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INTEGRANTES:

MIGUEL TORRES

GABRIELA ALDAS

PROFESOR:

DR. GEOVANNI SACASARI

TEMA:

ENRIQUECIMIENTO INJUSTIFICADO

FCHA DE ENTREGA:

27 de junio d 2021

PARALELO C
Enriquecimiento Injustificado

1. HECHOS DEL CASO.

Ricardo Osvaldo Bianchi, demando a Modesto Saury y Elvira Dionisia Sanuy


por enriquecimiento injustificado más daños y perjuicios, en razón de que, el mes de
agosto de 1996, Ricardo Osvaldo Bianchi, como propietario, arrendo a sus padres una
finca en la que se cultivo 21 hectáreas de soja de primera clase y 21 hectáreas de soja de
segunda clase. Cabe recalcar que la propiedad estaba bajo hipoteca.

El Banco de la Unión de Argentina ejecutó juicio hipotecario en contra del


propietario, juicio que terminó en el desalojo del propietario y los arrendatarios (que
eran sus padres), de modo que se procedió a rematar la propiedad, y se la adjudico a sus
nuevos propietarios, Modesto Saury y Elvira Dionisia Sanuy, quienes cosecharon la soja
sembrada por el arrendatario de la finca, vale mencionar que la cosecha es aquella
función de recoger el sembrío maduro del fruto o cultivo hecho con anterioridad. La
parte actora estimo la cosecha en unas 126 toneladas. La jueza de instancia desestimo la
demanda en razón de que: La parte demandada negó la existencia de los sembríos
alegando que la parte actora tenía conocimiento del juicio hipotecario, antes de que se
hayan cosechado los sembríos, también que la parte actora dio a conocer
posteriormente, mas no en el momento debido, los sembríos planteados, que nunca se
menciono la existencia del contrato de arrendamiento de sus padres (en la misma
contestación alegaron invalidez del contrato), manifestando como acotación que la
hipoteca comprende “todo lo edificado, plantado y demás adherido al suelo”, en
conclusión negaron haber cosechado las 126 toneladas de soja y desconocieron los
daños reclamados. En Síntesis se negó totalmente la prueba propuesta por la parte
accionante.

Ante la sentencia de primera instancia, la parte actora presentó recurso de


apelación argumentando nuevamente su derecho a cobrar los sembríos cosechados
valiéndose de sus derechos mencionados, y como punto principal, que la jueza no
analizó qué derecho tenían los demandados sobre la cosecha de soja. Finalmente la parte
accionante manifestó que no se han considerado justificado los requisitos para que
proceda el enriquecimiento ilícito. (El análisis de los requerimientos se revisara más
adelante). Los demandados por su parte contestaron lo expuesto, reiterando lo sostenido
anteriormente al responder la demanda. El actor intentó probar el arrendamiento
presentando el contrato de arrendamiento celebrado con sus padres (propietarios del
campo), fechado el 2/08/96, pero con fecha cierta del 19/12/96. Se probó que el actor
sembró las 42 hectáreas, debido a que parte de la maquinaria agrícola (que se utilizo
para la siembra de los cultivos) que se menciona en la orden de desalojo, coincide con el
contrato hipotecario de la propiedad entre el Sr. Bianchi y el Banco de la Unión, de tal
manera que el actor había estado sembrando los cultivos con las maquinarias
mencionadas, en el transcurso de la hipoteca. Se probó que quienes cosecharon la soja
fueron los compradores en la subasta por 2 razones. En primer lugar, la existencia de la
siembra de los cultivos (21 hectáreas de soja de primera y 21 hectáreas. de soja de
segunda) es constada en la orden de desalojo, por ende la pareja cosecho la siembra
después de ejecutada la hipoteca y desalojada la propiedad. En segundo lugar, se
desprende del informe de la Cooperativa Agropecuaria e Industrial de Salto Ltda., la
compra de soja en certificados de depósito por parte de la Cooperativa a Modesto Sanuy
y Elvira Dionisia Sanuy”. En los meses de marzo y abril de 1997, destacando que
figuran a nombre de “Modesto Sanuy y Elvira Dionisia Sanuy”. Justificando y
demostrando así, los requerimientos del enriquecimiento injustificado por parte de los
demandados. En sentencia la sala resuelve:

1°.- REVOCAR parcialmente la sentencia apelada, haciendo lugar a la acción de


enriquecimiento sin causa por la suma de PESOS SEIS MIL SEISCIENTOS ($ 6.600),
que deberá abonarse en el término de diez días a partir de notificarse a la parte
demandada.

3°.- IMPONER las costas de la acción de enriquecimiento en un treinta por


ciento (30%) a los demandados y al actor en un setenta por ciento (70%) (arts. 68 y 70
C.P.C.C. Legislación Argentina).

2. ANALISIS DEL PROBLEMA JURÍDICO.

El aspecto a discutir en la sentencia mencionada es una cosa puntual, referente


al enriquecimiento sin causa, debiendo ponerse de manifiesto si se reúne o no los
requisitos para que proceda esta acción. No ha existido problema en aceptar los tres
requisitos para que proceda la acción de enriquecimiento sin causa; a) El demandado ha
aumentado su patrimonio y el del demandante ha disminuido. B) No existe una causa
jurídica legal que permita justificar ese incremento de patrimonio. C) Que el
demandante cuando desee utilizar esta acción de enriquecimiento injustificado, debe
tener conocimiento de que no puede usar un articulado o acción existente en la norma
para el caso a discusión, puesto que de ser así, deberá obrar por esa vía, más no por la
del enriquecimiento injustificado. La discusión radica en probar la ausencia de causa
lícita para el enriquecimiento, aspecto que en criterios de la propia Sala se centra en
dilucidar ¿Quién tenía los derechos sobre la cosecha?

No existe dificultad en establecer si el actor sembró las 42 hectáreas de soja


puesto que se lo ha confirmado con la prueba anteriormente mencionada, sin embargo
se debe hacer énfasis en la fecha en que se sembró el campo. Se menciona que el
contrato de arrendamiento fue celebrado el 2 de agosto de 1996, y ratificado ante
escritura pública el 19 de diciembre de 1996 y que la siembra se llevó a cabo entre los
meses de octubre y noviembre del mismo año, es decir, que a la fecha de la ratificación
del contrato ante el escritura pública, los campos ya se encontraban sembrados. Es así
que la pareja, pese a la adjudicación legal de la finca, se adueño de trabajo ajeno al
suyo. Pues el actor perdió una cierta cantidad de dinero que invirtió para cultivar y así
cubrir de alguna manera el monto de la hipoteca, (pudo haber gastado en preparar la
tierra, comprar la semilla, insumos, etc.) gastos que hubieran tenido que realizar si es
que los que cosecharon hubieran sembrando. ¿Es válido que cosechen la soja sin haber
invertido en ella absolutamente nada? Y que el actor ¿no reciba nada a pesar de haber
realizado gastos para cultivar dicho campo?

3. CONCLUSIÓN.

Es de menester señalar que el enriquecimiento injustificado es una acción


provista de un uso infrecuente en la actualidad jurídica, puesto que es una de las fuentes
de las obligaciones de un uso poco habitual y práctico, pero analizando el caso en
discusión, lo complicado no es reunir, demostrar y justificar los tres requisitos
doctrinarios existentes (que de por sí, tampoco es fácil hacerlo), sino que es hacerlo
probando la ausencia de causa lícita para el enriquecimiento, es decir, demostrar de
alguna manera que la parte demandada no haya obrado de forma licita para el
adquerimiento de lo obtenido. Este es un punto que concierne al fuero interno del
demandado pero que comprobado, se puede alegar la totalidad de la acción, en
conclusión deben existir casos excepcionales para que debidamente puedan ir acorde a
la acción de enriquecimiento injustificado.

BIBLIORAFIA:
CODIGO CIVIL ARGENTINO, Editorial Forrer, Buenos Aires, 2010.

Francisco G. (2010) ¨ Falta de regulación del enriquecimiento sin causa como fuente de
obligaciones en el Código Civil Ecuatoriano¨. Loja-Ecuador. Universidad Nacional de
Loja.

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