1- Los Actos Procesales: Son normalmente actos unilaterales y
receptivos, lo que quiere decir que se perfeccionan cuando la
declaración de voluntad, que es su contenido, llega al conocimiento del destinatario de la misma: el juez o las partes. En otras ocasiones el acto no es unilateral sino complejo, caso de la sentencia dictada por un tribunal.
Los actos procesales son las manifestaciones de voluntad con
relevancia procesal, emitidas por:
Los órganos personales de la jurisdicción: juez, secretario y alguacil,
los jueces asociados y relatores. El ministerio público. Las partes. Por quienes tienen el proceso una participación legítima, como sucede con la declaración de un testigo, un perito o la intervención de un tercero adhesivo.
Los actos procesales son también actuaciones que tienen relevancia
procesal y se realizan dentro del proceso desde su inicio; son ejecutados en forma concatenada hasta la conclusión del juicio mediante sentencia definitivamente firme, transacción u otro medio de autocomposición procesal.
2- Los Plazos Procesales: Son el periodo de tiempo en que ha de
realizarse o dejar de realizarse una actuación del proceso.
Los plazos procesales se computarán con arreglo a lo dispuesto en el
Código Procesal Civil. En los señalados por días quedarán excluidos los inhábiles. Si el último día del plazo fuera inhábil, se entenderá prorrogado al primer día hábil siguiente. En el proceso civil, los plazos comenzarán a correr desde el día siguiente a aquel en que se hubiere efectuado el acto de comunicación del que la Ley haga depender el inicio del plazo, y se contará en ellos el día del vencimiento, que expirará a las veinticuatro horas. No obstante, cuando la Ley señale un plazo que comience a correr desde la finalización de otro, aquél se computará, sin necesidad de nueva notificación, desde el día siguiente al del vencimiento de éste. En el cómputo de los plazos señalados por días se excluirán los inhábiles.