Existen diversos modos de poner fin a la obligación
tributaria sustantiva. Es indudable que siendo una obligación de dar, el medio natural de extinción es el pago, pues toda obligación de este tipo tiene como finalidad procurar al acreedor la satisfacción de su pretensión, la cual debe ser cumplida por el deudor. Existen, además otros medios para extinguir la obligación según la ley Civil, alguno de los cuales son aplicables en materia tributaria. Los principales son, además del pago; compensación, confusión, condonación o remisión y prescripción. PAGO: El pago es el cumplimiento de la prestación que constituye el objeto de la relación jurídica tributaria principal, lo que presupone la existencia de una suma líquida y exigible a favor del Fisco. Para la Corte Suprema de Justicia de la Nación el pago tiene una naturaleza contractual exteriorizada por el recibo que el Estado otorga al contribuyente y por virtud del cual el deudor obtiene la liberación de su obligación, llegando a constituir un derecho amparado por el artículo 17 de la CN. Este efecto liberatorio esta condicionado a que dicho pago sea realizado de buena fe, lo cual se presume si no existe culpa grave o dolo. La boleta de depósito bancario de importes tributarios, no tiene la entidad de recibo de pago otorgado por el Fisco acreedor, dado que los bancos no tienen facultad para decidir sobre la corrección del pago. En principio los sujetos pasivos de la obligación tributaria son quienes deben realizar el pago, pero tambien esta contemplado que el pago sea efectuado por terceros. En este caso el Fisco se desinteresa de la deuda y el tercero pagador ocupa su lugar con sus derechos, garantías, preferencias y privilegios sustanciales (causa Ballín- Rev La Ley 90-52). En materia de doctrina argentina están de acuerdo Dino Jarach (Curso de Derecho Tributario) y Giuliani Fonrouge -Susana Navarrine (Derecho Tributario). Lo único que le está vedado al tercero es el juicio de ejecución fiscal, por ser este un procedimiento de excepción instituido a favor del Fisco exclusivamente. Debe destacarse muy especialmente que los pactos particulares respecto de la carga de la obligación tributaria pueden ser validas entre ellas, pero no tienen efectos con relación al Fisco. COMPENSACION: Este medio extintivo tiene lugar cuando dos personas reúnen por derecho propio la calidad de acreedor y deudor recíprocamente. Según la ley 11683, el contribuyente puede compensar sus deudas hacia el Fisco con sus saldos favorables, siempre que la AFIP ya hubiese acreditado ese saldo favorable o que este hubiere consignado tal saldo en declaraciones juradas anteriores no impugnadas. A su vez el Fisco puede compensar de oficio los saldos acreedores del contribuyente con las deudas declarados por aquél o determinados por la AFIP y concernientes a periodos no prescriptos, comenzando por los más antiguos, pudiendo provenir esos saldos deudores de distintos gravámenes sometidos a la ley 11683. Vemos que tanto en la compensación que puede hacer valer el Fisco, como el sujeto pasivo, su oposición depende de la voluntad de la parte facultada (siendo, en cambio obligatorio para la parte contra la cual la compensación se opone). Pero si la AFIP hace uso de su facultad de compensar los saldos acreedores de un contribuyente con sus deudas tributarias, ello importa reconocer la existencia de esos saldos acreedores favorables al contribuyente. En consecuencia, dicho contribuyente puede repetir su importe en la medida que exceda de sus deudas tributarias. Por otra parte, el reconocimiento del Fisco opera como interruptor de la prescripción que podría estar corriendo a su favor (CSJN -Villegas Basavilbaso 6/09/1976). El efecto de la compensación es la extinción de la deuda tributaria hasta el importe de la menor, quedando subsistente la mayor por el saldo restante.
CONFUSION: Esto ocurre cuando el sujeto activo de la
obligación tributaria (el Estado), como consecuencia de la transmisión de bienes o derechos sujetos a tributo, queda colocado en la situación de deudor. Esta situación se produce en el caso de los bienes mostrencos, en cuyo pasivo existen deudas tributarias. No hay que confundir esta situación con la que ocurre cuando el Estado pasa a ser sucesor a titulo singular de bienes cuya propiedad sea determinante del tributo (v.g.; impuestos inmobiliarios de inmuebles que el Estado expropia). Ello es así, porque la relación jurídica tributaria es personal, no real y por consiguiente el deudor es el anterior propietario del inmueble, por supuesto que cuando pasa al Estado, el mismo se encontrará exento. NOVACION: En las periódicas leyes de regularización tributaria que se dictan en nuestro país se da el caso de la novación, por cuanto las deudas originales no pagadas en su debido tiempo quedan extinguidas mediante el mediante el sometimiento del deudor al régimen de regularización tributaria. Cuando se produce el acogimiento el deudor suele declarar los gravámenes omitidos y sobre los mismos se aplica, bien una alícuota reducida (blanqueo) o con condonación de todos o parte de los intereses o multas. En estos casos aparece una nueva deuda que reemplaza a la anterior y que generalmente es inferior a la original con lo que está última puede considerarse extinguida, en la medida que el deudor cumpla con los términos de la regularización.
PRESCRIPCION: La inacción del Estado por cierto
período de tiempo genera la extinción de la obligación jurídica de ingresar el tributo, transformándose dicha obligación en una obligación natural (no exigible jurídicamente), tal disposición tiene su origen en la necesidad de dotar al sistema de estabilidad jurídica con el transcurso del tiempo del tiempo. Los plazos para que opere la prescripción son de 5 años para contribuyentes inscriptos o cuando él mismo regulariza espontáneamente la situación, en tanto que si no está inscripto teniendo la obligación de hacerlo el plazo será de 10 años. El plazo comenzará a contarse a partir del primer día de Enero del año siguiente en que se produzca el vencimiento de los plazos generales para la presentación de la declaración jurada e ingreso del gravamen. Existen dos situaciones particulares que son la interrupción y la suspensión de la prescripción, que veremos a continuación: Interrupción: es cuando se tiene como no transcurrido el plazo de la prescripción que corrió con anterioridad al acontecimiento interruptor, fundamentalmente existen tres motivos de interrupción: 1) la demanda judicial, 2) el reconocimiento del derecho del acreedor y 3) la renuncia expresa al término corrido de la prescripción en curso. Suspensión: la misma inutiliza para la prescripción su tiempo de duración, pero desaparecida la causal suspensiva, el tiempo anterior a la suspensión se agrega al transcurrido con anterioridad, fundamentalmente existen los siguientes causales de suspensión: a) la determinación de oficio, b)la interposición de recurso de apelación y c) los plazos para acogimiento a los diferentes regímenes de regularización impositiva que suspende por la duración de dicho plazo, tanto para los contribuyente que se adhieran o no.