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AYUDEMOS ALMAS Sepulcro a Jesús

dieron, a su Madre
Ayudemos, almas, de pena y dolor
de tanto penar el pecho se le abre.
a la Virgen pura
de la Soledad. Con San Juan se va
porque es el amado
Al pie de la cruz a quien Jesucristo
la vemos que está la había encomendado.
la Madre sin Hijo
porque ha muerto ya. Allí vió la calle
donde le prendieron
Se aumenta su pena y donde de muerte
de ver a Jesús, sentencia le dieron.
que no hay quien lo baje
de la Santa Cruz. Triste y afligida,
entra a la ciudad,
Crece su dolor, llena de dolor,
pues no halla sudario llena de pesar.
para revestir
el cuerpo sagrado. Entra a su aposento,
se desata en llanto,
Tanta es su pobreza, no hay quien la consuele
pues no hay un sepulcro en tanto quebranto.
para sepultar
a su Hijo difunto. Hombre, fuiste causa
de esta soledad,
Tres necesidades llora tu pecado,
tuvo esta Señora, llora tu maldad.
pero Dios le envía
quien se las socorra. Herido tu pecho
con siete puñales
José y Nicodemo tus ojos en llanto,
de Arimatea Señora deshaces.
bajan a Jesús
y a María lo entregan "¿Dónde está mi amado?"
Decía adolorida.
En sus dulces brazos "¿Dónde está mí bien?
tierno lo estrechaba ¿Dónde está mi vida?"
con amargo llanto
sus llagas besaba. ¡Salve, dolorosa,
afligida Madre!
"¡Ay, Hijo de mi alma, ¡Salve tus dolores,
prenda de mi vida, y a todos nos salves!
cómo está tu cuerpo
todo hecho una herida!” ¡Adiós, Madre mía!
¡Adiós, mi consuelo!
"Por culpas ajenas ¡Adiós, mi esperanza!
estas de esta suerte, ¡Adiós, mi remedio!
por librar al hombre
de la eterna muerte."

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