociopolítica. Selección
de Lecturas”. Tomo II. La Habana. Editorial “Félix Varela”.
-Alzugaray Treto, Carlos: 2000 La política exterior de Cuba en la década de los
90: intereses, objetivos y resultados. Artículo en Colectivo de Autores: “Teoría
Sociopolítica. Selección de Lecturas”. Tomo II. La Habana. Editorial “Félix
Varela”.
-Baró Herrera, Silvio. 2000 “Concepciones occidentales recientes acerca de las
tendencias en las relaciones políticas internacionales: algunas
consideraciones” en “Teoría Sociopolítica” Tomo II, Parte III “La dimensión de
la política en las relaciones internacionales”. Artículo en Colectivo de Autores:
“Teoría Sociopolítica. Selección de Lecturas”. Tomo II. La Habana. Editorial
“Félix Varela”.
-Baró Herrera, Silvio. 2006 “Tendencias actuales en las relaciones políticas
internacionales: algunas consideraciones” en “Teoría y procesos políticos
contemporáneos”. Editorial Félix Varela, La Habana
-Céspedes Castillo, Alina 2008 “Las Relaciones Exteriores de Cuba. Cambios
estructurales (1898-2006) Ministerio de relaciones Exteriores, Instituto Cubano
del Libro, Editorial José Martí.
-Colectivo de autores. 1994 “El diferendo EU- Cuba”. La Habana, Ediciones
Verde Olivo
-Colectivo de Autores. Coordinadora: Fung, Thalía “Enfoque Sur. Nuevo
Paradigma en las relaciones Internacionales” Servicio Autónomo Imprenta
Nacional y gaceta Oficial. Caracas. Venezuela.
-Colectivo de Autores. Coordinadora: Fung, Thalía 2011 “El mundo
contemporáneo en crisis” La Habana. Editorial “Félix Varela”
-Colectivo de Autores. Coordinadora: Fung, Thalía 2015 “Una Ciencia Política
desde el “SUR’ Artículo “Humanidad. Conflicto y Violencia. ¿Subyacen bases
epistemológicas tras la conflictualidad humana?” ”. La Habana, Editorial “Félix
Varela”
-Colectivo de Autores. Coordinadores: Fung, Thalía; Pineda, Juan de Dios;
Mendoza Velázquez, Enrique. “El estudio de la Nueva Ciencia Política” Artículo
“Tendencia emergentes en el escenario político mundial” Simón Rojas, Juan y
Pedroso, Francisco.
-D’Estefano Pisani, Miguel Antonio. 2000 “Dos siglos de diferendo entre Cuba y
Estados Unidos”. La Habana. Editorial de Ciencias Sociales
-D’Estefano Pisani, Miguel Antonio. 2003 “Breve Historia del Derecho
Internacional. Desde la Antigüedad hasta 2002”... La Habana. Editorial de
Ciencias Sociales
-González Gómez, Roberto. 2006 “Teoría de las relaciones políticas
internacionales: el debate sobre los paradigmas”. En “Teoría y procesos
políticos contemporáneos”, La Habana, Editorial Félix Varela
-González Morales, Lázaro Luis 2012 “La tendencia al multipolarismo en las
Relaciones Internacionales” Artículo de la revista “Pensar a Contracorriente” IX,
, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales
-Goodin, Robert y Klingemamm, Hans Dieter (Editores) 2001 “Nuevo Manual de
Ciencia Política” Tomo II, Parte V, “Relaciones Internacionales” por
KjellGoldmann., Madrid, Ediciones ISMO.SA.
-Hernández Martínez, Jorge 2018 “El Imperio en su laberinto. Ideología y
política en Estados Unidos más allá de Trump” Artículo en la revista de Ocean
Sur “Contexto Latinoamericano”. Colombia.
-Krickovic, Andrej 2018 “? The end of Great Power Politics?. Non-Polarity and
the Democratization of Great World Politics.. Ponencia presentada en el XI
Taller Internacional “Ciencia Política Enfoque Sur y X Coloquio Internacional
sobre Filosofía de la Educación y Filosofía de la Vida. La Habana.
-Lenin V.I. 1970artículo “La guerra y la revolución” del volumen “Obras Militares
Escogidas de Lenin”,. Biblioteca. La Habana. “El Oficial”. Instituto del Libro
-Lenin, V.I. 1972 “La política exterior de la revolución rusa” en Recopilación de
obras de Marx, Engels y Lenin sobre el Comunismo Científico., , Moscú.
Editorial Progreso
-Morales, Domínguez, Esteban. 2006 “Cuba – Estados Unidos: un modelo para
el análisis del conflicto hacia finales de siglo”. Colectivo de Autores: “Teoría y
Procesos Políticos Contemporáneos”. Tomo II, La Habana. Editorial Félix
Varela
-Revistas “Política Internacional”, Instituto Superior de Relaciones
Internacionales (ISRI) del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República
de Cuba, La Habana,
-Silva León, Arnaldo. 2008 “Breve Historia de la Revolución Cubana.1959-
2000”. , La Habana. Editorial Félix Varela
-Rodríguez Hernández, Leide E. 2017 “Un siglo de Relaciones Internacionales”.
La Habana, Editora “Félix Varela”,
- Allende González, Dino A. 2018El unilateralismo como tendencia en la
política exterior de Estados Unidos. Reflexiones para un debate” Concurso
Internacional de Ensayos “Pensar a contracorriente” No XV, , La Habana, ,
Editorial de Ciencias Sociales.

Regresar al Índice
Sobre los autores:

Dr. Víctor Ceferino Aballe Pérez. Profesor Titular de la Facultad de Filosofía,


Historia y Sociología de la Universidad de La Habana.
Imparte los cursos de: Filosofía marxista Leninista, Teoría Sociopolítica,
Historiografía, Filosofía y Sociología de la Educación, Metodología de la
investigación, Fundamentos de la Pedagogía entre otras, además tiene tutorías
Tesis de tesis Maestría y Doctorado. Sus líneas fundamentales de
investigación son: Teoría Política, Historiografía, Metodología Investigación,
Teoría de la Educación a Distancia y Fundamentos filosóficos y sociológicos
de la Educación.

Es miembro de Honor del Tribunal Permanente de Ciencias de la Educación


de la República de Cuba, del claustro Doctorado del Centro de Estudio para el
Perfeccionamiento de la Educación Superior, del claustro de la Maestría de
Ciencias Sociales de la Facultad de Filosofía e Historia de la UH Maestría en
Ciencias Sociales, del Tribunal de Filosofía y de la Comisión Científica de la
Universidad de la Habana.

MSc. Whilmer Armas Rosales. Además de Teoría Política imparte, cursos de


Historia de Cuba Metodología de la Investigación Científica y Problemas
Sociales de la Ciencia y la Tecnología
Las líneas fundamentales de investigación que desarrolla en estos últimos
cinco años son: Investigación sobre la Planificación Estratégica de los
Procesos de Gestión Universitaria. Impacto de la aplicación de los
Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución
aprobados en el VI Congreso del PCC, en el sector Agroalimentario del
municipio de San Antonio de los Baños. Sistema de superación para el
mejoramiento del desempeño profesional pedagógico de los profesores
noveles del Instituto de Farmacia y Alimentos de la Universidad de la Habana.

Dr. Juan Azahares Espinal. Licenciatura de Historia y especialidad de Filosofía


(1976) Universidad de La Habana. Profesor Titular de la Facultad de Filosofía,
Historia y Sociología de dicha universidad. Especializado en temas de Ciencia
Política, cultura política, pensamiento latinoamericano, pensamiento
bolivariano, Historia de Cuba y filosofía. Ha impartido docencia en Cuba y el
extranjero. Ha participado en múltiples eventos científicos nacionales e
internacionales.

Dr. Carlos Cabrera Rodríguez. Licenciado en Filosofía (1982) Profesor Titular


de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de la
Habana. Especializado en temas de Teoría y Ciencia Política, cultura política,
el pensamiento socialista en China, Viet Nam y Corea. Autor de libros, artículos
y materiales docentes. Ponente en múltiples eventos nacionales e
internacionales.

Omar Félix Díaz Escalona. Máster en Estudios Sociales, 2005; Máster en


Ciencia Política, 2009 y doctor en Ciencias Políticas, 2009. Profesor Titular de
la Universidad de La Habana. Ha incursionado en varias investigaciones sobre
el pensamiento político del General de Ejército Raúl Castro Ruz, de cuyos
resultados defendió las tesis de maestrías y doctorado mencionadas. Ha
publicado diversos libros y artículos sobre el pensamiento político del General
de Ejército Raúl Castro Ruz. Ha participado en múltiples eventos científicos
nacionales e internacionales. Es miembro de sociedades científicas.

MSc. Roberto Luis Díaz Perojo. Licenciado en Filosofía Marxista-Leninista.


Máster en Ciencias Sociales por la Universidad de la Habana. Profesor e
investigador de Filosofía, Teoría Sociopolítica y Pensamiento Francés
Contemporáneo. Editor de Sección en Revista Académica Dialektika.

MSc. Alberto González Tejera. Licenciado en Educación especialidad Historia y


Ciencias Sociales (1981) Máster en Ciencia Política (2006) Profesor de la
Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana. Imparte
cursos de pregrado y postgrado se especializa en temas de ciencia política,
participación política, educación ambiental, desarrollo local e identidad
comunitaria. Ha impartido cursos de postgrado en Cuba y el extranjero.
Miembro de la SCIF. Miembro del Consejo Editorial de la Revista Dilemas
contemporáneos. Educación, política y valores.

Dr. José Ramón Herrera Alfaro. Se graduó de Licenciado en Ciencias Sociales


en 1990. Es Licenciado en Derecho por la Universidad de La Habana (2015),
Máster en Ciencia Política por la Universidad de La Habana (2006), Doctor
en Ciencias Políticas por la Academia de las FAR “General Máximo Gómez”
(2012). Ostenta las categorías docente y científicas de Profesor Titular (2013) e
Investigador Titular (2017).Ha publicado varios materiales bibliográficos para
el Proceso Docente Educativo en las Instituciones Docentes de Nivel
Superior. Es miembro de diferentes órgano, entre los que se encuentran: Junta
Directiva Nacional de la Sociedad Cubana de Investigaciones Filosóficas,
Tribunal Permanente de Ciencias Políticas, Consejo Asesor de la Cátedra de
Ciencias Políticas Enfoque Sur de la Universidad de La Habana, Comité y
Claustro del Doctorado Curricular Colaborativo en Ciencias Políticas de la
Universidad de La Habana, del claustro del Doctorado Curricular de Ciencias
de la Dirección Política, en la Escuela Superior del Partido “Ñico López” y
claustro de la Maestría en Ciencia Política de la Universidad de La Habana. Se
especializa en temáticas como el sistema político y jurídico cubanos,
participación política, conciencia jurídica, Partido Comunista de Cuba, entre
otras.

Dra. Marta Margarita Pérez Gómez. Profesora Titular de la Universidad de la


Habana. Máster y Dra. en Ciencias Políticas. Departamento de Filosofía y
Teoría Políticas para las Ciencias naturales y Matemática, Facultad de Filosofía
e Historia de la Universidad de la Habana. Se desempeña como jefa del
Colectivo de Teoría Política del Departamento de Filosofía y Teoría política
(CNM) de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de la Habana.
Pertenece al Comité Científico de la Maestría en Ciencia Política y al del
Doctorado Curricular Colaborativo en Ciencias Políticas, ambos de la
Universidad de la Habana. Vice-Presidenta de la Junta Directiva Nacional de la
Sociedad Cubana de Investigaciones Filosóficas.
Especialista en cultura política, en particular aquella de carácter emancipador,
profundizando en la cultura política de la cual es portador José Martí y que
además proyectó socializar entre los futuros ciudadanos de su ideal de
república. Otra línea de trabajo muy relacionada con la anterior son los
desafíos ciudadanos que garanticen una participación política emancipada y
con ello la reelaboración teórica del concepto de ciudadano. Así mismo
investigo la necesaria relación entre políticas públicas y cultura política y la
relación entre ética y política

MSc. Javier Antonio Ramy Insua. En la etapa 2012-2014, cumplió misión


internacionalista en la República Bolivariana de Venezuela como profesor
asesor del Frente Francisco de Miranda, en el Estado de Zulia, recibiendo
diferentes reconocimientos de las autoridades del Estado y del país.

Se desempeña como profesor de Teoría Sociopolítica, e Historia de Cuba en el


Instituto de Farmacia y Alimentos (IFAL), de la Universidad de La Habana (UH).

Dirige el Proyecto Integrado de Desarrollo Local para la Educación Cultural y


Social del municipio La Lisa, desde el cual se inserta la contribución de la
universidad al desarrollo local del municipio.
Ha participado como ponente en diferentes eventos entre los que se destacan:
eventos provinciales de Actividades Científicas, Jornada Científica
Pedagógicas, Encuentros de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias, Fórum de
Ciencia y Técnica”, los Encuentros Anuales EDULISA, el XI y XII Congreso
Internacional de Educación Superior Universidad 2018 y 2020, el evento anual
de la Red Iberoamericana de Pedagogía Redipe, Talleres de la Red de
Desarrollo Local de la Universidad de la Habana, entre otros.

Dr. José Manuel Salinas López. Licenciado en Ciencias políticas (1974).


Licenciado en Derecho (1980) Especializado en temas de Teoría y Ciencia
Política: democracia cristiana, partidos políticos, políticas públicas y otros.
Profesor Titular de la facultad de Filosofía, Historia y Sociología de La
Universidad de La Habana. Ha realizado publicaciones y presentado ponencias
sobre los temas mencionados en Cuba y el extranjero. Ha impartido cursos de
postgrado y conferencias en varias universidades de Cuba, Canadá, Honduras
y México.

Dr. Fabio Raimundo Torrado. Doctor en Derecho y Máster en Ciencias


Políticas. Estudioso e investigador incansable, con varios libros publicados.
Fundador de la Unión Nacional de Juristas de Cuba (UNJC), miembro del
Sociedad Cubana de Derecho Constitucional, profesor titular adjunto de la
Escuela Superior del Partido Ñico López y del Centro de Preparación y
Superación del Ministerio de Justicia. Profesor titular. Ha impartido docencia en
varios cursos de la Maestría de Ciencias Políticas de la Facultad de Filosofía e
Historia de la Universidad de La Habana.

Ha desarrollado una intensa actividad legislativa como parte de los grupos de


trabajo encargados de elaborar el Código Penal, la Ley Electoral, la Ley de la
Defensa Nacional, entre otras. Fue miembro del grupo redactor de la Reforma
Constitucional de 1992. Integra la Junta Directiva Nacional de la Sociedad de
Investigaciones Filosóficas de Cuba, pertenece a la Sociedad Económica de
Amigos del País y forma parte de sus secciones de "Economía y Ciencias" y
"Ciencias Sociales".

A lo largo de su vida profesional ha ocupado importantes responsabilidades,


que ha desempeñado exitosamente, tales como fiscal de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias y segundo Jefe de la Fiscalía Militar. Se destaca como autor
de los textos Los derechos humanos en el sistema político cubano y La crisis
de los sistemas electorales del mundo capitalista, entre otros.

Al recibir el Premio Nacional de Derecho Carlos Manuel de Céspedes 2018

Ha recibido varias condecoraciones y distinciones nacionales. La Unión


Nacional de Juristas de Cuba le otorgó el Premio Nacional de Derecho Carlos
Manuel de Céspedes 2018 por su destacada trayectoria docente, en las
investigaciones y en el ejercicio de la profesión, así como en la actuación
práctica.

Regresar al Índice

También podría gustarte