En nuestra cultura capitalista y con el descubrimiento de los neurolépticos, los enfermos mentales
“emergen” como un nuevo grupo de consumo, si bien la mayoría no está en condiciones de
asumir costosos tratamientos, la seguridad social interviene, esto resulta posible ya que para
entonces los enfermos mentales se encuentran incluidos en el saber médico. (Polanco, 2007) El
avance de las neurociencias ha llevado, en las últimas décadas, a una mayor consideración por
parte de los psicólogos clínicos del substrato neurobiológico de la conducta. Si bien existen hoy
tratamientos psicológicos sumamente efectivos para la mayoría de las patologías mentales
(Mustaca 2004), el empleo de psicofármacos resulta muy útil en algunos casos, especialmente en
la enfermedad mental severa y en algunas entidades patológicas. La práctica clínica da muestra
también de que muchos pacientes acuden a consulta psicológica ya medicados, bien sea por
prescripción médica o, lo que resulta más peligroso, pero no menos frecuente, por
automedicación. Ante este panorama, el profesional psicólogo en nuestro país se encuentra
legalmente limitado no sólo para prescribir medicación sino también para retirarla en aquellos
casos que se considere innecesaria o incluso nociva.
Si el psiquiatra puede hacer psicoterapia, luego de una determinada formación, ¿por qué no puede
suceder lo mismo a la inversa? ¿Es acaso tan exclusivo un determinado cuerpo de conocimiento?
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Una argumentación de este tipo no se sostiene; más que suposiciones e imposiciones de poder,
necesitamos más debate científico, aquel debate que coloca el conocimiento por sobre el
prestigio. (Polanco,2007:221).
ARGUMENTOS
Desde una perspectiva de la formación del psicólogo en psicofarmacología, daré énfasis en lo que
se refiere al consumo de los psicofármacos y su uso extensivo es decir, no restringido a sujetos
diagnosticados con una patología mental, esto ha venido incrementándose progresivamente a lo
largo de los últimos años; poniendo de este modo en discusión concepciones acerca de la salud y
la enfermedad, sobre la condición del enfermo mental y el tratamiento de los síntomas más
amenazantes para el logro de una acción social adecuada (Álvarez et al., 2007). Al respecto
Ehrenberg (1991) postula que el ingreso de los medicamentos psicotrópicos al especio de la
epidemiología de las drogas pone en escena una toxicomanía a los psicofármacos que, lejos de
caracterizarse por la falta de socialización y la decadencia, se define por la búsqueda de efectos
positivos en la socialización y la acción correspondiente.
artificio que permite, de alguna manera, aliviar el peso que la vida en las sociedades actuales hace
surgir, a saber: que cada sujeto se funde y se controle a sí mismo. De esta manera, el contexto se
torna propicio para que los sujetos consideren a los psicofármacos como un medio adecuado y
eficaz para dominar tensiones internas y lograr adaptarse a las exigencias sociales impuestas
(Ehrenberg, 1991; Szasz, 1992).
La literatura sobre el tema coincide en que este contexto de autorregulación empuja al sujeto a
acentuar los controles sobre sí mismo, a fin de ser competente en términos profesionales, sociales
y afectivos. El autocontrol coloca al sujeto en situaciones de inhibición, vulnerabilidad,
excitación, depresión y ansiedad que tienden a ser resueltas químicamente a través de productos
tranquilizantes y/o estimulantes. Esta batería de medicamentos cumple la función de luchar con
los síntomas que resultan más invalidantes en la sociedad actual (Álvarez 2007).
Es así como comienza a surgir una oferta cada vez más diversificada de sustancias reguladoras
del estilo vida, que desde un menú de opciones prometen una actitud más proactiva o serena
según la demanda; se trata de productos ansiolíticos sedativos y productos con virtudes
estimulantes y proactivas que conforman dos polos, dentro de los cuales se juega la "prescripción
del confort", proporcionando la adaptación y la integración social.
De este modo puede observarse como el escenario se torna propicio para el surgimiento de
prácticas y conductas irracionales relacionadas con el uso indebido de psicofármacos que, dada
su peligrosidad y la actual naturalización de su consumo, merecen y urge ser atendidas. Es ante la
escasa información sobre psicofármacos (acciones, usos, aplicaciones, etc.) que se brinda durante
la formación de grado en psicología en las diversas universidades de nuestro país y la ausencia de
estudios en esta línea que se puede observar en diferentes documentos citados, el principal
objetivo es indagar acerca del lugar que la psicofarmacología ocupa en la formación académica y
la práctica profesional de los licenciados en psicología, así como la actitud que los mismos tienen
frente a ella. Al respecto, se tuvo en consideración la formación e información, las diferentes
estrategias de abordaje, las herramientas y las limitaciones con las que cuentan los psicólogos
para encarar la temática de los psicofármacos.
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Es así que los retos del psicólogo en el abordaje que se brinda es más biopsicosocial
(multidisciplinario) aun quedando mucho por construir y de esta manera debe saber utilizar en
pro del bienestar de la sociedad, tomando aquí relevo los aportes y fundamentos de la
farmacología para la búsqueda de aquello que mejor actúe y ofrezca resultados positivos ante los
tratamientos la administración de un fármaco, este entendido como cualquier sustancia
químicamente definida que produce una respuesta objetivable, que se convierte en medicamento
al ser convenientemente elaborado y dosificado (Betés de Toro, s.f.), llevando consigo una forma
farmacéutica que le permitirá la administración sea en forma sólida, liquida o gaseosa (desde vías
internas o externas) del principio activo quien tiene el principal efecto sobre la sintomatología a
tratar quien va acompañado del excipiente como aquel conjunto de sustancias que favorecerán la
administración, liberación y absorción de dicho principio activo.
Cabe destacar que todo esto se logra a partir de los procesos de la farmacocinética procesos
LADME, Liberación, Absorción, Distribución, Metabolismo y Eliminación del medicamento
correspondiendo a los pasos que sufre el medicamento desde que se pone en contacto con el
organismo hasta que se elimina, y la farmacodinamia iniciando en el momento que el principio
activo del medicamento llega al cerebro desde aquella molécula que va al sistema Nervioso
Central, por tanto impacta en las funciones de la sinapsis para realizar el efecto deseado sobre el
organismo.
Luego de esta explicación, la diferencia que existe con las drogas es más comprensible, a esta
tratarse de una muestra bruta de compuestos en donde se desconoce la mezcla, tipo y
composición de la misma, y al menos una de las sustancias tiene efectos farmacológicos que
activan o disminuyen sin ningún control médico la actividad del Sistema Nervioso Central.
Además, en compañía del psicofármaco se encuentra la terapéutica como conjunto de remedios
usados para curar, aliviar, prevenir o diagnosticar enfermedades, donde desde cada rama de la
salud se utilizan diferentes técnicas, como por ejemplo las basadas en la palabra y la
comunicación desde la psicología, como un elemento que es preferible esté de la mano en todo
tratamiento farmacológico de la enfermedad mental, teniendo en cuenta que todos los factores
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CONCLUSIÓN
No se trata de competir como profesionales por la ciencia o mirada sobre la salud enfermedad
que se tenga por la ciencia de la salud a la cual se pertenece, sino comprender la integralidad que
es el sujeto y la sociedad como red de seres humanos biológicos, psicológicos y sociales; para
finalizar, y mirar la otra cara de la moneda en cuanto a los usos indebidos o en contra de la
sociedad que se manejan día a día de ciencias como la psicología y la psicofarmacología, se debe
evidenciar la realidad de que con la mente y la capacidad creadora se puede construir un arma o
escribir una canción, y este es el caso donde profesionales tales como médicos, psiquíatras,
psicólogos, empresarios y demás estudiosos debemos utilizar la investigación y el conocimiento
para inmiscuirnos en el verdadero foco de las ciencias de la salud pensadas y cimentadas para
beneficio de la humanidad, pero que son usadas por sinnúmero de sujetos con títulos para buscar
el control social desde la alienación y la instauración, de control externo en los individuos, desde
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sus pensamientos, acciones y en especial todo aquello que consuman que alteren o su mental y
bienestar sociocultural.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Roca, A. (2003): Historia de los medicamentos. Bogotá: Academia Nacional del Medicina
Szasz, T. (1992): Nuestro Derecho a las Drogas. Barcelona, España: Editorial Anagrama
Wautier, G. & Tolman, A. (2007): Psicología y Psicofarmacología: compañeros naturales en la
atención sanitaria holística. Papeles del Psicólogo 28 (2).