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Contenidos disciplinares de historia del

arte

53. Informalismo europeo y


Expresionismo Abstracto norteamericano.
La Abstracción postpictórica.

Autor

Pablo Gracia Salinas

Javier Martínez Molina / Carolina Naya Franco

Facultad de
Educación
2021
Índice

1. Introducción.....................................................................................1
2. Desarrollo analítico..........................................................................3
3. Comentario de las obras...................................................................6
-Figura 1:...........................................................................................6
-Figura 2:...........................................................................................6
-Figura 3:...........................................................................................7
-Figura 4:...........................................................................................7
4. Conclusiones....................................................................................9
5. Bibliografía....................................................................................12
6. Anexos...........................................................................................13
1. Introducción
Tanto el Informalismo europeo como el Expresionismo abstracto surgieron a partir de
la década de 1940, aunque en contextos distintos. El Informalismo europeo fue un término
usado por primera vez por Michel Tapié, un crítico francés que en los años cincuenta del
pasado siglo diferenció entre el “arte informal” y el “arte diferente”. Este estilo mezclaba
pintura con otra serie de diversos materiales, que podrían ir desde la arena hasta el cristal,
para conseguir otorgar relieve a sus obras.
En España, este estilo consiguió cierta relevancia como demuestra la formación de
dos agrupaciones artísticas: el Dau al Set (con Tàpies y Cuixart) por un lado, y El Paso (con
Millares, Saura o Feito) por otro (Taranilla de la Varga, 2014, p. 278). Antoni Tàpies, nacido
en Barcelona en 1923, en seguida acabó por crear un estilo propio catalogado como
“aformalismo”, cuyos límites y concepciones acabaron siendo superados por él mismo,
demostrando una libertad total a la hora de crear (Ballesteros Arranz, 2013, p. 20). Antonio
Saura, por su parte, nacido en Huesca en 1930, también partió como Tàpies desde el
surrealismo hasta posiciones “aformalistas”, estando enormemente influido por Goya y sus
pinturas negras (Blasco Nogues, 1990, p. 11)
Por su parte, el Expresionismo abstracto, aunque surgió prácticamente al mismo
tiempo que el Informalismo, y estuvo altamente influido por el surrealismo europeo que se
había visto obligado a exiliarse a los Estados Unidos, especialmente Nueva York, debido a la
Segunda Guerra Mundial (Lucie-Smith, 1984, p. 26). Antes que Pollock, Gorky (un artista
de origen armenio) ya había establecido una cierta filosofía del arte que influiría de manera
clara en el devenir de los artistas estadounidenses. “Yo creo en la eternidad, de modo que
nunca termino un cuadro (…) Me gusta pintar porque es algo que no tiene fin. A veces pinto
un cuadro, y luego lo borro. A veces trabajo en quince o veinte cuadros a la vez. Y esto lo
hago porque me gusta, porque me apetece cambiar de opinión con frecuencia” (Lucie-Smith,
1984, p. 32).
El testigo lo recogería Jackson Pollock (1912-1956) que, tras estar indudablemente
influenciado por el surrealismo, comenzó a crear un estilo propio que acabaría conformando
lo que hoy conocemos como el Expresionismo abstracto. El propio Pollock reconocía que su
trabajo a la hora de pintar se asemejaba más al de los indios pintores de arena del Oeste que
al del artista clásico. También rechazaba el uso de instrumentos típicos de su arte,
prefiriendo usar palos, cuchillos, empaste de arena… (Lucie-Smith, 1984, p. 34). A este
movimiento podrían unirse otros artistas como Franz Kline o Mark Rothko.

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En cuanto a la Abstracción postpictórica, podría calificarse como un estilo
claramente deudor del Expresionismo Abstracto. El término fue ideado por Greenberg en
1964, ya que observó un cambio de estilo que favorecía las superficies claras. En estas obras
predomina el color por encima de todo, existiendo apenas nada más. Lo único que importa
son los preceptos puramente pictóricos (Lucie-Smith, 1984, p. 100).
En cierto sentido, este estilo presenta un intento por acabar con el Expresionismo
Abstracto, a pesar de surgir de él, por su rechazo a todo lo anterior. Algunos de sus
principales exponentes podrían ser Morris Louis y Barnett Newman.

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2. Desarrollo analítico
Como se ha visto en la introducción, los tres estilos presentan ciertas similitudes e
incluso se podría decir que guardan cierta relación. Tanto el Informalismo como el
Expresionismo Abstracto surgieron tras una serie de hechos dramáticos que paralizaron por
completo el natural desarrollo de diversas corrientes artísticas, inaugurando una era de horror
y violencia sin precedentes cuyo mayor ejemplo es el Holocausto.
En el caso del Informalismo, sobre todo en España, el hecho traumático vendría
lógicamente representado por la Guerra Civil española y el posterior establecimiento de la
dictadura del general Francisco Franco, que daría lugar a una etapa de persecución y
represión sin precedentes en la historia de España (Albarrán Diego, 2010, p. 550).
El Informalismo europeo y el Expresionismo abstracto (este último con gran
recorrido en Europa, al contrario que la abstracción) buscan, por tanto, un nuevo tipo de
pintura que se sobreponga al horror pasado, en el caso de Europa este movimiento vendría
ampliamente influenciado por la corriente filosófica del existencialismo, mientras que los
pintores americanos como Pollock se verían influidos por el mito del pionero y otra serie de
contextos que remarcaban la soledad del individuo.
Por tanto, aunque desde putos diferentes, ambos estilos tratarían el arte como una
forma individualista y solitaria, remarcando la forma autónoma y propia de aproximarse a la
pintura. Tanto era así que, a pesar del posicionamiento liberal de Tàpies, sus obras nunca
molestaron realmente al franquismo (Lucie-Smith, 1984, p. 80). En este punto coinciden
diversos investigadores, ya que el tono abstracto del informalismo le libraba, a primera vista,
de mensajes políticos claros. Además, el público al que iba destinado era una pequeña élite
intelectual que, en su mayoría, era extranjera, ya que en el interior de España no alcanzó
demasiada importancia, por lo que el régimen parecía respirar tranquilo (Albarrán Diego,
2010, p. 551).
Ambos movimientos resultan también influenciados por el arte oriental y la filosofía
zen. Por ejemplo, Mathieu expondría que la semejanza de su arte con la caligrafía japonesa
no se debía a un enfoque formal, sino a uno espiritual (Fernández Cabaleiro, 1998, p. 120).
Del mismo modo, Pollock, al colocar el lienzo sobre el suelo y hacer que la pintura
goteara y salpicara sobre él, parecía seguir un método que ya habían probado antes algunos
pintos chinos alejados de la ortodoxia (Gombrich, 1950, p. 685).
Entrando en las diferencias, quizás la primera y la más física sea los distintos usos de
materiales empleados por estos movimientos. Como se ha mencionado anteriormente, el
Informalismo juega con diversos materiales, e incluso los autores principales practicaban
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otras disciplinas como la escultura. Además, dentro del Informalismo se pueden encontrar
diversos estilos, algo normal si se tiene en cuenta que atañó a un gran parte del continente
europeo.
Así, en Italia predominó el Espacialismo, que presentaba especial interés por el
apartado físico y técnico y consistía fundamentalmente en acuchillar, perforar y rajar el
lienzo. También podría incluirse el Art brut, en el que los artistas pintan como si fueran
niños (Valeria, 21 de septiembre de 2011,
http://historiadelarteporvaleria.blogspot.com/2011/09/informalismo-europeo.html).
Sin embargo, el Expresionismo Abstracto apenas conoció dos “divisiones” en su
seno. Por una parte, aparecerían los artistas más figurativos como Pollock o Kline,
caracterizados por una pintura enérgica y gestual, y la otra línea puramente abstracta,
representada por Mark Rothko, con una posición espacial ambigua y colores flotantes
(Lucie-Smith, 1984, pp. 40-42). El propio Rothko definía su estilo como una experiencia
plena entre pintura y espectador (Baal-Teshuva, 2006, p. 7).
Rothko también podría servir para definir lo que representaba realmente la
abstracción a la hora de pintar, rehuyendo cualquier tipo de explicación teórica para dejar
solamente un diálogo sensorial entre el cuadro y la persona que lo observa. Dentro de esta
diferenciación aparece también el término action painting, acuñado por el crítico Harold
Rosenberg para referirse el estilo concreto de Pollock, Kline y de Kooning. Esta expresión
venía a significar que el proceso pictórico se convertía en objeto de arte. Rothko, por su
parte, nunca entró en esta categoría, sino que formaría parte del colorfield painting, cuya
importancia radicaba sobre todo en la emoción que transmitían los colores.
Otra diferencia principal entre el Informalismo y el Expresionismo sería que en
Europa este movimiento se caracteriza más por obras intimistas y reducidas frente a las
aspiraciones épicas y grandiosas de los cuadros expresionistas norteamericanos. Esto vendría
seguramente sustentado por la forma de realizar y dar lugar a la obra, ya que los artistas
estadounidenses optaban por pinceladas dinámicas, producto de ciertos impulsos, mientras
que los europeos conformaban sus cuadros de una forma mucho más estática (Más de Arte,
2017, http://masdearte.com/especiales/expresionismo-abstracto-e-informalismo-las-cinco-
diferencias/). Una frase de Tàpies parece definir a la perfección el aire poético y estático del
Informalismo: “Todos tenemos una M dibujada en las líneas de la palma de la mano, lo cual
remite a la muerte, y en el pie hay unas arrugas en forma de S; todo combinado era Muerte
Segura.” (Clavo Santos, 2015, https://historia-arte.com/movimientos/informalismo).
Por su parte, también se podrían establecer una serie de similitudes y diferencias
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entre el Expresionismo Abstracto y la Abstracción postpictórica. La primera característica a
destacar sería que la Abstracción es una clara heredera del movimiento Expresionista,
aunque en su conformación como estilo acabó por rechazar los preceptos de su antecesora,
como ya se ha mencionado. La Abstracción surge entonces, según Jacques Bazum, con una
naturaleza “abolicionista” del Expresionismo abstracto (Lucie-Smith, 1984, p. 102). Para los
artistas de este movimiento el lienzo era más un campo que una composición, ejercitando
una serie de acciones como la de “manchador” aplicada a Morris Louis (Lucie-Smith, 1984,
p. 103). Al manchar el lienzo se buscaba atacar a la forma, a la luz y a la oscuridad.
Las pinturas de este movimiento no pronuncian mensajes místicos o religiosos, sino
que existen por sí mismas, con el color como referencia absoluta (Más de Arte, 2019,
https://masdearte.com/especiales/abstraccion-postpictorica-por-que-la-pintura-tiene-que-
contar-nada/). Se puede deducir, entonces, que la Abstracción prácticamente rechaza
cualquier tipo de influencia procedente de la filosofía existencialista o el posicionamiento
como individuo frente a la obra, como sí hacía el Expresionismo, y prefiere ampararse en
términos puramente estéticos y pictóricos.
Como punto y aparte dentro de esta explicación merece la pena mencionar al artista
Francis Bacon, pintor predominantemente perteneciente a la figuración pero que también
demostró estar altamente influido tanto por el surrealismo como por el expresionismo. Bacon
plantea una interesantísima unión entre lo clásico y la vanguardia. En cuanto a su
metodología y forma de creación no podría ser más tradicional, usando óleo sobre lienzo,
pero él mismo afirmó que en el fondo su trabajo demostraba que podía realizar marcas sobre
el lienzo al estilo de la pintura abstracta, sin tener verdadera conciencia sobre lo que estaba
haciendo (Lucie-Smith, 1984, p. 102, pp. 65-66). Se trataría entonces de un artista que trata
de imponer los procedimientos de la abstracción a la pintura figurativa (Lucie-Smith, 1984,
p. 102, p. 67).
Su obra además cuenta también con un componente interno muy fuerte,
prevaleciendo una atmósfera opresiva que prefigura sus miedos e inquietudes, con cuadros
casi pesadillescos. Esta forma de tratar su persona interior da pie a relacionarla, si cabe, con
el mismo sentimiento individualista que, marcado por el existencialismo, acompañó a los
grandes nombres del Expresionismo abstracto y el Informalismo.

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3. Comentario de las obras
-Figura 1:
Jackson Pollock (1912-1956) se convirtió en seguida en uno de los máximos
exponentes del Expresionismo abstracto norteamericano. Su obra está compuesta
fundamentalmente a través de la técnica del dripping (goteado), dejando que la pintura caiga
desde el pincel sobre un enorme lienzo extendido en el suelo.
Sus cuadros presentan así una nueva configuración del espacio, con unos ritmos
entrecruzados que sugieren un progreso espacial en toda la superficie del lienzo, como se
puede apreciar en este cuadro (Lucie-Smith, 1984, p. 102, p. 35).
Esta obra en concreto, Uno: Número 31, 1950, fue también realizada con la técnica
del goteo, y parece rehuir cualquier tipo de explicación o sugerencia teórica. Hasta tal punto
llega el rechazo a poder deducir algo lógico de ella que Pollock ni siquiera la tituló de forma
sugestiva, como rehuyendo cualquier tipo de pista. El gigantesco lienzo (que no está
enmarcado), la confusión de las líneas y la presentación de un espacio confuso debían ser
suficientes para presentar en el espectador sentimientos de inquietud y caos, convirtiéndose
en un perfecto ejemplo del diálogo que la abstracción buscaba establecer con aquellos que la
observaban.
-Figura 2:
Antonio Saura nació en Huesca en 1930, y en seguida se caracterizó por un gran
estilo personal que, partiendo del surrealismo, acabaría tocando el expresionismo negro
(Ballesteros Arranz, 2013, p. 50).
Esta obra se encuadra en una etapa en la que el artista aragonés mostró especial
interés por una serie de motivos morfológicos, que estarían presentes durante toda la década
de los años cincuenta. En este mismo tiempo fundaría El Paso, junto con otros colegas como
Luis Feito, exponiendo incluso en la capital de Francia en 1957.
Este Grito nº 7 se encuadra también en un momento en la obra de Saura aparece
influenciada por motivos trágicos y oscuros como las crucifixiones de la pintura clásica o el
drama provocado por la Guerra Civil Española. El cuadro en concreto fue realizado con la
misma técnica del dripping de Pollock usando únicamente colores grises, negros y blancos,
lo que demostraría la unión que se podía producir entre los informalistas y los expresionistas
abstractos.
La influencia de Pollock también puede apreciarse en los trazados, creando líneas

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confusas que juegan con el espacio, aunque en este caso sí habría un significado o una
intención clara de mostrar algo concreto, como el propio título del cuadro indica (David
López Vizcaíno, 21 de noviembre de 2015, http://artemagistral.blogspot.com/2015/11/grito-
n-7-de-antonio-saura.html).

-Figura 3:
Antoni Tàpies, de origen barcelonés, fue otro de los grandes exponentes españoles
del Informalismo. En sus inicios como pintor autodidacta se uniría al grupo Dau al set,
aunque terminaría por abandonarlo debido a su fuerte impronta surrealista, optando por
llegar a posiciones artísticas todavía más libres. Esta búsqueda de libertad le llevaría incluso
a alcanzar un nuevo tipo de formalismo pero que nada tenía que ver con el anterior, creando
escuela (Ballesteros Arranz, 2013, p. 20).
Pintura se enmarca en una etapa en la que Tàpies se muestra cada vez más influido
por la abstracción, usando materiales diversos, como arena, que ocupan el lugar principal de
sus obras (Sara Torres Sifón, 2017,
https://www.plataformadeartecontemporaneo.com/pac/tapies-1955-1967-en-la-galeria-
guillermo-de-osma/). Estos materiales son rasgados y mutilados para crear a su vez
sensaciones relacionados con el relieve y lo táctil.
-Figura 4:
Francis Bacon nació en Dublín en 1909, teniendo una vida extremadamente difícil
debido a la enfermedad (asma crónica) y a su homosexualidad, lo que le valió que su padre
le expulsara de casa a los 16 años (María Luisa González Gutiérrez, 25 febrero 2017,
https://www.seaic.org/profesionales/blogs/humanidades/francis-bacon-y-su-estudio-de-
inocencio-x.html).
Estas situaciones produjeron que su obra girara casi siempre entorno a temáticas
oscuras y privadas, demostrando la obsesión de Bacon por temáticas opresivas que parecían
poner de manifiesto sus miedos y temores más profundos. Esta influencia personal la
entremezclaba con influencias de cuadros anteriores como las crucifixiones o los retratos
papales, como es el caso concreto de esta obra a partir del retrato realizado por Velázquez en
1650, tres siglos antes.
Estudio del retrato del Papa Inocencio X de Velázquez muestra a un pontífice
encerrado y casi agónico detrás de una serie de pinceladas verticales que parecen tenerlo
prisionero. La expresión de extremo dolor parece evidente, además de haberlo situado en una
especie de silla eléctrica en vez de en un trono, como aparecía en la obra original. Bacon

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eligió representar así a Inocencio X como forma de denunciar los crímenes cometidos por la
Iglesia católica (La cámara del arte, febrero de 2017,
https://www.lacamaradelarte.com/2017/02/retrato-del-papa-inocencio-x.html#comments).
Esta pintura podría encuadrarse, además, dentro de toda una serie de pinturas que
Bacon dedicó a aproximarse a la figura de pontífices que casi siempre guardaban rasgos
comunes: expresiones de extremo dolor y agonía, oscuridad, encierro…

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4. Conclusiones
Como se ha podido observar, todas las corrientes artísticas analizadas parten desde un
mismo punto común inspirado por los horrores de la Segunda Guerra Mundial (o la Guerra
Civil española en el caso de lo informalistas españoles, aunque también estaban en gran
comunicación con sus colegas europeos como demuestran sus numerosas estancias en París),
y toda la violencia y extremada crueldad que se descubrió al finalizar el conflicto, cuyo
mejor ejemplo podría ser el infame campo de exterminio de Auschwitz.
Tanto en Estados Unidos como en Europa surgieron estos nuevos movimientos
plenamente conscientes de que era imposible continuar una evolución respecto a las
corrientes anteriores, bien porque Europa se había quedado huérfana de algunos de sus
mejores artistas (que en el mejor de los casos tuvieron que exiliarse a Estados Unidos) o bien
porque el país norteamericano recibía ahora de primera mano la influencia de esos pintores
europeos que convirtieron Nueva York en la nueva capital de arte. Esta traslación provocaría
también que el foco principal del arte pasara a situarse en un territorio que con anterioridad
no había sido conocido por su capitalización de algún movimiento artístico.
En definitiva, se puede apreciar como en muy pocos años se da lugar a un conjunto
de rapidísimos cambios que dentro del contexto histórico provocaron un cambio en el
paradigma de las artes de vanguardia, dando lugar tanto a este Expresionismo abstracto
norteamericano (y a su vástago, la Abstracción postpictórica, aunque renegara de él) y el
Informalismo europeo, que no tiene que ser entendido como respuesta sino como un
movimiento paralelo con el que comparte tanto similitudes como diferencias.
Por otro lado, tampoco hay que entender a estas corrientes artísticas como bloques
monolíticos, sino que en ellas se agrupan una serie de artistas con intenciones y sentimientos
similares, motivados por las mismas causas, pero que no se atienen a un código artístico
rígido como podría ser el surrealismo, sino que establecen una serie de pautas propias para
con su obra. Como se ha visto, aunque ambos se encuentren dentro del Expresionismo
abstracto, las pinturas de Jackson Pollock y de Mark Rothko tienen poco que ver a simple
vista, de igual forma que si se compara Grito nº 7 (Figura 2) de Antonio Saura con Pintura
(Figura 3) de Tàpies podría parecer que pertenecen a grupos o estilos diferentes. Sin
embargo, todos ellos son parte de una misma tendencia inspirada por los mismos patrones, y
al igual que Saura usaba técnicas de Pollock para sus cuadros, Tàpies conformaba parte de su
obra con una serie de materiales que nunca fueron usados por Rothko.
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De esta forma puede deducirse también que estos movimientos se caracterizan por
una libertad casi absoluta a la hora de enfrentarse a la obra, así como la forma de abordarla y
finalmente terminarla.

Tratando las diferencias, a pesar de que ambos estilos parten de esa experiencia
sentimental similar, la forma de responder a esa motivación dista bastante entre los
norteamericanos y los europeos. Mientras que las obras de Pollock son muralísticas, enormes
y con un evidente concepto de grandeza, los cuadros de los informalistas parecen responder
al trauma del pasado con una individualidad mucho más cerrada, oscura y relativamente
sucia si se entiende el uso de esos materiales diversos como arena o cristal, que parecen
otorgar una sensación de conglomerado diverso y triste a sus creaciones. En Pollock es raro
encontrar una obra que no esté impregnada de colores diversos y llamativos, sin embargo,
los cuadros de Saura suelen representar un universo oscuro lleno de grises y negros.
Obviamente el contexto era también muy distinto, los expresionistas norteamericanos
no tenían ninguna necesidad de denunciar su realidad, algo que en parte iría también en
contra de la abstracción, sin embargo, los informalistas españoles se movían en un ambiente
represivo y de censura, y cargaban a sus espaldas con múltiples ejemplos de arte amargo,
como podrían ser las Pinturas Negras de Goya o sus grabados de Los Desastres de la Guerra,
que tanto parecen haber condicionado a Antonio Saura.
Sean cuales sean las diferencias o similitudes de estas corrientes. Tanto el
Expresionismo abstracto como el Informalismo pueden representar, sin temor a exagerar, el
inicio de una nueva época mundial que tuvo que reconstruirse en todos sus ámbitos, no solo
en el apartado artístico. La abstracción, aunque no fuera un invento posterior a la guerra,
pudo conocer tras el fin del conflicto un nuevo soplo de aire fresco que influiría a todo el
mundo del arte, otorgando una nueva total libertad a toda una serie de creadores con
concepciones rompedoras y novedosas respecto a lo que debía significar el arte. Los cuadros
dejaron de tener que significar algo para poder pasar a representar cualquier cosa, o ni
siquiera eso, funcionaban únicamente como traductores de una serie de sentimientos
irracionales que el espectador podía modificar o interpretar a su manera.
Este nuevo ciclo artístico, de límites tan diluidos, podía aglutinar también a una serie
de artistas que se moverían por su periferia, entrando y saliendo del contorno de la
abstracción según sus propias apetencias o intereses, como demuestra la obra de Francis
Bacon, cuya influencia por parte de la abstracción es más que evidente a pesar de que casi
siempre se moviera en términos figurativos. De esta forma, el Expresionismo abstracto y el
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Informalismo no sólo supusieron una revolución para el mundo del arte, sino también para
los propios artistas, que consideraron aplicar una libertad absoluta que ellos mismo podían
sobrepasar siempre que lo consideraran oportuno.

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5. Bibliografía
-Libros y artículos:
Albarrán Diego, J. (2010). Estéticas de la resistencia en el último franquismo: entre la
investigación lingüística y la consolidación del movimiento asociativo. Artigrama. Nº
25. 549-564.
Baal-Teshuva, J. (2006). Rothko. Madrid, España: Taschen.
Ballesteros Arranz, E. (2013). Tendencias actuales de la pintura. Historia del arte
español – 57. Madrid, España: Hiares.
Blasco Nogues, B. (Ed.). (1992). Saura. El perro de Goya. Zaragoza, España:
Diputación General de Aragón y Consejería de Cultura y Educación.
Fernández Cabaleiro, B. (Ed.). (1998). Arte e identidades culturales. Oviedo, España:
Universidad de Oviedo.
Gombrich, E.H. (1950). La Historia del Arte. Zaragoza, España: Titivillus.
Lucie-Smith, E. (1984). Movimientos artísticos desde 1945. Barcelona, España:
Ediciones Destino.

-Recursos web:
Calvo Santos, M. (2015). Informalismo. 1950–1960. Recuperado de https://historia-
arte.com/movimientos/informalismo
González Gutiérrez, M. L. (2017). Francis Bacon y su estudio de Inocencio X.
Recuperado de https://www.seaic.org/profesionales/blogs/humanidades/francis-bacon-y-su-
estudio-de-inocencio-x.html
López Vizcaíno, D. (2015). Grito nº 7, de Antonio Saura. Recuperado de
http://artemagistral.blogspot.com/2015/11/grito-n-7-de-antonio-saura.html
MasDeArte. (2017-2019). El Rebobinador. Recuperado de
http://masdearte.com/especiales/expresionismo-abstracto-e-informalismo-las-cinco-
diferencias/ y https://masdearte.com/categorias-de-especiales/el-rebobinador/
Pastor, Isabel. (2017). Retrato del Papa Inocencio X. Recuperado de
https://www.lacamaradelarte.com/2017/02/retrato-del-papa-inocencio-x.html#comments
Torres Sifón, S. (2017). TÀPIES 1955-1967 en la galería Guillermo de Osma.
Recuperado de https://www.plataformadeartecontemporaneo.com/pac/tapies-1955-1967-en-
la-galeria-guillermo-de-osma/
Valeria. (2016). Informalismo europeo. Recuperado de
http://historiadelarteporvaleria.blogspot.com/2011/09/informalismo-europeo.html
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6. Anexos

Figura 1

Uno: Número 31, 1950 (1950). Jackson Pollock. Óleo y esmalte sobre tela. 2,68 m x 4,70 m.
MoMA. Nueva York, Estados Unidos. https://3minutosdearte.com/cuadros-
fundamentales/uno-numero-31-1950-1950-jackson-pollock/

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Figura 2

Grito n.º 7 (1959). Antonio Saura. Óleo sobre lienzo. 250 x 200 cm. Museo Reina Sofía,
Madrid, España. http://artemagistral.blogspot.com/2015/11/grito-n-7-de-antonio-saura.html

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Figura 3

Pintura (1955). Antoni Tàpies. Técnica mixta sobre lienzo. 96 x 145 cm. Museo Reina Sofía,
Madrid, España. https://temasycomentariosartepaeg.blogspot.com/p/el-informalismo-en-
espana-triunfo-de.html

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Figura 4

Estudio del retrato del Papa Inocencio X de Velázquez (1953). Francis Bacon. Óleo sobre
tela. 151 x
191 cms. Museo Des Moines Art Center. Iowa, Estados Unidos. https://historia-
arte.com/obras/estudio-del-retrato-del-papa-inocencio-x-de-velazquez

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