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Producción y Manejo de Gramíneas Tropicales para Pastoreo en Zonas


Inundables

Book · May 2015

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3 26,811

4 authors, including:

Alfonso Hernández Garay Adrián Raymundo Quero-Carrillo


INIFAP Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agricolas y Pecuarias Colegio de Postgraduados
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PRODUCCION Y MANEJO DE GRAMÍNEAS
TROPICALES PARA PASTOREO EN ZONAS
INUNDABLES
Javier Francisco Enríquez Quiroz, Alfonso Hernández Garay,
Adrián Raymundo Quero Carrillo y Daniel Martínez Méndez
SECRETARÍA DE AGRICULTURA, GANADERIA,
DESARROLLO RURAL, PESCA Y
ALIMENTACIÓN

LIC. ENRIQUE MARTÍNEZ Y MARTÍNEZ


Secretario de Estado

LIC. JESÚS ALBERTO AGUILAR PADILLA


Subsecretario de Agricultura

LIC. RICARDO AGUILAR CASTILLO


Subsecretario de Alimentación y Competitividad

JUAN MANUEL VERDUGO ROSAS


Subsecretario de Desarrollo Rural

LIC. MARCOS AUGUSTO BUCIO MÚJICA


Oficial Mayor

LIC. VICTOR HUGO CELAYA CELAYA


Coordinador General de Delegaciones

DR. FRANCISCO JOSÉ GURRÍA TREVIÑO


Coordinador General de Ganadería

DR. LUIS ORTEGA REYES


Director General Adjunto de COTECOCA

i
INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACIONES
FORESTALES, AGRÍCOLAS Y PECUARIAS

DR. LUIS FERNANDO FLORES LUI


Director General

DR. RAÚL GERARDO OBANDO RODRÍGUEZ


Coordinador de Investigación Innovación y Vinculación

M. C. JORGE FAJARDO GUEL


Coordinador de Planeación y Desarrollo

DR. VICENTE E. VEGA MURILLO


Director del Centro de Investigación Regional Golfo Centro

DR. JESÚS URESTI GIL


Director de Investigación CIR-Golfo Centro

DR. ISAÍAS LÓPEZ GUERRERO


Jefe del Campo Experimental La posta

ii
COLEGIO DE POSTGRADUADOS

DR. JESÚS MONCADA DE LA FUENTE


Director General

DR. JOSÉ LUIS FIGUEROA VELASCO


Director del Campus Montecillo

DRA. MARÍA TERESA SÁNCHEZ


TORRES ESQUEDA
Subdirectora de Educación

DR. ALFONSO HERNÁNDEZ GARAY


Coordinador del Postgrado en Ganadería

iii
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y
Pecuarias
Progreso No. 5 Barrio de Santa Catarina
Delegación Coyoacán, C.P. 04010 México D.F. Tel: (55) 3871-
8700

Colegio de Postgraduados
Km. 36.5 Carretera México-Texcoco, Montecillo Estado de
México. C. P 56230. Tel: 595 9520200

“PRODUCCIÓN Y MANEJO DE GRAMÍNEAS TROPICALES


PARA PASTOREO EN ZONAS INUNDABLES”

FOLLETO TÉCNICO

ISBN: 978-607-715-279-8

Primera Edición, 2015

La presente publicación se terminó de imprimir en el mes de


mayo de 2015 en los talleres de la imprenta: Rótulos Vero
Paz, Josefa Ortiz de Domínguez Núm. 200, Col San Pedro,
C.P. 56150, Texcoco, Estado de México, México. Tel.: (595)
955 7149.

Su tiraje consta de 1001 ejemplares

Impreso en México
Printed in Mexico

Cita Correcta: Enríquez Q.J.F., A. Hernández G., A.R. Quero


C. y D. Martínez M. 2015. Producción y Manejo de Gramíneas
Tropicales para Pastoreo en Zonas Inundables. INIFAP -
Colegio de Postgraduados. Folleto Técnico. 60 p.

iv
PRODUCCIÓN Y MANEJO DE
GRAMÍNEAS TROPICALES
PARA PASTOREO EN ZONAS
INUNDABLES

Javier Francisco Enríquez Quiroz1,


Alfonso Hernández Garay2, Adrián
Raymundo Quero Carrillo2 y Daniel
Martínez Méndez3

1
Investigador del Campo Experimental La Posta, CIR-
Golfo Centro, INIFAP.
2
Profesor Investigador Titular. Campus Montecillo,
Colegio de Postgraduados.
3
Estudiante de Doctorado. Campus Montecillo,
Colegio de Postgraduados

v
PRÓLOGO
En estos tiempos, caracterizados, en parte, por la gran cantidad
de conocimientos disponibles para casi cualquier tema y por la
rapidez con que esos conocimientos se difunden a través de los
medios de comunicación masiva y las redes sociales, resulta
importante preguntarse si vale la pena publicar un Folleto
Técnico como este sobre: “PRODUCCIÓN Y MANEJO DE
GRAMÍNEAS TROPICALES PARA PASTOREO EN ZONAS
INUNDABLES”. Después de revisar el manuscrito, mi sincera
respuesta, es que sí. Sí, porque no hay muchos libros o
manuales en español que traten este tema, siendo tan importante
en la toma de decisiones sobre el manejo de grandes
extensiones de tierras de pastoreo en las zonas bajas de la
región tropical. Sí, porque mezcla, armoniosamente, información
útil tanto a nivel profesional, que puede ayudar en la
investigación y en la academia, con aquella de tipo práctico, que
necesita el productor y/o el manejador del sistema de producción.
Sí, porque resulta una excelente exposición resumida de algunos
procesos fisiológicos y morfológicos que ocurren en las especies
forrajeras adaptadas a las zonas bajas inundables y junto con
esta exposición, se pueden encontrar citas bibliográficas de
interés para todos aquellos que quieran seguir estudiando estos
fenómenos tan interesantes en el mundo de los vegetales. Por lo
anterior, es menester felicitar a los autores de esta publicación,
que dicho sea de paso, forman parte del equipo de forrajeros,
desde mi punto de vista, más exitoso en México en los últimos 15
años. Solo espero que esta declaración no moleste la
sensibilidad de muchos otros buenos y talentosos amigos que de
norte a sur de nuestro país han contribuido con su experiencia y
trabajo en los escabrosos terrenos de la investigación y la
docencia sobre recursos forrajeros. Finalmente, es mi deseo que
el lector, sepa encontrar, valorar y utilizar los conocimientos que
se entregan en esta obra para beneplácito propio, para su
difusión entre amigos, colegas y discípulos y para el
mejoramiento de las tierras de pastoreo de las zonas inundables
de México.

Dr. Isaías López Guerrero


Jefe del Campo Experimental La Posta – INIFAP

vi
CONTENIDO

1. INTRODUCCIÓN ................................................................ 1
2. COMPONENTES DE LA PRODUCCIÓN ANIMAL EN EL
TRÓPICO ............................................................................ 6
2.1. Manejo del sistema de producción animal en el
trópico ........................................................................... 6
2.2. Manejo estacional de especies forrajeras tropicales ... 16
3. CARACTERÍSTICAS DE LAS ÁREAS INUNDABLES ...... 19
3.1. Características físicas y químicas de los suelos de las
zonas inundables ........................................................ 20
4. ESPECIES ANIMAL QUE SOPORTAN INUNDACIÓN ..... 22
5. ADAPTACIONES MORFOLÓGICAS DE LAS PLANTAS
PARA SOPORTAR LA INUNDACIÓN................................ 23
5.1. Desarrollo de aerénquima .......................................... 23
5.2. Raíces adventicias ..................................................... 24
5.3. Adaptaciones bioquímicas .......................................... 25
6. PASTOS ADAPTADOS A TERRENOS INUNDABLES ..... 27
6.1. Pastos nativos de América y México .......................... 27
6.1.1. Alemán, Echinochloa polystachya (H.B.K.)
Hitchcok. ........................................................... 27
6.1.2. Azuche (Azuchil, Trompetilla), Hymenachne
amplexicaulis (Rudge) Nees.............................. 28
6.1.3. Lamedora (Lambedora), Leersia hexandra Sw. ... 31
6.1.4. Camalote, Paspalum fasciculatum (Willd.) ex
Flügge ............................................................... 32
6.1.5. Pojuca, Paspalum atratum Swallen ..................... 33
6.2. Pastos Originarios de África ....................................... 35
6.2.1. Pará (Paral o Egipto), Brachiaria mutica,
(Forksskal) Stapf. .............................................. 35

vii
6.2.2. Tanner (Braquipara), Brachiaria arrecta (Hack.ex.
T. Durand & Schinz) Stent. ................................ 36
6.2.3. Chetumal, Brachiaria humidicola (Rendle) Sch. .. 38
6.2.4. Toledo MG 5, Brachiaria brizantha (A. Richard)
Stapf. ................................................................ 39
6.2.5. Yacaré o Caimán, Brachiaria híbrido (BR-02/1752)
.......................................................................... 40
6.2.6. Limpo, Hemartria altissima (Poir.) Stapf and
Hubbard. ........................................................... 42
6.2.7. Alicia, Cynodon dactylon L. ................................. 43
6.3. Características agronómicas de los pastos más
importantes para zonas inundables del trópico mexicano
................................................................................... 44
6.4. Valor nutritivo y rendimiento de forraje ....................... 46
6.5. Carga animal y producción de carne .......................... 47
7. CONCLUSIONES ............................................................. 48
8. LITERATURA CITADA ..................................................... 49

viii
ÍNDICE DE CUADROS
Cuadro 1. Eficiencia energética de las tres principales etapas
del proceso productivo en sistemas de producción
animal en praderas de clima templado (Adaptado de
Hodgson, 1990)*. ...................................................... 11

Cuadro 2. Acumulación de forraje (kg MS ha-1) en praderas de


pasto Mombaza, por época del año, a diferentes
intervalos de corte, durante noviembre de 2006 a
noviembre de 2007. ................................................... 17

Cuadro 3. Principales características de propagación,


tolerancia en tiempo y profundidad de inundación, de
los pastos más utilizados en México. ......................... 45

Cuadro 4. Valor nutritivo y rendimiento promedio de forraje de


pastos adaptados a condiciones de inundación. ........ 47

Cuadro 5. Producción de carne de diferentes pastos


adaptados a inundación. ........................................... 48

ix
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura 1. Componentes de la producción vegetal y animal en
sistemas de pastoreo (Hodgson, 1990). ...................... 8

Figura 2. Dinámica de crecimiento de hoja, senescencia y


acumulación neta de tejido de hoja, en dos especies
de pastos tropicales con hábito de crecimiento
contratante, seguidos de una defoliación completa
(Chapman y Lemaire, 1993). ....................................... 9

Figura 3. Cambios estacionales en carbohidratos no


estructurales en pseudotallos y raíces, de pasto
Insurgente, sujeto a intensidades de pastoreo continuo
(10, 20, 30 y 40 cm de altura) a través del año
(Adaptado de Da Silva et al., 2010, datos no
publicados). ............................................................... 14

Figura 4. Dinámica de acumulación de los componentes del


forraje en praderas de Mombaza (Meghathyrsus
máximus), sometidas a rotación intermitente del
pastoreo caracterizado por una altura de residuo
(eliminación del pastoreo o descanso) de 50 cm y
muestreo del rebrote iniciado desde 73 a 100% de
interceptación luminosa (IL) por el dosel forrajero
(Adaptado de Carnevalli, 2003). ................................ 15

Figura 5. Tasas de crecimiento mensual del pasto Mombaza,


cosechado a diferentes intervalos de corte en Florencio
Villarreal, Guerrero (Adaptado de Ramírez et al.,
2010). ........................................................................ 18

Figura 6. Tasas de crecimiento mensual de cinco especies del


genero Brachiaria en Isla, Veracruz (Fuente: Enríquez
et al., 2008). .............................................................. 18

Figura 7. Pasto Alemán, Echinochloa polystachya, común en


zonas de terrenos inundados la mayor parte del año. 28

x
Figura 8. Pasto Azuche, Hymenachne amplexicaulis, pasto
nativo con alta capacidad de tolerancia a la inundación.
.................................................................................. 30

Figura 9. Camalote, Paspalum fasciculatum, zacate nativo de


áreas bajas o inundables. .......................................... 33

Figura 10. Pojuca, Paspalum atratum, de reciente introducción


a México, para su utilización en terrenos bajos o
inundables. ................................................................ 35

Figura 11. Pará, (Paral o Egipto), Urochloa mutica, pasto muy


apreciado por los ganaderos para siembra en terrenos
de mediana inundación. ............................................ 36

Figura 12. Tanner, Urochloa arrecta, pasto muy parecido al


zacate Pará, pero con adaptación a terrenos
inundables y no inundables. ...................................... 38

Figura 13. Chetumal, Urochloa humidicola, pasto apto para


zonas bajas o en suelos de baja permeabilidad de baja
permeabilidad “aguachinosos”, con capacidad para
establecerse en suelos no inundables. ...................... 39

Figura 14. Toledo, MG 5, Urochloa brizantha, pasto para


suelos ligeramente inundables. ................................. 40

Figura 15. Yacaré, Caimán, Brachiaria hibrido (BR-02/1752),


adecuado para suelos de baja permeabilidad
“aguachinosos”. ......................................................... 41

Figura 16. Limpo, Hemartria altissima, pasto con alta


tolerancia a la inundación por largo tiempo. .............. 43

Figura 17. Alicia, Cynodon dactylon, altamente tolerante a la


inundación y puede soportar inmersión por más de un
mes. .......................................................................... 44

xi
1. INTRODUCCIÓN
Ante la presión sobre los sistemas productivos influenciados
por la economía mundial, la rentabilidad del predio ganadero
es de mayor importancia, dado que ésta reflejará los ingresos
económicos que determinan directamente las oportunidades
de desarrollo de la familia rural, especialmente, cuando la
diversidad de ingresos familiares es pobre y se apoya
fuertemente en la producción ganadera del rancho.

En México, muchos ganaderos, principalmente privados,


poseen fuentes diversificadas de ingresos, estos propietarios
desarrollan actividades alternativas: profesionales de diversas
áreas, políticos, empresarios, comerciantes, industriales, etc.;
por tanto, la influencia del producto del rancho en la economía
familiar, en este grupo, no es determinante para las
oportunidades de desarrollo de estas familias. Lo anterior, se
reflejaría en la conservación de las áreas de pastoreo en
condiciones excelentes, lo cual, no es distintivo en este grupo.
Contrariamente, ganaderos privados minifundistas y de
propiedad compartida (ejidal y comunal) dependen
directamente del ingreso del rancho y es, entre estos
ganaderos, donde la eficiencia en los componentes del
rendimiento de la pradera son fundamentales (Quero et al.,
1994; Quero et al., 2007), dado que enfrentan la alternativa de
bajas oportunidades de desarrollo debido a ingresos
precarios.

La economía mundial y la creciente demanda de alimentos


incrementan la presión de utilización de los recursos (suelo,
agua, plantas y ganado), lo cual, debe hacerse en forma
responsable y eficiente: mejorando la captura de energía solar
para el crecimiento de la vegetación, la eficiencia de
utilización del forraje (evitando el sub-pastoreo y el sobre
pastoreo) y la eficiencia de transformación (parámetros
productivos sobresalientes y uso de razas mejoradas).

1
Un ganadero poseerá una superficie definida para su
explotación en pastoreo y/o otras actividades por largo tiempo,
a menos que adquiera otros predios y estratégicamente logre
ahorros para adquirirlos y aumentar sus bienes productivos; lo
anterior, a costa de una actitud temperante y ahorro
constante, para consolidar la oportunidad de compra de otro
predio. Mientras lo anterior no ocurra, la productividad del
rancho ganadero queda limitada al logro de un
aprovechamiento eficiente del área disponible para pastoreo.
Las tierras comunales o ejidales de propiedad compartida
requieren acuerdos entre los propietarios, para lograr el uso
eficiente del recurso. La cosecha de ganado de dicha
superficie, puede variar de acuerdo a la eficiencia que
muestre el productor (productores) en mantener los procesos
productivos, componentes de la producción en pastoreo, en
un estado sobresaliente (Quero y Miranda, 2013).

Al igual que ocurre en diversas partes del mundo, la


degradación de las áreas de pastoreo ocurre de forma
constante, a pesar de que se tomen acuerdos respecto a su
control, no se reduce en términos realísticos la carga animal
sobre el potrero. En el Amazonas se tiene el acuerdo de
aceptar a Agentes Ecológicos Voluntarios, los cuales pueden
llamar a un productor a reducir su carga animal y están
habilitados por el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y
Recursos Renovables (IBAMA) y, aun así, no han logrado
controlar la degradación de las áreas de pastoreo (McGrath et
al., 2007). La solución a este dilema que permea en las tierras
de pastoreo en México es un compromiso de responsabilidad
moral hacia el recurso (Hardin, 1968). Por tanto, el uso
eficiente de estos recursos es importante y una actividad
constante para cada ciclo de rebrote del pasto, en la pradera,
durante los meses de crecimiento y, por otra parte, la
oportunidad de lograr praderas de riego, es una opción
escasamente visualizada entre los productores de las zonas
tropicales, para utilizar especies forrajeras con potencial
productivo elevado como son las especies con fotosíntesis C3.

La eficiencia productiva al manejar el rebrote implica lo que


administrativamente se conoce como “vueltas al capital”. Al
2
cosechar el forraje en la fase adecuada de desarrollo se
incrementa el número de cortes por año. Un ejemplo:
Suponiendo que la interceptación luminosa óptima para el
corte de un pasto ocurre cada 23 días durante todo el año (lo
cual normalmente no es el caso) y que un ganadero que no
maneja su potrero al momento óptimo de interceptación
luminosa cosecha forraje cada 28 días, ¿qué ocurre? En un
año (por ejemplo), el ganadero que corta cada 28 días dará
365/28= 13.03 ciclos de pastoreo; por su parte, el ganadero
que utilizó el potrero al punto óptimo de rebrote dará
365/23=15.9 ciclos de pastoreo, este último dará casi tres
pastoreos más al potrero sin afectar al pasto, esto es lo que
se denomina mejor eficiencia en este aspecto. Aunado al
corte eficiente, como se postula más adelante, existen otros
componentes que se integran al rendimiento productivo del
pasto: mayor calidad de forraje (por baja presencia de
componentes del forraje con baja calidad, material
senescente), resistencia a factores que afectan a la planta
(sequía, plagas, bajas temperaturas, etc.), entre los de mayor
importancia.

Por otra parte, las gramíneas C3 son predominantes en zonas


templadas y poseen mayor digestibilidad del forraje que
producen: ryegrass, orchard, pasto Kentucky, entre otros muy
conocidos. En los trópicos predominan gramíneas C4 con
niveles menores de digestibilidad del forraje a la misma edad
de rebrote, en comparación con gramíneas C3; entre las
especies tropicales en áreas inundables, naturalmente sufren
bajos niveles de sequía (intensidad menor y/o periodos
menores) por efecto de su condición de anegación, permean
especies C3, principalmente debido a la presencia continua de
humedad y éstas, al igual que las gramíneas templadas
poseen mayor digestibilidad del forraje producido y, por tanto,
producen forraje de alta calidad para lograr mayores
ganancias de peso en el ganado. Por tanto, si se pretende
intensificar el predio ganadero, gramíneas tropicales C3 como
Azuche (Hymenachne amplexicaulis) pueden ser una
oportunidad novedosa, manejadas bajo condiciones de riego
(Quero et al., 2007).

3
Las zonas inundables de las regiones tropicales de México,
incluyen áreas denominadas manglares y de agrupaciones
hidrófitas, que comprenden 9,410 km2 y 7,903 km2,
respectivamente (Jaramillo, 1994), lo que en conjunto
conforman 1,731,300 hectáreas. Esta estimación es la más
cercana disponible; sin embargo, es difícil mayor precisión,
dado que en cada rancho se dispone de diversas superficies
inundables o bajíos y lagunas intermitentes o
semipermanentes, que difieren en periodo de tiempo y
profundidad de agua, lo que dificulta la clasificación y
monitoreo adecuado. Este tipo de condiciones son más
abundantes en la vertiente costera del Golfo de México, en
comparación con la zona del Pacífico. Los principales estados
en los que existen praderas nativas o se pueden establecer
especies forrajeras adaptadas a zonas bajas incluyen a
Tabasco, Campeche, Veracruz y, en la zona del Pacifico,
Nayarit, Jalisco, Michoacán, Guerreo, Oaxaca y Chiapas, con
superficies diversas, no estimadas, para la producción de
forraje.

Las condiciones de saturación de humedad a diferente


profundidad y duración de ésta durante el año, en zonas bajas
marginales, limitan frecuentemente la distribución de especies
forrajeras (Crawford, 1992), lo que explica la poca diversidad
de especies adaptadas a hábitats inundables. En estas áreas
predomina vegetación tolerante a dichas condiciones;
tolerancia que está dada por adaptaciones morfológicas y
fisiológicas (Braendle y Crawford, 1999). Las condiciones de
inundación pueden ser consideradas como estrés por baja
disponibilidad de oxígeno. La adaptación morfológica más
conspicua en plantas que crecen en zonas inundables, es la
presencia de aerénquima: tejido fofo o esponjoso de color
blanco, localizado en las partes inferiores de los tallos de
plantas que se desarrollan en ambientes pobres en oxígeno,
como las zonas inundables; el cual, facilita la difusión del
oxígeno para la respiración vegetal, además del desarrollo de
raíces adventicias que incrementa la difusión de oxígeno
atmosférico (Baruch y Mérida, 1995). La adaptación vegetal
más importante es el cambio de respiración por una
fermentación continua. La tolerancia a condiciones de
4
inundación se logra mediante elevación de niveles de etileno,
los cuales producen una reducción en la difusión del oxígeno
al exterior de las raíces (Drew, 1990). Las adaptaciones
morfológicas se ajustan al desarrollo vegetal; mientras que,
las adaptaciones fisiológicas, se expresan desde el momento
del estrés, ambas, dentro de sus límites genéticos (Armstrong
et al.1994).

La diversidad vegetal es fuente de resistencia a condiciones


adversas, por lo que las gramíneas se distribuyen en todos los
continentes y pueden considerarse altamente adaptadas para
cada condición fisiográfica de producción (Quero et al., 2007):
suelos salinos, ácidos (donde algunas especies del género
Brachiaria han destacado en los últimos años), erosionados,
someros o delgados, arcillosos, fértiles y bien drenados, etc.

La disponibilidad de recursos genéticos de la especie de


interés, ha sido clave del éxito para seleccionar materiales
resistentes a la amplia diversidad de condiciones,
principalmente marginales predominantes para el pastoreo
extensivo. Por ejemplo, se han seleccionado materiales de
Brachiaria brizantha destacadas para suelos ácidos (Días-
Filho, 2002), Argel et al. (2000) señalan que el cv. Toledo es
tolerante a exceso de humedad, a pesar de que la variedad
comercial más utilizada (cv. Insurgente) es susceptible a esta
condición.

Por lo anterior, el objetivo de este folleto es presentar


aspectos fundamentales del manejo de las gramíneas
forrajeras y describir las características importantes de
pastos tolerantes a condiciones de inundación, que son
aprovechados en la alimentación del ganado bovino y
fauna de las regiones tropicales inundables en México y;
similarmente, pueden ser base de una ganadería
intensificada bajo pastoreo toda vez que la infraestructura
disponible en el sistema incluya disponibilidad de riego.

5
2. COMPONENTES DE LA PRODUCCIÓN
ANIMAL EN EL TRÓPICO
El ambiente, caracterizado por el clima y suelo, determina las
especies forrajeras que crecen en las diferentes regiones
naturales y su comportamiento productivo (Mackenzie, 1999).
Actualmente, los sistemas de producción animal deben
adaptarse a patrones de crecimiento estacional al que están
circunscritas naturalmente las especies forrajeras i.e. épocas
de abundancia productiva (lluvias) y de escasez de forraje
(secas y “nortes-sures”); lo anterior, debido al hecho de que la
producción anual de cualquier especie forrajera, es menos
importante que la distribución de ésta durante el año. Las
condiciones climáticas locales y de fertilidad del suelo,
determinan el crecimiento y composición botánica de las
praderas, pero el manejo de la defoliación puede determinar si
el potencial productivo de la especie de interés puede o no ser
alcanzado. En lugares con alta fertilidad de suelo, distintas
asociaciones de especies forrajeras ocurren naturalmente y
manejos extremos de defoliación se requieren para cambiar
su composición. Sin embargo, en áreas menos fértiles,
pequeños cambios en el manejo de la defoliación, pueden
tener marcada influencia en la composición botánica de las
praderas. Por tanto, debe dejarse sólidamente establecido
que el objetivo primordial del manejo de praderas es
obtener el mayor y mejor balance estacional en la
producción de forrajes. Es decir, en un escenario donde se
tienen que satisfacer los requerimientos tanto de plantas como
de animales defoliadores, el conocimiento del manejo
adecuado de las plantas forrajeras, es esencial para
incrementar la rentabilidad económica de la explotación y
asegurar la persistencia de las praderas en condiciones
sobresalientes de estabilidad ecológica y económica.

2.1. Manejo del sistema de producción animal en el


trópico

La producción animal en praderas tropicales consiste en tres


procesos que requieren la optimización de sus componentes,
6
para su mejor participación en la obtención del producto final
de forma sobresaliente (kg de producto animal por hectárea
por año), éstas incluyen: 1) crecimiento del forraje, 2)
utilización del forraje (cosecha eficiente) y 3) conversión a
producto animal del forraje (Fig. 1). De hecho, estos tres
procesos interactúan constantemente de diferentes formas
(Hodgson, 1990). Cada uno de estos tres procesos, tiene su
propio nivel de eficiencia, definido por la mejor relación de
energía entrante a la etapa y la energía asimilada y disponible
para la mejor productividad animal dentro de dicha etapa
(relación producción: insumos), influenciados por el manejo y
el producto obtenido, resultando en su conjunto, del grado de
eficiencia en cada uno de estos procesos. Uno de los errores
comunes en la investigación de estos componentes en
sistemas de pastoreo, es concentrarse en la eficiencia a un
solo proceso, a expensas de los demás. Se ha reconocido
que todos estos componentes interactúan entre sí,
manteniendo una relación sinérgica, lo que hace imposible
modificar niveles en algún componente, sin tener
modificaciones (tanto positivas como negativas) en los otros.

Para comprender el proceso de producción animal en los


sistemas de pastoreo se debe partir del crecimiento de las
especies forrajeras; el cual, inicia con la transformación de la
energía proveniente del sol, acumulación de tejido
fotosintético y de reserva en el forraje. Esta etapa es
dependiente de la cantidad de luz disponible (días abiertos
con sol), temperatura, disponibilidad de agua y nutrientes en
el suelo; es decir, depende de las condiciones climáticas; las
cuales, son poco controlables por el manejador del sistema.
En esta etapa, las tasas de crecimiento y senescencia de
hojas son esenciales debido a que las hojas son los órganos
primarios de fotosíntesis, un incremento en el índice de área
foliar aumentará la capacidad de interceptación de luz y, por
tanto, el crecimiento de las plantas forrajeras.

La hoja es el producto de mayor valía para la producción en


pastoreo. La tasa a la cual el forraje es acumulado para ser
cosechado representa el balance entre tasa de crecimiento de
nuevo tejido vegetal y tasa de pérdidas de tejido formado, por
7
efecto de la senescencia y descomposición; el cual, resulta en
una curva de acumulación de forraje sigmoidea típica, que
describe ésta en el tiempo, ejemplificada aquí utilizando dos
especies tropicales de crecimiento contrastante (Fig. 2;
Chapman y Lemaire, 1993); en ésta, se enfatiza la
importancia creciente de la senescencia conforme aumenta la
edad de rebrote, dejando claramente definidos los momentos
óptimos de cosecha del mismo en base al nivel de eficiencia
de cosecha energética de la planta; similarmente, puede
observarse claramente que, si el interés es mantener la
producción por largo tiempo, el manejo que maximiza la
producción neta de forraje, no es el mismo que aquél que
maximiza la velocidad de crecimiento del nuevo material
vegetal.

Recursos
naturales:

Suelo, Clima,
Plantas

Crecimiento
Forraje
producido

Utilización
Productividad
Forraje
consumido

Conversión

Producto
animal

Figura 1. Componentes de la producción vegetal y animal


en sistemas de pastoreo (Hodgson, 1990).

8
Longitud de hoja por tallo (cm) Especies de crecimiento erecto

100
Crecimiento de hoja
90
Senescencia de hoja
80
Acumulación neta de hoja
70
60
50
40
30
20
10
0
0 10 20 30 40
Días de rebrote

Especies de crecimiento estolonífero


Longitud de hoja por estolón (cm)

160 Crecimiento de hoja

140 Senescencia de hoja


Acumulación neta de hoja
120
100
80
60
40
20
0
0 10 20 30 40
Días de rebrote

Figura 2. Dinámica de crecimiento de hoja, senescencia y


acumulación neta de tejido de hoja, en dos especies de
pastos tropicales con hábito de crecimiento contratante,
seguidos de una defoliación completa (Chapman y
Lemaire, 1993).
9
La eficiencia de utilización del forraje es la segunda etapa en
el proceso de producción y consiste en la cosecha del forraje
producido y está influenciada por factores como forraje
presente, carga animal, especie animal, número de animales
por potrero, tiempo de pastoreo, intervalo entre pastoreos,
tamaño de potreros, etc. Todos estos factores son controlados
directamente por el manejador del sistema de producción,
quedan bajo su influencia directa. En este sentido, es
importante señalar que el manejador puede determinar el
momento óptimo de utilización del forraje en cada especie
forrajera (Fig. 2). Por tanto, para una cosecha eficiente de
forraje, ésta debe efectuarse cuando la planta alcanza la
máxima producción neta; la cual, representa la proporción del
crecimiento total que queda disponible para ser utilizado por el
animal en pastoreo y que, por tanto, contribuye al desempeño
productivo del sistema. Así, el momento fisiológico óptimo de
cosecha varía, dependiendo del hábito de crecimiento de las
especies forrajeras y, similarmente, que las especies de
crecimiento rastrero deben ser cosechadas a intervalos más
cortos y frecuentes respecto a especies de crecimiento erecto
(amacollado), justo antes de que comience a acelerarse el
proceso de senescencia (Fig. 2; Chapman y Lemaire, 1993).

La tercera etapa (final) del proceso productivo en pastoreo es


la conversión y corresponde a la transformación de la energía
química contenida en el forraje a productos de origen animal.
Este proceso ocurre en el interior del organismo animal y es
afectado por el valor nutritivo, tasa de pasaje del forraje en el
tracto digestivo del animal y la facilidad (disponibilidad de
cosecha) con que el forraje es consumido, estado fisiológico
del animal (vaca seca, lactante, becerro en crecimiento, etc.) y
potencial genético del mismo. La eficiencia de uso de energía
en cada una de estas etapas del proceso productivo es muy
específico, varía para la etapa que se trate. Así, la eficiencia
de asimilación de energía para el crecimiento del forraje es
muy baja y varia de 2 a 8%; mientras que, para la utilización y
conversión del forraje, los valores de eficiencia que se pueden
alcanzar son de 40 a 80% y de 7 a 15%, respectivamente
(Cuadro 1). Lo anterior establece claramente que, para
incrementar la producción animal, es importante concentrarse
10
en el proceso de utilización del forraje en la pradera, dado que
la mayor cosecha de energía para el producto animal, como
objetivo de la empresa ganadera puede incrementarse en esta
etapa con un buen manejo de cosecha de forraje.

Cuadro 1. Eficiencia energética de las tres principales


etapas del proceso productivo en sistemas de producción
animal en praderas de clima templado (Adaptado de
Hodgson, 1990)*.
Proporción:
Etapa del proceso productivo Salida de energía
Entrada de energía

1. Crecimiento del forraje


0.02 – 0.04
Energía en el crecimiento del forraje
Energía del sol

2. Utilización del forraje


0.40 – 0.80
Energía en el forraje consumido
Energía en el forraje acumulado

3. Conversión en producto animal


0.07 – 0.15
Energía en el producto
Energía en el forraje consumido

*La eficiencia energética del crecimiento del forraje es un valor


medio del año entero. La eficiencia durante el período de mayor
crecimiento llega a ser substancialmente mayor: 0.4 – 0.8. Los
valores mostrados para eficiencia de conversión están asociados a
novillos en crecimiento (eficiencia de 0,07) y bovinos en finalización
(eficiencia de 0,15). La eficiencia puede variar conforme a un factor
de hasta dos magnitudes para cada etapa. Es importante enfatizar
que los niveles de eficiencia para las etapas de crecimiento y
transformación son menores que en la etapa de cosecha del forraje.

11
La mayor eficiencia ocurre en el proceso de cosecha del
forraje por los animales en pastoreo (Cuadro 1; Hodgson,
1990); es decir, en la utilización, etapa del proceso productivo
donde el manejador tiene control casi absoluto sobre los
factores involucrados. En esta etapa, la eficiencia de
utilización es casi 20 veces mayor que las eficiencias de
crecimiento del forraje y conversión animal. Si se considera a
cada una las fases del proceso (más bien el nivel y variación
de cosecha de energía) como la oportunidad para realizar
alguna investigación, o bien, para efectuar alguna inversión o
cambio en el rancho, sin alguna duda que la prioridad (por su
mayor impacto en la producción animal resultante) seria para
aquellas destinadas a mejorar el proceso de cosecha del
forraje producido. Por tanto, inversiones en fertilización,
irrigación, genética animal y suplementación, tendrían en este
contexto, un efecto muy pequeño comparativamente a las
inversiones que se realicen en mejorar el proceso de colecta
del forraje producido.

En este sentido, trabajos recientes sobre manejo del pastoreo


en gramíneas tropicales, sugieren que para manejar de
manera sostenible una explotación ganadera y reducir la
emisión de gases de efecto invernadero por los rumiantes, es
necesario mantener una elevada producción neta de forraje
de buena calidad, lo cual, solo puede ser alcanzado con un
monitoreo continuo y capaz de asegurar el equilibrio entre los
procesos de crecimiento, senescencia y consumo de forraje
(Euclides et al., 2010).

Entre las características más importantes de las plantas


forrajeras, para la producción animal, se destacan aquellas
que determinan el consumo voluntario de nutrientes
digestibles (CVND). Considerando que el CVND es el factor
principal que limita la producción animal, el consumo
restringido (calidad y/o cantidad) de nutrientes por el animal,
solo será controlado por el valor nutritivo, siempre y cuando, la
cantidad disponible de forraje no sea limitante (Euclides,
2000). Adicionalmente, se sabe que no solo la cantidad de
forraje disponible, sino la forma como el forraje es ofertado a
los animales (estructura del dosel), afectan de forma decisiva
12
tanto el comportamiento ingestivo como el consumo (Palhano
et al., 2005; Carvalho et al., 2007) y que, en plantas de clima
tropical, la proporción de tallos, entre los componentes del
rendimiento de forraje (tallo, hoja, material muerto, etc.)
asume una gran importancia en los patrones de variación de
la estructura de la pradera (Da Silva y Carvalho, 2005; Da
Silva et al., 2010a). Bajo condiciones de pastoreo rotacional,
la interrupción del rebrote o del período de descanso cuando
el dosel forrajero intercepta 95% de luz incidente, ha
demostrado ser efectiva en controlar el desarrollo y
acumulación de tallos y material muerto, así como la
manutención en condiciones favorables de la estructura de la
pradera para la acumulación de forraje de calidad (Barbosa et
al., 2007; Da Silva y Nascimento Jr., 2007). Bajo condiciones
de pastoreo continuo, Molan (2004), señaló que la
interceptación de luz no es un factor limitante cuando la
pradera de B. brizantha cv. Insurgente es mantenida a alturas
superiores a 20 cm de forraje remanente. Desde el punto de
vista de estructura de la pradera, se recomienda manejar esta
especie a 30 cm de altura, ya que las praderas manejadas a
40 cm presentaron menores valores de elongación de la hoja
y tasa de crecimiento, asociados con mayores tasas de
senescencia foliar (Sbrissia, 2004). Praderas mantenidas a 10
cm resultaron en plantas más susceptibles al pastoreo,
reduciendo considerablemente sus niveles de carbohidratos
(Figura 3) y, por consiguiente, disminuyendo su habilidad
competitiva en favor de un incremento en la proporción de
malezas en la masa de forraje presente.

Con base en resultados publicados, algunas


recomendaciones de manejo fueron desarrolladas tanto para
condiciones de pastoreo continuo (Da Silva y Nascimento Jr,
2007, Da Silva et al., 2010a), como rotacional (Difante et al.,
2010; Da Silva et al., 2010b). Generalmente, el concepto de
índice de área foliar critico (IAF), condición en la cual la
pradera intercepta el 95% de la luz incidente, es válido y
puede ser aplicado en pastos tropicales (Carnevalli et al.,
2006; Barbosa et al., 2007; Pedreira et al., 2007; Souza Jr.,
2007). Desde el punto de vista de acumulación neta de
forraje, este (95% de interceptación luminosa) es el mejor
13
momento para interrumpir el proceso de crecimiento,
cosechando el forraje mediante corte o pastoreo (Figura 4), lo
cual asegura una alta eficiencia energética en la utilización del
forraje producido y evita el deterioro de la estructura de la
pradera por la acumulación excesiva de tallos y material
muerto.

Raíz
200 10 cm
180 20 cm
estructurales (mg g-1 MS)

30 cm
160
40 cm
Carbohidratos no

140
120
100
80
60
40
20
0
Verano Otoño Invierno Inició de Fin de
Primavera Primavera

Pseudotallo
200
180 10 cm
estructurales (mg g-1 MS)

160 20 cm
30 cm
Carbohidratos no

140
40 cm
120
100
80
60
40
20
0
Verano Otoño Invierno Inició de Fin de
Primavera Primavera

Figura 3. Cambios estacionales en carbohidratos no


estructurales en pseudotallos y raíces, de pasto
Insurgente, sujeto a intensidades de pastoreo continuo
(10, 20, 30 y 40 cm de altura) a través del año (Adaptado
de Da Silva et al., 2010, datos no publicados).

14
10000 IL=95%
9000
Materia seca (kg ha-1)

8000
Acumulación neta total
7000
Hoja
6000
Acumulación neta de hoja
5000 Tallo
4000 Senescencia
3000
2000
1000
0
74 84 98 99
Intercepción luminosa (%)

49 83 94 110
Altura de la pradera (cm)

feb-20 feb-28 mar-15 mar-23


(8) (23) (30)
Fecha de corte (días)

Figura 4. Dinámica de acumulación de los, componentes


del forraje en praderas de Mombaza (Meghathyrsus
máximus), sometidas a rotación intermitente del pastoreo
caracterizado por una altura de residuo (eliminación del
pastoreo o descanso) de 50 cm y muestreo del rebrote
iniciado desde 73 a 100% de interceptación luminosa (IL)
por el dosel forrajero (Adaptado de Carnevalli, 2003).

Además, producto de las investigaciones, algunos autores han


observado una elevada correlación entre altura de la pradera
y la interceptación luminosa, indicando que la altura del dosel
vegetal puede ser usada como una guía práctica y confiable
para monitorear y controlar los componentes del rebrote y, por
tanto, el proceso de pastoreo para lograr la mejor estructura
de la pradera; claro está, que la altura cambia de acuerdo con
los atributos genéticos de la especie y variedad del pasto en
cuestión. Así, en P. maximum variedades Mombaza
(Carnevalli et al., 2006; Montagner, 2007) y Tanzania (Mello y
Pedreira, 2004; Barbosa et al., 2007), B. brizantha variedades

15
Insurgente (Souza Jr., 2007) y Toledo (Pedreira et al., 2009),
alcanzaron el 95% de intercepción luminosa (IL) a las
siguientes alturas: 90, 70, 25 y 30 cm, respectivamente, lo
cual es indicativo del momento óptimo para iniciar el corte o
pastoreo.

2.2. Manejo estacional de especies forrajeras


tropicales

Los patrones estacionales de crecimiento de gramíneas y


leguminosas forrajeras varían dependiendo de especie,
morfotipo y genotipo de planta y, similarmente del clima
prevaleciente en la región. En la mayoría de los países
tropicales, las tasas de crecimiento de las diferentes especies
forrajeras están asociadas con la distribución estacional de la
precipitación y temperatura a través del año. La producción de
forraje excede normalmente los requerimientos nutritivos del
ganado durante la época de lluvias (Cuadro 2). Con el inicio
de las lluvias y el incremento en la temperatura, las tasas de
crecimiento de los forrajes alcanzan su pico máximo en este
período (Figuras 5 y 6). En contraste, la producción total
(Cuadro 2) y las tasas de crecimiento durante el período de
seca (invierno y principios de primavera) frecuentemente no
satisfacen los requerimientos nutricionales del ganado en
pastoreo, debido a la falta de humedad en el suelo, forraje
disponible y calidad del forraje disponible.

En el trópico húmedo, desde finales del otoño a mediados de


invierno (Noviembre-Febrero) las bajas temperaturas y la
nubosidad pueden reducir el crecimiento de las praderas y,
con ello, ocasionar que el forraje producido no sea suficiente
tanto en calidad como en cantidad para satisfacer los
requerimientos diarios de los animales (Figura 6). Actualmente
se cuenta con poca información respecto a la distribución
estacional del rendimiento y, la existente, es resultado de un
año de estudio, por lo que su representatividad regional y
representatividad a través de los años, es baja, en virtud de
que las condiciones climáticas y consecuentemente las tasas
de crecimiento varían de un año a otro.

16
Cuadro 2. Acumulación de forraje (kg MS ha-1) en
praderas de pasto Mombaza, por época del año, a
diferentes intervalos de corte, durante noviembre de 2006
a noviembre de 2007.
Intervalo de
corte en Sequía Lluvias Anual
semanas
3 2 407 Ab 9 659 Ba 12 066 B
5 3 418 Ab 16 355 ABa 19 773 AB
7 3 702 Ab 20 607 Aa 24 309 A
Promedio 3 175 b 15 540 a
EEM 517 2 175
Literales mayúsculas diferentes indican diferencias estadísticas
(P<0.05) por columna; minúsculas, por hileras. EEM = Error
estándar de la media. (Adaptado de Ramírez et al., 2010).

La tasa de crecimiento durante junio, al establecimiento de la


temporada de lluvias, es adecuada debido a las condiciones
óptimas de crecimiento. Toledo alcanzó su máxima tasa de
crecimiento durante julio y agosto (118 kg MS ha-1 d-1);
mientras que, los pastos Mulato II, Señal, Insurgente y Mulato,
mostraron sus máximas tasas de crecimiento en junio (Figura
6). Todas las variedades mencionadas, registraron un nulo
crecimiento durante la época de sequía, en abril y mayo. En
contraste, en el trópico seco, debido a que la sequía es mayor
a seis meses, se genera el contraste más amplio entre los
sistemas regionales de producción entre la época de escasez
(sequía) y la de abundancia de forraje (lluvias). En estas
regiones la cantidad de forraje disponible es limitante de
diciembre a mayo e inclusive, en épocas de baja precipitación
y áreas cerriles con bajo contenido de materia orgánica y
perfiles poco profundos de suelo, la escasez de forraje puede
manifestarse desde mediados de noviembre hasta el mes
junio (Fig. 5). En algunos estudios se reportan rendimientos
inferiores al 20% del total anual, durante la época seca (Fig.
5), por lo que es importante considerar fuentes alimenticias
que resuelvan o disminuyan y las leguminosas arbóreas que
alcanzan estratos estables de humedad son buena alternativa.
17
250
Tasa de crecimiento (kg MS ha-1 día-1) 3 semanas
200
5 semanas

150 7 semanas

100

50

0
Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov
Sequía Lluvias

Figura 5. Tasas de crecimiento mensual del pasto


Mombaza, cosechado a diferentes intervalos de corte en
Florencio Villarreal, Guerrero (Adaptado de Ramírez et al.,
2010).

140
Tasa de crecimiento (kg MS ha-1 día-1)

120 Mulato
Mulato 2
100 Insurgente
Toledo
80
Señal
60

40

20

0
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic
Nortes Sequía Lluvias Nortes

Figura 6. Tasas de crecimiento mensual de cinco especies


del genero Brachiaria en Isla, Veracruz (Fuente: Enríquez
et al., 2008).

18
3. CARACTERÍSTICAS DE LAS ÁREAS
INUNDABLES
Muchas plantas forrajeras en las regiones tropicales húmedas,
se desarrollan o están expuestas estacionalmente u
ocasionalmente a inundación, ya sea porque permean en
áreas bajas, en cuencas endorreicas y/o debido a una baja
permeabilidad de la estructura del suelo que origina retención
de humedad por periodos amplios. La inundación por periodos
prolongados satura el suelo, causa condiciones anaeróbicas y
favorece la acumulación de bióxido de carbono; además, el
incremento en la solubilidad de Manganeso, Hierro y Aluminio
pueden ser importantes (Whiteman, 1980).

Hay dos términos relacionados con la inundación que es


necesario definir para precisar su significado: suelo anegado,
condición de saturación completa de los poros del perfil del
suelo con agua; mientras que, inundación, involucra la
saturación de las plantas por agua sobre la superficie del
suelo (Whiteman, 1980).

En hábitats tropicales, la inundación de los terrenos de


pastoreo, de manera intermitente o por largo plazo, es
resultado de tormentas severas, mal drenaje del terreno o tipo
de suelo, desborde de ríos y canales. Así mismo, mientras
que en algunas regiones la inundación es un evento raro, en
otras resulta ser una condición cíclica o incluso perenne, lo
cual puede limitar severamente las condiciones de producción
animal en pastoreo; lo anterior, en caso de que el ganadero
no determine una estrategia de utilización de esas áreas con
materiales forrajeros de mayor tolerancia a la duración e
intensidad de las inundaciones que prevalecen en diversas
áreas de su terreno (Enríquez 2005).

Las especies que crecen en zonas bajas deben soportar


condiciones extremas de abundancia de agua y sequía
intensa, una vez que la humedad se retira, los suelos
arcillosos comienzan a fracturarse a causa de la sequía
magnificando los efectos de ésta. Bajo inundación, las raíces

19
de las plantas adaptadas a estas condiciones, son capaces de
adaptarse a la anoxia (falta de oxígeno) provocada por el
exceso continuo de humedad, de forma fisiológica y a
condiciones de sequía extrema, principalmente, por las
características predominantes de textura en los terrenos
bajos; los cuales, generalmente presentan altos porcentajes
de arcilla.

Los mecanismos de tolerancia a la inundación se basan en


características adaptativas y estrategias de la planta que
mejoran el intercambio de gases y mantienen la producción
energética (Armstrong et al.1994). En el trópico, la época de
lluvias es un período de actividad metabólica intensa para las
plantas, lo que puede incrementar el efecto dañino de las
inundaciones en especies susceptibles y evitar que éstas
tengan un desarrollo adecuado para soportar la siguiente
temporada de sequía.

Sin embargo, bajo condiciones de inundación para la planta,


el principal problema es la falta de oxígeno, ya que la
presencia de agua bloquea el flujo entre la raíz y la atmósfera.
La transferencia del oxígeno en las raíces, es muy lenta. Por
tanto, el rendimiento de forraje se ve afectado por ambas
condiciones de estrés: bajos niveles de oxigenación y lenta
difusión del oxígeno; sin embargo, existen especies forrajeras
valiosas que se adaptan a la fluctuación en la disponibilidad
de humedad, en áreas bajas marginales durante el temporal
de lluvia y sequía (Baruch, 1994).

3.1. Características físicas y químicas de los suelos


de las zonas inundables

Con las primeras lluvias, la disponibilidad de oxígeno en un


suelo inundado se reduce a cero en menos de un día y, bajo
esta condición, los microorganismos aeróbicos consumen
rápidamente el poco oxígeno disponible y se vuelven latentes
o mueren. Los microorganismos anaeróbicos se multiplican
rápidamente y llevan a cabo la descomposición de la materia
orgánica, al utilizar compuestos oxidados del suelo (nitratos,

20
óxidos de manganeso, óxidos férricos, etc.) como aceptadores
de electrones para su respiración, generándose una serie de
cambios electroquímicos (León, 1981):

 Variaciones en el pH del suelo. Aumenta, si éste es


ácido inicialmente o, disminuye si es alcalino, hasta
llegar, en ambos casos, a valores cercanos a 7.0; es
decir, el pH se vuelve neutro.

 Los nitratos son reducidos a N2 y N2O y escapan a la


atmósfera. La mineralización del nitrógeno orgánico
llega hasta NH4+; el cual, es estable en un medio
reducido y tiende a acumularse en suelos inundados.
Estos dos procesos son afectados por la temperatura;
similarmente, por la cantidad y degradabilidad de la
materia orgánica del suelo.

 Los óxidos de Hierro y Manganeso se reducen y


aumenta su solubilidad, lo que eleva su concentración
en la solución del suelo, hasta llegar a valores que
causan toxicidad a algunas especies.

 Aumento de la concentración de Fósforo y Sílice en la


solución del suelo, después de la inundación.

21
4. ESPECIES ANIMAL QUE SOPORTAN
INUNDACIÓN
Existen especies forrajeras que toleran condiciones de
saturación de humedad del suelo a diferentes niveles, las
cuales son aprovechadas en pastoreo por bovinos,
principalmente durante la época seca, cuando la producción
de forraje es escasa en zonas altas y es posible que los
animales tengan acceso físico al forraje disponible en las
áreas inundables. Estos recursos forrajeros son
aprovechados, en plena inundación, por búfalos en Brasil y
por animales silvestres como capibara o chigüiro
Hydrochoerus hydrochaeris (L.), en los Llanos orientales de
Colombia, Venezuela y en algunas regiones de Brasil
(Camarao et al., 2004). También se ha observado que las
áreas inundables son visitadas para consumir insectos y
plantas por las aves migratorias, e incluso representan un sitio
temporal de descanso o percha en su trayecto hacia/desde
sus sitios de origen.

En México, estas áreas son aprovechadas con bovinos


cuando el nivel del agua ha disminuido y es posible su
utilización como forraje de emergencia, lo que ocurre
naturalmente durante febrero a mayo, cuando el forraje de las
partes altas no inundables es escaso o nulo, por lo que los
ganaderos hacen un aprovechamiento estratégico de estos
potreros para el pastoreo de bovinos, la mayoría de éstos
naturales (Azuche, Alemán, vegetación secundaria) y otras
establecidas con especies introducidas (Para, Chetumal, etc.).
Existen amplias áreas inundables en Tabasco, Campeche,
Veracruz, Chiapas y Oaxaca (Enríquez, 2005), a nivel de
predio (pequeñas áreas) y superficies variables, localizadas
en gran parte de las explotaciones ganaderas a lo largo de las
regiones de trópico seco y, en mayor proporción y duración,
en el trópico húmedo.

Los bajíos inundables constituyen un área estratégica para el


resguardo de fauna silvestre y pastoreo durante la época de
sequía. Sin embargo, algunas especies vegetales nativas que

22
permean en estas áreas pueden tener potencial para su
utilización bajo condiciones de riego de apoyo (de febrero a
junio) en áreas no inundables, una vez comprobada su
rentabilidad como alternativa viable para sistemas intensivos
de producción: forraje total y su distribución en el año, calidad
(contenido de nutrientes y digestibilidad), requerimientos de
fertilización, entre los más importantes. Lo anterior, para lograr
la disponibilidad de forraje durante mayores periodos en el
año y mantener estas zonas como resguardo de vegetación y
fauna silvestre regional.

5. ADAPTACIONES MORFOLÓGICAS DE LAS


PLANTAS PARA SOPORTAR LA
INUNDACIÓN

5.1. Desarrollo de aerénquima

La adaptación morfológica más notoria en las plantas que


crecen en zonas inundables, es la presencia de aerénquima;
el cual, está localizado en las partes interiores de los tallos,
facilita la distribución del oxígeno para la respiración vegetal y
el desarrollo de raíces adventicias, que incrementan la
difusión del oxígeno atmosférico hacia la planta (Baruch y
Mérida, 1995).

El desarrollo del aerénquima resulta de la hidrólisis de la


pared celular y lisis eventual de células de la corteza
(Salisbury y Ross, 1994), debido a la actividad de la celulasa,
en conjunto con una amplia gama de enzimas que degradan
la pared celular, en respuesta al incremento marcado (hasta
en ocho tantos) de las condiciones de anoxia por inundación
(Cohen y Kende, 1987) y acumulación de etileno endógeno; lo
anterior, da como resultado la formación de espacios aéreos
requeridos para el transporte seguro de oxígeno y CO 2, a
través del sistema radical (Mergemann y Sauter, 2000). Este
proceso trae como consecuencia la muerte programada de
células de la corteza radical, como resultado de la anoxia
(Kawaii et al., 1998; Samarajeewa et al., 1999), lo que eleva la
eficiencia de la adaptación a ambientes inundables.
23
La importancia práctica del aerénquima es la reducción de la
resistencia física a la difusión adecuada de oxígeno del aire
hacia y CO2 desde los tejidos sumergidos; por tanto, el
aerénquima promueve la sobrevivencia bajo condiciones de
inundación en las plantas. La elevada producción de ácido
giberélico, ácido absísico y la activación de expansinas,
promueven la rápida división y expansión celular, para
incrementar el desarrollo requerido en la planta para lograr
una superficie adecuada de tejido para la asimilación de
oxígeno y la eliminación de agentes reactivos como CO2,
ácido láctico, O3, etc. (Cho y Kende, 1998; Van Der Straeten,
2001).

5.2. Raíces adventicias

Otra adaptación importante, a las condiciones de exceso de


agua e inundación, es el desarrollo de raíces adventicias con
aerénquima. Cuando los tallos quedan bajo el agua, algunas
especies forman nuevas raíces en el sistema radical original
(Salisbury y Ross, 1994) y proveen una ruta de baja
resistencia para la difusión eficiente del aire (CO2 y O2) y la
eliminación de agentes reactivos en tejidos sumergidos que
promueven la mayor sobrevivencia bajo condiciones de
inundación (Maricle y Lee, 2002; Kercher y Zedler, 2004).

Al inicio de la fase hídrica, las raíces adventicias noveles


substituyen a las primarias; las cuales, bajo condiciones
anaerobias, no son capaces de abastecer al macollo
(fitómero) con los elementos nutritivos y oxígeno, dada la baja
energía respiratoria disponible (Mergemann y Sauter, 2000).
Bajo inundación, un sistema respiratorio anaeróbico es
altamente ineficiente en producción de ATP y es la baja
eficiencia energética, el factor que obliga a las plantas a
adaptarse para mantener un sistema aeróbico eficiente, aún
en condiciones inundables de anoxia. Al inicio de la
inundación, las plantas soportan temporalmente, condiciones
de respiración anaeróbica hasta la consolidación del
aerénquima.

24
5.3. Adaptaciones bioquímicas

Las adaptaciones morfológicas ajustan al desarrollo vegetal;


mientras que, las fisiológicas se expresan desde el momento
del estrés, ambas, dentro de sus límites genéticos. La
adaptación vegetal más importante es el cambio de
respiración por una fermentación continua. La tolerancia a
condiciones de inundación, se logra mediante la elevación de
niveles de etileno, los cuales producen una reducción en la
difusión del oxígeno al exterior de las raíces (Drew, 1990).

Diferencias en resistencia a diferentes tipos de inundación


(profundidad y duración) son atribuibles a aspectos
bioquímicos y anatómicos. Contrariamente a la fermentación
láctica, la fermentación de etanol (ruta seguida por las plantas
resistentes a inundación) no resulta en acidosis citoplásmica
severa. Líneas mutantes de maíz, las cuales tuvieron
solamente 1% de la actividad normal de la enzima Alcohol
Deshidrogenasa (ADH), mostraron alta acidez citoplásmica
debido a la hipoxia, la cual produjo altas concentraciones de
ácido láctico, detrimento y muerte celular, resultando en la
muerte de la planta. La fermentación láctica temporal ocurre
normalmente y el pH se mantiene neutro por varias horas en
maíces normales. Esta fermentación láctica temporal, inicia la
producción de etanol y la fermentación de éste no resulta en
acidificación citoplásmica, siempre que el CO2 producido
pueda escapar del tejido (Saab y Sachs, 1996), lo que se
logra a través del rápido desarrollo del aerénquima, en
especies adaptadas a condiciones inundables.

Las diferencias observables en resistencia vegetal a la


hipoxia, son debidas a la falta de regulación del pH
citoplásmico, en plantas no resistentes a inundación, que
adolecen de la función eficiente de la enzima ADH. La
acidosis citoplásmica, resultante del ambiente anaeróbico
(CO2), trae consigo muerte radical. La secuencia de eventos
en los meristemos radicales, sujetos a hipoxia extrema, ocurre

25
de la siguiente forma: posterior al cese de la fosforilación
oxidativa (respiración aeróbica) se inicia la producción de
ácido láctico; la producción de éste es temporal, conforme la
acidificación citoplásmica resulta en la estimulación de la
producción de etanol, con la inhibición de la producción de
ácido láctico. De esta forma, la producción de energía
continua sin acidosis citoplásmica, durante varias horas de
hipoxia; sin embargo, ésta y, por tanto, la muerte celular
ocurren eventualmente, debido a la fuga de ácido desde las
vacuolas presentes en cada célula. Plantas no resistentes a la
inundación presentan una acidificación inmediata a nivel de
vacuolas, la cual se generaliza hacia el citoplasma pocas
horas después de mantener condiciones anaeróbicas.
Mientras que, especies tolerantes y resistentes retrasan estas
condiciones de pH ácido, lo que se refleja en mayor
sobrevivencia de las mismas, dado el retraso diferencial de las
células meristemáticas en respuesta a la acidosis (Roberts et
al., 1984).

Los primordios de las raíces adventicias resultan del


desarrollo normal programado genéticamente. La emergencia
del primordio depende de la señal adecuada (inundación), la
cual está mediada por etileno (Lorbiecke y Sauter, 1999). El
etileno promueve la señal que induce la muerte de las células
de la epidermis a nivel de nudo para facilitar el brote de raíces
adventicias; por tanto, la formación de espacios aéreos,
crecimiento de raíces adventicias y muerte programada de
células epidérmicas (que inhiben la reacción defensiva de la
planta al brote de raíces), son atributos que facilitan la
sobrevivencia de las plantas en condiciones inundables y son
controlados por un solo mensajero: etileno (Kende et al.,
1998; Mergemann y Sauter, 2000).

La proliferación de raíces adventicias, a nivel de nudo, permite


el rápido establecimiento e independencia de macollos
vegetativos, con el inicio de la reducción del nivel de agua en
Azuche (Enríquez et al., 2005). Un crecimiento inicial rápido,
permite a las plantas tolerar la inundación y dominar
rápidamente los humedales (Kercher y Zedler, 2004), en
especies para zonas inundables templadas.
26
6. PASTOS ADAPTADOS A TERRENOS
INUNDABLES
En el trópico existe una superficie considerable de suelos con
esta característica, lo que hace que las especies resistentes a
inundación, sean un excelente recurso forrajero para su
explotación y utilización por el ganado en la época de estiaje
y/o la exploración de especies de mayor valía para su manejo
en sistemas de mayor intensidad (bajo condiciones de riego y
fertilización). Aunque existen muchos pastos con capacidad
de soportar tiempos y grados diversos de inundación, solo se
mencionan los más importantes.

6.1. Pastos nativos de América y México

6.1.1. Alemán, Echinochloa polystachya (H.B.K.) Hitchcok.

Sinónimos: Echinochloa spectabilis (Nees ex Trin.) Link.;


Panicum spectabile Nees ex Trin.; Psuedechinolaena
polystachya (H. B. K.) Stapf; Iplismenus polystachyus Kunth.

Originario de América y distribuido desde el sur de los


Estados Unidos hasta Argentina. Es una especie perenne de
crecimiento amacollado, rápido y vigoroso. Sus tallos miden
de 1 a 2.5 m de altura, los cuales son más gruesos en la parte
baja; sus laminas foliares tienen de 20 a 60 cm de largo, por 1
a 2.5 cm de ancho (Bogdan, 1997). Su sistema radical es
profundo, produce abundantes rizomas que originan capas
gruesas y compactas de materia orgánica, que dan lugar a un
piso firme en pantanos y esteros (Tapia et al., 1966). Es una
especie que produce poca semilla fértil, por lo que su
propagación se realiza con tallos y rizomas (Fig. 7).

Se desarrolla en suelos con exceso de humedad y es más


tolerante a inundaciones permanentes que pasto Pará, ya que
soporta inundaciones por períodos mayores de seis meses.
Este pasto es uno de los más tolerantes a la salinidad del
suelo y agua (Meléndez, 1996). Durante los meses de octubre
a febrero, su recuperación después de ser defoliada es lenta,
27
ya que en estos meses presenta su floración en la mayor
parte de la región del Golfo de México. Se considera una
especie de buen valor nutritivo (Enríquez et al., 2011).

Figura 7. Pasto Alemán, Echinochloa polystachya, común


en zonas de terrenos inundados la mayor parte del año.

6.1.2. Azuche (Azuchil, Trompetilla), Hymenachne


amplexicaulis (Rudge) Nees.

Gramínea originaria de México y Latinoamérica tropical, crece


en áreas inundadas con niveles hasta de 2.5 m de
profundidad, no se desarrolla en aguas permanentes, ya que
requiere períodos alternos de inundación y sequía, para su
establecimiento y sobrevivencia (Csurhes y Edwards, 1998),
lo que le permite una regeneración masiva por semilla y
asegura su persistencia aún después de prolongados
períodos de sequía. Se ha observado que Azuche tolera hasta
40 semanas de inundación (Tejos, 1980). Esta planta se

28
propaga en forma natural, mediante semilla y estolones. Este
pasto ha sido considerado de gran importancia para la
ganadería durante la época de estiaje, particularmente en los
estados de Veracruz, Campeche, Tabasco y Oaxaca.

La planta posee tallos glabros y gruesos, hasta de 3.5 m de


largo, decumbentes y con raíces en los nudos inferiores, el
interior es esponjoso con aerénquima estrellado; nudos
glabros; vainas con pulvínulos evidentes, más cortas que los
entrenudos, glabras y a veces con cilios papilosos; lígula
constituida por una membrana delgada de 1 a 2.5 mm de
largo de color café. Aurículas abrazantes con pelos papilosos
en el margen; láminas foliares de 15 a 35 cm de largo, por 1 a
3 cm de ancho, glabras, acuminadas y cordadas,
angostándose hacia la base de la aurícula, de márgenes
escabrosos en la parte superior. Panícula tipo espiga, densa y
solitaria, mide de 10 a 50 cm de largo, por 1 a 2 cm de grueso,
con ramillas cortas y ascendentes, interrumpidas en la parte
inferior, pedúnculo glabro, frecuentemente incluido en la vaina
superior, espiguillas de 3.5 a 5.5 mm de largo, densamente
aglomeradas, lanceoladas, acuminadas con un pedicelo corto;
primera y segunda glumas escabrosas en las nervaduras, la
primera de 1 a 1.7 mm de largo, ovada, 3-nervada y, a veces,
caudada; la segunda de 2.8 a 3.9 mm de largo, 5-nervada,
separada de la primera por una raquilla prolongada hasta de
0.5 mm de largo; lema estéril de 3.6 a 4.6 mm de largo, 5-
nervada, escabriúscula en los nervios y con un acumen largo;
lema fértil de 2.5 a 3.5 mm de largo, papirácea y acuminada,
con márgenes delgados no enrollados; pálea libre en el ápice
(COTECOCA, 1991). En el sureste de México la floración ha
sido observada desde finales de agosto hasta marzo, con
mayor abundancia de flores durante noviembre y diciembre.
Algunas características morfológicas se observan en la Figura
8.

La ruta fotosintética C3 presente en esta especie combinada


con otros atributos: amplitud de adaptación morfológica
(plasticidad) para enfrentar ambientes contrastantes de sequía
e inundación (estolones largos para mantener un área foliar

29
viable en inundación y nudos de fácil “enraizamiento” y
producción de hoja, para cubrir rápidamente el suelo conforme
ceden las condiciones de inundación), capacidad de cubrir
rápidamente zonas bajas, abundancia de hoja de calidad,
calidad destacada del forraje, entre otras; reducen la pérdida
de humedad por acción de la demanda hídrica de la atmósfera
y pérdidas por radiación, dado que cubren con estolones el
terreno y provocan que la humedad siga su ruta hacia la
atmósfera a través de la planta, lo que promueve el
aprovechamiento de estas áreas hasta el comienzo de la
crisis por sequía. Similarmente, dada la calidad de la semilla
producida es una especie que podría utilizarse en sistemas
irrigados intensivos y, su valía para estos sistemas de manejo
debe comprobarse experimentalmente.

Figura 8. Pasto Azuche, Hymenachne amplexicaulis,


pasto nativo con alta capacidad de tolerancia a la
inundación.

30
6.1.3. Lamedora (Lambedora), Leersia hexandra Sw.

Este pasto se distribuye a lo largo de los trópicos y


subtrópicos del mundo. En México se encuentra en varios
estados, en especial en las áreas bajas o inundables de la
región sureste. Crece a lo largo de las zonas inundables,
corrientes de agua, lagunas, marismas, bordos y canales.
Algunas veces forma islas flotantes y puede desarrollarse sin
problema en terrenos hasta con 1.8 m de profundidad
(Godfrey y Wooten, 1979). Es consumido por los animales en
estado juvenil; mientras que, a la madurez, solamente se
consume cuando hay escasez de forraje. Es un pasto poco
estudiado en México y conocido por los productores como un
pasto nativo de zonas inundables que contribuye a disminuir
la falta de forraje durante la época seca.

Las hojas de lamedora miden de 15 a 30 cm de largo, las


cuales son agudas y ásperas en ambos lados de y de 4 a 6
mm de ancho con márgenes aserrados, por lo que se le
denomina pasto alambre en diversas regiones. Los bordes
aserrados de sus hojas lo hacen menos apetecido en la
madurez. Sus tallos son delgados y huecos y alcanzan de 30
a 120 cm de altura; sus hojas son de color verde brillante, la
vaina de la hoja es gruesa y carnosa, forma una funda gruesa
en el entrenudo, el cual esta densamente cubierto de pelos
blancos, los cuales pueden estar doblados hacia atrás, posee
una lígula de 4 a 9 mm, suave, a veces delgada, rígida y seca.
Su panícula mide de 5 a 12 cm, las espiguillas son parecidas
a las del arroz, pero más pequeñas, de color rojizo o naranja y
se superponen en dos series, con una proyección en forma de
callo en la base de la espiguilla, de 2.5 a 4.5 mm, las brácteas
exteriores de color blanco o purpura entre los nervios las
cuales se ubican en la mitad del peine floral (Meléndez 2011).
Se puede reproducir por semilla, pero su principal forma de
multiplicación es por rizomas y estolones.

31
6.1.4. Camalote, Paspalum fasciculatum (Willd.) ex Flügge

Este pasto perenne existe en forma natural en las riberas de


los ríos y regiones pantanosas, desde México hasta
Argentina. Sus hojas miden de 20 a 40 cm de longitud por 15
a 20 mm de ancho; sus tallos son erectos de 1 cm de
diámetro, que pueden alcanzar alturas hasta de 2 m; produce
gran cantidad de estolones rastreros de hasta 5 m de longitud.
La panícula mide de 6 a 14 cm de largo (Figura 9).

Se utiliza para la alimentación de bovinos, principalmente


durante la época seca, y también para el pastoreo de equinos.
Los rebrotes tiernos que se desarrollan después de un
chapeo, son más apetecidos por el ganado que las plantas
adultas. Es un pasto muy agresivo que invade y desplaza
praderas cultivadas, por lo que en algunas regiones se
considera como maleza. Una de sus principales desventajas
es la baja digestibilidad de su materia seca, la cual puede ser
frecuentemente menor del 30%, por lo que su
aprovechamiento debe realizarse durante sus primeras etapas
de crecimiento vegetativo, es decir, pastorear el ganado
cuando el pasto está tierno (Enríquez et al., 2011).

32
Figura 9. Camalote, Paspalum fasciculatum, zacate nativo
de áreas bajas o inundables.

6.1.5. Pojuca, Paspalum atratum Swallen

Sinónimos: Paspalum plicatulum var. robustum Hack.;


Paspalum sp. aff. P. plicatulum.

Es una especie nativa de Brasil, Paraguay y Bolivia, cuya


distribución posiblemente llegue hasta México. Tiene una
altura de planta de 1 m sin inflorescencia y puede llegar a 2 m
con inflorescencia. Florece en el mes de octubre y produce
abundante cantidad de semilla viable, después del segundo
año de establecida. La semilla madura, cuatro semanas
después de la emergencia de la panícula, presenta latencia y
requiere de tres a cuatro meses de almacenamiento para
alcanzar su maduración; la remoción de la lema y palea
incrementan hasta 100 por ciento la germinación. El
rendimiento de semilla pura es de 100 kg por ha, con un
potencial de hasta 250 kg por ha (Figura 10).

33
Tolera bien condiciones de sombra y niveles alternos de
sequía e inundación, aunque no crece bajo inundación
permanente. Se adapta a suelos que reciben precipitaciones
superiores a 1,000 mm anuales y resiste menos la sequía que
B. decumbens y B. brizantha. La digestibilidad in vitro de la
materia seca varía de 50 a 68%, lo que depende de la edad
del rebrote y su contenido de proteína cruda puede ser de
11% en estadíos jóvenes. Se siembra en áreas no inundadas
y resiste inundaciones menores de dos semanas, después de
tres semanas de la emergencia de las plántulas. El forraje se
lignifica marcadamente cuando envejece, responde bien a
condiciones de fertilización nitrogenada y no se han reportado
plagas que reduzcan su potencial productivo. Esta especie de
buena apetencia para el ganado y es un nuevo recurso
forrajero para zonas bajas inundables.

En 1995 fue liberado por la Universidad de Florida como el


cultivar Suerte, en otros países fueron desarrollados los
cultivares Ubon (Tailandia), Pojuca (Brasil), HiGane (Australia)
y Camba FCA (Argentina). En México, se ha difundido
lentamente ya que muchos productores lo asocian con el
pasto camalote, que es una gramínea nativa de las zonas
inundables de baja apetencia por el ganado.

34
Figura 10. Pojuca, Paspalum atratum, de reciente
introducción a México, para su utilización en terrenos
bajos o inundables.

6.2. Pastos Originarios de África

6.2.1. Pará (Paral o Egipto), Brachiaria mutica, (Forksskal)


Stapf.

Sinónimos: Urochloa mutica (Forsk.) T. Q. Nguyen; Panicum


barbinode Trin.; Panicum muticum Forsk.; Panicum
purpurascens Raddi.

Es una gramínea perenne de crecimiento rastrero, con gran


cantidad de estolones que pueden llegar a medir de 3 a 4.5 m
de longitud, que enraízan y se ramifican fuertemente en todos
sus nudos. Sus hojas son pubescentes, de 30 cm de longitud
por 8 a 20 mm de ancho, sus tallos son erectos y pueden
alcanzar alturas de 1 a 2 m (Figura 11) (Bogdan, 1997). Su
sistema radical es fibroso pero superficial, al morir las raíces
viejas forman un colchón de materia orgánica. Produce

35
escasa cantidad de semilla la cual es de baja viabilidad, por lo
que su multiplicación, en México, se realiza con material
vegetativo.

Una de las características más importantes del pasto Pará es


su adaptación a suelos con exceso de humedad o inundación
prolongada, como las que ocurren en las riberas de los ríos.
Se ha observado que puede sobrevivir y producir forraje en
lagunas temporales de zonas tropicales, con duración de
hasta 6 meses con el sistema radical bajo inundación, en las
orillas de canales y arroyos.

Figura 11. Pará, (Paral o Egipto), Urochloa mutica, pasto


muy apreciado por los ganaderos para siembra en
terrenos de mediana inundación.

6.2.2. Tanner (Braquipara), Brachiaria arrecta (Hack.ex. T.


Durand & Schinz) Stent.

Sinónimos: Urochloa arrecta, Brachiaria radicans Napper.

36
Es un pasto perenne originario de Nigeria, Camerún, Zaire
Ruanda, Etiopia, Sudan, Uganda y Tanzania. Crece en áreas
pantanosas y en los márgenes de los lagos en donde forma
colonias de plantas con pocas hojas y un gran número de
tallos, alcanza alturas de 1.20 m, de tallos ascendentes con
una alta producción de tallos rastreros que invaden las áreas
adyacentes del terreno. Las hojas son lanceoladas, cordadas
de la base de 7 a 16 cm de longitud y de 7 a 14 mm de ancho.
La panícula contiene de seis a nueve racimos solitarios, el
más bajo mide de 1 a 4 cm de longitud. Las espiguillas son
subsesiles, ovadas de 3.5 mm de largo y dispuestas en dos
líneas. Esta especie es frecuentemente confundida con
Brachiaria mutica, la diferencia entre estas se ubica en la
inflorescencia, la cual tiene mayor número de racimos y más
largos de B. mutica en comparación con B arrecta (Figura 12)
(Bogdan 1977).

Se adapta desde el nivel del mar hasta los 2000 m de altitud,


en sitios con precipitaciones de 1200 a 2500 mm anuales. Se
establece en una amplia gama de suelos y soporta suelos
ácidos con altos contenidos de aluminio y es tolerante a la
salinidad. Se propaga mediante material vegetativo para ello
se requiere de 2 500 a 4 500 kg para alcanzar una densidad
de 1 000 a 2 500 sitios ha-1. Una de sus limitantes están
asociadas a intoxicaciones en el ganado por el alto contenido
de nitratos y en caballos se ha reportado fotosensibilización
(Peters et al., 2011).

37
Figura 12. Tanner, Urochloa arrecta, pasto muy parecido
al zacate Pará, pero con adaptación a terrenos inundables
y no inundables.

6.2.3. Chetumal, Brachiaria humidicola (Rendle) Sch.

Sinónimos: Urochloa humidicola (Rendle) Morrone & Zuloaga;


Panicum humidicola Rendle.

Originaria del Este y Sureste de África, planta perenne,


rastrera, fuertemente estolonífera, que crece a una altura
hasta de 100 cm y forma una cobertura densa impidiendo la
proliferación de maleza. Posee hojas glabras de color verde
intenso de 8 a 16 cm de longitud y de 0.5-1.6 mm de ancho.
Produce estolones de color levemente púrpura que colonizan
áreas adyacentes y provocan la eliminación de otras especies;
sus tallos son erectos de color verde claro (Figura 13). La
inflorescencia es una panícula con 3 a 5 racimos de 2 a 5 cm
de longitud, su semilla es fértil, aunque con un alto grado de
latencia; sin embargo, es posible superar este problema

38
mediante la utilización de material vegetativo para su
multiplicación.

Este pasto puede establecerse tanto en suelos fértiles como


en ácidos y de baja fertilidad, se adapta a terrenos con buen
drenaje y prospera también en aquellos que sufren de
inundaciones periódicas (“aguachinosos”), esta última
característica junto con su gran resistencia al pastoreo, lo han
hecho popular y apreciado por los ganaderos (Enríquez et
al.,1999).

Figura 13. Chetumal, Urochloa humidicola, pasto apto


para zonas bajas o en suelos de baja permeabilidad
“aguachinosos”, con capacidad para establecerse en
suelos no inundables.

6.2.4. Toledo MG 5, Brachiaria brizantha (A. Richard) Stapf.

Sinonimos: Urochloa brizantha (Hochst ex A. Rich.) R. D.


Webster; Panicum brizanthum Hochst. ex A. Rich.

39
Originaria de Burundi, África, es una planta perenne, que
forma macollas con alturas de 1.60 m, los tallos son capaces
de enraizar a partir de los nudos que están en contacto con el
suelo, Las hojas tienen poca pubescencia y alcanzan hasta 60
cm de longitud y 2.5 cm de ancho, la inflorescencia es una
panícula de 40 a 50 cm de longitud con 4 racimos de 8 a 12
cm de largo y una sola hilera de espiguillas (Figura 14).

Se desarrolla en suelos de mediana a buena fertilidad, en


suelos arenosos y también en suelos con exceso de humedad
no mayor a 30 días. Hasta la fecha no presenta problemas
con el salivazo, ni problemas de hongos en el follaje (Argel et
al., 2000).

Figura 14. Toledo MG 5, Urochloa brizantha, pasto para


suelos ligeramente inundables.

6.2.5. Yacaré o Caimán, Brachiaria híbrido (BR-02/1752)

El cultivar Yacaré o Brachiaria híbrido, es una cruza intra-


especifica de las especies de Brachiaria ruziziensis, Brachiaria
brizantha y Brachiaria decumbens, la cual fue desarrollada en

40
el Centro internacional de Agricultura Tropical en Colombia,
cuyo propósito fue el encontrar resistencia al ataque de la
Mosca pinta o salivazo que afecta fuertemente algunas
especies del género Brachiaria (Figura 15).

Las hojas son lineal-triangulares (lanceoladas) de unos 3.8 cm


de ancho y de color verde intenso, presentando la lámina
abundante pubescencia en ambos lados, su lígula es
membranosa. Los tallos son cilíndricos, pubescentes y
vigorosos, algunos con hábito de crecimiento amacollado
semi-decumbente capaces de enraizar cuando entran en
estrecho contacto con el suelo los cuales tienen entre 55 y 80
cm de longitud. Posee un sistema radicular profundo y
ramificado lo que le da una excelente resistencia a
condiciones de sequía (CIAT, 2010; Pizarro, 2010; Tropical
Seeds, 2013).

Figura 15. Yacaré, Caimán, Brachiaria hibrido (BR-


02/1752), adecuado para suelos de baja permeabilidad
“aguachinosos”.

41
6.2.6. Limpo, Hemartria altissima (Poir.) Stapf and Hubbard.

Sinónimos: Hemarthria fasciculata (Lam.) Kunth.; Hemarthria


compressa (L. f.) R. Br. subsp. altissima (Poir.) Maire;
Manisuris altissima (Poir.) Hitchc.; Rottboellia altissima Poir.

Otros cultivares: Bigalta, Floralta, Greenalta y Redalta.

Planta perenne originaria de Sudáfrica, especialmente de las


riberas del río Limpo, es una especie de crecimiento
estolonífero, que enraíza y cubren el suelo, alcanza alturas de
80 cm. Sus hojas miden 20 cm de largo por 6 mm de ancho.
La inflorescencia es una espiga cilíndrica de 6-10 cm de
longitud, produce poca semilla y ésta presenta baja
germinación, por lo que su establecimiento es con material
vegetativo (Figura 16).

Prospera en diferentes tipos de suelos, prefiere los fértiles,


donde tiene su mejor desarrollo, pero también crece en suelos
ácidos con pH de 4.5 a 6.5, desde el nivel del mar hasta los
2000 m, con precipitaciones superiores a los 1500 mm. Es
tolerante a inundaciones intermitentes y a condiciones de baja
temperatura, pero no tolera periodos prolongados de sequía ni
la quema (Peters et al., 2011). Uno de sus principales
atributos es el de disminuir lentamente su digestibilidad
conforme aumenta la edad de la planta. La mejor época de
siembra, es durante el temporal de lluvias. Se utiliza en las
zonas bajas del estado de Tabasco (Meléndez, 1996).

42
Figura 16. Limpo, Hemartria altissima, pasto con alta
tolerancia a la inundación por largo tiempo.

6.2.7. Alicia, Cynodon dactylon L.

La especie C. dactylon es originaria de Turquía y Pakistán,


pero el pasto “Alicia” proviene de un grupo de híbridos que
fueron obtenidos en Georgia, Estados Unidos (Quero y
Manzano, 2013). Es una planta perenne de habito estolonífero
que produce rizomas, es de porte bajo de 30 a 40 cm de
altura, las hojas de color verde oscuro de 3 a 12 cm de
longitud y 2 a 4 mm de ancho, inflorescencia en racimo,
produce semillas fértiles, sin embargo, su propagación es
principalmente por partes vegetativas.

Se adapta a una amplia variación de suelos, desde buen


drenaje a inundables, prefiere suelos de textura arcillosa. Su
principal atributo es que puede soportar condiciones de
inmersión en agua por más de un mes sin morir, su
producción de forraje y valor nutritivo se consideran como
intermedios (Meléndez, 1996). Bermuda es una especie que
ha consolidado la industria del heno en el sur de los Estados
Unidos y fue la primera especie tropical en la que se aplicaron

43
programas de selección y mejoramiento genético en el
mundo. Esta especie es la base de la industria de la carne en
pastoreo de esta región, dada su facilidad de empacado en
grandes volúmenes (Quero y Manzano, 2013).

Figura 17. Alicia, Cynodon dactylon L., altamente tolerante


a la inundación y puede soportar inmersión por más de un
mes.

6.3. Características agronómicas de los pastos más


importantes para zonas inundables del trópico
mexicano

El principal medio de reproducción y propagación de pastos


adaptados a condiciones de inundación, es la vía vegetativa
(Cuadro 3), situación que hace lenta la dispersión de estas
gramíneas. Asimismo entre los pastos existen diferencias en
la capacidad para tolerar el exceso de humedad de los suelos,
el tiempo de permanencia y la profundidad del agua, los
cuales son atributos importantes a ser tomados en cuenta por
el productor, para poder seleccionar el pasto adecuado para
su terreno.

44
Cuadro 3. Principales características de propagación,
tolerancia en tiempo y profundidad de inundación, de los
pastos más utilizados en México.
Tolerancia a Permanencia
Método de Profundidad
Pasto exceso de del agua
Propagación* del agua
humedad (semanas)
Azuche S/V Alta 40 2.5 m
Alemán V Alta 24 2.5 m
Lambedora S/V Alta 20 1.8 m
Bigalta V Alta 15 50 cm
Alicia V Alta 15 50 cm
Para V Alta – Media 24 50 cm
Chetumal S/V Media – Baja 10 15 cm
Yacaré S/V Media - Baja 4 10 cm

Toledo S/V Media – Baja 4 10 cm

* S = semilla; V = material vegetativo.

Es importante señalar el grado de adaptación que presentan


las diferentes especies en su tolerancia a profundidad de
inundación, así como la permanencia en tiempo que mantiene
el nivel del agua presente, de esta forma en orden
descendente la tolerancia sigue esta secuencia entre especies
de gramíneas:

45
GRADO DE TOLERANACIA A LA INUNDACIÓN

ALTA
Azuche > Alemán > Lamedora > Alicia> Bigalta > Pará

MEDIA
Chetumal > Dictyoneura >Yacaré o Caimán > Toledo

6.4. Valor nutritivo y rendimiento de forraje

Como es de esperarse, existen diferencias en el valor nutritivo


entre los pastos, y éste varía de acuerdo a la edad de rebrote
de los mismos. Existe una relación estrecha entre el valor
nutritivo y la edad de rebrote; a menor edad de rebrote es
mayor la calidad y menor el rendimiento de forraje, y conforme
la edad de pasto aumenta, la calidad disminuye y el
rendimiento aumenta (Cuadro 4).

Sin embargo, existen pastos en los cuales el valor nutritivo


disminuye lentamente y conserva por más tiempo su calidad,
tal es el caso del pasto Bigalta y Azuche, que son reconocidos
por su alto valor nutritivo en lo que respecta a proteína cruda y
digestibilidad, aunque la información presentada varía mucho
ya que la edad a la que fueron analizados también fue
variable, sin embargo, los valores dan una idea de lo que se
puede alcanzar con estos pastos. Con relación al rendimiento
de forraje, también es variable, lo cual depende de la fertilidad
del suelo y del clima que impere en la región y del número de
cosechas o pastoreos que se puedan dar a los pastos una vez
que el nivel del agua ha disminuido, por lo regular el pastoreo
de estas gramíneas puede ser durante 3 a 6 meses,
dependiendo de la región, lo importante es que este forraje,
está disponible cuando en las partes altas el pasto ya no

46
crece y hay escasez por la sequía, por lo que debe
seleccionar el pasto adecuado a las condiciones de
inundación que se tengan en el rancho. Los diferentes
gradientes del terreno marcan la adaptación y tolerancia para
cada uno de los pastos de zonas inundables.

Cuadro 4. Valor nutritivo y rendimiento promedio de


forraje de pastos adaptados a condiciones de inundación.
Proteína Rendimiento
Digestibilidad
Pasto cruda anual de
(%)
(%) forraje (t ha-1)
Azuche 16 66 - 80 4 - 21
Alemán 10 62 20
Lambedora 14 - 6 44 – 61 ---
Bigalta 5 - 13 62 18
Poyuca+ 8-10 60 26
Para 3 - 16 39 – 66 5 - 16
Chetumal 7-8 56 15 - 30
Yacaré* **13 ---- 11 - 20
Toledo 9 - 14 60 - 67 20 - 33
Adaptado de: Argel et al. 2000; Meléndez, 1996; Tejos,
1980.+Rettally 2010, forraje cosechado a los 56 días de rebrote;
*Hare et al., 2013; **Proteína cruda en hojas a 30 días de rebrote y
rendimiento a 30 y 90 días de rebrote.

6.5. Carga animal y producción de carne

La producción de carne, de los pastos que toleran exceso de


humedad, es muy similar a la que se obtiene con los pastos
que se desarrollan en las partes altas; diversos estudios lo
han demostrado (Cuadro 5), en los cuales se puede observar
que la carga animal varia de 3 a 4 cabezas por hectárea, lo
que depende de la producción de forraje, es decir, a mayor
producción de forraje se incrementa la carga animal. En lo
referente a la ganancia de peso por hectárea, esta es
aceptable si partimos del hecho de que son animales que se
mantuvieron exclusivamente bajo pastoreo y, principalmente,
que aprovechan áreas por lo general, abandonadas o
pobremente utilizadas en la producción en pastoreo. En estos
47
estudios, las ganancias de peso promedio por día fluctuaron
de 360 a 500 g por día para Chetumal y Bigalta,
respectivamente. La producción por hectárea por año es un
tanto similar con pequeñas variaciones entre pastos, tal como
se observa en el Cuadro 5, donde se aprecia que el cv.
Chetumal, aunque tiene bajas ganancias de peso por animal,
este compensa la producción por hectárea debido a que
soporta una mayor cantidad de animales en comparación con
el resto de los pastos.

Cuadro 5. Producción de carne de diferentes pastos


adaptados a inundación.
Ganancia de Ganancia de
Carga animal**
Pasto* peso peso
(cabezas ha-1)
(g cabeza día ) (kg ha-1 año-1)
-1 -1

Alemán 3.5 411 525


Bigalta 3.0 500 548
Para* 3.0 440 583
Chetumal 4.0 360 526
*El nivel de fertilización fue de 200 kg de nitrógeno por hectárea por
año. **La carga animal; novillos con un peso inicial de 280 kg hasta
su venta. Meléndez, 1979; Moreno, 1976.

7. CONCLUSIONES
La información presentada muestra que existen pastos con
diferentes características morfológicas y capacidad de
adaptación que les permiten prosperar en zonas inundables
con diferente capacidad de adaptación, tiempo de
permanencia y nivel de profundidad de agua y tipo de suelo.

El valor nutritivo de los pastos que se desarrollan en suelos


inundables es considerado como alto, lo que se traduce en
buenas ganancias de peso en los animales durante la época
seca, que es cuando se aprovechan este tipo de pastos.

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Revisión Técnica

Dr. Isaías López Guerrero


Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y pecuarias
Campo Experimental La Posta
Paso del Toro, Veracruz.
Revisión técnica

Dr. Eusebio Ortega Jiménez


Colegio de Postgraduados
Campus Veracruz
Tepetates, Mpio. Manlio Fabio Altamirano, Veracruz

Fotografía

Dr. Javier Francisco Enríquez Quiroz

Formación

M.C. Daniel Martínez Méndez

La presente publicación se terminó de imprimir el mes de mayo de 2015 en


los talleres de la imprenta Rótulos Vero Paz, Josefa Ortiz de Domínguez
Núm. 200, Col San Pedro, C.P. 56150, Texcoco, Estado de México, México.
Tel.: (595) 955 7149.

Su tiraje consta de 1001 ejemplares

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