Está en la página 1de 364
SINASTRIA Comprenda las relaciones humanas a través de la astrologia RONALD DAVISON EDICIONES OBELISCO RONALD DAVISON SINASTRIA Comprenda las relaciones humanas a través de la astrologia EDICIONES OBELISCO Si este libro le ha interesado y desea que lo mantengamos informado sobre nuestras publicaciones, escribanos indicdndonos qué temas son de su interés (Astrologia, Autoayuda, Ciencias Ocultas, Artes Marciales, Libros Infantiles, Naturismo, Espiritualidad, Tradicion) y gustosamente le complaceremos. Puede consultar nuestro catélogo en http:/ www.edicionesobelisco.com : Coleccién Astrologia SINASTRIA. Comprenda las relaciones humanas a través de la astrologia Ronald Davison 1.* edicién: octubre de 2007 Titulo original: SYNASTRY Traducei6n: José M. Pomi Fotocomposicién: Text Grific Correccion: M.* Angeles Olivera Diseiio de cubierta: Enrique Iborra © 1983, Aurora Press, Inc. & Ronald Davison © 2007, Ediciones Obelisco, S.L. (Reservados todos los derechos para la presente edicién) Edita: Ediciones Obelisco, S.L. Pere IV, 78 (edif. Pedro IV) 3.* planta 5.* puerta 08005 Barcelona - Espaiia Tel. 93 309 85 25 - Fax 93 309 85 23 E-mail: obelisco@edicionesobelisco.com Paracas, 59 Buenos Aires C1275AFA Reptiblica Argentina Tel. (541 - 14) 305 06 33 Fax: (41 - 14) 304 78 20 Depésito legal: B-36.293-2007 ISBN: 978-84.9777-408-6 Printed in Spain Impreso en Espafia en los talleres gréficos de Romanya/Valls, S.A. de Capellades (Barcelona) Ninguna parte de esta publicacién, incluido el disefio de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada, transmitida o utilizada en manera alguna por ningiin medio, ya sea clectrénico, qui mecinico, éptico, de grabacién o electrogrifico, sin el previo consentimiento por escrito del editor. 0, Introduccién Ningiin ser humano es una isla, completamente, en sf mismo; todo ser humano forma parte del continente, del conjunto. Joun Donne Todas las religiones ensefian la Totalidad de la humanidad. La raza humana se yergue o cae como una tnica unidad. Para ser miembros plenamente responsables de la comunidad, los individuos necesitan desarrollar su potencial hasta alcanzar su plena capacidad. Al funcionar al nivel més elevado de sus capacidades, pueden contribuir con algo a la comunidad que es singularmente suya, algo que nadie puede du- plicar con exactitud. La fortaleza de un grupo depende de la calidad de aquellos que lo componen, de la medida en que son individuos plenamente integrados. El logro de tal autointegracién sdlo puede conseguirse a costa de grandes esfuerzos y de la eventual superacién de numerosas trampas. La tentacién de explotar los talentos en de- sarrollo con fines egoistas y de mantener la independencia personal hasta un grado en el que se perjudique la capacidad o la voluntad de cooperar con los demés puede provocar en muchos el desfallecimiento de cualquier intento serio de autodesarrollo. A menudo, las necesi- dades de la comunidad exigen que los individuos estén preparados para adaptar o modificar sus objetivos y aspiraciones personales por la causa de un bien mayor. Al mismo tiempo, actualmente hay en el mundo fuerzas en juego que exaltan la comunidad hasta tal punto que a los individuos se les niega la libertad de autoexpresién, que ya no es suya por derecho, pero que les es necesaria para permitirles una contribucién mis efectiva e inspiradora a la comunidad de la que forman parte. Las dos mayores potencias del mundo actual, Estados Unidos y la Rusia representan los dos polos de este ejercicio de integracién del individuo en la comunidad. Hay quienes creen que, en Estados Unidos, se ha Nevado demasiado lejos el énfasis que se ha puesto en la idea de la libertad personal y en la exaltacidn del espiritu de la empresa privada, mientras que en Rusia se resalta en exceso la nece- sidad de que los individuos se dediquen incansablemente al bienestar de la comunidad, hasta el punto de que la libertad personal queda limitada a tal grado que parece inhibir una verdadera autoexpresién. La resolucién de este problema (cémo equilibrar la libertad personal contra la necesidad comunal de contar con cierto grado de comodidad) constituye una de las principales preocupaciones de los doscientos 0 trescientos afios que quedan de la Era de Piscis, en la que estamos viviendo actualmente. Piscis es el signo de la expiacién, en el que la gente aprende a perder su propia identidad en la unicidad de todo ser, sin perder en realidad nada en el proceso, sino tratando de ex- pandir su propia conciencia hasta que todas las partes que la separan de la unicidad de todo ser se transformen y trasciendan, hasta que se eliminen todos los limites que se han impuesto hasta ahora sobre si mismos y se hayan eliminado todas las fronteras. Mucho antes de que logremos llegar a esa fase, necesitaremos familiarizarnos con nosotros mismos, vernos tal y como somos y no como creemos ser. Para ayu- darnos a tener una perspectiva mejor y menos sesgada de la forma en que desarrollamos nuestras cualidades, no hay nada més efectivo y a menudo mas saludable que la disciplina de tener que vivir y trabajar con otras personas que quiz4 no siempre compartan con nosotros la buena opinién que tenemos de nosotros mismos. La mayor parte de las grandes religiones han reconocido que vivir en una comunidad es una forma de hacer que los aspirantes sean cons- cientes de sus propias deficiencias y de acelerar el proceso mediante el cual pueden convertirse en seres humanos mas completos. No todo el mundo se siente inclinado a someterse a la disciplina bastante exi- gente de la vida en una comunidad monastica, y, de hecho, hay tal gran variacién en cuanto al progreso que se hace para alcanzar el au- todominio, tanto a nivel individual como nacional, que los momentos dificiles y los tropezones de la vida cotidiana nos ofrecen a la mayoria de nosotros oportunidades més que suficientes para enfrentarnos a los aspectos menos socialmente aceptables de nuestro caracter. La unidad social de la familia nos ofrece una primera experiencia de algunas de las ventajas y los inconvenientes més evidentes de una estrecha proximidad con los demés. Las experiencias obtenidas dentro de la unidad bastante cerrada de la familia pronto aumentan a medida que se nos exige educarnos en compaiiia de nuestros coetaneos, en uni- dades sociales considerablemente mayores, en las que la supervisin habitualmente benevolente de los padres se ve sustituida por la guia més impersonal y menos indulgente de los maestros. En la puber- tad surge la creciente conciencia del sexo opuesto y la necesidad de desarrollar logros sociales adicionales para causar buena impresion. Habitualmente, la necesidad de ganarnos finalmente la vida nos pone en contacto con otro tipo de comunidad que a menudo nos exige que demostremos nuestras habilidades y utilidad en determinada direccion, mientras que las decisiones personales y el funcionamiento de las cir- cunstancias se combinan para proporcionarnos numerosos contactos, a través de cuya accién podemos descubrir nuevas facetas de nuestro ser. Sdlo mediante la constante interaccién de la relaci6n humana po- demos llegar a ser verdaderamente conscientes de nuestras fortalezas y debilidades psicolégicas. Cada uno de los nuevos contactos trae consigo la posibilidad de aprender mas sobre nosotros mismos, y esas relaciones que nos exigen realizar un mayor esfuerzo para mantener la armonfa es muy posible que, a largo plazo, nos ensefien mas sobre nuestra persona que aquellas que sean menos exigentes. Unos padres carifiosos, por ejemplo, pueden no ver algunas de nuestras deficiencias mds evidentes, mientras que las personas que conocemos por casualidad, que se enorgullecen de su franqueza, pueden darnos mayores motivos para reflexionar que cualquier otro observador mas indulgente. Del mismo modo que no hay dos seres humanos iguales, tampoco existen dos relaciones humanas iguales. Cualquier contacto que es- tablecemos trae consigo la posibilidad de que surja en nosotros una cualidad que quizd no sea aparente para los demas y que ha quedado hasta ahora como un potencial latente que no tuvimos necesidad de emplear para afrontar las exigencias de relaciones anteriores. En consecuencia, no hay dos personas que nos vean exactamente bajo el mismo prisma. Si el tipo de respuesta que evocan en nosotros es lo suficientemente variada, las impresiones que tengan diferiran en gran medida unas de otras. Es precisamente esta posibilidad la que, en ocasiones, induce a la gente a comentar: «jNo entiendo qué es lo que ve en ella!», sin darse cuenta de que, por obra y gracia de una sutil quimica, «él» ha podido evocar en «ella» una respuesta mas profunda y dindmica que a otros les habria parecido imposible. Los autores y dramaturgos, al darse cuenta de esta tendencia de los dems a adscribirnos una especie de personalidad multiple, por muy inexacta que sea, han creado tramas basadas en la posibilidad de que aparezcamos como individuos muy diferentes para perso- nas distintas, y han presentado hasta cinco versiones de la misma persona, como vistas a través de cinco pares de ojos diferentes, de tal modo que cada versién difiere tanto de las otras que resulta casi incongruente. Esto quiz se comprenda mejor si nos damos cuenta de que, astrolégicamente, la esposa, la hija o la novia de un hombre quizds muestre mas de Venus o de la Luna en su composicién astrolégica, mientras que un chaval joven quiza exhiba mas de su Mercurio y los sobrinos y sobrinas le induzcan a representar el papel jupiterino del tio, etc., en cuyo caso la respuesta resulta modificada en cada caso por los aspectos cruzados de estos planetas en su natividad, a partir de los planetas vigentes en las natividades de aquellos con los que mantiene estas relaciones. Debido a esta variedad de niveles de respuesta, quienes muestran tendencias neuréticas latentes son particularmente vulnerables cuan- do se hallan en la encrucijada de tener que mantener una relacién intima con aquellos cuya insensibilidad y falta de simpatia conllevan el agravamiento de tales tensiones psicolégicas. Los astrélogos han Ilevado a cabo un importante trabajo terapéutico util, al ser capaces de demostrar al sufriente, por medio de la comparacién de cartas, cémo funcionaban ciertos contactos en su vida sin que ellos se dieran cuenta de lo que sucedia, de tal modo que terminaban por exacerbar cualquier aspecto excesivamente sensible de su psique. Las relaciones familiares son, con frecuencia, una fuente de des- agradables discordancias (especialmente, cuando intervienen aspectos relacionados con la herencia) y el hecho de que las conexiones fami- liares, como grupo, sean conocidas como «relaciones» puede ser muy bien un comentario un tanto cinico sobre el hecho de que, a menudo, resulta mas dificil mantener un alto grado de concordia dentro de la unidad familiar que fuera de la misma. Algunos han sugerido que la 10 familia es un instrumento karmico saludable que nos permite ser mas conscientes de nuestros propios defectos, mientras que otros resaltan que el si mismo superior, antes de reencarnarse, elige cuidadosamente a los padres que han de proporcionarle su vehiculo fisico. Desde ese punto de vista, jtenemos la familia que nos merecemos! Mediante una comparacién detallada de los horéscopos de dos personas, podemos calcular el grado de compatibilidad existente entre ellas y el tipo de ajustes que necesitara hacer cada una de ellas para lograr una relacién verdaderamente armoniosa con el otro. La comparacién de los hordscopos se conoce como sinastria, del prefijo griego sy, que tiene el significado de «conjuntar mutuamente», y de astron, que significa «estrella». Quienes le piden a un astrdlogo que lleve a cabo tal comparacién entre su propio horéscopo y el de otra persona suelen hacerlo por- que estan planeando casarse, y se han dado cuenta, quiz4, de que aun cuando el amor posiblemente no es tan ciego como sugiere el dicho popular, no es capaz de efectuar el tipo de anilisis desapegado, de- rivado de un estudio cientifico de los potenciales de compatibilidad indicados por la interaccién entre los dos horéscopos. La astrologia ensefia que cada persona tiene el potencial para crear armonia en si misma y que es capaz de vivir en armonia con los demés, en la medida en que se sienta verdaderamente en paz consi- go misma. La mayorfa de nuestras relaciones no son precisamente perfectas, puesto que s6lo muy pocos logramos tal armonia interior perfecta. De hecho, hay quienes se sienten tan agobiados por los desacuerdos internos que eso puede plantearles una interrogacién acerca de su capacidad para lograr cualquier relacién con otras per- sonas. Por lo tanto, el astrélogo perspicaz examinara primero las natividades individuales, para determinar la capacidad de cada uno y crear armonia a su alrededor, ya que sabe que la calidad de nuestras relaciones personales viene determinada por la medida en que haya- mos desarrollado nuestro propio ser interior. Eso no significa que los individuos muy evolucionados no tengan enemigos, ya que, cuanto menos comprometida sea su actitud respecto a aquellos factores que tienen un efecto desintegrador sobre la totalidad de su ser, tanto mas se dardn cuenta de que aquellos que se identifiquen psicolégicamente con tales factores desintegradores tienen tendencia a reconocer en ellos a su «enemigo». ll Tedricamente, es posible valorar psicolégicamente, si asf lo desea~ mos, el tipo de relacién que podemos establecer con otro individuo, siempre y cuando sepamos la hora de su nacimiento. Un individuo asi ni siquiera tiene por qué ser coetdneo; a menudo es posible descubrir interesantes vinculos entre un personaje histérico y otros que, poste- riormente, lo han considerado una fuente de inspiracién. Cualquier tipo de relacién puede estar sujeta a tal escrutinio astrolégico, desde la asociacion con el esposo y la esposa hasta la relacion existente entre maestro y alumno o la que se establece entre patrono y empleado, entre socios de una empresa y entre miembros de una familia, ya sea el abue- lo, el padre, la madre, el hijo o el nieto, siempre y cuando tengamos en cuenta la diferencia de edad de cada una de las partes. También se puede estudiar la relacién de los individuos con mayores unidades de la comunidad. La natividad de los alumnos se puede comparar con el horéscopo fundacional de la escuela a la que asisten; los horéscopos de los miembros se pueden comparar con la carta de fundacién del club al que pertenecen, etc. El efecto del medio ambiente también se puede valorar al observar la interaccién entre los hordscopos de los individuos y la carta de la ciudad en la que residen y el pafs en el que viven. A nivel nacional, la relacién establecida entre las naciones se puede valorar y con ello obtener una mejor apreciacién de los obs- taculos, para lograr asi una comprensién més completa entre los paises cuyos objetivos parecen contrarios unos a otros. Quizé no sea demasiado esperar que, dentro de poco tiempo, se reconozca mas ampliamente el gran valor de la astrologia para valorar Ja capacidad para la relacién armoniosa entre las personas, por parte de quienes participan en toda clase de actividades de relaciones piblicas, y aquellos cuyo trabajo supone la necesidad de establecer una relacién lo més estrecha posible con sus compaiieros. Probablemente, el mayor valor de la sinastrfa radica en su capacidad para valorar la compatibilidad de la futura pareja en el matrimonio. Hasta hace muy poco, era frecuente en la India que nifios de muy tierna edad se comprometieran y casaran entre si. Muchos occiden- tales no iniciados han desacreditado tales matrimonios infantiles, sin darse cuenta de que estas uniones jams se llevaron a cabo sin una concienzuda investigacién astrolégica previa de las natividades de los dos futuros miembros de la pareja. Lejos de realizar uniones al azar o mal elegidas, éstas tenfan mas posibilidades de éxito que algunos 12 emparejamientos irresponsables Ilevados a cabo en el mundo occiden- tal entre adultos inmaduros, cuyos compromisos a veces debieron su origen a una atraccién fisica pasajera, a un deseo de mejorar el estatus financiero por parte de uno de los dos miembros de la pareja, al enca- prichamiento con la idea de «casarse» o a cualquier otra razon indigna. Si bien, debido a la gran cantidad de literatura popular editada sobre el tema, cabe excusar a quienes no estén iniciados en las mas intrincadas técnicas de la astrologia por imaginar que una valoracién astrolégica de la compatibilidad depende principal o incluso exclusivamente de una comparacién de los signos solares de las personas afectadas, basada sobre todo en la suposicidn de que lo igual atrae a lo igual, tenemos que resaltar que el arte de la sinastria exige una cuidadosa compara- cién de muchos detalles del horéscopo. En los capitulos que siguen, se examinardn las reglas que gobiernan la compatibilidad, al mismo tiempo que se explora una serie de técnicas adicionales, creadas a lo largo de los afios para permitir una valoracién mas completa. Final- mente, el autor presenta, por primera vez, un sistema que descubrid hace ya algunos afios cuando experimentaba con una serie de nuevas ideas y que considera muy valioso para valorar el grado de afinidad entre los miembros de la parej 13 1 El matrimonio y otras relaciones, tal como se muestran en la natividad Me casé con una esposa, zy qué? Me casé con una esposa, ¢y qué? Me casé con una esposa, el tormento de mi vida y anhelé volver a ser soltero. Me casé con una segunda, gy qué? Me casé con una segunda, gy qué? Me casé con otra mucho peor que la primera y anhelé de nuevo a aquella otra. Una y otra y otra vez, me casé con otra, gy qué? Me casé con otra mucho peor que la anterior y anhelé de nuevo a la primera. ANONIMO Quiza la maxima mds importante de la astrologia sea que no puede ocurrir nada que no aparezca en la natividad. Por ello, antes de com- parar los horéscopos de dos individuos es aconsejable comprobar qué indican sus natividades, no sdlo en lo que se refiere a su actitud hacia ese Ambito de relacién que se ha de investigar, sino también en lo relativo al probable curso de los acontecimientos en los que muy probablemente se verdn implicados debido a esa circunstancia. La actitud basica hacia amigos, parientes, empresarios, empleados, enemigos (jsi los hubiere!) y pareja matrimonial aparece indicada por 15 la condicidn de las casas, planetas y signos apropiados en la nati- vidad. A los astrélogos con frecuencia se les pide que comparen las natividades de las parejas que desean saber antes del matrimonio si son adecuados el uno para el otro, o para que aconsejen a la pareja que tiene problemas en su relacién, con la confianza de que éstos se puedan resolver con mayor facilidad mediante una valoraci6n astro- logica de los aspectos fuertes y débiles de su relacién. Quienes tienen la intencién de casarse quiz4 deseen cierta seguridad en cuanto a su compatibilidad, si bien la historia muestra pocos casos de aquellos que, tras haber sido juzgados astrolégicamente incompatibles, aceptan tal veredicto y anulan su compromiso. En tales casos, quizds cada miembro de la pareja necesite experimentar el fracaso de la felicidad matrimonial para obtener mAs tarde sabiduria y altura de miras. No obstante, tales experiencias no garantizan ninguna sabiduria posterior, tal y como sugieren los versos bastante cinicos que encabezan el ca- pitulo. Se ha dicho, incluso, que una astréloga admitié, en el curso de una entrevista televisada, que lamenté mucho no haber examinado las indicaciones de su propia carta astral antes de embarcarse en un matrimonio desastroso. Para juzgar la compatibilidad de dos personas que tienen la in- tencién de contraer matrimonio, primero es necesario decidir si las natividades de ambos indican matrimonio y si alguno de los dos es «proclive al divorcio». También seria aconsejable tener en cuenta los motivos que subyacen en el deseo de casarse. Una reciente investigacién llevada a cabo por sociélogos soviéticos determiné que quienes se casan por amor suelen ser menos felices que aquellos que se casan por dinero 0 por tener compaiiia. El matrimonio es un sacramento de la Iglesia y, aunque la influencia de ésta parece ser actualmente desdefiable en las vidas de muchos ciudadanos, vale la pena observar que muchas parejas siguen prefiriendo una boda por la Iglesia, aun cuando jamés vuelvan a entrar en un edificio asi en toda su vida, excepto para asistir a los bautismos, los funerales y las bodas de sus amigos. Existe, por tanto, una especie de reconocimiento t4- cito en cuanto a la visi6n cristiana de los propésitos del matrimonio que, hablando en términos muy amplios, refleja las exigencias de la materia y del espiritu. Por el lado material, la Iglesia reconoce el matrimonio como una unién para la procreacién (la raza tiene de- 16 recho a perpetuarse a si misma) y como una forma de satisfacer las necesidades fisicas de cada cényuge dentro de una estructura que es més ampliamente aceptable para la comunidad; por el lado espiritual, la Iglesia considera el matrimonio como una disciplina en la que hombre y mujer pueden demostrar ser de apoyo mutuo, en la que contribuyen al desarrollo espiritual del otro y a la que consideran una union simbolica de la alianza perfecta entre los principios masculino y femenino del universo. Algunas personas se casan por seguridad, otras para evitar la so- ledad, para reducir el pago de impuestos 0 incluso para tener derecho a solicitar la residencia en un pais extranjero. El matrimonio celebrado tinicamente sobre la base de la atraccidn sexual es el que menos suele durar. Tales motivos, sin embargo, raras veces son admitidos abierta- mente y la mayoria de las parejas suelen afirmar que se han casado por amor, no slo porque eso esté ampliamente reconocido como la razén més respetable para casarse, sino también porque a menudo resulta dificil llevar a cabo un anilisis objetivo del resplandor romantico que rodea a tales uniones. La institucién del matrimonio es universal y, si bien en diversas épocas y partes del mundo se han practicado la poliandria y la poliga- mia, la monogamia es, con mucha diferencia, la forma de matrimonio més comin. Aunque las costumbres varian seguin los antecedentes reli- giosos y éticos de la comunidad a la que se pertenece y los papeles de cada miembro de la pareja puedan haber fluctuado segiin las distintas condiciones de la sociedad en cada época, una de las caracteristicas de la institucién del matrimonio y de las reglas que gobiernan el com- portamiento premarital, incluso cuando no se mantiene la castidad antes del matrimonio, ha sido la de que los novios se sometan a la aprobacién de la comunidad y que quienes estan a punto de casarse acepten tales reglas. Mientras que en algunas épocas se ha considerado seguro asumir que la pareja no se casar hasta haber alcanzado cierta madurez, asi como cierta seguridad financiera, estas consideraciones ya no se apli- can en la actualidad en tan gran medida. En las zonas orientales del mundo en las que ha sido habitual la celebracién de matrimonios entre nifios, es muy probable que tal practica haya generado mucha menos infelicidad marital de la que muchos observadores occidentales no iniciados hayan podido suponer, ya que la eleccidn de pareja solfa 17 confiarse a los astrdlogos locales. En occidente, sin embargo, no se acostumbra a llevar a cabo tal investigacién, por lo que los riesgos suelen ser mucho mayores. Se ha dicho que la generacién més joven esté madurando cada vez antes, pero las sefiales de tal madurez sdlo se han estimado a un nivel muy superficial. En términos de verdade- ra madurez, el progreso realizado bien puede ser bastante ilusorio y constituir, simplemente, el resultado de la inmadurez de sus mayores, que se exponen irreflexivamente al impacto de las ideas aireadas a través de los medios de comunicacién y de la prensa, del cine y la television, en los que las consideraciones comerciales fomentan un énfasis indeseable en los aspectos sensacionales del sexo y la vio- lencia, con el resultado de que prdcticamente se les lava el cerebro para que imiten desde una temprana edad las caracteristicas menos deseables del mundo distorsionado que se les presenta, asi como para que acepten falsos estandares de valores que exaltan la libertad y la independencia personales, a expensas de la autodisciplina. Asi, una buena parte de la generacién mas joven considera deseable dejar de lado los convencionalismos establecidos en relacién con el sexo y el matrimonio, para practicar el sexo premarital y vivir con la pareja de su elecci6n, sin haber establecido previamente ningun contrato legal y sin haber pasado por ningtin tipo de ceremonia. Aun asi, y a pesar del clima actual de comportamiento social que ha tenido como resultado la acufiacion de la frase «la sociedad permisiva», cabe dudar de que la moral sea realmente mas permisiva en la actualidad de lo que ha sido en el pasado. Las generaciones anteriores han sido menos abiertas en cuanto a sus infidelidades matrimoniales y sus escapadas premaritales. En un ambiente social en el que se fruncia el cefio ante cualquier permisividad moral de esta naturaleza, se consideré discreto procurar que tales acti- vidades fuesen lo més secretas posible. Los convencionalismos, en este sentido, se mantuvieron bastante fielmente. Los convencionalismos actuales raras veces implican tal pretensidn de secretismo, de modo que existe mucha més apertura y mucha menos hipocresia que antes en lo que se refiere al comportamiento sexual. Ademés, los métodos de control de Ja natalidad son ahora mucho mis sofisticados. Si las generaciones anteriores hubieran podido disponer de ellos, no cabe la menor duda de que habria existido bastante més promiscuidad. Se ha observado que la mayor libertad sexual no ha tenido como conse- 18 cuencia un aumento equivalente en cuento a la felicidad y parece que, cuando se trata de solucionar problemas producto de las relaciones sexuales, la generacidn actual no es precisamente mas madura que la de sus predecesores. Debido a que una de las principales razones de la existencia del matrimonio es la procreaci6n, existe una tendencia general a que las parejas casadas tengan mas o menos la misma edad, aunque, sin lugar a dudas, se nos ocurrirén notables excepciones en las que el hombre es mucho mayor que la mujer. Cuando el propésito principal del matrimonio es la compaiifa y la ayuda mutua, puede existir a veces una considerable diferencia de edad entre los dos cényuges. La mujer que se casa con un hombre mayor que ella tiene a menudo una fuerte imagen paterna que desea ver personificada en su compaiiero, mien- tras que el hombre que se casa con una mujer mayor que él, tiene a menudo una imagen igualmente desarrollada de la madre. Por lo tanto, no es aconsejable, particularmente en la actualidad, asumir que una persona es demasiado joven o demasiado mayor para casarse, o que donde hay una disparidad de edad entre los novios, o una diferencia de raza, es mas probable que no se produzca el ma- trimonio. Cuando se juzgan los problemas amorosos y matrimoniales de otras personas, el astrélogo no deberia ocuparse de los aspectos externos del caso, excepto en la medida en que la pareja se esté causando di- ficultades por no cumplir con la ley o por rechazar abiertamente el convencionalismo. Vamos a examinar ahora esos factores de la natividad que indi- can si la persona tiene tendencia a no casarse, la clase de pareja que con mayor probabilidad elegira y las experiencias que seguramente viviré en el matrimonio. Puesto que la necesidad de aparearse es un instinto natural, de ello se desprende que, a menos que haya fuertes indicaciones en contra, la persona terminaré muy probablemente por casarse. Las personas que no se casan suelen valorar mucho su independencia (si bien algunas se casan y encuentran una forma de mantener un grado satisfactorio de independencia); ademas han desa- rrollado un gran sentido del servicio y se sienten Ilamadas a ocuparse de parientes ancianos 0 enfermos (aunque tales deberes no tienen por qué excluir el matrimonio, como atestigua al menos el caso de una mujer que guardo en mis archivos, con las luminarias en conjuncién 19 en Virgo en su cuarta casa, que estuvo casada durante una serie de aiios y luego, tras la muerte de su esposo, dedicé los tiltimos afios de su vida a cuidar de su anciana madre), o bien no han podido casarse debido a circunstancias fuera de su control. A veces, las personas independientes tienen una ambicién bien desarrollada, de modo que dedican buena parte de su tiempo a la autopromoci6n. Aun asi, si pueden fomentar su carrera profesional mediante el matrimonio adecuado, es muy posible que estén preparadas para dejar de lado sus objeciones con tal de progresar. El buen aspecto y el atractivo fisico pueden traer consigo mayores oportunidades de relaciones en el sentido amoroso, asi como de ma- trimonio, aunque no necesariamente, pues son muy pocas las personas a las que les falta lo que se necesita para que otros las consideren atractivas. En algunos casos, la belleza fisica destacada, especialmente ante la ausencia de un bien desarrollado sentido de integridad, puede demostrar ser un atributo de valor més que dudoso en lo que se refiere al logro de la felicidad. El magnetismo fisico suele ser mas acentuado cuando los signos fijos estén en su morada y hay planetas en la quinta y en la octava casas. Cuando un planeta en la quinta o en la octava casa de una natividad cae sobre el ascendente de otra persona del sexo opuesto, es muy probable que esta tiltima sea plenamente consciente de las cualidades magnéticas del otro. Los aspectos entre Venus y Urano suelen indicar atraccién fisica. La conexi6n entre estos aspectos y la posibilidad de divorcio no hace sino subrayar el hecho de que los encantos fisicos constituyen un atributo que pueden traer problemas a quien no ha evolucionado. Aunque un Venus fuerte y destacado no significa necesariamente que la persona esté dotada de algo mas que un buen aspecto, denota habitualmente la habilidad para inspirar afecto. En casos de actividad sexual anormal, suele aparecer Urano en lugar destacado, planeta del que se dice que gobierna las glindulas sexuales. Charles Carter sefialé en cierta ocasién que Landrd, el «

También podría gustarte