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Diariamente convivimos con materiales que, sin saberlo, están clasificados en cuatro
grupos, de acuerdo a sus características, los cuales son los metales, cerámicos, polímeros
y materiales compuestos.
Los metales, en primer lugar, se caracterizan por ser buenos conductores de calor y
electricidad, un ejemplo de ello es el cobre, el cual es usado en cables y compuestos
electrónicos. Además, pueden reflejar la luz, por lo cual poseen un brillo distintivo; son
sólidos a temperatura ambiente, exceptuando algunos casos como el mercurio. Los
metales se dividen en alcalinos, alcalino térreos y de transición, y a su vez en ferrosos que
tienen elevadas cantidades de hierro y no ferrosos pequeñas cantidades de hierro.
Por otro lado, los polímeros poseen baja conductividad eléctrica y térmica, además de que
cuenta con poca resistencia, sin embargo, tiene una gran capacidad de deformación. Se
dividen en tres, los termoplásticos, caracterizados porque se ablandan con el calor y son
moldeables, posteriormente cuando se enfrían se endurecen, algunos ejemplos de estos
materiales son el polietileno, el pvc, los acrílicos y el nylon. Los termoestables, los cuales
poseen mayor resistencia y cuando se endurecen no se pueden volver a fundir, ejemplo de
ellos tenemos a la baquelita, la silicona y el poliuretano. Y por último tenemos a los
polímeros elastómeros, que presentan elevados porcentajes de elasticidad y es posible
encontrarlos en la naturaleza o de forma sintética; pueden estirarse y volver a su forma