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Antecedentes De La Contabilidad En

Constructora
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II.1.- Antecedentes de la contabilidad en constructoras.

La contabilidad es una técnica que se ocupa de registrar, clasificar


y resumir las operaciones mercantiles de un negocio con el fin de
interpretar sus resultados. Como sabemos el origen de la
contabilidad es de hace muchos años, desde que el hombre se dio
cuenta de que su memoria no era suficiente para guardar la
información necesaria. Desde el año 6000 a.c. ya existían los
elementos necesarios para la actividad contable. En Grecia, Egipto
y en los Valles de Mesopotamia llevaban registros y operaciones
financieras de las empresas privadas y publicas en tablillas de
barro.

El objetivo de la contabilidad es proporcionar información a los


dueños y socios de un negocio …ver más…

Mixtos, cuando contengan una parte de los trabajos sobre la base


de precios unitarios y otra, a precio alzado.

II.3.- Tipos básicos de contratos de construcción.

Como ejemplos de contratos de construcción de un activo se


encuentran, entre otros, los de la construcción o fabricación de:

• Puentes • Edificios • Embarcaciones • Caminos

Como ejemplos de contratos de construcción de un grupo de


activos se encuentran, entre otros, los de la construcción o
fabricación de:

• Refinerías • Partes de una planta o equipo • Conjuntos


habitacionales • Conjuntos industriales

En términos generales, los contratos de construcción son aquellos


para la:

A. Construcción física de activos.

B. Prestación de servicios que están directamente relacionados


con la construcción de un activo, entre otros:

Servicios de administración de proyecto.

Servicios de ingeniería técnica

Diseño arquitectónicos

C. Destrucción, inclusive demolición, y restauración de activos y su


entorno.

D. Fabricación o producción de ciertos bienes de capital.

Contrato a precio fijo o alzado.

Administración

Precio unitario

Financiamiento
La construcción se constituye como uno de los sectores productivos
que mayor riqueza aporta a la sociedad, por su participación tanto
en la cantidad de empresas dedicadas a actividades directas y
relacionadas (cerca de 14.000 establecimientos en Bolivia), así como
por el efecto multiplicador generado por la mano de obra
empleada. Por ello a nivel internacional se considera a este sector
industrial como el mayor empleador del mundo.

Como un antecedente de la situación que se vive en el sector, los representantes


de gremios productivos, constructores, empresas productoras y ferreterías insisten 
que la construcción esta de caída por la pandemia y se vive una paulatina
desaceleración del sector, llegando a los números rojos y provocando el cierre de
empresas y por ende la perdida de empleos y desmoronamiento del sistema
productivo. Algunas empresas constructoras, señalan que de crecer un 18% el 2015
a estar apunto de cerrar este 2020, por las pandemias y coyuntura política.

La Cámara Boliviana de la Construcción (CABOCO), a través de su presidente Luis


Bustillos, señala, que el sector de la construcción esta en  un riesgo entre presiones
de impuestos de una inminente caída y extinción acelerada del empresariado
constructor privado nacional, a causa de la desatención de las autoridades
nacionales. “Esta situación oportunamente evaluada y exigida en reiteradas
oportunidades, sin una señal de sosiego originada desde el Estado”, manifiesto
Bustillos.

De igual forma, se reactivarán otros sectores que forman parte de la cadena de


producción del sector como registros de la propiedad y notarias. Estas últimas ya
están operando desde el jueves 23 de abril del 2020 tras la resolución del Consejo
Nacional de la Judicatura, que establece “autorizar a las y los notarios el
otorgamiento de escrituras públicas de promesa de compra y venta de bienes
inmuebles durante la emergencia sanitaria por covid-19”.
Dentro de la problemática del sector muestra un escenario donde se configura
única y exclusivamente en la falta de cancelación de planillas de pago, liberación de
garantías de obras concluidas, baja ejecución de la inversión pública programada y
otros aspectos relacionados con la seguridad jurídica, que no están siendo
cumplidos a cabalidad por los diferentes contratantes, tanto del Gobierno Central
como de los gobiernos Subnacionales.

Con datos del Banco Central de Bolivia (BCB), así como del Instituto Nacional de
Estadista (INE), los constructores muestran que, al primer trimestre del 2020, la
caída en el sector construcción (-19.21%), fue profundizada aún más por menores
desembolsos de créditos destinados a este sector en el sistema financiero nacional,
por otra parte, el presupuesto programado de inversión pública en 2020 es menor
en 17.5% con respecto a la gestión anterior. Con todos estos índices
desalentadores el BCB ha previsto una contracción del sector de la construcción de
un 18%.

Además citan un informe del Servicio de Impuestos Nacionales sobre la población


desocupada cesante afectada por la cuarentena en el sector de la construcción,
desde el mes de abril a julio, la misma que bordea los 200 mil trabajadores de la
construcción, cuando en años anteriores la construcción era un líder en la
generación del empleo, esta afectación, alcanzará no solo al empresario sino
también a las familias de los trabajadores cuyos ingresos dependen de la ejecución
de obras de construcción.

“Es altamente preocupante que, además de todos los datos desalentadores que se
tienen para el futuro del sector, los constructores deben lidiar con los abusos de los
contratantes, que no cumplen con sus obligaciones de pago oportuno, y que
exigen muchas veces con amenazas de cobro de garantías se ejecuten las obras,
aspecto que definitivamente va en contra de los derechos del contratista”, señaló
Bustillos.

La entidad pública contratante y el contratista, conocen cual es el beneficio que


esperan obtener del contrato de obra, para la entidad, será el logro de los fines del
Estado y para el contratista, la obtención de un beneficio económico legítimo y
justo y a su favor por la obra ejecutada, como también está establecida en la
Constitución Política del Estado.

De igual forma ante los retrasos en los pagos de los contratos, reclaman el
cumplimiento del Decreto Supremo No. 0181, otras normas modificatorias y el
Documento Base de Contratación (modelo de contrato), que especifican que el
pago será “paralelo al progreso de la obra”, a este fin mensualmente el contratista
a los 5 días hábiles del mes vencido presenta su planilla de avance de obra,
debidamente respaldada y firmada, para el proceso de pago, el mismo que no
debería extenderse más de 45 días calendario.

“No se trata de exigir sin dar, más al contrario se exige cuando se cumple, es por
todo lo explicado que como constructores haremos valer nuestros derechos por el
bien de nuestro sector, y de las más de un millón de personas que viven de la
actividad de la construcción, y lo más importante el bienestar económico de
nuestro país, porque no olvidemos que el sector que más mueve la economía y
genera empleo en una situación de estado normal, es la Construcción”, concluye el
Bustillos.

Grandes perdidas

El paro de actividades en el país a consecuencia de la emergencia sanitaria por la


pandemia del coronavirus representa una pérdida económica de al menos 3.000
millones de bolivianos para el sector de la construcción.

Esta situación pone en riesgo  de cierre a más del 90 % de las empresas


constructoras, la mayoría pequeñas. Ante esta situación, y con la finalidad de evitar
el cierre de empresas y mantener los niveles de empleo cuando finalice el periodo
de cuarentena, se propone habilitar una línea de crédito de liquidez de emergencia
de hasta 7.000 millones de bolivianos a través del Banco Unión orientado a otorgar
préstamos de apoyo a las empresas.

La propuesta apunta a priorizar las pequeñas y medianas empresas para que


puedan cumplir sus obligaciones entre correspondientes al periodo comprendido
entre abril y junio. La tasa de interés sería del 1 % a cinco años plazo, con un año
de periodo de gracia.

Para Bustillos el país se encuentra en un momento extraordinario y debe ser


acompañado con medidas extraordinarias. “El Banco Central de Bolivia (BCB) tiene
que prestar esa plata”, afirma, a tiempo de mencionar que el BCB también tiene la
capacidad de controlar una posible tensión inflacionaria ante el aumento de la base
monetaria.

El presidente de Coboco señala que la inyección de liquidez a las empresas del


sector de la construcción debe ser inmediato, pues de esa manera se podrá
enfrentar un periodo de post cuarentena que será más complejo. No adoptar esta
medida significaría la pérdida de 250.000 a 300.000 empleos en toda Bolivia.

“Es una enorme responsabilidad por sus potenciales consecuencias futuras que el
Gobierno puede no querer asumir en solitario, para lo que proponemos como
constructores la convocatoria a todas las organizaciones políticas, sociales,
empresariales, académicas y laborales de Bolivia para suscribir un gran Acuerdo
Nacional contra el coronavirus COVID-19”, admitió Bustillos.

Sugieren usar Bs 12.000 MM destinados a Planta de Propileno en obras que


demanden mano de obra nacional. Como una medida de salida a la crisis generada
por el coronavirus y una inversión de emergencia con un monto de 10.000 MM que
permita la ejecución de obras y proyectos que demanden mano nacional, además
de dar continuidad a otros proyectos paralizados por el ingreso de la pandemia.

Caboco  advierte que los recursos destinados a la construcción de dichas plantas


serán utilizados por empresas y profesionales extranjeros, tal como ocurrió durante
la construcción de la planta de urea y amoniaco.

“Lo que nosotros estamos planteando es generar, con esos mismos recursos que se
estaban dando a esa obra, trabajo para el boliviano, con materiales que tenemos
en Bolivia, esto significa escuelas, hospitales, postas sanitarias, donde el país
genera una gran cantidad de mano de obra que eso es lo que nos interesa”, explicó
Bustillos.

Se requiere que el estado inyecte recursos para invertir en la construcción de


infraestructura, con este fin se tendría que echar mano a el ahorro del subsidio de
la compra de combustible, estamos al pie de una de las crisis más agudas donde el
capital privado esta por acabarse y no hay una respuesta concreta del estado.

Constructores y la necesidad de inversión

Gerente general en Compañía de Tecnología E Ingeniería Boliviana S.R.L… COTIB


SRL,  Franklin Pérez reconoce la necesidad que la inversión pública es fundamental
para el funcionamiento de una economía, pero que en el caso de Bolivia
lamentablemente no se la está haciendo.

A raíz de los conflictos político-sociales de octubre y noviembre de 2019 y la


pandemia del coronavirus, a partir de marzo de este año el aparato productivo está
paralizado, uno de los sectores más afectados es el de la construcción.

Según Pérez que para reactivar la economía boliviana el Gobierno debe cancelar a
las empresas constructoras las deudas pendientes de las planillas adeudadas desde
septiembre de 2019, monto que asciende a Bs 2.500 millones.

Las instituciones contratantes a la fecha no han realizado los desembolsos que


corresponden a las obras que se han terminado hace mucho tiempo. Hace más de
seis meses que están en ejecución algunas. Entonces la situación es muy crítica del
sector de la construcción puesto que no hay la cancelación de las planillas y
nosotros hemos tenido que cubrir a proveedores, mano de obra, a la banca,
impuestos con créditos inclusive, crédito de la banca, créditos personales, etcétera.
De tal manera que la situación es muy dura para el sector constructor, muchos ya
se están deshaciendo de su patrimonio, con relación a la crisis de octubre,
noviembre de 2019, hasta ese entonces no estaban canceladas la planillas, luego
viene el tema de la pandemia. “Pese al cambio de gobierno de transición, igual
estamos en la misma situación, no se ha avanzado absolutamente nada respecto al
pago que corresponde a planillas”, advirtió Pérez.

El apoyo del gobierno a este sector es la postergación de los tributos, algo que el
sector celebro es la flexibilidad de la banca respecto al diferimiento de el pago de
los créditos hasta diciembre. Con un mayor apoyo a este sector y
fundamentalmente cubrir algo que se ha trabajado, que está ejecutado inclusive
obras que ya están terminadas, de tal manera que son esos temas los que
complican al sector constructor y esperamos pues que tengamos con el Gobierno
el acercamiento.

Hay ofrecimientos de créditos que ellos están consiguiendo, de tal manera que se
pueda cubrir todas las obligaciones y es una parte importante que se cancele todo
lo adeudado a la fecha.

Según Pérez se debe hacer un trabajo conjunto entre sector público y privado, la
actividad privada está recuperándose, se están volviendo a inyectar de alguna
manera algunos fondos para culminar algunos proyectos que se han iniciado; pero
el diálogo franco con el Gobierno para poder empezar a reactivar el sector, pero
hoy el tema de liquidez es central para la construcción, de tal manera que se pueda
llegar a una sinergia entre el Gobierno y constructor y consensuar algunos
acuerdos que permitan en plazos determinados poder reiniciar actividades para
poder generar fuentes de empleo de manera directa e indirecta.

Las obras terminadas en el país puede llegar al 50%, en global de obras terminadas
y obras en ejecución son en valor de Bs 2.500 millones, lo mínimo que se debe a las
empresas, desde septiembre a la fecha, han ido desembolsando muy poco, no
corresponden ni siquiera a un 10% de esto, entonces es fuerte todavía la deuda
que se tiene. “Lo que interesa es dar una solución a este tema fijando un
cronograma de desembolsos que sean más adecuados que nos permitan ayudar
con la liquidez, ver nuevos proyectos también con el Gobierno”, puntualizó Pérez.

Encaminando la construcción

Uno de los indicadores de la evolución y desarrollo de la actividad constructiva son


los permisos otorgados por los Gobiernos Municipales para poder realizar obras en
las ciudades, ya sean nuevas o refacciones.
Tradicionalmente, el INE levantaba esta información en base a los datos entregados
por los Gobiernos Municipales de las Capitales de Departamento, reflejando
parcialmente la evolución de la actividad.

Por primera vez muestra información de los permisos de la construcción


entregados por otros municipios de ciudades intermedias, lo que permite tener
una idea más exacta de la evolución presente y futura de la actividad de la
construcción.

En el caso de los Municipios de Montero, Warnes, El Torno, Cotoca, Porongo y La


Guardia que cubren el área metropolitana de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra,
se evidencia que desde el año 2015 y que curiosamente la pública de manera
íntegra y desagregada solo el 2019. Entrando en el análisis de los datos y con la
información agregada de los nuevos Municipios desde el año 2013 en algunos
casos, se observa que los permisos de construcción otorgados por los Gobiernos
Municipales (medidos en metros cuadrados) tienen una tendencia creciente hasta
el año 2016, momento en el que comienza a descender.

Del total de metros cuadrados autorizados para construir pasa de 2.591.333 el año
2013 hasta 2.844.322 metros cuadrados el año 2019, aunque el punto más alto se
alcanzó el año 2016 con 3.350.030 metros cuadrados.

Los nuevos permiten ver el peso que tienen el resto de los Municipios que relevan
información y que conforman las áreas metropolitanas de las principales ciudades
del país, que el año 2019 representaron el 27,28 % del total de los metros
cuadrados autorizados en Bolivia. En el área metropolitana de Santa Cruz, a partir
del año 2015 que evidencia la dinámica importante de la construcción en los
Municipios del área metropolitana, que en conjunto superan a los permisos
otorgados por la Ciudad Capital, como se evidencia en la siguiente gráfica:

El año 2019 en el Departamento de Santa Cruz, se otorgaron permisos de


construcción por un total de 617.931 metros cuadrados, correspondiendo a los
Municipios del área metropolitana el 61.62% del total y a la ciudad de Santa Cruz
de la Sierra el 38.38%, lo que nos da una idea del peculiar fenómeno de expansión
urbana de la ciudad capital del departamento.

Otro dato a destacar es la impresionante caída que se produce en los permisos de


construcción otorgados, medidos en metros cuadrados, en la ciudad de Santa Cruz
de la Sierra, pues pasa de tener 1.033.533 metros cuadrados el año 2013 a sólo
237.161 metros cuadrados el año 2019, esto es una disminución del 77.05% en la
superficie autorizada para construir.
Por la novedad de la información y su utilidad para el desarrollo de actividades
constructivas en la región, se presentan a continuación los gráficos de la evolución
de los metros cuadrados en permisos de construcción en los Municipios cruceños
desde que se levantan estos datos: Warnes se destaca por la tendencia creciente.

El año 2019 autorizó permisos de construcción por 163.527 metros cuadrados, que
para ponerlos en perspectiva, equivalen al 68.95% de los permisos que otorgó la
ciudad de Santa Cruz de la Sierra ese mismo año. Respecto a los otros 3
Municipios, se debe destacar que Porongo entregó permisos de construcción por
157.120 metros cuadrados la gestión 2017.

Después de varios meses complicados, el sector comienza a


dinamizarse. Como consecuencia de la emergencia sanitaria, casi
todo el movimiento se paralizó. Posterior a la   flexibilización de las
medidas restrictivas,   en la urbe cruceña se comienzan a ver ofertas
de inmuebles a precios más accesibles que antes.

La pandemia obligó al Gobierno a paralizar todo tipo de actividades económicas. Si


bien la medida evitó que el virus se extienda más, afectó a varios negocios.

Los factores que perjudicaron, tanto a la oferta como a la demanda, de bienes


inmuebles han sido la inestabilidad económica, el desempleo y la crisis que vive el
sector de la construcción. A pesar de ello, las empresas inmobiliarias están
reanudando sus actividades.

La Cámara Inmobiliaria de Santa Cruz (Caincruz) da fe de esto. Desde la institución


que aglutina a todos los actores de este sector indicaron que, en la actualidad el
mercado se está dinamizando positivamente.

“Hemos visto un gran repunte en alquileres para vivienda, oficinas y las ventas con
crédito de vivienda social están en movimiento constante”, señaló la vocera de
Caincruz, Alicia Yabeta, secretaria general de la institución.

Las reducciones

Entre octubre y la mitad de este año, el sector sufrió varios desequilibrios. Primero
fueron los conflictos sociales generados en 2019 por las fallidas elecciones y
segundo, la aparición del coronavirus.
“El año pasado tuvimos una desaceleración debido a varios factores, entre ellos la
incertidumbre ante las elecciones nacionales de octubre. Luego vimos que a
mediados de agosto estábamos bajando las ventas y transacciones en general,
debido a que los compradores o interesados en un inmueble, preferían esperar los
resultados de las elecciones para tomar sus decisiones. Ya sabemos cómo termino
el año”, indicaron desde Caincruz.

Por su parte, las empresas inmobiliarias informaron que, durante los meses de
enero a julio, hubo un decrecimiento en las ventas del 9% en relación a la gestión
pasada. Las transacciones no se realizan con la misma premura que antes, la
inestabilidad laboral, despidos y reducción de sueldos, han propiciado que el
sector se mueva de manera lenta.

“En 2019, la situación era diferente, la gente tomaba la decisión de invertir más
rápido que hoy en día. Si bien ya había una sobreoferta inmobiliaria, los
compradores, inversionistas o inquilinos, tenían claras sus decisiones. Ahora hay
muchos más inmuebles en oferta en el mercado inmobiliario, por lo tanto, las
personas pueden tomarse su tiempo y buscar, para hacer una buena inversión”,
dijo Emilio Prieto, Office Training Coordinator-OTC y Asesor Inmobiliario de
Century 21.

Otras cifras que podrían ser beneficiosas para aumentar la demanda es la


diminución en los precios de venta que bajaron un 12%, mientras que los alquileres
disminuyeron un 8%.

La oferta y demanda

En la actualidad, la mayor demanda se inclina por las casas o departamentos en


alquiler, con precios entre los 350 y los 700 dólares.

La incertidumbre que genera la inestabilidad laboral, provocó que el interés por los
alquileres vaya en aumento pues, según la realidad económica, muchos no saben si
podrán cumplir con las cuotas de un crédito de vivienda.

Aunque el índice de ventas todavía sea bajo (en relación a la gestión pasada), las
empresas de bienes raíces considera que una propiedad siempre será una buena
opción para invertir, porque el valor de la misma va en crecimiento con el tiempo.

Por otro lado, la zona norte de la ciudad, continua siendo la de mayor preferencia
tanto para viviendas (en condominio cerrado) como locales comerciales u oficinas.
Respecto a los alquileres, Prieto señaló que “el alquiler, ayuda a medir cómo se va
comportar el mercado de aquí a un corto plazo, un tiempo estimado de uno a dos
años”.

Medidas de bioseguridad

La Caincruz informó que se elaboró un protocolo de bioseguridad, el cual fue


aprobado por el SEDES-Santa Cruz con el objetivo de resguardar, tanto la salud de
los propietarios, los agentes inmobiliarios y clientes.

Algunas de las medidas que las empresas inmobiliarias deben cumplir para no
exponer la salud de las personas son, el uso obligatorio de barbijo en las visitas a
los inmuebles; desinfectarse las manos con alcohol al 70%; igualmente, no se
aceptan más de dos personas y tampoco la asistencia de niños.

En este contexto, algunos agentes han desarrollado dinámicas previas al recorrido


por los inmuebles como el envío de fotografías y videos de las propiedades de
interés para el futuro comprador o inquilino.

Respecto a financiamientos

Debido a las medidas de aislamiento, las transacciones de compra-venta, o


aprobación de créditos, quedaron paralizadas. Con  la reactivación del sector, las
entidades bancarias están analizando nuevamente los requisitos presentados de
cara a una nueva realidad económica y según las medidas establecidas por el
gobierno.

“Los bancos están siendo más cautos a la hora de revisar el nivel crediticio del
comprador. Son celosos con el crédito de vivienda social. Porque si se da crédito, al
100%, a un comprador que no podrá pagar, solo se generará una fuerte oferta de
inmuebles que el banco tendría que rematar y esto repercutiría en el mercado,
porque podría provocar una caída de precios”, se dijo desde Caincruz

Ahora, solo se logra un financiamiento del 80%, el 20% restante debe ser cancelado
en su totalidad.

Por su parte, Oliver Viera, presidente de RE/MAX Bolivia, expresó que “las personas
más afectadas con el nuevo proceder del  sistema bancario son aquellas que tienen
un crédito de vivienda social entre los 50.000 a 80.000 dólares, porque
anteriormente se otorgaba un plazo de 20 años, ahora se redujo. También están
teniendo cuidado en el desembolso, porque no saben si la persona podrá cumplir
con el pago de cuotas o no”.

Ley de Diferimiento

Una de las medidas lanzadas por el Gobierno y que ayudarían a sobrellevar este
momento de crisis es la Ley de diferimientos de pagos de créditos.

De manera oficial, la presidenta Jeanine Áñez promulgó la  Ley No. 1294, del 1 de
abril de 2020, denominada ´Ley Excepcional de Diferimiento de Pagos de Créditos y
Reducción Temporal del Pago de Servicios Básicos´, la cual establece la
postergación en los pagos de créditos bancarios, hasta el 31 de diciembre de este
año.

La medida se tomó para ayudar a las personas que, por efectos de la emergencia
sanitaria, no tuvieron ingresos y tienen deudas con los bancos. La norma alcanza a
todos los prestatarios del sistema financiero.

Repercusiones del sector constructor

Al estar vinculadas ambas actividades, la crisis existente en la construcción podría


afectar a los bienes raíces.

La Cámara Boliviana de la Construcción (Caboco) habló acerca de la crisis que vive


el sector. Aseguró que “el proceso es lento, porque no se llega ni al 30% de un
reactivación de empresas, el desempleo fue muy alto, entre los meses de abril y
julio se cuenta con un aproximado de 200 mil personas que han dejado de trabajar
en construcción, el PIB del sector al primer trimestre esta en -19.71%, cuando antes
era uno de los más importantes en la participación del PIB”.

Proyecciones

“Creemos que los precios se van a ajustar hasta fin de año. Los cambios, después
de las elecciones, serán fundamentales. Por ahora tenemos una incertidumbre
referente a los incentivos que vaya a activar el nuevo gobierno, porque de ello
dependerá mucho cómo podamos proyectar el año 2021, pero mantenemos una
visión muy positiva de lo que pasará en el mercado inmobiliario de Santa Cruz”,
indicó la vocera de Caincruz.
Por otro lado, se habla mucho sobre la brecha de precios que existía respecto al
monto establecido por el vendedor y el que estaba dispuesto a pagar el
comprador.

Ahora, como resultado de la crisis, ambas partes buscan encontrar un punto de


equilibro que sea de beneficio para ambos, porque las mejores ofertas son las que
ayudan al cierre de ventas.
1.- DEFINICION DE EMPRESA CONSTRUCTORA. Definición de empresa del Diccionario de la Real
Academia de la Lengua: 4ª acepción: “Casa o sociedad mercantil o industrial fundada para
emprender o para llevar a cabo construcciones, negocios o proyectos de importancia. 6ª acepción:
“Entidad integrada por el capital y el trabajo como factores de producción y dedicada a actividades
industriales mercantiles o prestación de servicios generalmente con fines lucrativos y con la
consiguiente responsabilidad. Las actividades en el sector de la construcción tienen un carácter
marcadamente específico. Cada obra es normalmente distinta de todas las demás. Cada obra
puede considerarse como una unidad de negocio independiente. La empresa aglutina todas estas
unidades de negocio contratadas de forma independiente, a precio diferente, con plazos
diferentes, con distinta localización geográfica, tipología y resultado final. Como características
intrínsecas de la empresa constructora se pueden destacar las siguientes: - La venta es anterior a
la producción, pues el constructor antes de construir ha de obtener el encargo o adjudicación de
tal construcción aunque el precio final se determina en la liquidación. - Plazos de ejecución
inducido. La propiedad privada y la Administración Pública (y sus proyectistas) deciden cuándo,
cómo y qué hay que construir. - Cada obra es distinta en su forma, contenido y ubicación. -
Amplitud de delegación y cierta dificultad de control para la separación física de las obras. 3
Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas - Dependencia de la climatología, que dificulta la
ocupación uniforme tanto de personal como de medios auxiliares. - Gran rotación de personal y de
capital. Una Empresa Constructora es un SOCIEDAD que recibe recursos económicos de sus
ACCIONISTAS y los emplea en la EJECUCION DE OBRAS para obtener un BENEFICIO del que parte
devuelve como dividendos al Accionista para remunerar el Capital aportado. La razón de ser una
empresa constructora es la EJECUCION DE OBRAS a través de los CONTRATOS DE OBRA. ES OBJETO
DE TODO CONTRATO DE OBRA LA EJECUCION DE UNA OBRA CON LA CALIDAD EXIGIDA, EN EL
PLAZO CONVENIDO Y CON EL BENEFICIO ESTIMADO. PLAZO y CALIDAD son compromisos de la
Empresa Constructora con su Cliente. BENEFICIO es compromiso de la Empresa Constructora con
sus Accionistas. Para ejecutar una obra es imprescindible que exista un PROYECTO en donde se
recojan las especificaciones y características de la futura obra. Partimos de que existe PROYECTO,
adjudicado por un PRESUPUESTO que hay que EJECUTAR. El sector de la construcción tiene gran
importancia dentro de la economía de cualquier país. En una distribución sectorial, la construcción
es una rama del Sector Secundario o Industrial. El mayor avance en el uso de materiales se
produce a finales del Siglo XIX, al aparecer el hormigón armado, cuando se inician obras atrevidas
y colosales, con gran avance tecnológico de los medios y sistemas constructivos.

1. Para elaborar las normas de adaptación del Plan General de Contabilidad


a las especiales características de las Empresas constructoras se ha
constituido un grupo de trabajo formado por expertos que han desarrollado
sus trabajos en el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas. En el
transcurso de las reuniones celebradas se han estudiado las diversas
cuestiones que plantea la materia, profundizando en los problemas más
típicos de la actividad de construcción y proponiendo en cada caso las
soluciones que se juzgan más razonables.
Fruto de todas estas tareas son las presentes normas de adaptación, las
cuales contemplan las transacciones de las Empresas constructoras con los
diversos agentes económicos, facilitando al final del ejercicio, mediante el
adecuado proceso de cálculo, la información externa que contienen las
cuentas anuales.

Obvio es decir que estas normas de adaptación, como todas las que se
formulen por el Instituto, están abiertas para recoger las innovaciones que
proceda. Todo dependerá de la evolución de las Empresas constructoras, de
los cambios que experimenten en el tiempo sus propias variables, del
progreso contable y, muy especialmente, de las sugerencias de
profesionales y expertos apoyadas en sus observaciones al aplicar el
modelo.

Estas normas tienen como base de elaboración los principios, la estructura y


la sistemática del Plan General de Contabilidad, aprobado por el Real
Decreto 1643/1990, de 20 de diciembre, que constituye el desarrollo en
materia contable de la legislación mercantil; es decir, ambas normas están
ajustadas a las correspondientes disposiciones de la Ley 19/1989, de 25 de
julio, de reforma parcial y adaptación de la legislación mercantil a las
Directivas de la CEE y, por tanto, a las Directivas comunitarias.

2. Las presentes normas de adaptación se aplicarán a las Empresas que


realicen las actividades que a continuación se incluyen de acuerdo con la
denominación contenida en el Real Decreto 1560/1992, de 18 de diciembre,
por el que se aprueba la Clasificación Nacional de Actividades Económicas. A
estos efectos, se ha recogido la numeración y denominación incluidas en el
citado Real Decreto, y han sido definidas por el grupo de trabajo de la
siguiente forma:

45.1 Preparación de obras.-Demolición y movimiento de tierras,


perforaciones y sondeos.

45.2 Construcción general de inmuebles y obras de ingeniería civil.-


Construcción general de edificios y obras singulares de ingeniería civil
(puentes, túneles...), construcción de cubiertas y de estructuras de
cerramiento, construcción de autopistas, carreteras, campos de aterrizaje,
vías férreas y centros deportivos, y otras construcciones especializadas.

45.3 Instalaciones de edificios y obras. -Instalaciones eléctricas, aislamiento


térmico, acústico y antivibratorio, fontanería e instalación de climatización y
otras instalaciones de edificios y obras.

45.4 Acabado de edificios y obras. -Revocamientos, instalaciones de


carpintería, revestimientos de suelos y paredes, acristalamiento y pintura y
otros trabajos de acabados de edificios y obras.

45.5 Alquiler de equipo de construcción o demolición dotado de operario.


-Alquiler de equipo de construcción o demolición dotado de operario.

La actividad constructora en muchas Empresas se realiza simultáneamente


con la inmobiliaria; por ello es necesario señalar la dificultad que entraña el
perseguir un objetivo común en la planificación contable de dos sectores,
construcción y promoción inmobilaria, cuyas actividades, si bien muy
interrelacionadas, son distintas. Se ha decidido la elaboración de dos
adaptaciones sectoriales, una para cada sector, que estudiarán las
soluciones más idóneas a las peculiaridades de cada uno de ellos, sin
perjuicio de las conexiones que necesariamente tienen que existir.

La concurrencia de varias actividades con adaptaciones sectoriales diferentes


en una misma Empresa puede suscitar algunas dificultades técnicas que
conviene mencionar. Esta concurrencia, que no es exclusiva de las Empresas
constructuras, sino que se presenta en otras muchas de diversas
actividades, tiene que ser objeto de un estudio profundo con objeto de
formular una solución adecuada. Obviamente, el plan contable de la
Empresa debe ser único, aunque con las especificaciones que permitan
establecer los datos económicos en armonía con las distintas actividades o
explotaciones que se realicen. Desde el punto de vista técnico, se precisa
ensamblar dos o más adaptaciones sectoriales para constituir un texto único
como resultado de la conjunción armónica y coherente de todas ellas. Habrá
que formular un cuadro de cuentas único, incluso alterando la codificación
cuando fuera necesario. Del mismo modo, habrá que revisar las relaciones
contables para introducir las modificaciones que exige la propia síntesis que
se realiza. Y, en cuanto a las cuentas anuales, su estructura habrá de
acomodarse, aplicando una buena técnica de agregación, a los modelos
contenidos en las correspondientes adaptaciones sectoriales.

Conviene advertir, por tanto, que en los casos de doble actividad, esto es,
actividad de construcción y actividad inmobiliaria, se aplicarán,
respectivamente, las normas de adaptación correspondientes a cada una de
ellas, sin perjuicio de que en futuras adaptaciones sectoriales,
particularmente en las relacionadas con el sector de construcción, como es
la adaptación sectorial a las Empresas inmobiliarias, se establezclan
mecanismos normalizadores para ensamblar las adaptaciones sectoriales
aplicables a aquellas Empresas en las que concurran varias actividades; y
sin perjuicio, asimismo, de las posibles normas de desarrollo que pueda
elaborar el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas sobre el
tratamiento de la multiactividad en las Empresas.

3. La adaptación del Plan General de Contabilidad al sector de construcción


ha venido impuesta por:
Las características diferenciales que ofrece este sector respecto a otros
sectores de actividad, fundamentalmente porque sus operaciones se
encuentran a medio camino entre las propiamente industriales y las de
servicios.

La proliferación de unidades económicas que desarrollan su actividad dentro


de este sector.

La participación del factor humano en el proceso productivo alcanza el


mayor porcentaje de población activa dentro del sector industrial.

Su contribución a la formación del Producto Nacional Bruto.


La demanda de primera materia, que es muy diversificada, tratando
materiales de la más variada especie.
La existencia de una gran multiplicidad de clases de construcción.

Entre las características básicas del sector de construcción podemos citar:

- La realización de trabajos por pedido.

- El largo plazo del proceso productivo que puede cifrarse, en términos


medios, entre doce y veinticuatro meses para las obras de edificación
urbana, y de dos a cuatro años para las obras públicas.

- La incertidumbre del precio, debido, de un lado, a que el largo plazo de


producción obliga a la revisión periódica de precios y, de otro, a la frecuente
necesidad de adaptación y modificación del proyecto a lo largo de la
ejecución de la obra.

- La magnitud en términos absolutos del precio de cada pedido, lo que


implica, en muchas ocasiones, la necesidad de concentrar en un solo
proyecto grandes medios, tanto personales, materiales e instrumentales
como financieros.
De esta situación se ha derivado una práctica muy común en el sector de
construcción como es la de trabajar varias Empresas conjuntamente, en
régimen de unión temporal de Empresas (UTES). Posiblemente las Empresas
de este sector son las que más han utilizado esta normativa establecida en
la Ley 18/1982, de 26 de mayo (modificada por la Ley 12/1991, de 29 de
abril, de Agrupaciones de Interés Económico).

- La disposición especial de los Centro de trabajo. En el sector de


construcción, cada obra equivale a una planta industrial de cualquier otro
sector. Y cada obra surge allí donde realmente se necesita, allí donde
precisamente se demanda.

- El carácter complejo de las actividades que normalmente se realizan desde


una Empresa constructora. La actividad principal, que es la de ejecución de
obras como contratista, se ve complementada con acciones de promoción
directa, actividades de estudio y desarrollo de proyectos propios y ajenos,
realización de funciones específicas de la industria auxiliar, etc.

Un número cada vez mayor de contratistas generales ha puesto en práctica


la política económica de subcontratar una parte importante de sus proyectos
de construcción a subcontratistas.

4. El grupo de trabajo que ha estudiado la adaptación del Plan General de


Contabilidad fue consciente desde el primer momento de que las
peculiaridades del sector de construcción requerían de un detallado estudio
de aquellos hechos económicos propios de las Empresas constructoras que
el Plan General de Contabilidad no podía contemplar.
Aunque se han valorado los criterios expuestos por los distintos
componentes del grupo de trabajo, en las decisiones adoptadas han primado
aquellos que, de acuerdo con las líneas marcadas por el Plan General de
Contabilidad y atendiendo a la naturaleza de los hechos, permiten lograr un
auténtico reflejo contable de su significación económica y financiera.

II.

5. Las normas de adaptación del Plan General de Contabilidad a las


Empresas constructoras tienen la misma estructura que aquél. Contienen
cinco partes:

- Principios contables.
- Cuadro de cuentas.
- Definiciones y relaciones contables.
- Cuentas anuales.
- Normas de valoración.

6. La primera parte, principios contables, no contiene modificaciones


respecto del texto del Plan General de Contabilidad ya que desarrolla,
sistematiza y complementa lo dispuesto en el artículo 38 del Código de
Comercio, aplicable a todo tipo de empresarios.

7. La segunda parte, cuadro de cuentas, contiene las cuentas y subgrupos


específicos del sector que no figuran en el Plan General de Contabilidad y
aquellos otros que han sufrido algún tipo de adaptación, sin perjuicio de que
las Empresas del sector, en los casos en que determinadas operaciones así
lo exijan, tengan que servirse de otras cuentas incluidas en el Plan General
de Contabilidad.

Se han respetado en lo posible los títulos y la estructura de los subgrupos


del Plan General de Contabilidad, pero la elaboración de la adaptación
sectorial ha exigido, en algunos casos muy significativos, la modificación de
denominaciones de cuentas y el desglose de varias de ellas en cuentas de
cuatro dígitos. Además se han habilitado cuentas específicas de la actividad
de construcción.

8. En la tercera parte, definiciones y relaciones contables, para la


incorporación de la terminología propia de construcción, ha sido necesario
efectuar ciertos cambios en la definición y movimiento de algunas cuentas,
sobre todo las pertenecientes a los grupos 3, 4, 6 y 7.

En el grupo 1 hay pocas variaciones. Se ha introducido la cuenta 109.


<Fondo operativo> que registra principalmente el capital escriturado en el
acto fundacional de las uniones temporales de Empresas, teniendo la
peculiaridad de ser una cuenta para uso exclusivo de las UTES.

El grupo 2 no contiene variaciones dignas de interés.

El grupo 3 se refiere a las existencias propias de la actividad de


construcción. Merecen especial mención los subgrupos 30, 31, 33, 34, 35 y
37, que han sido modificados en su nomenclatura, definición y contenido;
así debe destacarse la inclusión de la cuenta 309, que recoge bienes que las
Empresas constructoras se ven obligadas a admitir de sus clientes en
compensación de deudas y que, por regla general, están representadas por
bienes inmuebles.
El subgrupo 31 incluye una serie de cuentas destinadas a contabilizar las
existencias que normalmente tendrán las Empresas constructoras para sus
necesidades de explotación.
El subgrupo 33 contiene los gastos iniciales de anteproyecto o proyecto en
los que incurre el contratista antes de que el contrato se formalice y
anteriores a su adjudicación.
Las particularidades del subgrupo 34. Obras en curso, quedan reflejadas
tanto en las normas de valoración como en el anexo que se ha introducido
en la memoria.
El subgrupo 37, específico de la actividad constructora, contiene todos
aquellos trabajos no directamente certificables que son necesarios para la
realización de la obra y están pendientes de incorporación a la misma.
No se han introducido en el grupo 3. Existencias, las cuentas de <productos
terminados> y <productos en curso>, por tratarse de conceptos que no se
utilizan generalmente en la actividad de construcción. No obstante, las
Empresas constructoras suelen realizar algunas actividades auxiliares de la
industria de la construcción en las que sí pueden producirse unos pequeños
<stocks> de productos en curso y terminados dispuestos para su utilización.
En este caso, las Empresas podrán habilitar las cuentas necesarias para
reflejar este tipo de actividad.

El grupo 4 ha sido objeto de varias modificaciones. A través del subgrupo


41, <Subcontratistas y otros acreedores varios>, se ha introducido un
concepto tan característico del sector de construcción como es el de la
subcontratación. La razón fundamental para su separación de los
proveedores ha sido la diferente naturaleza de sus prestaciones: No son
suministradores de mercancías y bienes, sino que están vinculados a la
Empresa por un contrato de arrendamiento para la ejecución de obra;
realizan una actividad de construcción para otras Empresas constructoras,
encargándose de la ejecución de parte de un proyecto. No obstante, el
desarrollo del subgrupo 41 a nivel de cuentas se ha hecho siguiendo el
criterio ya marcado en el subgrupo 40, <Proveedores>, siendo similares las
relaciones contables.
La cuenta 434 se habilita para recoger un tipo de clientes específico,
necesario para contabilizar los ingresos por obra ejecutada pendiente de
certificar, en función del método del porcentaje de realización que se
describe posteriormente. Por otra parte, la cuenta 439 recoge los importes
correspondientes a cerficicaciones de obra por anticipado.
En el subgrupo 49 se han introducido modificaciones derivadas de
provisiones de tráfico que son necesarias para el sector de construcción; se
trata de las provisiones para indemnizaciones por fin de obra,
indemnizaciones al personal, para terminación de obra y para pérdidas en
obras.

El grupo 5 sólo contiene una cuenta no prevista en el Plan General de


Contabilidad, la cuenta 554, a través de la cual se recogen las operaciones
que realiza la Empresa con las uniones temporales de Empresas en las que
participa.

El grupo 6 ha sido objeto de varias modificaciones por la necesidad de


adaptar las cuentas de los subgrupos 60, 61 y 62 a los gastos más comunes
en los que incurren las Empresas constructoras. El subgrupo 69 ha sufrido
variaciones para recoger las dotaciones a las provisiones específicas del
sector.

El grupo 7 incluye importantes modificaciones. Tiene especial interés el


subgrupo 70, en el que se contabilizan los ingresos que obtiene la Empresa
por su actividad de construcción. Este subgrupo expresa debidamente
cuantificada la cifra de negocios, por la actividad constructora, en un sentido
riguroso.
Se ha considerado conveniente eliminar el concepto de <rappels> sobre
ventas, ya que parece que esta clase de descuentos no son muy frecuentes
en el sector de construcción; no obstante, las Empresas podrán habilitar las
cuentas correspondientes en el caso de qe se produzca algún <rappel> en
cualquiera de sus actividades.
A través de la cuenta 738, se ha considerado la posibilidad de que los bienes
recibidos por cobro de créditos que se contabilizan en existencias pudieran
pasar a formar posteriormente parte de la estructura permanente de la
Empresa.
Por último, el subgrupo 79 contiene de nuevo las modificaciones necesarias
para recoger los excesos de provisiones específicas del sector.

9. La cuarta parte, cuentas anuales, ha sido objeto de dos modificaciones


muy importantes. La primera se refiere a las normas de elaboración de las
cuentas anuales, en ellas se han incluido algunos apartados para recoger la
forma en que las Empresas constructoras deberán elaborar sus modelos de
cuentas anuales cuando participan en una o varias uniones temporales de
Empresas.
En segundo lugar, los propios modelos de Balance y Cuenta de Pérdidas y
Ganancias han sufrido las pertinentes modificaciones para adaptar las
diferentes partidas a los conceptos del sector de construcción.
Asimismo, en el apartado 4 de la memoria, normas de valoración, se
introducen innovaciones, exigiendo dar información sobre los criterios
utilizados para la determinación de las partidas específicas de este sector.
Se han introducido además nuevos apartados para la información referente
a créditos comerciales, uniones temporales de Empresas y cartera de
pedidos.

10. La quinta parte comprende las normas de valoración en las que,


aunque se han ajustado en todo lo posible a las del Plan General de
Contabilidad, ha sido necesario incluir importantes modificaciones.
De acuerdo con lo anterior, conviene precisar que, en todo lo no modificado
expresamente, serán de aplicación las normas y criterios de valoración
contenidos en el Plan General de Contabilidad, así como las Resoluciones
dictadas por el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas al amparo
de la disposición final quinta del Real Decreto 1643/1990, de 20 de
diciembre, por el que se aprueba el Plan General de Contabilidad.
En la norma de valoración relativa a existencias ha de tenerse en cuenta
que, tanto los trabajos auxiliares para ejecución de obras como los gastos
iniciales de anteproyecto o proyecto, se imputarán a las propias obras bien
linealmente en el período de duración de la obra o proporcionalmente a la
relación entre costes incurridos y costes totales previstos de obra.
En el caso de que el proyecto no se adjudique, los gastos iniciales de éste se
imputarán directamente a resultados.
En cuanto a los bienes recibidos por cobro de créditos, se plantearon en las
reuniones del grupo de trabajo dos posturas distintas que determinan
tratamientos contables diferentes. Por un lado, se propuso clasificarlos
dentro del grupo 3 <Existencias>, por otro, se consideró la posibilidad de
contablilizarlos en el grupo 2 <Inmovilizado>.
Después de una valoración objetiva de los criterios expuestos, así como de
un análisis realista del hecho económico que se discutía y, debido a que la
intencionalidad de las Empresas, en general, no es la de incorporar los
bienes recibidos en compensación de deudas a su Activo fijo, sino la de
enajenarlos en el menor plazo posible, y atendiendo a otras consideraciones,
como la representatividad del Balance, análisis financiero, estudios
económicos, etc., se decidió su inclusión en el grupo 3, <Existencias>, a
través generalmente de la cuenta 309, <Bienes recibidos por cobro de
créditos>.
Otra cuestión importante, que ha sido ampliamente debatida por el grupo de
trabajo, es la referente a la actividad de las Empresas constructoras en
régimen de unión temporal de Empresas. Este tema concreto ha tenido
reflejo directo en la presente adaptación sectorial, sin perjuicio de que este
sistema sea aplicable con carácter general.
Para establecer las normas de valoración referentes a la integración y
contabilización de las operaciones de las uniones temporales de Empresas
en las Sociedades que las constituyen, se han manejado dos alternativas:
La inclusión de los Activos, Pasivos, ingresos y gastos en la proporción
correspondiente.
La inclusición por el neto, en la parte proporcional que corresponda.
El estudio pormenorizado de ambas alternativas ha llevado al grupo de
trabajo a decantarse por la primera de ellas, tal y como se recoge en al
quinta parte de este texto.
A tales efectos, se han habilitado en esta adaptación sectorial cuentas
específicas para las operaciones que se realicen con las uniones temporales
de Empresas.
Se ha de señalar que uno de los temas más debatidos en las reuniones del
grupo de trabajo de esta adaptación sectorial ha sido la elección del método
a utilizar en la contabilización de las ventas e ingresos por obra ejecutada;
se han considerado los dos siguientes:
Método del porcentaje de realización.
Método del contrato cumplido.
Ambos métodos y su utilización han quedado recogidos en las normas de
valoración de este texto.
En base, fundamentalmente, a las prácticas internacionales, se ha optado
por la utilización, en general, del método del porcentaje de realización, que
se ha entendido como el método más adecuado para el reflejo de la imagen
fiel y el cumplimiento de los principios contables. No obstante, cabe la
posibilidad de que, en ciertos casos (básicamente, la inaplicabilidad, por
razones técnicas organizativas, del método del porcentaje de realización), se
aplique el denominado <método del contrato cumplido>.
Cuestión que se presenta como consecuencia de la anterior es la definición
de la cifra de negocios para que ésta se presente en las cuentas anuales con
el rigor que exige una información depurada que permita al usuario obtener
la imagen fiel de la unidad de producción. El casuismo que concurre en estas
Empresas ha sido analizado con sumo cuidado; se han conjugado los
elementos jurídicos y económicos que intervienen en el problema y se ha
elegido un criterio que, armonizando dichos elementos, tiene la ventaja de
servir de apoyo a unas bases claras, concretas y fácilmente inteligibles por
todas las Empresas constructoras cualesquiera que sean sus especialidades
y su tamaño o dimensión.
En las Empresas constructoras se denomina como <obra a certificar> la
parte de la obra realmente ejecutada, valorada según los criterios expuestos
en la quinta parte de este Plan, es decir, a precios de venta, que no ha sido
todavía incluida en las certificaciones de obra.
Se han planteado dos tendencias para el tratamiento contable de este hecho
económico. Una lo sitúa en el grupo 3, <Existencias>, y la otra en el grupo
4, <Acreedores y deudores por operaciones de tráfico>, concretamente en
el subgrupo 43, <Clientes>.
Esta casuística ha conllevado dos criterios que significan distintos
planteamientos contables, un sector se ha pronunciado por la contabilización
de las venats en función de la obra certificada, es decir, de las
certificaciones realizadas. El otro secor propugnó la contabilización de las
ventas en función de la obra ejecutada, es decir, de las unidades de obra
que hayan sido totalmente terminadas.
Ambas alternativas han sido ampliamente debatidas, se han manejado
conceptos relativos al derecho de propiedad de los bienes, una vez
incorporados a un producto (proyecto), y en base a un contrato que vincula
al contratante, quien, bajo determinadas condiciones de calidad, plazo, etc.,
viene obligado a reconocer la deuda al contratista de la parte del proyecto
realizada en el período de que se trate. Tanto es así, que está obligado a
expedir la denominada certificación de obra, que no es más que el
documento cobratorio para el contratista como reconocimiento de dicha
deuda.
Por otra parte, el hecho de que la obra a certificar deba valorarse a precio
de venta y no a precio de adquisición o coste de producción, que es como se
valoran las existencias, determinó la inclusión de la obra a certificar en el
grupo 4, <Acreedores y y deudores por operaciones de tráfico>, mediante la
apertura de la cuenta 434, <Clientes, obra ejecutada pendiente de
certificar>, por considerar que de esta forma quedaba mejor representado
en Balance el hecho económico que se debatía.
Con la aplicación de estas reglas contables se llega a la conclusión de que la
cifra de ventas estará compuesta por los siguientes sumandos:
Unidades de obra que estén terminadas al finalizar el ejercicio al que
corresponden las cuentas anuales y certificadas en el mismo.
Unidades de obra terminadas al finalizar el ejercicio al que corresponden las
cuentas anuales y que no hayan sido certificadas.
Unidades de obra certificadas en ejercicios anteriores y terminadas durante
aquél al que corresponden las cuentas anuales.
Todo lo expuesto en cuanto a la contabilización de las ventas en las
Empresas constructoras está íntimamente ligado a la aplicación del llamado
<método del porcentaje de realización>, que de acuerdo con lo establecido
por las normas de valoración de este texto, debe ser, generalmente, el
método utilizado por las Empresas constructoras para la contabilización de
las ventas e ingresos por obra ejecutada.
No obstante, como ya se indicó anteriormente, cabe la posibilidad de que,
cumpliendo ciertas condiciones, se aplique el denominado <método del
contrato cumplido> para la contabilización de los ingresos; en este caso
entraría en juego la cuenta 701. <Ventas de obra terminada> y adquirirían
especial significación los subgrupos 34. <Obras de curso> y 35. <Obras
terminadas>; con los consiguientes efectos sobre la cifra de negocios.

11. Por último, el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas


recomienda a las Empresas constructoras la aplicación de cualquier sistema
de contabilidad de costes, con lo cual verán enriquecida la información de la
contabilidad externa y con ello abiertas las posibilidades de conocer
profundamente los costes, así como de aplicar en cada momento la política
más adecuada de precios en sus transacciones económicas.

III.

12. De acuerdo con las exigencias del Código de Comercio, del texto
refundido de la Ley de Sociedades Anónimas, y de conformidad con la
Cuarta Directiva, se ha prestado especial atención al objetivo de que las
cuentas anuales sean la imagen fiel del patrimonio de la Empresa, de su
situación financiera y de sus resultados. Conforme a este modo de pensar,
se trata de evitar interferencias de elementos extraños a los que condicionan
el rigor como requisito básico de la informacion contable que produce la
aplicación de un modelo muy cuidado como es el Plan General de
Contabilidad.

Adaptado el Plan General de Contabilidad a las especiales características de


las Empresas constructoras, el Instituto de Contabilidad y Auditoría de
Cuentas tiene la seguridad de que éstas van a disponer de un instrumento
muy útil para su propia gestión. Además, la información normalizada que se
obtiene con la aplicación del Plan va a conducir a que tales Empresas
formulen sus cuentas anuales con un contenido suficiente para responder
cumplidamente a las demandas de los distintos agentes económicos y para
perfeccionar las estadísticas nacionales.
1. Para elaborar las normas de adaptación del Plan General de Contabilidad
a las especiales características de las Empresas constructoras se ha
constituido un grupo de trabajo formado por expertos que han desarrollado
sus trabajos en el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas. En el
transcurso de las reuniones celebradas se han estudiado las diversas
cuestiones que plantea la materia, profundizando en los problemas más
típicos de la actividad de construcción y proponiendo en cada caso las
soluciones que se juzgan más razonables.
Fruto de todas estas tareas son las presentes normas de adaptación, las
cuales contemplan las transacciones de las Empresas constructoras con los
diversos agentes económicos, facilitando al final del ejercicio, mediante el
adecuado proceso de cálculo, la información externa que contienen las
cuentas anuales.

Obvio es decir que estas normas de adaptación, como todas las que se
formulen por el Instituto, están abiertas para recoger las innovaciones que
proceda. Todo dependerá de la evolución de las Empresas constructoras, de
los cambios que experimenten en el tiempo sus propias variables, del
progreso contable y, muy especialmente, de las sugerencias de
profesionales y expertos apoyadas en sus observaciones al aplicar el
modelo.

Estas normas tienen como base de elaboración los principios, la estructura y


la sistemática del Plan General de Contabilidad, aprobado por el Real
Decreto 1643/1990, de 20 de diciembre, que constituye el desarrollo en
materia contable de la legislación mercantil; es decir, ambas normas están
ajustadas a las correspondientes disposiciones de la Ley 19/1989, de 25 de
julio, de reforma parcial y adaptación de la legislación mercantil a las
Directivas de la CEE y, por tanto, a las Directivas comunitarias.

2. Las presentes normas de adaptación se aplicarán a las Empresas que


realicen las actividades que a continuación se incluyen de acuerdo con la
denominación contenida en el Real Decreto 1560/1992, de 18 de diciembre,
por el que se aprueba la Clasificación Nacional de Actividades Económicas. A
estos efectos, se ha recogido la numeración y denominación incluidas en el
citado Real Decreto, y han sido definidas por el grupo de trabajo de la
siguiente forma:

45.1 Preparación de obras.-Demolición y movimiento de tierras,


perforaciones y sondeos.

45.2 Construcción general de inmuebles y obras de ingeniería civil.-


Construcción general de edificios y obras singulares de ingeniería civil
(puentes, túneles...), construcción de cubiertas y de estructuras de
cerramiento, construcción de autopistas, carreteras, campos de aterrizaje,
vías férreas y centros deportivos, y otras construcciones especializadas.

45.3 Instalaciones de edificios y obras. -Instalaciones eléctricas, aislamiento


térmico, acústico y antivibratorio, fontanería e instalación de climatización y
otras instalaciones de edificios y obras.

45.4 Acabado de edificios y obras. -Revocamientos, instalaciones de


carpintería, revestimientos de suelos y paredes, acristalamiento y pintura y
otros trabajos de acabados de edificios y obras.

45.5 Alquiler de equipo de construcción o demolición dotado de operario.


-Alquiler de equipo de construcción o demolición dotado de operario.

La actividad constructora en muchas Empresas se realiza simultáneamente


con la inmobiliaria; por ello es necesario señalar la dificultad que entraña el
perseguir un objetivo común en la planificación contable de dos sectores,
construcción y promoción inmobilaria, cuyas actividades, si bien muy
interrelacionadas, son distintas. Se ha decidido la elaboración de dos
adaptaciones sectoriales, una para cada sector, que estudiarán las
soluciones más idóneas a las peculiaridades de cada uno de ellos, sin
perjuicio de las conexiones que necesariamente tienen que existir.

La concurrencia de varias actividades con adaptaciones sectoriales diferentes


en una misma Empresa puede suscitar algunas dificultades técnicas que
conviene mencionar. Esta concurrencia, que no es exclusiva de las Empresas
constructuras, sino que se presenta en otras muchas de diversas
actividades, tiene que ser objeto de un estudio profundo con objeto de
formular una solución adecuada. Obviamente, el plan contable de la
Empresa debe ser único, aunque con las especificaciones que permitan
establecer los datos económicos en armonía con las distintas actividades o
explotaciones que se realicen. Desde el punto de vista técnico, se precisa
ensamblar dos o más adaptaciones sectoriales para constituir un texto único
como resultado de la conjunción armónica y coherente de todas ellas. Habrá
que formular un cuadro de cuentas único, incluso alterando la codificación
cuando fuera necesario. Del mismo modo, habrá que revisar las relaciones
contables para introducir las modificaciones que exige la propia síntesis que
se realiza. Y, en cuanto a las cuentas anuales, su estructura habrá de
acomodarse, aplicando una buena técnica de agregación, a los modelos
contenidos en las correspondientes adaptaciones sectoriales.

Conviene advertir, por tanto, que en los casos de doble actividad, esto es,
actividad de construcción y actividad inmobiliaria, se aplicarán,
respectivamente, las normas de adaptación correspondientes a cada una de
ellas, sin perjuicio de que en futuras adaptaciones sectoriales,
particularmente en las relacionadas con el sector de construcción, como es
la adaptación sectorial a las Empresas inmobiliarias, se establezclan
mecanismos normalizadores para ensamblar las adaptaciones sectoriales
aplicables a aquellas Empresas en las que concurran varias actividades; y
sin perjuicio, asimismo, de las posibles normas de desarrollo que pueda
elaborar el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas sobre el
tratamiento de la multiactividad en las Empresas.

3. La adaptación del Plan General de Contabilidad al sector de construcción


ha venido impuesta por:
Las características diferenciales que ofrece este sector respecto a otros
sectores de actividad, fundamentalmente porque sus operaciones se
encuentran a medio camino entre las propiamente industriales y las de
servicios.

La proliferación de unidades económicas que desarrollan su actividad dentro


de este sector.

La participación del factor humano en el proceso productivo alcanza el


mayor porcentaje de población activa dentro del sector industrial.

Su contribución a la formación del Producto Nacional Bruto.

La demanda de primera materia, que es muy diversificada, tratando


materiales de la más variada especie.
La existencia de una gran multiplicidad de clases de construcción.

Entre las características básicas del sector de construcción podemos citar:

- La realización de trabajos por pedido.

- El largo plazo del proceso productivo que puede cifrarse, en términos


medios, entre doce y veinticuatro meses para las obras de edificación
urbana, y de dos a cuatro años para las obras públicas.

- La incertidumbre del precio, debido, de un lado, a que el largo plazo de


producción obliga a la revisión periódica de precios y, de otro, a la frecuente
necesidad de adaptación y modificación del proyecto a lo largo de la
ejecución de la obra.

- La magnitud en términos absolutos del precio de cada pedido, lo que


implica, en muchas ocasiones, la necesidad de concentrar en un solo
proyecto grandes medios, tanto personales, materiales e instrumentales
como financieros.
De esta situación se ha derivado una práctica muy común en el sector de
construcción como es la de trabajar varias Empresas conjuntamente, en
régimen de unión temporal de Empresas (UTES). Posiblemente las Empresas
de este sector son las que más han utilizado esta normativa establecida en
la Ley 18/1982, de 26 de mayo (modificada por la Ley 12/1991, de 29 de
abril, de Agrupaciones de Interés Económico).
- La disposición especial de los Centro de trabajo. En el sector de
construcción, cada obra equivale a una planta industrial de cualquier otro
sector. Y cada obra surge allí donde realmente se necesita, allí donde
precisamente se demanda.

- El carácter complejo de las actividades que normalmente se realizan desde


una Empresa constructora. La actividad principal, que es la de ejecución de
obras como contratista, se ve complementada con acciones de promoción
directa, actividades de estudio y desarrollo de proyectos propios y ajenos,
realización de funciones específicas de la industria auxiliar, etc.

Un número cada vez mayor de contratistas generales ha puesto en práctica


la política económica de subcontratar una parte importante de sus proyectos
de construcción a subcontratistas.

4. El grupo de trabajo que ha estudiado la adaptación del Plan General de


Contabilidad fue consciente desde el primer momento de que las
peculiaridades del sector de construcción requerían de un detallado estudio
de aquellos hechos económicos propios de las Empresas constructoras que
el Plan General de Contabilidad no podía contemplar.
Aunque se han valorado los criterios expuestos por los distintos
componentes del grupo de trabajo, en las decisiones adoptadas han primado
aquellos que, de acuerdo con las líneas marcadas por el Plan General de
Contabilidad y atendiendo a la naturaleza de los hechos, permiten lograr un
auténtico reflejo contable de su significación económica y financiera.

II.

5. Las normas de adaptación del Plan General de Contabilidad a las


Empresas constructoras tienen la misma estructura que aquél. Contienen
cinco partes:
- Principios contables.
- Cuadro de cuentas.
- Definiciones y relaciones contables.
- Cuentas anuales.
- Normas de valoración.

6. La primera parte, principios contables, no contiene modificaciones


respecto del texto del Plan General de Contabilidad ya que desarrolla,
sistematiza y complementa lo dispuesto en el artículo 38 del Código de
Comercio, aplicable a todo tipo de empresarios.

7. La segunda parte, cuadro de cuentas, contiene las cuentas y subgrupos


específicos del sector que no figuran en el Plan General de Contabilidad y
aquellos otros que han sufrido algún tipo de adaptación, sin perjuicio de que
las Empresas del sector, en los casos en que determinadas operaciones así
lo exijan, tengan que servirse de otras cuentas incluidas en el Plan General
de Contabilidad.

Se han respetado en lo posible los títulos y la estructura de los subgrupos


del Plan General de Contabilidad, pero la elaboración de la adaptación
sectorial ha exigido, en algunos casos muy significativos, la modificación de
denominaciones de cuentas y el desglose de varias de ellas en cuentas de
cuatro dígitos. Además se han habilitado cuentas específicas de la actividad
de construcción.

8. En la tercera parte, definiciones y relaciones contables, para la


incorporación de la terminología propia de construcción, ha sido necesario
efectuar ciertos cambios en la definición y movimiento de algunas cuentas,
sobre todo las pertenecientes a los grupos 3, 4, 6 y 7.

En el grupo 1 hay pocas variaciones. Se ha introducido la cuenta 109.


<Fondo operativo> que registra principalmente el capital escriturado en el
acto fundacional de las uniones temporales de Empresas, teniendo la
peculiaridad de ser una cuenta para uso exclusivo de las UTES.
El grupo 2 no contiene variaciones dignas de interés.

El grupo 3 se refiere a las existencias propias de la actividad de


construcción. Merecen especial mención los subgrupos 30, 31, 33, 34, 35 y
37, que han sido modificados en su nomenclatura, definición y contenido;
así debe destacarse la inclusión de la cuenta 309, que recoge bienes que las
Empresas constructoras se ven obligadas a admitir de sus clientes en
compensación de deudas y que, por regla general, están representadas por
bienes inmuebles.
El subgrupo 31 incluye una serie de cuentas destinadas a contabilizar las
existencias que normalmente tendrán las Empresas constructoras para sus
necesidades de explotación.
El subgrupo 33 contiene los gastos iniciales de anteproyecto o proyecto en
los que incurre el contratista antes de que el contrato se formalice y
anteriores a su adjudicación.
Las particularidades del subgrupo 34. Obras en curso, quedan reflejadas
tanto en las normas de valoración como en el anexo que se ha introducido
en la memoria.
El subgrupo 37, específico de la actividad constructora, contiene todos
aquellos trabajos no directamente certificables que son necesarios para la
realización de la obra y están pendientes de incorporación a la misma.
No se han introducido en el grupo 3. Existencias, las cuentas de <productos
terminados> y <productos en curso>, por tratarse de conceptos que no se
utilizan generalmente en la actividad de construcción. No obstante, las
Empresas constructoras suelen realizar algunas actividades auxiliares de la
industria de la construcción en las que sí pueden producirse unos pequeños
<stocks> de productos en curso y terminados dispuestos para su utilización.
En este caso, las Empresas podrán habilitar las cuentas necesarias para
reflejar este tipo de actividad.

El grupo 4 ha sido objeto de varias modificaciones. A través del subgrupo


41, <Subcontratistas y otros acreedores varios>, se ha introducido un
concepto tan característico del sector de construcción como es el de la
subcontratación. La razón fundamental para su separación de los
proveedores ha sido la diferente naturaleza de sus prestaciones: No son
suministradores de mercancías y bienes, sino que están vinculados a la
Empresa por un contrato de arrendamiento para la ejecución de obra;
realizan una actividad de construcción para otras Empresas constructoras,
encargándose de la ejecución de parte de un proyecto. No obstante, el
desarrollo del subgrupo 41 a nivel de cuentas se ha hecho siguiendo el
criterio ya marcado en el subgrupo 40, <Proveedores>, siendo similares las
relaciones contables.
La cuenta 434 se habilita para recoger un tipo de clientes específico,
necesario para contabilizar los ingresos por obra ejecutada pendiente de
certificar, en función del método del porcentaje de realización que se
describe posteriormente. Por otra parte, la cuenta 439 recoge los importes
correspondientes a cerficicaciones de obra por anticipado.
En el subgrupo 49 se han introducido modificaciones derivadas de
provisiones de tráfico que son necesarias para el sector de construcción; se
trata de las provisiones para indemnizaciones por fin de obra,
indemnizaciones al personal, para terminación de obra y para pérdidas en
obras.

El grupo 5 sólo contiene una cuenta no prevista en el Plan General de


Contabilidad, la cuenta 554, a través de la cual se recogen las operaciones
que realiza la Empresa con las uniones temporales de Empresas en las que
participa.

El grupo 6 ha sido objeto de varias modificaciones por la necesidad de


adaptar las cuentas de los subgrupos 60, 61 y 62 a los gastos más comunes
en los que incurren las Empresas constructoras. El subgrupo 69 ha sufrido
variaciones para recoger las dotaciones a las provisiones específicas del
sector.

El grupo 7 incluye importantes modificaciones. Tiene especial interés el


subgrupo 70, en el que se contabilizan los ingresos que obtiene la Empresa
por su actividad de construcción. Este subgrupo expresa debidamente
cuantificada la cifra de negocios, por la actividad constructora, en un sentido
riguroso.
Se ha considerado conveniente eliminar el concepto de <rappels> sobre
ventas, ya que parece que esta clase de descuentos no son muy frecuentes
en el sector de construcción; no obstante, las Empresas podrán habilitar las
cuentas correspondientes en el caso de qe se produzca algún <rappel> en
cualquiera de sus actividades.
A través de la cuenta 738, se ha considerado la posibilidad de que los bienes
recibidos por cobro de créditos que se contabilizan en existencias pudieran
pasar a formar posteriormente parte de la estructura permanente de la
Empresa.
Por último, el subgrupo 79 contiene de nuevo las modificaciones necesarias
para recoger los excesos de provisiones específicas del sector.

9. La cuarta parte, cuentas anuales, ha sido objeto de dos modificaciones


muy importantes. La primera se refiere a las normas de elaboración de las
cuentas anuales, en ellas se han incluido algunos apartados para recoger la
forma en que las Empresas constructoras deberán elaborar sus modelos de
cuentas anuales cuando participan en una o varias uniones temporales de
Empresas.
En segundo lugar, los propios modelos de Balance y Cuenta de Pérdidas y
Ganancias han sufrido las pertinentes modificaciones para adaptar las
diferentes partidas a los conceptos del sector de construcción.
Asimismo, en el apartado 4 de la memoria, normas de valoración, se
introducen innovaciones, exigiendo dar información sobre los criterios
utilizados para la determinación de las partidas específicas de este sector.
Se han introducido además nuevos apartados para la información referente
a créditos comerciales, uniones temporales de Empresas y cartera de
pedidos.

10. La quinta parte comprende las normas de valoración en las que,


aunque se han ajustado en todo lo posible a las del Plan General de
Contabilidad, ha sido necesario incluir importantes modificaciones.
De acuerdo con lo anterior, conviene precisar que, en todo lo no modificado
expresamente, serán de aplicación las normas y criterios de valoración
contenidos en el Plan General de Contabilidad, así como las Resoluciones
dictadas por el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas al amparo
de la disposición final quinta del Real Decreto 1643/1990, de 20 de
diciembre, por el que se aprueba el Plan General de Contabilidad.
En la norma de valoración relativa a existencias ha de tenerse en cuenta
que, tanto los trabajos auxiliares para ejecución de obras como los gastos
iniciales de anteproyecto o proyecto, se imputarán a las propias obras bien
linealmente en el período de duración de la obra o proporcionalmente a la
relación entre costes incurridos y costes totales previstos de obra.
En el caso de que el proyecto no se adjudique, los gastos iniciales de éste se
imputarán directamente a resultados.
En cuanto a los bienes recibidos por cobro de créditos, se plantearon en las
reuniones del grupo de trabajo dos posturas distintas que determinan
tratamientos contables diferentes. Por un lado, se propuso clasificarlos
dentro del grupo 3 <Existencias>, por otro, se consideró la posibilidad de
contablilizarlos en el grupo 2 <Inmovilizado>.
Después de una valoración objetiva de los criterios expuestos, así como de
un análisis realista del hecho económico que se discutía y, debido a que la
intencionalidad de las Empresas, en general, no es la de incorporar los
bienes recibidos en compensación de deudas a su Activo fijo, sino la de
enajenarlos en el menor plazo posible, y atendiendo a otras consideraciones,
como la representatividad del Balance, análisis financiero, estudios
económicos, etc., se decidió su inclusión en el grupo 3, <Existencias>, a
través generalmente de la cuenta 309, <Bienes recibidos por cobro de
créditos>.
Otra cuestión importante, que ha sido ampliamente debatida por el grupo de
trabajo, es la referente a la actividad de las Empresas constructoras en
régimen de unión temporal de Empresas. Este tema concreto ha tenido
reflejo directo en la presente adaptación sectorial, sin perjuicio de que este
sistema sea aplicable con carácter general.
Para establecer las normas de valoración referentes a la integración y
contabilización de las operaciones de las uniones temporales de Empresas
en las Sociedades que las constituyen, se han manejado dos alternativas:
La inclusión de los Activos, Pasivos, ingresos y gastos en la proporción
correspondiente.
La inclusición por el neto, en la parte proporcional que corresponda.
El estudio pormenorizado de ambas alternativas ha llevado al grupo de
trabajo a decantarse por la primera de ellas, tal y como se recoge en al
quinta parte de este texto.
A tales efectos, se han habilitado en esta adaptación sectorial cuentas
específicas para las operaciones que se realicen con las uniones temporales
de Empresas.
Se ha de señalar que uno de los temas más debatidos en las reuniones del
grupo de trabajo de esta adaptación sectorial ha sido la elección del método
a utilizar en la contabilización de las ventas e ingresos por obra ejecutada;
se han considerado los dos siguientes:
Método del porcentaje de realización.
Método del contrato cumplido.
Ambos métodos y su utilización han quedado recogidos en las normas de
valoración de este texto.
En base, fundamentalmente, a las prácticas internacionales, se ha optado
por la utilización, en general, del método del porcentaje de realización, que
se ha entendido como el método más adecuado para el reflejo de la imagen
fiel y el cumplimiento de los principios contables. No obstante, cabe la
posibilidad de que, en ciertos casos (básicamente, la inaplicabilidad, por
razones técnicas organizativas, del método del porcentaje de realización), se
aplique el denominado <método del contrato cumplido>.
Cuestión que se presenta como consecuencia de la anterior es la definición
de la cifra de negocios para que ésta se presente en las cuentas anuales con
el rigor que exige una información depurada que permita al usuario obtener
la imagen fiel de la unidad de producción. El casuismo que concurre en estas
Empresas ha sido analizado con sumo cuidado; se han conjugado los
elementos jurídicos y económicos que intervienen en el problema y se ha
elegido un criterio que, armonizando dichos elementos, tiene la ventaja de
servir de apoyo a unas bases claras, concretas y fácilmente inteligibles por
todas las Empresas constructoras cualesquiera que sean sus especialidades
y su tamaño o dimensión.
En las Empresas constructoras se denomina como <obra a certificar> la
parte de la obra realmente ejecutada, valorada según los criterios expuestos
en la quinta parte de este Plan, es decir, a precios de venta, que no ha sido
todavía incluida en las certificaciones de obra.
Se han planteado dos tendencias para el tratamiento contable de este hecho
económico. Una lo sitúa en el grupo 3, <Existencias>, y la otra en el grupo
4, <Acreedores y deudores por operaciones de tráfico>, concretamente en
el subgrupo 43, <Clientes>.
Esta casuística ha conllevado dos criterios que significan distintos
planteamientos contables, un sector se ha pronunciado por la contabilización
de las venats en función de la obra certificada, es decir, de las
certificaciones realizadas. El otro secor propugnó la contabilización de las
ventas en función de la obra ejecutada, es decir, de las unidades de obra
que hayan sido totalmente terminadas.
Ambas alternativas han sido ampliamente debatidas, se han manejado
conceptos relativos al derecho de propiedad de los bienes, una vez
incorporados a un producto (proyecto), y en base a un contrato que vincula
al contratante, quien, bajo determinadas condiciones de calidad, plazo, etc.,
viene obligado a reconocer la deuda al contratista de la parte del proyecto
realizada en el período de que se trate. Tanto es así, que está obligado a
expedir la denominada certificación de obra, que no es más que el
documento cobratorio para el contratista como reconocimiento de dicha
deuda.
Por otra parte, el hecho de que la obra a certificar deba valorarse a precio
de venta y no a precio de adquisición o coste de producción, que es como se
valoran las existencias, determinó la inclusión de la obra a certificar en el
grupo 4, <Acreedores y y deudores por operaciones de tráfico>, mediante la
apertura de la cuenta 434, <Clientes, obra ejecutada pendiente de
certificar>, por considerar que de esta forma quedaba mejor representado
en Balance el hecho económico que se debatía.
Con la aplicación de estas reglas contables se llega a la conclusión de que la
cifra de ventas estará compuesta por los siguientes sumandos:
Unidades de obra que estén terminadas al finalizar el ejercicio al que
corresponden las cuentas anuales y certificadas en el mismo.
Unidades de obra terminadas al finalizar el ejercicio al que corresponden las
cuentas anuales y que no hayan sido certificadas.
Unidades de obra certificadas en ejercicios anteriores y terminadas durante
aquél al que corresponden las cuentas anuales.
Todo lo expuesto en cuanto a la contabilización de las ventas en las
Empresas constructoras está íntimamente ligado a la aplicación del llamado
<método del porcentaje de realización>, que de acuerdo con lo establecido
por las normas de valoración de este texto, debe ser, generalmente, el
método utilizado por las Empresas constructoras para la contabilización de
las ventas e ingresos por obra ejecutada.
No obstante, como ya se indicó anteriormente, cabe la posibilidad de que,
cumpliendo ciertas condiciones, se aplique el denominado <método del
contrato cumplido> para la contabilización de los ingresos; en este caso
entraría en juego la cuenta 701. <Ventas de obra terminada> y adquirirían
especial significación los subgrupos 34. <Obras de curso> y 35. <Obras
terminadas>; con los consiguientes efectos sobre la cifra de negocios.

11. Por último, el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas


recomienda a las Empresas constructoras la aplicación de cualquier sistema
de contabilidad de costes, con lo cual verán enriquecida la información de la
contabilidad externa y con ello abiertas las posibilidades de conocer
profundamente los costes, así como de aplicar en cada momento la política
más adecuada de precios en sus transacciones económicas.

III.

12. De acuerdo con las exigencias del Código de Comercio, del texto
refundido de la Ley de Sociedades Anónimas, y de conformidad con la
Cuarta Directiva, se ha prestado especial atención al objetivo de que las
cuentas anuales sean la imagen fiel del patrimonio de la Empresa, de su
situación financiera y de sus resultados. Conforme a este modo de pensar,
se trata de evitar interferencias de elementos extraños a los que condicionan
el rigor como requisito básico de la informacion contable que produce la
aplicación de un modelo muy cuidado como es el Plan General de
Contabilidad.

Adaptado el Plan General de Contabilidad a las especiales características de


las Empresas constructoras, el Instituto de Contabilidad y Auditoría de
Cuentas tiene la seguridad de que éstas van a disponer de un instrumento
muy útil para su propia gestión. Además, la información normalizada que se
obtiene con la aplicación del Plan va a conducir a que tales Empresas
formulen sus cuentas anuales con un contenido suficiente para responder
cumplidamente a las demandas de los distintos agentes económicos y para
perfeccionar las estadísticas nacionales.
 
Cuáles son los conceptos más comunes de la contabilidad de este tipo de
empresas?

Entre los conceptos más comunes de la contabilidad propia de las empresas


constructoras a tener en cuenta para su valoración encontramos:

 Solares sin edificar

 Construcciones

 Instalaciones técnicas, maquinaria y utillaje

 Utensilios, herramientas y medios auxiliares incorporados a elementos mecánicos

 Gastos realizados durante el ejercicio con motivo de las obras y trabajos que la
empresa lleva a cabo para sí misma

 Costes de renovación, ampliación o mejora de los bienes de inmovilizado material

 Maquinaria de obras situada fuera del país y que no vaya a ser transportada vuelta

Objeto y requisitos

El objeto del PGCEC es dotar a las empresas constructoras de una normativa


contable adaptada a sus características y particularidades, para que estas puedan
suministrar su información contable de manera normalizada, para lo que se han hechos las
modificaciones correspondientes a cada parte del PGC.

Los requisitos para acogerse a este PGCEC es que la empresa se dedique a algunas de
las actividades que hemos visto detalladas más arriba, es decir, a la construcción de
inmuebles y obras civiles, tanto de carácter público como privado.
 

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