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1.- INTRODUCCIÓN.
Desde que se inventó en 1960 hasta el día de hoy, el láser ha recibido multitud
de aplicaciones en cualquier sector de la sociedad actual. Estas incluyen
campos tan dispares como la electrónica de consumo, las tecnologías de la
información (informática), análisis en ciencia, métodos de diagnóstico en
medicina, así como el mecanizado, soldadura o sistemas de corte en sectores
industriales y militares. La fotodepilación así cómo la estimulación capilar son
otras de las aplicaciones del láser.
Hay distintos tipos de láser, según el material empleado para la generación del
haz de luz. El láser de estado sólido es posiblemente el más utilizado, porque
suministra los pulsos más intensos y porque requie re unas rutinas de
mantenimiento menores y más baratas. El primer láser de estado sólido que se
desarrolló fue el láser de rubí, pero en la actualidad los láseres más utilizados
son los granates de itrio y aluminio (YAG) dopados con diversos elementos
como cromo (Cr) o neodimio (Nd). Los extremos de la varilla se tallan de forma
que sus superficies sean paralelas y se recubren con una capa reflectante no
metálica.
Los medios más comunes en los láseres líquidos son tintes inorgánicos
contenidos en recipientes de vidrio. Se bombean con lámparas de destello
intensas (cuando operan por pulsos) o por un láser de gas (cuando funcionan
en modo CW). La frecuencia de un láser de colorante sintonizable puede
modificarse mediante un prisma situado en la cavidad del láser.
En 1977 se desarrollaron por primera vez láseres que, p ara producir radiación,
emplean haces de electrones, no ligados a átomos, que circulan a lo largo de
las líneas de un campo magnético; actualmente están adquiriendo importancia
como instrumentos de investigación. Su frecuencia es regulable, como ocurre
con los láseres de colorante, y en teoría un pequeño número podría cubrir todo
el espectro, desde el infrarrojo hasta los rayos X. Con los láseres de electrones
libres debería generarse radiación de muy alta potencia que actualmente
resulta demasiado costosa de producir.
Como se puede ver, la luz láser tiene cada día más aplicaciones pero es
preciso manejarla con extremo cuidado, pues el rayo láser puede dañar
gravemente los ojos o puede causar ceguera si se irradia a los ojos directa o
indirectamente. Por tanto, al experimentar con láser, éste debe ser colocado o
instalado de tal manera que sea imposible la radiación a los ojos, ni directa ni
indirectamente a través de espejos.
Los dispositivos láser tienen una etiqueta, como la que se puede ver en la
figura número uno, que nos recuerda la posible peligrosidad de la radiación.
Con radiaciones de alta potencia es imperativo el uso de gafas protectoras,
incluso aunque no se mire directamente la radiación, tal como se puede
apreciar en la figura número dos. Como norma de precaución adicional, nunca
se debe dejar un dispositivo láser en manos de niños u otras personas no
acostumbradas al manejo de estas radiaciones.
Esto es lo que hace del láser una de las más bellas formas de luz, pero
también una de las más peligrosas fuentes de luz si no se utiliza con las
precauciones adecuadas.
Para generar el haz de luz láser utilizaremo s un puntero láser que se puede
adquirir fácilmente en los comercios. Este tipo de puntero se alimenta con dos
pilas o baterías del tipo AAA, con lo que la tensión de alimentación es de 3
voltios. Mediante un pequeño pulsador se activa el puntero con la do ble
posibilidad de un haz continuo o intermitente. La figura número cinco nos
muestra el puntero utilizado en este proyecto y en la figura número seis
tenemos el orificio lateral por donde sale el haz de luz láser. En el extremo
opuesto del puntero hay una tapa roscada por donde se introducen las dos
pilas de tipo AAA mencionadas.
Para nuestro proyecto es preciso alimentar el puntero exteriormente, por lo que
prepararemos un adaptador con un trozo de varilla roscada, una tuerca, un
tornillo y un trozo de barra de plástico de un diámetro de 10 mm, el mismo que
las pilas. La longitud total del adaptador será la misma que dos pilas en serie,
89 mm. Las figuras número siete y ocho nos muestran la construcción del
adaptador. En un lateral del puntero haremos u n taladro para el paso de los
hilos de alimentación, como se puede ver en la figura número nueve.
Montaremos todo el conjunto, lo conectaremos a una fuente de alimentación
externa de 3 voltios y comprobaremos el correcto funcionamiento del
adaptador.
2.2.- TRANSMISOR.
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4.- AJUSTE.
Para el ajuste del transmisor, colocaremos los dos conjuntos enfrentados a una
cierta distancia, de tal manera que el haz de luz láser incida en la parte central
de la célula solar. También se puede utilizar un espejo para reflejar el haz y así
tener ambos conjuntos más cerca para poder efectuar los ajustes con mayor
comodidad.
La célula solar reacciona a cualquier clase de luz, por lo que es preciso que se
encuentre en la oscuridad para obtener el mayor alcance. Le afecta
especialmente la luz procedente de tubos fluorescentes y lámparas de bajo
consumo que producen una luz pulsante. La luz procedente de lámparas de
incandescencia afecta en menor medida al alcance del tr ansmisor.
En oscuridad total, como puede ser por la noche, se podrá obtener un alcance
de varias decenas de metros, dependiendo de la potencia del haz de láser.
PRECAUCIÓN.
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