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La Aventura

El Documental de Ken Burns sobre la historia del jazz, en este capítulo “La Aventura” me parece
que apunta a algo bastante puntual y esencial: La creación y originalidad. Precisamente menciona
los períodos del Avant Garde y el free Jazz, un proceso precedido por grandes maestros del jazz
como Charlie Parker, Dizzy Gillespi, Thelonius Monk, quienes crearon un concepto muy
interesante en este estilo, luego de ellos, músicos Jóvenes como Sonny Rollins, Miles Davis, John
Coltrane, Colleman, buscaban una voz propia para expresar su mundo, búsqueda que culmina con
nuevos estilos y formas en el jazz.
Lo que más aprecio sobre este registro documental es la manera de exponer a una selección de
jazzistas que con su originalidad y convicción fueron grandes maestros. Siempre he creído en la
búsqueda de la voz propia, el copiar la idea de otras personas me parece un acto bastante hipócrita,
sobre todo si se trata de arte, cuando lo creado viene de la profundidad del ser, que ha vivido y
experimentado cosas únicas en el mundo, ningún ser humano es similar a otro, por lo cual me
parece bastante mediocre copiar actitudes y rasgos propios de una persona o, en este caso, copiar a
algún músico en particular, se aprende y comparten conocimientos de forma colectiva, pero cuando
hablamos de lenguaje debemos encontrarnos a nosotros mismos, de hecho, siempre los grandes
maestros de la música, son aquellos que crean su propio lenguaje sonoro y lo manifiestan con
honestidad. La belleza de la música está en la esencia del que ha aprendido este lenguaje, el cual
nos lleva más allá de las palabras, porque la música surge de la experiencia y emocionalidad de una
persona, que no puede encontrar la plenitud de su mundo en las palabras, buscando en la sonoridad
un canal de comunicación, que no puede ser la misma que ocupa Monk o Coltrane o Parker, etc.,
porque para llegar a tocar como lo hacían ellos, tendríamos que vivir exactamente lo que han vivido
y experimentados ellos en su intimidad, ya que su lenguaje esta medido a través de sus experiencias
y aprendizajes más personales e íntimos (a mí se me hace muy complejo explicar este sentimiento a
través de las palabras, ya que es algo que no cabe en ellas, espero se entienda mi premisa relatada
en el párrafo anterior)
En lo personal, mi inquietud musical cada vez es más grande, es en este lenguaje donde encuentro
consuelo y plenitud de expresión, sin embargo mi técnica aún no me permite decir todo lo que yo
deseo, la minuciosidad y paciencia que se debe tener para llegar a adquirir tu voz personal es
enorme, proceso que para mí está en pañales aún. Muchas personas cuando hablan de la música,
hablan de ella como un lenguaje más, con lo cual yo esto muy de acuerdo, ya que es lo mismo que
aprender un idioma, uno comienza balbuceando, pero con el tiempo el perfeccionamiento del
lenguaje y la búsqueda de un vocabulario de acuerdo a tu persona, es lo que te lleva a comunicarte
con el resto de seres humanos en la tierra.
Para mí, a lo largo de los años, siempre ha sido una dificultad entablar una conversación, en mi
cabeza hay muchos pensamientos e ideas, pero cuando las llevo a mi boca… fallo… siempre trato
de ampliar mi vocabulario, pero nunca logro la plenitud de mis ideas en las palabras, con la música
es diferente, he compuesto algunas melodías que me satisfacen plenamente en lo que quiero decir y
lo que siento, me consuelan y me regalan entendimiento de mi mismo ser. Mi lenguaje sonoro aún
está en proceso, que como decía anteriormente, lo siento en pañales, como si fuera una guagua
recién nacida (risas jaja), pero en la actualidad mi gran enfoque está en este maravilloso
descubrimiento de comunicarse con los sonidos, por lo cual este documental me ha demostrado que
mi búsqueda sonora es algo esencial en el jazz, sobre todo al momento de improvisar y decir lo que
yo siento.

María José Cabrera Ares

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