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Gobernar es Alimentar

A raíz de las distintas visiones respecto a la alimentación y sistemas alimentarios revisados


en el curso, se puede apreciar que es un aspecto al que no se le ha dado el nivel de
atención que merece por parte del Estado. Este descuido repercute cómo se trabaja la tierra
y en cómo las personas se están alimentando, por lo que es necesario avanzar en estos
temas e incluir a sectores importantes en el rubro que no han sido escuchados.

Un ejemplo de esto es lo que ocurre con la Agricultura Familiar Campesina, un sector que
pese a su relevancia en cuanto a proveer de alimentos saludables a todo el país, posee una
cantidad de tierras muy menor si se le compara con la agroindustria, centrada mayormente
en la producción para la exportación. Esto ha llevado a los campesinos y campesinas a un
paulatino empobrecimiento y envejecimiento de su población, lo cual es una situación crítica
para el abastecimiento de productos nutritivos y accesibles para la población.

Este sistema, heredado de la revolución verde del siglo pasado, ha derivado en la


organización del campesinado y en propuestas como la soberanía alimentaria, que plantea
un compromiso con la agroecología y con solucionar el problema de accesibilidad de
alimentos a nivel mundial. Ejemplos de esto en Chile es Anamuri, quienes plantean que
para ejercer soberanía, es necesario un acceso mayor a tierras en donde se pueda trabajar
en consecuencia con las tradiciones de cada comunidad o pueblo, que son de forma
inherente agroecológicas por respetar los ciclos de la tierra, es decir, no utilizan pesticidas ni
hormonas que eventualmente erosionan el suelo y la salud de las personas.

El derecho a la alimentación también es uno de los ejes fundamentales de la soberanía. A


diferencia de la seguridad alimentaria, término acuñado por la FAO, esto incluye a la
diversidad y respeto de las tradiciones para asegurar un acceso equitativo y saludable para
la población. En otras palabras, no es solo un tema de cantidad y calidad del producto final,
sino que involucra el cómo se genera la materia prima y también el qué se produce, de
manera de abarcar las distintas culturas que habitan en los territorios y el cuidado de la
tierra y el medio ambiente.

A modo de conclusión, puedo decir que para un sistema equitativo y saludable en Chile es
imposible sin incorporar en su construcción a la Agricultura Familiar Campesina y a
organizaciones que tengan como propósito alcanzar la soberanía alimentaria. Esto porque
son quienes acumulan un saber respecto al trabajo de la tierra y una conciencia respecto al
territorio y a la agroecología, que son claves para un sistema democrático e inclusivo que se
acomode a las necesidades de cada territorio y no separe la necesidad de alimentar con el
resguardo al ecosistema.

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