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POLÍTICA, DERECHO Y

CONSTITUCIÓN
ESTUDIOS EN HOMENAJE AL PROFESOR
ANTONIO CARLOS PEREIRA MENAUT

ALAN BRONFMAN VARGAS


CELSO CANCELA OUTEDA
JOSÉ IGNACIO MARTÍNEZ ESTAY
MARCELA PEREDO ROJAS

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Valencia, 2020
La potestad de aclaración de los actos
administrativos
JAIME ARANCIBIA MATTAR
Profesor de Derecho Administrativo
Universidad de los Andes

Sumario: I. Introducción. II. La potestad aclaratoria de actos administrativos. III. Objeto de la potestad
aclaratoria de actos administrativos. IV. Características de la potestad aclaratoria de actos administrati-
vos. V. Fundamentos de la potestad aclaratoria de actos administrativos. VI. Conclusiones.

I. INTRODUCCIÓN
Acostumbrada a radicar las discusiones dogmáticas sobre el acto ad-
ministrativo en el eje de lo válido e inválido, la doctrina no suele prestar
mucha atención a aquellos defectos del acto irrelevantes para dicha cali-
ficación, pero cuya corrección es necesaria principalmente por razones
de claridad o certeza jurídica. Nos referimos, específicamente, a aquellas
irregularidades que surgen a causa de vaguedades en el lenguaje o de
errores simplemente materiales, como aquéllos aritméticos, nominativos,
de copia, cálculo, referencia o transcripción, entre otros.
Este trabajo tiene por objeto abordar brevemente el objeto, característi-
cas y fundamentos de la potestad aclaratoria de tales defectos documenta-
les, establecida en términos genéricos en el artículo 62 de la Ley N° 19.880,
sobre bases de los procedimientos administrativos que rigen los actos de
los órganos de la Administración del Estado. Para tal efecto, nos hemos
concentrado en el análisis de la doctrina nacional y en la jurisprudencia
de la Contraloría General de la República (CGR), sin perjuicio de algunas
menciones a autores extranjeros y a sentencias de la Corte Suprema.
La estructura del artículo obedece, precisamente, a los aspectos esen-
ciales del poder aclaratorio. La primera sección abordará el significado de
la voz aclaración y el origen potestativo de la misma en Chile. La segunda
se referirá al objeto de la atribución aclaratoria respecto de puntos oscu-
ros y dudosos del acto o de errores materiales. La tercera identificará las
256 Jaime Arancibia Mattar

principales características de la potestad, mientras que la última mencio-


nará sus principios fundantes básicos.

II. LA POTESTAD ACLARATORIA DE ACTOS ADMINISTRATIVOS


La voz “aclaración” es definida en términos jurídicos por el Diccionario
de la Real Academia Española de la Lengua como una “corrección que
hace el juez, de oficio o a instancia de parte, del texto de una sentencia
o resolución judicial”511. La finalidad de dicha corrección se precisa en el
significado de la expresión “corrección”, entendida como la “alteración o
cambio que se hace en las obras escritas o de otro género, para quitarles
defectos o errores, o para darles mayor perfección”512. En consecuencia,
la aclaración de documentos jurídicos consiste en corregir o enmendar
errores, arreglar o quitar defectos.
La reducción de la definición a sentencias o resoluciones judiciales que
hace el diccionario no es de extrañar, pues el derecho procesal ha sido
pionero en el otorgamiento de poderes de enmienda unilateral de actos
jurídicos. En efecto, desde antiguo, la autoridad judicial ha podido ejer-
cer, de oficio o a petición de parte, la potestad de rectificación o enmienda
de sus actos. En la segunda hipótesis, la figura recibe el nombre de “recur-
so de rectificación o enmienda”.
Posteriormente, esta figura fue incorporada en los procedimientos de
elaboración de actos administrativos, que se caracterizan por una fuerte
influencia técnica del derecho procesal judicial. Así lo ha declarado re-
cientemente la Corte Suprema513. En Chile, por ejemplo, la aclaración
de actos administrativos ha gozado de reconocimiento doctrinal, jurispru-
dencial y legal. Este último se manifestó primeramente en leyes especia-
les514 y, a partir de 2003, en el artículo 62 de la Ley Nº 19.880.

511
Real Academia Española (2014) Aclaración, 2ª acepción. En Diccionario de la Lengua Espa-
ñola (23.a ed.). Recuperado de https://dle.rae.es/?id=0UbCWhH.
512
Ibíd. Corrección, 4ª acepción. Recuperado de https://dle.rae.es/?id=AxAJSRX.
513
Sentencia de la Corte Suprema Rol N° 26.517-2014, c. 6°: “Así se desprende del artículo
62 del cuerpo legal citado, que de manera análoga al denominado recurso de aclaración,
rectificación o enmienda del derecho procesal civil, admite lo que la norma en estudio
denomina como aclaración del acto”.
514
Véase, por ejemplo, el artículo 2 letra i) del D.L. Nº 1.028 de 1975, que precisa atribuciones
y deberes de los subsecretarios de Estado: “Rectificar los decretos ya firmados por el Presi-
dente de la República y por el Ministro respectivo o por éste, en su caso, sólo para corregir
errores manifiestos de escritura o numéricos”.
La potestad de aclaración de los actos administrativos 257

El texto del referido artículo 62, aprobado sin enmiendas por el Congre-
so Nacional515, establece la potestad aclaratoria en los siguientes términos:
“Aclaración del acto. En cualquier momento, la autoridad administrativa
que hubiere dictado una decisión que ponga término a un procedimiento
podrá, de oficio o a petición del interesado, aclarar los puntos dudosos u
obscuros y rectificar los errores de copia, de referencia, de cálculos numé-
ricos y, en general, los puramente materiales o de hechos que aparecieren
de manifiesto en el acto administrativo”.
Como se puede apreciar, el legislador chileno optó por un concepto
de aclaración amplio, en que la corrección del acto puede consistir en
esclarecer puntos dudosos o en rectificar errores materiales. Se aparta así
de la doctrina que distingue ambas figuras bajo el género de modificación
de actos válidos516.

III. OBJETO DE LA POTESTAD ACLARATORIA DE ACTOS


ADMINISTRATIVOS
Como se desprende del citado artículo 62, la potestad de aclaración
tiene por objeto la corrección de puntos dudosos u obscuros o de errores
materiales presentes en el acto administrativo.
Los puntos dudosos u obscuros son aquéllos respecto de los cuales no
existe claridad o certeza. En este caso, la aclaración consiste en fijar el sen-
tido y alcance de pasajes del acto, en una labor interpretativa. Al respecto,
la doctrina procesal ha sostenido que la aclaración consiste en “explicar el
real contenido de la declaración de voluntad manifestada en el fallo, ha-
ciendo coincidir lo querido con lo expresado… Se trata sólo de una falta
de armonía completa entre la voluntad real del sentenciador y la manera
de expresarla, pero no cabe duda que dicha voluntad decisoria existe. El
fin de la aclaración será evidenciar en forma definida y perfectamente
inteligible dicha voluntad real del sentenciador equívoca o malamente
expresada”517.
Así, por ejemplo, la CGR declaró conforme a derecho la aclaración
que se hizo de una resolución conforme a la cual no se ejecutarían “faenas
en horario nocturno (21.00 a 07.00 hrs.), y en el caso que se ejecuten se
deben concentrar las faenas más ruidosas antes de las 23.00 horas”. Dado

515
Biblioteca del Congreso Nacional, Historia de la Ley Nº 19.880, 29 de mayo 2003, p. 97 y 220.
516
Cfr. A. Gordillo, 2011, p. XII-3.
517
M. Mosquera Ruiz, y C. Maturana Miguel, 2010, pp. 91 y 92.
258 Jaime Arancibia Mattar

que este texto no brindaba certeza de si la faena en horario nocturno


estaba prohibida o permitida, la aclaración consistió en establecer “que
se debe preferir la realización de actividades en horario diurno (07:00
-21:00 hrs.), pudiendo ejecutarlas en horario nocturno (21:00 a 7:00
hrs.), en cuyo caso se deben concentrar las faenas más ruidosas antes de
las 23:00 hrs.”518.
El error material, por su parte, ha sido definido por la CGR como
“aquel que es claro y evidente y que en general puede ser detectado de
la sola lectura de un documento, como por ejemplo errores de transcrip-
ción, de copia o de cálculos numéricos, los cuales pueden salvarse me-
diante una corrección”519. También se incluyen aquellas “equivocaciones
involuntariamente cometidas por el servicio”520. La Administración, expli-
ca Gordillo, “debió expresar algo e inadvertidamente expresó otra cosa; o
la voluntad real del agente fue una y la expresión externa de su voluntad consignó
sin quererlo otra”521.
Lo relevante de este tipo de defecto es que no reviste la naturaleza
de vicio de juridicidad que afecta la validez del acto sino sólo un error
obvio a la luz del expediente o de los antecedentes que dan sustento al
acto. Se trata, en palabras de Marienhoff, de defectos o irregularidades
irrelevantes para la validez o eficacia del acto522. En este sentido, Maurer
distingue entre antijuridicidad y error evidente (offenbare Unrichtigkeit) o
manifiestamente erróneo: “cuando la contradicción entre lo que el ór-
gano ha querido y lo que expresa en el acto administrativo, es, sin más
reconocible”523. Ofrece como ejemplo el de “una resolución tributaria que
condena al pago de mil euros cuando según el fundamento del adeudo
sólo pueden figurar cien euros”524. En cambio, la jurisprudencia española
ha sostenido que no existe error material sino jurídico en aquellos casos
en que la rectificación envuelve o implica un juicio valorativo, una opera-
ción de calificación jurídica, o el uso de datos que no están presentes en
el expediente525.

518
Dictamen Nº 45.330 de 2008.
519
Dictámenes Nº 26.052 de 2010, N° 15.361 de 2011, Nº 58.452 de 2013, Nº 87.897 de 2016 y
Nº 227 de 2018.
520
Dictámenes N° 45.764 de 2009 y N° 34.524 de 2007.
521
Gordillo, loc. cit., p. XII-4.
522
M. Marienhoff, 2005, pp. 416 y 417.
523
H. Maurer, 2012, p. 242.
524
Ibíd.
525
Cfr. E. García de Enterría, y T. R. Fernández, p. 711.
La potestad de aclaración de los actos administrativos 259

IV. CARACTERÍSTICAS DE LA POTESTAD ACLARATORIA DE


ACTOS ADMINISTRATIVOS
La potestad aclaratoria de los actos administrativos es ejercida respecto
de actos terminales, no altera ni extingue sus efectos, versa sobre defectos
o irregularidades no esenciales, opera con efecto retroactivo, no está suje-
ta al plazo ni a los límites de atribuciones que afectan intereses subjetivos,
sólo puede ser ejercida por la autoridad que dictó el acto original, y proce-
de de oficio o a solicitud de interesado.
En primer lugar, conforme al tenor literal del artículo 62 citado, la atri-
bución aclaratoria sólo se ejercer respecto del acto administrativo termi-
nal, es decir, aquel que pone “fin al procedimiento” decidiendo “las cues-
tiones planteadas por los interesados” (art. 41 inciso 1.º de la Ley Nº 19.880).
Segundo, puesto que versa sobre defectos que no afectan la juridici-
dad o validez del acto, la aclaración no altera el contenido ni extingue
los efectos del acto administrativo sobre el que se pronuncia. Al respecto,
la CGR ha sostenido que con la aclaración “no se afecta la validez del  ac-
to  original, ni le priva o altera sus efectos, el cual subsiste con la  aclaración  o
rectificación acordada”526. El ejercicio de la potestad está condicionado, por
tanto, a “que la corrección de que se trata no importe realizar ningún
juicio de valor ni alterar el sentido o la calificación jurídica de lo decidido
por la autoridad”527, o a que “no tenga incidencia en el fondo del acto
terminal”528.
En este sentido, el acto aclaratorio se diferencia de aquéllos que modifi-
can o dejan sin efecto una decisión anterior de modo expreso, como el de
invalidación o revocación; o tácito, como aquel que constituye un orden
jurídico contradictorio o sustitutivo con uno anterior sin reconocerlo. Por
la misma razón, se diferencia también de los actos de saneamiento del ac-
to, como los de convalidación, ratificación, revalidación o confirmación,
que tienen por objeto actos antijurídicos.
Ahora bien, la dictación de actos aclaratorios no constituye alteración
del acto en la medida que se remita exclusivamente a su contenido ori-
ginal, es decir, intra actum primum. Cualquier incorporación de nuevos
elementos so pretexto de aclaración constituiría un ejercicio torcido de la
atribución o ultra actum primum. Por lo mismo, como sostiene Bermúdez, la
potestad de aclaración no podría ser ejercida para obtener invalidaciones o

526
Dictamen Nº 86.712 de 2015.
527
Dictamen Nº 96.610 de 2015.
528
Dictámenes Nº 50.985 de 2015 y Nº 4.235 de 2018.
260 Jaime Arancibia Mattar

revocaciones exentas de los límites que les impone la ley529. En este senti-
do, la jurisprudencia judicial ha declarado que la potestad aclaratoria “se
limita a situaciones que no afectan el fondo de la decisión adoptada”530. A
contrario sensu, lo que realiza un órgano administrativo al “modificar una
cuestión que excede las facultades aclaratorias del acto administrativo es
invalidar su resolución, sin sujeción a los procedimientos previstos en el
artículo 53 de la Ley N° 19.880, que exige para la actuación de oficio que
invalida los actos contrarios a derecho, la previa audiencia del interesado,
trámite del que ha carecido el acto en reproche”531.
Conforme a este criterio, es acertada la sentencia de la Corte Suprema
que declaró arbitrario e ilegal un acto aclaratorio de la Inspección Co-
munal del Trabajo de Concepción que acogió un recurso de reposición
y rebajó en un ochenta por ciento una multa impuesta, por no haberse
ajustado a criterios normativos de fijación de multas532. La defensa estatal
había sostenido que se trataba del ejercicio de la potestad de aclaración,
pese a que el acto llevaba el título de “Invalida de oficio”. Sin embargo, la
Corte sostuvo que el acto decidió sobre la validez de un acto administrati-
vo, razón por la cual debió haberse tramitado conforme al procedimiento
de invalidación, asegurando la posibilidad de impugnación de éste por
razones de igualdad ante la ley.
Por otro lado, resulta criticable la sentencia de la Corte Suprema que
validó el proceder de la Dirección General de Aguas que, so pretexto de
aclarar un acto administrativo que establecía el listado anual de titulares
de derechos de aprovechamiento de aguas obligados a pagar patente por
no uso, sustituyó el nombre de un sujeto obligado por otro, lo eximió del
pago respecto del listado de ese año, y lo incluyó en la nómina de obli-
gados de años anteriores533. Tales actuaciones ciertamente corregían un
“vicio esencial” del acto —en palabras de la propia Corte534— que tenía su
origen en el expediente, afectaba intereses de terceros y que, por tanto,
sólo podía ser objeto de una invalidación propiamente tal.
Tercero, puesto que una “alteración” consiste en la modificación de la
esencia o forma de algo, la potestad aclaratoria no corrige vicios esenciales
o sustantivos del acto administrativo sino sólo aquellos accidentales o acce-
sorios cuya enmienda no varía el contenido o efectos originales del acto.

529
J. Bermúdez, julio 2010, p. 112.
530
Sentencia de la Corte Suprema Rol N° 26.517-2014, c. 6.°.
531
Idem, c. 8.°.
532
Sentencia de la Corte Suprema Rol N° 12.206-2017.
533
Sentencia de la Corte Suprema Rol N° 18.174-2017.
534
Idem, c. 9.°.
La potestad de aclaración de los actos administrativos 261

De esto se deduce que se ejerce sobre actos válidos. Se trata, como sostiene
la CGR, “de una mera corrección de errores materiales, que no afecta cuestiones de
derecho que se hayan resuelto en el acto terminal”535, vale decir, se aclaran reso-
luciones “que adolezcan de defectos de menor entidad que no privan al acto de los
requisitos para alcanzar su fin, ni originan indefensión”536. Al respecto, Corde-
ro explica que “debe tratarse de simples equivocaciones elementales de nombres,
fechas, operaciones aritméticas y transcripciones de documentos”537, que tiene que
apreciarse teniendo en cuenta los antecedentes que se tuvieron a la vista
para resolver538.
La jurisprudencia de la CGR ha contribuido a la distinción entre vicios
esenciales y no esenciales del acto administrativo. En términos generales,
los vicios esenciales son aquéllos que contravienen los presupuestos bási-
cos de competencia o procedimiento de actuación del órgano administra-
tivo. Así, por ejemplo, se ha calificado como vicio esencial no “aclarable”
la calificación errónea de ofertas económicas en una licitación pública539,
la omisión de ascenso de un funcionario que cumple con las exigencias
legales y reglamentarias para ello540, y la falta de motivación del acto ad-
ministrativo541.
En cambio, se ha admitido la aclaración de aspectos accesorios omiti-
dos por el acto, como la mención de si el ejercicio del derecho de aprove-
chamiento de aguas es “permanente o eventual, continuo o discontinuo
o alternado con otras personas” exigido por el Código de Aguas (art. 149
Nº 6)542; o la incorporación del requisito de antigüedad en el pliego de
condiciones de las bases de licitación según lo exigía la normativa concur-
sal543. Además, se consideró procedente la rectificación de un decreto de
reincorporación que indicaba erróneamente el lugar que correspondía a
un funcionario dentro del escalafón de los de su grado544; la de un permi-
so de edificación que registraba una superficie predial inferior a la del te-
rreno según el catastro municipal545; y la de resoluciones que encasillan a

535
Dictamen Nº 86.712 de 2015.
536
Dictamen N° 28.097 de 2011. Ver también Dictámenes N°s 28.804 de 1998, N° 8.630 de
2007 y N° 27.854, de 2008.
537
L. Cordero Vega, 2015, p. 316.
538
Ibíd.
539
Dictamen Nº 96.610 de 2015.
540
Dictamen 4.235 de 2018.
541
Dictamen Nº 19.080 de 2008.
542
Dictamen Nº 50.985 de 2015.
543
Dictamen N° 91.098 de 2014.
544
Dictamen Nº 27.094 de 2017.
545
Dictamen N° 28.097 de 2011.
262 Jaime Arancibia Mattar

funcionarios en un grado o escalafón de mérito inferior debido a cálculos


erróneos, lo que afectó su remuneración546.
Cuarto, dado que la aclaración no produce mutación alguna del con-
tenido original del acto, su efecto es retroactivo. Al respecto, explica Gor-
dillo que “se considerará al acto corregido o rectificado como si desde
su nacimiento hubiera sido dictado correctamente”547. La CGR sostiene
al efecto que la “… retroactividad de la eficacia del acto aclaratorio presupone
que aclaración no tenga otra finalidad que la de precisar conceptos sobre la base de
los mismos antecedentes y consideraciones que dieran origen al acto primitivo”548.
Sin embargo, cabe precisar que, en el caso de aclaraciones interpretativas,
como sostiene Gordillo, “si el acto ha producido efectos bajo una de sus in-
terpretaciones posibles, la aclaración produce en tal caso efectos sólo para
el futuro a menos que la aclaración sea más favorable al interesado”549.
Quinto, precisamente porque la aclaración no altera el acto, el ejerci-
cio de la potestad de aclaración no está sujeto a plazo ni a los límites de
afectación de los intereses del destinatario del acto o de terceros exigidos
en la invalidación y la revocación.
Sexto, la aclaración sólo corresponde a la autoridad que hubiere dicta-
do el acto (art. 62 de la Ley N° 19.880). Según explica Gordillo, la aclara-
ción “sólo puede ser dispuesta por el mismo órgano que dictó el acto, ya
que él es el único que puede dar fe de que lo que se modifica es tan sólo
un error material o de transcripción y no un error de concepto o una de-
cisión equivocada”550. Por esta razón, la CGR ha desestimado la aplicación
del referido artículo 62 para la rectificación de actos dictados por una
autoridad diferente551.
Séptimo, la aclaración procede de oficio o a petición de interesado.
La aclaración de oficio opera también en aquellos casos en que ha ope-
rado una aclaración a solicitud de interesado que es preciso extender a
otros interesados en las mismas circunstancias por razones de igualdad
ante la ley552.

546
Dictámenes N° 34.524 de 2007, N° 24.084 de 2009, N° 45.971 de 2009 y N° 45.764 de 2009,
N° 50.446 de 2009.
547
Gordillo, loc. cit., pp. XII-4 y XII-5.
548
Dictamen Nº 78.634 de 1965.
549
Gordillo, ob. cit., p. XII-6.
550
Gordillo, ob. cit., XII-5.
551
Dictámenes N° 40.817 de 2010, N° 37.443 de 2010 y N° 37.302 de 2010.
552
Dictamen N° 34.524 de 2007.
La potestad de aclaración de los actos administrativos 263

V. FUNDAMENTOS DE LA POTESTAD ACLARATORIA DE ACTOS


ADMINISTRATIVOS
El ejercicio del poder aclaratorio es consistente con los principios con-
clusivo, de economía y proporcionalidad procedimental reconocidos en
la Ley Nº 19.880. Estos rigen la dictación de cualquier acto administrativo
terminal, incluyendo la de aquéllos que se pronuncian sobre la revisión de
otros actos terminales de oficio o mediante recursos administrativos.
En primer lugar, el principio conclusivo asegura que el acto decisorio
exprese la voluntad verdadera del órgano (art. 8 de la Ley N° 19.880), de
modo que procede la rectificación en los casos de incoherencia entre el
texto del acto y el contenido material que debería tener de conformidad
a sus antecedentes fundantes. En este sentido, la potestad aclaratoria se
funda también en los principios de congruencia procedimental y certeza
jurídica que debe garantizar la Administración Pública en sus actuaciones.
En segundo término, el procedimiento que tiene por objeto controlar
y, eventualmente, enmendar un acto administrativo viciado debe escoger
la medida correctiva que asegure “la máxima economía de medios con eficacia,
evitando trámites dilatorios” (art. 9 inciso 1.º). En la práctica, el volumen o
densidad de la tramitación correctiva dependerá de la entidad del vicio
que es preciso enmendar, pues a mayor gravedad será necesario iniciar
un procedimiento de invalidación, mientras que defectos menos graves
sólo ameritan una subsanación y, en último término, una aclaración como
medida de “buena administración”553. Así, por ejemplo, la CGR confirmó la
negativa de una autoridad a invalidar un error de plazo por el hecho de
ser “aclarable” con sencillez: “razones de eficiencia y de economía procedimental
obstan al cuestionamiento de las modificaciones de que se trata, desde el momento
en que en la actualidad la autoridad cuenta con atribuciones para aclarar sus
actos”554.
Tercero, puesto que la carga procedimental que afecta al destinatario
del acto depende de la entidad del vicio, cualquier sobrecarga de trámites
para corregir defectos no sustanciales atentaría en contra del principio de
proporcionalidad procedimental.
La Corte Suprema ha procurado concretar la vigencia de estos criterios
a través del principio de conservación del acto administrativo, en virtud
del cual sólo producen invalidez los vicios esenciales del acto administrativo
y de su procedimiento, mientras que los accesorios ameritan únicamente

553
Dictámenes N° 28.912 de 2004 y Nº 86.712 de 2015.
554
Dictamen N° 34.021 de 2003.
264 Jaime Arancibia Mattar

rectificación o enmienda555. Este criterio ha sido precisado también por la


Ley Nº 19.880 en materia de vicios formales: “El vicio de procedimiento o de
forma sólo afecta la validez del acto administrativo cuando recae en algún requisito
esencial del mismo, sea por su naturaleza o por mandato del ordenamiento jurídico
y genera perjuicio al interesado” (art. 13 inciso 2.º). Si bien este último pre-
cepto sólo se refiere a vicios procedimentales, la Contraloría General de la
República ha extendido su aplicación a todo tipo de vicios no esenciales,
formales y materiales556.

VI. CONCLUSIONES
De acuerdo con lo expuesto en este trabajo, es posible destacar las si-
guientes conclusiones:
A) La aclaración de documentos jurídicos consiste en corregir o en-
mendar errores, arreglar o quitar defectos. A partir de 2003, esta
corrección fue incorporada como potestad respecto de actos admi-
nistrativos en el artículo 62 de la Ley Nº 19.880, de Bases de los Pro-
cedimientos Administrativos que rigen los Actos de los Órganos de
la Administración del Estado.
B) El legislador chileno optó por un concepto de aclaración amplio,
en que la corrección del acto puede consistir en esclarecer puntos
dudosos u obscuros, o en rectificar errores materiales. Se aparta así
de la doctrina que distingue ambas figuras bajo el género de modifi-
cación de actos válidos.
C) Los puntos dudosos u obscuros son aquéllos respecto de los cuales
no existe claridad o certeza. En este caso, la aclaración consiste en
fijar el sentido y alcance de pasajes del acto, en una labor interpre-
tativa. El error material, por su parte, es aquél que manifiesta una
incongruencia evidente e involuntaria con lo que el órgano debió
haber decidido de acuerdo con el mérito del expediente. Lo rele-
vante de ambos tipos de defecto es que no reviste la naturaleza de vi-
cio de juridicidad que afecta la validez del acto sino sólo un defecto
insustancial.

555
Véanse sentencias de la Corte Suprema en Roles N° 47.610-2016, Nº 29.535-2018, Nº
97.928-2016, (c. 6.º y 7.º), N° 2.971-2017 (c. 7.º), Nº 41.987-2017, (c. 7.º), Nº 2.850-2015 (c.
13. °). Rol N° 23.587-2015 (c. 5.º); Nº 27.822-2017 y Nº 11.485-2017.
556
Dictámenes N° 28.097 de 2011, Nº 50.985 de 2015, Nº 4.235 de 2018.
La potestad de aclaración de los actos administrativos 265

D) La potestad aclaratoria de los actos administrativos es ejercida res-


pecto de actos terminales, no altera ni extingue sus efectos, versa
sobre defectos o irregularidades no esenciales, opera con efecto re-
troactivo, no está sujeta al plazo ni a los límites de atribuciones que
afectan intereses subjetivos, sólo puede ser ejercida por la autori-
dad que dictó el acto original, y procede de oficio o a solicitud de
interesado.
E) El ejercicio del poder aclaratorio es coherente con los principios
conclusivo, de economía y proporcionalidad procedimental recono-
cidos en la Ley Nº 19.880. Además, guarda consistencia con los prin-
cipios implícitos de congruencia, certeza jurídica, proporcionalidad
procedimental y conservación de los actos administrativos.

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