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ASPECTOS FUNDAMENTALE DE LA MUSICA Y DE LA INTERPRETACION ica en nuestra vida La mus Desde la Edad Media hasta la Revolucion francesa la musica fue uno de los pilares fundamentales de nuestra cultura, de nuestra vida. Comprender la misica formaba parte de la educacién general. Hoy, sin embargo, la mu- sica se ha convertido en un mero ornamento para guar- necer noches vacias con visitas a 6peras y conciertos, para realizar actos festivos publicos o también, a través de la radio, para disipar o avivar el silencio de la soledad del hogar. Asf, se da el caso paraddjico de que aunque en la actualidad tenemos cuantitativamente mucha mds mt- sica que en cualquier época anterior—incluso casi per- manentemente—, ésta no significa nada en nuestra vida: jun pequefio y agradable adorno! Y es que a nosotros nos parecen importantes cosas completamente diferentes que a los hombres de tiempos anteriores. Cudnta energia, sufrimiento y amor tuvieron que derrochar para construir templos y catedrales, y qué poco para las maquinas de la comodidad. Para los hom- bres de nuestro tiempo un automévil o un avién son mas importantes y valiosos que un violin, y el esquema de un cerebro electrénico mas importante que una sinfonia. Pagamos demasiado caro aquello que consideramos c6- modo y necesario para vivir; sin reflexionar, desprecia- mos la intensidad de la vida a cambio de los destellos de ASPECTOS FUNDAMENTALES DE LA MUSICA i : e perdimos una vez no volveremos a la comodidad; lo que p recuperarlo nunca. i Esa transformacién total del significado de la miisica se ha efectuado en los dos tltimos siglos a una velocidad creciente. Junto a ella tiene lugar una transformacién de la actitud hacia la mtisica contemporanea, por no decir del arte en general: mientras la musica era un compo- nente esencial de la vida, s6lo podia proceder del pre- sente. Era la lengua viva de lo incfable, solo podia ser en- tendida por los contemporancos, La musica cambiaba al hombre . Tenia que ser creada de nuevo una y otra vez, de igual manera al oyente, pero también al musicc que las personas tenian que construir una y otra vez sus casas, adaptandose cada vez al nuevo estilo de vida, a la nueva espiritualidad. Asi pues, la mtisica antigua, la mu- sica de generaciones anteriores, dejaba de entenderse y de utilizarse; sdlo en ocasiones se admiraba su elevada habilidad artistica. Desde que la miisica ha dejado de estar en el centro de nuestras vidas, todo esto ha cambiado: como orna- mento, la musica ha de ser ante todo «bella». En ningun caso ha de molestar, no debe asustarnos. La musica ac- tual no puede cumplir con esa exigencia, ya que por lo menos refleja—como cualquier arte—la situacién espiri- tual de su tiempo, o sea del presente. Sin embargo, una reflexién honesta, sin consideraciones, sobre nuestra si- tuaci6n espiritual no puede ser sélo bella; se entromete en nuestra vida, es decir, molesta. Asi, se ha dado el caso paraddjico de que la gente se ha apartado del arte del presente porque molestaba, porque quizd tenia que mo- lestar. No se queria una reflexién, solo belleza y disper- LA MUSICA EN NUESTRA VIDA sion de la cotidianidad gris. De esa manera el arte, en par- ticular la musica, se ha convertido en mero ornamento y la gente se ha entregado al arte histérico, a la musica an- tigua: ahi se encuentra la belleza y la armonia que uno bus: En mi opinion, esta entrega a la musica antigua— con lo cual quiero decir cualquier musica que no ha sido creada por nuestras generaciones vivas—solo ha podido ocurrir por una seri¢ de malentendidos sorprendentes. Es decir, sdlo nos sitve una musica «bella» que nuestra época evidentemente no nos puede dar. Una misica asi, «bella» sin mas, no ha existido nunca. La «belleza» es un componente de toda musica; sdlo podemos conver- tirla en criterio determinante si dejamos de lado todos los demas componentes, si los ignoramos. No fue hasta que dejamos de concebir la musica como un todo, y qui- za dejamos de querer entenderla, que nos fue posible reducirla a su belleza, aplanarla, podriamos decir. Desde que la musica no es mas que un simple adorno de nues- tra vida cotidiana, no podemos comprender la musica antigua en su totalidad—es decir, lo que propiamente llamamos miisica—, porque de otro modo no podriamos reducirla a lo estético, aplanarla. Asi pues, nos encontramos hoy en una situaci6n casi sin salida cuando, creyendo todavia en la fuerza transfor- madora de la musica, tenemos que ver como el espiritu general de nuestro tiempo la ha desplazado de su posi- cién central: de lo conmovedor a lo bonito. Pero no po- demos conformarnos con esto, es mas, si tuviese que ad- mitir que ésta es la situaci6n irrevocable de nuestro arte dejaria inmediatamente de hacer musica. AS STOS FUNDAMENTALES DE LA MUSICA Creo, pues, cada vez con mas esperanza, que pronto acabaremos por reconocer que no podemos renunciar a la misica—y la incomprensible reduccién de la que he hablado es renuncia—, que nos podremos abandonar consolados a la fuerza y al mensaje de un Monteverdi, un Bach 0 un Mozart. Cuanto mas ahondemos y mas inten- samente nos esforcemos en comprender esa mtisica, mas podremos ver lo que es esa musica, muy por encima de la belleza, cémo nos cautiva e inquicta con la variedad de su lenguaje. Al final, a través de la mtisica asf entendida de Monteverdi, Bach 0 Mozart, tendremos que reencon- trar la musica de nuestro tiempo, pues habla nuestra len- gua, es nuestra cultura y la contintia. ¢No tendra mucho que ver con lo que hace nuestro tiempo tan inarmonico y terrible el hecho de que el arte ya no esté involucrado en nuestras vidas? ¢No nos reducimos, vergonzosamente sin imaginacion, al lenguaje de lo «decible»? éQué habria pensado Einstein, qué habria descu- bierto, si no hubiese tocado el violin? ¢No son las hip6- tesis atrevidas, las mas fantasiosas, las que sélo alcanza el espiritu imaginativo—para que luego puedan ser demos- tradas por el pensador légico? No es casual que la reduccion de la misica a lo bello, y con ello alo que todo el mundo puede comprender, suce- diera en la época de la Revolucion francesa. En la historia siempre hubo perfodos en los que se ha intentado simplifi- car la musica, reduciéndola a lo emocional, para que cual- quiera pueda entenderla. Todos esos intentos fracasaron y condujeron a una nueva variedad y complejidad. La ma- sica sélo puede resultar comprensible para todos si se re- duce a lo primitivo 0 si todos aprenden su lenguaje. 10 LA MUSICA EN NUESTRA VIDA El intento de simplificar la musica y convertirla en algo generalmente comprensible que tuvo mayores con- cuela de la Revolu- secuencias se produjo, pues, como s . Entonces se procur6, por primera vez en cidén frances el marco de un gran Estado, hacer de la musica algo el artificioso programa util a las nuevas ideas politicas pedagogico del Conservatoire fue el primer programa coordinado de nuestra historia. A partir de aquellos métodos se forma todavia hoy a los musicos de todo el mundo en la musica curopea y, siguiendo los mismos principios, se explica a los oyentes que no es necesario aprender musica para comprenderla, que disfrutar sim- plemente de su belleza ya basta. Asi, cualquiera se sien- te en su derecho y capacitado para juzgar sobre el valor y sobre la interpretacion de la mtisica—una actitud que quiza podria valer para la musica postrevolucionaria, pero de ninguna manera para la misica de épocas ante- riores. Estoy profundamente convencido de que para la per- manencia de la espiritualidad europea es de una impor- tancia decisiva vivir con nuestra cultura. Esto presupo- ne, por lo que respecta a la musica, dos actividades. Primera: los misicos tienen que ser formados con mé- todos nuevos; o con métodos que conecten con los méto- dos propios de hace mas de doscientos aiios. En nuestras escuelas de misica no se aprende la musica como lengua- je, sino sdlo la técnica para hacer m la tecnocracia, que no tiene vida. Segunda: la educacidn general de la musica deberia ser reconsiderada de nuevo y se le deberia conceder el lugar que le corresponde. Asi, las grandes obras del pa- sica; el esqueleto de II ASPEC TOS PUNDAMENTALES DE LA MUSICA sado volveran a verse en toda su diversidad apasionante, transtormadora, Y tambien volvercmos a estar prepara- dos para lo nuevo. Todos ne tamos la musica, sin clla no podemos vivir, Sobre la interpretacion de la musica hist6rica Puesto que en la vida musical de hoy en dia la musica his- torica desempefia un papel dominante, esta bien enfren- tarse a los problemas relacionados con ella. Hay dos po- siciones basicamente diferentes con respecto a la mtisica hist6rica, a las que también corresponden dos formas completamente diferent s de interpretacion: una la trasla- da al presente, la otra intenta verla con los ojos del tiem- po en que fue creada. La primera posicidn cs la natural y habitual en todas las Epocas que poseen una musica contemporanea ver- daderamente viva. Ha largo de toda la his ido ademas la tinica posible a lo a occidental de la mtisica desde el principio de la polifonia hasta la segunda mitad del siglo x1x, y todavia hoy le rinden tributo muchos grandes mu- sicos. Esta posicién procede de la ide de la masica esta absolutamente a mitad del siglo XVII, ori a de que el lenguaje ligado a un tiempo. Asi, por cjemplo, las composicione de la primera década del siglo se blemente pasadas de moda, valor. tenian por irremedia- si bien se les reconocia su Una y otra vez hos maravillamos del entusiasmo con el que antes se encomiaban las composiciones con- temporaneas, como si se tratase de grandes logros inédi- tos. La musica anugua se consideraba s6lo como una eta

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