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Por otro lado, también hay que valorar algo verdaderamente esencial en este caso
como lo es los cuidados elaborados en torno a la alimentación y para hablar de
esto debemos aclarar primero que todo que el alimento es la principal fuente de
energía, destacando la importancia de este en la vida. Cabe decir también algo y
es que las plantas son las que constituyen la base esencial de todas las practicas
curativas, todo esto pues mejorando la actividad de las mujeres y participando de
los cuidados de conservación y mantenimiento de la vida.
Por otra parte, cuando nos referimos a la valoración social y económica de los
cuidados proporcionados por mujeres, hay que aclarar que las mujeres han sido a
lo largo del tiempo, durante el paso de los siglos médicos autodidacticas y sin
diploma, éstas al no poder contar con el acceso a libros ni a cursos, y de darles
gran reconocimiento porque fueron ellas quienes trasmitieron toda esa experiencia
de vecina a vecina, de madre a hija.
Hablando del valor social se debe decir que éste se encuentra unido a las mujeres
en sí, lo que está ha vivido y lo que ha sido capaz de vivir, el hecho de ser
reconocida por la experiencia basada en su cuerpo y asumida en el trayecto de su
vida. Este valor como podemos ver se fundamenta en la fama de su experiencia
vivida en su propio cuerpo, es de donde allí surge el nombre de “matrona” la que
se ha hecho madre al dar a luz y a continuación será admitida para ayudar a otras
mujeres a hacerlo, iniciándoles a cuidar los niños.
Al referirnos ahora del valor económico debemos decir que éste está vinculado
con la vida económica centrada en la economía de subsistencia. Se asimilaban a
un acto de vida de naturaleza indispensable, inscrito en un sistema de cambios y
de reciprocidad. Cabe añadir que tenían un valor de intercambio de servicios.
Hasta en la actualidad dentro de la sociedad occidental la mujer que ayuda no
está remunerada con dinero, no puede estarlo, siempre se le paga en especias.
En conclusión, luego de haber abarcado todo lo anteriormente en expuesto solo
nos queda por resaltar la gran labor de las mujeres, donde veíamos que estas
interactuaban con la naturaleza y a través de ésta descubrieron muchos secretos,
los cuales les permitieron poder hacer curaciones. Valorar que su ayuda en cuanto
a cuidados permitió que muchas mujeres dieran a luz y tuvieran sus hijos, lo cual
esto se convirtió en un hábito y costumbre de vida que aún vemos se sigue
presentando, es por esta razón que es de aplaudir y resaltar el gran apoyo que
muchas mujeres han brindando mediante su experiencia en practicas curativas.