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berkeley physics course - volumen 1


mecánica
m ecánica
berkeley physics course—volumen |
segunda edición

Charles K ittel Walter D . Knight Malvin A . Ruderman


P ro fe s s o r o f P h ysics P ro fe s s o r o f P h y s ic s P ro fe s s o r o f P h y s ic s
U n iv e rs ity o f C a lifo rn ia U n iv e r s ity o f C a lifo rn ia N e w Y o rk U n iv e rs ity .
B e rk e le y B e rk e le y

R evisada por

A. Cari Helmholz Burton J. Moyer


P ro fe s s o r o f P h ysics D ean o f th e C o lle g e o f L ib e ra l A rts
U n iv e rs ity o f C a lifo rn ia U n iv e r s ity o f O re g o n
B e rk e le y E u g en e

EDITORIAL REVERTE, S. A.
Barcelona-Bogotá-Buenos Aires-Caracas-México
Título de la obra original

Mechanics

Edición original en lengua inglesa publicada por


McGraw-Hill Book Company

Copyright © McGraw-Hill, Inc.

Versión española por el

Prof. Dr. J. Aguilar Peris


Catedrático de Termología
de la Universidad Complutense de Madrid

Con la colaboración del

Prof. Dr. J. de la Rubia Pacheco


Catedrático de Mecánica Estadística
de la Universidad de Valencia.

Propiedad de:
EDITORIAL REVÉRTÉ, S. A.
Loreto, 13-15, Local B
08029 Barcelona

Reservados todos los derechos. Ninguna parte del material cubierto por este título de pro­
piedad literaria puede ser reproducida, almacenada en un sistema de informática o trans­
mitida de cualquier forma o por cualquier medio electrónico, mecánico, fotocopia, grabación
u otros métodos sin el previo y expreso permiso por escrito del editor.

Edición en español
© EDITORIAL REVERTÉ, S. A., 1989
Impreso en España - Printed in Spain

ISBN 84-2914282-7
Depósito Legal: B-36366 - 1989
Impreso por GERSA, Industria Gráfica
Tambor del Bruc, 6 - 08970 Sant Joan Despí (Barcelona)
Indice analítico

Prólogo VII
Prólogo a la segunda edición del volumen 1 IX
Prólogo original del Berkeley Physics Course XI
Notas didácticas XIII
Nota para el alumno XVII
Notación XIX
Alfabeto griego XXI

Introducción 2
Vectores 29
Leyes del movimiento de Newton 61
Sistemas de referencia: transformaciones de Galileo 107
Conservación de la energía 141
Conservación de ia cantidad de movimiento y del momento cinético 181
Oscilador armónico: propiedades y ejemplos 209
Dinámica elemental de los cuerpos rígidos 247
Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia 277
Velocidad de la luz 307
Relatividad especial: transformaciones de Lorentz 335
Dinámica relativista: cantidad de movimiento y energía 359
Problemas de dinámica relativista 385
Principio de equivalencia 407

Apéndice 419
Lista de películas 421
índice alfabético 425
Prólogo

Uno de los problemas urgentes con el que se enfrentan hoy las universida­
des es el de la enseñanza superior. Como la investigación se ha vuelto cada
vez más absorbente en el ambiente universitario, se ha empezado a sentir
con demasiada frecuencia «una sutil discontinuidad en el proceso de la
enseñanza» (para citar al filósofo Sidney Hook). Además, en muchos campos
su contenido variable y la estructura especial de su conocimiento, que crece
con la investigación, han hecho necesaria una revisión de las disciplinas.
E sto es particularm ente cierto, naturalmente, en las ciencias físicas.
E s un placer, por tanto, contribuir a presentar al Berkeley Physics Course
and Laborátory, im portante programa que pretende exponer la física a nivel
superior y proyectado de modo que refleje la tremenda revolución que ha
sufrido esta ciencia en los últim os cien años. El curso ha agrupado los esfuer­
zos de muchos físicos que trabajan en la vanguardia de la investigación y ha
tenido la suerte de ser apoyado por la National Science Fondation a través
de una subvención destinada a Educational Services Incorporated. Se ha
ensayado con éxito en las clases inferiores de la división de física de la Uni­
versidad de California, Berkeley, durante un período de varios semestres.
El curso representa un marcado avance en materia de educación y esperamos
que se utilice ampliamente.
La Universidad de California se siente feliz de hospedar al grupo inter­
universitario responsable del desarrollo de este nuevo curso y laboratorio
y se complace en que un cierto número de alumnos de Berkeley actuasen
voluntariam ente para ayudar a ensayar el curso. Se aprecian grandemente
el apoyo económico de la National Science Foundation y la cooperación de
Educational Services Incorporated. El reconocimiento máximo estriba, quizás,
en el vivo interés por la enseñanza superior patentizada por un notable nú­
mero de los m iem bros de la Universidad de California que participaron en
el programa de mejora de la asignatura. La tradición de la enseñanza escolar
es antigua y honorable; el trabajo dedicado a este nuevo curso y laboratorio
de física dem uestra que la tradición todavía se estima en la Universidad de
California.
Clark K err
Prólogo a la segunda edición
del volumen 1
El Volum en I del Curso de Física de Berkeley ha permanecido en su form a
original durante siete años. Hace ya varios años que se consideró apropiado
realizar una revisión. Cada uno de nosotros había explicado el curso en
Berkeley varias veces y sobre la base de nuestra experiencia y conversaciones
con los colegas, tanto de Berkeley como de otras instituciones, habíamos
desarrollado y considerado ciertos cambios para que el texto resultara más
«pedagógico» en un curso de introducción de estudiantes de ingeniería y de
ciencias físicas. E n estas circunstancias procedimos a tal revisión.
Hemos procurado mantener el aire vigorizador que fue característico de
todo el Curso de Física de Berkeley, el uso de ejem plos tomados de los
laboratorios de investigación y la presentación de temas de interés que
con frecuencia se juzgaban demasiado avanzados para un curso introductorio.
Hemos retirado algunos Temas Avanzados del Vol. 1, así como él Cap. 15,
Partículas de la Física Moderna, convencidos de que no se usan con frecuen­
cia en este nivel. El cambio más sustancial ha sido el Cap. 8, sobre él
«Movimiento del cuerpo rígido», que ha sido escrito totalm ente de nuevo.
Aunque ciertamente este capítulo es ahora más universal, resulta más apro­
piado al nivel de los alumnos. El orden de presentación de los temas perma­
nece el m ism o excepto los Caps. 3 y 4, que se han intercambiado con la
esperanza de que cierta familiaridad con las aplicaciones ordinárias de las
leyes del movim iento de New ton proporcionarán al alumno una m ejor base
para comprender el concepto algo más avanzado de las transformaciones de
Galileo. Por último, como los alumnos han encontrado dificultades sustan­
ciales con las matemáticas, particularmente las ecuaciones diferenciales,
hemos añadido cierto número de Notas Matemáticas.
Las Notas Pedagógicas que se presentan a continuación ofrecen algunos
detalles de la filosofía de utilizar este libro como texto. Hay todavía mucho
más material del que puede usarse cómodamente en un curso cuatrimestral
o semestral. Por ello, el instructor debe realizar una selección juiciosa del
material que desea explicar. En los últim os años él cambio al sistem a de
cuatrimestres en Berkeley ha sido poco afortunado, pues hizo necesaria la
separación del trabajo de laboratorio del prim er período, que cubría la mecá­
nica. Un curso de introducción debería estar siem pre asociado al laboratorio
y, por ello, la revisión del Berkeley Physics Laboratory de Alan Portis y Hugh
Young proporciona trabajos de laboratorio válidos para cualquier introduc­
ción a la mecánica.
Agradecemos la ayuda y crítica constructiva de muchos colegas. La cola­
boración de Miss Miriam Machlis en la preparación de esta revisión ha sido
particularm ente extensa.
A. Cari Helmholz
Burton J. Moyer
Prólogo original del Berkeley
Physics Course

Este es un curso de física básica de dos años de duración para estudiantes


de la licenciatura de ciencias e ingeniería. La intención de los autores ha
sido presentar la física básica en lo posible en la línea que siguen los físi­
cos que trabajan en prim era fila de su campo respectivo. Hemos intentado
desarrollar un curso que subraye vigorosamente los fundam entos de la física.
N uestro objetivo específico fue presentar coherentem ente en un programa
elemental las ideas de la relatividad especial, la física cuántica y la física
estadística.
Este curso puede seguirse por cualquier alumno que haya dado un curso
de física de grado medio. Debe estudiarse sim ultáneamente con otro curso de
matemáticas que incluya el cálculo diferencial e integral.
E n el m om ento presente se están desarrollando diversos nuevos cursos
de física a este nivel en las universidades de los Estados Unidos. La idea de
preparar un nuevo curso surgió en un grupo numeroso de físicos, que se
veían influidos por las necesidades derivüdas del avance de la ciencia y la
ingeniería y por la importancia creciente de la ciencias en los colegios de
grado elemental y medio. Nuestro propio curso se concibió años atrás, en
1961, en una conversación entablada entre Philip Morrison, de la Cornell Uni-
versity, y C. Kittel. Nos vimos animados por John Mays y sus colegas de
la National Science Foundation y por Walter C. Michels, entonces Presidente
de la Comisión del College Physics. Se form ó un comité provisional para
guiar el curso a través de sus primeras fases. Este se componía originalmente
de Luis Alvarez, William B. Fretter, Charles Kittel, W alter D. Knight, Philip
Morrison, Edward M. Purcell, Malvin A. Ruderman y Jerrold R. Zacharias.
E l com ité se reunió prim eram ente en mayo de 1962, en Berkeley; en esa
época bosquejó un esquema provisional de un curso de física enteramente
nuevo. Debido a las ineludibles obligaciones de algunos de sus miembros
originales, el com ité se reconstruyó parcialmente en enero de 1964 y ahora
está compuesto por los abajo firmantes. Las contribuciones de otros cientí­
ficos se agradecen debidamente en los prefacios de cada volumen.
El esquema provisional y su espíritu asociado ejercieron una poderosa
influencia sobre el material del curso finalm ente conseguido. El esquema
cubría con detalle los temas y modo de enfocarlos que creíamos debían y
podían enseñarse a los alumnos principiantes de ciencias e ingeniería. Nunca
fue nuestra intención desarrollar un curso limitado a estudiantes aventa­
jados. Hemos pretendido presentar los principios de la física desde unos
puntos de vista unificados y recientes, y ciertas partes del curso pueden,
por tanto, parecer tan nuevas a los profesores ayudantes como a los alumnos.
XII Prólogo original del Berkeley Physics Course

Los cinco volúmenes en que se planteó dividir el curso abarcan:


I. Mecánica (Kittel, Knight, Ruderman)
II. Electricidad y magnetismo (Purcell)
III. Ondas y oscilaciones (Crawford)
IV. Física cuántica (Wichmann)
V. Física estadística (Reif)

Los autores de cada volum en han escogido libremente el estilo y método


de presentación más apropiado a su tema.
La actividad inicial del curso condujo a Alan M. Portis a idear un nuevo
laboratorio de física, conocido ahora como el Berkeley Physics Laboratory.
Como el curso insiste en los principios de la física, muchos profesores pueden
creer que no trata suficientem ente de física experimental. El laboratorio
está bien dotado de experimentos importantes y está proyectado para equili­
brar el curso.
E l apoyo económico para el desarrollo del curso fue proporcionado por
la National Science Foundation, con un apoyo indirecto considerable de la
Universidad de California. Los fondos fueron administrados por Educational
Services Incorporated, una organización desinteresada establecida para ad­
ministrar los programas de mejora de las disciplinas. Nos sentimos parti­
cularmente en deuda con Gilbert Oakley, James Aldrich y William Jones,
todos de E SI, por su amable y entusiasta apoyo. E S I estableció en Berkeley
una oficina bajo la m uy competente dirección de Mrs. Mary R. Maloney
para ayudar en el desarrollo del curso y del laboratorio. La Universidad
de California no tenía conexión oficial con nuestro programa pero nos ha
ayudado de diversas e importantes maneras. Agradecemos esta ayuda en
particular a dos Presidentes sucesivos del. Departamento de Física,. August
C. H elm holtz y Burton J. Moyer, al claustro de profesores y directivos del
Departamento, a Donald Coney y muchos otros de la Universidad. Abraham
Olshen nos prestó gran ayuda frente a los problemas iniciales de organización.
Cualquier sugerencia o corrección será agradecida.
Eugene D. Commins
Frank S. Crawford, Jr.
W alter D. Knight
Philip Morrison
Alan M. Portis
Edward M. Purcell
Frederick Reif
Malvin A. Ruderman
Eyvind H. W ichmann
Charles Kittel, Presidente
Berkeley, California
Notas didácticas
Este volumen está escrito deliberadam ente para ser utilizado como texto.
Su nivel corresponde al de aquellos alumnos que han estudiado conocimien­
tos básicos de cálculo y que en el curso presente am plían estos conoci­
mientos. En la Universidad de California, en Berkeley, los alum nos de
ciencias físicas e ingeniería comienzan el cálculo en el prim er cuatrim estre
de su curso prim ero y lo am plían en el segundo cuatrim estre. H an estudiado
el cálculo diferencial cuando comienzan el curso de física y estudian el cálculo
integral por lo menos hacia la m itad del cuatrim estre. Este curriculum tan
estricto requiere una cooperación grande con los profesores del curso de
m atem áticas. Naturalm ente, los alumnos no conocen las ecuaciones dife­
renciales y, por ello, al final de los Caps. 3 y 7, en las Notas M atemáticas,
se incluyen sugerencias relacionadas con la solución de tipos sencillos de
estas ecuaciones. Realmente son pocos los tipos de ecuaciones a resolver
en este curso de mecánica y esperamos que el alum no pueda aprender cada
uno de ellos.
El profesor observará que las listas de películas han sido recopiladas todas
al final del libro y no al final de cada capítulo. La llamada Resource Letter
es una lista de películas muy completa. Se han señalado aquellas que parecen
especialmente apropiadas para el tem a de mecánica. En los últim os años se
han preparado un gran núm ero de películas tipo «loop».* Algunas son muy
útiles como ilustraciones cortas de temas especiales; cada profesor descu­
b rirá para su propio uso aquellas que se ajustan a su enseñanza.
Aunque los problem as que se han agregado en esta revisión son funda­
m entalm ente más fáciles que los que se han reemplazado, no hemos incluido
problem as muy simples ni problem as de aplicación directa de fórm ulas.
Algunos de ellos darán al alumno confianza en sí mismo. Sin embargo, cree­
mos que cada profesor debe preparar sus problem as o, al menos, buscarlos
en otros libros. No existen dos profesores que den un curso de mecánica
de igual modo y el uso de problem as especiales les dará una buena oportuni­
dad para diversificar. Existen ahora diversos libros de problem as útiles
p ara este fin. Algunos títulos, así como otros libros de mecánica de este
nivel, se relacionan en el Apéndice.
Existen, como es lógico, diversos métodos para utilizar este libro como
texto. Uno de los métodos que rara vez se ha utilizado en la prim era edi­
ción, pero que consideramos sería de gran utilidad siguiendo el texto comple­
to, es como un curso de mecánica a continuación de un curso de un año sin
cálculo, tal como se encuentra en instituciones reducidas, donde no se dis­
pone de la posibilidad de un curso de cálculo y otro de introducción
sin cálculo. En este curso, que podría darse a alumnos universitarios de

(*) Loop: filme corto continuo.


XIV Notas didácticas

segundo o tercer año, sería posible dar todo el libro, ya que muchos de los
tem as vienen incluidos en form a menos avanzada en el prim er curso.
Para la sección introductoria de un curso de física general este libro
contiene demasiada m ateria y se aconseja que el profesor no pretenda expli­
car todo su contenido. Muchos cursos de introducción no incluyen la rela­
tividad especial, de modo que los prim eros nueve capítulos form an una
introducción coherente a la mecánica clásica. Pero incluso este m aterial
excesivo, si se in ten ta abarcar totalm ente, no puede explicarse en un curso
trim estral de nueve o diez semanas o en la fracción de un sem estre que se
dedica norm alm ente a la mecánica. Por ello se exponen a continuación algu­
nas sugerencias para cubrir un mínimo de capítulos. A veces no conviene
incluir problem as eléctricos o magnéticos en el curso de iniciación. Creemos
que el texto puede usarse de este modo, pero tam bién es cierto que muchos
alum nos encuentran muy interesantes los problem as eléctricos. Existen m u­
chos profesores que encuentran muy difícil recortar las m aterias a tra ta r
en el curso. N uestra experiencia personal es que es preferible tra ta r bien
ciertas m aterias que abarcar muchas deficientemente. Las secciones avan­
zadas y los Temas Avanzados darían a los alumnos inteligentes la oportuni­
dad de dem ostrar su capacidad y, a aquellos que van a seguir estudios de
física, les serviría de trabajo de referencia que puede utilizarse en conexión
con estudios posteriores.
Con estos comentarios procedemos a los detalles de los diversos capítulos.
Capítulo 1. Como en la prim era edición, este capítulo no es una parte
esencial del estudio de la mecánica, pero su lectura puede ser interesante
para aquellos alumnos con m iras más amplias. Para los instructores que
designen este capítulo a lectura, puede resultar apropiado esclarecer el con­
cepto de orden de magnitud.
Capítulo 2. Los vectores introducen un lenguaje muy útil en física. Como
se destaca en el texto, puede om itirse el producto vectorial junto con los
ejemplos de fuerzas magnéticas, en donde v y B no son perpendiculares. Se
puede llegar hasta el Cap. 6 sin conocer el producto vectorial y estudiarlo
en dicho momento. El producto escalar se utiliza a menudo para determ inar
m agnitudes y en el Cap. 5, para el trabajo y la energía; por ello, es muy
conveniente introducirlo aquí. Además, proporciona el sistem a de resol­
ver un gran núm ero de problem as interesantes. También es útil la sección
de derivadas vectoriales, pero pueden om itirse aquellas partes que tratan
de los vectores unitarios r y 0 e introducirse mucho después.
Capítulo 3. Este es un largo capítulo con muchas aplicaciones. Las leyes
de Newton se introducen en form a convencional y procedemos a efectuar
aplicaciones de la segunda ley. En un curso más corto o en un curso que
no incluya aplicaciones eléctricas y magnéticas esta sección puede om itirse
enteram ente, o bien el campo magnético tratarse sólo en el caso de velo­
cidad y campo magnético perpendiculares. La conservación de la cantidad
de movimiento se introduce entonces a través de la tercera ley de Newton.
La energía cinética se refiere a problem as de colisión, aunque no se intro­
duce hasta el Cap. 5. La mayor parte de los alumnos conocen este concepto
Notas didácticas XV
de cursos anteriores y no encontrarán dificultades en su estudio; pero puede
om itirse si se desea.

Capítulo 4. Como se indicará en el texto, este capítulo no es de tipo


convencional. Muchos físicos encuentran atractiva la introducción de las
transform aciones de Galileo y para aquellos que desean avanzar en la rela­
tividad especial supone una excelente introducción a la transform ación de
coordenadas. Sin embargo, puede om itirse entre los alum nos no físicos
y para aquellos con tiempo limitado. Probablem ente pueden incluirse algu­
nas notas a sistemas de referencia acelerados y fuerzas ficticias, pero
estos conocimientos pueden adquirirse en las prim eras páginas.
Capítulo 5. Se introducen el trabajo y la energía cinética, prim ero en
una dimensión y después en tres dimensiones. Aquí resulta realm ente nece­
sario el producto escalar, pero el uso de la integral lineal puede eludirse.
La energía potencial se tra ta con detalle. En un curso más reducido puede
om itirse la discusión de campos conservatorios, así como la discusión de
potenciales eléctricos. Sin embargo, es éste un capítulo im portante que no
debería tratarse precipitadam ente.
Capítulo 6. Este capítulo tra ta nuevamente de los choques e introduce
el sistem a de referencia de centro de masas. El centro de m asas es un
concepto im portante en el estudio de los cuerpos rígidos y aunque el sistem a
C. de M. se utiliza ampliamente, en una versión corta de un curso de
mecánica podría omitirse. La introducción del m omento cinético y del p ar
de fuerzas requiere el uso del producto vectorial. A estas alturas del curso,
los alumnos tendrán un nivel suficiente p ara m anejar el producto vectorial
y, si fue om itido antes, ahora es el momento de estudiarlo. La conservación
del momento cinético es un tem a atractivo p ara muchos alumnos.
Capítulo 7. Aquí, si los alumnos tienen dificultades con las ecuaciones
diferenciales deben estudiarse prim eram ente las Notas Matemáticas. La m asa
del muelle y del péndulo proporcionan ejemplos directos de este im portante
tem a del movimiento oscilatorio. En una versión más corta las secciones
que tratan de los valores medios de energía cinética y potencial, movimiento
amortiguado y oscilaciones forzadas, pueden om itirse por completo. El labo­
ratorio puede proporcionar excelentes ejemplos de este tipo de movimiento.
Los Temas Avanzados sobre el oscilador anarm ónico y el oscilador forzado
pueden interesar a los m ejores alumnos.
Capítulo 8. Los autores presentes consideran que es muy conveniente a
todos los alumnos un tratado introductorio de los cuerpos rígidos. Las
ideas del par y de la aceleración angular alrededor de un eje fijo no son
difíciles y proporcionan al alumno conexiones con el mundo visible y real.
El tratam iento simple del giróscopo es tam bién valioso; sin embargo, la
introducción de los ejes principales, productos de inercia y rotación de
sistemas de coordenadas puede om itirse en la mayor parte de los cursos.

Capítulo 9. Los problem as sobre fuerzas centrales son muy im portantes.


Si se desea puede om itirse el cálculo del potencial dentro y fuera de las
masas esféricas, en especial si se dispone de poco tiempo. Lo mismo puede
XVI Notas didácticas

decirse del trabajo de integrar la ecuación r del movimiento, en cuyo caso


puede om itirse. Probablem ente interesará a los profesores el Tema Avan­
zado. Si es necesario, este capítulo se puede recortar mucho, pero el esfuerzo
de seguirlo resulta recompensado. El problem a de los dos cuerpos y el
concepto de m asa reducida son tam bién útiles, pero tam bién pueden om itirse
en un curso limitado.
Capítulo 10. En este capítulo se revisa cierto núm ero de métodos de
determ inación de la velocidad de la luz. Este m aterial no es esencial en un
curso de mecánica. No obstante, como los alumnos pueden estar interesados
por su contenido cabe asignarse para su lectura en casa. A continuación
se expone el experimento de Michelson-Morley que, en un curso como éste,
es la evidencia m ás convincente de la necesidad de un cambio en las trans­
formaciones de Galileo. El efecto Doppler se introduce por la evidencia que
proporciona de este efecto de retroceso de las estrellas distantes que se
desplazan a grandes velocidades; el capítulo term ina con una sección sobre
la velocidad de la luz máxima de los objetos m ateriales y el fracaso de la
fórm ula new toniana de la energía cinética. Si el tiempo resulta lim itado para
el estudio de la relatividad especial, una lectura superficial del capítulo
puede ser suficiente.
Capítulo 11. En este capítulo se deducen las ecuaciones de transform a­
ción de Lorentz y se aplican a las características m ás comunes de la relati­
vidad especial, contracción de longitudes y dilatación del tiempo. Se intro­
ducen las transform aciones de velocidad y se m uestran algunos ejemplos.
Este capítulo es la base de los siguientes y, en consecuencia, debe darse am­
plio tiem po para su estudio.
Capítulo 12. Los resultados del Capítulo 11 se utilizan para dem ostrar
la necesidad de un cambio en la definición de la cantidad de movimiento
y de la energía relativista y, finalmente, para com prender el origen de E = m e2.
Es necesario destacar los experimentos con partículas de alta energía y las
implicaciones de esta expresión con la física nuclear de alta energía. jEn esta
etapa los alumnos conocen sólo vagamente la física nuclear, pero los ejem ­
plos resultan hoy tan actuales que vale la pena explicarlos. Finalmente, el
tem a de las partículas con m asa en reposo cero responderá a las preguntas
de muchos alum nos avispados.

Capítulo 13. Aquí se tra ta un gran núm ero de ejemplos de los tem as
desarrollados en los capítulos anteriores. Se destacan las ventajas del
sistem a centro de masas. En un curso más corto puede omitirse. No obs­
tante, aquellos alum nos aventajados que lo deseen, pueden estudiarlo e igual­
m ente puede darse como referencia en otros cursos de física que traten
de la relatividad especial.
Capítulo 14. En los últim os años se ha hecho muy popular el estudio de
la relatividad general y este capítulo puede ser un puente para su estudio.
N aturalm ente, su estudio no es fundam ental en el tem a de la relatividad
especial en el sentido usual, pero muchos alumnos pueden estar interesados
en la diferencia entre m asa gravitatoria y m asa inerte y casi todos tendrán
noticia de los ensayos sobre relatividad general.
Nota para el alumno

El prim er curso de física en la Universidad es, con mucho, el más difícil.


En este prim er año se desarrollan muchas más ideas, conceptos y métodos
nuevos que en otros cursos superiores o más avanzados. Un alum no que
entienda claram ente la física básica desarrollada en este prim er volumen,
aunque no sea capaz todavía de aplicarla fácilm ente a casos complejos, ha
dejado atrás la mayoría de las dificultades reales que surgen en el aprendizaje
de la física.
¿Qué deberá hacer un estudiante que tenga dificultad en resolver los
problem as y en com prender algunas partes de este curso, aunque lea el
texto dos veces? Prim ero deberá volver atrás y repasar las partes m ás
im portantes de su libro de física elem ental y deberá leer a fondo la Física
del texto PSSC.* El «Harvard Project Physics» es tam bién m uy útil.
Debe consultar y estudiar uno de los muchos libros de física del nivel de
introducción. Muchos de éstos son textos sin cálculo y así las dificultades
introducidas por las m atem áticas se verán minimizadas. Particularm ente
debe repasar los ejercicios resueltos que le resultarán muy útiles. Final­
m ente, cuando com prenda estos libros m ás elementales, podrá iniciar el
estudio de otros libros de este nivel que se refieren en el Apéndice. N atural­
mente, debe recordar que sus instructores son la m ejor fuente p ara res­
ponder estas cuestiones y aclarar sus dudas.
Muchos alumnos tienen dificultad en las m atem áticas. Además del libro
de cálculo ordinario, hay muchos manuales que pueden ser útiles. Una
excelente revisión de los elementos del cálculo diferencial e integral está
disponible en un breve m anual de enseñanza sin profesor: «Quick calculus»,
de Daniel Kleppner y Norm an Ramsey (John Wiley and Sons, Nueva
York, 1965).

(*) Ver lecturas complementarias al final del capítulo.


Notación

Unidades

Cada campo bien desarrollado de la ciencia e ingeniería tiene sus propias


unidades especiales que aparecen con frecuencia. La hectárea es una unidad
norm al de superficie para un ingeniero agrónomo, un labrador o un agri­
mensor. El MeV o millón de electrón-voltios es una unidad norm al de energía
p ara un físico nuclear, la kilocaloría es la unidad de energía p ara los quím i­
cos y el kilowat-hora es la unidad de energía de los ingenieros. Los físicos
teóricos dirán simplemente: Escoger las unidades de modo tal que la velo­
cidad de la luz sea igual a la unidad. Un científico durante su trabajo no
gasta mucho tiempo convirtiendo un sistema de unidades en otro: emplea
mucho más tiempo siguiéndole la pista a algún factor 2 o al signo m ás o
menos en sus cálculos. Ni empleará mucho tiempo discutiendo sobre unida­
des, porque de estas discusiones nunca ha surgido algo nuevo en Ciencia.
La física se elabora y publica principalm ente según los sistemas de unida­
des cgs gaussiano y SI o mks. Todo científico o ingeniero que desee tener fácil
acceso a la literatura sobre física necesitará estar familiarizado con estos
sistemas.
El texto está escrito en el sistema cgs gaussiano; no obstante se efectúan
cierto núm ero de referencias a las unidades SI (Sistema Internacional) que
hasta hace poco se llamaba sistema mks o mksa. La transform ación de
unidades cgs a SI es fácil en problem as mecánicos, como se explica en el
texto. Sin embargo, cuando se llega a los problem as de electricidad y mag­
netismo esta transform ación es difícil. En el texto se explican ambos sistemas
y se resuelven ejemplos en ambos. No es seguro si el cambio al sistem a
internacional, que se inició hace ya más de veinte años, continuará. Es evi­
dente para cualquiera que hojee una revista de física que la mayoría de sus
artículos emplean el sistema cgs preferentem ente a cualquier otro. En un
curso como éste deseamos facilitar al máximo la lectura de revistas especiali­
zadas a los científicos e ingenieros.

Constantes físicas

En las partes internas de las cubiertas de este libro están impresos valores
aproximados de constantes físicas y de m agnitudes num éricas útiles. Valores
más precisos están tabulados en E. K. Cohén and J. W. M. DuMond, Rev.
Mod. Phys., 37, 537 (1965) and B. N. Taylor, W. H. Parker, and D. N. Langen-
berg, Rev. Mod. Phys., 41, 375 (1969).
Signos y símbolos
En general, hemos procurado utilizar los símbolos y abreviaturas para
las unidades que se utilizan en las revistas de Física que están, en su
mayor parte, de acuerdo con los convenios internacionales.
Resumimos aquí varios signos que se utilizan am pliam ente durante todo
el curso:
= es igual a *=« es aproxim adam ente igual a
s es casi igual a ~ es del orden de m agnitud de
= es idéntico a oc es proporcional a
El empleo de los signos *=», ~ y no está normalizado, pero las defini­
ciones que hemos dado se utilizan am pliam ente entre los físicos. El American
In stitute of Phisics recom ienda el signo « en donde otros pueden escribir
~ o === (Style Manual, American Institute of Physics, ed. rev., noviembre,
1970).
n n
El signo ^ o ^ designa la suma extendida para todos los valores refe-
i=> J
ridos entre / = 1 y j = N. La notación ^ quiere decir suma doble para los
i J

dos índices i y /. La notación ^ o ^ designa la suma para todos los valo-


i y j i y i

. . . . . i*j
res de i y ;,excepto i = j.

Orden de magnitud
Con esta frase queremos significar norm alm ente «la potencia de 1.0, más
próxima». La estimación libre y resuelta del orden de m agnitud de una
cantidad caracteriza el trabajo de los físicos y su modo de hablar. Es un
hábito profesional de gran valor aunque a menudo trastorna enorm emente
a los alum nos principiantes. Decimos, por ejemplo, que 104 es el orden
de m agnitud de núm eros como 5 500 y 25 000. En unidades cgs el orden de
m agnitud de la m asa del electrón es 10~27 g; su valor exacto es (0,910954 +
± 0,000005) X 10-27 g.
Decimos a veces que una solución incluye (es exacta hasta) térm inos de
orden x2 o E, cualquiera que sea esta cantidad. Esto se escribe tam bién
en la form a O (x2) o O (£). Este modo de expresarse implica que los térm i­
nos de la solución exacta en los que aparecen potencias más elevadas (como
x3 o E 2) de la m agnitud pueden despreciarse en ciertos casos en comparación
con los térm inos que se conservan en la solución aproximada.

Prefijos
La tabla siguiente m uestra las abreviaturas y los significados num éricos
de algunos prefijos de empleo frecuente:

1012 T tera- 10“3 m mili-


109 G giga- io -6 micro-
106 M mega- 10 -9 n nano-
103 k kilo- io - 12 P pico-
ALFABETO GRIEGO

A a alfa
B P beta
r Y gamma
A 8 delta
E € epsilon
Z £ zeta
H V eta
0 0 teta
I m iota
K K kappa
A A lambda
M ix mu
N V nu
E í xi
0 0 omicron
ri 77 Pi
■ P ro
V
O sigma
T T tau
T ■ upsilon
d> <> 9 fi
X X ji
* psi
íl cc omega

Los caracteres que apenas se utilizan como símbolos se han sombreado; la


mayor parte de éstos tienen la form a demasiado parecida a las letras ordi­
narias para que tengan valor como símbolos independientes.
M ecánica
Contenido

EL M U N D O NATURAL
EL PAPEL DE LA TEORÍA
GEOMETRÍA Y FÍSICA
Estim aciones de la curvatura del espacio
G eom etría a escala menor
IN V A R IA N C IA
Invariancia en la traslación
Invariancia en la rotación
Problemas
Lecturas suplem entarias
Introducción
Introducción

EL M U N D O NATURAL

Para todos los hom bres el m undo resulta inmenso


y complejo, el escenario de una gran diversidad de acon­
tecimientos y fenómenos alarm antes. E sta im presión está
basada en las estimaciones del orden de m agnitud gene­
ral de los valores de algunas m agnitudes interesantes.
En este momento no entrarem os en detalle sobre los ar­
gumentos y medidas que conducen a los núm eros que se
citan. El hecho más notable de los mismos es que los co­
nozcamos sin que tenga apenas im portancia el que alguno
de ellos se conozca sólo aproxim adam ente.
El universo es inmenso. A p artir de observaciones
astronóm icas se sugiere el valor de 1028 cm ó 1010 años
luz p ara una longitud característica que se denomina
radio del universo en su más amplio sentido. El valor
es dudoso quizás en un factor 3. Para com parar, indi­
caremos que la distancia de la Tierra al Sol es 1,5 X1013 cm
y que el radio de la Tierra mide 6,4 xlO 8 centím etros.
El número de átomos en el universo es m uy grande.
El núm ero total de protones y neutrones en el universo,
con una incertidum bre quizás de un factor 100, se cree
que es del orden de 1080. En el Sol existen en núm ero
de lx lO 57 y en la Tierra de 4 x l0 51. El total indicado
en el universo podría constituir unas 1080/1057 (o 1023)
estrellas de la mism a m asa que nuestro Sol. [Compá­
rese con el núm ero de átomos en un peso atómico (nú­
m ero de Avogrado) que vale 6 x l 0 23]. La mayor parte
de la m asa del universo parece ser que pertenece a las
estrellas y todas las estrellas conocidas tienen m asas
entre 0,01 y 100 veces la de nuestro Sol.
La vida es el fenóm eno más complejo del universo.
El hom bre, una de las form as vitales más complicadas,
está compuesto, aproxim adam ente, por unas 1016 células.
Una célula es una unidad fisiológica natural que con­
tiene de 1012 a 1014 átomos aproxim adam ente. Se cree
que todas las células de cada variedad de m ateria viva
contienen al menos una larga cadena molecular de ADN
(ácido desoxirribonucleico) o de un pariente próximo
RNA (ácido ribonucleico). Las cadenas de ADN en una
célula contienen todas las instrucciones químicas o in­
formación genética necesaria para construir un hom bre
completo, un pájaro, una bacteria o un árbol. En una
macromolécula de ADN, que está com puesta de 108 a 1010
átomos, la distribución precisa de los mismos puede
variar de un individuo a otro, pero siem pre cambia de
Introducción

una especie a otra.* Sobre nuestro planeta se han des­


crito y dado nom bre a más de 106 especies.
La materia inanimada también aparece en múltiples
formas diversas. Los protones, neutrones y electrones
se combinan para form ar alrededor de 100 elementos
químicos diferentes y casi 103 isótopos identificados.
Los elementos se han combinado en diversas propor­
ciones para form ar quizás 106 o más compuestos quími­
cos diferenciados e identificados y a este núm ero puede
añadirse un amplio núm ero de soluciones líquidas y só­
lidas y aleaciones de diversas composiciones que poseen
propiedades físicas distintas.
Por medio de la ciencia experimental, hemos sido
capaces de aprender todos estos hechos acerca del m un­
do natural, triunfando sobre la oscuridad y la ignorancia
para clasificar las estrellas y valorar sus masas, com­
posiciones, distancias y velocidades; para clasificar las
especies vivas y para descifrar sus relaciones genéticas;
para sintetizar cristales inorgánicos, sustancias bioquí­
micas y nuevos elementos químicos; para m edir las
líneas de los espectros de emisión de los átomos y mo­
léculas en un intervalo de frecuencias de 100 a 102C
ciclos por segundo (c.p.s.)** y para crear nuevas par­
tículas fundam entales en el laboratorio.
Estos grandes logros de la ciencia experimental los
han obtenido hom bres de muy diversos tipos: pacientes,
persistentes, intuitivos, inventivos, enérgicos, perezosos,
afortunados o habilidosos. Algunos preferían utilizar
aparatos sencillos, otros inventaron o construyeron ins­
trumentos de gran refinam iento o de tam año grande o
muy complicados. La mayoría de estos hom bres tenían
en común solamente una cosa: fueron honrados y real­
mente hicieron las observaciones que habían anotado
y publicaron los resultados de su trabajo en una form a
que perm itió a otros repetir el experimento o la ob­
servación.

EL PAPEL DE LA TEORÍA
La descripción que hemos dado del mundo natural
considerándolo como inmenso y complejo no es com-

(*) El término especie se define de un modo poco preciso indicando


que dos poblaciones son de diferentes especies si pueden encontrarse
entre ellas alguna(s) diferencia (s) fácilmente descriptible(s) y si no
puede existir procreación mixta de un modo natural.'
(**) La unidad que expresa los ciclos por .segundo se denomina
hertz (Hz) y, por tanto, esta frase podía haberse escrito «de 100 a
1020 Hz».
6 Introducción

pleta, puesto que la comprensión teórica hace que varias


partes de esta imagen del mundo aparezcan mucho más
sencillas. Se ha conseguido un notable entendim iento
de algunos aspectos im portantes y cruciales del mundo.
Los campos que creemos comprender, resum idos a con­
í tinuación, junto con la teoría de la relatividad y la
(A) Adenina
T
(T) Timina
mecánica estadística, son quizás los mayores logros in­
telectuales de la hum anidad.
1. Las leyes de la mecánica clásica y de la gravita­
I ción (Vol. 1) que nos perm iten predecir con notable
(G) Guanina exactitud los movimientos de las diversas partes del
I sistema solar (incluyendo cometas y asteroides) han con­
ducido a la predicción y descubrim iento de nuevos pla­
(C) Citosina
netas. Estas leyes sugieren posibles mecanismos para la
formación de estrellas y galaxias y, junto con las leyes
de la radiación, dan una explicación convincente de la
FIG. 1.1. a) Representación esquemática de las cuatro
conexión observada entre la m asa y la luminosidad de
bases nucleótidas de las que se deriva la molécula
de ADN. las estrellas. Las aplicaciones astronóm icas de las leyes
de la mecánica clásica son las m ás bellas, pero no las
únicas realizadas con éxito. Utilizamos constantem ente
estas leyes en nuestra vida cotidiana y en las distintas
ram as de la ingeniería. N uestras aventuras contem porá­
S P S P S P S 1» S V S P S V S
neas en el espacio y el uso de satélites están basadas en
aplicaciones refinadas de las leyes de la mecánica clási­
ca y la gravitación.
A A A y y]/ A 2. Las leyes de la mecánica cuántica (Vol. 4) dan
A T C C T C. A c:
una acertada explicación de los fenómenos atómicos. Se
han hecho predicciones para los átomos simples, que
han resultado acordes con las experiencias hasta 1 p arte
b) Los nucleótidos están unidos a grupos azúcares S, en 105 o incluso m ejor. Cuando se aplican a los sucesos
los cuales, a su vez, están unidos a grupos fos­
fatos P para formar una cadena.
terrestres y celestes de m ayor escala, las leyes de la
mecánica cuántica son idénticas, dentro de una apro­
ximación excelente, a las de la mecánica clásica. La
mecánica cuántica proporciona, en principio, una base
teórica precisa para la química y m etalurgia en su tota­
lidad y para gran parte de la física, pero con frecuencia
no podemos tra ta r las ecuaciones con los com putadores
existentes o previsibles. En ciertos campos casi todos
los problem as parecen demasiado difíciles para un enfo­
que teórico directo basado en los principios fundam en­
tales.
3. Las leyes de la electrodinám ica clásica, que su­
m inistran una interpretación excelente de todos los
c) La molécula ADN está compuesta de una cadena efectos eléctricos y magnéticos, excepto a escala atómica,
doble en forma' de hélice. Las dos hebras están
son la base de la ingeniería eléctrica y de la industria
unidas por enlaces hidrógeno entre los grupos
adenina y timina o entre los grupos guanina y dedicada a las comunicaciones. Los efectos eléctricos y
citosina. magnéticos a escala atóm ica se describen exactamente
Introducción 7

mediante la teoría de la electrodinám ica cuántica. La


electrodinámica clásica es el tem a de los Vols. 2 y 3;
algunos aspectos de la electrodinám ica cuántica se inician
en el Vol. 4, pero la discusión com pleta de este campo
deberá diferirse a un curso posterior.
4. Como ejem plo más concreto y en otro nivel, pa­
rece alcanzarse la com prensión de los fenómenos genéti­
cos, pudiéndose afirm ar que el alm acenam iento de infor­
mación de la célula de un organismo sencillo supera al
de las m ejores calculadoras comerciales de hoy día.
Estos tem as son objeto de la biología molecular. Prác­ d) Toda la información genética en la célula está con­
tenida en el orden en que se encuentran los nu-
ticamente en todos los seres vivos de nuestro planeta
cleótidos.
la codificación completa de la información genética en la
molécula ADN está a cargo de una doble secuencia
lineal (que posee de 106 a 109 unidades, según el organis­
mo) de cuatro grupos moleculares con reglas específicas,
pero simples, que gobiernan el apaream iento de miem­
bros opuestos en la doble secuencia (véase Fig. 1.1).
Estas m aterias form an parte de la biología molecular.
Las leyes físicas y la explicación teórica de los fenó­
menos descrita en estos ejemplos tienen un carácter
completamente diferente de los resultados directos de las
observaciones experimentales. Las leyes, que resum en
las partes esenciales de un gran núm ero de observaciones,
nos perm iten hacer con éxito cierto tipo de prediccio­
nes, lim itadas en la práctica por la complejidad del
sistema. Con frecuencia las leyes sugieren experimentos
nuevos y poco corrientes. Aunque las leyes puedan esta­ e) Cuando la célula se reproduce, cada molécula de
ADN se divide en dos cadenas separadas.
blecerse norm alm ente de una form a concisa*, su apli­
cación puede exigir a veces cálculos y análisis m ate­
máticos muy largos.
Existe otro aspecto de las leyes fundam entales de la
física; aquellas que hemos llegado a com prender tienen
una gran belleza y una atractiva sencillez.** Esto no
significa que debamos interrum pir la experimentación;
porque las leyes de la física se han descubierto por lo
general únicam ente después de penosos e ingeniosos ex-

(*) La primera frase de un pequeño libro de Feynman es «Estas


conferencias abarcarán toda la física». R. Feynman, Theory of funda­
mental processes (W. A. Benjamín, New York, 1961).
(**) «Parece ser que, si se está trabajando con el fin de aumen­
tar la belleza de una ecuación y se tiene realmente una perspicacia
adecuada, se está progresando sobre una línea segura.» P. A. M. Dirac.
Scientific American 208 (5), 45-53 (1963). Pero la mayoría de los físicos
sienten que el mundo real es demasiado sutil para estos ataques tan
f) Cada cadena libre forma, entonces, su complemen­
intrépidos excepto para las inteligencias más grandes de la época,
como Einstein o Dirac o una docena más. En manos de algunos taria a partir de la sustancia celular existente
millares de físicos, este modo de enfocar está limitado por la dis­ para producir dos nuevas moléculas de ADN idén­
tribución desigual de «perspicacia adecuada» entre los hombres. ticas.
8 Introducción

perimentos. Lo dicho anteriorm ente significa que nos


veríamos muy sorprendidos si los futuros enunciados
de la teoría física contuviesen elementos poco elabora­
* dos y de desagradable presentación. La cualidad estética
de las leyes físicas descubiertas ilum ina nuestras espe­
b ranzas sobre las leyes aún sin conocer. Tendemos a lla­
m ar atractiva una hipótesis cuando su sim plicidad y
elegancia destaca entre el gran núm ero de teorías con­
--------- 1----- c
cebibles.
En este curso nos esforzaremos en establecer algunas
de las leyes físicas desde un punto de vista que resalte
sus cualidades de sencillez y elegancia. Esto requiere
!!!!íi ((!IB!IiI!biI(!1B;íIB:III!IIIí IIí !I1!|í|II!1II1I||11Ií I el uso considerable de formulaciones m atem áticas, aun­
que a nuestro nivel, no excederá los límites del cálculo
básico. A lo largo del curso intentarem os tam bién hacer
FIG. 1.2 ¿Queda exactamente descrito el mundo físico
con los axiomas de la geometría euclidiana, de los que sentir el sabor de la buena física experimental, aunque
se deduce lógicamente el teorema de Pitágoras? Unica­ esto es muy difícil de conseguir en un libro de texto. El
mente la experiencia puede decidirlo. laboratorio de investigación es el campo natural de en­
señanza de la física experimental.

GEOMETRÍA Y FÍSIC A
Las m atem áticas que perm iten la atractiva sencillez
y concisión de expresión que exige una discusión razo­
nable de las leyes físicas y sus consecuencias, constituyen
el lenguaje de la física. Un lenguaje con reglas especia­
les. Si se obedecen las reglas, únicam ente pueden obte­
nerse consecuencias correctas: La raíz cuadrada de 2 es
1,414... o sen 2 a = 2 sen a eos a.
Debemos tener cuidado en no confundir dichas con­
secuencias lógicas con afirmaciones exactas que corres­
pondan al mundo físico. Es una cuestión de experimen­
tación, más bien que de contemplación, el ver si la
relación medida entre la circunferencia y el diám etro de
una circunferencia física es realm ente 3,14159... La me­
dición geométrica es básica para la física y deberemos
decidir ciertas cuestiones antes de proceder a utilizar
la geometría euclidiana o cualquier otra en la descrip­
ción de la naturaleza. Aquí tenemos ciertam ente una
pregunta que hacer sobre el universo: ¿Podemos supo­
ner que para las mediciones físicas son ciertos los teo­
rem as y los axiomas de Euclides?
Podemos decir sólo algunas cosas sencillas sobre las
propiedades experimentales del espacio sin tener que
recu rrir a difíciles m atem áticas. El teorem a más famoso
de todas las m atem áticas es el atribuido a Pitágoras:
FIG. 1.3 La distancia «línea recta» más corta entre
dos puntos B y C sobre una esfera es el arco de círculo En un triángulo rectángulo el cuadrado de la hipotenusa
máximo que pasa por dichos puntos, y cualquier otro es igual a la suma de los cuadrados de los catetos (figura
camino P es más largo que éste. 1.2). ¿Esta verdad m atem ática que supone la validez de
Introducción 9

la geometría euclidiana es cierta tam bién en el m undo


físico? ¿Podría ocurrir de otro modo? El examen de esta
pregunta no es suficiente y para poder responder debe­
mos acudir a la experimentación. Utilizaremos razona­
mientos que son algo incompletos porque no podemos
utilizar aquí las m atem áticas de un espacio tridim ensio­
nal con curvatura.
Consideremos prim ero el caso de seres bidimensio-
nales que vivan en un universo que es la superficie de
una esfera. Sus m atem áticos les han descrito las pro­
piedades de los espacios de tres o más dimensiones,
pero tienen m ucha dificultad en desarrollar una percep­
ción intuitiva sobre tales m aterias, tal como las que
encontramos nosotros al describir un espacio tetradi-
mensional. ¿Cómo pueden determ inar si viven sobre
una superficie curva? Un procedim iento consiste en FIG. 1.4 Dados tres puntos ABC, los seres bidimensio­
ensayar los axiomas de la geometría plana intentando nales podrían construir triángulos con lados considera­
dos como «líneas rectas». Encontrarían así que para
confirmar experim entalm ente alguno de los teorem as de
triángulos rectángulos pequeños a2 + b2 *** c2 y la suma
Euclides. C onstruirán líneas rectas entendiendo por de los ángulos del triángulo ligeramente mayor de
tales el camino más corto entre dos puntos cualesquiera 180°.
B y C sobre la superficie de la esfera. Nosotros descri­
biríamos dicho trayecto como un círculo máximo (figu­
ra 1.3).
Dichos seres podrían avanzar y construir triángulos y
ensayar el teorem a de Pitágoras. En un triángulo muy
pequeño, cuyos lados sean pequeños en comparación con
el radio de la esfera, el teorem a se cum pliría con gran
exactitud aunque no perfectam ente; en un triángulo
mayor se apreciarían las diferencias de modo notable. Meridianos
(Véanse Figs. 1.4 a 1.6.)
Si B y C son puntos sobre el ecuador de la esfera, la
«línea recta» que los une es el segmento de ecuador de
B a C. El camino más corto desde el punto C situado
en el ecuador al polo norte A es el m eridiano que corta al
ecuador en ángulo recto. El camino más corto desde B a
A es tam bién una línea de longitud fija que corta
asimismo en ángulo recto al ecuador BC. Tenemos,
pues, un triángulo rectángulo con b = c. El teorem a
de Pitágoras evidentem ente no es válido en la esfe­
ra porque c2 no puede ser igual a b2 + a2; además la
suma de los ángulos internos del triángulo ABC es siem­
pre mayor que 180°. Las mediciones hechas sobre la
Ecuador
superficie curva por sus habitantes bidimensionales les
permitiría dem ostrar a sí mismos que la superficie es
ciertamente curva. FIG. 1.5 Si utilizasen unos triángulos mayores, la suma
Siempre es posible que los habitantes digan que las de los ángulos sería cada vez mayor de 180°. En este
caso, con B y C en el ecuador y $ en el polo, « y P
leyes de la geom etría plana describen adecuadam ente
son ambos rectos. Evidentemente a2 + b27^ c2, porque
su mundo y que los problem as que surgen se deben a b es igual a c.
10 Introducción

las reglas empleadas para m edir el camino más corto


y definir así la línea recta. Pueden asegurar que la regla
no tiene una longitud constante, sino que se acorta o
alarga cuando se desplazan a diferentes lugares de la
superficie. Unicamente cuando se determ ina, por medi­
ciones continuadas de diversas m aneras, que se obtiene
siempre el mismo resultado, resultará evidente que la
explicación más sencilla del fallo de la geometría eucli-
diana reposa en la curvatura de la superficie.
Los axiomas de la geometría plana no son verdades
evidentes por sí mismas en este m undo bidimensional
curvo; no son verdades en absoluto. Vemos que la geo­
m etría real del universo es una ram a de la física que
debe explorarse m ediante experiencias. Norm alm ente
no indagamos la validez de la geometría euclidiana para
describir las mediciones hechas en nuestro propio m un­
.FIG. 1.6 En este triángulo, con B y C por debajo del do tridim ensional porque dicha geometría es una apro­
ecuador, a + / 3 > 180°, lo cual es debido sólo -a que el
«espacio» bidimensional de la superficie esférica es cur­
ximación tan buena a la geometría del universo que
vo. Un argumento análogo puede utilizarse en tres di­ en las mediciones prácticas no se detecta ninguna des­
mensiones. El radio de curvatura de este espacio bidi­ viación de la misma. Esto no significa que la aplicabi-
mensional es precisamente el radio de la esfera. lidad de la geometría euclidiana sea evidente por sí
m ism a ni siquiera exacta. El gran m atem ático del si­
glo xix Cari Friedrich Gauss sugirió que la planitud
euclidiana del espacio de tres dimensiones debería com­
probarse midiendo la sum a de los ángulos interiores
de un triángulo de grandes dimensiones; él indicaba
que si el espacio tridim ensional es curvo, la sum a de
los ángulos de un triángulo bastante grande podría tener
una diferencia significativa respecto a 180°.
Gauss * utilizó un equipo de topografía para m edir
exactamente el triángulo que form an en Alemania los
montes Brocken, Hohehagen e Inselberg (1821-1823)
(Fig. 1.7). El lado mayor de este triángulo m edía 100 km
aproxim adam ente. Los ángulos internos medidos fueron
86°13'58,366"
53° 6'45,642"
40°39/30,165//

Suma 180°00'14,173"
(No hemos encontrado ninguna indicación acerca de
la exactitud estim ada de estos resultados; es probable
que las dos últim as cifras no resulten significativas.)
Como los instrum entos topográficos se instalaron local-

FIG. 1.7 Gauss midió los ángulos d_e un triángulo con c . F. Gauss , W erke, vol. 9. B. G. Teubner, Leipzig. 1903,
vértices en las cimas de tres montanas y encontró que especialmente las págs. 299 , 300, 314 y 319. La colección de trabajos
su suma no difería de 180° dentro de la exactitud de de Gauss son un ejemplo notable de lo mucho que puede realizar
sus medidas. durante su vida un hombre con talento.
Introducción 11

mente en un plano horizontal en cada vértice, los tres


planos horizontales no resultaron paralelos. Debe sus­
traerse, pues, de la sum a de los ángulos una correción
obténida m ediante el cálculo llam ada exceso esférico (que
vale 14,853 segundos de arco). La sum a así corregida
179o59'59,320",
difiere en 0,680 segundos de arco de 180°. Gauss opinó
que esto caía dentro de los límites del error de observa­
ción y llegó a la conclusión de que el espacio era eucli-
diano dentro de la exactitud de estas observaciones.
Vimos en el ejemplo anterior que la geometría eucli-
diana describía adecuadam ente un pequeño triángulo
en la esfera bidimensional, pero las discrepancias se
hacen cada vez más evidentes al aum entar la escala.
Para ver si nuestro espacio es verdaderam ente plano
necesitaremos m edir triángulos muy grandes cuyos
vértices estén formados por la Tierra y las estrellas dis­
tantes o incluso galaxias. Pero entonces nos enfrentam os
con el siguiente problem a: N uestra posición queda
fijada, ya que estamos sobre la Tierra y no tenemos
libertad (aún) para vagar por el espacio con nuestra
regla y andar midiendo triángulos astronómicos. ¿Cómo
podemos com probar la validez de la geometría eucli-
diana para describir las medidas en el espacio?

Valores estimados de la curvatura del espacio.

Predicciones planetarias. Puede atribuirse un prim er FIG. 1.8 Demostración de Schwarzschild de que en una
límite inferior de unos 5 x l 0 17 cm para el radio de curva­ superficie plana a + j8 < 180°. El paralaje de una estre­
tura de nuestro propio universo en virtud de la consisten­ lla se define por i (1 8 0 °— a — ¡3).
cia de las observaciones astronóm icas dentro del sistema
solar. Por ejemplo, las posiciones de los planetas Nep-
tuno y Plutón fueron deducidas m ediante el cálculo
antes de su confirmación visual por observación telescó­
pica. Pequeñas perturbaciones en las órbitas de los
planetas conocidos condujeron al descubrimiento de
Neptuno y Plutón muy cerca de las posiciones previstas
por el cálculo. El planeta más exterior del sistem a solar
es Plutón. Podemos adm itir fácilmente que un ligero
error en las leyes de la geometría habría destruido esta
coincidencia. El radio medio de la órbita de Plutón es
6 x 1014 cm; la casi total coincidencia entre las posicio­
nes observadas y las predichas supone un radio de cur­
vatura del espacio de al menos 5 X 1017 cm. Un radio de
curvatura infinito (espacio plano) no es incompatible con
los datos. Nos separaría demasiado de nuestro objeto
presente el discutir los detalles numéricos que conducen
a estimar el valor de 5 X 1017 cm o el definir con preci­
12 Introducción

sión lo que se entiende por radio de curvatura de un


espacio tridim ensional. La analogía bidim ensional de la
superficie de la esfera puede utilizarse en esta ocasión
como un modelo útil.
Paralaje trigonométrica. Schwarzschild * sugirió otro
tipo de razonamiento. En dos observaciones realizadas
con un intervalo de seis meses, la posición de la Tierra
respecto al Sol ha variado en 3 x 1013 cm, que es el diá­
m etro de la órbita terrestre. Supongamos que en las mis­
mas hemos observado una estrella y medido los ángulos
a y |3 (fig. 1.8), en donde estas letras son los caracteres
griegos alfa y beta. Si el espacio es plano, la sum a de
los ángulos a + p es siem pre m enor que 180° y la sum a
se acerca a este valor cuando la estrella está a una
distancia infinita. La m itad de la diferencia entre 180°
y a + ¡5 se denomina paralaje. Pero en un espacio curvo
no es necesariamente cierto que a + p sea siem pre me­
nor que 180°. Un ejemplo se ve en la Fig. 1.6.
Volvamos a nuestros astrónom os bidim ensionales vi­
viendo sobre la superficie de la esfera para ver cómo
FIG. 1.9 Fotografía de la corona solar con luz próxima
descubrieron que su espacio es curvo a p artir de las
al infrarrojo en el eclipse solar de 7 de marzo de 1970, medidas de la suma a + p. Según nuestra discusión
que registra la imagen de la estrella M de cuarta mag­ previa del triángulo ABC observamos que, cuando la
nitud de Acuario (justo por encima y a la derecha estrella está alejada un cuarto de circunferencia, a + p =
de S), a unos 11 radios solares del Sol. Los semicírculos
= 180°. Cuando la estrella está más próxim a a + p < 180°,
en las partes superior e inferior son marcas de la placa
de presión. Inserta en el disco oscuro que oculta y cuando está más lejana, a + p > 180°. El astrónom o
está la fotografía del eclipse de Gordon Newkirk, utili­ necesitaría m irar simplemente a estrellas cada vez más
zada para orientar esta foto. (Fotografía enviada por distantes y m edir a + p para ver cuándo la sum a em­
cortesía de Cari Lilliequist y Ed. Schmahl — experimento pieza a valer más de 180°. El mismo razonamiento es
subvencionado parcialmente por el Departamento de
Astrogeofísica. Universidad de Colorado.)
válido dentro de nuestro espacio tridim ensional.
No existe ninguna prueba deducida por observacio­
nes de que a + p sea nunca mayor de 180°, cuando los
astrónomos hacen estas medidas después de hacer la
corrección apropiada por el movimiento del 'Sol respecto
al centro de nuestra galaxia. Valores de a + p menores
de 180° se utilizan para determ inar por triangulación las
distancias de las estrellas próximas. Pueden observarse
valores menores de 180° hasta unos 3 X 1020 cm**, que
es el límite de los ángulos que pueden m edirse con los
telescopios actuales. No puede deducirse directam ente
a p artir de este razonamiento que el radio de curvatura

(*) K. Schwarzschild, Vierteljahrsschrift der astronomischen Ge-


sellschaft 35, 337 (1900).
(**) Puede hacerse la objeción de que las mismas mediciones de
las distancias suponen que es aplicable la geometría euclidiana., Se
dispone, sin embargo, de otros métodos de apreciar distancias qué se
discuten en los textos modernos de astronomía.
Introducción 13

del espacio deba ser mayor que 3 X 1020 cm; para ciertos
tipos de espacios curvos se necesitan otros argumentos.
La respuesta que puede darse finalm ente es que el ra­
dio de curvatura (según se determ ina por triangulación)
debe ser mayor que 6 X 1019 cm.
AI principio del Capítulo dijimos que se ha ob­
servado una longitud característica asociada con el
universo, que tiene un valor del orden de 1028 cm o 1010
años luz. Este núm ero corresponde, por ejemplo, a la
distancia recorrida por la luz en un tiempo igual a
la edad del universo *. La interpretación más sencilla
de esta longitud es considerarla como el radio del uni­
verso. Otra posible interpretación la señala como el radio
de curvatura del espacio. ¿Cuál de ellas es? E sta es
una cuestión cosmológica; en el libro de Bondi, citado
al final del capítulo, se da una excelente introducción
a la ciencia especulativa de la cosmología. Resumamos
nuestro conocimiento del radio de curvatura del espacio
afirmando que no es m enor de 1028 cm y que desconoce­
mos si el espacio a escala mayor no será plano.
Las observaciones precedentes apuntaban hacia el
radio medio de curvatura del espacio y no son suficien­
temente sensibles para detectar las protuberancias que
se cree existen en la proxim idad inm ediata de las estre­
FIG. 1.10 La desviación de la luz por el Sol fue predi-
llas individuales, y que contribuyen a una rugosidad cha por Einstein en 1915 y comprobada poco después
local del espacio, por lo demás plano o ligeramente mediante observaciones.
curvado. Los datos experimentales que soportan este
punto de vista son muy difíciles de conseguir, incluso
en la vecindád de nuestro Sol. Mediante cuidadosas
y arduas observaciones de las estrellas visibles cerca
del borde del Sol durante un eclipse solar ha quedado
establecido que los rayos de luz se curvan ligeramente
cuando pasan cerca del borde del Sol y, como conse­
cuencia, cerca de cualquier estrella sem ejante de gran
masa (véase Figs. 1.9 y 1.10). Para un rayo rasante el
ángulo de desviación es muy pequeño, con un valor de
1,75" únicam ente. Como el Sol se mueve a través del
firmam ento, las estrellas que están casi eclipsadas apare­
cerían desviadas ligeram ente de sus posiciones norm a­
les, si pudiésemos verlas durante el día. Esta observación
significa sim plem ente que la luz se mueve con una tra-
trayectoria curva cerca del Sol, pero en sí mismo no
significa que la única interpretación sea que el espacio
alrededor del Sol sea curvo. Sólo con mediciones exac­
tas m ediante reglas graduadas de diversos m ateriales

(*) Una evidencia de esto se menciona en el Cap. 10, eri el


ejemplo del Efecto Doppler.
Introducción

cerca de la superficie del Sol podríam os establecer direc­


tam ente que un espacio curvo es la descripción más
natural. Otra clase de observaciones insiste tam bién
en la posibilidad de un espacio curvo. La órbita de
Mercurio, el planeta más próximo al Sol, difiere lige­
ram ente de la prevista por aplicación de las leyes de
Newton de la gravitación universal y del movimiento,
(ver fig. 14.9), incluso después de haber incorporado a la
órbita calculada pequeñas correcciones de la teoría de
la relatividad restringida. ¿Podría esto ser un efecto del
espacio curvado cerca del Sol? Para responder a esta
pregunta deberíamos saber cómo podría afectar una po­
sible curvatura a las ecuaciones del movimiento de Mer­
curio, y esto implica algo más que simple geometría.
Estos temas se discuten posteriorm ente (aunque de for­
ma muy breve) en el Cap. 14.
En una notable y herm osa serie de trabajos, Einstein
[A. Einstein, Berl. Ber . 778, 799, 844 (1915); Ann. d. Phys
49, 769 (1916)] describió una teoría de la gravitación y
de la geometría (la teoría general de la relatividad) que
predecía, en acuerdo cuántitativo con las observaciones,
precisam ente los dos efectos descritos anteriorm ente.
Hay todavía pocas confirmaciones cruciales de las pre­
dicciones geométricas de la teoría. A pesar de tan es­
casas pruebas, la esencial sencillez de la teoría gene­
ral ha hecho que ésta sea am pliam ente aceptada, aunque
en los últim os años se han realizado considerables
investigaciones en este campo (véase Cap. 14).

GEOMETRÍA A ESCALA MENOR

A p a rtir de mediciones astronómicas, llegamos a la


conclusión de que la geometría euclidiana proporciona
una descripción extraordinariam ente buena de las me­
didas de longitudes, áreas y ángulos, al menos hasta
que alcancemos las enormes longitudes de 1028 cm. Pero
hasta ahora no se ha dicho nada sobre el empleo de la
geometría euclidiana para describir configuraciones
muy pequeñas comparables en tam año a los 10-8 cm
de un átomo o los 10~12 cm de un núcleo. La cuestión
de la validez de la geometría euclidiana finalm ente debe
ser expresada como sigue: ¿Podemos dar sentido al
mqndo subatómico y desarrollar con éxito una teoría
física para describirlo, m anteniendo la suposición de
que la geometría euclidiana es válida? Si esto es posi­
ble no hay ninguna razón en el momento actual para
poner objeciones a la geometría euclidiana como una
satisfactoria aproximación. Veremos en el Vol. IV cómo
Introducción

la teoría de los fenómenos atómicos y subatómicos no


parece conducirnos a ninguna de las paradojas que han
bloqueado su comprensión. Todavía quedan muchos
hechos por entender pero ninguno parece encerrar con­
tradicciones con la teoría. En este sentido la geometría
euclidiana ha resistido el ensayo experim ental hasta
10~13 cm por lo menos.

INVARIANCIA

Podemos resum ir algunas de las consecuencias de la


validez experim ental de la geometría euclidiana para
el espacio vacío. La homogeneidad e isotropía del espacio
euclidiano puede expresarse por dos principios de inva­
riancia, que, a su vez, implican dos principios fundam en­
tales de conservación.
Invariaiicia en la traslación. Queremos indicar con
esto que el espacio vacío es homogéneo, es decir, no
difiere de un punto a otro. Si alguna figura se mueve
sin rotación, no hay cambio en su tam año o propiedades
geométricas. También suponemos que las propiedades
físicas de un objeto, como su inercia o las fuerzas que
existen entre sus partículas constituyentes, no cambian
al desplazar el objeto a otra región del espacio vacío.
Por ejemplo, la frecuencia natural de un diapasón o las
líneas del espectro característico de un átomo no se
alteran en tal desplazamiento.
Invariancia en la rotación. Con la mayor precisión
se sabe experim entalm ente que el espacio es isótropo, de
modo que todas las direcciones son equivalentes. Las
propiedades geométricas y físicas quedan inalteradas
ante la reorientación en dirección de un objeto en el
espacio vacío.
Es posible im aginar un espacio plano que no sea
isótropo. Por ejemplo, la velocidad de la luz en una
determinada dirección puede ser mayor que la veloci­
dad en o tra dirección perpendicular a la anterior. Sin
embargo, no existe ninguna prueba de que esto ocurra
en el espacio exterior. Dentro de un cristal, no obstante,
pueden aparecer muchos efectos de anisotropia. En las
regiones del espacio próxim as a las estrellas de gran
masa y otras fuentes intensas de gravitación, pueden
observarse efectos que pueden interpretarse como lige­
ras discrepancias de la homogeneidad e isotropía del
espacio. (En la sección anterior hemos aludido a dos de
estos efectos y hay otros.)
La propiedad de la invariancia en la traslación lleva
a la conservación de la cantidad de movimiento; la inva-
16 Introducción

riancia en la rotación com porta la conservación del


m om ento cinético. Estos tem as se desarrollan en los
Capítulos 4 y 6. El concepto de invariancia se desarrolla
en los Capítulos 2 y 4.
La larga discusión precedente sobre geom etría y fí­
sica es un ejemplo de los tipos de cuestiones que los
físicos inquieren sobre el carácter básico de n u e s tra
universo. No obstante, no tratarem os tales m aterias m ás
allá de este nivel de nuestro estudio.

PROBLEMAS

1. E l Universo conocido. Utilizando la información dada


en el texto, estimar las magnitudes siguientes: (c) ¿Cuál es el ángulo subtendido por la Tierra desde
( a ) La masa total en el Universo conocido. la Luna? (Véase pág. 55. Cap. 2.) Sol. 3,3 x 10~2 radianes.
S o l z z 10“ g. 6. Edad del Universo. Admitiendo el radio del Univer­
(b) La densidad media de la materia en el Universo. so dado al principio del capítulo, determinar la edad del
Sol. ~ 10“29 g/cm3, equivalente a 10 átomos Universo a partir de la hipótesis de una estrella que, situa­
de hidrógeno por metro cúbico. da sobre el radio, ha viajado alejándose de nosotros desde
(c) La relación entre el radio del Universo conocido y el el principio de los tiempos a la velocidad de 0,6 c = 1,8 x
del protón. (Tomar el radio del protón como 10-13 cm; masa x 1010 cm /s (c = velocidad de la luz en el espacio libre).
del protón: 1,7 x 10'24 g.) Sol. «= 2 x 1010 años.
2. Señales que atraviesan un protón. Estimar el tiempo 7. Angulos en un triángulo esférico. Determinar el
que necesita una señal moviéndose con la velocidad de la valor de la suma de los ángulos en el triángulo esférico
luz para recorrer una distancia igual al diámetro de un indicado en la fig. 1.5, suponiendo que A está en el polo
protón. Considerar el diámetro del protón igual a 2 x 10~13 y a — radio de la esfera. A fin de determinar el ángulo de A,
cm. (Este tiempo es un intervalo de referencia conveniente considerar cuál sería el valor de a para que el ángulo fue­
en la física de las partículas elementales y los núcleos.) ra 90°.
3. Distancia a Sirio. La paralaje de una estrella es la
mitad del ángulo subtendido desde la estrella por las po­ LECTURAS SUPLEMENTARIAS
siciones extremas de la Tierra en su órbita alrededor del Estas dos primeras referencias son textos contemporá­
Sol. La paralaje de Sirio es 0,371” . Encuéntrese su distan­ neos para centros de orientación universitaria. Son exce­
cia a la Tierra en centímetros, años luz y parsecs. Un lentes para la revisión y clarificación de conceptos. La
parsec es la distancia a una estrella cuya paralaje es 1 seg segunda referencia contiene mucho material de historia
de arco. (Véase tabla de valores en las cubiertas del libro.)
y filosofía.
Sol. 8,3 x 1018 cm; 8,8 años luz; 2,7 parsecs.
Physical Science Study Committee (PSSC), Física, Caps. 14
4. Tamaño de los átomos. Utilizando el valor del nú­
(Ed. Reverté).
mero de Avogadro dado en la tabla y un valor aproximado
de la densidad media de los sólidos comunes, estimar el F. J. Rutherfórd, G. Holton y F. J. Watson, Project Physics
diámetro de un átomo medio, es decir, la dimensión del Course, Holt, Rinehart and Winston, Inc., New York,
espacio cúbico que llena un átomo. 1970. Un producto del Harvard Project Physics (HPP).
O. Struve, B. Lynds y H. Pillans, Elem entary Astronomy
5. Angulo subtendido por la Luna. Procurarse una re­ (Oxford University Press, Nueva York, 1959). Resalta
gla dividida en milímetros y cuando las condiciones visua­ las ideas principales de la física en relación al Universo;
les sean favorables, inténtese la siguiente experiencia: Man­ excelente.
téngase la regla con el brazo extendido y mídase el diáme­
tro de la Luna. Mídase la distancia de la regla al ojo. (El Larousse Encyclopedia of Astronomy (Prometheus, Press,
radio de la órbita de la Luna es 3,8 x 1010 cm y el de la Nueva York, 1962). Es un libro bello e informativo.
Luna misma, 1,7 x 108 cm.)
H. Bondi, Cosmology, 2.a ed. (Cambridge, University Press,
(a) Si se pudo llevar a cabo la experiencia, ¿cuál fue
Nueva York, 1960). Estudio breve, claro y autorizado,
el resultado?
(b) Si no se pudo hacer la medición, calcular el ángulo insistiendo en las pruebas obtenidas en las observacio­
subtendido por la Luna desde la Tierra a partir de los datos nes, aunque carece de trabajo reciente sustancial.
anteriores. Sol. 9 x 10~3 radianes.
Introducción

D. W. Sciama, Modern Cosmology (Cambridge, University


Press, Nueva York, 1971). Incluye desarrollos recientes.
Robert H. Haynes y Philip C. Hanawalt, The Molecular
Basis of Life (W. H. Freeman and Company, San Fran­
cisco, 1968). Colección de artículos del Sdentific Ame­
rican con algún texto adicional.
Gunther S. Stent, Molecular Genetics, W. H. Freeman and
Company, San Francisco, 1971. Curso introductorio.
Ann Roe, The making of a scientist (Dodd, Mead and Co.,
Nueva York, 1953; reimpresión Apollo, 1961). Es un ex­
celente estudio sociológico de un grupo de científicos
americanos de primera fila de la década 1940-1950. Pro­
bablemente existirán hoy algunos cambios de impor­
tancia en la población científica, puesto que el libro
apareció en 1953.
Bemice T. Eiduson, Scientists: Their Psychological World,
Basic Books, Inc., Publishers, Nueva York, 1962.
A. Einstein, «Notas autobiográficas», en Albert Einstein:
Philosopher-Scientist, editado por P. A. Schilpp (Library
of Living Philosophers, Evanston, 1949). Una breve y ex­
celente. autobiografía. Es una lástima que existan tan
pocas biografías realmente buenas de científicos sobre­
salientes, como la de Freud debida a Ernest Jones.
Existen pocas, además, comparables en profundidad y
honradez a las grandes biografías literarias, como Ja­
mes Joyce, de Richard Ellman. La autobiografía de
Charles Darwin es una notable excepción. Los autores
que escriben sobre los científicos parecen haberse inti­
midado por la frase de Einstein: «La esencia de un
hombre como yo mismo reside precisamente en lo que
piensa y en cómo piensa, y no en lo que hace o padece.»

L. P. Wheeler, Josiah W illard Gibbs; The History of a Great


Mind. Yale University Press. New Haven, Conn., 1962.

E. Segré, Enrico Ferm i, Physicist. The University of Chicago


Press, Chicago, 1971.
Introducción

Aparatos experimentales de Física. Las fotografías de


estas páginas muestran algunos de los instrumentos
y máquinas que contribuyen activamente al avance de
las ciencias físicas.

Laboratorio de resonancia magnética nuclear para estu­


dios de las estructuras químicas. (Fotografía ASUC.)
Introducción 19

Estudio de espectros de resonancia magnética


nuclear: puede verse una muestra girando rápi­
damente entre las piezas polares de un elec­
troimán para promediar las variaciones del
campo magnético. (Esso Research.)

Operador en un laboratorio de resonancia


magnética nuclear en el momento de colocar
una muestra en la probeta en el aparato de
control de temperatura en el que la mues­
tra ha de estar girando. (Esso Research.)
20 Introducción

Electroimán construido de alambre superconductor pa­


ra funcionar a bajas temperaturas. Las bobinas que
se ven están calculadas para producir un flujo magné­
tico de 54 000 gauss. Este aparato es el corazón de un
laboratorio moderno de bajas temperaturas. (Varían As­
sociates.)

É>. '•*
A-..
■i’,--

El gran radiotelescopio de Australia. El gran casquete


mide 63 m aproximadamente de diámetro. Está insta­
lado en un valle tranquilo a 320 km al oeste de Sidney,
New South Wales. En este remoto lugar, la interferencia
eléctrica es mínima. (Australian News and Information
Bureau.)
Introducción

Acelerador de partículas de alta energía: el bevatrón


de Berkeley. Los protones se introducen por la parte
inferior derecha. (Lawrence Berkeley Laboratory.) Ac­
tualmente, aceleradores de mucha mayor energía están
operando en el Brookhaven Lab., en Long Island, en el
CERN de Ginebra, en Serpujov en Rusia y en el NAL.
cerca de Chicago.
Introducción
Introducción

Observador en la cabina donde se encuentra ei foco


cambiando la película en el telescopio Hale. (Observa­
torios de Hale.)

Galaxia espiral NGC 4594 en Virgo, vista de perfil; fotografiada con el telescopio de 200
pulgadas. (Observatorios de Hale.)
24 Introducción

Glóbulos rojos del hombre vistos con un microscopio


electrónico y aumentados 15 000 veces. Los objetos con
forma de disco son los glóbulos rojos de la sangre
conectados por una malla de fibrina. (Fotografía por
cortesía del Dr. Thormas L Hay es, Donner Laboratory.
Lawrence Berkeley Laboratory. Universidad de Califor­
nia, Berkeley.)

Microscopio electrónico de «scanning» mostrando a la


izquierda la columna óptica electrónica que engendra el
haz de electrones y, a la derecha, la consola de mandos
que contiene el haz del tubo de rayos catódicos. El
equipo auxiliar incluye un micromanipulador piezoeléc-
trico en la columna del instrumento, pantalla de TV,
registrador vídeo, cámara polaroide y oscilógrafo moni­
tor de señales. (Fotografía por cortesía del Dr. Thomas,
L. Hayes, Donner Laboratory, Lawrence Berkeley Labora­
tory. Universidad de California, Berkeley.)
Introducción 25

Cráter marciano de 69 km de ancho (parte superior)


fotografiado por el Mariner 9 el 16 de diciembre de 1971.
El Sol envía sus rayos por la derecha. El rectángulo de
puntos blancos inscribe el área mostrada en la fotogra­
fía inferior tomada por la cámara de ajta resolución
del Mariner el 22 de diciembre. Los cerros, semejantes
a los de cola de caballo de la Luna, parecen ocasionados
por fallas en la corteza a lo largo de los cuales se ha
producido una erupción de lava. Ambas fotografías han
sido reforzadas por revelado automático. (Fotografía por
cortesía del Jet Propulsión Laboratory, Instituto de Tec­
nología de California, NASA.)
Introducción

Mosaico de dos fotografías de la región del Lago Tithonius, en Marte, tomada por la
nave espacial Mariner 9, en donde se reveló un cañón dos veces más profundo que el
Gran Cañón de Arizona, cuando las imágenes fueron comparadas con medidas de pre­
sión tomadas por el espectrómetro de violeta a bordo de la nave. Las flechas conectan
las profundidades deducidas de las medidas de presión tomadas por el espectrómetro
y las características correspondientes de la fotografía. La línea de puntos es la trayec­
toria observada por el espectrómetro. Las fotografías se tomaron desde una altura
de 1722 km y cubrían un área de 644 km transversalmente. (Fotografía por cortesía de Jet
Propulsión Laboratory. Instituto de Tecnología de California, NASA.)
Contenido

T E R M IN O LO G ÍA Y CONCEPTOS
Notación vecto rial
Igualdad de vectores
S U M A DE VECTORES
PRODUCTO DE VECTORES
Producto escalar
Producto vectorial
D ERIVADAS VECTORIALES
V elocidad
A celeración
Ejemplo. Movimiento circular
INVARIANTES

Operaciones vectoriales elem entales


Problemas
Notas m atem áticas:
D erivadas respecto al tiem po, velocidad y aceleración

La función ex
D esarrollo en serie
Vectores y coordenadas polares esféricas
Fórmulas de geom etría analítica
Identidades vecto riales útiles
Lecturas suplem entarias
Vectores
30 Vectores

TER M IN O LO G ÍA Y CONCEPTOS

La terminología es un ingrediente esencial del pensa­


m iento abstracto. Es difícil pensar fácil y claram ente so­
bre conceptos abstractos y complejos en un lenguaje que
no posee las palabras adecuadas para tales conceptos.
Para expresar nuevos conceptos científicos se inventan
nuevas palabras que se añaden a los idiomas; muchas
de estas palabras proceden de raíces clásicas griegas o
latinas. Si satisface las necesidades de la comunidad
científica, una palabra nueva puede ser adoptada en m u­
chos idiomas modernos. Así, por ejemplo, vector en espa­
FIG. 2.1 El vector r representa la posición de un punto ñol es vector en inglés, vecteur en francés, Vektor en
P respecto a otro O considerado como origen. alemán b e k t o p (pronúnciese «vector»), en ruso.
Un vector es una magnitud que tiene módulo, direc­
ción y sentido y se combina con otros vectores de acuer­
do con reglas específicas *. En el estudio de la mecánica
(y otras ram as de la física) encontrarem os m agnitudes
(velocidad, fuerza, campo eléctrico, m omento dipolar
magnético) que tienen m agnitud, dirección y sentido y,
en consecuencia, es im portante desarrollar el lenguaje
y las técnicas necesarias para el m anejo de estas mag­
nitudes. Aunque el análisis vectorial suele considerarse
como una ram a de las m atem áticas, su valor en física
es tan grande que merece la inclusión aquí de una
introducción.
Notación vectorial. Como los símbolos form an el
lenguaje de las m atem áticas, una parte im portante del
arte del análisis m atem ático es la técnica de utilizar
bien la notación. La notación vectorial tiene dos gran­
des propiedades:
1. La form ulación de una ley física en función de
los vectores es independiente de los ejes coordenados
que se escojan. La notación vectorial ofrece una term i­
nología en la que los enunciados tienen un significado
físico sin introducir en ningún caso un sistem a coor­
denado.
2. La notación vectorial es concisa. Muchas leyes
físicas tienen formulaciones sencillas y diáfarías que se
desfiguran cuando se escriben referidas a un sistem a
coordenado particular.
Aunque al resolver un problem a físico puede conve­
nir la utilización de sistemas coordenados especiales,
deberemos establecer leyes de la física en form a vecto-

(*) Este significado de la palabra vector es una ampliación natural


de eu utilización inicial en astronomía, ahora en desuso: recta imagina­
FIG. 2.2 El vector — r tiene el mismo módulo y direc­ ria que une a un planeta, moviéndose alrededor del foco de una elipse,
ción, pero sentido opuesto que r. con dicho punto. La regla específica se da en la página 35.
Vectores 31

rial siempre que sea posible. Algunas de las leyes compli­


cadas que no pueden expresarse en form a vectorial,
pueden serlo en form a tensorial. Un tensor es una gene­
ralización de un vector, que incluye a la m agnitud vecto­
rial como caso especial. El análisis vectorial tal y como
lo conocemos hoy es fundam entalm ente el resultado del
trabajo realizado hacia finales del siglo diecinueve por
Josiah Willard Gibbs y Oliver Heaviside.
La notación vectorial que adoptam os aquí es la si­
guiente. En la pizarra, una m agnitud vectorial se repre­
senta colocando una línea ondulada bajo la letra A,
o poniéndole encima una flechita.; los vectores en los
libros impresos siem pre aparecen en negritas. El mó­
FIG. 2.3 El vector 0,6r tiene la misma dirección y sen­
dulo de un vector se im prim e en cursiva; A es el m ódu­
tido que r, pero su módulo es 0,6r.
lo de A; tam bién se escribe |A|. Un vector unitario es
un vector de longitud unidad; un vector unitario ep la
dirección de A se escribe con un signo circunflejo encima,
tal como Á. Resumiremos esta notación m ediante la
identidad

A = ÁA = A k

En las figuras 2.1 a 2.4 se m uestra un vector, el negativo


del mismo vector, la m ultiplicación por un escalar y un
vector unitario.
La utilidad y aplicación de los vectores a los proble­
mas físicos está basada esencialmente en la geometría
euclidiana. La enunciación de una ley en térm inos vec­
toriales norm alm ente lleva consigo la hipótesis de la
validez de esta geometría. Si la geometría no es euclidia­
na, no es posible sum ar dos vectores de un modo sencillo
y sin ambigüedad. Para el espacio curvo existe una
formulación mucho más general, la geometría m étrica
diferencial, que es el lenguaje de la relatividad genera­
lizada, dominio de la física en él que la geometría eucli­
diana no es ya suficientem ente precisa.
Hemos considerado que un vector es una m agnitud
que tiene dirección además de módulo. E sta propiedad
no se refiere en absoluto a ningún sistem a coordenado,
aunque suponemos que puede definirse, por ejemplo,
con referencia a la sala del laboratorio, estrellas fijas,
etcétera. Veremos, sin embargo, que no todas las mag­
nitudes que tienen módulo y dirección son necesaria­
mente vectores, tales como las rotaciones finitas (véase
más adelante en esta sección). Una rnagnitud que tiene
módulo pero no dirección es un escalar. El módulo FIG. 2.4 El vector r es el vector unitario en la direc-
de un vector es un escalar. La tem peratura y la m asa ción de r. Obsérvese que r = ir.
32 Vectores

FIG. 2.5 a) Vector A.

b) Vector B.

d) El vector suma B + A es igual a A + B.


Vectores 33
son escalares. En cambio, la velocidad v y la fuerza F
son vectores.
Igualdad de vectores. Una vez desarrollada la nota­
ción procederemos a realizar algunas operaciones vecto­
riales: suma, resta y multiplicación. Dos vectores, A y B
que representen m agnitudes físicas similares (por ejem ­
plo, fuerzas) se dice que son iguales cuando poseen el mis­
mo módulo, dirección y sentido; se escribe así, A = B.
Un vector no tiene necesariam ente que estar ligado
a una posición determ inada, aunque puede referirse a
una magnitud definida en un punto particular. Dos
vectores pueden com pararse aunque m idan m agnitudes
físicas definidas en distintos puntos del espacio y dife- p|Q. 2.6 a) Vectores B y B.
rentes instantes. Si no tuviéram os confianza, basada en
la experimentación, que podemos considerar plano
el espacio, es decir, euclidiano —excepto quizás a dis­
tancias enormes— no podríam os entonces com parar sin
ambigüedad dos vectores en puntos diferentes (véase la
Nota Matemática 1 al final del Cap. 2).

SUMA VECTORIAL

Un vector se representa geométricam ente por un seg­


mento lineal dirigido, o flecha, cuya longitud en unida­
des a una escala definida es igual a la m agnitud del
vector. La suma de dos vectores A y B se define por la
construcción geométrica indicada en las figuras 2.5 a a c.
Esta construcción se llama con frecuencia ley del para-
lelogramo de la adición vectorial. La suma A + B se
define trasladando B paralelam ente a sí mismo hasta b) Obtención de A — B; vector diferencia,
que el origen de B coincida con el extremo de A. El vec­
tor dibujado desde el origen de A al extremo de B es
la suma A -f- B. De la figura se deduce que A + B = B + A ,
es decir, la suma vectorial tiene la propiedad conm uta­
tiva, como indica la fig. 2.5 d. La substracción de vecto­
res se define m ediante las figuras 2.6 a y b con B + (—B) =
= 0, que define el vector negativo.
La suma vectorial satisface la relación A + (B + C) =
= (A + B) + C, es decir, satisface la propiedad asocia­
tiva (fig, 2.7). La sum a de un núm ero finito de vectores
es independiente del orden en que se sumen. Si A — B =
= C, entonces sumando B en ambos miembros obten­
dremos A = B + C. Si k es un escalar

fc(A + B) = kA + kB (2.1)

de modo que la m ultiplicación de un vector por un es- Fir 07 c,,™., ~* * , r. ^ ^


, .. FIG- 2-7 Suma de tres vectores: A + B + C. Comprué-
calar satisface la propiedad distributiva. bese que esta suma es igual a B + A + C.
34 Vectores

FIG. 2.8 a) Orientación original del libro. Se le hace d) Orientación original del libro,
girar n/2 radianes alrededor del eje 1.

b) Orientación después de una rotación de «-/2 radia­ e) Orientación después de una rotación de f / 2 radia­
nes alrededor del eje 1. nes alrededor del eje 2 f

c) Orientación después de una rotación posterior de /) Orientación después de una rotación posterior de
jt/ 2 radianes alrededor del eje 2. jt/ 2 radianes alrededor del eje 1.
Vectores

¿Cuándo es representáble una magnitud física por


un vector? Un desplazamiento es un vector, ya que des­
cribe tanto la dirección de la línea desde la posición
inicial a la final como la longitud de la línea; el ejemplo
de adición dado anteriorm ente se reconoce fácilm ente
aplicándolo a los desplazamientos en el espacio eucli-
diano. Además de los desplazamientos existen otras
magnitudes físicas que tienen las mismas leyes de com­
binación y las mismas propiedades de invariancia que
los desplazamientos. Estas m agnitudes pueden repre­
sentarse tam bién por vectores. Para que una m agnitud
sea vectorial debe satisfacer dos condiciones:

1. Debe cum plir la ley de adición del paralelogramo.


2. Debe tener un módulo y una dirección y sentido
independientes de la elección del sistem a de coorde­
nadas.

Las rotaciones finitas no son vectores. No todas las


magnitudes que tienen módulo y dirección son necesaria­
mente'vectores. Por ejemplo, la rotación de un cuerpo
rígido alrededor de un eje particular fijo en el espacio
tiene módulo (el ángulo de rotación) y dirección (la
dirección del eje). Pero dos rotaciones como éstas no se
combinan de acuerdo con la ley vectorial de la adición,
a no ser que los ángulos de rotación sean infinitam ente
pequeños *. Esto se com prueba fácilmente si los dos ejes
son perpendiculares entre sí y las rotaciones son de t t /2
radianes (90 grados). Considérese el objeto (un libro)
de la fig. 2.8 a. La rotación (1) lo lleva a la posición de la
fig. 2.8 b y otra rotación ( 2 ) a continuación sobre otro
eje, deja el objeto como en la fig. 2.8 c. Pero si aplicamos
al objeto, orientado como al principio (fig. 2 .8 d), pri­
mero la rotación ( 2 ) (fig. 2 .8 e) y luego la ( 1 ), el objeto
termina como indica la fig. 2.8 /. La orientación en la
sexta figura no es la mism a que la existente en la ter­
cera. Evidentemente, estas rotaciones no cumplen la
propiedad conm utativa de la suma. A pesar del hecho
de que tienen módulo y dirección, las rotaciones finitas
no pueden representarse como vectores.

PRODUCTOS DE VECTORES

Aunque no existe razón para preguntarse si la suma


de dos vectores es un escalar o un vector, tal cuestión
tiene importancia en lo que se refiere al producto de dos
vectores. Existen dos modos de definir el producto de
(*) Las velocidades angulares son vectores y, en cambio, las
rotaciones angulares no lo son.
36 Vectores

dos vectores, de gran utilidad ambos. Los dos tipos sa­


tisfacen la ley distributiva de la multiplicación: el pro­
ducto de A por la suma de B + C es igual a la sum a de
los productos de A por B más A por C. Uno de los pro­
ductos es un escalar y el otro se puede considerar un
vector en la mayoría de las aplicaciones. Los dos son
útiles en física. Otras posibles definiciones “del producto
de dos vectores no son de utilidad. ¿Por qué AB no es
una definición útil del producto de dos vectores? Por
AB queremos indicar el producto ordinario, |A| |B |, de
los módulos de A y B . Obsérvese que si D = B + C, enton­
FIG. 2.9 a) Para obtener A * B llevar los vectores A y B ces en general AD ^ AB + AC. E sta carencia de la pro­
hasta un origen común. piedad distributiva hace que AB sea inútil como defini­
ción de producto de A y B.
Producto escalar de dos vectores. Se define el pro­
ducto escalar de A y B como el núm ero que se obtiene
m ultiplicando el módulo de A por el de B y por el coseno
del ángulo que form an entre sí (figs. 2.9 a a c). El pro­
ducto escalar es una m agnitud escalar y se representa
por el símbolo

A • B = AB eos (A,B) (2 .2)

Por eos (A ,B ) designamos el coseno del ángulo que for­


m an A y B . Vemos que en esta definición del producto
escalar no está implicado en absoluto ningún sistema
coordenado. Observemos que eos (A ,B ) = eos (B ,A ) de
b) B[A cose) = A * B. modo que el producto escalar es conmutativo:

A B = B A (2.3)

que se lee «A m ultiplicado escalarm ente por B».


Si el ángulo entre A y B está comprendido entre jt/2
y 3 ít/2, entonces eos (A ,B ) y A • B serán núm eros nega­
tivos. Si A = B , entonces eos (A ,B ) = 1 y

A • B = A2 = |A |2

Si A • B = 0 y A 0, B 7 ^ 0, decimos que A es ortogonal


a B o perpendicular a B . Obsérvese que eos (A ,B ) = Á • 8 ,
de modo que el producto escalar de dos vectores unita­
rios es precisam ente el coseno del ángulo que forman.
El módulo de la proyección de B en la dirección de A es
c) A{B eos 0) = A • B. Aquí, la letra griega theta, 0, .... ..
designa el ángulo comprendido entre A y B. B eos (A,B) = BÁ • B = B • A
Vectores 37

siendo Á el vector unitario en la dirección de A. La


proyección de A en la dirección de B es

A eos (A,B) = A • B

La multiplicación escalar no tiene inversa: si A • X = b ,


no hay una solución única para X . Dividir por un vector
es una operación sin definir, carente de significado.
Componentes, magnitudes y cosenos directores. Sean
x, y, z tres vectores unitarios ortogonales * que definen
un sistema cartesiano como en la fig. 2.10 a. Un vector
arbitrario A puede escribirse como

A = A xx + A^y + A*z, (2.4)

en donde Ax, Av y Az se denominan componentes de A, p|Q 2.10 a) Vectores unitarios ortogonales cartesia-
como se ilustra en la fig. 2.10 b. Fácilmente se ve que nos x, y, i.
Ax = A • x, ya que
A • x = A xx • x + A yy • x + A^z • x = A x
y
y •x = 0 = z *x
x •x = 1

En función de estos componentes, Ax, Ay y Az, la mag­


nitud de A es

A = V A -A = V (A ,í + A ty + A„i) • (At x + A sy + A zi)

= V A / + A / + A / (2.5)

Si deseamos escribir una expresión para el vector uni­


tario Á (tam bién indicado en la fig. 2 .1 0 b), vemos que

* ,x* A Ay • A az *A
A = x—:---- 1- y— -----1- z b) A = xAx + y Ay + i A z.
A A A
A AA„ AA ■m h h m m n
= x— + y—p- + z
A A + "A 26
( . )

a A / a
es tal expresión. De la fig. 2.11 y la Ec. (2.6) deducimos j( a ,z) y
que los ángulos que A form a con los ejes x, y, z tienen
los cosenos A JA , Ay¡A y A JA , o sea x • Á, y * Á y z • Á. Se
denominan cosenos directores y tienen la propiedad de ( A .x ) ,.- '
^ \(A ,y )
que la suma de los cuadrados de los tres cosenos direc­
tores es igual a- la unidad, como fácilm ente puede verse
con ayuda de la Ec. (2.5). X
V
(*} La palabra ortogonal se ytiliza aquí en el sentido de mutua- FIG. 2.11 Los cosenos d irectores se refieren a los
mente perpendicular. ángulos indicados.
38 Vectores

El producto escalar de dos vectores A y B se recuerda


fácilmente en función de los componentes

A • B — A XBX -f A yBy + AZBZ (2.7)

Aplicaciones del producto escalar. Veamos varias


aplicaciones de los productos escalares:

1. Ley de los cosenos. Sea A — B = C; realizando


el producto escalar de cada m iembro de esta expresión
por sí mismo, tendrem os
FIG. 2.12 a) C • C = C2 = (A — B) • (A — B)
= A2 + B2— 2A * B
= A2 + B2— 2AB eos 0. (A - B) • (A - B) = C • C

A2 + B2 - 2 A B = C 2

que es exactamente la conocida relación trigonom étrica

A2 + B2 - 2AB eos (A,B) = C 2 (2.8)

El coseno del ángulo com prendido entre las direc­


ciones de los dos vectores es

AB
eos (A,B) = eos Qab —
AB

b) D * D = D2 = (A + B) • (A + B)
como se deduce de la Ec. (2.2) (véase figs. 2.12 a y b).
= A2 + B2 + 2AB eos 6.
2. Ecuación de un plano (fig. 2.13). Sea N una nor­
mal al plano considerado que se dibuja desde un origen
O que no pertenece al plano. Sea r un vector arbi­
trario que va del origen O a un punto cualquiera P del
plano. La proyección de r sobre N debe ser igual en
módulo a N. Así, pues, el plano se define por la ecuación

r •N = N2 (2.9)

Para com probar la identidad de esta corta expresión


con la expresión norm al de la geometría analítica para
la ecuación de un plano

ax + by + cz = 1

escribamos N y r en función de sus componentes N x,


N y, N>z y *, y, z. Ahora la Ec. (2.9) adquiere la form a
FIG. 2.13 Ecuación de un plano; N es la normal al plano
desde el origen O. La ecuación del plano es N * r = N2.
(xx + yy + zz) • (Nxx + Nyy + Nzz) = N 2
Vectores 39

que se reduce a r-

NX Nv N
+ * # + = 1

3. Vectores eléctrico y magnético en una onda electro­


magnética. Si k es el vector unitario en la dirección
de propagación de la onda electrom agnética plana en
el espacio libre (fig. 2.14), entonces (como veremos en
los Vols. 2 y 3) los vectores campo eléctrico y de induc­
ción E y B, deben estar en un plano norm al a k y deben
ser perpendiculares entre sí. Podemos expresar la con­
dición geométrica por las relaciones
FIG. 2.14 Los campos eléctrico y magnético en una onda
plana electromagnética en el espacio ÜbreA son perpen­
k •E = 0 k •B = 0 E •B = 0
diculares a la dirección de propagación k. Así, pues,
k - E = k - B = 0; E • B = 0.
4. Trabajo realizado por unidad de tiempo. En fí­
sica elemental (véase tam bién el Cap. 5) se vio que el
trabajo realizado por una fuerza F por unidad de tiempo
sobre una, partícula que se mueve con velocidad v es
igual a Fv cos(F,v). Se reconoce fácilm ente que esta
expresión es precisam ente el producto escalar

F* v
Si escribimos de un modo general la derivada dW /d t
como un símbolo p ara el trabajo realizado por unidad
de tiempo, resulta (fig. 2.15)
FIG. 2.15 Trabajo que por unidad de tiempo realiza una
dW fuerza F sobre una partícula moviéndose con velocidad v.
= F (2 .10)
dt
5. Variación de volum en por unidad de tiempo. Sea
S un vector norm al a una área plana de valor S y desig­
nemos por v la velocidad con que se mueve dicha área.
Es fácil darse cuenta de que el volumen barrido por el
área S por unidad de tiempo es un cilindro cuya área
de la base es S y cuya generatriz es v (fig. 2.16), o sea
S • v. La variación del volumen barrido por unidad de
tiempo es, por tanto,

dV = S
(2 . 11)
dt

Producto vectorial *. Existe otro tipo de producto


de dos vectores am pliam ente utilizado en física. Este

(*) Esta sección puede' omitirse en una primera lectura. El pro­


ducto vectorial se utiliza en el Cap. 3, el cual también puede omitirse; FIG. 2.16 Volumen que por unidad de tiempo dv/dt,
sólo al comenzar el Cap. 6 resulta esencial. barre el área S que se mueve con velocidad v.
40 Vectores

producto no es un escalar sino más bien un vector, pero


un vector en cierto sentido restringido. El producto vec­
torial A X B se define como el vector norm al al plano
en el que están contenidos A y B y que tiene por módulo
AB (sen A,B) (fig 2.17 a):

C = A X B = CA£|sen(A,B) (2 . 12)

Y se lee «A m ultiplicado vectorialm ente por B». Se


determ ina el sentido de C m ediante un convenio fijo
indicado por la regla del sacacorchos o del tornillo:
El vector A, que es el prim er factor, se hace girar según-
el ángulo m enor que form e con B hasta hacerle coinci­
dir con la dirección de este último. El sentido de C
coincidirá entonces con el avance de un sacacorchos
o tornillo con rosca a derechas (rosca norm al en la
m ayoría de los países) cuando se le hace girar del mismo
modo que al vector A, como se ve en la fig. 2.17 b.
FIG. 2.17 a) Producto vectorial C = A X B.
Enunciemos la regla para la dirección y el sentido
de C de otro modo: Prim ero, coloquemos juntos los
orígenes de los vectores A y B —así se define un plano.
El vector C es perpendicular a este plano; esto es, el
producto vectorial A x B es perpendicular tanto a A
como a B. Gírese A hacia B recorriendo el m enor de los
dos ángulos posibles—, cúrvense los dedos de la mano
derecha en el sentido en que gira A y el pulgar señalará
la dirección y sentido de C = A X B. Obsérvese que,
debido a este convenio de signos, B X A es un vector
de signo opuesto a A X B (fig. 2.17 c):
B X A = -A X B (2.13)

b) Regla del sacacorchos. c) El producto vectorial B x A e s opuesto a A x B.


Vectores

Así, pues, el producto vectorial no es conmutativo. Se


deduce de la Ec. (2.12) que A X A = 0, de modo que el
producto vectorial de un vector por sí mismo es cero.
El producto vectorial obedece la ley distributiva

A x ( B + C) = A x B + A x C

La demostración, que es algo fatigosa, puede encontrar­


se en cualquier texto de análisis vectorial *.

Producto vectorial en función de las coordenadas car­


tesianas. Del mismo modo que hemos encontrado en
la Ec. (2.6) los cosenos directores del vector A, podría­
mos determ inar los senos de los ángulos que A form a
con los ejes cartesianos. Esto es poco conveniente, pues
los senos se hallan m ás fácilm ente a p a rtir de los cose­
nos. Sin embargo, a veces es útil expresar el producto
vectorial de dos vectores en función de sus componentes:

A X B = (AX& + A yy + Ají) x (Bxx + Byy + BJz)


= (x x y)AxBy + (x X z)AxBz + (y X i)AyBz
+ (y X x)AyBx + (z X x)AzBx + (z x y)AzBy

en donde hemos utilizado el resultado x x x = y X y =


= z X z = 0. La cuestión que surge en seguida es: ¿Cuán­
to vale x X y? ¿Es z o — z? Al escoger el resultado
x x y = z hacemos uso de un sistema de coordenadas
a derechas **de un modo convencional en física, que
utilizaremos en todo momento, como se indica en las
figs. 2.10a y b.

(*) Por ejemplo, véase C. E. Weatherburn, «Elementary Vector


Analysis», p. 57, G. Bell & Sons, Ltd., London, 1928; J. G. Coffin,
«Vector Analysis», p. 35, John Wiley & Sons, Inc., New York, 1911.
(**) ¿Cómo podríamos comunicar nuestra definición de sistema «a
derechas» á u na, criatura de otro sistema solar en nuestra galaxia?
Podríamos utilizar ondas de radio polarizadas circularmente. La señal
transporta un mensaje que indica al remoto observador en qué sentido
definimos las ondas que han de polarizarse. El observador remoto cons­
truirá dos receptores, uno en el sentido correcto y otro en el incorrecto
en función de la intensidad de la señal. Cualquier método requiere
instrucciones muy claras. En el análisis original del efecto espectros­
copio) Zeeman, su descubridor asociaba incorrectamente una señal
positiva a las cargas oscilantes de los átomos, porque confundía el
sentido de una radiación polarizada circularmente (véase P. Zeeman,
Philosophical Magazine (5), 43: 55 y 226 (1897). De un modo semejante,
la primera transmisión por Telstar, el 11 de julio de 1962, fue recibida
con dificultades en Gran Bretaña debido a la «inversión de un pequeño
componente en el conductor de alimentación de la antena, que surgió
de una ambigüedad en la definición aceptada del sentido de rotación
de las ondas de la radio». Times (Londres), 13 de julio de 1962, pág. 11.
42 Vectores

i Ahora x X z = — y, y X z x, etc., de modo que re-


sulta

A X B = x(AyBx - A zBy)
+ y (AA AA) + - AA ) (2-14)
C = AXB
Obsérvese que si los índices guardan el orden cíclico
xyz, el térm ino interviene en el producto vectorial con
signo + ; -de otro modo el signo es negativo. Si se está
B
familiarizado con el cálculo de determ inantes se puede
A ^ com probar que la representación

f xA y z
L Paralelogramo (2.15)
A X B = \ Az
FIG. 2.18 a) El vector área de un paralelogramo es x B„y Bzs
C = A X B = AB |sen e\ C

es equivalente a la Ec. (2.14), pero más fácil de recordar.

iL Aplicaciones del producto vectorial. En los siguien­


tes párrafos tratarem os diversas aplicaciones del pro­
A X B ducto vectorial.

1. Area de un paralelogramo. El módulo


/ -
/
|A X B| = A £|sen (A,B)|
f /
/ ' es el área del paralelogram o cuyos lados son A y B
.. / /
, , (o el doble del área del triángulo de lados A y B ) (figu­
ra 2.18 a). La dirección de A X B es norm al al plano del
paralelogramo; por consiguiente, podemos considerar a
B A x B como el vector área del paralelogramo. Como he­
b) A x B • C = área de la base X altura volumen del mos dado signos a los lados A y B , el vector área está
paralelepípedo. dotado de dirección y sentido. Existen aplicaciones físi­
cas en las que es conveniente poder asignar dirección a
un área [Ec. (2.11)].

2. Volumen de un paralelepípedo. El escalar

|(A X B) • C| = y

es el volumen del paralelepípedo en el que A X B es el


área de la base y C es la tercera arista oblicua (figu­
ra 2.18 b). Si los tres vectores, A, B y C están contenidos
en un mismo plano, el volumen será cero; por lo tanto,
tres vectores serán coplanarios si (A X B ) • C = 0 y única­
m ente en este caso.
c) Ley de los senos del triángulo. Observemos en la figura que

Nota: sen (A,B) = sen |> — (A,B)]. A • (B x C) = (A X B) • C


Vectores 43

de modo que los productos vectorial y escalar en el pro­


ducto m ixto pueden intercambiarse sin alterar el valor
del producto. Sin embargo,
A • (B X C) = - A • (C X B)
Un producto mixto no se altera perm utando cíclica­
m ente el orden de los vectores, pero se invierte de signo
si se cambia el orden cíclico. (Ordenaciones cíclicas de
ABC son BCA y CAB y las ordenaciones no cíclicas son
BAC, ACB y CBA.)

3. Ley de los senos. Consideremos el triángulo de­


finido por C = A + B (fig. 2.18 c) y m ultipliquem os vec­
torialm ente ambos m iem bros de la ecuación por A:
A x C = A x A + A x B
Ahora bien, A X A = 0 y los módulos de ambos m iem bros
deben ser iguales, de modo que

ACsen(A,C) = ABsen(A,B)
o
sen(A,C) sen(A,B)
- (2-16)

que es la ley de los senos de un triángulo.

4. Par. La idea del p ar es fam iliar desde los prim e­


ros cursos de introducción en la física. Tiene particular
im portancia en el movimiento de los cuerpos rígidos
discutido en el Cap. 8. El p ar se refiere a un punto y
FIG. 2.18 (continuación) d) El par como producto vec­ tiene una expresión conveniente en función de los vec­
torial. tores:
N = rxF, (2.17)
en donde r es un vector dirigido desde el punto al vector
F. En la fig. 2.18 d se ve que el par tiene una dirección
perpendicular a r y a F. Obsérvese que la m agnitud de N
es rF sen a y r sen a es la longitud de la perpendicular
trazada desde el punto (O en la figura) a F. En la figura
r sen a = r' sen a'. Por tanto, el par, tanto en m agnitud
como en dirección y sentido, es independiente del punto
de la dirección de F, al cual se traza r.

5. Fuerza sobre una partícula en un campo magné­


tico. La fuerza que actúa sobre una carga eléctrica pun­
tual que se mueve con velocidad v en un campo magnético
B es proporcional a v veces la componente norm al de B,
en función del producto vectorial (fig. 2.18 e).
e) Fuerza ejercida sobre una carga positiva en un cam­ q
po magnético. F = —v X B (unidades gaussianas) (2.18)
44 Vectores

FIG. 2.19 a) La posición Pi de una partícula en el instan­


te ti se especifica mediante el vector r(fi) relativo al
origen fijo en el punto O.

F = q\ XB (unidades mks) (2-18)

en donde q es la carga de la partícula y c la velocidad de


la luz. Esta ley se desarrollará con detalle en el Vol. 2
y se utiliza en el Cap. 3 (pág. 75).

DERIVADAS DE VECTORES
La velocidad v de una partícula es un vector; la ace­
leración a es tam bién un vector. La velocidad es- la
variación de la posición de una partícula referida al
tiempo. La posición de una partícula en cualquier ins­
tante t puede especificarse m ediante el vector r (t) trazado
desde un punto fijo O a la partícula (fig. 2.19 a). Cuando
el tiempo progresa, la partícula se mueve y el vector de
posición varía en dirección y módulo (fig. 2.19 b ). La
diferencia entre r(í2) y r(¿i) es

Ar = r(f2) — r(íj)

y es tam bién un vector (fig. 2.19 c). Si el vector r puede


considerarse como una función (una función vectorial)
de la variable escalar única t, el valor de Ar quedará
determ inado completam ente cuando se conozcan los dos
valores t{ y t2. Así, en la figura 2.19 d, Ar es la cuerda
Pj P2. La relación

Ar
d) A r es la cuerda que une los puntos Pi y P2 situados
sobre la trayectoria de la partícula. Ai
Vectores 45

es un vector colineal con la cuerda Pj P2 pero ampliado


en la relación 1/Ai. Cuando Ai tiende a cero, P2 se aproxi­
ma a Pj y la cuerda Pt P2 se convierte en la tangente en P^
Entonces el vector

ií. tiende a ^
Ai dt
que es un vector tangente a la curva en P t dirigido en el
sentido en que la variable i aum enta a lo largo de la
curva (fig. 2.19 e).
e) Cuando A t — t2— íi -> 0, el vector A r/A f colineal con
Velocidad. El vector la cuerda tiende hacia el vector velocidad dr/dt
colineal con la tangente a la trayectoria en el pun­
(h_ _ lim A* to Pi.
di Aí->° Ai

se denomina derivada respecto al tiempo de r. Por defi­


nición, la velocidad es

/* \ dr
— (2.19)
v(f)= d í
El módulo v = |v[ de la velocidad se denomina celeridad
de la partícula y es un escalar. En función de sus com­
ponentes resulta

r(t) = x(t)x + y(t)y + z{t)z (2 .20 )

dr dx

V = v Vvx (2 .21 )

en donde hemos supuesto que los vectores unitarios no


cambian con el tiempo, de modo que

dx _ o = dy_ dz
dt dt dt

En general, podemos escribir, sin expresar r en fun­


ción de sus componentes, como en la Ec. (2.20),
r(t) = r ( t m
en donde el escalar r(t) es la longitud del vector y r(í)
es el vector unitario en la dirección de r. La derivada
de r (t) se define en la form a

dr ... d lim + Aí)*(* + Aí) ~


* - * L ^ J - - s¡
46 Vectores

Podemos volver a escribir el num erador *, reteniendo


sólo los dos prim eros térm inos del desarrollo en serie
de r(í + Ai) y r(í + Ai):

="(I1- f ) +«■(!£)
En el límite, cuando Ai -> 0, el últim o térm ino del segundo
miembro puede despreciarse y tendrem os, sustituyendo
en la Ec. (2.22)
dr = —
v = — dr*.r +, r—
di (2.23)
FIG. 2.20 a) A r es la variación del vector unitario r.
dt dt dt

Aquí d r/d t representa la cantidad de variación en la


dirección del vector unitario í.
Este caso es un ejemplo de la regla general p ara derivar
el producto de un escalar a (t) y un vector b ( í)
d i da i . d\y
— «b = — b + a — (2.24)
dt dt dt

Según vemos en la Ec. (2.23), a la velocidad contribuye


por una parte la variación en la dirección í y por o tra
el cambio en la longitud r.
Más adelante (particularm ente en el Cap. 9 para el
movimiento en un plano) utilizarem os una nueva form a
de d r/d t, que desarrollarem os aquí utilizando el vector
radial unitario f y un vector perpendicular unitario que
b ) El vector unitario 6 es perpendicular a r y tiene la
denominaremos 0.
A fin de aclarar el significado de estos vectores uni­
dirección indicada por el incremento de 6 .
tarios y sus derivadas respecto al tiempo, consideremos
el movimiento de un punto en una trayectoria circular;
en este caso, el vector unitario í cam biará en un intervalo
de tiempo Ai en un increm ento vectorial Ar para con­
vertirse en r 4- Ar, como indica la fig. 2.20 a. Si Ai es tan
pequeño que se aproxim a a cero, Af tom a la dirección
del vector unitario transversal &, indicado en la fig. 2.20 b.
Además, cuando Ai y en correspondencia A0 se apro­
ximan a cero, la m agnitud de Ar se hace sim plem ente

|Ai| = |i|A0 = A0
(ya que |r| = 1) y, por tanto, el vector Ar y la relación
Ar/Ai se convierten en
Ar = A00
Ai = Adb
Ai Ai

(*) Véase al final del capítulo, en las Notas matemáticas, el desa­


c) A0 es la variación del vector unitario §. rrollo en serie.
Vectores 47

En el límite, cuando Ai -> 0, se obtiene para la derivada


del vector unitario f respecto al tiempo

di dB_
(2.25)
dt dt

Con argum entos semejantes, utilizando la fig. 2.20 c, se


demuestra fácilm ente que la derivada respecto al tiempo
de 0 es

dé d§_ (2.26)
dt dt

Consideremos ahora un punto que se mueve en un


plano según una trayectoria cualquiera; como sugiere
la fig. 2.21, el vector velocidad v en cualquier instante FIG. 2.21 Componentes del vector velocidad en función
está compuesto del vector componente radial dr¡dt r y de r y g.
del vector componente transversal r d rjd t = r dti/dtQ. El
último vector se expresa por la ecuación (2.25). Por tanto,
el valor de v en la form a de la Ec. (2.23) es

dr dr a . dQ (2.27)
— = — r + r—
dt dt dt

Aceleración. La aceleración es tam bién un vector;


se relaciona con v del mismo modo que v se relaciona
con r. Su definición es
_ dV _ d 2r (2.28)
dt dt2
Teniendo en cuenta (2.21) resulta en componentes car­
tesianas,

dv d 2x A d 2u A d 2í
a = - i- = — H— H— — z (2.29)
dt dt2 dt2 dt2

Más adelante (Cap. 9) necesitarem os a en función de


r y 8; según la Ec. (2.27)

dv d 2r a . dr d i . dr dd r . d 26 n . d0 dé
— = — -r + — — + + r——0 + r———
dt dt2 dt dt dt dt dt2 dt dt

Teniendo en cuenta las Ecs. (2.25) y (2.26) para d r/d t y


dé¡di la expresión se convierte en
48 Vectores

Agrupando térm inos y reajustando resulta

a =
d 2r (2.30)
y dt2

Esta expresión es útil en el ejemplo del movimiento cir­


cular (véase a continuación) y particularm ente en el
estudio del movimiento de una partícula alrededor de
un centro de fuerza (expuesto en el Cap. 9).

EJEMPLO
M o v im ie n to circu lar. Este ejemplo (mostrado en la fig. 2.22)
es muy importante, debido a la frecuencia con que aparece en
física y en astronomía. Se desea obtener explícitamente las ex­
presiones que nos den la velocidad y la aceleración de una par­
tícula que se mueve con una celeridad constante en una órbita
circular de radio r. Este movimiento puede describirse mediante

r(t) = ri(t) (2.31)


FIG. 2.22 Partícula moviéndose con velocidad constan­
te en un círculo de radio r. La velocidad angular constante con tal que r sea constante y que el vector unitario r gire án­
es La velocidad y la aceleración de la partícula se gulos iguales en tiempos iguales.
deducen en las Ecs. (2.31) a (2.38). Podemos tratar este problema de dos formas distintas: a partir
de las expresiones en función de r y 0, ecuaciones (2.27) y (2.30)
o utilizando los ejes x, y fijos en el espacio y las ecuaciones (2.21)
y (2.29).
M é to d o 1. Como r es constante, la ecuación (2.27) nos da sim­
plemente v = r d 6 /d t é . Por costumbre se utiliza la letra griega o>
para designar la velocidad angular dO /dt. Se mide en radianes *
por segundo (rad/s) y en nuestra consideración actual es cons­
tante. Así v = r u é y la velocidad constante de la partícula es
v = cor (2.32)

Para la aceleración utilizamos la ecuación (2.30), que para r


constante y d d / d t = u se convierte en

a = —rco2r (2.33)

Así la aceleración es constante en magnitud y dirigida hacia el


centro de la trayectoria circular.
M é to d o 2. En función de las componentes cartesianas escri­
biremos el vector posición de la partícula en cualquier momento t
de su movimiento circular en la forma indicada por la ecua­
ción (2.20):

r(t) = rcosw fx + rsencofy (2.34)

El vector velocidad, dado por la ecuación (2.21) es, por tanto, con
r constante,

v = = —u r s e n u tx + u r c o s u t y (2.35)

(*) Véase al final del capítulo las N o ta s m a te m á tic a s para la


explicación de los radianes.
Vectores

La velocidad v es la magnitud de este vector velocidad

v = y / y • v = cor’vsén2 wf + eos2 wf = wr (2.36)

de acuerdo con la ecuación (2.32). Puede mostrarse que el vector v


es perpendicular a r, teniendo en cuenta que el producto escalar
de estos vectores es cero.
Según la ecuación (2.29), el vector aceleración es la derivada
respecto al tiempo de v. Diferenciando la ecuación (2.35) resulta

a = ^ = —co2r eos cofx — co2rsenwfy

= —w2(rcoscoíx + rsentoíy)
= —co2r = —oo2rr (2.37)

Este resultado es idéntico al obtenido por el método 1 en la


ecuación (2.33). La aceleración tiene la magnitud constante a = <*>2r
y la dirección y sentido de la aceleración coincide con los de
— r, es decir, hacia el centro de la circunferencia. A partir de
(2.36) o (2.32) podemos poner v = »r y entonces la magnitud
de la aceleración se puede volver a escribir en la forma

a = — (2.38)
r

Esta aceleración se llama c e n tr íp e ta (que busca el centro) y debe


resultarnos familiar por los estudios de física previos.
La velocidad angular tiene una relación sencilla con la fre­
cuencia ordinaria /. En la unidad de tiempo, el vector í en la
ecuación (2.34) describe <o radianes, de modo que designa el
número de radianes barridos en la unidad de tiempo. En cambio,
la frecuencia ordinaria f se define como el número de ciclos de
movimiento que se verifican en la unidad de tiempo. Como hay
2n radianes en cada ciclo, debemos tener

277-/ = «
Se define el p e río d o T del movimiento como el tiempo necesario
para completar un ciclo. Vemos según la ecuación (2.34) que un
ciclo se completa en el tiempo T tal que <aT = 2tt, o bien

r — —J_
" <o - /

Para tener una orientación numérica, supongamos que la fre­


cuencia f es de 60 ciclos por segundo, ó 60 cps. Entonces el
período

r = j = m ~ ° ' 017 s
y la frecuencia angular es

co = 2 ir f z z 377 rad/s

Si el radio de una órbita circular es 10 cm, entonces la veloci­


dad es
v = cor ~ (377)(10) ^ 3,8 X 103 cm /s
50 Vectores

La aceleración en cualquier punto de la órbita es


a = (o2r ^ (377)2(10) ^ 1,42 X 106 cm /s2

En el Cap. 4 se desarrolla un ejemplo numérico que muestra


que la aceleración de un punto fijo sobre la superficie de la Tie­
rra en el ecuador, debida a la rotación de la Tierra sobre su
propio eje, es alrededor de 3,4 cm /s2.

INVARIANTES

Hemos mencionado (pág. 30) que la independencia


de la elección de los ejes coordenados es un aspecto
im portante de las leyes de la física y una razón im por­
tante para el uso de la notación vectorial. Consideremos
el valor de la m agnitud de un vector en dos sistemas
de coordenadas diferentes que tengan un origen común,
pero que giren uno respecto al otro, como indica la fi­
FIG. 2.23 El vector A puede describirse en coordenadas gura 2.23. En los dos sistemas coordenados
x y zo en coordenadas x ' y ’ z ' obtenidas a partir de las
anteriores mediante una rotación arbitraria. Decimos que
A = Ar* + Ayf + Az*
A 2 es una forma invariante respecto a la rotación, lo
cual equivale a decir A x 2 + A y 2 + A z 2 = A ' x ' 2 + A ' y ' 2 + A ' r 2 .
y
A = A'xx' + A;y' + A '# (fig- 2.23)

Como A no ha cambiado, A2 debe ser el mismo y, por


tanto,
Ax2 + A y2 + A 2 = A ' / + A'y,2 + A '/

En otras palabras, la m agnitud de un vector es la misma


en todos los sistemas de coordenadas cartesianos que di­
fieren en una rotación rígida del eje coordenado; por ello,
se denomina form a invariante. El problem a 20 (al final
del capítulo), proporciona un método de com probar
este invariante. De esta definición es evidente que el
producto escalar dado por la Ec. (2.7) es una form a inva­
riante y la m agnitud del producto vectorial es tam bién
otra form a invariante. Suponemos que no hay cambio
de escala; por ejemplo, la longitud que representa una
unidad no cambia en la rotación.

A veces hablamos de una función escalar de la posi­


ción, tal como la tem peratura T(x, y, z) en el punto (x , y,z )
como un campo escalar. De igual modo, para un vector
cuyo valor es una función de la posición, tal como la velo­
cidad v(x, y, z) de una partícula cuando está en el punto
(x, y, z), se dice que existe un campo vectorial. Gran parte
del análisis vectorial está relacionado con los campos es­
calar y vectorial y con operaciones diferenciales con vec­
tores que se discuten am pliam ente en el Vol. 2.
Vectores 51

EJEMPLOS
Diversas o p e ra c io n es v e c to r ia le s elem en ta les. Consideremos el
vector (fig. 2.24)
A = 3x + y + 2z

(1) Determinar la longitud de A. Hallemos A2:

A2 = A • A = 32 + l 2 + 22 = 14

de modo que A = V 14 es la longitud de A.


(2) ¿Cuál es la longitud de la proyección de A sobre el plano
xy7 La proyección de A sobre el plano x y es el vector 3x + y; el
cuadrado de la longitud de este vector es 32 + l 2 = 10.
(3) Construir un vector en el plano x y que sea perpendicular
a A. Se desea, pues, un vector de la forma
B = B ¿ + Byy

con la propiedad A • B = 0, o bien FIG. 2.24 El vector A = 3x + y + 2z y sus proyecciones


sobre el plano xy.
(34 + y + 24) • (Bxx + Byy) = 0
Verificando el producto escalar encontramos

3 B . + B„ = 0

o
Í = - 3

La longitud del vector B no queda determinada por el enun­


ciado del problema (fig. 2.25).
(4) Calcular el vector unitario B. Debemos tener

A2 + A2 = 1 I
o bien
FIG. 2.25 El vector B está en el plano xy y es perpen­
B 2{ l 2 + 32) = 10 B 2 = 1
dicular a A.

Así, pues,

(5) Determinar el producto escalar de A con el vector C = 2x.


Se ve directamente que es 2 x 3 = 6. (Véase fig. 2.26.)
(6) Determinar la expresión de los vectores A y C en un
sistema de referencia obtenido a partir del otro sistema me­
diante una rotación de j t /2 en el sentido de las agujas del reloj
a lo largo del eje z positivo (fig. 2.27). Los nuevos vectores
unitarios x', y', z están relacionados con los antiguos, x, y, z, por

x' = y y' = —x z' = z.


Donde aparecía x, ahora tenemos — y ', donde aparecía y, ahora
tenemos x', de modo que
FIG. 2.26 Proyección del vector C = 2x. sobre A.
A = x' — 3y' + 2z' C = —2y' A • C = (proyección de C sobre A) A.
52 Vectores

(7) Determinar el producto escalar A • C en el sistema coor­


denado indicado con el simbolismo de las primas. Del resultado
de (6) se obtiene (— 3) (— 2) = 6, exactamente igual que en el
sistema primitivo.
(8) Calcular el producto vectorial A X C. En el sistema pri­
mitivo es

x y z
3 1 2 .= 4y — 2z
2 0 0

Formando los productos escalares, se puede confirmar que este


vector es perpendicular tanto a A como a C.
(9) Formar el vector A — C. Tenemos (fig. 2.28)

FIG. 2.27 El sistema de referencia x', y', z se obtiene a


partir del sistema x, y, z mediante una rotación de » /2 A — C = (3 — 2)x + y + 2z = x + y + 2z
alrededor del eje z.

FIG. 2.28 Vector A — C.

PROBLEMAS

1. V e c to re s d e p o sic ió n . Utilizando el eje x como di­ 3. S u m a d e v e c to re s. Representar gráficamente el re­


rección este, el eje y como norte y el eje z hacia arriba, sultado de las siguientes sumas vectoriales:
representar los siguientes puntos: (a) Sumar un vector de 2 cm hacia el este a uno de 3
(a) 10 km al noreste y 2 km hacia arriba. cm hacia el noroeste.
(b) 5 m al sureste y 5 m hacia abajo (b) Sumar un vector de 8 cm hacia el este a uno de
(c) 1 cm al noroeste y 6 cm hacia arriba. 12 cm hacia el noroeste.
Determinar la magnitud o módulo de cada vector y la (c) Comparar los resultados de las partes (a) y (b ) y
expresión del vector unitario en dicha dirección. bosquejar un teorema acerca de la suma de dos vectores
que son múltiplos de otros dos.
2. C o m p o n e n te s v e c to ria le s. Utilizando los ejes del pro­
blema 1, determinar: 4. M u ltip lica ció n p o r un escalar. Sea A = 2,0 cm a 70°
( a ) Las componentes de un vector posición trazado des­ al este del norte y B = 3,5 cm a 130° al este del norte.
de el origen a un punto del plano horizontal en dirección Utilizar un transportador o un papel con un gráfico de
sureste y de longitud 5 m. coordenadas polares para hallar las soluciones.
(b) Las componentes de un vector posición trazado des­ (a) Dibujar los vectores descritos anteriormente y otros
de el origen a un punto situado a 15 m de tal modo que dos que sean 2,5 veces mayores.
la componente horizontal está 60° al oeste del Norte y el (&) Multiplicar A por — 2 y B por + 3 y encontrar el
vector forma un ángulo de 45° con la vertical. vector suma. S ol. 9,2 cm a 152°.
Vectores 53

( c ) Colocar un punto 10 cm al norte del origen. En­ velocidades v, = 2x cm /s y v2 = 3y cm /s, respectivamente,


contrar múltiplos de A y B cuyo vector suma es el vector Para t = 0 están en la posición
que une el origen con este punto.
( d ) Resolver analíticamente las partes (b) y (c).
Xi = — 3 cm, y, — 0; x2 = 0, y 2 — — 3 cm.

5. P ro d u c to s e sca la r y v e c to r ia l d e d o s v e c to r e s . Dados
dos vectores a = 3x + 4y — 5z y b = — x + 2y + 6z, calcular (a) Encontrar el vector r2— r, que representa la posi­
por métodos vectoriales: ción de 2 respecto a 1 en función del tiempo.
Sol. r = (3 — 2t) x + (31 — 3) y cm.
(a) La longitud de cada uno de ellos. Sol. a =V5Ó; b = > / 4 Í (b) ¿Cuándo y dónde están más cerca entre sí las dos
(b) El producto escalar a • b. Sol. —25. partículas? S ol. t = 1,15 s.
( c ) El ángulo formado entre ambos. Sol. 123,5°.
(d) Los cosenos directores de cada uno. 11. D iagon ales d e un cu bo. ¿Cuál es el ángulo formado
(e) El vector suma y diferencia a + b y a — b. por dos diagonales interiores de un cubo? (Una diagon al
Sol. a + b = 2x + 6y + z. in te r io r une dos vértices y pasa por el interior de un cubo.
(/) El vector producto a x b. Sol. 34x — 13y + 10z. Una d iagon al su p e rfic ia l une dos vértices pertenecientes a
la misma cara del cubo.) S ol. eos-1 |.
6. A lg eb ra v ec to ria l. Dados dos vectores tales que
12. C o n d icio n es p a ra qu e a-L-b. Demostrar que a es
a + b = llx — y + 5z y a — b = — 5x + lly + 9z:
perpendicular a b si |a + b| = |a — b|
(a) Hallar a y b.
(b) Determinar el ángulo formado por a y (a + b) uti­ 13. V e c to re s p a rá le lo s y p e rp e n d ic u la re s. Determinar
lizando métodos vectoriales. x e y de tal modo que los vectores B = x x + 3y y C = 2x +
+ y y sean cada uno de ellos perpendicular a A = 5x + 6y.
Demostrar ahora que B y C son paralelos. Si consideramos
7. S u m a v e c to r ia l d e v e lo cid a d e s. En agua tranquila
un espacio tridimensional, ¿también se cumple que dos
un hombre puede remar un bote a 5 km/h.
vectores perpendiculares a un tercero son necesariamente
(a) Si intenta cruzar un río que fluye a 2 km/h, ¿cuál
paralelos?
será la dirección de su trayectoria y su velocidad?
(b) ¿En qué dirección debe apuntar en su movimiento 14. V o lu m en d e un p a ra le le p íp e d o . Un paralelepípedo
para cruzar perpendicularmente el río y cuál debería ser tiene sus aristas descritas por los vectores x + 2y, 4y, e
su velocidad? y + 3z a partir del origen. Calcular su volumen. Sol. 12.

15. E q u ilib rio d e fu erza s. Tres fuerzas Fi, F2 y F3 ac­


8. C o m p o sició n d e v e c to r e s . El piloto de un aeroplano túan simultáneamente sobre una partícula puntual. La
desea alcanzar un punto a 200 km al este de su posición fuerza resultante F* es simplemente el vector suma de las
presente. Sopla viento del noroeste a 30 km/h. Calcular su fuerzas. La partícula se dice que está en equilibrio si F*=0.
vector velocidad respecto a la masa de aire en movimiento, (a) Demostrar que si F* = 0, los vectores que repre­
si su horario le exige que llegue a su destino en 40 minutos. sentan las tres fuerzas forman un triángulo.
Sol. v = 279x + 21y km/h; x = este; y = norte. (b) Si F* = 0 como antes, ¿es posible que uno cual­
quiera de los vectores no esté contenido en el plano deter­
9. O p e ra c io n e s con v e c to r e s ; v e c to r d e p o sic ió n rela­ minado por los otros dos?
tiva. De una fuente común se emiten dos partículas y en (c) Una partícula sometida a una fuerza vertical hacia
un instante determinado tienen los siguientes desplaza­ abajo de 10 newtons y suspendida de una cuerda (tensión
mientos: 15 newtons), que forma un ángulo de 0,1 radian con la
vertical, no puede estar en equilibrio. ¿Cuánto vale la ter­
Ti = 4x + 3y + 8z; r2 2x -I- lOy + 5z cera fuerza que se necesita para el equilibrio? ¿La solución
es única?
(a) Indicar en un esquema las posiciones de las partí­
culas y escribir la expresión que nos da el desplazamiento
r de la partícula 2 respecto a 1. 16. T ra b a jo re a liza d o p o r las fu e rza s. Las fuerzas cons­
(b) Utilizar el producto escalar para calcular el mó­ tantes Fj = x + 2y + 3z (dinas) y F2 = 4x — 5y — 2z (dinas)
dulo de cada vector. S ol. r, = 9,4; r2 = 11,4; r = 7,9. actúan juntas sobre una partícula, durante un desplaza­
(c) Calcular los ángulos entre las parejas posibles de miento desde el punto A (20,15,0) cm hasta el punto B (0,0,7)
estos tres vectores. centímetros.
(d) Calcular la proyección de r sobre ri. Sol. — 1,2. (a) ¿Cuál es el trabajo realizado (en ergios) sobre la
(e) Calcular el vector producto ri X r2. partícula? El trabajo realizado (Cap. 5) viene dado por
Sol. — 65x — 4y + 34z. F • r, siendo F la fuerza resultante (en este caso F = Fi +
+ F2) y r el desplazamiento.
Sot. — 48 ergios.
10. D ista n cia m ín im a e n tre d o s p a rtícu la s. Dos partí­ (b) Calcular separadamente el trabajo realizado por
culas 1 y 2 se mueven a lo largo de los ejes x e y con las Fi y f 2.
54 Vectores

( c ) Supóngase que actúan las mismasfuerzas, pero el


movimiento es de B a A. ¿Cuál es eltrabajorealizado so­
bre la partícula en este caso?

17. M o m e n to d e un a fu e rza re sp e c to a u n p u n to . El
momento N de una fuerza respecto de un punto determi­
nado viene dado por r x F, en donde r es el vector que
une el punto dado con el punto de aplicación de F. Consi­
dérese una fuerza F = — 3x + y + 5z (dinas) actuando en
el punto 7x + 3y + z (cm). Recuérdese que F x r = — r x F .
(a) ¿Cuál es el momento en dinas-cm respecto al ori­
gen? (Dar el resultado para N como combinación lineal
de x, y y z.) S ol. 14x — 38y + lóz.
( b ) ¿Cuál es el momento respecto al punto (0,10,0)?
Sol. — 36 x — 38y — 14z.

FIG. 2.29 Gráfica de x respecto a t.


18. V e lo c id a d y a celeración : d iferen cia ció n d e v e c to re s.
Determinar la velocidad y la aceleración del punto descrito
NOTAS MATEMÁTICAS
por los siguientes vectores de posición ( t = tiempo).
(a) r = 16íx + 25t2y + 33z. D eriva d a s re sp e c to al tie m p o , v e lo c id a d y aceleración.
( b ) r = 10 sen 15fx + 35ty + e6tz. La dinámica incluye el movimiento de las partículas y los
(Para la derivación, consúltese las Notas Matemáticas al objetos y, en consecuencia, la evolución con el tiempo;
final del capítulo.) es decir, algunas magnitudes que describen las partículas
u objetos son variables con el tiempo. Frecuentemente uti­
19. D e sp la za m ien to s a lea to rio s. Una partícula sigue una lizaremos las coordenadas x, y, z en nuestra descripción
trayectoria en el espacio que se compone de N pasos igua­ del sistema físico. Al final de esta sección se introducen
les, cada uno de los cuales tiene una longitud s. La dirección otros tipos importantes de sistemas coordenados: el polar
en el espacio de cada paso es completamente al azar, sin esférico y el cilindrico.
relación ni correlación entre dos cualesquiera de ellos. El Una descripción dinámica ofrecerá las coordenadas x,
desplazamiento total es y, z en función del tiempo. La fig. 2.29 representa tal des­
cripción con la magnitud x en función del tiempo t. Para
,N comprender cómo varía x, la característica fundamental
s = É si es la pendiente de la curva. Entre A y B , x crece uniforme­
i— 1 mente y la pendiente, que es la tangente del ángulo que
forma con el eje t, es constante. Entre B y C la curva es
Demostrar que el desplazamiento cuadrático medio entre paralela al eje t y la pendiente es cero. Observemos que x
las posiciones inicial y final es < S 2 > = N s 2, donde < > no cambia y, por tanto, la pendiente es una reflexión de
designa el valor medio. (In dicación : la hipótesis de que la la componente x de la velocidad. Entre C y D la pendiente
dirección de cada paso es independiente de la dirección se hace negativa, la tangente del ángulo es también nega­
de cualquier otro significa que < s¡ • s¿> = 0 para todo tiva y x decrece. En D la pendiente se anula y después se
valor i y j, excepto para i = j.) incrementa. A partir de la Ec. (2.21) se define d x / d t como
la velocidad en la dirección x y ésta es, naturalmente, la
definición de la pendiente. Es importante recordar que la
20. In varian cia. Consideremos un vector A en un sis­ velocidad en cualquier dirección particular tiene una mag­
tema de coordenadas cartesianas con los vectores unitarios nitud que puede ser positiva o negativa.
x, y y z. Este sistema gira ahora un ángulo 0 alrededor del Sería una pérdida de tiempo inútil si hiciéramos un
gráfico cada vez que queremos describir un movimiento.
eje *• En su lugar, daremos una relación funcional entre las
(a) Expresar los nuevos vectores unitarios x', y' en
función de x, y ,y 0; z = z. coordenadas x, y o z y el tiempo t. Tal relación es x = vt.
(&) Expresar A en función de AV, A 'y , A 'z> y x , y ’, z ; Como d x / d t = v, resulta que la velocidad es una constante
transformar en x, y, z y determinar las relaciones entre v. Otro ejemplo es x = -±at2, en cuyo caso d x / d t = a t — v.
A'x -, A y', A 2‘ y Ax, Ay, Az. Podemos ahora representar v en función de t. ¿Cuál es la
(c ) Demostrar que Ax + Ay + A 2 = A'x’2 + A 'y 2 + A 'z 2. pendiente de esta curva? Ya lo hemos discutido [Ec. (2.28)]
(Este problema con una rotación arbitraria en tres di­ y sabemos que esta pendiente es la aceleración en la direc­
mensiones es complicado. Un método es usar 9 cosenos ción x; así, d 2x / d t 2 = d v / d t = a. En los capítulos siguientes
directores entre los cuales hay 6 relaciones, tres proce­ haremos referencia y utilizaremos la aceleración con mu­
dentes de la ortogonalidad de x , y', z y tres del hecho de cha frecuencia.
que la suma de los cuadrados de los cosenos directores Observemos que las dimensiones de la velocidad son
es 1.) lo n g itu d dividida por tie m p o . Naturalmente, existen mu­
Vectores 55

chas unidades de longitud y muchas unidades de tiempo. 2-kradianes. Dividiendo 360 por 2tc obtenemos 57,3°, medida
Como mencionamos en el Cap. 1, usaremos comúnmente de 1 rad en grados. La velocidad angular se mide en rad/s.
cm para medir la distancia y segundos para el tiempo; de Conocida la velocidad angular, si el radio es constante, para
modo que nuestra unidad de velocidad es el cm /s. Sin em­ obtener la velocidad lineal basta multiplicar por el radio
bargo, son también unidades de velocidad las millas/hora, [Ec. (2 .3 2 )]. Obsérvese que el radian no tiene dimensiones,
pulgadas/siglo, kilómetros/y,s, etc. [En unidades S.I. (sis­ por tratarse del cociente entre dos longitudes (arco dividido
tema mks) 'la unidad de velocidad es el m /s]. por radio).
Al derivar es importante recordar lo que se denomina A continuación se indican algunos problemas sobre me­
regla d e la caden a, regla para derivar un producto de didas angulares:
variables. La derivada de un producto es igual a la deri­
vada del primer factor por los demás factores, más la 1. Determinar cuántos radianes son 90°, 240° y 315°.
derivada del segundo factor por los defliás factores, etc. 2. Si 0 = Vst, ¿cuánto vale la velocidad angular? Supo­
Determinar la velocidad y aceleración en la dirección niendo que 6 se exprese en radianes, determinar la velocidad
x, y o z, si: angular en grados por segundo ( °/s).

x = 35 í x = 5 eos 8í x = í2sénf6f 3. Una partícula se mueve en un círculo de radio 15 cm


y 2 = 25 1 y = ¿ tg 5 1
con una velocidad de 5 cm /s. Determinar la velocidad an­
y = ¿ A i2
gular.
z = iCi4 + JDí3 2 = 7tr< z = A ln t

La fu n ció n ex. Una cuestión interesante desde el punto


Si el lector no está familiarizado con la derivación del de vista matemático es la siguiente: ¿Qué función tiene
seno o coseno, téngase en cuenta que: una derivada igual a la propia función? Esta función, re­
presentada por una serie de infinitos términos, tiene la
d iím sen(f + Ai) - s e n f forma
J í Sénií= * --------- Ai----------
sen t eos At + eos tsénA í —sen í 4 <y»5 y 6 y.7
v
= A i—»0 ^ 1 + * + ¥ + 3í + ¥ + i + f r + f r
sen t + eos t Ai —sen t
= A i—»0 ^ En efecto, si la derivamos respecto a x,el primer término
es 0, el segundo es 1, el tercero x, el siguiente x 2/2 \, y así su­
= eos t (2.39) cesivamente; es decir, vuelve a reaparecer la serie primitiva,
que es ex. ¿Qué es e? Haciendo x = 1, tenemos ex = e, es decir,
Véanse las Ecs. (2.44) y (2.45) para sen A t y eos A t. Igual-' e = 1 + 1 + 1/2 + 1/3! + 1/4! + 1/5! + . . . = 2,7183 . . . Tam­
mente bién puede comprobarse que ex+v = ex e«. Podemos pregun­
tarnos por qué 10® no es una función como ex. En otros
términos, ¿de dónde surge este número? Supongamos que
eos t = —sen t (2.40)
dt queremos calcular d (l0 x)/d x :

Si queremos derivar sen wí, sea iút = z . Por tanto lim 1Q®+A® - 10® lim 10®10a®- 10®
Ax—>0 Ax-»0

-4-senwf = - 4 - s e n z ^ f - = to eos z = co eos coi (2.41)


dt dz dt = lim 10*(10Ax ~ 1)
^ 0 a*.

Igualmente se obtiene = 10® X 2,30 .. . = 2,30 . . . X 10®»


d
—¡r tgi í, = —
d se n í c o s í ,1-5—
-------- = ---------- sen
— fsen
— t j_- 1 = se c ¿ t Desde este punto de vista vemos que e es justamente una
dt d t eos t eos t eos2 1 eos*2 1 magnitud tal que

A ngulos. Al describir la posición de una partícula, como


en el caso del movimiento circular, se utilizan muy a menudo
los ángulos como un elemento de la descripción. La veloci­
dad angular es la derivada del ángulo respecto al tiempo
con su dirección vectorial paralela al eje de rotación. Existe (*) El factor 2,30 . . . es el logaritmo neperiano de 10. Haga­
mos 10a® = 1 + « + . . . donde tanto A x como a son magnitudes
una unidad natural para medir los ángulos, muy utilizada pequeñas:
en toda la física: es el ra d ia n (rad). Un radian es el loge 10a® = 2,30 . . . Iog10 10®A = 2,30 . . . A *
ángulo subtendido por un arco de un círculo cuya longitud Ioge(1 + a) = a
sea igual al radio. Como la circunferencia es igual a 2tz Por tanto, a = 2,30 . .. A x . Este resultado puede comprobarse
veces el radio, el ángulo de un círculo completo (360°) será mediante el uso de una tabla de logaritmos.
56 Vectores

Una de las razones de la importancia de esta magnitud d e T aylor. En la proximidad de un punto x0 el valor de una
en física es que muy a menudo nos encontramos con ecua­ función f(x) viene dado por
ciones del tipo d y /d x = k y , en las que la derivada de y es
igual a una constante multiplicada por y. Esto puede escri­ J d f(x ) 1
birse en la forma d y /k dx = y , y si hacemos kx igual a la / w = / w + ( * - 4 _ * _L %
variable independiente z, resulta d y /d z = y. Teniendo en
cuenta la Ec. (2.42), vemos que y = ez = ekx es una función
que satisface la ecuación. Por tanto, hemos «encontrado ( 2 -46)
una solución» a la ecuación d y /d x — ky.
Algunas propiedades de ex son: e° = 1, e~ °° = 0, e‘ = e La relación entre el tercer término y el segundo es
y ea =» 1 +■a, siempre que a sea muy pequeño. Obsérvese
que la serie que define ex recuerda un poco la serie del seno
y del coseno, excepto que en estas últimas se alterna el
signo y sólo tienen potencias impares y pares de x, respec­ (X - x0)
tivamente. Recordando que V — 1 = i alterna el signo al
aumentar en una unidad su potencia, resulta

Por tanto, si x — x^ es pequeño en comparación con la


(i0)2 (¿0)3 (Í0)4 (i0) unidad, podemos con un pequeño error (que puede calcu­
= 1+ W+ + + + larse) aproximar f(x) usando la fórmula
2! 3! 4! 5!
(2.43)
f(x ) = f ( x 0) + (x - x0) (-^ -) ^ (2.47)
i 0* ,0 * 0* , iñ i0 3 , iB5 X—x0
= 1 ~ 2f + i r - e r + ,(' - - 3 r + _5 r 7!
Por ejemplo, supongamos que y = Axs y que sabemos
que y 0 = Axa% y deseamos calcular y para x — xQ+ Ax. En­
que es justamente eos 6 + i sen 9. La relación tonces

eie = eos 0 + i sén0

se denomina te o r e m a d e M o ivre y tendremos ocasión de


(^) = 5AV (* -% > (-!) = A, 5A V

utilizarlo en el Cap. 7 (en las Notas matemáticas). y por tanto,


Al derivar la ecuación 2.39 observamos que sen(0 + A0) = sen 0
y = A x05 + 5A x 04 Ax (2.48)
eos A0 + eos 0 sen A0 sen 0 + eos 0 A0, en donde A0 es una
magnitud pequeña. En resumen, sen A0 A0 y eos A0 *=» 1,
en donde A0 es un ángulo pequeño. Recuérdese que el Con expresiones que incluyan potencias puede escri­
ángulo se mide en radianes. El lector puede tomar unas birse la siguiente ecuación
tablas de senos y cosenos y comprobar esto por sí mismo.
A continuación se exponen los primeros términos de las <■a + bx)n = an^l + h / L j 1
siguientes series que definen el seno y el coseno:

y utilizar la fórmula del binomio, con la que resulta


sen 0 = 0 _ É l + É l _ £L (2.44)
3! 5! 7!

a= ,
COS0 02 04 06
(2.45)
n(n — l)(n — 2) ( b x \ 3 j
+
3Í L( t ) - J (2'49)
Obsérvese que si 9 es pequeño, por ejemplo 0,10, el se­
Si b x /a es pequeño frente a 1, podemos realizar una
gundo término de la serie para el seno es 03/ 6 = —í—, buena aproximación despreciando todos los términos que
6000 siguen a n (b x /a ). Aplicando esto a nuestro problema re­
o sea, 600 veces más pequeño que el primero. Por tanto, se sulta
comete sólo un pequeño error omitiendo el segundo tér­
mino y en el límite cuando 6 tiende a cero, la aproxima­
ción es estrictamente exacta. y = A(x0 + Ax)5 = Ax05( l + = Ax05( 1 + 5 ^ - • • • )

D e sa rro llo en serie. A menudo es importante en física = Ax05 + 5Ax04 Ax • • •


calcular el valor de una función en un punto cuando se
conoce en otro próximo. A este fin es muy útil el D esa rro llo de acuerdo con la ecuación (2.48).
Vectores 57
Comprobar las siguientes aproximaciones para valores
de x pequeños frente a la unidad:

V i + X = 1 +

\/l + x = 1 + ••• 1 = 1 - J*
Vi + X
V i —* = 1 — •••

V e c to re s y c o o rd e n a d a s p o la re s esféricas. La posición de
una partícula se expresa en coordenadas polares esféricas
mediante los valores de r, 8 y <p, donde r es el módulo del vec­ x = rsen# eos
tor r desde el origen a la partícula; 8, el ángulo comprendido y = rsend sen<P
entre r y el eje polar z\ y <p es el ángulo formado por el z — r eos 8
eje x y la proyección de r sobre el plano ecuatorial xy. Se
toma 0 ^ 8 ^ jt. La proyección de r sobre el plano x y tiene
el valor r sen 8. Obsérvese que la posición en coordenadas FIG. 2.30 Coordenadas polares esféricas.
cartesianas viene dada por
x = r sen 8 eos <?) y = r sen 8 sen <p; z= r eos 8. (2.50)
como se ve en la figura 2.30.

1. Sea una primera partícula situada en rt = (n, 8¡, 9i)


y una segunda en r2= ( rz, 82, <j>2). Llamemos 8n al ángulo entre
Ti y r2. Expresando el producto escalar ri • í 2 = n r2 eos 012 ; Z
en función de x, y, z se demuestra que

eos 012 = sen 8y sen 82 eos (<?! — ?>2) + eos eos 02, (2.51) /
/
V l............ —y
en donde hemos utilizado la identidad trigonométrica

eos (<?>i — <p2) = eos <Pi eos q>2 + sen n sen <p2. (2.52) /*\¡ x = p e o s tp
y=psen<¿>
Este es un buen ejemplo del poder de los métodos vectoria­
X
les. [¡Inténtese encontrar el resultado (2.51) de otra ma­
nera! ]
2. De modo semejante, formando el producto vectorial FIG. 2.31 Coordenadas polares cilindricas.
^ x r2, deducir una relación para sen 8Í2.
Las coordenadas cilindricas polares p, <?, z, son un con­
junto de coordenadas ortogonales definidas por x = p eos <?;
y = p sen <p; z = z, (fig. 2.31). Cuando se utiliza en dos dimen­ C o o rd en a d a s C o o rd e n a d a s
siones, las coordenadas se reducen a p y ? únicamente. Sin c a rtesia n a s p o la re s
embargo, con frecuencia utilizaremos r y 8 en lugar de
P y <p. (Véase, por ejemplo, las fórmulas que siguen.) Círculo, centro x2 + y 2 = r02 r = r0
en el origen
x2 y2
F órm u las d e g e o m e tría an a lítica Elipse 1 _ 1 — e eos 6
a2 b2 ~ r a
Línea en el plano x y ax + b y = 1
centro en el e < 1; origen
Línea en el plano x y origen en el foco
que pasa por el origen y = ax 1 _ 1 — eos#
Parábola y 2 = m.x
r a
vértice en el origen en el
origen foco
Plano ax + b y + c z = 1 x2 y2 1 _ 1 — e eos 6
Hipérbola
a2 b2 ~ r a
Plano que pasa por
el origen ax + b y + c z = 0 centro en el e > 1; origen
origen en el fo c o
58 Vectores

I d e n tid a d e s v e c to r ia le s ú tile s LECTURAS SUPLEMENTARIAS


PSSC, F ísica, Cap. 6. Ed. Reverté.
A B = A XBX + A yB y + A ZBZ (2.53)
Banesh Hoffman, A b o u t V e c to rs , Prentice-Hall, Inc., En-
A X B = x(A yBx - A zBy) + y(AZBX - A XBZ)
glewood Cliffs, N. J., 1966. No es un libro de texto, pero
+ i ( A xBy - A yBx) (2.54) es útil para aquellos alumnos que tengan algún cono­
cimiento sobre vectores.
(A X B) X C = (A • C)B — (B • C)A (2.55)

A X (B X C) = (A • C)B - (A • B)C (2.56) G. E. Hay, V e c to r a n d T e n so r A n a lysis, Dover Publications,


Inc., Nueva York, 1953.
(A X B) • (C X D) = (A • C)(B • D) - (A • D)(B • C) (2.57)
D. E. Rutherford, V e c to r M e th o d s, Oliver & Boyd Ltd.,
(A X B) X (C X D) = [A • (B X D)]C Edinburgh, or Interscience Publishers, Inc., Nueva
— [A • (B X C)]D (2.58) York, 1949.

A X [ B X ( C X D ) ] = (AXC)(BD) H. B. Phillips, V e c to r A n alysis, John Wiley & Sons, Inc.,


— (A X D)(B • C) (2.59) Nueva York,. 1933. Libro antiguo, muy usado por una
generación de estudiantes.
Contenido

LEYES DEL M O V IM IE N T O DE NEW TON M ovim ien to de una partícula cargada en


M ovim iento para F = 0 un campo m agnético constante uniform e
FUERZAS Y EC U A CIO N ES DEL Ejemplo. Frecuencia ciclotrónica
Ejemplo. Radio de giro del ciclotrón
M O V IM IE N T O
C O N SERVAC IÓ N DE LA C A N T ID A D
Unidades
DE M O V IM IE N T O
D im ensiones
Deducción a partir de la tercera
M O V IM IE N T O DE U N A PARTÍCULA EN
ley de N ew ton
UN C A M P O G RAVITATO RIO U N IFO R M E Ejemplo. Colisión elástica de dos partículas de
Ejemplo. Alcance máximo igual masa con una de ellas inicialmente en reposo
LEY DE NEW TON DE LA G R A VITA C IÓ N FUERZAS DE C ONTACTO; RO ZA M IEN TO
UNIVERSAL Ejemplo. Medida de y
Ejemplo. Satélite en una órbita circular Ejemplo. Deslizamiento con fuerza tangencial
FUERZAS ELÉCTRICAS Y M A G N É TIC A S variable en dirección
SOBRE U N A PARTÍCULA C A R G A D A ; Ejemplo. Movimiento horizontal con fuerza
de rozamiento constante
U N ID AD ES
Problemas
El campo eléctrico
Tema avanzado. Partícula cargada en un
El campo m agnético y la fuerza de Lorentz
campo eléctrico uniform e alterno
M ovim ien to de una partícula cargada en
Nota m atem ática. Ecuaciones
un campo eléctrico uniform e y constante
diferen ciales
Ejemplo. Aceleración longitudinal de un protón
Ejemplo. Aceleración longitudinal de un electrón Nota histórica. La invención del ciclotrón
Ejemplo. Aceleración transversal de un electrón Lecturas suplem entarias
Leyes del movimiento
de Newton
62 Leyes del movimiento de Newton

LEYES DEL M O V IM IE N T O DE NEW TON

Este capítulo está relacionado principalm ente con


las leyes del movimiento de Newton. En prim er lugar
establecemos las leyes en sus form as convencionales y
después exponemos algunas aplicaciones que ayuden al
alumno a ganar confianza en su ulso. En el Cap. 4 tra ta ­
rem os algunos de los problem as relacionados con la
elección de los sistemas de referencia y con las transfor­
maciones de Galileo. Aunque la m ateria incluida en el
Cap. 4 podía considerarse antes del presente capítulo,
algunas experiencias con aplicaciones directas de las
leyes fortalecerán la apreciación de los aspectos más
sutiles presentados en el Cap. 4.

Primera ley de Newton: Un cuerpo perm anece en


estado de reposo o velocidad constante (aceleración
cero) cuando ninguna fuerza externa actúa sobre él.
Esto es

a = 0 cuando F = 0.

(Las cuestiones filosóficas de cuál es el contenido de la


prim era ley, por ejemplo, si está contenida completa­
m ente en la segunda ley, no se tra tan aquí *.)

Segunda ley de Newton: La variación respecto al


tiempo de la cantidad de movimiento de un cuerpo
es proporcional a la fuerza que actúa sobre el mis­
mo. La cantidad de movimiento se define como Mv,
en donde M es la m asa y v el vector velocidad, de
modo que

F = K — (Mv) = K M = KM a
d tv dt
en donde hemos supuesto en el tercer y cuarto tér­
mino que M es constante. Las unidades se eligen de
modo que K = 1 cuando M se mide en gramos (g),
a en centím etros por segundo cada segundo (cm /s2);
entonces F se mide en dinas (din): la dina es, por
tanto, una fuerza que, aplicada a la m asa de un
gramo, le produce la aceleración de 1 cm /s2. En el
Sistem a Internacional de Unidades, S.I., M se mide
en kilogramos (kg) y a en m /s2, resultando F en

(*) Véase, por ejemplo, E. Mach, «The Science of Mechanics»,


6.a ed., p. 302 y sig. The Open Court Publishing Company, La Salle,
III., 1960.
Leyes del movimiento de Newton

newtons (N). Un newton es, por tanto, la fuerza


que, aplicada a la m asa de 1 kg, le produce la acele­
ración de 1 m /s2:

1 N = 103 g X 100 cm/s2 = 105din

Por tanto, podemos escribir

(3.1)

y si dM /dt = 0

F = Ma (3.2)

La hipótesis de que M es constante nos restringe


autom áticam ente a los problem as no relativistas con
v c. Tratarem os la relatividad especial en los capítu­
los 10 a 14 y la variación de la m asa con v en el Cap. 12.
También nos restringe la consideración de algunos pro­
blemas interesantes, tales como los cohetes y las cadenas
que caen. (Tratarem os algunos de estos tem as en el
Cap. 6.) Sin embargo, pueden plantearse una abundante
variedad de problem as con M constante.

Tercera ley de Newton: Siempre que dos cuerpos


interaccionan, la fuerza F21 * que el prim er cuerpo
(1) ejerce sobre el segundo (2) es igual y opuesta
a la fuerza F12 que el segundo (2) ejerce sobre el
prim ero (1).

(3.3)

Veremos que esta ley es la base para la conservación'de


la cantidad de movimiento. La velocidad finita de pro­
pagación de las fuerzas (relatividad especial) introduce
dificultades en la aplicación de esta ley, que serán men­
cionadas en el Cap. 4.
Hemos de destacar aquí que estas dos fuerzas F12 y
f 21 actúan sobre cuerpos diferentes y en la aplicación
de la segunda ley de Newton a un cuerpo particular es
sólo la fuerza sobre este cuerpo la que debe conside­
rarse. La fuerza igual y opuesta influye sólo sobre el

(*) Adoptamos el convenio de que Fy es la fuerza sobre el cuerpo


i debida al cuerpo /.
Leyes del movimiento de Newton

movimiento del otro cuerpo (véase Prob. 1 al final del


capítulo).
A continuación presentam os cierto núm ero de ejem­
plos de aplicación de las leyes de Newton. Aquellos alum­
nos que no estén familiarizados con la solución de
ecuaciones diferenciales deberán consultar las Notas
m atem áticas que existen al final del capítulo, en cone­
xión con la m ateria que se expone a continuación.
M ovimiento para F = 0. Este caso simple correspon­
de a la prim era ley de Newton. Escribiendo

= F = 0 (3.4)
dt v '
lo cual exige que v sea constante. Aquí es im portante el
carácter vectorial de v, ya que tanto la dirección como
la m agnitud de v son constantes. Por ejemplo, una masa
que se mueve con velocidad constante en un círculo
tiene una velocidad cuya dirección cambia constante­
m ente y, por tanto, no puede moverse en tal trayectoria
si F = 0.
Si la velocidad constante v es cero, la m asa M perma­
nece en reposo. Si no es cero, pero

V= * = v0 (3.5,

podemos integrar esta ecuación para obtener

r = v0t + r0 (3.6)

en donde r„ es el valor de r para t = 0. Naturalmente,


estas ecuaciones pueden expresarse en coordenadas car­
tesianas.

FUERZAS Y ECUACIONES DEL M O V IM IE N T O

Sin embargo, mucho más im portantes son los casos


en que F no es igual a cero. Bajo la influencia de una
fuerza neta F, una partícula de m asa constante experi­
m enta una aceleración, según la segunda ley de Newton:

F = Ma = (3.7)
dt¿

Esta expresión m atem ática es una ecuación del movi­


m iento. Con esto significamos que por integración suce­
siva de esta ecuación diferencial se obtienen expresiones
para la velocidad y la posición de la partícula en fun-
Leyes del movimiento de Newton

tión del tiempo. Claramente, la resolución de una ecua­


ción del movimiento puede ser un problem a difícil si
la fuerza posee una dependencia compleja con estas
variables; pero, afortunadam ente, existen muchos casos
importantes e instructivos que incluyen fuerzas cons­
tantes en el tiem po e independientes de la velocidad.
Existe un cierto núm ero de tipos im portantes de
fuerzas conocidas en física: la fuerza gravitatoria, la
fuerza electrostática, la fuerza m agnética y, entre otras,
diversas fuerzas nucleares intensas pero de corto alcance.
Mediante estas fuerzas, las partículas pueden interactuar
entre sí aun cuando estén separadas en el espacio va­
cío. Si la partícula experim enta una fuerza resultante
debida a la interacción gravitatoria con otras partículas
o cuerpos diremos que se tra ta de un campo gravitatorio
producido por aquellos cuerpos. Cuando una partícula
eléctricamente cargada experim enta una fuerza resul­
tante debida a la distribución de cargas eléctricas en
otras partículas o cuerpos en las proximidades, consi­
deraremos que se tra ta de un campo eléctrico.
En muchos problem as de mecánica aplicada hablare­
mos de fuerzas de contacto, tales como la tensión de la
cuerda que soporta la lenteja de un péndulo o la presión
de un plano contra un objeto que descansa sobre él. Con
frecuencia, ambas fuerzas (de campo y de contacto) están
presentes, como ocurre en la oscilación dentro de un
campo magnético de una m asa pendular soportada por
la tensión de una cuerda. En realidad, todas las fuerzas
de contacto son fuerzas de campo, ya que ellas surgen de
las interacciones electrom agnéticas entre partículas ató­
micas. Sin embargo, p ara nuestro objetivo actual es, con
frecuencia, más conveniente considerar sim plem ente la
fuerza o fuerzas de contacto. Al tra ta r la mecánica de
partículas atómicas, evidentem ente nos referim os sólo
a las fuerzas de campo; el contacto no puede conside­
rarse en su significado simple usual en el dominio
atómico.

Unidades. En esta sección tratarem os brevem ente


del tema de las leyes de Newton p ara discutir la cuestión
de unidades. Posteriorm ente, en el capítulo en que intro­
ducimos las fuerzas eléctricas y magnéticas, discutirem os
las unidades que han de utilizarse para la carga eléctrica
y los campos eléctricos y magnéticos. Aquí nos referire­
mos sólo a las unidades mecánicas.
Para com unicar informaciones sobre los movimientos
se necesitan forzosamente patrones de longitud y de
tiempo. Afortunadam ente existe un consenso general
Leyes del movimiento de Newton

sobre un patrón del tiempo: el segundo (s). Original­


m ente se definió como una parte determ inada de un año,
el cual se definía por consideraciones astronóm icas. Sin
embargo, existen dificultades prácticas en utilizar esta
definición y, por ello, el segundo se define en función
del núm ero de oscilaciones características de un sistem a
atómico, el elemento cesio. La definición exacta es que
un segundo es el tiempo durante el cual ocurren
9 192 631 770 oscilaciones del átom o de cesio. Dejando
aparte los procedim ientos experimentales es exactamente
igual utilizar un reloj antiguo de pared y decir que un
segundo es el tiempo que corresponde a tantas oscila­
ciones completas del péndulo.
Respecto a la unidad de longitud no existe un acuerdo
universal, pues los países de habla inglesa utilizan un
sistem a y el resto del mundo, otro. Los científicos han
encontrado más simple el sistem a de unidades utilizado
por el resto del m undo que el utilizado por los británi­
cos y, en consecuencia, lo han adoptado; es de esperar
que los países de habla inglesa pronto lo adopten. Posee
un patrón, el centím etro o el m etro, con subpatrones
derivados que son exactamente m últiplos de 10 del pa­
trón. Originalmente el patrón era la distancia entre dos
líneas finísimas m arcadas en una barra conservada en
París, que se definía exactamente como 100 cm o 1 m.
Esta longitud presenta dificultades como, por ejemplo,
la anchura de las líneas. Por ello ahora se utiliza un pa­
trón m ejor, la longitud de onda de la luz roja del K r86;
un centím etro (cm) es igual a 16 507,6373 longitudes de
onda. La cuestión de si el m etro o el centím etro es la
longitud fundam ental es puram ente académica, pues el
factor de conversión es exactamente 100. En este libro
utilizarem os el centím etro, aunque harem os referencias
al uso del m etro y muchos libros utilizan el m etro como
unidad de longitud. Las dificultades del sistem a inglés
vienen del hecho de que las diferentes unidades de lon­
gitud no están simplemente relacionadas unas con otras;
por ejemplo, el pie tiene 12 pulgadas; la yarda tiene 3
pies y la milla, 1760 yardas.
La segunda ley de Newton incluye dos m agnitudes
más: la m asa y la fuerza. ¿Necesitamos patrones para
ambas magnitudes? La respuesta es negativa. Basta es­
tablecer un patrón para una de ellas y utilizar la segunda
ley de Newton como definición de la otra. Históricam ente
se definió la unidad de m asa y se derivó de ella la uni­
dad de fuerza. La unidad de m asa es el gram o o el kilo­
gramo, que es exactamente 1000 gramos. El kilogramo
m asa se conserva tam bién en París. La comparación de
Leyes del movimiento de Newton

masas es un proceso fácil, de modo que no se ha consi­


derado necesaria la adopción de la m asa de un cierto
tipo de átomo.
En este aspecto tam bién el sistem a inglés es compli­
cado, pues la onza, la libra y la tonelada inglesa no están
relacionadas de un modo simple. Por tanto, adoptare­
mos el centím etro, el gramo y el segundo como unidades
fundamentales de longitud, m asa y tiempo, respectiva­
mente, y usarem os unidades derivadas de éstas p ara la
fuerza, cantidad de movimiento, energía, potencia, etcé­
tera. Este sistem a se denomina cgs o cegesimal. Tam­
bién se emplea comúnm ente el sistema SI, que usa el
metro y el kilogramo en lugar del centím etro y el gramo.
La introducción de la electricidad y del magnetismo
plantea nuevas cuestiones sobre las unidades que se dis­
cutirán en el Vol. 2 y se define la velocidad de la luz
que aparece en la sección de campos magnéticos en este
capítulo.
Dimensiones. Cuando se desarrolla un cálculo com­
plicado es m uy im portante asegurarse de que las unida­
des de los dos m iembros de la ecuación resultante son
las mismas. Por ejemplo, al calcular la distancia reco­
rrida por un objeto, podemos asegurar que se ha come­
tido algún error si la respuesta se expresa en gramos.
Un análisis de este tipo se denomina usualm ente análisis
dimensional. No es necesario especificar las unidades
que se utilizan, sino sólo las dimensiones de masa, lon­
gitud y tiempo del modo siguiente.
¿Cuáles son las dimensiones de la fuerza? Utilizare­
mos la Ec. (3.7) para Ver que la fuerza es igual al pro­
ducto de la m asa por la aceleración; que la aceleración
es igual a la velocidad dividida por el tiempo y que la
velocidad es el cociente del espacio por el tiempo; por
tanto, llamando M, L y T, respectivamente, a las dimen­
siones de masa, longitud y tiempo, resulta

Fuerza = [M][ acel] = [M][L][T]~2


\L]
Aceleración = = M r ]~2

Velocidad = = [L W V 1

Como ejemplo del uso del análisis dimensional su­


pongamos que se obtiene la ecuación fuerza = 3/5pvz,
en donde p es la m asa por unidad de volumen o densidad
y v la velocidad. El análisis dimensional nunca nos des­
cubrirá si el factor 3/5 es correcto, por no tener dimen­
68 Leyes del movimiento de Newton

siones, es decir, tratarse de un núm ero puro. Sin em­


bargo, las dimensiones de p y v2 son

[L]2[T] - 2

Por tanto, Pv2 = [Ai] [L ]-3 [L]2[T ]-2 .= [M] [L ]-1 [Z]~2,
m ientras que la fuerza, como hemos visto antes, tiene
las dimensiones [M] [L] [Z ]-2. Debe haberse cometido
algún error al obtener la ecuación original. Aquellos alum ­
nos familiarizados con el concepto de presión, o fuerza
por unidad de área, verán que pv2 tiene las dimensiones
de esta m agnitud.
FIG. 3.1 Movimiento de una partícula libre proyectada
iniclalmente en (x0>y0) con velocidad v0 bajo un ángulo 0
M O V IM IE N T O DE U N A PARTÍCULA EN UN CAMPO
en un campo gravitatorio uniforme. El vector posición
en el instante representado es r = xx + yy. El vector G RAVITATORIO U N IFO R M E
aceleración es oPr/ofí2 = ( d 2x / d t 2 ) x + í c P y / d t 2) y = — g y .
Veamos a continuación algunas aplicaciones de la
segunda ley de Newton. Si restringim os nuestra consi­
deración a una región del laboratorio muy pequeña com­
parada con el tam año de la Tierra, podrem os en buena
aproximación considerar que en cualquier punto la
fuerza gravitatoria que actúa sobre una partícula es
constante y dirigida hacia abajo. La aceleración debida
a esta fuerza viene dada por el valor local de la acelera­
ción gravitatoria* g, y así la riiágñitud de la fuerza que
actúa sobre una partícula es mg. En form a vectorial esta
fuerza puede escribirse en la form a F = — mgy, en donde
se eligen los ejes x, y, como indica la fig. 3.1.
Prescindiendo de otras fuerzas como la fricción, la
ecuación del movimiento, según la segunda ley de Newton
[Ec. (3.7)], es

d 2x d2y 1
m|x + y dt2 i = -™gy
dt2

Como las direcciones de las componentes son ortogo­


nales podemos separarlas en dos ecuaciones componen­
tes y, por tanto, no es necesario retener los factores
vectoriales unitarios. Así

d2y d 2x
= 0 (3.8)
dt2 ~dt?

La integración de estas ecuaciones para obtener x e y


en función de t puede verse en las Notas m atem áticas

(*) Usualmente se toma g = 980 cm/s2 = 9,80 m/s2. En la tabla


4.1 se dan una serie de valores de esta magnitud en la superficie de
la Tierra.
Leyes del movimiento de Newton

al final del capítulo. Con las condiciones iniciales indica­


das en la fig. 3.1, las componentes de la velocidad son
v0dos 6 y v0 sen 6 para las direcciones x e y, respectiva­
mente, y las soluciones son

x = x0 + (vn eos 6)t


y = í/o + (v0send)t - igf 2 (3-9)

Eligiendo las condiciones iniciales de posición y velo­


cidad pueden analizarse diversos casos especiales, tales
como la caída de una partícula desde el reposo a una
altura inicial h, encontrándose resultados ya familiares.
En los problem as 2 a 4 se indican algunos casos.
Si el alumno ha estudiado geometría analítica reco­
nocerá la Ec. (3.9) como una form a param étrica de la
parábola con el parám etro t. Esto puede aclararse eli­
minando t entre las dos ecuaciones, con lo que se obtiene

t>o2sen20 \
(y° + 2 g /
g f / oo2sen0 co s# \1 2
2ü02 eos2 6 [*- (*»+ — )J
Esta es una form a típica de una parábola de vértice en
ü02sen# eos 6
+

Vr
y i = y0 + —
2g
abierta hacia abajo con un eje vertical de sim etría. Si
la resistencia del aire es despreciable, este análisis des­
cribe correctam ente el movimiento de un proyectil. En
realidad, es una buena aproximación para objetos de
masa considerable que se mueven en trayectorias
de extensión lim itada con pequeñas velocidades (véase
Prob. 20).
La representación parabólica con vértice en (x1( yy)
dada anteriorm ente, revela que la máxima altura alcan­
zada por encima de la posición de lanzamiento es

v02sen2 0
h = yi - yo = —
2g
El alcance horizontal, es decir, la distancia a la cual el
proyectil vuelve a la altura del lanzamiento viene dada
por
„ , 2un2sen0cos0 on2sen2 6
R = 2(Xl - Xq) = (3.10)
Leyes del movimiento de Newton

EJEMPLO

A lcan ce m áxim o. ¿Qué ángulo debe formar un proyectil con


la horizontal para que R sea máximo? Antes de hacer el cálculo
es fácil ver que R(8) pasa por un máximo, pues si 6 es demasiado
pequeño, el proyectil no permanecerá en vuelo bastante tiempo
para ir lejos, mientras que si & es demasiado grande el proyectil
se limita a subir y bajar y no avanza horizontalmente. Para
resolver el problema analíticamente podemos simplemente usar
el hecho de que para el máximo de R , d R /d d = 0. Mediante la
ecuación (3.10) resulta,

dR v n2 „
—— = - 2 - 2 eos 29 = 0
dB g

20 = 7T
2

9 = ^ = 45°
4

LEY DE NEW TON DE LA G R A VITA C IÓ N UNIVERSAL

En la ecuación precedente hemos tratado el caso de


un campo gravitatorio constante. ¿Qué sucede si la dis­
tancia entre los objetos en interacción gravitatoria es
grande en comparación con su tam año? La ley de la gra­
vitación establece:
Una partícula de m asa M1 atrae a cualquier o trá M2
en el Universo con una fuerza

(3.11)

en donde r es el vector dirigido de Mx a M2 y G es


una constante que tiene el valor experimental
6,67 X 10-8 dina-cm2/g 2 ó 6,67 X 10-11 newton-m2/kg2.

Obsérvese que ésta es la fuerza que actúa sobre M2. El


signo menos indica que la fuerza es atractiva; decrece
con r.
La fuerza gravitatoria es una fuerza central dirigida
a lo largo de la línea que une las dos masas puntuales.
La determ inación del valor de G se considera norm al­
m ente en textos de nivel medio. La experiencia clásica
es la de Cavendish. Posteriorm ente veremos que, como
la fuerza depende en razón inversa del cuadrado de la
distancia (Cap. 9), un objeto de sim etría esférica experi­
m entará interacciones de igual form a que si fuera una
partícula de igual m asa que el objeto y situada en el
centro.
Leyes efe/ movimiento de Newton

El propio Newton no conocía el valor de G. Sin em­


bargo, él conocía —en realidad, descubrió— que la ley
de fuerzas es una ley «inversa del cuadrado» y que en la
superficie de la Tierra (puesto que la Tierra es esencial­
mente esférica)
GmMT .
mg = — — — í'3-12)
SXj'

en donde Mr es la m asa de la Tierra y R T su radio. Por


tanto, pudo determ inar GMT, y con ello, la fuerza a cual­
quier distancia r m ediante
GmMT GmMT R T2 / R1
F = ---- —" = mg

También se sabía experim entalm ente con un alto gra­


do de exactitud que las masas gravitátoria e inerte de
un cuerpo eran iguales. (Esto se discute en el Cap. 14.)
Es decir, el valor de la m asa utilizada en la ecuación
gravitatoria anterior es igual al valor de la m asa m del
mismo cuerpo utilizada en la segunda ley de Newton,
F = ma. La prim era m asa se denomina masa gravitatoria
y la segunda masa inerte. Los experimentos clásicos
sobre la igualdad de las dos m asas fueron realizados
por Eótvós; experimentos recientes y más exactos vie­
nen descritos por R. H. Dicke * y P. G. Roll, R. Krotkov
y R. H. Dicke **. El experimento de Eótvós se describe
en el Cap. 14. Hemos supuesto la igualdad en la Ec. (3.12).

EJEMPLO
S atélite en una ó rb ita c ircu lar. Consideremos un satélite en
una órbita circular concéntrica y coplanaria con el ecuador
terrestre. ¿Para qué radio r de la órbita parecerá que el satélite
permanece estacionario observado desde la Tierra? Supóngase
que el sentido de rotación de la órbita es el mismo que el de
la Tierra.
En una órbita circular la atracción gravitatoria es igual y
opuesta al producto de la masa por la aceleración centrípeta:

—G M —
tM s
= M su o¿r /q i
(3.13)

en donde M T es la masa de la Tierra y Ms la del satélite. De


esta ecuación se obtiene

GMT GM tT2
(3.14)
(2*)*

(*) S c ie n tific A m erican , 205: 84 (1961).


(**) Ann. P hys. (N .Y .), 26: 442 (1964).
72 Leyes del movimiento de Newton

siendo T el período. La condición fundamental de este proble­


ma es que el valor de u> para la órbita del satélite sea igual a
la velocidad angular o>T de la Tierra alrededor de su eje. Esta
última vale
277
27t _ ________ = 7 3 X 10~5 s - 1
1 día “ 8,64 X 104

por consiguiente, si hacemos w = wT, la ecuación (3.14) se trans­


forma en

r. (6.67 X 10~8)(5.98 X 1022) _ IA27


(7,3 X 1 0'5)2
FIG. 3.2 Ilustración de la ley de Coulomb. F= {qiqi/ t 2) i =
= iqiqz/ñr. r 4,2 X 109 cm

El radio de la Tierra es 6,38 x 108 cm. La distancia es aproxi­


madamente la décima parte de la distancia a la Luna y unas 6,6
veces el radio de la Tierra.

FUERZAS ELÉCTRICAS Y M A G N É TIC A S SOBRE U N A


PARTÍCULA C A R G A D A ; U N ID AD ES

En esta sección considerarem os algunos problem as


que incluyen fuerzas eléctricas y m agnéticas que actúan
sobre partículas cargadas. En el trabajo de laboratorio
la mayor parte de los alumnos observarán y m edirán
los efectos de tales fuerzas sobre los movimientos de las
partículas y el tem a se tra tará con detalle en el Vol. 2.
De m omento introducirem os brevem ente las definicio­
nes de las unidades de m agnitudes eléctricas y magné­
ticas, a fin de poder tra ta r con las fuerzas que tienen
lugar en esta im portante ram a de la mecánica.
Recordemos que cargas eléctricas del mismo signo
se repelen entre sí con una fuerza inversam ente propor­
cional al cuadrado de la distancia y cuya dirección coin­
cide con la línea que une las cargas. E sta es la ley de
Coulomb, expresada en la forma:

F = 9l92 (3.15)

en donde r es el vector que separa la carga puntual q2


(que experimenta la fuerza F) de la carga puntual qx su­
puesta en el origen. El vector unitario í es, naturalm ente,
igual a r/r. La fig. 3.2 ilustra la situación y nos recuerda
que si F actúa sobre q2, — F actúa sobre qx.
La ecuación (3.15) establece la ley de Coulomb en el
sistem a gaussiano de unidades. En este sistem a se define
una unidad de carga del modo siguiente: Dos cargas
puntuales iguales poseen una unidad gaussiana de carga
Leyes del movimiento de Newton 73

cuando separadas 1 cm se repelen con la fuerza de


1 dina. La cantidad de electricidad que posee cada una
es 1 unidad electrostática de carga (ues) o 1 statcu­
lombio. Las dimensiones» de la carga eléctrica se deducen
de la Ec. (3.15)

[<?] = [fuerza]1/2 [distancia] =


= [m asa]1/2 [longitud]3/2 [tiem po]-1

Así, en unidades cgs, la carga en el sistem a electrostático


gaussiano es

[q] = cm^ s-1


Evidentemente es más fácil utilizar el nom bre ues o
statculombio que escribir esta combinación de símbolos.
Como hemos mencionado, el Sistem a Internacional
de Unidades (SI) utiliza el m etro para m edir distancias
y el newton p ara m edir fuerzas. En lugar de la defini­
ción de la carga unitaria, a p a rtir de la ley de Coulomb,
se utiliza una unidad en función de la corriente eléctri­
ca es decir, en función del am perio (A). La cantidad de
carga es 1 culombio (C) = 1 amperio-segundo (A-s). La
ley de Coulomb debe entonces escribirse en la form a

(3.15a)

en donde k tiene las dimensiones

[Fuerza] [longitud]2 [carga]-2

y e0 las dimensiones inversas a éstas. En electrostática


existen m uchas operaciones que introducen el factor 4n
y por ello se ha introducido 4n en el denominador de la
Ec. (3.15a) a fin de que ambos se cancelen en tales ope­
raciones. El valor de k es

k = = 8,988 X 109 N-m2/C 2


4tt€0
La carga qp transportada por el protón es la carga
elemental y casi universalm ente se designa por el sím­
bolo e. Su valor en unidades cgs gaussianas es

e = +4,8022 X 10-10 ues


y en unidades SI
e = +1,60210 X 10-19C
1 C = 2,9979 X 109 ues
74 Leyes del movimiento de Newton

La carga de un electrón es igual a — e. La m agnitud de


la fuerza repulsiva entre dos protones a una separación
de 10-12 cm es

„ _ (4,8 X 10-“ )(4,8 X 10-“ ) _ „ „ ^


F = 7 * = i o ^ i ó ^ ~ 2 '3 x 1 0 d m

En unidades SI es

F = k í = 9,0 X lO^ 1'3 ^ 2 = 2 ,3 N


FIG. 3.3 Ilustración del concepto de Intensidad de cam­
po eléctrico E. E = (qri/r2)?. F = qr2E = iqiqi/r2) r. La fuerza entre un protón y un electrón es atractiva por
tratarse de cargas de signo opuesto.
El campo eléctrico. Cuando una partícula está si­
tuada de modo que sobre ella actúa una fuerza eléctrica
decimos que existe un campo eléctrico. Tanto el campo
como la fuerza mencionada son debidos a o tra carga
o a una distribución de cargas en las proximidades. La
intensidad del campo E viene definida por la relación

F = qE (3.16)

en donde q es la m agnitud de la «carga dé prueba» sobre


la cual observamos la fuerza F. El vector intensidad de
campo E es, por tanto, el vector fuerza por carga unita­
ria positiva en la posición de la partícula en estudio.
En la fig. 3.3 representam os la mism a situación de la
fig. 3.2, pero aquí adoptam os el punto de vista de que
la fuerza F sobre q2 es debida a la intensidad de campo E
producida por la carga qx localizada en el origen. El vec­
to r E viene en este caso dado por la siguiente expresión:

E = %
r¿
f (3.17)

y la fuerza F = q2E es, por tanto, la m ism a que la ex­


presada por la Ec. (3.15). La im portancia del punto de
vista del campo surgirá al estudiar la electricidad. Es
particularm ente útil al estudiar la fuerza eléctrica que
actúa sobre una partícula cargada, originada por distri­
buciones de cargas eléctricas, tales como esferas o planos
cargados, y como se explica en el Vol. 2, por campos
magnéticos variables con el tiempo.
Las dimensiones de la intensidad de campo son las
de una fuerza por unidad de carga; así, su unidad puede
expresarse como 1 din/ues. Por razones que veremos más
adelante, la intensidad de campo tam bién se expresa en
Leyes del movimiento de Newton

statvoltios por centím etro (statvoltios/cm ). Los dos mo­


dos de expresión indican lo mismo:

1 din/ues = 1 statvoltio/cm

destacando la últim a el trabajo correspondiente al des­


plazamiento de una carga unitaria por unidad de longi­
tud en el campo y la prim era la fuerza que actúa por
unidad de carga.
En el sistem a internacional, la Ec. (3.16) define tam ­
bién el campo eléctrico E y E se mide en newtons por
culombio (N/C). En lugar de la Ec. (3.17), p ara el campo
eléctrico debido a una carga qj tenemos

(3.17a)

Lo mismo que en el sistem a cgs, E puede expresarse


también en voltios por m etro (V/m)
1 N /C = 1 V/m
El factor de conversión de statvoltios por centím etro a
voltios por m etro es

2,9979 X 104 V /m = 1 statvoltio/cm


statvoltio/cm
2,9979 X 104
—7 statvoltio/cm
3 X 104

El campo magnético y la fuerza de Lorentz. H asta


aquí hemos considerado sólo la situación estática, en que
las partículas cargadas no se mueven unas respecto a
otras o respecto al observador, y la fuerza electrostática
que actúa sobre una partícula de carga q como Feí = qE.
Pero si q se mueve respecto al observador, es un hecho
experimental la presencia de una fuerza adicional en
dirección perpendicular a su velocidad; esta es la fuerza
magnética. Una región en la que existe esta fuerza de­
pendiente de la velocidad se dice que posee un campo
magnético; experim entalm ente sabemos que el vector
intensidad de campo magnético B está relacionado con
la fuerza magnética por la form ulación *

(3.18)

(*) Si se ha omitido el producto vectorial en el Cap. 2, esta


sección puede reducirse al caso en que v y B son perpendiculares.
76 Leyes del movimiento de Newton

en donde c es la velocidad de la luz en el vacío y v la


velocidad de la partícula cargada, todo ello en el sistem a
cgs gaussiano de unidades. El producto vectorial da Fmag
perpendicular a y como se requiere experim entalm ente
y define el vector campo magnético B perpendicular a
Fmag- La figura 3.4 ilustra estas relaciones p ara el caso
en que v y B están separados 90°. Si un alam bre trans­
porta una corriente a lo largo de la dirección de v, la
dirección de la fuerza que actúa sobre el alam bre es
la mism a que se indica en la fig. 3.4.
Las dimensiones de B definido aquí son las mismas
que las de E, ya que la relación v /c es adimensional. La
unidad es el gauss (G), con F en dinas y q en unidades
electrostáticas. Así, si un electrón Se mueve con una velo­
cidad décima parte de la velocidad de la luz en di­
FIG. 3.4 La fuerza magnética Fmag — iq /c ) v X B. rección perpendicular a un campo magnético de intensi­
dad 10 000 G, la intensidad de la fuerza magnética será

F = (4,8 X 10-10ues)^(104 G)
= 4,8 X 10~7 din

En unidades SI

Fmag =. </v X B (3.18a)

en donde q se expresa en culombios, v en m /s y F en


newtons. La ecuación define a B con dimensiones
[N ][s][C ]-1[m ]-1. En los últim os años se ha dado un
nom bre especial, el testa (T), a esta unidad, llam ada an­
teriorm ente weber por m etro cuadrado (W b/m 2) *. Afor­
tunadam ente,
1 T = 104 G

aunque debe recordarse que el gauss y el tesla no tienen


las mismas dimensiones; con mayor propiedad debería­
mos decir que 1 T corresponde a 104 G.
En unidades SI el problem a precedente tiene B = 1 T,
v = 3 X 107m /s, q = e = 1,6 X 10~19 y

F = (1,6 X 10_19)(3 X 107)(1,0) = 4,8 X 10~12 N


La fuerza total ejercida sobre una partícula de carga
q que se mueve uniform em ente es la sum a de las fuerzas
electrostáticas y magnéticas. Recibe el nom bre de fuerza

(*) W. E. Weber (1807-1891) fue un físico alemán y N. Tesla (1856-


1943), un invertor americano.
Leyes del movimiento de Newton

de Lorentz. (A veces se aplica a la fuerza magnética sola.)


De (3.16) y (3.18). resulta:

F = qE + —v X B (3.19)
c

en el sistem a gaussiano y

F = qE + qx X B (3.19a)

en el sistem a SI. Una gran p arte de la física procede de


la segunda ley de Newton, F = Ma utilizada conjunta­
m ente con (3.19) y, naturalm ente, una im portante parte
de la historia de la física consistió en establecer estas
ecuaciones. [El que escribam os (3.19) como un hecho ex­
perim ental no nos librará de la necesidad de discutir
esta ecuación más a fondo en el Vol. 2.]
Necesitaremos en este capítulo los siguientes valores
numéricos:
Velocidad de la luz:

c = 2,9979 X 1010 cm/s = 2,9979 X 108 m/s


Masa m del electrón:

m = 0,9108 X 10"27 g = 0,9108 X 10~30 kg


Masa Mp del protón:

Mp = 1,6724 X 10-24g = 1,6724 X 10~27kg

Para tra b a ja r con la fuerza de Lorentz [Ec. (3.19)]


en el sistem a de unidades cgs gaussiano, expresarem os F
en dinas; E en statvoltios/cm ; v en cm /s; B en gauss,
y q en unidades electrostáticas. En el sistem a SI, usando
la Ec. (3.19a), expresamos F en newtons, E en V /m ,
v en m /s, B en teslas y q en culombios. Los factores de
conversión mencionados anteriorm ente (y deducidos en
el Vol. 2) se recopilan aquí:
1 m /s = 100 cm /s
1 statvoltio/cm = 3,0 X 104 V / m *
1 C = 3,0 x 109 statculom bios o ues
1T 1 X 104 G
M ovimiento de una partícula cargada en un campo
eléctrico constante y uniforme. La ecuación que nos da

(*} Los valores exactos de las relaciones segunda y tercera vienen


dados en las páginas 73 y 75; estos valores son suficientemente exac­
tos para nuestros problemas.
78 Leyes del movimiento de Newton

la fuerza sobre una carga q de m asa M en un campo


eléctrico E uniform e en el espacio y constante en el
tiempo es [Ec. (3.16)]

F = Ma = qE (3.20)

A p a rtir de (3.20) tendremos


d 2r
a= = —E
~d¡? M
ecuación que nos da la aceleración de la carga. Este
resultado es muy sem ejante al obtenido p ara el movi­
miento de una partícula en un campo gravitatorio uni­
forme F = — Mgy en la superficie de la Tierra, en donde
FIG. 3.5 Aceleración longitudinal de un protón en el y es un vector unitario que se aleja del centro de la
campo eléctrico entre placas cargadas. Tierra. Para el problem a gravitatorio, la ecuación del
movimiento es Ma = — Mgy o a = — gy.
Puede com probarse que la ecuación (3.20) tiene por
integración directa la solución
qE
rW = + V + ro (3.21)

en donde r0 es el vector posición de la partícula para


t = 0 y v0 es el vector velocidad en el mismo tiempo.
Derivando la Ec. (3.21) se obtiene la expresión de la
velocidad en cualquier momento, o sea,
dr qE
(3.22)
v(t) = dF = I T * + v«
a p artir de la cual vemos fácilm ente que la velocidad
inicial (para t = 0) es ciertam ente v0.

EJEMPLO

A celeración lo n g itu d in a l d e un p ro tó n . Partiendo del reposo


se acelera un protón durante un nanosegundo (= 10~9 s) mediante
un campo eléctrico E x = 1 statvolt/cm. ¿Cuál es su velocidad
final? (Ver fig. 3.5.)
La velocidad viene dada según (3.22) por:

para nuestro problema se reduce * a

= = 0

(*) La ecuación (19) es vectorial; con E = (Ex, 0, 0) y v0 = 0 se


reduce a las ecuaciones según las tres componentes
Leyes del movimiento de Newton

porque hemos especificado que v = 0 para t = 0. Así, pues, la


velocidad final al cabo de í = l x 10~9 s es en números re­
dondos

^ (4,8 X 10-10ues)(l statvolt/cm )(l X 10”9 s)


vx _ — - X 10 24 g)

^ 2,(4 X 105 cm /s

Obsérvese que (1 ues) x (1 statvolt/cm) = 1 dina = 1 g-cm/s2.


Hemos utilizado 2 x 10~24 g para el orden de magnitud de la
masa del protón.
En unidades SI

Ex = 3,0 X 104 V/m


(1,6 X 10“ 19C)(3,Ü X 104 V /m )(l x 10~9 s)
V* ~ 2 X 10-27 kg
~ 2,4 X 103 m /s

EJEMPLO
Aceleración longitudinal de un electrón. Un electrón inicial­
mente en reposo se acelera a lo largo de 1 cm mediante un
campo eléctrico de 1 statvolt/cm en sentido negativo según el eje
de las x. ¿Cuál es su celeridad final?
A partir de (3.22), con el valor de — e para la carga y m
para la masa del electrón, resulta

vM=-±B¿ « 0 = - ^ *
Deseamos eliminar t y despejar vx en función de x. Es conve­
niente obtener v*2 y luego ordenar los términos:

x 1 ~ 1 0 “ 9 x 1 0 2 7

~ 1()18 cm2/s 2

Así, pues, la celeridad final es

Sr 109 cm /s

Esto supone 1/30 de la velocidad de la luz, suficientemente pe­


queño para que no consideremos efectos relativistas (0,1 por
ciento de exactitud).

EJEMPLO

Aceleración transversal de un electrón. Después de abandonar


el campo acelerador E x del ejemplo precedente, el haz electrónico
entra en una región de longitud L — 1 cm en la que existe un
campo deflector transversal E u = — 0,1 statvolt/cm como en la fi­
gura 3.6. ¿Qué ángulo formará con el eje x el haz al abandonar la
región defiectora? Obsérvese que esto es semejante al lanzamiento
horizontal de un cuerpo en el campo gravitatorio terrestre.
82 Leyes del movimiento de Newton

de modo que la Ec. (3.24) se transform a en


qB qB
(ou, cosío # = ü, cosco# — íoü.senco# = t^isenwf
Me Me ■
Se satisfacen estas ecuaciones si

u= ^L = u (3.27)
B Me c
E sta relación define la frecuencia ciclotrón (c frecuencia
de resonancia ciclotrónica) wc como la velocidad angular
del movimiento circular de la partícula en el campo
magnético. Cualquier valor de v t satisfará las ecuaciones,
pero como veremos vt determ ina el radio de la trayecto­
ria circular.
La frecuencia ciclotrón puede deducirse tam bién me­
diante un razonam iento elemental. La fuerza magnética
FIG. 3.7 Una carga positiva q, con velocidad inicial v JL q B v J c proporciona la aceleración centrípeta (hacia
al campo uniforme B, describe una circunferencia con dentro) que aparece en el movimiento circular de la
velocidad de módulo constante Vi y radio r = cMvi/qB.
partícula. El módulo de dicha aceleración es v f / r o wc2r,
porque wcr = vt. Así, pues,

qBv .
— - — = Míoc2r = M íocv x

en donde wc = qB /M c y el radio del círculo es r = McvJ


/q B (véase fig. 3.7).
¿Cuál es la trayectoria completa? Hemos visto que
es circular respecto al movimiento x e y; respecto a z
simplemente progresa con velocidad constante vz (la cual,
naturalm ente, puede ser cero), ya que no existe ninguna
componente z. Integrando las Ecs. (3.26) con w igual a wc
resulta la trayectoria

x = x0 H-------------- eos ío„#

y - yo .+ ví
— senw, # v(3.28)'

Z = Z0 + V
en donde las constantes de integración en las respecti
vas ecuaciones son x0 + v j u c, yQy z0.
La ecuación (3.28) describe la posición x, y de una
partícula que se mueve en un círculo de radio
v, Mcv, ¡
rc = -±- = — i 3.29
wc qB
alrededor del centro localizado en (x0 + v J<úc, y0), y su#
perpuesto a este movimiento circular uniform e hay un
Leyes del movimiento de Newton

Supongamos que el campo magnético está dirigido a lo


largo del eje z:
B = zB
Por consiguiente, según las reglas del producto vectorial,

[v X B], = vyB [v X B]„ = - v xB [v X B], = 0

Por lo tanto, la Ec. (3.23)* se transform a en

*• = 1 = ~ k v ji 6- = 0 ( 3 -2 4 )
Vemos que la componente de la velocidad a lo largo del
eje del campo magnético, eje z, es constante.
Podemos ver directam ente otra característica del
movimiento: la energía cinética
K = \ M v 2 = fM v • v
es constante, porque

dK
\M (y • v + v • v) = Mv • v = Mv • X b |= 0
dt
(3.25)

ya que v X B es perpendicular a v. Así, pues, un campo


magnético no varía la energía cinética de una partícula
cargada.
Intentem os soluciones **de la ecuación del movimiento
que sean de la form a

vx(t) = üjSencof vv(t) = v1 eos wí vz = const (3.26)

Este movimiento es circular en su proyección sobre el pla­


no xy, con un radio que calculamos más adelante. Diferen­
ciando v» y vy en la Ec. (3.26),

dvr dvv
—- = wü, eos <oí
A i- i
— — —(ot^1 sen coi

(*) Aquí hemos adoptado un convenio muy utilizado en física: El


punto sobre4 la letra significa la derivada respecto al tiempo. Así:
r = dr/d t. Á = dA /d t. Igualmente r = d2r / d t2. A = d2A /d t2.
(**} La ecuación (3.25) nos dice que K es una constante; por
tanto |v| es también constante. Este resultado sugiere una solución
que represente un movimiento circular uniforme, en el que las com­
ponentes x e y de la velocidad son sinusoidales con una diferencia de
fase de t t / 2 . Es conveniente representar qB /M c como una constante
que tenga las dimensiones del inverso de un tiempo; las dimensiones
se obtienen fácilmente a partir de la Ec. (3.24). Debemos esperar una
solución que implique una rotación para la que esta constante esté
relacionada con la frecuencia angular <j>.
82 Leyes del movimiento de Newton

de modo que la Ec. (3.24) se transform a en


qB qB
cor, coscot = ü. eos roí —¿ota s e n o it = u .se n ío í
1 Me 1 Me
Se satisfacen estas ecuaciones si
_ qB _
(3.27)
W ~~Mc =
Esta relación define la frecuencia ciclotrón (c frecuencia
de resonancia ciclotrónica) wc como la velocidad angular
del movimiento circular de la partícula en el campo
magnético. Cualquier valor de vx satisfará las ecuaciones,
pero como veremos vy determ ina el radio de la trayecto­
ria circular.
La frecuencia ciclotrón puede deducirse tam bién me­
diante un razonamiento elemental. La fuerza magnética
FIG. 3.7 Una carga p ositiva q, con velocidad inicial v _L q B vJc proporciona la aceleración centrípeta (hacia
al cam po uniform e B, d e sc r ib e una circu nferencia con dentro) que aparece en el movimiento circular de la
velocid ad de m ódulo co n sta n te ia y radio r — cMvdqB.
partícula. El módulo de dicha aceleración es vx2/r o <oc2r,
porque <*></ = vx. Así, pues,

qBvx
= Meo^r — Mo)cv í

en donde wc = qB/M c y el radio del círculo es r = M cvJ


¡qB (véase fig. 3.7).
¿Cuál es la trayectoria completa? Hemos visto que
es circular respecto al movimiento x e y; respecto a z
simplemente progresa con velocidad constante vz (la cual,
naturalm ente, puede ser cero), ya que no existe ninguna
componente z. Integrando las Ecs. (3.26) con w igual a wc
resulta la trayectoria

x = xn + eos coj

y = y 0 H— - s e n e o í

z = z0 + vzt
en donde las constantes de integración en las respecti­
vas ecuaciones son x0 + v l/toC) y0 y z0.
La ecuación (3.28) describe la posición x, y de una
partícula que se mueve en un círculo de radio
Mcv1
(3.29)
~ q fí~
alrededor del centro localizado en (x0 + v1/a)c, y0), y su­
perpuesto a este movimiento circular uniform e hay un
Leyes del movimiento de Newton 83

desplazamiento uniform e según la dirección z de velo­


cidad vz que comienza en z = ZQ) p ara t = 0. El movimiento
completo es una hélice cuyo eje es paralelo al vector
campo magnético B, es decir, a lo largo del eje z en este
caso. Viene ilustrado en la fig. 3.8. El radio r c se deno­
mina frecuentem ente ra d io de g ir o o ra d io c ic lo tró n ic o .
Consideremos el producto de la intensidad de campo
magnético y el radio de la trayectoria

Aíüj C
Br = (3.30)
q

Esta relación es im portante; veremos en un capítulo


posterior que es válida en el campo relativista si se escri­ FIG. 3.8 Una carga positiva q describe una hélice de
be la cantidad de movimiento relativista p en lugar de paso constante en un campo magnético uniforme B. La
AÍVj. Esta relación puede emplearse, por consiguiente, componente de la velocidad V|, paralela a B es una cons­
tante. S¡ B = BzZ, Vm = Vz.
para determ inar la cantidad de movimiento de partícu­
las cargadas, a altas o bajas velocidades (véase fig. 3.9).

Comprobación de dimensiones. Siempre es una bue­


na práctica com probar que las dimensiones de ambos
miembros de una ecuación final son idénticos. Consti­
tuye una form a práctica de captar errores graves. En el
segundo miembro de (3.30) tenemos

en donde hemos utilizado la notación expuesta en las


páginas 67 y 68, pero m anteniendo las dimensiones de q
como carga. En el prim er m iem bro de la ecuación (3.30)
tenemos

»■ [JIM ■[fí]
porque, de acuerdo con la ecuación (3.18) de la fuerza
de Lorentz, las dimensiones de B, en el sistem a gaussia­
no de unidades son las de una fuerza dividida por una
carga. Vemos que las dimensiones de (3.31) son las
mismas que las de (3.32).
En unidades SI, donde la fuerza es qv X B en lugar
de (q /c )\ X B, tenemos
qB
co = — = co (3.27a)
M
_ % _
(3.29a)
84 Leyes del movimiento de Newton

FIG. 3 .9 Fotografía de la trayectoria de un electrón rápido en un campo magnético obtenida en


una cámara de burbujas de hidrógeno. El electrón entra por la parte inferior izquierda
y se va frenando al perder energía por ionización de las moléculas de hidrógeno. Al
disminuir el electrón su velocidad, decrece su radio de curvatura en el campo magnético
y de aquí que la órbita sea una espiral. (Lawrence fíadiation Laboratory.)
Leyes del movimiento de Newton

„ Mv t
y bv = _ i

La comprobación de estas dimensiones nos da

[BrJ = [M][L][T]-2[q]-1[Z.]-i[T][L] =

EJEMPLO
Frecuencia ciclotrón ica. ¿Cuál es la frecuencia del movimiento
de un electrón en un campo magnético de 10 kilogauss o 1 x 10*
gauss? (Un campo de 10 a 15 kilogauss es típico, de los electroi­
manes ordinarios de laboratorio con núcleo de hierro.)
Tendremos según (3.27),

eB _ (4.8 X 1Q-10)(1 X 10*)


' me ~ (10-27)(3 X 1010) ~ '

o en unidades SI,

eB (1,6 X 10~19)(1,0)
= 1 6 X 1011 s"1
m 10-3 0 '

La frecuencia correspondiente, que designaremos por vc, es

= ^ ~ 3 X 1010 cps

que es equivalente a la frecuencia de una longitud de onda elec­


tromagnética en el espacio libre

^ c _ 3 X 1010 _ ,
A' = ^ = 3 l o O Í 5 ' ~ 1Cm

La frecuencia ciclotrónica <*>c(p) de un protón es menor que la


de un electrón en el mismo campo magnético en la razón 1/1836
de la masa del electrón a la del protón. Para un protón en un
campo de 10 kilogauss:

/ \ m / \ ~ 1>6 X 1011 in8 _i


= ~1,8~X ¡O3- S

El sentido de rotación para el electrón es opuesto al del protón


porque sus cargas tienen signos opuestos.

EJEMPLO
R adio d e giro. ¿Cuál es el radio de la órbita ciclotrónica en
un campo de 10 kilogauss para un electrón de velocidad 10®
cm/s normal a B?
Para el radio de giro tendremos, según (3.29),
86 Leyes del movimiento de Newton

El radio correspondiente para un protón de la misma velocidad


es mayor en la relación M /m :

rc sr (6 X 10-4)(1,8 X 103) s 1 cm

Enfoque magnético a 180°. Supongamos que un haz


de partículas cargadas de distintas m asas y velocidades
entra en una región en la que existe un campo magnético
uniform e B perpendicular al haz. Las partículas se des­
viarán con un radio de curvatura dado por la relación
Bp = ( c f q) Mv t, siendo vt la componente de la velocidad
en el plano norm al a B. Si examinamos el haz en un
punto determinado, por ejemplo a 180° del inicio del
movimiento dentro del campo, veremos que dicho haz se
dispersa en el plano del movimiento porque las diversas
FIG. 3.10 Campo magnético utilizado como selector de
partículas con distintas m asas y velocidades tienen dife­
cantidad de movimiento. rentes radios de curvatura, como indica la fig. 3.10. Me­
diante una ranura de escape estrecha, el dispositivo se
utiliza como selector de cantidad de movimiento, o apa­
rato dispuesto para obtener un haz de partículas que
tengan muy aproxim adam ente las mism as cantidades de
movimiento, si todas ellas tienen la m ism a carga q. Una
ventaja de utilizar la desviación a 180° es que las partí­
culas de iguale? cantidades de movimiento, pero que
entran a través de una rendija con ángulos ligeramente
diferentes, se reunirán en un foco aproxim adam ente co­
m ún después de los 180° de desviación.
La exactitud del enfoque es puram ente un problem a
de geometría, como se ve en las figuras 3.11a y 3.11b.
Consideremos una trayectoria que form a un ángulo 9 con
Región del camp<3 uniforme, BJ_ al papel
la trayectoria ideal. La distancia entre la rendija de en­
trada y la zona en que incide en el área del blanco viene
dada por la cuerda C de la circunferencia de radio p. La
diferencia en longitud entre el diám etro y la cuerda es

J 2p — C = 2p(l — cos0) s í p6'¿

\ Haz que contiene iones con en donde hemos utilizado para ángulos $ pequeños los
\ iguales M v pero que atravie- dos prim eros térm inos del desarrollo en serie de poten­
\ san la rendija con ángulos cias del coseno:
\ diferentes

1 V Región del campo


h 2 \l magnético cero
según puede verse en tablas adecuadas (Dwight 415.02).
FIG. 3.11 a) Enfoque en. 180° en un campo magnético.
Si tomamos como m edida del poder de enfoque angular
Iones que tienen igual cantidad de movimiento pero
direcciones diferentes se enfocan sobre una zona muy
pequeña. 2p 2
Leyes del movimiento de Newton 87

Tensión de radiofre­
cuencia procedente

Orbita de la partícula
que entra con 0 = 0

Órbita de la partícula
que entra con 0 ^ 0

Centro de curvatura de la
partícula que entra con 0 ^ 0

2p( 1 — eos 6) s p 6 ‘

b) Diagrama que muestra los detalles del selector de


velocidades con enfoque en 180°.

tendremos, para 6 — 0,1 rad el valor


2p - C
5 X 10~3
2p

que hace resaltar la acción del enfoque.

Principio de aceleración del ciclotrón. Las partículas


cargadas de un ciclotrón norm al se mueven en unas FIG. 3.12 Esquema transversal de un ciclotrón conven­
órbitas aproxim adam ente espirales cuando están some­ cional de baja energía, compuesto de una fuente de
tidas a un campo magnético constante, como se describe iones S, electrodos de aceleración huecos (Di, D2) y
deflector. El aparato entero está sumergido en un
en la nota histórica al final del capítulo y como se indi­ campo magnético vertical homogéneo B (que apunta
ca en la fig. 3.12. Las partículas son aceleradas cada hacia arriba). El plano de la órbita de la partícula es
medio ciclo (ir radianes) por un campo eléctrico osci­ horizontal y es también el plano medio de las «des».
lante. El requisito que se precisa para una aceleración El campo acelerador eléctrico de r.f. está confinado en el
hueco entre las «des».
periódica es que la frecuencia del campo eléctrico sea
igual a la frecuencia ciclotrónica de las partículas.
La frecuencia ciclotrónica para protones en un campo
magnético de 10 kilogauss es 1 X 108 s~J o vc = wc/2ir *=«
« 107cps « 10 M c/s. La frecuencia es independiente de
la energía de las partículas en tanto la velocidad no sea
relativista, es decir, pequeña en comparación con la velo­
cidad de la luz. En la fig. 3.13 se presenta un gráfico de &
■o
la longitud de onda (c/v) en función de B.

FIG. 3.13 Condición de resonancia en el primer ciclo­


trón (11 pulgadas de diámetro). En la escala vertical
se representa la longitud de onda en el espacio libre
de la energía de radiofrecuencia suministrada a los
electrones aceleradores («des»). Las curvas son las
relaciones teóricas para iones H+ y H2+; los pequeños
círculos son las observaciones experimentales. [Law-
Campo magnético, gauss x 103
rence and Livingston, Phys. Rev., 40, 19 (1932).]
88 Leyes del movimiento de Newton

En cada ciclo de operación la partícula absorbe ener­


1
^ P = cantidad total de gía del campo eléctrico oscilante. El radio efectivo de la
\ movimiento antes órbita aum enta si la energía cinética crece, porque, como
P J= M,v, \ del choque se ha demostrado,
(antes)

> _ v _ V2 E/ Mp
s <o„
1 /
en donde llamamos £ a la energía. La energía de un
protón no relativista en un campo magnético constante
(antes) está lim itada por el radio exterior del ciclotrón: para
wc = 1 x 108 s_1 y rc = 50 cm, tendrem os v = wcrc « 5 X109
cm /s, o bien
FIG. 3.14 a) Antes del choque las cantidades de mo­
vimiento Pi (antes) y P2 (antes) se suman para dar P. E = ±Mpv2 s 10-24(5 X 109)2 ^ 25 X 10~6 erg

E sta velocidad es, en la práctica, suficientem ente no


relativista para el funcionamiento de un ciclotrón con­
vencional.

y
P| (después)
11 -----
CO N SERVAC IÓ N DE LA C A N T ID A D DE M O V IM IE N T O
Pa (después)
xv La ley de conservación de la cantidad de movimiento
es, probablem ente, fam iliar al alum no por sus estudios
anteriores. Debe destacarse su im portancia en el estudio
de los problem as de choques. Aquí presentam os su de­
ducción basada en la tercera ley de Newton y reservamos
FIG. 3.14 (continuación) b) Después del choque las para el Cap. 4 la discusión de una deducción distinta.
cantidades de movimiento Pi (después) y P2 (después) La ley establece que:
se suman para dar el mismo valor de P.
En un sistem a aislado sometido únicam ente a fuer­
zas internas (fuerzas entre m iembros del sistema)
la cantidad de movimiento total lineal del sistema
es una constante; no cambia con el tiempo.
De un modo más íntimo se aplica en colisiones de
dos partículas del modo siguiente: La suma de las can­
tidades de movimiento después del choque es igual a la
sum a de las cantidades de movimientos antes del mismo.
p la n te s ) + p2(antes) = p '^ después) + p'2( después) (3.33)
en donde la cantidad de movimiento p se define por

p = Mv (3.34)

y se supone que la colisión tiene lugar en una región del


espacio en la que no existen fuerzas exteriores; las
prim as (p') indican valores después del choque. Véase la
FIG. 3.15 Si dos cargas puntuales móv'les qi y q2 se
aproximan mutuamente, sus órbitas se desviarán de fig. 3.14 p ara una descripción de los vectores cantidad
sus trayectorias rectas iniciales. de movimiento y la fig. 3.15 para las órbitas. El choque
Leyes del movimiento de Newton

puede ser elástico o inelástico. En el prim er caso toda


la energía cinética de las partículas incidentes reaparece
después del choque en form a de energía cinética de las
mismas partículas repartida generalm ente de form a desi­
gual entre ellas. En el choque inelástico normal, par­
te de la energía cinética de las partículas incidentes
aparece después del mismo como alguna form a de ener­
gía de excitación interna (como el calor) de una o varias
de las partículas. Es im portante tener presente que se
puede aplicar la conservación de la cantidad de movi­
miento incluso en una colisión inelástica, aun cuando la
energía cinética no se conserve.
Deducción a partir de la tercera ley de Newton.
Supongamos que los cuerpos obedecen la tercera ley
de Newton [Ec. (3.3)]. Para el cuerpo 1 tenemos

F- = ^ = (3-35)
y para el cuerpo 2

F» = I r = (3-36)
Sumando ambas ecuaciones

f 12 + F21 = 0 = ^ ^ = - | ( Pl + p2)

= ^ ( M1V1 + M2v2)
Por tanto,

Pi + p2 = M1v1 + M2v2 = const = pí + p2 = MjVÍ + M2v2


(3.37)

en donde de nuevo las prim as indican los valores des­


pués del choque. Si hay más de dos cuerpos, el mismo
procedimiento puede utilizarse con el mismo resultado
aplicable a cualquier núm ero de cuerpos de un sistema
aislado.
En los siguientes ejemplos discutimos cierto núm ero
de casos relacionados con esta ley. Deben destacarse los
dos puntos siguientes:
1. Se tra ta de una ley vectorial y, por ello, en el
choque de dos partículas cuyas cantidades de movimien­
to vectoriales se suman para definir una línea, las dos
cantidades de movimiento resultantes se suman para
definir la m ism a línea.
2. La sola aplicación de este principio no nos per­
mite resolver en form a completa un problem a de choque.
90 Leyes del movimiento de Newton

Como ejemplo del punto 2 consideremos el problem a


de colisión de m asas iguales, una de ellas inicialm ente
en reposo. Sólo una información suplem entaria nos per­
m ite obtener respuestas únicas, como se ilustra en los
dos casos siguientes..
(a) Suponer que después del choque las dos partí­
culas de m asas iguales quedan adheridas entre sí. ¿Cuál
es su velocidad? Supongamos que la velocidad original
del cuerpo móvil tiene lugar a lo largo del eje x. Por
tanto,

p 1 = M1v1x p2 - 0
(PÍ + P2) = (M 1 + M 2 )y/ = 2Miv/ = Pi = MjüjX

(b ) Supongamos que en el choque, la prim era par­


tícula queda en reposo. ¿Cuál es la velocidad de la se­
gunda?

pi + p2 = ° + M2\'2 = M ^ x

V' = Üj X

Para resolver totalm ente un problem a de colisión ne­


cesitamos información adicional a la ley de conservación
de la cantidad de movimiento sem ejante a la proporcio­
nada en una u otra de las hipótesis establecidas en (a)
o ( b ) . E sta información adicional puede establecerse en
función de la elasticidad o de la conservación de la
energía.

EJEMPLO

C olisión e lá stic a d e d o s p a rtíc u la s d e m a sa s igu ales con una


d e ellas in icia lm e n te en rep o so . Vamos a probar que en este
caso el ángulo que forman las dos cantidades de movimiento y
los vectores velocidad después del choque es igual a 90°.

Pi + P2 = M1V1 + 0 = M1VÍ + M2V2


Como M 2 = Mj y M2 está inicialmente en reposo,

V1 = Vi + V2
El objetivo e lá stic o aplicado al choque significa que la ener­
gía cinética \M v 2 se conserva. Por tanto,

+ iM2u'2
Leyes del movimiento de Newton 91

de donde resulta

= oi2 + o' (3.38)

La ecuación (3.38) nos recuerda el teorema de Pitágoras y la fi­


gura 3.16 nos dice que v, debe ser la hipotenusa de un triángulo
rectángulo. Por tanto, el ángulo entre v', y v '2 debe ser 90°.
Otros ejemplos se dan en los Probs. 16 a 18. Con
mayor detalle discutirem os los choques en el Cap. 6.
Máquina de Atwood. En la fam iliar máquina de
Atwood se aplican la segunda y la tercera ley de Newton
(fig. 3.17). Dos masas distintas están suspendidas de una
cuerda que pasa por una polea sin rozamiento y m asa FIG. 3.16 Choque elástico entre masas iguales.
despreciable. Sea m2 mayor que la aceleración ten­
drá la dirección indicada para cada m asa y su valor
será el mismo en ambas debido a la continuidad de la
cuerda y su longitud constante. Hallemos en prim er
lugar la aceleración.
Cada masa está sometida a dos fuerzas, que son la ten­
sión de la cuerda y la fuerza gravitatoria. La tercera ley
de Newton nos dice que la tensión tiene el mismo valor
en cada cuerpo. La segunda ley de Newton nos perm ite
escribir
Para el movimiento de T — mxg = m1a
(3.39)
Para el movimiento de m 2 m2g — T = m2a
La suma de ambas ecuaciones nos da
m9 — m,
(m2 - mx)g = (mx + m2)a a = - 2 ------- g (3.40)
m2 + mx

Ahora podemos deducir el valor de la tensión T emplean­


do esta expresión de á en una u otra de las Ecs. (3.39).
Así resulta
2m1m9
T = ----- L- 2- g
m1 + m2

¿Cuál debe ser la resistencia de la cuerda? No debe


romperse bajo esta tensión, lo que significa que en
reposo debe soportar una m asa para la cual mg = T.
Debe ser, por tanto, suficientem ente resistente para so­
portar la m asa
2m1m2
m 1 + m2
la cual es mayor que m u aunque m enor que ra2.
Resulta instructivo tener en cuenta que la expresión
de la aceleración [Ec. (3.40)] puede entenderse en fun­ FIG. 3.17 Máquina de Atwood.
92 Leyes del movimiento de Newton

ción de F = Ma para un objeto simple, teniendo en cuenta


que la m asa total que se mueve es m x + m 2, m ientras que
la fuerza neta es (m2— m x) g. Así, pues, como antes
F (m2 - m jg
M ra9 +

ROZAM IENTO : FUERZAS DE CONTACTO


En nuestra experiencia fam iliar con objetos ponde-
rables nos encontram os frecuentem ente con fuerzas que
se comunican a un cuerpo por medio de presiones o
FIG. 3.18 Sobre el cuerpo situado en un plano hori­ tensiones que actúan en las superficies de contacto con
zontal actúan la fuerza de la gravedad Mg, una fuerza otro cuerpo. En la sección anterior se exhiben fuerzas
normal N, una fuerza horizontal externa F y una fuerza
de rozamiento — F.
de este tipo en la tensión de la cuerda y en nuestra
anterior discusión de choques de esferas o bolas de bi­
llar, se supone que las presiones de contacto actuaban
brevem ente en el m omento del choque. Otra fuerza de
contacto prácticam ente muy im portante es el rozamien­
to o fricción (véase, por ejemplo, el am ortiguam iento
de un oscilador, en el Cap. 7). La fuerza de fricción puede
depender en form a muy compleja de la velocidad de un
objeto, pero aquí tratarem os del caso m ás simple de
una fuerza constante si el cuerpo se mueve o el caso de
una fuerza justam ente suficiente para asegurar el equi­
librio si el cuerpo está en reposo.
La fuerza de fricción es paralela a la superficie de
contacto de dos objetos o de un objeto y una superficie.
Depende de o tra fuerza de contacto, la fuerza norm al
que una superficie sólida ejerce sobre un cuerpo que
descansa sobre ella. La fig. 3.18 nos m uestra un objeto
FIG. 3.19 a) M no desliza.
sobre una superficie plana horizontal. Naturalm ente, la
fuerza de la gravedad Mg actúa verticalm ente hacia aba­
jo. Como el cuerpo está en reposo, la prim era ley de
Newton nos dice que debe existir una fuerza hacia
arriba igual a Mg. Tal fuerza, que es norm al a la super­
ficie y que evita que el cuerpo caiga a través de la
superficie se designa usualm ente por N, como indica
la fig. 3.18. La fuerza que tiende a em pujar el cuerpo
contra la superficie puede ser la gravedad, una compo­
nente de la fuerza gravitatoria o alguna o tra fuerza que
dependerá de las circunstancias de cada caso.
Supongamos ahora que se ejerce una fuerza F para­
lela a la superficie (por ejemplo, atando una cuerda al
cuerpo y colgando de aquélla un peso, como se indica
en la fig. 3.19), pero insuficiente para que el cuerpo se
deslice. Aplicando de nuevo la prim era ley de Newton,
la superficie ejercerá una fuerza igual y opuesta — F
b) M comienza a deslizar.
Leyes del movimiento de Newton 93

sobre el objeto. Esta fuerza — F se denomina fuerza de


rozamiento. Es cero m ientras la fuerza F no intenta mo­
ver el cuerpo.
¿Qué valor tiene la fuerza de rozamiento? Siempre es
posible (excepto en el caso de un objeto «inamovible»)
ejercer una fuerza suficientem ente grande F para que
un cuerpo deslice. Es un hecho experimental que

Fmax = iu N (3.41)

en donde ¡i es una constante llam ada coeficiente de ro­


zamiento estático característico de las superficies de FIG. 3.20 El cuerpo desliza por un plano inclinado
contacto. En la Tabla 3.1 se dan algunos valores carac- hacia abajo,
terísticos. Recuérdese que la fuerza de rozamiento estáti­
ca puede tener cualquier valor hasta ¡xN, dependiendo su
valor de la fuerza externa aplicada; esto puede verse
en la fig. 3.19.

TABLA 3.1 Coeficientes de rozamiento estático, p = F /N

M aterial P
Vidrio sobre vidrio 0,9-1,0
Vidrio sobre metal 0,5-0,7
Grafito sobre grafito 0,1
Caucho sobre sólidos 14
Material de freno sobre hierro fundido 0,4
Hielo sobre hielo 0,05-0,15
Cera de esquí sobre nieve seca 0,04
Cobre sobre cobre 1,6
Acero sobre acero 0,58

EJEMPLO

M edida d e p. El valor de p puede determinarse a partir del


ángulo 0 que forma con la horizontal un plano inclinado en el
cual un cuerpojustamente comienza a deslizar. Con referencia
a la fig. 3.20 ysuponiendo que el cuerpo inicia el deslizamiento,
puede verse que la suma de las tres fuerzas Mg, N y Froí deben
ser igual a cero. Tomando componentes paralelas y perpendicu­
lares a la superficie resulta
N = M gcos0 Ftoz = Mgsen# (3.42)

Ahora bien, teniendo en cuenta que Froa = pN , resulta

M“ N ~ Mg eos 0 ~ g ° (3-43)

EJEMPLO

D e sliza m ie n to con fu e rza tan gen cial v a ria b le en dirección . Un


cuerpo de masa M reposa sobre un plano inclinado con coefi­
ciente de rozamiento p > tg 0. Determinar la magnitud de la fuerza
paralela al plano necesaria para que el cuerpo deslice, en función
del ángulo que forma con la dirección hacia arriba del plano.
94 Leyes del movimiento de Newton

Una variante del problema es la siguiente: Si una fuerza paralela


al plano, pero no necesariamente hacia arriba o hacia abajo,
hace que el objeto deslice, determinar la dirección en que co­
menzará a moverse en función de la dirección de la fuerza.
La figura 3.21 nos muestra las fuerzas paralelas al plano res­
ponsables del equilibrio. Según la fig. 3.21 vemos que Froa, M g
sen 0x y F (fuerza externa) deben sumarse para dar una resul­
tante nula. Cuando el cuerpo inicia el deslizamiento tenemos,
según el ejemplo anterior,

Proz = FMg cos e


Tomando componentes hacia arriba y hacia abajo del plano

F cos a + F roz cos /? — M g sen 9 = 0


o sea,
F cos a + /xMg cos 6 cos /? = M g sen 6

FIG. 3.21 El cuerpo se desliza por un plano inclinado y perpendicularmente a esta dirección
rugoso por la acción de una fuerza F
F nz sen/? — F sena = 0 F sena = /xMg cos 6 sen/?

Eliminando ¡3 de estas ecuaciones resulta

= cos a sen# ±: V eos 2 a sen2# + ju2 cos 2 6 — sen26 (3 .44)

¿Cuál es el significado del signo negativo de la ecuación (3.44)?


Observemos que ¡x2 eos 20 > sen26, ya que hemos supuesto que
[x > tg 6. Por tanto, el término de la raíz cuadrada es mayor que
cos a sen 6. Si utilizamos el signo negativo, F será una magnitud
negativa. Pero esta solución es claramente inaceptable, ya qué
hemos supuesto un valor positivo de F. Por tanto, debemos
utilizar el signo positivo. Obsérvese que
F = M g s e n d + /xMg eos 0 cuando a = 0
= — Mgsenfl -(- juMg cos 0 cuando a = n

que son de solución directa. También puede comprobarse que


si fx = tg 0 y a = 77, F = 0.
Cuando F es justamente mayor que el valor dado en la ecua­
ción (3.44) el cuerpo desliza y la dirección será justamente la
opuesta a Froí. Según las ecuaciones anteriores, el valor de /?
puede calcularse con el resultado

sen/? = sena (cos a tg 6 + \ /¡ i 2 — tg2 6 sen2a )


M
Una comprobación de esta ecuación puede hacerse con la hipóte­
sis ¡3 = ;r/2, en cuyo caso las tres fuerzas F, M g sen 0x y Froz for­
man un ángulo recto.

EJEMPLO
M o v im ie n to h o rizo n ta l con fu e rza d e ro za m ie n to co n sta n te . Su­
pongamos que el coeficiente de rozamiento entre una superficie
horizontal y un cuerpo móvil es ¡x. ¿Con qué velocidad debe pro­
yectarse el cuerpo paralelamente a la superficie para que recorra
Leyes del movimiento de Newton 95

una distancia D antes de detenerse? Se trata de un problema


unidimensional con una fuerza constante

Hemos ya obtenido una solución de una ecuación semejante en


la sección correspondiente a la gravedad. Véanse las ecuacio­
nes (3.8) y (3.9). Tenemos

vx = + u0 y X = - |j u g t'¿ + vQt
en donde hemos hecho xQ (el valor de x para t = 0) igual a 0.
La velocidad deseada es v„. Cuando el cuerpo se detiene, vx = 0
y t = Vo/p-g. Sustituyendo este valor en la ecuación en lugar de x,
obtenemos, haciendo x igual a D,

\n g ! °fig 2 ng
o sea

v0 = V2Dpg

PROBLEMAS
(N ota: Hay que dar las respuestas numéricas siempre
con sus unidades. Sin éstas, la respuesta numérica no tiene
significado.)
1. T ercera ley d e N e w to n . Un alumno de física elemen­
tal se encuentra en el centro de una pista de patinaje de
hielo con un pequeño coeficiente de rozamiento entre sus
pies y el hielo. Ha estudiado la tercera ley de Newton.
Como la ley dice que a toda acción se opone una reacción,
igual y de sentido contrario, la suma de ambas debe ser
nula. Por tanto, supone que no hay fuerza posible para ace­
lerarle hacia el borde de la pista y debe permanecer en el
centro.
(a) ¿Qué consejo se le podría dar para que alcanzase
el borde?
( b ) Una vez en el borde, ¿qué le podríamos decir res­
pecto a la segunda y tercera ley de Newton?
2. E l m o n o y el cazador. Una demostración familiar
en física elemental viene ilustrada en la fig. 3.22. Un proyec­
til disparado por una escopeta en 0 apunta hacia un FIG. 3.22
blanco localizado en P. El blanco se deja caer en el mismo Sol. R = 4 V (H - h )[v02/ 2g — (H — h)].
instante que se dispara el proyectil. Este, como se ve, choca
contra el proyectil. Probar que este choque en «vuelo» es Demostrar que si H — h > v ¿ /4 g , R = v02/g. Explicar el
independiente de la velocidad inicial del proyectil. significado físico de la condición H — h > v02/4g.
3. A ltu ra d el tech o p a ra un ju e g o d e p e lo ta . Dos mu­ í'4. T iro h acia a rrib a . La velocidad inicial de disparo de
chachos juegan a lanzarse y coger la pelota en un largo un arma es 3,0 x 103 cm /s. Un hombre dispara un tiro
corredor. La altura del techo es H y la pelota se lanza y cada segundo hacia arriba en el aire considerado sin roza­
se recoge a la altura del hombro de cada muchacho, que miento.
llamaremos h. Si los muchachos son capaces de lanzar la (a) ¿Cuántos proyectiles existirán en el aire en cual­
pelota con velocidad v0, ¿cuál será la máxima separación quier momento?
a que podrán jugar? (tí) ¿A qué alturas sobre el suelo se cruzarán?
96 Leyes del movimiento de Newton

5. R o za m ie n to so b r e d o s p la n o s in clin ados. Los pla­


nos 1 y 2 de la fig. 3.23 son ambos rugosos, de coeficientes
de rozamiento ^ y ¡x2. Determinar la relación entre Mi, Mi,
0U 02, Pi y Pi> de tal forma que
(a) M, deslice justamente en el plano 1.
( b ) M 2 deslice justamente en el plano 2.
6. R o za m ie n to d is tin to a y-Mg. La fig. 3.24 muestra una
fuerza F que actúa sobre un bloque de masa M que des­
cansa sobre una superficie rugosa horizontal de coeficiente
de rozamiento y..
(a) Admitiendo que F » M g, determinar el ángulo má­
ximo 6 para el cual F no puede hacer que deslice el bloque,
cualquiera que sea su magnitud.
(b) Determinar la relación F /M g en función de 6 y y
tal que el bloque comience a deslizar. Demostrar que la
respuesta se reduce a la de ( a) en el límite F » Mg.

ítfjf M áqu in a d e A tw o o d . En la máquina de Atwood in­


dicada en la fig. 3.17, determinar la tensión de la cuerda OA
que soporta la polea. Demostrar que la suma vectorial de
las tres fuerzas —esta tensión, m¡g y m 2g— es igual a la
variación respecto al tiempo de la cantidad de movimiento
vertical.

8. E l sa té lite y la Luna. ¿Cuál se propaga más rápida­


mente, la Luna o un satélite alrededor de la Tierra con
un radio justamente un poco mayor que el radio de la Tie­
rra? ¿Cuál es la relación de las velocidades en función del
cociente de los radios? ¿Cuál es la relación de los períodos?
Teniendo en cuenta que la Luna tiene un período de FIG. 3.24
27 días aproximadamente y un radio de órbita de 386 000 km
y que el radio de la Tierra es 6436 km, determinar el pe­
ríodo del satélite.

F u erza e le c tro s tá tic a . Dos esferas conductoras pe­


queñas e idénticas se suspenden de P por cuerdas de igual
longitud. Inicialmente las esferas cuelgan en contacto con
0 *=>0. Se las carga eléctricamente, de modo que la carga
se distribuye por igual y las esferas toman una situación de
equilibrio como indica la fig. 3.25. Determinar una expre­
sión que nos dé q en función de m , g, l y 0. (Tratar las
pequeñas esferas como si fueran cargas puntuales.)

10. P ro tó n en un c a m p o e léctrico .
(o) ¿Qué fuerza (en dinas) actúa sobre un protón en
un campo eléctrico de 100 statvoltios/cm?
( b ) Si un protón se deja en reposo en un campo uni­
forme de esta intensidad, ¿cuál sería su velocidad al cabo (b) ¿Cuál es el radio de curvatura de su trayectoria
de 10-8 s? subsiguiente?
( c) ¿A qué distancia de su punto original se encontra­ ( c ) Localizar la posición del centro de su trayectoria
ría al cabo de este tiempo? circular si el punto de proyección es el origen.
11. P ro tó n en u n c a m p o m a g n ético . Un protón (e = 12. R elación e n tre las fu e rza s e lé c tric a s y g ra v ita to ria s
= 4,80 x 10_10 ues) se proyecta con una velocidad vectorial e x is te n te s e n tre d o s electro n es. El módulo de la fuerza
v = 2 x 108x cm /s en una región donde existe un campo electrostática entre dos electrones es e2/r2; el módulo de
magnético uniforme descrito por B = 1000z G. la fuerza gravitatoria es G m 2/ r 2, siendo G = 6,67 x 10~8 dinas-
(a) Evaluar la fuerza (en magnitud y dirección) que cm 2/g2. ¿Cuál es el orden de magnitud de la relación exis­
actúa sobre el protón inmediatamente después de su pro­ tente entre las fuerzas electrostáticas y gravitatorias entre
yección. ambos electrones? Sol. 1042.
Leyes del movimiento de Newton 97

13. C a m p o s e lé c tric o s y m a g n é tic o s p e rp e n d icu la res.


Una partícula cargada se mueve en la dirección x a través
de una región en la que existe un campo eléctrico E y y
otro magnético B z perpendicular al anterior. ¿Cuál es la
condición necesaria para asegurar que la fuerza resultante i 1 ~ 1
sobre la partícula es cero? Dibujar en un diagrama los
vectores v, E, B. ¿Cuánto debe valer vz en este caso, si
E y — 10 statvolt/cm y B z = 300 gauss?
S o l. v x = 1 X 109 cm /s.

14. D esvia ció n e n tre la s p la ca s d e un c o n d en sa d o r. Una


partícula de carga q y masa M con una velocidad inicial
v0x penetra en un campo eléctrico — E y (véase fig. 3.26).
Supongamos que E es uniforme, es decir de valor cons­
tante en todos los puntos dentro de la región comprendida
entre las placas de longitud L (excepto en las proximidades
de los bordes, donde habrá variaciones pequeñas que pue­
den despreciarse). FIG. 3.26
(a) ¿Qué fuerzas actúan en las direcciones x e y, res­
pectivamente? S ol. Fx = 0, Fy = — q E y .
( b ) ¿Influirá sobre la componente x de la velocidad
una fuerza en la dirección y?
( c ) Obtener v x y v v en función del tiempo y escribir
la ecuación vectorial completa que nos da v(í).
QE
S ol. v0x ty .
M
(d) Escoger el punto de entrada como origen y escribir
la ecuación vectorial completa para la posición de la par­
tícula en función del tiempo mientras la partícula está entre
las placas.
15. C on tin u ación d e l p ro b le m a a n te rio r. Si la partí­
cula del problema 10 es un electrón de energía inicial
10~10 ergs (energía cinética = 1/2 mv2; 1 ergio es la energía
cinética de una masa de 2 g que se mueve a velocidad de
1 cm/s), la intensidad del campo eléctrico es 0,01 statvolt/
/cm, y L = 2 cm, calcular:
(a) El vector velocidad del electrón al abandonar la
región entre las placas.
(fo) El ángulo (v,x) que forma la velocidad con la di­
rección x cuando abandona las placas. Sol. 2,7°.
(c) El punto de intersección entre el eje x y la direc­
ción del movimiento de la partícula al abandonar el campo. (a) Determinar la cantidad de movimiento total lineal.
Sol. 1,0 cm. Sol. — 796x — 400y g-cm/s.
16. T ra y ec to ria s qu e con du cen a un a colisión . Dos (&) Si después del choque |wt| = 9,2 cm /s y w 2 = — 4,4x +
partículas están inicialmente en las posiciones Xi = 5 cm; + l,9y cm /s, ¿cuál es la dirección de Wj? (Para las veloci­
y¡ = 0, y x2 = 0, y 2 = 10 cm, con Vi = — 4 x 104x cm /s y v 2 dades después del choque usamos el símbolo w.)
está dirigido sobre — y como indica la figura 3.27. Sol. — 84° respecto al eje x.
(a) ¿Cuál debe ser la velocidad de v2 para que se veri­ (c) ¿Cuál es la velocidad relativa, w r = Wi — w2?
fique el choque? Sol. — 8 x 104y cm/s. S ol. 5,4x — lly cm /s.
(b) ¿Cuál es la velocidad relativa, vr? ( d ) ¿Cuáles son las energías cinéticas totales inicial y
Sol. 4 x 104 (2y — x) cm /s. final? ¿Es la colisión elástica o inelástica?
(c) Establecer un criterio general para poder recono­
18. C h oqu e in elástico. Dos objetos (Aíi = 2 g, M2 = 5 g)
cer si la ruta que siguen dos objetos es la necesaria para
que se produzca el choque, en función de sus posiciones poseen velocidades de v 2 = lOx cm /s y v 2 = 3x + 5y cm /s,
Ti, r2 y sus velocidades Vj y v2. justamente antes de producirse un choque durante el cual
17. C in em á tica d el ch oque. Dos masas obligadas a mo­ ambos se adhieren permanentemente el uno al otro.
verse en un plano horizontal, chocan entre sí. Datos ini­ (a) ¿Cuál es su velocidad final?
ciales = 85 g. M2 = 200 g, V! = 6,4 x cm /s, v2 = 6,7 x — 2,0 y (b) ¿Qué fracción de la energía cinética total inicial
cm/s. está asociada con el movimiento después del choque?
98 Leyes del movimiento de Newton

19. O r b ita d e un sa té lite . Considérese la órbita circu­ Derivando dos veces (3.46) encontramos
lar de un satélite que rodea el ecuador de un planeta esférico
d 2x
homogéneo de densidad p, prácticamente en contacto con ■ío 2 x 1 sen coi
el mismo. Demostrar que el período T de dicha órbita de­ d t2
pende únicamente de la densidad del planeta. Dar la ecua­ Las derivadas del seno y coseno vienen dadas por
ción para T. (Contiene también G.)
20. A lcan cé d e lo s o b u s e s d e m o rte r o . Los siguientes ■— se n 6 — eos #
d2 sen# = —sen#
datos son valores experimentales sobre el alcance y la ve­ du de2
locidad inicial de los obuses de mortero, disparados todos d2 eos tt
ellos formando un ángulo de 45° con la horizontal. Tam­ -J ¿ c o s 0 = —se n 0 = — eos i
dv de2
bién se incluye el tiempo de vuelo. Comparar estos alcan­
ces y tiempos con la simple teoría. ¿Se encuentra alguna Así, pues, (3.46) es una solución de la ecuación del movi­
regularidad? (Datos del Departamento del Ejército, U*S., miento (3.45) con tal que
Tablas de tiro, FT4.2-F-1, diciembre 1954. Utilizar para g el
valor 9,754 m /s2.)
T ie m p o
-co2x. sencof = E r° seneoí (3.47)
V e lo c id a d d e sa lid a A lcan ce M x
m /s (m etro s) (segu n dos)
101,8 972 14,4
112,2 1159 15,7 x - qE *° (3.48)
121,9 1349 17,0 1“ Meo2
131,4 1530 18,2
Sustituyendo (3.46) en la ecuación (3.48) obtendremos el
TEMA AVANZADO resultado
M o v im ie n to d e un a p a rtíc u la oargada en un c a m p o eléc­ qE 0
tric o u n ifo rm e a lte rn o . Sea x(t) = — sencoi + v 0t + x0

E = Ex\ = Ex°se n ío tx La velocidad es


siendo <o = 2nf la frecuencia angular y E x° la amplitud del dx qEx° eos cor -i-
®*(*) v0
vector campo eléctrico. Con frecuencia se omite el supra- dt M ío
índice cero (°) en la E si no hay peligro de ambigüedad.
La ecuación del movimiento es, según (3.20), así, pues, para t = 0

dt2 M£' = ^ £'° Sen“ t (3'45)


No confundamos v x (0), que es la velocidad para t = 0,
Para resolver las ecuaciones diferenciales utilizaremos con con v0, que es una constante que ha de seleccionarse para
frecuencia el excelente método de los tanteos, guiados por hacer que Va:(0) tenga el valor asignado. Si escogemos
una perspicacia física. Examinemos una solución de la para la velocidad inicial el valor cero debemos tener
forma *

x(t) = xí sen cot + v 0t + x0 (3.46)


qEx°
M ío

(*) En este caso participamos en una de las ocupaciones co­ aplicada es sinusoidal. Como la aceleración es oscilatoria, el
munes de los físicos: encontrar la solución de una ecuación desplazamiento debe ser oscilatorio al menos en parte. Por esta
diferencial sometida a unas condiciones iniciales predetermina­ razón incluimos en (3.46) un término como sen coi o eos coi. Esco­
das. Este es un arte en el que la intuición juega un importante gemos sen coi porque dos derivadas sucesivas de la función seno
papel. Con frecuencia existen procedimientos matemáticos estric­ dan de nuevo la misma función. El término jc0 debe incluirse
tamente prescritos: corrientemente el físico se pregunta a sí como desplazamiento inicial. Como debemos tener en cuenta
mismo: «¿Qué puede suceder?»; o «¿Qué más debe esperarse?». En también una velocidad inicial añadiremos un término v0í que
último extremo la comprobación consiste en sustituir la solución tendrá en cuenta cualquier velocidad inicial, incluida la velocidad
prevista en la ecuación original para ver si es correcta. Si la nula. La influencia del término v„í persistirá en tiempos poste­
previsión es incorrecta, debe intentarse de nuevo otra vez. Una riores, como una velocidad constante añadida a la oscilatoria.
conjetura inteligente ahorra tiempo, pero con frecuencia incluso La forma v0í es la única posibilidad; una potencia de í mayor no
las conjeturas equivocadas iluminan el problema. se ajusta a la ecuación (3.45).
La ecuación (3.45) establece que la aceleración de una par­
tícula cargada es una función sinusoidal del tiempo si la fuerza
Leyes del movimiento de Newton 99

Sustituyendo este resultado en la fórmula para x (t) ante­


rior, tendremos

o£_° qE r°
* * = ~ i ü ^ at + - ñ r t + x°
Este es un resultado un tanto inesperado: con la condición
inicial vz = 0 para t = 0 el movimiento se compone de una
oscilación superpuesta a una velocidad constante de valor
qEz°/M<». Esto es debido a que la partícula nunca invierte
su velocidad en este problema especial. La partícula se
mueve continuamente por el mismo lado. Obsérvese que
v0no es igual a vz (í = 0) en este problema, pero x0 es igual
a. x ( t = 0).
La aceleración, la velocidad y la distancia se muestran
como funciones del tiempo en la fig. 3.28.

NOTA MATEMÁTICA

E cuacion es diferen cia les. Hemos visto que la acelera­


ción en coordenadas cartesianas es

_ xA + _d 2uy A + _d 2z_ Z
_d 2x A

En otras coordenadas se incluirían derivadas segundas y


posiblemente derivadas primeras respecto al tiempo. La
segunda ley de Newton se reduce a una dimensión dada por

—p (3.49)
d t2 x
Nuestro propósito al escribir esta ecuación es determinar
x en función de t, es decir, resolverla para x. La solu­ 1111181111111 ^
ción de esta ecuación, llamada ecu ación d iferen cial, será Para una carga q en un campo E = xf.Vsenu.-t, tendremos
x { t). ¿Cómo puede obtenerse esta solución? Los matemá­
ticos tienen procedimientos regulares para esto, pero los u, = d - EVsenut
físicos, con frecuencia proponen una solución y comprue­ * ÍlÍÍ II II IÍiM ÍÍ ^ iÍI ÍÍ^ ^ Í iiiiÍ^ w P llÍ ÍÍ ÍiÍÍ ® lll^ lllliili^ ÍÍ IIS llÍ ilM ÍÍ l
ban si la proposición satisface la ecuación (3.49). Existe
cierto número de tipos de ecuaciones diferenciales que
ocurren con tal frecuencia en la física que es útil recordar 1,1 f) = I ii.fl/f = - - eos «0/ + l o-
las soluciones. Discutiremos a continuación dos de ellas .Y/u)
y otras al final de los últimos capítulos. Si r,(U) = 0. entonces
El caso más simple será para F = 0. Ya conocemos la
respuesta de la primera ley de Newton, pero veamos cómo
Mu
surge desde el punto de vista de una solución de la ecua­
ción
d2x _ 0 _ dv^ (3.50) iA t) = -77—(I - coswf)........
d t2 dt Mu
Sabemos que la derivada de una constante es 0 y, por Ahora x (f) = |i z ( f ) tlt
tanto,
= ( I — eos wf) dt + x (0 ).
v x = const = v0
Si x(0) = 0, entonces
debe ser una solución. Esto significa que
X(f) = - - 7— senw/ + 77 -f.Vt.
dx Mu2 Mu
(3.51)
dt 0
Ensayemos como solución
FIG. 3.28 Aceleración, velocidad y desplazamiento en
x = v 0t + x0 (3.52) función de cof.
100 Leyes del movimiento de Newton

Derivando una vez resulta la ecuación (3.51); derivando 2. Para un cuerpo que se lanza hacia arriba desde el
por segunda vez resulta la ecuación (3.50). Por tanto, dire­ origen con v„ = 980 cm /s,
mos que la ecuación está resuelta y podemos probar que
ésta es la única solución. y0 = 0 v0 = 980
¿Qué son v0 y Xo? Evidentemente son constantes, pero,
y — — 2 980#2 + 980# en cm (3.56)
¿de dónde proceden? Surgen del problema particular que
consideramos. Supongamos, por ejemplo, que tenemos una
partícula en reposo en x = 0 y que sobre ella no actúa De estas ecuaciones pueden deducirse fácilmente los
ninguna fuerza. Entonces v0 = 0, x0 = 0 y x = 0 es nuestra valores de y para cualquier valor de í. Por ejemplo, si se
solución. Dicho de otro modo, la partícula permanece siem­ quiere determinar la altura máxima alcanzada, de la ecua­
pre en x = 0, en tanto ninguna fuerza actúe sobre ella. Su­ ción (3.56) resulta
pongamos, sin embargo, que consideramos una partícula
sobre la que no actúa fuerza alguna, que para t = 0 se ^ - = 0 = -9 8 0 # + 980
dt
encuentra en x = + 50 y que se mueve en la dirección
negativa de x con velocidad 25. Entonces Xo = + 50, v0 = — 25, t = 1s
de modo que y = - \ 980 X l 2 + 980 X 1 = 490 cm

x = —25 1 + 50 Obsérvese que d y /d t = 0 significa que v y = 0, que es la


situación que corresponde cuando el cuerpo alcanza la
y conocemos x para cualquier valor de t > 0. Si sabemos altura máxima.
que para t < 0 no hay fuerzas aplicadas, entonces este Desde el punto de vista matemático las condiciones ini­
resultado nos da el valor de x para todos los valores nega­ ciales pueden entenderse como los valores de y y d y /d t
tivos de t. Estas dos constantes x0 y v0 se denominan con en cierto punto, que en los casos anteriores corresponde
frecuencia con stantes de integración y deben determinarse a t = 0. La ecuación diferencial de segundo orden nos da la
a partir de las condiciones del problema o condiciones curvatura de y en función de t, pero no su valor y su
iniciales. Las ecuaciones diferenciales de segundo orden pendiente. Por tanto, para determinar la curva de un modo
siempre tienen dos constantes arbitrarias; las de primer definido es necesario especificar tanto la pendiente como
orden, sólo una. el valor de algún punto. El alumno debe comparar los
El caso más simple que le sigue es Fx = const = F0. gráficos de las ecuaciones (3.55) y (3.56).
Cambiemos de x a y para que el alumno pueda correla­
cionar las soluciones con el ejemplo al comienzo del NOTA HISTORICA
capítulo.
Invento del ciclotrón. La mayoría de los actuales acele­
radores de partículas de alta energía descienden del primer
ciclotrón de protones de 1-MeV construido por E. O. Law-
rence y M. S. Livingston en LeConte Hall en Berkeley. El
en donde a es la aceleración constante. Ensayemos la ciclotrón fue ideado por Lawrence; la idea se hizo pública
solución primeramente por Lawrence y Edlefsen en una conferencia
cuyo extracto se publicó en Science, 72, 376, 377 (1930). En
y = \ a t 2 + v0t + y 0 (3.54) 1932 se publicaron los primeros resultados en un atrayente
artículo de Physical R eview , principal revista de física de
Derivando dos veces resulta ía ecuación (3.53) y, por tanto, la American Physical Society. Aunque esta revista exige
tenemos una solución; v0 y y0 son de nuevo las constantes que todos los artículos sean acompañados por resúmenes
arbitrarias o constantes de integración y deben ser deter­ informativos, pocos de éstos son tan claros como el que
minadas para el problema en consideración. El alumno reproducimos a continuación del clásico trabajo de Law­
reconocerá en (3.54) la ecuación obtenida en otros cursos rence y Livingston. También se reproducen las dos figuras
para una partícula bajo la acción de la gravedad. Si y es del artículo original. El profesor Livingston pertenece ac­
positiva hacia arriba, a —— g, en donde g es la acelera­ tualmente al M. I. T.; el profesor Lawrence murió en 1958.
ción de la gravedad, 980 cm /s2. A continuación se exponen El imán original de 11 pulgadas fue casi inmediata­
algunos ejemplos: mente sobrepasado en aplicaciones de los aceleradores;
1. Para un cuerpo que se deja caer desde el reposo ha sido reconstruido y todavía se utiliza para una diver­
a y = 10 000 cm sidad de proyectos de investigación en la LeConte Hall. Los
primeros experimentos que tuvieron éxito sobre resonancia
ciclotrónica de portadores de carga en los cristales se
u0 = 0 í/0 — 10.000
llevaron a cabo con este imán.
y, por tanto,
Para leer una interesante relación de la historia inicial
del ciclotrón, véase E. O. Lawrence «The Evolution of
y = - \ 980#2 + 10 000 en cm (3 .55 ) Ciclotrón», Les Prix N obel en 1951, pp. 127-140. (Imprimerie
Royale, Estocolmo, 1952.) A continuación, véase una ima-
Leyes del movimiento de Newton 101

gen del primer ciclotrón y tina reproducción del artículo


del P hys. R ev.

LECTURAS SUPLEMENTARIAS

PSSC, F ísica, Caps. 19-21, 28 (secs. 1, 4, 6), 30 (sécs. 6, 8),


Ed. Reverté.
HPP, P r o je c t P h y sic s C ourse, Caps. 24, 9 (secs. 2, 7), 14
(secs. 3, 4, 8, 13), Holt, Rinehart and Winston, Inc.,
Nueva York, 1970.
A. French, N e w to n ia n M echanics, W. W. Norton & Comp.,
Nueva York, 1971. Texto completo de este nivel; forma
parte de la serie MIT.
Ernst Mach, T he S c ien ce o f M echanics: A C ritica l a n d
H isto ric a l A cco u n t o f I t s D e v é lo p m e n t, 6th ed., chaps., 2
and 3, The Open Court Publishing Compány, La Salle,
111., 1960. Relación clásica del concepto de mecánica y
su desarrollo, 6.a ed.

Herbert Butterfield, T he O rigin s o f M o d e rn S cien ce, 1300-


1800, Free Press, The Macmillan Company, Nueva York, Un ciclotrón primitivo.
1965. El Cap. 1 presenta un punto de vista histórico
de la importancia de un entendimiento correcto del
movimiento y la inercia.
L. Hopf, I n tr o d u c tio n to th e D ifferen tia l E q u a tio n s o f
P h ysics, traducido por W. Nef, Dover Publications, Inc.,
Nueva York, 1948. Una introducción compacta y agrada­
ble de las ecuaciones diferenciales que requiere poca
preparación matemática y dispuesta para un estudio
independiente.
Leyes del movimiento de Newton

1 A B R IL 1932 PHYSICA L R E V IE W V O L U M E N 40

PRODUCCIÓN DE IONES LIGEROS DE ALTA VELOCIDAD


SIN EL EMPLEO DE GRANDES VOLTAJES
P or E rn e st O. L a w r e n c e y M. S t a n l e y L iv i n g s t o n
U n iv e r s id a d de C a l i f o r n i a

(Recibido el 20 de febrero de 1932)

El estudio del núcleo podría facilitarse en grado sumo mediante el desarrollo


de fuentes de iones de alta velocidad, particularmente protones y iones de
helio que tuviesen energías cinéticas superiores al millón de electrón-volt,
ya que, según parece, estas rápidas partículas son las más adecuadas para
conseguir la excitación nuclear. El método directo de acelerar iones utilizando
la diferencia de potencial precisa presenta grandes dificultades experimentales
asociadas con los campos eléctricos intensos que necesariamente aparecen. El
trabajo presente describe el desarrollo de un método que evita estas dificul­
tades por medio de la aceleración múltiple de los iones hasta elevadas velo­
cidades sin el empleo de altos voltajes. El método es el siguiente: dos placas
semicirculares huecas, no muy diferentes de las hojas de un electrómetro, se
montan con sus bordes diametrales adyacentes dentro de un campo magnético
uniforme que es normal al plano de las placas y se hace el vacío. A dichas
placas o electrodos se les aplican oscilaciones de alta frecuencia que produ­
cen un campo eléctrico oscilante en la región diametral entre ambas. Como
consecuencia, durante un semiciclo el campo eléctrico acelera los iones, for­
mados en la región diametral, hacia el interior de uno de los electrodos,
donde se les obliga a recorrer una trayectoria circular mediante el campo
magnético y finalmente aparecerán de nuevo en la región intermedia de los
electrodos. El campo magnético se ajusta de modo que el tiempo que se nece­
sita para recorrer la trayectoria semicircular dentro del electrodo sea igual
al semiperíodo de las oscilaciones. En consecuencia, cuando los iones vuelven
a la región intermedia, el campo eléctrico habrá invertido su sentido y los
iones recibirán entonces un segundo aumento de velocidad al pasar hacia el
interior del otro electrodo. Como los radios de las trayectorias dentro de los
electrodos son proporcionales a las velocidades de los iones, el tiempo que
se necesita para el recorrido de una trayectoria semicircular es indepen­
diente de sus velocidades. Por consiguiente, si los iones emplean exactamente
medio ciclo en su primera semirrevolución, se comportarán de modo análogo
en todas las sucesivas y, por lo tanto, se moverán en espiral y en resonancia
con el campo oscilante hasta que alcancen la periferia del-aparato. Su energía
cinética final será tantas veces mayor que la correspondiente al voltaje apli­
cado a los electrodos como el número de veces que han cruzado de un
electrodo al otro. Este método se ha proyectado principalmente para la acele­
ración de iones ligeros y en los experimentos actuales se ha prestado parti­
cular atención a la producción de protones de alta velocidad debido a la
utilidad especial que se presume poseen para la investigación del núcleo
atómico. Empleando un imán con caras polares de 11 pulgadas de diámetro,
se ha producido una corriente de 10-’ ampére de 1 220 000 protón-volt en un
tubo en el que el voltaje máximo aplicado fue de 4 000 volt únicamente. El
método experimental desarrollado posee dos características que han contri­
buido muchísimo a su éxito. La primera es la acción de enfoque de los campos
eléctrico y magnético que evita pérdidas importantes de iones durante su
aceleración. En consecuencia, los valores obtenidos para las corrientes de iones
de alta velocidad por este método indirecto son comparables con los que
Leyes del movimiento de Newton

E. O. LAW RENCE Y Al. S. L IV IN G S T O N

puedan dar los métodos directos de voltajes elevados. Además, la acción de


enfoque produce unos haces de iones muy estrechos —con un diámetro de su
sección recta inferior a 1 mm— que son ideales para estudios experimentales
de los procesos de colisión. No es de menor importancia la segunda caracte­
rística del método que consiste en el procedimiento tan sencillo y eficaz de
corrección del campo magnético a lo largo de la trayectoria de los iones. Esto
hace posible y muy fácil que funcione el tubo eficazmente con un factor de
amplificación (relación entre el voltaje final equivalente de los iones acelerados
y la tensión aplicada) muy elevado. En consecuencia, este método en su etapa
presente de desarrollo constituye una fuente de iones de alta velocidad expe­
rimentalmente adecuada y muy conveniente que se puede montar con un
equipo de laboratorio relativamente modesto. Más aún, las experiencias pre­
sentes indican que este método indirecto de aceleración múltiple hace posible
ahora la producción en el laboratorio de protones con energías cinéticas
superiores a los 10 000 000 de electrón-volt. Pensando en ello, se está instalando
en nuestro laboratorio un imán cuyas caras polares tienen un diámetro de

Los experimentos clásicos de Rutherford y sus a so c ia d o slo s de Pose2


sobre la desintegración artificial y los de Bothe y Becker3 sobre la exci­
tación de la radiación nuclear, confirman que el núcleo es susceptible de
los mismos métodos de investigación que han tenido tanto éxito reve­
lando la propiedad extra-nuclear del átomo. Especialmente los resultados
de estos trabajos han sido fructíferos para el estudio de las transiciones
nucleares por excitación artificial verificada en el laboratorio. El desarrollo
de los métodos de excitación nuclear en una escala extensiva, es un proble­
ma de gran interés y su solución es probablemente la clave de un nuevo
mundo de fenómenos: el mundo del núcleo.
Estos experimentos son tan interesantes como difíciles de desarrollar.
EL núcleo resiste como un muro formidable de altas energías combinadas.
Los niveles de energía nuclear están muy distanciados y, en consecuencia
el proceso de la excitación nuclear encierra enormes cantidades de energía
—millones de electrón-volts.
Sin embargo, es interesante inquirir cuáles métodos son los más prome­
tedores para excitar los núcleos. Dos son los métodos que se emplearon:
excitación por absorción en radiación (radiación gama) y excitación por
el enfoque de partículas que se mueven a altas velocidades.
Del primero puede decirse que recientes estudios experimentales43 de la
absorción de radiaciones gama...
1 Véase Capítulo 10 de Radiations from Radioactive Substances by Rutherford, Chadwick

2 H. Pose, Zeits, f. Physik 64, 1 (1930).


3 W. Bothe and H. Becker, Zeits. f. Physik 68, 1289(1930).
4 G. Beck, Naturwiss. 18, 896 (1930).
5 C. Y. Chao. Phys. Rev. 36, 1519 (1930).
104 Leyes del movimiento de Newton

i riii j
............ Q ................

nH H H H H H H H H
Leyes del movimiento de Newton 105

l
SISTEMAS DE REFERENCIA
INERCIALES Y ACELERADOS
Ejemplo. Ultracentrifugadora
La Tierra como sistema de referencia
Estrellas fijas: Un sistema de referencia inercial
Las fuerzas en los sistemas de referencia inerciales
ACELERACIÓN ABSOLUTA Y RELATIVA

Ejemplo. Acelerómetro
Ejemplo. Fuerza centrífuga y aceleración centrípeta en un sistema
de rotación uniforme
Ejemplo. Experimento en un ascensor en caída libre
Ejemplo. Péndulo de Foucault
VELOCIDAD ABSOLUTA Y RELATIVA
TRANSFORMACIONES DE GALILEO
Conservación de la cantidad de movimiento
Ejemplo. Choque inelástico de masas ¡guales
Ejemplo. Reacciones químicas
Ejemplo. Choque de una partícula pesada
contra otra ligera
IlllllIlM ^
TEMAS AVANZADOS:
Velocidad y aceleración en sistemas coordenados

Movimiento de un protón en campos eléctricos


y magnéticos perpendiculares entre sí
Nota matemática. Derivada de producto de vectores
Lecturas suplementarias
Sistemas de referencia;
transformaciones de Galileo
108 Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo

En este capítulo investigaremos algunos de los as­


pectos m ás sutiles de las leyes segunda y tercera de
Newton. La cuestión de los sistem as de referencia fue
com pletam ente om itida del Cap. 3, pero se tra ta aquí
con detalle. Otros tem as im portantes son la invarianza
de Galileo y una nueva deducción de la ley de la conser­
vación de la cantidad de movimiento. En cierto sentido,
este capítulo no es esencial para los capítulos que siguen,
pero es im portante para un entendim iento m ás completo
del tem a de la mecánica.

SISTEM A S DE REFERENCIA
INERCIALES Y ACELERADOS

Las dos prim eras leyes de Newton se cumplen sólo


cuando las observaciones se realizan desde sistemas de
referencia sin aceleración. Esto resulta evidente a partir
de nuestra experiencia cotidiana. Si nuestro sistem a de re­
ferencia está inmóvil sobre un tiovivo en movimiento,
no tendrem os aceleración cero en este sistem a en ausen­
cia de fuerzas aplicadas. Unicamente podrem os perm a­
necer quietos sobre el tiovivo si ejercem os sobre nues­
tro mismo cuerpo, de acuerdo con la tercera ley de
Newton, una fuerza de valor Mo>2r dirigida hacia el eje,
apoyándonos o sujetándonos en el tiovivo, siendo M nues­
tra masa, o> la velocidad angular y r la distancia que nos
separa del eje de rotación. O supongamos que nuestro
sistem a de referencia está en reposo en un avión que
acelera fuertem ente al' despegar. Entonces nos sentimos
comprimidos contra el asiento por la aceleración y nos
m antenem os en reposo relativo respecto al avión por la
fuerza que ejerce sobre nosotros el respaldo del asiento.
Si tuviéram os que perm anecer en reposo o con móvi-
m iento uniform e relativos a un sistem a de referencia sin
aceleración, no se necesitaría ninguna fuerza. Pero si se
tiene que estar en reposo en un sistem a de referencia
acelerado, hay que experim entar una fuerza como la de
sujeción en el tiovivo o el respaldo del asiento. Estas
fuerzas, que aparecen autom áticam ente en los sistemas de
referencia acelerados, son im portantes en física. Sobre
todo, para com prender las fuerzas que actúan en un sis­
tem a de referencia con movimiento circular. Es buena
idea repasar ahora este tem a que se estudió en cursos
anteriores. [La excelente película (PSSC MLA 0307) del
PSSC, Sistemas de referencia, aclara magníficamente par­
te de la m ateria de este Capítulo. Véase la lista de pelícu­
las para el Cap. 4 al final de la obra.]
Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo 109

EJEMPLO

Ultracentrifugadora. ¡Los efectos de no estar en un sistema


de referencia inercial pueden ser enormes! Y de gran importancia
práctica. Consideremos una molécula suspendida en un líquido,
en la cámara de ensayo de una centrifugadora, distante 10 cm del
eje de rotación y que aquélla gira a 1000 revoluciones por segundo
(60 000 rpm). Entonces, la velocidad angular es

os = (27r)(l x 103) z z 6 X 103 radianes/s

y la velocidad lineal es

v = o:r zz (6 X 103)(10) ^ 6 X 104 cm /s

El módulo de la aceleración asociada al movimiento circular es


igual a ü>V (ver Cap. 2):

a = ío2r ~ (6 X 103)2(10) ^ 4 X 108 c m /s2

Pero la aceleración g debida a la gravedad es únicamente


980 cm/s 2 en la superficie de la Tierra; por tanto la relación de
la aceleración rotacional a la gravitatoría es

a 4 x 108
g ~ 103 ~ 4 x 10
Así, pues, la aceleración en la ultracentrifugadora es 400 000
veces mayor que la de la gravedad. (Estos datos son caracte­
rísticos de la ultracentrifugadora que se ve en la fig. 4.1.) Las
moléculas en suspensión, cu ya d e n sid a d (m asa f volu m en ) es
diferen te de la del líquido que la rodea, experimentarán en la
cámara de la ultracentrifugadora una fuerza muy intensa que
tenderá a separarlas del fluido. Si su densidad es la misma
que la del líquido, no hay efecto de separación. Si su densidad
es menor que la del líquido, la fuerza diferencial es hacia aden­
tro. Por ejemplo, un globo lleno de helio flotando en un coche,
al tomar una curva se mueve hacia el interior de la curva.
De acuerdo con la primera ley de Newton, la molécula sus­
pendida tiende a permanecer en reposo (o moviéndose en línea
recta con velocidad constante) cuando se la observa desde el la­
boratorio. (El laboratorio es una aproximación suficientemente
buena de un sistema de referencia sin aceleración.) La molécu­
la se opone a girar locamente con esta velocidad angular tan
elevada en la ultracentrifugadora. Para un observador en repo­
so en la misma, lo molécula se comportará como si se ejerciese FIG. 4.1 Rotor de una ultracentrifugadora que funcio­
sobre ella una fuerza Mo>2r tendiendo a alejarla del eje de rota­ na a 60 000 rpm y proporciona una aceleración centrí­
ción hacia el exterior de la cámara de prueba en el rotor cen­ fuga que alcanza un valor aproximado de 400 000 veces
trífugo. (Esto supone que la molécula tiene mayor densidad que el valor de la gravedad. (Beckmann Spinco División.)
el líquido.) ¿Cuál es la magnitud de esta fuerza? Supongamos
que el peso molecular de la molécula es 100 000, lo que significa
aproximadamente que la masa M de la molécula es 105 veces la
masa de un protón

M ^ (105)(1,7 X lO"24) ss 2 X 10- 19 g

(La masa de un protón es aproximadamente igual a una unidad


de masa atómica, como puede verse en la tabla de valores del
110 Sistemas de referencia; transformaciones de Galiieo

interior de la cubierta del libro.) La fuerza asociada con la


aceleración de rotación es

M a = Mw2r ss (2 X 10-19)(4 X 108) ss 8 X 10" 11 dinas


si utilizamos el valor de la aceleración dado en el párrafo an­
terior *.
Esta fuerza que tiende a empujar la molécula hacia el exte­
rior de la cámara de prueba se denomina fu e rz a c en trífu g a
(que huye del centro). Al movimiento hacia el exterior se opo­
ne el empuje del líquido que rodea la molécula. Como diferen­
tes clases de moléculas sufrirán la acción de fuerzas centrí­
fugas y empujes de distintos valores, se moverán hacia el
exterior de la cámara de prueba con diferentes velocidades.
En el sistema de referencia de la ultracentrifugadora esta fuerza
centrífuga es como una gravedad artificial dirigida hacia fuera
y con intensidad creciente con la distancia desde el eje. Las
diversas especies de moléculas se disponen finalmente en este
c a m p o g ra v ita to rio , poco usual, en una sucesión dé capas gra­
dualmente según su densidad. La ultracentrifugadora propor­
FIG. 4.2 La segunda ley de Newton dice: Fuerza = ciona así un método excelente para la separación de diversas
= masa X aceleración. Pero, ¿a qué sistema está refe­ clases de moléculas. El método funciona mejor con moléculas
rida la aceleración? grandes, que precisamente son las de mayor interés biológico
y de este modo el que una molécula esté en reposo en un sistema
de referencia acelerado o no acelerado resulta ser un proble­
ma de importancia para la investigación biológica y médica.

Volvamos ahora a nuestra discusión de los sistemas


de referencia inerciales y acelerados. La ley fundam en­
tal de la mecánica clásica o segunda ley de Newton
establece que

Fuerza= -^-(cantidad de movimiento) F = -j-(p) (4-1)


dt dt

o en el caso de m asa constante

F = M ^- = = Ma (4.2)
dt dt2 v '
¿Pero, respecto a qué tipo de sistem a de referencia se
mide la coordenada r, la velocidad v o la aceleración a?
Los ejemplos anteriores indican claram ente que la acele­
ración del sistem a de referencia es m uy im portante y las
figs. 4.2 a 4.6 ilustran la pregunta.
La Ec. (4.1) o la (4.2) definen de un modo consistente la
fuerza real F que actúa sobre una partícula o cuerpo si
> < --- / ------- y estam os seguros de que la aceleración a se mide respecto
X */ a un sistem a de referencia no acelerado. Al revés, si
y
conocemos la fuerza real F y podemos encontrar un sis­
tem a de referencia en el cual la aceleración observada
de la partícula o cuerpo satisface la Ec. (4.2), entonces,
FIG. 4.3 Por ejemplo, el sistema S ’ ( x ' , y ' , z ) gira
respecto al sistema S (x, y, z). La aceleración de M en (*) En unidades SI, 2 x 10~22 kg, ® « 6 x 103 rad/s, r = 0,10 m
cada uno de estos sistemas es diferente. y F *=» (2 X 10~22) (4 x 106) « 8 X 10~16 N.
111
Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo

dicho sistem a de referencia es un sistema inercial, es


decir, sin aceleración o rotación.
N uestra posibilidad de decidir si un sistem a de refe­
rencia determ inado es o no un sistem a inercial depende­
rá en sentido estricto de la precisión con que se aprecien
los efectos de una pequeña aceleración del sistema. En
un sentido práctico, un sistem a de referencia en el que
una partícula libre de fuerzas y ligaduras no experimenta
aceleración alguna, se considera un sistem a inercial.

La Tierra como sistema de referencia. ¿Proporciona


un laboratorio fijo sobre la superficie de la Tierra un
buen sistema de referencia inercial? Si no es así, ¿cómo
corregiremos la ecuación F = Ma para tener en cuenta
la aceleración del laboratorio?
En la mayoría de los casos la Tierra es una aproxi­
FIG. 4.4 Por ejemplo, el sistema S' tiene la acelera­
mación suficientem ente buena de un sistem a inercial. ción a0 respecto a S. La aceleración de M en cada
A causa de la rotación diaria de la Tierra sobre su eje uno de estos sistemas es diferente.
se produce una aceleración del laboratorio que es peque­
ña, pero no totalm ente despreciable en todos los casos.
Un punto en reposo sobre la superficie de la Tierra en
el ecuador debe experim entar una aceleración centrípeta
dada por

a = 4 - = “2r e <4-3)
R-E
referida al centro de la Tierra. Aquí, u> = 2nf es la veloci­
dad angular de la Tierra y R T el radio de la Tierra. En el
Cap. 3 (pág. 72) vimos, en el ejemplo del satélite en órbita
circular, que w 0,73 X 10~4 s_1. Con R T « 6,4 X 108 cm
la aceleración es

a ss (0,73 X 10~4)2(6,4 X 108) ^ 3,4 cm/s2 ^ 0,034 m /s2

La fuerza de la gravedad debe sum inistrar esta ace­


leración de una m asa en el ecuador. Por tanto, la fuerza
necesaria para m antener la m asa en equilibrio en contra
de la fuerza de gravedad es m enor que la fuerza total
de la gravedad en 3,4 m dinas, en donde m es la masa;
o también, la aceleración de la gravedad observada es
menor que en el Polo N orte [donde a es cero en la ecua­
ción (4.3)] siendo la diferencia 3,4 cm /s2. El resto de la
variación de la gravedad a gran escala en la superficie
de la Tierra es debido a la form a elipsoidal de ésta. La
variación total entre el Polo N orte (o Polo Sur) y el ecua­
dor, es aproxim adam ente 5,2 cm /s2. H asta que se dispuso
de satélites, el m ejor modo de determ inar el achata- FIG. 4.5 ¿Existen sistemas inerciales en los que po­
miento de la Tierra en los polos se basaba en las medi- damos calcular a en la ecuación F = Ma?
112 Sistemas cíe referencia; transformaciones de Galiieo

ciones de la variación de la gravedad sobre la Tierra.


z ,z ' La Tabla 4.1 nos da los valores de g a diversas latitudes.

TABLA 4.1 Valores de g a diversas latitudes

E sta c ió n L a titu d g, c m /2(*)


« Objeto 1 Polo Norte 90° N 983,245
Glaciar Karajak, Groenlandia 70° N 982,53
Reykjavik, Islandia 64° N 982,27
———- - - — -y ' Leningrado 60° N 981,93
l ____ París 49° N 980,94
^ ------ \ Nueva York 41o-N 980,27
i San Francisco 38° N 979,96
X
\ y
Honolulú
Monrovia, Liberia
21° N
6o N
978,95
978,16
V Batavia, Java 6o S 978,18
Melbourne, Australia 38° S 979,99

FIG. 4.6 a) Si S (x, y, z) esuno de estos sistemas iner- (*} Para obtener g en m/s2 basta dividir por 100; g vale aproxima-
ciales,entonces S ' ( x ' , y ' , z ) que giraalrededor del eje damente 9,8 m/s2.
z de S, no puede ser inercial.

Posteriorm ente, en el Tema Avanzado (al final de


este capítulo) elaborarem os una form a m ás complicada
de la segunda ley de Newton que es aplicable en un
sistem a coordenado con ejes fijos sobre la superficie de
la Tierra. Pero para obtener una ley válida en la forma
sencilla dada en la Ec. (4.1) o (4.2), debemos referir la
aceleración a un sistema de referencia que no sea acele­
rado y que se denomina inercial o de Galileo. En un
sistem a de referencia acelerado (no inercial) F no es
igual a Ma, si a es la aceleración que se observa desde el
sistem a no inercial.
Estrellas fijas: Un sistema de referencia inercial.
Es un convenio establecido el considerar las estrellas
Sistema S' llamadas «fijas» como un sistem a de referencia no ace­
lerado patrón. Este modo de hablar es algo metafísico,
puesto que la afirm ación de que las estrellas fijas no
Objeto 1
están aceleradas rebasa nuestro conocimiento experi­
m ental presente. Es im probable que nuestros instru­
mentos pudiesen detectar una aceleración de una estrella
lejana, o grupo de estrellas, m enor que 10~4 cm /s2, aun­
que se hiciesen observaciones cuidadosas durante un
centenar de años. Con fines prácticos es conveniente
referir las direcciones en el espacio a las estrellas, pero
tam bién con igual fin podemos preparar experimental­
m ente un sistem a de referencia satisfactorio no acele­
rado. Incluso en el caso de que la Tierra estuviese rodea­
b) En el sistema S' el objeto 1, aunque muy alejado da continuam ente por una niebla densa, podríam os esta­
de todos los demás objetos, experimenta una ace­ blecer un sistem a inercial de referencia sin ninguna
leración. (Parece girar.) dificultad especial.
Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo 113

Estrellas lejanas

c) Por ejemplo, desde el sistema S ' U ' , y ' , z ) fijo so- d) ¿Es inercial un sistema fijo en el Sol? Incluso el
bre la Tierra, las estrellas lejanas que equivalen Sol gira alrededor de la galaxia, pero esta acele­
al objeto 1, giran. Un sistema fijo sobre la Tierra ración parece ser lo bastante pequeña como para
no es inercial porque la Tierra gira sobre su eje poder despreciarla.
y da vueltas alrededor del Sol.

La aceleración de la Tierra en su órbita alrededor del


Sol es un orden de m agnitud m enor que la aceleración
en el ecuador debida a la rotación de la Tierra. Como
1 año sí x 107 s, la velocidad angular de la Tierra alrede­
dor del Sol es
~ f ~ 2 x 10-7 s-1
7T X 107
Poniendo R == 1,5 X 1013 cm, tendrem os para la acelera-
ción centrípeta

a = ^ (4 X 10-14)(1,5 X 1013) s 0,6 cm/s2 (4.4)

que es la aceleración de la Tierra en su órbita alrededor


del Sol.
La aceleración del Sol hacia el centro de nuestra
galaxia * no se conoce experimentalm ente. Pero a par­
tir de los estudios realizados sobre los corrim ientos
por efecto Doppler de las líneas espectrales (Cap. 10)
se cree que la velocidad del Sol respecto al centro de la

(*) Las estrellas no están esparcidas al azar por todo el espacio


sino que están reunidas en grandes sistemas muy separados unos de
otros. Cada sistema contiene del orden de 1010 estrellas y recibe el nom­
bre de galaxia, aunque la que contiene nuestro Sol se cita como la
Galaxia. La Vía Láctea forma parte de nuestra galaxia. Incluso las mis­
mas galaxias no están distribuidas enteramente al azar, porque existe
una marcada tendencia a formar racimos. Nuestra galaxia pertenece a un
grupo de 19 miembros conocido como el Grupo Local que forma un e) Aparentemente podemos despreciar también la ace­
sistema físico ligado por la atracción gravitatoria. leración de nuestra galaxia respecto a las demás.
Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo

galaxia es de 3 X 107 cm /s aproxim adam ente. Si el Sol


describe una órbita circular alrededor del centro de la
galaxia, que está a una distancia de 3 X 1022 cm aproxi­
m adam ente del Sol, entonces la aceleración de éste res­
pecto al centro de la galaxia es

«2 Q v 1014
«= - * = « «

Este valor es muy pequeño. Por nuestras observaciones


ignoramos si el Sol posee una aceleración superior y
no sabemos si el propio centro de nuestra galaxia está
acelerado de un modo apreciable. Estas aceleraciones
se ilustran en las figs. 4.6 a a e.
Lo que de verdad sabemos en la práctica es que el
conjunto de hipótesis en que se centra la mecánica clási­
ca da un resultado extraordinariam ente bueno. Estas
hipótesis son:
1. El espacio es euclideano.
2. El espacio es isótropo, de modo que las pro­
piedades físicas son las mismas en todas las direcciones
del espacio. Así, pues, la m asa M en F == Aía no depende
de la dirección de a.
3. Las leyes de Newton del movimiento se cumplen
en un sistem a inercial determ inado, por un observador
en reposo sobre la Tierra, teniendo en cuenta única­
m ente la aceleración de la Tierra debida a su rotación
sobre su eje y la originada por su traslación alrededor
del Sol.
4. Es válida la ley de la gravitación universal de
Newton. Una breve discusión de esta ley se da en el
Cap. 3 (págs. 70-72) y una discusión más detallada, en
el Cap. 9.
Estas hipótesis son difíciles de com probar indivi­
dualm ente con gran precisión. Los ensayos m ás precisos
relacionados con los movimientos de los planetas en el
sistem a solar com prenden en general el conjunto com­
pleto de las cuatro hipótesis enunciadas anteriorm ente.
En las notas históricas al final del Cap. 5 se discutirán
varias pruebas muy precisas del conjunto clásico de
la hipótesis.
Fuerzas en los sistemas inerciáles de referencia. Ga­
lileo afirmó que un cuerpo no sometido a ninguna fuer­
za tiene una velocidad constante *. Hemos visto que este

(*) Con frecuencia recibe este enunciado el nombre de primera ley


del movimiento de Newton.
Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo 115

enunciado es únicam ente cierto en un sistem a que se


define como un sistem a inercial.
E ste enunciado puede parecer ambiguo: ¿cómo sa­
bemos en todo caso que sobre un cuerpo no actúa
ninguna fuerza? Las fuerzas pueden actuar sobre un Fi2
cuerpo, no sólo por contacto directo, sino que tam bién
pueden ejercerse sobre el cuerpo, cuando éste está ais­ Objeto 1 Objeto 2
lado. Las fuerzas gravitatorias o eléctricas pueden ser
im portantes incluso sin la presencia próxim a de otros
cuerpos. No podemos estar seguros de que no actúe -
ninguna fuerza sólo porque ningún otro cuerpo toque
o esté muy cerca de un cuerpo determinado. Pero si no Objeto 1 Objeto 2
podemos decidir a priori si el cuerpo de referencia está
o no sometido a una fuerza, tendrem os dificultades para
establecer las leyes del movimiento que relacionen fuer­
zas y aceleraciones. Necesitaremos tener un sistem a de
referencia no acelerado con respecto al cual podamos FIG. 4.7 Experimentalmente se comprueba que la
m edir las aceleraciones; el procedim iento de Galileo para fuerza que un objeto ejerce sobre otro siempre dismi­
determ inar un sistem a de éstos supone la posibilidad nuye rápidamente con la distancia que les separa.
de saber independientem ente si existe en el mismo al­
guna fuerza. Pero realm ente esto no lo sabemos, pues
el criterio p ara afirm ar que no existe una fuerza está
basado en la ausencia de aceleración, lo que exige
alguna referencia para m edir la aceleración y así esta­
mos en un círculo vicioso.
La situación no carece de esperanza porque sabe­
mos que las fuerzas ejercidas entre dos cuerpos decre­
cen muy rápidam ente cuando aum enta la distancia entre
ambos, como indica la fig. 4.7. Si las fuerzas no decrecie­
sen rápidam ente, nunca podríam os aislar las interaccio­
nes entre dos cuerpos de las debidas a todos los demás
cuerpos del universo. Todas las fuerzas conocidas entre
partículas decrecen con la distancia al menos de m anera
inversamente proporcional al cuadrado de la misma.
Nosotros y cualquier otro cuerpo situado sobre la Tierra
estamos atraídos principalm ente hacia el centro de la
Tierra y no hacia alguna parte alejada del universo. Si no
estuviéramos sostenidos por el suelo nos moveríamos
hacia el centro de la Tierra con una aceleración de 980
cm /s2. La atracción solar es muy inferior: la aceleración
correspondiente según la Ec. (4.4) sólo es de 0,6 cm /s2.
En una descripción razonable un cuerpo muy alejado de
cualquier otro no está prácticam ente sometido a ninguna
fuerza, y, por tanto, no presenta aceleración. (Ver figs. 4.8
a 4.10.) Una estrella típica está separada por unos 1018 cm
de su vecina más próxim a* lo cual supone únicam ente

(*) Las estrellas dobles (binarias) son un caso especial, pues tienen
separaciones típicas del orden de 1015 cm. guna fuerza.
116 Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo

una pequeña aceleración. Por consiguiente, podemos es­


perar que las estrellas fijas definan un sistem a coordena­
do no acelerado conveniente dentro de una buena aproxi­
mación.
Una buena discusión sobre el modo de establecer un
sistem a de referencia no acelerado la presenta P. W.
Bridgman, Am. J. Phys., 29, 32 (1961). A continuación se
indican algunas ideas esenciales:

«Un sistema de tres ejes ortogonales rígidos determinan


un sistema de referencia de Galileo si tres partículas con
masa y no sometidas a ninguna fuerza que se lanzan a lo
largo de los tres ejes con velocidades arbitrarias, conti­
núan moviéndose a lo largo de los mismos con las velocidades
iniciales. Nuestros laboratorios terrestres no pueden con­
siderarse sistemas de referencia de este tipo, pero pode­
mos construir uno de éstos en nuestro laboratorio midiendo
cuánto se desvían del comportamiento requerido tres masas
que se lanzan de un modo arbitrario... e incorporando estas
FIG. 4.9 Un sistema inercial es aquel en el que la
desviaciones en forma de correcciones negativas en nuestras
aceleración de un objeto tal como 1 es cero.
especificaciones del sistema galileano. No se necesita ningu­
na referencia a las estrellas, puesto que el comportamiento
de los cuerpos puede describirse claramente en función de
ciertos fenómenos fácilmente, observables como la rotación
del plano del péndulo de Foucault respecto a la Tierra o la
desviación de la perpendicular de un cuerpo que cae. Aunque
el operador que dirige un cohete en un intento de colocar un
satélite en órbita encuentre conveniente hacer algunas de
sus indicaciones en función de observaciones realizadas sobre
la estrella polar, es evidente que la posición del aparato
deberá finalmente describirse en términos terrestres... En
un sistema galileano, un cuerpo giratorio, después de haber
sido puesto en rotación y eliminadas las fuerzas, mantiene
la orientación de su plano de rotación en el sistema y, por
consiguiente, mantiene la dirección de su eje de rotación.»

ACELERACIÓN ABSOLUTA Y RELATIVA

Puede encontrarse un sistem a inercial de referencia


en el que F iguale a Ma con un alto grado de exactitud,
lo cual tiene una sólida base experimental. Llegamos
así a la conclusión de que en un sistem a inercial de
referencia las fuerzas que se han postulado para explicar
el movimiento de las galaxias, estrellas, átomos, electro­
nes, etc., tienen la propiedad común de que la fuerza
ejercida sobre un cuerpo disminuye ciertam ente cuando
éste se aleja m ás y más de sus vecinos. Veremos que si
escogemos un sistem a de referencia no inercial parece
que existen en él fuerzas que no tienen la propiedad de
estar asociadas con la mayor o m enor proxim idad de
otros cuerpos.
La existencia de un sistem a inercial de referencia
FIG. 4.10 En particular existen sistemas inerciales en plantea una pregunta difícil y sin respuesta: ¿Qué in­
los que el objeto 1 está y permanece en reposo. fluencia tiene toda la demás m ateria del universo sobre
Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo 117

un experimento hecho en un laboratorio terrestre? Su­


pongamos, por ejemplo, que toda la m ateria del univer­
so, excepto la existente en la proxim idad de nuestra
propia Tierra, estuviese sometida a una gran aceleración
a y que una partícula sobre la Tierra no sometida a ningu­
na fuerza neta originalm ente tuviera una aceleración cero
respecto a las estrellas fijas. Cuando se acelerasen estas
estrellas, ¿conservaría aún su aceleración cero esta p ar­
tícula —inicialmente libre de fuerzas pero con libertad
de movimiento— respecto a las estrellas no aceleradas
o experim entaría un cambio en su movimiento relativo
respecto a su medio am biente inmediato? ¿Existe alguna
diferencia entre acelerar una partícula con el valor + a
o las estrellas fijas con el valor — a? Si únicam ente im­
porta la aceleración relativa, la respuesta a la últim a pre­
gunta es no; si lo que tiene significado es la aceleración FIG. 4.11 a) Ejemplo de fuerzas «ficticias» que apa­
absoluta, la respuesta es sí. Esta es una cuestión funda­ recen en los sistemas no inerciales: cuando el cubo
está en reposo en S, la superficie del agua es plana.
m ental indiscutible, pero no fácilmente susceptible de S se supone que no posee aceleración relativa respecto
investigación experimental (ver. figs. 4.11 a a c). a las estrellas lejanas.
Newton planteaba esta pregunta y su propia respuesta
de un modo pintoresco. Consideremos un cubo de agua.
Si giramos el cubo respecto a las estrellas, la superficie
del agua adquiere una form a parabólica; sobre esto todos
estamos de acuerdo. Pero supongamos que en lugar de
girar el cubo pudiéram os conseguir de algún modo que
las estrellas girasen alrededor del cubo de modo que el
movimiento relativo fuera el mismo. Newton creía que
la superficie sería plana si hiciésemos girar las estrellas.
Este punto de vista da significado a la rotación absoluta
y a la aceleración absoluta. Lo que sabemos empírica­
m ente es que todos los fenómenos del cubo giratorio
pueden describirse completam ente y correlacionarse con
los resultados de las medidas locales en el laboratorio
sin ninguna referencia a las estrellas.
El punto de vista opuesto, que sólo la aceleración
relativa a las estrellas fijas tiene cierto significado, es
una conjetura que se le suele llam ar principio de Mach:
De acuerdo con este punto de vista, el agua del cubo
adoptaría la form a parabólica. Aunque no existe ninguna
confirmación experimental, ni objeción a este punto de
vista, algunos físicos, incluido Einstein, han encontrado
atractivo este principio a priori, m ientras que otros no lo
consideran así. Es asunto de la cosmología especulativa.
Si se cree que el movimiento relativo del resto del
universo influye en el com portam iento de una partícula
aislada cualquiera, se presentan por sí mismas varias
preguntas relacionadas con esta cuestión sin que nos b) Cuando el cubo gira en S, la superficie del agua
ofrezcan ninguna pista para dar las respuestas. ¿Existen adquiere la forma de un paraboloide.
118 Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo

otras relaciones entre las propiedades de una partícula


aislada y el estado de reposo del universo? ¿Cambiaría
la carga de los electrones, su masa, o la energía de inter­
acción entre los nucleones* si el núm ero de partículas
Sistema S ' en el universo o su densidad se alterasen ligeramente?
(no Inercial) H asta ahora la respuesta a esta profunda cuestión, la
relación que existe entre el universo distante y las pro­
piedades de las partículas aisladas, perm anece desco­
nocida.
Fuerzas ficticias. Damos aquí unos pocos ejemplos
de fuerzas que parecen existir porque un sistem a de refe­
rencia está acelerado. Partim os de la segunda ley de
Newton, refiriendo prim eram ente nuestro problem a a
Cubo en reposo un sistem a inercial, ya que sabemos que esto es válido.
A continuación incluimos la aceleración de u n sistem a no
c) En el sistema en rotación S \ el cubo está en re­ inercial y le relacionamos con la fuerza que «parece
poso. Pero la superficie del agua tiene todavía la existir» cuando nos referim os al problem a de este últim o
forma de un paraboloide. Una fuerza centrífuga
«ficticia» actúa sobre el agua en el sistema no
sistema. La segunda ley de Newton establece que
inercial S'. F = Ma, (4.5)

en la que el prim er m iembro es la fuerza aplicada y a7


la aceleración que se observa en el sistem a inercial. La
m asa M se supone constante. Se ha añadido el subíndice
I para resaltar Ja palabra inercial. En un sistem a no iner­
cial, como el de la Tierra en rotación, sabemos que la
ecuación (4.5) no es válida en la m ism a form a. La razón
es que se ha om itido úna aceleración ao que debería
haberse incluido, aceleración que corresponde a la del
sistem a no inercial respecto al sistem a inercial.
Si a es la aceleración de un cuerpo cuando se mide
en un sistem a no inercial, tendrem os a + ao = a7 **,o
bien,
F = M(a + a0) (4.6)
Si realizamos algún experimento en un sistema no iner­
cial, debemos estar siempre seguros de incluir a0 en la
ecuación de la fuerza. Al tra b a ja r en un sistem a no
inercial es conveniente m uchas veces introducir una
m agnitud F0 de modo que la Ec. (4.6) aparezca como

F + F0 = Ma (4.7)

(*) Un nucleón es un protón o un neutrón; un antinucleón es un


antiprotón o un antineutrón.
(**) En el primer Tema Avanzado discutimos el caso general de
movimiento en un sistema giratorio, en donde a, — a depende de la
velocidad y de la posición en el sistema acelerado.
Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo 119

en donde
F0 = —M&q (4.8)

se denomina fuerza ficticia o pseudofuerza. La fuerza


ficticia es aquella m agnitud que debe sum arse a la fuerza
real p ara que la sum a sea igual a Ma, en donde a es la
aceleración en el sistem a no inercial. Si el sistem a posee
una aceleración de traslación ao esta fuerza ficticia es
justam ente —Ma<,. A continuación discutirem os el caso
de un sistem a de rotación en el cual la fuerza ficticia
depende de su posición en el sistema. Cualquier cosa
ficticia en física tiende a parecer confusa, pero puede
resolverse siem pre un problem a retornando a la ecua­
ción (4.6).

EJEMPLO

A c eleró m etro . Supongamos que la fuerza aplicada a una masa


M por un muelle estirado en la dirección x es Fx = — Cx, siendo C
una constante. Consideremos un sistema no inercial con la ace­
leración ao = Oox, en la dirección x. Si la masa Ai está en reposo
en este sistema no inercial, entonces su aceleración a es cero,
y F = M (a + ao) se reduce a

Fx = Ma0 = —Cx
de modo que

0 bien, usando la fuerza ficticia


F + F<* = Ma = 0
F, = —Fe*
—Cx = M a0

que es igual a la Ec. (4.9). El desplazamiento x es proporcional


y de sentido opuesto a la aceleración a0 del sistema no inercial,
el cual puede ser un avión o un automóvil. Vemos que la Ec. (4.9)
describe el funcionamiento de un a c e le ró m e tro en el que una
masa M está sujeta a un muelle y obligada a moverse en una
sola dirección. El desplazamiento x de la masa mide la acelera­
ción a0 del sistema de referencia no. inercial.

EJEMPLO

F u erza c e n trífu g a y acelera ció n c e n tr íp e ta en un s is te m a d e


ro ta c ió n u n ifo rm e. Aunque estudiaremos en los Temas Avanza­
dos los sistemas en rotación con detalle, es importante que
discutamos directamente un ejemplo sencillo y común. Consi­
dérese una masa puntual M en reposo en un sistema no inercial
de modo que en él a = 0. El sistema no inercial gira uniforme­
mente alrededor de un eje fijo respecto a un sistema inercial. Se
vio en el Cap. 2 que la aceleración del punto en cuestión era

a0 = —co2r (4.10)
120 Sistemas de referencia? transformaciones de Galileo

respecto al sistema inercial, en donde r está dirigido del eje


hacia la partícula. El vector r se toma perpendicular al eje.
La ecuación (4.10) expresa la famosa a c elera ció n c e n tr íp e ta . La
masa puede estar obligada a permanecer en reposo mediante
un muelle en tensión. La especificación de que en el sistema no
inercial a = 0, según las Ecs. (4.7) y (4.8), conduce a

F = —F0 = Ma0 = —Mco2r (4.11)

La fuerza ficticia F0en este ejemplo se denomina fu e rz a c e n trífu g a


y vale F0 = MU2r, estando dirigida de modo que se aleja del
eje. La fuerza centrífuga está equilibrada en este ejemplo por
la fuerza elástica F del muelle, con objeto de producir acele­
ración cero (masa en reposo) en el sistema no inercial en ro­
tación.
Si M = 100 g, r = 10 cm y el sistema gira a 100 revolu­
ciones por segundo, ¿cuál es el valor de la fuerza centrífuga?
Tendremos F0= MuFr = (102) (2n x 100)2 (10) « 4 x 10* dinas, o
(0,1) ( 2jt x 100)2 (0,1) « 4 x 103N.

EJEMPLO

E x p e rim e n to s en un a sc e n so r qu e cae lib re m e n te . Sea la ace­


leración de un sistema no inercial (un ascensor cayendo libre­
mente)
FIG. 4.12 Péndulo de Foucault instalado en el edificio
de las Naciones Unidas, en Nueva York. La esfera, que ao = - g y
se ve a la izquierda, es dorada y pesa 200 libras (apro­
ximadamente 90 kg). Está suspendida del techo 75 pies en donde y se mide hacia arriba a partir de la superficie de la
(alrededor de 22,5 m) por encima del suelo del vestí­ Tierra y g es la aceleración de la gravedad. Ésta aceleración
bulo. Un alambre de acero inoxidable la mantiene de corresponde a la caída libre bajo la acción de la gravedad. Se­
modo que le permite oscilar libremente en cualquier gún (4.8) la fuerza ficticia sobre una masa M en el sistema no
plano. La esfera oscila directamente sobre el anillo de inercial es
metal colocado en alto, que tiene cerca de seis pies de
diámetro (1,8 m aproximadamente). La esfera oscila F0 = —Ma0 = Mgy
como un péndulo y su plano se desvía continuamente
en el sentido de las agujas del reloj; ofreciendo así Un cuerpo no sujeto al ascensor está sometido a la suma de
una prueba visual de la rotación de la Tierra. Un ciclo la fuerza gravitatoria F = — M gy y de la fuerza ficticia
completo dura aproximadamente 36 horas y 45 minutos. F0 = M gy de modo que la fuerza total aparente en el sistema
En él está escrito un mensaje de la reina Juliana de no inercial del ascensor cayendo libremente es cero:
Holanda: «Es un privilegio vivir hoy y mañana.» (Foto­
F + F0 = 0
grafía de las Naciones Unidas.)
Así, pues, el cuerpo en el sistema no inercial está sin acelerar.
Esta es una forma de «ingravidez». El cuerpo parece perma­
necer suspendido en el espacio, si no tiene inicialmente velocidad
relativa respecto al ascensor.

EJEMPLO

P én du lo d e F oucault. El péndulo de Foucault demuestra el


hecho de que la Tierra no es un sistema inercial de referencia.
La experiencia se realizó primero públicamente por Foucault en
1851, bajo la gran cúpula del Panteón de París, utilizando una
masa de 28 kg suspendida de un hilo de 70 m de largo apro­
ximadamente. La sujeción del extremo superior del hilo permi­
tía girar al péndulo con igual libertad en cualquier dirección.
El período de un péndulo de esta longitud (véase Cap. 7) es dé
unos 17 segundos.
Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo

Alrededor del punto del suelo que estaba directamente de­


bajo del punto de suspensión se construyó una especie de pre­
til circular de unos 3 m de radio. Sobre dicho pretil se amon­
tonó arena de modo que una aguja de metal colocada en la
parte inferior del péndulo barría la arena en cada oscilación.
En oscilaciones sucesivas se vio con toda claridad que el
plano del movimiento del péndulo se movía en el sentido de
las agujas del reloj cuando se observaba desde arriba. En una
hora el péndulo giraba su plano de oscilación en 11 grados
aproximadamente. La circunferencia se completaba en más de
32 horas y en una oscilación el plano se movía unos 3 mm si
se medía en la circunferencia de arena.
¿Por qué gira el plano del péndulo? Si se hubiese llevado
a cabo el experimento de Foucault en el polo norte terrestre, se
podría ver inmediatamente que el plano de movimiento del
péndulo permanecería fijo en un sistema inercial mientras la
Tierra giraría bajo el péndulo dando una vuelta cada 24 horas.
La rotación de la Tierra es de sentido contrario a las agujas del
reloj cuando se ve desde por encima del polo norte (por ejem­
plo desde un cohete Polaris)., de modo que un observador subido
a una escalera situada sobre la tierra en el polo norte obser­
varía que el plano del péndulo giraría en sentido horario res­
pecto a él.
El caso resulta diferente (y más difícil de analizar) cuando
abandonamos el polo norte y entonces el tiempo empleado en
dar una vuelta completa es mayor. Consideremos las veloci­
FIG. 4.13 El péndulo de Foucault (muy exagerado de
dades relativas de los puntos extremos hacia el norte y sur de la
tamaño en relación con la Tierra), se muestra aproxima­
circunferencia de arena de radio r (fig. 4.13). El punto sur está
damente en el ángulo correspondiente a la latitud </> de
más alejado del eje de rotación de la Tierra y, por consiguiente,
París. La circunferencia de arena bajo el péndulo tiene
se moverá en el espacio más rápidamente que el extremo norte.
un radio r. La distancia del eje de la Tierra al centro
Si designamos por o la velocidad angular de la Tierra y por R
de oscilación del péndulo es fíeo s <£. Debido a la rota­
su radio, entonces el centro de la circunferencia de arena se
ción de la Tierra, el borde sur de la arena se mueve
mueve con velocidad uR cos <f>> siendo <¡> la latitud de París
más aprisa que el borde norte (respecto a un sistema
(48° 51' N ) medida desde el ecuador terrestre. El punto más
al norte del anillo se mueve a la velocidad inercial).

v N = coR cos <f> — torsetífj)

como puede deducirse de la figura, y el que está más al sur


tendría una velocidad
v s = cofí cos 4> + corsem<í>

La diferencia entre sus velocidades y la del centro del anillo es

Au = corsen$

Si el péndulo inicia su movimiento en el plano norte-sur dán­


dole un impulso desde su posición de reposo en el centro del
anillo, la componente este-oeste de la velocidad en el espacio
será la misma que la correspondiente al centro del anillo.
La circunferencia del anillo es 2trr, de modo que el tiempo
T0 para dar una vuelta completa, siendo Av constante a lo largo
del anillo, es:

Y — 2-7?r _ 24 h
0 corsenl<í> sén<|>

En el ecuador sen </> = 0 y el tiempo resulta infinito.


¿Qué sucede cuando el plano del péndulo alcanza el pla­
no este-oeste que pasa por el centro del anillo? ¿Por qué Av
122 Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo
seguirá siendo la misma en este caso que cuando el plano coin­
cidía con el norte-sur? Esto es difícil de ver si no nos referi­
mos a un globo terráqueo. Tomemos una hoja de cartulina o
papel resistente y pongámosla en contacto con un globo en el
punto aproximado que corresponda a París, de modo que sea
normal a la superficie y que coincida con el plano este-oeste.
La dirección normal a la superficie del globo es la línea del
hilo del péndulo. Mantengamos fijo el plano de la cartulina
con una mano mientras que con la otra hacemos girar lenta­
mente el globo. Obsérvese que uno de los lados de la línea en
que la cartulina casi coincide con la supérficie del globo pa­
rece moverse hacia el sur mientras que el otro lado parece que
lo hace hacia el norte. La observación del fenómeno o un aná­
lisis detallado dan para Av el mismo resultado que encontramos
anteriormente: el plano del péndulo realmente gira respecto al
anillo situado en el suelo del Panteón con una velocidad angular
constante oí sen </>, siendo «> la velocidad angular de la Tierra
y <j> la latitud. Muchos textos de mecánica elemental dan el
estudio matemático de la ecuación del movimiento de un péndulo
de Foucault.

VELO C ID A D ABSOLUTA Y RELATIVA

¿Tiene algún significado físico la velocidad absoluta?


De acuerdo con todos los experimentos realizados hasta
ahora, la respuesta es negativa. Llegamos así a sentar
una hipótesis fundam ental, la hipótesis de la invarianza
gálileana:
Las leyes básicas de la física son idénticas en
todos los sistemas de referencia que se mueven con
movimiento uniform e (velocidad constante) unos
respecto a otros.
De acuerdo con esta hipótesis un observador confi­
nado en una caja sin ventanas no podría utilizar ningún
experimento para decir si está estacionario o con movi­
m iento uniform e respecto a las estrellas fijas. Unica­
m ente m irando a las estrellas fijas a través de una
ventana, de modo que pueda com parar su movimiento
con el de las estrellas, puede un observador decir que
está en movimiento uniform e respecto a las mismas.
Incluso entonces no podría decidir si es él quien se
mueve o son las estrellas. El principio de la invarianza
galileana fue uno de los prim eros en ser introducidos en
física. E ra básico para la visión que Newton tenía del
universo; ha sobrevivido después de repetidos experi­
m entos y constituye una de las piedras angulares de la
teoría de la relatividad restringida. Es una hipótesis tan
notablem ente simple que debería considerarse seria­
m ente incluso en ausencia de una evidencia considerable.
La hipótesis de la invarianza galileana está totalm ente
de acuerdo con la relatividad restringida, cómo vere­
m os en el Cap. 11.
Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo 123

¿Qué uso podemos hacer de esta hipótesis? La hipó­


tesis de que la velocidad absoluta no tiene significado
en física restringe en parte la form a y contenido de
todas las leyes físicas, tanto las conocidas como las sin
descubrir aún. Para dos observadores que se mueven
con diferentes velocidades, pero sin aceleración relativa,
las leyes de la física deben ser las mism as si la hipótesis
es cierta. Supongamos que ambos observan algún fenó­
meno particular, como el choque entre dos partículas.
Debido a las diferentes velocidades de ambos, el suceso
examinado será descrito de modo diferente por cada
observador. A p a rtir de las leyes de la física podemos
predecir cómo serán las observaciones de uno de ellos,
cómo interaccionan las partículas y, finalmente, cómo se
presenta el fenómeno al segundo observador.
Las leyes de la física del segundo observador pue­ FIG. 4.14 Supongamos que S es un sistema inercial
den, por consiguiente, obtenerse a p a rtir de las del y que S' se mueve con velocidad constante V relativa
primero m ediante dos líneas separadas de razonamiento. a S. Entonces S' debe ser también inercial.
Por hipótesis son las mismas que las del prim ero. Por
otro lado, podemos predecir las leyes del segundo obser­
vador a p a rtir del estudio de sus observaciones del fenó­
meno descrito por las leyes del prim er observador. Los
dos métodos dan el mismo resultado para las leyes
físicas actuales. Antes de continuar expondremos algunos
de los resultados empíricos sobre la m anera en que dos
observadores, moviéndose con velocidad uniform e uno
respecto al otro, describirán el mismo suceso físico.

TRANSFO RM ACIONES DE GALILEO

Si discutimos ahora cómo m edirán dos observadores


una longitud y un intervalo de tiempo determinados,
podremos deducir cómo se com pararán sus mediciones
de otras m agnitudes físicas. Designemos con la letra S
un sistema coordenado cartesiano inercial particular, y
con S' otro sistem a tam bién cartesiano inercial movién-
. dose con velocidad V respecto al prim ero (fig. 4.14). Los
ejes x', y', z' de S' se escogen paralelos a los x, y, z de S, y V
se selecciona de modo que resulte en la dirección x.
Debemos com parar las mediciones de tiempo y distancia
realizadas por un observador ligado a S' con los de un
observador en reposo situado en el sistema S. El resul-
tadb de la comparación sólo puede decidirse finalmente
mediante la experimentación.
Si nuestros dos observadores construyen relojes idén­
ticos, podrán realizar la siguiente experiencia: Suponga­
mos prim ero que el observador en S distribuye sus
relojes a lo largo de su eje x y los pone en hora de modo
124 Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo

FIG. 4.15 Coloquemos relojes sincronizados Co, Ci, et­ FIG. 4.16 Si colocamos relojes semejantes C'o, C'u
cétera, a intervalos de longitud L sobre el eje x, en etcétera, en reposo en S', entonces para un observador
reposo en S. en S estos relojes parecerán sincronizados entre ellos
mismos y con los Co Cu etc., de acuerdo con la trans­
formación de Galileo.

que todos m arquen la misma, como indica la fig. 4.15 *.


Como veremos en el Cap. 11, ésta es una operación más
complicada de lo que aparenta; supondrem os aquí que
la velocidad de la luz es infinita. Ahora podemos com­
p arar la lectura de los relojes S' con los relojes 1, 2, 3...
en S cuando S' pasa junto a cada uno de ellos (fig. 4.16).
Si se hace este experimento con un reloj macroscópico
real, habrem os de restringirnos, por razones técnicas de
orden práctico, a una velocidad V para S' del orden de
106 cm /s, que es Una velocidad típica de satélite. En estas
condiciones V /c 1 y la experiencia confirma que si el
reloj en S' m arca la hora de acuerdo con el reloj 1,
tam bién m arcará coincidiendo con 2, 3, 4... Con la exac­
titud con que podemos m edir en estas condiciones **,
podemos afirm ar que
f = t (4.12)

(*) Este procedimiento puede mejorarse de un modo sencillo si ha­


cemos la corrección del tiempo transcurrido en alcanzar nuestros ojos
las imágenes de los relojes más distantes, de modo que un reloj que
diste 1 cm se verá retrasado respecto a otro cercano en l/c seg, en
donde c = 3 x 1010 cm /s es la velocidad de la luz.
{**) La teoría de la relatividad predice para una velocidad V = 106
cm /s que t’ y t diferirán únicamente en una parte en 2 x 10’, o sea,
menos de un segundo en 50 años. Aunque ahora pueden construirse
relojes con tal estabilidad, no podemos mantener un rqloj moviéndose
a la velocidad de 106 cm /s durante el tiempo suficiente para realizar
____________________________________________ medidas hasta que se utilicen los satélites. La igualdacK t = t’ para
V « c = 3 x 1010 cm /s es una extrapolación simple a partir de nuestra
FIG. 4.17 a) Señalemos longitudes iguales L sobre los experiencia y no está basada hasta la fecha en mediciones de gran
ejes (xyz) de S. exactitud.
Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo 125

Esto es, los tiempos que se leen en S' son iguales a los
que se leen en S. En esta fórm ula t se refiere al instante
de un suceso en S y t' al de un suceso en S'.
Este resultado ni es evidente por sí mismo ni es
exactamente cierto para todas las velocidades V, como
veremos en el Cap. 11. Podemos tam bién determ inar
las longitudes relativas de una regla estacionaria y otra
móvil (fig. 4.17 a a c). Deseamos saber la longitud apa­
rente para el observador en S de una regla en reposo en
S'. Un modo sencillo de determ inarla consiste en utilizar
nuevamente los relojes y registrar sim ultáneam ente las
posiciones de ambos extremos de la regla móvil, esto
es, cuando los relojes S coincidentes con la parte inicial
y final de la m ism a m arcan idéntica lectura. Se encuentra
mediante la experiencia*, que
b) Y sobre los ejes (x', y', z ) de S'
L' = L (4.13)

con tal que V c.


Podemos resum ir las Ecs. (4.12) y (4.13) en función
de una transform ación que relacione las coordenadas
x!, y', z' y el tiempo t' medidos en S' con las coordenadas
x, y, Z y t m edidas en S. El sistem a S' se mueve con velo­
cidad Vx cuando se observa desde S. Supongamos que
para t = 0, t' — 0 y que en este instante coinciden los
orígenes O y O'. Si escogemos escalas idénticas para las
distancias, tendrem os las siguientes ecuaciones de trans­
formación:

t = t' x = x' + Vt' y — y' z — z’ (4.14)

que se denomina transformación gálileana (fig. 4.18).


Una consecuencia inm ediata de la Ec. (4.14) es la
c) Entonces, para un observador situado en S parece­
ley de la suma de velocidades: rán inalteradas las longitudes en S', aunque S' se
_ dx_ _ dx_ _ dx' esté moviendo, de acuerdo con la transformación
+ V = v 'x + V de Galileo.
dt dtf dtf

o en form a vectorial
v = v' + V (4.15)
en donde v' es la velocidad m edida en el sistem a S' y v
la medida en S. La transform ación inversa de (4.15) es
sencillamente v' = v — V.

(*) No se ha realizado con gran exactitud una experiencia de este


tipo y la creencia de que es válida la igualdad L = L ’ para V « c está
basada principalmente en experiencias cualitativas, en la simplicidad de
la hipótesis y en el hecho de que esta hipótesis no conduce a ninguna
paradoja o incongruencia.
126 Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo

Si la definición (4.14) de una transform ación gali­


leana entre S y S' se combina con el postulado funda­
m ental que afirm a que las leyes de la física son idénticas
cuando se determ inan por físicos situados en S y S',
podemos llegar a la siguiente conclusión:
Las leyes básicas de la física tienen la m ism a forma
en dos sistemas de referencia ligados por una trans­
form ación galileana.

Este enunciado es un poco m ás restrictivo que nues­


tro enunciado anterior de que las leyes de la física son
idénticas en todos los sistemas de referencia que se
mueven con velocidad constante unos respecto a otros,
pues supone que f = t. Excepto para los casos en que
v2/c 2 no es despreciable frente a 1, la afirm ación es
FIG. 4.18 Podemos resumir la transformación de Ga­ válida. En el Cap. 11 discutirem os las modificaciones
lileo de S <-» S' del modo siguiente: x = x — Vt; de las ecuaciones de transform ación de Galileo en el
y' = y; z' = z; t' = í. caso de v comparable a c para asegurar que las leyes
de la física son idénticas en todos los sistemas de refe­
rencia que se müeven con velocidad uniform e unos res­
pecto a otros.
La hipótesis presente de la invarianza escrita en la
form a (4.14) significa que las leyes de la física deben
tener exactamente el mismo aspecto cuando se escriben
con variables m arcadas con prim a o sin m arcar, como
en las fórm ulas (4.17) a (4.19) que veremos posterior­
mente. Este requisito impone una determ inada restric­
ción a la posible form a de las leyes físicas.
A p a rtir de la relación v = v' + V, en donde V es la
velocidad relativa entre los dos sistemas de referencia,
se deduce que
Av = Av'

es decir, una variación de velocidad observada desde S


es igual a la variación de velocidad observada desde S'.
Tanto S como S' son sistemas inerciales. Recordemos
que se supone que V no cambia con el tiempo. Como
At = At', se deduce que las aceleraciones son iguales
cuando se observan desde ambos sistemas:
Av = Av: (416)
At Ai' '
¿Cómo se transform ará una fuerza F de S a S'? La
hipótesis de que las leyes de la física son las mismas
con las variables señaladas con prim a que con variables
sin m arcar con prim as significa que
F ' = M a' (4.17)
Sistemas de referencia; transform aciones de G alileo

si
F = Ma (4.18)

con tal que la m asa M sea independiente de la velo­


cidad. Pero hemos dem ostrado en (4.16) que a' = a, por
consiguiente
F = Ma' = F ' (4.19)
y, por lo tanto, las fuerzas son iguales: F = F \ Se llega
a la conclusión de que si se utiliza la relación F = Ma
para definir la fuerza, los observadores en todos los
sistemas inerciales de referencia coincidirán en el mó­
dulo y dirección de la fuerza F independientem ente de
las velocidades relativas de los sistemas de referencia.

Conservación de la cantidad de movimiento. La ley


de la conservación de la cantidad de movimiento fue esta­
blecida en el Cap. 3. Vamos a deducirla de nuevo admi­
tiendo la validez de la invarianza de Galileo y la conser­
vación de la energía y de la masa. E sta deducción tiene
la ventaja de no usar la hipótesis de que las fuerzas de
acción y reacción son iguales, lo cual tiene el inconve­
niente de la velocidad finita de propagación de la fuerza.
Algunos problem as, como las colisiones atómicas, inclu­
yen la radiación y en este m omento no podemos incluir
la cantidad de movimiento de la radiación.
Consideremos dos partículas libres 1 y 2 que inicial­
mente tienen velocidades Vi y v2. Se supone que las posi­
ciones iniciales (y finales) están muy separadas de modo
que en los períodos inicial y final las partículas no
interaccionan. Por los conocimientos de física elemental
(o del Cap. 5) sabemos que la energía cinética inicial de
las partículas es

iM lü]L2 + \M 2c22

Veamos ahora lo que ocurre cuando las partículas cho­


can; no es necesario que la colisión sea elástica, pues
como veremos la cantidad de movimiento se conserva
incluso cuando el choque es inelástico. La energía ciné­
tica después del choque es:

w-t2 + \M 2w 22

siendo Wj y w2 las velocidades después de la colisión lo


suficientemente después * para que las partículas no

(*) Obsérvese que usamos w en lugar de v' (que se usó en el capí­


tulo 3) para la velocidad después del choque. Los símbolos con prima
aquí se reservan para el sistema de referencia S'.
Sistemas de referencia; transformaciones de G ai ileo

interaccionen m ás. La ley de la conservación de la ener­


gía nos dice que
IM jüj2 + 1;M2v 22 = |M Xtüj2 + ^ M 2w 22 + Ac (4.20)

en donde A e (que puede ser positivo o negativo) es el


cambio en la energía de excitación interna de las partí­
culas como consecuencia del choque. En las presentes
consideraciones debemos excluir aquellas colisiones que
producen calor o sonido, pues no estam os todavía en
condiciones de incluir sus cantidades de movimiento en
nuestros cálculos.
La excitación interna puede ser una rotación o una
vibración interna; puede consistir en la excitación de
un electrón ligado que pasa de un estado de baja energía
a otro de mayor energía. En un choque elástico Ae = 0,
pero no necesitamos restringir la deducción a los choques
elásticos *. Hemos supuesto que las m asas Mt y M2 de
las partículas no han variado en el choque.
Observemos ahora el mismo choque desde el segundo
sistem a de referencia (indicado con prim as) que se
mueve con velocidad uniform e V respecto al primero.
Si en el segundo sistem a las velocidades iniciales son
v'i y v'2 y las finales w'j y w'2, tendrem os

La form ulación de la ley de la conservación de la energía


en el segundo sistem a es

i M J v tf + lM 2(v'2f = IM iW i)2 + W 2(w'2f + Aí (4.22)

Hemos supuesto que la energía de excitación Ae no ha


variado con el cambio de los sistemas de referencia, lo
cual está de acuerdo con la experiencia.
Si la ley de la conservación de la energía ha de ser
invariante en una transform ación galileana, entonces en
ambos sistemas la energía cinética inicial debe ser igual
a la energía cinética final más Ae, energía de excitación
interna. Es decir, tanto (4.20) como (4.22) deben cum­
plirse. La ley de la conservación de la energía en el se­
gundo sistem a puede tam bién expresarse sustituyendo
en (4.22) la transform ación (4.21) y observando que

(*) En un choque inelástico no existe violación del principio de


la conservación de la energía. Lo que sucede es que la energía cinética
perdida o ganada en el movimiento de los cuerpos aparece como movi­
miento de rotación, vibración o cualquier otro tipo de excitación interna
de los ciTerpos. Este movimiento interno se llama con frecuencia calor
o movimiento térmico (Vol. 5).
Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo

(v'j)2 = Vi2— 2 Vj • V + V2, etc., de modo que la Ec. (4.22)


se transform a en

- 2vx • V + V2) + |M 2(ü22 - 2v2 • V + V2)


= ^M1(tü12 — 2wx • V + V2)
+ ¿Af2(u>22 - 2w2 • V + V2) + Ae (4.23)

Obsérvese que los térm inos en donde interviene V2 se


reducen en ambos miembros. Esta expresión es idéntica
a la ley de la conservación de la energía (4.20) en el
primer sistema, con tal de que se anulen en (4.23) los
productos escalares

(Miyi + M2v2) • V = (M1w 1 + AÍ2w2) • V (4.24)

La ecuación (4.24) debe ser válida para cualquier V.


Por consiguiente, la solución general de (4.24) es

M1v1 + M2v2 = M1Wj + M2w2

Esta es precisam ente la ley de la conservación de la


cantidad de movimiento.
Revisemos lo realizado hasta ahora: Hemos supuesto
que en un choque se conserva la m asa y la energía y des­
pués admitim os tam bién que estas leyes son válidas en
cualquier sistem a de referencia. Es decir, aceptamos
como válida la invarianza galileana. Así encontram os
que las leyes pueden ser válidas en diferentes sistemas
inerciales, únicamente si se conserva en el choque la
cantidad de movimiento. No se ha utilizado, sin embargo,
la ley generalizada de la conservación de la masa. Si el
choque implica un intercam bio de cierta masa, de modo
que después del mismo Mj se transform a en M x y M2en M 2,
pero de modo que M l + M2 = Mi + M 2, pueden utilizarse
las mismas etapas utilizadas en la deducción anterior
para obtener la conservación de la cantidad de movi­
miento. Esto se dem ostrará en el ejemplo siguiente.

EJEMPLO.
Choque in elá stico d e m a sa s iguales. Como un ejemplo de estas
ideas observemos una colisión inelástica de masas iguales desde
dos sistemas de referencia distintos, siendo el primero el de una
partícula inicialmente en reposo y el segundo aquel en el cual
las dos masas inicialmente se aproximan una a la otra con velo-
cida'des iguales y opuestas. Después del choque las dos masas
se adhieren entre sí.
Resolvamos el problema en el primer sistema (véase Cap. 3,
pág. 90) y encontraremos que la velocidad de las dos masas
130 Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo

después del choque es v J 2 , en donde v t es la velocidad de la masa


móvil antes del choque. La pérdida de energía cinética es

Ae = - l • 2m 1 \ m t v x2

En el segundo sistema de referencia la cantidad de movimiento


total es cero; e ste s iste m a se denomina s is te m a d e l c e n tro de
m asas. La velocidad del movimiento del sistema centro de masas
es Vi/2, de modo que v'i = Vi — Vi/2 = v J 2 y v '2 = — Vi/2. Después
del choque w \ = w '2 = 0 y la pérdida de energía cinética es

A£ = ¥ m‘( l L) + ¥ m‘( ^ ) 2 - ° = í mA 2

Si interesa conocer la igualdad de Ae en los dos sis­


tem as de referencia, pueden resolverse otros ejemplos.
Después

EJEMPLO
¡¡¡¡ílllllillllllillillliPlililIllillillllllililiiillSlll
R eaccion es qu ím icas. Demostremos que se conserva la canti­
dad de movimiento en una reacción química en la que los áto­
mos de las sustancias reaccionantes se redistribuyen o inter­
cambian, mientras se conserva la masa total. Supondremos que
no existen fuerzas externas (véase fig. 4.19).
La reacción puede representarse por
A + BC B + AC

en donde BC significa una molécula compuesta del átomo B y


del átomo C. En la reacción, el átomo C se une al átomo A
para formar AC. En un sistema inercial la ley de la conservación
de la energía puede escribirse como

2Ma V + UMB + Mc)üBC2


•= -H(Ma + M c )w ac 2 + Ae (4.25)
Después
En esta fórmula A e representa las variaciones en la energía de
enlace de las moléculas que toman parte en la reacción. En un
segundo sistema inercial moviéndose con velocidad V respecto
FIG. 4.19 Una colisión entre el átomo A y la molécula al primero, la ley de la conservación de la energía puede escri­
BC da como consecuencia un átomo B y una molécu­ birse, sustituyendo vA por vA— V, etc., como:
la AC. El choque se observa desde dos sistemas de
referencia distintos. J M a K - V)2 + }(MB + M0)(vbc - V)2
= iM b(wb - V)2 + J(Ma + Mc )(wac - V)2 + Ac (4.26)

Desarrollando los paréntesis al cuadrado vemos que las ecuacio­


nes (4.25) y (4.26) están de acuerdo si
Mava + (Mb + Mc)vbc = Mbwb + (Ma + Mc)wAC

que es exactamente un modo de enunciar la ley de la conser­


vación de la cantidad de movimiento.

EJEMPLO

C hoqu e d e una p a rtíc u la p e sa d a c o n tra o tr a ligera. Una par­


tícula pesada de masa M choca elásticamente con una partícula
Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo 131

ligera de masa m, inicialmente en reposo (fig. 4.20). La veloci­


dad inicial de la primera partícula es v* = v&x; su velocidad
final es w v Si este choque es tal que la partícula ligera sale
despedida en la dirección (+ x) ¿cuál es la velocidad wi? ¿Qué /m V/>
fracción de la energía de la partícula pesada se ha perdido en w * •
m
este choque?
A partir de la conservación de la cantidad de movimiento
se deduce que en este caso, no hay componente y de la velo­ Antes
cidad final de la partícula pesada, de modo que
' ► •—
M v hx = M w hx + mWjX Wl I II w,
M
M vh = M w h + m w l (4.27) Después

Según la conservación de la energía tendremos (haciendo A e = 0


en un choque elástico)
FIG. 4.20 Choque de una partícula pesada con una
2M v h = W w b2 + 2m w l2 ligera. (Los dos vectores representan velocidades, no
cantidades de movimiento.)
que puede escribirse con ayuda de (4.27) como

J M( wh + ^M WnWl + M ^ 2) = 2Mwh2 + 2mwl2 (4-28)

Si m < M , puede despreciarse el término de orden m 2/M2, de


modo que (4.28) se reduce a

m w hw l ir \ m w l
(4.29)
2wh
Así, pues, la partícula ligera se moverá con una velocidad apro­
ximadamente el doble de la velocidad de la partícula pesada.
Se deduce, además, si sustituimos (4.29) en (4.27), que

M v h ir M w h + 2 m w h

A vh vh - w h 2m 2m
M + 2m ~M (4.30)

La fracción de energía perdida por la partícula pesada es

^ V - t V /__M \2 4m
ÍM»»2 e „2 \M + 2m ) M 1

utilizando la Ec. (4.30) *. Obsérvese que en las Ecs. (4.30) y (4.31)


hemos despreciado los términos en m /M comparados con la
Unidad.
Otros ejem plos de aplicación de la conservación de
la cantidad de movimiento lineal se tra tan en el capí­
tulo 6.

(*) Otra forma de hacer esto, utilizando A como operador, es

A{hMvh2) _ Mvh^vh _ 2Avh _ 4m


\Mv * ~ \Mv* ^ ~ M
132 Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo

PROBLEMAS extremo del vástago. Si la distancia del sujeto al centro


de rotación es 700 cm, ¿a qué velocidad debe girar la
1. B lo q u e s o b r e u n a m e s a g ira to ria . Un bloque perma­ centrifugadora para que el sujeto esté sometido a una
nece en reposo respecto a una mesa horizontal rugosa que aceleración de 5 g? g = aceleración de la gravedad.
gira a 20 rpm. El bloque está a 150 cm del eje de rotación
en posición vertical. ¿Cuánto vale el coeficiente de roza­ 8. S iste m a acelerado. Un sistema de referencia tiene
miento? Indicar en un diagrama la fuerza de rozamiento una aceleración hacia arriba de 300 cm /s2. Para t = 0,
y la fuerza centrífuga. su origen está en reposo y coincide con el de un sistema
inercial sobre la superficie de la Tierra. (Despreciar la
2. S is te m a m ó vil. En un vagón de ferrocarril que se rotación de la Tierra.)
mueve a 500 cm /s a lo largo de una vía rectilínea tiene (a) Suponiendo y vertical y x horizontal, determinar
lugar un choque frontal entre una masa de 100 g que se x (t) e y (t) en ambos sistemas para un objeto que se pro­
mueve con velocidad de 100 cm /s en la misma dirección yecta horizontalmente con velocidad de 1000 cm /s a t = 0,
que el tren y una masa de 50 g que se mueve en dirección despreciando la gravedad.
opuesta a 500 cm /s. Ambas velocidades son relativas al (b) Resolver (a) incluyendo la gravedad.
tren. Después del choque, la masa de 50 g está en reposo
en el vagón; ¿cuál es la velocidad de la masa de 100 g? 9. C in em á tica d e l ch oqu e; c e n tro d e m asas. Dos par­
¿Cuánta energía cinética se ha perdido? S ol. —150 cm /s. tículas de masa Mj = 100 g y Aí2 = 40 g poseen velocidades
Describir ahora la colisión desde el punto de vista de iniciales Vj = 2,8x— 3,0y cm /s y v2 = 7,5y cm /s. Chocan y
un observador en reposo respecto a la vía. ¿Se conserva después del choque las velocidades son v \ = l, 2x — 2,0y cm/s
la cantidad de movimiento? ¿Cuánta energía cinética se y v '2 = 4,0x + 5,0y cm/s.
pierde en este sistema? (a) Determinar la cantidad de movimiento total.
(b) Determinar la velocidad de un sistema de refe­
3. A celeración en el m o v im ie n to circu lar. Un objeto se rencia en el cual la cantidad de movimiento total (antes
mueve en una trayectoria circular con una velocidad cons­ del choque) es cero. Este se denomina s is te m a c e n tro de
tante v de 50 cm /s. El vector velocidad v tiene un cambio m asas.
de dirección de 30° en 2 segundos. (c) Demostrar que la cantidad de movimiento es cero
(a) Encontrar el módulo de la variación de velocidad, Av. en este sistema después del choque.
(b) Hallar el módulo de la aceleración media durante (d) ¿Qué fracción de la energía cinética inicial no está
el intervalo citado. Sol. 12,95 cm /s2. presente como energía cinética después del choque? ¿Es
(c) ¿Cuál es la aceleración centrípeta del movimiento elástica la colisión?
circular uniforme? S ol. 13,16 cm /s2.

10. C hoqu e d e m a sa s d esigu ales. En el choque de dos


4. F uerza e fe c tiv a d e b id a a la ro ta ció n . Un objeto fijo
partículas el sistema de referencia en el cual una está
respecto a la superficie de un planeta idéntico en masa y
inicialmente en reposo y la otra se mueve con velocidad v
radio a la Tierra experimenta una aceleración gravitatoria
se denomina s is te m a d e la b o ra to rio . Supongamos que la
cero en el ecuador. ¿Cuál es la duración de un día en este masa móvil es m y la estacionaria 2m.
planeta? Sol. 1,4 h.
(a) ¿Cuál es la velocidad del sistema centro de masas
(véase Prob. 9) respecto al sistema de laboratorio?
5. M o v im ie n to en un s is te m a d e re feren cia no inercial. (b) ¿Cuánta energía se pierde en los sistemas de labo­
Consideremos un sistema inercial S sobre la superficie de ratorio y de centro de masas en una colisión completa­
la Tierra y un sistema no inercial S' en reposo en un mente inelástica, es decir, cuando las dos partículas quedan
ascensor que cae libremente. totalmente unidas?
(a) ¿Cuál es la ecuación del movimiento en S' de una (c) Si la colisión es elástica, las velocidades de las
partícula que cae libremente en S? partículas en el sistema centro de masas cambian de di­
(b) ¿Cuáles son las fuerzas aplicadas y ficticias en S rección, pero no de magnitud. Determinar una expresión
y S' sobre la partícula en ( a )? que relacione el ángulo de desviación (usualmente llamado
(c) ¿Cuáles son las ecuaciones del movimiento en S' de dispersión o «scattering») de la masa m en coordenadas
de una partícula que se mueve en un círculo horizontal de laboratorio y en coordenadas centro de masas.
en S? Supongamos que y = y' = 0 en t = 0 e y es vertical. Obsérvese que en el sistema centro de masas el ángulo
de la segunda partícula es siempre de 180° respecto al ángulo
6. P én du lo en un coch e acelerado. Un péndulo cuelga de la primera. En el choque de masas iguales, 0u b = 0c,mJ2.
verticalmente en un coche en reposo. ¿Qué ángulo formará Los diagramas vectoriales son instructivos.
con la vertical cuando la aceleración del coche, moviéndose
en un plano horizontal, sea de 100 cm /s2? 11. A celei ación y d e sv ia c ió n m a g n é tic a d e electron es.
(Este problema, así como los problemas 12 a 14, son
7. C en trifu g a d o ra p a ra h o m b re s. En los estudios de revisiones de la materia expuesta en el Cap. 3.) Suponga­
medicina aeronáutica se utilizan centrifugadoras formadas mos que en el punto 0 de un plano metálico se liberan
por tambores horizontales en rotación alrededor de un eje electrones en reposo (véase fig. 4.21) y se aceleran hacia
vertical y transportando un sujeto experimental en un un plano paralelo distante 0,25 cm por la acción de un
Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo 133

FIG. 4.21 FIG. 4.22

campo eléctrico. Un pequeño agujero en P permite que un forme transversal de intensidad B. (Despréciese la influen­
haz de electrones se escape a una región libre de campos cia del borde. Véase fig. 4.22.)
eléctricos (todo en un alto vacío, naturalmente). El campo (a) Si es x la distancia entre los puntos de entrada y
eléctrico se produce aplicando voltajes de — 300 y 0 V a salida de los electrones en el campo, demostrar que el
los planos metálicos del modo indicado. Se desea desviar valor de y indicado en la figura viene dado por:
el haz un ángulo de 90° en una trayectoria circular de
radio 0,5 cm por un campo magnético de contorno circular,
como puede verse en la figura. Calcular la intensidad de
campo requerida; establecer también su dirección. (N ota:
Una intensidad de campo eléctrico de 1 statvoltio/cm es siendo r el radio de curvatura de la trayectoria del elec­
igual a 300 V/cm.) trón en el campo magnético transversal. El radio de cur­
vatura es el radio de la circunferencia que se ajusta a
12. T iem p o d e vu elo o d e trá n sito d e lo s iones. Un (coincide con) la parte curvada de la trayectoria.
pulso de iones de cesio con una carga Cs+ es acelerado ( b) Si R e§ el radio de los polos del imán, entonces
a partir del reposo por un campo eléctrico de 1 statvoltio/ x z z 2 R cuando r » R. Utilícese el desarrollo del binomio
/cm que actúa en una extensión de 0,33 cm y después re­ para demostrar que y ~ 2R2/r .
corre 1 mm en 87 x 10~9 s en un espacio libre de campo
y en el que se ha hecho el vacío. 14. A celeración en un c ic lo tró n . Supongamos un ciclo­
(a) Deducir a partir de estos datos la masa atómica trón en el que B = z B y
del Cs+. Sol. 2,4 x KL22 g.
Comparar este valor con los que se encuentran en las Ex = E eos coc# E y = —Esencocf Ez = 0
tablas, manuales o textos de química.
( b ) ¿Cuál sería el tiempo que tardaría un haz de pro­
tones en recorrer la región de 1 mm? Sol. 7,2 x 10-9 s. siendo E constante. (En un ciclotrón real el campo eléc­
trico no es uniforme en el espacio.) Vemos que el extremo
del vector intensidad de campo eléctrico describe una
13. D esviación m a g n é tic a d e un h az d e electro n es. La circunferencia con frecuencia angular wc. Demostrar que
desviación de un haz de electrones en un tubo de rayos el desplazamiento de una partícula está dado por
catódicos puede realizarse por medios magnéticos lo mismo
que electrostáticos. Un haz de electrones de energía W entra qE
en una región en la que existe un campo magnético uni­ X® ~ M ^ ^ ctSen03ct + COS °*ct ~ ^
134 Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo

qE
y{t) = ^ ( < o ci eos coci - s e n Wct)

estando la partícula en reposo o en el origen para t = 0.


Hágase un dibujo esquemático de los primeros ciclos del
desplazamiento.

TEMAS AVANZADOS

V e lo c id a d y acelera ció n en s is te m a s c o o rd e n a d o s en ro ­
tación. Consideremos ahora un sistema de referencia no
inercial girando con velocidad angular constante « alrede­
dor del eje z de un sistema inercial. Restringimos la discu­
sión al caso de una rotación de coordenadas relativas
respecto a un eje común z. (Las fórmulas para el caso
general se deducen en los libros de mecánica de nivel
intermedio y se relacionan al final de está sección.) La
importancia de este problema radica en el hecho de que
la Tierra es un sistema de referencia rotatorio. Además
de la aceleración centrípeta, incluiremos en el análisis la
aceleración de Coriolis, que es importante en el movi­
miento en gran escala de las corrientes marinas y del aire. FIG. 4.23 El punto P en el plano xy de un sistema iner­
Las coordenadas (x R, y R, zR) de un punto P visto desde cial [x¡, y,) y de un sistema en rotación (xR, yR). Los ejes
el sistema de rotación puede relacionarse simplemente con coinciden para i = 0 y la rotación posee la velocidad
las coordenadas (x¡, y¡, z¡) del mismo punto visto desde el angular «> respecto al eje z.
sistema inercial. Por consideraciones geométricas de las
figuras 4.23 y 4.24 vemos que

x¡ = xR eos coi — y R sen coi


y¡ = xR sen coi + y R eos cot (4-32)
ZI = ZR
Las relaciones entre las componentes de la velocidad
en los dos sistemas se encuentran derivando las expresio­
nes (4.32) respecto al tiempo. (Para abreviar representa­
remos a veces con un punto sobre una magnitud su
derivada respecto al tiempo. Así pues, x = d x / d t = v x y
x = dPxIdt1= Vx = d v x /d t). Tendremos

x¡ = xR eos coi — (¿xR seneoí — y R sen coi — cc yR eoscoi


ijj = ^ s e n coí + o¡xR eos coi + y R eos coi — coy^ seneoí (4.33)
ZI = ZR

Hemos considerado que w es constante para mayor sen­


cillez. Obsérvese que para una partícula en reposo (x R =
= Úr = zr — 0) en el sistema en rotación las fórmulas
(4.30) se reducen a
Xj = — ícxr sencof — coyR eos coi
y¡ = (¿xR eos coí — coy^sencoi

Análogamente, para una partícula en reposo en el sistema


inercial (x, = y¡ = z¡ = 0) tendremos (operando algebraica­
mente)

% ~ uyR = 0 y R + <¿xR = 0 zR = 0
FIG. 4.24 El punto P puede describirse con las coorde­
a partir de la ecuación (4.33). nadas XiyiZi del sistema inercial o con las xRy RzR del
Las componentes de la aceleración se hallan derivando sistema en rotación. Esta tiene lugar alrededor del
la ecuación (4.33) respecto al tiempo: eje z.
Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo 135

x¡ = xReos wí — 2 u x r sencot —u2xReos coi


— yRsen<¿t — 2uyRcoseof + u2yRséncof
9i = %sen«f + 2coxje eos cof — co^sencof ' (4.34)
+ yReos cof — 2ooyRséncof — <¿2yReos cof
*/ =
Obsérvese que para una partícula en reposo en el sis­
tema en rotación, (4.34) se reduce con ayuda de (4.32) a

x¡ = —co2(xfl eos cof — yRséncof) = —u2x¡ (4.35)


y¡ = —co2(xfl séncof + yReos cof) = —cc2y¡ (4.36)

Las ecuaciones (4.35) y (4.36) pueden escribirse vectorial­ radialmente hacia fuera desde el centro, vista desde
mente en la forma el sistema de referencia inercial.

a¡ = —co2r, (4.37)

en donde a/ = r/ es la aceleración de la partícula relativa


al sistema inercial y r7= x,x, + y¡yj corresponde al vector r
de la ecuación (4.10). La ecuación (4.37) es la expresión de
la aceleración centrípeta usual.
Los primeros términos de las ecuaciones (4.34) son
justamente la aceleración en el sistema de coordenadas
de rotación (x R y y R) proyectada sobre los ejes coordena­
dos inerciales. Los segundos términos, sin embargo, de­
penden de la velocidad del sistema rotatorio (xR y t/j) y se
anulan cuando xR = y R = 0. Pueden comprenderse conside­
rando una partícula proyectada radialmente hacia el exte­
rior sin que sobre ella actúen fuerzas reales. Su trayectoria
real será una línea recta radiál, como indica la fig. 4.25 a,
pero en el sistema giratorio su trayectoria será como en hacia fuera desde el centro, vista desde el sistema
la fig. 4.25 b. Esta aceleración se denomina aceleración de referencia giratorio.
de C oriolis y la fuerza ficticia deducida de la misma se
denomina fuerza, d e C o rio lis (véase fig. 4.25). Los términos
terceros de las ecuaciones (4.34) son justamente los térmi­
nos de la aceleración centrípeta y la fuerza ficticia que se
deriva es la fu e rza cen trífu g a . Si v es pequeña frente a <*>r,
la fuerza de Coriolis es pequeña comparada con la fuerza
centrífuga.
Como ejemplo de estas fuerzas ficticias y concor­
dancia de los puntos de vista de los sistemas inerciales
y rotatorio, consideremos un avión supersónico que se
mueve hacia el este en el ecuador a una velocidad en la
Tierra de 2000 m illas/h (o sea, 8,8 x 104 cm /s). La fig. 4.26
ilustra la situación. Consideremos que la trayectoria man­
tiene su «nivel» de modo que sigue la curvatura de la
superficie de la Tierra y, como su altura es pequeña frente
al tamaño de la Tierra, supongamos que se encuentra a
la distancia r, radio de la Tierra, del centro.
En primer lugar veamos la situación desde el punto de
vista del sistema inercial. En esta visión el avión se mue­
ve en un círculo de radio r a la velocidad u>r + V. Esta FIG. 4.26 Sistemas inercial y rotatorio de la Tierra
velocidad es la combinación del movimiento de la super­ vistos desde el espacio por encima del Polo Norte.
ficie de la Tierra en el plano del ecuador y la velocidad xR, yR están en el plano ecuatorial. El vector v es la
del avión respecto a la Tierra. Debe existir una fuerza velocidad de un avión supersónico relativa a la Tierra,
centrípeta que proporcione la aceleración centrípeta rela­ volando en una trayectoria «nivelada» hacia el este,
cionada con su trayectoria circular; el valor de esta fuerza como indica la curva punteada. Se indican las direccio­
centrípeta resulta de la combinación de la fuerza de la nes locales este y oeste.
136 Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo

gravedad y de la fuerza ascensional aerodinámica. Por condiciones anulan todos los términos de la segunda ecua­
tanto, escribiremos, ción de (4.34).] Como antes nuestra fuerza real es

GMm , m(cor + V )2 9 n . Tr m V 2 ü G M ííl , r


________ i. f ± i---------- — = —moi r — 2m cov---------- * = + J
j.2 J r r

donde / es la fuerza de ascensión aerodinámica.


en donde / representa la fuerza ascensorial, m la masa del La sustitución de estas expresiones y estos valores en
avión y los signos negativos indican que la fuerza o acele­ nuestra ecuación nos da
ración están dirigidas hacia el centro. Resolviendo para /
resulta GMm
+ f + 2m coV + mco2r
V2
r GM m mV2
f = — 5 mco"r — 2m cov---------- Resolviendo de nuevo para / y escribiendo G M m /r1
— mw2r = mg como antes, tenemos
o sea
/ = m g — 2mcoV — V2
mV2
f = mg — 2mco V —
Este resultado coincide con el obtenido desde el punto de
En la segunda expresión se reconoce simplemente que vista del sistema inercial. El término 2mu>V es una fuerza
G M m /r2 — m<¿r es la fuerza «de gravedad» efectiva local de Coriolis; el último término m V 2/ r es una fuerza centrí­
mg en el ecuador, tal como se describe en la pág. 111 («La fuga debida a la velocidad del avión en su trayectoria
Tierra, como sistema de referencia»). Llegamos a la con­ curva. La fuerza centrífuga debida a la rotación de la
clusión de que a causa de los efectos combinados de la Tierra se ha absorbido en la fuerza local adscrita a la
velocidad respecto a la Tierra del avión y la rotación gravedad.
ésta, la fuérza ascensional requerida es un poco menor Otro ejemplo (mencionado anteriormente) es el siguien­
que mg debido a los dos últimos términos sustractivos. Si te. Sabemos que en un sistema inercial un cuerpo prqyec-
utilizamos el valor de V dado anteriormente, con w = 7,3 tado desde el centro de rotación se propagará en líhea
X 10~5 rad/s y r = 6,4 x 108cm, encontramos que 2<¿V = 12,85 recta hacia fuera:
cm /2 y V 2/ r = 12,10 cm /s2. Estos valores han de restarse de
g = 978 cm /s2, aceleración de un objeto que cae en el ecua­ xi = V Vi = 0 z¡ = 0
dor. La fuerza ascensional requerida se reduce aproxima­
Esto da en el sistema rotatorio
damente en un 2,6 por ciento.
Veamos la misma situación desde el punto de vista del
v 0t = xR eos wí — y Rlsen wt (4.38)
sistema de rotación. Utilizaremos la primera ecuación de
(4.34) y elegiremos nuestro tiempo en el instante i = 0 0= xR seneoí + y R eos coi (4.39)
cuando los ejes de rotación coinciden con los ejes inercia-
les. La primera ecuación se convierte en Comprobemos que esto satisface las ecuaciones (4.34) con
x¡ = 0, y¡ = 0. Multiplicando la primera de estas ecuaciones
*i = *r - 2u Vr ~ por eos coi, la segunda por sen wí y sumando, obtenemos
Naturalmente, mx¡ es igual a la fuerza real F y siguiendo
el esquema de la ecuación (4.7) podemos escribir nuestra xR ~ 2 <¿yR - u 2xr = 0 (4.40)
ecuación actual en la forma
A partir de las ecuaciones (4.38) y (4.39) resulta
F + 2mo¡yR + m w 2xR = m xR
Xr = v0tcoso)t y R = —u0f sen coi
Los términos segundo y tercero del primer miembro cons­
y cuando sustituimos éstas en la ecuación (4.40) resulta
tituyen las fuerzas ficticias que deben estar presentes si
que ésta se satisface.
tn x R ha de ser igual a la suma de todas las fuerzas.
Si consideramos el movimiento en tres dimensiones y
Las condiciones de nuestro problema dan los valores
una dirección arbitraria para el vector velocidad angular
siguientes a las variables
resulta
V2
x„ = r = 0
aR + 2íú X vR + X (« X r) = F /M

yR = o yR = v yR = o y por tanto,
pues en el sistema rotatorio el avión se mueve en una
trayectoria curvada con velocidad V. [Incidentalmente estas M aR = F — 2Mío X v R — Meo X («X r)
Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo 137

Sistema S Sistema S

t = 0 t>0

FIG. 4.27 a) Consideremos una carga positiva q en re­ b) La aceleración inicial de q es a = qE/M .
poso en el origen sometida a un campo eléctrico E
y un campo magnético B perpendiculares.

Sistema S
en donde F es la fuerza real. Es decir

—2 M ío X vR es la fuerza de Coriolis (4.41)


y
—meo X (« X r) es la fuerza centrífuga (4.42)
E

M o v im ie n to d e un p r o tó n en un c a m p o e lé ctric o y o tro
m a g n ético p e rp e n d ic u la re s e n tre sí. Este es un ejemplo im­
portante que puede resolverse con facilidad y su interpre­
tación se hace simplemente mediante una transformación
de coordenadas a un sistema móvil. Sean B = B z y E = E x,
como se ilustra en la fig. 4.27 a. De acuerdo con las defi­
niciones de la fuerza deLorentz [dadas por la Ec. (3.19)] t= 0
y de la frecuencia de giro [dada por la ecuación (3.27)]
tenemos para las ecuaciones del movimiento de una par­
tícula cargada c) Tan pronto como q adquiere velocidad en la direc­
ción de E, sufre una fuerza F = (q /c )v X B. La órbi­
ta se curva entonces en la dirección — y.
Óx = m e + w cVy = ~ ^ ° Vx = 0 (4 -43)

Hay una so lu ció n p a rtic u la r para estas ecuaciones que


describe el movimiento sin aceleración, que se obtiene velocidad dada por la ecuación (4.44) resulta que en este
haciendo v x = v y = 0. Entonces nuevo sistema la partícula se mueve uniformemente en un
círculo. Las transformaciones de las componentes de la
velocidad son
v* = ° V' = - É ; = -°f <4-44>
Para una partícula cargada que se mueve con esta velo­ VX = V'X Vy = ~cf + Vy (4-45)
cidad la fuerza neta es nula, pues las fuerzas eléctricas y
magnéticas se anulan entre sí. Los campos perpendiculares
Sustituyendo en la ecuación (4.43) resulta (recordemos que
se utilizan de este modo como un s e le c to r d e v e lo cid a d e s
<»c = e B /M c )
en la investigación atómica y nuclear.
Si transformamos el problema general del movimiento
a un sistema de coordenadas S' que se mueve con la v'x = " cv'y v ’y = - w X (4.46)
138 Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo

Cuando se transforma en el sistema de laboratorio, las


ecuaciones (4.47), teniendo en cuenta la ecuación (4.45)
nos ofrecen

dx E dy E
v‘ = n ; = cB sena' t v v = ~df = cb ^~ + COS ^
(4.49)

La integración de las ecuaciones (4.49) con condiciones


iniciales x = y = 0 para í = 0 y teniendo en cuenta (4.48)
nos da
x = r(l - eosa ct) y = r ( - u cí + sen<ocí)
Estas son precisamente las ecuaciones del movimiento de
un punto de la periferia de un disco de radio r que gira
en la dirección del eje y negativo (véase fig. 4.28 a y b).
Utilizando unidades SI la velocidad del sistema móvil es
— E /B y, naturalmente, <ac = eB /M . La ecuación (4.48) se
convierte en
d) q finalmente se queda en reposo en P, que es un
E ME
punto del eje y. Entonces empieza un nuevo ciclo
del movimiento. w„B eB 2

La descripción del movimiento es la misma.


Estas coinciden con las ecuaciones (3.24) que describen el
movimiento uniforme circular. Así, el comportamiento de NOTA MATEMÁTICA
la partícula puede describirse simplemente como un movi­
miento circular uniforme de velocidad angular i»c = B e /M c D e riv a d a d e l p r o d u c to d e v e c to re s. En el Cap. 2 con­
en el plano x 'y' del sistema S' superpuesto a un movi­ sideramos la derivada vectorial; recordemos en particular
miento estacionario de este sistema, con velocidad v v =
que si
= — c E /B relativa al sistema del laboratorio. En S' la par­
tícula «siente» sólo el campo magnético; el campo eléctrico r = xx + y y -f z z
es cero en este sistema.
Si elegimos las condiciones iniciales de tal modo que entonces
la partícula cargada está momentáneamente en reposo
en el origen del sistema del laboratorio para i = 0, el mo­ r = xx + ijy + ¿z
vimiento subsiguiente es el de una cicloide. Este movimien­ siempre que los vectores unitarios de referencia sean
to es semejante al de un punto de la periferia de una constantes.
rueda que gira con velocidad uniforme c E /B a lo largo Derivemos ahora la relación
del eje y negativo *. A continuación demostramos este he­
cho, ilustrado en las figs. 4.27 a, b, c y d. d
En S' las condiciones iniciales de velocidad correspon­ ^ (A X B ) = A X B + A X B
dientes a la velocidad cero en el sistema de laboratorio
son v'x = 0 y v 'y = c E / B . Las soluciones de las ecuacio­
nes (4.46) que satisfacen esta condición inicial son Designemos el producto A(i) x B(í) por P(i) y considere­
mos la expresión

Vx = CB sencocí yv = c — eos wcí (4.47)


P(í + Ai) - P(í) = A(f + Ai) X B(f + Ai) - A(f) X B(f)
Estas representan un movimiento circular uniforme de
igual sentido que las agujas del reloj cuando se observan
desde una posición sobre el eje z' positivo, con velocidad
=[A(,)+^ Aí]x[B(í)+^ At] ~ A(í>x"M
angular wc y radio
= A í[ ^ x B+ A x " ] + <Aí>2[ # x ir ]
cE
(4.48)
cc„B Así, pues, se tiene

(*) Si la partícula posee una velocidad inicial su movimiento lim P (t + Ai) — P(t)
P = Ai-^0 Aí =AxB+AxB
será el de un punto interior o exterior a la periferia de la rueda.
Sistemas de referencia; transformaciones de Galileo 139

b) La cicloide común se genera por q, situada en


una circunferencia que rueda sobre una línea recta.

Obsérvese que el orden de los factores en el producto


vectorial es importante para el resultado.
Por un razonamiento semejante tendremos

-^(A • B) = Á • B + A • B

LECTURAS SUPLEMENTARIAS

PSSC, F ísica , Caps. 20 (secs. 9-11), 22, Ed. Reverté, S. A.


Ernst Mach, T he S cien ce o f M echanics, cap. 2, sec. 6,
The Open Court Publishing Company, La Salle, 111., 1960.
C ollier's E n c y clo p ed ia , 1964. Una discusión elemental ex­
celente del péndulo de Foucault, puede leerse bajo el
epígrafe de Foucault.
Mary Hesse, Resource Letter on Philosophical Foundations
of Classical Mechanics, A m . J. P h ys. 32:905 (1964). Esta
es una lista muy Completa de trabajos.

FIG. 4.28 a) La órbita es una cicloide común (si la par­


tícula parte de reposo) y q posee una velocidad media
hacia la derecha: V = cE/B. Obsérvese que la direc­
ción de la velocidad media cE/B coincide con la dirección
E x B. En el segundo Tema Avanzado, E x B = Ex x Bz =
= — EBy, que es el resultado de las Ecs. (4.44) y (4.45).
Contenido

LEYES DE C O N SERVAC IÓ N DEL M U N D O FÍSICO


D EFIN IC IÓ N DE CONCEPTOS
Ejemplo. Movimiento libre de un cuerpo
proyectado hacia arriba
C onservación de la enerqía
Trabajo
Energía cinética
Ejemplo. Caída libre
Energía potencial
Ejemplo. Fuerza restauradora lineal; transformaciones
entre la energía cinética y la potencial
Ejemplo. Conversión de energía en una cascada
Ejemplo. Transformaciones de energía en el salto de pértiga

FUERZAS CONSERVATIVAS
Energía potencial y conservación de la energía en
campos gravitatorios y eléctricos
Ejemplo. Velocidad de escape desde la Tierra
y desde el sistema solar
Ejemplo. Potencial gravitatorio próximo a la
superficie de la Tierra
Ejemplo. Movimiento de proyectiles
Ejemplos:
Campo electrostático
Potencial
Diferencia de potencial
Energía de la partícula cargada deducida de la
diferencia de potencial
Aceleración de un protón en un campo eléctrico uniforme
Ejemplo. Electrón-volt

POTENCIA
Problemas
Notas históricas:
D escubrim iento de C eres
D escubrim iento de Neptuno
Lecturas suplem entarias
Conservación de la energía
142 Conservación de la energía

LEYES DE CO N SERVAC IÓ N DEL M U N D O FÍSICO


En el m undo físico existe un cierto núm ero de leyes
de conservación, algunas de las cuales son exactas y
otras aproxim adas. Una ley de conservación es norm al­
mente la consecuencia de una sim etría fundam ental del
universo. Existen leyes de conservación relativas a la
energía, a la cantidad de movimiento, al m om ento ciné­
tico, a la carga, al núm ero de bariones (protones, neutro­
nes y partículas elementales m ás pesadas), extrañeza y
otras diversas magnitudes. En los Caps. 3 y 4 discutimos
la conservación de la cantidad de movimiento lineal. Dis­
cutirem os la conservación de la energía en este capítulo.
En el siguiente tratarem os de la conservación y uso del
m omento cinético. La discusión completa Se ceñirá de
m omento al régimen no relativista, lo cual equivale a
restringirse a las transform aciones galileanas, a veloci­
dades mucho menores que las de la luz y a la inde­
pendencia entre la m asa y la energía. En el Cap. 12, des­
pués de discutir la transform ación de Lorentz y la rela­
tividad restringida, darem os las form as apropiadas de
las leyes de la conservación de la energía y de la canti­
dad de movimiento en el régim en relativista.
Si se conocen todas las fuerzas que intervienen en
un problem a y si somos lo suficientem ente hábiles y
tenemos calculadoras de adecuada velocidad y capacidad
para obtener las trayectorias de todas las partículas,
entonces las leyes de la conservación no nos dan nin­
guna información adicional. Pero constituyen una he­
rram ienta muy poderosa que los físicos utilizan diaria­
mente. ¿Por qué dichas leyes de conservación son he­
rram ientas de tanta utilidad?
1. Las leyes de conservación son independientes de
los detalles de la trayectoria y, a menudo, de los detalles
de una fuerza particular. Estas leyes, por consiguiente,
son un procedim iento de obtener consecuencias muy
generales y significativas de las ecuaciones del movi­
miento. Una ley de conservación puede asegurarnos a
veces que algo es imposible. Por lo tanto, no perdere­
mos tiempo en analizar un pretendido aparato de movi­
m iento perpetuo, si es sim plem ente un sistem a cerrado
form ado por componentes mecánicos y eléctricos, o un
esquem a de propulsión de satélites, el cual da a enten­
der que trabaja moviendo pesos internos.
2. Las leyes de conservación pueden utilizarse aun
cuando no se conozca la fuerza; esto se aplica particular­
m ente a la física de las partículas elementales.
Conservación de la energía

3. Las leyes de conservación tienen una conexión


íntim a con la invarianza. En la exploración de fenóme­
nos nuevos y aún sin com prender, las leyes de conser­
vación son con frecuencia el hecho físico más im por­
tante que conocemos y pueden sugerim os conceptos de
invarianza apropiados. En el Cap. 4 vimos que la con­
servación de la cantidad de xnovimiento podría interpre­
tarse como una consecuencia del principio de la inva­
rianza galileana.

4. Aun cuando se conozca exactamente la fuerza,


una ley de conservación puede constituir una ayuda
conveniente p ara obtener el movimiento de una partícu­
la. Muchos físicos tienen una m tin a norm al para resol­
ver problem as desconocidos: Prim ero utilizan las leyes
de la conservación más im portantes una por una; úni­
camente después dé esto, si no han contribuido a desvelar
el problem a, empiezan el trabajo real con ecuaciones
diferenciales, métodos variacionales y de perturbaciones,
calculadoras, intuición y demás instrum entos a nuestra
disposición. En los Caps. 7 a 9 harem os uso de las leyes
de la conservación de la energía y de la cantidad de mo­
vimiento de este modo.

DEFINICIÓN DE CONCEPTOS

La ley de la conservación de la energía comprende


los conceptos de energía cinética, energía potencial y
trabajo. Estos conceptos, que pueden com prenderse con
un ejemplo sencillo, surgen de modo natural de la segun­
da ley de Newton y se tra tará n con más detalle poste­
riormente. Para empezar tratarem os el caso de fuerzas
y movimientos en una sola dimensión. Esto simplifica
la notación. La mayoría de los tem as de este capítulo se
tratarán para las tres dimensiones; su repetición puede
ser útil.
Para desarrollar los conceptos de trabajo y energía
cinética consideremos una partícula de m asa M flotan­
do en el espacio intergaláctico y libre de todas las
interacciones externas. Observemos la partícula desde
un sistema de referencia inercial. Se aplica una fuerza
F a la partícula en el instante t = 0. La fuerza, por tanto,
se m antiene constante en m agnitud y dirección. Se tom a
su dirécción como eje y. La partícula se acelerará bajo
la acción de la fuerza .aplicada. El movimiento para
cualquier instante t > 0 viene descrito por la segunda ley
de Newton
144 C onservación de la energía

F = M ^ r = M y* (5.i>

Así, pues, la velocidad después del tiem po t es


rv r,t r„ t F
p
j dv = l■'o y dt = "o
í M dt
o sea
v - vo = J ¡ t (5.2)

en donde v0 es la velocidad inicial, que suponemos coin­


cide con la dirección y.
Obsérvese que (5.2) puede escribirse como

Ft = Mv(t) — Mv0

El segundo m iem bro es la variación de la cantidad de


movimiento de la partícula entre 0 y t; el prim ero es la
m agnitud denominada impulso de la fuerza entre los
mismos instantes. En el caso que F sea muy grande,
pero el tiempo sobre el que actúa muy corto, puede ser
conveniente definir el impulso del modo siguiente:

Impulso = f Fdt = A(Mt>) (5.3)


o
La Ec. (5.3) nos dice que la variación de la cantidad
de movimiento es igual al impulso **.
Si la posición inicial es y0, integrando la Ec. (5.2), res­
pecto al tiempo resulta

y(t) - yo = f v (t) d t = f ( üo + ^ t ) d t = V + Y m *

(5.4)
Resolviendo la ecuación (5.2) para el tiem po t

t = y (v - v0) (5.5)

Sustituyendo ahora la Ec. (5.5) en la (5.4) se obtiene

y - yo = y ( üüo - V) + j y (v2 - 2w 0 + v02)


1M / o 2\
= J T ( ü° >

(*) Utilizamos y en lugar de x o z simplemente por conveniencia


para aplicar los resultados al campo gravitatorio constante, para el cual
utilizamos y en el Cap. 3.
(* * ) Cursos más avanzados de mecánica tratan frecuentemente el
impulso. El Problema 16 de este Capítulo y el Problema 10 del Capí­
tulo 8, utilizan dicho concepto.
Conservación de la energía 145

y, por tanto,

\M v2 - |M ü02 = F X (y t/0) (5.6)

Si llamamos a 1/2 Mv2 energía cinética de la partícula,


es decir, la energía que posee en virtud de su movimiento,
entonces el prim er m iembro en la Ec. (5.6) es la varia­
ción de la energía cinética. Dicha variación está origi­
nada por la fuerza F, que actúa a lo largo de la distancia
(y — y0)- Constituye evidentemente una buena definición
de trabajo considerar a F x (y — y0) como el trabajo
realizado por la fuerza, aplicada sobre la partícula. Con
estas definiciones la Ec. (5.6) puede expresarse diciendo
que el trabajo realizado por la fuerza aplicada es igual
a la variación de la energía cinética de la partícula. Todo
ello es consecuencia de las definiciones, pero éstas son
útiles y están de acuerdo con la segunda ley de Newton.
Si M — 20 g y v = 100 cm /s, la energía cinética

Ec = p í o 2 = |(20)(104) = 1 X 105 g-cm2/s2


= 1 X 105 ergs
El ergio es la unidad de energía en el sistema cgs de
unidades. Si una fuerza de 100 dinas se aplica a lo largo
de una distancia de 103 cm,

jP(i/ — í/0) = (102)(103) = 105 dina-cm — 105 ergs

Un ergio es la cantidad de trabajo realizado por una


fuerza de una dina que actúa a lo largo de un centímetro.
El trabajo tiene las dimensiones

[Trabajo] ~ [fuerza] [distancia] ~ [m asa] [aceleración]


[distancia] ~ [m asa] [velocidad]2 ~

[M J í L \ ~ [ML2r_2] ~ [™ ergía]

En el Sistema Internacional la unidad es el julio, que es


el trabajo realizado por una fuerza de un newton ac­
tuando a lo largo de un m etro. Para convertir julios en
ergios, m ultipliqúese por 107 el valor del trabajo expre­
sado en julios, pues como vimos en el Cap. 3, 1 N = 105
dinas y 1 m = 102 cm. En el ejemplo anterior de energía
cinética, M = 0,020 kg, v = 1 m /s y Ec = 1/2 (0,02 X 102)
= 1 X 10-2J.
Al hablar de trabajo debemos especificar siempre el
trabajo realizado por algo. En el caso anterior, el tra ­
bajo está realizado por la fuerza que acelera la partí-
146 Conservación de la energía

cula. Estas fuerzas son a m enudo partes integrales del


sistem a que estamos analizando; por ejemplo, pueden
ser gravitatorias, eléctricas o magnéticas. Más tarde,
cuando estudiemos la energía potencial, les llamaremos
fuerzas del campo o fuerzas del sistema', pero podemos
considerar tam bién fuerzas aplicadas por un agente
externo (quizás nosotros mismos) y será im portante
distinguir entre el trabajo realizado por las fuerzas del
campo y el trabajo realizado por el agente. Por ejem­
plo, si el agente aplica una fuerza siem pre igual y
opuesta a la fuerza del campo, entonces la partícula no
será acelerada y no se producirá ningún cambio de ener-
FIG 5.1 Al caer desde la altura h, partiendo del reposo, gía cinética. El trabajo realizado por la fuerza del cam-
la fuerza de la gravedad realiza el trabajo Mgh, que es p Q es exactamente neutralizado por el trabajo realizado
igual a la energía cinética engendrada. pQr ej agente, como es lógico, ya que F ag = — F . (Es
im portante tener en cuenta que hemos excluido los efec­
tos de las fuerzas de rozam iento en la discusión actual;
utilizamos situaciones ideales para establecer nuestras
definiciones y conceptos.)
Consideremos ahora un cuerpo (partícula), no en el
espacio intergaláctico, sino liberado desde una altura h
por encima de la superficie de la Tierra (y0 = h, v0 = 0).
La fuerza gravitatoria FG — — Mg tira hacia abajo del
cuerpo. Cuando el cuerpo cae hacia la superficie de la
Tierra, el trabajo realizado por la gravedád es igual al
aum ento en energía cinética del cuerpo (véase fig. 5.1):

W (por la gravedad) = FG X (y — y0)

o, en la superficie de la Tierra (y = 0),

W (por la gravedad) = (—Mg)(0 — h) = Mgh


= \Mv? - |M ü02 = \M tf (5.7)

en donde v es la velocidad del cuerpo al alcanzar la


superficie de la Tierra. La Ec. (5.7) sugiere que a la altu­
ra h el cuerpo tiene energía potencial (capacidad para
realizar trabajo o adquirir energía cinética) de valor
Mgh respecto a la superficie terrestre.
¿Qué le sucede a la energía potencial cuando una
partícula en reposo sobre la superficie de la Tierra se
eleva hasta una altura h ? Para elevar el cuerpo debemos
aplicar al cuerpo una fuerza hacia arriba F ag ( = — F G).
Ahora y0 = 0, x = h. Realizaremos el trabajo

W (por nosotros) =
= Fas X (y - y o) = (Mg)(h) = Mgh (5.8)
Conservación de la energía 147

sobre el cuerpo, por lo que le darem os a éste la energía


potencial Mgh que, como dijimos anteriorm ente, tiene i
a la altura h (véanse figs. 2.5 a a c).Obsérvese que la fuer­ Fs = + M g
za ejercida por nosotros se llam a Fag; en otras palabras,
existe identidad entre nosotros y el agente externo. Es
im portante recordar que aquí un agente externo se in­ WM
troduce conceptualm ente en el problem a só lo . con el
propósito de evaluar la energía potencial. Fc = —Mg
En ausencia de las fuerzas de rozam iento puede form u­
larse ahora una definición específica de la energía po­
tencial de un cuerpo (partícula) en un punto de interés:
La energía potencial es el trabajo que realizamos al mo­ FIG. 5.2 a) Una masa M en reposo sobre la superficie
ver el cuerpo sin aceleración desde una posición inicial, de la Tierra experimenta dos fuerzas iguales y opuestas:
Fg, la fuerza gravitatoria de atracción, y Fs, la fuerza
asignada arbitrariamente con valor cero, hasta el punto
ejercida sobre M por la superficie de apoyo.
de interés. Conviene hacer unos comentarios al respecto
para una m ejor comprensión. Podemos librem ente asig­
nar el cero de energía potencial según nuestra conve­
niencia, y así el valor del punto que nos interesa será ■f'agy
siempre relativo respecto a este origen. Posiblemente
existen fuerzas de campo que actúan sobre el cuerpo y
para moverlo sin aceleración debemos ejercer una fuerza [yj y
igual y opuesta a su fuerza resultante. Bajo esta condi­
ción movemos el cuerpo sin aceleración desde la posi­
A T
t*
1V
I
ción cero hasta el punto en que deseamos evaluar la
energía potencial. El trabajo realizado es igual a la ener­

II

te
1
gía potencial. Como en ausencia de rozamiento la fuerza \

que aplicamos es siem pre igual y opuesta a las fuerzas


de campo presentes en el problem a, el trabajo que reali­ b) Para elevar M a velocidad constante se necesita
zamos es igual y opuesto al efectuado por estas fuerzas. una fuerza aplicada Fag = + Mg.

Por tanto, podemos igualmente definir la energía poten­


cial como el trabajo realizado por las fuerzas presentes en
el problema, las fuerzas del campo, para mover el sistema
en la dirección opuesta, desde el punto en consideración
al cero arbitrario. Por ejemplo, el trabajo realizado por
la gravedad [Ec. (5.7)] sobre el cuerpo que cae es igual
al trabajo que hacemos [Ec. (5.8)] en contra de la grave­
dad para elevar el cuerpo.
Igualm ente válida es la definición de energía potencial
positiva en un punto como la energía cinética engendrada
por las fuerzas en el movimiento libre del cuerpo hasta
el cero arbitrario (fig. 5.1). E sta definición no se aplica
a aquellos casos en los que la energía ^potencial es nega­
tiva respecto al cero; pero una modificación obvia de
la definición es válida. Al final del capítulo se da un
ejemplo.
Conviene destacar otros dos puntos. En prim er lu­ La cantidad de trabajo realizado al elevar M hasta
la altura h es W = Fag X h = + Mgh. La energía
gar, la energía potencial es puram ente una función de potencial U de la masa M se ha incrementado por
la posición, es decir, de las coordenadas del cuerpo o sis- ello en la cantidad Mgh.
148 Conservación de la energía

tem a *. En segundo lugar, el punto origen debe especifi­


carse siempre. Es sólo el cambio en energía potencial
el que tiene significado; por ejemplo, puede convertirse
en energía cinética o, al revés, creada a expensas de
ésta. El valor absoluto de la energía potencial no tiene
significado. Como esto es cierto, la elección del origen
es arbitraria, por ejemplo, la superficie de la Tierra,
el plano de una mesa, etc.; \cualquier otro cero daría la
mism a respuesta a una pregunta de física.
Las unidades [F][L ] = [M ][L2]/[T 2] de la energía
potencial son las mismas que las de la energía cinética.
Si Fag = 103 dinas y h = 102 cm, la energía potencial es
(103)(102) = 105 dinas-cm = 105 ergs, o en unidades S.I.,
FIG. 5.3 Si la masa se suelta, la energía potencial U 10~2 X 1,0 = 10-2 J. Designaremos la energía potencial por
disminuye y la cinética Ec aumenta, pero su suma per­
U o por E.P. Si en la Ec. (5.7) designamos por v, no la
manece constante. A la altura y, Uiy) = Mgy y £c(y) =
= iMv[y)2 = Mg{h — y). velocidad después de caer una distancia h, sino la velo­
cidad después de haber caído una distancia ( h — y), en­
tonces la ecuación análoga a la (5.7) es
o 2 Mv2 = Mg(h - y)

\M v2 + Mgy = Mgh = E
en donde E es una constante que tiene el valor Mgh
(fig. 5.3). Como E es una constante, tendrem os en la
Ec. (5.9) un enunciado de la ley de la conservación d e ia
energía:

E = Ec + U

= energía cinética + energía potencial = constante

= energía total.

En la Ec. (5.9) el térm ino Mgy es la energía potencial,


en donde hemos escogido y = 0 como cero de la energía
potencial. El símbolo E designa la energía total, que es
constante con el tiempo para un sistem a aislado (figu­
ras 5.4 a y b y 5.5 a y b).
Supongamos que elegimos el cero de energía poten­
cial para y = — H. Entonces tendríam os
E' = E c+ U = \M v2 + Mg(y + H) = Mg(h + H)

FIG. 5.4 a) Trabajo realizado por un estudiante en fun­ que se reduce a la Ec. (5.9) por sustracción de MgH a
ción del tiempo empleado en alzar, mediante un gato, cada m iembro y nos confirma que el cero de energía
un coche para cambiar la rueda. [El trabajo realizado potencial no altera la situación.
sobre un coche pequeño de 1 000 kg para elevar su
centro de masa 10 cm, será Fh = Mgh (103 x 103 g) x
X (103 cm /s2) (10 cm) = 1010 ergs.] El trabajo realizado (*) En problemas más complicados el alumno puede encontrar fun­
aparece en forma de energía potencial gravitatoria. ciones útiles como la energía potencial que incluye otras magnitudes.
Conservación de la energía 149

Altura

FIG. 5.5 a) La altura en función del tiempo de un cuer­


po que cae hacia tierra, partiendo del reposo.

Tiempo

b) Aquí, el gato ha resbalado y el coche cae brusca­


mente. La energía potencial se ha convertido en
cinética. Después que el coche hace contacto con
el suelo, la energía cinética se convierte en calor
en los amortiguadores, muelles y ruedas.

A veces es conveniente llam ar función energía E = Ec +


+ 17, a la sum a de las contribuciones de las energías
cinética y potencial. La contribución de la energía ciné­
tica Ec es igual a \M v2. La energía potencial depende
del campo de fuerza que actúa y tiene la propiedad
esencial de que — J F dx = U, la cual es una expresión
del trabajo en el caso de que la fuerza del campo F sea
una función de la posición y. Entonces

F= - 4 ^ (5.10)
dy
en donde F, la fuerza que actúa sobre la partícula, resulta
de interacciones intrínsecas, como las eléctricas o gravi-
tatorias y es lo que hemos denominado fuerza del campo
b) Energía potencial y cinética de un cuerpo que cae
o fuerza del problema. (En el ejem plo anterior, U = Mgy, en función del tiempo. La energía total, que es cons­
de modo que F = Fc = — Mg.) tante, es suma de las energías cinética y potencial.
150 Conservación de la energía

La Ec. (5.10) ilustra las fuerzas del campo. U define


un campo de energía potencial; es una función escalar
de y. Las fuerzas son derivables de esta función de cam­
po. Obsérvese aquí que el cero aparecerá en U como
una constante, de tal m odo.que cuando la fuerza se deri­
va de la Ec. (5.10), su valor es el mismo independiente­
m ente de la constante.

EJEMPLO

M ovim iento libre de un cuerpo proyectado hacia arriba. Si


proyectamos un cuerpo hacia arriba con una velocidad de 1000
cm /s, ¿a qué altura se elevará? Supongamos que el nivel de
proyección es la posición de la energía potencial cero. Entonces,
en el punto del lanzamiento
£ = 0 + |M ü 2 = X 106 ergs

En la altura máxima v = 0 y, por tanto,


E = Mgh
Igualando estas dos expresiones para E, resulta

h = 2 ¿ ~ 2 ^ ~ 500 Cm ° Cn unidades SI ~ ^ ~ 5m

Resolver este problem a por el m étodo dado en el Cap. 3


y com probar las ventajas de este enfoque.

Conservación de la energía. A continuación proce­


demos a desarrollar estas ideas en tres dimensiones, de
modo que podemos usarlas con toda generalidad. La
ley de la conservación de la energía establece que para
un sistem a de partículas cuyas interacciones no son
explícitamente * dependientes del tiempo, la energía to­
tal del sistema es constante. Aceptaremos este resultado
como un hecho experim ental muy bien establecido. Más
específicamente, la ley nos dice que existe alguna función
escalar [como la función £Mv2 + Mgy en la Ec. (5.9)] de
las posiciones y de la velocidad de las partículas consti­
tuyentes que es invariante respecto a un cambio en el
tiempo, con tal que no haya un cambio explícito en las
interacciones externas durante el intervalo de tiempo
considerado. Por ejemplo, la m asa m o la carga elemental
e no debe variar con el tiempo. Además de la función
energía, existen otras funciones que son constantes en las
condiciones especificadas aquí. (Tratarem os otras funcio­
nes en el Cap. 6 bajo el epígrafe de Conservación de la

(*) Consideremos el sistema con las partículas permanentemente


fijas o congeladas en su lugar; entonces una fuerza que dependa del
tiempo se dice que depende explícitam ente del tiempo.
Conservación de la energía

cantidad de m ovim iento y ael m om ento cinético.) La ener­


gía es una constante escalar del movimiento. Interpretare­
mos la frase interacción externa para incluir cualquier
variación en las leyes de la física o en los valores de las
constantes físicas fundam entales (como g, e o m ) durante
el intervalo de tiempo' que interesa, así como cualquier
cambio en las condiciones externas, como los campos
gravitatorio, eléctrico o magnético. Recuérdese que la ley
no nos da ninguna nueva inform ación que no esté con­
tenida en las ecuaciones del movimiento F = "Aía. En
este tratam iento no consideram os cambios de energía
de la form a mecánica (cinética y potencial) a la form a
calorífica. Por ejemplo, omitimos fuerzas de rozamiento;
éstas no son lo que más tarde definiremos como fuerzas
conservativas.
El problem a central consiste en encontrar una ex­
presión para la función energía que tenga la deseada
invarianza respecto al tiempo y que sea consistente con
F=Ma. Por consistente, queremos decir que, por ejemplo,

i £=i<Ec+í/H f - F- 0
es idéntica con Fy = May. Puede com probarse esto me­
diante (5.9), resultando
dv du dv ,, ^.dv
M v ^ + Mg = j f _ + Mg = i f - j . + Jfc = 0

o sea
M -^r = -M g
dt &
Desde un punto de vista más avanzado este estableci­
miento de la función energética correcta es el problem a
fundamental de la mecánica clásica y su resolución for­
mal puede realizarse de m uchas m aneras, algunas muy
elegantes. La form ulación ham iltoniana de la mecánica,
en particular, es muy adecuada para su nueva interpre­
tación en el lenguaje de la mecánica cuántica. Pero aquí,
al principio de nuestro curso, necesitamos una form u­
lación directa sencilla más que la generalidad de las
formulaciones lagrangiana o hamiltoniana, que norm al­
mente son tem a de cursos posteriores *.
Trabajo. Definimos el trabajo W realizado sobre una
partícula por una fuerza aplicada constante F en un
desplazamiento Ar como
W = F • Ar = F Ar eos (F, Ar)

(*) La deducción de las ecuaciones lagrangianas del movimiento


exige el conocimiento de varios resultados elementales del cálculo de
variaciones,
Conservación de la energía

de conform idad con la definición (5.6) que dimos ante­


riorm ente. Supongamos que F no es constante, sino que
se tra ta de una función F(r) de la posición r. Si la tra ­
yectoria puede descomponerse en N segmentos lineales
en cada uno de los cuales F(r) es constante, podemos
escribir
W = F(rx) • Art + F(r2) • Ar2 + • ■• F(r„) •

= 2 F (r ¡ ) - A ri (5 -n >
j=i

en donde el símbolo 2 reem plaza a la sum a indicada.


La Ec. (5.11) es estrictam ente válida sólo en el lím ite
de los desplazamientos infinitesimales dr, porque en
general una trayectoria curva no puede descomponerse
exactamente en un núm ero finito de segmentos rec­
tilíneos.
El límite

) *A

es la integral de la proyección de F(r) sobre el vector


desplazamiento dr y se denomina integral curvilínea de
F desde A a B. El trabajo realizado en el desplazamiento
por la fuerza aplicada se define como

rB
W(A - > B ) = J F • dr (5.12)

en donde los límites A y B corresponden a las posiciones


t a y rB.

Energía cinética. Volvamos de nuevo a la partícula


libre sujeta a la acción de las fuerzas. N uestra intención
es generalizar (5.6)

\M v2 - |M ü02 = F x ( ¡ f - j l o )

para incluir las fuerzas aplicadas que varían en direc­


ción y módulo, pero se conocen como funciones de la
posición en toda la región donde ocurra el movimiento.
Sustituyendo F = M d v /d t en la Ec. (5.12), en donde F
es la suma vectorial de las fuerzas, encontram os para
el trabajo realizado por estas fuerzas
Conservación de la energía

Ahora ,
dr = - j- d t = v dt
dt
de modo que

en donde los lím ites A y B corresponden a los tiempos


tA y tB cuando la partícula está en las posiciones desig­
nadas por A y B.
Reordenando el integrando resulta

d ov¿ = —
d (v
/ • v)x = 2n —
d \ •v

dt dt dt
de modo que

2 j f ( 1 r v ) d f = £ { í t ° 2 ) d t = í d ( v 2 ) = v

Sustituyendo en la Ec. (5.14) obtenemos el im portante


resultado

r B
W(A B) = J F • dr = ±Mvb2 - \MvA2 (5.15)

para la partícula libre, lo cual es una generalización


de la Ec. (5.6).
Reconocemos a
Ec = |-Mv2 (5.16)

como la energía cinética definida en (5.6) y la designare­


mos por el símbolo Ec. Vemos a partir de (5.15) que
nuestras definiciones de trabajo y energía cinética tienen
la propiedad de que el trabajo realizado sobre una partícu­
la libre por una fuerza aplicada arbitraria es igual a la
variación de la energía cinética de la misma:

W (A ~+ B ) = E cb — E ca (5.17)
EJEMPLO

Caída lib re

(1) Repetimos un ejemplo dado antes. Si la dirección y es nor­


mal a la superficie de la Tierra y su sentido positivo es hacia
arriba, la fuerza gravitatoria es FG= — M gy, siendo g la acelera­
ción de la gravedad que tiene el valor aproximado de 980 cm /s2.
Calcular el trabajo realizado por la gravedad cuando una masa
de 100 g desciende 10 cm. Aquí podemos poner
Conservación de la energía

rA = ° rB = ~ 10y Ar = rB - r4 = -1 0 y

El trabajo realizado por la gravedad es


W = F G-Ar = ( - M g y H - 1 0 y )
= (102)(980)(10)y • y = 9,8 X 105 ergs

Obsérvese que W es independiente de cualquier desplazamiento


horizontal A x. Aquí la fuerza gravitatoria juega el papel de la
fuerza F.
(2) Si la partícula en (1) tenía inicialmente la velocidad 1 x 102
cm /s, ¿cuál sería su energía cinética y su velocidad al final de
su caída de 10 cm?
El valor inicial E cA de la energía cinética es j x 100 (100)2 =
= 5 x 105 ergios; el valor final E c B, según la Ec. (5.17), es igual
al trabajo realizado por la gravedad sobre la partícula, más la
energía cinética en A:

E o= W + \M v A2 = 9,8 X 105 + 5 X 105 ^ 15 X 105


2X15X105
~ 100 ~ JX

Este resultado está de acuerdo con el que obtendríamos a partir


de F = Ma, pero observemos que anteriormente no hemos espe­
cificado la dirección de la velocidad inicial 1 x 102 cm /s. Si estu­
viera en la dirección x, permanecería constante y

j M ( V + v x2)B - \ m ( vx2)a = 9,8 X 10*

vyB^ V 2 X 102
VB = V v x2 + Vy 2

= V i X lo 4 + 2 x 104
~ 1,7 X 102 cm /s

Ahora bien, si v y se dirigiese hacia abajo en la dirección y nega­


tiva, podríamos aplicar las conocidas relaciones de los cuerpos
que caen:
h = v 0t + \ g t 2
v ~ v0 = gt

' . = ^ +V(^)2
2gh = v 2 — u02

y de aquí obtener de nuevo la misma relación entre el trabajo


y la energía cinética

M gh = %Mvb 2 — \ M v 02 pues v 0 = vA

Este es un ejemplo de lo que queremos decir cuando afirma­


mos que los resultados obtenidos a partir de la ley de conserva­
ción deben ser consistentes con las ecuaciones del movimiento.
Utilizando el principio de conservación de la energía obtenemos
el mismo resultado que empleando una ecuación v2— v02 = 2gh
deducida de la ecuación del movimiento F = Ma (véase Cap. 3).
Conservación de la energía 155

Energía potencial. Ya dijimos anteriorm ente (pág. 148)


que sólo las diferencias de potencial tenían significado.
Nuestra definición de energía potencial indica que la dife­
rencia de energía potencial en los puntos B y A es el tra ­ Aí
bajo que debemos hacer al mover el sistem a sin acelera­
ción de A a B, de modo que Equilibrio

(5.18)

Las diferencias pueden ser positivas o negativas. Es


decir, si realizamos trabajo en contra de las fuerzas
Estirado
del campo, la energía potencial se increm enta U(rB) > xx— Ax U -
> C(rA)) si el trabajo se realiza en contra nuestra por las
fuerzas del campo (realizamos un trabajo negativo), la
energía potencial decrece. Lógicamente, si la energía
potencial crece a í ir de A a B, la energía cinética de una FIG. 5.6 a) Un muelle sin masa se conecta a una masa
M. Si el muelle se estira una pequeña cantidad Ax,
partícula libre moviéndose en dicha dirección decrecerá
ejerce una fuerza restauradora F = — C A x sobre M en
(naturalmente Fag no actúa), m ientras que si la energía la dirección indicada, siendo C la constante de fuerza
potencial decrece, la energía cinética se increm entará. Si del muelle.
ahora especificamos U(A) = 0 en la Ec. (5.18), el valor
de U(B) está unívocam ente definido siem pre que las
fuerzas sean conservativas (véase pág. 162).

EJEMPLO

Fuerza restauradora lineal; transformaciones entre la energía


cinética y la potencial. Una partícula está sometida a una fuerza
restauradora lineal en la dirección x. Una fuerza de este tipo es
directamente proporcional al desplazamiento respecto a un punto
fijo y en un sentido que tienda a reducir dicho desplazamiento
(véase fig. 5.6 a, b y c). Si tomamos como origen el punto fijo,

F = — Cxx o Fx = —Cx (5.19)


■mW H B M
en donde C es una constante positiva determinada, la constante
W W W m jm "
del muelle. Esta expresión constituye la denominada ley de
Hooke. Para desplazamientos suficientemente pequeños, una - %l¿1..- , - 4 • '■' >; Equilibrio
fuerza de esta clase puede ser originada por un muelle extendido
o comprimido. Para desplazamientos elásticos mayores debemos
añadir en (5.19) términos con mayores potencias de x. El signo
de la fuerza es tal que la partícula siempre está atraída hacia el
origen x = 0. c - 2 —
(1) Con la partícula sujeta al muelle, aplicamos ahora una '/
fuerza extrema que lleva a la partícula desde un punto x, a otro - m m r n v
\=É
x2. ¿Cuál es el trabajo realizado sobre la partícula por la fuerza Comprimido
—* i—Ax—»-| Ax [■«—
aplicada a lo largo de este desplazamiento? ///S
En este caso la fuerza sobre la partícula es una función de la
posición. Para calcular el trabajo realizado por la misma utili­
zaremos la definición (5.12) con Fag = — F = + Cxx.
b) Si el muelle se comprime una cantidad — Ax, ejer­
r X2 r X2 ce una fuerza restauradora sobre M igual a — C
W (x1 -> x2) = J F ag • d r = CJ xdx = \C(x22 - xt2) (— Ax) = C Ax, como se indica.
XI XI
156 Conservación de la energía

c) La fuerza restauradora, para pequeños desplaza­ FIG. 5.8 Al hacer este trabajo se aumenta la energía
mientos a partir de Xi, es proporcional a éstos. potencial del sistema muelle-masa. Un sistema de éstos,
desplazado del equilibrio Ax = x — Xi, tiene una energía
potencial U = iC (A x )2 = £C (x— xO2.

Si aquí elegimos x¡ = 0, posición de equilibrio, como cero de


energía potencial, resulta
U(x). = \C x 2 (5.20)
Este resultado es importante: la en ergía p o te n c ia l re fe rid a a la
fu erza re sta u ra d o ra lin eal es p ro p o rc io n a l al c u a d ra d o d e l des­
p la za m ie n to (véanse figs. 5.7 y 5.8).
(2) Si la partícula de masa M se deja en libertad en reposo
en la posición xmax, ¿cuál es su energía cinética cuando alcanza
el origen?
Se obtiene la respuesta directamente de (5.15) y (5.20): el
trabajo realizado por el m u e lle al ir de Xm&x al origen es
Estirado
W(xn 0) = \M v 2
en donde tenemos en cuenta que v = 0 para xmaX; la partícula
se supone que estaba allí en reposo. La velocidad en el origen
C M es Vj. Así, pues,

2v>*max2
i C r
W V1
Comprimido es la energía cinética en el origen x = 0. Alternativamente, pode­
mos utilizar el principio de conservación de la energía. Para Xmax,
E c = 0; de modo que U = %Cxma,x2 = E . Entonces para x = 0,
(véanse figs. 5.9 y 5.10).
FIG. 5.7 Con objeto de estirar (o comprimir) el muelle,
se debe ejercer una fuerza opuesta a la restauradora. i müi2 = E = \CxmJ (5.21)
Al desplazar el muelle una cantidad A x a partir de la
posición de equilibrio xtl se realiza un trabajo (3) ¿Cuál es la conexión entre la velocidad de la partícula
en el origen y el desplazamiento máximo xma%?

W= f C (x — x1)dx = |C(Ax )2
*i M'
Conservación de la energía 157

(5.22)

EJEMPLO
C o n versió n d e en ergía en un a cascada. La conversión, de ener­
gía de una forma en otra (potencial a cinética) viene ilustrada por
la cascada de la fig. 5.11. El agua en la parte superior de la casca­
da tiene energía potencial gravitatoria que se convierte en cinética
al caer. Una masa M de agua al caer desde una altura h pierde ener­ FIG. 5.9 Si se estira el sistema muelle-masa una lon­
gía potencial M gh y adquiere energía cinética £ M (v2—v02) = M gh. gitud A x y luego se deja en libertad, U inicialmente dis­
(La velocidad v se determina por esta ecuación si se conoce la minuye y Ec aumenta.
velocidad inicial v0 del agua.) La energía cinética del agua que
cae puede convertirse en una central hidroeléctrica en la ener­
gía de rotación de una turbina; si no es así, la energía cinética
del agua al caer se convierte al pie de la cascada en energía tér­
mica o calor. La energía térmica es simplemente la energía aso­
ciada con el movimiento caótico de las moléculas del agua.
(A una temperatura alta, el movimiento caótico molecular com­
porta más energía que a temperatura baja.)

EJEMPLO

T ra n sfo rm a cio n es d e energía en él sa lto d e p é rtig a . Un ejem­


plo ameno de la interconversión de energía entre formas diver­
sas —energía cinética, energía potencial de la pértiga elástica y
energía potencial debida a la elevación— viene ofrecida por la
secuencia de imágenes de la fig. 5.12 y las leyendas que las ilustran.

FUERZAS CONSERVATIVAS

Una fuerza es conservativa si el trabajo W (A-+ B) FIG. 5.10 Para x = Xi, U = 0 y fc (x i) = ^C(Ax)2, como
está indicado.
que realiza al mover una partícula desde A a B es in­
dependiente de la trayectoria que recorre la partícula
al ir de A a B. Si W (A ~ + B ) en la Ec. (5.15) tiene u n valor
distinto al variar de ru ta (como ocurriría si hubiera roza­
miento) la im portancia de la Ec. (5.15) dism inuiría drástica- FIG. 5.11 La cascada como ejemplo de conversión
entre formas distintas de la energía.
158 Conservación de la energía

FIG. 5.12 Movimiento de un saltador con pértiga. En pértigas de fibra de vidrio) almacena energía potencial
A su energía es toda cinética, asociada con su velocidad elástica en la pértiga flexándola. En C se está elevando
de carrera. En B ha apoyado el extremo delantero de la en el aire, ha perdido una considerable cantidad de
pértiga en el suelo y (especialmente con las nuevas energía cinética, asociada ahora con su velocidad de

mente. Suponiendo que J A


B F • dr es independiente de
la trayectoria
rB
| F • dr = — I F-dr
A B
O
J F-dr + f F-dr = 0 = $ F - d r
A B

donde J es la integral en el trayecto cerrado, por ejem­


plo, partiendo de A y 5 y regresando a A posiblemente
por otra ruta.
Podemos ver fácilm ente que una fuerza central es
conservativa. Una fu e r z a c e n tr a l ejercida por una par-
Conservación de la energía 159

Energía potencial Energía gravitatoria


(altura)

FIG. 5.12 (continuación) rotación alrededor del extremo no es siempre constante en el saltador porque hay
inferior de la pértiga. Adquiere energía potencial gravi­ rozamientos (externos y musculares) y porque, mientras
tatoria y el resto de la energía elástica de la pértiga. flexa la pértiga, el saltador realiza trabajo. El último
En D, pasando por encima de la barra, su energía ciné­ componente del trabajo incluye energía «interna» no
tica es baja porque se está moviendo con lentitud; su tenida en cuenta en el trabajo de elevación.
energía potencial (gravitatoria) es alta. La energía total

tícula sobre otra es aquélla cuyo módulo depende única­


mente de la separación entre am bas y cuya dirección
coincide con la recta que las une. En la fig. 5.13, una
fuerza central está dirigida hacia el centro (punto O) ale­
jándose (o acercándose) a dicho punto. Dos trayectorias,
1 y 2, unen el punto A con el B como está indicado. Las
curvas a trazos son arcos de circunferencia con centro
en O. Consideremos las m agnitudes (Fi • dr{) y (F2 • dr2)
calculadas sobre los segmentos de trayectoria compren­
didos entre los arcos de trazos. (Podemos considerar
160 Conservación de la energía

de un modo igualmente correcto a F • dr — F dr cos 0


como la proyección de F sobre dr m ultiplicada por dr
o de dr sobre F m ultiplicada por F). En este caso los
módulos Ft y F2 son iguales en los dos segmentos porque
están a la m ism a distancia del punto O; las proyeccio­
nes dr cos 0 de los segmentos de trayectoria sobre los
vectores respectivos F son iguales, porque la separación
de los dos arcos es la m ism a m edida a lo largo de la
dirección de F L o a lo largo de la dirección de F2. Por
lo tanto

Fj • dr1 - F2 • dr2

sobre los segmentos de trayectoria considerados. Pero


puede emplearse un razonam iento idéntico repetidam en­
te p ara cada p ar de segmentos comparables, de modo que

jr BF - d r = jr B F - d r
A A

(Trayectoria 1) (T rayectoria 2)

Para el campo gravitatorio constante la prueba viene


dada en la fig. 5.14.
Las fuerzas que tienen la propiedad de que
FIG. 5.13 Diagrama ilustrando la evolución de J b F * dr
parados trayectorias en el caso de que F sea una fuerza
central. W(A —> B) = i * F - d r (5.23)
JA

es independiente de la trayectoria se denominan fuerzas


conservativas. Para dichas fuerzas el trabajo que realizan
a lo largo de una trayectoria cerrada es cero.
Supongamos que la fuerza depende de la velocidad
con que se recorre la trayectoria. (La fuerza que actúa
sobre una partícula cargada en un campo magnético
depende de su velocidad.) ¿Puede ser conservativa una
fuerza de este tipo? Resulta que las fuerzas fundamen­
tales im portantes que dependen de la velocidad son con­
servativas porque su dirección es perpendicular a la del
movimiento de la partícula, de modo que F • dr es cero.
Puede com probarse p ara la fuerza de Lorentz (Cap. 3),
que es proporcional a v X B. Las fuerzas de rozamiento
no son realm ente fuerzas fundam entales, sino que son
dependientes de la velocidad y no son conservativas.
Toda nuestra discusión presupone que las fuerzas
actúan entre dos cuerpos. E sta hipótesis es im portante'
probablem ente los alumnos de este curso a lo largo de
su carrera tendrán que enfrentarse con fuerzas que
actúan entre varios cuerpos. En el Vol. 2 se hará un
estudio extenso de la hipótesis de los dos cuerpos.
Conservación de la energía 161

Se sabe experim entalm ente que W (A -+ B ) es inde­


pendiente de la trayectoria p ara las fuerzas gravitatorias
y p ara las electrostáticas. Se infiere este últim o resulta­
B C
do p ara las interacciones entre las partículas elem enta­
les a p a rtir de los experim entos sobre difusión y para t- EB
las fuerzas gravitatorias se deduce de la exactitud de las
predicciones de los movimientos lunares y planetarios,
como se verá en las Notas históricas al final de este ca­
pítulo. También sabemos que la Tierra ha completado
aproxim adam ente 4 x 109 órbitas alrededor del Sol sin
que cambie su distancia al Sol de una m anera aprecia-
ble, como se deduce de las pruebas geológicas sobre la
tem peratura de la superficie terrestre. La notable prue­ ¿ 3

ba geológica que se rem onta hasta quizás 109 años atrás


no puede considerarse totalm ente concluyente debido a
num erosos factores, incluyendo la emisión solar que
influye sobre la tem peratura, pero la observación es
sugestiva. (Se discutirán otros ejemplos adicionales en
las Notas históricas al final del capítulo.)
Necesitamos decir algo más sobre la comparación
entre las fuerzas centrales y las no centrales. En la
W (.W C B ) = I — M g y ' d x x + ^ — A/gy-r/f/y
consideración de la fuerza entre dos partículas existen
dos posibilidades: (1) Las partículas no tienen más
coordenadas que las de su posición. (2) Una de ellas o + j — M&y'dxx = 0 — Mfih + 0
las dos tienen ejes que distinguen físicamente su orien­
tación. En la prim era posibilidad pueden existir única­
mente fuerzas centrales, m ientras que en la segunda, la Por tanto W ( . \ B ) = : W ( A D C B )
especificación de que la partícula se mueve desde A a B
es incompleta; hemos de especificar tam bién que el eje se
m antiene en la m ism a dirección respecto a algo. Una
barra im antada tiene un eje que se distingue física­ FIG. 5.14 Figura que ilustra la magnitud / F * dr para
mente: Si movemos el im án realm ente a lo largo de dos trayectorias distintas en un campo gravitatorio
una trayectoria cerrada en un campo magnético unifor­ constante.
me, podemos obtener, o no, una cantidad neta de trabajo
sobre el mismo. Si el im án term ina en la m ism a posición
y con la m ism a orientación con que partió, no se realiza
trabajo. Si la posición es la misma, pero la orientación
es diferente, se habrá realizado trabajo (el cual podrá
tener signo positivo o negativo).
Es fácil ver que el rozam iento no es una fuerza conser­
vativa. Se opone siem pre a la dirección del movimiento,
de tal modo que el trabajo realizado por una fuerza
de rozam iento constante en un movimiento de A a B a
la distancia d será Froz d; si el movimiento se realiza de
B a A, será tam bién Froz d. Ahora bien, si el rozam iento es
una m anifestación de fuerzas fundam entales que son
conservativas, ¿cómo es posible que las fuerzas de roza­
m iento no lo sean? Es una cuestión de detalle de nuestro
Conservación de la energía

análisis. Si analizamos todos los movimientos a nivel


atómico, el correspondiente a las fuerzas fundam enta­
les será un «movimiento» conservativo; pero si consi­
deram os parte del movimiento como calor, el cual es
inútil en sentido mecánico, es porque ha actuado el roza­
miento. La identidad entre el calor y la energía cinética
aleatoria se tra ta en el Vol. 5. En la discusión de la con­
servación de la cantidad de movimiento en el Cap. 4
consideram os un choque inelástico de dos partículas.
La energía cinética no se conservaba, pero la sum a de la
energía cinética y de la energía de excitación interna
de las dos partículas se denominó energía total y se
supuso que se conservaba, de acuerdo con todos los
experimentos conocidos.
Volvamos ahora a la discusión de la energía poten­
cial. La discusión de las fuerzas conservativas destaca
la nota im portante de que la energía potencial en un
punto puede definirse unívocamente sólo en el caso de
fuerzas conservativas (pág. 155). Ya hemos visto cómo se
calcula la energía potencial a p a rtir de un conocimiento
de las fuerzas que actúan en un problem a; elegimos el va­
lor cero y después calculamos el trabajo que realizamos
(o realiza el agente) al mover lentam ente el sistem a sin
cam biar la energía cinética desde el valor cero hasta la
posición deseada. Como Fag es siem pre exactam ente igual
y opuesta a la fuerza F del problem a, vemos que el co­
nocimiento de las fuerzas del problem a nos perm ite
calcular la energía potencial:

FFag • dr = - f F • dx = U(r) - U{A) = U{r) (5.24)


A A

suponiendo que U(A) = 0.


¿El conocimiento de la energía potencial nos perm ite
calcular las fuerzas? Sí, En una dimensión

(5.25)
A

de donde se obtiene por derivación


dU (5.26)
dx

Este resultado puede com probarse sustituyendo (5.26)


en (5.25):
Conservación de la energía 163

FIG. 5.15 a) Función de energía potencial unidimensio­ b) En el punto xt — Ax, dU /dx > 0, de modo que F < 0
nal U{x) representada en función de x. En los puntos (hacia la izquierda). En el punto Xi + Ax, d i l / d x c 0,
x = Xi, O, y Xi tenemos d U /d x = 0 y, por tanto, la de modo que F > 0 (hacia la derecha). Un pequeño
fuerza F es nula en estos puntos. Estos son, por con­ desplazamiento a partir de xi, por consiguiente,
siguiente, posiciones de equilibrio, no necesariamente da como resultado una fuerza que tiende a aumen­
estable. tar el desplazamiento, y así Xi es una posición de
equilibrio inestable.
La ecuación (5.27) es un ejemplo del resultado gene­
ral de que la fuerza con signo menos representa la
variación de la energía potencial por unidad de longitud.
En tres dimensiones, la expresión análoga a (5.26) es *

F = du dU
z, d U _— —eradArU
r
(5.28)
dx dy dz

en donde «grad» designa el operador gradiente que se


define por
grad = x— + v— 4- z— en coordenadas cartesianas

l a dz (5-29) u { x ) /
grad = r — + 0— en coordenadas polares planas

Las propiedades generales del operador gradiente se \ -Ax


consideran en el Vol. 2. Se dem uestra allí que el gra­ : \ ■ i
\ i O .l /
diente de un escalar es un vector cuya dirección es \ i I /
\ i
aquella en que es más rápida la variación del escalar en X i
el espacio y cuyo módulo es igual a la variación por
unidad de longitud. El gradiente de un escalar U se es­ ■ ú
cribe como grad U, o V U. El operador V se lee como w ...

«nabla» y V U se lee «nabla de u».


La aplicación de estas ideas al caso dU /dx = 0, que
es una posición de equilibrio, y a la estabilidad de tal c) Para x = — Ax, dU /dx < 0 y F está dirigida hacia
equilibrio, se ve en las figs. 5.15 a a c. la derecha. Para x = + Ax, dU /dx > 0, de modo
que F está dirigida hacia la izquierda. Así, pues,
(*) El símbolo d/dx indica derivación parcial y significa que y y z
x = 0 es una posición de equilibrio estable. ¿Qué
permanecen constantes. Lo mismo se aplicará a d/dy y d/dz. (Véase,
ocurre en x2?
por ejemplo, pág. 167.)
164 Conservación de la energía

FIG. 5.16 a) La energía total E = E c + U = const. Así, b) Si se aumenta E, los puntos de retroceso x' y x ” ,
pues, dada E , el movimiento puede verificarse única­ en general, cambian. Ahora £c(x) = E — (/(x) es
mente entre x' y x ” , «puntos de retroceso». Entre ellos mayor. El movimiento puede ahora tener lugar a
E c = M v2/ 2 = E — U ^ O . la izquierda de x '" si comienza en x " '.

Los simples gráficos de la energía potencial U en


función de la coordenada x pueden ser muy inform a­
tivos. Las figs. 5.16 a a c son ejemplos; utilizan el hecho
de que la energía cinética Ec no puede ser negativa.
¿Cuál sería el movimiento si la energía fuera E' en la
fig. 5.16 b? El enunciado

Energía cinética + energía potencial = constante

de la ley de la conservación de la energía se generali­


zará en el Cap. 12 para incluir aquellos procesos en que
parte o toda la m asa se convierte en energía y, por tanto,
incluyen la mayoría de las reacciones nucleares. La ge­
neralización es necesaria como consecuencia de la teo­
ría de la relatividad restringida.

Energía potencial y conservación de la energía en lote


campos gravitatorios y eléctricos. Hemos calculado la
/ r energía potencial para el caso de una fuerza constante
/i y para el caso de una fuerza tipo-muelle, —Cx. Otro caso
5 c (* ) X / i im portante es la fuerza que rige una ley inversa al cua­
/ i
1 \ / 1 drado de la distancia, como la que rige la ley de la
1 \
1 \. tC t/(* )= j e * 2 gravitación de Newton (pág. 70) o la ley de Coulomb
I (pág. 72).
........ i .....
*0 0 * *o Veamos en prim er lugar el caso de la ley de gravi­
tación de Newton. Hemos visto que se tra ta de una
fuerza conservativa y calcularemos el trabajo de la
c) El oscilador armónico simple está en equilibrio es­ form a más fácil posible. Supongamos dos m asas Mt y Mz
table para x = 0. Para x = ± Xo, f e = 0. inicialmente a la distancia rA y calculemos el trab ajo rea­
Conservación de la energía 165

lizado por nosotros para llevarlas a la distancia r. Supon­


gamos que Mj está fijo y llamemos r al vector trazado de
Mx a Aí2, como indica la fig. 5.17. Si desplazamos Mz a
una distancia r + dr realizamos el trabajo 1 F *g

.... p , GMjM2 g m ,m 2 1m 2
dW = ^ • dr = — —- r • dr = — - ^ d r
! ^ i

El trabajo realizado para un desplazamiento completo 1— 'M


será

r GMjM2 GM1M2
W — dr — ------------
= /
FIG. 5.17 La fuerza Fag es igual y opuesta a la fuerza
GM±M2 GMxM2 gravitatoria atractiva y realiza el trabajo Fag * dr — Fag dr
1------------ (5.30) en el desplazamiento dr.

Comprobemos que éste es el signo correcto, pues si


r > rA, el trabajo es positivo (damos trabajo al sistema);
si r < rA, el trabajo es negativo (el sistema nos da tra ­
bajo).
Apliquemos estos conceptos a la energía potencial.
¿Cuál es la localización conveniente para el cero de ener­
gía potencial? Si U = 0 para r = rA, la expresión (5.30)
tendrá el valor de U:
GM.Mo GMxM2
U(r) = - - — -| L_i.
r rA
Pero cuando rA = <x> el últim o térm ino se anula, de modo
que

g m xm 2
U(r) = - (5.31)

Esta será, por tanto, la m ejor opción: U = 0 para r = oo.


La energía potencial será entonces siem pre negativa y
podremos obtener trabajo del sistem a dejando que las
masas se aproxim en lentam ente desde el infinito.
Establezcamos el principio de conservación de la
energía mecánica para un cuerpo de m asa Mx que se
mueve en el campo gravitatorio de un cuerpo de m asa
M (M de tal modo que el movimiento de M puede
despreciarse).

^ 1 , . GMM 1 „ GMXM
E= - - i - = - —- J - (5.32)
¿ TA ¿i To

en donde vA y rA son la velocidad y la distancia en un


instante y vB y rB en otro.
Conservación de la energía

Volvamos al caso eléctrico:

r«.3
3 r2
f2

para dos cargas qx y q2. Supongamos que qx está fija.


Determinemos el trabajo necesario para desplazar lenta­
m ente q2 de rA a r. La fuerza que debemos ejercer es

El increm ento de nuestro trabajo en un desplazamiento


dr es

ya que r y dr son vectores paralelos. Para el trabajo


total obtenemos

De nuevo es conveniente hacer TJ = 0 para r = <x> y re­


sulta

U es positivo si qx y q2 tienen el mismo signo y negativo


si tienen signos opuestos. Sabemos que esto es correcto,
pues si poseen el mismo signo, debemos realizar trabajo
para aproxim arles desde el infinito. Cuando hay presen­
tes más de dos cargas puntuales, la energía potencial to­
tal es la suma de térm inos sem ejantes a los de la ecua­
ción (5.33) para cada par de partículas que pueden for­
m arse en el sistema.
De la discusión del Cap. 3 («Fuerzas eléctricas y mag­
néticas sobre una partícula cargada») resulta, en uni­
dades SI

(5.33a)
r

Podemos com probar que esta expresión es correcta cal­


culando F por la Ec. (5.29):
Conservación de la energía 167

y para la fuerza gravitatoria

Si escribimos
r2 = x2 + y2 + z2

podemos calcular Fx, Fy y Fz:


_s_r _ _ g m 2m 2_ \
0OC L ( * 2 _j_ y2 _|_ z2^h\
GM1M2x GM1M2x
(x2 + y2 + z*í
e igualmente para el campo eléctrico:

F - _ 8 ^ 1^2 _ 9x92* 9 i 9 2*
9x (x2 + y2 + z2f (x2 + y2 4- z2)i

El potencial electrostático <&(r) en r se define como


la energía potencial por unidad de carga positiva, en el
campo de fuerzas de las demás cargas:

(5.34)

E sta m agnitud resulta de gran utilidad. Obsérvese que


es un escalar. Es de la m ayor im portancia distinguir $
de la energía potencial U. Hay que evitar tam bién el em­
pleo en el trabajo experim ental del símbolo V para las
dos magnitudes: potencial electrostático y energía po­
tencial.
Si conocemos E (r) en todos los puntos, podrem os
hallar en ellos el potencial electrostático 4>(r). [E sto su­
pone que hemos escogido un origen p ara (r).] Es con­
veniente tra b a ja r con $ (r) porque es un escalar, mien­
tras que E (r) es un vector.
La caída de potencial o diferencia de potencial, D.P.,
entre dos puntos ^ y r2 se define en la form a

D P = * ( r 2) - $ ( r 1) (5.35)

Esta es la variación de la energía potencial electrostá­


tica de una carga positiva unidad cuando se desplaza de
r t a r2. Así, pues, para una carga q que se desplaza entre
estos puntos, la diferencia de energía potencial es
U( r2) - U(rJ = q [<¡>(r2) - *(ri)]
La unidad del potencial electrostático o diferencia de
potencial en el sistem a cgs gaussiano es el statvoltío.
168 Conservación de la energía

■isi
FIG. 5.18 a) Consideremos la velocidad de escape re­ b) Trayectoria descrita cuando la energía cinética es
querida para que una masa M abandone el campo demasiado pequeña para escapar.
gravitatoriq terrestre partiendo desde su superficie.
Vimos en el Cap. 3 que la unidad de intensidad de campo
eléctrico se denomina s ta tv o ltio /c m -, pero $ difiere de E
en sus dimensiones en una longitud y, por consiguiente,
se mide en statvoltios. También es cierto que $ tiene las
dimensiones de [carga]/[longitud] de modo que el
statcoulom b/cm es tam bién un nom bre posible para la
unidad de potencial.
La unidad p r á c tic a del potencial electrostático o dife­
rencia de potencial es el v o ltio . El voltio unidad también
SI, se emplea en la vida cotidiana y am pliam ente en el
laboratorio. Se define de modo que
c
X diferencia de potencial en statvoltios
= diferencia de potencial en voltios
en donde c es la velocidad de la luz en cm /s. O, aproxi­
m adam ente
300 X diferencia de potencial en statvoltios
«=* diferencia de potencial en voltios
El campo eléctrico E en unidades SI se mide en voltios
por m etro (V/m); pero n o es cierto que $ pueda medirse
en culombios por m etro (C/m). Sin embargo, el j u lio p o r
c u lo m b io (J/C ) es otro nom bre para el v o ltio , del mismo
modo que el e r g io /s ta tc u lo m b io es equivalente al stat-
v o ltio .
Damos a continuación algunos ejemplos de problemas
c) La energía cinética inicial es demasiado pequeña que tratan de la energía potencial y del potencial; en al­
para el escape. Para alcanzar el Infinito £ c ^ | — U\. gunos interviene la interacción de fuerza central de tipo
gravitatorio y eléctrico.
Conservación de la energía 169

d) Masa M lanzada desde la superficie de la Tierra e) Algún tiempo después U ha aumentado y Ec ha


(radio RT) con la energía cinética mínima necesaria disminuido a medida que M se aleja del centro de
para el escape Ec = ±Mve2 = GMTM/RT. La veloci­ la Tierra.
dad de escape de la Tierra se designa por Ve.

EJEMPLO

V elocidad d e e sca p e d e la T ierra y d e l s iste m a so la r . Calcular


la velocidad inicial que se necesita para que una partícula de
masa M escape (1) de la Tierra y (2)del sistema solar. (Des­
precíese la rotación de la Tierra.)
La fig. 5.18 a a / ilustra el significado, así como el uso de los
diagramas de energía potencial para este tipo de situación. Utili­
zando la Ec. (5.32) podemos escribir la energía total E de una
partícula de masa Ai a la distancia R T, radio de la Tierra, desde
el centro del planeta:

iw 9 G M eM
E = |M t )2 ------
rie
donde

Mr = 5,98 X 1027 g R t = 6,4 X 108 cm G = 6,67 X lO” 8

o
Mt = 5,98 X 1024 kg R t = 6,4 X 106 m G= 6,67 X 10' íi

(capítulo 3, ley de la gravitación de Newton).


Para alcanzar una distancia infinita de la Tierra con la velo­
cidad menor posible (que es cero) la energía total debe ser nula,
porque la energía cinética es cero y la potencial gravitatoria tam­
bién lo es. Esto se deduce porque U (r) -* 0 cuando r — oc. Así,
pues, E debe ser cero si la energía total de la partícula es
constante entre el lanzamiento y el escape. De aquí que la velo­
cidad de escape ve vendrá dada por

GMt M >2GM t
¿Mu. (5.36)
R t f) Más tarde, Ec y \U\ han disminuido aún más.
170 Conservación de la energía

La aceleración g de la gravedad en la superficie de la Tierra es


GM t/R t 2, de modo que,

v e = \/2 g R 7 ~ (2 X 103 X 6 X 108)* ss 106 cm /s

o en unidades SI

V(2 X 10)(6 X 106) ^ 1 0 4 m /s

Para escapar de la atracción del Sol únicamente, una partícu­


la lanzada desde la Tierra (a una distancia R TS del Sol) necesitará
una velocidad de escape
/ 2 G M ¡ _ [2 X (7 X 10-8) X (2 X I033) ^
V R ts ~ L 1,5 X 1013 J
í ; 4 X 106 cm /s

utilizando la razón M ¡/M T = 3,3 x 105 y el valor RTS = 1,5 X 1013 cm.
Para cuerpos lanzados desde la Tierra, escapar del sistema solar
es más difícil que escapar de la Tierra.

EJEMPLO

P o ten cia l g ra v ita to rio cerca d e la su p e rfic ie d e la T ierra. La


energía potencial gravitatoria de un cuerpo de masa M a una
distancia r del centro de la Tierra es, para r > R T,

GM M r
U (r) = --------------

en donde M T es la masa de la Tierra. Si R T es el radio de la


Tierra y la altura sobre la superficie terrestre es y, demostrar que

U ^ - M g R T + M gy (5.37)

para y / R T « 1. Aquí g = GM T/ R T2 980 cm /s2. Se demuestra del


modo siguiente. Tenemos

1
U = — GM M r -------------
(Rr + y)

Dividiendo numerador y denominador por R T:

GM MT 1
V --------------- X
Rr (1 + y /R r )

Utilizando el desarrollo en serie (2.49) (Dwight, 9.04) resulta para


(n = - l ) :

GM M T / y y2
[/ = ( 1 ^- + —
Rt V Rt Rt
Conservación de la energía

Sea g = GM t/ R t2; entonces

v = _ MgRl^ J - +

que se reduce a (5.37) para y « R T y a la Ec. (5.8),excepto en la


constante — M gR T.

EJEMPLO
M o v im ie n to d e p ro y e c tile s. Aquí damos un ejemplo más de
un movimiento bidimensional en un campo gravitatorio cons­
tante. El problema se ha resuelto ya utilizando la segunda ley
de Newton. Sea la fuerza Fc = — M gy, en donde g es, aproxima­
damente, 980 cm /s2.
(1) Calcular el trabajo realizado por la gravedad cuando una
masa de 100 g se desplaza desde el origen a

X
r = 50x + 50£
50,50
Fc • dr = —M g y • (50x + 50y) = —100 X 980 X 50
u ,0

= —4,9 X 106 ergios

La fuerza gravitatoria realiza un trabajo negativo; o lo que es


lo mismo, se realiza trabajo c o n tra la fuerza gravitatoria por
algún otro medio.
(2) ¿Cuál es el cambio de energía potencial en este despla­
zamiento?
Fa* = +M gy
y, por tanto,

A U = — W = + 4,9 X 106 ergios

de modo que la energía potencial se incrementa en 4,9 x 106 ergios,


y vemos que si U = 0 cuando x = 0, y = 0,

U = M gy

(3) Si una partícula de masa Ai se proyecta desde el origen


con velocidad v0 bajo un ángulo 6 con la horizontal, ¿a qué altura
se elevará? Aquí debemos usar el hecho de que v x no cambia

E = l¡Mv02 — %M(vx2 + v 2) = |M (ü 02 eos2 6 + u02sen2 8)


= \ M v 2 eos 2 8 + Mgymax
_ t>02sen 2 8

lo cual puede deducirse de la Ec. (3.9).

EJEMPLOS

C am po e le c tro s tá tic o . ¿Cuál es el valor del campo eléc­


trico a una distancia de 1 A (= 10-8 cm) de un protón?
172 Conservación de la energía

Según la ley de Coulomb

e 5 x KH° statcoulomb _ _ , ,
E = - 5- ~ ................................ — — ~ 5 X 106 statvolts/cm
r2 (1 x 10-8 cm )2
ÍS (300)(5 X 106) V/cm ^ 1,5 X 109 V/cm

En unidades SI

El campo está dirigido radialmente alejándose del protón.


P oten cial. ¿Cuál es el potencial electrostático a esta dis­
tancia? De las Ecs. (5.33) y (5.34) resulta

1 qe e 5 x 10“10 statcoulomb
q r r ~ 1 x 10_8cm

~ 5 X 10-2 statvolts ^ 15 V

teniendo en cuenta los factores de conversión dados anterior­


mente. En unidades SI

<D(r) = k - = (9 X 109) X * ° k|9C ^ 15 V


r 1 X 10“ 10 m

D iferen cia d e p o ten cia l. ¿Cuál es la diferencia de potencial


en voltios entre las posiciones que distan 1 Á y 0,2 Á de un
protón?
El potencial a 1 x 10-8 cm es 15 voltios; a 0,2 x 10-8 cm es
75 voltios. La diferencia es 75-15 = 60 voltios ó 60/300 = 0,2 stat­
voltios.
E n ergía d e la p a rtíc u la cargada d e d u c id a d e la d iferen cia de
p o ten cia l. Un protón se deja en libertad partiendo del reposo
a una distancia de 1 A de otro protón. ¿Cuál es la energía ciné­
tica cuando los protones se han alejado hasta el infinito?
Por la conservación de la energía sabemos que la energía
cinética debe igualar a la energía potencial original, que es

e2 (4,8 x 10-10 statcoulomb )2 _ 10


— ~ ------------------------------ i ~ 23 X 10“ 12 ere
r 1 x 10-8 cm

Si un protón se mantiene en reposo mientras que el otro se


mueve, la velocidad final del protón móvil viene dada por (uti­
lizando la conservación de la energía)

|M t >2 ^ 23 X 10“ 12 erg


„ 2 X 23 X 10-12 erg
V ~ 1,67 X 10“24 g ~ 27 x 10 (cm/s)¿

v ~ 5 X 106 cm /s

Utilizando unidades SI

(1 6 x 10“ 19^2
U = (9 X 109) } X 23 X 10“ *9 J
Conservación de la energía 173

2 x 23 X 10-19
27 X 108 m 2/s 2
1,67 X 10" 27
5 X 104 m /s

Si ambos protones tienen libertad de movimiento, cada protón


tendrá la misma energía cinética cuando estén muy separados
y, por tanto

IMü !2 + |M ü 22 = M v 2 ~ 23 X 10- 12 erg

5 X 106 cm /s
3,5 X 106 cm /s
V2

A celeración d e un p r o tó n en un c a m p o e lé ctric o u n iform e.


Un protón se acelera desde el reposo mediante un campo eléc­
trico uniforme. El protón se mueve a través de una caída de
potencial de 100 voltios. ¿Cu,ál es su energía cinética final? (Ob­
sérvese que 100 V sí 0,33 statvolt.)
La energía cinética será igual al cambio en energía potencial
que es eAO, o sea

(4,8 x 10~!0 statcoul) (0,33 statvolt) sí 1,6 x 10~10 erg)

o en unidades SI

(1,6 X 10- 19)(100) ^ 1,6 X 10- 17 J

EJEMPLO

E le c tró n v o ltio . Una unidad de energía conveniente en física


atómica y en física nuclear es el e le ctró n v o ltio (eV). Se define
el electrón voltio como la diferencia de energía potencial de una
carga e entre dos puntos que tienen una diferencia de potencial
de un voltio o como la energía cinética ganada por una carga e
que cae a través de una diferencia de potencial de un voltio. Así

1 eV ^ (4,80 X 10- 10 statcoulomb (ñ¡L statvolt)


= 1,60 X lO" 12 erg
= 1,6 X 10- 19 C X 1 Volt
= 1,6 X lO"19 J

Una partícula alfa (núcleos de He4 o átomos de helio doblemente


ionizados) acelerada desde el reposo a través de una diferencia
de potencial de 1000 voltios, tiene una energía cinética igual a

2e X 1000 V = 2000 eV
donde

2000 eV = (2 X 103)(1,60 X 10"12) = 3,2 X lO"9 erg

Hemos visto que la diferencia (E cb — E cj) en la energía ciné­


tica de una partícula entre dos puntos tiene la propiedad de que

E cb — E cÁ = I
r B F • dr
ja
174 Conservación de la energía

en donde F es la fuerza que actúa sobre la misma. Pero sabemos


de (5.25) que

UB ~ U A = - f BF-dr
JA

de modo que sumando estas dos ecuaciones tenemos

(.E cb + VB) - (E ca + U d = 0. (5.38)

Así, pues, la su m a d e la en ergía cin ética y la p o te n c ia l es una


c o n sta n te , in d e p e n d ie n te d el tie m p o y d e la p a rtícu la . Volviendo
a escribir (5.38), tenemos para un sistema de una partícula la
función energía

E = |M u 2(A) + U(A) = \ M v 2(B) + U(B) (5.39)

en donde E es una constante denominada la en ergía (o en ergía


to ta l) del sistema. La Ec. (5.32) es justamente esta ecuación para
la energía gravitatoria potencial.
Escribamos a continuación la generalización de (5.39) a un
sistema de dos partículas en el campo de un potencial externo:

E = Ec + U
= W i V i 2 '+ W 2v 22 + + U2{r2) + U (rx - r2)
= const (5.40)

El primer término es la energía cinética de la partícula 1; el se­


gundo término es la energía cinética de la partícula 2; el ter­
cero y cuarto términos son las energías potenciales de las par­
tículas 1 y 2 debidas a un potencialexterno; elquinto térmi­
no es la energía potencial debida a la interacción entre las
partículas 1 y 2. Obsérvese que Í7 (rx— r2) se ha puesto una
sola vez: si dos partículas interaccionan, ¡la energía de interac­
ción es mutua!
Si las partículas 1 y 2 son protones en el campo gravitato-
rio terrestre, la energía E en (5.40) es

E = \ M ( v x2 + v 22) + Mg(t/j + y 2) - ^
12 '12
en donde y se mide hacia arriba y r12 = |r2— rj. El último tér­
mino es la energía de Coulomb de los dos protones; el térmi­
no penúltimo es su energía gravitatoria. La primera es repulsiva
y la segunda atractiva. La relación entre ambos términos es

GM 2 ~ 10- 7 X 10- 48 ~ 1()-Jb


------
e2 10-19
que demuestra que como las fuerzas dependen de la distancia
de la misma forma, las fuerzas gravitatorios entre los protones
son extraordinariamente débiles en comparación con las elec­
trostáticas. En unidades SI, tenemos

GM 2 10- 10 X 10- 54 ^
~ ~ 10“36
ke2 1010 X 10- 38
Conservación de la energía 175

POTENCIA

La potencia P es la transferencia de energía por uni­


dad de tiempo. Hemos definido el trabajo realizado sobre
una partícula en un desplazam iento Ar por una fuerza
aplicada como
AW = F • Ar
El cociente del trabajo realizado por la fuerza y el tiem­
po empleado es
AW _ r , Ar
Aí Aí
En el lím ite Aí 0, tendrem os la potencia

p dW p ( dv p (5.41)
dt dt ~

A partir de la potencia P(t) como función del tiempo po­


demos escribir el trabajo proporcionado como

W(t1 - * t 2) = f* 2 P(t)dt
ti
En el sistem a cgs la unidad de potencia es el ergio
por segundo. En el sistem a mks la unidad es el julio
por segundo, o vatio (lw ). Para hallar la potencia en
erg/s basta m ultiplicar la potencia expresada en vatios
por 107.
Para obtener la potencia en vatios a p a rtir del valor
expresado en caballos de vapor, m ultipliqúese por 746
(aproximadamente).

PROBLEMAS

1. E n ergía cin ética y p o ten cia l: c u e rp o qu e cae


(a) ¿Cuál es la energía potencial de una masa de 1 kg 2. E n ergía p o te n c ia l so b r e la T ierra
a una altura de 1 km por encima de la Tierra? Expresar
la respuesta en ergs y referir la energía potencial a la (a) ¿Cuál es la energía potencial U (Rr) de una maga
superficie de la Tierra. Sol. 9,8 x 1010ergs = 9 800 J. de 1 kg sobre la superficie terrestre, referida a la energía
( b ) ¿Cuál es la energía cinética en el momento preciso potencial cero a distancia infinita? (Obsérvese que U (R T)
que la masa de 1 kg, que se ha soltado a 1 km de altura, es negativa.) S o l.— 6,25 x 1014 ergs.
toca la Tierra? Despréciese el rozamiento (b) ¿Cuál es la energía potencial de una masa de 1 kg
Sol. 9,8 x 1010 ergs. a una distancia de 105 km del centro de la Tierra, referida
(c) ¿Cuál es la energía cinética de la misma masa cuan­ a la energía potencial cero a una distancia infinita?
do ha recorrido en su caída la mitad del camino? Sol. — 3,98 x 1013ergs.
(d ) ¿Cuál es la energía potencial cuando ha recorrido (c) ¿Cuál es el trabajo necesario para mover la masa
medio camino? ¿La suma de (c) y (d) debe ser igual a (a) desde la superficie de la Tierra hasta un punto situado a
o a (b)? ¿Por qué? 105 km del centro de la Tierra?
176 Conservación de la energía

3. E n erg ía p o te n c ia l e le c tro s tá tic a circular alrededor de un protón a una distancia de 2 >< 10-8
cm. Considérese que el protón está en reposo.
(a) ¿Cuál es la energía potencial electrostática de un (á) Obtener la velocidad del electrón igualando las
electrón y un protón distantes entre sí 1 A = 10~8 cm, refe­ fuerzas centrífugas y electrostáticas.
rida a la energía potencial cero a separación infinita? Si (b) ¿Cuál es la energía cinética?, ¿y la potencial? Dar
la carga se expresa en ues, el resultado vendrá en ergs. los valores en ergs y en electrón-voltios.
S ol. — 2,3 x 10“11 ergs. S ois. E c = 5,8 x 10“12 ergs = 3,6 eV; U = 11,5 x 10“12 ergs =
(b ) ¿Cuál es la energía potencial electrostática de dos = — 7,2 eV.
protones a la misma distancia? (Préstese especial atención (c) ¿Cuánta energía se necesita para ionizar el sistema,
al signo de la respuesta). es decir, para llevar el electrón a distancia infinita con
energía cinética final nula? (Póngase atención cuidadosa a
4. S a té lite en un a ó rb ita circu la r los distintos signos.)

10. P a ra d o ja d e l m u elle. ¿Dónde está el fallo en el


(a) ¿Cuál es la fuerza centrífuga que actúa sobre un
siguiente argumento? Consideremos una masa m en reposo,
satélite que se mueve en una órbita circular alrededor de
en el extremo y = 0, de un muelle que cuelga verticalmente.
la Tierra a una distancia r de su centro? La velocidad del
La masa se cuelga del muelle, el cual se alarga a causa
satélite respecto al centro de la Tierra es v y su masa es Af.
de la fuerza gravitatoria m g que actúa sobre la masa. La
(b) Igualar la fuerza centrífuga en (a) a la fuerza gra­
masa pierde energía potencial m g y y el muelle gana la
vitatoria (M está en equilibrio en el sistema rotatorio).
(c) Expresar v en función de r, G y M T. misma cantidad de energía potencial m g y = ^Cyi1, con lo
cual se alcanza el equilibrio en la posición
( d ) ¿Cuál es la relación entre la energía cinética y la
potencial suponiendo que U = 0 para r = o©?

5. L a Luna: su en ergía cin ética. ¿Cuál es la energía


cinética de la Luna respecto a la Tierra? Los datos más
importantes se dan en la tabla de constantes en el interior
de la cubierta de este libro. 11. V e lo c id a d d e escape d e la Luna. Utilizando R L =
1,7 x 108 cm y M L = 7,3 x 1025 g, hallar:
6. M u elle an a rm ó n ico . Un muelle especial tiene la si­ (a) -La aceleración gravitatoria en la superficie de la
guiente ley de fuerzas F = — D x3. Luna.
(a) ¿Cuál es la energía potencial en x, referida a U = 0 (b) La velocidad de escape de la Luna.

para x = 0? 1
S ol. — Dx4.
4
12. E n ergía p o te n c ia l d e un p a r d e m u elles. Dos mue­
( b) ¿Cuánto trabajo se realiza sobre el muelle al alar­ lles, que tienen cada uno de ellos una longitud natural a
garlo lentamente de 0 a x? y una constante de rigidez C están fijos a los puntos (— a, 0)
y (+ a, 0) y conectados entre sí por los otros extremos. En
lo que sigue supóngase que pueden estirarse o contraerse
7. E n erg ía p o te n c ia l g ra v ita to ria sin pandeo. (Fig. 5.19.)
(a) Demostrar que la energía potencial del sistema
(á) ¿Cuál es la energía potencial relativa a la superfi­ para un desplazamiento de los extremos unidos hasta
cie de la Tierra de un obús de 1,0 kg en el borde de un (x,y) es
acantilado de 500 m de altura?
(b ) Si el obús se proyecta desde el acantilado con una
velocidad de 9,0 x 103 cm /s, ¿cuál será su velocidad al v = ~ í[(* + O)2 + v2]i - o}2
chocar contra el suelo? ¿Afecta a la respuesta el ángulo
de tiro?
+ jílla - *? + y ^ ~ a}‘
8. M áqu in a d e A tw o o d . En el Cap. 3 se describió la
máquina de Atwood. ( b) La energía potencial depende de x e y, y debere­
(a) Utilizar la ecuación de la conservación de la energía mos, por consiguiente, utilizar las derivadas parciales para
para determinar las velocidades de las dos masas cuando calcular las fuerzas de importancia. Recuérdese que las
m 2 ha descendido una distancia y después de partir del derivadas parciales de una función f(x,y) se obtienen por
reposo. las reglas normales de la derivación de acuerdo con
(&) A partir de esta expresión de la velocidad, deter­
minar la aceleración. Comparar con el resultado de la d f (x ,y ) d
ecuación (3.40). - g j - = * / ( * ; y = const)

9. E le c tró n en un a ó rb ita d e en lace a lre d e d o r d e l p r o ­ a/(*>!/)


-^ —
d r, . \
= — / ( * = c ° nst ; y)
tón . Supongamos que un electrón se mueve en una órbita
Conservación de la energía 177

Hallar la componente Fx de la fuerza y demostrar que


Fx = 0 para r = 0.
(c) Hallar Fy para x = 0. Comprobar cuidadosamente
los signos para asegurarse de que la solución tiene sentido.
(d) Dibujar un gráfico de la energía potencial como
una función de r en el plano x y y encontrar la posición de
equilibrio.

13. E l círcu lo d e «la m u erte» . Una masa m se desliza


por una vía sin rozamiento y asciende por la parte inte­
rior de un círculo vertical de radio R. Determinar la altura
desde la cual debe dejarse partir para que complete el
círculo sin caer por efecto de la fuerza de la gravedad.
Sugerencia: ¿Cuál es la fuerza ejercida por la vía en el
punto más alto del círculo?

14. E s p e c tr ó m e tr o d e m a sa d e tie m p o d e vu elo. El


funcionamiento de un espectrómetro de masa de tiempo de
vuelo está basado en el hecho de que la frecuencia angular
del movimiento helicoidal en un campo magnético unifor­ FIG. 5.19
me es independiente de la velocidad inicial del ion. En la
práctica, el aparato produce un corto pulso de iones y
mide electrónicamente el tiempo de vuelo para una o más
revoluciones de los iones en el pulso.
(a) Demostrar que el tiempo de vuelo para N revolu­
ciones es, aproximadamente, para iones de carga e, 16. Im p u ls o
(a) Calcular el impulso que una bola ejerce sobre otra
NM
t ~ 650 en una colisión frontal completamente inelástica, si sus
B
masas son de 500 g y cada una de ellas se aproxima a la
otra con una velocidad de 100 cm /s.
en donde t está en m ic ro segu n dos, M en u n id a d es d e m a sa ( b ) , ¿Cuál sería el impulso en el caso de que la coli­
atóm ica y B en gauss. (Unidad masa atómica = 1,66 x 10-24 g.) sión fuera elástica?
( b ) Demostrar que el radio de giro es aproximadamente (c) Si suponemos que el tiempo de la colisión en (a)
y ( b ) es 1,0 x 10-3 s, determinar la fuerza media en cada
144 V V M caso:
R ~ B °m
f p d t
en donde V es la energía de iones en electrón-volts. Fmed = ——------
( c ) Dado un campo magnético de 1 000 gauss, calcular
f dt
el tiempo de vuelo para 6 revoluciones de un átomo de 0
potasio K39 simplemente ionizado.
Sol. 152 [xs.
17. P oten cia. Una cinta transportadora se utiliza para
15. H az d e e le c tro n e s en un o sc ilo sco p io . Los electro­ llevar arena de un punto a otro. La arena cae desde el
nes en el tubo de un osciloscopio son acelerados a partir reposo en una tolva a la correa que se mueve horizontal­
del reposo a través de una diferencia de potencial <Da y mente a la velocidad v. Despreciando el rozamiento y lo
pasan entre dos placas deflectoras electrostáticas. Las qué ocurre al otro extremo de la correa, calcular la potencia
placas, que tienen una longitud l y una separación d, tienen necesaria para que la correa se desplace en función de v
una diferencia de potenciál <3>b entre ellas. La pantalla del y de la masa de arena, M = d M /d t, que cae sobre la correa
tubo está situada a una distancia L del centro de las pla­ por segundo. ¿Cuánta potencia se convierte en energía ciné­
cas. Utilizar la relación e A® = \ m v 2 entre el potencial tica por segundo? (Despreciar la energía gravitatoria de la
acelerador y la velocidad v. arena que eae.) ^ ^ }
(a) Deducir una expresión para la deflexión lineal D
del «spot» sobre la pantalla.
NOTAS HISTÓRICAS
ib ) Suponer que ®a = 400 volts; ®?> = 10 volts, l = 2 cm;
d = 0,5 cm; L = 15 cm; ¿cuál es la deflexión? (Recuérdese D e sc u b rim ien to d e C eres. (Esta descripción ilustra la
cambiar los volts a statvolts.) El.aparato es como el de la exactitud de las predicciones basadas en la mecánica clá­
fig. 3.6, excepto en que las placas están más próximas. sica.)
Conservación de la energía
178

1. El primer planeta menor o asteroide que se descu­


brió fue Ceres, siendo encontrado visualmente por Piazzi
en Palermo (Sicilia), el día primero del siglo diecinueve,
1 de enero de 1801. Piazzi observó sus movimientos durante
algunas semanas, luego cayó enfermo y perdió todo rastro
de él. Cierto número de científicos calcularon su órbita, a
partir del número limitado de posiciones observadas por
Piazzi, pero únicamente la órbita calculada por Gauss fue
lo bastante exacta para predecir dónde podría estar el
año siguiente. El 1 de enero de 1802, el planeta Ceres fue
vuelto a descubrir por Olbers a una distancia angular de
30' únicamente de la situación predicha. Con más observa­
ciones acumuladas, Gauss y otros pudieron mejorar las
características de la órbita calculada y en 1830 la posición
del planeta sólo discrepaba 8" de la posición predicha.
Incluyendo las principales perturbaciones de la órbita de
Ceres debidas a Júpiter, Enke halló que podía reducir
el error residual a una media de 6” por año. Cálculos
posteriores, que tuvieron en cuenta las perturbaciones con
más exactitud, dieron lugar a predicciones que discorda­
ron de las observaciones únicamente por 30” en 30 años.
Se dio cuenta del descubrimiento en el Vol. 12 del
P h ilo so p h ica l M agazine (1802); véanse los artículos de Piazzi
(pág. 54), Von Zach (pág. 62), Tilloch (pág. 80) y Lalande
(pág. 112). Resulta curioso saber que se organizó en Lilien-
thal una sociedad de eminentes astrónomos europeos, el
21 de septiembre de 1800, con «el propósito expreso de
buscar el planeta que se supone que existe entre Marte y
Júpiter... El plan de la sociedad consistía en dividir el
zodíaco entero entre los veinticuatro miembros». Debido
a los retrasos postales motivados por las guerras napo­
leónicas, la invitación a participar en el equipo de inves­
tigación no se le transmitió a Piazzi hasta después de su
descubrimiento. Otra relación del descubrimiento de Ceres
se encuentra en el A stro n o m isch es Jah rbu ch 1804/5. Los
cálculos de Gauss están en el Vol. 6 de sus W erke, pági­
nas 119-211.
La tradicióñ astronómica iniciada en Palermo por el
Abate Piazzi se cree que alcanzó hasta Lampedusa (héroe
de la novela «El G a to p a rd o », escrita por su descendiente)
por medio del Abate Pirrone, que fue el consejero espiri­
tual de Lampedusa y su ayudante en las investigaciones
astronómicas.

D e sc u b rim ie n to d e N e p tu n o . Durante la primera mitad


del siglo diecinueve, al mejorar la teoría y la precisión de
las observaciones, se vio que el planeta Urano no se movía
de acuerdo con las leyes de la gravitación y de la conser­
vación de la energía y del momento angular (véanse capítu­
(*) Yo demostré que no era posible explicar las observacio­ los 6 y 9). El planeta aceleraba y deceleraba erráticamente
nes realizadas sobre este planeta [Urano] mediante la teoría de en cantidades pequeñas pero significativas. No había ma­
la gravitación universal si el planeta estuviera sometido única­ nera de explicar esta conducta sobre la base de las pro­
mente a la acción combinada del Sol y de los planetas conocidos. piedades conocidas del sistema solar y las leyes de la Física.
Pero todas las anomalías observadas pueden explicarse hasta Finalmente, en 1846, Leverrier y Adams independientemente
los detalles más pequeños por la influencia de un planeta nuevo descubrieron que la existencia de un hipotético nuevo
[sin descubrir] más allá de Urano.. . . Predijimos [31 de agosto planeta de cierta masa y de cierta órbita exterior a la de
de 1846] la siguiente posición para el nuevo planeta el 1 de
enero de 1847: longitud heliocéntrica 326° 32'.» U. J. Le Verrier,
Urano, explicaba completamente el movimiento anómalo
C o m p t. R en d., 23, 428 (1846). observado*. Resolvieron sus ecuaciones para localizar la
Conservación de la energía 179

situación, de este planeta desconocido, y después de sólo


media hora de búsqueda, el nuevo planeta, denominado
Neptuno, fue encontrado por Galle a I o únicamente de su
posición predicha *. Las predicciones presentes de las po­
siciones de los planetas mayores están de acuerdo con la
aproximación de unos segundos de arco con las Observa­
ciones incluso después de una extrapolación de muchos
años. La exactitud parece depender totalmente del' estudio
completo de los diversos efectos perturbadores.
Es interesante observar que el planeta Plutón, que está
todavía más alejado del Sol, fue descubierto de un modo
similar y que los elementos 93 y 94 que siguen al uranio
(elemento 92) fueron llamados neptunio y plutonio.

LECTURAS SUPLEMENTARIAS

PSSC, F ísica, caps. 23 y 24. Ed. Reverté.


HPP, P ro je c t P h y sics C ourse, cap. 10 (secs. 14), Holt, Ri-
nehart and Winston, Inc., Nueva York, 1970.
E. P. Wigner, Symmetry and Conservation Laws, P h y sics
T oday, 17 (3): 34 (1964).
Ernst Mach, The S cien ce o f M echanics, cap. 3, sec. 2. The
Open Court Publishing Company, La Salle, 111., 1960.
Sobre la historia del concepto de energía cinética («vis
viva»).

(*) «Escribí a M. Galle el 18 de septiembre para solicitar


su colaboración; este hábil astrónomo vio el planeta el mismo
día [23 de septiembre de 1846] que recibió mi carta. . . . Lon­
gitud heliocéntrica [observada] 327° 24' reducida al 1 de enero
de 1847.. . . Diferencia [observada y teoría] 0 o 52'.» Le Verrier,
Com pt. R end., 23, pág. 657 (1846).
«M. Le Verrier vio el nuevo planeta sin necesidad de echar
un vistazo tan siquiera al firmamento; lo vio en la p u n ta d e su
pluma-, determinó, con el único poder de su cálculo, la posición
y el tamaño de un cuerpo situado mucho más allá de los lími­
tes conocidos entonces de nuestro sistema planetario.. . . » Arago,
Com pt. R end., 23, pág. 659 (1846).
Para una introducción a la magnífica controversia sobre el
descubrimiento, véanse las págs. 741-754 del mismo volumen de Neptuno visto mediante el reflector de 120 pulgadas
las C om pt. R en d. (París); véase también: M. Grosser, T he del Lick Observatory. La flecha apunta a Tritón, un
discovery o f N e p tu n e (Harvard University Press, Cambridge, satélite de Neptuno. (Fotografía del Lick Observatory.)
Mass., 1962).
Contenido

FUERZAS INTERNAS Y C O N SERVAC IÓ N DE LA


C A N T ID A D DE M O V IM IE N T O
CENTRO DE M A S A S
Ejemplo. Choque de partículas que se adhieren entre sí
Ejemplo. Componentes transversales de la cantidad
de movimiento
Ejemplo. Choque de partículas con excitaciones internas
Ejemplo. Choque general elástico de partículas
de masa diferente

SISTEM AS CON M A S A VARIABLE


Ejemplo. Satélite en el polvo interplanetario
Ejemplo. Problema del vehículo espacial
Ejemplo. Fuerza debida a una cadena que cae

C O N SE R V A C IÓ N DEL M O M E N TO CINÉTICO
Los mom entos debidos a fuerzas internas
tienen una resultante nula
M om ento debido a la gravedad
M om ento cinético alrededor del centro de masas
Ejemplo. Difusión de protones por un núcleo pesado
Ejemplo. Aceleración angular que acompaña a una contracción
Ejemplo. Forma de la galaxia

Problemas
Lecturas suplem entarias
Conservación de la cantidad
de movimiento y del momento cinético
Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético

En el Cap. 4 consideramos sistemas p ara los que


era válida la invariancia de Galileo y dem ostram os que la
conservación de la cantidad de movimiento de un siste­
m a de partículas que interaccionan es una consecuencia
necesaria de la invariancia galileana y de la conservación
de la energía, siempre que no actúan fuerzas exteriores.
La conservación de la cantidad de movimiento, ley exac­
ta com probada experimentalm ente, es una parte esen­
cial del «bagaje clásico», que se discutió anteriorm ente.
En este capítulo desarrollarem os las implicaciones de
la conservación de la cantidad de movimiento en el mo­
vimiento de un conjunto de partículas y definiremos
el centro de masas y consideraremos los procesos del
choque, tal y como se observarían desde un sistem a de
referencia con el centro de masas en reposo. Los proce­
sos de choque entre pares de partículas constituyen casos
especiales im portantes. Introducirem os tam bién el im­
portante concepto del m omento cinético, la conservación
del mismo y el concepto de par. Estos conceptos son de
particular im portancia en el tratam iento de los cuerpos
rígidos en el Cap. 8 y de las fuerzas centrales en el Cap. 9.
FUERZAS INTERNAS Y C O N SERVAC IÓ N DE LA
C A N T ID A D DE M O V IM IE N T O

Al tra ta r el com portam iento dinámico de un sistema


de partículas resulta útil distinguir entre las fuerzas de
interacción de las partículas del sistem a y otras fuerzas
debidas a factores externos del sistema, tales como los
campos gravitatorio y eléctrico. Nos referim os a las fuer­
zas entre partículas como fuerzas internas del sistema.
Las fuerzas internas no pueden afectar a la cantidad
total de movimiento del conjunto de partículas, en donde
por cantidad total de movim iento entendemos el vector
suma
N

P = 2 W*Vi í6»1)
i-1

(Se ha dado una dem ostración en el Cap. 3 que el lector


debe recordar en la discusión que sigue.) Considerando
que las fuerzas entre partículas son newtonianas, es
fácil entender que la interacción m utua entre dos partí­
culas obedece la ecuación
F = —F

en donde FtJ- representa la fuerza ejercida sobre la


partícula i por la partícula j y viceversa. Así, según
la segunda ley de Newton, llegamos a la conclusión de
Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético 183

que en cualquier intervalo de tiempo la variación de


la cantidad de movimiento producida en la partícula i
por la fuerza Fi3 es vectorialm ente igual y opuesta a la
producida en la partícula ; por la fuerza Ffl y, por tanto,
la variación de cantidad de movimiento debida a la
interacción m utua del par de partículas es cero. Este
argum ento es válido para cualquier par de partículas
del conjunto y no viene afectado por la presencia de las
restantes. Así llegamos a la conclusión de que las fuer­
zas internas no pueden afectar a la cantidad de movi­
miento total del sistema, ya que la sum a vectorial de
todas estas fuerzas es cero.
El párrafo anterior se refiere a la cantidad de movi­
miento total lineal del sistema. Posteriorm ente, en este
capítulo extenderem os el argum ento para dem ostrar
que las fuerzas internas tam poco pueden producir un FIG. 6.1 Dos masas M i y M 2 en las posiciones Xi y Xi
cambio en el m omento cinético de un sistem a de partí­ sobre el eje x tienen un centro de masas situado en
culas. El reconocim iento de estos dos principios de X = {MiXi + M 2x2) /[ M i + M 2).
conservación de la cantidad de m ovim iento en relación
con las fuerzas internas simplifica grandem ente el en­
tendim iento y el análisis de muchos problem as de mo­
vimiento colectivo.

CENTRO DE M A S A S

Respecto a un origen fijo O se define la posición


Rom- del centro de m asas (c.m.) de un sistem a de N
partículas como

(6.2)

Se tra ta de una posición media, ponderada de acuerdo


con la m asa de las partículas. Para un sistem a de dos
partículas

R = riMl + r2M2 (6.3)


M j + M2

como indican las figs. 6.1 y 6.2.


Derivando la Ec. (6.2) respecto al tiempo:

2 * » M» 2 V«Mn
R = (6.4)
FIG. 6.2 Para dos masas M¡ y M 2 en posiciones arbitra­
rias rt y r2, Rc.m. = (.Miri + M 2r2)/{ M i + M 2).
184 Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético

pero 2 vn Mn es precisam ente la cantidad de movimien-


n
to total del sistema. En ausencia de fuerzas externas la
cantidad de movimiento es constante, de modo que

Rc.m. = const (6.5)

E sta es una propiedad notable del centro de masas: la


velocidad del centro de masas es constante en ausencia
de fuerzas exteriores. Esto es cierto, por ejemplo, para
un núcleo radiactivo que se desintegra en pleno vuelo
(véase fig. 6.3 a y b) o para un proyectil que explota en
FIG. 6.3 a) En ausencia de fuerzas exteriores, la velo­
cidad del centro de masas es constante. En esta figura fragm entos en un espacio libre de fuerzas.
tenemos un núcleo radiactivo con velocidad Rc m que Es fácil dem ostrar a p a rtir de (6.4) que la aceleración
está a punto de desintegrarse. del centro de m asas está determ inada por la fuerza exter­
na total que actúa sobre el sistem a de partículas. Si
F„ es la fuerza sobre la partícula n, tendrem os, al derivar
(6.4) respecto al tiempo,

(2n =2n ( ) =2n F»=F~t (6 .6)

en donde las fuerzas internas entre las partículas se


contrarrestan (porque son fuerzas newtonianas) en la
suma 2 F» extendida a todas las partículas.
n
Este es otro resultado im portante: E n presencia de
fuerzas externas el vector aceleración del centro de ma­
sas es igual a la suma vectorial de las fuerzas externas
dividida por la masa total del sistema. En otras palabras»
podemos utilizar los métodos desarrollados en los capí­
tulos 3 y 5 para tra ta r el movimiento del centro de masas
Núcleo como si allí toda la m asa del cuerpo estuviera concen­
final trada y todas las fuerzas externas actuasen sobre el
/ mismo. (Este principio es particularm ente importante
H M e H M H H n en los problem as del cuerpo rígido tratados en el Cap. 8.)
illiill
SiiB iiilililiiiB S ¡¡¡iSBlllliSlilBI Como otro ejemplo, el centro de masas de la Tierra y de
/
la Luna se mueven en una órbita aproximadamente cir­
c.m. J Rc.m. _
cular alrededor del Sol. Vamos ahora a ilustrar la utili­
\ dad del centro de masas resolviendo algunos problemas
\ de colisión im portantes. (Algunos de ellos han sido ya
** S M p iia a p p a n s H B tratados en los Caps. 3 y 4.)
!Bi!>l!l*!SÍl|lIÍiSI!|SÍ*ÍliÍlSSIii¡iiÍI(liillÍ|l>I¡
Antineutrino
\
Electrón
EJEMPLO
C hoqu e d e p a rtíc u la s qu e se ad h ieren e n tre sí *. Considere­
mos el choque de dos partículas de masas M t y M 2 que se pegan

b) El núcleo se desintegra en tres partículas que se


mueven en direcciones diferentes. Sin embargo, la (*) El caso de partículas de igual masa fue considerado en el
velocidad del centro de masas de estas tres partí­ Cap. 4. Resulta instructivo calcular el A e en ambos sistemas para este
culas permanece invariable. caso general.
Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético 185

FIG. 6.4 a) La cantidad de movimiento debe conser­ b) Después del choque p* = M 1V1 = (M i + M 2)v, de
varse incluso en un choque inelástico. Consideramos modo que v = M iV i/[M i + M 2) < Vi.
un choque en el que las partículas se adhieren entre
sí. Antes del mismo p x = MiVi.

durante el mismo. Supongamos que M2 está en reposo en el ori­


gen antes de la colisión y que ri = Vj t x describe el movimiento
de Mi también antes del choque.
(1) Describir el movimiento de M = + M 2 después del
choque. La fig. 6.4 a y b ilustra el caso. Independientemente de
que el choque sea elástico o inelástico, la cantidad de movimiento
total no varía durante la colisión. El choque considerado aquí es
inelástico. La componente x inicial de la cantidad de movimiento
es AíjV,, la componente x final de la cantidad de movimiento es
(Mi + M2) v. Las otras componentes son cero. Por la conservación
de la cantidad de movimiento tenemos
M 1v 1 = (M 1 + M 2) v (6.7)
de modo que la velocidad final v viene dada por
c) X = [MiXi + M2x2)/[M i + M2), de modo que X = M 1V1 /
M, / [Mi + M 2). x no varía a causa del choque.
(6 .8)
M 1 + M2 1
y como las partículas se han adherido entre sí
c.m. 2
X c.m. = Vt* *> 0 " W Ui u2
describe el movimiento del sistema después del choque. De acuer­ t< 0
do con (6.5) esta misma relación debe describir el movimiento
del centro de masas en todo instante, antes y después de la
llllllllli!
colisión:
0

X c m — VtX — v-,
v>-i tx (6.9)
Mj + M2 1

utilizando la ecuación (6.7) como se indica en la fig. 6.4 c. 9 »


(2) ¿Cuál es la relación entre la energía cinética después del t >0
choque y la inicial? La energía cinética Ecf después del choque es
d) En el sistema de referencia del centro de masas
Mx2 las velocidades de Mi y M2 antes del choque son
E ct = i(M x + M2) (6.10) Ui, u2. Después del choque (M i + M2) está en re­
(Mx + M2)2
poso.
186 Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético

La inicial Ec¡ es igual a £ M x Vi2, de modo que


E ct _ Ml
(6 . 11)
Eci M1 + M2
El resto de la energía aparece en las excitaciones internas del
sistema compuesto después del choque. Cuando un meteorito
Mi choca y se adhiere a la Tierra M 2, toda la energía cinética
del mismo aparece prácticamente en forma de calor en la Tierra,
porque Mi « M r + Af2.
(3) Describir el movimiento, antes y después de la colisión,
en el sistema de referencia en el que el centro de masas está
en reposo. (Dicha referencia se denomina sis te m a d e l c e n tro de
m a sa s y viene ilustrada en la fig. 6.4 d.)
La posición del centro de masas del sistema viene dada se­
gún (6.9) por

Y _ Mxoxíx
c'm- “ Aíx + M2

La velocidad del centro de masas viene dada por

Y = x c.m . = —X
dt c.m . M i + «1
a

En el sistema de referencia del centro de masas la velocidad


inicial Ui de la partícula 1 es

u, = v , \ — \Vr = í1i1 — —----


Ml \lu.x* = -------
M2
------ü.x
V M i -t- M 2 / A íx + M 2

En el sistema de referencia del centro de masas la velocidad ini­


cial u2 de la partícula 2 es

v = —■ Ml
u0 = —V
M1 + M2 ^
Obsérvese que

Mxux + M 2u 2 = (/ —-M1
1M2 v , — —M2M1
— ■- ^ v \a
)x = 0^
11 22 \M 1 + M2 1Mx + M 2 V

en donde puede verse la ventaja del sistema del centro de masas;


las cantidades de movimiento son siempre iguales y opuestas.
Ahora bien, al chocar las partículas se pegan entre sí; la nueva
partícula tiene masa M¡ + M2 y debe estar en reposo en el sis­
tema del centro de masas. Respecto al sistema del laboratorio
la nueva partícula tiene la velocidad V del centro de masas que
es exactamente la misma que la velocidad de la ecuación (6.8)
obtenida por el primer método.

EJEMPLO

C o m p o n e n tes tra n sve rsa le s d e la c a n tid a d d e m o v im ie n to . Dos


partículas de igual masa se mueven inicialmente sobre trayec­
torias paralelas al eje x y chocan entre sí. Después del choque
se observa que una de las partículas tiene un valor particular v y
(1) de la componente y de la velocidad. ¿Cuál es la componente y
de la velocidad de la otra partícula después de la colisión? (Re-
Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético 187

cuérdese que cada componente x, y o z de la cantidad de movi­


miento total se conserva por separado.)
Antes del choque las partículas estaban moviéndose a lo lar­ Sistema de referencia del laboratorio
go del eje x, de modo que la componente y total de la cantidad
de movimiento era cero. Según la conservación de la cantidad de Mi Vj M z (en reposo)
movimiento, la componente y total de la misma debe ser tam­
bién cero después del choque, de modo que,
Antes
M [v y( 1) + 0,( 2)] = O
de donde
v„(2) = - v „ ( l ) M,

No se puede calcular v„ (1) por sí solo sin especificar las trayec­


torias iniciales y los detalles de las fuerzas que actúan durante el A 6'
proceso del choque.

EJEMPLO Después
Dos partículas
C hoqu e d e p a rtíc u la s con ex cita cio n es in tern as.
de igual masa y velocidades iguales pero opuestas ± v¡ chocan
entre sí. ¿Cuáles son las velocidades después del choque?
El centro de masas está en reposo y debe permanecer en re­ FIG. 6.5 Un choque entre M i y M 2 no necesita confi­
poso, de modo que las velocidades finales + V/ son iguales pero narse a una sola dimensión. En el sistema del laborato­
opuestas. Si la colisión es elástica, la conservación de la energía rio Mz está en reposo antes del choque.
exige que la celeridad final Vf sea igual a la inicial Vi. Si una
o ambas partículas son excitadas internamente por la colisión,
entonces v/ < Vi por la conservación de la energía. Si una de las
partículas, o Jas dos, están inicialmente en estados excitados de
movimiento interno y en el choque transforman su energía de ex­
citación en energía cinética, entonces v/ será mayor que v¿.

EJEMPLO
C hoqu e gen eral e lá stic o d e p a rtíc u la s d e m a sa d iferen te . Este
problema es famoso. Una partícula de masa M t choca elástica­
mente con otra de masa M2 que inicialmente está en reposo en
el sistema de referencia del laboratorio. La trayectoria de se
desvía un ángulo 6X debido al choque. El máximo valor posible
del ángulo de difusión Ol se determina por las leyes de la con­
servación de la energía y de la cantidad de movimiento, indepen­
dientemente de los detalles de la interacción entre las partículas.
Nuestro problema consiste en encontrar (0i)max. Veremos que es
conveniente en cierta fase del cálculo observar la colisión desde
el sistema de referencia en que el centro de masas está en reposo.
Designemos las velocidades iniciales en el sistema del labo­
ratorio (fig. 6.5) por

vx = uxx v2 = O

y las finales (después del choque) por v \ y v '2. La ley de la con­


servación de la energía exige que en una colisión elástica la
energía cinética total antes de la misma sea igual a la energía
cinética total después de ella. Así, pues,

+ |M 24 2 (6.12)

observando la condición inicial v2 = 0. La ley de la conservación


de la cantidad de movimiento aplicada a la componente x de la
misma, impone que
188 Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético

M1ví = M1üí eos 6X + M2v2 eos d 2 (6.13)


Sistema de referencia del centro de masas El fenómeno completo del choque puede considerarse en el pla­
no xy, con tal de que intervengan sólo dos partículas. La ley de
c.in. Uo ^ 2 la conservación de la cantidad de movimiento aplicada a la com­
ponente y de la misma exige que
Antes 0 = s e n d 1 — M 2v 2 se n d 2 (6.14)

ya que inicialmente la componente y de la cantidad de movi­

/ /,Ul
/ a
miento era cero.
Es perfectamente posible, pero un poco molesto, resolver si­
multáneamente (6.12) y (6.14) para cualquier magnitud que nos
interese. Estas ecuaciones expresan el contenido completo de las
. A $- ____ leyes de la conservación. Pero es mucho más claro e informativo
c.m.
observar la colisión en el sistema de referencia del centro de
Después masas. Primero encontramos la velocidad V del centro de masas
/M 2 respecto al Sistema del laboratorio. La posición del centro de
masas se define por
u'2/
= + M2r2
M x + M2
FIG. 6.6 En el sistema del centro de masas Mi y M 2
deben salir despedidas en sentidos opuestos después
del choque. Son posibles todos los ángulos como vimos antes en la ecuación (6.3). Derivando se obtiene la
y |u'i| = |ui|, |u'2| = |u2|. velocidad V del centro de masas:

• _ M 1i l + M 2x2
(6.15)
c-m- + M2 Mx + M2

en donde hemos expresado el resultado en función de las ve­


locidades v1( v2 antes del choque, con v2 = 0. [Obsérvese que ésta
es la misma que (6.4) pero escrita para las condiciones actuales.]
Llamemos ulf u2 a las velocidades iniciales en el sistema de
referencia en el que el centro de masas está en reposo; las ve­
locidades finales en este sistema de referencia son u'i, u'2. Te­
nemos las siguientes relaciones entre las velocidades en los sis­
temas del laboratorio y del centro de masas (fig. 6.6):
vx = Ul + V v2 = u2 + V
(6.16)
Sistema de referencia del centro de masas v'i = »'i + V v2 = u2 + y
Las leyes de la conservación nos permiten comprender inmediata­
mente ciertas características del choque. La conservación de la
cantidad de movimiento en el sistema del centro de masas re­
quiere que el ángulo de difusión de la partícula 1 sea igual al de
la partícula 2, es decir, las trayectorias de ambas partículas
han de ser colineales lo mismo antes como después del cho­
que. Si estos ángulos de difusión (como se ve desde el sis­
tema centro de masas) no fueran iguales, entonces el centro de
masas no podríá estar en reposo después del choque. Pero sabe­
mos que el centro de masas permanece en reposo si no actúan
fuerzas exteriores. Además si la energía cinética se conserva,
las velocidades en el sistema del centro de masas no deben
variar; de modo que u \ = u x y u \ = u2 en una colisión elástica.
La cinemática del choque en el sistema del centro de masas
resulta extraordinariamente sencilla. Las leyes de conservación
permiten todos los ángulos de difusión 0 c.m .. (Esto no es cierto
FIG. 6.7. a) La velocidad final u'i de Mi en el sistema generalmente para 9U 02 en el sistema del laboratorio.)
del centro de masas se descompone en la figura en sus Volvamos al sistema del laboratorio. Pongamos, escribiendo
componentes x e y. sólo 0 en lugar de 0 o.m . para mayor comodidad,
Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético 189

s e n d 1 _ t^sen#! _ u xse n 9
tg eí = cosd1 t>í cos^! u x eos 0 + V
Sistema del laboratorio
en donde hemos utilizado el hecho de que la componente y de
la velocidad final de la partícula 1 es idéntica en los dos siste­
mas de referencia. Además, u x = u \ por la hipótesis del choque
elástico, de modo que
sen 6
(6.17)
1 eos 6 + V /u x
h y = u ly
Ahora pueden combinarse (6.15) y (6.16) para dar las relaciones

V= v Mi
+ M2 («i + V) V = 1MF0 ui

de donde (6.17) se transforma en

se n 6
tg = (6.18) b) En el sistema del laboratorio las componentes x e y
eos 6 + Mx/M2
de v'i son las indicadas. Evidentemente,
En la figura 6.7 a y b se ve el proceso.
Deseamos saber el valor de (0i)max, el cual puede calcularse sen 6 sen 0
tg d x =
gráficamente a partir de (6.18) si M x> M2 o utilizando el cálculo eos 0 + V / u x eos 0 + M j/M 2
para determinar el máximo de tg 6Xcomo una función de 6. Vemos,
inspeccionando la fórmula, que para M x > M2 el denominador nunca
puede ser cero y (0i)max debe ser menor que Si M x = Aí2,
entonces (0i)max = Si M x < M 2, está permitido cualquier valor
de 0X. Las figs. 6.8 a a c muestran estas relaciones gráficamente.

FIG. 6.8 a) Para M x < M2 tg 0X= sen 0/(cos 0 + M i/M 2) b) Para M x = M2, tg 0X tiende a infinito para 6 = n. Así,
tiende a infinito para 0 = 0o = a rc c o s ( — M i/M i). Son pues, son posibles todos los ángulos 0 ^ 0 x^ n / 2
posibles todos los ángulos como raíces de la ecuación para tg
190 Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético

SISTEM AS C ON M A S A VARIABLE

En el Cap. 3 expresamos la segunda ley de Newton


en la form a

dp
F =
dt
en donde p es la cantidad de movimiento Mv. Para obje­
tos de m asa constante, esto se convierte en la fórm ula
fam iliar F = Ma, pero existe un tipo de problem as de
mecánica en los cuales la m asa de un objeto móvil puede
no ser constante y es necesario conocer la dependencia
de M con el tiem po al expresar d p/dt. La segunda ley
se convierte en

c) Para Mi > M2, tg 0¡ no tiende a infinito. Así, pues, F = M v + m^ (6.19)


0 ^ 0i ^ are sen (M 2/ M i j < n /2 . dt dt

Numerosos e interesantes problem as pueden abordarse


con la Ec. (6.19), incluyendo el movimiento de los cohe­
tes, el movimiento de interacción de un satélite con la
atm ósfera y los movimientos de objetos como cadenas
cuya posición en movimiento puede variar con el tiempo.
Veamos unos pocos ejemplos.

EJEMPLO

S a té lite en el p o lv o in terp la n eta rio . Un satélite en un espacio


libre de fuerzas recoge residuos interplanetarios estacionarios en
una proporción d M /d t = cv, en donde M es la masa, v la velo­
cidad del satélite y c una constante. ¿Cuál es la deceleración?
Consideremos este problema desde un sistema de referencia
con el polvo interplanetario en reposo (véase fig. 6.9). La cantidad
de movimiento del sistema total formado por el satélite y el
polvo es constante, ya que no existe ninguna fuerza presente
en el problema. La ecuación (6.19) requiere que

F = 4-(Afv) = Mv + Mir = 0
dV '

o, para el movimiento en una dimensión, con M = cv, la dece­


leración es
•_ cv2
V ~ ~~M
(Véase Prob. 16 al final del capítulo.)
Este problema puede abordarse en una forma distinta conside­
rando que una fuerza resistiva debida al polvo actúa constantemen­
te frenando al satélite. La fuerza resistiva será la opuesta (tercera
ley de Newton) a la fuerza ejercida por el satélite sobre el polvo
al moverse a su través. En cualquier instante la fuerza ejercida
FIG. 6.9 Objeto que se mueve a través de una nube sobre el medio será la variación de la cantidad de movimiento im­
de polvo con referencia al sistema del polvo. partida a las partículas de polvo, que es v d M /d t o cv2. La fuerza
Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético 191

resistiva sobre el satélite será — cv2 y la deceleración será la


obtenida de la segunda ley de Newton utilizada en la forma usual:

M b = /resist = -C V 2 V ~ -

EJEMPLO

P ro b lem a d e l veh ícu lo espacial. Un vehículo espacial arroja


gases con una velocidad V0 respecto al vehículo; la variación de
la masa del vehículo por unidad de tiempo es Aí = — a, constante.
Plantear y resolver la ecuación del movimiento del vehículo es­
pacial, despreciando la gravedad.
FIG. 6.10 El vehículo se mueve con velocidad v en un Sea v la velocidad del vehículo en el instante i. Lá velocidad
sistema inercial; el gas expulsado con velocidad de de los gases vista desde el sistema del laboratorio (n o desde el
escape V0 se mueve con velocidad v — Vo. vehículo), que es inercial, es — V0 + v. Supongamos que V0 y v
son opuestas, de modo que el problema se convierte en monodi-
mensional, como indica la fig. 6.10.
En ausencia de cualquier fuerza externa, la cantidad de mo­
vimiento del sistema total formado por el vehículo más los gases
de escape es constante. Así, F = d p / d t = 0, y puede escribirse

= Mb — va + (v — V0)a = 0 (6.20)

en donde los términos tienen el siguiente significado:


M v = ganancia de variación respecto al tiempo de la can­
tidad de movimiento, debida a la aceleración.
— va = pérdida de variación respecto al tiempo de la canti­
dad de movimiento del vehículo.
(v — Vo) a = variación respecto al tiempo (incremento) de la can­
tidad de movimiento de la nube de gases escapados.
La ecuación (6.20) se simplifica dando

M v = aV 0 (6.21)
Como la pérdida de masa viene dada por una constante — a, la
masa del vehículo en el tiempo t será
M = Aí0 — a t
en donde Aí0 es la masa inicial del vehículo en el tiempo t = 0.
La ecuación (6.21) se convierte en

(M0 — a t)b — a V 0

A fin de obtener la velocidad del vehículo en función del tiempo


integraremos la expresión

• _ «'Vo/M0
1 — at/M0
con la hipótesis v = v0 para t = 0, resultando

El término at nunca puede ser igual a M<¡, ya que no todo el


vehículo es combustible; pero puede alcanzar hasta el 90% de
192 Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético

combustible. La ecuación (6.22) ilustra la ventaja del gas de


escape propulsor de alta velocidad. El máximo de eficiencia pro­
pulsora se obtendría con fotones, es decir, con luz, ya que en­
tonces v0 = c. ¡Pero es difícil lanzar mucha masa de esta forma!

EJEMPLO
í
F uerza d e b id a a una caden a qu e cae. Una ilustración fami­
liar viene proporcionada por la fuerza que actúa sobre una plata­
forma estacionaria al caer sobre ella una cadená flexible desde
la posición en que cuelga. Consideremos que inicialmente la
cadena está suspendida de un extremo y el extremo inferior
justamente toca la plataforma. En la fig. 6.11 se muestra la
cadena un instante después de ser liberada, es decir, cuando ha
f caído una distancia s y esta longitud de cadena se ha depositado
sobre la plataforma.
La fuerza total ejercida hacia arriba por la plataforma sobre
la cadena debe soportar la longitud de cadena que está en re­
poso y, además, reducir a cero la cantidad de movimiento de
FIG. 6.11 Cadena que cae de densidad lineal p. En
los elementos de cadena que van llegando. Estas dos contribu­
el intervalo de tiempo dt se produce un incremento
de masa pds, moviéndose con velocidad s. La varia­
ciones vienen dadas por la expresión *
ción por unidad de tiempo de la cantidad de movimiento
f = Pgs + p s2
de la cadena en el colapso sobre la plataforma es
p[ds/dt) * s o p s2. La plataforma debe soportar el peso
pgs de la porción de cadena que ha llegado. en donde p es la densidad lineal (es decir, la masa por unidad de
longitud) de la cadena. Como la parte de cadena que cae libre­
mente tiene la aceleración g, resulta s 2 = 2gs. Por tanto,

/ = 3pgs

Así en cualquier instante, la plataforma ejerce una fuerza que es


igual a tres veces el peso de la cantidad de cadena que se ha
depositado.
(Pueden ser interesantes algunas variantes de este problema,
tales como considerar la aceleración del centro de masas de la
cadena bajo la influencia de la gravedad y de la fuerza de la pla­
taforma sobre la cadena. El resultado anterior se obtiene fácil­
mente.)

CONSERVACIÓN DEL MOMENTO CINÉTICO


Volvamos ahora al im portante concepto del m o m e n t o
El momento cinético o angular J de una sola
c in é tic o .
partícula referido a un punto fijo arbitrario (fijo en un
sistem a de referencia i n e r c i a l ) como origen se define en
la form a

J = rX p = rXMv (6.23)

en donde p es la cantidad de movimiento lineal (véase


fig. 6.12 a y b). Las unidades de momento cinético son

(*) [p ds) d s / d t es la cantidad de movimiento de la masa p ds


FIG. 6.12 a) El m om en to c in ético J respecto al punto O que se reduce a 0 en el tiempo d t. A sí, la variación por unidad de
s e d efin e m ed ian te la figura. tiempo de la cantidad de movimiento es (p d s/.d t) [d s /d t] = ps2.
Conservación de i a cantidad de movimiento y del momento cinético 193

g-cm2/s o erg-s. La componente J a lo largo de cualquier


línea (o eje) que pase por el punto fijo de referencia se
denomina con frecuencia m omento cinético de la partí­
cula respecto a este eje.
Si la fuerza F actúa sobre la partícula, definimos el
momento (m om ento de una fuerza) N respecto del mismo
punto fijo como

N = r X F (6.24)

(Este resultado ya apareció en el Cap. 2.) Las unidades


del m omento son dina-cm (fig. 6.13). Diferenciando aho­
ra (6.23) tendrem os

di d , . dr dp
Í = dF( r X p ) = d T x p + r X l F b) El momento cinético respecto a otro punto P es di­
ferente incluso para la misma partícula cuando
pero posee la misma cantidad de movimiento p.
^ X p = v X Mv = 0
dt

y según la segunda ley de Newton en un sistem a de re­


ferencia inercial,
dp „
r X - 7- = r X F = N
dt
Por consiguiente, obtenemos el im portante resultado

— = N (6.25)
dt

La variación del momento cinético por unidad de tiempo


es igual al momento.
Si el m omento N = 0, entonces J = Cte. El m om ento
cinético es constante en ausencia del m om ento externo;
esta es una form a de enunciar la ley de la conservación
del m om ento cinético. Obsérvese que la ley de la conser­
vación del momento cinético no se refiere únicam ente
a partículas en órbitas cerradas. Se aplica igualmente
bien a órbitas abiertas y a procesos de choque (fig. 6.14).
Consideremos una partícula sometida a una fuerza
central de la form a
f = m
Una fuerza central es aquella que está siem pre dirigida
hacia (o alejándose de) un punto particular. El momento
de la fuerza respecto de ese punto es FIG. 6.13 El momento efectivo N en el punto O de­
bido a la fuerza F aplicada al punto O en la posición r
N = r x F = r X rf(r) = 0 es r x F. N es normal al plano definido por r y F.
194 Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético

de modo que para fuerzas centrales

Q = 0 (6.26)
dt

y el m om ento cinético es constante. En tal caso el mo­


vimiento de la partícula estará confinado en el plano
norm al del vector constante J. En la próxim a sección
se dem uestra que este resultado puede obtenerse como
una consecuencia directa de la inváriancia de la función
energía potencial l/(r) bajo rotaciones del sistem a de refe­
rencia. Sin embargo, consideraremos prim eram ente la
ampliación de la ecuación del momento a un sistema
de N partículas interaccionantes.

Los mom entos debidos a fuerzas internas tienen una


resultante nula. Las interacciones que pueden presentar
FIG. 6.14 Partícula M sometida a una fuerza central entre sí las partículas dan lugar a m omentos internos.
repulsiva F (r) centrada en O. Como el momento
N = r x F = 0, tendremos que J = constante, siendo J Demostraremos que la suma de todos los momentos in­
un vector que sale del papel. ternos es cero, de tal modo que sólo los momentos debi­
dos a las fuerzas externas pueden cam biar el momento
cinético de un sistem a de partículas.
Incluyendo todas las fuerzas podemos escribir para
el m omento total
n
N = 2 rf * F. (6.27)
i —1

en donde el índice i corresponde a una partícula y n es


el núm ero total de partículas que com prende el sistema.
Sin embargo, la fuerza F< sobre la partícula i es debida
parcialm ente a los agentes externos del sistem a y par­
cialmente a sus interacciones con otras partículas; así,

F, = * + ¿ %
í—1

en donde f¿ representa la fuerza externa y la fuerza


ejercida sobre la partícula i por la partícula /. 2 ' signi­
fica que el térm ino j = i se excluye porque la fuerza de
una partícula sobre sí m ism a no tiene significado. Esto
nos perm ite escribir la Ec. (6.27) en la form a

N = 2 > , X (f. + 2 % ) = 5 > < X f. + 2 r X f.,


i j i i j

-en donde el últim o térm ino con el doble sumatorio es


el vector sum a Nint de los m omentos debidos a fuerzas
internas del sistema.
Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético 195

Un examen detallado de esta expresión p ara Nlnt mues­


tra que puede descomponerse en un doble sum atorio de
pares de térm inos

N»t = 2 [ X ( ri X f« + r>X fn )] (6-28)


i j
en donde para cada valor de i sumamos todos los valores
de /, excepto ; = i. (E sta descomposión se reconoce fá­
cilmente tratando un sistem a form ado por un núm ero
pequeño de partículas; véase Prob. 5.) Ahora bien, de
acuerdo con la tercera ley de Newton, f}i = — fy y la
Ec. (6.28) se convierte en

Nl„t = 2 [ X ( ri “ ri) X f«]


i j
FIG. 6.15 El momento debido a la acción de la grave­
dad, m¡g, alrededor de O es r¡ X rmg.
Y si las fuerzas ejercidas entre las partículas están
dirigidas a lo largo de las líneas que unen los pares que
interactúan, es decir, si son fuerzas centrales, esta expre­
sión será nula, ya que será paralela a r( — r3-. Así, pues,
Nlnt = 0 (6.29)

El resultado es tam bién cierto para fuerzas de inter­


acción no centrales; sin embargo, no podemos dem ostrar
aquí este hecho.

M omento debido a la gravedad. Una cuestión de


im portancia en los problem as del movimiento sobre la
superficie de la Tierra es la siguiente: ¿Podemos encon­
tra r un punto en un cuerpo extenso (es decir, un cuerpo
formado por masas puntuales o por una distribución
continua de masas), de tal modo que el momento respecto
a este punto originado por todas las fuerzas gravitato­
rias sea nulo? Por ejemplo, si se m antiene un bastón
por un extremo la gravedad ejercerá un momento sobre
él a menos que el bastón esté vertical. ¿Cómo podemos
sostener el bastón sin que exista momento? N atural­
mente, puede sostenerse por el centro, pero tratem os el
problem a de un modo general.
Tomemos un punto O como en la fig. 6.15:

No = 2 ri x

Como g, la aceleración de la gravedad, es constante, puede


escribirse esta fórm ula en la form a

No = ( 2 miri ) x S
196 Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético

Pero

2 miri = Rc.m. 2 Wi

Por tanto, si O es el centro de m asas

Y J mixi = 0 y N0 = 0

Este punto se denomina a veces centro de gravedad, el


cual es idéntico al centro de m asas siem pre que g sea
constante én todo el cuerpo.
Si el punto no es el centro de masas, ¿cuál será el
valor de N? Sabemos que

2 Fi = 2 wiS = MS = Fsrav (6-30)

FIG. 6.16 Elmomento debido a lasfuerzas de grave- en donde M es la m asa total. ¿El momento alrededor
dad alrededor de A puedeexpresarse por lafórmula de un punto A en la fig. 6.16 viene relacionado simple-
R c.m . X en donde O es el centro de masas. m ente con esta fuerza g^

N* = 2 r¿i X m ig = S (K ao + r Oi) X m i g
(6.31)
= r ao X 2 m iS = R¿o X Mg = Rc m. X Mg

en donde hemos utilizado el hecho de que 2m fr0i = 0,


ya que el punto O es el centro de masas. Así vemos que
el efecto total de las fuerzas de la gravedad puede reem­
plazarse por el de una simple fuerza Mg que actúa sobre
el centro de m asas (véase Prob. 6).

M omento cinético alrededor del centro de masas.


El momento cinético total de un sistem a de partículas
referido a un punto arbitrario fijo en un sistem a inercial
de referencia como origen es, según la Ec. (6.23),

J = 2 M,rt X v¡ (6.32)
i= l

Lo mismo que en el caso de una sola partícula el valor


de J depende del punto que elegimos como origen. Si
R0.m„ es el vector trazado desde el origen a la posición del
centro de masas podemos escribir J de nuevo en una
form a conveniente e im portante, restando y sumando la
m agnitud

2 M i R c.m. X y i
i
Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético 197

a la expresión (6.32). Así resulta

J = ¿ M.ft - R ^ ) X v, + ¿ M A
i=l i—1
(6.33)
= Jc.m. + Rc.m. X P

en donde Jc_m. es el m omento cinético respecto al centro


de masas y P = SAÍjVj es la cantidad de movimiento total
lineal. El térm ino Rc.m. X P es el m om ento cinético del
centro de m asas respecto al origen arbitrario. Este tér­
mino depende de la elección del origen; el térm ino Jc.,n.
no. En la física aplicada a una molécula, un átom o o una
partícula fundam ental, es útil llam ar m om ento cinético
de spin o sim plem ente spin a J0.m..
Teniendo en cuenta que Nint = 0 resulta de las ecua­ FIG. 6.17 Significado geométrico del momento cinético,
en función del área barrida por unidad de tiempo.
ciones (6.25) y (6.33)


dt J1t o t—
- Next (6.34)

Jtot = Jc.m. + Rc.m. X P (6.35)

Aquí J0.m_ es el m omento cinético respecto al centro de


masas, m ientras que Ro.m. X P es el m omento cinético
del centro de masas respecto al origen arbitrario. Nor­
malmente es acertado escoger el origen en el centro de
masas. Entonces (6.34) puede escribirse como

dt Jc.m. ^ext

Si no actúan fuerzas externas, entonces Next = 0 y J0.m.


es constante.
Ya vimos que el movimiento del centro de m asas
estaba determ inado por la fuerza total exterior que ac­
tuaba sobre el cuerpo. Vemos ahora que la rotación al­
rededor del centro de masas queda determ inada por el
momento externo total (Cap. 8).
En la fig. 6.17 se sugiere el significado geométrico
del momento cinético de una partícula en una órbita
que rodea el origen. El vector área AS del triángulo
viene dado por

AS = X Ar
Entonces
dS
198 Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético

Hemos visto que, m ediante la selección adecuada del


origen, J = constante para las fuerzas centrales.
Si en un problem a sobre planetas se tom a el Sol
como origen, el m omento cinético de un planeta es cons­
tante, prescindiendo de las perturbaciones producidas
por los demás planetas. En el caso de fuerzas centrales,
según (6.26) y (6.36) resulta que:
1.° La órbita está contenida en un plano.
2.° El área barrida por unidad de tiem po es una
constante — este enunciado constituye una de las tres
leyes de Kepler (que se estudiarán en el Cap. 9).
El prim er resultado es una consecuencia de estar
r e Ar en un plano perpendicular a J y este vector ser
FIG. 6.18 El planeta M tiene un momento cinético cons­
tante respecto al Sol. Así, pues, M r2v2 = MriV i, en donde constante en módulo, dirección y sentido en un campo
n = la distancia mayor al Sol y r 2 = la menor distancia central.
al Sol. Todas las órbitas de los planetas tienen mucha Los planetas se mueven en órbitas elípticas alrededor
menor excentricidad que la indicada aquí. La figura se
del Sol que ocupa uno de sus focos. Con objeto de con­
ha exagerado para mayor claridad.
servar el momento cinético, todos los planetas deben
moverse más rápidam ente en el punto de máxima apro­
ximación que en aquel en el que están m ás alejados del
Sol. Esto se obtiene como consecuencia de que en estos
puntos r es perpendicular a v y el m omento cinético
en ellos es Mvr. Según la conservación del momento
cinético, los valores de Mvr en estos puntos deben ser
iguales, de modo que al valor de r m ás corto le corres­
ponde la mayor v (véase fig. 6.18).
Para una partícula que se mueve en una circunfe­
rencia, la velocidad v es perpendicular a r, de modo que

Trayectoria J = M v r = Mwr2 (6.37)


¡«, — % ^ clcl protón
Si la partícula se mueve a lo largo de una línea recta que
dista b del origen, el alumno podrá com probar que
: . - Núcleo

J = r X Mv = Mvbú

donde ü es un vector unitario perpendicular al plano


definido por la línea de movimiento y el punto origen.

EJEMPLO
Un protón se
D ifu sión d e un p r o tó n p o r un nú cleo p e sa d o .
acerca a un núcleo de gran masa y de carga Ze. Para una separa­
ción infinita la energía del protón es \ M p v02. Si la trayectoria
FIG. 6.19 Movimiento de un protón en el campo cou- que sigue el protón a gran distancia del núcleo se e x tr a p o la lin eal­
lombiano de un núcleo pesado. La trayectoria es una m en te , prolongándola hasta las proximidades del núcleo, se
hipérbola (Cap. 9). La distancia de máxima aproxima­ obtiene una recta que pasa a una distancia mínima b del mismo,
ción es s. El parámetro de impacto b es la distancia como indica la fig. 6.19. Esta distancia se denomina p a rá m e tr o
perpendicular desde el núcleo hasta la extrapolación d e im p a c to . ¿Cuál es la distancia de máxima aproximación de la
en línea recta de la parte inicial de la trayectoria. órbita real? (Consideremos que la masa del núcleo pesado es
Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético

infinita de modo que pueda despreciarse sií retroceso, es decir,


pueda considerarse estacionario.)
El momento cinético inicial del protón tomado respecto al
núcleo pesado es M p v 0 b; en donde v0 es la velocidad inicial
del protón. A la distancia de máxima aproximación, que llama­
remos 5, el momento cinético es M p v a s, siendo v, la velocidad
en este punto. La fuerza es central, de modo que se conserva
el momento cinético y, por consiguiente,

v 0b
M pv 0b = M pv ss vs = —

Obsérvese que hemos considerado que el núcleo pesado perma­


nece en reposo.
La energía del protón se conserva también en el choque. Su
energía inicial es toda cinética y vale i M p Vo2. La energía en el
punto de máxima aproximación es

o Ze2
2MPVs2 + —
en donde el primer término es la energía cinética y el segundo
la potencial. Así, pues, la ley de la conservación de la energía
nos dice que

iMfv* + ~ - = JMp»o2
Eliminando vs resulta

De esta ecuación puede deducirse el valor de 5. (Obsérvese que


las leyes de conservación constituyen una fuente eficaz de in­
formación sobre los procesos de choque.) Si se utilizan unidades
SI, estas tres últimas expresiones se convierten en

S lMr»,2 ó = í 'V o 2

(Los métodos del Cap. 9 nos dan la solución completa a este


problema.)

Invariancia en la rotación. Del mismo modo que en­


contramos que la conservación de la cantidad de movi­
miento lineal era una consecuencia de la invariancia de
Galileo y de la conservación de la energía, podemos de­
ducir que la conservación del m omento cinético es
una consecuencia de la invariancia de la energía potencial
bajo una rotación del sistem a de referencia (o del propio
sistema). Si existe un momento externo, al girar el siste­
ma, deberemos en general realizar un trabajo contra
este momento. Esto lleva consigo un cambio de energía
200 Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético

potencial. Si la energía potencial U no varía durante la


rotación, es porque no existe m omento externo. Un
momento externo nulo quiere decir que se conserva el
momento cinético.
£1 razonamiento puede proseguirse analíticamente. Con­
sideremos el efecto de un desplazamiento rotacional de
un sistem a de partículas por el cual el vector posición
r de una partícula se convierte en r'. Su longitud es, natu­
ralm ente, invariable. Afirmamos que la conservación del
mom ento cinético resulta de
C7(ri,r^ . . . , r¡f) = U(r1,r2, . . . , % )

Esta relación implica restricciones sobre la dependencia


de U respecto a los vectores r. Una form a que puede
satisfacer la relación es la que depende sólo de las dife­
rencias vectoriales entre los vectores r, de modo que
para un sistem a simple de sólo dos partículas podemos
escribir

U (r^jj) = U(r2 - rx)

La operación de rotación cam bia la dirección de r2— rt,


pero no su magnitud. U será invariante si depende sólo
de la m agnitud, es decir, de la distancia que separa las
partículas y no de la dirección del vector separación; así

U(ri,r2) = U(|r2 - rx|)

Esto es equivalente a una afirm ación de homogeneidad


e isotropía del espacio.
Para una función de energía potencial de esta form a
forzosamente ^12 — F21 y estas fuerzas están dirigidas
a lo largo de la línea r2— rj. Así la fuerza es central y el
momento se anula. Esto asegura que el m omento ciné­
tico se conserva. Para N partículas se asegura la inva-
riancia rotacional del potencial si U depende únicam ente
del módulo de la separación entre las diversas partículas.
El potencial considerado desde el punto de vista de
un electrón o ion individual en un cristal no es invariante
en la rotación, porque el campo eléctrico debido a los
demás iones en un cristal es altam ente no uniform e o
heterogéneo. Por consiguiente, no será lógico en general
esperar encontrar una ley de conservación para el mo­
m ento cinético de las capas electrónicas de un ion en un
cristal, aunque se conserve el m om ento cinético del mismo
ion en el espacio libre. La no conservación del m omento
cinético electrónico de los iones en los cristales se ha
observado en los estudios de los iones param agnéticos
Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético 201

de los cristales, denominándose a este efecto extinción


del momento cinético orbital.
El m omento cinético J de la Tierra es constante res­
pecto al Sol como origen por ser r X F = 0 para cada
masa puntual en la Tierra, siendo F la fuerza gravitatoria
que actúa entre el Sol y la m asa puntual.
EJEMPLO
Aceleración angular que acom paña a una contracción. Se
sujeta a una cuerda (fig. 6.20) una partícula de masa M; la par­
tícula gira siempre en un mismo plano con velocidad v„ cuando
la longitud de la cuerda es r0. ¿Qué trabajo ha de realizarse para
acortar la cuerda hasta r?
La fuerza sobre la partícula debida a la cuerda es radial, de
modo que el m om ento es cero cuando seacorta lacuerda. Por
lo tanto, el momento cinético debe permanecer constante cuando FIG. 6.20 La masa M describe un movimiento circular
se acorta la cuerda: de radio r0 y velocidad v0. Está unida a una cuerda que
pasa por un tubo. La distancia r0 puede acortarse tiran­
M v0r0 = M vr (6.38) do de la cuerda en P.

La energía cinética en r0 es \ Mv02; en r ha aumentado hasta

¿M o* = (6.39)

porque v = v0 r j r , según hemos visto. Así resulta que el trabajo W


realizado desde el exterior al acortar la cuerda de r„ a r es

W = Í M V [ ( ^ ) 2 - 1]

Esto también puede calcularse directamente en la forma

j" ^centrip ’ dt = —J' FCentrip dr


ro ro
Vemos que el momento cinético actúa sobre el movimiento ra­
dial como una energía potencial repulsiva efectiva: tendremos
que realizar un trabajo extra sobre la partícula al llevarla desde
distancias grandes hasta otras más pequeñas si se exige la con­
servación del momento cinético en el proceso.
Compárese este comportamiento con el de una partícula que
gira mediante una cuerda que se arrolla libremente sobre una
varilla fija sin rozamiento de diámetro finito. ¿Por qué es ahora-
constante la energía cinética cuando se arrolla la cuerda? (Véase
Prob. 12 al final del capítulo.)

EJEMPLO

Forma de la galaxia. El resultado del ejemplo precedente tiene


una probable relación con la forma de la galaxia. Consideremos
una masa muy grande M de gas provista inicialmente de un
momento cinético determinado *. (Fig. 6.21a.) El gas se contrae bajo

(*) No e s posible en el estado actual de nuestros conocimientos


decir de dónde provino en primer lugar el gas ni por qué una masa
determinada de gas deberá tener un momento cinético. Las masas que
no posean momento cinético se condensarán como esferas.
202 Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético

su propia interacción gravitatoria. Cuando el volumen ocupado por


el gas se hace más pequeño, la conservación del momento cinético
exige un aumento en la velocidad angular y su energía cinética
crece. Pero acabamos de ver que se necesita trabajo para produ­
cir el aumento en la velocidad angular. ¿De dónde procede la
energía cinética? Sólo puede provenir de la energía gravitatoria
del gas.
Para resolver problemas como éste deben utilizarse considera­
ciones energéticas. Una partícula de masa Mi en las regiones
exteriores de la galaxia tendrá una energía potencial gravitatoria,
debida a su interacción con la galaxia, del orden de magnitud de
GMjM (6.40)
r

siendo r su distancia al centro de la galaxia y M la masa de ésta.


A medida que r se hace más pequeña, esta energía potencial
gravitatoria se hace más negativa, pero la energía cinética de
la ecuación (6.39) se hace cada vez más positiva; en realidad
se hace positiva con mayor rapidez que la ecuación (6.40) se hace
negativa. Trataremos esta dependencia con el radio de la energía
FIG. 6.21 a) Nube difusa de gas provista originalmente como si fuera una contribución a la energía potencial y la llama­
de cierto momento cinético. remos en ergía p o te n c ia l c e n trífu g a (véase Prob. 13). La condición
de equilibrio es el valor mínimo de la suma de las dos como
indica la fig. 6.21 b. En el Cap. 5 vimos que la derivada de una
energía es una fuerza y, por tanto, el mínimo de la suma de estas
dos energías corresponde al valor cero de la suma de las dos
fuerzas. Esta condición es

GMXM
= 0

lo cual es equivalente a

GM M w v2
i — = M 1— (6.41)

cuando reemplazamos v0r0/r por v en la ecuación (6.38). En la


ecuación (6.41) reconocemos justamente la condición de que
la fuerza centrípeta debida a la gravedad es igual al producto de la
masa por la aceleración centrípeta.
Pero la nube de gas o de estrellas es capaz de aplastarse en
dirección paralela al eje del momento cinético total sin cambiar
el valor del momento cinético. La contracción es estimulada por
la atracción gravitatoria; la energía adquirida en la contracción
debe disiparse de algún modo, posiblemente por radiación. Por
consiguiente, la nube puede aplastarse casi completamente en
dirección paralela a J, pero queda restringida la contracción en el
plano ecuatorial (véanse figs. 6.21 c y d). Este modelo de evolu­
ción galáctica está muy simplificado; sin embargo, no existe un
modelo generalmente aceptado.
El diámetro de nuestra galaxia es del orden de 3 x 104 parsecs
b) La contracción de la galaxia en el plano normal a J ó 1023 cm (1 parsec = 3,084 x 1018 cm = 3,084 x 1016 m). El espesor
está limitada porque la. «energía potencial centrí­ de la galaxia en la vecindad del Sol depende realmente de la
fuga» f[r) aumenta muy rápidamente cuando r - > 0. definición del espesor, pero la gran mayoría de estrellas se agru­
Así, pues, f[r ) + g[r) tiene un mínimo para un valor pan alrededor del plano medio en un espesor de varios cente­
finito de r, como está indicado. nares de parsecs. Así, pues, la galaxia está muy aplastada. La
Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético 203

c) La galaxia empieza a aplastarse a medida que se d) Finalmente adquiere su forma característica con un
contrae y gira más deprisa. núcleo central más o menos esférico.

masa de la galaxia se considera que es del orden de 2 x 10a veces


la masa del Sol, o

(2 X 10n )(2 X 1033) ^ 4 X 1044 g ó 4 X 1041 kg

Puede hacerse una estimación de la masa mediante (6.41) sus­


tituyendo los valores conocidos de v y r para el Sol. El Sol está
próximo ál borde exterior de la galaxia a unos 104 parsecs 3 X
X 1022 c m « 3 x 1020 m del eje de la galaxia. La velocidad orbi­
tal del Sol alrededor del centro de la galaxia es aproximadamente
3 x 107 cm /s == 3 x 105 m /s, de modo que podemos deducir me­
diante (6.41) como valor estimado de la masa de la galaxia 190
Momentos cinéticos en el sistema
solar (unidades de 10“ g-cm2/s)
(1015)(3 X 1022)
M= 4 X 1044 g
7 X 10" 8

o en unidades SI

v 2r _ (10n )(3 X 1020) 78


M = 4 X 1041 kg
G ~ 7 X 10- 11

Hemos despreciado el efecto de la masa que está más alejada del 26


17
centro de la galaxia que el Sol. 1,4
2 0,5 1
Sol E | Saturno Urano Neptuno Plutón
M omento cinético del sistem a solar. La figura 6.22 Júpiter
m uestra el m omento cinético de los diversos componen­
tes del sistem a solar. Estim em os por nuestra cuenta y
como comprobación uno de los valores dados. Conside­ FIG. 6.22 Distribución del momento cinético respecto
remos el planeta Neptuno cuya órbita es casi circular. al centro del Sol en el sistema solar. El símbolo S
indica la suma debida a los cuatro planetas Mercurio,
La distancia m edida de Neptuno al Sol viene dada en la Venus, la Tierra y Marte. Obsérvese la contribución re­
bibliografía y es « 5 X 109 km « 5 x 1014 cm. El período lativamente pequeña de la rotación del Sol sobre su
de revolucióp de Neptuno alrededor del Sol es 165 años *=» propio eje.
204 Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético

« 5 X 109 s. La m asa de Neptuno es aproxim adam ente


1 X 1029 g. El m omento cinético de N eptuno alrededor del
Sol es, por tanto,

r ™ *,277r (1029)(6)(25 X 1028)


/ = Mvr = M ——r ~ ------- — -------
T 5 X 109
^ 30 X 1048 g-cm2/s

que está de acuerdo aproxim adam ente con el valor


26 x 1048 g-cm2/s indicado en la fig. 6.22. En unidades
SI este valor es

La dirección de J es aproxim adam ente la m ism a para


todos los planetas principales.
El m omento cinético de Neptuno alrededor de su
propio centro de masas es mucho m enor. El momento
cinético de una esfera uniform e en rotación es del orden
de MvR, en donde v es la velocidad superficial de rota­
ción y R el radio. Realmente, como la m asa de una esfera
no está concentrada a una distancia R del eje, sino que
está distribuida, este resultado debe reducirse p ara una
distribución uniform e aplicando un factor num érico que,
como se verá en el Cap. 8, vale 2/5. Así, pues,

T _ 2 2ttM R 2
•'c.m. g rji

en donde T = 2itR/v designa el período de rotación del


planeta sobre su propio eje. Para Neptuno T 16 h «=«
» 6 X 104 s y r 2,4 X 109 cm, de donde

o sea,

que es despreciable comparado con el m om ento cinético


orbital alrededor del Sol.
Una estimación sem ejante de 7c.m. para el Sol da
6 X 1048 g-cm2/s (6 X 1041 kg-m2/s). La rotación del Sol
alrededor de un eje que pasa por su centro equivale sólo
a un 2 por ciento del momento cinético total del sistema
Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético 205

solar. Una estrella típica muy caliente puede poseer alre­


dedor de 100 veces m ás m om ento cinético que el Sol.
Parece, pues, que la form ación de pn sistem a planetario
es un mecanismo eficaz para la disminución del momento
cinético de una estrella que se está enfriando. Si cada
estrella form a un sistem a planetario al pasar a través
de una fase de su historia sem ejante a la del Sol, entonces
pueden existir hasta 1010 estrellas con planetas en nuestra
galaxia.

PROBLEMAS
1. M om ento cinético de un satélite
(a) ¿Cuál es el momento cinético (referido al centro
de la órbita) de un satélite de masa Ms que se mueve en
una órbita circular de radio r? El resultado ha de expre­
sarse solo en función de r, G, Ms, Mt (masa de la Tierra).
S o l J = ( GMtMs2r)V \

(b) Para Ms = 100 kg, ¿cuál es el valor numérico (en


unidades CGS) del momento cinético para una órbita cuyo
radio ~es el doble del de la Tierra?
2. E fectos del rozam iento sobre el m ovim ien to de un
satélite
(a) ¿Cuál es la influencia del rozamiento atmosférico
sobre el movimiento de un satélite en una órbita circular
(o casi circular)? ¿Por qué el rozamiento aumenta la
velocidad del satélite?
(b) El rozamiento ¿aumenta o disminuye el momento
cinético del satélite, medido respecto al centro de la Tierra?
¿Por qué?

3. Relación energía-m om ento cinético de un satélite.


Expresar en función del momento cinético 3 la energía y demostrar que para cada uno de ellos la suma de los
cinética, potencial y total de un satélite de masa M en momentos respecto a este punto es cero.
una órbita circular de radio r.
Sol. E c = J2/2M r2) U = — J2/M r2; E = — P f l Mr 3.
6. Fuerzas que actúan sobre una escalera. Una esca­
4. E lectrón ligado a un protón. Un electrón se mueve lera de mano de 20 kg de masa y 10 m de longitud se
alrededor de un protón en una órbita circular de radio apoya sobre una pared vertical deslizante formando un
0,5 Á = 0,5 x 10-8 cm. ángulo de 30° con ella. La escalera, de construcción uni­
(a) ¿Cuál es el momento cinético orbital del electrón forme, no puede resbalar debido a su rozamiento con el
alrededor del protón? Sol. 1 x 10~27 erg-s. suelo. ¿Cuál es el módulo en dinas de la fuerza ejercida
(b) ¿Cuál es la energía total, expresada en ergs y en por la escalera sobre la pared? ( Indicación: Utilícese el
electrón-volts? hecho de que los momentos deben sumar cero para una
(c) ¿Cuál es la energía de ionización, es decir, la ener­ escalera en reposo.) Sol. 5,6 x 105 dinas.
gía que debe darse al electrón para separarlo del protón?
7. Energía cinética del centro de masas. En una co­
5. M om entos internos que sum an cero. Consideremos lisión de una partícula de masa mi que se mueve con velo­
el sistema aislado de tres partículas, 1, 2, 3 (indicado en la cidad Vi contra otra estacionaria de masa m 2 no toda la
fig. 6.23) que interaccionan entre sí con fuerzas centrales energía cinética original puede convertirse en calor o ener­
En = 1 dina, Fn = 0,6 dinas y F23= 0,75 dinas, en donde Fu gía interna. ¿Qué fracción se convertirá? Demostrar que
designa.Ja fuerza ejercida sobre la partícula i cuando inter- esta energía es exactamente igual a la energía cinética en
acciona con la partícula ;. Escoger dos puntos diferentes el sistema del centro de masas.
206 Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético

8. C aden a qu e cae. Una cadena de masa M y longitud l la pelota, en un sentido determinado alrededor de un poste
es arrollada en el borde de una mesa. Una longitud muy vertical al que está atada, antes de que el jugador contrario
pequeña de uno de sus extremos se deja deslizar por el pueda arrollarla en sentido opuesto. El juego es divertido
borde y comienza a caer bajo la acción de la gravedad, y la dinámica del movimiento de la pelota es complicada.
arrastrando al resto de la cadena. Suponer que la veloci­ Examinemos un tipo sencillo de movimiento en el que la
dad de cada elemento es nula hasta que se pone en movi­ pelota se mueve en un plano horizontal en una espiral de
miento con la velocidad de la sección que cae. Determinar radio decreciente a medida que la cuerda se arrolla alre­
la velocidad cuando ha caído una longitud x. dedor del poste después de imprimir a la pelota, mediante
S o l. v 2 = 2/3 gx. un único golpe, una velocidad inicial v0. La longitud de la
Cuando la longitud completa l está fuera de la mesa, cuerda es l y el radio del poste es a «C l (véase el diagrama).
¿qué fracción de la energía potencial original se ha con­ (a) ¿Cuál es el centro de rotación instantáneo?
vertido en energía cinética de traslación de la cadena? (b) ¿Existe un momento respecto del eje que pase por
el centro del poste? ¿Se conserva el momento cinético?
9. M o m e n to c in é tic o d u ra n te la c o lisió n d e d o s p a r­ (c) Suponer que se conserva la energía cinética y cal­
tícu las. Un neutrón de 1 MéV de energía se acerca a un cular la velocidad en función del tiempo.
protón hasta una distancia tal que el momento cinético del (d) ¿Cuál es la velocidad angular después que la pe­
neutrón respecto al protón es igual aproximadamente a lota ha realizado cinco revoluciones completas?
10-26 erg-s. ¿Cuál es la distancia de máxima aproximación? Sol. (o = (l — l(kíi)vo/[a 2 + (l — lOn-a)2].
(Despréciese la energía de interacción entre las dos par­
tículas.) Sol. Aproximadamente 4 x 10“12 cm. 13. E n ergía p o te n c ia l é e n trífu g a efec tiv a . Es convenien­
te utilizar coordenadas polares planas r, 6 para el movi­
10. C o eficien te d e re stitu c ió n . El coeficiente de resti­
miento en un plano perpendicular a un eje de rotación
tución r se define como el cociente entre la velocidad de
separación de dos cuerpos y la velocidad con que se (véase fig. 2.21).
aproximan, O ^ r ^ l . Puede utilizarse en problemas de (a) Demostrar que la velocidad en dicho sistema de
choque para suministrar la solución que de otro modo coordenadas puede escribirse
requeriría una relación energética.
(a) Demostrar que si el coeficiente de restitución entre
una bola y una mesa horizontal es r, la altura que alcanza
la bola después de n rebotes es h<¡r2n, siendo hQ la altura V = + v 8é

desde la cual se deja caer.


( b ) Demostrar que en una colisión frontal de dos cuer­
pos de masas m t y m 2 con coeficiente r, la pérdida de
energía cinética es (1 — r2) veces la energía cinética en el
sistema del centro de masas.
11. C h oqu e e n tre un a p a rtíc u la y un a m o lé c u la b ia tó ­
m ic a d e l tip o «p e s a d e g im n a sia ». Dos masas iguales M
están unidas mediante una varilla de masa despreciable
y longitud a. El centro de masas de este sistema del tipo
«pesa de gimnasia» es estacionario en un espacio libre de
gravitación y el sistema gira alrededor de dicho centro con
velocidad angular w. Una de las masas en rotación choca
contra una tercera masa estacionaria M, adhiriéndose
ambas.
(a) Localizar el centro de masas del sistema de las
tres partículas en el instante anterior al choque. ¿Cuál es
la velocidad del centro de masas? (N o ta : No es la velocidad
del punto sobre el cuerpo rígido que instantáneamente
coincide con el centro de masas.)
(b) ¿Cuál es el momento cinético del sistema de tres
masas respecto' a su centro de masas en el instante ante­
rior al choque? ¿Y en el instante posterior al mismo?
(c) ¿Cuál es la velocidad angular del sistema respecto
al centro de masas después del choque?
(d) ¿Cuáles son las energías cinéticas inicial y final?

12. M o m e n to c in é tic o d e l ju e g o d e p e lo ta ligada al


p o s te (« te th e r b a ll »). El objeto de este juego (fig. 6.24)
consiste en golpear la pelota lo bastante fuerte y aprisa
para que se vaya enrollando la cuerda, a la que está sujeta
Conservación de la cantidad de movimiento y del momento cinético 207

siendo vr precisamente d r / d t , la variación de la longitud r 15. P a tin a d o res d e h ielo g ira n d o en lo s e x tr e m o s d e


por unidad de tiempo, y una cu erda. Dos patinadores de hielo, pesando cada uno
70 kg se desplazan en direcciones opuestas con una velo­
cidad de 650 cm /s, separados una distancia de ^000 cm
perpendicularmente a sus velocidades. Cuando están en
oposición, cada uno de ellos empuña el extremo de una
(b) Demostrar que la energía cinética de una partícula cuerda de 1 000 cm de longitud.
en este sistema de coordenadas es (a) ¿Cuál es su momento cinético alrededor del centro
de la cuerda antes de que agarren sus extremos? ¿Y des­
E c = |M (f 2 + w2r2) pués?
(fe) Cada uno de ellos tira de su extremo de la cuerda
en donde 10 = dO /dt. hasta que la longitud de ésta es de 500 cm., ¿Cuál es la
(c) Demostrar que la energía total es velocidad de cada patinador?
(c) Si la cuerda se rompe justamente cuando están
£ = C 7 (r)+ jM F + ¿ j separados 500 cm, ¿qué masa sostendría en contra de la
fuerza de la gravedad?
(d) Calcular el trabajo realizado por cada patinador
en donde J es el momento cinético de la partícula alre­ al disminuir su separación y demostrar que es igual a su
dedor de un eje fijo normal al plano del movimiento. cambio de energía cinética.
Indicación: Recuérdese la ecuación (6.37).
( d) Como la fuerza es central, no actúa ningún mo­ 16. E n fren a m ie n to d e un veh ícu lo espacial. Un vehícu­
mento sobre la partícula y J es una constante del movi­ lo espacial tiene una masa de 200 kg y un área transversal
miento. Al término J2/2M r 2 se le da a veces el nombre de de 2 x 104 cm2. Se desplaza en una región sin campo gra-
energía potencial centrífuga. Demostrar que esta energía vitatorio apreciable a través de una atmósfera enrarecida
se asocia a una fuerza radial hacia el exterior igual a P /M r3. cuya densidad es de 2 x 10"15 g/cc, con una velocidad ini­
( e ) Si Í7(r) = \ Cr2, demostrar que U(r) corresponde a cial de 7,6 x 105 cm /s. (Estos valores serían aproximados
una fuerza radial hacia el eje igual a — Cr. para un satélite a 500 km por encima de la superficie de
(/) Demostrar a partir de ( d ) y (e) que la condición la Tierra.) Suponer que las condiciones del ejemplo del
de equilibrio de estas fuerzas es equivalente a <u2 = C /M . «satélite en el polvo interplanetario» del Cap. 6 se aplican
también aquí, es decir, que todo el gas con el cual choca
14. C oh ete en el c a m p o te rre stre . Un cohete de masa
el satélite se adhiere a él.
inicial M0 consume una cantidad regulable de combustible (a) Determinar el valor de c. Considerar la masa de
/? g/s. Este combustible se lanza verticalmente hacia abajo gas recogida en 1 s. Sol. c = 4 x 10"u g/cm.
con una velocidad V Q.
(b ) A partir de la conservación de ía cantidad de mo­
(a) Determinar /3 en función del tiempo para que el
vimiento M v = M„v0, determinar la ecuación diferencial de v
cohete pueda permanecer estacionario en el espacio a corta en función de í y otras constantes.
distancia del suelo.
Sol. d v / d t = — cv3 /AíoVo.
(b) Suponiendo que la cantidad de combustible utili­
(c) Determinar v y el tiempo requerido para que el
zada por segundo sea constante un valor a mayor que
satélite se enfrene hasta 0,9 de su velocidad inicial.
en (a), determinar la velocidad del cohete hacia arriba en Sol. t 24 años.
función del tiempo.
Sol. Con Aí = M„ — at y a = d M /d t, resulta
v = — g t + Vo lníM 0/(M 0 — aí)]. LECTURAS SUPLEMENTARIAS
(c) Comparar esta velocidad para el caso de Aí = 3/4 Aí0
con la dada por la ecuación (6.22). Calcular estas dos velo­ PSSC, F ísica, cap. 22, Ed. Reverté.
cidades si V 0 = 1,65 x 105 cm /s (cinco veces la velocidad HPP, P ro je c t P h y sics C ourse, cap. 9, Holt, Rinehart and
del sonido). Winston, Inc., Nueva York, 1970.
Contenido

M A S A SUJETA A UN MUELLE
PÉNDULO SIMPLE
C IR C U ITO L C
M O V IM IE N T O DE SISTEM AS DESPLAZADOS DESDE
U N A POSICIÓN DE EQUILIBRIO ESTABLE
ENERGÍA POTENCIAL Y C IN ÉTIC A M E D IA
RO ZA M IEN TO
V elocidad lím ite
O SCILADO R A R M Ó N IC O A M O R T IG U A D O
Ejemplo. Disipación de potencia
Factor de calidad Q
O SCILADO R A R M Ó N IC O FORZADO
PRINCIPIO DE SUPERPOSICIÓN
Problemas
Tem as avanzados:
O scilador anarmónico
O scilador armónico forzado con fuerza de
am ortiguam iento
Ejemplo. Estudio numérico de un oscilador armónico
llll8¡llillllÍWiiÍilll8|M
!M
llll!l!¡iiM!iiiailiiiiaaiaiii iiiaiiiiiiiiiiiMiMi¡iiiiiiiaaiaiiiBi»i;iiBi
Notas m atem áticas:
Fuerza resisten te
Velocidad lím ite
Fuerza del m uelle
Fuerza del m uelle y fuerza resisten te
Los números com plejos y el oscilador arm ónico ’

Lecturas suplem entarias


Oscilador armónico:
propiedades y ejemplos
210 Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

El oscilador arm ónico es un ejem plo de excepcional


im portancia del movimiento periódico porque sirve de
modelo exacto o aproxim ado p ara muchos problemas
en física clásica y cuántica. Los sistem as clásicos que son
casos reales de un oscilador arm ónico incluyen cualquier
M
sistem a estable que se desplaza ligeram ente de su posi­
l L _1 i
1 1 ción de equilibrio, como por ejemplo:
r*---------- * --------
1. Un péndulo simple, en el lím ite correspondiente
de ángulos de oscilación pequeños.

FIG. 7.1 Muelle tenso actuando sobre una masa M. 2. Una m asa sujeta a un muelle,en el lím ite de am-
En laposiciónmarcada por una línea de puntos el plitudes de oscilación pequeñas,
muelle no está sometido a tensión alguna.
3. Un circuito eléctrico compuesto de una mduc-
tancia y una capacitancia, para corrientes o voltajes lo
suficientem ente pequeños para que los elementos del
circuito sean lineales.
Un elemento de un circuito eléctrico o mecánico se
dice que es lineal si la respuesta es directam ente pro­
porcional a la solicitud. La m ayoría de los fenómenos
(pero no todos aquellos que son de interés) en física son
lineales, si el intervalo que se considera es suficiente­
m ente pequeño, del mismo modo que la mayor parte de
las curvas que nos encontram os pueden considerarse que
son líneas rectas para un intervalo suficientem ente pe­
queño de valores.
Las propiedades más im portantes del oscilador armó­
nico son las siguientes:
1. La frecuencia del movimiento es independiente
de la am plitud de la oscilación dentro de las restriccio­
nes de linealidad.
2. Los efectos de varias solicitudes pueden super­
ponerse linealmente.
En este capítulo estudiarem os estas propiedades del
oscilador armónico. Consideraremos tanto el movimiento
libre como el forzado, con y sin am ortiguam iento, aunque
los principales elementos del movimiento forzado se ex­
ponen en el Tema Avanzado al final de este capítulo.
También tratarem os como Tema Avanzado los efectos
de las interacciones no lineales, pues resulta útil tener
conocimiento de tales tipos de movimiento.
M A S A SUJETA A UN MUELLE
En el Cap. 5 considerábam os la energía potencial de
un muelle estirado o comprimido en el cual la fuerza es
directam ente proporcional a la tensión o compresión
F = —Cxx
Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos 211

en donde x es positivo para una tensión y negativo para


una compresión. ¿Cuál es el movimiento de una m asa M
sometida a tal fuerza? Idealm ente podemos imaginar,
como en la fig. 7.1, una m asa que se mueve sobre una
mesa sin rozamiento:

M -^f- = - C x = (7>1)
df dt2 M K '
(Esta ecuación se discute en las Notas M atemáticas al
final de este capítulo. Aquellos alumnos poco familia­
rizados con la solución deben estudiar estas notas antes
de seguir.)
La solución puede expresarse en la form a

x = Asen(co0# + <j>) (7.2)


FIG. 7.2 Oscilador armónico simple que se compo­
donde ne de una masa M y un muelle sin peso de constante
de fuerza o rigidez C. Una plumilla sujeta a M dibujará
(7.3) una sinusoide sobre una cinta de papel que pase frente
a M a velocidad constante.
212 Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

Para t = O, x = xQ= A sen <f> y d x /d t = v0 = w0A eos <j>, a


p artir de lo cual pueden determ inarse A y <f>. La fig. 7.2
ilustra el movimiento. A se denomina am plitud y fase.
La frecuencia y período vienen dados por

(7.4)

El resultado esperado es el siguiente: Cuanto más rígido


es el muelle, es decir, mayor C, mayor resulta la frecuen­
cia; cuanto mayor la masa, m enor es la frecuencia.
También podemos enfocar este problem a desde el
punto de vista de la conservación de la energía [véase
Ec. (5.21)]:

JMu2 + \Cx* = J.V í(-^)2 + \C x? = E (7.5)

Utilizando A como valor de x para d x /d t = 0, resulta


E = \C X y

dx
= (§ )V 2- ^ (7.6)
dt
La solución de esta ecuación es

/ —V i = sen _1— + const


\mJ A

que coincide justam ente con la Ec. (7.2)

* = 4 s e n [ ( | 0 ! f + «>]

si la constante se hace igual a — </>. Alternativamente


podríam os haber derivado la Ec. (7.5) obteniendo

dt dt2 + Cx^dtT - 0

que se reduce a la Ec. (7.1). (Los Problemas 2 a 4, al final


del capítulo, son ejemplos del uso de estas ideas.)

PÉNDULO SIMPLE

El péndulo simple se compone de una m asa puntual


M en el extremo inferior de una varilla sin m asa de lon­
gitud L, que gira librem ente alrededor de su extremo
superior y se mueve en un plano vertical como indica la
Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos 213

fig. 7.3. Sabemos que el movimiento es sem ejante al de


la m asa sobre un muelle. Surge la pregunta: ¿Cuál es su
frecuencia? La form a m ás directa de resolver este pro­
blema es escribir la form a apropiada de F = Ma. Con
referencia a la fig. 7.3 vemos que la distancia s, según
el arco, la velocidad y la aceleración de M son

d 2s d 26
s = L9 v = ^ - = L ^ j- = LO a =
dt dt dt2 dt2

Existen dos fuerzas en el problem a: la fuerza de grave­


dad y la fuerza ejercida por la b arra o la cuerda. Sin
embargo, la b a rra no ejerce fuerza alguna a lo largo de s
y, por tanto, sólo necesitamos considerar la componente
de mg a lo largo de 5. Según la fig. 7.3 vemos que esta
componente es mg sen 6 en la dirección en que decrece 6.
Por tanto, F = m a se reduce para esta dimensión en

mg send = —mL d 2e
FIG. 7.3 El péndulo simple se compone de una masa
(7.7) puntual M en el extremo de una varilla sin masa L.
dt2
El péndulo gira alrededor de un eje que pasa por P y es
Pero el desarrollo en serie de sen 6 es perpendicular al papel. La línea OP es vertical, s es la
longitud de arco entre O y la posición de M.
ñ3 65 (7.8)
sen* =e-fr +fr"
y para valores pequeños de 6 puede escribirse
mg sen 6 = mg 6
y la Ec. (7.7) se convierte en

* L = -U (7.9)
dt2 L
Esta ecuación es idéntica a la (7.1) con g /L en lugar de
C/AÍ y 6 en lugar de x. Por tanto,

6 = 0osen(wo£ + c¡>) (7.10)


en donde

TABLA 7.1
(7.11)
Amplitud, 0 Período -r- 2m \ f l j g

y la frecuencia que buscábamos, de acuerdo con las 0 1,0000


Ecs. (7.4) y (7.11) es /„ = (l/2*r) VgTT. 5 1,0005
La am plitud o valor máximo de 6 es 60; 00 sen <¿> es el 10 1,0019
valor de 6 para t = 0 y ío060cos <f> es el valor de d6f dt. 15 1,0043
20 1,0077
¿H asta qué valor de 60 es todavía válida nuestra hipóte­
30 1,0174
sis sen 6 = 6? La Tabla 7.1 nos da algunos valores del
45 1,0396
período para diversas am plitudes. Evidentemente la am ­
60 1,0719
plitud puede alcanzar hasta 20° antes de que el valor real
214 Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

del período sobrepase el 1 por ciento del resultado que


se obtiene con la aproximación de pequeña amplitud.
Veamos tam bién el método de conservación de la ener­
/ gía para la resolución del problem a. Cuando la varilla se
desvía el ángulo 6, la m asa M se eleva la distancia
h = L — L eos 6
L cosfl = V i - 2U - 0 2)
como puede verse en las figuras de referencia (7.3 y 7.4).
La energía potencial de la m asa M en el campo gravita-
^ « 1 torio terrestre es
U(h) = Mgh = M gU l - cos9)
L— .— j
L s e n 0 % L 0 para ángulos 6 pequeños referida a la posición sin desviar (vertical) que se toma
como origen de energía potencial. La energía cinética
del péndulo es
FIG. 7.4 El teorema de Pitágoras junto con el desarro­
llo del binomio, revelan por qué c o s ^ ^ l — £02 para E c = IM v 2 = \M L 2'd2
0 « 1 radián.
en donde v = Ltí relaciona la velocidad y la variación del
ángulo de desviación por unidad de tiempo. La energía
total es

E = Ec + E p = Ec + U =%ML262 + MgL( 1 - cos0) (7.12)

Por la ley de la conservación de la energía sabemos que


esta sum a debe ser constante. Utilizaremos este hecho,
así como la pequeñez del ángulo 6 p ara obtener una
solución de la frecuencia del movimiento. Ahora bien,
eos# = i —\ e 2 + 24e 4 ■• •
y, por tanto, para 0 1 rad, despreciamos los términos
en 6* y potencias superiores, y la energía puede aproxi­
m arse, según la Ec. (7.12) por

U£ 5 | M gLd2- ' ^ / E = \M L2e 2 + \MgUd2 (7.13)


Resolviendo la Ec. (7.13) para 0 resulta
- r ----- / --£
/1
i /
K( 6) / i
V , / l
L s i
1
_ ■llIilllllllSilililllllIsSIlllsl Designaremos los puntos extremos del movimiento por
-9 0 0 e e0 0 — 0O y — e0; la am plitud de la oscilación es 00. En estos
puntos el péndulo está m om entáneam ente en reposo y su
energía cinética es cero (fig. 7.5). Según la Ec. (7.13) con
é = 0, tendremos
FIG. 7.5 Gráfica de la energía potencial en función de 0.
El péndulo oscila entre los límites 00 y — 0O. En estos 2E
E = iM gL V e°0 2
«puntos de retroceso», Ec = 0 y U = E. Para 0 = 0, MgL
U = 0 y Ec = £. Para 0 <£ 1 radián, U %MgL62.
Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos 215

Así, pues, podemos escribir (7.14) en la form a

de _ /g
(0O2 - 02)* ~ \L

Esta ecuación es idéntica a la (7.6) y a continuación da­


mos algunos detalles de su solución.
Si la condición inicial o la fase del movimiento es tal
que 6 tiene el valor 6t p ara t — 0, entonces

La integral de la izquierda es elemental (Dwight 320.01):

Sabemos que sen are sen (0/0o) = 0/0o, de modo que (7.15)
puede volverse a escribir como

0 = 0osen(íoot + <t>)

en donde podemos identificar la pulsación w0 y la fase


inicial <j> con

de acuerdo con los resultados dados por las Ecs. (7.10)


y (7.11).
Aunque </> en las Ecs. (7.2) o (7.10) tiene las dimen­
siones de un ángulo, no es fácil de visualizar como tal
ángulo. Es im portante entender las m agnitudes A y <f>
para el caso de la m asa del muelle, así como 0Oy <f> en el
caso del péndulo. Las figs. 7.6 y 7.7 ilustran el significado
de estos dos casos. Todos los ejemplos de oscilación li­
bre tendrán el mismo tipo de constantes, aunque con
216 Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

FIG. 7.6 La función x = A sen (wt + </>) representada


en función de « i; </> * * 3^/4. Para t = O, x = A sen <¡> y frecuencia podemos elegir el m omento en que t = 0 para
é x /d t = “A eos </> negativa). (Nota: Por conveniencia he­ que (¡i sea cero o tt/2.
mos quitado el subíndice de «>0.)
1. A y 60 son las am plitudes máximas de oscilación;
es decir, el movimiento se dirige de + A a — A o de
+ $o a — 0o-
2. En función del ángulo <V, es el ángulo tal que
para w0í — — x o 0 serían cero y crecerían desde valo­
res negativos a positivos. N aturalm ente, ésta es otra
form a de decir que para t = 0, x = A sen <¡>, o sea, 6 = 60
sen </>. Obsérvese cuidadosam ente que en las figs. 7.6 y
7.7 el eje horizontal mide w0í y no t.
3. Las condiciones iniciales determ inan A y o 60y <£
aun en el caso de que los valores de las condiciones
iniciales no sean ninguna de estas dos magnitudes.
El símbolo w0 se emplea con frecuencia para designar
la frecuencia angular del movimiento natural o libre de
un sistem a oscilante. El subíndice «cero» en w no tiene
nada que ver con t — 0. La frecuencia angular * w0 está
relacionada con la frecuencia f Qde la oscilación libre del
péndulo, como en la Ec. (7.11):

, _ s _ W
(7.16)
2t t 2ir
(*) Con frecuencia nos referimos a la pulsación w, como frecuen­
cia angular o simplemente frecuencia. Muchos físicos lo hacen así y no
se produce ninguna confusión particular. El empleo del símbolo a> en
lugar de / o v servirá normalmente para identificar una magnitud como
una frecuencia angular. En cuanto a los valores numéricos, v y f
vienen dados normalmente en ciclos por segundo (cps) o Hz; w se da
en radianes por segundo o simplemente en s -1, sobreentendiéndose los
radianes. Un radián carece de dimensiones. También e s bastante común
distinguirlos entre sí expresando la frecuencia v en vibraciones/s o
revoluciones/s y la frecuencia angular w en radianes/s. Ambas tienen
dimensiones de s -1.
Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos 217

FIG. 7.7 La función 0 = 0o sen (<*>f + </>) representada


en función de <*>f; <f> n/4. Para t = 0, 0 = 0o sen <í> y
d0/dt = «>0Oeos <f> (positiva). (El valor de w0 en el texto
Si L = 100 cm, tendrem os w0 (980/100)* « 3 rad /s, o se escribe aquí simplemente <*>.)
L — 1,0 m, w0 (9,8/1,0)* « 3 rad /s. La frecuencia es in­
dependiente de la m asa M y de la am plitud 60 del movi­
miento, con tal que 60 1. Obsérvese que no hay modo
de que pueda en trar la m asa en el segundo m iembro de
la Ec. (7.16) y siga tratándose de una m agnitud con las
dimensiones de una frecuencia.
Al establecer las Ecs. (7.5) y (7.13) hemos utilizado
la ley de conservación de la energía. Obsérvese que cada
una de éstas es una ecuación diferencial de prim er orden
y que hemos llevado a cabo una sola integración respecto
al tiempo para obtener el resultado. La ecuación del mo­
vimiento [Ecs. (7.1) o (7.9)] es una ecuación diferencial
de segundo orden como veremos a continuación. Para
obtener el ángulo de desviación habrem os de integrar
dos veces con respecto al tiempo. Es conveniente recor­
dar que el empleo explícito de la conservación de la
energía puede ahorrarnos a veces trabajo m atemático
eliminando una integración.
Un tercer método de establecer la ecuación del mo­
vimiento para el péndulo es utilizar la igualdad entre el
momento y la variación con el tiempo del momento ci­
nético.
Tomemos el eje x norm al al plano del movimiento
(fig. 7.8). El momento respecto a este eje N x debido a la
gravedad, haciendo F = Mg,

Nx = (r x F )x = LMgsen 8

El momento cinético Jx respecto al mismo punto es, con FIG. 7.8 El péndulo oscila en el plano yz. La fuerza
debida a la gravedad sobre M es F = Mg, en la direc­
la cantidad de movimiento p = ML 8, ción — z. El momento Nx que aparece debido a esta
fuerza es MgL sen 6, en la dirección + x, evaluada en
¿ = M p), = —ML29 el punto O.
218 Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

en donde 9 es positivo para valores crecientes de 0. Sa­


bemos que la variación del m om ento cinético por unidad
de tiempo es proporcional al m om ento de la fuerza:
ML?9 = —LAÍgsen#
de modo que la ecuación del movimiento del péndulo es

6 + -i-sen# = 0
L
En el límite 6 1, podemos aproxim ar sustituyendo
sen 6 por 6

6 + yO = 0
íj

que es justam ente la Ec. (7.9).

CIRCUITO LC
Algunos de los ejemplos más im portantes de siste­
m as oscilantes tienen lugar en electricidad. La familia­
ridad de la expresión corriente alterna (ca), que es una
corriente eléctrica oscilante, m uestra la im portancia de
este ejemplo. Aquellos alumnos que tengan conocimiento
de los circuitos eléctricos, com prenderán fácilm ente su
relación con los sistemas mecánicos; los demás pueden
om itir esta sección y quizás volver a ella cuando hayan
estudiado el Cap. 8 del Vol. 2.
El voltaje en bornes de la capacidad C es

en donde Q es la carga sobre la capacidad. La corriente


en un circuito en serie con esta capacidad es

I= zf - ° V = - f 1 dt

en donde el signo menos indica que la corriente fluye


en aquella dirección en que disminuye la carga deposi­
tada sobre la capacidad. El voltaje en los extremos de
la inducción L es

Si consideramos un circuito en el que hay sólo una ca­


pacidad y una inducción, como en la tercera columna de
la fig. 7.9, y se
FIG. 7.9 Tres osciladores armónicos con el mismo pe­
ríodo: un péndulo simple, un sistema muelle-masa y
un circuito LC. El tiempo crece desde la figura A a la
figura H-, el ciclo siguiente empieza nuevamente en la
situación A.
Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos 219

P é n d u lo s im p le Sistema m u e l l e - m a s a C ir c u ito LC E n e r g ía E n e r g ía

c in é tic a Ec p o te n c ia l U

V
r - ^ n n n —
i M

1
* = 0

¡r a w w iw w n a
— fíH ----------------- /
e=e0 0= 0 Q = Q0 c = 0

B
i ü ^ i ^ M É l l i l l ^ f c M i i l i l i i l l l i r - n r t f i r ^ -
* = £


i0 ^ g l j l i g l g

t a l R l 'í l l l í i í S Ü S O
---------------- 3 E -----------------
*> M
k ■
M
■ M M M i
v = - u in a x

Ja
o ------

1
l i i M I g j ^ i l i l l l l l

1« W ^
^ M
— II—
0— 0 m q =-$ Q = 0 1Ü Ü Ü S ÍI ^NUX

t= ^ Á\ V r— n f ^ r ' —
i¡m iim É § x ¡ím í
|* ® m
b ■ :li: .... a H
M i i l Ü i a B g M I g i i l i

— ftÉ tS M S S B S S B ^
^
o

* >== / \
l i l i
1
+¿ £?

e=-e0 é=o * = -*l g = -c / = 0

F ,
t1= ^4u — n p p r—
/// V
iiü 8i ^ a ^ « j

i
M
n t — í IU — J
■ ■
ü

G
° !

.
W §0m siM iÁ — n
t==i í
¡ « l i l i
1
H «□

b-*"v' --------- II----------


* = 0 f 0 = * ma, Q = 0 c /

H
*= s

% M
p illíW líS
^ M
t?u --n m p — i

— HH-------- ' ■ ■
220 Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

recuerda que la sum a de los voltajes a través del circuito


es cero, resulta

_ l ¿ L + 9 =0 = l £ 2 . + 2.
dt C dt2 C
Esta es justam ente la ecuación del desplazamiento de
un muelle con

Q ^x L ^M Cmuelle

La solución será

Q = Q0sen(u0t + <j>) co0 = (7.17)

y la corriente se deduce de la misma. La fig. 7.9 ilustra


estas relaciones y las com para con un péndulo y una
m asa sobre un muelle.
Los alumnos familiarizados con la electricidad ob­
servarán la falta del voltaje RI, siendo R la resistencia.
R I = R d Q /d t y según nuestra correspondencia anterior
ocuparán el lugar de una fuerza proporcional a dx/dt.
Pero éste es justam ente el tipo de fuerza de rozamiento que
discutiremos más adelante y R se corresponde con el
coeficiente b que relaciona la fuerza de rozamiento con la
velocidad. Los casos de circuitos con L y R, con C y R
y con L, R y C serán discutidos en el Vol. 2, Caps. 4, 7 y 8.

MOVIMIENTO DE SISTEMAS DESPLAZADOS DESDE


UNA POSICIÓN DE EQUILIBRIO ESTABLE

Una de las razones de que el movim iento armónico


simple (como se denomina este tipo de movimiento) sea
tan im portante es que para pequeños desplazamientos de
cualquier sistem a en equilibrio estable, el movimiento
resultante, excepto en el caso de fuerzas de rozamiento, es
arm ónico simple. En efecto, sea a la desviación del equi­
librio, en donde a puede ser una distancia, un ángulo
u otra coordenada más compleja. La condición de equi­
librio estable requiere que para a — 0, la energía poten­
cial del sistem a sea m ínima y la fuerza (si a es una dis­
tancia) o el momento (si a es un ángulo) deben ser
nulos. Así

F<a=°>=°=-(§L (7a8>
donde U es la energía potencial.
Desarrollando en serie de Taylor,
Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

(7.19)

en donde el subíndice 0 se refiere a a = 0. Utilizando las


Ecs. (7.18) y (7.19) y despreciando los térm inos en a3 y
superiores, ya que a es un núm ero pequeño, resulta

y
(7.20)

Naturalmente, no es necesario que F sea una fuerza,


sino que puede ser un par u o tra m agnitud más compli­
cada. Ahora, la condición de equilibrio estable es que

En la Ec. (7.20) esto significa que la fuerza tiende a vol­


ver el sistem a a la condición a = 0. La ecuación del mo­
vimiento del sistem a será entonces

(7.21)

en donde M es un térm ino equivalente a la masa. La


Ec. (7.21) indica que a describirá un movimiento arm ó­
nico simple. Naturalm ente, en la práctica es im portante
el rozamiento, pero en su ausencia el análisis anterior
se aplica a un puente, un edificio, etc; ciertam ente se
aplica a todo sistem a para el cual existe una función de
energía potencial que posee un mínimo y es derivable.

ENERGÍA POTENCIAL Y CINÉTICA MEDIA

Vamos ahora a dem ostrar una característica im por­


tante del oscilador arm ónico relacionada con la media
respecto al tiempo de las energías cinética y potencial.
El valor medio respecto al tiempo de una m agnitud K
en el intervalo T es

(7.22)

Como el movimiento de un Oscilador es repetitivo, el


valor medio respecto al tiem po es el mismo en un perío­
do que en muchos períodos y es único. Utilizando el
222 Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

período T = 2tt/w0, escribirem os para el valor medio de


la energía cinética de un oscilador cuyo movimiento
obedece a la ecuación x = A sen (w0t + </>)

-* p 2,7r/íOO
¿’H/ cuu
Í
\M x2 dt J eos2 (co0t 4- 4>) dt
<Ec> = ^ -----------

Como la integral se extiende a un período completo, no


tiene im portancia el valor que tenga la fase 4> y puede
convenientemente ponerse 4> = 0. Entonces, si escribi­
mos y = w0í, tendrem os
w ** 2*77'/Í00 1 /»2 ,r 1

2^4 C“ 2 "ot * = 2 ^ J 0 co¿¡« d« = T

utilizando las relaciones


,277-
r /'27r
Jq sen2y dy = J eos2 y dy

r (sen2y + eos2y) dy — 2ir

Por tanto, se tiene p ara el valor medio de la energía


cinética

<£c> = \ M u 2A 2 (7.23)

La energía potencial es (de nuevo con 4>= 0, ya que su


valor no im porta)

U = \Cx2 = \C A 2sen2co0í

Como el valor medio del cuadrado del seno es el mismo


que el del cuadrado del coseno en un período * y como
(V = C/M,

<U> = \C A 2 = íMío02A2 (7.24)

Así, pues, = 4Ecy y la energía total deloscilador


arm ónico es
E = <£c> + <£/> = }Mo)02A2

(*) Esto puede verse fácilmente dibujando las dos curvas y obser­
vando que son idénticas cuando se defasan un cuarto de período. Este
tipo de razonamiento puede aplicarse también al valor medio de <x2>
en la superficie de una esfera. Si x2 + y 2 + z2 = R2 entonces <*2> +
+ = R2- Como la esfera es simétrica respecto a x, y, z,
se deberá tener <x 2> = <y2> = <z2> = $R2. Este resultado puede con­
firmarse por cálculo directo.
Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos 223

Obsérvese que E = porque la energía total es una


constante del movimiento.
La igualdad de la energía cinética y potencial medias
es una propiedad especial del oscilador armónico. Esta
propiedad no se m antiene en general para los osciladores
anarmónicos. Se dem ostrará más adelante que la poseen
los osciladores débilmente amortiguados.
ROZAMIENTO
Hasta aquí hemos despreciado los efectos del roza­
miento sobre el oscilador armónico. El rozam iento fue
discutido en el Cap. 3, incluyendo sólo el caso de una
fuerza de rozamiento constante. Tratarem os ahora el
caso de una fuerza que es proporcional a la prim era po­
tencia de la velocidad. Para pequeñas velocidades esto
supone en muchos casos una buena aproximación y así
encontramos que la solución para este tipo de fuerza re-
tardatriz es realista. Sin embargo, consideremos en pri­
mer lugar algunos casos en los cuales sólo actúa esta
fuerza. Así tenemos

m É3 F = <7'25>
en donde b es una constante positiva llamada coeficiente
de amortiguamiento. El signo negativo describe el hecho
de que se tra ta de una fuerza siem pre opuesta a la ve­
locidad. A veces es útil definir una constante r, llamada
tiempo de relajación, por la relación

Según esto la Ec. (7.25) se transform a en

m ( 4 0
V dt2 v + í
r dt I
-s t ) =

Vemos que %tiene las dimensiones de un tiempo, ya que


b posee las dimensiones de una fuerza dividida por una
velocidad o sim plem ente m asa dividida por tiempo. La
razón del nom bre tiempo de relajación la veremos más
adelante.
En función de la velocidad v = d x /d t = x, esta ecua­
ción se reduce a

v + —v = 0
T
La solución viene dada al final del capítulo (pág. 241). Es

v(t) = v0e-t/T (7.26)


224 Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

en donde v0 es la velocidad para t — 0. La velocidad dis­


minuye exponencialmente con el tiempo; direm os que
la velocidad está am ortiguada con una constante de
tiempo t . El com portam iento está representado en la
figura 7.10.
La disminución de la energía cinética Ec de una par­
tícula libre viene dada según la Ec. (7.26) por

Ec = iM v2 = |M ü0V 2í/t = Ec0e~2t^ (7.27)

Vemos al diferenciar (7.27) que

Éc = — — Ec
x

FIG. 7.10 La función e~t^ representada en función de El tiempo de relajación efectivo para la energía cinética
t.Obsérvese que e _0>69 = 0,5 y, por tanto, la función de­
es la m itad que para la velocidad.
crece a la mitad de su valor inicial para t = 0,69r.
¿Qué clase de mecanismo conduce a una fuerza am or­
tiguadora de la form a — b x l El caso de una esfera que
se mueve lentam ente a través de un medio viscoso fue
resuelto por vez prim era por G. G. Stokes y la expresión
de la fuerza
F roz = -& rrq rv (7.28)
en donde r es el radio de la esfera y r¡ el coeficiente de
viscosidad se denomina ley de Stokes.
Una buena representación de la fuerza am ortiguadora
Froz = — bx es la que corresponde a una lám ina plana
que se mueve en dirección norm al a su plano a través
de un gas a presión muy baja, como indica la fig. 7.11,
con tal que la velocidad V de la placa sea mucho m enor
que la velocidad m edia v de las moléculas del gas. La
presión debe ser lo suficientem ente baja para que poda­
mos despreciar los1choques de las moléculas entre sí.
El núm ero de moléculas que por unidad de tiem po
golpean la placa es proporcional a la velocidad relativa
a la placa de las moléculas que inciden sobre aquélla.
Supongamos que las moléculas se mueven únicam ente
en una dirección. Respecto a una de las caras de la
placa la velocidad relativa es v + V; respecto a la otra,
es v — V. La presión es proporcional al núm ero de mo­
léculas que por unidad de tiempo golpean m ultiplicado
por la transferencia m edia de cantidad de movimiento
por molécula. E sta transferencia es por sí m ism a pro­
FIG. 7.11 Una placa plana que se mueve normalmente
a su plano a través de un gas que está a presión muy
porcional a la velocidad relativa, de modo que las presio­
baja, está sometida a una fuerza retardadora proporcio­ nes Px, P2 sobre las dos caras de la placa son
nal a su velocidad V, si ésta es mucho menor que la
velocidad media de las moléculas del gas. Pj cc (v + V)2 p2 ex ( V - VY
Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos 225

La presión resultante es la diferencia de presiones sobre


las caras opuestas de la placa

P = P1 - P2 oc 4vV

de modo que la resistencia al avance (fuerza neta sobre


la placa móvil) es directam ente proporcional a la velo­
cidad V de la misma. Puede verse que dicha resistencia
se opone al movimiento de la placa.
Velocidad límite. Si una fuerza constante tal como
la gravedad se aplica a una partícula bajo la acción de
una fuerza de rozam iento como la discutida anteriorm en­
te, la velocidad se increm entará si la partícula parte del
reposo (o con pequeña velocidad) o decrecerá si parte
a velocidad muy grande hasta que la aceleración se anula.
Esta condición es

Feos, = tó o * = «> = % * (7.29)

y la velocidad así alcanzada se denomina velocidad límite.


Por ejemplo, si una partícula de m asa M cae bajo la
acción de la gravedad y de una fuerza que sigue la ley de
Stokes, la velocidad lím ite es
Mg
67717r

(Véanse Probs. 10 y 11 al final del capítulo.)


El concepto de velocidad límite es aplicable a pro­
blemas que incluyen fuerzas de rozam iento proporciona­
les a otras potencias de la velocidad que, a menudo, ocu­
rren a velocidades más elevadas. Si la fuerza de roza­
miento viene dada por

Fro, =
en donde c es una constante y n positivo, la velocidad
límite será

OSCILADOR A R M Ó N IC O A M O R T IG U A D O

Volvamos ahora al oscilador, al que incluimos la fuer­


za am ortiguadora — bx. Este tipo de movimiento se in­
dica en la fig. 7.12. La ecuación del movimiento es

Mx + bx + Cx = 0
226 Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

........ i — — ........... i........1.1..... i muII II,i ¿.III. I... — —I,.. ni— IIIIIIIII— niiii. mil «.iniiilllliií. 111

FIG. 7.12 Todos los osciladores armónicos reales están


amortiguados por fuerzas de rozamiento, como la resis­
tencia del aire. Un sistema muelle-masa con un amor­
tiguamiento débil describe una curva de este tipo sobre
la cinta de papel que se mueve a velocidad constante
si el sistema muel-e-masa estaba oscilando original- E sta estodavía una solución lineal,que puede escribirse
mente en f = 0. en la form a
x + —x + ío02z = 0 (7.30)
T
en donde
1 _ A w 2_ £
t M 0 M

Busquemos soluciones a la Ec. (7.30) en la form a


de oscilaciones sinusoidales amortiguadas.

x = x^e'131sen(cof+ 4>) (7.31)

en donde han de determ inarse /? y w, siendo x0 y </> las


constantes que han de determ inarse por las condiciones
Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos 227

iniciales*.E sta solución resulta de com binar las ecua­


ciones (7.2) y (7.26). Los detalles de la solución vienen
dados en las Notas M atemáticas al final de este capítulo,
en donde se dem uestra que

J3 = - L (7.32)
2t '

01 = [ “ °2 ~ ( ^ ) 1 ! “ 4 " (¿ í) ] (7.33)

El rozam iento disminuye la frecuencia, de modo que w


es igual a w0 únicam ente si el tiempo de relajación es
infinito (sin amortiguamiento).
Introduciendo estos valores de /? y w en la Ec. (7.31)
obtenemos

X = v - ‘^ s e n { Wot[ l _ ( J - ) 2]* + +)

Si <o0 x 1, tenemos el lím ite de amortiguamiento débil,


en el que x puede aproxim arse por

x ~ x0e~í/2rsen(io0f + <f>) (7.34)


en donde w0 es la frecuencia natural de las oscilaciones
no am ortiguadas.

EJEMPLO

D isipación de potencia. Calculemos la energía disipada por


unidad de tiempo por un oscilador armónico amortiguado, en el
límite de amortiguamiento débil con <*)0r » 1, de modo que w o)0.
La energía cinética es E c = ±Mx?. A partir de la solución
aproximada (7.34) tendremos (haciendo <¡>= 0)
= —J —x0e~í/2rsencj0f + u>0x0e~t/2T cos w0í (7.35)
dt 2t

Por tanto,

( ^ t ) = (~ Í t ) xo2 e ~ ‘/ T s e n 2 "oí + "o2xo2e_t/T eos2 w0í

— x02e-t/Tsenco0í cos co0t (7.36)

(*) La solución [Ec. (7.31)] no es válida para todos los valores


de w0 y r. En las Notas Matemáticas podrá verse que, bajo ciertas con­
diciones, la solución no es oscilatoria. Si «>02 < (1/2r)2, la solución es
e-tp -c (Aeo* + Be~at) , en donde A y B son constantes arbitrarias
y g=[(1/2r)2—io02]3; mientras que si u>„= 1/2r, la solución es
Ce~*/2t + Dte-*/2^, en donde C y D son constantes arbitrarias. Este
último caso es «críticamente amortiguado». Véanse las Ecs. (7.69) y
(7.70).
228 Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

Las integrales que aparecen cuando tomamos la media respecto


al tiempo de la ecuación (7.36) vienen dadas por Dwight, 861.13 a
861.15. Pero para «v » 1, constituye una aproximación bastante
aceptable para sacar fuera de los corchetes angulares, que de­
signan la media en el tiempo, el factor e~*A. Podemos hacerlo
con razonable aproximación si la amplitud de la oscilación
xüe~t/ 1t no cambia mucho en un ciclo del movimiento. Nos apa­
recen ahora las medias:

<cos2 e > = <sen2 6 > = \ <cos 0 sen# > = 0


La última media, que es nueva para nosotros, es de considerable
importancia:
<cos 0 sén#> = < |se n 20 > = 0
porque la media de un seno o coseno es cero. Entonces la
energía cinética promediada a lo largo del tiempo de un ciclo
es

< £ c > ~ i M [ ( J _ ) <sen2 ío0t> + co02<cos2 w0f>

C0o *1
<cos (jó0tse n o )0t ) \x020-t/T

, 2e~t/T

pero ( 1/2 r)2 se supone que es despreciable en comparación con


<V> de modo que la energía cinética media es

< E cy ~ |Mu>02x02e~í/T (7.37)

Vemos que la energía cinética media disminuye exponencial­


mente. La energía potencial media es (véase fig. 7.13.)

( U ) = ^M u02x02(e ~ t/Tse n 2 (¿0t ) z z lM w 02x02e~t/T (7.38)

La disipación media de potencia P viene dada por la, variación


de energía por unidad de tiempo con signo negativo:

- < P > = f t< E > =- | « £ c > + <17» ~ - 1 ( 1 m „ 0v H

< m = ~ ~ (7.39)

Omitiremos normalmente los paréntesis O en P(í) cuando su


significado sea claro.
El alumno puede sorprenderse de que las medias expresadas
en (7.37) y (7.38) contengan el tiempo t, cuando estas medias son
respecto al tiempo. Estamos observando el movimiento de un
oscilador amortiguado a lo largo de muchos ciclos y lo que
tenemos aquí es la en ergía (cinética o potencial) m e d ia (en un
ciclo) ex p re sa d a p a ra un tie m p o d a d o t. Como la energía se
está disipando en forma de calor, es de esperar que la energía
Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos 229

FIG. 7.13 Energía potencial de un oscilador con r=8;r/i»


y G de 8?r representada en función del tiempo. En el
tiempo r , en el que se verifican cuatro oscilaciones, la
envolvente de la oscilación decrece hasta 1 /e de su
media (en un ciclo) disminuya según se van completando más valor inicial,
ciclos.
Es de suponer que la disipación de potencia sea igual al
trabajo que en valor medio realiza la fuerza de rozamiento
Froz = — b x = — (M /r) x [ecuación (7.30)], por unidad de tiempo,
con signo menos. Utilizando (7.35) y suponiendo que u0r » 1, de
modo que e~lh puede sacarse fuera de los esta potencia
media es

<Fro*v> ~ — ~-UQ2x02e~t/T ( c o s 2 w0í>

~
~ _____—
2 t m u o2Xx 02 pe - * / r ~~ ^

de acuerdo con la ecuación (7.39).

Factor de calidad Q. El factor de calidad Q de un


sistem a oscilante es un térm ino que se utiliza muy co­
rrientem ente en la terminología de los sistemas eléctri­
cos de corriente alterna, pero se aplica a todos los siste­
m as oscilantes en tanto el amortiguam iento sea pequeño.
Q se define como 2n veces la razón entre la energía alma­
cenada y la pérdida media de energía por período:

_ _ energía alm acenada 2 itE E


(J = 2~---- —------------------------------------- = ------= —-—
^pérdida de energía en un período^ P /f P/<¿
(7.40)
230 Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

TABLA 7.2 Diversos valores de Q. (Lógicamente pre­ puesto que el período es 1 // y 2nf = w. El tiempo corres­
senta amplias variaciones) pondiente a un radián de movimiento es l/o>. El am orti­
La Tierra, para ondas sísmicas 250-1 400 guamiento debe ser suficientem ente pequeño para que
Resonador de microondas de cavidad E no cambie apreciablem ente en un período. Obsérvese
de cobre 104 que Q carece de dimensiones. Para el oscilador armónico
Cuerda de piano 0 de violín 103
Atomo excitado 107 débilmente amortiguado (w0x 1) tenemos,
Núcleo excitado (Fe57) 3 x 1012
(7-41)
JE/ cot

según la Ec. (7.39). Vemos que el valor w0x es cierta­


m ente una buena medida de la falta de am ortiguam iento
de un oscilador. Valores altos <o0t o de Q quieren decir
que el oscilador está poco amortiguado. Obsérvese a partir
de la Ec. (7.38) que la energía de un oscilador disminuye
hasta e_1 de su valor inicial en el tiempo x; durante dicho
tiempo el oscilador realiza w0x/2n oscilaciones. En la
tabla 7.2 se dan diversos valores representativos de Q.

O SCILADO R A R M Ó N IC O FORZADO
El caso de un oscilador armónico forzado por la ac­
ción de una fuerza sinusoidalm ente variable es de una
gran im portanciá en muchos problem as de física. A
causa de la complejidad del problem a se tra ta en los
Temas Avanzados (al final del capítulo). Sin embargo,
expondremos aquí algunos resultados dignos de men­
ción.
1. Como es lógico, el movimiento estacionario (una
vez el rozamiento ha am ortiguado todo movimiento co­
rrespondiente al período natural del oscilador forzado,
t^>%) tiene la mism a frecuencia que la fuerza impulsora.
2. Como tam bién es lógico, particularm ente p ara el
oscilador ligeram ente amortiguado, la am plitud del mo­
vimiento estacionario depende fundam entalm ente de la
frecuencia impulsora, siendo grande cuando está próxima
a la frecuencia natural. La fig. 7.14 m uestra la am plitud
como una función de la frecuencia im pulsora para valo­
üj/ u)0— - res grandes y medios de Q. Obsérvese que la amplitud
máxima tiene lugar a
FIG. 7.14 Amplitud del movimiento armónico forzado
en función de la frecuencia impulsora. El valor máximo
de Xo tiene lugar para «> = <
*>0V 1 — 1 /(2 O2) y cae brus­
camente para un valor .ligeramente inferior a 1,0 de
abscisa. La escala de amplitudes es puramente arbi­
traria y para la misma fuerza impulsora e igual valor
de «>o la amplitud máxima para O = 100 será 20 veces el que es muy próximo a u>0 para un oscilador con Q ele­
valor correspondiente a 0 = 5. vada. La máxima absorción de potencia ocurre para
Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos 231

<o = cüq. El tipo de curva indicado se suele denom inar


curva de resonancia *.
3. La deriva en el tiempo, expresada por el ángulo
$ comprendido entre el desplazamiento x = x0sen (coiH- </>)
y la fuerza im pulsora variable según sen mí es tam bién
una función im portante de la frecuencia impulsora, sien­
do 0 para bajas frecuencias y — 7r para frecuencias ele­
vadas. (Véase fig. 7.15 y el Tema Avanzado al final del
capítulo.) El ángulo se define aquí como aquel en el cual
el desplazamiento alcanza su máximo antes que la fuerza
descrita por F0 sen wf. Los ángulos negativos, por tanto,
significan que la oscilación del desplazamiento va retra­
sada respecto a la oscilación de la fuerza. Obsérvese que
cuando w = w0, </> = — n/2, el desplazamiento está retra­
sado respecto a la fuerza en un cuarto de ciclo. Para más
detalles, véanse los Temas Avanzados al final del capítulo. . , , , . ,
FIG. 7.15 Angulo <¿> entre eldesplazamiento y la fuerza
impulsora.
PRINCIPIO DE SUPERPOSICIÓN

Una propiedad im portante del oscilador armónico es


que las soluciones son aditivas: Si Xi(t) es el movimiento
bajo la acción de la fuerza im pulsora F ^t), y x2(t) es el
movimiento bajo la fuerza im pulsora F2(t), entonces
;q(í) + x2(t) es el movimiento bajo la fuerza combinada
Fj(í) + F2(t). Esto es, si conocemos el movimiento x t bajo
la acción únicam ente de Fx y el movimiento x2 debido a
sólo F2, se obtiene entonces el movimiento bajo la acción
de las fuerzas combinadas sumando x x y x2. E sta propie­
dad se deduce directam ente de la ecuación del movi­
miento

( l? + t Í + í°°2) (Xi + ^

= { d f + 7 T t + 0 )° 2 ) X l + ( í f i + w ° 2 ) x 2 ( 7 ,4 2 )

= *i + *2
La validez del principio de superposición para las solu­
ciones de la ecuación del oscilador armónico es una
consecuencia de ser una ecuación lineal; únicam ente in­
terviene la prim era potencia de x. El resultado es muy
diferente cuando se incluyen térm inos anarmónicos. Un
térm ino en x2 en la ecuación del movimiento interviene
mezclando y m ultiplicando dos frecuencias im pulsoras

(*) En algunos campos, la curva de resonancia es estrictamente


j[ X ) = 1/(1 + X 2), que es de apariencia semejante.
232 Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

sim ultáneas y u>2, produciendo por ello una serie com­


pleta de frecuencias arm ónicas (2<ou 3oü!, 2w2, 3w2, ...)
y de frecuencias combinadas o «laterales» (coj + w2;
wj — a)2j a>i — 2w2; etc.).

PROBLEMAS

1. P én d u lo sim p le . Se construye un péndulo con un hilo


TABLA 7.3 Período en función de la masa
de poco peso y longitud L = 100 cm y una masa pesada
M = 1 x 103 g.
(a) ¿Cuál es el período del péndulo para desplaza­ M asa, g P e río d o s o b se rv a d o s, s
mientos pequeños? Sol. 2,0 s.
50 0,72
2. M asa s u je ta a u n m u elle. Escribir la ecuación del
movimiento de una masa M que se mueve en línea ver­ 100 0,85
tical bajo la acción de la gravedad y de un muelle de 150 0,96
constante C. ¿Cuál es el efecto de la gravedad sobre: 200 1,06
(a) El período de oscilación? 250 1,16
(b) El centro de oscilación o punto alrededor del cual 300 1,23
tiene lugar la oscilación?
3. M asa s u je ta a un m uelle. Se suspende de un muelle
longitudinal, cuya constante de fuerza es C = 1 x 106 di-
nas/cm, una masa de 1,0 x 103 g.
(a) ¿Cuál es el período para pequeñas oscilaciones?
(b) Si para t = 0 el desplazamiento del equilibrio es
+ 0,5 cm y la velocidad + 15 cm /s, determinar el despla­
zamiento en función de t.
4. M asa s u je ta a un m u elle. D atos. Los datos relacio­
nados a continuación (tablas 7.3 y 7.4) se obtuvieron obser­
vando el movimiento de una masa sujeta al extremo de un
muelle:
(a) Representar el cuadrado del período de oscilación
en función de la masa. Los valores tabulados de la masa
no tienen en cuenta la masa del muelle. Determinar la
masa efectiva del muelle extrapolando adecuadamente el
gráfico.
( b ) Determinar la constante del muelle C.
(c) Representar el logaritmo neperiano de la amplitud
en función del tiempo y determinar el tiempo de relajación.
(d) Determinar el coeficiente de amortiguamiento b.
TABLA 7.4 Amplitud de vibración en función del tiem­
5. M asa en un m e d io flu id o . Un cuerpo parcialmen­ po para una masa de 150 g
te (o totalmente) sumergido en un líquido es impulsado
hacia arriba por la acción de una fuerza igual al peso A m p litu d , c m
T iem p o , s
del líquido desplazado (principio de Arquímedes). Demos­
trar que un cuerpo de sección transversal horizontal uni­ 0 4,5
forme restringido a moverse verticalmente en un líquido
de mayor densidad que la suya experimentará oscilaciones
30 <0
armónicas simples. ¿Cuál es el período de estas oscilacio­ 80 3,5
nes? ¿Cuál es el límite de amplitud de las oscilaciones? 125 3,0
180 2,5
235 2,0
6. P én du lo
340 1,5
(a) Un péndulo de longitud 39,2 cm y masa 500 g se 455 1,0
pone en movimiento de modo que para t = 0, 6 — 0,1 y
Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos 233

6 = — 0,02/s. Determinar 0 en función de t. Utilizar ahora ( c) ¿Cuál es el valor de la viscosidad del agua a 20° C?
las ecuaciones del movimiento para determinar la fuerza (d) Evaluar (&) [véase ecuación (7.28)] para una esfe­
que actúa sobre la masa para 0 = 0. ra de radio 5 cm en un medio de viscosidad 2,0 centipoises.
(b ) El péndulo de Foucault fue montado por Foucault (Véase Prob. 13.)
en París el año 1851 para mostrar el efecto de la rotación (e) Si en (d) la densidad de la esfera es 2,7 g/cc y la
de la Tierra (véase Cap. 4, pág. 120). Su longitud es de 69 m. densidad del líquido es 1,1 g/cc, determinar la velocidad
Determinar el período. Si la masa es de 28 kg y la oscila­ límite. Utilizar la fuerza neta vertical, como se explicó en
ción máxima de 10°, calcular la energía total del movimiento. el Prob. 5, y el tiempo de relajación.

7. E n erg ía d e un a m a sa s u je ta a un m u elle. Una masa


de 50 g sujeta al extremo de cierto muelle ejercita un
movimiento armónico simple de acuerdo con la ecuación 11. M o v im ie n to b a jo una fu e rza v is c o s a
x = 2 sen 10 t, donde x está expresada en cms. y í en se­
(a) Una partícula de masa M sobre la que actúa sólo
gundos. la fuerza viscosa del medio — b v es proyectada desde un
(a) Determinar la constante C de muelle.
punto con velocidad v0. Escribir la velocidad en función del
( b ) Determinar la energía cinética máxima. tiempo. Recordar que v = d x / d t y determinar x (t). Si
(c) ¿Cuál es la energía potencial máxima y la energía M = 10 g, b = 4,0 din-s/cm y v0 = 100 cm /s, determinar la
total? distancia que recorrerá la masa.
(b) En el experimento de la gota de aceite de Millikan,
algunas gotas tenían 2,0 x 10~4 cm de radio. La densidad
8. O scila d o r b id im e n sio n a l. Una partícula tiene la li­ del aceite era 0,92 g/cc y la viscosidad del aire, 1,8 x 10-4
bertad de moverse en el plano x y bajo la acción de úna
centipoises. Determinar el tiempo de relajación y la velo­
fuerza dirigida hacia el origen de magnitud — C (xx + y y ) = cidad límite. Despreciar la corrección por el empuje hi-
= — Cr. Llamando M a la masa, determinar las ecuaciones
drostático.
x e y del movimiento y resolverlas.
(a) ¿Cuáles son las condiciones para el movimiento
en un círculo y cuál es el período? 12. T ie m p o d e relajación . Un oscilador tiene una masa
(&) ¿Cuáles son las condiciones para el movimiento de M = 10 g, C = 490 dinas/cm, b = 1,0 dina-s/cm. Para
a lo largo de la línea de 45° con el eje x y cuál es el t — 0, x = 2,0 cm, x = 0:
período? (a) Determinar x en función de t.
(&) ¿Cuál es el tiempo de relajación para x?, ¿y para Ec?
9. M asa en una cá p su la esférica. Una masa se desliza (c) ¿Cuánto vale Q ?
libremente en el fondo de una cápsula esférica de radio
1,0 m. Determinar el período para pequeñas oscilaciones. 13. O scila d o r a m o rtig u a d o . Una bola esférica de ra­
¿Cuál es la longitud del péndulo equivalente? dio 0,30 cm y masa 0,5 g se mueve en agua bajo la acción
de un muelle de constante C = 50 dinas/cm; r; para el agua
10. V isc o sid a d es 1,0 x 10-2 dina-s/cm 2 o p o ise s. Determinar el número de
(a) Buscar en un libro de consulta para dar y expli­ oscilaciones que tendrán lugar en el tiempo necesario para
car la definición de viscosidad. que la amplitud descienda a la mitad del valor inicial.
(Obsérvese que e~°’m = £). ¿Cuál es el valor Q del osci­
(&) ¿Cuáles son las dimensiones del coeficiente de vis­ lador?
cosidad r¡?

TEMAS AVANZADOS

O scila d o r an arm ón ico. Siguiendo la discusión expuesta frecuencia suficientes para darnos una buena idea de lo
en páginas anteriores, consideremos ahora un péndulo que que sucede. La ecuación (7.8) nos da:
está oscilando con una amplitud tan grande que no pode­
mos despreciar el término 03 en el desarrollo de sen 0,
sen# = 6 — + •••
como hicimos anteriormente en (7.9) ¿Cuál es el efecto
sobre el movimiento del péndulo del término en 03? Hemos
visto el efecto sobre el período en la Tabla 7.1. Veamos de modo que la ecuación del movimiento (7.7) hasta este
cómo se puede abordar analíticamente este problema. orden se transforma en
Los problemas anarmónicos o no lineales son normal­
mente difíciles de resolver exactamente (a no ser mediante
computadores), pero las soluciones aproximadas son con
= o <7-43>
234 Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

en donde la magnitud g /L se ha designado por <o02. Esta Sumemos ahora miembro a miembro los términos de
es la ecuación del movimiento de un o sc ila d o r an arm ón ico. (7.46). La suma del primer miembro es igual a cero de acuer­
Veamos si podemos encontrar una solución aproxima­ do con (7.43). Si (7.44) ha de ser solución aproximada para
da a (7.43) de la forma cualquier valor del tiempo í, es necesario que los coefi­
cientes de sen mí y sen 3<uf se anulen separadamente en el
8 = 0osen|íof + e0osen¡3wf (7.44) miembro de la derecha de (7.46). Pues si suponemos que
en donde e es una constante adimensional que debe los coeficientes no se ariulan, deberemos tener entonces una
cumplir la condición de ser mucho menor que 1 cuando expresión de la forma A sen wt + B sen 3<oí = 0, siendo A
0O« 1. Es decir, veamos si el movimiento puede represen­ y B constantes. Pero una ecuación de este tipo no pu ed e
tarse aproximadamente (o exactamente, ¡no lo sabemos satisfacerse para todos los valores de t, de modo que A y B
aún!), por la superposición de dos movimientos diferentes, deberán ser nulos. Al limitar nuestra solución supuesta
uno en sen <oí y el otro en sen 3coi. La presencia de este (7.44) a 3<oí no hemos incluido todos los términos o fre­
último término se sugiere por la identidad trigonométrica cuencias que pueden presentarse pero hemos incluido los
(Dwight 403.03): más importantes.
El requisito de que los coeficientes de sen iof en (7.46)
sen 5x = | sénx — \ sen 3 x (7 .45) deben sumar cero es equivalente a

Así, pues, el término en 83 de la ecuación diferencial (7.43) -co2 + co02 - oo20o2 = 0


generará a partir del cubo de sen coi un término en sen 3 coí.
o (7.47)
Para satisfacer la ecuación diferencial nos vemos obliga­
dos a añadir al término sen <oí otro de la forma e sen 3 o>t co2 = Wo2( l - \ 8 2) ío ~ « 0(1 - ± 8 2)
que pueda justamente contrarrestar el término en sen 3 <oí
producido por 6\ Prosiguiendo de este modo, el nuevo utilizando el desarrollo binómico para la raíz cuadrada.
término e sen 3 cof en la solución de tanteo producirá, al (Véase Cap. 2. Notas Matemáticas.) La ecuación (7.47) da
ser elevado al cubo, un término en e 3 sen 9 cof y así suce­ la dependencia de <u en función de 80. Aquí <u0 es el límite
sivamente. No hay ninguna razón aparente por la que deba de oí, cuando 80 —> 0; es decir, el límite de amplitud peque­
detenerse el proceso, pero si e « 1 puede esperarse que ña. Para 80 = 0,3 radianes, la desviación fraccionaria o uni­
converja rápidamente porque cada vez intervienen poten­ taria de la frecuencia es A<o/<o — 10-2, en donde A«> =
cias más elevadas de e como factores en los términos de =<u—(u0. Obsérvese que la frecuencia del péndulo para gran­
frecuencias mayores. Es ahora evidente que (7.44) única­ des amplitudes depende de la amplitud.
mente puede ser una solución aproximada en el mejor de La solución (7.44) también contiene Un término en
los casos. Nos falta determinar e y también cu; mientras sen 3<uf. La amplitud de este término respecto a la am­
que cu debe reducirse a co„ para pequeñas amplitudes, puede plitud del término en sen <ut es e , que se determina por
diferirse en el caso de amplitudes mayores. Para mayor la condición de que el coeficiente del término en sen 3<uí
sencillez supondremos que 0 = 0 para t = 0. en la suma de (7.46) se anule:
Una solución aproximada de este tipo correspondiente
a una ecuación diferencial se denomina so lu ció n d e p e r ­
tu rb a c ió n , porque un término en la ecuación diferencial —9w2e + co02e + ^ " ^ o 2 = 0
perturba el movimiento que se tendría sin el citado tér­
mino. Como hemos visto, llegamos a obtener (7.44) me­ Si ponemos <u2 ~<u02, entonces esta ecuación se reduce a
diante un trabajo de deducción orientado. Es fácil probar
con varias soluciones de tanteo semejantes y rechazar las
que no resulten.
Tenemos a partir de (7.43)
Consideremos que e nos da el ingrediente fraccionario del
8 = —u 280 sen<jjt — 9co2e0osen3oof término en sen 3wt en una solución de 6 dominada por
8 3 = 803(sen3 tof + 3csen2 «fsen3<of + • • •) el término sen <»t. Para 60 = 0,3 radianes, tendremos e ** 10“3
que es muy pequeño. El coeficiente del término sen2 <of sen
en donde hemos descartado los términos de orden e 2 y e 3 3«i en (7.46) es pequeño en un factor O (e ) u O(0o2), com­
porque suponemos que podemos encontrar una solución parado con los términos que hemos utilizado. Hemos des­
en la que e « 1. Entonces los términos de (7.43) se redu­ preciado dicho término en nuestra aproximación.
cen, utilizando la identidad trigonométrica (7.45), a ¿Por qué no hemos incluido en (7.44) un término en
8 = —w20osen<of — 9co2e0osen3tof sen 2oí? Pruebe el lector una solución de la forma
uíq‘8 = —coo20osena>f + wo2e0o sen3cof 8 = 80 senoof + r¡80 sen 2cof
1 o., 2 2
- ± UoV* = - senwf + -UÍ-íV sen3u t (7.46) y veamos qué sucede. Se encontrará que r¡ = 0. En la
ecuación que describe el movimiento del péndulo aparece
(Of.2 principalmente el tercer armónico, o sea, un término en
— 0n3c sen 2coi sen3coí
2 0 sen 3(oí y no sen 2<of. En tal caso la solución sería diferente
Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos 235

para un dispositivo en el cual la ecuación del movimiento estacionario de un oscilador armónico forzado (incluso
incluyera un término en O2, pues entonces la solución ten­ con amortiguamiento) se presenta con la frecu en cia im ­
dría un término en sen 2 «>í y podría usarse la misma p u e sta y no con la frecuencia natural u>0. Ninguna otra
técnica. Existen muchos problemas (por ejemplo, la dila­ frecuencia distinta de la impuesta satisfará la ecuación
tación térmica de sólidos) en los que la fuerza es más del movimiento. Por respuesta queremos indicar el des­
intensa para un valor positivo (negativo) del desplaza­ plazamiento x o la velocidad x. Consideremos aquí que la
miento que para un valor igual negativo (positivo). respuesta es x.
¿Cuál es la frecuencia del péndulo para grandes am­ Busquemos una solución de (7.48) de la forma
plitudes? No existe una frecuencia única en el movimiento.
Hemos visto que el término más importante (el compo­ x = x0sen (coi + <¡>) (7.50)
nente mayor) es función de sen coi, y diremos que w es la
frecu en cia fu n d a m e n ta l del péndulo. En nuestra aproxi­ en donde, a partir de la ecuación del movimiento, hemos
mación tu viene dada por la ecuación (7.47). El término en de encontrar los valores de la amplitud x0 y del ángulo de
sen 3 <oí se denomina te r c e r a rm ó n ico de la frecuencia diferencia de fase* <f>. En (7.50) w es la frecuencia de la
fundamental. El razonamiento que siguió a (7.44) sugiere que fuerza impulsora, no la frecuencia natural del oscilador,
están presentes un número infinito de armónicos en el y <¡> da la diferencia de fase entre la fuerza impulsora y el
movimiento exacto, pero la mayoría de ellos son muy pe­ desplazamiento del oscilador. Así pues, </> tiene aquí un
queños. La amplitud en (7.44) del componente fundamental significado completamente diferente del que tenía en el
del movimiento es 0o', la amplitud del componente tercer oscilador armónico no amortiguado libre, en el que <¡> se
armónico es e o0. relacionaba con las condiciones iniciales. En el caso del
oscilador forzado no interesan las condiciones iniciales
O scila d o r arm ó n ico fo rza d o con fu e rza d e a m o rtig u a ­ si únicamente se considera el estado estacionario.
m ien to. Consideremos con detalle el movimiento forzado Es interesante definir con precisión lo que queremos
de un oscilador armónico amortiguado. Este es un pro­ significar por diferencia de fase <j> entre el desplazamiento
blema de la máxima importancia. Si además del rozamiento y la fuerza impulsora. Tanto uno como la otra varían se­
existe una fuerza externa F (i) aplicada al oscilador, la gún una ley de oscilación armónica simple. El ciclo desde
ecuación del movimiento es un máximo a otro de la fuerza o del desplazamiento equi­
vale a 360° ó 2jt radianes. L a d iferen cia d e fa se </> n o s d ice
M'x + bx + Cx = F (t) en qu é ángu lo el d e sp la za m ie n to alcan za su m áx im o a n te s
que la fu erza. Por ejemplo, supongamos que la fuerza al­
o, con una notación más compacta, haciendo r = M / b y canza su valor positivo mayor en el instante en que el
«o2 E E C /M , desplazamiento es cero y tiende a aumentar en el sentido
positivo. Entonces el desplazamiento estará retrasado res­
.. 1 X• + 2 *■(*) (7.48) pecto a la fuerza en n/2 radianes. Pero <¡> se define como
X -| Uq X =
M el ángulo en el que x a d e la n ta a F, de modo que en este
ejemplo </> es igual a — jt/2.
Aquí co0 es la frecu en cia n a tu ra l del sistema en ausencia Hallemos las derivadas
de rozamiento y en ausencia de cualquier otra fuerza exte­
rior impulsora. Cuando al sistema se le impone una fuerza dr
con una frecuencia diferente to (7 ^<o0), veremos que la res­ — = WXq eos (coi + <(>) Él 2x* = —co2x0sen(coí + <f>)
di2
puesta vendrá dada con la frecuencia impulsora y no con
la frecuencia natural. Pero, si la fuerza impuesta se elimi­
na repentinamente, el sistema vuelve a una oscilación Entonces la ecuación del movimiento (7.48) es
amortiguada, cuya frecuencia coincide aproximadamente
con la frecuencia natural, con tal que el amortiguamiento (co02 — co2)x0 sen(coi + <£>)+ —x0 eos (coi + <¡>) = a0sen coi (7.51)
T
sea bajo.
Supongamos en (7.48) que Simplificaremos esta expresión mediante las relaciones
trigonométricas
sen (coi + <j>) = sen coi eos $ + eos coísen<£
m F0 sen coi
— ansen coi (7.49) eos (coi + <p) = eos coí eos — sen coi sen<£
M M M
(*) Es necesario que introduzcamos un ángulo $ (denomi­
de modo que la fuerza impulsora es sinusoidal con fre­ nado de fase de x respecto a la fuerza F) que sea diferente
cuencia w. Esta relación define la magnitud La frecuen­ de cero. No puede obtenerse ninguna solución si se suprime <£.
cia del sistema en el e sta d o e sta cio n a rio (aquel estado del Al hablar de un ángulo de fase hay que asegurarse dereferirse
al ángulo de fase de algo respecto a algo. En los problemas de
sistema que se mantiene después que ha desaparecido cual­
electricidad es costumbre hablar de la fase de la corriente
quier efecto transitorio) será precisamente la frecuencia referida a la tensión. Aquí hablamos de la fase del desplaza­
impuesta. De otra forma, la fase relativa entre la fuerza y miento x referida a la fuerza impulsora. Las dos fases no son
la respuesta variaría con el tiempo. Esta es una caracte­ equivalentes, porque la magnitud análoga a una corriente es
rística importante del resultado —la respuesta del estado d x /d t, y no x.
236 Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

Así, pues, (7.51) se transforma en


dice que está en fa se con la fuerza impulsora,
de (7.56) vemos que
[k 2 — co2) cos<¡> — — sen«|>jx0sencoí
a0 _ M«0 _ F0
(7.58)
+ £(wo2 ~ w2)sen <j> -f — eos <í>jx0 cos coi = a 0sencof (7.52)

La ecuación (7.52) puede satisfacerse únicamente si es El m u elle (y no la masa ni el rozamiento) condiciona la


cero el coeficiente de cos <ot. Esta condición puede escri­ respuesta en este límite; la masa se desplaza simplemente
birse como adelante y atrás por acción de la fuerza contra la tenden­
cia del muelle a recuperar su posición.
s e n < f> co/ t
tg $ = ------ = -------- g-------2 (7.53) R e sp u e sta d e reson ancia, co = w0. La respuesta puede ser
COS <¡> — co¿
muy grande en la resonancia. La resonancia se utiliza en
También es necesario que el coeficiente de sen o>t, sea igual muchas aplicaciones, de modo que es preciso estudiarla
a a0: cuidadosamente. Para i» = «>0 la frecuencia impuesta se hace
igual a la frecuencia natural del sistema en ausencia del
Xn0 = (co02 — co2) coscf) — (co/r)sen<#> (7.54) rozamiento. Tenemos

cos <¡> —» ±0 sen<p 1


A partir de (7.53) se deduce que

La amplitud para = <o0 viene dada por


[(c o 0 2 - co2) 2 + ( co/ t ) 2] 2 o tn T
(7.59)
(7.55)

ovil, K
Lf -- ____________ — co/ t ____________
1 Cuanto más bajo es el amortiguamiento mayores son
[(co02 - co2)2 + ( c o / t ) 2] y x0. Manteniendo F0 constante, la relación entre la
respuesta en la resonancia y la respuesta a la frecuencia
y de aquí (7.54) se reduce a cero viene' dada según (7.58) y (7.59) como

S q ( co = (0 0 ) = « qt / co0 0

[(co02 - co2)2 + ( c o / t ) 2] 5
(7.56) so(co = 0) W 0 V

Esta es la amplitud del movimiento. con el coeficiente Q que definimos por la ecuación (7.41).
Las ecuaciones (7.55) y (7.56) nos dan la solución de­ Este puede ser muy grande, ¡es normal 104 o más! Puede
seada. Conocemos ahora la amplitud x 0 y la fase <£ de la decirse que el amortiguamiento condiciona la respuesta
respuesta del sistema bajo la fuerza impulsora F=M<x0 sen ut: en la resonancia.
La respuesta máxima x0 no se presenta exactamente
r sen^ic t + are tg 1
co/ t
cuando <o0 = w. Observemos que la derivada de la ecua­
[ K 2 - co2 ) 2 + ( co/ t ) 2] 2 l2 — 0 2;
) — CO ; ción (7.56) tiene un cero en
(7.57)
-2(o) + =0
La amplitud de la ecuación (7.57) viene representada en i r h 2 - "2>2 + (t )1 = 2<“°2 2)(-

función de <» en la fig. 7.14 y el ángulo de la fase en la fi­


o sea,
gura 7.15. Obsérvese en el gráfico que el ángulo de fase es
siempre negativo. Esto puede entenderse analizando la ecua­ 1
ción (7.53), ya que <í>=0 para <» = 0, 0 > <f> > — jt/2 para 2 t 2

(o < (üq y — jt/2 > </> > — jt para o> > io0. Esta es la posición de respuesta máxima de la curva de
Podemos apreciar el significado de esta ecuación si en función de <o. Si » 1 , el máximo está muy cerca
examinamos casos límites. En nuestra discusión supone­ de «o = o)0.
mos siempre que el amortiguamiento es pequeño, de modo Puede parecer extraño que la respuesta máxima se
que » 1- obtenga con el ángulo de diferencia de fase igual a — ?r/2,
es decir, cuando la fuerza está desfasada exactamente 90°
F recuencia im p u ls o ra b a ja , <u < w0. Vemos aquí a partir respecto al desplazamiento. Podría parecer lógico que la
de (7.55) que resonancia se presentara cuando <j> = 0 y no cuando
</> = — 7t/ 2. Pero el secreto está en que la potencia absor­
bida por el oscilador no depende directamente de la fase
entre la fuerza impulsora y el desplazamiento, sino más
Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos 237

FIG. 7.16 a) «Gráfica polar» de una representación c) Para « « <*>0, </> =« 0 y v0 « F0/b . La respuesta es muy
sencilla del oscilador armónico impulsado o forzado. pequeña en este límite.
Se construye una circunferencia con diámetro F0/b y se
dibuja un segmento de recta OP que forme un ángulo
con el eje de ordenadas.

b) Sea cualquiera el ángulo <j>, el triángulo OPQ es d) Cuando «j crece, |<j>| aumenta y lo mismo ocurre a
rectángulo. Así, pues, el segmento OP = — {F0/b ) v0. Para <j> = — «-/4, v0 = F0/ y í2b.
sen <f>. A partir de las ecuaciones (7.55) a (7.57)
vemos que el segmento OP = <*>Xo = Vo, es la am­
plitud de la velocidad.
238 Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

e) Para <í> = — n/2, <*> = y v0 = F0/6 . La amplitud de g) Para w » <*>0l v0 « F0/h nuevamente, y <í> — ir.
la velocidad es máxima en la resonancia.

bien de la fase entre la fuerza y la velo cid a d . Sólo hay


que reflexionar un momento para ver que obtendremos
las mayores desviaciones cuando la velocidad esté exacta-
mente en fase con las fuerzas impulsoras. De este modo
la masa resulta empujada con el lugar y momento preci­
sos. Cuando el desplazamiento es cero, la velocidad tiene
su máximo valor. Si en este punto se está moviendo en el
sentido positivo, nos conviene que la fuerza alcance en
ese instante su mayor valor con objeto de obtener el mo­
vimiento máximo. En los puntos extremos en los que la
velocidad cambia de sentido conviene, para que se pre­
sente la resonancia, que la fuerza cambie de sentido del
mismo modo que lo hace el movimiento en ese mismo
instante. Así, pues, la resonancia se entiende mejor en
función de la fase entre la velocidad y la fuerza impulsora.
Sabemos que la velocidad de un oscilador adelanta a su
desplazamiento exactamente en 90°. Así, pues, para la reso­
nancia, con fuerza y velocidad en fase, debemos tener la
fuerza 90° adelantada al desplazamiento, de modo que
</> = — ;r/2. Aunque, como hemos dicho anteriormente, la
amplitud máxima tiene lugar a una frecuencia ligeramente
inferior que o>0, la potencia máxima corresponde a u = u>0.

F recuencia im p u lso ra a lta , o» > «>0. Aquí

eos <
p>—» — 1 sen </>—» () <f>—> — ir

y
«0 _ Jo_
0 (O2 Mw2 Meo2

En este límite, la respuesta disminuye como l/w2. La iner­


cia de la masa condiciona la respuesta en el límite de
altas frecuencias y la masa responde esencialmente como
un objeto libre, siendo sacudida atrás y adelante por la
i) Para <*>> <o0, v<
¡ disminuye de nuevo. Para <¡> = — 3 */4 , fuerza. Obsérvese que la fase < f> del desplazamiento x res­
va = F0/ \/2 ^ nuevamente. pecto a la fuerza impulsora F empieza en cero a frecuen-
Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos 239

cias. bajas, pasa por — ±n en la resonancia y llega a — n


a frecuencias elevadas. E l d e sp la za m ie n to s ie m p r e se re­
tra sa re sp e c to a la fu e rza im p u lso ra .
Un procedimiento geométrico interesante para entender
estos fenómenos viene indicado en la fig. 7.16. En lugar
de representar la respuesta x0 o quizás la potencia en fun­
ción de w, utilizamos el ángulo <f> como variable. De las
ecuaciones (7.55) y (7.56) resulta que
p
u x 0 = y sen(-</>) = v 0

en donde b es el coeficiente de amortiguamiento (M/r)


en la ecuación (7.30). El producto o>x0 es justamente el
valor máximo de la velocidad x, o amplitud de la velocidad
que llamaremos v0. Si hacemos ahora la representación
polar como en la fig. 7.16, la longitud de la línea OP es
FIG. 7.17 a) El segmento OS = — v0s e n ó está indica­
justamente esta velocidad máxima v0 con el diámetro esco­
do. A partir de las ecuaciones (7.60) a (7.62) vemos
gido F0/ b para estar de acuerdo con la ecuación anterior.
que la potencia absorbida es proporcional a — v0 sen <t>
Debemos recordar que <¡> es realmente un ángulo negativo,
o al segmento OS.
pero como en el, dibujo estamos interesados sólo en la
magnitud de v0, trataremos a <j> como si fuera un ángulo
positivo, ya que

sen (— <}>) — — sen <¡> |sen — (— <j>) | = |sen <£|

Los valores del ángulo <f> dados en las leyendas de la fig. 7.16
son los valores negativos correctos.
En esta gráfica polar podemos ver que cuando <f> varía,
la longitud de OP parte de un valor pequeño (fig. 7.16 c),
crece hasta el valor máximo del diámetro del círculo cuan­
do ^ = _ n/2 (fig. 7.16 e) y luego decrece nuevamente cuando
(f> se aproxima a — n (figs. 7.16/ y g). La potencia, como
veremos luego, es el valor medio en un círculo de Fx [véanse
ecuaciones (7.60) y (7.62)] y tiene su valor máximo para
= — n/2.

La media en el tiempo del trabajo


A b so rció n d e p o ten cia .
realizado por unidad de tiempo sobre el sistema oscilante
por la fuerza impulsora viene dada, haciendo uso de (7.49) 6) Para los ángulos de fase ó = — ”/4 y ó = — 3^/4,
y de la derivada respecto del tiempo de (7.57) por el segmento O S = i OSmax. Así,' pues, la absorción
de potencia mitad de la máxima ocurre en estos
Ma 2co puntos. Naturalmente la absorción máxima se veri­
P = (F x ) = T(sencot eos (<of + ó)> fica para ó = — n/2 (resonancia).
[K 2 _ <,2)2 + (w/t)2]S
(7.60)
ra 7.17 a y b). Con la ecuación (7.55) para sen <¡> podemos
Empleando la identidad escribir (7.60) como

eos (cot + $) = eos cot eos <j> —sen wf serió P = é M o t 2-


¿o2/ t
2 0 K 2- ío2)2 + (w/ t)2
tendremos (7.62)

<sencoí[cos íoí eos ó —senw ísenó]) = —sen ó (sen2 wf)


= —is e n ó (7-61) Este resultado es muy importante y viene ilustrado en la
fig. 7.17.
La absorción de potencia en la resonancia para <u = «0 es
en donde hemos utilizado el hecho de que ^senuícoS(üí^ =
= 0. Vemos que la fase tiene su importancia (véase figu­ Pres = 2M oí02t
240 Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

La absorción de potencia (7.62) se reduce a la mitad del


valor en la resonancia cuando «> varía en ± (Au>)1/2 de modo
f ( X)
que

~ = co02 — co2 = (<o0 + co)(ío0 — w) ^ 2w(Aco)^ (7.63)

Así, pues, la anchura completa 2 (Aüj)1/2 de la resonancia


en donde la potencia es mitad de la máxima es igual a
l/-'. Se ve, utilizando la expresión para Q encontrada en
(7.41), que

? = “ »T = 2 (A % =

Frecuencia en la resonancia
anchura completa a la mitad de la potencia máxima

Por consiguiente, Q mide la agudeza del ajuste o sintonía,


(fig. 7.18).
FIG. 7.18 La absorción de potencia es proporcional a
EJEMPLO /(X ) = 1/(1 + X2), en donde
E stu d io n u m érico d e un p ro b le m a so b r e o sc ila d o r a rm ó ­
nico. Sea la masa Ai = lg = 0,001 kg, la constante de la ■(ío02 —w2)
fuerza C = 104 dinas/cm = 10 N/m, y el tiempo de rela­ X = —K
—2—,------ - = cot <í>
w/ t
jación t = i s. Entonces, según la ecuación (7.3):

de acuerdo con la ecuación (7.62). Para <í> 0, X = cot <í>


es grande y negativa. Para <í> = — ^/2, X = cot <í> = 0
y la absorción de potencia es un máximo. Se pueden
mientras que, según (7.33), la frecuencia de oscilación li­ ver también los puntos de mitad de potencia X = ± 1.
bre es La función f(X) = 1/(1 + X2) se conoce como función de
Lorentz.

["°2_(ir)T=[10““ 1]!~102S
_1
10
El factor Q del sistema viene dado según (7.41) por 5 X 10 3 cm
[4 X 106 + 4 X 104]s
= (10%) = 50
y la fase viene dada por (7.53):
El tiempo para que la amplitud se amortigüe hasta e~x de
su valor inicial (para el sistema libre) es 180
- 0,1
1,9 X 103
2t = 1 s o bien </> = — 0,1 rad = — 6 o. Así, pues, en cada ciclo el
utilizando (7.32). La constante de amortiguamiento ¿>= M /r = máximo del desplazamiento se verifica a 0,1 rad/90 rad por
= 1 2 = 2 g/s, o segundo «=> 10_3f segundos después del máximo de la fuerza.
Podemos comparar la amplitud anterior con la que
0,001 existe en el límite w ->■ 0 y con la que se presenta en la
= 2 X 10~3 kg/s
resonancia. Según la ecuación (7.58) tenemos x0 («j = 0) =
= a0/io02 = 10/104 = 10- 3 cm. En la resonancia tendremos, se­
Hagamos ahora que el sistema sea impulsado por la gún las ecuaciones (7.59) y (7.41), que
fuerza
x0(ío = co0) = Q x0((¿ = 0) = (50)(10~3) = 5 X 10-2 cm
F = Maa sen = 10 sen 90í dinas.
La anchura completa de la curva de resonancia entre los
puntos de mitad de la potencia máxima es según (7.63):
Vemos que <*0 = F0/M = 10 dinas/g y la frecuencia impues­
ta es w = 90 s_1. La amplitud viene dada por la ecua­ 100
ción (7.56): = -f = 2s
“50"
Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos 241

Obsérvese que en este ejemplo hemos empleado siempre Aquí e representa la base de los logaritmos neperianos
«frecuencia» queriendo significar «frecuencia angular». o naturales y tiene el valor 2,718.... Las propiedades de
Para obtener las frecuencias normales en oscilaciones o estos logaritmos son semejantes a las de los logaritmos
ciclos por segundo, debemos dividir por 2jp . decimales y sus valores se encuentran en muchastablas
matemáticas. Un número que vale la pena recordar es
e-°-m = i = 0,500.
NOTAS MATEMÁTICAS
¿Cuánto vale la constante A en la ecuación (7.65)? Para
Investigaremos ahora algunas ecuaciones más compli­ t = 0, e~° = 1, de modo que v = A. Por tanto, ésta es una
cadas que surgen en el estudio de la mecánica. En el Cap. 3 constante arbitraria que podemos utilizar para ajustar las
hemos resuelto los dos tipos de ecuaciones que corres­ condiciones iniciales. Sin embargo, previamente teníamos
ponden a los casos en que n o e x iste fu e rza o que é sta e s dos constantes arbitrarias; aquí tenemos sólo una cons­
constante. Desde el punto de vista de la facilidad de re­ tante. Pero la ecuación que hemos resuelto es de primer
solverla, consideremos la ecuación orden y así tenemos sólo una constante. Podemos ahora
volver a v — d x / d t y escribir
d 2x
= bt d x / d t = v 0e~bt/m (7.66)
d t2

en donde b es una constante y í el tiempo. Si se deriva í 3 en donde v0 es la velocidad correspondiente para t = 0.


Ensayemos una solución de la forma
dos veces se obtiene 61, de modo que la solución de esta
ecuación será x = B 4 - Ce~bt/m
x = + c0t + d 0
Ponemos la forma exponencial porque la derivada de e-í
en donde c0 y ' d 0 son las constantes arbitrarias del mismo es e~l. Sustituyendo en la ecuación (7.66) resulta
tipo que las encontradas en las soluciones de las ecuacio­
nes (3.52) y (3.54). Para t — 0, x = d 0 y d x / d t — c0. En una —b /m C e ^ bt/m = v 0e~bt/m
forma semejante, si d 2x / d t 2 — b t2 o f t l, o así sucesivamente,
podemos fácilmente encontrar una solución. Desgraciada­ Por tanto, C = — m v 0b. ¿Y la constante B? Sospechamos
mente los problemas de este tipo son escasos y, por ello, que será x0, la condición inicial; sin embargo, cuando in­
continuaremos con otros que se encuentran más a menudo troducimos t = 0 en la solución encontramos que
en la física.
*= B + C = B
Fuerza Un problema bastante común en
re siste n te . b
mecánica corresponde al caso de una fuerza resistente Por consiguiente, si x = x0 para t = 0, B = x0 + m v 0/b .
directamente proporcional a la velocidad. (Esta ecuación Nuestra solución es entonces
aparece también en el caso de la desintegración de las
sustancias radiactivas.) En este caso la segunda ley de X = X0 + ^ — (1 - e~bt/m)
Newton nos da b

d 2x , dx
Como ejemplo, supongamos una partícula de masa 25 g
m —— = —b v (7.64) sobre la cual actúa una fuerza — 5v dinas y parte de x =
d t¿ dt
= — 10 con velocidad de 40 en la dirección positiva de x.
Utilizando las expresiones anteriores resulta
El signo menos indica que la fuerza tiende a reducir o
disminuir la velocidad. Esta ecuación puede simplificarse
recordando que la aceleración d 2x / d t 2 es igual a d v /d t, x = - 1 0 + 40 X f (1 - e~5/25t) = - 1 0 + 200(1 - íTí/5)
con lo cual (7.64) se convierte en t = 0 x = —10

dv i = - 2 0 Q ( - l ) e - t/5 = + 4 0 para t = 0
m —r- = —b v
dt

dv bdt Obsérvese que cuando t —>■<x>, x —»190 y v -» 0.

V e lo c id a d lím ite . Procedemos ahora al estudio de al­


Esta ecuación puede integrarse por los métodos clásicos: gunas ecuaciones más complicadas, tales como

dv r ,
m —r- = b — b v (7.67)
b dt bt dt
f~/='°geV= ~ f m + const

v = A e~ bt^m
en donde F es una constante.
(7.65)
La solución final en estado estacionario resulta ser
242 Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

dv
= O F = bv v = no es la velocidad inicial. Una forma alternativa de escri­
dt bir esta solución es
Esta velocidad se denomina normalmente velocidad límite.
Como solución ensayemos x = A sen (ü>í + <£)

g-bt/m'j Para f = 0, x = A sen </> y para í = 0, d x / d t = Ato eos <¡>. Así


v = f (1 las dos constantes A y <f> han reemplazado a A' y B '. Con
mayor frecuencia este segundo tipo de solución es de uso
dv - JLe-bt/m _ JL(\ _ k.v\ - _L _ b_v conveniente, aunque también es útil resolver problemas
dt m m \ F 1 m m
con el primer tipo. Unos ejemplos son convenientes. Su­
que concuerda con la ecuación (7.67). De esta solución re­ pongamos que C /m = 25, de modo que « = 5.
sulta que para t = 0, v = 0. Por tanto, si hay otras condi­ 1. La partícula parte del origen para f = 0 con una
ciones iniciales, deben satisfacer esta ecuación. Observemos
que para f~ * oo, v -> F /b . velocidad en dirección negativa de x de 10 cm/s.
Suponiendo que x = A sen (51 + </>), x — A sen <£ para
Supongamos que para t = 0, v = v0. Ensayemos
f = 0. Por tanto, <j> es cero o ir, d x / d t = + 5 A eos <j> =
= — 10. Vemos, pues, que <¡> debe ser igual a a y A
ü= f (1 - e~bt/m) + v 0e~bt/m (7.68) debe ser 2. Nuestra solución es
b

Derivando podemos comprobar que esta solución satis­ x = 2sen(5f + ir) = - 2 s e n 5 f


face la ecuación original.
Es interesante que la solución general (7.68) anterior 2. Para í = 0 la partícula está en x = + 5 en reposo.
es la suma de la solución de la ecuación (7.67) que hemos Por tanto,-)- 5 = A sen <j> y d x / d t = »>A eos <¡> = 0. Es
ensayado anteriormente, más la solución dada por la ecua­ decir, A = 5 y <£ = jt/2 y nuestra solución es
ción (7.66) para m d v / d t = — bv. Desde otro punto de vista
consideremos la solución de m d v / d t + b v = F. Si encon­
x = 5 sen( 5f + 5 eos 5f
tramos una solución a esta ecuación, podemos añadirle (5í + f) =
una solución de m d v / d t + b v = 0 y seguirá siendo solu­
ción de la primera. 3. Para í = 0, x = — 5 y la velocidad es — 25. Esta vez
— 5 = A sen <£ y — 25 = + Aw eos </> = + 5 A eos $. Divi­
Fuerza, d e l m u elle. Vamos ahora a resolver la ecua­ diendo resulta tg <j> = + 1. Pon tanto, f = ¡r/4 ó 5jt/4.
ción del movimiento de una fuerza tipo-m u elle, dirigida Pero eos 5ir/4 = — 1/ y /2 mientras que eos ir/4 = + 1/
siempre hacia el origen (o hacia algún punto conveniente­ /\ / 2 . Por tanto, <f> = 5ir/4. Sustituyendo en la primera
mente elegido como origen), que crece directamente con ecuación resulta A = \/2 X 5. Alternativamente se
la distancia a dicho punto. Matemáticamente esto significa puede elegir A = — 5 y /2 y <f> = ir/4:
que F = — Cx; si x es positivo, la fuerza es negativa; si x
es negativo, la fuerza es positiva. C es una constante posi­
tiva llamada c o n sta n te d e l m u elle. Nuestra ecuación es ahora x = 5 \/2 sen ^ 5 f + o - 5 y /2 sen^5f +

d 2x n d 2x Cx
F uerza d e l m u elle y fu e rza re siste n te . Una ecuación más
= - Cl d t2 m
difícil surge en el caso de un oscilador armónico amorti­
Como solución de ensayo, sea x = eos wf. Derivando te­ guado. La fuerza vale ahora — b v más la fuerza — Cx.
nemos

dx d 2x m ~J2T — —b v — Cx, donde v = —


= —co séncof -C02 C O S COÍ = — CC2X d\ dt
dt d t2

Comparando esto con la ecuación original, veremos mS3 F + b i ; + c * = o


que si w2 = C /m , nuestra solución es válida. También es
claro que la solución x = sen o>í es válida. Pero, ¿dónde Ensayar- una solución de la forma x = A e_3{ sen (wf + <¡>)
están nuestras constantes para las condiciones iniciales?
Ensayemos dx
b - £ = —fibA e~ pt sen(wf + <£>) + boiAe~pt eos (cof + <¡>)
x = A' séncof + B' eos cof
d 2x
Esta es todavía una solución y observemos que para í = 0, = ~ Z m o i f i A e eos (cof + <j>)
x = B . Por tanto, 'B' es el valor de x0 que hemos usado
antes. Derivando y haciendo í = 0 resulta d x / d t = wA'. Este + fi2m A e~ ^t s e n ( u t + <}>) — mco2Ae_^t sen (cof + <¡>)
es el valor de v0 que hemos usado antes. Obsérvese que A'
Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos 243

Entonces

d 2x , u dx .
mH F + b-dí
d t + Cx
— Ae-/}tsen(co£ + <í>)[C — /ib — mu2 + f32m]
+ Ae~&1 eos («f + <í>)[bw — 2mco/í] = 0

La única forma en que esta ecuación puede satisfacerse


para todos los valores de t es hacer que todos los coeficien­
tes entre paréntesis sean iguales a cero

bu¡ — 2 rrno/8 = 0
b_
(3 = 2m

C — (ib — meo2 + fi2m = C — meo2 + =0


2m 4m 2

,2 _ Al _ b2 -£__p2
4mz m

Obsérvese que A y £ son las constantes arbitrarias y FIG. 7.19 Oscilador armónico amortiguado.
no están especificadas por la ecuación diferencial. Sin em­
bargo, la frecuencia w y la constante de amortiguamiento ¡i
están determinadas. Si <o0 = C /m , o < w0', pero si /3 es pe­
queño, es decir, si el decrecimiento de la amplitud A e-P* es
L os n ú m ero s c o m p le jo s y el o sc ila d o r a rm ó n ic o fo rza d o .
lento, o) *=» oj0. Los alumnos familiarizados con los números complejos
La forma de esta solución puede verse en la fig. 7.19 recordarán el teorema de Moivre, el cual establece
para la cual w//3 5.
Hay que observar que si b es grande, <d puede ser cero
e ia = eos a + i sen a
o C = b 2/4 m . ¿Cuál es la solución en este caso?
A e~bt/2m sen <¡> = Á ’ e~ bt/2m es una solución que puede
comprobarse por ensayo. Pero también B t e~bt/2m es una so­ en donde i = \ / —1. Tal expresión eia se denomina ca n ti­
d a d c o m p le ja , eos a es la p a r te real y sen a la p a rte im a­
lución. Por tanto, la solución general es
ginaria. Los números complejos pueden representarse grá­
ficamente tomando la parte real como abscisa y la parte
x = A.'e~u/2m + B te bt/2m (7.69) imaginaria como ordenada (fig. 7.20). La longitud de la
línea OA es la m a g n itu d d e l c o m p le jo o n ú m ero. Su
cuadrado se obtiene multiplicando el número por su com­
en donde A' y B son las constantes arbitrarias necesarias
plejo conjugado; este último se obtiene cambiando el
para cumplir las condiciones iniciales. Esta solución se
signo de i allí donde aparece. La magnitud del complejo
llama so lu ció n c rític a m e n te a m o rtig u a d a , x disminuye a
es, naturalmente, un número real y en este caso vale
cero más deprisa que si

b2
X er = e° = 1
b2
C< c>
4m 4m
Vemos que O A tiene la longitud unidad, pues eos a = O B /O A
Si C < b2/4 m , la solución es s u p e r c r ític a y vale = OB.
La adición, sustracción y multiplicación de complejos
siguen las reglas usuales. Porejemplo

(a + ib) + (c + id ) = a + c + i(b + d )
(a + ib) —(c + id ) = a — c + i(b — d )
(a + ib) X (c + id ) = ac — b d + i{ad + be)
_ / / b2 C Y
+ B exp (7.70)
W 4m2 m /_
ya que i2 = — 1

en donde A y B son las constantes necesarias para el


Para dividir necesitaremos manipular el cociente de tal
cumplimiento de las condiciones iniciales.
modo que el denominador sea un número real y así las
244 Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos

Busquemos para (7.72) una solución de la forma

x = X0eiut (7 .73 )
Eje imaginario
en donde X„ puede ser un n ú m e ro complejo. Sustituyendo
(7.73) en (7.72) tendremos

^ —co2 — — + co02j x ori“t = a0eio}t


de donde,
X 0n = 2 —
_ co2
, ,2 + ¿(<o/ t) (7.74)
w02

Es de utilidad considerar separadamente las partes real


e imaginaria de X 0. Tendremos
x _ r ______________ ___________ i r ^ o 2 - (O2 - í(< j/t) 1

0 U 0 2 — ÍO2 + í (w / t ) J L co0 2 — co2 — i ( w / r ) J

FIG. 7.20 Un número complejo puede representarse _ w 0 2 — co2 — í ( w / t )


disponiendo la parte real OB a lo largo de un eje y la
° K 2 - co2) 2 + ( co/ t )2
parte imaginaria OC según un eje perpendicular al
anterior. En este caso OA representa eia, OB = cos «,
de aquí que
OC = sen a. OA es la magnitud de la cantidad compleja.
R e ( X 0) = K 2 - w2)«0
(co02 - co2)2 + (co/r)2

partes real e imaginaria del cociente serán fácilmente l m ( X 0) =


(c o 0 2 - co 2 ) 2 + (c o /t)2
reconocibles:
En el límite, cuando -ü)2| » iü/ t se tendrá que
ü+ (a + ib) X (c — id ) ac + b d + i(bc — a d )
c + id (c + id ) X (c — id ) c2 + d 2 Re (X0) Im (X0) ^ 0
COf. —C0‘
Finalmente debe observarse que cualquier número com­
Esta condición se denomina fu e ra d e reson ancia, y aquí la
plejo puede escribirse en la forma pe{6. Para determinar parte real de X 0 es mucho más importante que la parte
P y c¡> en función de las partes real e imaginaria establece­ imaginaria.
remos que En el límite |w02— <¿2| <£ w/ t diremos que se está cerca
de la reson ancia, y para w0 = <o se está en reson an cia o en
pel<í> = p eos <f> + ipsen<¡> = a + ib
el centro de la resonancia. Para o>0 = a>,
pe** X p e = p2 = (a + ib) X (a - ib) = a 2 + b 2 (7.71)
Re (X0) = 0
, h
> = tg - i k
a Im (X0) = a 0—
CO
Daremos ahora una solución muy clara del problema del Cuanto mayor sea r, más débil será el amortiguamiento y
oscilador armónico impulsado, utilizando el esquema sobre
mayor la parte imaginaria de la respuesta en la resonancia.
números complejos. La ecuación del movimiento [ecuacio­
nes (7.48) y (7.49)] es (escribir cos wf por conveniencia en Si recordamos que fu e ra d e la reson an cia el ángulo de
lugar de sen oí), fase 4> es próximo a 0 o a — n, comprenderemos por qué
la amplitud tiene una parte imaginaria muy pequeña;
mientras que cuando w = w0, — — n¡2 y el desplazamiento
. . 1x +. 9íúq X = a 0 cos coi
x H
T
(7.72) está desfasado con la fuerza, la parte imaginaria de la
amplitud, correlacionada con la amplitud de la velocidad,
Reemplacemos el término correspondiente a la fuerza por será grande y la parte real de la amplitud será nula.
Escribamos X0 en forma pei<t>, como en la ecuación (7.71).
a 0e tut =E a 0(cos ojt + ise n c jt) Entonces a partir de (7.71) y (7.74) tendremos para la am­
plitud de la respuesta
Al final de los cálculos tendremos que considerar que la
respuesta es la parte real de x si la fuerza impulsora es P = (X0X0*)2 =
a0cos (oí (siendo a0 real). [ K 2 - ^ 2)2 + (^A)2^
Oscilador armónico: Propiedades y ejemplos 245

X * es el complejo conjugado de X<¡, de modo que X qX q* Este resultado es idéntico al obtenido anteriormente en
es real. También tendremos para el ángulo de fase de x la ecuación (7.62).
respecto a F,

LECTURAS SUPLEMENTARIAS
La absorción media de potencia viene dada por
PSSC, Física. Caps. 20 (sec. 8) y 24 (sec. 12). Editorial Re-
<P> = <Fi> = <Re (F)Re (*)> verté.
= <[Ma0 eos cof][ —po) sen(cot + <#>)]) (7.75) Y. Rocard, G eneral D yn a m ics o f V ib ra tio n s, Frederic Ungar
Publishing Co., Nueva York, 1960. Un libro simple y
Hemos tomado la parte real de x para corresponder a la claro escrito con un amplio alcance de aplicaciones.
B. L. Walsh, Parametric Amplification, In te rn a tio n a l S cien ce
realidad física si la fuerza físicamente real es la parte real
a n d T ech n ology, núm. 17, pág. 75, mayo 1963. Una dis­
de F. Existen otras formulaciones válidas para la media
respecto al tiempo; lo que adquiere importancia es consi­ cusión elemental de los amplificadores paramétricos
y su propiedad de bajo ruido.
derar la parte de x que está en fase con F. Empleando la
Para ejemplo del tratamiento de oscilaciones armóni­
ecuación equivalente a (7.61) y la relación p sen <j> = Im (X Q),
cas, libres, amortiguadas y forzadas, en un libro de
tendremos a partir de la ecuación (7.75)
texto familiar, a nivel intermedio, véase John L. Synge
y Byron A. Griffith, P rin c ip ie s o f M echanics, sec. 6.3,
( P ) = —M a 0p(j <eos 2 coi) sen<¿> = —|M a 0tolm (X0) McGraw-Hill Book Company, Nueva York, 1959.
- i Moi 2_____«Vi_____
- 2M ° ( V - W2)2 + (co/T)2
Contenido

LA EC U A CIÓ N DEL M O V IM IE N T O
M O M E N TO CINÉTICO Y ENERGÍA CIN ÉTIC A
M O M E N TO S DE INERCIA
Teorem a de los ejes paralelos
Teorem a de los ejes perpendiculares
Algunos casos especiales
ROTACIONES ALREDEDOR DE EJES FIJOS:
DEPENDENCIA DEL M O V IM IE N T O CON EL TIEM PO
Ejemplo. Aceleración angular de un cilindro sólido
sometido a un momento
Giro sin deslizam iento
Rotación alrededor del punto instantáneo de contacto
A celeración del centro de masas y aceleración angular
alrededor del centro de masas
M om entos alrededor del centro de masas
Ejemplo. Cilindro sobre un plano rugoso acelerado
Péndulo com puesto
ROTACIÓN ALREDEDOR DE EJES FIJOS:
C O M PO R TA M IE N TO DEL VECTOR M O M E N TO CINÉTICO
M O M E N TO S Y PRODUCTOS DE INERCIA: EJES
PRINCIPALES Y ECUACIONES DE EULER
Algunas aplicaciones sim ples de las
ecuaciones de Euler
Problemas
Lecturas suplem entarias
Dinámica elemental
de los cuerpos rígidos
248 Dinámica elemental de los cuerpos rígidos

La dinámica de los cuerpos sólidos rígidos es un tem a


complicado y fascinante, que quizás constituya la cima
de la mecánica clásica y su parte más difícil. El prototipo
de problem as de este tem a es el del giróscopo o peonza
cuya conducta sutil e intrigante ha desafiado siem pre su
comprensión. El desarrollo completo de la descripción
del movimiento de los cuerpos rígidos alcanza algunos
aspectos sorprendentes de sim plicidad y belleza, si bien
pueden no ser aparentes al nivel introductivo aquí re­
querido. Gran parte de la teoría del giróscopo ha sido
cubierta en el tratado de cuatro volúmenes, Theorie des
Kreisels, de F. Klein y A. Sommerfeld,
Por cuerpo rígido entendemos un conjunto de p ar­
tículas con distancias fijas entre ellas; excluiremos la
consideración de vibraciones o deformaciones que afec­
ten al movimiento. Nos concentrarem os especialmente
en el movimiento de rotación alrededor de un eje que
puede ser fijo o variable con el tiempo. Su análisis
tiene aplicaciones que abarcan desde el spin del electrón
y el giro de átomos y moléculas hasta la m aquinaria de
rotación, giróscopos, planetas y guías de inercia.
Existe una división fundam ental en el tem a según
que el eje de rotación se m antenga en una dirección
fija en el espacio inercial o cambie su dirección con el
tiempo. El trátam iento con eje fijo es notablem ente
más simple que el caso más general y muchos sistemas
im portantes son de este tipo. En consecuencia, un tra ­
tam iento reducido de la dinám ica de los cuerpos rígidos
a este nivel viene a veces lim itado al caso de ejes con
dirección fija. Sin embargo, comenzaremos nuestro es­
tudio con el caso general; a continuación veremos varios
casos especiales im portantes con indicación clara de las
condiciones especiales o propiedades del cuerpo y su
movimiento en cada caso.

LA EC U A CIÓ N DEL M O V IM IE N T O

Hemos ya deducido (Cap. 6) de la segunda ley de


Newton la relación

p ara el movimiento de un sistem a de partículas en un


sistem a de referencia inercial, en donde J es el vector
m omento cinético referido a un punto origen deter­
minado y N el m omento de la fuerza vector, evaluado
en el punto origen, debido a todas las fuerzas externas
Dinámica elemental de los cuerpos rígidos 249

efectivas que actúan sobre las partículas del sistema.


Las fuerzas internas del sistem a no producen un mo­
mento resultante, como vimos en el Cap. 6.
La Ec. (8.1) contiene esencialmente todo lo que nece­
sitamos saber respecto al movimiento: es la ecuación
del movimiento. N uestro problem a es su aplicación
correcta a los objetos y situaciones de interés. Con este
objeto debemos saber expresar J para un cuerpo rígido.
También necesitarem os conocer la expresión de la ener­
gía cinética asociada a su movimiento.

M OM ENTO CIN ÉTIC O Y ENERGÍA CIN ÉTIC A


Consideremos un cuerpo rígido moviéndose de tal
forma que uno de sus puntos perm anece constantem ente
en un punto fijo del espacio. El movimiento en cualquier
instante debe entonces ser una rotación alrededor de un FIG. 8.1 En el momento representado, la rotación del
eje que pase por dicho punto. Elegiremos el punto fijo, en cuerpo hace que P se mueva en un círculo de radio
la fig. 8.1 el punto O, como origen de nuestro sistema de re­ R = r sen 0, en un plano perpendicular a «>. La magnitud
de v es v — ^R = <orsen<? y su dirección es normal al
ferencia y describirem os el movimiento m ediante un vec­ plano definido por w y r. Así v = w X r.
tor velocidad angular w a lo largo del eje instantáneo
de rotación. De acuerdo con las norm as habituales el
vector w apunta en el sentido de avance que un tornillo
tendría si girase con el cuerpo y la longitud w es numé­
ricamente igual a su m agnitud en rad /s en las unidades
elegidas.
El vector velocidad instantánea v de un punto P en
la posición r del cuerpo será

v = co X r (8.2)

como fácilm ente se reconoce en la fig. 8.1 y su leyenda.


Si P es la localización de una partícula constituyente
del sólido de m asa m, contribuirá con el momento ciné­
tico r X m v = r X m(w X r) al momento cinético total
del cuerpo.
Expresaremos ahora el m omento cinético total como
el vector sum a de tales m agnitudes contribuidas por
todas las partículas o elementos de m asa que componen
el cuerpo:

J=X ri X Wi(WX r¿) (8-3)


en donde r¿ es el vector posición p ara el elemento mf,
y la sum a se extiende a todos estos elementos.
La energía cinética total del cuerpo rotatorio en el
instante representado se obtiene sumando las contribu­
ciones }m v2 para todos los elementos de masa. Recor­
demos que v2 = v • v, de modo que
250 Dinámica eiementai de los cuerpos rígidos

Ec = 2 i wi(w X r4) •(« X r4) = \ ^ m > X r4|2 (8.4)

Las form ulaciones generales anteriores de la ecua­


ción del movimiento, del m omento cinético y de la
energía cinética se aplicarán ahora a ciertos casos de
im portancia en la rotación del cuerpo rígido.

MOMENTOS DE INERCIA

Consideremos la delgada lám ina ilustrada en la figu­


ra 8.2 o una distribución plana de m ateria situada en
el .plano xy capaz de girar alrededor del eje z con velo­
cidad angular <o. Este vector o> es constante en dirección.
‘El elemento de m asa mf se mueve con velocidad
v< = o x ^ y en este caso su velocidad es simplemente
v( = wrt, ya que o y r( son perpendiculares. La energía
cinética de la lám ina es entonces
FIG. 8.2 La lámina gira en su propio plano (xy) alrede­
dor de O. Cada punto describe un círculo alrededor de O
con velocidad v¿ = <»n. C es el centro de masas. E c= i 2 mtvi2 = i ( s m/ i 2) w2= (8.5)

en donde hemos definido la m agnitud I z, llam ada mo­


m ento de inercia p ara la lám ina respecto al eje z.

m ji (8 .6)

Teorema de los ejes paralelos. Un avance impor­


tante se obtiene introduciendo el centro de m asas en la
representación, como indica la fig. 8.2. Sustituyendo
h = *c +
se obtiene para I e

h = S mifi2
= 2 miri *r*
= 2 m i(rc + r 'i) * (r c + r í)

= 2 m¿rc2 + 2r* *rí + r


Como = M, m asa total de la lámina, resulta,

lz = Mrc2 + 2rc • ^ ™ir í + 2 m ir?

Obsérvese ahora que el térm ino central es igual a cero,


ya que r 't es el vector posición de respecto al centro
de masas y la sum a Sm^r',- = 0. Además, el últim o tér­
m ino es sim plem ente el m omento de inercia respecto a
u n eje norm al que pasa por el centro de m asas en C. Por
tanto, se obtiene
í, = + M r2 (8.7)
Dinámica elem ental de los cuerpos rígidos 251

Este resultado, Ec. (8.7), es el teorema de los ejes


paralelos deducido aquí p ara el sistem a particular de
una distribución plana de m ateria con ejes normales.
Puede dem ostrarse como teorem a general para cualquier
distribución. Dice lo siguiente:
El m om ento de inercia respecto a cualquier eje es
igual al m om ento de inercia respecto a un eje para­
lelo que pase por el centro de masas, más el pro­
ducto de la m asa del cuerpo por el cuadrado de
la distancia que separa los dos ejes. Así

I = IC + M I 2 (8.8)

en donde l es la separación de los ejes.


Este es un resultado extraordinariam ente útil, como ve­
remos.
Teniendo en cuenta (8.7), la expresión (8.5) se con­
vierte en

Ec = \ I czu 2 + \M r 2<¿2 (8.9)

la cual puede interpretarse inm ediatam ente estableciendo


que la energía cinética total de la lám ina rotatoria está
compuesta por la energía debida a la rotación alrededor
de su centro de m asas (prim er térm ino), más la energía
debida al movimiento de traslación del centro de masas
alrededor del eje de rotación (segundo término). E ste
resultado es tam bién com pletam ente general, aunque se
ha dem ostrado sólo para el caso de una lám ina que gira
en su propio plano.
El m om ento cinético p ara nuestra lám ina rotatoria
se obtiene de la Ec. (8.3) aplicada a este caso en que
y r* son perpendiculares. El resultado se encuentra fá­
cilmente

j = 2 miri (8-10)

en donde entra de nuevo el m omento de inercia. Si como


antes introducim os el centro de masas escribiendo
r, = r c + r¡, la Ec. (8.10) se convierte en

J = m /í 2coz + Mrc2coz = lczo¡z + M r 2i¿z (8 . 11)

De nuevo tenemos un teorem a dem ostrado para un caso


especial y que puede probarse en general:
252 Dinámica elem ental de los cuerpos rígidos

El m omento cinético alrededor de cualquier punto


es igual al m omento cinético respecto al centro de
m asas más el m omento cinético debido a la trasla­
ción del centro de m asas respecto a dicho punto.

La fig. 8.3 ilustra la diferencia de los dos térm inos pre­


sentes en los teoremas.
Estos teorem as que se han establecido p ara una lá­
m ina o distribución plana de m ateria se aplican también
a un sistem a form ado por apilam iento de elementos en
láminas delgadas para form ar un cuerpo rígido prism á­
tico o cilindrico restringido a girar alrededor de un eje
fijo perpendicular a los elementos siem pre que inter­
pretem os como la distancia m edia desde el eje de
FIG. 8.3 a) El centro de masas de una lámina triangular rotación. Cierto núm ero de ejemplos se exponen a con­
se traslada, según un círculo, alrededor de O, pero no tinuación para ilustrar estas m aterias.
hay rotación. Sólo está presente el segundo término de
las Ecs. (8.9) y (8.11).
Teorema de los ejes perpendiculares. Antes de resol­
ver algunos ejemplos conviene que dem ostrem os un
teorem a útil relacionado con los m omentos de inercia de
objetos delgados en form a de láminas. Nos referiremos
a la fig. 8.2, que ilustra la lám ina rotatoria, y su elemento
de m asa representativo m¡. La contribución de al mo­
m ento de inercia I z respecto al eje z es es decir,
la m asa de la partícula m ultiplicada por el cuadrado
de su distancia al eje de rotación. Si consideram os la
rotación alrededor del eje x, el elemento de m asa nu
contribuirá con el térniino al m om ento de inercia
respecto al eje x; de igual modo, resultaría m¿xt-2 respecto
al eje y. Así,
4 = 2 mií/i2
4 = 2 mixí2
Sumando se obtiene

4 + 4 = 2 m¿xi2 + y?) = 2 miri2 = 4

Este es el teorem a de los ejes perpendiculares, válido


para cuerpos rígidos, delgados y planos, el cual dice
El momento de inercia de una lám ina rígida y plana
respecto a un eje norm al a su plano es igual a la
suma de los m omentos de inercia respecto a dos
ejes perpendiculares situados en el plano que se
cortan en el eje normal.

Algunos casos especiales

b) c fon1
Ambos términos de las Ecs. (8.9) y (8.11) contri-
Anillo delgado.
&
Un anillo de m asa M, radio R y an-
j
buyen. chura radial despreciable posee todos sus elem entos de
Dinámica elem ental de los cuerpos rígidos 253

m asa a la m ism a distancia R de un eje norm al que pasa


por el centro. El m omento de inercia alrededor de este
eje es I = MR2. Evidentem ente el mismo resultado se
aplica a un cilindro circular de paredes delgadas que
gira alrededor de su eje geométrico. Para un eje para­
lelo, localizado en la pared del cilindro, I = 2MR2, como
puede deducirse inm ediatam ente del teorem a de los
ejes paralelos.
El teorem a de los ejes perpendiculares aplicado a
un anillo plano y estrecho nos dice que el momento de
inercia alrededor de un eje situado en el plano del anillo
que pasa por su centro es %MR2.
Barra delgada uniforme. En la fig. 8.4 representam os
una b a rra de longitud L y m asa M, de anchura y espesor FIG. 8.4 Barra delgada. Eje en un extremo,
muy pequeño com parado con L, de modo que la barra
puede considerarse como una línea dotada de peso y
densidad uniforme. Consideremos un eje de rotación
perpendicular a la b a rra en un extremo. Un elemento
de longitud Ax poseerá la m asa AM = (Ax/L )M y si está
localizado a la distancia x del eje contribuirá al momento
de inercia en la proporción A/ = (Ax/L)Aíx2. Consideran­
do que Ax es un elemento diferencial dx, podemos sum ar
las contribuciones de todos los elementos por integra­
ción. Así resulta

= § x2 dx = \M L2

para el m omento de inercia de una b arra uniform e alre­


dedor de un eje perpendicular de rotación en su extremo.
Aplicando el teorem a de los ejes paralelos se obtiene
el m omento de inercia para un eje que pasa por el centro
perpendicular a la barra. Así resulta

l c = 1 - m ( | ) 2 = -feML? (8 .12)

Disco circular. Como se ilustra en la fig. 8.5 un ele­


m ento en form a de anillo de anchura Ar y de radio r
poseerá una masa

rrír + Ar)2 — 7rr2 2r Ar


AM = -±-—— M ^ — =--M
vrR2 R2

donde en la aproximación final hemos despreciado el


pequeño térm ino que incluye (Ar)2. La contribución de
este elemento al momento de inercia del disco respecto FIG. 8.5 Disco. Eje normal al plano del disco que pasa
a un eje norm al que pasa por el centro es por el centro.
254 Dinámica elementai de los cuerpos rígidos

A/ = r 2 AM ~ ~R2 r3 ^ r
Realizando la integración que sum a todas las contribu­
ciones de los elementos que form an el anillo se obtiene
2M r R
I = —5- f r3 dr = \M R 2 (8.13)
R Jq
Como un cilindro sólido de densidad uniform e puede
considerarse como una pila de discos, es evidente que
el m omento de inercia de un cilindro sólido circular
alrededor de su eje es 1 = %MR2.
Volviendo de nuevo al disco delgado, reconocemos
por el teorem a de los ejes perpendiculares que el mo-
FIG. 8.6 Placa rectangular. Eje normal en el centro. m entó de inercia alrededor de un eje diam etral en su
plano es
I = \M R 2 (8.14)
Placa rectangular. En la fig. 8 .6 representam os una
placa de longitud a y anchura b y deseamos calcular el
m omento de inercia respecto al eje z norm al a la placa
que pasa por su centro de masas. Consideremos la
placa descom puesta en bandas estrechas, de las cuales
se representa una de anchura Ax localizada a la distan­
cia x del centro; p ara obtener el m om ento total de
inercia respecto a O, sumemos las contribuciones de to­
das las bandas tratando cada una de ellas como si fuera
una b arra delgada.
La banda dibujada tendrá una m asa (Ax/a)M y un
momento de inercia respecto a un eje norm al que pase
por su propio centro P igual a 1/12 (Ax/a)M b2, como se
dem ostró en el caso 2, Ec. (8.12). La contribución de
esta banda al m omento de inercia respecto al eje normal
que pasa por O se obtiene entonces a p a rtir del teorema
de los ejes paralelos, Ec. ( 8 .8 ),

Sumando todas las contribuciones se obtiene por inte­


gración

M r +a/2/ b 2 , M/ 9 79x /07^


I = V ¿ / 2 ( l 2 + ^ ) d X = l 2 ( a ( 8 J 5 )

Como este cálculo viene relacionado con la rotación


alrededor del eje z, podemos llam arle / z. Los valores I 9
e Iy serán, por tanto [utilizando de nuevo la Ec. (8.12)],
M
Dinámica elem ental de los cuerpos rígidos 255

El teorem a de los ejes perpendiculares /* = I x + h se


cumple evidentem ente.
Estos casos ilustran la form a de calcular momentos
de inercia. En los problem as al final del capítulo pueden
verse otros ejemplos; entre ellos está el caso im portante
de una esfera uniform e sólida respecto a un eje que
pasa por su centro. El resultado es

I = f MR2 (8.16)

Muchos objetos pueden tratarse por superposición, es


decir, sumando o restando los momentos de inercia de
formas simples. Por ejemplo, el valor de un cilindro
hueco de paredes gruesas se obtiene restando los
momentos de inercia de dos cilindros sólidos de radios
aproximados.

ROTACIONES ALREDEDOR DE EJES FIJOS:


DEPENDENCIA DEL M O V IM IE N T O CON EL TIEMPO

Ahora estam os en condiciones de aplicar la Ec. (8.1)


o ecuación del movimiento dJ/ dt = N a los problem as
que tratan de cuerpos rígidos girando sobre ejes fijos
con el fin de conocer la dependencia con el tiempo de
la rotación en respuesta a determ inados momentos de
fuerza.
Como la dirección del eje de rotación queda fija en
el espacio y fija con relación al cuerpo, las propiedades
inerciales de éste serán constantes en relación con el eje.
Al deducir el movimiento nos referirem os sólo a la com­
ponente del m omento cinético respecto a este eje. Igual­
mente sólo se necesita considerar aquella componente
del m omento aplicado N. En consecuencia, la ecuación
del movimiento puede tratarse simplemente como una
ecuación escalar d J J d t = N a, en donde Ja y N a se refie­
ren a las componentes de J y N paralelas al eje. En
muchos problem as im portantes sólo existe esta com­
ponente, siendo los propios vectores paralelos al eje, pero
esto no es siem pre el caso, como veremos más adelante.
La form ulación general de la ecuación escalar del
movimiento en componentes axiales se obtiene fácil­
mente proyectando sim plem ente la ecuación vectorial
general en la dirección axial. La dirección axial se denota
por el vector unitario w/w. La componente axial del mo­
m ento cinético viene dada por [con referencia a la ecua­
ción (8.3)]

Ja= J ¿ [ s ri x m¡(" x rj] *ÍÚ


CO
256 Dinámica elemental de los cuerpos rígidos

La últim a expresión puede sim plificarse del modo si­


guiente

7" 2 \ miri x (" X ii)l • <0 = y- 2 rn^ic X r*)2


i J W i

= ~ 2 "h K ^ se n ^ )2
i

en donde en el prim er paso hemos utilizado la Ec. (2.56)


y el hecho de que

q 2co2 — (ri • co)2 = rfc o 2 — rfo o 2 eos2 6i

Así

en donde, como en la fig. 8.1, = r{ sen 6{ es la distancia


de la partícula i al eje de rotación.
Pero, como en el caso de la Ec. (8.5), introducimos
el momento de inercia del cuerpo respecto al eje de
rotación

Ia = 'Z miRi2
i
Así la expresión para Ja se ha reducido simplemente a

Ja = (8.17)

De igual modo, la componente axial del momento se


obtiene de
N„ = N co

Así, la ecuación del movimiento en función de las com­


ponentes axiales se convierte en

I _ N (8.18)
a dt

En aquellas circunstancias en que no hay ambigüedad


se om iten los subíndices.
Según estas consideraciones resulta que la energía
cinética de rotación alrededor de un eje fijo es

EOa = h W (8-19)

Las Ecs. (8.17) y (8.19) corresponden, respectivamente,


a las Ecs. (8.10) y (8.5) de la lám ina en rotación alrededor
Dinámica elemental de los cuerpos rígidos 257

del eje z, pero se aplican a un cuerpo de cualquier


forma que gira alrededor de un eje fijo.

EJEMPLO

A celeración angu lar d e un c ilin d ro só lid o s u je to a un m o m e n to .


Un ejemplo típico simple es el correspondiente a un cilindro só­
lido, capaz de girar libremente alrededor de un eje fijo que
coincide con su eje geométrico, sujeto a un momento aplicado.
Este caso viene representado en la fig. 8.7, en donde el eje de
rotación es horizontal y el momento viene proporcionado por
una masa que cuelga de una cuerda arrollada alrededor del
cilindro.
El momento de inercia del cilindro es, según la Ec. (8.13),
/ = \M R 2. Su momento cinético en el instante en que su velocidad
angular es <o será J = I<n = %MR2<o. El momento se debe a la ten­
sión T en la cuerda y, por tanto, N = T R = (m g — m a )R , en
donde a es la aceleración en el movimiento descendente de la
masa m. La ecuación del movimiento, según la Ec. (8.18) será

Mf l í t = m { g ~ a)R <8-20)
La geometría del sistema requiere que FIG. 8.7 El cilindro gira libremente alrededor del eje
horizontal en O. Está sometido al momento TR propor­
fíco = v R ^ - = a
cionado por la tensión de la cuerda que soporta la
dt
masa m.
y esto, junto con la Ec. (8.20) nos da, para la aceleración anguX
lar del cilindro,
_ da> m g
dt M /2 + m R

Giro sin deslizamiento. Consideremos ahora, como


indica la fig 8.8, el giro hacia abajo por un plano incli­
nado de un objeto de periferia circular y una distribu­
ción sim étrica de m asa alrededor de su centro. (Puede
tratarse de un cilindro sólido, un cilindro hueco, una
esfera, etc.) Determ inarem os la aceleración de trasla­
ción de su movimiento de descenso por el plano de tres

r
formas distintas, ilustrando así la consistencia de estos
diferentes puntos de vista al tra ta r el problema.
Rotación alrededor del punto instantáneo de contacto.
En cualquier instante el movimiento consiste en una
rotación alrededor de P, punto de contacto con la super­
ficie inclinada. La dirección del eje de rotación es cons­
tante, aunque su posición avanza a lo largo del plano. ' r '
La aceleración en el movimiento del cuerpo que rueda i
se calcula teniendo en cuenta que instantáneamente el
movimiento es simplemente una rotación alrededor de
un punto en la periferia del objeto. El momento de la
fuerza respecto de P debe ser igual a la variación respecto FIG. 8.8 El carácter del movimiento de un cuerpo ro­
al tiempo del m omento cinético alrededor de P (véase dando es, en cualquier instante, la rotación alrededor
figura 8.8). del punto instantáneo de contacto P.
258 Dinámica elemental de los cuerpos rígidos

SiI representa el m omento de inercia del objeto res­


pecto a un eje que pasa por su centro paralelo al eje de
rotación en P, podemos evaluar el m omento de inercia
requerido respecto a P usando el teorem a de los ejes
paralelos [Ec. (8.7)]
IP = I + MR2
La velocidad angular de la rotación instantánea alrede­
dor de P es to = v/r, en donde v es la velocidad momen­
tánea de traslación del centro. Así, el m om ento cinético
respecto a P en cualquier instante es

JP = (I + MR2)j¿- (8.21)

El m omento de la fuerza en P viene proporcionado por


la fuerza gravitatoria efectiva que actúa sobre el centro
de masas. Así,
NP = Aígfísen# (8.22)

Teniendo en cuenta (8.21) y (8.22), la ecuación del movi­


m iento N = dJ/ dt se convierte en

MgR sen0 = (I + Mfí2) - |


Jl

en donde hemos escrito a en lugar de dv/dt.


La aceleración de traslación al rodar p o r el plano es,
pues,

° = 1+ / W * sen * ( 8 '2 3 >

P ara un cilindro sólido I = %MR2; de modo que a = 2/3 g


sen 6. Para una esfera sólida, 1 = 2/5 MR2 y, por tanto,
a = 5/7 g sen 6, y así podríam os citar otros objetos simé­
tricos. Se dan otros casos, como el problem a 6.

Consideraciones energéticas. Como un segundo mé­


todo de determ inar la aceleración de traslación utiliza­
rem os el principio de conservación de la energía. La
energía total en cualquier instante consta de tres con­
tribuciones:
1. Ec de traslación del centro de m asas = £Aív2
2. Ec de rotación alrededor del centro de m asas =
= i / w 2 = hIv2/R 2
3. Ep debida a la elevación del centro de masas =
= Mgh
e n donde h es la altura por encima de cierto nivel, en el
que se considera nula la Ep.
Dinámica elemental de los cuerpos rígidos 259

Con muy buena aproximación la energía total se


conserva. El rozamiento en el punto de contacto produce
rodadura en lugar de deslizamiento, pero esta fuerza
de rozamiento no produce trabajo y nó altera la conser­
vación de la energía total:

Como E es constante, podemos hacer su derivada


respecto al tiempo igual a cero:

Pero d h /d t = — vsen# y d v /d t = a; por lo tanto,

Dividiendo por el factor común v y despejando a se


obtiene

de acuerdo con la Ec. (8.23).


I
Aceleración del centro de masas y aceleración angular
alrededor del centro de masas. Como tercer método
consideremos la aceleración del centro de masas y la
aceleración angular alrededor del mismo.

en donde ac es la aceleración del centro de masas y 2 F


incluye todas las fuerzas externas. La segunda ecuación
supone que la dirección del eje de rotación es fija de
modo que d i/d t = I dm/dt, siendo <•>la velocidad angular
alrededor del centro de masas.
Con referencia a la fig. 8.8 vemos que hay dos fuerzas
paralelas al plano: Mg sen 9 según el plano hacia abajo
y Froz la fuerza de rozamiento según el plano hacia arri­
ba. Por tanto,

Mac = = Mg sen# - F„,

Tomando ahora momentos alrededor del centro de ma­


sas, vemos que sólo Frox contribuye con un momento, de
modo que
260 Dinámica elementai de los cuerpos rígidos

N = F R = I—
c ro* dt
Gomo estamos considerando el giro sin deslizamiento
D du dv 1
con = v o —r- = ———
dt dt R
y así, combinando las tres ecuaciones anteriores, resulta
que

= Mg sen# -
dt & R 2 dt
y
dv Mg sen# 1
~di = <Jc= M + I / R 2 = 1 + I / MR2 g S6n

que coincide de nuevo con la Ec. (8.23), ya que ac es


igual a la a utilizada aquí.
Este análisis m uestra claram ente cuál es la fuerza que
«frena» la aceleración. Puede utilizarse junto con la defi­
nición del coeficiente de rozam iento para determ inar el
ángulo requerido para un coeficiente determ inado y un
momento de inercia I que obligue al cuerpo a deslizar
y rodar en lugar de rodar sin deslizamiento. (Véase
Prob. 19 al final del capítulo.)
M omentos alrededor del centro de masas. En nues­
tras discusiones generales previas no hemos analizado
qué punto debe usarse para calcular el m omento cinético
y tom ar m omentos a su alrededor. En el ejem plo ante­
rior de un objeto que rueda tratam os ciertam ente el pro­
blema a p artir de puntos distintos de vista utilizando
dos centros de rotación distintos. Sin embargo, se nece­
sita alguna precaución al elegir el centro de rotación
que ha de emplearse en la evaluación de los momentos
y en el cálculo del movimiento. Ciertam ente podemos
utilizar un punto fijo en el espacio inercial. En el Cap. 6
deducíamos tam bién

2 F ext = M a c.m .

en donde los m omentos se tom aron alrededor del centro


de masas. Estos dos puntos, el punto fijo y el centro de
masas, pueden usarse siempre. Los demás, particular­
m ente los puntos acelerados, pueden usarse sólo con
gran cuidado y, a veces, debe introducirse una «fuerza
ficticia». El ejemplo siguiente ilustra esto, lo mismo
que el Prob. 18.
Dinámica elem ental de los cuerpos rígidos 261

EJEMPLO

C ilindro so b r e un p la n o ru goso acelera d o . La fig. 8.9 muestra


un cilindro que descansa sobre un plano horizontal rugoso que es
impulsado con una aceleración a perpendicular al eje del cilin­
dro. ¿Cuál será el movimiento del cilindro suponiendo que no
deslice?
La única fuerza horizontal sobre el cilindro es el rozamiento a
en P. Por tanto, consideremos los momentos alrededor de P.
Las fuerzas de gravedad y de reacción en la superficie pasan por * ro»
el punto P, lo mismo que la fuerza de rozamiento, de modo que el
momento neto alrededor de P es igual a cero. Por tanto, pode­
mos decir
FIG. 8.9 El cilindro se acelera cuando la superficie
rugosa sobre la que descansa, se acelera.
= 0
ZpCo = const = (M R 2 + íc)co
dt

Evidentemente esto es falso: el movimiento ciertamente no


se verifica con « constante. Así, tomemos el centro de masas,
punto O, para evaluar los momentos y el momento cinético:

M ^ = F
dt TÚ*

F R = i — IM R 2 ^ L
™ c dt 2 dt

Como la rotación se verifica sin deslizamiento, la aceleración


del punto de contacto es

dv„ „ dos
— - + R -¡- = a
dt dt
de modo que a partir de
**dvc
M — - = —M R ——
dt 2 dt
obtenemos
3 r, dco
- R —r - = a
2 dt
resultando
dvc _ a
F = M—
dt 3 roz 3

Péndulo compuesto. El péndulo simple que hemos


tratado en el Cap. 7 está form ado por una m asa puntuál
suspendida de una cuerda sin peso, que oscila en un
plano. El péndulo compuesto es un cuerpo rígido que
posee una distribución de m asa libre de girar y oscilar
alrededor de un eje horizontal fijo dispuesto rígidamente
respecto al cuerpo, pero que no pasa por su centro
de masas. Este péndulo se m uestra en la fig. 8.10, en un
instante de su movimiento cuando un plano de referencia
definido por el eje que pasa por P y por el centro de
masas C form a un ángulo 6 con la vertical y oscila con FIG. 8.10 Péndulo com puesto; C es el centro de masas;
un valor positivo de dd/dt. el eje de rotación es horizontal y pasa por P.
262 Dinámica elemental de los cuerpos rígidos

Como su movimiento está restringido a la rotación


oscilatoria alrededor del eje fijo, podemos estudiar la
dependencia con el tiem po de 9, considerando la compo­
nente del m omento cinético paralela al eje y las compo­
nentes correspondientes de los m omentos aplicados al
cuerpo.
Según el teorem a de los ejes paralelos [Ec. ( 8 .8 )] es
evidente que el m omento de inercia respecto al eje de
rotación es
I = IC + MI2
en donde l es la distancia PC. El m omento cinético res­
pecto al eje en el instante representado es, por tanto,

J = I u = (Ic + Ml2) ^ (8.24)

El m omento respecto a P viene proporcionado por


la fuerza de la gravedad Mg, aplicada al centro de ma­
sas C (como se vio en el Cap. 6 ). El m om ento respecto
al eje es
N = — MgZ sen 9 (8.25)

en donde el signo negativo es debido a que su efecto se


verifica en el sentido negativo del ángulo 9. La ecuación
del movimiento d J /d t = N, teniendo en cuenta (8.24) y
(8.25), es entonces
(Jc + M l2)Ó + MgZ sen# = 0

Si restringim os ahora nuestra consideración a las


pequeñas oscilaciones y aceptamos la conocida aproxi­
mación de los ángulos pequeños, sen 9 ^ 9 , después de
reaju star térm inos y factores, resulta

E sta es, naturalm ente, la ecuación diferencial del movi­


m iento arm ónico simple, y si el factor entre paréntesis
fuera la unidad, resultaría la ecuación del péndulo simple
de longitud Z. Este factor tiene en cuenta el efecto de la
distribución de m asa del cuerpo rígido, resultando la
frecuencia

(8.26)

Podríamos discutir muchas aplicaciones interesantes


y prácticas; algunas de ellas se presentan en form a de
Dinámica elem entai de los cuerpos rígidos 263

problemas al final del capítulo. Ilustrarem os aquí un


solo ejemplo, m uy simple. Consideremos un anillo circu­
lar o aro de m asa M y radio r, suspendido de un
punto fijo, como un pequeño clavo en la pared. ¿Cuál
será la frecuencia de las pequeñas oscilaciones y cuál
será la longitud de un péndulo simple que tenga la
misma frecuencia? i ]' X ! - ?
El parám etro l es aquí igual a r y el valor de Ic es Mr2.
En consecuencia, la Ec. (8.26) nos da

Un péndulo simple de longitud 2r tiene su m ism a fre­


n¡y
\
cuencia. Es decir, un aro y un péndulo simple de longitud
igual al diám etro del aro se moverán al unísono si se FIG. 8.11 Velocidad angular yvectores del momento
inician con la m ism a fase una serie de pequeñas osci- cinético de una barra ligferacon masas en sus extremos,
laciones.

ROTACIÓN ALREDEDOR DE EJES FIJOS:


C O M PO R TA M IEN TO DEL VECTOR M O M E N TO CIN ÉTIC O

En la sección anterior enfocamos nuestra atención en la


dependencia con el tiempo de la rotación alrededor de un
eje cuya dirección estaba fija en el espacio y fija respecto
a un cuerpo rígido. Por esta razón necesitábam os sólo
tra tar con la componente de J a lo largo del eje y la
componente correspondiente del m omento de la fuerza
aplicado, N. N uestra ecuación del movimiento era simple­
mente la expresión escalar d J J d t = N a en estas com­
ponentes. Debemos reconocer ahora que el vector mo­
m ento cinético J no será paralelo al eje de rotación a
menos que este últim o esté relacionado de algún modo
con las propiedades de sim etría del cuerpo rígido. Cuando
J no coincide con el eje, su derivada respecto al tiempo
dJ/dt puede originar un cambio de dirección y de mag­
nitud del vector J. Como la rotación respecto a un eje
fijo supone un movimiento circular de todas las carac­
terísticas del cuerpo, podemos anticipar que la dirección
variable de J tendrá la naturaleza de una rotación del
vector J respecto al eje fijo.
La ilustración más simple de este problem a general
viene dada por un cuerpo rígido form ado por dos m asas
puntuales iguales unidas por una b a rra sin peso que
giran alrededor de un eje fijo, que pasa por el centro
de m asas y form a u n ángulo 6 con la barra. Este sistem a
viene representado en la fig. 8.1 1 en un instante de su
rotación cuando la b a rra coincide con el plano xy. La
b a rra tiene de longitud 2 a y su velocidad angular repre-
264 Dinámica elemental de los cuerpos rígidos

sentada por <o tiene la dirección del eje x *. El momento


cinético, por su definición general (8.3), es

J = X m(ío X rx) + r 2 X m(<o X r2)


Llamemos partícula 1 a la que está en el prim er cuadran­
te, de modo que
rx = a eos Ox + a sen Oy
r2 = —acosOx — a sen Oy (8.27)
tó = cox
N uestra expresión de J se convierte en
J = 2mcoa2sen#(x sen 0 — y cosí?) (8.28)

Este vector es perpendicular a la barra, con la orienta­


ción indicada en la figura. Gira alrededor del eje x
m anteniendo la misma relación respecto a la b a rra y al
eje de rotación.
Ahora bien, cuando J gira de este modo, su derivada
respecto al tiempo d J/d t no es cero. En efecto, en este
caso

“ xJ (8.29)
dt
por la misma razón habíamos escrito

dr
v = —— = ío Xr
dt

en la Ec. (8.2) con referencia a la fig. 8.1. Teniendo en


cuenta las Ecs. (8.27) y (8.28),el producto vectorial en la
Ec. (8.29) nos da

= —2moj2a2sen0 eos Oz
dt
en donde z apunta hacia fuera del plano del diagrama.
Sin embargo, si dJ/dt no es cero, la ecuación general
del movimiento, Ec. (8.1), nos dice que debe existir un
momento capaz de variar el vector m omento cinético.
En efecto

N = -J- = —2mw2a2senO eos Oz. (8.30)


dt

Este vector m omento (no indicado en la fig. 8.11) gira


tam bién con la barra, como lo hace J. El momento de

(*) Obsérvese que en este caso <o está dirigida a lo largo del eje x,
mientras que en la fig. 8.2 estaba dirigida a lo largo del eje z ■
Dinámica elem ental de los cuerpos rígidos 265

rotación se crea en los rodam ientos (no indicados) que


mantienen la b a rra y la restringen a girar el ángulo 0
alrededor del eje x.
Realmente es fácil de ver la razón de este momento
si reconocemos las fuerzas centrípetas mw2a sen 6 reque­
ridas para m antener las dos partículas en sus movimien­
tos circulares alrededor del eje x. Estas dos fuerzas
centrípetas iguales y opuestas m ultiplicadas por la dis­
tancia 2 a eos 0 entre ellas constituyen el momento de la
fuerza N. Han de transm itirse a las partículas a lo largo
de la b arra rígida desde los rodam ientos.
Observemos que si el ángulo 9 es de 90°, w está diri­
gida según la línea de sim etría de esta simple distribu­
ción de m asa y J coincide con la dirección de o>. Enton­
ces si ío es constante, J tam bién lo será, y ningún mo­
mento de rotación se requiere para satisfacer el movi-
vimiento.
Un conocimiento cualitativo claro de estas m aterias
se obtiene a menudo inventando un modelo real de un
sistema como éste y realizando en él rotaciones.

MOMENTOS Y PRODUCTOS DE INERCIA: EJES


PRINCIPALES Y ECUACIONES DE EULER *

De esta simple ilustración de una situación en la que


cambiaba la dirección de J volvamos a la definición
general [Ec. (8.3)] del momento cinético de un cuerpo
rígido

J = 2 ri x wi(<° X rj
i

y desarrollem os la expresión de J utilizando las expre­


siones generales para rt y <o:

ri = + í/iy +
ÍO = co^x + u yy + uzz

y consideramos fijos los ejes x, y, z con relación ál cuerpo


rígido. Esta operación es válida para las componentes
x, y, z de J, resultando

4 = 2 ™í(í/í2 + zi2K - 2 mixiy^v ~ 2


i i i

4 = - 2 + 2 mi(zi2 + *i2K - 2 wii/iziwz


i i i
(8.31)

(*) En un curso de introducción, la materia aquí expuesta hasta la


Ec. (8.42) puede omitirse perfectamente.
266 Dinámica elemental de los cuerpos rígidos

h = ~ 2 m i z i x i°>x ~ 2 m iz i*/iwí/ + 2 m i(xi 2 + í/i2K


i i i
(8.31)

Para m ayor claridad es conveniente escribir de nuevo


(8.31) en la form a

h ^xx^x "b ^xy^y ^xz^z

h = h *u * + hv^V + l lt*t í z (8>32)


h = hxu x + hy^y + hz^z

en que los I xx, etc., están definidos com parando los co­
rrespondientes térm inos de las Ecs. (8.31) y (8.32).
El examen de los coeficientes I revela que los miem­
bros de la diagonal son sim plem ente los momentos de
inercia respecto a los ejes correspondientes; por ejemplo,
I zz es el m omento de inercia respecto al eje z, ya que
xt2 + y? es sim plem ente el cuadrado de la distancia de
' la partícula i al eje z. Los m iem bros fuera de la diagonal
se llam an productos de inercia; ocurren en pares simé-1
tríeos; por ejemplo, I yx = 1^.
Un hecho notable, no inm ediatam ente claro, es que
siem pre es posible establecer un sistem a de coordenadas
fijo en relación,con un cuerpo rígido de tal form a que
los productos de inercia se anulan. Para cuerpos con
form as obvias de sim etría (cilindros y prism as rectan­
gulares), es fácil de ver esto, pero es cierto para todo
cuerpo rígido y para cualquier punto del cuerpo elegido
como origen. Aquellos ejes coordenados p ara los cuales
los productos de inercia se anulan, se denominan ejes
principales del cuerpo rígido.
Nos gustaría expresar las componentes del momento
cinético y la energía cinética con relación a los ejes
principales para una mayor simplicidad, pero debemos
reconocer que los ejes principales están fijos respecto
al cuerpo y por esta razón no constituyen en general un
sistem a de referencia inercial. En efecto, giran con el
cuerpo o, al menos, m antienen con él tal relación que las
propiedades inerciales del cuerpo son constantes cuan­
do se refieren a estos ejes.
Supongamos que una serie de ejes principales ha
sido identificada en el cuerpo, girando con él, y que
expresamos el vector velocidad angular en la form a
« = + <¿yy + uez

en donde los vectores unitarios están dirigidos. según


los ejes principales y los valores componentes de o se
refieren a estos ejes. El vector m om ento cinético en fun­
Dinámica elem ental de los cuerpos rígidos 267

ción de las componentes que pertenecen a estos ejes


será sim plem ente
J = hx^x* + lyyUyf + IggUgy
ya que los productos de inercia correspondientes a estos
ejes se anulan. No es necesario m antener los subíndices
dobles en los coeficientes inerciales, ya que sólo perm a­
necen los m omentos de inercia respecto a los tres ejes
principales. Así, escribirem os = I x, etc., y la expresión
de J se convierte en
J= + J*"** (8-33)
Ahora necesitamos expresar la derivada de J respecto
al tiempo, a fin de utilizar la ecuación del movimiento
dJ/dt = N. Los m omentos de inercia son constantes, pero
las componentes de la velocidad angular w*, <*>„ y <oz pue­
den variar, así como los vectores unitarios x, y, z, ya que
giran con el cuerpo y, por tanto, varían con el tiempo.
Tomando la derivada respecto al tiem po de (8.33) resulta
dJ r dio. A dco. A T dooz A
- j- = 4 -t^ x + y + 4 -r^ z
dt dt dt z dt
dx „ dy dz
4-1 CO 1- I ÍO h I iO
Z X dt V V dt Z Z dt
Los vectores unitarios varían sólo porque giran con
velocidad angular <a, de modo que se verificará [véase
Ec. (8.29) u (8.2)]

dx A dy A dz
— = ÍO x X — - = íú x y — = ÍO x Z
dt dt dt

Estas relaciones nos perm iten escribir la ecuación pre­


cedente en la form a

# = ^ + <0X1 (8.34)
dt dt
en donde d'3/dt significa la contribución a la variación
de J que resulta de la variación de las componentes de
la velocidad angular y w x J es la contribución debida
a la rotación de los ejes principales a los cuales se refie­
re J. En el caso particular en que J es constante con
respecto a los ejes principales, su derivada respecto al
tiempo en un sistem a inercial surge solamente del últim o
térm ino, <o X J (como en el problem a de la fig. 8.11, que
se tra ta de nuevo a continuación).
Refiriendo el vector m omento N a los ejes principa­
les, de modo que sus componentes sean los m omentos
268 Dinámica elemental de los cuerpos rígidos

de fuerza respecto a estos ejes, podemos establecer la


ecuación del movimiento en la form a

É l + <o X J = N (8.35)
dt

y en función de las componentes del eje principal

_ doi.
x dt (ly ^z)^y^z
du
(8.36)
y dt V
--(lz - = 'tf„
do)
dt - (h - = Nz

en donde hemos prescindido de la prim a. E sta serie de


FIG. 8.12 Rotor rígido de dos partículas: ejes princi­ tres ecuaciones se denomina ecuaciones de Euler del
pales. Comparar con la fig. 8.11. movimiento de un cuerpo rígido.
La energía cinética, expresada fundam entalm ente por
la Ec. (8.4),tom a la form a
Ec = $(I,w,2 + Jvcoy2 + Ieue2)
cuando se form ula en función de los m omentos de iner­
cia y las componentes de la velocidad angular pertene­
cientes a los ejes principales.

Algunas aplicaciones sim ples de las


ecuaciones de Euler

Rotor rígido de dos partículas. Ejes fijos. Volvamos


al sistem a de dos m asas puntuales unidas por una barra
sin peso, que giran alrededor de un eje fijo que pasa
por su centro de masas, según un ángulo arbitrario, tal
como vimos en la fig. 8.11. Ahora consideraremos el
problem a usando los ejes principales con referencia a la
fig. 8.12. Elegiremos el eje y que coincida con la barra y
orgien en el centro de masas. El eje x es perpendicular
a la barra en el plano determ inado por la b arra y o.
El eje z (no indicado) en el instante representado está
dirigido hacia el observador. Con esta elección de ejes
(obsérvense las diferencias entre las figuras 8.11 y 8.12)
resulta
Ix = 2ma2 Iy = 0 L = 2ma2
co_ = 60sen# 60y — 60 COS 6 60 = 0

Además, según la Ec. (8.33), J = 2ma2w sen#x. Este es


perpendicular a la b arra como se determ inó en la ecua­
ción (8.28) y gira con la barra a lo largo del eje x. Deter-
Dinámica elemental de los cuerpos rígidos 269

minamos el m omento necesario para im pedir que gire


alrededor de este eje con referencia a las ecuaciones de
Euler [Ec. (8.36)] y como w se considera constante, re­
sulta
Nz = —2ma2oo2sen# eos #

de acuerdo con la Ec. (8.30). Tiene sólo una componente


Z y gira con la barra.
Disco circular, eje fijo inclinado respecto a la normal.
Ahora considerem os un disco (fig. 8.13) de m asa m y
radio a restringido a girar alrededor de un punto fijo
bajo un ángulo # respecto al eje normal. Elegimos los
FIG. 8.13 Disco circular que gira alrededor de un eje
ejes principales, como se indica con el eje z normal, y el inclinado respecto a la normal que pasa por el centro.
eje x en el plano determ inado por w y z. Aplicando
las Ecs. (8.13) y (8.14) resulta

T —
x ~ V ~~
T m a
4
L = ma*

coi = —cosen# co„ = 0 co„ = co eos #

de modo que el m omento cinético será

J = —\m a 2 oosen#x + |m a 2 co eos #z

El ángulo a entre « y J puede determ inarse a p artir del


producto escalar entre estos vectores
co • J 1 + eos2 #
eos a = — — = ----- o~ñ
co/ 1 + 3 eos2 #

A medida que progresa el movimiento, J gira alrededor


de o, engendrando un cono como el representado.
El m omento de rotación requerido para m antener el
disco en rotación alrededor de esta dirección inclinada
de w es, según la Ec. (8.35),

N = íú X J = |m a 2co2sen# eos#y

Los ejemplos de los Probs. 13 y 14 pertenecen a una cla­


se de sistemas rotatorios que no están «dinámicamente
equilibrados». El hecho de que J no coincida en direc­
ción con o» significa que un par de rotación es necesario
para que el cuerpo gire. El equilibrio dinámico de cigüe­
ñales, ruedas, etc., es la operación de ajustar las distri­
buciones de m asa de modo que el eje requerido de rota­
ción sea un eje principal, haciendo así que J coincida
en dirección con « y se eliminen de este modo pares de
rotación indeseables.
270 Dinámica elemental de los cuerpos rígidos

Trompo o giroscopio — Tratamiento aproximado. En


la fig. 8.14 representam os una form a simple de trom po
form ado por un disco circular de m asa M y radio a con
un vástago sin peso. La punta del vástago está en O y el
centro de masas del disco en C está a la distancia l de
la punta. Se representa un sistem a inercial X Y Z y un
sistem a giratorio de ejes principales xyz. Los ejes prin­
cipales se mueven con el vástago del tropo, pero no giran
con el disco alrededor de su vástago móvil. El eje Oz
está dirigido según el vástago, Ox está siem pre en el
plano X Y horizontal y Oy se inclina por debajo de este
plano, según un ángulo 0 que es el mismo que form a Oz
con OZ. La proyección del centro de m asas sobre el
plano X Y cae en C',y OC' form a el ángulo ? con el eje X
en el plano horizontal. Este ángulo es el mismo que
form an Ox y el sentido negativo del eje Y. De este modo F|G 8.14 Trompo. Ejes y ángulos utllizados en la des.
la orientación del vástago viene especificada por el ángu- cripción del movimiento. También se muestra la veló­
lo polar 0 y el ángulo azim utal <p y el movimiento del cidad angular S del trompo,
vástago viene descrito por las variaciones de estos án­
gulos. Los ejes principales siguen este movimiento.
El disco gira alrededor de su vástago con la velocidad
de S ra d /s desde el punto de vista del sistem a xyz, pero
la velocidad angular total del trom po depende tam bién
de las variaciones de cp y 6, de modo que el vector velo­
cidad angular total será la suma

co = —Ox + <pZ + Sz (8.37)

Para expresar esto enteram ente en función de las com­


ponentes de los ejes principales, observemos que
Z = —sen#y + cos#z

de modo que la Ec. (8.37) se convierte en

03 = —Ox — (psenfly + (<p eos 0 + S)z

Los m omentos de inercia respecto a los ejes principa­


les son [Ecs. (8.13) y (8.14)]
Iz = iM a2 Ix = \Ma2 + MI2 = ly

en donde al expresar I x e I y hemos empleado el teorem a


de los ejes paralelos. Utilizando la Ec. (8.33) escribamos
ahora el vector m omento cinético respecto a O:

J = (\Ma2 + Ml2)( —Óx — <psendy) + |M a 2((p eos 6 -|- S)z


(8.38)

Con esta ecuación term inam os el estudio del caso


general del movimiento complejo y fascinante del trom-
Dinámica elemental de lós cuerpos rígidos 271

po y lim itarem os nuestra atención al caso especial de


la precesión uniform e bajo el ángulo 6. Así, 6 = 0;
<p y S serán constantes al no haber momentos que
actúen sobre OZ y Oz. Además, de acuerdo con nuestras
situaciones reales fam iliares, podemos hacer la aproxi­
mación S (p y, en consecuencia, despreciar los térm i­
nos en <p en la expresión de J. Bajo estas condiciones,
la Ec. (8.38) se reduce a
J = p í a 2Sz
Y la velocidad angular de los ejes coordenados que no
giran con movimiento Sz es simplemente (haciendo 0=0)
co' = <pZ
La derivada de J respecto al tiempo, deducida de
(8.34) es sim plem ente X J a causa de la constancia
de (p y S. Así, de las dos últim as ecuaciones resulta
= co' X J = <pZ X p í a 2Sz = p í a 2cpS(Z X z)
dt
= —p í a 2S<psen'0x (8.39)

El par efectivo sobre el trom po alrededor de O es


debido a la fuerza de la gravedad que actúa en C; la otra
única fuerza es la fuerza de reacción que actúa en O.
El resultado es
N = —Mglsendx (8.40)

Igualando las Ecs. (8.39) y (8.40) de acuerdo con la


ecuación fundam ental del movimiento (8.1) resulta para
la velocidad de precesión el valor

_ MgZ
T |Aía2S v 1

que, como puede observarse, es independiente de la in­


clinación 6.
El factor p í a 2, valor de I z para el disco, aparece en
el denominador de la Ec. (8.41). En el caso especial de la
precesión uniform e y con la aproximación S ^><p pode­
mos correctam ente generalizar la Ec. (8.41) resultando

<¡> = (8.42)
* I,S

que incluye las form as de trom pos y giroscopios distintos


a los de simples discos.
Este resultado aproxim ado* expresa la velocidad de
la precesión uniforme, cuando la velocidad de rotación
272 Dinámica elemental de los cuerpos rígidos

S es grande com parada con la velocidad angular de pre­


cesión <p y puede obtenerse directam ente por aplicación
fundam ental de la ecuación del movimiento (8.1). Proce­
deremos del modo siguiente.
Cuando S es grande, el m omento cinético del trom po
viene casi completam ente determ inado por

J=
La variación de J con el tiempo es debida a la rotación
uniform e alrededor de la dirección vertical 2 con la
velocidad angular de precesión <p. Así (véase fig. 8.14)

Q = <p2 X IzSz = - I zSy senOx

El m omento del par viene dado por (8.40), e igualando


esta ecuación con la presente expresión para d i / d t se
obtiene otra vez el resultado de la Ec. (8.42):

Debe destacarse que este tratam iento del problem a


del giroscopio implica sólo un caso simple, aunque im­
portante. Los aspectos más generales del movimiento
pueden dem ostrarse con giroscopios en la clase y todos
ellos están sujetos al análisis por medio de las ecua­
ciones de Euler [Ec. (8.36)]. Esta área de estudio es de
capital im portancia en la tecnología de la navegación
inercial y estabilización giroscópica. Tiene tam bién apli­
caciones (con modificaciones) en el estudio del spin
molecular, núcleos atómicos y partículas elementales,
sujetos a pares de fuerzas en campos magnéticos crea­
dos por sus m omentos magnéticos intrínsecos.

PROBLEMAS

1. T eo rem a d e lo s e je s p a ra lelo s. Partiendo del hecho


de que el momento de inercia de un disco delgado
alrededor de un eje diametral es \ m a 2, utilizar el
teorema de los ejes paralelos para demostrar que en el
caso de un cilindro circular sólido de masa M, radio a y
longitud L, el momento de inercia alrededor de un eje trans­
versal que pasa por el centro de masas es M a2/4 + M L2/ 12.
2. A d itiv id a d d e lo s m o m e n to s d e inercia. Utilizando
el principio de que los momentos de inercia son simple­
mente aditivos, calcular el momento de inercia respecto al
eje central del objeto cilindrico de la fig. 8.5 si su masa

(*) Aquellos que omitieran la discusión de las ecuaciones de Euler,


FIG. 8.15 ¡den utilizar el simple tratamiento del giroscopio, que comienza aquí.
Dinámica elem ental de los cuerpos rígidos 273

es M, su radio a, el radio de cada uno de los cuatro huecos


cilindricos es a/3 y el eje de cada cilindro está a la distan­
cia a /2 del eje central. Sol. §§Ma2.

3. M o m e n to d e in ercia d e la e sfera só lid a . Demostrar


que el momento de inercia alrededor de un diámetro de
una esfera sólida es 2/5 M r2. Esto puede hacerse simple­
mente considerando que la esfera está formada por una
pila de discos circulares de espesor infinitesimal que ajus­
tan dentro de una superficie límite esférica.
4. M o m e n to d e in ercia d e l triángu lo. Tres masas pun­
tuales iguales en los vértices de un triángulo equilátero
(véase fig. 8.16) están unidos por una lámina triangular
rígida de masa despreciable.
(a) Determinar el momento de inercia I z respecto al
eje normal que pasa por el centro C.
( b ) Evaluar I y para el eje y representado. FIG. 8.16
(c) Teniendo en cuenta el teorema de los ejes perpen­
diculares, evaluar Ix.
5. P laca cuadrada: igu aldad d e m o m e n to s. Demostrar
que el momento de inercia de una placa cuadrada rígida
alrededor de un eje diagonal en su plano es el mismo que
alrededor de un eje en el plano que pasa por el centro
paralelamente a los bordes de la placa. (El teorema de los
ejes perpendiculares, junto con la simetría, nos permite
probar esto sin otro cálculo.)
6. C u erpos ríg id o s que ruedan. Un cilindro sólido, un
cilindro hueco de paredes delgadas, una esfera sólida y una
esfera hueca de paredes delgadas ruedan hacia abajo por
un plano inclinado un ángulo 6. Todos los objetos tienen
el mismo radio R. Calcular la aceleración de cada uno de
ellos.
FIG. 8.17
7. E sfe ra hu eca que ru eda. Una esfera hueca de radio
interior R i y radio exterior i?2 rueda sin deslizamiento por
un plano inclinado un ángulo 0 con la horizontal. equivalente a un peso de 40 kg. El coeficiente de roza­
(a) Determinar sus aceleraciones angular y lineal miento entre las superficies de frenado es 0,4 y se supone
que es independiente de la velocidad relativa entre las
g sen 6
Sol. a = superficies.
i + Ki - v / w a - v / f l 23) (a) ¿Qué ángulo habrá girado el volante antes de al­
canzar el reposo si el freno se aplica uniformemente?
( b) Al final del plano, éste inicia una transición cur­ Sol. 8,5 x 105 rad o 135 000 rev. (aproximadamente)
vada que finalmente se convierte en un plano horizontal. (&) ¿Cuánto tiempo tardará en alcanzar el reposo?
¿Con qué velocidad se moverá el objeto en el plano hori­ Sol. 1800 s.
zontal final si partió del reposo sobre el plano inclinado
con su centro a la altura h por encima del plano final hori­ 9. P én du lo c o m p u e s to : lo n g itu d e q u iva le n te. Probar
zontal? (Utilizar el principio de conservación de la energía.) que una barra uniforme de longitud L, colgando como un
péndulo compuesto de un pivote en un extremo posee la
2g(h - R 2) misma frecuencia para pequeñas oscilaciones que un pén­
Sol., v 2 = dulo simple de longitud 2L/3.
1 + 1 (1 - f i 15/ f í 25) / ( l - V / f í 23)
10. C en tro d e p e rcu sió n . Consideremos una barra rígi­
8. M o m en to d e ro za m ie n to . Un volante pesado en for­ da de longitud L suspendida de un extremo por un pivote
ma de cilindro sólido de radio 50 cm, espesor 20 cm y masa en P. Una fuerza F, actuando durante un breve período
1200 kg, gira libremente sobre rodamientos con una velo­ (es decir, una fuerza impulsiva) se aplica para iniciar en
cidad inicial de 150 rps. Por la acción de un freno de fric­ la barra un movimiento pendular, como indica la fig. 8.17.
ción el volante es llevado al reposo; la zapata del freno El soporte en P es muy frágil y es necesario aplicar F a
presiona contra la periferia del volante con una fuerza tal distancia x que no tenga lugar ninguna fuerza de reac-
274 Dinámica elemental de los cuerpos rígidos

ción en P. Determinar el valor de x que cumple este requi­


sito. Esta posición se denomina c e n tr o d e p e rc u sió n , corres­
pondiente al punto de suspensión P. (S u g eren cia : El efecto
F será acelerar el centro de masas y dar una aceleración
angular alrededor de P por su momento respecto a P. La
compatibilidad de estas aceleraciones, suponiendo que no
1
□---------- 1 --------- □ -
existen fuerzas de reacción en P, especificaran el valor de x o!
A
en función de L.) Sol. x = 2L/3. B
1
11. C u erpo ríg id o n o e q u ilib ra d o . Un aro delgado de
masa M y radio R , dotado de radios sin peso gira libre­
mente en un plano vertical alrededor de un eje horizontal
que pasa por su centro. Una partícula de-masa m adherida
a la periferia hace que el sistema cuelgue en reposo con m FIG. 8.18
en la parte más baja. Determinar la frecuencia de las
oscilaciones pequeñas del aro. Determinar también la ve­ 15. G iroscopio. Cierto giroscopio está formado por un
locidad angular máxima del sistema si se deja en libertad cilindro sólido con radio a = 4 cm. Está soportado por un
desde una condición estacionaria con m en la parte más vástago sin peso, cuya punta pivota libremente en un
punto situado a 5 cm del centro de masas del cilindro.
alta.
Se observa moviéndose en precesión uniforme bajo un án­
gulo de inclinación con la vertical y la precesión tiene lugar
12. P én du lo re v ersib le . Demostrar que para un péndu­
en una vuelta circular completa cada 3 s. Evaluar la velo­
lo compuesto existen dos distancias de soporte U y h conta­
cidad de rotación del giroscopio sobre su propio eje.
das desde el centro de masas que producen la misma fre­
Sol. 293 rad/s.
cuencia de oscilaciones pequeñas y que estas distancias se
relacionan por la ecuación 16. A celeración angular. Un cilindro sólido de masa
2,0 kg y radio 4,0 cm está restringido a girar alrededor de
su eje que es horizontal. A su alrededor se arrolla una
cuerda y del extremo libre se cuelga una masa de 150 g
Demostrar, además, que si hemos localizado tal par de (véase fig. 8.7). Determinar la aceleración lineal de la masa,
puntos conjugados y medimos su frecuencia común w, po­ la aceleración angular del cilindro, la tensión de la cuerda
demos obtener el valor de g a partir de y la fuerza vertical que actúa sobre el cilindro hacia arriba.
17. R o ta c ió n d el g iro sco p io . La fig. 8.18 representa una
g = w2(lr + l2)
rueda giroscópica vista lateralmente con su eje montado
(Esta es la técnica o método del p é n d u lo r e v e r s ib le para sobre los rodamientos A y B. Está girando en el sentido
la medida de g. Los puntos de soporte están sobre una de la velocidad angular que se indica. Las fuerzas sobre
línea recta que pasa por el centro de masas a ambos lados el soporte hacia arriba existen igualmente en A y en B.
(a) Se desea ahora reorientar el volante hasta situar
de él; así, U + l2 es simplemente la distancia entre los pun­
A directamente por encima de B sin mover el centro de
tos de soporte. La posición del centro de masas no es, por
masas del sistema. Describir las fuerzas adicionales (aparte
tanto, necesaria.)
las del soporte) que han de aplicarse en A y B.
13. M o m e n to d e ro ta ció n . Una placa rectangular de ( b ) Describir las fuerzas que habría habido de apli­
masa M con lados a y b gira con velocidad angular <» carse en A y en B, si en vez de colocar A sobre B se hubiera
alrededor de un eje fijo según una diagonal. Evaluar el querido llevar A hacia el observador y B detrás de A.
vector momento del par de rotación que los rodamientos
deben aplicar a la placa para mantenerla en este modo de 18. M o m e n to s a lre d e d o r d e l c e n tro d e m asas. Un ci­
rotación. Dibujar un buen diagrama que muestre el vector lindro de masa M { y radio R, con eje horizontal está res­
momento cinético. Expresarlo en forma de vector. tringido a girar alrededor de su eje. Una cuerda arrollada
alrededor de este cilindro está arrollada también alrede­
Sol. pa rcia l: Magnitud del par = ^ M a b co 2(a2 - b 2)/( a 2 + b 2), dor de otro cilindro de masa M2 y radio R 2 que se desen-
rrolla libremente y cae con su eje horizontal, como indica
la figura 8.19. Determinar en la proximidad de la cuerda
14. F alta d e e q u ilib rio d in á m ico . Una barra delgada vertical
uniforme de masa M y longitud L gira alrededor de un
eje transversal que pasa por su centro. El eje se supone (a) La aceleración del centro de masas de M 2.
perpendicular a la barra, pero a causa de una imperfección Sol. a = (M 1 + M2)g/(|M 1 + M2)
se desvía de aquélla un pequeño ángulo 8. Determinar ( b ) La aceleración angular de M2.
el vector momento del par de rotación necesario para una
(c) La aceleración angular de M¡.
velocidad angular co. Expresar el vector momento cinético
(d) La tensión de la cuerda.
y mostrarlo en un diagrama.
Dinámica elemental de los cuerpos rígidos 275

19. C o e fic ien te m ín im o d e ro za m ie n to . Demostrar que


para un cuerpo simétrico que ruede sin deslizamiento hacia
abajo en un plano inclinado se cumple

(O s > tgg
M - M R 2/ I C + 1
1 / donde los símbolos tienen el significado usual.

LECTURAS SUPLEMENTARIAS

Un tratamiento claro, interesante y extenso sobre el


\¡Z J movimiento de los cuerpos rígidos y de ios giroscopios en
particular se encuentra en algunos de los más viejos
\i2 tratados, como el de Arthur Gordon Webster, «La diná­
mica de las partículas y de los cuerpos rígidos, elásticos
y fluidos», por B. G. Teubner, Leipzig, 1904 (Stechert-Hafner,
Inc., Nueva York, 1920).
FIG. 8.19
Un tratamiento más contemporáneo a nivel intermedio es
Si se toman momentos alrededor del punto P de la fi­ el de John L. Synge y Byron A. Griffith, «Principies of Me-
gura, ¿cuál será la «fuerza ficticia» en el céñtro de masas chanics», cap. 14, McGraw-Hill Book Company, Nueva York,
del segundo cilindro? 1959.
Contenido

ENERGÍA POTENCIAL Y FUERZA ENTRE U N A M A S A


PUNTUAL Y U N A CORTEZA ESFÉRICA
ENERGÍA POTENCIAL Y FUERZA ENTRE U N A M A S A
PUNTUAL Y U N A ESFERA M A C IZ A
AUTO-ENERGÍA G R A VITA TO R IA Y ELECTROSTÁTICA
Ejemplo. Energía gravitatoria de una galaxia
Ejemplo. Energía gravitatoria de una esfera uniforme
Ejemplo. Radio del electrón
Fuerzas que siguen la ley del inverso del cuadrado de
la distancia y equilibrio estático
ÓRBITAS: EC U A CIÓ N Y EXCENTRICIDAD
O rbita circu lar
Leyes de K epler
Problema de los dos cuerpos: M asa reducida
Ejemplo. Vibración de una molécula diatónica
Problemas
Tem a avanzado. Otro modo de integrar
la ecuación 1 /r
Lecturas suplem entarias
Fuerza inversamente
proporcional al cuadrado
de la distancia
278 Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia

Los módulos de las fuerzas gravitatorias y electrostá­


ticas que se ejercen entre dos partículas puntuales en
reposo vienen dadas pór

siendo C una constante. Estas fuerzas son centrales e


inversamente proporcionales al cuadrado de la distancia
que separa am bas partículas. La. palabra central quiere
decir que la fuerza está dirigida a lo largo de la Íínea
que conecta ambas partículas. Si una de ellas está en
el origen y la segunda está en una posición r, la fuerza
sobre la segunda partícula vendrá dada por

en donde, para la fuerza gravitatoria entre las masas


puntuales Mv y M2,
c = - g m xm 2
G = 6,67 X 10~8 cm3/g-s2 = 6,67 X 1 0 '11 m3/kg-s2 (9.2)

y para la fuerza electrostática entre las cargas puntua­


les qx y q2
C = q1q2 (9.3)

siem pre que la carga se exprese en unidades cgs gaus-


sianas o
C = 9,0 X ÍO9^ (9.3a)
si la carga, las longitudes y las fuerzas se expresan en
unidades SI (véase Cap. 3, págs. 72 a 78). La fuerza gravi­
tatoria es siem pre atractiva. La electrostática (de Cou­
lomb) es atractiva si las cargas qx y q2 tienen signo opues­
to y repulsiva si qx y q2 tienen el m ism o signo.
Se sabe experim entalm ente con m ucha exactitud que
el exponente de r en (9.1) es igual a 2,000...; en el caso
de las fuerzas electrostáticas esto se ha comprobado
hasta distancias del orden de 10_V3 cm. Se dispone de
una gran variedad de resultados experimentales que se­
rían muy sensibles a pequeñas desviaciones respecto a
la ley en la que la fuerza es exactam ente proporcional
al inverso del cuadrado de la distancia. Las experiencias
fundam entales se tra tará n en el Vol. 2, Cap. 1, refirién­
dose especialmente a las fuerzas electrostáticas. En cuan­
to a las fuerzas gravitatorias recurrirem os como apoyo
experimental, principalm ente, al excelente acuerdo exis­
tente entre los movimientos planetarios predichos y los
observados en el sistem a solar.
Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia 279

La ley de la fuerza inversam ente proporcional al cua­


drado de la distancia puede expresarse tam bién como
una ley de energía potencial inversamente proporcio­
nal a la distancia. Como vimos en el Cap. 5, F es igual
a — dU/dr. A p a rtir de la Ec. (9.1) entonces
F_ du _ c
dr r2
y
C
U(r) = ---1- const
r
Si damos a U(r) el valor cero cuando las partículas están
infinitamente alejadas, la constante de integración será
también cero y tendrem os

U(r)= £
r
en donde C viene dada por las Ecs. (9.2), (9.3) o (9.3a)
para las fuerzas gravitatorias o electrostáticas en los sis­
temas cgs o SI. Así, pues,

U{r) = - ™ ¿ k 0 l/(,) = * & (9.4)


r r
Alternativamente

ü = iM * (9.4a)
r
La ley de fuerzas entre dos protones o dos neutrones
o un protón y un neutrón se desvía fuertem ente de la
ley de gravitación o de la ley Coulomb. La fuerza es
intensamente atractiva cuando las partículas están muy
próximas (menos de 2 X 10~13 cm) y despreciable para
distancias mayores. Estas fuerzas se explican en los libros
de física nuclear. La fuerza eléctrica entre dos electro­
nes es exactamente coulombiana hasta las menores dis­
tancias conocidas, pero los electrones poseen un mo­
mento dipolar magnético además de su carga, y los
momentos magnéticos de los electrones dan lugar a una
ley de la fuerza que no es central y que depende de la
inversa del cubo de la distancia (Vol. 2, Cap. 10).
Dada una- ley de fuerzas inversam ente proporcionales
al cuadrado de la distancia, ¿qué características especia­
les se deducen de la misma? ¿En qué consideraciones
vitales refleja el universo una ley de este tipo? Volvere­
mos a continuación sobre estas im portantes cuestiones.
Con frecuencia estudiarem os la energía potencial en lugar
de la fuerza. Al resolver problem as sobre potencias o
fuerzas, el alumno encontrará casi siempre más sencillo
razonar prim eram ente sobre la energía potencial y luego
280 Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia

obtener la fuerza o sus componentes derivando el po­


tencial respecto a la distancia y a m enudo usar la ener­
gía potencial en una ecuación energética. La energía
potencial es un escalar; la fuerza es un vector.

ENERGÍA POTENCIAL Y FUERZA ENTRE U N A MASA


PUNTUAL Y U N A CORTEZA ESFÉRICA

Una consecuencia im portante de la ley de la fuerza


inversam ente proporcional al cuadrado de la distancia
es que la fuerza que actúa sobre una m asa puntual de
prueba Mx distante r del centro de una capa esférica
delgada y uniform e de radio R es exactam ente la misma
en puntos exteriores a la corteza, o sea para r > R, como
si la m asa com pleta de la capa estuviese concentrada
en su centro. Una segunda consecuencia es que para
puntos interiores a la corteza, en los que r < R , la fuerza
sobre la m asa puntual es cero. Estas consecuencias son
tan im portantes que las deduciremos con todo detalle.
FIG. 9.1 Dibujo en perspectiva de la corteza esférica Seguiremos un método especial de resolución que se
y de la masa puntual M u mostrando cómo se divide en beneficia de la sim etría geométrica del problema.
anillos dicha capa esférica. La corteza tiene una densi­
dad de masa <r por unidad de área.
Consideremos prim eram ente un anillo o zona esférica
sobre la corteza que tenga una anchura angular de A6
o bien una anchura de RM), como en la fig. 9.1. Sea <r
la m asa por unidad de área de la superficie. El anillo
está a una distancia rx de la m asa de prueba Mx. El radio
del mismo es R sen 6 y su circunferencia vale 2nR sen 9.
El área del anillo viene dada entonces por (véase fig. 9.2)

(27rRsend)(R A6) = 2'7rR2sen6 A0


La m asa del anillo vendrá dada por el producto del área
por la m asa por unidad de área cr:
Muüiio = (2jtR2 sen B A0)cr (9.5)
La energía potencia t/anlUo de la m asa de prueba en
el campo gravitátorio del anillo es, a p a rtir de (9.5)
y (9.4) para la energía potencial gravitatoria entre dos
masas,
rj _ GM1(2iTR2sen6 M)o /0
Uan illo — ~ ~ ---------------

Aquí rx es la distancia de la m asa de prueba al anillo.


Todos los elementos del anillo son equidistantes de
la m asa de prueba. M ediante la ley del coseno [Ec. (2.8)]
aplicada al triángulo form ado por R, r y rx tendremos
FIG. 9.2 Sección de la misma esfera en la que se ve
el anillo de área total 2nR2 sene Aú. r 2 = r2 + R 2 - 2rR eos d (9.7)
Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia 281

Para el anillo, R y r son constantes porque R es el radio


de la corteza y r la distancia desde su centro a la m asa
de prueba M v En estas condiciones, al determ inar el
cambio de rv Art en función del cambio en 6, A6 resulta
2r1 Arx = —2rR A(cos 9) = 2rRsen6 A0
Esta útil relación perm ite volver a escribir (9.6) para
obtener
GMx(2ttR Ar1)a
1 ^ IIa (9.8)

Obsérvese que en el denominador se encuentra ahora la


distancia r de la m asa de prueba al centro de la esfera.
Ahora bien, la energía potencial total UC0TteZ3, de la
masa de prueba en el campo gravitatorio de la corteza
esférica viene dada por la sum a Í7aniUo respecto a todos los
anillos en que hemos descom puesto la corteza. Al totali­
zar, tendrem os que sum ar únicam ente respecto a Art.
Cuando la m asa de prueba es exterior a la corteza, el FIG. 9.3 Límites de la suma para r > R\ la masa de
intervalo de valores de rx se extiende desde r — R hasta prueba M í está fuera de la corteza esférica.
r + R, de modo que (véase fig. 9.3)
2 Ai* = (r + R) — (r — R) = 2R (9.9)
Es realm ente una gran suerte que el problem a pueda
reducirse a una sum a tan sencilla. Em pleando (9.9) p ara
realizar la sum a correspondiente a (9.8) tendrem os

, rr G M ^ ttR o a GM14ttR 2o
^ corteza = / , ^ a n illo / . 1

(9.10)

Pero 4n\R2 es el área de la superficie de la corteza esféri­


ca y 4nR2o es la m asa Ms de la corteza. Podemos por tanto
expresar (9.10) como
GMXMS
Un (r> R ) (9.11)

siendo r la distancia entre la m asa de prueba y el centro


de la corteza esférica. Hemos dem ostrado que la corteza
esférica actúa sobre puntos exteriores como si toda su
masa Ms estuviese concentrada en su centro.
Si la m asa de prueba está en cualquier punto dentro
de la corteza, el intervalo de la suma de A e n 2 l/aamo
es de R — r hasta R + r (véase fig. 9.4), de modo que
ahora
FIG. 9.4 Límites de la suma para r < R ; la masa
")>) Ar1 = (R + r) — (R — r) = 2r (9.12) prueba M está dentro de la corteza esférica.
282 Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia

Empleando (9.12) para realizar la sum a correspondiente


a (9.8) se obtiene
^ GM^TTRO y-,
^corteza = / . ^anillo ^ / j
G M AnR2o
= - G M ^ ttR o = i - -------
R
GM1MS
(r < R) (9.13)
R
El potencial (9.13) es constante en todos los puntos inte­
riores de la corteza y es igual a (9.11) calculado para
r = R. La fig. 9.5a m uestra U dentro y fuera de la
corteza.
Vimos anteriorm ente [Ecs. (5.28) y (5.29)] que el
módulo de la fuerza F sobre la m asa de prueba Ml es
igual a — dU/dr, porque la fuerza actúa en dirección
radial. A p a rtir de (9.11) y (9.13) tenem os p ara la fuerza
debida a la corteza:
GMjAíg
r 3U (r > R)
V ' (9.14)
~ür
0 (r < R)

No actúa fuerza sobre una m asa de prueba situada en


el interior de la corteza. E sta es una propiedad muy
característica de las fuerzas que siguen la ley del inverso
del cuadrado. Fuera de la corteza la fuerza varía pro­
porcionalm ente a 1¡r1, en donde r ha de m edirse a par­
tir del centro de la misma. La fig. 9.5b m uestra la fuerza
íb) en función de r.

FIG. 9.5 a) Energía potencial de la masa puntual Mi a ENERGÍA POTENCIAL Y FUERZA ENTRE U N A M ASA
la distancia r del centro de la corteza de radio R y masa PUNTUAL Y U N A ESFERA M A C IZ A
M s b) Fuerza sobre la masa puntual Mi (signo negativo
para indicar atracción). La fuerza es cero para r < R . Podemos construir una esfera maciza de m asa M y
radio R 0 agrupando una serie de capas concéntricas.
Para puntos r exteriores a la esfera tendrem os, utilizan­
do (9.11), el siguiente resultado p ara la energía potencial
de la m asa de prueba M x en el campo gravitatorio de la
esfera maciza
7 7_______ _ 77______ _ GMj %/l GMjM
^ esfera / ¡ ^ a n illo — / ■'“ c —

Recuérdese que r es la distancia desde la m asa de prueba


hasta el centro de la esfera.
El módulo de la fuerza sobre Mx es, p ara r > R q,

F - - GMiM (9.15)
dr r2
Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia 283

Este es el resultado central de nuestro análisis. También


podría haberse obtenido por una integración directa de ■
■ ■H■ i ■N
las componentes de la fuerza sobre la corteza (véase
Prob. 13), pero el método m atem ático que hemos seguido
es más breve. Mediante una sencilla aplicación de la
«o
Ec. (9.15) vemos que la fuerza entre dos esferas unifor­
mes de m asas Mx y Mz es igual a la fuerza entre dos
masas puntuales Mlt M2 en sus centros respectivos. Ha­
biendo reemplazado una esfera por una m asa puntual, ÍM h M N N H I
podemos entonces reem plazar a su vez la segunda esfera
por otra m asa puntual. Este afortunado resultado sim­
plifica muchos cálculos.
Si una m asa puntual está dentro de una esfera sólida, ------------------------- J ü -------------------------------------------------------------------:----------------

la fuerza estará dirigida hacia el centro de aquélla y L Ü P 'i'S '


valdrá ■■■i

G A Í j A f ¿entro

Rn r— -
Si la esfera es de densidad uniform e p, entonces r

Afdentro — ^ - r 3p donde M = — R 3p
3 3
y así j \ | / v , . - í T
_ GMx^irr3p
F= -
= —%nGMxpr
a

GMxMr W g l^ ^ s s ^ s ^ ^ u B S B m
F =
(9.16)
nR o3
La energía potencial para r < R g se obtiene sumando
a — (GM1M )/R 0 la energía requerida para mover la m asa FIG. 9.6 a) Energía potencial de la masa puntual M i
a la distancia r del centro de la esfera maciza de radio
Mj desde R 0 a r. Utilizando la Ec. (9.16) p ara la fuerza, Ro y masa M . b) Fuerza sobre la masa puntual M i. La
tenemos para esta energía fuerza es lineal en r para r < f í 0.

c r GMxMr dr
nR o3
GMjM
“ 2R ^ (Ro
2

Sumando el térm ino — (GMÍM )/R0 a esta energía resulta


r 2)

para la energía potencial para r < R o


GMXM GMXM
U(r) (V - ñ
R0 ~2V
__ GMXM / 3 1 r
Rr V 2 V
Cuando r = 0 tenemos
3 GMXM
17(0) = -
~2 Rn
284 Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia

Ambos U(r) y F(r) se representan en la fig. 9.6 para


0 < r < JR0 y para R 0 ^ r.

A UTOENERGÍA GRA VITA TO R IA Y ELECTROSTÁTICA

Se define la autoenergía de un cuerpo como el trabajo


realizado al form ar el cuerpo a p a rtir de elementos
infinitesimales que están inicialmente a un distancia
infinita entre sí. Consideremos la autoenergía gravita­
toria; tendrá signo negativo, porque la fuerza gravitato­
ria es atractiva. (Tenemos que hacer un trabajo positivo
contra la gravitación para separar los átom os de una
estrella, llevando cada uno de ellos al infinito.) Es nece­
sario considerar la auto-energía gravitatoria normal­
FIG. 9.7 La energía potencial gravitatoria de tres áto­ m ente en los problem as galácticos y estelares. La auto-
mos de masas M u M 2, M¡ es
energía electrostática se calcula con frecuencia para los
cristales, tanto de metales como de sustancias aislantes.
m 1m 2 m xm3 m2m. La energía potencial de N masas discretas debida a su
U= + +
atracción gravitatoria m utua es igual a la suma de la
energía potencial de todos los pares de masas:

MtM)
V. = - oTodos
2
los T¿, (9.17)
pares
%

en donde Mi y M3 son las masas individuales y ri] es la


distancia que separa estas m asas individuales. El caso
i = j se excluye porque no determ ina una pareja. La
auto-energía de la m asa individual m¡ se omite también,
ya que sólo se consideran las interacciones m utuas de
las masas. A continuación se da un m étodo para evaluar
la auto-energía de una m asa individual.

EJEMPLO

E n ergía g ra v ita to ria d e un a galaxia. Estimemos la energía


gravitatoria de la galaxia. Si omitimos del cálculo la autoenergía
gravitatoria de las estrellas individuales, entonces necesitamos
únicamente estimar el valor de la expresión (9.17).
Consideremos que la galaxia está compuesta globalmente por
N estrellas, cada una de ellas de masa Ai, y estando entre sí
cada par de ellas a una distancia mutua del orden de R . Enton­
ces (9.17) se reduce a

Ü X -ÍC (N -1 )N ^-

[Al sumar todos los pares tomamos cada vez una de las N estre­
llas y sumamos para las N -1 restantes que puedeíí emparejarse con
ella. Al hacer esto contamos cada par dos veces (véase fig. 9.7
para N = 3.)] Si N *** 1,6 x 10"; R 1023 cm y M « 2 x 1033 g (como
para el Sol), entonces
Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia 285
1 (7 X 10-8)(1,6 X 10n )2(2 X 1033)2
~ 2 1023
-4 X 1058 ergs
En unidades SI

1 (7 X 10~n )(l,6 X 10n )2(2 X 1030)2


Us
2 1021
- 4 X 1051 J

EJEMPLO

E n ergía g ra v ita to ria d e una e sfera un iform e. No es difícil


calcular la auto-energía Us de una esfera uniforme de masa M
y radio R. Convirtamos el sumatorio múltiple de la Ec. (9.17) en
integrales y luego llevemos a cabo las integraciones. Pero pri­
mero intentemos conjeturar la respuesta. ¿Cómo debemos espe­ FIG. 9.8 Corteza esférica de espesor dr rodeando a
rar que sea? En la respuesta deben intervenir a G, M y R con sus un núcleo esférico macizo de radio r. Añadiendo capas
dimensiones correctas. ¿Por qué no sucesivas se puede construir una esfera maciza de
radio R. El área de una de las superficies de la corteza
GM2 es 47rr2; su espesor es dr, de modo que el volumen de
R la misma es 4ni2 dr.
Esta expresión es, en efecto, correcta, excepto en un factor nu­
mérico del orden de la unidad.
Para calcular exactamente este, factor debemos construir la
esfera maciza de un modo especial. Primero consideremos (véase
fig. 9.8) la energía de interacción entre un núcleo esférico macizo
de radio r y una corteza esférica de espesor d r que lo envuelve.
Si designamos la densidad por p, la masa del núcleo es (4^/3) r3 p
y la masa de la corteza es (4nr2)(d r)p . Así, pues, la energía poten­
cial gravitatoria de la corteza debida a la presencia del núcleo
es, según la Ec. (9.11),

—G(4^-r3p)^477T2 d r pj
= ——G(47rp)2r4 dr (9.18)
ó
La auto-energía de la esfera maciza viene dada por la inte­
gral (9.18) extendida entre r = 0 y r = R. La integración equivale
a añadir sucesivas capas al núcleo hasta que éste adquiere el
radio R . Inicialmente el núcleo tiene radio cero. La simetría de
la esfera permite reducir la suma múltiple a una integral
simple. Al integrar (9.18) se obtiene el resultado

5
3 GM2 (9.19)
5 R
porque la masa está dada por
M = ^ pR 3

La auto-energía gravitatoria del Sol, es según (9.19) con


x 1033g y R s ~ 7 x 1010cm,
Ms ~ 2
Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia

¡Esto representa una gran cantidad de energía! Basta recordar


que la generación de energía solar es de 4 x 1033 ergs/s (4 x 10“
J/s), de modo que el Sol tardaría \ x 1015s, o sea, 2 x 107 años
en irradiar esta energía*. El Sol puede completar su evolución
como una estrella blanca enana densa, con un radio aproximada­
mente igual a 0,1 de su radio actual. Es evidente que puede li­
berarse una gran cantidad de energía en la contracción. Estas
consideraciones son muy importantes en los estudios astrofísicos
y pueden aplicarse a la teoría de las estrellas novas. La auto-
energía electrostática de una distribución esférica uniforme de
carga total q y radio R se obtiene sustituyendo — GM 2 por q2
(o sea, k q 1 por — GM2) en la Ec. (9.19).

EJEMPLO
R a d io d e l electró n . Para obtener un valor estimado de la
auto-energía de un electrón necesitamos conocer el radio R. Como
no disponemos de ninguna teoría fundamental del electrón, todo
lo que podemos hacer es proceder en sentido inverso y estimar
el valor del radio a partir de la energía.
Existe una relación famosa debida a Einstein que dice que
una masa M está siempre asociada con una energía E de acuerdo
con la ecuación

E = M e2 (9.20)

siendo c la velocidad de la luz. (Deduciremos este resultado en


el Cap. 12.) Si la energía del electrón fuese enteramente la
energía electrostática de una distribución de carga uniforme,
entonces tendríamos
TT 3e2 2
= ~5R =
que nos determinaría el radio del electrón. Pero no conocemos
con detalle la estructura del electrón. El modelo que hemos des­
crito esquemáticamente no puede ser enteramente satisfacto­
rio, porque ¿qué es lo que mantiene unida la carga del elec­
trón? ¿Por qué no se disgrega bajo la repulsión coulombiana
de aquellos elementos que tienen la misma carga? En el mo­
mento actual no disponemos de ninguna teoría que explique la
existencia del electrón.
Prescindamos del factor 3/5. Mantenerlo sería pura presun­
ción, puesto que sugiere un grado de conocimiento acerca del
electrón que realmente no poseemos. Definimos (por convenio
universal) una longitud r0 por la relación

— = m e2 r0 = = 2,82 X 10"13 cm
r0 mer

Esta longitud se denomina ra d io c lásico d e l electró n . Tiene algo


que ver con el electrón, ¡pero no sabemos exactamente qué es!
Sin embargo, se le considera una longitud fundamental y aparece
en las expresiones de las secciones eficaces de la difusión de
rayos X o rayos y. Realmente conocemos que la fuerza electros-

(*) La energía irradiada por e! Sol procede de los procesos nuclea­


res, n o de los gravitatorios. A Comienzos del siglo XX los físicos no tenían
conocimiento de estos procesos nucleares y estimaban la edad del sis­
tema solar en unos 106 años.
Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia 287

FIG. 9.9 Mapa de las líneas de nivel de las superficies


tática entre electrones es exactamente igual a e2/ r 2 hasta distan- equipotenciales parados masas iguales,
cias por lo menos de r = 10~15 cm. '

Fuerzas que siguen la ley del inverso del cuadrado de


la distancia y equilibrio estático. En el Vol. 2, Cap. 2,
se dem ostrará que no puede existir un equilibrio estático
estable entre un grupo de m asas puntuales (o cargas
puntuales) que interaccionan entre sí con fuerzas inver­
sam ente proporcionales al cuadrado de la distancia.
Por estático querem os indicar que todas las m asas están
en reposo. Este resultado se hace aparente si se estu­
dian las figs. 9.9 y 9.10, que m uestran líneas de igual
valor de la función potencial debida a dos y cuatro m asas
iguales en posiciones fijas. La posición donde se cortan
las equipotenciales es una posición de equilibrio. Cuan­
do nos desplazamos de esta posición, la fuerza tiene la
dirección de la equipotencial inferior, es decir, el poten­
cial m ás negativo. Obsérvese que en el caso de las dos
masas, una m asa de prueba desplazada hacia arriba ex­
perim entará una fuerza de retroceso hacia el punto de
equilibrio, pero cuando se desplace lateralm ente experi­
m entará una fuerza que tenderá a alejarla de dicho pun­
to. Para alcanzar el equilibrio estable, la fuerza debe
dirigirse hacia el punto de equilibrio independiente de
288 Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia

FIG. 9.10 Mapa de las líneas de nivel de las superfi­


cies equipotenciales para cuatro masas ¡guales. Los
números son completamente arbitrarios.
la dirección de desplazamiento (véase Cap. 5, pág. 162). La
fuerza es inversamente proporcional a la distancia entre
equipotenciales y así es de esperar que cuando pasamos
de dos a cuatro, a ocho o a un núm ero muy grande de ma­
sas sobre una esfera, la fuerza llegaría a ser cero y podría
incluso volver hacia el centro. Pero como sabemos, o al
menos podemos deducir de la Ec. (9.14), la fuerza justa­
m ente se anula y alcanzamos un estado de equilibrio
neutro.

ÓRBITAS: EC U A CIÓ N Y EXC ENTRICIDAD


Hemos ya resuelto el problem a de una m asa que
ejecuta una órbita circular en un campo de fuerzas
atractivas inversamente proporcionales al cuadrado de
la distancia. Para esta órbita debe existir una relación
especial entre la velocidad y la distancia. En el Cap. 3
(págs. 71 y 72), deducíamos esta relación. Formalmente
— (Mv2/r)i es la fuerza centrípeta y el signo menos indica
Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia 289

que está dirigida hacia el centro del círculo. Esta debe ser
igual a la fuerza (C /r2)í [Ec. (9.11)] y así vemos que, a me­
nos que C sea negativa (fuerza atractiva) no existirá una
órbita circular. Si C = — GMM2, entonces v — (GM2/r)i.
¿Cuál es la form a de la órbita si no se cumple esta
relación especial? Este problem a se denomina frecuente­
mente problema de Kepler, pues fue Kepler quien des­
cubrió que las órbitas de los planetas eran elípticas en
el campo de fuerzas del Sol, el cual más tarde Newton
descubrió que se tratab a de un campo que seguía la ley
de la inversa del cuadrado de la distancia. En prim er
lugar tratarem os el caso en que el origen de la fuerza
para r = 0 está fijo. Este caso es conceptualm ente sim­
ple, pero como veremos más adelante (pág. 298), el pro­
blema real de dos masas cualesquiera puede reducirse a
éste. N uestra ecuación del movimiento es entonces

Ma = - ^ f

Aqüí no hemos supuesto el movimiento circular simple


y dejamos sin especificar el tipo de fuerza inversamente
proporcional al cuadrado de la distancia. Observemos
el hecho im portante de que si C es negativa, la fuerza es
atractiva y si C es positiva, la fuerza es repulsiva.
¿Qué coordenadas conviene tom ar? En prim er lugar,
¿cuántas coordenadas necesitamos? ¿Tres? No, sólo dos,
ya que el movimiento se producirá en un plano; el plano
está determ inado por la velocidad vectorial de la masa
y el radio vector r, pues la componente de la velocidad
perpendicular a este plano es cero y la fuerza perpendi­
cular es tam bién nula. Por tanto, esta componente de
la velocidad debe perm anecer nula. Es fácil imaginar
que ry] 6, como en la fig. 9.11, son más fáciles de usar que
x e y. ¿Cuál es la aceleración en función de estas coor­
denadas y los vectores unitarios í y 0? Según la Ec. (2.30)

a = (f - rd 2)r + - 4 ~ ( r 2é)b
r dV '

Por tanto, nuestras ecuaciones del movimiento son

M(f - rQ2) = (Mr2d) = 0


dt
La segunda es fácil de integrar una vez y nos da

Mr2d = J (9.21)
FIG. 9.11 Sistema de coordenadas polares planas ade­
cuado para describir el movimiento de una masa M,
en donde J es el m omento cinético definido en el Cap. 6. en el punto P, alrededor del centro fijo de la fuerza O:
Reemplazando 6 en la prim era ecuación por J/Mr2 resulta r y $ son vectores unitarios.
290 Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia

f — r—^—— = r — ^ ^ (9 22)
M 2r4 M 2r3 Mr2
Desgraciadamente esta ecuación diferencial no se puede
resolver directam ente, pero recordemos que estamos
interesados en la form a de la órbita con r en función
de 0. Así, pues, eliminemos t de las Ecs. (9.21) y (9.22):
dr _ dr dd _ dr J
dt dd dt dd Mr2
d 2r _ d 2r / / \ 2 2/ / d r \ 2 J
dt2 dd2 \M r2/ Mr3\ d d ) Mr2

= ¿ [£ -7 (jn <->
De nuevo esto no nos proporciona una ecuación familiar
y por ello ensayaremos la función

w(0) = 1
r(d)
dw __ 1 dr
d6 r2 dd
d 2w 1 d 2r 2 í dr \ 2
+
dd2 " r2 dd2 r3 \dd /
Observemos que la combinación de este resultado con
la Ec. (9.23) nos da
d 2r _ _ J2 d 2w
dt2 M 2r2 dd2
de donde, reem plazando 1/r por w y utilizando la ecua­
ción (9.22) se obtiene
Pd*w P . w = c_ o £ w + w = _CM
M 2 de2 M2 M de2 J2
E sta ecuación fue encontrada en el Cap. 7, (7.1), y la
solución es

w = A eos (d + <p) —

(En este caso se acostum bra a usar el coseno en vez del


seno.)
Como la orientación de la órbita en el plano rd es
poco im portante, sea <j> = 0 y resulta


r = — + A eos d (9.24)

Conviene utilizar la ecuación energética p ara determ inar


la constante A, ya que la energía total E es fácil de inter-
Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia 291

pretar en función de los tipos de órbita. La energía


total es (véase fig. 9.12)

E = ±-Mv2 + j = | -M(r2 + r262) + -

=Í m(mv)[(Jt) +r2]+f í9-25!


en donde hemos empleado las Ecs. (9.21) y (9.23) para
obtener la segunda línea a p artir de la prim era. Obsér­
vese que la energía potencial C/r es positiva para una
fuerza respulsiva (C positiva) y negativa para una fuerza
atractiva (C negativa). Si ahora utilizamos la Ec. (9.24)
y su derivada para sustituir r y dr/d6 en la Ec.(9.25)
obtenemos una ecuación en la que interviene sólo A2 y
otras constantes. Despejando A en función de las otras
magnitudes resulta
FIG. 9.12 Descomposición de la velocidad v de la
, / 2 ME C2M2 \2 CM 1 2EP \ 2 partícula en componentes radial y angular. La energía
“ V P + J4 / ~ l r \ 1 + C2M ) cinética es f e = | M o 2 = \M(f2 + r2d'2) La energía total
es E = Ec + U =\Mr2 + ^A/r202+ U.
, de modo que nuestro resultado final para la órbita es

CM 2e p y
(9.26)
1+ eos#
J2 - ( C2M /

Si la fuerza es atractiva, C será negativa, como ocurre,


por ejemplo, en el caso gravitatorio donde C = — GAÍM2.
Entonces la Ec. (9.26) es

1 GM2M2 2EP
~ P ~ M i +
G2M 3M22
) 2cos*]

Ahora (9.26) es precisam ente lo que se denomina for­


ma polar de la ecuación de una sección cónica (elipse,
circunferencia, parábola o hipérbola). Conviene recordar
leyendo un libro de geometría analítica (o el Cap. 2,
pág. 57), que la ecuación de una sección cónica general
(sección de un cono obtenida m ediante un plano) puede
escribirse como

— = — (1 — e eos 6) (9.27)
r se

La constante e es la denominada excentricidad. La cons­


tante s determ ina la escala de la figura. Los cuatro
tipos de curvas posibles descritas por (9.27) son
Hipérbola e> 1
Parábola e= 1
292 Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia

Elipse 0< e< 1


Circunferencia e= 0
No es difícil ver las principales características de la
órbita a p a rtir de los valores de e. (Véase tam bién figu­
ra 9.13.) Si e = 0, r es una constante. Si 0 < e < 1, r debe
perm anecer finito y varía desde se/( 1 — e) a se/( 1 + e).
Sin embargo, si e > 1, existirán dos valores de eos 9 para
los cuales 1 — e eos 6 se hace cero y r tiende a infinito,
como corresponde a una hipérbola. La parábola con e = 1
hace r infinito sólo para 9 = 0, pero lo hace igual para va­
lores tanto positivos como negativos de 9. Según las
Ecs. (9.26) y (9.27)
= (1+ (9.28)
\ c m )
FIG. 9.13 Orbitas de partículas con la misma masa
Por consideraciones energéticas y teniendo en cuenta la
reducida M y momento cinético J, pero energías dife­ Ec. (9.25), resulta que con una fuerza repulsiva C > 0 ,
rentes E , respecto a un centro de fuerzas fijo O. Las E debe ser positiva, e siem pre mayor que 1 y la órbita
órbitas se cortan todas en P y P'. siem pre una hipérbola. Por otra parte, con una fuerza
O r b it a E x c e n tr ic id a d
atractiva C < 0 (para el caso gravitatorio C = — GMM2,
en donde para el sistem a solar M2 es la m asa del Sol) E
Circunferencia e =
Elipse
E < O será positiva si la energía cinética es de m agnitud mayor
Parábola e = 1, E = 0
que la energía potencial, y la energía cinética será toda­
Hipérbola e = 3,E > 0 vía positiva para r = <x>; E será negativa en caso con­
trario y la partícula no podrá alcanzar nunca el infi­
nito. La parábola corresponde al caso en que E = 0,
en que la partícula puede justam ente alcanzar el infinito.
Es interesante tener en cuenta que la cuestión de si una
órbita es elíptica o hiperbólica, en el caso de una fuerza
atractiva, viene determ inada solam ente por el signo de E
y no por el valor de J. Naturalm ente, cuanto mayor es J
para un valor determ inado de r, mayor es la energía
cinética y mayor será el valor de E; pero independiente­
m ente del valor de J, siem pre es posible tener órbitas
tales que E < 0.
TABLA 9.1 Un procedim iento laborioso pero eficaz de demos­
trarse uno mismo que esta ecuación puede dar una
9 eos 6 2(1 — | eos 6) r
curva que al menos se parezca a una elipse, consiste en
0o 1,00 1,00 1,00 calcular r para una intervalo de valores de 9. Los resul­
20° 0,94 1,06 0,94 tados pueden representarse convenientemente sobre
40° 0,77 1,23 0,81 papel gráfico polar, que puede adquirirse fácilmente.
60° 0,50 1,50 0,67 Dicho papel está m arcado con líneas de radio constante
80° 0,17 1,83 0,55 y de ángulo constante. En la Tabla 9.1 se recogen unos
90° 0,00 2,00 0,50 cálculos aproximados obtenidos de la Ec. (9.27) para el
100° - 1 ,1 7 2,17 0,46
caso s = l y e = 1/2; el lector puede representar estos
120° -0 ,5 0 2,50 0,40
140° - 0 ,7 7 2,77
valores de r en función de 9 en el papel gráfico polar
0,36
160° -0 ,9 4 2,94 0,34 y confirm ar que la curva tiene el aspecto de una elipse.
180° -1 ,0 0 3,00 0,33 Hágase un cálculo análogo para s = 1 y e = 2; esta curva
es una hipérbola.
Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia 293

Una relación que conviene recordar sobre la excen­


tricidad de una elipse se obtiene observando que los va­
lores máximo y mínimo d e r se obtienen con 8 =«■ y 6= 0,
de modo que

e= (9.29)

En la fig. 9.14 se recogen algunas relaciones adicionales.


Orbita circular. Hemos deducido ya las condiciones
de una órbita circular. Comprobemos que esto conduce
a e = 0. Consideremos una órbita circular de un planeta
de m asa M alrededor de una estrella de m asa M2. Igua­
lando la aceleración centrípeta con la fuerza gravitatoria
resulta FIG. 9.14 Propiedades de la elipse: Para cualquier pun­
to P, la distancia FiP + F2P = const = 2a. La ecuación
Mv2 GMM0 de la elipse es

q (l - e2)
El m om ento cinético es
(1 — e cos 8)
’GMo
/ = Mvr = M r = (GM2M2r)'¿ El semieje menor viene dado por b = a V 1 — e2. El área
de la elipse es jtab.
y la energía total

„ i . , gmm2 1 GMM,
E = —Mv2 -----------—
2 r
Por tanto

GMM0 M 2GM2r
e=
G2M 2M 2M ) =°
Algunos alum nos se inclinan a pensar que todas las
órbitas cerradas deberán ser circulares. Para adquirir
cierta fam iliaridad con las órbitas elípticas estúdiese
la figura 9.15. En ella puede verse una familia de trayec­
torias de una partícula atraída hacia el origen O (m ar­
cado con una cruz) por una fuerza inversam ente propor­
cional al cuadrado de la distancia. La familia se ha
escogido de modo que todas las trayectorias pasan por
un punto común P y en él se exige que la velocidad sea
perpendicular a la línea OP. Las distintas órbitas vienen
caracterizadas por diferentes valores de la velocidad en
P. La velocidad general vP se escribe convenientemente
como

en donde v0 es la velocidad correspondiente a la órbita


circular centrada en O y que pasa por P. Para a = 1,
294 Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia

FIG. 9.15 Trayectorias que pasan por un punto común P


y son norm ales a la línea OP trazada por el centro O.
la órbita es circular; para a < es una elipse; para
Llamando v0 a la velocidad de la órbita circular, el a = y/2 es una parábola; y para a > y/2 la órbita es una
parám etro a queda definido por vP(<d = «vo. Se ve en la hipérbola. [Estos resultados se aclararán con la fórmula
Ec. (9.31) que £(=0 = (2 — a2)£ 0. (9.31) más adelante.]
Mediante el cálculo de la energía, podrem os compro­
b ar que la transición entre las trayectorias abiertas y
cerradas se verifica para a = y/2. En el punto P la energía
total puede escribirse en la form a

e = = iM a W _ gm m .

GMM0
= |( a 2 - 1 )Mü02 + |M ü 05

= E0 + i(a 2 - l)Mu02 (9.30)


en donde E 0 y v0 se refieren a la energía y a la velocidad
para la órbita circular y r0 es la distancia entre P y O.
Ahora bien, en la órbita circular
Mv02 GMM2
Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia 295

en donde el prim er m iem bro es el producto de la m asa


por la aceleración centrípeta y el segundo la fuerza
gravitatoria. Utilizando este resultado, podemos escribir
la energía en la órbita circular como
gmm2
E0 = - = §Mü02 — Mv02 = —|M ü02

y la Ec. (9.30) puede escribirse


£ = E0 - ( c ‘ - 1)E0 = (2 - «*)£„ = («^ - 2)15,1 (9.31)

Si a2> 2, la energía total es positiva y la trayectoria es


abierta. Si a2 < 2, la energía total es negativa y la órbita
es cerrada: la partícula no puede escapar hasta una
distancia infinita. Si a2 = 2, la órbita es parabólica.

Leyes de Kepler. La determ inación por Kepler de


que las órbitas de los planetas eran elipses alrededor
del Sol fue uno de los mayores descubrimientos experi­
mentales .en la historia de la hum anidad. Junto con su
formulación de las leyes empíricas del movimiento pla­
netario proporcionó la prueba experimental prim era
para las leyes de Newton de la mecánica y para la teoría
de la atracción gravitatoria. Kepler enunció las tres
leyes esencialmente como sigue:
1. Todos los planetas describen en su movimiento
órbitas elípticas con el Sol en uno de sus focos.
2. Una recta trazada desde el Sol hasta un planeta
barre áreas iguales en tiempos iguales.
3. Los cuadrados de los períodos de revolución de
los diversos planetas alrededor del Sol son proporciona­
les a los cubos de los semiejes mayores de sus órbitas.
(Este enunciado es más general que la formulación ori­
ginal de Kepler.)
En toda nuestra discusión despreciamos la influencia
de los demás planetas sobre el que está bajo conside­
ración.
Acabamos de dem ostrar que las órbitas cerradas son
elípticas. La segunda ley de Kepler fue estudiada en el
Cap. 6, Ec. (6.36), en donde se demostró que era una
simple consecuencia de la conservación del momento
cinético.
Vamos a deducir a continuación la tercera ley de
Kepler. Si dS es el área barrida en el tiempo dt por el
radio vector que une el Sol con el planeta, entonces se
encuentra
dS_ _ T (9.32)
dt
296 Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia

en donde J es el m omento cinético y M ía m asa reducida:


Integrando (9.32) a lo largo de un período T del movi­
m iento tendrem os

S = UL o T= = - V ahM (9.33)
2M J J K ’
Aquí S — ir ab es el área de la elipse, cuyo semieje ma­
yor es a y el m enor b.
Ahora bien, 2a = rraax + rmin es una propiedad eviden­
te de la elipse; utilizando (9.27) tendrem os

2a = - s-e + - se = 2se
1+ e 1 —e 1 — e2
En las Ecs. (9.26) y (9.27) esta ecuación se convierte en

2a = — -----------J—--- (9 3 4 )
1 - e2 GM2M2 (y-'34j
Elevando al cuadrado la Ec. (9.33) y teniendo en cuenta
(9.34) para J2 resulta
(27TabM)2 47T2ab2M o
“ aGMM2M( 1 - e2) = GMM2(1 - e2) ^ ' 35^

Pero es una propiedad de la excentricidad que (véase


figura 9.14)
b2 = a2(l — e2)
de modo que la Ec. (9.35) se reduce a
_ 47r2a 3
T 2

T ~ gm T <9'36>
La Ec. (9.36) debe com probarse p ara una órbita circular.
La Tabla 9.2nos da detalles de las órbitas de los
planetas principales. La inclinación dada en la tabla es
el ángulo form ado entre el plano de la órbita de un
planeta y el plano de la órbita terrestre (la elíptica).
Obsérvese que la de la Tierra es casi circular. Una uni­
dad astronómica de longitud (U.A.) se define como la
semisuma de las distancias m ayor y m enor de la Tierra
al Sol.

1 U.A. = 1,495 X 1013 cm

E sta unidad no debe confundirse con un parsec. Un


parsec es la distancia a la que una unidad astronóm ica
subtiende un ángulo de un segundo de arco.
1 parsec = 3,084 X 1018 cm
La distancia del Sol a la estrella más cercana es 1,31
parsecs.
Fuerza in versam ente proporcional al cuadrado de la distancia 297

TABLA 9.2

S e m ie je P erío d o E xcen- In cli- M asa (rela tiva


Planeta m a yo r, U. A. s tric id a d n ación al Sol), g

Mercurio 0 ,3 8 7 7 ,6 0 X 10 6 0 ,2 0 5 6 7 °0 0 1 ,6 7 1 X 10 " 7

Venus 0 ,7 2 3 1 ,9 4 X 10 7 0 ,0 0 6 8 3 ° 2 4 ' 2 ,4 4 8 X 10 "6

Tierra 1 ,0 0 0 3 ,1 6 X 10 7 0 ,0 1 6 7 3 ,0 0 3 X 10 ~ 6
Marte 1 ,5 2 3 5 ,9 4 X 10 7 0 ,0 9 3 4 1 ° 5 1 ' 3 ,2 2 7 X 10 ~ 7
Júpiter 5 ,2 0 2 3 ,7 4 X 10 8 0 ,0 4 8 1 ° 1 ° 1 8 ' 9 ,5 4 8 X lO " 4
Saturno 9 ,5 5 4 9 ,3 0 X 10 8 0 ,0 5 3 0 ° 2 ° 2 9 ' 2 ,8 5 8 X 10 “ 4
Urano 1 9 ,2 1 8 2 ,6 6 X 10 9 0 ,0 4 8 2 ° 0 °4 6 ' 4 ,3 6 1 X 10 ~ 5
Neptuno 3 0 ,1 0 9 5 ,2 0 X 10 9 0 ,0 0 5 4 ° 1°4 6 ' 5 ,1 9 2 X 10 " 5
Plutón 3 9 ,6 0 7 ,8 2 X 10 9 0 ,2 5 1 ° 17 ° 8' 5 ,5 1 9 X 1 0 -7

0 La excentricidad varía con el tiempo debido a las perturbacio­


nes ocasionadas por otros planetas. Estos son los valores esta­
blecidos para 1972.

Comprobemos la tercera ley de Kepler para la órbita


de Urano com parada con la de la Tierra. El cubo de la
razón de las longitudes de los semiejes mayores es
^ i^ 22^3 _ ?1 Qx 102

El cuadrado de la razón de los períodos es


FIG. 9.16 A partir de lapendiente deesta línea recta
(84 ,2 )2 ~ 70,9 X 102 podemos ver fácilmente que elperíodo T varía como a3/2.
298 Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia

que concuerda perfectam ente. (Se ha utilizado en las


operaciones una regla de cálculo pequeña; el lector
deberá realizar la m ism a comprobación para la órbita
de M ercurio com parada con la de la Tierra.) En el
gráfico de la fig. 9.16 hemos utilizado un papel doble
logarítmico para representar los datos de los planetas;
la pendiente de la línea recta nos dará el exponente de la
ley. (Comprobarlo.)
Newton comprobó tam bién la tercera ley de Kepler
con los períodos de revolución observados de las cuatro
lunas mayores de Júpiter, encontrando que el acuerdo
era muy bueno.
Problema de los dos cuerpos: masa reducida. Hemos
resuelto el problem a de una m asa que se mueve en el
campo de una m asa infinitam ente grande o estaciona­
ria. Hemos indicado tam bién que esta solución puede
FIG. 9.17 M i y M 2 interaccionan entre sí por medio de aplicarse al caso en que las m asas son comparables, es
una fuerza central colineal con el vector r; ri y r2 son decir, ninguna de las dos es infinitam ente grande. Vea­
los vectores de posición de M¡ y M 2 referidos a un mos cómo puede hacerse esto. En el proceso introduci­
determinado sistema inercial con origen O. En ausencia
¿fe Vcrerzas fex\feTTic>s y\c.m. — const.YVer pág.
rem os un nuevo concepto, el de masa reducida.
Supongamos que no existen fuerzas externas, de modo
que las únicas fuerzas que actúan son las de interacción
m utua. Entonces, como se indicó en el Cap. 6 , la velo­
cidad del centro de masas es constante y podemos hacer
igual a cero esta velocidad m ediante una transforma-
c\óyy de. G a.\\\feo expropiada.. (8>i e x isV icr a n . iu e r x a b e x t e r n a s ,
el centro de masas sería acelerado y referiríam os nuestra
solución a este punto acelerado.) La fig. 9.17 m uestra los
vectores utilizados:

R„ = Miri + M2r2
M1 + M2
Obsérvese en este punto que las fuerzas que actúan so­
bre y M2 están dirigidas hacia el centro de masas, ya
que éste, necesariamente, se encuentra en la línea que une
las masas. Como nuestro análisis es válido para cualquier
fuerza central, generalizaremos la fuerza sobre y M2
en la form a F(rn)i, donde r 12 es la distancia comprendida
entre Ml y M2:
¿ 2r d 2r 2
dt2
= F(h2)i —dt2
= - w

En lugar de sum ar estas dos ecuaciones, lo que condu­


ciría a la constancia de la cantidad total del movimiento,
las restam os, después de dividir por la m asa :
d 2r 1 d 2r2 d 2(r1 — r2)
Fir12 /
dt2 dt2 dt2 (mj + M2 )
Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia 299

En la fig. 9.17 vemos que r t — r 2 = r, el vector posición


de Aíj respecto a M2 y que el vector unitario r está diri­
gido a lo largo de rj — r2. Si ahora introducim os la masa i
reducida ¡x,
P¿2
ri- r 2 = r ----v

(9.37)

Mi
obtenemos ¡x. d2r /d t2 = F(r 12)r. En el caso de la fuerza
gravitatoria,
J v :.... • 1 MÉliBgÉiiiBiliilÉte
d 2r GALM, a
(9.38)
11 d F = ------
que ya hemos resuelto. FIG. 9.18 En urr sistema inercial con el centro de masas
Utilizaremos las Ecs. (9.37) y (9.38) del siguiente en reposo y en el origen, A to = — A to . El momento
modo: Recuérdese que r es el vector dirigido de M2 a My. cinético de alrededor del centro de masas, más el
Con la Ec. (9.38) podemos hallar el movimiento de Mi momento cinético de M 2 alrededor del centro de masas
es constante, el momento cinético total J. Obsérvese
respecto a M2 exactam ente como si M2 fuese el origen la diferencia de rj y r2 de los correspondientes en la
fijo de un sistem a inercial, excepto que debemos utili­ figura 9.17.
zar fx en lugar de M x para la masa. Así, pues, se reduce
el problem a de dos cuerpos al de uno solo que com pren­
de el movimiento de un cuerpo de m asa ¡j l . Pero, ¡obsér­
vese que la fuerza en (9.38) no es — G¡xM2/r 2\ Para hallar
la órbita del problem a de dos cuerpos necesitamos única­
mente resolver este problem a de un solo cuerpo. La
reducción del problem a de dos cuerpos al de uno solo
puede realizarse del mismo modo para cualquier fuerza
central; la m asa reducida aparecerá siempre.
¿Cómo se definen ahora las constantes J y E de nues­
tra solución de un cuerpo? Utilizaremos la fig 9.18
con el origen en el centro de masas, teniendo especial
cuidado en advertir que rj y r 2 son distintos de los utili­
zados en la fig. 9.17. Como antes, r = rx— r2, pero

Miri + M2r2 = 0
y, por tanto,

Miri = ~ M2r2 Y A*i*i = —M2r 2


en virtud de la definición del centro de masas. Ahora
bien, el valor de J alrededor del centro de masas u ori­
gen es, de acuerdo con la últim a relación,
J = rx X Mxrx + r 2 X M2r 2 = (rx - r2) X Mxi x
MiM2 ..
= (ri “ r2) X Mx + M2-(r i - r 2) = r X
Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia 299

En la fig. 9.17 vemos que rt — r2 = r, el vector posición


de Mx respecto a M2 y que el vector unitario r está diri­
gido a lo largo de rx— r2. Si ahora introducim os la masa
reducida ¡x,

(9.37)

obtenemos ¡x d2r /d t2 = F (r 12)r. En el caso de la fuerza


gravitatoria,
d 2r GM1M2
(9.38)
dt2
que ya hemos resuelto. FIG. 9.18 En un sistema inercial con el centro de masas
Utilizaremos las Ecs. (9.37) y (9.38) del siguiente en reposo y en el origen, M in = — Mir2. El momento
modo: Recuérdese que r es el vector dirigido de M2 a Mi. cinético de Mi alrededor del centro de masas, más el
momento cinético de M 2 alrededor del centro de masas
Con la Ec. (9.38) podemos hallar el movimiento de
es constante, el momento cinético total J. Obsérvese
respecto a M2 exactamente como si M2 fuese el origen la diferencia de ri y r2 de los correspondientes en la
fijo de un sistem a inercial, excepto que debemos utili­ figura 9.17.
zar n en lugar de Mx para la masa. Así, pues, se reduce
el problem a de dos cuerpos al de uno solo que com pren­
de el movimiento de un cuerpo de m asa ¡x. Pero, ¡obsér­
vese que la fuerza en (9.38) no es — GfxM2/r 2\ Para hallar
la órbita del problem a de dos cuerpos necesitamos única­
mente resolver este problem a de un solo cuerpo. La
reducción del problem a de dos cuerpos al de uno solo
puede realizarse del mismo modo para cualquier fuerza
central; la m asa reducida aparecerá siempre.
¿Cómo se definen ahora las constantes J y E de nues­
tra solución de un cuerpo? Utilizaremos la fig 9.18
con el origen en el centro de masas, teniendo especial
cuidado en advertir que rx y r2 son distintos de los utili­
zados en la fig. 9.17. Como antes, r = rt — r2, pero

Miri + M2r2 = 0
y, por tanto,

Miri = M2r2 M11*1


f — ^ 2*2

en virtud de la definición del centro de masas. Ahora


bien, el valor de J alrededor del centro de masas u ori­
gen es, de acuerdo con la últim a relación,
J = r± X + r2 X M 2r2 = (rt - r2) X M 1r1
MiM2
= (rt - r2) X — - —-—(r. —r9) = r X Mr
M1 + M2{1 21 ^
Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia 301

La m enor de ambas m asas tiende a predom inar en el


valor de la m asa reducida. La discrepancia de /x respecto
U(r)
a m e s fácilm ente detectable en el espectro del hidrógeno
atómico.
El positronio es un átom o sem ejante al hidrógeno
formado por un positrón y un electrón sin ningún pro­
tón. Un positrón es una partícula que tiene una m asa
igual a la del electrón pero con una carga positiva e.
El resultado (9.41) sugiere correctam ente que puede
existir una semejanza entre las líneas espectrales del
hidrógeno atómico y las del positronio, con tal que
tengamos en cuenta el hecho de que la m asa reducida
del positronio es aproxim adam ente la m itad de la del
hidrógeno atómico. La interacción coulombiana entre un
electrón y un positrón tiene la m ism a form a que la exis­
tente entre un electrón y un protón. Los niveles energé­ FiG. 9.20 Gráfico de la energía potencial en función
ticos del hidrógeno y del positronio se ven en la fi­ de la distancia entre dos átomos combinados para
formar una molécula. La posición de equilibrio está en r<¡.
gura 9.19.
La curva a trazos es la parábola que corresponde a la
función energía potencial cuadrática dada en la ecua­
EJEMPLO ción (9.42).
V ib ra ció n d e una m o lécu la d ia tó m ica . Dos átomos ligados
formando una molécula estable tendrán una energía potencial
que es una función cuadrática de la diferencia r — r0 entre su
separación r y la de equilibrio r„:
U(r) = lC (r - r0)2 (9.42)

con tal que (r — r0) / r 0 « 1 (fig. 9.20). La fuerza está dirigida a lo


largo de la línea que conecta los átomos y viene dada (si la molé­
cula no está girando) por

F= - w ^ = - c^ - ^ <9-43>

Esta ecuación describe un oscilador armónico de constante C.


Las masas de los átomos son M¡ y M2. ¿Cuál es la frecuencia
de vibración?
En una vibración libre ambos átomos estarán en movimien­
to mientras que el centro de masas permanecerá en reposo. La
ecuación del movimiento viene dada naturalmente por (9.38) en
la que ha de sustituirse la fuerza gravitatoria por (9.43):

= —C (r — r0)r (9.44)

Si la molécula no está girando, la dirección de r es fija y, por


consiguiente,
d 2r _ d 2r *
d t 2 ~ d t2

(La derivada de r no es esta sencilla fórmula si la dirección de


r está variando.) Por tanto, podemos volver a escribir (9.44) como
una ecuación escalar:
d 2r .
= - C<r - ro>
302 Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia

que es la ecuación del movimiento de un oscilador armónico


simple de frecuencia angular

C1 (9.45)

Se sabe a partir de mediciones espectroscópicas que las fre­


cuencias de vibración fundamentales de las moléculas HF y
HC1 son
u 0(HF) = 7,55 X 1014 rad/s
co0(HCl) = 5,47 X 1014 rad/s

Utilicemos estos datos para comparar las constantes de las fuerzas


CHF y Chci- La masa reducida del HF es, en unidades de masa
atómica
1 ~ A , _L _ 20 _ n
Mhf ~ 1 19 “ 19 Mhf ~ 0,950
1 ^ 1 , 1 _ 36
/Xjjci * 1 35 35 MHCir-0.973

(Se ha utilizado la masa atómica del isótopo más abundante del


cloro, Cl35.) Obsérvese que las masas reducidas tienen un valor
muy parecido. Ello se debe a que el hidrógeno, por ser más
ligero, contribuye en mayor grado a la oscilación.
Ahora, de (9.45) tendremos para la razón de las constantes
de la fuerza

^ hf _ (/í(0q2)hf 54,0 X 1028 ¿


^ hci o2)hci 29,0X 1028

mientras que para una constante aislada se tiene

~ (54 X 1028)(1,66 X 10 24) ~ 9,0 X 105 dina/cm

Se ha incluido aquí el factor que convierte la masa atómica en


gramos.
¿Es razonable este valor de C? Supóngase que deformamos
la molécula (cuya longitud es próxima a 1 A = 1 x 10-8 cm) en
0,5 Á. El trabajo necesario será probablemente el suficiente para
romper la molécula en átomos separados de H y F. Según (9.42)
el trabajo en deformar 0,5 A será del orden de magnitud

£C(r - r0f s i(9 X 105)(0,5 X 10~8)2 s 1 X 10"11 erg

o bien « (1 x 10_11)/( 1,6 x 10~12) 6 eV, valor que es razonable


para una energía de descomposición en átomos separados. Al
hacer esta estimación hemos utilizado la fórmula (9.42) en una
región en la que no es válida. La energía potencial intermolecu­
lar real tendrá una forma más bien parecida a la que se muestra
en la figura 9.20.

PROBLEMAS una masa M x situada a una distancia R de una recta de


longitud infinita y cuya densidad de masa por unidad de
1. A tra c ció n g ra v ita to ria d e un a lín ea re c ta in fin ita. De­ longitud es p. (Hay que tener cuidado con la dirección
mostrar que IG p M J R es la fuerza gravitatoria ejercida sobre de la fuerza debida a un elemento de recta.)
Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia 303

2. A tra cció n g ra v ita to ria d e una re c ta fin ita. Sea un pendicular a un radio vector desde el centro de la Tierra
punto x sobre la perpendicular media a un segmento recti­ y a 321,8 km por encima de la superficie terrestre tenga el
líneo de longitud 2L y masa M; el origen de coordenadas otro extremo de su órbita elíptica en la Luna (386 160 km del
está sobre la recta. centro de la Tierra)?
(a) Encontrar una expresión para la energía potencial
de una masa puntual m referida a U = 0 para x = oc. 8. V e lo c id a d d e escape. Despreciando el rozamiento,
S ol. —(G M m /L ) log {[L + (x2 + L 2f y / x ) .
determinar la velocidad que debe darse a un satélite en la
superficie de la Tierra para que alcance justamente el punto
( b ) Hallar una expresión para la fuerza gravitatoria ejer­
situado entre la Tierra y la Luna, donde la fuerza gravita­
cida por la línea sobre una masa puntual m en x. ¿En qué
toria es cero. Si justamente sobrepasara este punto, ¿con
dirección actúa la fuerza?
qué velocidad caería sobre la Luna?
(c) Demostrar que el resultado de la parte (a) se reduce Sol. v(escape) = 1,1 x 10s cm/s.
a U «« — G M m /x cuando x » L.
Considérese un alambre delgado de 2 m de longitud 9. V ariación en la m a sa solar. ¿Qué pasaría con la órbi­
y cuya densidad lineal es 2 g/cm. ta terrestre, supuesta circular, si la masa del Sol se redujera
(d) ¿Cuál es el valor (en dinas) de la fuerza gravitatoria bruscamente a la mitad de su valor actual?
ejercida por el alambre sobre una masa puntual m = 0,5 g
situada sobre el eje longitudinal del alambre a una distan­ 10. O rb ita d e l helio. Suponer que el nivel energético
cia de 3 m de su centro? Sol. 1,7 X 10“10 dinas. a — 13,6 eV del hidrógeno es producto de una órbita circu­
(e) ¿Cuál es la energía potencial (en erg) de la masa lar de un electrón.
puntual en el campo de fuerzas del alambre, en la posición (a) Calcular el momento cinético. Sol. 1,1 x 10“27 erg-s.
dada en la parte (d)? Sol. — 4,6 x 10_7erg. (b) ¿Cuál sería el radio y energía de un electrón en
órbita circular alrededor de un núcleo de helio (carga + 2e)
3. E n erg ía p o te n c ia l g ra v ita to ria de un c o n ju n to d e es­
moviéndose con el mismo momento cinético?
trellas. Hallar la energía potencial gravitatoria mutua (en
erg) de un sistema de ocho estrellas, todas de masa igual 11. M o v im ie n to o rb ita l d e las e stre lla s binarias. La
a la del Sol, situadas en los vértices de un cubo cuya estrella de mayor masa conocida hasta el presente, es la
arista es 1 parsec. (Omítase la auto-energía de cada estrella.) estrella J. S. Plaskett. Es una estrella doble o binaria *;
Sol. 2 x 1042 erg. es decir, se compone de dos estrellas ligadas por acción
4. A g u je ro a tra v é s d e la T ierra. Consideremos un agu­ de la gravedad. A partir de estudios espectroscópicos se
jero taladrado hasta el centro de la Tierra. Demostrar que sabe que
si se desprecian la rotación de la Tierra y el rozamiento, el (a) El período de revolución alrededor de su centro de
movimiento de la partícula será armónico simple. Determi­ masas es 14,4 días (1,2 x 106 s).
nar el período. Comentar la relación que existe entre éste (b) La velocidad de cada componente es de 220 km/s
y el período de un satélite que gira próximo a la super­ aproximadamente. Como ambas componentes tienen velo­
ficie de la Tierra. (N o ta : La rotación de la Tierra no evitaría cidades muy próximas (pero opuestas), se puede deducir
que el movimiento dejase de ser armónico simple, pero el que están prácticamente equidistantes del centro de masas
período cambiaría ligeramente. ¿Cómo podría demostrarse y, por consiguiente, que sus masas son casi iguales.
que esto es cierto? ¿Cómo vendría afectado el período?) (c) La órbita es prácticamente circular.
A partir de estos datos, calcular la masa reducida y la
5. M o v im ie n to en una galaxia. Considérese una distri­ separación de ambas componentes.
bución esférica. uniforme de estrellas en una galaxia de Sol. fx «=» 0,6 x 1035 g; separación 0,8 x 1013cm.
masa total M y radio R 0. Cierta estrella de masa M s a una
determinada distancia r < jR0 del centro se moverá bajo la 12. F orm a d e l m a r s o b r e un a T ie rra u n ifo rm e. Una Tie­
acción de una fuerza central cuyo módulo depende de la rra esférica uniforme está cubierta con agua. La superficie
masa incluida dentro de la esfera de radio r. del mar adquiere la forma de un esferoide achatado (una
(a) ¿Cuál es la fuerza en r? Sol. F = GM sM r /R 03. esfera aplastada) cuando la Tierra gira con velocidad angu­
(b) ¿Cuál es la velocidad de la estrella si se mueve alre­ lar i». Encontrar una expresión aproximada para la dife­
dedor del centro en una órbita circular? rencia en profundidad del mar en un polo y en el ecuador,
Sol. v = (G M r2/R a )i. suponiendo que la superficie del mar es una superficie de
energía potencial constante. (¿Por qué es ésta una hipóte­
6. O r b ita d e lo s m e te o rito s . Un meteorito tiene una
sis plausible?) Despreciar la atracción gravitatoria del mar
velocidad de 7,0 x 106 cm /s en el perihelio cuando su dis­
tancia al Sol es de 5,0 x 10“ cm. Determinar su distancia sobre sí mismo. In dicación : Necesitamos una expresión de
y velocidad en el afelio y la excentricidad de su órbita uti­ la energía potencial que represente el efecto de la rotación
lizando las Ecs. (9.21), (9.25) y (9.28).
S ol.: Distancia = 5,5 x 1013 cm; velocidad = 6,3 x 105 cm/s;
e = 0,83. (*) Se encuentra un buen estudio de las estrellas binarias en
el libro de O. Struve, B. Lynds y H. Pillans, «Elementary astrono-
7. S a té lite d e la T ierra. Imaginar que la Luna no tiene my», Cap. 29 (Oxford University Press, Nueva York, 1959). Por
masa, de modo que no influye sobre la órbita de un saté­ lo menos la mitad de las cincuenta estrellas más próximas al
lite. ¿Qué velocidad es necesaria para que un satélite per­ Sol son binarias o múltiples.
304 Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia

de la Tierra. Este potencial centrífugo se ha citado en la fi­ Ahora bien,


gura 6.21 b y en el Cap. 6, Prob. 13: di n dp C
~~r~ — 0 J = Mr X v
dt ~dt~^X
í/c e n t = - W r Z

= r. ( * I + A ) = dr
en donde U se refiere a la masa unidad. Como F = — d U/ d r Vd t r dt 1 dt
resulta

1 Cr v 1
F cent — Por tanto ÉL
dt M c J x i r + 7 - í r < v - r>r
que es la familiar «fuerza centrífuga». Recordemos que esta
(r X v) X r v (v • r)r
expresión se utiliza sólo para valores de r ligeramente supe­
riores al radio de la Tierra R T.
Zs +T
Establezcamos el potencial gravitatorio en el polo N r2v _ (r • v)r v (r • v)r
(o polo S ), en donde Ucent = 0 (ya que la r en esta expresión r3 ^3 ^3 = 0
es la distancia desde el eje de rotación), igual al potencial
gravitatorio más Uoent en el ecuador. La superficie en el polo
será R t + Dpoi0 desde el centro de la Tierra; en el ecuador,
R t + -Dec, en donde Dpoi0 y Dec son ambos muy inferiores en donde hemos utilizado la expresión del producto vecto­
1 rial triple, Ec. (2.55).
a R t. Sol. (Dgo — -Dpolo) / R t ^ R r/2 g í=s! Según la definición de e , Ec. (9.46),
580

Este valor es muy próximo a 1/298 observado para la forma e - r = é re o s d = - ^ 1 ( J x p * r) + r


real de la Tierra.

13. C álcu lo d ir e c to d e la tu e rza . Utilizar un cálculo di­


P
r(l — e eos 6) =
recto que demuestre que la Ec. (9.14) es cierta; es decir, MC
establecer el elemento diferencial de fuerza e integrar. ( In ­
d ic a c ió n : Utilizar la simetría del problema para demostrar en donde hemos tenido en cuenta que
que la fuerza tiene la dirección de la línea que une Mi y el
centro de la corteza, de modo que la integración se refiere J X p r = J p X r = —J *r X p = - J J
sólo a esta componente de la fuerza.)
o
14. S a té lite a lre d e d o r d e la Luna. Determinar el período
MC
de un satélite que se mueve alrededor de la Luna a partir (1 — e eos 0)
de los valores incluidos en la cubierta interior de este P
libro.
que es justamente la Ec. (9.24).
Como vemos, el vector e es de magnitud igual a la excen­
TEMA AVANZADO
tricidad y de dirección 6 = 0, eje principal de la elipse o eje
O tro m é to d o d e in te g ra r la ecu ación 1 /r. El trabajo de
de la hipérbola; e puede encontrarse, naturalmente, a par­
resolver la ecuación diferencial para r puede evitarse utili­ tir de la ecuación energética.
zando la otra constante del movimiento
LECTURAS SUPLEMENTARIAS
X p l1 ( 9 .4 6 ) PSSC, F ísica, cap. 21, D. C. Heath and Co., Ed. Reverté.
M CJ r r
HPP, P r o je c t P h ysics C ourse, caps. 5-8. Holt, Rinehart and
en donde p = Mv = cantidad de movimiento y C es la cons­ Winston, Inc, Nueva York, 1970. Este libro nos da un
tante de la ley de fuerza F = C /r 2. El lector puede compro­ buen resumen de tipo elemental sobre los aspectos his­
bar que ésta es una magnitud sin dimensiones. Para demos­ tóricos de la comprensión del movimiento planetario.
trar que e es una constante necesitamos probar que P. van de Kamp, E le m e n ts o f A stro m ech a n ics, W. H. Free-
man and Co. San Francisco, 1964. Rústica; temas selec­
cionados elementales de mecánica celeste.
4^ = 0 O. Struve, B. Lynds y H. Pillans, E le m e n ta ry A stron om y.
dt
Oxford University Press, Nueva York, 1959. Destaca las
Realizaremos la derivación principales ideas de la física en relación con el universo;
excelente.
1 dr T. S. Kuhn, The C op ern ica n R e vo lu tio n , Vintage Books (rús­
+ -------r^ dt
dt M C L\ d t / J d t\ tica), Random House, Inc., Nueva York, 1962.
Fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la distancia 305

American Association of Physics Teachers, separatas selec­ K e p le r, Anchor Books, Doubleday & Company, Inc., Gar-
cionadas, K in e m a tic s a n d D y n a m ics o f S a té llite O rb its, den City, N. Y., 1960. Una historia fascinante del recorrido
American Institute of Physics, Nueva York, 1963. espiritual e intelectual de Kepler hasta obtener una
Arthur Koestler, T he W a tersh ed : A B io g ra p h y o f Johan nes descripción correcta de las órbitas planetarias.
Contenido

LA VELO C ID A D DE LA LUZ c C O M O CONSTANTE


FU N D A M EN TA L DE LA NATURALEZA
M E D ID A DE c
Tiem po de trán sito de la luz a través
de la órbita de la Tierra
A berración de la luz de las estrellas
Ruedas dentadas y espejos en rotación
Cavidad resonante
C élula de Kerr
VE LO C ID A D DE LA LUZ EN SISTEM A S INERCIALES
EN M O V IM IE N T O RELATIVO
Experim entos de M ich elson -M o rley
Invariancia de c
EFECTO DOPPLER
Ejemplo. El corrimiento hacia el rojo debido al retroceso
LA VELO C ID AD LÍMITE
C O N C LU SIO N ES

Lecturas suplem entarias


Velocidad de la luz
308 Velocidad de la luz

LA VELO CIDAD DE LA LUZ c C O M O CONSTANTE


F U ND A M EN TAL DE LA NATURALEZA

La velocidad de la luz * en el vacío c es una de las


constantes fundam entales en física. Algunas de sus ca­
racterísticas son:
1. Es la velocidad a la que se desplazan todas las
radiaciones electromagnéticas en el espacio libre, inde­
pendientem ente de su frecuencia.
2. Ninguna señal puede transm itirse por ningún pro­
cedimiento en el espacio libre o en un medio m aterial
a una velocidad superior a la de la luz, c.
3. La velocidad de la luz en el espacio libre es inde­
pendiente del sistem a de referencia desde el que se la
observa. Si en un sistem a galilpano la velocidad de la luz
es c = 2,99793 X 1010 cm /s, se observará que vale también
c y no c + V (o c — V) en un segundo sistem a galileano
que se mueve paralelam ente a la señal con una velocidad
V respecto al prim er sistema.
4. En las ecuaciones de Maxwell de la teoría electro­
magnética y en la ecuación de la fuerza de Lorentz
figura la velocidad de la luz. Esto es evidente cuando
se escriben en unidades gaussianas.
5. La constante sin dimensiones (recíproco de la
constante de estructura fina)

~ 137,04
e¿
depende de la velocidad de la luz. Aquí 2ixh es la cons­
tante de Planck y e la carga del protón. E sta constante
juega un im portante papel en física atóm ica y se estu­
diará en el Vol. 4. No disponemos de ninguna teoría que
prediga el valor de esta constante.
Este capítulo se refiere principalm ente a experiencias
y resultados experimentales. Discutiremos la medida de
la velocidad de la luz y la prueba experim ental de la
invariancia de la mism a respecto a la velocidad de cual­
quier sistem a inercial. Dejaremos p ara el Vol. 3 ciertas
cuestiones respecto a la naturaleza electrom agnética de
la luz y sobre su propagación en medios refractarios y
dispersivos como los sólidos y los líquidos. (Un medio
refractario es aquél en el que el índice de refracción no
es exactamente la unidad. Un medio dispersivo es aquél
en el que el índice de refracción es función de la fre­
cuencia.)

(*) Obsérvese que la frase velocidad de la luz debe entenderse


como la velocidad de la luz en el espacio libre (c), a menos que se
advierta explícitamente otra cosa. La velocidad de la luz en un medio
material es menor que c y puede incluso ser menor que la velocidad
de una partícula cargada en el mismo medio (efecto Cerenkov).
Velocidad de la luz 309

FIG. 10.1 Eclipse de la luna de Júpiter, M, que tiene


lugar cuando M desaparece detrás de J visto desde la
Tierra. El tiempo real de observación sobre la Tierra
es L/c más tarde debido a la velocidad finita de la luz.
M E D ID A D E c pe rf0ci0 m es ¿e unas 42 h.

Se han empleado muchos métodos para m edir la


velocidad de la luz *. Los revisaremos a continuación
dando una breve idea de los mismos.
Tiempo de tránsito, de la luz a través de la órbita de
la Tierra. D urante muchos siglos, antes de que se
realizaran pruebas experimentales, se creía que la velo­
cidad de la luz debía ser finita. La prim era prueba expe­
rim ental de que esta velocidad era finita se debe a Roe-
m er en 1676, el cual observó que el movimiento de lo,
la luna más interna de Júpiter, no seguía un horario
enteram ente regular. Existía una variación en los perío­
dos de los eclipses de lo por Júpiter (fig. 10.1). Cuando
en cierta época del año predijo el momento del eclipse
que se produciría 6 meses más tarde (fig. 1 0 .2 ) cometió
un error de 22 minutos aproxim adam ente y postuló que
este valor es aproxim adam ente el tiempo de tránsito de
la luz a través de la órbita de la Tierra. Su m ejor estima­
ción del diám etro medio D de la órbita terrestre alrede­
dor del Sol era 2,83 X 1013 cm y con estos datos calculó c,
2,83 X 1013 = 2,14
c = ——---- o mío
X 10 /
10 cm/s
22 X 60

(*) Un excelente resumen en inglés de las medidas de la veloci­


dad de la luz viene dado por E. Bergstrand en «Handbuch der Physick»,
S. Flügge (ed.), vol. 24, págs. 1-43 (Springer Verlag OHG, Berlín, 1956).
Los valores de c que se dan aquí son los relacionados por Bergstrand.
Véase también J. F. Mulligan y D. F. McDonald, Am. J. Phys., 25, 180
(1957).
310 Velocidad de la luz

FIG. 10.2 Seis meses más tarde, la Tierra ha comple­


tado un semicírculo, pero Júpiter se ha desplazado sólo
15°. El eclipse se observa ahora un tiempo L'/c más Para el tiempo en que Roemer hizo sus estimaciones,
tarde, en donde L L + D. este vaior estaba en buen acuerdo con 3,0 X 1010 cm/s.
El movimiento angular de Júpiter alrededor del Sol es
más lento que el de la Tierra (12 años frente a l ) ; así,
pues, es el diám etro de la órbita de la Tierra y no el de
la de Júpiter el que interviene principalm ente en los
cálculos. El método de Roemer no es muy exacto, pero
m ostró a los astrónom os que al analizar las observa­
ciones planetarias para encontrar el verdadero movi­
m iento de un planeta o luna es necesario tener en cuenta
el tiempo de propagación de la señal luminosa.

A b e r r a c i ó n d e la lu z e s telar. En 1725 James Bradley


inició una serie de interesantes observaciones preci­
sas de un cambio aparentem ente estacional en la posi­
ción de las estrellas, en particular de una estrella llama­
da y Draconis. Él observó que (una vez aplicadas todas
las demás correcciones) una estrella situada en el cénit
(directam ente encima de nosotros) parecía moverse en
una órbita casi circular con un período de un año, te­
niendo un diám etro angular de unos 40,5". También ob­
servó que las estrellas en otra posición tenían un movi­
miento algo semejante, en general, elíptico.
El fenómeno observado por Bradley se denomina
a b e r r a c i ó n y se representa en las figs. 10.3 a 10.5. No tiene
nada que ver con el verdadero movimiento, si lo tiene,
de la estrella; se debe a la velocidad finita de la luz y a
FIG. 10.3 Bradley, en 1725, utilizó el fenómeno de abe­
rración para determinar c. Supongamos que la luz
la velocidad de la Tierra en su órbita alrededor del Sol.
de una fuente alejada ilumina el objeto E, que tiene Este experimento fue realmente el prim ero que directa­
una velocidad v normal a la luz incidente. m ente sugería que el Sol era un sistema inercial mejor
Velocidad de la luz 311

FIG. 10.4 De acuerdo con un observador en E, la luz FIG. 10.5 Bradley utilizaba luz de una estrella lejana si­
tiene componente horizontal v lo mismo que componen­ tuada en el cénit y conocía la velocidad de la Tierra
te vertical c. Así, pues, los rayos de luz de la fuente (vr = 30 km /s) para determinar c a partir de las medi­
están inclinados un ángulo <*, en donde tg « = v/c. ciones de «: tg « = vT/c.

que la Tierra, es decir, que es preferible considerar que


la Tierra se mueve alrededor del Sol en lugar de este últi­
mo alrededor de la Tierra, porque en dicha experiencia se
detecta directam ente el cambio anual en dirección de la
velocidad de la Tierra respecto a las estrellas.
La explicación más sencilla de la aberración nos la
sum inistra la analogía de la propagación de la luz con
la caída de las gotas de lluvia (fig. 10.6). Si no sopla el
viento, las gotas caen verticalm ente y un hom bre quieto
con un paraguas directam ente sobre él no se m ojará.
Si el hom bre corre, m anteniendo el paraguas en la m ism a
posición, la parte delantera de su abrigo se m ojará.
Respecto a la persona móvil, las gotas no caen exacta­
m ente verticales.
Citamos aquí una am ena relación* de cómo se le
ocurrió a Bradley la explicación de sus observaciones:

«Al fin, cuando ya desesperaba de poder justificar los fe­


nómenos que había observado, se le ocurrió de repente una
explicación satisfactoria, cuando ni siquiera pensaba en

(*) T. Thomson, «History of the Royal Society», p. 346 (Londres, 1812).


312 Velocidad de la luz

FIG. 10.6 Un ejemplo familiar de aberración. Este alum­ ello * . Asistía a una agradable excursión en una embarca­
no se ve sorprendido por la lluvia que cae verticalmente. ción a lo largo del río Támesis. Dicha embarcación tenía un
Si se mantiene quieto bajo su paraguas, no se mojará. mástil que llevaba un grimpolón en el tope. Soplaba un viento
Pero si empieza a correr empezará a mojarse. En este moderado y estuvieron navegando aguas arriba y abajo por
nuevo sistema de referencia la lluvia tiene una veloci­ el río durante bastante tiempo. El Dr. Bradley observó que
dad horizontal — v, siendo v la velocidad respecto al cada vez que la embarcación viraba, el grimpolón en el
suelo. tope del palo se desviaba un poco, como si se produjera
un ligero cambio en la dirección del viento. Lo observó
tres o cuatro veces sin hablar; al final se lo mencionó a los
marineros y expresó su sorpresa ante el hecho de que el
viento se desviase tan regularmente cada vez que hacían
virar la embarcación. Los marineros le dijeron que el viento
no había rolado, sino que el cambio aparente se debía a la
variación en la dirección de la barca asegurándole que lo
mismo sucedía siempre. Esta observación accidental le llevó
a la conclusión de que el fenómeno que tanto le había
confundido se debía al movimiento combinado de la luz y
de la Tierra.»

E sta es la explicación de la aberración según pala­


bras de Bradley **:

( * ) Muchos inventos y descubrimientos se han realizado cuando,


después de un fracaso inicial, el científico ha alejado el problema de
sus pensamientos. Un distinguido matemático comenta este hecho en un
libro fascinante y muy importante: J. Hadamard, «An Essay on the Psy-
chology of Invention in the Mathematical Field» (Princeton University
Press, Princeton, N. J., 1945); reimpresión (Dover Publications Inc., Nueva
York, 1954).
( * * ) J. Bradley, Phil. T rans. R oy. S oc., 35, 637 (1728).
Velocidad de la luz 313

«Consideré este problema de la siguiente manera. Imagi­


né que CA [véase la fig. 10.7] era un rayo de luz, incidiendo C
perpendicularmente sobre la línea B D ; entonces, si el ojo
está en reposo en A, el objeto debería aparecer en la direc­
ción AC, lo mismo si la luz se propaga en un instante que
si tarda un cierto tiempo. Pero, si el ojo se mueve de B hacia
A y la luz se propaga con el tiempo a una velocidad que es
respecto a la velocidad del ojo como CA es a AB, entonces
mientras la luz se mueve de C a A, el ojo lo hace de B a A.
Esa partícula luminosa por la que se distingue el objeto y
que marcha hacia A, se encuentra en C cuando el ojo en
su movimiento está en,!?. Uniendo los puntos B y C, su­
puse que la línea CB era un tubo (inclinado sobre la línea
B D en el ángulo BCD) de diámetro tal que sólo pudiese
admitir una partícula luminosa; entonces fue fácil concebir
que la partícula luminosa en C (por la que debe verse el
FIG. 10.7 Diagrama de velocidades utilizado por Bradley.
objeto cuando el ojo, en su movimiento, llegue a A) debería
pasar por el tubo BC, si está inclinado respecto a BD en el
ángulo DBC, y acompaña al ojo en su movimiento de B
a A, y no podría alcanzar al ojo colocado detrás de dicho
tubo, si tuviese cualquier otra inclinación respecto a la línea
BD.»

Para una estrella directam ente sobre nosotros la


aberración máxima se verifica cuando la velocidad de
la Tierra es perpendicular a la línea de observación. En­
tonces el ángulo de inclinación, o aberración, del teles­
copio se deduce de las figs. 10.4 y 10.5 y viene dado por
VT
tg a =

siendo vT la velocidad de la Tierra. La velocidad orbital


de la Tierra alrededor del Sol es, aproximadanlente,
3,0 X 106 cm /s; la velocidad debida a la rotación de la
Tierra sobre su propio eje, que es unas 100 veces menor,
puede despreciarse aquí. El ángulo a en la Ec. (10.1) es
la m itad del diám etro angular observado por Bradley,
de 40,5". Así, tomando a = 20" y despejando c en la
Ec. (10.1) resulta (haciendo tg a « «)

3 X 106
= 3,1 X 1010 cm/s
3600 X 1/57,3

que está en buen acuerdo con los valores actuales.


Ruedas dentadas y espejos en rotación. La prim era FIG. 10.8 a) Aparato de rueda dentada de Fizeau, 1849.
determinación terrestre de la velocidad de la luz fue La luz procedente de una fuente puntual S se refleja en
[levada a cabo por Fizeau en 1849. Encontró el valor un espejo semiplateado M i y pasa a través de una rue­
^véase figs. 1 0 .8 a, b, c). da dentada R que gira sobre el eje X-X. La luz va enton­
ces al espejo M 2 y vuelve al observador O a través de
R y Mi. Un espejo semiplateado refleja la mitad de la
c = (315 300 ± 500) km/s luz incidente y transmite la otra mitad.
314 Velocidad de la luz

FIG. 1Ü.9 li) Aparato del espejo rotatorio do Foucault,


1850, compuesto de una rendija luminosa S que hacía
de fuente, un espejo semiplateado Mi, un espejo girato­
rio R (con su eje de rotación normal a la página) y un
espejo esférico M 2. Se indica el trayecto del haz desde
S a Mi.

para la velocidad de la luz en el aire *. Utilizó una rueda


dentada giratoria como in terruptor luminoso para deter­
minar el tiempo de tránsito de un destello luminoso en
una distancia de 2 X 8633 m de longitud.
FIG. 10.8 (continuación) b) El pulso P con velocidad c El aparato de rueda dentada fue reemplazado pronto
debe ir hasta M 2 y volver a R (distancia total 2L) en el por un sistem a de espejo rotatorio que da más luz y
tiempo durante el cual los dientes se mueven al espacio
siguiente, si el pulso ha de transmitirse a O. Fizeau
m ejor enfoque. El dispositivo utilizado por Foucault en
determinó c a partir de L y de la velocidad angular de R. 1850 se ve en las figs. 10.9a, b, c. El m ejor valor que halló
(1862) para la velocidad de la luz en el aire es

c = (298 000 ± 500) km/s

Michelson (1927) utilizó un perfeccionamiento de dicho


dispositivo sobre una distancia de 2 2 millas ( « 3 5 ,4 km)
entre el Monte Wilson y el Monte San Antonio, en Cali­
fornia. Su m ontaje tenía la fuente luminosa en el punto
focal de una lente dando un haz de rayos de luz parale­
los en una gran longitud. Encontró así

c = (299 796 ± 4) km/s

Este trabajo excede grandem ente en exactitud a todos


los anteriores. En el Prob. 3 se darán más detalles.
Cavidad resonante. Es posible determ inar con mu­
c) Vista del haz luminoso y de la rueda dentada R
observada por el operador O. La rotación de R inte­ cha exactitud la frecuencia a la que una cavidad reso-
rrumpe el haz procedente de S, M i en pulsos cortos.
(La luz puede pasar de M i a M 2 únicamente si no (*) La velocidad de la luz en el vacío se calcula en 91 km/s mayor
se encuentra ningún diente en su camino.) que en el aire.
Velocidad de la luz 315

FIG. 10.9 (continuación) b) Estando estacionario fí, el c) Si el espejo fí gira, la luz que va de S a R y Mi
haz luminoso que va de Mi a fí y M 2 se refleja invirtien- regresa cuando el espejo giratorio está en una nue­
do su recorrido hasta Mi y siendo detectado en O. va posición fí'. Así, pues, O observa una imagen
desplazada en Mi. Foulcault determinó c a partir
de L, del desplazamiento de la imagen y de la velo­
cidad angular del espejo.

nante de dimensiones conocidas (una caja metálica)


contiene un núm ero determ inado de medias longitudes
de onda de radiación electromagnética. La velocidad de
la luz se calcula entonces a p artir de la relación teórica
c = Kv ( 10.2 )

que relaciona la longitud de onda k con la frecuencia v.


En la cavidad norm alm ente se ha hecho el vacío. Es nece­
sario corregir las dimensiones interiores de la cavidad
en la pequeña penetración * del campo electromagné­
tico en la superficie del metal. Essen (1950) utilizó fre­
cuencias de 5960, 9000 y 9500 M c/s para hallar

c = (299 792,5 ± 1) km/s


Célula de Kerr. Cuando la luz polarizada pasa a tra ­
vés de una célula de K err (un líquido en el cual un campo
eléctrico puede afectar la transm isión de luz polariza­
da) la intensidad de luz emergente y polarizada en la
dirección inicial puede m odularse modificando el voltaje
entre las placas que producen el campo eléctrico. Si se
utiliza la mism a frecuencia para m odular la sensibili­
dad de una fotocélula que detecta la luz, puede hacerse
una m edida de la velocidad de la luz con el aparato repre­

(*) La región de penetración se conoce como profundidad de pe­


netración (skin depth). Es del orden de 1 miera (en abreviatura,
/x; 1 ju= 10~4 cm) de espesor en cobre a la temperatura ambiente para
1010 cps. Deben aplicarse también otras correcciones.
316 Velocidad de la luz

sentado en la fig. 10.10. La respuesta del detector D será


un máximo si la luz de intensidad máxima alcanza a D
en un instante de sensibilidad máxima. Si suponemos
que la intensidad máxima y la sensibilidad máxima ocu­
rren al mismo tiempo, esta respuesta máxima tendrá
lugar si el tiempo necesario para que la luz se traslade
de la célula de K err al espejo M y vuelva a D es igual
a un núm ero entero de períodos N de la radiofrecuencia
m oduladora v. Entonces el tiempo transcurrido es N/v,
de donde

c = Lv
N
FIG. 10.10 Un método moderno para la determinación siendo L la distancia de K a D. Las distancias empleadas
de c. La luz procedente de la fuente S es modulada son del orden de 10 km. Algunos detalles se ven en la
en amplitud en la célula de Kerr K, pasando luego a un
espejo M y al detector fotoeléctrico D a través de las
fig. 1 0 .1 1 .
lentes U, U. Las sensibilidades del fotodetector y la Utilizando este método, B ergstrand midió
célula de Kerr están sincronizadas mediante un gene­
rador de tensión de radiofrecuencia modulada RF.
c = (299 793,1 ± 0,3) km/s
Obsérvese que el error estimado es muy bajo. Se utiliza
el mismo aparato (junto con un valor patrón para c)
para determ inar longitudes geodésicas en distancias has­
ta de 40 km; en esta aplicación se conoce con el nombre
de geodímetro.
En los últimos cien años se han hecho centenares de
mediciones de c por éstos y otros métodos. El valor que
actualm ente se acepta es

c = (2,997 925 ± 0,000 001) X 1010 cm/s (10.3)

Este valor representa un promedio ponderado de las


mediciones recientes de mayor confianza m ediante di­
versos métodos en los que se han investigado ondas
electromagnéticas desde 108 cps (radio frecuencia) hasta
1022 cps (rayos gamma). La precisión a las frecuencias
más elevadas no es tan grande como a las frecuencias
de la radio o las ópticas, pero hasta el presente no hay
ninguna razón para creer que c varía con la frecuencia
de la radiación.

VELO C ID AD DE LA LUZ EN SISTEM AS INERCIALES


EN M O V IM IE N T O RELATIVO

Una aplicación elemental de la transform ación de


Galileo al problem a del receptor móvil exige que la velo-

Fig. 10.11. La medición de Bergstrand de c se basó en


el método de «detección sensible a la fase» y es aná­
logo al experimento descrito aquí.
Velocidad de la luz 317

La i n t e n s i d a d d e la l u z q u e
e n t r a en el s i s t e m a d e la
célula de K e rr p ro c e d e n te
d e la f u e n t e es c o n s t a n t e . .

p e r o ia lu z q u e e m e r g e d e

m u n
d ic h o sistem a está m o d u la ­
d a . El t i e m p o d e t r á n s i t o
d e la l u z d e K a D p u e d e
v a r i a r s e m o v i e n d o M ; Af wr =
puede ajustarse de m o d o
q u e la l u z l l e g u e a D c o m o
está ind icad o .
Ü í lO J .
Si a l e j a m o s M u n p o c o , la
lu z l l e g a r á m á s t a r d e .
n jo r u :
a l e j a n d o a ú n m á s a Al. la
lu z
ta rd e...
ll e g a r á todavía más
nnnr
a l e j a n d o a ú n m u s a M , la
luz
ta rde...
llegará to d a v í a más
J U L T lí
a l e j a n d o a ú n m á s a M, la
lu z
tarde.
llegará toda vía más

S u p o n g a m o s a h o r a q u e se
n ju iu n .
Sensibilidad
m o d u l a la s e n s i b i l i d a d d el
máxim a
d e t e c t o r c o m o se i n d i c a
a q u í ..
El d e t e c t o r r e s p o n d e tí n i ­
c a m e n t e c u a n d o es s e n s i b l e
y c u a n d o la lu z in c i d e en él.
A s í p u e s , t e n e m o s e s ta r e s ­
p u e s t a d e l d e t e c t o r p a r a la
c o n d i c i ó n a. n _ _ n _ n _ ü . L_
P a r a la c o n d i c i ó n b t e n e ­ M edia de tiem po
m o s é s t a : La lu z i n c i d e n t e
y la s e n s i b i l i d a d d e l d e t e c ­
t o r e s t á n en fas e. n j i n r u .. j
Para c tenem os es ta res­
puesta.

' P a r a d la lu z q u e ll ega y la
sensibilidad del detector
están d e ta sa d a s 180’ , de
m o d o que n o hay respuesta.

n_n_rL_n_
Para c tenem os esta res­
puesta.
.i_.
C uan d o variem os co n tin u a­
m e n t e la p o s i c i ó n d e M .
o b t e n d r e m o s e s ta r e s p u e s t a
R esp u esta del
m e d ia del d e te c to r.
detector
La d i s t a n c i a e n t r e d o s m á ­ prom ediada
xim os s u c e s i v o s d e e s ta r e s p e c t o al t i e m p o
curva corresponde a un
c a m b i o e n el t r a y e c t o d e la
l u z d e 2 AL, c a u s a d o p o r el
d e s p l a z a m i e n t o d e AL
318 Velocidad de la luz

cidad de la luz en el sistem a del receptor sea diferente


de c.
De acuerdo con el sentido común es lógico que la
velocidad de la luz cR relativa al receptor móvil venga
dada por

cR = c ± V (10.4)

en donde V es la velocidad del receptor que se supone


en movimiento acercándose a ( + ) o alejándose de (—)
la fuente. Esto parece un modo perfectam ente razonable
de sum ar velocidades, como se indica en las figs. 1 0 .12 a
y b. La m ism a relación debería m antenerse cuando la
fuente y el receptor estén en reposo y el medio se mueva
con velocidad V. La relación (10.4) es obedecida aparente­
m ente en incontables experiencias diarias, al menos en
aquellas en que no interviene la luz. Es válida para las
ondas sonoras si llamamos c a la velocidad del sonido.
Pero no es cierta, ni siquiera aproxim adam ente, para
las ondas luminosas en el espacio libre. Se encuentra
experim entalm ente (figs. 1 0 .12 c y d) que
c* = c (10.5)

p ara cualquier sistem a independiente de su velocidad


propia e independientem ente de la velocidad relativa
a cualquier medio de propagación que imaginemos. En
este hecho dem ostrado estriba la raíz de la formulación
relativista de las leyes físicas.
Examinemos ahora la base experimental de la ecua­
ción (10.5). Existen muchos tipos diferentes de experi­
m entos que confirm an la teoría de la relatividad res­
tringida; los que conducen a (10.5) constituyen un punto
conveniente de partida. Consideremos los experimentos
que dem uestran que la velocidad de la luz es indepen­
diente de la velocidad (3 X 106 cm /s) de la Tierra en su
órbita.
Supongamos prim ero, al igual que los físicos del
siglo diecinueve, que la luz se propaga como una oscila­
ción en un medio, lo mismo que el sonido se propaga
como una oscilación de átomos en un líquido, sólido
o gas. El medio «luminífero» a través del cual se pro­
pagan las ondas luminosas en el espacio libre se llamó
el éter.
¿Qué es el éter? Hoy consideram os «éter» únicamente
como sinónimo de vacío. Pero Maxwell y otros muchos
no podían im aginar un campo como un sistem a que
por sí mismo se mantuviese propagándose en el espacio
libre. Maxwell razonaba del modo siguiente:
Velocidad de la luz 319

FIG. 10.12 Adición vectorial de velocidades prevista por la transformación de Galileo (a, b) y tal como es real­
mente observada para la luz (c, oí).

a) Si u es una velocidad terrestre ordinaria, como se b) la transformación galileana nos dice que en el
observa desde un sistema inercial S, sistema inercial S' observaremos u = V + u.

c) Sin embargo, los experimentos demuestran que si d) también tiene la velocidad c en S'
un objeto tiene velocidad c en S,
320 Velocidad de la luz

«En todas estas teorías surge naturalmente una pregunta:


Si algo se transmite a distancia de una partícula a otra,
¿cuál es su estado después que ha dejado la primera par­
tícula y antes de alcanzar la segunda? Si este algo es la
energía potencial de las dos partículas, como en la teoría
de Neumann, ¿cómo hemos de concebir esta energía de
modo que exista en un punto del espacio, que no coincida
con ninguna de las dos partículas? En efecto, siempre que se
transmita energía de un cuerpo a otro en el tiempo, debe
existir un medio o sustancia en el que exista la energía des­
pués que abandone uno de los cuerpos y antes de que alcan­
ce el otro, porque la energía, como Torricelli hacía notar,
es una quintaesencia de naturaleza tan su til que no puede
estar contenida en ningún recipiente excepto en la sustancia
íntim a de las cosas m ateriales. De aquí que todas estas teo­
rías conduzcan a la concepción de un medio en el que tiene
lugar la propagación y, si admitimos este medio como hipó­
tesis, considero que debería ocupar un lugar destacado en
nuestras investigaciones y que deberíamos intentar construir
una representación mental de todos los detalles de su acción,
constante pretensión nuestra en este tratado.»

El experimento directo y evidente para comprobar


la posible dependencia de la velocidad de la luz con el
movimiento de la Tierra es la medida exacta del tiempo
FIG. 10.13 Aparato de precisión para realizar experi­ en que un pulso de luz recorre por una sola vez una
mentos en óptica relativista utilizando dos láseres de gas. distancia conocida. Debería hacerse separadamente en
El local es una bodega de una granja de Round l-lill,
Massachusetts. En la fotografía se ve a Charles H. Tow-
dos direcciones, sobre una línea norte-sur y luego sobre
nes y Al i Javan. otra este-oeste, y, finalmente, hacer lo mismo de nuevo
al cabo de unos seis meses, cuando la velocidad de la
Tierra alrededor del Sol tenga sentido contrario. Con el
desarrollo de los láseres existen relojes suficientemente
exactos como para permitir un experimento directo de
esta clase; el factor tecnológico limitativo en el momento
actual parece ser el tiempo origen de un pulso. En 10~9
segundos esto introduce un error de 10~9 c = 30 cm en
la longitud del recorrido. Los relojes de dicho experi­
mento deberían estar sincronizados en un punto y luego
deberían separarse lentamente hasta sus posiciones fi­
nales.
Se ha realizado un cierto número de experimentos
para comprobar (10.4), es decir, para detectar el d e s p l a ­
z a m i e n t o d e l é t e r . (fig. 10.13). Todos han fallado al inten­

tar mostrar un movimiento de la Tierra a través del éter;


los más importantes fueron los llevados a cabo por Mi-
chelson y Morley *.
E x p e r im e n to s d e M ic h e ls o n -M o r le y . Dos conjuntos
de ondas luminosas derivados de una fuente monocro­

(*) La influencia de este experimento sobre Einstein se discute en


un interesante artículo de Holton. Am. J. Phys., 37, 968 (1969).
Velocidad de la luz 321

mática común pueden interferir destructiva o construc­


tivamente en un punto, según la diferencia de fase que
las ondas presenten en ese punto. La fase relativa puede
variarse haciendo que un tren de ondas recorra más
camino que el otro. Michelson y Morley construyeron
un interferómetro perfeccionado, cuyas partes esencia­
les pueden verse en las figs. 10.14 y 10.15a. Un haz de
luz de una fuente única 5 se desdobla mediante un espejo
semiplateado en a. Continuamos la descripción del expe­
rimento esencialmente con las mismas palabras y nota­
ciones de los propios investigadores *:
Sea sa [fig. 10.15 a a h] un rayo de luz que se refleja parcial­
mente según ab y en parte se transmite por ac, siendo refleja­
dos por los espejos b y c, a lo largo de ba y ca. El primero, ba, FIG. 10.14 Perspectiva del aparato descrito por Michel­
se transmite parcialmente á lo largo de ad, y ca se refleja son y Morley en su artículo de 1887.
parcialmente también a lo largo del mismo ad. Si entonces
los recorridos ab y ac son iguales, los dos rayos interfieren
a lo largo de ad. Supongamos ahora que, estando en reposo
el éter, el aparato completo se mueve en la dirección se

son-Morley se componía de una fuente luminosa s, un


espejo semiplateado a, espejos b y c y un telescopio
detector d; f representa el foco del telescopio.

(* ) A. A. Michelson y E. W. Morley, Am. J. Sci., 34, 333 (1887). b) Si el interferómetro está en reposo en el éter, una
Este experimento fue uno de los más notables del siglo diecinueve. interferencia entre los haces aba y aca se obser­
Sencillo en principio, este experimento condujo a una revolución cientí­
vará en d. Sí el aparato (y la Tierra) tienen veloci­
fica con unas consecuencias de gran alcance. Obsérvese que la razón
dad V respecto a un éter hipotético, deberíamos
entre la velocidad de la Tierra en su órbita y la velocidad de la luz es
aproximadamente 10-4. Al reproducir el extracto hemos escrito c en esperar que la interferencia cambiase en d, puesto
lugar de su V, y V en lugar de su v; las notas intercaladas se han que el tiempo en recorrer aba, aca variará ahora en
incluido entre corchetes. cantidades diferentes.
322 Velocidad de la luz

FIG. 10.15 (continuación) c) Para darse cuenta de esto, De acuerdo con la transformación de Galileo, la
consideremos qn sistema gali|eano S' moviéndose con luz que se mueva hacia la derecha tendrá velocidad
la Tierra y el interferómetro. S es un sistema de Galileo c — V en S'; la que se desplace hacia la izquierda
en reposo en el éter. tendrá velocidad c + V en S'.

a ,
\r V
> '
\ i
\ i
\ !
\ i 1
\a\
> v
\ I
\ 1/
V mmh-

¿Cuál es el tiempo Aí(a£>' a ) = 2f para ir de a a b'


a a es y volver a a'? En el sistema galileano S en reposo
. i . A (ac') (ac') en el éter, el interferómetro tiene velocidad V ha­
At(aca) = —— —+ cia la derecha; la luz tiene velocidad c.
c - V c + V
en donde (ac ) designa la distancia entre a y c .
Velocidad de la luz 323
c

VY = V ¿

(ab)

A / 1,
1 ^r 1 ...

1 *= 1 £ }*+ (a h Y

V
. i _ (ab)
" 1 (1 - V ^ / c 2) ’/ 2

h) Así, pues, incluso aunque (ab) = (ac), la transfor­


FIG. 10.15 (continuación) g) A t(ab' a ) = 2t = 2{ab)/ mación de Galileo nos llevaría a esperar un corri­
/v 'c 2— V2. Hasta los términos de orden VYc2, este tiem ­ miento en la interferencia, si el interferómetro cam­
po es el mismo que bia su velocidad respecto al éter. No se observó
nada en absoluto. Aquí el aparato ha girado 90°

%V1+? c
para repetir el ensayo con el movimiento paralelo
a ab en lugar de a ac.

con la velocidad de la Tierra en su órbita; las direcciones


y distancias recorridas por los rayos se verán así alteradas:
El rayo sa se refleja a lo largo de ab' [fig. 10.15 /], y vuelve
según b'a', formando el ángulo ab'a', o 2 «, duplo del ángulo
de aberración, y va al foco del telescopio, cuya dirección está
sin alterar. El rayo transmitido marcha a lo largo de a d ,
vuelve a lo largo de da ! [fig. 10.15 e ] y se refleja en a', forman­
do un ángulo da'á! (no indicado) igual a 90° — a y , por lo tan­
to, todavía coincidirá con el primer rayo. Puede señalarse que
los rayos b ’a ’ y c'a’ no se encuentran exactamente en el
mismo punto a', aunque la diferencia es de segundo orden
y no influye en la validez del razonamiento.Intentemos
ahora hallar la diferencia entre lasdos trayectorias ab'a'
y ac'a'.

Sea c = velocidad de la luz.


V = Velocidad de la Tierra en su órbita.
D = distancia ab o ac.
T = tiempo que la luz tarda en pasar de a a c'.
T '= tiempo que la luz tarda en volver de c ’ a a ’.

Entonces
y D y, D
~ c - V ~c + V

El tiempo total en ir y venir es

y la distancia recorrida en este tiempo es

2 D ^ * 2 d (1 + -£ )
324 Velocidad de la luz

despreciando los términos de cuarto orden. La longitud del


otro recorrido es evidentemente

o hasta el mismo grado- de exactitud,

La diferencia es, por lo tanto,

Si ahora todo el aparato se hace girar 90°, la diferencia se


producirá en la dirección opuesta; por tanto, el desplaza­
miento de las franjas de interferencia deberá ser 2D ( V 2/c?).
Considerando únicamente la velocidad de la Tierra en su
órbita, esto equivaldría a 2D x 10~8. Si, como fue el caso
en el primer experimento, D = 2 x 106 ondas de luz amarilla,
el desplazamiento que habría de esperarse sería 0,04 de la
distancia entre las franjas de interferencia.
En el primer experimento una de las principales dificul­
tades que encontramos fue el de hacer girar el aparato sin
producir ninguna distorsión, y otra fue su extraordinaria
sensibilidad a las vibraciones. Esta era tan grande que era
imposible ver las franjas de interferencia (excepto a interva­
los breves) cuando trabajábamos en la ciudad, incluso a las
dos de la mañana. Finalmente, como antes señalábamos, le
magnitud a observar, es decir, un desplazamiento ligera­
mente inferior a un veinteavo de la distancia entre las
franjas de interferencia, puede haber sido demasiado peque­
ña para detectarse cuando estuviese enmascarada por los
errores experimentales.
Las primeras dificultades nombradas fueron totalmente
superadas [en el segundo experimento] montando el aparato
sobre una piedra flotante sobre mercurio, y las segundas
aumentando, mediante reflexiones repetidas, la trayectoria
de la luz hasta casi diez veces su valor inicial.
...Considerando únicamente el movimiento de la Tierra
en su órbita, este desplazamiento debe ser

2D -V = 2D x 10~8
C

La distancia D era próxima a once metros, ó 2 x 107 longi­


tudes de onda de luz amarilla; el desplazamiento esperado
era, por tanto, de 0,4 franjas [si la Tierra estuviera movién­
dose en el éter]. El desplazamiento real fue ciertamente
menor que la veinteava parte de éste y, probablemente, aún
menor que la cuarentava parte (fig. 10.16). Pero como el des­
plazamiento es proporcional al cuadrado de la velocidad, la
velocidad relativa de la Tierra y el éter es probablemente me­
nor que un sexto de la velocidad orbital de la Tierra y cierta­
mente menor que un cuarto.

Los resultados experimentales de Michelson y Morley


fueron contrarios a lo que podíamos esperar, basándo­
Velocidad de la luz 325

nos en la transformación galileana. Desde entonces estos


experimentos se han repetido (con variaciones) con luz
de diferentes longitudes de onda, con luz de las estrellas,
con luz extraordinariamente monocromática procedente
de un láser moderno, a altitudes elevadas, bajo la super­
ficie de la Tierra, en diferentes continentes y en diversas
épocas del año, a lo largo de un período de unos 80 años.
Podemos decir que el corrimiento del éter («viento del
éter») es cero hasta una precisión que se expresa mejor
diciendo que las velocidades de la luz en su mismo sen­
tido y en sentido contrario son iguales dentro de una
imprecisión inferior a 103 cm /s o de 1 parte en 1000 de
la velocidad orbital de la Tierra alrededor del Sol.

In v a r ia n c ia d e c. El resultado negativo del experi­


mento de Michelson-Morley sugiere que la influencia del
éter es indetectable. El resultado también sugiere que
la velocidad de la luz es independiente del movimiento
de la fuente o del observador. La evidencia experimental
sobre este último punto es muy buena pero puede ser
mejorada. El trabajo realizado por Sadeh descrito en el
Cap. 11, demuestra que la velocidad de los rayos y es
constante dentro del ± 10 por ciento, independiente­
mente de la velocidad de la fuente, aun con velocidades
de éstas del orden de \ c . Llegamos a la conclusión de
que, a partir de todas las pruebas experimentales, u n
fr e n te d e lu z d e o n d a e s fé r ic a e m itid o d e s d e u n a fu e n te

p u n tu a l e n u n s is te m a in e r c ia l p a r e c e r á e s fé r ic o p a r a

u n o b s e r v a d o r s itu a d o e n c u a lq u ie r o tr o s is te m a in e r c ia l.

En una sección anterior señalamos que la velocidad


de las ondas electromagnéticas es independiente de la
frecuencia en el intervalo de 108 a 1022 cps. Mediciones
cuidadosas demuestran también que c es independiente
de la intensidad de la luz, así como de la presencia de
otros campos eléctricos y magnéticos. Nuestras discu­
siones se han limitado enteramente a las ondas electro­
magnéticas moviéndose en el espacio libre.
FIG. 10.16 «Los resultados de las observaciones se
han representado gráficamente (en la figura). La curva
EFECTO DOPPLER superior es la correspondiente a las observaciones rea­
lizadas a mediodía, y la inferior, a la de las observacio­
Este efecto o corrimiento Doppler relaciona la fre­ nes de la tarde. Las curvas a trazos representan un
octavo de los desplazamientos teóricos. Parece acertado
cuencia medida de una onda con las velocidades relati­ llegar a la conclusión, a partir de la figura, que si existe
vas del transmisor, el medio y el receptor. En el sonido algún desplazamiento debido al movimiento relativo de
es familiar para cualquiera que haya escuchado el ruido la Tierra y del éter luminífero, éste no puede ser mucho
de un automóvil que se aproxima y luego se aleja; o para mayor que 0,01 de la distancia entre las franjas.» [M i-
chelson y Morley, Am. J. Sci., 34, 333 (1887)]. El eje
los «mayores» que esperaban de pie en el andén de una vertical es el desplazamiento de las franjas; el horizon­
estación de ferrocarril y escuchaban el silbato de un tal se refiere a la orientación del interferómetro res­
tren que pasaba sin detenerse. Al aproximarse la fuente pecto a una línea este-oeste.
326 Velocidad de la luz

sonora el número de ondas emitidas en 1 s llegará al


receptor en menos de un segundo, ya que la fuente está
más próxima cuando se emite la última onda que cuando
se emitió la primera. Por tanto, la frecuencia percibida
es mayor. Viceversa, cuando la fuente se aleja, la fre­
cuencia es menor. El mismo argumento se aplica a una
fuente fija y un receptor móvil. Las relaciones para el
sonido vienen dadas por

v = y i + V r /V (10.6)
R T 1 - vB/ V

en donde V- es la velocidad de la onda sonora en el


medio, por ejemplo, aire, considerado en reposo, v8 es la
velocidad de la fuente considerada positiva cuando se
mueve hacia el receptor, vR es la velocidad del receptor
considerada positiva cuando se mueve hacia la fuente,
vT es la frecuencia de la fuente (transmisor) medida por
un observador en reposo respecto a la fuente, y v R la
frecuencia medida por el receptor.
Obsérvese que si v s <^ V- (supongamos vR = 0),

vTy (10.7)

_ VS
( 10.8)
V V

En el caso de la luz se presentan efectos semejantes,


aunque pronto veremos algunas diferencias esenciales.
Al explicar y analizar el efecto Doppler para el sonido
debemos considerar el medio que transporta las ondas
sonoras y el movimiento de la fuente o receptor respecto
al medio. En el caso de la luz no debemos entender el
efecto Doppler de este modo, ya que, en virtud del expe­
rimento de Michelson-Morley, no podemos considerar un
medio (por ejemplo, el éter). El efecto Doppler nos
proporciona algunos ensayos interesantes de la relati­
vidad especial e importantes resultados; por ejemplo,
en astronomía. En el Cap. 11 trataremos este efecto
correctamente para la luz.

EJEMPLO

E l c o rrim ie n to h acia el ro jo d e b id o al re tro c eso . Los análisis


espectrográficos de la luz recibida de galaxias lejanas muestran
que ciertas líneas espectrales prominentes identificadas en estu­
dios espectroscópicos de laboratorio, se corren de un modo apre-
ciable hacia el extremo del color rojo o de frecuencias bajas del
espectro visible. Este corrimiento puede interpretarse como un
Velocidad de la luz 327

efecto Doppler que tiene su origen en la velocidad de retroceso


o alejamiento de la fuente. Se sabe también que las velocidades
calculadas a partir de estos corrimientos Doppler son directa­
mente proporcionales a las distancias de las fuentes al obser­
vador, determinadas por medios independientes.
Este es un hecho extraordinario y sorprendente. La explica­
ción no relativista más sencilla de la relación distancia-velocidad
se conoce con el nombre de teoría de la expansión del universo
(«big-bang»), de acuerdo con la cual el universo se formó me­
diante una gran explosión unos 1010 años atrás. Los productos de
la explosión que se mueven a mayor velocidad forman ahora las
regiones más exteriores del universo. Así, pues, cuanto mayor
es la velocidad radial de la materia (relativa a nosotros) más
alejada estará y mayor será su corrimiento hacia el rojo. Existen
algunas explicaciones más complicadas del corrimiento hacia el
rojo debido al retroceso. Ninguna está demostrada (fig. 10.17).
Un par de líneas de absorción fácilmente reconocibles en el
espectro del potasio (las líneas K y H) son prominentes en los es­
pectros de muchas estrellas. Estas líneas se encuentran cerca de
la longitud de onda de 3950 A * en los laboratorios terrestres.
Supondremos que los observadores de un laboratorio movién­
dose en el sistema en reposo de cualquier estrella medirán la
misma longitud de onda. En la luz que procede de una nebu­ FIG. 10.17 El efecto Doppler observado en la luz de
losa en la constelación Bootis observamos estas mismas líneas las estrellas lejanas indica que las galaxias están ale­
en una longitud de onda de 4470 A, con un corrimiento hacia jándose de nosotros con una velocidad proporcional a
el rojo de 4470 — 3950 = 520 A. Esto da un corrimiento rela­ su distancia a la Tierra. Las galaxias 1 y 2 se suponen
tivo de a distancia n y r2 medidas por otros medios; sus velo­
cidades son Vi y v2 según el efecto Doppler.
A \ _ 520 _ n i o
A “ 3950 “ ’

Observemos que, mediante el empleo de (10.8) con igual a c


(como se justificará para las ondas luminosas en el Cap. 11)
y diferenciando ** v = c/A con c constante, obtenemos

Se infiere de (10.8) y (10.9) que la nebulosa está alejándose de


nosotros con una velocidad relativa |u| ~ 0,13 c, que es realmente
una velocidad muy alta. Para velocidades mayores necesitamos
utilizar una u otra relación para el efecto Doppler pero modifi­
cadas por la teoría de los modelos relativistas del universo ***.
Las expresiones aproximadas de las Ecs. (10.8) y (10.9), válidas
para cualquier sonido o luz a velocidaes pequeñas comparadas
con las velocidades del sonido o de la luz, respectivamente, deben
también substituirse por las expresiones correctas para la luz.
Observaciones análogas sobre gran número de galaxias pue­
den combinarse con estimaciones independientes de sus distan­
cias hasta obtener un resultado empírico asombroso. La veloci-

(*) 1 angstrom = 10~8 cm = 1 A.


(**) Téngase presente este pequeño truco de cálculo: Supongamos
que y = Axn, en donde A y n son constantes y que se desea encontrar
dy/y en función de dx/x. Tomemos logaritmos naturales en ambos miem­
bros para obtener log y = log A + n log x. A continuación se diferen­
cian ambos miembros para obtener dy/y — n dx/x. Aquí hemos usado
la relación d log x/dx = \/x .
(***) Véase G. C. McVitties, Physics Today, p. 70 (julio 1964).
328 Velocidad de la luz

Espectro de referencia del


laboratorio
Estrella acercándose
Estrella alejándose
Espectro de referencia del
laboratorio

FIG. 10.18 Dos espectrogramas (tomados en instantes


diferentes) de la estrella binaria a1 Geminorum. Unica­ dad relativa de una galaxia a una distancia r de nosotros puede
mente una de las dos estrellas del sistema emite bastante representarse por lá relación
luz para detectarse. Obsérvese que las líneas espectra­
les procedentes de la estrella están desplazadas, res­ v = ar (10.10)
pecto a las líneas de referencia del laboratorio en sen­
tidos diferentes, que corresponden a las dos fases del en donde la constante a, que se ha determinado empíricamente,
movimiento de la estrella. En una fase la estrella se vale alrededor de 1,6 x 10~18 s-1. (La estimación de las distancias
mueve hacia la Tierra y la frecuencia de la luz aumenta; galácticas es un tema complicado y debe consultarse un texto
en la otra fase, la estrella se aleja de la Tierra y la de astronomía con tal objeto.) El inverso de a tiene dimensio­
frecuencia disminuye. (Fotografía del Observatorio Lick.) nes de tiempo:

1
6 X 1017 s ^ 2 X 1010 años ( 10. 11)

Este es el tiempo transcurrido desde la explosión primitiva hasta


alcanzar su distancia actual. Cuando multiplicamos 1/a por c,
obtenemos una longitud:

^ ~ (3 X 1010)(6 X 1017) 2 X 1028 cm ( 10 . 12)

El tiempo [Ec. (10.11)] suele denominarse «edad del universo»


y la longitud [Ec. (10.12)] «radio del universo». El significado
real de estas magnitudes no se conoce aún, aunque se han
propuesto varios modelos cosmológicos diferentes para justificar
la forma de las relaciones.

LA VELO CIDAD LÍMITE

Hemos visto que las ondas electromagnéticas en el


espacio libre pueden viajar únicamente con la veloci­
dad c. ¿Puede algún objeto tener una velocidad superior
a esta velocidad límite c?
O im p o id s c tr ic o u n ifo rm e Consideremos el movimiento de partículas cargadas
de van de r G rua f ♦
en un acelerador. ¿Pueden acelerarse las partículas para
viajar con mayor rapidez que c? Todavía no hemos en­
contrado directamente durante este curso ningún prin­
cipio que impida la aceleración de partículas cargadas
hasta velocidades arbitrariamente elevadas (fig. 10.19).
El siguiente experimento * ilustra la proposición de
que una partícula no puede acelerarse hasta una velo-

FIG. 10.19 Disposición general del experimento de la (*) Este experimento fue realizado por W. Bertozzi en conexión
velocidad lím ite. Los electrones se aceleran en un con la película PSSC «The Ultímate Speed». Nuestra descripción proviene
campo uniforme a la izquierda y se mide el tiempo que directamente del Cap. A-3 del Programa de Temas avanzados del PSSC.
tardan en pasar de A a B mediante el osciloscopio. Véase Am. J. Phys., 32, 551 (1964).
Velocidad de la luz 329

cidad mayor que c . Se aceleran electrones por campos


electrostáticos sucesivamente mayores en un acelerador
Vari de Graaff, después de lo cual se dirigen con una
velocidad constante a través de una región en la que
no existe campo. Su tiempo de vuelo y, por consiguiente,
su velocidad en una distancia conocida A B se mide direc­
tamente y la energía cinética (que se transforma en calor
en un blanco al final de la trayectoria) se mide mediante
un termopar calibrado.
En la experiencia se conoce el potencial acelerador $
con buena precisión. La energía cinética de un electrón
es
E c = e E L = e <P

siendo L la distancia en la que tiene lugar la aceleración


y 4> = E L la diferencia de potencial eléctrico entre los
extremos de la trayectoria de aceleración. Si $ = 106
voltios, el electrón después de la aceleración tiene una
energía de
106 voltios
1x106 electrón-voltios (1
MeV). Ahora bien,
106/300 statvoltios, de modo que la energía
cinética ganada por un electrón es

(4,80 X 1 0 -lo)(106)
3Q0 A 7 ~ 1,60 X 1 0 -6 erg (10.13)

Si en el haz se mueven N electrones por segundo, la


potencia liberada en el blanco de aluminio en el extremo
del haz será de 1,60 x10-6 N ergs/s. Esto concuerda
exactamente con la determinación directa mediante el
termopar de la potencia absorbida por el blanco. Este
resultado confirma que los electrones dejan en el blanco
la energía cinética adquirida durante su aceleración.
Además, sobre la base de la mecánica no relativista, es
de esperar que
E c = |m v2

de modo que un gráfico de v 2 en función de la energía


cinética E c deberá ser una línea recta. Para energías
mayores que 105 eV aproximadamente, sin embargo, la
relación lineal entre v2 y E c no se mantiene experimen­
talmente. En su lugar, se observa que la velocidad se
aproxima al valor límite 3 X 1010 cm/s a mayores ener­
gías. Así, cuando la velocidad medida se compara con
la velocidad calculada según la Ec. (1 0 .1 3 ) resulta ser
menor que el valor previsto por la Ec. (1 0 .1 3 ). En efecto,
el gráfico de v2 en función de E c se curva como indica FIG. 10.20 Gráfico de v2 en función de la energía ciñó­
la fig. 10.20 aproximándose al valor 9 X 1020 cm2/s2. Los tica. Los pequeños círculos son puntos experimentales.
330 Velocidad de la luz

resultados experimentales pueden resumirse así: Los


electrones absorben la energía esperada del campo
acelerador, pero su velocidad no aumenta ilimitadamen­
te. Esto sólo puede explicarse suponiendo que en la
Ec. (10.13), cuando E c se hace grande, m no permane­
ce constante. Trataremos de nuevo este problema en el
Cap. 12.
Otros muchos experimentos sugieren, al igual que
éste, que c es el límite superior de la velocidad de las
partículas. Así, pues, creemos firmemente que c es la
máxima velocidad, tanto de las partículas como de las
ondas electromagnéticas: c e s l a v e l o c i d a d l í m i t e .

C O N C LU SIO N ES

Estamos ahora en condiciones de estudiar la relati­


vidad restringida en el Cap. 11 con los conocimientos ex­
perimentales siguientes:
1. c es invariante entre sistemas inerciales, es decir,
sistemas de referencia que se mueven con velocidad
uniforme unos respecto a otros.
2. c es la máxima velocidad a la cual puede transmitirse
energía.
3. La velocidad absoluta de un sistema de referencia no
tiene significado. Sólo velocidades relativas pueden
determinarse experimentalmente.
4. Las simples transformaciones de Galileo no propor­
cionan una explicación satisfactoria de los fenómenos
que tienen lugar a altas velocidades.
5. La fórmula newtoniana de la energía cinética, \ m v 2 ,
falla cuando v se aproxima a c .

Hemos revisado únicamente un reducido número de


las experiencias que fundamentan la teoría de la rela­
tividad restringida que está ahora establecida muy sóli­
damente. Los físicos tienen tanta confianza en esta teoría
como en cualquier otra parte de la física. Nuestra
próxima tarea debe ser formularla con precisión y en­
tender algo de sus consecuencias principales.

PROBLEMAS

1. E fe c to D o p p le r. Un cosmonauta desea determinar su 2. C o rrim ien to h acia el ro jo d e b id o al re tro c eso . Una


velocidad de aproximación a la Luna. Envía una señal de línea espectral que aparece con una longitud de onda de
radio de frecuencia v = 5000 Mc/s y compara esta frecuencia 5000 Á en el laboratorio se observa con 5200 Á en el espec­
con su eco, observando una diferencia de 86 kc/s. Calcular tro de la luz que viene de una galaxia lejana.
la velocidad del vehículo espacial relativa a la Luna. (La (a) ¿Cuál es la velocidad de retroceso de la galaxia?
expresión no relativista para el efecto Doppler es suficiente­ Sol. 1,2 x 109 cm/s.
mente exacta en muchos casos.) Sol. 2,6 x 105 cm /s. (&) ¿A qué distancia está la galaxia? Sol. 8 x 1026 cm.
Velocidad de la luz 331

3. V e lo c id a d d e la luz. En la medición de la luz rea­ a mayor rapidez que c. [Medidas recientes de las estrellas
lizada por Michelson, un prisma octogonal reflector girando en M101 la sitúan a una distancia de 8,5 x 1024 cm. Es
alrededor de su eje reflejaba un haz de luz de una fuente evidente que la rotación anunciada en 1916 fue sobre­
luminosa lejana y regresaba hasta un observador próximo estimada.]
a la fuente. El sistema medidor de tiempos hacía que el
tiempo de tránsito de la luz fuese igual a un octavo dél 7. E stre lla s v a ria b le s. El telescopio de 200 pulgadas
período de rotación del prisma octogonal. La distancia de Monte Palomar puede escasamente distinguir las estre­
simple era L = 35,410 ± 0,003 km y la frecuencia de rotación llas individuales en galaxias a una distancia de 3 x 1025 cm.
del prisma v = 529 ciclos por segundo con una exactitud Un método para calibrar distancias de este orden de mag­
de 3 x 10-5 ciclos/s. nitud implica la observación de los períodos de luminosidad
(a) Calcular la velocidad de la luz a partir de estos de ciertas estrellas variables del tipo Cefeida. Una estrella
datos. (Ha de aplicarse una corrección fraccionaria o re­ tipo Cefeida es una estrella inestable gravitatoriamente
lativa del orden de 10-5 para compensar la influencia at­ que presenta pulsaciones periódicas en las que su radio
mosférica.) puede variar quizás en un 5 ó 10 por ciento. El período de
(b) El ángulo entre dos caras adyacentes del prisma una Cefeida está referido a su luminosidad media. La tempe­
era 135° + 0,1” . Estimar la precisión total de la medida ratura de la estrella cambia con el mismo período que el ra­
de c. dio, de modo que se observan variaciones periódicas en
su brillo. Se han encontrado períodos tan breves como el
4. E c lip se s d e lo . Uno de los satélites de Júpiter, lo, de algunas horas. En nuestra galaxia una Cefeida cuya
se mueve en una órbita de radio 4,21 x 1010 cm con un pe­ luminosidad intrínseca es 2 x 104 veces la del Sol tiene un
ríodo medio de 42,5 horas. Roemer observó que el período período de 50 días.
variaba regularmente durante el año con un período de (a) Estimar a partir de la relación distancia-velocidad
variación de casi un año. La desviación máxima del perío­ la velocidad radial de una galaxia situada a una distancia
do respecto a la media fue 15 segundos en instantes sepa­ de 3 x 1025 cm [Ec. (10.10)].
rados aproximadamente seis meses. Despreciar la trayec­ (b) ¿Qué valor puede predecirse para el período de
toria orbital de Júpiter. esta Cefeida a la distancia citada anteriormente?
(a) Estimar la distancia que la Tierra recorre en un Sol. 50,08 días.
período del movimiento de lo alrededor de Júpiter.
Sol. 4,5 x 1011 cm. 8. N o va s. Ocasionalmente una estrella experimenta una
( b) ¿Cuándo parece que es más grande el período de lo? explosión en la que parte de sus capas exteriores son ex­
(c) Utilizar los resultados precedentes y los datos que pulsadas a gran velocidad. Una estrella de este tipo se
se acompañan para estimar la velocidad de la luz. llama nova. Se observó visualmente que una nova reciente
( d ) Estimar el retraso aparente acumulado en los seis tenía una corteza periférica después de su estallido, encon­
meses siguientes al punto de retardo cero cuando la Tierra trándose que el diámetro angular de la corteza aumentaba
está más próxima a Júpiter. en 0,3” por año. El espectro de la nova es un espectro
estelar normal con líneas anchas de emisión superpuestas,
5. P aralaje estela r. La paralaje estelar fue predicha cuya anchura (en longitudes de onda) permanece a 10 A
por Aristarco de Samos (alrededor de 200 años antes de (en la vecindad de una longitud de onda de 5000 Á) aunque
Cristo) y fue observada con certeza por Bessel en 1838. las líneas se están debilitando. La anchura ha de inter­
Un notable intento, pero infructuoso, fue hecho por Brad- pretarse como una medida del corrimiento Doppler entre
ley, quien descubrió en su lugar la aberración de la luz las partes de la corteza que avanzan hacia nosotros. Esti­
de las estrellas. Durante el transcurso de un año la posi­ mar la distancia a la nova, si la corteza es ópticamente
ción aparente de una estrella se mueve entre dos extremos delgada (de modo que recibimos tanta luz del hemisferio
unos 40” de arco aproximadamente, debido a la aberración. alejado como del cercano). Sol. 1,2 x 1021 cm.
(a) ¿Cuál debería ser la distancia en parsecs de una
estrella con una paralaje de 20//? La estrella más cercana 9. V e lo c id a d es d e la s galaxias. Las velocidades radiales
conocida es a Centauri a una distancia de unos 1,3 parsecs. de las galaxias medidas relativas a la Tierra no son
Sol. 0,05 parsecs. isótropas en el firmamento. La anisotropía es consecuencia
( b ) Demostrar que el movimiento anual aparente de­ del movimiento del Sol (velocidad orbital) respecto al centro
bido a la aberración, de las estrellas cercanas a la eclíptica de nuestra galaxia y del movimiento de ésta respecto al pa­
es una línea recta cuyos extremos subtienden un ángulo trón local extragaláctico de reposo. Examinemos todas las
de 40” . La eclíptica está en el plano de la órbita terrestre. galaxias situadas a una distancia particular, por ejemplo,
3,26 x 107 años luz.
6. R o ta ció n d e las galaxias. En 1916, antes de que se (a) ¿Cuál es la velocidad radial media de estas galaxias?
conocieran las grandes distancias de las nebulosas (gala­ Sol. La velocidad media de las galaxias está
xias), se anunció que la nebulosa espiral M101 giraba como calculada a partir de la relación velocidad-distancia y vale
un cuerpo sólido con un período de 85 000 años. El diámetro 930 km/s.
angular observado es 22'. Calcular la máxima distancia
(b) En sus espectros, ¿dónde estará la situación media
posible de la galaxia si el período anterior es correcto, de la línea Ha del hidrógeno? (En el laboratorio AH = 6,563
suponiendo que los extremos de la galaxia no se mueven X 10-5 cm.) “
332 Velocidad de la luz

Sol. La línea Ha estará, por término medio, exterior al Sol, donde no debe influir en el movimiento del
a 6,584 x 10-5 cm. Sol o ser detectable por este medio.
En nuestro ejemplo encontramos que en un cierto sen­
tido las velocidades son 300 km /s mayores que la media y 10. R o ta ció n d e las e stre lla s. Puede verse mediante
que precisamente en el sentido opuesto son más pequeñas ciertas características de su superficie que el Sol gira lenta­
en esta misma cantidad. mente con un período de 25 días en el ecuador. Algunas
(c) ¿Cuál es la velocidad del Sol en este sistema de estrellas, sin embargo, giran bastante más deprisa. ¿Cómo
referencia? Sol. 300 km/s. puede determinarse esto en vista del hecho de que las
(d) ¿Es ésta necesariamente la velocidad orbital del estrellas están tan alejadas de nosotros que sólo pueden
Sol alrededor del centro de nuestra galaxia? verse como puntos luminosos?
Sol. No, porque ésta incluye cualquier mo­
vimiento de nuestra galaxia como un todo en este sistema
de referencia.
(e) Suponiendo que esta velocidad sea la orbital, esti­
mar la masa de nuestra galaxia, considerando que todas
las masas residen en su centro y que la órbita del Sol es
circular (la distancia al centro de la galaxia es 3500 años
LECTURAS SUPLEMENTARIAS
luz). Comparar el valor obtenido con la masa de 8 x 1044 g
citada como masa de la galaxia y explicar la diferencia. HPP, P ro je c t P h ysics C ourse, caps. 16 (sec. 6) y 20 (sec. 1),
Sol. 4,5 x 1043 g. Es menor que la citada nor­ Holt, Rinehart .and Winston, Nueva York, 1970.
malmente porque gran parte de la masa de nuestra galaxia A. A. Michelson, S tu d ie s in O p tics, The University of Chica­
no está en el centro —de hecho, mucha parte de ella es go Press, Chicago, 1927; reimpresión en rústica, 1962.
Contenido

HIPÓTESIS BÁSICAS
T R A N S FO R M A C IÓ N DE LORENTZ
C ontracción de longitudes
M edida de la longitud perpendicular
a la velocidad relativa
D ilatación del tiem po de los relojes m óviles
Ejemplo. Tiempo de vida de los mesones ^
Transform ación de velocidades
Ejemplo. Suma de velocidades
Ejemplo. Aberración de la luz
Ejemplo. Efecto Doppler longitudinal
Relojes acelerados
Problemas
Lecturas suplem entarias
Relatividad especial:
transformaciones de Lorentz
Relatividad especial: Transform aciones de Lorentz

HIPÓTESIS BÁSICAS

El resultado negativo del experimento de Michelson-


Morley para detectar el movimiento de la Tierra a través
del éter y los demás expuestos en el Cap. 10 pueden com­
prenderse únicamente si hacemos un cambio revolucio­
nario en nuestro modo de pensar; necesitamos enunciar
un nuevo principio sencillo y claro:
La velocidad de la luz es independiente del movi­
miento de la fuente luminosa o del receptor.

Es decir, la velocidad de la luz es la misma en todos


los sistemas de referencia con movimiento uniforme
respecto a la fuente. A esta nueva hipótesis debemos
añadir nuestras anteriores hipótesis:

El espacio es isotrópico y uniforme. Las leyes funda­


mentales de la física son idénticas para dos obser­
vadores cualesquiera en movimiento uniforme re­
lativo.

Todas las amplias consecuencias de la teoría especial


de la relatividad surgen de estas hipótesis.
Las ondas electromagnéticas (fotones) no son las úni­
cas que poseen una velocidad independiente del movi­
miento de la fuente. Los científicos creen, con gran fun­
damento, que hay otras partículas, sobre todo neutrinos
y antineutrinos, que tienen velocidades iguales a c . Trata­
remos, sin embargo, sobre los fotones, porque es más fá­
cil experimentar con ellos.
Consideremos primero una onda luminosa que se pro­
paga a partir de una fuente. El frente de la onda (super­
ficie de igual fase) será una esfera considerado en ef sis­
tema referencial en el que la fuente está en reposo. Pero
de acuerdo con nuestro nuevo principio, el frente de la
onda tiene que seguir siendo una esfera si se considera
en un sistema referencial con movimiento uniforme con
relación a la fuente; podríamos decir, de otra manera,
que por la forma del frente de onda, la fuente está en
movimiento. La hipótesis fundamental de que la veloci­
dad de la luz es independiente del movimiento de la fuen­
te, nos imposibilita saber por la forma del frente de onda,
si la fuente está o no en movimiento uniforme.

TR A N S FO R M A C IÓ N DE LORENTZ

En el Cap. 4 introdujimos la transformación de Ga-


lileo a fin de entender cómo se consideran los fenómenos
Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz 337

desde dos puntos de vista diferentes. Aquí utilizaremos


las mismas ideas con dos sistemas de referencia distin­
tos, S y S ', que se mueven con velocidad uniforme V
uno respecto al otro. Nos interesa encontrar una trans­
formación de coordenadas, y posiblemente también el
tiempo, tal como la transformación de Galileo [ecua­
ción (4.14)] que relacione las coordenadas y el tiempo
de un sistema de referencia con las coordenadas y el
tiempo de otro sistema de referencia, de tal forma que
sea consistente con las hipótesis relativistas. Si en el
origen del sistema S existe una fuente luminosa y se emite
una señal cuando t = 0, la ecuación de un frente de on­
das esférico es
x2 + y 2 + z 2 = c 2t2 (11-1)
En el sistema de referencia S ' con las coordenadas
y t ' , la ecuación del frente de onda esférico será
x '< Y >
y

*'2 + y '2 + z '2 = c 2f 2 (11.2)

La velocidad de la luz c es la misma en las Ecs. (11.1)


y (11.2).
Utilicemos las transformaciones de Galileo para ver
si el resultado que se obtiene con ellas está de acuerdo
con las Ecs. (11.1) y (11.2).
x ' = x — V t y ' = y z ' = z t = t (11.3)

Si sustituimos (11.3) en (11.2) obtenemos directamente


que
x2 - 2x V t + V 2 t 2 + y 2 + z 2 = c 2 t 2
que ciertamente no está de acuerdo con (11.1). Así, pues,
la transformación galileana falla y debemos intentar bus­
car alguna otra transformación. Si el principio de la cons­
tancia de la velocidad de la luz es válido, deberá existir
a l g u n a transformación que se reduzca a la galileana para

valores de la velocidad V muy pequeños comparados con


la velocidad de la luz c.
Intentemos ahora
x ' = a x + €t y ' = y z ' = z f = 8x + y t

Sabemos que para x ' = 0, d x / d t — V , y para x = 0,


— V . Operando algebraicamente resulta
d x '/ d t '
=

V = —— - V = —
a r¡
o sea
a = 7]
338 Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz

Si repetimos la Ec. (11.2)


x '2 + y '2 + z '2 = c 2f 2

resulta
+ 2 a e x t + c2í2 + y 2 + z 2 = c 2 ( 8 2 x 2 + 28 a x t + a 2 t 2 )
a 2x 2

Comparando esta expresión con la Ec. (11.1) veremos que


esta consistencia es posible si
2ac = 2c2Sa
«2 _ c28 2 = i

z2 — r 2

Eliminando e por e = — V a tenemos


1 e = -V
(i - v 2/ c 2Y ( i - v 2/c2y

8 =
- V / c 2 i
V =
(1 _ v 2/c2)* (1 - V2/c2f
Nuestra transformación es entonces

I
s
II
y ' = y z ' = z
(1 - V 2/ c 2f
(11.4)
f _ t - ( V / c 2) x

(1 - V 2/ c 2) *

Esta es la t r a n s f o r m a c i ó n d e L o r e n t z *. Es lineal e n jty í;


se reduce a la transformación galileana para V / c - ± 0;
cuando se sustituye en (11.2) da
x 2 + y 2 + z 2 = c 2t 2

exactamente como se requería. Esto es


FIG. 11.1 a) C o n sid e re m o s una varilla rígida fí1 de lon­ >2 _ C 2t '2
gitud Lo en su s i s t e m a en rep oso S.

es i n v a r i a n t e en una transformación de Lorentz. La


forma de la ecuación que describe el frente de ondas es
la misma en todos los sistemas que se mueven con velo­
cidad relativa uniforme. La ecuación (11.4) es la única
solución a todas nuestras dificultades. Los alumnos de­
ben aprender de memoria la transformación de Lorentz,

(*) Esta transformación tiene una larga historia. Fue utilizada pri­
mero por J. Larmor para explicar el resultado negativo del experimento
de Michelson-Morley en su «Aether and Matter», págs. 174-176 (Cam­
bridge University Press, Nueva York, 1900). Larmor pretendía una exac­
titud únicamente del orden v2/c 2; en realidad, sus resultados son exactos.
Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz 339

pues con ella pueden recordarse muchos resultados im­


portantes de la teoría de la relatividad. A continuación
discutiremos algunos de estos resultados con ayuda de
la transformación de Lorentz.
Usualmente es conveniente utilizar la notación típica
de la relatividad
V
P- (11.5)
c

Es decir, (3 (letra griega b e t a ) representa la velocidad


medida en un sistema natural de unidades en el que
c = 1. También es conveniente introducir el símbolo y
(letra griega g a m m a ) :

La transformación de Lorentz n o s dice que Ri, que


( 11 .6 ) t ien e la velocidad V en S ’, al s e r m edida tien e la
longitud L = Lo \ / \ — V2/ c 2 en S'. Obsérvese que
Xi = x'i = 0 en la figura.

Obsérvese que y ^ 1. La transformación de Lorentz,


Ec. (11.4) se convierte en

x ' = y (x - ¡3 c t) y ' = y z ' = z t' = y ( t - —^

(11.7)
y el lector puede comprobar (Prob. 2) que la transfor­
mación inversa es

x = y (x f + (3 c f) y — y ' z = z ' t = y ^ tf +

( 11 . 8 )

C o n tr a c c ió n d e lo n g itu d e s . Consideremos una vari­


lla (véase fig. 11.1a) a lo largo del eje x y en reposo en
el sistema de referencia S. Como está en reposo, las
coordenadas de posición de sus extremos x x y x 2 son
independientes del tiempo. Así, pues,

o = x2 X1 ....- i
^ 1 1 1 1 fío
es la l o n g i t u d d e l a v a r i l l a e n r e p o s o o l o n g i t u d p r o p i a
de la varilla. Consideremos también una varilla (véase
fig. 11.2a) a lo largo del eje x ' y en reposo en el sistema
de referencia S ' . Por la misma razón
FIG. 11.2 a) C o n sid e re m o s una varilla rígida R2 de lon­
L o = x'2 - x\
gitud Lo, cuando s e mide en un s i s t e m a en rep oso S'.
340 Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz

se denomina l o n g i t u d e n r e p o s o o l o n g i t u d p r o p i a de la
varilla en S '.
Determinemos ahora las longitudes de estas barras
vistas desde un sistema de referencia móvil. En primer
lugar observemos la barra de la fig. 11.1a desde el siste­
ma de referencia S ' , el cual se mueve con velocidad Vx
respecto a la barra en reposo en S. (Véase fig. 11.1b y
obsérvese que la barra R 2 de la fig. 11.2a está en reposo
en S'.) La longitud de la barra vista desde S ' se calcula
determinando en un tiempo dado t ' las posiciones x ¡ y x ' 2
que coinciden con los extremos de la barra. El punto
que hay que destacar aquí es que el tiempo t ’ es el mismo
para x \ y x ' 2 . Dicho de otro modo, la distancia entre las
posiciones x \ y x ' 2 en S ' , los cuales coinciden s i m u l t á ­
n e a m e n te (en S ' ) con los extremos de la barra, es la
definición natural de longitud L en el sistema móvil S'.
b) La transformación de Lorentz nos dice que ñ2, que
De las transformaciones de Lorentz, Ec. (11.8), te­
tiene la velocidad V en S, al ser medida tendrá una
nemos
longitud L = U */1 — V2/ c 1 en S. Obsérvese que
x'i = Xi = 0 en la figura. * i = y (*i 4- Vt\)
%2 = y(X2 + Vt2)
- *1 = L
x2 0 = y(4 - x 'x ) + YV ( t ' 2 - t'x )
Haciendo ahora t ' 2 = t \ como era necesario para la me­
dida en S ' resulta
L0 = y ( x '2 - x [) = y L

o sea (11.9)

utilizando nuestra definición y = (1 — /32)- L Dicho de


otro modo, la medida en el sistema móvil da una longi­
tud más corta que en sistema estacionario.
Alternativamente observemos la barra de la fig. 11.2a
(en reposo en S ' ) a partir del sistema de referencia S
que se mueve con velocidad — Vx' respecto a la barra
en reposo en S ' . (Véase fig. 11.2b y observemos que la
barra R x de la fig. 11.1a está en reposo en S.) El procedi­
miento es el mismo, pero ahora el tiempo t es el mismo
para la determinación de los puntos extremos x { y x 2.
Según la transformación de Lorentz, Ec. (11.7), tenemos

*i = y(xi - V ti )
x'2= y(x2 - V t 2 )
x'2 - *i = L0 = y(x2 - aq) - YV ( t 2 - q)
Relatividad especial: Transform aciones de Lorentz

y haciendo t2 = tu resulta

Lo = y(*2 - Xj) = yL
L = L 0( 1 -

La medida de la varilla móvil da de nuevo una longitud


más corta que la medida de la varilla estacionaria.
Esta es la famosa contracción de Lorentz-Fitzgerald
de una barra que se mueve paralelaremente a su lon­
gitud respecto al observador. Uno puede preguntarse en
este momento si la barra se ha «contraído realmente».
Naturalmente, la barra no ha experimentado ningún pro­
ceso físico, pero la medida en el sistema móvil ha dado
un resultado diferente. Para una discusión de los valores
de objetos que se mueven rápidamente cuando se foto­
grafían con una cámara, véase el excelente trabajo de
Weisskopf *. Se ha demostrado, por ejemplo, mediante
el cálculo de las trayectorias, que una esfera móvil se
fotografiará en forma de una esfera y no como un elip­
soide.
En la discusión anterior hemos destacado que el ob­
servador realiza sus medidas de longitud registrando
s i m u l t á n e a m e n t e las posiciones de los extremos de la
barra en su propio sistema de referencia. Esto es lo
que se requiere del observador en el sistema móvil S '
cuando mide la longitud de la varilla estacionaria en
S con el resultado L0/y [Ec. (11.9)]. Es esencial que
reconozcamos que este acto de simultaneidad al registrar
los puntos extremos en el tiempo t ' en S ' n o se transfor­
ma en sucesos simultáneos en los puntos extremos y x 2
en S; por el contrario, las ecuaciones de Lorentz indican
un intervalo de tiempo

h h* __ £ (* 2 _
- * l)

en S para el registro de los dos extremos que fue reali­


zado simultáneamente en S'. Para una varilla a lo largo
del eje y , no es preciso complicarnos con preguntas acerca
de la simultaneidad en la comparación entre una móvil y
otra estacionaria, pero con la varilla a lo largo del eje x
la simultaneidad es de la máxima importancia **.
Ilustraremos esto mediante otro ejemplo diferente.
Podemos sincronizar fácilmente una serie de relojes en
S, sistema en el que la barra está en reposo. Supongamos
que los relojes en x = 0 y x = L 0 (en cadaextremo de la
barra) emiten los dos en el instante t — 0un destello de
(*) V. F. Weisskopf, «Physics Today», 13, 24-27(sept., 1960).
(**) Taylor y Wheeler, «Space Time Phisics-An introduction», pá­
ginas 64-66. W. H. Freeman and Company. San Francisco, 1965.
342 Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz

luz en la dirección y . Estos dos destellos se reciben en


y
S 'mediante dos contadores que forman parte de una
serie de ellos espaciados a lo largo del eje x'. ¿A qué
distancia estarán los dos contadores que son accionados?
M ‘ M Según (11.7) tenemos para la situación de los dos con­
tadores
x^ = 0 ‘ Y — c • 0 • /fy = 0
4 = l oY - c *0 • p y = L 0y
de modo que la distancia que los separa es
L n
X¡2 — x 'j = L 0Y = ( 11 . 10)
(1 - £ 2)2

FIG. 11.3 a) Su p on g am os dos varillas idénticas M‘ y M ¡Este resultado no está de acuerdo con (11.9)! Hemos
en rep o so en S.
hecho un experimento d i f e r e n t e y hemos obtenido un
resultado diferente. Nuestro experimento anterior se
basaba en la definición natural de la longitud en S ' ,
empleando el requisito de simultaneidad en S ' . Dicho
experimento exigía comparar A'x con Ax cuando Ai' = 0,
mientras que en el segundo experimento se debía com­
parar Ax' con Ax cuando Ai = 0.
Hemos aprendido indirectamente a partir del resulta-
tado (11.10) del segundo experimento que dos sucesos
simultáneos en S no son, en general, simultáneos en S':
Así, pues, vemos según (11.7) que dos sucesos s i m u l t á ­
n e o s (At = 0) en S , que están separados por Ax en el
espacio, estarán separados en S ' tanto en el espacio
como en el tiempo:
b) S u pon gam os que M' parece m ás corta a un o b s er ­ Ax' = y A x c Ai' = —f í y Ax
vador en S cuando s e m ueve en relación a S.
M e d id a d e la lo n g itu d p e r p e n d ic u la r a la v e lo c id a d

Contrariamente a la medida de la distancia


r e la tiv a .

en la dirección de la velocidad relativa vemos que, de


acuerdo con la transformación de Lorentz (11.7),
y' = y z' = Z

Estas relaciones son equivalentes a enunciar que la


medición de la longitud de una regla es independiente
de su velocidad s i la regla se mueve perpendicularmente
a su longitud.
¿Cómo podríamos comprobar experimentalmente este
enunciado? Podemos hacer que una regla se mueva con
velocidad constante y pase junto a otra que esté en re­
poso. No existe problema en hacer que sus orígenes de
medida coincidan. Entonces la marca correspondiente
c) Entonces podríam os disponer la experiencia de a 1 metro en cada una de ellas deberá cruzarse exacta­
modo que el extrem o de M' m arcase una señal en mente en la misma posición o, si el movimiento hace
M cuando p a s a s e junto a ella. variar la longitud, podemos disponer las cosas de modo
Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz 343

que la marca de 1 metro de la regla más corta haga una


señal sobre la más larga (figs. 11.3a, b , c ). Así se tendrá
un registro físico definido de la longitud.
Sea S el sistema en reposo de una de las reglas y S '
el sistema en reposo de la otra. Supongamos que el
movimiento cambia la longitud aparente. Entonces si
las leyes de la física han de permanecer para un obser­
vador en S iguales a las que apreciaría otro en S ' , es
necesario que la regla que parece más corta a un obser­
vador en S parezca más larga al qué está en S ' . Pero,
este cambio de papeles es incompatible con nuestro re­
gistro físico de que una de las reglas es más corta que
la otra. Por lo tanto, las longitudes deben ser iguales
cuando se ven desde S y S ' (véanse figs. 11.3 d y e). Esta
e) Así, pues, tenemos una contradicción que se resuel­
discusión confirma simplemente que y = y ' y z = z \ ve únicamente si M ' y M tienen la misma longitud
Estos resultados referentes a las medidas de longi­ aun cuando uno de ellos sea móvil. Así, pues,
tudes paralelas y perpendiculares a la velocidad relativa y ' = y. Por un razonamiento semejante z = z.
implican que las medidas de ángulos que incluyen las
coordenadas x serán diferentes en los dos sistemas. Esto
es cierto y el lector puede calcular por sí mismo las
relaciones entre las funciones trigonométricas de los
ángulos en los dos sistemas. (Véase Prob. 5 al final del
capítulo.) Recuérdese que el punto importante aquí es

y debe observarse en otro sistema, por ejemplo,


en el constituido por ejes de sentidos opuestos a
los anteriores, en el sistema en reposo de M '.
Pero ahora M debe aparecer más corta que M ',
puesto que M se está moviendo y M' está en
reposo.

determinar en qué sistema son simultáneas las medidas


de los extremos de las longitudes. FIG. 11.4 a) Los relojes Cu C2, C3 están en reposo en S,
separados a intervalos iguales L a lo largo del eje x
y todos sincronizados. El reloj C \ tiene velocidad V res­
D ila ta c ió n d e l tie m p o d e lo s r e lo je s m ó v ile s . Utili­ pecto a S. Supongamos que f' = 0 cuando f = 0, como
zada en su sentido ordinario, la palabra d ila ta r significa está indicado.
344 Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz

a u m e n ta r
é l ta m a ñ o n o r m a l; en relación a un reloj,
significa alargar un intervalo de tiempo. Consideremos
ahora un reloj que está en reposo en el sistema de refe­
rencia S.
El resultado de la medición de un intervalo de tiempo
en el sistema en el que el reloj está e n r e p o s o se designa
siempre por
r = í 2 —

y se denomina t i e m p o p r o p i o . Utilizando la transforma­


ción de Lorentz [Ec. (11.7)] resulta

* = ?(*»“ ) t[ = y ( h - ^ )

o sea (11.11)
b) La transformación de Lorentz da í' = (t — x V /c2)
-y = í \ / 1 — V2/ c 2, puesto que x = L = Vt. Para el
observador en S, el reloj móvil C \ se retrasa.

donde hemos hecho — x l = 0; el reloj está en el mismo


lugar en S. Este es el intervalo de tiempo medido por un
reloj en el sistema de referencia S ' que se mueve con ve­
locidad Vx respecto al sistema S del reloj original. El

reposo separados a una distancia L y sincronizados.


Para el observador en S', los relojes Cu C2, C3 ¡no
están sincronizados! ¿Qué se leerá en ellos?

intervalo de tiempo medido en el sistema móvil S' es


más largo que el intervalo de tiempo en el sistema S. Sin
embargo, si realizamos el experimento representado
en la fig. 11.4a y b , encontramos que la medida en S de un
£>) Para el observador en S', es el reloj móvil Ci el
que se retrasa. ¿Dónde están los relojes Ci y C¡ intervalo de tiempo en S ' es más largo que el que indica
y qué se lee en ellos en este instante? el reloj en S ' .
Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz 345

La conclusión que debemos aceptar es ésta: Conside­


remos dos sistemas de referencia S y S' en movimiento
relativo constante. Cada sistema tiene un observador con
sus propios relojes sincronizados en reposo en aquel
sistema. Si ocurren dos sucesos en un lugar fijo en S
separados por el intervalo de tiempo Ai medido por el
observador S, el intervalo de tiempo Ai medido por
el observador S ' sería más largo; sería Ai' = y Ai. Inver­
samente, para dos sucesos en una posición fija en S '
separados por el intervalo de tiempo Ai', el observador
en S medirá un intervalo más largo; medirá At = y Ai'
(véase fig. 11.5a y b ).
Este efecto se denomina d i l a t a c i ó n d e l t i e m p o . Los
relojes móviles parecen avanzar más lentamente que los
que están en reposo. Esto no es fácil de entender de un
modo intuitivo; puede uno tardar una semana o un año
hast^ aceptar la dilatación del tiempo. La esencia de esta
aparente paradoja radica en la invariancia de c .
A continuación realizaremos un estudio simple que
ilustre cómo la dilatación del tiempo ha sido forzada
por la constancia de la velocidad de la luz. Construyamos
un reloj patrón en el sistema de referencia S (fig. 11.6).

M M

á
FIG. 11.6 Vista de la trayectoria de la luz en los siste­
mas S y S'. El punto A ’ coincide con O en el momento
en que la luz es emitida. En S' la luz se propaga desde
A ' al espejo M y a B'.
346 Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz

El reloj puede utilizarse para medir el tiempo r necesa­


rio para que un pulso luminoso recorra una distancia fija
L desde una fuente hasta un espejo, ambos en reposo y
regrese de nuevo. La trayectoria de la luz sigue la direc­
ción del ieje y . Así, pues,

r = — (11.12)
c

Este tiempo puede leerse sobre la esfera del reloj o


puede imprimirse sobre un pedazo de papel. Diversos
observadores en distintos sistemas pueden mirar el
registro impreso del tiempo de vuelo del pulso y todos
ellos estarán de acuerdo en que un reloj en el sistema
S registraría el tiempo r. Pero, ¿qué registrarían sus
propios relojes, que no están en S?
Un observador en un sistema S' (moviéndose unifor­
memente en la dirección %respecto a S) (fig. 11.6) puede
también medir el tiempo del experimento sobre la refle­
xión de la luz mientras se lleva a cabo en S. El obser­
vador en S' utilizará para ello un conjunto de relojes
en reposo en S'. Pondremos en marcha los dos relojes
en reposo en S' al mismo tiempo (sincronizados) por
medio de un destello de una fuente luminosa situada
a medio camino entre ambos; ambos empiezan a fun­
cionar en 0 en el instante en que les llega el deste­
llo. El procedimiento puede extenderse a otros relojes.
Podemos también sincronizar cualquier número de relo­
jes en un sistema de referencia sincronizándolos cuando
están juntos en el espacio y separándolos luego lenta­
mente hasta que alcancen las posiciones deseadas.
Podemos mirar cualquier reloj en S' y estar seguros
de que todos los demás en reposo también en S' mar­
carán el mismo tiempo. En particular leeremos en el
reloj que en S' esté más cerca en el espacio del único
reloj que en S se ha utilizado para el experimento de
reflexión. Uno de los relojes en S' estará más próximo
y será leído cuando el pulso parta de S; otro de ellos
en S' será el más cercano a su vez cuando el pulso de
la luz vuelva y se registre por el reloj en S.
El camino recorrido por la luz en S es 2L. Pero visto
desde S' es más largo, porque el aparato en S se ha
movido relativamente a S' en V • \ t ’ a lo largo del eje .t
durante el viaje de ida del pulso luminoso, desde lq fuente
al espejo, y otro V • b t ' durante el viáje de vuelta (figu­
ra 11.6). Aquí t' es el tiempo observado desde S'. La dis­
tancia recorrida por el pulso en este último sistema es
2[L 2 + ( i V í ' r f
Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz 347

c, esta t = ü y
distancia debe ser igual a c t '. Así, pues,

( c t ff = 4L2 + (W)2 : co.


o

t' =
2L 2L 1
~2 _ V 2)¿ C (i -

o bien con referencia a la Ec. (11.12)


2

f = (11.13) Partícula inestable en reposo


(i - p 2) 1
FIG. 11.7 a) Otro ejemplo de dilatación del tiempo: Una
partícula inestable está en reposo en S. Empezamos a
exactamente el mismo resultado que (11.11). Así, pues, observarla cuando f = 0.
el reloj en S parecerá al cronometrador en S ' que re­
trasa, puesto que el reloj en S ha impreso un tiempo x
menor que el t ' .
Vemos que el efecto de dilatación del tiempo no
encierra ningún proceso misterioso del interior del áto­
y
■ v
mo; el efecto surge durante el proceso de medida. El
l
reloj en reposo en S indica el tiempo propio x cuando | : % Í Í | I ; Í P Í Í Í Í I | í í I nO i

lo mira un observador en reposo en S; otro reloj


idéntico en reposo en S ' también medirá % cuando lo
mire un observador en reposo en S ' . Pero, cuando se
mira desde S ' un intervalo de tiempo que es x en S,
resulta un tiempo más largo f debido al trayecto más
largo recorrido por la- luz. Cualquier clase de reloj se
comportará de la misma manera. En particular, si r es
el período de semidesintegración de los mesones o de la ____ X
materia radiactiva medida en el sistema S , en el cual
las partículas están en reposo, se cumplirá b) El tiempo pasa.

f = (11.14)
(i - p y

siendo t ' el período de semidesintegración observado y


en el sistema S ' en el cual las partículas se mueven cori
velocidad ¡ 8 . Esto se ilustra en las figs. 11.7a a g , que se
refieren a los siguientes ejemplos:
<T>
l = T

EJEMPLO

T ie m p o d e v id a d e lo s m eso n e s «•+. Se sabe que un mesón


7r+ se desintegra en un mesón /*+ y un neutrino. El mesón n+ en
en un sistema en el que está en reposo tiene una vida media
antes de desintegrarse de unos 2,5 x 10-8 s *.

(*) Si N 0 es el número de partículas radiactivas presentes en el


tiempo t = 0, el número que existe después del tiempo t es Voe_x,t-
La vida media es 1/A, siendo A la constante de desintegración. c) La partícula se desintegra para t — r.
348 Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz

FIG. 11.7 (con tin u ación ) d) El mismo fenómeno obser­ Sí) La partícula se desintegra cuando f ' = r{\ — V2/c 2)~i
vado desde S'. Ahora la partícula tiene velocidad V. de acuerdo con un observador en S'.
Empezamos a observarla cuando t' = 0 = f.
Si se produce un haz de mesones jt+ con una velocidad /3 «=»0,9,
¿cuál es el tiempo de vida del haz cuando se le observa desde el
sistema de referencia del laboratorio? Un mesón «•+ es una par­
tícula inestable positivamente cargada con masa próxima a 273 m,
siendo m la masa del electrón. El mesón ¡jl+ tiene una masa pró­
xima a 207 m; el neutrino tiene una masa en reposo cero.
El tiempo de vida propio r del mesón tt+ es 2,5 x 10~8 s. Si
/3 *=» 0,90, entonces /32 0,81 y el tiempo de vida esperado en el
sistema del laboratorio será, según la Ec. (11.14),

2,5 X 10-8
r ~ ~----------- r ~ ó,i x 10~8 s
(1 - 0,81)5
Así, pues, en valor medio, antes de desintegrarse, la partícula re­
correrá más del doble del camino que le correspondería desde
el punto de vista no relativista del producto de la velocidad
por el tiempo de vida propio.
R. P. Durbin, H. H. Loar y W. W. Havens, Jr. han dado
cuenta de haber realizado experimentos sobre el período de vida
e) El tiempo pasa. de los mesones (piones positivos), P h ys, R ev. 88, 179 (1952). Los
resultados son concordantes con la dilatación del tiempo pre­
vista para la velocidad adecuada. Se han producido mesones

]8 = l - ( 5 x 10- 5)

su vida media en el haz es 2,5 x 10-6 s, o sea 100 veces el tiempo>


de vida propio de los mesones n+ en reposo.
Consideremos un haz de mesones ?r+ viajando con una ve­
locidad casi igual a c. Si el efecto de dilatación relativista del
tiempo no existiera, recorrerían una distancia media igual a.
(2,5 x 10-8 s) (3 x 1010 cm/s) 700 cm antes de desintegrarse,.
Realmente recorren un espacio mucho mayor, debido a la di­
latación del tiempo. La cámara de burbujas de hidrógeno del
Lawrence Berkeley Laboratory está a casi 100 m de la fuente
de piones en el Bevatrón. La distancia que los piones recorren,
antes de desintegrarse es del orden de (2,5 x 10 6) (3 x 1010) «=»lO-'1
centímetros, o sea unas 100 veces la distancia que deberían
f) ¡Pero para í' = r la partícula todavía no se ha desin­
recorrer antes de desintegrarse sin la existencia del efecto de
tegrado!
Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz 349

dilatación. El proyecto de aparatos para experimentos de alta


energía en la física de las partículas aprovecha la gran dis­
tancia de desintegración debida a la relatividad. Se ha dicho
que casi todos los físicos dedicados a las energías elevadas
ensayan la relatividad especial cada día y utilizan las transfor­
maciones de Lorentz con la misma confianza con que los físicos
del siglo xix utilizaban las leyes de Newton.

Repetimos que no hay nada misterioso en los relojes.


Si existe algo extraño en la relatividad restringida es la
constancia de la velocidad de la luz. Aceptada ésta,
todo se deduce directamente y de un modo más simple.
Sin embargo, cada nueva situación debe analizarse cui­
dadosamente. Este campo es rico en aparentes parado­
jas. Quizás la más famosa de ellas es la paradoja de los
gemelos *.
Estos dos efectos, contracción de longitudes y dila­ FIG. 11.8 a) Supongamos que una partícula tiene la ve­
tación del tiempo, son los más famosos entre los pre­ locidad Vx en S.
vistos por la relatividad especial y comprobados por la
experiencia. Sin embargo, existen mucho más efectos
que han sido completamente comprobados por la expe­
riencia, algunos de los cuales se exponen a continuación.
En primer lugar discutiremos las transformaciones de
velocidades. En las transformaciones de Galileo vimos
cómo las velocidades se suman simplemente en la direc­
ción x: y, por tanto, era de esperar que cuando se apro­
ximen a la velocidad de la luz sigan sumándose de igual
modo. Sin embargo, como hemos visto en el Cap. 10, la
velocidad de la luz es la máxima posible y, por tanto,
debemos cambiar nuestra concepción deducida de las
transformaciones de Galileo respecto a la suma de ve­
locidades.
T r a n s fo r m a c ió n d e v e lo c id a d e s . Supongamos que el
sistema de referencia S ' se mueve con velocidad unifor­
me Fx respecto al sistema S. Una partícula se mueve
con velocidad constante de componentes v x , v y , v z respec­
to al sistema S. ¿Cuáles son las componentes de la
velocidad v ' x , v ' y , v ’ z respecto al sistema S ' ? (Véase figura
11.8a y b . )
Según la Ec. (11.7) resulta
x' = y (x —f i c t ) t' — y ^ t — —^
de donde
yB d x
d x' = y d x — y fíe d t d t' = y d t ;—

b) Entonces en S' la transformación de Lorentz pre­


(*) Este problema ha surgido de nuevo recientemente. Véase M.
Sachs, Physics Today, 24, 23 (septiembre 1971) y un grupo de cartas dice que v'x = [vx — V )/(1 — VxV/d). La transforma­
al editor en Physics Today, 25, 9 (enero 1972). ción galileana predeciría que v'x = vx — V.
350 Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz

Por tanto
d x' y d x — y fie d t v x — fie

V>x d t? y d t — y ¡3 d x / c 1 —v x ¡ 3 / c

o sea,

O, - v = v .- V
v ' = (11.15)
1 — ü.V/c2 1 —f i v j c

Este resultado puede compararse con el galileano


v 'x
= v 'x.— V , como vimos en el Cap. 4. Análogamente,
como y = y ' y z = z ' (véanse figs. 11.9a y b),

FIG. 11.9 a) Una partícula tiene velocidad vy en la di­


d y ' d y
rección y en S.
v d t' y d t — y fí d x / c

v ..
y /. V2\*
(11.16)
v x V /c 2 ? ) y(1 - P v x/c )

y
i y 2 V _ 1
vi = (11.17)
1- v x V /c 2 \ c 2 / Y (! —- f o x /c )
y ( l

Las transformaciones inversas se deducen de (11.8)


o resolviendo las Ecs. (11.15) a (11.17) para las compo­
nentes sin primas de la velocidad:

=
1+ v 'x V / c 2. 1+ ( 3 v 'x / c

=
1+ v 'x V / c 2 \
(1_üV = y(l + c 2 f f lv 'J c )
(11.18)

1+ v 'x V / c 2 y(l + P v 'x / c )

Obsérvese que para V c , estas ecuaciones se redu­

cen a la transformación de Galileo.


b) Entonces tiene las componentes indicadas en S ,
de acuerdo con la transformación de Lorentz. Supongamos que la partícula es un fotón y v x = c
en S. Según (11.15) vemos que (fig. 11.10)

tg e\ = - v
j„VÍ - V 2/ c 2
v ' = = c
c V / c 2
Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz 351

La velocidad del fotón es también c en el sistema S.


La transformación de Lorentz se estableció con la idea
de obtener este resultado y es una comprobación de
garantía el que obtengamos c en ambos sistemas de
referencia.
Si v y = c y v x = 0, entonces

- V

de modo que
V

c (l - V 2/ c 2) 5

Vt / 2 + V '2 = C

FIG. 11.10 Como sabemos, si v x = c, también v x = c,


EJEMPLO de acuerdo con la transformación de Lorentz. Contába­
mos con ello en nuestra teoría desde el principio.
S u m a d e velo cid a d e s. Supongamos que dos partículas se mue­
ven acercándose una a la otra con velocidades respectivas
v'x = + 0,9 c, cuando se observa en el sistema S'. ¿Cuál es la
velocidad de una partícula respecto a la otra? Para resolver este
problema, sea S el sistema de referencia en el que la partícula
de v'x = — 0,9 c está en reposo. Entonces la velocidad de S'
respecto a S es V = 0,9 c de modo que la partícula que en S' tiene
velocidad v 'x = + 0,9 c tiene en S una velocidad [Ec. (11.18)]:

1,8c 1.80
c = 0,994c
1 + v '.V /c 2 1 + (0,9)2 1,81

Obsérvese que la velocidad relativa de ambas partículas es me­


nor que c.
Si un fotón se propaga a la velocidad + c en S' y S' se mueve
respecto a S a la velocidad + c, el fotón visto desde S se mue­
ve sólo a la velocidad + c y no a + 2c. Este resultado está
contenido en la Ec. (11.18). La velocidad límite es una conse­
cuencia de la estructura de las ecuaciones que expresan la suma
de velocidades deducidas de las transformaciones de Lorentz.
Obsérvese, además, que no existe nin gún sistema para el cual
un fotón (cuanto de luz) esté en reposo.

D. Sadeh ha efectuado un experimento preciso [ P h y s .


L e t t e r s , 10, 271 (1963)] que demuestra que la veloci­
R e v .

dad de los rayos y es la misma (+ 10 por ciento), indepen­


dientemente de la velocidad de la fuente, cuando ésta es
próxima a % c o cuando está en reposo. Citamos de su
trabajo: FIG. 11.11 En particular, si v y — c, la resultante tiene
el valor c en S'. Así, pues,
«En nuestras experiencias hemos utilizado la aniquilación
en vuelo de positrones. En dicha aniquilación, el sistema del V
tg a |
centro de masas del positrón y electrón se mueve con una cVl - v 2/c2
velocidad próxima a \ c y se emiten dos rayos gamma. En
el caso de aniquilación en reposo los dos rayos gamma se Esta es la teoría relativista de la aberración.
352 Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz

emiten formando un ángulo de 180° y su velocidad es c.


Cuando este fenómeno se produce en vuelo, el ángulo es me­
nor que 180° y depende de la energía del positrón. Si se suma
la velocidad de los rayos gamma a la velocidad del centro
de masas de acuerdo con una suma vectorial clásica y no
según la transformación de Lorentz resulta que el rayo gapi-
ma que se mueve con una componente del movimiento en
el sentido de vuelo del positrón posee una velocidad mayor
que c y aquel cuyo sentido sea opuesto tendrá una velocidad
menor. Si se encuentra que los dos rayos gamma alcanzan
a los contadores en el mismo tiempo para el caso en que la
distancia entre los contadores y el punto de aniquilación
sean iguales, esto probará que, incluso para una fuente móvil,
los dos rayos gamma se mueven con la misma velocidad.»

EJEMPLO

A b erra ció n d e la luz. Vimos en la Ec. (10.1) que para una


estrella situada directamente sobre nuestras cabezas (cuando
la velocidad de la Tierra v T es perpendicular a la línea de obser­
vación), el ángulo de inclinación, o aberración, del telescopio
viene dado por

tg« = — (11.19)
c

Este resultado se dedujo utilizando un argumento no relativista.


Consideremos ahora el problema desde el punto de vista relati­
vista como ejercicio elemental en el uso de la transformación
de Lorentz.
Supongamos que en el sistema de referencia S en el que la
estrella está en reposo se observa una señal luminosa proce­
dente de la estrella a lo largo del eje y. ¿Cuál será la trayectoria
en S' de estos rayos que se mueven a lo largo del eje y en S?
En S las componentes de la velocidad son v x = 0, v y = c, v z = 0.
Las componentes de la velocidad en S' pueden obtenerse utili­
zando las Ecs. (11.15) a (11.17). Así resulta

c ; = - v c; = y o; = 0

La dirección de estos rayos en S' viene dada por el ángulo

tsa = z í = l l = if y = vt =
° vT ^ vW (112(1)
o sea V n
sen a = — = ft
c

Este es el resultado correcto; está de acuerdo con el resultado


no relativista (11.19) dentro de la exactitud de las mediciones,
ya que V /c es pequeño para el movimiento de la Tierra, siendo
aproximadamente igual a 10-4.

EJEMPLO

E fe c to D o p p le r lo n g itu d in a l. Consideremos dos pulsos de luz


emitidos en t = 0 y t =■ r por un transmisor en reposo en x = 0
del sistema de referencia S. El sistema S' se mueve con velocidad
Fx respecto a S. El pulso inicial se recibe en x' = 0 en S' en el
Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz 353

tiempo t' = 0. El punto en S' que coincide con x = 0 para t = t ,


viene dado por la transformación de Lorentz (11.7):

= * -V t = -V t
(i - p y (i - p ) i

tomando x = 0. El tiempo correspondiente en S' es


t — V x /c 2 _ T
t'
(1 - P2)i ~ (1 - P2)i

El tiempo necesario para que el segundo pulso viaje en S'


desde — W /( 1 — (i2) i hasta el origen es

A(, = _ r V¿c
(1 - /)2)*
de modo que el tiempo total en S' entre la recepción en x ’ — 0 de
los dos pulsos es

, + Af = =T 1± A
• (i - /32y V i _ p

El tiempo entre las dos señales puede interpretarse igualmente


como el tiempo transcurrido entre dos nodos sucesivos de una
onda luminosa. La frecuencia es la recíproca del período de
la onda, de modo que

= „ V -]— 4 (n -21)
+ p

Aquí v' es la frecuencia recibida en S' y v la que se transmite


en S. Si el receptor está alejándose de la fuente, entonces
¡3 = V /c es positiva y v' es menor que v. Si el receptor se
acerca, tenemos que hacer a ¡3 negativa y v' será mayor que v.
En función de la longitud de onda, A = c/v y A ' = c/v', de modo
que

y = a/ g d i - 22)

La ecuación (11.21) describe el efecto Doppler longitudinal re­


lativista para las ondas luminosas en el vacío. El corrimiento
de la frecuencia está de acuerdo hasta el primer orden en (3
con el resultado no relativista (10.7) deducido en el Cap. 10 *. El
término de orden ¡32 en el desarrollo en serie de (11.21) ha sido
confirmado experimentalmente por Ivés y Stilwell.
H. E. Ivés y G. R. Stilwell [/. O pt. Soc. A m . 28, 215 (1938);
31, 369 (1941)] han llevado a cabo experiencias espectroscópicas
con haces de átomos de hidrógeno en estados electrónicos exci­
tados. Los átomos fueron acelerados como iones de hidrógeno
molecular H2+ y H3+ en un campo eléctrico intenso. Se formó
hidrógeno atómico como producto de la rotura de los iones. La
velocidad de los átomos fue del orden de ¡3 = 0,005. Ivés y Stilwell
buscaban un corrimiento en la longitud de onda m ed ia de una
línea espectral emitida por los átomos de hidrógeno. La media

(*) El lector debe demostrar que para

¿8 « 1 ■ V(1 + /V O - P) = 1 + 0.
354 Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz

se tomó en sentido hacia adelante y hacia atrás respecto a la


línea de vuelo de los átomos. Empleando /3ad. = — /3atras, la lon­
gitud de onda media será según la Ec. (11.22):

i(A ad. + Aatraa) - 0( J + J

(11.23)
(1 - P ) *

Así, pues, existe un corrimiento del orden de /32 en la posición


media de las líneas desplazadas, respecto a la longitud de onda
Ao emitida por un átomo en reposo. En su trabajo de 1941,
Ivés y Stilwell señalaron un corrimiento observado de 0,074 Á
en la longitud de onda media, comparable al valor 0,072 Á calcu­
lado según la Ec. (11.23) para un valor de /3 deducido del potencial
acelerador aplicado a los iones originales. Esta es una confir­
mación excelente del efecto Doppler relativista.
El efecto Doppler tra n sv e rsa l se aplica a las observaciones
realizadas en ángulo recto con la dirección del movimiento de
la fuente luminosa, que es normalmente un átomo. En la apro­
ximación no relativista no existe efecto Doppler transversal. La
teoría relativista predice un efecto Doppler transversal para
las ondas luminosas; las frecuencias deben estar relacionadas
entre sí como las inversas de los tiempos en (11.11) de modo que,
v' = (1 - /32)K
en donde v es la frecuencia en el sistema en el que el átomo
está en reposo y v' la observada en un sistema que se mueve
con velocidad V (= /3c) respecto al átomo.

R e lo je s a c e le r a d o s . La teoría de la relatividad res­


tringida describe y relaciona medidas que son indepen­
dientes de la estructura detallada de los cuerpos reales.
No predice nada sobre los efectos dinámicos de la
aceleración, como las tensiones inducidas por ella. Si
dichas tensiones están ausentes o pueden ignorarse, la
teoría da una descripción sin ambigüedades de la influen­
cia de la aceleración sobre las variaciones de los relojes.
El resultado es como si en cada instante un reloj acele­
rado tuviese una velocidad diferente, con una variación
que ha de calcularse a partir de (11.11) con la velocidad
instantánea apropiada.
Si esta predicción es correcta se deducen dos con­
secuencias:
1. Si el módulo de la velocidad es constante pero
varía su dirección, la Ec. (11.11) se mantiene sin varia­
ción. El sistema de referencia del reloj es no inercial.
2. Si el módulo es constante excepto en breves mo­
mentos de aceleración o desaceleración (momentos des­
preciablemente cortos en comparación con el tiempo
total), entonces la Ec. (11.11) describirá aún exactamente
Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz 355

la relación entre el tiempo propio y el tiempo del labo­


ratorio estacionario.
Una partícula cargada rápida en un campo magnético
constante sufre una aceleración perpendicular a su mo­
vimiento, pero el módulo de la velocidad no varía nunca.
Si la partícula es inestable, el período de semidesinte-
gración medido deberá ser exactamente el mismo que
si se moviese con una velocidad del mismo módulo en
línea recta y sin la presencia de ningún campo magné­
tico. Este pronóstico se confirma mediante experiencias
con mesones ¡ . ~ , que se desintegran con una vida media
j

propia de 2,2 X 10-6 s en un electrón y neutrinos. El


mismo tiempo de vida propio se observa para los meso­
nes / x ~ que son libres o se mueven en espiral en un
campo magnético o que se les deja llegar al reposo. Se
cree que la teoría de la relatividad restringida da una
buena descripción del movimiento circular (acelerado)
de. las partículas en un campo magnético.

PROBLEMAS
1. In va ria n te d e L o ren tz. Comprobar a partir de (11.7) 7. M eson es n+
que
(a) ¿Cuál es la vida media de un grupo de mesones jt+
*2 _ c 2t 2 _ X '2 _ c 2f /2
moviéndose con /3 = 0,73? (El tiempo de vida media pro­
pio t es 2,5 x 10~8s.) Sol. 3,6 x 10-® s.
Obsérvese que si escribimos x L= x, x4 = ict, resulta x2 —
( b ) ¿Qué distancia se recorre con (3 = 0,73 durante una
— c2t 2= x 2 + x4 . Aquí i = s/ — 1. vida media? Sol. 800 cm.
2. T ra n sfo rm a ció n d e L o r e n tz ■ Dada (11.7), demostrar (c) ¿Qué distancia se recorrería sin efectos relativistas?
la Ec. (11.8). Sol. 550 cm.
3. C a m b io d e vo lu m en . Demostrar que si L03 es el vo­ (d) Responder a las partes (a), (b) y (c) de nuevo para
lumen en reposo de un cubo, entonces 0 = 0,99. .
M i - P 2) 1 8. M eson es ¡x. La vida media propia de los mesones ¡x
es el volumen observado desde un sistema de referencia es aproximadamente 2 x 10-6 s. Supóngase que un gran
que se mueve con velocidad uniforme f¡ en una dirección grupo de mesonés ¡x, producidos a cierta altura de la at­
paralela a una arista del cubo. mósfera, se mueven hacia abajo con una velocidad v = 0,99c.
4. S im u lta n e id a d . Demostrar a partir de la transfor­ El número de colisiones en la atmósfera durante su des­
censo es pequeño.
mación de Lorentz que dos sucesos simultáneos (ti = t 2)
(a) Si el 1 por ciento de los que existían en el grupo
en posiciones diferentes (;q ^ x2) en el sistema de referen­
cia S no son simultáneos en general en el sistema de refe­ original sobreviven y alcanzan la superficie terrestre, esti­
mar la altura original. (En el sistema de referencia de los
rencia S'.
mesones ¡x el número de partículas que sobreviven al cabo
5. C a m b io d e ángulo. Calcular en S' la longitud y el
ángulo que forma con el eje x' una barra de longitud La de un tiempo t viene dado por N (t) = N ( 0)e_t/'c.)
Sol. 2 x 106 cm.
y ángulo 0 con el eje x del sistema S. S' se mueve con
(b) Calcular esta distancia de propagación medida por
velocidad Vx respecto a S.
6. S u m a d e velo cid a d e s. Demostrar que si en el sis­ el mesón ¡x.
tema S' se cumple v 'y = c sen 6 y v 'x = c eos 6, entonces en 9. D os su ceso s. Considerar dos sistemas inerciales S
el sistema S y S'. Supongamos que S' se mueve con velocidad Vx res­
pecto a S. En un punto x \ tiene lugar un suceso en el
v x2 + V = C2
tiempo t \ . En x'2 se verifica otro en el instante t'2. Los
El sistema S' se mueve con velocidad Vx respecto al sis­ orígenes coinciden en el instante t = t' =■ 0. Encontrar los
tema S. tiempos y distancias correspondientes en S.
356 Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz

10. M eson es n+, Un «chaparrón» de 104 mesones jt+


sé mueve en una trayectoria circular de radio 20 m a una
velocidad (i = 0,99c. La vida media propia del mesón es
2,5 x 10-8s.
(a) ¿Cuántos sobrevivirán cuando el grupo retorne a
su punto de partida?
( b ) ¿Cuántos mesones quedarán en un «chaparrón» que
hubiese quedado en reposo en el origen durante este mismo
período de tiempo?
11. V e lo c id a d d e re tro c e s o d e una galaxia. Vimos en
el Cap. 10 que los datos sobre el corrimiento hacia el rojo
en las galaxias distantes daban una velocidad de alejamiento
proporcional a la distancia, en la región no relativista

V = ar a ~ 1,6 X 10~18 s-1

Calcular la velocidad de retroceso de una galaxia a una


distancia de 3 x 109 años luz. ¿Es relativista esta velocidad?
Sol. 4,5 x 109 cm/s. FIG. 11.12
12. V e lo c id a d es galácticas. Observamos una galaxia
retrocediendo en un sentido determinado a una velocidad
V = 0,3c y otra retrocediendo en sentido contrario con la han viajado con diferentes velocidades, se compensa este
misma velocidad. ¿Qué velocidad de alejamiento de una hecho y los dos sucesos parecen simultáneos incluso para
de las galaxias apreciaría un observador situado en la otra? el observador O ’.
13. S im u lta n e id a d . Consideremos las fuentes de dos 14. E fe c to D o p p le r re la tiv ista . Se aceleran protones a
sucesos que están situadas en reposo en los puntos A y B través de un potencial de 20 kv y a continuación se desvían
a igual distancia del observador O en el sistema S. Supón­ con velocidad constante hacia una región en donde tiene
gase que en el instante particular de tiempo (determinado lugar su neutralización formándose átomos de H emitiendo
por el observador O en S) en el que se producen ambos luz. La emisión H0 ( A = 4861,33 A para un átomo en reposo)
sucesos, un segundo observador O' y su sistema de referen­ se observa en un espectrómetro. El eje óptico del mismo
cia asociado S ', moviéndose con velocidad Vx respecto a es paralelo al movimiento de los iones. El espectro pre­
S, coincide con O ysu sistema S (véase fig. 11.12). senta un corrimiento Doppler debido al movimiento de los
(a) Suponer V /c = 1/3. Dibujar las posiciones de los iones en la dirección de la emisión observada. El aparato
dos sistemas y los puntos A, A', B , B ', cuando la señal B contiene también un espejo colocado de modo que permita
llega al observador O'. ¿Ha llegado esta señal al observa­ la superposición del espectro de luz emitida en sentido
dor O? ¿Por qué? contrario. Recuérdese que 1 Á = 10“8 cm.
( b ) Dibujar las posiciones de S y S' cuando ambas se­ (a) ¿Cuál es la velocidad de los protones después de la
ñales lleguen a O. aceleración? Sol. 2 x 108 cm/s.
(c) Dibujar las posiciones de S y S' cuando la señal ( b ) Calcular los corrimientos Doppler de primer orden,
de A llegue a O'. dependientes dé v/c, adecuados para los sentidos hacia
(d ) Suponer que los dos sucesos se registran física­ adelante y hacia atrás e indicar el aspecto de la parte
menteen los puntos A', B ’; por ejemplo, sobre placas principal del espectro sobre un diagrama.
fotográficas. Demostrar, de acuerdo con las hipótesis de (c) Considerar ahora el efecto de segundo orden, en
este problema, que las distancias A O ’ y B ’O ’ son iguales. v2/c 2, que surge de consideraciones relativistas. Demostrar
(e) Demostrar que los dos sucesos no son simultáneos que el corrimiento de segundo orden es = ^A(v2/c2) y calcu­
cuando se observan desde O'. La constancia de la veloci­ larlo numéricamente para este problema. Obsérvese que
dad de la luz en todas circunstancias está implícitamente es el mismo, tanto para el movimiento con + v como para
supuesta en la definición de simultaneidad. Para aclarar con — v. Sol. 0,10 A-
esta dependencia consideremos que los dos sucesos en A y B
son la radiación simultánea de pulsos sonoros, según apre­
LECTURAS SUPLEMENTARIAS
cia en O un observador en reposo respecto al medio en el
que se propaga el sonido. Sea O ’ un observador movién­ En los últimos años se han publicado numerosos libros
dose con una velocidad V igual a un tercio del sonido. sobre relatividad, algunos de ellos en rústica. Los siguien­
(/) Utilizar la transformación galileana para demostrar tes constituyen una selección.
que las velocidades de los pulsos sonoros hacia O' desde J. A. Wheeler y E. F. Taylor, S pace-T im e P h y sics —An
A y B no son las mismas que las observadas por O'. In tro d u c tio n , W. H. Freeman and Company, San Fran­
(g) Demostrar que, aun en el caso de que las dos seña­ cisco, 1965. Muy recomendable. No es un libro de texto;
les lleguen a O' en instantes diferentes, como los pulsos excelente para estudio propio.
Relatividad especial: Transformaciones de Lorentz 357

A. P. French, R e la tiv id a d especial, Ed. Reverté, 1974. Forma York, 1962). Un estudio completo, detallado y claro de
parte de la serie «Introducción a la Física, del MIT». la teoría de la relatividad restringida.
C. Kacser, In tr o d u c tio n to th e S p e c ia l T h eory o f R e la tiv ity , H. A. Lorentz, A. Einstein, H. Minkowski y H. Weyl, The
Co-Op Paperback, Prentice-Hall, Inc., Englewood Cliffs, P rin cipie o f R e la tiv ity : A C o llectio n o f O riginal M em oirs,
N. J., 1967. traducido al inglés por W. Perrett y G. B. Jeffery (Me-
R. S. Shankland, C o n v e rsa tio n s w ith A lb e rt E in stein , Am. thuen & Co., Ltd., Londres, 1923; reimpresión, Dover,
J. Phys., 31, 47 (1963). Nueva York, 1958).
S p e c ia l R e la tiv ity T h eory, separatas seleccionadas publica­ W. Pauli, T h e o ry o f R e la tiv ity , traducido al inglés por G. Field,
das por el A. A. P. T. American Institute of Physics, 335 Pergamon Press, Nueva York, 1958. Es una excelente tra­
East 45th St., Nueva York, 1962. Contiene una excelente ducción de una monografía del alemán (Relativitátstheo-
discusión de la famosa paradoja de los relojes; véanse rie, publicada por B. G. Teubner, Leipzig, 1921). El con­
especialmente los trabajos de Darwin, Crawford y Mc- tenido de la Parte I no es difícil.
Millan. E. Whittaker, H is to r y o f th e T h e o ries o f A e th e r a n d E lec-
M. Bom, E in s te in ’s T h eo ry crf R e la tiv ity (E. P. Dutton & tricity, 2 vols., Harper & Row, Publishers, Incorporated,
Co., Inc., Nueva York, 1924; reimpresión Dover, Nueva Nueva York, impreso en rústica, 1960.
Contenido

C O N SERVAC IÓ N DE LA C A N T ID A D DE M O V IM IE N T O
Y SU D EFIN IC IÓ N RELATIVISTA
ENERGÍA RELATIVISTA
TR A N S FO R M A C IÓ N DE LA C A N TID A D
DE M O V IM IE N T O Y DE LA ENERGÍA
Ejemplo. Choque inelástico
Equivalencia de masa y energía
Ejemplo. Conversiones masa-energía
Ejemplo. Reacciones que proporcionan la energía estelar
Partículas con masa en reposo cero
TR A N S FO R M A C IÓ N DE LA DERIVADA DE LA C A N TID A D
DE M O V IM IE N T O RESPECTO AL TIEMPO
C O N S T A N C IA DE LA CARG A
Problemas
Tema avanzado. Emisión sin retroceso de rayos gamma
Nota histórica. Relación masa-energía
Lecturas suplem entarias
Dinámica relativista: cantidad
de movimiento y energía
360 Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía

El cambio fundamental en nuestros conceptos de es­


pacio y tiempo como se expresa en la transformación de
Lorentz ha influido profundamente en toda la física.
Debemos volver a examinar ahora las leyes de la física
tal y como se desarrollaron y confirmaron para veloci­
dades bajas (v c ) para ver si son compatibles con la

teoría de la relatividad. No deberá sorprendernos el


encontrar que las leyes varían cuando se aplican en
nuevos dominios. Las leyes cambian de tal forma que,
a bajas velocidades, volvemos a encontrar las formula­
ciones newtonianas que, por experiencia, sabemos que
son exactas en el límite de las velocidades bajas.
Lo mismo que en el Cap. 4 aceptaremos como leyes
físicas posibles únicamente aquellas que son idénticas
en todos los sistemas de referencia en movimiento rela­
tivo no acelerado. Pero en lugar de utilizar la transfor­
mación galileana para transformar una ley física de un
sistema de referencia a otro, emplearemos ahora la
transformación de Lorentz. Esta transformación se re­
duce a la galileana cuando v / c 1. En vez de insistir
en la invariancia de las leyes físicas bajo las transfor
maciones galileanas, insistiremos ahora en su invarian­
cia bajo las transformaciones de Lorentz.
Dos observadores en distintos sistemas de referencia
S y S ' deducen leyes físicas. Cada uno de ellos las expre­

sa en función de longitudes, tiempos, velocidades o ace­


leraciones según se miden en' su propio sistema. Las
leyes deben tener idéntica forma en las variables del
sistema S y en las del sistema S'. Así, pues, cuando utili­
zamos la transformación de Lorentz para pasar las
x, y , z , t de S a las x ' , y ' , z ' , t ' , de S ' , cualquier ley física
deducida en S se traduce al lenguaje de S ' y deberá
permanecer con la misma forma. El significado de esto
resultará más claro cuando examinemos algunos proble­
mas particulares.

C O N SERVAC IÓ N DE LA C A N T ID A D DE M OVIM IENTO


Y SU DEFIN IC IÓ N RELATIVISTA

Deseamos encontrar una definición de la cantidad de


movimiento p que se reduzca a Aív, siendo M la masa en
reposo*, para v / c 1, y que asegure la conservación
de la cantidad de movimiento en los choques sin tener
en cuenta las velocidades de las partículas relativas al
sistema de referencia. Encontraremos la definición apro-
FIG. 12.1 a) Choque entre dos esferas de masa M,
que tiene lugar en el plano xy. Se indican las veloci­
dades en las direcciones x e y antes y después del (*) La masa en reposo se define como la masa inerte en el límite
choque. no relativista v /c « 1, y en particular cuando v = 0.
Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía 361

piada mediante la consideración de una colisión parti­


cular. Demostremos primero con un ejemplo que la Esfera 1
ik
cantidad de movimiento newtoniana (no relativista) Mv
no se conserva en los choques en que intervengan velo­
—M v,,
cidades r e l a t i v i s t a s *. Podemos ya ver que la segunda
ley de Newton no puede ser válida si M es constante,
pues a sería F/M y si la fuerza actúa durante bastante *lBlBIÍMKMiMÍIBBiMIIMMIiÍI¡IÍiiIiaÍ!lllp¡BiÉ
Esfera 1
tiempo, v sería mayor que c .
Consideremos las figs. 12.1a y b, que describen una
colisión entre partículas de i g u a l m a s a . Escojamos un 1 Esfera 2
kÉiiliÉflllllMIIPSBlllMgllpBlBM
sistema de referencia S tal que las partículas se aproxi­
men entre sí con velocidades iguales y opuestas: la *
componente y de la velocidad de la partícula 1 es — v y M v,j
antes y + v y después del choque. En este sistema de
referencia el centro de masas está en reposo. La com­ Antes ' Esfera 2 Después r
ponente y total de la cantidad de movimiento debe ser
cero por simetría, tanto antes como después del choque. b) Se indican las cantidades de movimiento no relati­
Esto debe ser cierto, independientemente de la definición vistas individuales en las direcciones x e y. La
cantidad de movimiento total en la dirección y es
empleada para la cantidad de movimiento, con tal que cero antes y después del choque.
tenga signos opuestos para + v y . Por lo tanto, no encon­
traremos ninguna dificultad aquí (sea o no esta expre­
sión correcta) con la definición newtoniana p = Mv: el
cambio en p y de la partícula l es + 2M v y y el de la par­
tícula 2 es — 2M v y de modo que la variación total en la
componente y de la cantidad de movimiento newtoniana
es cero.
Consideremos ahora el sistema de referencia con pri­
ma S ' que se mueve con la velocidad particular V —v^x
respecto a S, como se indica en la fig. 12.2a. Obsérvese
que v x es la componente x de la velocidad de la partícula
2 en S y — v x es la correspondiente a la partícula 1. La
suma relativista de velocidades viene descrita por las
Ecs. (11.15) a (11.17) y utilizándolas resultan para las
componentes de las velocidades vistas desde S ' (recor­
dando que V = v x ) los valores

—v — V —2v

= / 1 _ x !v ! = «. /, _
1 1+ v ,V /é V <? / 1 + <vVc2 \ c2 /
(12.1)

(* ] La cuestión de la magnitud que debe tener v para que sea


relativista depende de la exactitud de los resultados experimentales. FIG. 12.2 a) Hemos visto la colisión en el sistema S.
Veremos que si ( v /c ) 2 puede despreciarse frente a la unidad, la velo­ ¿Cómo se vería en el sistema S ’, que tiene la velocidad
cidad puede considerarse como relativista. particular V = vx respecto a S, como está indicado?
362 Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía

FIG. 12.2 [c o n t.) b) En S' encontramos (puesto que


V = Vx ) = 0
1- v x V / c 2
2V
X (1 ) = - »¿(2) = 0
1 + V 2/ c 2 _ o»
®;(2) = ( 12.2)
/ V 2\l/2 1- v x V / c 2 c2 ' (1 — v x 2 / c 2 ) ?
Vv^ = i + v2/c2 11 “ 7*7
Estos resultados vienen ilustrados en la fig. 12.2&. [Ob­
sérvese que en la figura estas expresiones vienen dadas
(1 - V 2/ c 2)1/2
> Vy{l ) en función de V , mientras que en las Ecs. (12.1) y (12.2)
aparecen en función de v x y V y luego en función de v a
sólo.]
Evidentemente, las magnitudes de las componentes
y de la velocidad en S ' dadas por las Ecs. (12.1) y (12.2)

no son iguales, incluso aunque fueran iguales en S. Esta


diferencia en las magnitudes de las componentes y de
las velocidades en S ' surge del hecho de que las compo­
nentes x de las velocidades en S no son iguales; unas
eran las negativas de las otras. La situación viene ilus­
trada en la fig. 12.2c. La variación de la cantidad de movi­
miento no relativista — 2 M v ' y { 2 ) y 2 M v ' y ( l ) no sería aquí
igual y opuesta. Una definición en la que la cantidad de
movimiento es directamente proporcional a la velocidad
no puede asegurar la conservación de la cantidad de
movimiento en todos los sistemas de referencia. Es decir,
la conservación de la cantidad de movimiento es incom­
patible con la invariancia de Lorentz o existe otra defi­
nición de la cantidad de movimiento en la que la ley de
la conservación sea válida en todos los sistemas con velo­
cidades relativas constantes.
Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía 363

Veamos ahora una definición de la cantidad de movi­


miento que sea una invariante de Lorentz. La definición Esfera 1
debe ser tal que la componente y de la cantidad de mo­ -MVy(l) MUy( l )
vimiento de una partícula sea independiente de la com­
ponente x de la velocidad del sistema de referencia en
i Esfera 1
el que se observa el choque. Si se encuentra esta defini­
ción, entonces la conservación de la componente y de la
cantidad de movimiento en un sistema de referencia 1 Esfera 2
m m m m
asegura su conservación en todos los sistemas de refe­
rencia. Sabemos que bajo las transformaciones de Lo­
rentz el desplazamiento A y en la dirección y es el mismo
para todos los sistemas de referencia. Pero el tiempo Mv'(2)
A i para recorrer la distancia A y depende del sistema
de referencia y, por consiguiente, la componente de la
velocidad v y = A y / A í depende del sistema de referencia.
En lugar de relojes de laboratorio para medir A i, pode­ ’ Esfera 2 M a m r
mos referirnos a un reloj que lleve la misma partícula.
Este reloj mide el intervalo de tiempo propio A t de la Antes Después
partícula. T o d o s l o s o b s e r v a d o r e s e s t a r á n d e a c u e r d o
s o b r e e l v a lo r d e A t. Así, pues, la cantidad A y /A x es la FIG. 12.2 (cont.) c) En el nuevo sistema S' la cantidad
de movimiento no relativista no es la misma en la di­
misma en todos los sistemas de referencia.
rección y' antes y después del choque.
Sabemos que A i e A t difieren en el factor de dilata­
ción del tiempo de la Ec. (11.11), de modo que se tiene

- 4 -s )‘
Ar = A i l - ^ (12.3)

en donde v es la velocidad de la partícula relativa al


sistema de referencia en el cual se mide A i. Por tanto,
Ay Ay A i Ay 1

At A i At A i (1 - n2/ c 2) 2

Vemos que la componente y de v / ( l — v2/c2)* será la


misma en todos los sistemas de referencia que difieran
únicamente en su componente * de la velocidad. Si defi­
nimos la cantidad de movimiento relativista por

Mv (12.4)
(1 - u2/ c 2)2

la conservación de la componente y de la cantidad de


movimiento es válida en cualquier otro sistema de refe­
rencia inercial que difiera del sistema en reposo por una
velocidad constante en la dirección x . Obsérvese que po­
demos escribir
p = Mc/3 y (12.5)
364 Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía

FIG. 12.3 Para que la conservación de la cantidad de a partir de las definiciones ¡ 3 = v / c y y = (1 — v2/c2)-*
movimiento sea válida en t o d o s los sistemas, definire­ introducidas en el Cap. 11. La fig. 12.3 ilustra esta nueva
mos p de nuevo como sigue: Para una partícula con
velocidad v y masa eh reposo M,
definición de p en función de v.
Por conveniencia hemos empleado ejes dispuestos
p = - ____ de un modo simétrico respecto a los movimientos para
Vi —V 2/ c 2 que no haya cambio en la componente * de la velocidad de
Los valores de las cantidades de movimiento relativista ninguna partícula. Puesto que no hay cambio en la mag­
y no relativista están representados en el gráfico. nitud de la componente y , la definición de la Ec. (12.4)
proporciona también la conservación de la componente
x de la cantidad de movimiento. Ya veremos en la sec­
ción de «Transformación de cantidad de movimiento y
energía» que, en general, la transformación de la can­
tidad de movimiento en S ' viene relacionada con la
cantidad de movimiento en S y la energía en S. El alum­
no puede demostrar >que aunque la partícula 2 tenga
una masa diferente de la 1, el razonamiento anterior es
válido, de modo que tenemos una ley relativista de la
conservación de la cantidad de movimiento. Para v / c 1
la definición de la cantidad de movimiento se reduce al
resultado no relativista p = Mv. Es un hecho experimen­
tal que la cantidad de movimiento como se define en
la Ec. (12.4) se conserva en todos los procesos de choque.
Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía 365

Podemos escribir la cantidad de movimiento rela­


tivista (12.4) como
p= M (v )v

de modo que podamos interpretar

M
M (v ) = M y ( 12 .6 )
(1 - v 2/ c 2f

como la masa relativista de la partícula de masa en


reposo M cuando está en movimiento con velocidad v.
La masa en reposo es la correspondiente para v-vO.
Cuando V - + C , M ( v ) / M El aumento relativista de
masa ha sido comprobado en diversos experimentos
de desviación de electrones; se comprueba también im­
plícitamente en el funcionamiento de los aceleradores
de partículas de alta energía. La otra formulación de la
Ec. (12.6) que se da a continuación resalta directamente
la relación entre la energía relativista y la cantidad de
movimiento y con frecuencia es más fácil de aplicar.
En algunos textos se utiliza M como la masa variable
y podemos escribir M — M J VI — v 2/ c 2 = y M 0, en donde
M0 se denomina masa en reposo. Aquí seguiremos lla­ FIG. 12.4 La nueva definición de cantidad de movimien­
mando masa en reposo a M y masa relativista a y M , to conduce a este comportamiento de la masa:
o algunas veces a M(v).
M
M(v) =
V i — v 2/ c 2
ENERGÍA RELATIVISTA

¿Qué es la energía cinética relativista? ¿Con qué


reemplazamos ^ M v 2 para obtener una expresión relati­
vista adecuada? En primer lugar recordemoscómo se
definió la energía cinética en el Cap. 5: La energía obte­
nida por una partícula libre inicialmente en reposo
cuando sobre ella se realiza un trabajo W. Retenemos
esta definición y procedemos a escribir la segunda ley
de Newton en la forma
p dp d Mv
d t d t V i —v 2 / c 2
en donde el tiempo t y la fuerza F se refieren a estas
magnitudes evaluadas en el sistema de laboratorio, en el
cual se observa la cantidad de movimiento p . (La trans­
formación de fuerza de un sistema de referencia a otro
se trata posteriormente en este capítulo.) Supongamos
que F tiene la dirección x . Entonces el trabajo W viene
dado por
366 Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía

v /r ------

FIG. 12.5 La energía relativista £ = /Wc2/ ( 1 — v2/ c 2)1/2,


la energía cinética relativista Ec = M & / * J \ — v2/c 2— Me2
y la energía cinética no relativista Ec = %Mv2 represen­ W = fFdx = f M v
d x

tadas en función de v/c. Para v / c «: 1, las curvas para d t V i —v 2 / c 2


£ y Ec son casi idénticas en forma, puesto que M e2/
/(1 — v2/ c 2yi2*=*Mc2+ i M v 2. Para v / c ~ 1, £ aumenta mu­ M v \ dx
cho más rápidamente que i M v 2. = / í( -VV i
d t —v 2 / c 2 ' d t
d t

_ J M v d v , M v 3' d v
d t

Vi — v'J/c 2 dt V(1 —u2/c2)3 dt l


M v d v /d t = Cd_( Me? \A
d t
= / V(1 - V 2/ c 2)3 d d t \ \/\ II2//?2 /

en donde hemos supuesto que d x / d t = v.


Si suponemos que en el límite superior la velocidad
es v y en el límite inferior v = 0, resulta

M e 2
W = M e 2 = M c 2(y - 1) (12.7)
Vi — v 2/ c 2

Esta será la energía cinética E c y se representa en fun­


ción de v en la fig. 12.5. Utilizando esta expresión para
Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía 367

E c los resultados son acordes con los valores experi­


mentales representados en la fig. 10.20.
Esta nueva expresión formalmente no recuerda en
absoluto el valor \ M v 2, pero veamos en qué se convierte
para v / c 1

Y ¿ = = i + i £
VT - v 2/ c 2 2 c 2

Por tanto,
, _ 1 V2

7 " 2 c2
Y así,

Mc2(y — 1) se convierte en —Me2— = —M v 2


2 c 2 2
Consideremos ahora la energía relativista desde un
punto de vista formal. Según (12.5) el cuadrado de la
cantidad de movimiento relativista puede escribirse en
la forma
p 2 = M 2 c 2 p 2 y2 (12.8)

La identidad
1________ v 2 / c 2 _ .
1 —v 2 / c 2 1 —v 2 / c 2
o
Y2 - (32y 2 = 1

es ya una invariante de Lorentz, porque 1 es una cons­


tante. Multiplicando por Aí2c4, tenemos,
M 2c 4 (y 2 - /3 2 y 2 ) = M 2c 4

o bien, usando la Ec. (12.8),


M 2c 4 y2 - p 2c 2 = M 2c 4 (12.9)
Como la m a s a e n r e p o s o es una constante, M2c4lo será
también y, por lo tanto, una invariante deLorentz como
queríamos. ¿Pero qué magnitud física es M2c4y2? Su papel
en (12.9) sugiere profundamente que debe ser una mag­
nitud física importante, ya que, cuando se le resta p 2c 2
resulta un número (M2c4) que es invariante en las trans­
formaciones de Lorentz.
Si definimos la e n e r g í a r e l a t i v i s t a t o t a l E de una
partícula libre mediante la ecuación

M e 2
E = M e 2 y= ( 12 . 10)
V2/ c 2)'-
368 Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía

entonces la Ec. (12.9) nos dice que

E 2 — p 2c 2 = M 2c 4 ( 12. 11)

que es una invariante de Lorentz. Si transformamos de


un sistema a otro, con p p ' y E -> E ' , la invariancia de

(12.11) significa que


E '2 —p ' 2 c 2 = E 2 — p 2c 2 = M 2c 4

Esto es lo que queremos decir al afirmar que (12.11) es


una invariante de Lorentz. Insistimos en que M designa
la masa en reposo de la partícula y es un número inva­
riante en la transformación de Lorentz. Obsérvese que de
la Ec. (12.11) resulta
E = \ /p 2c 2 + M2c4 ( 12. 12)

Si p e <C M e 2, entonces

yEc = \ p 2/ M es el resultado no relativista. Sin embargo,


si p e M e 2, entonces
E = p e

Esta es una aproximación realizada con frecuencia por


los físicos de alta energía. Más tarde veremos (pág. 376)
que esto es válido para los cuantos luminosos, para los
cuales M = 0.
Entre estos dos límites no existe una relación simple
entre E y p o entre la energía cinética E c y p (o v).
Obsérvese que E c , dada por la Ec. (12.7), se convierte
ahora con el uso de E = yM c 2 en

E c = E - M e2 o E = M c2 + E c (12.13)

Es importante observar aquí que v — 0 , E = M e 2. En


otras palabras, la masa M posee energía, aun cuando esté
en reposo. Esta energía se llama, naturalmente, e n e r g í a
e n r e p o s o y veremos algunos ejemplos de su importan­
cia. La diferencia entre la energía E (en el caso v> 0 )
y la energía en reposo, es la energía cinética E c .
Obsérvese también que E = y M c 2 [Ec. (12.10)] y que
yM es justamente la masa relativista, de modo que E
es igual al producto de la masa relativista por c 2 . Masa
y energía son nombres distintos de la misma magnitud.
Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía 369

No tiene sentido particular el preguntar: ¿Una partícula


tiene más masa porque tiene energía cinética o tiene
energía cinética porque tiene más masa? «Más masa» y
«energía cinética» son conceptos paralelos.
La conservación de la energía para las partículas en
choque toma la forma
n
^ = const
i

la misma antes y después de un choque, siendo E t la


energía relativista de la partícula z-ésima (12.12). La con­
servación de la energía relativista es válida incluso para
lo que hemos denominado choque inelástico, porque la
pérdida de energía cinética (en excitación interna de las
partículas) aparece como un aumento de la masa. La
conservación de la cantidad de movimiento adquiere
la forma
n

2 Pi = const
Í—1

la misma antes y después de un choque.

TR A N S FO R M A C IÓ N DE LA C A N TID A D
DE M O V IM IE N T O Y DE LA ENERGÍA
Escribamos ahora las componentes de la Ec. (12.4) ha­
ciendo uso de la (12.3)
,dx d u d z

P* = M * P- = M * = (12-14)

Igualmente se deduce de (12.10) y (12.3) que podemos es­


cribir E en la forma

E = M c 2~ (12.15)
d r

Como M y x son invariantes de Lorentz, resulta de


(12.14) y (12.15) que p x , p y , p z y E j e 2 deben transformarse
bajo una transformación de Lorentz del mismo modo
exactamente que lo hacen x , y , z y t . Una vez conocida
la forma en que se transforman estas últimas, el resul­
tado (12.16) es inmediato. Utilizando las transformacio­
nes dadas en el Cap. 11, tenemos las r e l a c i o n e s d e t r a n s ­
fo r m a c ió n para la cantidad de movimiento y energía:

1 PE \
Px = y \ P x - — ) Py = Py Pz = Pz
(12.16)
E' = y (E — p xc fl)
Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía

Las transformaciones inversas se obtienen sustituyendo


— ¡3 por + /3 e intercambiando las cantidades con prima
por las sin prima:

í , PE ' \
P X = y [ P X + — ) P y = P ' y Pz = Pz

E = y (E ’ + p 'x c / 3 )
(12.17)

Podemos determinar la velocidad de la partícula a


partir de su cantidad de movimiento y energía, em­
pleando (12.14) y (12.15):

d x d x d r c2P x
P x M c?

d t d r d t M E E

E
P = y— 12.18)

EJEMPLO

C hoqu e in elástico. Supongamos que dos partículas 1 y 2 idén­


ticas chocan y se adhieren entre sí para formar una tercera par­
tícula 3. En el sistema de referencia S en que el centro de masas
está en reposo tenemos (por definición de dicho centro)
Pi + P2 = 0

La partícula producto debe estar en reposo. En otro sistema de


referencia S' tendremos
P'l + P2 = Pá
Podemos expresar esto en función de magnitudes observadas en
S por medio de la transformación (12.16),

, yp(E1 + E2)
Vx1 + Px2 = y(Px1 + P ,2) --------------------- “

, y ftE^
= p* = ypx3 --- (12.19)

Aquí Ei y E 2 son las energías en S de las partículas iniciales;


E } es la energía en S de la partícula producto. Pero p x¡ = 0 y
P x i + P x i — 0, de modo que (12.19) se reduce a

£3 = £i + E2
Este resultado nos dice que la energía relativista se conserva en
el choque. Esta discusión nos recuerda la mantenida sobre la
conservación de la cantidad de movimiento y de la energía en
el Cap. 4.
Ahora bien, como las partículas son idénticas resulta Ei = E ¿
utilizando (12.10) para E,, tenemos para E 3 en el sistema S,
Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía 371

Aquí es la masa en re p o so de la partícula producto y v es


la velocidad inicial de la partícula 1 ó 2 en el sistema S. La
masa en reposo M } de la partícula producto es mayor en este
ejemplo que la suma 2Aí de las masas en reposo de las partícu­
las iniciales. La energía cinética de éstas se ha convertido en una
contribución a la masa en reposo de la partícula producto.
En la consideración de los choques más generales, se en­
cuentra que la cantidad de movimiento puede conservarse úni­
camente si la suma

M¿c2 „ „
X — — T - y Ei (12.21
f (1 - ihV c ^ f 1 '

extendida a todas las masas incidentes es igual a la misma suma


referida a las partículas que emergen*. Vimos un ejemplo de
esto en la Ec. (12.20). Esto es, la cantidad de movimiento puede
conservarse en una colisión relativista únicamente si la energía
relativista se conserva también.
La nueva masa en reposo Aí3 es mayor que la suma 2M de
las masas iniciales en reposo. Para ¡3 < 1 podemos describir este
aumento parcialmente en función de conceptos no relativistas.
Como

1 v2
(1 — v 2/ c 2)^ 2 c2

tenemos según la Ec. (12.20) que

r. (* ^ energía cinética \
= 2 ( M + --------- ¿2---------) (12.22)

Así,pues, la masa en reposo Aí3 está compuesta no sólo de la


sumade lasmasas en reposo de las partículasincidentes, sino
también de una contribución proporcional a su energía cinética.
Este ejemplo de un choque inelástico demuestra que ha existido
una conversión de energía cinética en masa. [Hemos escrito
(12.22) para valores pequeños de /3 únicamente porque así resulta
más fácil la conversión masa-energía. Esta conversión es válida
también para cualquier valor de /?.] Según (12.22) la relación entre
el incremento de masa
AM = M 3 - 2M (12.23)
y la energía cinética que ha desaparecido es
Energía cinética = c2 AM (12.24)

De la definición de energía cinética dada en la Ec. (12.7), a


saber, E c = (y — l)Mc2, resulta que las Ecs. (12.22) a (12.24) pueden
considerarse ciertas en general, no sólo para pequeños valores
de /?.

(*) No podemos aplicar la Ec. (12.21) directamente si en el choque


intervienen fotones, porque v = c para un fotón. En las Ecs. (12.26) y
(12.27) veremos cómo manejar el problema para fotones y otras partícu­
las que tengan masa cero en reposo.
372 Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía

E q u iv a le n c ia d e m a s a y e n e r g ía . La posibilidad de
un intercambio entre la masa en reposo y la energía (y
la relación cuantitativa entre ellas) fue considerada por
Einstein como la contribución más significativa de la
teoría de la relatividad. En tanto que las partículas
no adquieran nunca velocidades que sean comparables
a c , podemos utilizar la definición no relativista de la
energía cinética, por lo que llegamos a la conclusión de
que en cualquier choque entre partículas (aunque el nú­
mero de las incidentes sea diferente del número de las
que emergen) toda pérdida o ganancia neta de masa en
reposo multiplicada por c2 es igual a la ganancia o pér­
dida neta de energía cinética. Inversamente, en un choque
inelástico en el que exista una pérdida de energía ciné­
tica, deberá existir un aumento en las masas en reposo
de las partículas que emergen.
Teniendo en cuenta (12.6) y (12.10) podemos escribir
E = M(v)c2. Así, pues, la definición natural de energía en
la teoría de la relatividad permite afirmar que el enun­
ciado (12.24) es válido exactamente para la energía total
sin la restricción v / c <C 1:
A£ = c2 AM
(Se da una deducción exacta en la nota histórica al final
del capítulo.) El cambio de masa AM asociado con la
conversión de la energía cinética en masa en reposo es
generalmente muy pequeña en los procesos ordinarios
cotidianos, porque c es mucho más grande que las velo­
cidades comunes.
Como la masa es equivalente a la energía, un sistema
con energía relativista total E tiene asociada una masa
inerte M = E / c 2. Consideremos una caja sin'masa que con­
tiene N partículas en reposo, cada una de ellas de masa M .
La caja pone de manifiesto una masa inercial N M cuan­
do se intenta acelerarla. La cantidad de movimiento es
N M V si la caja posee la velocidad V. Pero si cada una
de las partículas tiene una velocidad v y una energía ci­
nética JMv2 dentro de la caja, entonces la masa inerte
de la caja es N ( M -f M v 2/ 2 c 2 ) y su cantidad de movi­
miento es N Y ( M + M v 2/ 2 c 2 ) . En estas expresiones se ha
supuesto que las velocidades V y v son mucho menores
que c .
Análogamente, un muelle comprimido tiene mayor
masa que otro sin comprimir y la diferencia estriba en
el trabajo necesario para comprimirlo dividido por c 2.
Si el muelle comprimido se disuelve completamente en
un ácido, los productos de la reacción tienen una masa
ligeramente mayor (pero demasiado pequeña para ser
Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía 373

medida) de la que resultaría si el muelle no estuviese


sometido a tensión. También se revelaría, si pudiera me­
dirse, por el ligero aumento de la temperatura de la so­
lución.
EJEMPLO

C o n versio n es m asa-energía

(1) Si dos masas de 1 gramo con velocidades iguales y opues­


tas de 105 cm /s chocan y se adhieren entre sí, la masa en
reposo adicional del conjunto es

AM = A £ = 2 ( | M ^ ) = l x l O - » g

Esto es menor que la precisión con la que puede medirse una


masa de 1 gramo.

TABLA 12.1 Comparación de las energías de desintegración cal­


culadas y observadas *.

D ism in u ción E n ergía lib era d a , M eV


d e m a sa -----------------------------
u AM c 2 AE
Be9 + H 1 -> Li6 + He4 0,00242 2,25 2 28
Li6 + H2—* He4 + He4 0,02381 22,17 22,20
Bio + H2 —> C n + n l 0,00685 6,38 6,08
N 14 + H2 - + C 12 + He4 0,01436 13,37 13,40
N 14 + He4 —» O17 4- H 1 -0,00124 -1,15 -1,16
Si28 + He4 —» P31 + H 1 -0,00242 -2 ,2 5

(*) S. Dushman, General Electric Review, 47, 6-13 (octubre, 1944).

(2) Un átomo de hidrógeno se compone de un electrón ligado


a un protón por fuerzas de atracción eléctrica; su masa en re­
poso Mh es más ligera que la suma de las masas en reposo m
del electrón y Mv del protón libres. La masa extra de las partícu­
las libres es igual a la energía de ionización (enlace) dividida por
c2. La masa MH de un átomo de H es 1,6736 x 10-24 g. La energía
de enlace entre el electrón y el protón resulta ser 13,6 eV ó 22 x
X 10“12 erg, de modo que
99 v 1 0 “ 12
Mp + m - Mh = ---- ~ 2 ,4 X l()-'!2 g

que representa una parte en 108 de la masa del átomo de H,


magnitud de nuevo demasiado pequeña para ser medida *,
(3) La suma de las masas en reposo del protón y neutrón es

+ Mn = (1 ,6 7 2 6 5 + 1 ,67496) X lO ' 24
= 3 ,3 4 7 6 1 X 10“ 24 g

(*) Las mediciones actuales son de 10 a 100 veces menos exactas.


Los efectos del enlace electrónico han sido observados en una reacción
nucleah
374 Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía

FIG. 12.6 Energía de enlace o ligadura de los núcleos,


en MeV, en función del número de masa A del núcleo.
Recuérdese que 1 M eV es equivalente a una masa de
1,76 x 10-27 g. No están representados todos los núcleos
en el gráfico. Sin embargo, la masa del deuterón es 3,34365.x IO-24 g. La dife­
rencia 0,00396 x IO-24 g es igual a 3,56 x 10-6 erg ó 2,23 MeV, que
es justamente la energía necesaria para disociar el deuterón en
un neutrón libre y un protón y se denomina energía de enlace del
deuterón (la fig. 12.6 muestra la energía de enlace de los núcleos
representada en función del número de masa). Realmente estos
datos proporcionan un método de obtener la masa del neutrón.
La desintegración del neutrón en protón, electrón y neutrino es
otro ejemplo y el acuerdo es muy bueno.
(4) En la tabla 12.1 se compara la liberación de energía
observada AE y el cambio de masa AM observado en diversas
reacciones nucleares. Una unidad de masa atómica unificada
( u) es igual a un doceavo de la masa de un átomo de C12.

EJEMPLO

R ea ccio n es qu e p ro p o rcio n a n la energía estela r. La fuente de


energía más importante en el Sol y en la mayoría de las estre­
llas surge de la combustión nuclear de los protones con formación
de helio.
La energía liberada por átomo de helio formado (fig. 12.7)
puede calcularse del cambio de masa neto en la reacción:

4 M (H 1) - M (H e 4) = 4 (1 ,6 7 3 6 X IO” 24) g - 6 ,6 4 6 6 X 1 0 ~ 24) g


^ 0 ,0 4 7 8 X 1 0 ' 24 g
~ 52 m (1 2 .2 5 )
Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía 375

Número do masa A

FIG. 12.7 Energía de enlace por nucleón en MeV en


función del número de masa A. El punto marcado con «
corresponde al He4, que tiene una energía de enlace
en donde m es la masa del electrón. El resultado es equivalente relativamente alta.
a 26,7 MeV. Las masas atómicas tabuladas incluyen la masa del
número normal de electrones atómicos. Los positrones de la reac­
ción que sigue se aniquilan con electrones para dar rayos gamma.
La temperatura del centro del Sol es ~ 2 x 107 grados K.
A esta temperatura se cree qué predomina en los procesos nu­
cleares el siguiente conjunto de reacciones (fig. 12.8):

H1 + p = H2 + e+ -|- neutrino
H2 + H 1 = He3 + y
He3 + He3 = He4 + 2H1

El efecto neto es la combustión del hidrógeno para producir


He4. Obsérvese que en la primera fase se emite un neutrino
(partícula neutra sin masa), de modo que el Sol es una poderosa
fuente de neutrinos. Estas partículas interaccionan muy débil­
mente con la materia, de modo que casi todos los neutrinos pro­
ducidos en las reacciones nucleares en las estrellas escapan al
espacio. Pueden llevar casi el 10 por ciento de la energía emi­
tida por el Sol *.

(*) Para un excelente estudio del origen de los elementos, véase


William A. Powler, Proc. Nat. Acad. Sci., 52, 524-528 (1964).
376 Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía

Partículas con masa en reposo cero. Cuando M = 0


en ( 1 2 .1 1 ) tenemos que

E = pe (12.26)

de modo que (12.18) se reduce a

v = c (12.27)

y vemos que una partícula con m asa en reposo cero se


mueve siem pre con la velocidad de la luz. Tiene la
mism a velocidad y la mism a m asa en reposo nula para
cualquier observador. Excepto en que no siem pre pen­
samos de él como una partícula, un pulso de luz en el
vacío tiene precisam ente la propiedad v = c. En muchos
fenómenos en los que resalta la naturaleza cuántica de
la luz, encontram os que ésta actúa como si estuviese
constituida por partículas que llamamos fotones o cuan­
tos de luz. Unfotón esuna partícula de m asa en reposo
cero; pero no es la única cuya m asa vale cero, pues,
como vimos en el Cap. 11, los neutrinos tam bién tienen
esta propiedad. Todas las partículas de m asa en reposo
cero poseen la propiedad particularm ente sencilla que
expresa la ecuación E = pe. La energía de un fotón está
relacionada con su frecuencia v por E = hv, en donde h
es la constante de Planck. Así, pues, E — hv = pe, o
p = hv/c.
Existe siem pre una cantidad de movimiento E /c aso­
ciada con un fotón de energía E. Cuando un fotón es
absorbido por un átomo, se transfiere a éste una can­
tidad de movimiento E/c. Si el fotón es reflejado (absor­
bido y reem itido en sentido inverso) la transferencia
de cantidad de movimiento es 2 E/c.
Calculemos la presión de radiación dentro de un
gran cubo de arista L que contiene muchos fotones, con
energía radiante total U por unidad de volumen. Supon­
gamos que los fotones se mueven aleatoriam ente de
modo que. en valor medio un tercio de ellos se mue­
ve paralelam ente a cualquier arista del cubo. En la
unidad de tiempo una cara determ inada del cubo expe­
rim entará j - ) Choques, siendo N el núm ero total
de fotones en el cubo. El cambio de cantidad de mo­
vimiento por choque es 2E/c. La fuerza media en el
tiempo sobre dicha cara es F = (choques por unidad
de tiempo) (variación de la cantidad de movimiento
por choque)

Densidad: 102 g/cm 3. Temperatura: 107 °K. (Según W. A.


Fowler.)
Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía 377

Si n es el núm ero de fotones por unidad de volumen,


entonces N 4= nU y tendrem os

F = nL2— or P = —U *
3 3
para la presión de radiación, en donde P = F/L2y U = nE.
Es fácil deducir la expresión del efecto Doppler a
p a rtir de la expresión para p y E y la transform ación
de Lorentz [Ec. (12.16]. Si en el sistem a S, E = hv,
px = hv/c, ¿cuánto valen E' y p' en el sistem a S'?

p; = y {h L _ E’ = y (h , - fie * )

Por tanto,

V’, = - ^ ( 1 - /S)y E ' = hv( 1 - P )y

hv ¡1 — B / l — fí

= e ' = h”' = h" J t +j (12-28)

E' es, naturalm ente, igual a p'c.


La luz del Sol deposita sobre la superficie de la Tierra
en form a de energía radiante alrededor de 106 ergs/
/ cm 2-s. Si se absorbe toda la energía incidente, la presión
resultante es ( 106/c) dinas/cm 2« 3 X 10~5 dinas/cm 2. Si
toda la energía se reflejase, la presión sería, a lo sumo,
el doble. Esta presión es muy pequeña y ti'ene un efecto
totalm ente despreciable sobre el movimiento de la Tie­
rra. Sobre la cola muy difusa de un cometa o sobre los
satélites Eco, como el área de la superficie es grande
para una m asa dada, es posible que el efecto acumula­
tivo de esta presión no sea despreciable (fig. 12.9). Puede
que tenga más im portancia, sin embargo, el bom bardeo
de la cola del cometa por partículas m ateriales proce­
dentes del Sol. En el interior de una estrella muy caliente
y de baja densidad la presión de radiación puede llegar
a ser de extrem a im portancia.

(*) Para partículas no relativistas (teoría cinética de gases) la rela­


ción es

p = ^^3 "= 3 ~( ~ 2 ^^3 ) = \ dens¡dad energía cinética

La transición de P = 2/3 densidad de energía cinética a P = 1 / 2 densi­


dad de energía (que será la presión si v *=» c) corresponde a la tran­
sición de FIG. 12.9 El c om eta M kros, 27 de a g o sto de 1957. (Fo­
tografía de los Observatorios de Monte Wilson y Pa­
E c- a E c = E = pe lomar.)
2/77
378 Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía

Cualquier partícula con energía suficientem ente ele­


vada, de modo que E Me2, tendrá aproxim adam ente
las mismas relaciones de cantidad de movimiento y ener­
gía que un fotón. Para una partícula podemos siem pre
encontrar un observador móvil para el que la partícula
esté en reposo. Pero en el fotón, aunque su energía y can­
tidad de movimiento difieran p ara distintos observa­
dores, siempre se cum plirá v = c = E / p y nunca podrá
llevarse al reposo m ediante el cambio de sistemas de
referencia.
Consideremos un átom o de hidrógeno en reposo pero
en un estado electrónico excitado. Dicho átom o emite
un cuanto de luz de energía E y cantidad de movi­
m iento (£/c)x. El átomo retrocede con cantidad de mo­
vimiento — (£/c)x. Como consecuencia del retroceso, el
centro de masas del sistem a (átom o más cuanto de luz)
no puede perm anecer en reposo a no ser que el cuanto
de luz posea una masa, por ejemplo, Mr. Para determ i­
nar esta m asa consideremos que
_ mh*h + Myr
c.m . = , . / = 0
Mjj + My

Ahora bien, MHrH = — (E/c)ít y rY= cx; de modo que

—— + MyC = 0 M y= 4
c c
E sta m asa es precisam ente la que resulta de la relación
de Einstein. La m asa del cuanto de luz no es una masa
en reposo, es la equivalente a la energía E. La m asa en
reposo de un cuanto de luz es cero.

TR A N S FO R M A C IÓ N DE LA DER IVAD A RESPECTO AL


TIEM PO DE LA C A N TID A D
DE M O V IM IE N T O

Estam os interesados en la segunda ley de Newton


dp d v
F = — = M
dt dt V i — v2/ c 2
y como se transform a. Es evidente que
dp dp'
dt df
Consideremos el sistem a S' como aquel en el cual la
masa M está instantáneam ente en reposo. Entonces S'
se mueve con velocidad vx respecto a S. Según la ecua­
ción (12.16),
APV = bp'y = &Pz
Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía

y según la Ec. (12.3)

Af = At = J l - Jaí

en donde At es el tiempo propio. Por tanto,

Apy _ kp'y ^ l - v2/c 2 _ 1 Ap'y


Ai “ AE “ y Ai
Como
F - ^E í V F' - M
* At *" At-

resulta que

f, = y F. = í f ;

Las componentes x de Ap/Aí no son tan simples

v , = y { t i + ■’f r )
AE'
Apx = y Api + Yü - ¿ r (12.29)

Conviene evaluar AE' en función de Ap'*

E' = (M02c4 + c2p'2)2


c2p' Ap'
AE' =
V M02c4 4- c2p '2
Pero p ’x, p'v, p'z son todas nulas. Por tanto, AE' = 0 y
volviendo a la Ec. (12.29),
_ YApj Ai' _ YAPÍ 1 _ Api
Ai Ai' Ai Ai' y Ai'
o sea
dPx = dPx
dt df
(12.30)
= f :
Estas ecuaciones juegan un papel fundam ental en el
Vol. 2,Cap. 5. N aturalm ente, son casos especiales de re­
sultados más generales.

C O N S T A N C IA DE LA C A RG A
La ley del movimiento qE = í> de una partícula de
carga q en un campo eléctrico E es incompleta, a no
ser que conozcamos la dependencia de la carga respecto
380 Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía

de la velocidad y de la aceleración de la partícula, cuya


cantidad de movimiento es p. La m ejor prueba experi­
m ental de que la carga de un protón o electrón es con
m ucha exactitud constante es la observación de que
los haces de átom os o moléculas de hidrógeno no sufren
desviación en campos eléctricos uniform es perpendicu­
lares al haz. El átom o de hidrógeno se compone de un
electrón (e) y un protón (p). La molécula de hidrógeno
H 2 se compone de dos electrones y dos protones. Aun­
que los protones se desplazan muy lentam ente, los elec­
trones giran a su alrededor con una velocidad media
próxim a a 10_2c *. Una molécula no desviada tiene una
cantidad de movimiento constante, de modo que el resul­
tado experimental nos dice que + pe= 0 = (ep + ee)H.
p p

Así, pues, se deduce de este experimento que en el átom o


o molécula ee = — ep a pesar del hecho de que el electrón
tiene una velocidad elevada y el protón una baja veloci­
dad y aunque la velocidad m edia del electrón difiera
en el átomo y en la molécula. Cuantitativamente, se sabe
que la carga del electrón es independiente de la velocidad
e igual a la del protón, por lo menos hasta una parte en
109 incluso hasta una velocidad del electrón de 10-2 c. Ade­
más se sabe que la carga tiene lugar sólo en m últiplos
de la carga electrónica, de modo que la carga total puede
determ inarse por el simple proceso de recuento, que es
independiente del sistem a de referencia.
La situación experim ental se discutirá en el Vol. 2. El
resultado es que la carga es independiente de la veloci­
dad de la partícula y del observador. Así, pues, carga y
m asa se transform an de modo diferente cuando se cam­
bia de sistem a de referencia.

PROBLEMAS

1. C a n tid a d d e m o v im ie n to re la tiv is ta . ¿Cuál es la can­ 3. C a n tid a d d e m o v im ie n to d e un fo tó n . ¿Cuál es la


tidad de movimiento de un protón que tiene una energía cantidad de movimiento de un fotón de energía 1 GeV?
cinética de 1 GeV**? (Si se mide E en GeV, podemos medir
p en GeV/c.) Sol. 1,7 GeV/c. 4. E n ergía y c a n tid a d d e m o v im ie n to d e un p r o tó n rá­
Dado un protón cuya (i = 0,995 medida en el labora­
p id o .
2. C a n tid a d d e m o v im ie n to re la tiv ista . ¿Cuál es la can­ torio, ¿cuáles serán las correspondientes energías y can­
tidad de movimiento de un electrón que posee una energía tidades de movimiento relativista? ¿Y la energía cinética?
cinética de 1 GeV? Sol. 1,0005 GeV/c.
5. P a rtícu la s en erg ética s d e lo s ra y o s c ó sm ic o s. Se sabe
(*) La simple teoría del átomo de Bohr ofrece para el estado que las partículas de los rayos cósmicos tienen energías
fundamental el valor v = c/137. hasta 1019 eV y quizá superiores.
(**) El prefijo giga (G en abreviatura) se emplea para desig­ (a) ¿Cuál es la masa aparente de una de estas partícu­
nar 109. Los americanos emplean la palabra b illio n (B en abre­ las (aproximadamente)? Sol. I , 8 x l 0 -I4g.
viatura) para designar 109, mientras que en castellano un billón ( b) ¿Cuál es su cantidad de movimiento (aproximada­
es 1012. Así, pues, 1 BeV (americano) = 1 GeV = 109 eV. mente)? Sol. 5 x 10~4 g-cm/s.
Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía 381

6. T ra n sfo rm a ció n d e en ergía y c a n tid a d d e m o vim ie n to . distancia de la Tierra al Sol. Midiéndola se ha encontrado
Un protón tiene ¡3 = 0,999 en el laboratorio. Determinar la que el valor de la constante es 1,4 x 106 ergs/s-cm2.
energía y la cantidad de movimiento que se observaría en (a) Demostrar que la generación de energía total del
un sistema viajando en la misma dirección, con /3' = 0,990 Sol es «= 4 x 1033erg/s.
respecto al laboratorio. (b) Demostrar que la generación de energía media por
unidad de tiempo y por gramo de materia del Sol es
7. E n ergía d e un e le ctró n ráp id o . Un electrón tiene 2 ergs/g-s « 6 x 107 ergs/g-año.
¡3 = 0,99. ¿Cuál es su energía cinética? Sol. 3,1 MeV. (c) Demostrar que la energía equivalente a la combus­
8. R e tr o c e so en la e m isió n d e ra y o s y. ¿Cuál es la can­ tión de 1 g de hidrógeno para producir He4 es « 6 x 1018 ergs
tidad de movimiento de retroceso en el laboratorio de un (d) Demostrar que si la masa del Sol estuviese consti­
núcleo Fe57 que retrocede debido a la emisión de un fotón tuida por un tercio de hidrógeno y el proceso de combus­
de 14 keV? ¿Es relativista la cantidad de movimiento del tión nuclear continuase sin variación, el Sol podría conti­
núcleo? Sol. 7,5 x 10-19g-cm/s. nuar radiando en la proporción presente durante 3 x 1010
años.
9. R e tr o c e so d e l núcleo. Consideremos un rayo gamma
de energía E y que choca contra un protón en reposo en el
laboratorio. 15. P ro p u lsió n p o r radiación . Un medio posible de pro­
(a) En el sistema del laboratorio, ¿cuál es la cantidad pulsión en el espacio está constituido por una gran lámina
de movimiento del rayo gamma? metálica reflectora unida a un pequeño vehículo. Hacer
( b) Demostrar que la velocidad V del centro de masas una estimación razonable de las aceleraciones que podrían
en el sistema del laboratorio está dado por resultar para algún vehículo típico a la distancia de 1 U. A.
del Sol.
V_ Ey 16. C a n tid a d d e m o v im ie n to d e un p u lso láser. Un
c Ey + M pc2 pulso láser grande puede producir un pulso de luz con
una energía de 2000 joules (1 joule = 107ergs).
(c) ¿Cuál es la energía de los rayos y en el sistema de (a) Demostrar que la cantidad de movimiento del pulso
centro de masas?, ¿y la energía del protón en el mismo es del orden de 1 g-cm/s.
sistema? (b) Discutir cómo se podría detectar esta cantidad de
movimiento. La duración del pulso puede ser un mili-
10. D e sin te g ra c ió n d e n eu tro n es. Utilizar los valores segundo (10-3 s).
dados en el Cap. 12 para calcular la cantidad de energía
liberada cuando un neutrón se desintegra en un protón
y un electrón. Sol. 0,79 MeV.
- N ive le s de energía o «estados»
11. In va ria n cia d e L o re n tz en el siste m a d e d o s p a rtíc u ­
las. Sean p = pt + P2 y E = E¡ + E 2 la cantidad de movi­
miento y energía totales de un sistema de dos partículas,
respectivamente. Demostrar explícitamente que las trans­ C o n d ic ió n
formaciones de Lorentz de p y E son consistentes con la in ic ia l
invarianza de la cantidad E 2 — p 2c2.
12. Transform ación al sistem a de referencia en reposo del
sistem a de centro de masas. Dos protones viajan en sen­ Emisor Absorbente
tidos opuestos desde un punto común con velocidades
13 = 0,5.
(a) ¿Cuáles son la energía y la cantidad de movimiento
de un protón relativas al punto común?
(b) Utilizar la transformación de Lorentz para encon­
trar la energía y cantidad de movimiento de uno de los
protones en el sistema en reposo del otro protón o de él
mismo. (En problemas de esta clase, es normalmente con­
veniente expresar la energía como un múltiplo de alguna
masa en reposo.)
C o n d ic ió n
13. R a d ia ció n d e m a sa m e d ia n te un tra n sm iso r d e ra­ fin a l
dio. ¿Cuál es la masa equivalente de la energía emitida
por una antena que radie 1000 watts de energía radiante
durante 24 horas? (1 watt = 107ergs/s.)
14. E n erg ía solar. La c o n sta n te so la r es el flujo de FIG. 12.10 Cambios de niveles de energía nuclear en
energía solar por centímetro cuadrado y por segundo a la la emisión y absorción de la radiación.
382 Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía

TEMA AVANZADO

E m is ió n sin re tro c e s o d e ra y o s gam m a. Un núcleo


en un estado energético excitado puede emitir un fotón
(rayos y) al realizar una transición al estado fundamental
o no excitado del núcleo. El proceso inverso también puede
ocurrir. Un núcleo en su estado fundamental puede ab­
sorber un fotón, dejando el núcleo en un estado excitado
(véase fig. 12.10).
Supongamos que preparamos una fuente que contiene
núcleos excitados. En el curso del tiempo la fuente emiti­
rá fotones. Hagamos que los fotones choquen contra un
absorbente que contiene núcleos semejantes en su estado
fundamental. Estos núcleos absorberán los fotones inci­
dentes y, a su vez, reemitirán fotones. El fenómeno de
absorción y reemisión se denomina flu o re sc e n c ia nu clear.
Los fotones emitidos (tanto por la fuente como por el
absorbente) tendrán un intervalo de energía de anchura
aproximada r , como indica la fig. 12.11. Aquí T es la letra
FIG. 12.11 Distribución de la energía de rayos gamma
griega mayúscula gamma.
causada por la anchura del nivel de energía nuclear.
El núcleo de Fe57 es un buen ejemplo. Este se forma en
un estado excitado como producto de la desintegración
radiactiva del Co57. El estado excitado del Fe57 emite un fotón
de energía 14,4 keV, dejando el núcleo de Fe57 en un estado
fundamental.
Consideremos un núcleo de Fe57 en un estado excitado
y supongamos que el núcleo está inicialmente en reposo
en el espacio libre. Cuando se emite el fotón, el núcleo
retrocederá en la dirección opuesta al fotón.
(a) ¿Cuál es la frecuencia v de un fotón de energía
14,4 keV? Recordemos que E = hv, en donde h es la cons­
tante de Planck y E la energía. Sol. 3,5 x 1018 cps.

(b) La cantidad de movimiento del fotón es hv/c. ¿Cuál


es la cantidad de movimiento de retroceso del núcleo?
Sol. 7,7 x 10-19 g-cm/s.

(c) Demostrar que la energía de retroceso R del nú-


cleo es

R =
2M e2
FIG. 12.12 Corrimientos de la distribución de energía
en donde M es la masa del núcleo y £ la energía del fotón. de los rayos gamma en la emisión y absorción nuclear.
Evaluar R en electrón-voltios para el Fe57. Sol. 2 x 10~3 eV
Los niveles de energía nuclear no son muy agudos, pero
tienen más anchura T de acuerdo con el principio de ( d ) ¿Cuál es la magnitud requerida de esta velocidad
incertidumbre para el Fe57?
( e ) Mossbauer observó que en algunas de las emisio­
n h
1 T~ nes de ciertos cristales, la cantidad de movimiento de
277 retroceso procede del cristal como conjunto más que de
siendo r la vida media del estado. Para rayos y de baja los núcleos individuales. A la temperatura ambiente, alre­
energía, como los del F57, la dispersión energética de los dedor del 70 % de los fotones procedentes de un cristal de
niveles nucleares puede ser mucho menor que la energía Fe apenas tienen retroceso en este sentido. Calcular R para
de retroceso R. En esta situación el rayo y emitido no pue­ un fotón sin retroceso si la masa del cristal de Fe es 1 g.
de normalmente ser reabsorbido por un núcleo en el estado Sol. 2 x 10~25 eV, que es completamente despreciable.
fundamental, pues la frecuencia no es la adecuada (véanse
figs. 12.11 y 12.12).
NOTA HISTÓRICA
Un método de sintonizar las frecuencias del emisor y
absorbente consiste en dar a la fuente una velocidad rela­ R elación m asa-energía. El primer trabajo de Einstein
tiva respecto al absorbente. sobre la teoría de la relatividad restringida, titulado «Sobre
Dinámica relativista: Cantidad de movimiento y energía 383
la electrodinámica de los cuerpos móviles», apareció en = E[ + (12.34)
A nn alen d e r P h y sik 17, 891-921 (1905). Este volumen de (i - p*)i
A nn alen contiene tres trabajos clásicos de Einstein: uno
sobre la interpretación cuántica del efecto fotoeléctrico de las cuales tendremos, restando (12.34) de (12.33),
(págs. 132-148); otro sobre la teoría del movimiento brow-
niano (págs. 549-560), y el de la teoría de la relatividad E0 — E'0 — — Ej + e — (12.35)
citado antes (muchos de los resultados publicados en este (1 - /)*)!
artículo habían sido anticipados por Larmor, Lorentz y
otros). En el mismo año, un breve artículo de Einstein La diferencia en energía E '0 — E 0 debe ser precisamente la
apareció en el Vol. 18, págs. 639-641, con el título «¿Depende energía cinética inicial E c0 del cuerpo visto desde S ', puesto
la inercia de un cuerpo de su contenido de energía?» Para­ que en S el cuerpo estaba inicialmente en reposo. Análoga­
fraseamos aquí el razonamiento de Einstein: mente, E \ — E i es la energía cinética fina 1 Ec, vista desde
Consideremos (como en el trabajo de Einstein sobre S'. Así, pues, (12.35) puede escribirse como
electrodinámica) un paquete o grupo de ondas planas de
luz, Supongamos que el paquete posee la energía e y se E c0 — Eci = e( r - l)
mueve en la dirección positiva de las x en el sistema S. V(1 - 0 2)* /
Visto en el sistema S ', que se mueve con velocidad Vx
relativa a S, el paquete de ondas tiene la energía Vemos que la energía cinética del cuerpo disminuye
como resultado de la emisión de luz. La cantidad de la
disminución es independiente de las propiedades del cuer­
(12.31) po. Si /3 « 1,
Al + fí/
Este resultado se dedujo en el trabajo de Einstein sobre E c ,- E c ,< - = V*
electrodinámica, sin referencia a la noción de fotón. Se
deduce más directamente a partir de otro razonamiento.
de modo que la masa en reposo del cuerpo disminuye en
Observemos a partir del resultado (12.28) del efecto longi­
tudinal Doppler que las frecuencias vistas por observadores
en reposo en S' y S están relacionadas por AM = ~

A partir de esta relación, Einstein obtenía las siguientes


(12.32) conclusiones:
V \1 + /?)
«Si un c u e rp o e m ite en ergía e en fo rm a d e radiación ,
De acuerdo con la representación cuántica un pulso lumi­ su m a sa d ism in u y e en e /c 2.» El hecho de que la energía
noso puede considerarse como constituido por un número extraída del cuerpo se transforme en energía de radiación
entero de cuantos de luz o fo to n e s, cada uno de ellos de evidentemente no constituye ninguna diferencia, de modo
energía hv (visto en S), siendo h la constante de Planck. que se llega a la conclusión más general de que...
Cuando vemos el pulso desde 5', el número de fotones «La masa de un cuerpo es una medida de su contenido
permanece invariable, pero la energía de un fotón se trans­ de energía; si la energía cambia en e , la masa varía en
forma en hv'. (Suponemos que el valor de h es el mismo el mismo sentido en e/(9 x 1020), midiéndose la energía
en S' que en S.) Se deduce que la energía e' del pulso en ergs y la masa en gramos.
luminoso es proporcional a v'; de aquí que (12.31) se dedu­ «No es imposible que pueda comprobarse con éxito la
ce de (12.32).
teoría con cuerpos cuyo contenido de energía sea variable
Supongamos ahora que existe un cuerpo estacionario en alto grado (por ejemplo, con sales de radio).
en el sistema S y que su energía inicial es E 0 en S y E \ en S'. «Si la teoría corresponde a los hechos, la radiación
Supongamos que el cuerpo emite un pulso luminoso de transporta inercia entre los cuerpos emisores y absor­
energía \ e en el sentido positivo de las x y otro pulso bentes.»
análogo de energía — en el sentido negativo. El cuerpo
permanecerá en reposo en S. Designemos mediante E r y E \
la energía del cuerpo en S y S' después de la emisión de LECTURAS SUPLEMENTARIAS
ambos pulsos. Entonces, por la conservación de la energía,
M. Born, E in s te in ’s T h eo ry o f R e la tiv ity , cap. 6, secs. 7-9
(reimpresión) Dover Publications, Inc., Nueva York, 1962.
A. P. French, R e la tiv id a d especial, cap. 7. Ed. Reverté,
E0 — E 1 + ie + (12.33) 1974.
C. Kacser, I n tr o d u c tio n to th e S p e c ia l T h eo ry o f R e la tiv ity ,
caps. 5-7, Co-Op Paperback, Prentice-Hall, Inc, Engle-
wood Cliffs, N. J., 1967.
_ r , , ! . / ! - fi\* . 1 / l +P\*
£ , - £, + n r 7 i ) \T " ^ s )
Contenido

ACELERACIÓN DE U N A PARTÍCULA C A R G A D A POR


UN C A M P O ELÉCTRICO LO N G ITU D IN AL CONSTANTE
ACELERACIÓN M EDIANTE UN C A M PO
ELÉCTRICO TRANSVERSAL
PARTÍCULA C A R G A D A EN UN
C A M P O M AG NÉTIC O
SISTEM A CENTRO DE M A S A S Y ENERGÍA UMBRAL
Ejemplo. Energía umbral para la fotoproducción
de mesones
Ejemplo. Energía disponible a partir de una partícula móvil
Ejemplo. Umbral del antiprotón
Ejemplo. Efecto Compton
Problemas
Nota histórica. El sincrotrón
Lecturas suplem entarias
Problemas de dinámica
relativista
386 Problemas de dinámica relativista

En el Cap. 3 discutimos cierto núm ero de problemas


que se referían al movimiento relativista de las partícu­
las en campos eléctricos y magnéticos. En los Caps. 3 y 4
y de nuevo en el Cap. 6 , estudiamos los choques elásti­
cos e inelásticos de dos partículas no relativistas. Ahora
extenderemos varias de las soluciones anteriores a la
región relativista. Con frecuencia las soluciones no pre­
sentan una dificultad especial y algunas de ellas son de
la mayor im portancia en los m undos de la física de las
partículas de alta energía y de la astrofísica.
Es un hecho bien conocido que en las colisiones de
partículas de alta energía pueden crearse por conversión
de energía en m ateria nuevas partículas, no presentes
antes del choque. En el sistem a de centro de masas, toda
la energía de las partículas incidentes puede producir
nuevas partículas y posibles estados de energía interna
de las partículas. Para toda reacción que conduzca a un
conjunto de nuevas partículas o estados excitados hay
una energía um bral capaz de producirla. Si la reacción
supone energías relativistas, la fracción de energía del
laboratorio representada por esta energía um bral del
centro de masas es m enor que si la situación fuera no rela­
tivista. Esta es una consideración im portante de los expe­
rim entos de física de partículas de alta energía, de la cual
daremos un ejemplo más adelante.
El hecho de que la cantidad de movimiento de una
partícula acelerada relativista pueda aum entar indefinida­
mente, aun cuando la velocidad varía un poco cuando se
acerca a la de la luz, constituye la base de los grandes ace­
leradores y del análisis de la cantidad de movimiento de
partículas de alta energía m ediante un campo magnético
deflector. Los métodos de desviación m agnética se em­
plean am pliam ente en la investigación de rayos cósmicos
y en otros trabajos con partículas de elevada energía.
Estudiarem os prim ero la desviación de una partícula
relativista por un campo eléctrico, con objeto de fami­
liarizarnos con el empleo de ciertas operaciones nor­
males.

ACELERACIÓN DE U N A PARTÍCULA C A R G A D A POR


UN C A M P O ELÉCTRICO LO N G ITU D IN A L CONSTANTE
La ecuación del movimiento de una partícula de car­
ga q y de m asa en reposo M en un campo eléctrico cons­
tante y uniforme ** ex es
px = q&x (13.1)
(*) El alumno que desee comprobar (13.1) puede recurrir a la ecua­
ción (12.30). Una discusión detallada se verá en el Vol. 2.
(**) Aquí designaremos la intensidad del campo eléctrico por e, para
evitar confusiones con la energía E.
Problemas de dinámica relativista 387

o, con p = Mv/( 1 v2/c 2)*, FIG. 13.1 La velocidad v de una carga q de masa en
reposo M, acelerada desde el reposo por un campo eléc­
Md q8> (13.2) trico uniforme £, está representada en función del tiem­
dt (1 - v2/c 2)* po. La velocidad v tiende al lím ite c para t » 0. La
línea de trazos representa la velocidad de la carga
si suponemos vy = vz = 0 como se requiere en el caso que predice la mecánica no relativista.
de aceleración en la direción x partiendo del reposo.
Integrando (13.2) respecto al tiempo vemos directam ente
que
p = M = <7Sí
(1 - üVc 2) 1
con v(0) = 0. Después de elevar ambos m iembros al cua­
drado y reordenar, teniendo en cuenta ( 1 2 .1 1 ) y (12.18),
resulta
(qSí/Mc )2
(13.3)
1 + (qSí/Aíc)2

Para tiempos cortos * t < M e/qe, el denominador en (13.3)


puede reem plazarse por la unidad y tendremos
p¿
M2

(*) Con s = 1 statvoltio/cm, tenemos para un electrón


me ( 1 0 ~ 27) ( 3 X 1 0 10)
388 Problemas de dinámica relativista

exactamente igual que en la aproximación no relativista


del Cap. 3.
Para tiempos largos t~^>Mc/qz, tenemos la aproxi­
mación relativista
1
v2 =
(.Mc/q&tf + 1 [■- (f)1
en donde M c/qzt es una m agnitud pequeña. E sta últim a
ecuación m uestra cómo v se aproxim a a c como veloci­
dad límite. En esta aproxim ación utilizando /3 = v /c
1 q&t
FIG. 13.2 Supongamos que una carga q con una can­ Me
tidad de m ovim iento inicial px entra en un campo trans­
versal S Usando este valor de 1 /(1 — /32)± = y en la Ec. (12.10), la
energía relativista * viene dada por

E = Me2 q8>ct
(i - p y

de nuevo en el límite de tiempo largo, t ^ > Me/qz. El re­


sultado límite es precisam ente la fuerza m ultiplicada
por la distancia recorrida en el tiempo t a velocidad c.
En el mismo límite, la cantidad de movimiento es

p ~ q& t
Me
(i - P2y c
Obsérvese la característica relativista especial de que la
cantidad de movimiento y la energía pueden seguir
aum entando, después que la velocidad ha alcanzado para
todos sus propósitos prácticos el nivel máximo y que
la energía es proporcional a p y no a p2.
El desplazamiento x se encuentra a p artir de la raíz
cuadrada de la Ec. (13.3) escribiendo dx/dt para v:
(q8>/Mc)t
dx = -c dt (13.4)
V i + (q2£>2t2/ M 2c2)

Integrando entre 0 y í obtenemos el desplazamiento

Me2
x=
q£ ([■+(Ü)T - ■] ™
Hemos supuesto que % — 0 y v = 0 para t — 0. Obsérvese
que si qzt/Mc 1, x « ct, m ientras que si qzt/M c 1,
x ^ \ ( q z / M ) t 2t que es el caso no relativista.

(*) La expresión general para E se obtiene de la Ec. (12.11)


E2 = M2c4 + q2Z2t2c2
Problemas de dinámica relativista 389

ACELERACIÓN M EDIANTE UN C A M P O
ELÉCTRICO TRANSVERSAL

Consideremos una partícula cargada que se mueve a


lo largo del eje x con una cantidad de movimiento eleva­
da p0 y entra en una región de longitud L en la que existe
un campo eléctrico transversal ey. E ncontrar el ángulo
en que la partícula se desvía por el campo eléctrico
(véase fig. 13.2).
Las ecuaciones del movimiento son

d Px
= 0 & L '= q É
dt dt H
de donde
Vx = Po Py = 9 &t

como se indica en la fig. 13.3. Deseamos determ inar la


velocidad v. Si podemos hallar la energía E, entonces se
puede encontrar la velocidad a p artir de la cantidad
FIG. 13.3 La fuerza en la dirección y es q 8 ; por tanto,
de movimiento utilizando la relación v = pc2/ E dedu­ Pv = q & t , mientras que px permanece constante. La
cida en la Ec. (12.8). energía
La energía viene dada por
E = c\/ipx2 + V y 2 ) + M2c2
E 2 = M 2c4 + p2c2 = M 2c4 + p02c2 + (q&tcf- .aumenta.
= E02 + (q&tc)2 (13.6)

en donde E 0 es la energía inicial. Por lo tanto, a p a rtir


de (13.6) y de la relación velocidad-cantidad de movi­
miento, tenemos

Poc
(13.7)
[ E 2 + (qZtcfY
q&tc2
V.. = (13.8)
[ E 2 + (q&tc)2]1*

Obsérvese que vx disminuye cuando t aum enta (véase fi­


gura 13.4). Vemos tam bién que vy es siem pre m enor que
el valor no relativista qzt/M. En el instante f, el ángulo <9
que la trayectoria form a con el eje x viene dado por

n. . vv q&tc2 q&t
tg 0(t) = S - = 1— — = -2 —
Vx PoC Po
El tiempo tL necesario para recorrer la distancia L
se encuentra integrando la Ec. (13.7)
FIG. 13.4 Como vx = c2px/E, vx realmente disminuye
'L ~tL dt cuando la partícula se acelera en la dirección y. La
f dx = PqC2 f mecánica no relativista predeciría naturalmente que
[E02 + (■q&tc)2Y Vx = const.
390 Problemas de dinámica relativista

o según Dwight 728.1,

L = M sen h - > 5 ® ^ '


qS, E0
de modo que
( í = - S L Se n h ^ £ *
98c p0c

PARTÍCULA C A R G A D A EN UN
C A M P O M AG NÉTIC O

Consideremos un problem a práctico im portante que


se refiere al movimiento de una partícula de carga q
en un campo magnético constante y uniform e B. La ecua­
ción del movimiento es, según la Ec. (3.23):

(13.9)
dt c
Lo mismo que en el problem a no relativista (Cap. 3)
FIG. 13.5 Una carga con velocidad v perpendicular a un tenemos d2p / d t 2 = 0 porque
campo magnético uniforme describe un movimiento cir­
cular, con radio p = pc/qB. d
dt P2 = 2P * d t = 2 -cP *v X B
pero p es siem pre paralelo a v, de modo que el producto
mixto es cero. Así, pues, el módulo de la cantidad de
movimiento y, por consiguiente, el de la velocidad de
la partícula, no varían por la acción de un campo mag­
nético constante. Pero si únicam ente se altera la direc­
ción, entonces el factor

M
(13.10)
(1 - ü2/c 2) 5

que interviene en la definición de p, es constante.


La ecuación del movimiento (13.9) puede escribirse
ahora como

dp _ M dv q n
= —v X B (13.11)
dt (1 — v2/c 2)^ dt c
Debido.a la constancia de (13.10),esta ecuación tiene so­
luciones en las que la partícula se mueve en una circun­
ferencia en un plano perpendicular a B (véase Cap. 3).
Llamemos p a su radio y wc la frecuencia angular del
movimiento para el caso en que v es perpendicular a B

(*) senh# = (e®— e-e)/2; así, para pequeños valores de 0,


senh 6 <=» 0, mientras que para valores grandes de 0, senh ee/e.
Problemas de dinámica relativista 391

(fig. 13.5). Sustituyendo en (13.11) d \ / d t por la acelera­


ción centrífuga a>c2p y v por o>cp, tendrem os l,ü

M
0,9 IPSIPrtu

(1 2 / 2)2
— v2/c 2 ^ c P = ~c “cPB 0,8

0,7
de donde
0,6
_ PB ^
(13.12) u>c 0,5 MC i
*>o
0,4
Como vemos, la frecuencia del movimiento es infe­
rior para partículas rápidas que para las más lentas. 0,3
Así, pues, un ciclotrón puede utilizarse para acelerar 0,2
partículas hasta energías relativistas únicam ente si la
frecuencia del campo acelerador de radio frecuencia (o 0,1
la intensidad del campo magnético) se m odula para per­
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0
manecer sincronizada con (13.12) cuando aum enta la
energía de las partículas. Esta relación se representa en
la figura 13.6. Para partículas no relativistas puede des­
preciarse la dependencia de la frecuencia con la veloci­
FIG. 13.6 La frecuencia ciclotrón para el movimiento
dad, como vimos en el Cap. 3.
circular de una carga q, con masa en reposo M, en un
Los valores de wc predichos por (13.12) se han confir­ plano perpendicular a un campo magnético uniforme B,
mado experim entalm ente durante el funcionamiento de se ha representado en función de la razón de veloci­
los aceleradores de alta energía. E sta relación ha sido dades v/c. La frecuencia ciclotrón no relativista <*>„ está
confirmada para electrones acelerados en un sincrotrón representada por la línea horizontal.

en el caso en que 1 / ( 1 — /32)l *=« 12 0 0 0 , es decir, cuando


la m asa aparente de la partícula es 12 0 0 0 veces la m asa
en reposo. Es interesante conocer lo que esto significa
en función de c — v (exceso de la velocidad de la luz
sobre la de la partícula). Tenemos

^ 2(1 - 0) ^ (12 000) - 2 ^ 7,0 X 10- 9 (13.13)

Obsérvese que hemos puesto (1 + /3) <=» 2. A partir de la


Ec. (13.13) se tiene
c — v
3,5 X lO" 9 c — V 100 cm/s

En el acelerador de protones de Serpukhov (Rusia) los


protones se inyectan a una energía de 100 MeV en la
órbita circular de un campo magnético y se aceleran a
unos 80 000 MeV. Esto corresponde a un cambio en /?
de 0,43 a 1 — 6,8 X 10~5.
Haciendo uso de (13.12) el radio de giro p de una
partícula relativista en un campo magnético viene dado
por
v cMv
P =
wc qB(l - P2)2
392 Problemas de dinámica relativista

Pero el segundo miembro contiene la cantidad de mo­


vimiento p, de modo que

B p = ^
I ?J
o en unidades SI
BP = Ü
q
Por lo tanto, el radio p del círculo descrito por una par­
tícula cargada en un campo magnético es una medición
directa de la cantidad de movimiento relativista. Esta re­
lación es el método simple más im portante para medir
la cantidad de movimiento de partículas relativistas car­
gadas.
SISTEM A DEL CENTRO DE M ASA S
Y ENERGÍA UMBRAL

La conservación de la energía impone una limitación


general a las reacciones nucleares o sucesos que pueden
tener lugar en el choque de dos partículas. Por ejemplo,
un fotón de alta energía (rayo y) puede producir un par
electrón-positrón de acuerdo con la reacción
y —» e~ + e+
únicam ente si la energía del rayo y excede a la energía
equivalente a las masas en reposo del electrón y posi­
trón. Así, pues, la conservación de la energía por sí sola
determ ina que la energía um bral o mínima para la pro­
ducción del par electrón-positrón es

Ey = 2me2 ^ 1,02 X 106 eV

Recordemos del Cap. 9 que la m asa en reposo del posi­


trón es igual a la m asa en reposo del electrón.
Esta reacción, sin embargo, es imposible en el espa­
cio libre a cualquier energía, porque la cantidad de
movimiento no puede conservarse. Vimos en el Cap. 12
que la cantidad de movimiento del fotón es pr = E y/c.
Para observar la reacción escojamos el sistem a de refe­
rencia en el que el centro de masas del par electrón-
positrón está en reposo. En él, la suma de las cantidades
de movimiento del positrón y electrón es cero:

Pe- + Pe+ = 0

Pero en este sistem a la cantidad de movimiento del fotón


incidente no es cero, porque no existe ningún sistema
de referencia en el que pueda hacerse nula la cantidad de
Problemas de dinámica relativista 393

movimiento de un fotón *. Por lo tanto, en el sistema


centro de masas

Py t Pe + Pe+ = 0
y la reacción y e+ + e~ no es correcta (no se verifica)
porque no se conserva la cantidad de movimiento. Si no
puede producirse en un sistem a de referencia determ i­
nado no tendrá lugar en ningún sistema.
La reacción puede verificarse en la vecindad de otra
partícula, tal como el núcleo de un átomo, porque enton­
ces éste puede absorber la variación de la cantidad de
movimiento. La absorbe actuando con su campo cóulom-
biano sobre las partículas cargadas. Se puede tener

Py "b Pnuc Pnuc "b Pe~ "b Pe+

El núcleo sufre un cambio de cantidad de movimiento


debido a la reacción, pero por lo demás el núcleo resulta
sin modificar y actúa únicam ente como un catalizador
de una clase muy sencilla. La cantidad de movimiento
nuclear inicial puede ser cero.
Una partícula pesada o núcleo es un buen vehículo
para absorber el exceso de cantidad de movimiento sin
absorber m ucha energía. Puede verse esto a p a rtir de la
fórm ula de la energía cinética no relativista

Ec = \M v2
2 2M
Cuanto mayor es la m asa M, más pequeña es la energía
cinética asociada a una cantidad de movimiento deter­
minada.

EJEMPLO

E n ergía u m b ra l p a ra la fo to p ro d u cc ió n de lo s m eso n e s n°.


OAAAAA/- •
La masa del mesón es 135 MeV. ¿Cuál será la energía mínima
Rayo y Protón
de los rayos y que pueden producir en el laboratorio la reacción
Antes
y + p —» 7T° + p
cuando el protón inicial está en reposo?
Es instructivo considerar este problema desde dos puntos de
vista diferentes: en coordenadas de laboratorio y en coordenadas . • 0 V-»-
centro de masas. »
7Po —> \ — Protón
(1) En el laboratorio (fig. 13.7) un rayo y de alta energía choca
contra un protón en reposo y el resultado umbral es un protón Después
y un mesón n° que se mueven juntos a la velocidad /3c con la
misma cantidad de movimiento que el rayo y original. Escriba-

FIG. 13.7 En el laboratorio, un rayo y choca contra un


(*) Se cambia la frecuencia de un fotón variando los sistemas de protón en reposo para dar un protón y un mesón que
referencia, pero no podemos hacerlo desaparecer ni llevarlo al reposo por deben viajar juntos en la dirección del rayo y para con­
este procedimiento. servar la cantidad de movimiento umbral.
394 Problemas de dinámica relativista

mos las ecuaciones de la conservación de la energía y de la canti­


dad de movimiento. (Obsérvese que y en las ecuaciones siguientes
es y = (1 — /32) - ! y no el símbolo de un fotón y como en la
discusión inmediatamente anterior.)

Energía: hulab + M pc 2 = (JV + = y(Mp + *

(13.14)

Cantidad de movimiento: ^t<1— = = y(Mp + M )/?c


c P
Podemos eliminar hv iab y resolver para /3 y, por tanto, y, del
modo siguiente:

K » = V(MP +
T(M, + M„),8c 2 + M,/;2 = Y(M„ + M Jc 2

Sea M J M P = «, con lo que resulta

1 + y/?(l + a) = y(l + a)

= (1 + «)(1 - P)
y, por tanto,
a( 2 + a)
0 = 2 + 2a + a2 (13.15)

2 + 2a + a2
Y =
2(1 + a)
Resolviendo ahora para hv iab

hv - MPc2a( 1 + a )(2 + _ M^c2/g , (13.16)


a*5 “ 2(1 + a) " 2 ( + }
o sea
h vlab = 144,7 MeV

en donde hemos utilizado


135 n ...
w u w v - —• “ = 938 = ° -144
Rqyq _y_ m Protón (2) En el sistema centro de masas (fig. 13.8) puede escribirse
Antes Energía:
h v c.m. + Ym pc 2 = (M p + M Jc2

hv
Protón Cantidad de movimiento: — = yM J3c
c
Después
en donde /? y y se refieren ahora al movimiento inicial del
protón en el sistema centro de masas. Utilizando la misma
notación de antes y eliminando hvc,m. resulta
0 -|- 1 n.
FIG. 13.8 Sistema centro de masas. Un rayo y y un y(ft + 1) = 1 + a ^TT = Vi - P2
protón se mueven acercándose el uno al otro, con igua­
les cantidades de movimiento. Después de la interac­ y
ción el protón y el mesón x° están en reposo si el suceso _ a (2 + a)
tiene lugar en el umbral. 2 + 2a + a 2
Problemas de dinámica relativista 395

que es la misma /? obtenida en la Ec. (13.15) anterior,resultado


lógico, ya que en el sistema del centro de masas el protón y el
mesón »r0 están en reposo en el estado final. Así, encontramos

= 1265 MeV (13.17)

Podemos también determinar h v c.m. a partir de h v lab mediante


la fórmula del efecto Doppler [Ec. (12.28)]:

1 - / 3 M e 2 . 1
K.m. - Ktb y 1 + p ~ 2 (2 + a)(l + «)
que concuerda con el valor de la Ec. (13.17).
Unaforma más simple de resolver este problema es recordar
que E 2 — pfc2 es una invariante. Especifiquemos la situación antes
y después de la reacción en el laboratorio:

('»"],* + M„0 2 - (^ f 2) 2

= [v(Mp + M j c f - [fiy (M p + MJc2]2 (13.18)


de donde resulta

2hv\a.bM Pc2 + M P2c4 = (M P + M J 2c4


siendo

y2 - f}2y 2 = 1
Por tanto
M jc 2 M M pc2 ( a\
h^ = - 2 M ^ + - M ^ = MA 1 + 2)

que concuerda con el valor anterior de la Ec. (13.16).

En los sucesos de colisión, en los que se crean nue­


vas partículas, el requerim iento de la conservación de
la cantidad de movimiento hace norm alm ente imposible
convertir toda la energía cinética inicial en el sistem a del
laboratorio en m asa en reposo de las nuevas partículas
form adas en la colisión. Si existe una cantidad de mo­
vimiento neta en el estado inicial antes del choque, debe
existir una cantidad de movimiento igual en el estado
final después del choque. Por tanto, las partículas res­
tantes después del choque no estarán en reposo; parte
de la energía cinética inicial se transfiere como energía
cinética de las partículas finales.
La única situación en la cual toda la energía cinética
inicial puede disponerse en la reacción tiene lugar cuan­
do la cantidad de movimiento del estado inicial es cero.
La cantidad de movimiento puede siempre aparecer como
nula considerada la colisión desde un sistema apropiado
de referencia, el sistema centro de masas.
396 Problemas de dinámica relativista

EJEMPLO

E n ergía d isp o n ib le a p a r tir d e un a p a rtíc u la m ó vil. ¿De cuán­


ta energía se puede disponer en el choque de un protón móvil
contra otro en reposo?
Supongamos primero que la energía cinética del protón in­
cidente es mucho menor que MpC2, de tal modo que el choque
puede considerarse como no relativista. Si el protón incidente
tiene una velocidad v en el sistema de referencia del laboratorio,
su energía cinética es
£ciab = i M pv 2 (13.19)
En el sistema de referencia del centro de masas un protón tiene
velocidad l/2v y el otro — l/2v. En dicho sistema toda la
energía cinética está disponible para la producción de ulteriores
partículas; esta energía cinética es

Eco.m. = \ M p( lv ) 2 + %MpQ v )2 = \ M pv 2 (13.20)

Según las Ecs. (13.19) y (13.20) tenemos el resultado no relativista

ECc.m. 1
■ECiab 2
así, pues, podemos disponer de la mitad de la energía en el
sistema del laboratorio. Si aceleramos un protón a 50 MeV,
únicamente 25 MeV pueden utilizarse para crear nuevas par­
tículas en el choque con otro protón en reposo.
El rendimiento es inferior en la región relativista. Resulta
sencillo y útil llevar a cabo su cálculo.
Podemos relacionar la energía relativista total en el sistema
del laboratorio a la total en el sistema del centro de masas uti­
lizando la propiedad de la invariancia (12.11) como se hizo en
(13.18), aplicada al sistema de dos protones

(E i + E2)2 - (Pi + P2)2^2 = (E 1 .+ E 2 ? - (Pi + p2)2c2 (13.21)


' v ' ' — , .
laboratorio centro de masas
Por definición del sistema de centro de masas (pt + P2)0.m. = 0.
Si el protón 2 está en reposo en el sistema del laboratorio,
E 2 (lab) = MpC2 y p2 (lab) = °- Utilizando

P 2 _ „ 2 r2_ n f 2„4
“ 1 ,lab P 1 ,lab c — C

vemos que la Ec. (13.21) se reduce a

2 £ i,iabA V 2 + 2M 2c* = E \ o tem (13.22)

en donde £ tot (Gm ) designa la suma E¡ + E 2 en el sistema del


centro de masas. Si a su vez llamamos E tot (lab) a la energía total
E x + Mpc2 en el sistema del laboratorio, tendremos (13.22)

2 £ to t,lab M pC2 = E 2to t,c .m .

o sea,

(13.23)
-’to t.lab -’to t.c.m .
Problemas de dinámica relativista 397
Esta es una medida del «rendimiento». Para conseguir una ener­
gía total de 20 GeV en el sistema del centro de masas, como
M pc 2 ~ 1 GeV, necesitamos

V _
F2tot.c.m . —
4ft0 — 9nn (JeV
tot.lab 2M pC 2 200 GeV

En este caso alrededor de 20 GeV de la energía cinética del


protón de 200 GeV en el sistema del laboratorio está disponible
para crear partículas nuevas. Debido a este bajo rendimiento, en
el caso de colisión de una partícula relativista con una partícula
en reposo se han diseñado nuevos aceleradores de electrones, en
los cuales dos haces de estas partículas chocan con cantidades
de movimiento iguales y opuestas; en el CERN * se ha construido
un nuevo acelerador de protones de 28 GeV para experimentos
con estas partículas.

EJEMPLO

U m b ra l d e l a n tip r o tó n . La energía del Bevatrón de Berkeley


se proyectó de modo que hiciera posible la producción de anti­
protones (designados por p) bombardeando protones estaciona­
rios con otros de elevada energía. La reacción puede escribirse

P + p ^ p + p + (p + p)

es decir, se produce un par protón-antiprotón. Así se conserva


la carga, puesto que el antiprotón lleva carga —e. ¿Cuál es la
energía umbral para la reacción?
La energía en reposo de un par protón-antiprotón es 2M pc2,
puesto que la masa en reposo del antiprotón es igual a la masa
en reposo del protón. En el sistema del centro de masas la
energía cinética debe ser por lo menos 2M pc2, lo cual equivale
a M pc2 para cada uno de los dos protones iniciales. A esto debe
añadirse la energía en reposo M pc 2 para cada uno de los protones
iniciales, de modo que la energía total mínima en el sistema del
centro de masas es

£ tot,c.m . = 4 M pC2

En el sistema del laboratorio la energía correspondiente es,


según la Ec. (13.23),

P _ ^F 2tot.c.m . _ lfí yf 2
tot’lab 2M pc2 ~ 2 p

de la cual 2Mpc2 es energía en reposo de los dos protones y


6Mpc2 es la energía cinética. Así, pues, la energía umbral es

6Mpc2 = 6 (0,938 GeV) 5,63 GeV

Si el protón incidente choca con otro ligado a un núcleo, la


energía umbral es inferior porque el protón blanco está ligado.
¿Puede ver el lector por qué? La energía umbral observada para
la producción de un antiprotón cuando los protones chocan con

(*) Conseil Européen pour la Recherche Nucí¿aire, una institución


de investigación en Ginebra, Suiza, de la que son miembros numerosas
naciones europeas.
398 Problemas de dinámica relativista

núcleos es 4,4 MeV, que es 1,2 GeV más bajo que el calculado para
protones blanco libres en reposo. Este umbral es la energía ciné­
tica mínima que necesita el protón incidente, observado desde el
sistema del laboratorio, para que la reacción progrese.

EJEMPLO
E fe c to C o m p to n . El efecto Compton es una de las manifesta­
ciones más convincentes de la naturaleza corpuscular de las
ondas electromagnéticas. Admitiremos que los alumnos están
familiarizados con el carácter ondulatorio de la luz, por ejemplo,
con la determinación de la longitud de onda por efecto de
interferencia. En 1922, Compton (véase Vol. 4 para una discusión
completa de este efecto) demostró que cuando las oñdas electro­
magnéticas en la región de la longitud de onda de los rayos X
10~8 cm) chocan con los electrones libres, se comportan como
si fueran partículas en los choques elásticos. Ya hemos visto que
la energía característica o energía cuántica relativa a las ondas
FIG. 13.9 Efecto Com pton. Cantidades de m ovim iento electromagnéticas de frecuencia v es hv, y la cantidad de movi­
antes y después del choque. miento asociada es h v/c. La fig. 13.9 muestra las cantidades de
movimiento en un choque con un electrón, en el cual el rayo X
se difunde bajo un ángulo 6 con la frecuencia reducida V .

Cantidad de movimiento longitudinal


hv _ hv'
eos # + ym fic eos <f>
c c
Cantidad de movimiento transversal:
hv'
-sen# = ym/3csen<f>
c
Energía: m e 2 + hv = hv' + ym e 2

Determinar v' en función de 0 eliminando /3 y </>. Sea

hv hv’

a = a ' eos # + y/3 eos <j>


a ' sen# = y/?sen ó

Después de algunas operaciones algebraicas, ligeramente compli­


cadas, resulta

a' = aa'(l — eos #)


hv _ .hv' h 2vv' ,, m
— ¡r r í 1 ~ eo s# )
me2 me2 m2c4 v '
_L _ 1 h
(1 — eos#)
v' v m e 2

A' — A = -----(1 — eos#)


me
Este mismo resultado se obtiene resolviendo el problema en
el sistema centro de masas y luego transformándolo en el
sistema de laboratorio, pero esto lleva consigo más cálculos.
Un desarrollo reciente que incluye el efecto Compton es el
uso de los aceleradores de electrones de alta energía y láseres
que den lugar a rayos y de alta energía por el efecto Compton
inverso. Consideremos la colisión indicada en la fig. 13.10. Para
Problemas de dinámica relativista 399

^ I M S -^JW UW UVU
Fotón de láser Electrón de Rayo y de Electrón de
alta energía alta energía baja energía

V \A A A /V - • Electrón — \A A T * ■- Electrón
Fotón de láser R e tr o d ifu sió n
con corrimiento del fotón
Doppler

FIG. 13.10 Efecto Compton inverso. A y Bmuestran


estados de laboratorio. La transformación referida en
el texto cambia A en C. C - v D en el efecto Compton
calcular laenergía del rayo y haremos unatransformación al (0 = *0 y la transformación vuelve D a B.
sistema queutilizamos antes con elelectrón en reposo.
El fotón de láser con corrimiento Doppler tiene la energía

hpc = hvy/( 1 + £ )/(! - 0)

[Ec. (12.28)] (utilizamos v c como referencia a la fig. 13.10 C), o sea

*«=*75?
en donde /? es el cociente v/c del electrón y vale «=* 1. Considere­
mos ahora la retrodifusión del fotón con corrimiento Doppler,
de modo que

\ t — Ar
X’ \ = -----(1
h 11 — eos 7r)\ = .-----
2ih
° me me
Si

/? ir 1 de modo que Xc <<C


me
entonces

X 'ir ­
me
Volvamos al sistema de laboratorio y A' experimentará de
nuevo el corrimiento Doppler. Así

, / l - £ _ 2h V i - 0
Alab~ A V l + / ? ~ m e V2

(*) En el Prob. 13, al final de este capítulo, se solicita la solución


exacta.
400 Problemas de dinámica relativista

Pero si la energía inicial del electrón es

rr __ o me2_____
1 ~ VT^P ~
2h 1 me2 h m e2
me V2 V 2 E lab ~ m e E lab

Con esta aproximación resulta

c _ m e2 Elab _
Alab ~ h m e 2 ^ "lab
y
^lab ~ ^lab
en donde E es la energía del electrón; casi toda la energía
cinética recae en el fotón. El efecto Compton inverso es impor­
tante en consideraciones astrofísicas (véanse Probs. 12 y 13).

PROBLEMAS

. 1. P ro tó n en el c a m p o m agn ético. Calcular el radio de


giro y la frecuencia angular de un protón de energía rela­
tivista total 30 GeV en un campo magnético de 15000 gauss.
Sol. o>c = 4,5 x 106 rad/s. 6. L eyes de c o n serva ció n
{a) Demostrar que un electrón libre que se mueva en el
2. R e tr o c e so nu clear. ¿Cuál es la energía de retroceso vacío a velocidad v no puede emitir un solo cuanto de luz.
en ergs y electrón-volts de un núcleo de masa 10~23 g des­ Es decir, mostrar que tal proceso de emisión violaría las
pués de la emisión de un rayo y de 1 MeV de energía? leyes de conservación.
(Cap. 12, Tema Avanzado). Sol. 1,4 x 10-10 erg; 90 eV.
( b) Un átomo de hidrógeno en un estado electrónico
3. C h oqu e ele ctró n -p ro tó n . Un electrón de 10 GeV de excitado puede emitir un cuanto de luz. Demostrar que
energía choca contra un protón en reposo. este proceso puede satisfacer las leyes de conservación.
(a) ¿Cuál es la velocidad del sistema del centro de ¿Cuál es la razón de la diferencia entre las partes (a) y ( b)?
masas? 7. P ro tó n d e a lta energía. Calcular la cantidad de mo­
(b) ¿Qué energía está disponible para producir nuevas
vimiento, la energía total y la energía cinética de un pro­
partículas? (Expresar el resultado en unidades de M vc 2.) tón ( M pc 2 = 0,94 GeV) para el que /? = v /c = 0,99 en los
4. F recu en cia c ic lo tró n ica d e a lta energía. A energías casos siguientes:
elevadas la frecuencia ciclotrón depende de la velocidad (a) En el sistema de laboratorio.
de la partícula acelerada. Con objeto de mantener el sin­ Sol. 6,58 GeV/c; 6,63 GeV; 5,69 GeV.
cronismo entre la partícula que gira y el campo eléctrico (b) En un sistema moviéndose con la partícula.
alterno que la acelera, el proyectista debe imponer que la (c) En un sistema estacionario respecto al centro de
radiofrecuencia o el campo magnético aplicados (o los dos) masa del protón y un núcleo de helio estacionario. (MHe ~
esté modulada cuando progresa la aceleración. Demostrar ^ 4M p.)
que io oc B /E , en donde <o es la radiofrecuencia, B el cam­ (d) En el sistema del centro de masas del protón y un
po magnético y £ la energía total de la partícula. protón estacionario.
5. F recu en cias d e l c ic lo tró n , r e la tiv is ta y no re la ti­ 8. P a rtícu la d e ra y o s c ó sm ic o s. Determinar el radio
v ista . En una de las etapas de su desarrollo el ciclotrón de la órbita de una partícula de carga e y de 1019 eV de
de Berkeley de 184 pulgadas funcionaba con un campo mag­ energía en un campo magnético de 10~6 gauss. (Este valor
nético fijo de 23 000 gauss aproximadamente. del campo magnético es razonable para un campo existente
(a) Calcular la frecuencia ciclotrón no relativista para en nuestra galaxia.) Compararlo con el diámetro de nues­
protones en este campo Sol. 2,2 x 108 rad/s. tra galaxia. (Partículas que causan «sucesos» con esta tre­
( b ) Calcular la frecuencia apropiada para una energía menda energía dan lugar a los llamados ch a p a rro n e s exten­
cinética final de 720 MeV. so s de electrones, positrones, rayos y y mesones en el aire.)
Problem as de dinám ica relativista 401
V& i I : .f

FIG. 13.11 Primer sincrotrón de electrones. (Fotogra­


fía del Lawrence Berkeley Laboratory.)
9. C u rva tu ra d e los c a m p o s e lé c tric o s y m a g n é tic o s
( a) Calcular el radio de curvatura en la trayectoria de cinética E cv choca y escinde un deuterón estacionario de
un protón de energía cinética 1 GeV en un campo magné­ acuerdo con
tico transversal de 20 000 gauss. Sol. 284 cm.
ib ) ¿Qué campo eléctrico transversal se necesita para
p + .d p + p + n
producir aproximadamente el mismo radio de curvatura?
Utilizar la fórmula del radio de curvatura de una curva y(x)
que viene dado por p = [1 + (d y / d x )2]1/2/ ( d 2y / dx2) , y calcular Para una energía próxima a la umbral, los dos protones
P en un punto donde el protón entra en el campo eléctrico, y el neutrón se mueven en un grupo no ligado con la
d y /d x = 0; d 2y /d x 2 puede calcularse a partir de d 2y / d t 2 misma velocidad aproximadamente. Escribir las expresio­
y x = v t. nes no relativistas para la cantidad de movimiento y ener­
Sol. 1,75 x 104 statvoltios/cm = 5,25 x 108 voltios/m. gía y demostrar que la energía cinética umbral E cp° del
(c) Considerar el módulo del campo eléctrico en la protón incidente es
parte (&) y discutir la posibilidad del empleo de campos
E c p° = 3/2 E b
eléctricos para la desviación de partículas relativistas.
10. D esin teg ra ció n d e l d e u teró n . Considerar la reac­ en donde E B («^2 MeV) es la energía de enlace del deute­
ción nuclear en la que un protón incidente de energía rón, respecto a un neutrón y a un protón libres.
402 Problemas de dinámica relativista

&■ ^ üj
lií Í%V;:
Fu u f fc'-íAswk.
U o M í , i/ , ¿{^Jh j*
-A ™ cA _ tto L jiv Z 'S ^

* * * * * - ' á r/^ í5 '


•ft*i .

FIG. 13.12 La primera imagen del haz del sincrotrón.


(Fotografía dei Lawrence Berkeley Laboratory.)

11. U m bral ir° no re la tiv is ta . Utilizar las expresiones


no relativistas de la energía cinética y cantidad de mo­ la aceleración y en el que la fase de las partículas respecto
vimiento del protón y del mesón n° al calcular el umbral al campo eléctrico de radiofrecuencia se ajusta automática­
fotónico [comparar las Ecs. (13.14)]. ¿Cuál es la diferen­ mente al valor correcto de la aceleración. La idea de la
cia con el umbral calculado a partir de la Ec. (13.16)? ¿Cuál modulación del campo o de la frecuencia no era nueva;
es la energía cinética correcta del protón más el mesón ir0 la novedad consistía en la demostración de que las órbitas
en el umbral? ¿Cuál es la energía cinética no relativista en de las partículas podían ser estables durante la modula­
el umbral? S ol. hvumbral = MpC2 [1 + a — (1 — a2) i] ción. El principio del sincrotrón fue descubierto por
V. Veksler en Moscú e independientemente un poco más
12. C olisió n e lá stic a e le ctró n -fo tó n . ¿Cuál es la ener­
tarde por E. M. McMillan en Berkeley. Una relación com­
gía cinética de un electrón que se dispersa sin pérdida o
pleta del trabajo de Veksler apareció en la R e v ista d e Física
ganancia de energía por medio de un fotón de 10 000 eV de
(URSS) 9, 153-158 (1945). El artículo de McMillan apareció en
energía? ( S u g eren cia : Comparar con la dispersión elástica en
el Physical Review 68, 143 (1945). Reproducimos aquí la pu­
el sistema de centro de masas.) S ol. 98 eV.
blicación de McMillan. La fig. 13.11 muestra el primer
13. E fe c to in v e rso C o m p to n . Deducir la fórmula exac­ sincrotrón construido bajo la dirección de McMillan, y la
ta de la longitud de onda de un fotón de longitud de onda A fig. 13.2, la primera exposición registrada de un haz de
difundido hacia atrás por un electrón de velocidad fie. rayos X.
Aplicarlo al caso en que el fotón incidente posee una
energía hv = 3,0 eV y el electrón tiene una energía total LECTURAS SUPLEMENTARIAS
1,02 MeV (y = 2) para determinar la energía del fotón
difundido. Sol. 41 eV. C. Kacser, In tr o d u c tio n to th e S p e c ia l T h eo ry o f R e ld tiv ity ,
NOTA HISTÓRICA cap. 7, Co-Op Paperback, Prentice-Hall, Inc., Englewood
Cliffs, N. J., 1967.
E l sin c ro tró n . El principio del sincrotrón se utiliza en A. P. French, R e la tiv id a d especial, cap. 6, Ed. Reverté, S. A.
todos los aceleradores de alta energía en la región supe­ Lawrence Radiation Laboratory, In tr o d u c tio n to th e D etec-
rior a 1 GeV, excepto para los aceleradores lineales de tio n o f N u clea r P a rtic le s in a B u b b le C h a m b er (Ealing
electrones como el de Stanford. El sincrotrón es un apara­ Press, Cambridge, Mass. 1964). Una maravillosa colec­
to para acelerar partículas hasta energías elevadas. Esen­ ción de fotografías de trazas de partículas en las
cialmente es un ciclotrón en el que o bien el campo cámaras de burbujas (completa con un visor estereos­
magnético o la radiofrecuencia aplicada se varía durante cópico).
Problemas de dinámica relativista 403

El sincrotón — Una propuesta de acelerador de energía por ionización o radiación. Se supuso que
partículas de alta energía el período de las oscilaciones de fase es largo com­
parado con el período del movimiento orbital. Se
E d w in M . M c m il l a n consideró que se trataba de una sola carga electró­
U n iversid a d d e C alifornia, B e rk e le y, C aliforn ia nica. La ecuación (1) define la energía de equilibrio;
5 de septiembre de 1945 (2) da laenergía instantánea en función del valor
deequilibrio y de la variación de fase, y (3) es la
U n° de los métodos más fructíferos para acelerar «ecuación del movimiento» para la fase. La ecuación
partículas cargadas hasta energías muy elevadas (4) determina el radio de la órbita.
se bí\sa en la aplicación repetida de un campo eléctrico
oscilante, como en el ciclotrón. Si se necesita un £ u=(300t7f)/(2ir/j, (l)
número muy grande de aceleraciones individuales, £ = AoCí —
“ ) / (dd) ], (2)
puede existir alguna dificultad en mantener las par­
tículas en fase con el campo eléctrico. En el caso del
ciclotrón esta dificultad aparece cuando el cambio de
masa relativista produce una variación notable en la ri¿£, m iiF , , ,1 , r&ií/w * ...
velocidad angular de las partículas. " b * " “T '3 r+ iJ+ L7r5jíf ( '
El aparato propuesto aquí hace uso de una «esta­
£ = ( £ 2- £ 7 W 0 0 / / . (4)
bilidad de fase» que poseen ciertas órbitas del ci­
clotrón. Consideremos, por ejemplo, una partícula
Los símbolos son:
cuya energía corresponde a una velocidad angular
justamente la correcta para acoplarse a la frecuencia E = E n e r g ía to ta l d e la p a r tíc u la (c in é tic a m ás e n e rg ía en

del campo eléctrico. Esta energía se denomina de


Eo = V a lo r d el e q u ilib r io d e E . .
equilibrio. Supóngase además que la partícula cruza E r ~ E n e r g ía en rep o so .
los intervalos aceleradores o «gaps» en el momento V = E n e r g ía d el cam p o e lé c tr ic o g an a d a p o r v u e lta en la fa s e
justo en que el campo eléctrico pasa por cero, cam­ m ás fa v o r a b le p ara la a c e le r a c ió n .

biando de sentido de modo tal que si la partícula L = P é r d id a d e e n e rg ía p o r v u e lta d e b id a a la r a d ia c ió n e io n i-

llegara un poco antes resultaría acelerada. Esta ór­ H = C a m p o m a g n é tic o en la ó r b ita .


bita es evidentemente estacionaria. Para demostrar Eo — F lu jo m a g n é tic o a tra v é s d e la ó r b ita d e e q u ilib r io .

que es estable, supongamos que se realiza un des­ <t> - I-a se d e ¡a p a r tíc u la (p o s ic ió n a n g u la r re s p e c to a*, «gap»

plazamiento en la lase de modo que la partícula cu an d o el cam p o e lé c tr ic o = 0 ).


0 = D e s p la z a m ie n to a n g u la r d e la p a r tíc u la .
llega al «gap» demasiado pronto. Entonces resulta f — F r e c u e n c ia d el ca m p o e lé c tr ic o ,
acelerada; el aumento de energía produce una dis­ c = V e lo c id a d d e la lu z .

minución de velocidad angular y el tiempo de lle­ R = R a d io d e la ó r b ita .

gada tiende a retrasarse un poco. Un razonamiento


análogo demuestra que un cambio de energía a par­ (Las energías están en electrón-volts, las magnitudes
tir del valor de equilibrio tiende a corregirse por sí magnéticas en u.c.m., los ángulos en radianes y las
mismo. Estas órbitas desplazadas continuarán osci­ demás magnitudes en unidades c.g.s.)
lando, mientras que su fase y su energía varíen al­ La ecuación (3) resulta ser idéntica a la del mo­
rededor de sus valores de equilibrio. vimiento de un péndulo de amplitud no restringida,
Con objeto de acelerar las partículas es necesario representando los términos del segundo miembro un
ahora cambiar el valor de la energía de equilibrio, lo par constante y una fuerza amortiguadora. La varia­
cual puede hacerse variando el campo magnético o ción de fase es, por consiguiente, oscilante en tanto
bien la frecuencia. Mientras está cambiando la ener­ que la amplitud no sea demasiado grande, siendo
gía de equilibrio, la fase del movimiento se adelan­ ± - la amplitud permisible cuando el primer corche­
tará lo preciso para suministrar la fuerza acelerado­ te del segundo miembro se hace cero y anulándose
ra necesaria; la semejanza de este comportamiento cuando se iguala a V. De acuerdo con el teorema
con el del motor síncrono sugiere el nombre del adiabático, la amplitud disminuirá or. proporción in­
versa con la raíz cuarta de E 0, puesto que £„ juega
Las ecuaciones que describen las variaciones de el papel de una masa que varía lentamente en el
fase y energía han sido deducidas teniendo en cuen­ primer término de la ecuación.; si se disminuye la
ta la variación con el tiempo del campo magnético frecuencia, el último termino de la derecha propor­
y la frecuencia, la aceleración debida al «efecto be­ ciona un amortiguamiento adicional.
tatrón» (variación de cambio del flujo con el tiem­ La aplicación del método dependerá del tipo de
po), la variación de este último con el radio de la partículas que ha de acelerarse, puesto que la energía
órbita durante las oscilaciones y las pérdidas de inicial será en cualquier caso próxima a la cner-
Problemas de dinámica relativista

gia en reposo. En el caso de electrones, E v variará betatrón que contiene dF0/ d t es alrededor de 1/5
durante la aceleración en un factor grande. De mo­ de éste y so despreciará.) Si consideramos V — 10000
mento no es práctico variar la frecuencia en un fac­ volts el mayor corrimiento de fase será 13*. El nú­
tor tan grande y es preferible variar H con la ven­ mero de vueltas por oscilación de fase variará de 22
taja adicional de que la órbita tiende a un radio a 440 durante la aceleración. La váriación relativa
constante. En el caso de partículas pesadas E„ varia­ de E n durante un período de la oscilación de fase
rá mucho menos; por ejemplo,- en la aceleración de será el 6,3 por ciento en el tiempo de la inyección
protones a 300 MeV cambia en un 30 por ciento. Así, y disminuirá luego. Por consiguiente, las hipótesis
pues, puede ser práctico variar la frecuencia para de variación lema durante el período que se ha uti­
la aceleración de partículas pesadas. lizado al deducir las ecuaciones son válidas. La pér­
Un diseño posible para un acelerador de electro­ dida de energía por radiación se discutirá en un ar­
nes de 300 MeV se indica a continuación: tículo posterior y se demostrará que no es importante
en el caso anterior.
l i en el pico 10000 gauss,
ra d io fin a l d e la ó rb ita - 100 cm . La aplicación a partículas pesadas no se discutirá
frecuencia - 48 m c g a cic lo s/s, en detalle, pero parece probable que el mejor mé­
en erg ía de inyección — 300. kv, todo sea la variación de la frecuencia. Como esta
ra d io in ic ia l de la ó rb ita ~ 78 cm .
variación no ha de ser extremadamente rápida, pue­
Como el radio se expande 22 cm durante la ace­ de conseguirse por medio de dispositivos mecánicos
leración, el campo magnético necesita cubrir única­ accionados por motores eléctricos.
mente un anillo de esta anchura con algún margen El sincrotrón o l rece la posibilidad de alcanzar
adicional naturalmente para dar la forma apropiada energías en la zona de los mil millones de electrón-
al campo. Este debe disminuir ligeramente con el volts tanto con electrones como con partículas pesa­
radio para dar una estabilidad radial y axial a las das; en el primer caso, cumplirá este objetivo con
órbitas. El flujo magnético total es casi 1/5 del que un coste inferior en materiales y potencia que el
se necesitaría para satis!acer la condición del flujo betatrón; en el segundo caso carece del límite de la
del betatrón para la misma energía final. energía relativista del ciclotrón.
Fd voltaje necesario en los electrodos aceleradores Se está planeando ahora la «construcción de un
depende de la variación del campo magnético con acelerador de electrones de 300 MeV empleando el
el tiempo. Si el imán se excita a 60 ciclos, el valor principio anterior en el Radiation Laboratory de la
pico de (1'f) ( d n . ’d t) es 2300 volts. (F.l término de Universidad de California en Berkclev.
Contenido

M A S A INERTE Y GRAVITATORIA
M A S A GR A VITA TO R IA DE LOS FOTONES
D esplazam iento hacia el rojo debido
a la gravitación
Desviación de los fotones por el . Sol
PRECESIÓN DEL PERIHELIO DE M ER C UR IO
EQ UIVALENCIA
O N D A S G RAVITATORIAS
Problemas
Nota histórica. Los péndulos de New ton
Lecturas suplem entarias
Principio de equivalencia
408 Principio de equivalencia

En este capítulo discutiremos otros aspectos de la


relatividad. Algunos de los tem as tratados incluyen la
teoría general de la relatividad con la teoría especial
discutida en los Caps. 11 a 13.
M A S A INERTE Y G R AVITATORIA

La segunda ley de Newton puede utilizarse para defi­


nir la m asa de un objeto sometiendo masas diferentes
a la mism a fuerza y midiendo sus aceleraciones. Así

M (l)a(l) = F = M(2)a(2)
Aí(2 ) a{\)
M( 1) ~ a(2)

y si hacemos M (l) = 1, M(2) queda unívocamente defi­


nida. La m asa determ inada por este procedim iento re­
cibe el nom bre de masa inerte y se designa por M¿. Pode­
mos determ inar tam bién la m asa midiendo la fuerza
gravitatoria ejercida sobre el cuerpo en cuestión por
otro, como la Tierra

GMgMT _
R T2
(14.1)
FRt 2
Mg ~ g m 7

La m asa así determ inada se denomina masa gravitato­


ria y se designa por Mg. En (14.1) la m asa de la Tierra
es M t y su radio R T.
Es un hecho notable que la m asa inerte de todos los
cuerpos sea, dentro de la exactitud experimental, pro­
porcional a la m asa gravitatoria. (Podemos considerar
que la constante G ha sido determ inada como en el expe­
rim ento de Cavendish utilizando la definición de una
fuerza y, por tanto, reflejando la m asa inercial.) El expe­
rim ento más sencillo para com probarlo es ver si todos
los cuerpos caen con la m ism a aceleración. Para un
cuerpo que cae cerca de la superficie de la Tierra, ten­
dremos

M((l)o(l) = - M A W- (14.2)
‘r
para otro segundo cuerpo que cae

Mf(2)o(2) = --------------------------------(14.3)
Rt 2
Principio de equivalencia 409

Dividiendo la Ec. (14.2) por la Ec. (14.3), se tiene P u n to d e


s u je c ió n

M . m i ) ^ m ¿ i)
Mi(2)a(2) M,(2)
M,(l) = M,(2) _ a(2)
M¿ 1) Mj?(2) a(l)

Pero se ha observado que los cuerpos que caen en el


vacío lo hacen siem pre con la mism a velocidad, de
modo que a( 2 ) = a( 1 ) dentro de la exactitud experimen­
tal y, por consiguiente, tendrem os para la razón entre
las m asas inerte y gravitatoria

M L =M L (14 4)
M„( 1) M„(2)

Siempre que esta razón sea constante, podemos hacer


que su valor en (14.4) sea igual a la unidad ajustando ~1
adecuadam ente el valor de G; es decir, determinamos S u r

cómo en el experimento de Cavendish la fuerza F entre


dos masas M¿(1 ) y Aí¿(2 ) medidas en el sistema inercial,
separadas una distancia r y establecemos que
FIG. 14.1 Ilustración del modo en que un péndulo se
Fr2 desvía de la vertical un pequeño ángulo 0 debido
M,(1 )M4(2 ) a la fuerza centrífuga que nace de la rotación de la
Tierra. El ángulo 6, la distancia de la lenteja a la super­
La tarea experim ental consiste en determ inar si existen ficie de la Tierra y la fuerza centrífuga están muy exa­
variaciones de la razón M JM g para diferentes partículas, gerados.
m ateriales y objetos.
Las determinaciones clásicas se llevaron a cabo por
Newton, utilizando el método del péndulo del Prob. 1 al
final de este capítulo. Otras famosas determinaciones son
las de R. Eótvos, que inició en 1890 y continuó durante 25
años. Su ingenioso método puede comprenderse conside­
rando un péndulo suspendido en la superficie de la Tierra
y en una latitud de 45° (fig. 14.1). Sobre el péndulo actúa
la fuerza gravitatoria Mgg dirigida hacia el centro de la
Tierra y tam bién una fuerza centrífuga* MiU>2R T/y/2 en
donde el factor R T/ \/2 e s el radio del círculo en el cual
la lenteja del péndulo se mueve en virtud de la rotación
de la Tierra. La fuerza centrífuga está dirigida norm al­
m ente al eje de rotación y su componente horizontal
se obtiene m ultiplicando finalm ente por eos 45° o 1/V2.
La resultante de las dos fuerzas form a un ángulo
_ M ^ R t/2 _ M ^ 2Rr
~ Mgg - ¡ M ^ 2R t ~ 2 Mgg

(*) Nosotros mismos nos situamos en un sistema de referencia que


gira con la Tierra.
410 Principio de equivalencia

con la dirección de la vertical local. Aquí hemos utili­


U M U JU U JltJiliW U zado el hecho de ser la razón Mi<ú2R T/M gg un núm ero
pequeño y por tanto tg 6 = 6. Em pleando los datos sumi-
nistíados al principio del Cap. 4 vemos que esta relación
tiene un valor de 0,003 aproximadamente.
Supongamos ahora que se prepara una suspensión de
Fibra de torsión, como se indica en la fig. 14.2, con las dos esferas
torsión hechas de m ateriales diferentes pero de igual m asa gra­
vertical
vitatoria, de modo que M0( 1) = Ma(2). Si 1) es igual
a M{(2), no existirá un par de fuerzas que tienda a hacer
girar la fibra de torsión; esta situación se ilustra en la
fig. 14.3. Sin embargo, si M{(1) es m ayor que 2), la
componente horizontal de la fuerza centrífuga sobre
c=C j _ -------------------------- 1 Espejo
Aí(l) será mayor que sobre M(2) y un p ar neto retorcerá
Telescopio
la fibra, como m uestra la fig. 14.4. Si Aí^l) no es igual
a M¿(2 ), la fibra de torsión se torcerá bajo la fuerza

Mx
O
Mo
centrífúga. La m edida se repite con el aparato girado
180°; esto contribuye a determ inar la posición cero
de la balanza. El experimento es un buen ejemplo de
Vista lateral experiencia negativa: sólo se observó algún efecto si
M¿( 1) Aí¿(2). Eótvós comparó ocho m ateriales diferentes
con el platino (Pt) como standard o patrón y encontró
FIG . 14.2 V is ta lateral de un aparato análogo al em ­ que
pleado por Eótvós para determ inar la razón entre las
masas inerte y gravitatoria. Mi y M2 son dos objetos Afi(l) = M ¿ Pt)
distintos de la m ism a masa gravitatoria. Mg(1) Mg(Pt)
con un error de una parte en 108. Experim entos recien­
tes realizados por Dicke y otros * han m ostrado la igual­
dad de ambos tipos de m asas dentro de una parte en
3 X 1010.
No
La situación experim ental actual puede resum irse
Fuente luminosa como sigue:
Si llamamos Q a la razón Mg/M if entonces

Espejo Mo
1. El valor de Q para un electrón m ás un protón es
Oeste " " " il igual al valor de Q para un neutrón hasta una parte en
107. (Esta comparación resulta directam ente al com parar
entre sí los elementos ligeros y pesados en la tabla pe­
r riódica de los elementos; los últim os tienen una propor­
c ^ X "
ción mayor de neutrones que los prim eros.)
W rn m x m m 2. El valor de Q para aquella parte de la masa
nuclear asociada con la ligadura nuclear es igual a la
unidad hasta una parte en 10 5.
V ista superior

FIG . 14.3 Si las masas inertes de Mi y M2 son iguales,


las com ponentes horizontales de la fuerza centrífuga
(las dos flech as) son tam bién iguales y no existe (*) P. G. Roll, R. Krotkov, R. H. Dicke, Ann. Phys. (N. Y .), 26, 442
torsión en la fibra. (1964).
Principio de equivalencia 411

3. El valor de Q para aquella parte de la masa Norte


atóm ica asociada con el enlace de los electrones orbita­
\l/
les es igual a la unidad hasta una parte en 2 0 0 .
? ±
4. El valor de Q para el alum inio respecto al oro es
de 1 i 3 X 10-11.
Oeste Este
MASA GRAVITATORIA DE LOS FOTONES
Vimos en el Cap. 12 que un fotón de energía hv, en
donde v es la frecuencia, debe tener una m asa inerte
igual a hv/c2. ¿Tiene el fotón tam bién una m asa gravita­
toria? Las pruebas experimentales indican con insisten­
cia que así es, y que la m asa gravitatoria tiene el mismo Sur
valor que la inerte. (La m asa en reposo, naturalm ente,
Luz reflejada
es cero.)
Consideremos un fotón que, cuando está a una altura Vista superior
L por encima de la superficie de la Tierra, tiene una
frecuencia v y una energía hv. La energía del fotón al des­ FIG. 14.4 Si la masa inerte de A4, es mayor que la
de Mi existirá una torsión en la fibra y el espejo girará.
cender la distancia L aum enta en MgL = (hv/c2)gL y él
mismo habrá ganado esta energía de modo que la del Fuente
fotón llegará a ser hv', en donde

hv' hv + ^ - g L (14.5)
c¿ I —
suponiendo una masa constante hv/c2 para el fotón du­
rante su caída (lo cual puede adm itirse puesto que V no
difiere apenas de v ). La frecuencia V m edida para el
fotón después de verificado el descenso es, según (14.5)

"(-f) (14.6)
mam
La fig. 14.5 ilustra este efecto. Si L 20 m, el desplaza-
miento relativo de la frecuencia es

Av (103)(2 X 103)
2 X 10- 15 :i4.7)
(3 X ÍO10)2

Este efecto fantásticam ente pequeño ha sido realmente


Detector
observado por Pound y Rebka * empleando una fuente - —-Superficie de la Tierra
de rayos y. Encontraron, con Av = v — v
FIG. 14.5 Representación esquemática del experimento
(Av) del «desplazamiento hacia el rojo debido a la gravedad».
= 1,05 ± 0,10 Un fotón emitido por la fuente en una dirección hacia
( M cale el centro de la Tierra pierde «energía potencial»
A (J = [hv/c2)gü y gana una cantidad igual de «energía
cinética» al caer una distancia L. La frecuencia del fotón
en el detector es v' = v ( i + gL/c2); la frecuencia del
fotón en la fuente es v. (Este es un comienzo hacia
(*) R. V. Pound y G. A. Rebka, Jr., Phys. R ev. L e tte rs, 4, 337 (1960); eí azul como se describe aquí. Sería un comienzo hacia
R. V. Pound y J. L. Snider; P hys. R ev., 140, B788 (1965). el rojo si el fotón se moviera hacia arriba.)
412 Principio de equivalencia

en donde el valor calculado se obtuvo a p a rtir de (14.6).


Un fotón con frecuencia v emitido a una distancia
infinita de la Tierra tendrá la frecuencia V al alcanzar
la superficie terrestre, en donde, m ediante una genera­
lización evidente de las Ecs. (14.5) y (14.6):

'( i + ^ r ) (14.8)
\ R eC2)
Obsérvese que el desplazamiento de la frecuencia es
función de la razón entre la «longitud gravitatoria»
G M t / c 2 de la Tierra * y el radio R T de ésta. Este cociente
tiene el valor 6 X 10~10. El efecto mayor aquí presente
es del mismo tipo que el considerado en (14.6), pero
ahora la fuente de la radiación está mucho más alejada
U | de la Tierra.
f -.V ;í >■■>"'■ '■
»'
-i J-‘•'f,; **. ^
,* ’V** k "n ^ D e s p la z a m ie n t o h a c ia el r o jo d e b id o a la g r a v ita c ió n .

:•■>•- i.< -r. ■_-*. ; .‘.y'V a Un fotón de frecuencia v que sale de una estrella y escapa
hacia el infinito (fig. 14.7) será observado desde allí
.O B S t íS con una frecuencia

(14.9)
.;.,.- •: .. \w B gs \ K c 2)
^r-vív:--;
.g ..
siendo M s y R s la m asa y el radio de la estrella. Esto se
deduce como una modificación de (14.8); el fotón ahora
ha de perder energía para escapar del campo gravita-
torio de la estrella. Un fotón en la región azul del es­
pectro visible desplazará su frecuencia hacia el extremo
rojo del espectro: por esta razón el efecto se conoce
como d e s p l a z a m i e n t o h a c i a e l r o j o d e b i d o a l a g r a v i t a ­
c ió n . No debe confundirse con el corrim iento hacia el
rojo debido al retroceso de las estrellas lejanas que se
FIG. 14.6 Extremo Inferior del dispositivo experimental cree debido a su movimiento radial aparente alejándose
del «fotón descendente» de Pound en Harvard, en donde de la Tierra, como se vio en el Cap. 10.
vemos a G. A. Rebka Jr., ajustando los fotomultiplica-
dores con arreglo a las instrucciones recibidas del Las estrellas enanas blancas tienen grandes valores
centro de control. En una versión posterior del experi­ de M J R S y, por consiguiente, valores relativam ente gran­
mento se han previsto medios para controlar la tempe­ des del desplazamiento hacia el rojo debido a la grave­
ratura de la fuente y del absorbente. El desplazamiento dad. Para Sirio B el desplazamiento relativo calculado es
gravitatorio total medido es únicamente alrededor de
1/500 de la anchura de una raya. Para medir con
exactitud un desplazamiento tan pequeño es necesaria Av_
la ayuda de algunos artificios. (Cortesía de R. V. Pound.) 5,9 X 10~ 5
v

(*) Definido por analogía con el radio del electrón (Cap. 9).
GM„ GM„
Mn2 R=
Principio de equivalencia 413

i
FIG. 14.7 Un fotón escapando hacia el infinito desde
la superficie de una estrella gana «energía potencial»
y pierde una cantidad igual de «energía cinética». Si la
frecuencia del fotón en la superficie es v, la frecuencia
del fotón en el infinito es v' = v(i — GMs/RsC2).
y el valor observado es — 6 ,6 X 10~5. La discrepancia
cae dentro de las incertidum bres en los valores de
Ms y R s.

Si GMS
> 1
R„c2

la frecuencia v' de la Ec. (14.9) sería negativa, lo cual es


naturalm ente imposible. Sin embargo, el caso GMs/ R sc2^¡ 1
es un problem a más complicado que requiere la teoría
de la relatividad general. El resultado es que si
2GMS
> 1 (14.10)
R„c2
un fotón u otra partícula no puede escapar de la estrella.
Tal estrella se denomina agujero negro y ha despertado
mucho interés entre los astrofísicos * (véase Prob. 5).

(*) Por ejemplo, Kip S. Thorne, Scienttfic American, 217, 5, 88


(1967); R. Ruffini y J. A. Wheeler, Physics Today, 24, 30 (1971).
414 Principio de equivalencia

Desviación de los fotones por el Sol. ¿Cuál es la des­


viación angular de un haz luminoso o de un fotón que
pase junto al borde del Sol?
En este problem a interviene un fotón moviéndose
con la velocidad de la luz en un campo gravitatorio. No
se puede obtener la respuesta correcta sin hacer, un
cálculo cuidadoso con el empleo de la relatividad gene­
ral o una combinación del principio de equivalencia
y de la relatividad restringida *, pero podemos hallar
el orden de m agnitud de la respuesta correcta mediante
un cálculo sencillo.
Supongamos que el fotón tiene una m asa ML; vere­
mos más adelante que ML desaparece de nuestros cálcu­
los para la desviación y así, pues, no es necesario cono­
cer cuánto vale. El haz luminoso pasará junto al Sol
siendo r 0 la distancia de máxima aproximación, medida
a p artir del centro del Sol (fig. 14.8). Supongamos que la
desviación sea muy pequeña, de modo que r0 es esencial­
mente el mismo que si el haz no se desviase. La fuerza
transversal F,. sobre el fotón en la posición (r0, y) es

F = -G M M r
(ro + y r
en donde y se mide desde el punto P como en la figura.
El valor final de la componente transversal de la velo­
cidad vx del fotón tiene el valor dado por

de modo que

GMJo r x dy
c (r,,2 + i f f
2GMsr0 dy _ 2GM,
('o + y'2
Así resulta que cuando r 0 es igual al radio R s del Sol,
la desviación angular es

|t?J 2GM
tg ó ~ Ó ~ ~ —— radianes
c Rscz
Al hacer el cálculo se encuentra </> = 0,87". Un estudio
más cuidadoso empleando la relatividad restringida y
el principio de equivalencia predice un valor doble del

FIG. 14.8 Desviación de un fotón por el campo gravi­


tatorio del Sol. (*) L. |. Schiff, Am. J. Phys., 28, 340 (1961).
Principio de equivalencia 415

obtenido en nuestro razonamiento, o sea 1,75". Este


valor ha sido confirmado m ediante la observación con
una exactitud posible del 20 por ciento. (Todavía se
formulan protestas sobre la exactitud de los datos, pero
los experimentos son muy difíciles.) La fig. 1.9 m uestra
una estrella fotografiada durante un eclipse cuando se
realizaron tales medidas.
Cuando resolvemos un problem a de choque calcu­
lando la fuerza que actúa sobre una partícula como si
su trayectoria fuera una línea recta, estamos haciendo
lo que se llama una aproximación de impulso. La cone­
xión entre JFxdt y la componente * del cambio en la
cantidad de movimiento se discutió en el Cap. 5. La apro­
ximación del tipo impulso es muy útil con frecuencia,
con tal que la trayectoria real no se separe mucho de la
línea recta que la partícula debiera seguir si no existiera
interacción.
FIG. 14.9 Precesión de la órbita de Mercurio según la
Shapiro * ha observado otro efecto previsto por la teoría general de la relatividad. El plano de la órbita
teoría general de la relatividad de Einstein. Cuando las es el del papel; la excentricidad de la órbita, para mayor
señales del radar se reflejan en un planeta como Venus, claridad, está muy exagerada. Sin precesión, la figura
sería una elipse estacionaria.
el tiempo que tarda la señal en ir a Venus y volver es
mayor cuando la señal pasa próxima al Sol, que cuando
está alejada del Sol, y las observaciones concuerdan con
la teoría.
PRECESIÓN DEL PERIHELIO DE M ERCURIO
Las tres pruebas clásicas de la relatividad general
son el corrim iento hacia el rojo debido a la gravitación,
la desviación de la luz en el campo solar y la precesión
del perihelio de Mercurio. El retraso en las señales del
radar mencionado anteriorm ente se ha referido copio
una cuarta prueba de la relatividad general.
Incluso en esta etapa de nuestro estudio podemos
hacer una estimación del orden de m agnitud de la prece­
sión del perihelio de Mercurio. De acuerdo con los cálcu­
los del Cap. 9 la línea com prendida entre el Sol y el
planeta M ercurio en su máxima aproximación debería
perm anecer fija en el espacio **. La órbita real muy
exagerada se m uestra en la fig. 14.9. El efecto es debido
al hecho de que v/c, o más apropiadam ente v2/c 2 no es
cero. ¿Qué m agnitud sería proporcional a v2/c 2? Una
posibilidad razonable es el ángulo de avance por revolu-

(*) 1. I. Shapiro, Scientific American, 219, 1, 28 (1968).


(**) La perturbación debida a otros planetas puede calcularse y
compararse con el experimento. El movimiento observado de esta línea
en el espacio difiere del calculado con estas perturbaciones en 43”
por siglo.
416 Principio de equivalencia

ción o el ángulo de avance dividido por 2 n . El valor de


v/c puede estim arse de la Tabla 9.2. Supongamos que
la órbita es circular de radio igual al semieje mayor.
Utilizando el período tenemos

2 irr (2tt X 0,39 X 1,5)1013


v =
período 7,6 X 106
4,8 X 106 cm/s
1,6 X 10~ 4

4 = 2.6 X 10- 8 = |^ -
C~ 27T

50 (en grados) ~ 360 X (2,6 X 10~8)


= 9 X 10~ 6
50 ~ 3 X 10-2 segundos de arco/revolución

El valor usual es el núm ero de segundos por siglo. El


período es de 0,24 años. Por tanto, el efecto será del
orden de m agnitud de

FIG. 14.10 Detector de ondas gravitatorias constituido


por un cilindro de alumnio de 96 cm. Su longitud es de
80 (por siglo) = (3 X 10~2) ^ 13"
151 cm y su respuesta está centrada en 1661 Hz. Es
direccional como un cuadripolo de masa. (Fotografía
cedida por el Prof. J. Weber.)
El valor experimental es 42,9" y la teoría general de la
relatividad predice 43,0", que está dentro del error ex­
perim ental *.

EQUIVALENCIA
El resultado experimental de no haberse detectado
nunca ninguna diferencia entre las m asas inerte y la
gravitatoria de un cuerpo sugiere que la gravitación
pueda ser equivalente en cierto sentido a una acelera­
ción. Consideremos un observador en un ascensor que
cae librem ente con aceleración g .
El principio de equivalencia establece que para un
observador en un ascensor cayendo libremente, las le­
yes de la física son las mismas que en los sistemas iner-
ciales de la relatividad especial (al menos en la inme­
diata vecindad del centro del ascensor). L o s e f e c t o s
d e b id o s a l m o v im ie n t o a c e le r a d o y a la s fu e r z a s g ra v i­

ta to r ia s s e a n u la n Un observador sentado
e x a c t a m e n te .

en el interior de un ascensor cerrado no puede decir,


si observa fuezas aparentem ente gravitatorias, qué parte
de ellas corresponde a la aceleración y qué parte a las

(*) Una discusión cuidadosa de estos experimentos clásicos viene


dada en el primer capítulo de L. Witten, «Gravitation: An Introduction
to Current Research», John Wiley & Sons, Inc, Nueva York, 1962.
Ptincipio de equivalencia 417

fuerzas gravitatorias reales. No detectará ninguna fuer­


za en absoluto a menos que otras fuerzas (es decir, otras
diferentes de las gravitatorias), actúen sobre el ascen­
sor. En particular, el principio de equivalencia que hemos
postulado exige que la razón entre las masas inerte y
gravitatoria sea M JM g = 1. La «carencia de peso» (in­
gravidez) de un hom bre en órbita en un satélite es una
consecuencia del principio de equivalencia.
Las consecuencias m atem áticas del principio de equi­
valencia conducen a la teoría general de la relatividad;
para una discusión ulterior, consúltense las referencias
que se dan al final del Cap. 11.

O N D A S G RAVITATORIAS

De igual modo que las cargas eléctricas oscilantes


originan ondas electromagnéticas, la teoría general de
la relatividad predice que las masas oscilantes gravi­
tatorias, tales como las estrellas dobles, deben producir
ondas gravitatorias. Debido al pequeño valor de G resul­
tan difícil de detectar, pero recientemente, Weber * ha
publicado algunos resultados que indican la llegada de
ondas gravitatorias del espacio exterior. La fig. 14.10
m uestra un detector de ondas gravitatorias.

(*) J. Weber, P hys. R ev. L e tte r s, 24, 276 (1970); S c ien tific
A m erica n , 224, 5, 22 (1971).

PROBLEMAS la luz que sale del centro de nuestra galaxia y es observada


desde un punto muy alejado exterior a ella. Considérese
1. P én du lo e m fu n ción d e las m a sa s g ra v ita to ria e in erte.
la distribución de masa como uniforme dentro de una
Demostrar que la frecuencia de un péndulo de longitud L
esfera de radio 10 000 parsecs. La masa de la galaxia es
. viene dada por
~ 8 x 1044 g. Sol. A v / v = — 3 x 10-6.

4. R adio-galaxia. En 1962 se identificó ópticamente una


v=— = — intensa fuente de radiación de radiofrecuencia extraterres­
277 27T \M { L¡
tre como un objeto semejante a una estrella con un diá­
siendo Ma y las masas gravitatorias e inerte. (Hace metro angular de 1 segundo de arco aproximadamente.
tiempo Bessel hizo cuidadosas observaciones con el péndulo En un principio se pensó que era una estrella de nuestra
y demostró que M a era igual a Mj con un error de una galaxia que emitía ondas de radio, pero se obtuvo a con­
parte en 6 x 104.) tinuación su espectro y se encontró que las líneas espec­
trales estaban desplazadas considerablemente hacia el rojo.
2. D e sp la za m ien to al ro jo d e b id o a la g ravitación . En­ Por ejemplo, una línea de oxígeno atómico con una longi­
contrar una expresión para el desplazamiento hacia el tud de onda normal de 3,727 x 10-5 cm se identificó con
rojo debido a la gravedad en la que no se haga la hipó­ A = 5,097 x 10"5 cm. Una explicación a este hecho podría
tesis de que A v / v « 1. (Despreciar cualquier influencia justificarse si fuese una estrella con una masa extraordi­
asociada con la curvatura del espacio.) Recuérdese que naria, de modo que su espectro estuviese d e sp la za d o hacia
h Av = — (h v /c 2) (M sG /r 2) A r e intégrese respecto a d r des­ el ro jo d e b id o a la g ra ved a d . Si. esta hipotética estrella ra­
de R s hasta infinito y respecto a d v desde v a U. diante está en nuestra galaxia, su distancia a la Tierra
Sol. v' = pg-GMs/RsC2' debe ser menor que 1022 cm *.

3. D e sp la za m ien to al ro jo d e n u estra galaxia. Estimar (*) Para más detalles, véase J. L. Greenstein, Quasi-stellar
el desplazamiento hacia el rojo debido a la gravedad para Radio Sources, S c ie n tific A m erican , 209, 54 (diciembre 1963).
418 Principio de equivalencia

(a) Calcular a partir del diámetro angular y el despla­ Pero ha sido observado durante largo tiempo por
zamiento hacia el rojo, la masa y densidad media de la otros, que (teniendo en cuenta la pequeña resistencia
estrella objeto de nuestra hipótesis, suponiendo que la del aire) todos los cuerpos descienden espacios iguales
distancia es 1022 cm. ¿Es razonable esta explicación del en tiempos iguales y, con ayuda de los péndulos, esta
fenómeno? igualdad de tiempos puede observarse con gran exac­
S o l. La masa es 1,0 x 1044 g y la densidad titud.
media 1,7 x 10-6 g/cm3. Esto no parece razonable, pues la He intentado lo mismo con oro, plata, plomo, vidrio,
masa es aproximadamente 0,1 de la masa total de nuestra arena, sal común, madera, agua y trigo. Provisto de dos
galaxia. (Utilizar el resultado del Prob. 2.) cajas de madera iguales, llené una de ellas con madera
( b ) Otra posible sugerencia es que fuese una peculiar y suspendí un peso igual de oro (tan exactamente como
«radio galaxia» con un desplazamiento hacia el rojo obede­ pude) en el centro de oscilación de la otra. Las cajas,
ciendo a la normal relación dada en el Cap. 10 para el suspendidas por cuerdas iguales de 11 pies, formaron
corrimiento hacia el rojo debido al retroceso. Calcular su un par de péndulos perfectamente iguales en peso y
distancia a partir de esta segunda hipótesis. forma e igualmente expuestás a la resistencia del aire;
S ol. 3 x 109 años luz (3 x 1027 cm). y, colocándolas una junto a la otra, oscilaron juntas
(c) ¿Está de acuerdo la hipótesis de la radio galaxia adelante y atrás durante un largo rato con vibraciones
con nuestra previsión? iguales. Y, por tanto (según Cor. I y VI, Prop. XXIV,
Sol. Sí, tiene un radio de 1022 cm aproxima­ Libro II), la cantidad de materia en el oro era a la
damente. Este es un valor normal de los radios de las cantidad de materia en la madera como la acción de la
galaxias. fuerza motriz que actuaba sobre todo el oro a la acción
de la misma fuerza sobre toda la madera, es decir,
5. A g u je ro negro. ¿Cuál debería ser el radio del Sol como el peso de uno al peso del otro.
si fuera un agujero negro? [véase Ec. (14.10)]. Comparar la Y por estos experimentos, en cuerpos del mismo
densidad que tendría con la densidad de un núcleo. peso,, podía haber descubierto una diferencia de mate­
Sol. ~ 3 x 105 cm. ria menor que la milésima parte de la totalidad.

NOTA HISTÓRICA
LECTURAS SUPLEMENTARIAS
Citamos a continuación la rela­
P én d u lo s d e N e w to n .
C. Kacser, In tr o d u c tio n to th e S p e c ia l T h e o ry o f R e la tivity,
ción que hizo Newton en su P rin cip ia de sus experimentos
cap. 8, Co-Op Paperback, Prentice-Hall, Inc., Englewood
con péndulos para investigar las variaciones posibles del
Cliffs, N. J., 1967.
cociente entre las masas gravitatoria e inerte.
Apéndice

Los siguientes libros de mecánica poseen aproximadamen­


te el mismo nivel que el de este texto; son libros de estudio
y de consulta. El alumno debe examinar cierto número de libros
antes de comprar o perder mucho tiempo en uno cualquiera.
H. D. Young, F u n dam en táis o f M echanics a n d H eat, Me
Graw-Hill Book Company, Nueva York, 1964. Buen texto.
Algo menos avanzado. Tratamiento breve de la relatividad.
R. Resnick y D. Halliday, P h y sics fo r S tu d e n ts o f S cien ce
an d E ngin eering, John Wiley & Sons, Inc., Nueva York,
1966. Vol. I, 2.a ed. o vols. I y II combinados. Muchos
ejemplos. Buen texto convencional.
R. Resnick y D. Halliday, F u n d a m en tá is o f P h ysics, John
Wiley & Sons, Inc., Nueva York, 1970. Versión resumida
de su texto original.
A. P. French, N e w to ñ ia n M echanics, W. W. Norton and
Company, Inc., Nueva York, 1971. Forma parte de la serie
M.I.T. Libro excelente y muy extenso.
M. Alonso y E. J. Finn, F u n dam en tal U n iv e rsity P h ysics,
vol. I, M echanics, Addison-Wesley Publishing Company,
Inc., Reading, Mass., 1967. Libro bueno, breve y conciso,
pero quizás demasiado breve para este nivel.
R. T. Weidner y R. L. Sells, E le m e n ta ry C lassicál P h ysics,
vol. I, Allyn and Bacon, Inc., Boston, 1965. No tan avan­
zado como otros textos.
R. P. Feynman, R. B. Leigthon y M. Sands, The F eyn m an
L e c tu re s on P h ysics, vol. I. Fondo Educativo Interame-
ricano. Ed. bilingüe, 1963. Serie notable de conferencias
con una visión aguda de muchos aspectos de la mecá­
nica. No es un libro de texto.

En los últimos años han aparecido cierto número de


libros de «problemas». Aunque en los libros mencionados
anteriormente se incluyen problemas, algunos alumnos pue­
den desear mayor número.
J. A. Taylor, P ro g ra m m ed S tu d y A id fo r In tr o d u c to r y P hy­
sics, part. I, M echanics, Addison-Wesley Publishing Com­
pany, Inc., Reading, Mass., 1970. Buen libro, con muchos
problemas de nivel menos avanzado.
R. B. Leighton y E. Vogt, E x e rc ises in In tr o d u c to r y P h ysics,
Addison-Wesley Publishing Company, Inc., Reading, Mass.,
1969. Escrito para acompañar el vol. I de F eyn m an lec­
tu res. Problemas excelentes.
420 Apéndice

D . S ch a u m , Theory and P roblem s of College Physics,


S c h a u m P u b lis h in g Co., N u e va Y o r k , 1961. M u c h o s p ro ­
b le m a s, de lo s cuales está n re s u e lto s la m ita d .
Lista de películas

Existen muchas películas excelentes que tratan de la mecáni­


ca. En la revista A m . J. P hys., 36; 475 (1968), Resource Letter,
BSPF-1, P elícu las d e F ísica de W. R. Riley, se relaciona una buena
lista de películas de 16 mm, así como información sobre catálo­
gos, centros de adquisición de las películas, etc. Muchos de los
comentarios dados a continuación proceden directamente de
esta revisión.
En los últimos años se han producido muchas películas tipo
«loop» (rebobinado automáticamente). Son muy útiles en par­
ticular porque son fáciles de utilizar como instrucción indivi­
dual. La «Commission on College Physics» ha publicado un
catálogo de «películas cortas para la enseñanza de la física» que
está disponible en la AIP, División of Education and Manpower,
Information Pool, Universidad del Estado de Nueva York, Stony
Brook, N. Y. 11970.
El lector observará que muchas de las películas relaciona­
das pertenecen al proyecto PSSC y corresponden a un nivel
más elemental que este curso. Sin embargo, estas películas están
muy bien diseñadas y resulta útil su proyección, incluso por
segunda vez.
Recientemente se constituyó un «Comité Nacional para Pelí­
culas de Demostraciones Físicas» [George Appleton, James Strick-
land, A m J. P hys., 38, 1945 (1970)]. Strickland se encuentra en el
Education Development Center, Newton, Mass. 02160.
Las películas están relacionadas dentro de los capítulos don­
de se ajustan con mayor coherencia. Al final se relacionan los
centros donde pueden adquirirse.

Capítulo 1
Capítulo 2
La evo lu ció n de las id ea s física s (49 min). P.A.M. Dirac;
SUNY. Enfoque personal de Dirac a la física teórica; su­ M ed id a (21 min). William Siebert; MLA. Medida de la velo­
giere que los intentos de los físicos en mejorar las teorías cidad de una bala de rifle con énfasis en relación a la
existentes suponen una búsqueda de la belleza matemática. exactitud sobre cuestiones apropiadas.

M edición d e gra n d es d ista n c ia s (29 min). F. Watson; PSSC S im e tría (10 min). P. Stapp, J. Bregman, R. Davisson, A.
MLA 0103. Muestra por medidas de triangulación y paralaje Holden; BTL. Interesante presentación contemporánea de
cómo pueden determinarse las distancias a la Luna y a simetrías de reflexión, rotación y traslación y sus usos.
las estrellas hasta 500 años luz.
M o v im ie n to circu la r u n ifo rm e (8 min). MGH. Muestra cam­
C am bio d e escala (23 min). R. W. Williams; PSSC MLA 0106. bios en la velocidad vectorial, explicando que el movi­
Orienta en las ideas de estimación y escala. Presenta bo­ miento se acelera incluso cuando la magnitud de la velo­
nitos ejemplos de resistencias en modelos a escalas, espe­ cidad permanece constante. La fuerza centrípeta se ilus­
cialmente en relación con la velocidad (diseño de buques). tra con distintos movimientos.
421
422 Lista de películas

C in em á tica v e c to r ia l (16 min). F. Friedman; PSSC MLA 0109. M asa in ercial (19 min). E. M. Purcell;
PSSC MLA 0303.
Un computador envía a un tubo de rayos catódicos los Movimiento de masas diferentes bajo fuerza constante
datos para la representación de vectores velocidad y ace­ utilizando discos de hielo seco.
leración correspondientes a diversos tipos de desplaza­
mientos de un punto: circular, armónico simple y caída C aída lib re y m o v im ie n to d e p r o y e c tile s (27 min). Nathaniel
libre. Frank; PSSC MLA 0304. Estudio de la caída libre y de
las masas de inercia y gravitatoria hasta llegar al movi­
C in e m á tica d e la lín ea re c ta (34 min). E. M. Hafner; PSSC miento de proyectiles.
MLA. Utilizando equipo especial en un carro móvil se
engendran gráficos de distancia, velocidad y aceleración
en función del tiempo; se analizan las relaciones entre Capítulo 4
ellos.
S iste m a s d e re feren cia (28 min). Patterson Hume y Donald
Ivey; PSSC MLA 0307. Demostraciones excelentes del
L a relación e n tre la m a te m á tic a y la físic a (57 min). Richard
movimiento relativo en sistemas de referencia inercial
Feynman; EDC. Destaca que sin un conocimiento profun­
y acelerado. También existe (EDC) una versión de 6 min
do de las matemáticas es inútil una explicación honesta
en sistemas linealmente acelerados y una versión de
de las leyes de la naturaleza.
7 min sobre sistemas de referencia en rotación.

Capítulo 3 F u erzas in erciales - A celeración c e n tr íp e ta (31/4 min). Fran-


klin Miller, Jr.; OSU, «loop» de 16 mm. Muestra diver­
F uerza, m a sa y m o v im ie n to (10 min). F. W. Sinden; Bell y tidos fenómenos de rotación.
EDC. Película de dibujos ilustrando el movimiento de los
F u erzas in erciales - A celeración d e tra sla c ió n (2 min). Fran-
cuerpos masivos bajo la acción de la gravedad y otras
klin Miller, Jr.; OSU, cinta en c a s s e tte rebobinable de
fuerzas. Se observa el trazado de órbitas y la conserva­
16 mm. Muestra las fuerzas en velocidad constante o mo­
ción de la cantidad de movimiento.
vimiento acelerado, tanto hacia arriba como hacia abajo.
F u erzas (23 min). Jerrold Zacharias; PSSC MLA 0301. Dis­
cute las fuerzas de la naturaleza con demostraciones ex­ Capítulo 5
perimentales. Experimento de Cavendish ilustrado. Tam­ E n ergía y tra b a jo (28 min). D. Montgomery; PSSC MLA 0311.
bién existe una versión de ocho minutos del experimento Explica el trabajo realizado por una fuerza constante
de Cavendish. y por otra variable y la determinación de la energía
producida por dicho trabajo.
E le c tro n e s en un c a m p o m a g n é tic o u n ifo rm e (11 min). Do-
rothy Montgomery; PSSC MLA 0412. Muestra electrones C olision es elá stica s y en ergía alm a cen a d a (28 min). J. Stric-
en un tubo de Leybold para la determinación del cociente kland; PSSC MLA 0318. Demostraciones cuantitativas de
e /m . las transformaciones entre la energía cinética y la potencial
en colisiones prácticamente elásticas.
L ey d e C o u lo m b (30 min). Eric Rogers; PSSC MLA 0403.
Muestra la dependencia de las fuerzas eléctricas con la P rin c ip io s d e la gran c o n se rv a ció n (56 min). Richard Feyn­
carga y la distancia. man; EDC. Una discusión muy interesante de cierto nú­
mero de principios de conservación y sus relaciones en
C o n sta n te d e la fu e rza d e C o u lo m b (34 min). Eric Rogers; física.
PSSC MLA 0405. Aparato de Millikan de gran escala para
determinar la constante de proporcionalidad de la ley Capítulo 6
de Coulomb entre las cargas eléctricas.
V o rtic id a d (44 min). Ascher H. Shapiro;
EBEC. Película
M asa d e l e le ctró n (18 min). Eric Rogers; PSSC MLA 0413. interesante con referencia al momento cinético (véase
Muestra cómo la observación del movimiento electrónico también Cap. 8).
conduce a las medidas de masa.
Capítulo 7
L ey d e la g ra v ita c ió n , un e je m p lo d e ley físic a (55 min). Ri­
chard Feynman; EDC. Versión excelente del descubri­ M o v im ie n to p e rió d ic o (33 min). Patterson Hume y Donald
miento de la ley y algunas de sus consecuencias. Ivey; PSSC MLA 0306. Película excelente sobre el movi­
miento armónico simple utilizando discos sin rozamiento
montados sobre muelles.
In ercia (26 min). E. M. Purcell; PSSC MLA 0302. Movimiento
de un disco de hielo seco de masa constante exento de M o v im ie n to a rm ó n ico sim p le (10 min). MGH. La masa ac­
fuerzas y bajo la acción de fuerzas externas. cionada por el muelle moviéndose horizontalmente ilustra
el movimiento armónico simple.
Lista de películas 423

H u n d im ie n to d e l p u e n te d e T acom a (4 min 40 seg). OSU. V e lo c id a d d e la lu z (21 min). William Siebert; PSSC MLA.
Imágenes espectaculares de las vibraciones resonantes La velocidad de la luz se mide por el tiempo de vuelo de
excitadas por el viento que destrozaron el puente. un pulso luminoso y también por el método de los espe­
jos giratorios.
E l p é n d u lo d e W ilb erfo rc e (5 min). Franklin Miller, Jr.;
OSU. Caso interesante de resonancia entre las vibracio­
Capítulo 11
nes de torsión y de traslación.
E l gran m u n d o d e A lb e r t E in ste in (60 min). Edward Te-
Capítulo 8 11er; SUNY. Extensión de las relaciones tiempo-distancia
al reino de la relatividad. Discute el impacto de la rela­
M o m e n to cin ético , m a g n itu d v e c to r ia l (27 min). A. Lemo- tividad especial en la física.
nick; ESI MLA 0451. Demuestra que los momentos ciné­
ticos se suman vectorialmente y que el momento apli­ D ila ta ció n d e l tie m p o , un e x p e rim e n to con m eso n e s M u
cado a un sistema que ya tiene un momento cinético da (36 min). David Frisch y James Smith; ESI MLA 0453.
lugar a una precesión del mismo. Utilizando la desintegración radiactiva de los mesones
mu de la radiación cósmica se muestra la dilatación
M o v ién d o se con el c e n tr o d e m a sa s (26 min). Hermán Bran- del tiempo en un experimento realizado en Mt. Washing­
son; PSSC MLA 0320. Validez de la conservación de la ton, N.H. (5300 pies) y Cambridge, Mass. (nivel del mar).
energía y de la cantidad de movimiento demostrada por Una relación detallada de este experimento aparece en
diversas interacciones con discos magnéticos observados A m . J. P hys. 31, 342 (1963).
en dos sistemas de referencia distintos.
BELL (Bell System): ponerse en relación con la Bell Tele-
phone Co. local.
Capítulo 9

O r b ita s e líp tic a s (19 min). Albert Baez;


PSSC MLA 0310. (BTL) oficina de negocios o Bell Telephone Laboratories
Demostración geométrica de las dos primeras leyes de (BTL), Film Library, Murray Hill, N. J. 17971.
Kepler y la ley inversa del cuadrado.
BTL: véase BELL.
M ed id a d e «G». E x p e rim e n to d e C aven dish (4 min 25 seg).
Franklin Miller, Jr.; OSU. Película corta sobre el péndulo EBEC: Encyclopedia Britannica Educational Corporation,
de torsión de Cavendish. 425 North Michigan Avenue, Chicago, 111. 60611.

G ra vita ció n u n iversa l (31 min). Patterson Hume y Donald EDC: Education Development Center (antes Educational
Ivey; PSSC MLA 0309. Se deduce la ley de gravitación en Services, Inc.), Film Librarían, Education Development
el planeta X a partir de observaciones en satélites y un Center, 39 Chapel Street, Newton, Mass. 02160.
planeta.
ESI MLA: ESI College Physics Films producidos por Edu­
cational Services, Inc. Disponible en Modern Learning
Capítulo 10 Aids, 1212 Avenue of the Americas, N. Y. 10036. Disponible
para compra, alquiler o suscripción.
M e d id a d e la v elo c id a d d e la lu z (8 min). MGH. Explicación
excelente de diversas medidas terrestres de la velocidad MGH: McGraw-Hill Book Company, Text-Film División, 327
de la luz, incluyendo los métodos de Fizeau, Foucault y West 41st Street, N. Y. 10036. Sólo para la venta.
Michelson.
MLA: véase ESI MLA.
E fe c to D o p p le r (8 min). MGH. Clara exposición de los
OSU: Ohio State University, Film Distribution Supervisor,
casos de fuente en movimiento y observador en movi­
Motion Picture División, 1885 Neil Avenue, Coíumbus,
miento.
Ohio 43210. «Loop» de 16 mm.
E fe c to D o p p le r y o n d a s d e ch o q u e (8 min). James Strick-
PSSC MLA: Physical Sciences Study Committee-Modern
land; MLA 0464. Parte de una serie tomada en una cubeta
Learning Aids. El alquiler se distribuye por Modern Tal-
de ondas. Muestra los efectos producidos por una fuente
king Picture Service, Inc. Para compra, establecer con­
de ondas periódicas moviéndose con diversas velocidades
tacto con la división MLA de Ward's Natural Science
respecto al medio ondulatorio.
Establishment, Inc., P. O. Box 302, Rochester, N. Y. 14603.
La v e lo c id a d lím ite , una e xploración con e le ctro n es d e a lta
energía (38 min). William Bertozzi; ESI MLA 0452. Mues­
SUNY: The State University of New York, Educational
tra la relación entre la energía cinética de los electrones Communications Office, Room 2332, 60 East 42nd Street,
y su velocidad, investigada por técnicas calorimétricas y N. Y. 10017.
de tiempo de vuelo. Los resultados indican una velocidad
límite igual a c de acuerdo con la teoría especial de la
relatividad.
Indice alfabético

425
426 índice alfabético

Aberración luz, 310, 352 Cantidad movimiento, 359


Aceleración, 47 componentes transversales, 186
absoluta, 116 conservación, 15, 88, 127, 182
angular, 201, 257 relativista, 360
alrededor centro masas, 259 selector, 86
centrípeta, 49, 119 transformación, 369
centro masas, 259 Capacitancia, 210, 218-220
ciclotrón, principio, 87 Carga, constancia, 379
componentes, 134 elemental, 73
Coriolis, 135 Cavendish, experiencia, 70
longitudinal electrón, 79 Cavidad resonante, 314
protón, 78 Celeridad, 45
partícula, 386, 389, 403 Célula, 7
relativa, 116 Kerr, 315
sistema coordenado rotación, 134 Centro gravedad, 196
Sol, 113 masas, 183
Tierra, 113 aceleración, 259
transversal electrón, 79 momento cinético, alrededor, 196
Acelerador Van de Graaff, 329 sistema, 392
Acelerómetro, 119 velocidad, 184
Adams, J. C., 178 Ceres, descubrimiento, 177
Agujero negro, 413 C.E.R.N. (Conseil Européen pour la Re-
Amortiguamiento, coeficiente, 223 cherche Nucleaire), 21, 397
Amperio, 73 C.G.S., 63-66, 70-75
Amplitud, 212, 214, 216 Cicloide, 138-139
Análisis dimensional, 67 Ciclotrón, condición resonancia, 87
Ángulo posición, 55 frecuencia, 82
Anisotropía, 331 invento, 100
Antiprotón (p), 387 principio aceleración, 87
Aproximación impulso, 415 Cilindro sobre plano rugoso, 261
Área, Circuito LC, 218
de la elipse, 293 Coeficiente amortiguamiento, 223
del paralelogramo, 42 Colisión elástica, partículas, 90
Átomos universo, 4 Cometa, 377
Atwood, máquina, 91 presión de radiación, 377
Auto-energía electrostática, 284 Compton, efecto, 398
gravitatoria, 284 Conservación energía, 150
Avogadro, número, 4 momento cinético, 192
Constante integración, 100
Contracción longitudes, 339
Bergstrand, E., 309 Coordenada cartesiana, 57
Bertozzi, W., 328 polar, 57
Bessel, F. W., 331, 417 esférica, 57
Bevatrón, 21 Coriolis, aceleración, 135
Bondi, H., 13 fuerza, 135
Bradley, James, 310-313 Coseno director, 37
Bridgman, P. W., 116 Coulomb, ley, 72
Brookhven National Laboratory, 21 Cuerpo rígido, 248
Curva resonancia, 231
Curvatura espacio, 11
c, invariancia, 325
c, medida, 309
Caída libre, 153 Choque general elástico, 187
Campo eléctrico, 74 inelástico, 370
intensidad, 74 masas iguales, 129
escalar, 50 partícula, 183, 187
gravitatorio, 110 pesada con otra ligera, 130
magnético, 75
partícula cargada, 390
vectorial, 50 Densidad, 109
Indice alfabético 427

Derivada producto vectores, 138 Energía. relativista, 365


respecto tiempo, velocidad y aceleración, total, 367
54 reposo, 368
vectores, 44 total, 162
Deslizamiento, 93 transformaciones, 155, 369
Desviación electrones, 80 umbral, 392
Deuteron, 373 fotoproducción mesones, 393
Dicke, R., 71, 410 Enfoque magnético 180°, 86
Diferencia potencial, 167 Eotuos, R., 71, 403-410
Diferencial, ecuaciones, 99 Equilibrio estático, 287
Difusión protón por núcleo pesado, 198 Equivalencia, 416
Dilatación tiempo, 344 principio, 407
relojes, 343 Ergio, 145, 175
Dinámica elemental cuerpos rígidos, 248 Espacio, curvatura, 11
relativista, 359 homogeneidad, 15
problemas, 385 isotropía, 15
Dirac, P. A. M., 7 Especie, 5
Doppler, efecto, 325 Estrella binaria, 115
longitudinal, efecto, 352 fija, 112
transversal, efecto, 354 sistema referencia inercial, 112
Éter, 318
Euler, ecuaciones, 265
Ecuación diferencial, 99 aplicaciones, 268
Euler, 265 Excentricidad, 291
1/r, integración, 304 Exceso esférico, 11
movimiento, 64, 248
partícula, 386
órbita, 288 Factor calidad , 229
plano, 38 Fermi, E., 17
Efecto Compton, 398 Feynman, R. P., 7
Doppler, 325 Fizcau, 313
longitudinal, 352 Fluorescencia nuclear, 382
transversal, 354 Forma galaxia, 201
Efecto Zeeman, 41 Forma invariante, 50
Einstein, 14 Fotón, desplazamiento hacia el rojo, 412
Electricidad, unidades, 72 desviación por Sol, 414
Electrón, aceleración longitudinal, 79 masa gravitatoria, 411
transversal, 79 Foucault, péndulo, 120
desviación, 80 Frecuencia angular, 216
radio, 286 ciclotrón, 82
voltio, 173 estado estacionario, 235
Elipse, 57, 292-297 fundamental, 235
Emisión sin retroceso rayos gamma, 382 giro, 85
Energía, 359 impuesta, 235
cinética, 152, 249, 371 resonancia ciclotrónica, 82
media, 221 Fuerza, 75
partícula, 81 cadena caída, 192
conservación, 150, 164 central, 158, 193
disponible partícula móvil, 396 centrífuga, 110, 119
estelar, 374 conservativa, 157
excitación interna, 89 contacto, 65, 92
función, 149 Coriolis, 135
gravitatoria esfera uniforme, 285 eléctrica en partícula, 72
galaxia, 284 ficticia, 118
masa, conversiones, 373 interna, 182
equivalencia, 372 inversa distancia, 278
media, 228 ley inverso cuadrado distancia, 287
potencial, 155, 164, 280, 282 Lorentz, 75
centrífuga, 202 magnética, 75
media, 221 en partícula, 72
428 índice alfabético

Fuerza magnética masa puntual, 280, 282 Kerr, célula, 315


movimiento, 64 Klein, F., 248
resistente, 241 Krotkov, R., 71, 410
restauradora, 155
sobre partícula, 390
tipo muelle, 242 Larmor, J., 338
Función e*, 55 Lawrence, E. O., 100-104
energía, 149 Leverrier, U. J. J., 178
Ley conservación, conceptos, 143
mundo físico, 142
Galaxia, 113 Coulomb, 72
Galle, J. G., 179 Hooke, 155
Gauss, Cari Friedrich, 10 Kepler, 295
Geometría, 8 paralelogramo, adición vectorial, 33
analítica, fórmulas, 57 senos, 43
escala menor, 14 suma velocidades, 125
Giro sin deslizamiento, 257 Loar, H. H., 348
Giroscopio, 270 Longitud perpendicular luz, 342
Gravedad, centro, 196 Lorentz, fuerza, 75
momento, 195 transformación, 336
valores, 112 Luz, aberración, 310, 352
Gravitación universal, ley Newton, 70 corrimiento hacia el rojo, 326
velocidad, 307
espejos rotación, 313
Hadamard, J., 312 ruedas dentadas, 313
Havens, W. W., Jr., 348 sistemas inerciales, 316
Hayes, T. L., 24
Heaviside, O., 31
Magnetismo, unidades, 72
Hertz, 5
Homogeneidad espacio, 15 Magnitud física por vector, 35
Hooke, ley, 155 Máquina Atwood, 91
Masa, centro, 183
energía, conversiones, 373
Identidad vectorial, 58 equivalencia, 372
Impulso, 144 relación, 382
Inercia, momentos y productos, 265 gravitatoria, 71, 408
movimiento, 250 fotones, 411
Ingravidez, inerte, 71, 408
Integración, constante, 100 reducida, 298
reposo cero, partícula, 376
ecuación 1/r, 304
Integral curvilínea, 152 sujeta muelle, 210
Intensidad campo eléctrico, 74 variable, sistemas, 190
magnético, 75 Maxwell, J. C., 318, 320
Interacción externa, 151 McDonald, D. F., 309
Interferómetro, 321 McMillan, E. M., 402-405
Invariancia c, 325 McVitties, G. C., 327
Mecánica, libros, 419
galileana, 122
unidades, 65
rotación, 15, 199
Medida c, 309
traslación, 15
fi, 93
Invariante, 50
Ion ligero alta velocidad, 102 Mesón, tiempo vida, 347
Michelson-Morley, experimentos, 320
Isotropía espacio, 15
Moivre, teorema, 56
Ivés, H. E., 353
Molécula diatómica, vibración, 301
Momento alrededor centro masas, 260
Julio, 145 cinético, 203, 249
alrededor centro masas, 196
conservación, 192
Kepler, leyes, 295 de spin, 197
problema, 289 vector, 263
Indice alfabético 429

Momento debido gravedad, 195 Película, lista, 421


disco circular, 269 Péndulo compuesto, 261
fuerzas internas, 194 Foucault, 120
inercia, 250 Newton, 409, 418
anillo delgado, 252 simple, 212
barra delgada, 253 Período, movimiento, 49
disco circular, 253 Piazzi, G., 178
placa rectangular, 254 Potencia, 175
rotor rígido, 268 absorción, 239
Morley, E. W., 320 disipación, 227
Movimiento, cantidad, 359 Potencial, diferencia, 167
relativista, 360 electrostático, 167
transformación, 369 gravitatorio, 170
circular, 48 Pound, R. V., 412
ecuación, 64, 248 Precesión perihelio Mercurio, 415
fuerzas, 64 Predicción planetaria, 11
horizontal con fuerza rozamiento, 94 Principio equivalencia, 407
leyes Newton, 62 superposición, 231
libre, 150 Problema Kepler, 289
partícula, 68, 77, 80 Producto escalar, 36
protón, 137 aplicaciones, 38
proyectiles, 171 vectores, 35
sistemas desplazados, 220 derivada, 138
Mulligan, J. F., 309 vectorial, 39
Mundo físico, leyes conservación, 142 aplicaciones, 42
Protón, aceleración longitudinal, 78
difusión por núcleo pesado, 198
Neptuno, descubrimiento, 178 movimiento, 137
Newkirk, Gordon, 12 Proyección, 36, 51
Newton, ley gravitación universal, 70 Proyectil, movimiento, 171
movimiento, 62 Pseudofuerza, 119
péndulo, 409, 418
Notación vectorial, 30
Nucleón, 118 Radián, 55
Nucleótido, 6 Radio electrón, 286
Número Avogadro, 4 galaxia, 417
giro, 85
Rayo gamma, emisión sin retroceso, 382
Onda gravitatoria, 417 Reacción química, conservación cantidad
Órbita cicloide, 139 movimiento, 130
circular, 293 Rebka, G. A., Jr., 411
ecuación, 288 Relatividad especial, hipótesis, 336
excentricidad, 288 Reloj acelerado, 354
Oscilador amortiguado, 233 Resonancia ciclotrón, condición, 87
armónico, 210 curva, 231
amortiguado, 225 respuesta, 236
ejemplo numérico, 240 Rotación alrededor ejes fijos, 263
forzado, 230, 235 punto instantáneo contacto, 257
dependencia tiempo, 255
finita, 35
Par, 43 invariancia, 15, 199
Parábola, 57, 69, 292, 294 Rozamiento, 92, 223
Paralaje, 12 estático, coeficiente, 93
Partícula cargada, campo magnético, 390
colisión, 88
elástica, 90 Sadeh, D., 351
energía cinética, 81 Saehs, M., 349
masa reposo cero, 376 Satélite, órbita circular, 71
móvil, energía disponible, 396 polos interplanetarios, 190
movimiento, 77, 80 Schiff, L. S., 414
430 índice alfabético

Schwarzschild, demostración, 11 Universo, 4


Serie, desarrollo, 56 átomos, 4
Shapiro, J. I., 415 radio, 13
Sincrotón, 402 teoría expansión, 327
Sistema centro masas, 130, 392 Urano, 178, 297
inercial, velocidad luz, 316
masa variable, 190 Vatio, 175
referencia acelerado, 108 Vector, 30
Galileo, 116 componentes, 37
inercial, 108 derivada, 44
fuerzas, 114 producto, 138
referencial Galileo, 112 eléctrico, 39
Sol, aceleración, 113 igualdad, 33
Spin, momento cinético, 197 magnético, 39
Statvoltio, 167 magnitudes, 37
Stilwell, G. R., 353 momento cinético, 263
Suma momentos internos, 194 notación, 30
vectorial, 33 operaciones elementales, 51
velocidades, 351 representación magnitud física, 35
Superposición, principio, 231 velocidad, 45
Vehículo espacial, problema, 191
Veksler, V., 402
Taylor, J. M., 341 Velocidad absoluta, 122
Teorema ejes paralelos, 250 centro masas, 184
perpendiculares, 252 constante, 114
Teoría expansión universo, 327 en sistema coordenado en rotación, 134
Tercer armónico, 235 escape, 169
Tesla, 76 ley suma, 125
Tiempo, cantidad movimiento, derivada, 378 límite, 225, 241, 328
dilatación, 344 luz, 307
propio, 343 espejos, rotación, 313
relajación, 223 ruedas dentadas, 313
relojes, dilatación, 343 sistemas inerciales, 316
vida mesones, 347 relativa, 122
Tierra, aceleración, 113 suma, 351
sistema referencia, 111 transformación, 349
Torricelli, E., 320 vector, 45
Trabajo, 39, 75, 145, 151 Venus, planeta, 415
Transformación cantidad movimiento, 369 Vía láctea, 113
energía, 369 Vibración molécula diatómica, 301
galileana, 123 Voltio, 163
Lorentz, 336 Volumen, variación, 39
velocidades, 349
Traslación, invariancia, 15
Trompo, 270 Weber, J., 417
Weber/m2, 417
Weber, W. E., 76
U.A., 296 Weisskopf, V. F., 341
Ultracentrifugadora, 109 Wheeler, J. A., 341
Umbral antiprotón, 397
Unidad astronómica longitud, 296
mecánica, 65 Zeeman, P., 41
Tabla de valores

Símbolo o Derivación
Valor y unidades abreviatura del valor

• Generales
57,3 grados (57°20') ss 1 radián 180°/jt
3,44 X 103 minutos- (de arco) 3= 1 radián
2,06 X 105 segundos (de arco) ss 1 radián
0,0174 radián s 1 grado
2,91 X 10-4 radián jt/ 1 8 0 °
s 1 minuto (de arco)
4,85 X 10~ 6 radián s 1 segundo (de arco) //
1,61 X 105 cm s= 1 milla terrestre
10 8 cm = 1 angstrom A
1 0 ~ 4 cm = 1 miera
2.998 X 102 volts = 1 statvolt 1 0 -8c
2.998 X 1010 cm /s Velocidad de la luz en el vacío
^ 980 cm /s2 Aceleración de la gravedad en la superficie terrestre
6,670 X 10-8 dina-cm2/g2 Constante gravitatoria
1 dina = 1 g-cm/s2

• Astronómicas
3,084 X 1018 cm = 1 parsec
9,46 X 1017 cm = 1 año luz c X s/año
1,49 X 1013 cm s= 1 unidad astronómica U.A.
(= radio de la órbita terrestre
~ 1 0 80 Número de nucleones
^ 1 0 28 cm Radio
~ 1 0 11 Número de galaxias Universo conocido
% 3 X 10~ 18 (cm/s)/cm Velocidad de retroceso de las nebulosas

1,6 X 1011 Número de estrellas


1023 cm Diámetro Galaxia
8 X 1044 e Masa

6,96 X 1010 cm Radio


2,14 x 106 s Período de rotación Sol
1,99 X 1033 g Masa

1,49 X 1013 cm Radio de la órbita


6,37 X 108 cm Radio medio
5,98 X 1027 g Masa > Tierra
5,52 g/cm 3 Densidad media
3,16 X 107 s == 1 año (período de revolución)
8,64 X 104 s 24 horas (período de rotación)

3,84 X 1010 cm Radio de la órbita


1,74 X 108 cm Radio Luna
7,34 X 10a3 g Masa
2,36 X 106 s Período de revolución
Tabla de valores

Símbolo o Determinación
Valor y unidades abreviatura del valor

• Gases
22,4 X 103 cm3/m ol Volumen molar en C.N. V0
2,69 X 1019 cm -3 Número de Loschmidt «o NolV0
6,0225 X 10a3 m o l-1 Número de los Avogadro No
8.31 X 107 erg mol-1 grado -1 Constante de los gases Ro
1,381 X 10-16 erg/grado K Constante de Boltzmann k, k^ Ro/Vo
1,01 X 106 dina/cm 3 Presión atmosférica
~ 1 0 -5 cm Recorrido libre medio del nitrógeno en C.N.
3.32 X 104 cm/s Velocidad del sonido en el aire en C.N.

• Atomística
6,626 X 10-37 erg-s Constante de Planck
1,054 X 10-27 erg-s Constante de Planck/2jt Jl/2n
13,6 electrón volts Energía asociada con 1 Rydberg
1,98 X 10-16 erg Energía asociada con un número de ondas unidad he
1,60 X 10-12 erg Energía asociada con un electrón-volt ev
1,24 X 10-4 cm Longitud de onda asociada con un electrón-volt K hd/e

8066 cm -1 Número de ondas asociado con un electrón-volt lAo


2,42 X 1041 s -1 Frecuencia asociada con un electrón-volt c/Xq
0,529 X lO-8 cm Radio de Bohr del estado fundamental del hidrógeno ff/m é2

~ 10-8 cm Radio de un átomo


0,927 X 10-20 Magnetón de Bohr eñ/2mc
0,505 X 10-23 erg/gauss Magnetón nuclear PíV eH/2M pc
137,04 Recíproco de la constante de estructura fina ,,-l ñe jé

• Partióles
1,6725 X 10-24 g Masa en reposo del protón Mp
1,6747 X 10-24 g Masa en reposo del neutrón Mn
1,66042 X 10-24 g 1 unidad de masa atómica unificada u
(= 1/12 de la masa del C12)
0,911 X 10-27 g Masa en reposo del electrón m
0,9382 X 109 ev Energía equvalente a la masa en reposo delprotón £ MpC2
0,9395 X 109 ev Energía equivalente a la masa enreposo delneutrón £n MnC2
0,511 X 106 ev Energía equivalente a la masa en reposo del electrón me2
1836 Masa del protón/masa del electrón M p/m
2,82 X 10-13 cm Radio clásico del electrón r„ e2/mc2
4,803 X 10-10 ues Carga del protón e
3,86 X 10-11 cm Longitud de onda de Compton del electrón l Ce H/mc

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