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OASIS

HOLÍSTICO
RUFUTURO: Taller Introductorio de Tarot

TAROT ANALÍTICO
Un enfoque holístico


Por Benebell Wen
Extracto del libro Holistic Tarot: An Integrative Approach to Using Tarot for Personal Growth


El tarot es una práctica rica en historia y conocimiento cultural. Es una ciencia de
la mente.

A través de su desarrollo, las cartas del tarot han absorbido la sabiduría, la
narrativa, la filosofía, la antropología cultural y las lecciones morales de muchas
sociedades, religiones y diferentes escuelas de pensamiento. Representa el
espectro de las condiciones y personalidades arquetípicas humanas, el cual puede
utilizar el practicante moderno de tarot para trabajar la evaluación proyectiva
psicológica. El tarot nos ayuda a mirar dentro de nosotros mismos para
comprender nuestras propias emociones, el razonamiento detrás de nuestras
palabras y conducta, así como nuestras fuentes de conflicto.

Este libro presentará al tarot como una herramienta holística que puede
ayudarnos a trabajar nuestro propio inconsciente para encontrar respuestas. Uno
puede aprender a utilizar el tarot para tomar decisiones informadas y escoger
rutas beneficiosas en su futuro. Las cartas no nos dicen qué hacer. Al contrario: nos
ayudan a analizar nuestros problemas desde una perspectiva diferente y, siendo
una herramienta de diagnóstico para la toma de decisiones, nos ayudan a trazar
una hoja de ruta para encontrar soluciones. El proceso analítico habitual de la
mayoría de las personas incorpora inteligencia racional y emocional. Al aprender y
aplicar el tarot, uno puede agregar una tercera dimensión: la de la inteligencia
espiritual.

No apoyo la adivinación y no creo en la predicción del futuro. Mi enfoque hacia el
tarot no es predictivo, es analítico. Los signos y símbolos de las cartas facilitan la
recuperación de información del inconsciente, llevándola así a la superficie del
plano consciente de la mente. Esto nos ayuda a generar soluciones creativas, a
pensar un problema que hemos estado observando monótonamente desde un
ángulo diferente, o incluso a encontrar una revelación que nos permita avanzar. Lo
llamo, precisamente, tarot analítico.

Cuando estudiamos las imágenes y los símbolos que aparecen en una tirada de
cartas, activamos nuestra imaginación. Esa imaginación activa consecuentemente
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nuestra intuición, que suele ser el único instrumento con el que contamos para
canalizar un camino claro hacia la verdad de una situación. Esta verdad a menudo
se encuentra en nuestro inconsciente. El tarot analítico nos ayuda a extrapolar
aquello que está latente en los archivos inconscientes de nuestra mente y lo eleva
como verdad a la superficie de nuestra conciencia.

Si pregunto: "¿Qué pasará cuando coloque mi mano en el fuego?", y me
respondieran: "Te quemarás la mano", ¿estamos prediciendo el futuro? En cierto
sentido, sí. Lo que estamos haciendo es aprovechar un conocimiento consciente
para acceder a la información que nos proporcionará una idea del resultado más
probable a mi acción contemplada. El tarot opera de la misma manera, aunque
para consultas humanas más complejas. Este sistema nos ayuda a acceder a
nuestro conocimiento inconsciente, elevarlo a la superficie de nuestra mente
consciente y revisar información que normalmente se encuentra latente (en el
subconsciente, en el inconsciente personal o incluso en el inconsciente colectivo),
generando una idea de qué resultados son los más probables de las acciones
contempladas.

Cuando las personas no entienden esto es que se empiezan a asumir
supersticiones, dotando al tarot con poderes místicos que no tiene, viéndolo como
una herramienta de los dioses o del demonio. Les aseguro que no es ninguna de las
dos cosas. Como con cualquier instrumento, uno puede usar el tarot para el bien o
con motivos ulteriores. El tarot analítico habla de cómo usarlo para empoderarnos,
para enfrentar los resultados probables de nuestras acciones, pudiendo rectificar
cualquier error y garantizándonos un mejor mañana.

Los escépticos dirán que no existe una verdad objetiva en el tarot, solo subjetiva;
que proyectamos nuestras historias personales en los significados aprendidos de
las cartas y convertimos eso en nuestra verdad. Bueno, eso no solo es correcto,
sino que es exactamente lo que ayuda a las personas a comprender situaciones que
de otro modo parecían sin salida, ya que el estrés, la frustración y las
preocupaciones cotidianas llenan nuestra mente consciente, obstaculizando
nuestra capacidad de ver una solución.

Cuando reconciliamos nuestra historia personal con la narrativa de las cartas,
comenzamos a ver nuestra propia situación a través de nuevas perspectivas y
desde diferentes ángulos. Aquellos quiebres en el camino que podrían afectarnos
positivamente empiezan a iluminarse; comenzamos a ver nuestras opciones. Es
precisamente así como el tarot analítico nos ayuda. Es subjetivo, porque no puede
decirte nada que no sepas de antemano. Te dice exactamente lo que ya sabes pero
que aún no has permitido a tu mente consciente enfrentar. Se trata de acceder al
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inconsciente, lo cual es parte de la misma teoría detrás del psicoanálisis y la


psicología moderna.

El tarot es nuestro consejero. Lo consultamos por las mismas razones por las que
consultamos a nuestras madres, mejores amigos, confidentes, abuelos, líderes
espirituales, libros sagrados, literatura inspiradora y motivacional, mentores y
maestros: buscamos entendimiento a través de la sabiduría que otros han
adquirido para que podamos, a su vez, nutrir nuestra propia sabiduría.

A través de la historia humana, los más grandes líderes han buscado oráculos para
obtener consejo, especialmente en sus tiempos más inciertos. En una explicación
comparativa simplificada, el tarot analítico puede servir como un oráculo, pero no
porque realmente lo sea. Dicha comparación no explica completamente su función.
El tarot es un espejo: refleja quiénes somos y nos muestra nuestras fortalezas y
debilidades. Nos hace confrontar las decisiones que hemos tomado en el pasado,
nuestra actitud –tanto buena como mala–, y cómo estos componentes han afectado
nuestra vida. Es impresionante cómo el tarot logra escoger siempre los arquetipos
correctos que nos ayudan a comprender qué tenemos que hacer salir adelante. No
tengo una explicación concreta de por qué funciona exactamente, aunque he
generado algunas teorías.

Creo fielmente que usar cualquier objeto –incluso el tarot– para la adivinación o
predicción del futuro no puede realmente resolver problemas. De hecho, creo que
genera más problemas, porque la adivinación manipula nuestras expectativas. El
tarot analítico no es un método para la adivinación. Este libro no te enseñará cómo
usar el tarot para ubicar a tu futuro esposo o predecir cuántos bebés tendrás. Si
bien algunas personas intentan usar el tarot para predecir el futuro, de la misma
manera que usan hojas de té, monedas, bolas de cristal, palos de bambú, o la
lectura de palmas de la mano, la adivinación y la predicción del futuro están lejos
de los objetivos de este libro.

El tarot analítico aplica al tarot en la misma línea que el mental mapping (mapeo
mental): un método que busca visualizar mejor las soluciones viables a un
problema presente. Nos propone una forma de reflexionar sobre los eventos y las
personas en nuestra vida, analizándolas en conjunto con los rasgos más
dominantes de nuestra personalidad con el fin de conocer certeramente cómo
superar obstáculos en nuestro camino. Es básicamente la resolución de problemas
mediante el análisis, no invocando consejo de los espíritus. No deberíamos usar al
tarot para coquetear con nuestras propias inseguridades y que nos diga qué
esperar. Así que no leas este libro si tu objetivo es ser clarividente. Hay otros
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textos que pueden ayudarte con eso. En el tarot analítico solo necesitas fe en tu
propia capacidad y tenacidad para recorrer el camino que elijas.

No es contradictorio aplicar el tarot para ayudar a trazar metas nuestras
profesionales. Cualquier atributo predictivo en el tarot analítico funciona como
cuando consultamos el pronóstico del clima para el fin de semana antes de un viaje
planificado. Dicho pronóstico solo nos ayuda a estar preparados. De acuerdo a un
análisis meteorológico, se nos está mostrando el resultado climático más probable,
pero otros factores impredecibles pueden cambiarlo en el último momento.

Habiendo crecido en una cultura china/taiwanesa, fui expuesta rutinariamente a
las prácticas de adivinación del Asia oriental: lectura de caras, quiromancia; Ba Zi
(que es la práctica de revelar tu destino a través de la fecha y hora de nacimiento);
y muchas más. Esto me ha enseñado que la adivinación es una comprensión
rudimentaria de las fuerzas cósmicas que nos gobiernan.

Si bien creo que cada uno de nosotros está predispuesto a un camino en particular,
nadie, ni el destino ni un patrón de constelaciones, puede hacernos caminar por un
determinado camino. No existe tal cosa como inevitabilidad. Por ejemplo: cuando
veo bombones de chocolate, sin duda estoy tentada de comer algunos (o todos), y
es probable que me coma algunos (o todos). Lo que necesito para resistir el
chocolate es un ejercicio mayor de fuerza de voluntad de lo que sería para, por
ejemplo, mi hermana, a quien no le gusta el chocolate. Cuando se trata de
chocolate, ella y yo caminamos por diferentes caminos. Si bien yo soy propensa a
comer cada trozo de chocolate que tenga a la vista, ella puede demostrar gran
autocontrol. No obstante, sigue estando totalmente bajo mi control el no cargarme
de azúcar. Si me esfuerzo en poner como meta el cuidar mi salud personal, quizás
encuentre dentro la restricción necesaria para no comer toda la caja de bombones..
Es de esta manera como nuestra disposición afecta, pero nunca determina,
nuestro futuro.

Desde muy temprana edad, todos los que me rodeaban, incluida yo misma, notaron
en mí una inclinación natural hacia las artes. Esa inclinación natural no hubiese
sido relevante sin otros factores presentes: como la suerte, los estudios o mi
búsqueda activa de aspectos relacionados con las artes. Sin embargo, al final mis
estudios, mis actividades e incluso mi propia disposición me llevaron por un
camino diferente: ser abogada. No tenemos destinos predeterminados; más bien
tenemos disposiciones. Es ahí donde nuestra ruta de vida se empieza a componer
por diferentes bifurcaciones en el camino, y es mediante la elección de estas que se
determina nuestro futuro.

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Si uno habla con diez lectores de tarot, probablemente obtenga diez respuestas
diferentes sobre qué es el tarot, cómo funciona e incluso qué significan las cartas.
Esto es porque el tarot nunca ha sido una práctica formalizada y muchos enfoques
han surgido a lo largo de los siglos. La mayoría de los libros intentan respetar los
diferentes enfoques por lo que ofrecen una explicación demasiado amplia del tarot,
lo cual generalmente lleva a una mayor confusión sobre qué es, cómo funciona y
qué significan las cartas. Reconozco de antemano que hay innumerables enfoques
e interpretaciones del tarot, así como innumerables usos para este objeto: puede
ser desde un juego de cartas europeo, una herramienta de adivinación, un
elemento en prácticas religiosas alternativas, o bajo mi perspectiva, el
planteamiento del tarot analítico.

Buscaré explicar cómo el principiante o profesional lector de tarot puede usar esta
baraja de cartas para establecer metas, comprender dónde están en sus vidas, cuál
es la dirección en la que les gustaría moverse, así como a usar el tarot analítico
para ayudarlos en sus decisiones personales o profesionales. Esto es diferente a
saber por adelantado qué sucederá con sus negocios o vidas personales.

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