Está en la página 1de 6
jy 0) 8 (ere) 2 > 7) oi ae) Crit cay i aes) bi 90 EN EL PRINCIPIO, LOS PROFETAS as ediciones cristianas de la Biblia, lo mismo que las judias, | colocan despues los libros historicos (que en la Biblia hebrea se res»). Pero, desde una perspectiva historico-teol6gica, se podrian libros proféticos (incluidos los lamados «histéricos»), pues son estos la identidad del judaismo (y del cristianismo y del islam), par empiezan por el Pentateuco y llaman «Profetas anterio- haber puesto primero los libros los que han marcado a ocuparse después del Pentateuco. Asi parece suponerlo la escena de la transfiguracion de Jess (Mc 9,2-8): cita en primer lugar, al lado de Jesus, a Elias (profeta); después, a Moisés (legislador del Pentateuco). De todas formas, es preferible seguir el orden tradicional de la Biblia: Pentateuco, Libros histéricos, Profetas. Ep cuanto «hombres de Dios», los profetas aparecen como portadores de su palabra y pre- sencia en la Biblia. No es facil distinguir las figuras y rasgos de todas las personas que en la Biblia han estado vinculadas con Dios, pero si es posible trazar un esquema concént entender la funcion y sentido de algunas de ellas (no solo trico que ayude a en [a Biblia, sino en otras religiones). Como se puede apreciar, los profetas aparecen asi en el centro del esquema de Ia pagina siguiente LA BIBLIA DE LOS PROFETAS: DIOS EN LA HISTORIA La Biblia (y el judatsmo) es el resultado de una interpreta- cidn teista de la historia, Pues bien, esa interpretacin solo ha sido posible por infljo de los grandes profetas preexticos (amés, Oseas, Miqueas Is2ias), que oftecieon las tres la~ ves fundamentales para esa interpretacon testa que mar- card laidentidad de Israel: © Una histo: -a. El mismo Yhwh, Dios de Israel, 5 quien ha guiado a las potencias extranjeras para Castigar a través de ellas a su pueblo, reo de injusticia social e idolatria. Segtin esto, el Dios de Israel es Dios de todos los pueblos de la tierra, realizando mediante ellos su justicia @ Un solo Dios. Los profetas han hecho posible el paso de la monolatria anterior (Yhwh es el Dios oficial de Israel, pero hay otros dioses-diosas a su lado) a un ‘monoteismo originario (Yhwh es el Unico Dios que exis- te y actda sobre todos los pueblos). © na misma ética. El proceso de la historia y la actua- cién de Dios se expresa de una forma ética: Dios diige la historia de la humanidad conforme a su conducta; ciertamente, valora la religion y el culto, pero esté més interesado por los valores de justicia entre las personas, y los pueblos. DOS PROFETAS: LAS DOS PARTES DE LA BIBLIA IMés alld de los profetas del Antiguo Testament, la tradicion ha elevado a dos figuras que no son estrctamente profetas, pero que realizan un tipo de funcién profética, condensan- do las dos partes de la Biblia: Moisés y Jests. En el Antiguo Testamento, Moisés posee los siete rasgos indicados en el gréfico de la pagina siguiente al hablar de los shombres de Dios: es carsmatico, poeta, profeta,sabio y legislador, en sentido fundante; es también sacerdote (pues es é! quien instituye el sacerdocio: cf. Ly 8-8) y rey (pues establece el sentido de lo que serd la monarqula: ct Dt 17,14-20). Ast aparece como chombre de Dios» yrepre- sentante suyo. No obstante, Moisés es, ante todo, un legis- lador: aquel @ quien Dios ha revelado su Nombre (Ex 3,14) y ha confiado su Ley (el Pentateuco), tal como aparece de tun modo especial en De vita Mosis, de Filbn de Alejandrla, En este sentido, el Antiguo Testament (la Biblia judia) es libro de ley, mas que de profecia. También la tradicion cristiana del Nuevo Testamento atri- buye a Jesiis todos esos rasgos: es carismatico (milagros), poeta (parsbolas), profeta (anuncia la llegada del Reino), legislador (interpreta la Escritura y establece la ley del amor), sabio (oftece su ensenanza) y rey (ast lo aclaman al entrar en Jerusalén: Lc 19,38; Jn 12,13). Sobre todo, se le recuerda como profeta y pretendiente mesianico, no UNA HISTORIA DE PROFETAS Entre los siete tipos de shombres de Dios» ctados en el si- guiente grfico destacan los profetas propiamente dichos, que definieron el judaismo y, segun los cristianos, marcaron el despliegue de la Biblia (Antiguo Testamento).A partir de ese Sacerdotes Instituyen el orden religioso, las leyes sagra- das ya lturgia del templo(s).. Son autores de gran parte del Levitico y de las tradiciones vinculadas a la pureza yculto en el Pentateuco y en otros textos (Ez 40-47; Esd-Neh; 1-2 Cr). Han sido la auto- ridad clave en la época del Segundo Templo (15a. C-70 d, C), aunque se dieron muchas rupturas entre ellos, como muestran Nime- 10s y a literatura de Qumrén. Tras el 70.4. C. (destruccién de Jerusalén y su templo Ter plo) pierden poder. Carisméticos sociales Reciben el Espiritu de Dios para dirigr la guerra santa. Aparecen especialmente en Jueces: Barac, Jefté, Sans6n. También se inclu- yen mujeres como Débora 0 Ju- dit, y caudilos militares como los Macabeos y los celotas del tiem po de Jests. Su historia ha sido retomada y recreada en textos posteriores, como las Antigieda~ des biblicas. Parecida funcién desempefian los Angeles apoca- lipticos del tiempo de Jest. Sabios Interpretan y entienden la realidad como tun orden sagrado. Tuvieron gran influjo en Grecia, Su prototipo biblico es Salomén, a quien se atribuyen varios libros (como ‘Sabiduria). Entre los sabios de Israel hay autores de libros como Job y Eclesiastés. En un linea mas escolar, ef. también Pro- verbios y Eclesiastico. en PROFETAS Carismiticos de la Palabra. Ocupan tun lugar central en el surgimiento de la Biblia, entendida como interpretacién yavsta,religiosa, de la historia. Bajo ese aspecto, toda la Biblia es profecia (obra de profetas). Y desde ese fondo se entienden las figuras de Juan Bautista y Jesus (y Mahoma), como profetas finales de Dios. como sacerdote. Asi, anuncia el fin del templo y promue- ve con su vida la legada del Reino de Dios, simbolizado en el pan compariido, tal como celebran los cristianos en la eucarsta fondo es posible ofrecer una relacién basica de los profetas biblicos, istinguiendo cronolégicamente tres grandes grupos {ue se identifican seg los tipos proféticos: profetas y caris- _maticos antiguos, profetas preexlicos y profetas postexticos. rT (eb ae Legisladores yescribas Vinculados a los saverdotesy als reyes, se hacen més tarde auténomos y son res- ponsables de la redaccién del Pentateuco. Desde el tiempo de Jests van tomando la direccién del pueblo. Tras la caida del ter- plo (70 d. C.), serdn la autoridad Gel judafsmo rabinico, tal como esta repre- Sentado por la Min, Estrturan el orden Social y organizan la vida de todo el pue- bio, con normas sacerdotales, para toda la vida, Reyes Son carismaticos institucionaliza- dos (oficiales, instituidos por Dios). Estrictamente, no son hijos de Dios (divinos), como en Egip- to, pero aparecen como elegidos y representantes suyos (cf. 1-2, ‘Sm; 1-2 Re). Estan vinculados @ los sabios. Organizan y dominan el orden social. Dirigieron la vida de Israel en los tiempos del Pri- ‘mer Templo (1000-587 a. C.). Su prototipo es David, gran sign ‘mesianico: una parte de la Biblia proyecta al futuro la esperanza de David, rey justo y salvador. Poetas Autores de himnos muy antiguos, como los de Moisés (Dt 32-33), Maria (Ex 15), Débo- ra (Jue 5) 0 Ana (1 Sm 2). En esta misma linea hay libros enteros como Salmos, La- mentaciones o Cantar, y textos posteriores como los Salmos de Salomény las Hoda- ‘yot (Rollo de los Himnos) de Qumran, ‘Todo el Antiguo Testamento es un libro de. poes/a, entendida coma oracién de escu» ‘cha y alabanza al Dios Yhwh, pt eae” | 91 92 PROFETAS Y/O CARISMATICOS ANTIGUOS GSiglos XIII-IX a. C.) a historia de los profetas de Israel debe comenzar con el recuerdo de las figuras proféticas del| tiempo antiguo, en linea carismatica, para situarlos en un contexto cultural més amplio (de los pueblos del entorno). Los protagonistas mAs significativos son los profetas Elias y Eliseo. Las figuras caracteristicas en los primeros tiem- pos (1250-1000 a. C.) son los videntes y los jueces. En efecto, en Israel, como en otros pue- blos de su entorno, se recuerda la existencia y accién de personajes dotados de un eespiritu mis alto» (rah o pnedma de Dios): videntes y guérreros que pueden conocer y realizar acciones extraordinarias, distintas de las normales. No obstante, en este contexto la Biblia ha realizado una opcién peculiar. Por un lado, condena a los carismaticos «videntes» que van en'la'linea de los adivinos y augures, a los que tiende a llamar ehechiceros» (¢f. Dt 18,9-14), aunque conserva la memoria y ordculo de algunos, especialmente de fuera de Israel (cf. Nm 22-24). Por otro lado, recuerda y admira a los carismaticos «guerreros», a los que llama «juecess: poseidos por el Espiritu de Dios, pueden wanimar» al pueblo y llevarle a la victoria contra los enemigos. En cuanto a la literatura de esta época, la Biblia no conserva ninguna coleccién de oréculos adivi- natorios, ni memorias de videntes, pero si recoge ¢ interpreta en Jueces (y 1 Samuel) el nombre y tradicin de carisméticos sociales (guerreros), sin idealizarlos ni convertirlos én modelo para otros: Débora y Barac, Gedeén y su familia, Jefté y su hija, Sansén y su familia... Durante los tiempos de.la monarquia (1000- 586 a. C) destacaron los funcionarios reales Tanto en Israel como en otros pueblos del Préxi- mo Oriente, especialmente en la zona de cultura aramea (Siria), hubo profetas al servicio del rey para transmitirle oSculos de’parte,de Dios. Ast, aparecen en Mari (milenio 1! a. C.), en la corte asiria (siglos vi-vi a. C) yen algunos esceriarios biblicos (cf. Nm 22-24; 1 Re 18). Estos profetas actian y hablan como representantes de Dios en una linea que no es sacerdotal (no son funcio- narios de templo) ni puramente politica: son funcionarios del.rey, pero reivindican su propia autonomia, con una actitud proxima a algun tipo de chamanismo. Estos profetas de corte, entre los que destaca Natan, son, si, funcionarios de! rey (deben ayudarle a tomar decisiones), pero poseen también su independencia como chom- bres de Dios». Uno de los mayores problemas que surge en torno a ellos es trazar la diferencia entre verdaderos y falsos: verdaderos serian aquellos cuya «palabra» se cumple (cf. Dt 18,21- 22) 0, con mas precisién, aquellos que la propia Biblia reconoce como verdaderés; falsos serian aquellos a quienes la Biblia condena (aquellos a quienes Dios no envid). El profeta Amés no quie- re que le tomen como profeta al servicio de un. tey o de un santuario (Am 7,14). En cuanto a la literatura dé esta segunda época, la Biblia no conserva libros que recojan de un modo sistematico los ordculos de estos profetas, pero cita a varios de ellos: Samuel (1'Sm); los profetas de David: Gad (1 Sm 22,5; 2 Sm 24,11- 19) y Natén (2Sm 7 12; 1 Re 1); Ajias de Sil6) profeta de Jeroboan (1 Re 11,26-40; 14,1-18); Semalas, profeta de Robodn (1 Re 12,22-24); los profetas falsos de Ajab (1 Re 20,13-14.35-43); Miqueas de Yimlé, en tiempos de Ajab (1 Re 22,8-28); Julda, profetisa en tiempos de Josias (2 Re 22,14-20); Noadias, profetisa principal en tiempos de Nehemias (Neh 6,14). Los primeros grandes profetas fueron Elias y Eliseo (874-852 a. C), profetas del yahvismo. El eel recuerdo de Elias, el profeta principal, pervive en su discipulo Eliseo y en la escuela de sus suce- sores. Elias mantuvo fuertes luchas en favor de ‘Yhwh, cuando parecia imponerse en Samaria (reino de Israel) un culto religioso de tipo cana- neo y fenicio (relacionado con Baal y Ashera). En este contexto, la Biblia presenta el enfrentamien- to entre profetas de Baal y de Yhwh, en el sjuicios del Carmelo (1 Re 18). En efecto: el pueblo esta escindido, sin saber hacia dénde inclinarse; le atrae, por un lado, Baal con Ashera (cf. 1 Re 18,19), dios de la naturaleza como orgia y fecun- didad césmica; por otra parte, conserva la atrac- cién por Yhwh, Dios de las tribus y de la tradicién israelita, garantia de fidelidad personal y de jus- ticia (¢. 1 Re 21). Esta batalla por la verdad de Dios no la deciden los sacerdotes, pues los de ambas partes realizaban sacrificios semejantes, sino los profetas: unos eran defensores de Yhwh (como Elias), otros de Baal y de su consorte Ashera (como los de la corte de la reina Jezabel: 1 Re 17-18). Los profetas de Baal aparecen como profesionales de una sacralidad césmica que no logra provocar fuego del cielo, ni curar a los en- fermos, ni alimentar a los hambrientos, como hacen Elias y Eliseo; en contra de eso, Elias y Eliseo son representantes de la religin de Yhwh, Dios de la alianza y de la fidelidad ética. Elias y Eliseo no son servidores del rey (aunque estén relacionados con él), sino de las tradiciones of ginarias de Israel. La Biblia los presenta como garantes (defensores) del auténtico yahvismo. En cuanto a la literatura sobre estos profetas, ni Elias ni Eliseo aparecen como escrtores o como au- tores de ordculos conservados en libros (como su- cedera a partir de Amés y Oseas), sino como fi- .guras carisméticas cuyas tradiciones se conservan en los llamados ciclos de Elias (1 Re 17-2 Re 2) y Eliseo (2 Re 2-13), en los que destaca la fide- lidad a Yhwh y la realizacién de milagros, en Is- rael y entre los gentiles. Escenas clasicas de Elias, son el anuncio del castigo de Dios por la idolatria del pueblo y la realizacién de un milagro a favor de una viuda pagana de Sarepta (1.Re 17), el juicio del Carmelo (1 Re 18), la revelacién de ‘Yhwh en el Horeb (1 Re 19), el episodio de la via de Nabot (1 Re 21) y su asuncién al cielo (2 Re 2). Eliseo pasa por ser el mayor taumatur- 0 del Antiguo Testamento (cf. 2 Re 4-8). los en el desiesto, de Washington Alstone (1818, Museo de Bela Artes de Boston). 93 94 atural de Tecoa, junto a Belén, Amés (‘amds = carga, peso) es el primer pro- feta cuyo libro se recuerda. De origen cam- pesino, entre los anos 780-740 a. C. es testigo de la justicia de Dios contra los ri- cos opresores. _, La profecta nace «madura» con Amés, originario del reino del Sur (Juda), pero que proclama la Palabra de Dios en los san- tuarios del reino del Norte (Israel), espe- cialmente en Betel (cf. Am 7,12-17). Dos son los temas fundamentales de st. predi cacion: la justicia social (Dios no se mani- fiesta ni acta por el culto, sino que es garante de la justicia social, a favor de los mis pobres) y la denuncia politica (anuncio de la caida del Reino de Israel, que, en tiempos de Amés, se encuentra en su maxi- mo ésplendor bajo el rey Jeroboan Il). mision profética en el reino del Norte entre los antios 800-725 a. C. Su tal vez sim-> bélica experiencia personal (acoge y ama a” ~ su esposa adiiltera) queda vinculada con la de Dios, que perdona y acoge también a los: israelitas adiilteros (es decir, que se prosti- “ tuyen con otros dioses). Oseas acttia como representante de la tradicion de la alianza de Dios con su pue- blo. Denuncia la injusticia social (como Amés), pero sobre todo la idolatria de aque- os que abandonan la alianza de Yhwh y rit den cultoa los baales (dioses césmicos). Por ' un lado, atribuye a Yhwh ciertos rasgos vin- culados al culto a los baales: matrimonio con su pueblo, capacidad fecundadora, don del trigo, el vino y el aceite.:. Por otro, presenta a Dios como padre (esposo) del pueblo. Su pensamiento influy6 en Jeremias y en la tra- dicion del Deuteronomio. ;

También podría gustarte