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Klein

Esclavitud africana en Latinoamérica durante el siglo XVI

¿Por qué los europeos recurrieron a África para dotar de trabajadores a minas, talleres y haciendas
en América?

Aunque parecía que iban a recurrir a la esclavitud indígena, los gobiernos de España y Portugal
optaron contra la esclavitud permanente de los indios:

 Acababan de suprimir la servidumbre y favorecían la formación de una mano de obra


asalariada.
 Los españoles se dieron cuenta de que la manera más eficaz de explotar el trabajo
campesino pasaba por conservar las estructuras tradicionales de los imperios Inca y Azteca
→ nobleza y tributo.
 Objetivo evangelizador que justifica conquista → contradictorio → no podían esclavizar
cristianos-- los portugueses tuvieron menos escrúpulos → grandes poblaciones nativas
(Brasil) → organización económica sin excedentes y sin una organización social y política
sólida; no hubieran aceptado métodos no coercitivos— a fin de cuentas terminó siendo muy
costosa esta mano de obra.

Esclavos negros llegan a Cuba, Haití (Centroamérica) y Brasil (pensar cuáles son los lugares con
bocha de negros y donde se podían crear plantaciones) → alto Perú (que hoy es Bolivia) no hay
negros sino indios. Bajo Perú (que no se dice así) → Sí hay... ¿Por qué? Igual que Montevideo y
Buenos Aires: tienen COSTA, ciudades portuarias y CAPITALES → economía más bien parasitaria
organizada para vivir del excedente.

En Mesoamérica y en los Andes → conservar estructura económica, modificando la estructura


política.

En las minas y talleres de Mesoamérica y los Andes quienes trabajaban eran los indios → no útiles
para las plantaciones y además la clave de estas regiones eran los METALES preciosos, de los
cuales carecía Europa.

Ventaja de los negros → dotados de mayor movilidad por no contar con lazos de parentesco ni de
comunidad. A los indios de América era difícil separarlos de sus comunidades.

Europeos septentrionales decenios después del descubrimiento: no pudieron formar fuerza de


trabajo esclava y menos libre. Tampoco tenían metales preciosos para pagar la importación de
esclavos → a diferencia de sus antecesores, echaron mano a una gran masa de trabajadores
europeos pobres → contrato de ENGANCHE → mediante el cual vendían anticipadamente su
trabajo a un patrón americano a cambio del pasaje → ppal método de colonización durante los
primeros cincuenta años después de que los franceses y los ingleses pusieran pie en ultramar → se
cegó cuando se comenzó a recuperar la economía después de la crisis del siglo XVII.

Los esclavos africanos, a pesar de su elevado costo inicial, terminaron por ser la fuerza de trabajo
más conveniente para que los europeos desarrollaran sus actividades exportadoras en América.
Apertura de la costa africana occidental → los africanos se habían convertido en los esclavos más
baratos en oferta. De hecho los canarios fueron liberados y los musulmanes fueron desapareciendo
(presencia turca en el mediterráneo cerró también provisión de esclavos eslavos o balcánicos).
Africanos única mano de obra esclava disponible en el S. XVI.
Los españoles fueron los primeros en contar con capital necesario para importar esclavos. Durante
los años iniciales transportaron esclavos, sobre todo a Perú y a México.

En la segunda mitad del siglo XVI, comienza a explotarse intensamente la plata de Potosí → Perú
se transforma en la región más rica del Nuevo Mundo. La demanda de esclavos aumenta de manera
espectacular.
La unificación en 1580 de las coronas de Portugal y España facilitó a los portugueses abastecer los
mercados hispanoamericanos.
Al comienzo, la mayor parte de los africanos procedían de Senegambia, situada entre los ríos
Senegal y Níger. Tras fundarse la Luanda portuguesa hacia 1570, empezaron en cambio a llegar
abundantes contingentes del Congo y Angola. La minería de la plata y del mercurio de Perú empleó
mano de obra indígena, tanto libre como compulsiva; el oro, encontrado en tierras bajas tropicales,
lejos de las poblaciones indias, hubo en cambio de recurrir a los esclavos.
También se usaron en la agricultura. Las nuevas ciudades españolas se rodearon de granjas,
llamadas chácaras. Eran atendidas por familias de esclavos, aunque para su cosecha dependían de
mano de obra estacional indígena.
Los esclavos desempeñaron funciones importantes en el sistema de comunicaciones del virreinato,
como mulateros y como marineros. Tuvieron, sin embargo, su mayor cometido en las ciudades.
En Perú se desarrollaron formas de propiedad de esclavos que serían un modelo para la totalidad de
la América Española y parte de la portuguesa. En las ciudades alquilar esclavos era tan frecuente
como su propiedad directa, aunque no ocurría así en las áreas rurales. El propietario, que podía ser
desde una viuda rentista hasta un artesano o una institución, cedían en alquiler a su esclavo, en
general especializado en algún oficio, obteniendo así un ingreso adicional. O esclavos calificados o
semicalificados se alquilaban por su cuenta y corrían con sus propios gastos de vivienda y
alimentación contra el pago a su amo de una cantidad mensual fija.
Presencia en cada región y en cada oficio de negros y mulatos libres junto a los esclavos,
discriminados racialmente por sus competidores blancos. Hacia 1600, constituían entre el 10 y el 15
por ciento de la población de color en la mayoría de las ciudades, proporción que aumentó a lo
largo del siglo.
El procedimiento que permitía al esclavo comprar su libertad y la de su familia sumado al constante
flujo de niños y viejos manumitidos en forma condicional o plena por el amo, generó un amplio
estrato de libertos.
A diferencia de Perú, la minería mexicana de la plata empleó esclavos desde el comienzo. Se
descubrieron importantes yacimientos en una región de escasa población indígena sedentaria. La
necesidad de mano de obra y la relativa disponibilidad de africanos impulsaron a los españoles a
transportarlos a las minas. Los esclavos de México sirvieron también, más que los de Perú, en
obrajes textiles.

Conquistar y colonizar Brasil no fue preocupación prioritaria del imperio portugués, pero esto se
modificó en cuanto otros europeos disputaron a Portugal su dominio sobre el territorio brasileño. Se
volvió imperioso colonizar Brasil para salvar el dominio ultramarino. Su experiencia en las Azores
y Madeira mostraba que el azúcar era ideal para sustentar una colonia.
Iniciada como empresa marginal y de escaso interés para la Corona, se fue convirtiendo en cetro del
vasto imperio portugués, donde confluían la metrópoli, África y Brasil.
Frente a la demanda de mano de obra campesina no calificada para los ingenios, los brasileños
experimentaron entonces varias formas que colonizadores posteriores también emplearían, salvo en
enganche de trabajadores europeos. Desde el comienzo importaron esclavos africanos. También
procuraron esclavizar a las poblaciones indígenas locales y convertirlas en mano de obra estable.
Los naturales vivían en pueblos de varios centenares de personas y practicaban la agricultura. Ni tan
primitivos como los cazadores del interior ni tan avanzados como los andinos o mexicanos,
cultivaban para su propia subsistencia. El canibalismo que se les atribuyó y las incesantes guerras
(ver que Jonson explica que la esclavitud existía, se tomaban esclavos en las guerras intertribales),
proporcionaron a los portugueses la excusa para esclavizarlos.
En ocasiones alentaron a indios libres a trabajar por un salario, pero terminaban sujetos por deudas,
apenas distinguibles a esclavos. Esta fuente nativa de abastecimiento se agotó por epidemias y
malos tratos. Los precios de los esclavos indígenas fueron inferiores a los de los africanos por esta
mayor susceptibilidad a las epidemias y por su menor expectativa de vida. Esto sumado a la
creciente oposición de la Corona contra la esclavitud indígena, sobre todo tras la unificación de P y
E en 1580, redujeron el empleo indio en la producción azucarera. Se comenzó hacia 1570 con las
importaciones masivas de africanos.
La prosperidad azucarera determinó, pues, la preferencia por los africanos.
Ya a mediados del siglo XVII, el azúcar brasileño no tenía rival en Europa.

Azúcar y esclavitud en el Caribe. Siglos XVII y XVIII


Las siete provincias de los Países Bajos, en su mayoría protestantes, se rebelaron en 1590 contra el
imperio español, al que pertenecían desde la ascensión de Carlos V al trono de los Habsburgo. A
partir de 1609, los holandeses volcaron su eficiente sistema comercial y su dominio marítimo para
llevar la guerra a los imperios ibéricos.
En 1630 una flota equipada por la Compañía de las Indias Orientales (creada por los holandeses
para arrebatar a los portugueses el tráfico de especias) logró ocupar, tras duras batallas, Recife y la
mayor parte de Pernambuco. Habiéndose apoderado de la industria azucarera por la fuerza, los
holandeses se convirtieron en abiertos adversarios de sus antiguos socios. La caída de Pernambuco
afectó la producción de azúcar y el régimen de esclavitud en Brasil, y por extensión en otras partes
de América. En Brasil, Bahía reemplazó a Pernambuco como cabeza de la industria azucarera,
resurgió la esclavitud indígena y se abrieron nuevas regiones del interior a la colonización y
explotación.
A partir de 1645 Holanda comenzó a ofrecer esclavos y avanzados equipos de molienda a los
colonos franceses e ingleses del Caribe. Esta penetración en el Caribe cobró mayor vuelo cuando,
tras la recuperación de Olinda y Pernambuco en 1654 por los portugueses, los holandeses emigraron
en masa a las islas.
La colonización de las Antillas menores y de la costa nordeste de sudamérica por noreuropeos
constituyó el primer desafío específico al dominio ibérico en el Nuevo Mundo.

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