Está en la página 1de 21

EL CONTRACTUALISMO CLASICO (SIGLOS XVII Y XVIII)

Y LOS DERECHOS NATURALES

Eusebio Femández

SUMARIO: 1.
I. LA TEORÍA DEL CONTRATO SOCIAL EN LOS SI-
GLOS XVII Y XVIII. CARACfERÍSTICAS
CARAcrERíSTICAS DEL CON-
TRACTUALISMO MODERNO.-I1. EL DERECHO NA-
RACIONALISTA.-I11. CoNTRATO SOCIAL Y
TURAL RACIONALISTA.-I1I.
LEGITIMIDAD: A. DEL CONTRATO SOCIAL ABSOLU-
TISTA AL CONTRATO SOCIAL LIBERAL. B. DEL
CONTRATO SOCIAL LIBERAL AL CONTRATO SOCIAL
DEMOCRÁTICo.-IV. Los DERECHOS NATURALES.
DEMOCRÁTIco.-IV.

\
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN

El presente
El presente trabajo tiene
trabajocomo
tienefinalidad el estudio
como finalidad el de las teorías
estudio de las teorías
contractualistas de los siglos
contractualistas de losXVII y XVIII
siglos XVII (características y princi-y princi-
y XVIII (características
pales representantes), en su conexión
pales representantes), con el Derecho
en su conexión Natural Natural
con el Derecho racio- racio-
nalista ynalista
con lasy teorías
con las de los derechos
teorías naturales.
de los derechos El planteamiento
naturales. El planteamiento
que se sigue
que se es sigue
el de es
considerar aquellas aquellas
el de considerar teorías como
teoríasel como
resultado
el resultado
de la búsqueda de un nuevo
de la búsqueda de unprincipio de legitimidad,
nuevo principio distinto distinto
de legitimidad, de de
los sistemas tradicionales
los sistemas y que habría
tradicionales y quedehabría
desembocar en el principio
de desembocar en el principio
de legitimidad democrática.
de legitimidad democrática.
Resulta sorprendente y muy atractivo
Resulta sorprendente analizar analizar
y muy atractivo cómo la cómo construc-
la construc-
este de
ción de ción nuevo
esteprincipio de legitimidad
nuevo principio se levanta
de legitimidad sobre dos
se levanta sobre dos
ficciones:ficciones:
la de unlacontrato social, que
de un contrato estaría
social, que en el origen
estaría en el de la de la
origen
sociedadsociedad
y del poder
y delpolítico, y la de lay existencia
poder político, de unos de
la de la existencia derechos
unos derechos
naturales, previos aprevios
naturales, las relaciones sociales, sociales,
a las relaciones políticaspolíticas
y jurídicas y ya
y jurídicas y ya
en un supuesto
vigentes vigentes estado de
en un supuesto naturaleza.
estado Sin embargo,
de naturaleza. la
Sin embargo, la
situaciónsituación
cambia, cambia,
dando undando
giro muy relevante,
un giro si no nossilimitamos
muy relevante, no nos limitamos
a una interpretación literal del
a una interpretación pactodeloriginario
literal y de los yderechos
pacto originario de los derechos
del estado
delde naturaleza
estado y convertimos
de naturaleza dichas teorías
y convertimos dichas en principios
teorías en principios
reguladores de la sociedad
reguladores civil y política.
de la sociedad En el primer
civil y política. En el caso
primer se caso se
trataría trataría
de defender la exigencia
de defender de considerar
la exigencia la sociedad
de considerar y el
la sociedad y el
poder político como si como
poder político efectivamente se hubieran
si efectivamente originadooriginado
se hubieran a través a través
de un contrato, lo que permitiría
de un contrato, justificarjustificar
lo que permitiría las excelencias de una de una
las excelencias
vida social
vidadesocial
hombres libres e libres
de hombres igualese yiguales
fundamentar el poderel poder
y fundamentar
en el consentimiento
en el consentimientode los gobernados, haciendohaciendo
de .los gobernados, así posible la
así posible la
62 ANUARIO DE DERECHOS HUMANOS 'EU8EBIO_ :FERNAN:PE~,

particip~ción
participación ~n
en la elaboración d~
de las leyes de los que van a ser I. LA TEORíA
TEORÍA DEL CONTRATO SOCIAL .EN
,EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII. .}
sus des~Inatanos
des~inatarios y la permanenCIa
permanencia y vigencia del principio de la CARACTERíSTICAS
CARACTERÍSTICAS DEL CONTRACTUALISMO MODERNO
soberama popular,
popular. En el segundo caso se trataría de convertir los .
derechos naturales en derechos morales (1), es decir, en exigencias
m~rales referentes a la seguridad, a la autonomía, a la libertad y a
A. La primera característica que debe ser tenida en cuenta a .~ am ; "';:.
,.';:'

hora del análisis de las teorías contractualistas durante los si;


l~ ~gualdad hum.anas,. cuyo .rec~nocimiento,
~ec~nocimiento, respeto y garantía posi- nose~contramos, a
glos XVII y XVIII es que nose~contramos, apesa~
pesa~ de ocasionales Y:
ocasionales,y,
bI1I~~
bIlI~~ una conVIVenCIa socIal Justa y limita y legitima al poder largoc;le
significativos precedentes pactIstas y contractuahstas a lo largoc;le.
polItIco.
pohtIco.
doctrina~
la historia del pensamiento jurídico-político (1), ante unas doctrina~
Solamente esta reinterpretación (en lectura contemporánea, pero mund~ ~oderno
típicamente encuadradas en el mund~ ~oderno y cuyo signific:ad,o
signific:ad?
que cuenta con precedentes dentro del contractualismo clásico eS
es imposible de captar fuera de los lImItes hIsto-:
hmItes de este contexto hlsto-:
piénsese en J. LOCKE, en J. J. ROUSSEAU o en E. KANT) permite com~ rico.
prender. cómo esas dos ficciones a que me refiero conquistaran el Así, las teorías contractualistas aparecen como fruto de la filo-
pensamIento moral, jurídico y político de los siglos XVII y XVIII Y
sofía del individualismo (el hombre como realidad fundante, el indi~
que su~sus ~onsecuencias
consecuencias (principio de legitimidad democrático) hayan vidualismo como presupuesto religioso, filosófico, político, social
sobrevIVIdo
sobrevivido hasta nuestros días.
y económico del mundo moderno) (2), del proceso de secularización,
Las teorías del contrato social, del derecho natural racionalista iniciado con el humanismo renacentista y la Reforma (3) y mante~mante.
y de los derechos .naturales tienen una fecha histórica y responden
a un contexto socIal, cultural y económico determinado y determi-
nante. E. BLOCH lo ha señalado al escribir que: «El Derecho natural su historia véase Mario D'ADÍno,
(1) Sobre las teorías contractualistas y Su D'AnDIO>
L'Idea del contrato sociale dai sofisti alla riforma e il «De Principatu» de
clásico es la ideología de la economía individual y del tráfico de Mario Salamino Antonino Giuffré editore, Milano, 1954; F. ATGER, Essai sur
Giuffréeditore,
mercancías. capitalistas, el cual, como tal, necesita calculabilidad, y, l'histoire do~trines du contrat social, Ed. Félix Alean, París, 1906; N. Bou-
l'histoíre des do~trines
po~ tanto, Igualdad formal y generalidad de las leyes, en lugar del BIO y M. BOVERO, Societá e stato nella filosofia política m.oderna,
m?derna, Il S.ag~tore,
11 S.agg;iatore,
abIgarrado Derecho de los privilegios propios de la Edad Media. De Milano, 1979, págs. 59 y sigs.; Paolo CASINI, Il Patto soclale,
soctale, Sansom, FIrenze,
1975, págs. 5 y sigs.; J. W. GoUGH, The social contracto A study of its develop-
e~ta su~rt~,
e~ta su~rt~, aparece también evidente el contrato -la relación jurí- ment, Oxford University Press, 1957; José María HERNÁNDEZ Rt;BIO, Pacto sa- so-
dIca pnnclpal entre propietarios de mercancías- como origen del cial, pacto político, en «Diccionario de Ciencias Sociales», InstItuto de ~~t~~
dal, ~~t~~
Estado, del Estado como una mera asociación utilitaria destinada dios Políticos, Madrid, 1976, págs. 399 y sigs.; .M. HURTA?O BAUTISTA, Legtttmt-
sigs.;M. Legtttmtó
a,a.la.~arantía ~urguesa. Valiéndose de una grandiosa
la. ~arantía de la seguridad burguesa. dad democrática del Derecho: el topos del Pacto soctal, en «Anales de la
flcclon, se proyecta en los tiempos tIempos primigenios la más moderna Cátedra Francisco Suárez, n. 16, Granada, 1976, págs. 1 y sigs.; José A. !.LINA-
LLINA-
RES Pacto y Estado, Publicaciones de la Institución Aquinas, Madrid, 1963;
forma de relación jurídica .civil: civil: una asamblea general, no Dios, ha Ni~ola MATTEUCI, CQntractuali~mo,
CQntractuali~mo, en «Diccionario de Política», Siglo XXI
dado su poder a la autondad» autoridad» (2). Sin embargo, las teorías del Madrid" 1981 (2.' ed.), págs. 407 y sigs.; Gregorio PECEs-BARBA
editores Madrid' PEcEs-BARBA MAR-
contrato social son mucho más de lo que la cita de E. BLOCH ex- TINEZ, T~ánsito a'
TÍNEZ, ; la modernidad
moderniáad y derechos fundamentales, Editorial Mezqui-
presa. No es solamente la relación jurídica entre propietarios de ta, Madrid, 1982, págs. 159 y sigs., y G. del VECCHIO" «Sobre la teoría. del
mercancías, sino también el consentimiento de los gobernados como contrato socia!>,
socia!>' y «Sobre varios significados de la teona del contrato SOCIal»,
en. Persona, Estado y Derecho, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1957,
en
ú?~ca legitimación del poder político en su origen y continuo ejer- lribarne, págs. 188 y sigs. y 330 Y sigs.
prólogo de Manuel Fraga Iribarne, ,..
CICIO,. solam.en~e la garantía de la seguridad burguesa, sino
CICIO .. ~o es solam.en~e (2) Sobre el significado del ténnino «individualismo»
<<individualismo» en el pensamIento
reconOCImIento de la autonomía, la libertad y la igualdad
tamblen el reconOCImIento occidental y las tradiciones intélectuales de la filosofía individualista en sus
asociados.
de los asociados, vertientes ética, política, económica, religiosa, epistemológica y metodológica,
STEVEN LUKES, El individualismo, Ediciones Península,
véase la obra de STBVEN Península,Bar-Bar-
celona, 1975, trad. de José Luis Alvarez. Sobre el individualismc;>
individualisme;> desde el
Ftlos~fía ~el
filosófico-jur1dicó véase la obra de GIOELE SOLARI, Fllosl!fía
punto de vista filosófico-jurídic6
(1) Sobre el concepto de derechos morales véase mi artículo El problema derecho privado, Editorial Depalma, Buenos Aires, 1946, tomo 1, La) ldea tn~
tdea %n-
fund~men.to de ,los
del fundamento . los derechos humanos, en «Anuario de Derechos Huma.
Huma-
dividual, págs. 3 y sigs., prólogo de Renato T~v~s.
T~v~s., .
UmversIdad Complutense; Madrid,
nos», Universidad Madríd, 1982, págs. 73 y sigs.
(3) Véase Richard STAUFER, La Reforma, .EdiclOnes OIkos-Táu,
OIkos-Tau, Barcelona,
B~H, Derecho,
(2). ERNST B~H, Derecho. natural y dignidad humana, Editorial Aguilar, 1974 traducción de Alexandre Ferrer; E. TROELTSCH, El protestantismo y ~l
Madrid, 1980, pago 56. TradUCCIón de Felipe González Vicén. _
mu~do moderno, Fondo de Cultura Económica, México; 1951, trad. trad. de Eugemo
EugenIO
BUSEBIO PÉRNANDEZ 65
64 ANUARIO DE DEItECROS
DEltECROS RUMANOS

nido y desarrollado por el racionalismo, el empirismo y la filosofía la sociedad y la autoridad del Estado, es la base de su garantía por
de la Ilustración (4) (al deshacerse la unidad religiosa, que había libertad~s pers~>Dales
parte de una y otro, el reconocimiento de las libertad~s pers~>Dales
servido de elemento integrador del mundo medieval, se destruirán y de la igualdad moral y jurídica frente a ellos y ~a ~stancla q~
también las bases teóricas que permitan una justificación teológica limita la legitimidad de actuación de los ,Poderes pub.licos. En En defI-
del orden social y política) y de los intereses sociales, políticos y tratar~ de garant~ar.
nitiva, las teorías contractualistas tratar~ garant~ar.e~.
e~. recono-
económicos de esa nueva clase social en acelerado proceso de conse- cimiento moral y jurídico de la personalIdad de los mdivlduos en en
cución de un papel predominante en el desarrollo de los hechos sus relaciones sociales y jurídico-políticas (7).
históricos a partir del Renacimiento: la burguesía. Otro dato a tener en cuenta son las nuevas condiciones econó-
El individualismo, el racionalismo y los intereses de la burguesía micas nacidas a finales de la Edad Media y acentuadas progresiva-
convivirán sintetizados en las teorías contractualistas a lo largo de mente desde los comienzos de la Edad Moderna. Estas nuevas
los siglos XVII y XVIII. condiciones económicas se verán estrechamente conect~das conect~das con
El rico y plural conjunto de valores, intereses, necesidades y relaciones sociales de tipo contractual, sobre todo comercIales. Por
hechos históricos que incluimos bajo el término «filosofía del indi- ello no es extraño que las teorías contractuales cuenten, en fecunda
vidualismo» describe la configuración de una nueva concepción del alianza, con el impulso dado por la bur~esía
burguesía al desarrollo! defensa
hombre y de su actividad sobre la tierra. El principio individualista Una burguesía que veía
de sus intereses. Una vela ahogada lo mejor de su
entra de lleno en la filosofía política moderna a través de las teorías actividad social y económica al chocar con u~as in~titu~iones
in~titu~iones c~du­
c~du­
contractualistas; ellas permitirán una construcción «perfectamente cas y que por tanto precisaba de unas relaCIOnes Jurídlco-polítl~as
Jurídlco-polítl~as
racionalista» que explique las relaciones entre el individuo, la socie- que la permitieran desarrollarse. ALF~
ALF~ VON ~TIN .se ha referIdo refendo
dad y el Estado (5), y la necesidad de unas nuevas relaciones e a ello: «Surge -escribe- una burguesla de c~no :<hbe~al» :<lIbe~al» que se
instituciones políticas, de acuerdo con el nuevo espíritu de la época mtehgencla Y ro~p~
apoya en las nuevas fuerzas del dinero y de la lDtehgencla
n'ENTREVES la teoría del
moderna. Como ha señalado A. PASSERIN D'ENTREVES las tradicionales ligaduras con los estamentos, hasta entonces PrIVI- pnvI-
contrato social «es la característica distintiva de la teoría política ,!r~a­
legiados, del clero y la feudalidad ... El espíritu democrático y '!r?a-
del individualismo... El acento recae ahora sobre el individuo. El no iba carcomiendo las viejas formas sociales y el orden dlvmo
contrato social era el único camino posible que quedaba para dedu- «natural» y consagrado. Por eso fue necesario ordenar este mundo
cir la existencia de las instituciones sociales y políticas una vez que partiendo del individuo y darle forma, como a un~ obra de arte,
la razón humana se había erigido en criterio último
último de valores (6). guiados por fines que el sentido liberal y constructIVO del hombre
Esas instituciones sociales y políticas fundamentadas en una burgués establecía de por sí... .
«construcción» contractualista deberán mantenerse fieles al princi- y así frente a la «comunidad», surge la «SOCIedad» y, como
pio de que la individualidad, lejos de desaparecer ante el poder de natural donsecuencia, la dominación de una nueva oligar9-uía cons-
tituida por el poder capitalista de la gran burguesía del dmero, que
Rirwscimento italiano Editori
Imaz; Eugenio GARIN, Scienza evita civüe nel Rinascimento se sirve para establecerlo de las «tendencias democráticas» que
Laterza, Bari, 1965; J. BURCKHARDT, La cultura del Renacimiento :n dn Italia están destruyendo el régimen feudal» (8). Finalmente, hay que ad-
~ditorial Barcelona, 1951; ~rnst
Editorial Iberia, B;arcelona, CASSIRER Individuo y cosmos en l~
Ernst CASSIRER,
fi~o~ofia del Renaetento,
fl~o~ofia Renaciento, Emecé EdItores,
Editores, Buenos 'Aires,
Aires, 1951, trad. de Alberto vertir que, como ha señalado A. PASSERÍN nD'ENTREVE.s,
'ENTREVE.S , la construc-
Buno, y los artículos de Gérard MAIRET y Fran<;:ois CHATELET en Historia de
BlXIO, ción que van a llevar a cabo las teorías contractuahstas
contractualIstas «muestra
nuevo» tomo 1 de la
las ideologfas, cap. IV de la Segunda Parte: «El orden nuevo»,
edición española, Editorial Zero ZYX, Madrid, 1978, págs. 486 y sigs., trad.
edicióy!
Luis Pasamar.
de LUIS (7) Véase Jorge DEL VECCHIO, Persona, Estado y Derecho, cit. págs. 293
. (4) Véase la obra de E. CASSIRER, Filosofía de la Ilustración, Fondo de Cul-
Eugenio Imaz.
tura Económica, México, 1943, trad. de Eugeniolmaz. yY~~) A. VON MARTIN, Sociología del Renacimiento, Fondo de Cultura Eco-
D'ENTREVES, La noción de Estado Centro de Estu-
(S) Véase A. PASSERIN D'ENTREVE8, nómica, Méximo, 1946, trad. de Manuel Pedroso, págs
págs.... 14-15. , . .
dios Unive~itarios, Fernán'dez-Galiano, pági-
Univez:gitarios, Madrid, 1970, trad. de Antonio Fernáridez-Galiano, Véase también J. M. liERNÁNDEZ ~rtrc.0' CIt.
socral, pacto 1X!lttte,0'
lIERNÁNDEZ RUBIO, Pacto soclal,
nas 211 y SIgS., y GIOELE SoLARI, La formazione storica e filosofica dello stato págs. 405-406; Louis ALTHUSSER, Montesquieu, la I?Dlítica
f?Olítica y la hrstorra,
hlstOrta, Ed.
moderno, Guida Editorio, Napoli, 1974, págs. 43 y sigs. Madrid, 1968, trad. de
Ciencia Nueva, .Madrid, ~. Ester Beru~ez,
de,~' BeDl~ez, págs. 22-2.3, yY M. Fou:
FOUi~
D'iBNTREVES, Derecho Natural, Ed. Aguilar, Madrid, 1972,
(6) A. PASSERIN D'iENTREVES, Microfísica del poder, Las EdiCIOnes de la Piqueta~
CAULT, Microfislca Piqueta~ MadrId, 1978, ~dI­~d
trad. de M. Hurtado Bautista, págs. 70 y 71. . ción y traducción de Julia Alvarez y Fernando Alvarez Una, págs. 134 y SIgS.

5
66 ANUARIO:DB . DERECHOS .HUMANOS
'EUSEBIO
EUSEBIO FERNANDEZ 61
la impront~
impront~ inconfudible
inconfu~ible .del
del pensamiento racionalista» (9); y hablar germen, y después a partir del· Medievo, siempre más desarrolladÓ,
desarrollad(),
de pensamIento racionalista
raCIOnalIsta aplicado al Derecho y a la Filosofía el principio de la soberanía popular» ( (12).1 2 ) . ,, " '
Moral y Política en· en este .tiempo
tiempo es referirse al Derecho natural La falta de fundamentación histórica será el argumento esgW
moderno. La conexión es evidente y fundamental para su estudio mido por los críticos de las teorías contractualistas, incluso enen los
y comprensió~.
comprensió? MANFRED RIEDEL lo ha apuntado: «Sólo en el derecho momentos en que dichas teorías habían conseguido mayor acepta!-
n~,tural del SIglo XVII la cuestión de la fundamentación y justifica-
n.a,tural originál~
ción. Así, para D. HUME en su ensayo «Sobre el contrato originál~
clon, adopta la fe;>rmaestricta
fe;>rma estricta de
de una teoría del contrato social. (1748), «Casi todos los gobiernos que hoy existen, o de los que queda
AqUI -y en realIdad, sólo aquí- se plantea esta cuestión como
AqUl recuerdo en la historia, fueron originalmente fundados sobre la lá
cuest~ón jurídica.y el problema de la legitimación de 10 político es
cuest~ón usurpación o la conquista, cuando no sobre ambas, sin ninguna
solucIOna~a. ~edlante
solucIOna~a. ~edlante loslos medios conceptuales del contrato» (10). pretensión de libre consentimiento o sujeción por parte del pue;:. pu&-
deh~ItIva, podemos concluir sobre-este punto, que las teorías
En def¡~ItIva, blo» (13). Y para J. BENTHAM, «los gobiernos nacidos de un contrato
contractuahst~s. van a.
contractualIst~s.van a responder perfectamente a las exigencias de son una pura ficción o, en otros términos, una falsedad. Es una
esa nueva soc~edad
SOCIedad secularizada, individuaJista,
individualista, racionalista y bur- fuente de error y de confusión que frecuentemente ha producido
siglos XVII y XVIII.
guesa de los SIglos el mal y jamás ha hecho ningún bienbien..
.B. La segun~a característica de las teorías 'contractualistas se
.B. Todos los gobiernos han sido estabilizados gradualmente por la
ref~ere
reh.ere a su propIa fundamentación filosófica e histórica. La racio- costumbre después de haber sido creados por la fuerza; a menos
nalIdad de su construcción y su importante función política no que se exceptúen los gobiernos constituidos por pueblos que se han
excluyen el hecho de que sus fundamentos sean muy débiles. Por emancipado y que aceptan siempre más o menos las tradiciones
es~rito PAOLO CASINI:
u~ lado, y ce;>me;> ~a es~rito CASINI: «No fue un cuerpo homo- de los gobiernos de los cuales se han separado» (14). A pesar de
pnnClpIOS, SIllO un agregado inestable de máximas» (11),
geneo de pnnclpIOs, la buena apariencia y rectitud de este tipo de argumentos utiliza:dos
utilizados
po~ e,l .otro, nos .encontramos con una explicación completamente por los negadores de las teorías contractualistas, su crítica no es eS
ahlstonca del ongen de la sociedad y el poder. Lo ha señalado
ahlstonea muy consistente ya que la falta de fundamentación histórica
histórica n<?
F~SS?:. «Se trata de una teoría privada de cualquier funda-
GuIDO F~sS?:. constituyó para los teóricos del contrato social una creencia erró-erró~
histonco, más bien históricamente absurda. Pero desde un
mento hlstonco, nea, sino que en la mayor parte de los casos se trata de un presu-
punto de vis:a político es importante porque en ella va implícita puesto perfectamente asumido. El paso del estado de naturaleza al
de la sociedad a través de un pacto se utiliza como una hipótesis
-yen los tIempos modernos explícitamente- la idea de que el
y no como' si se tratara de un hecho histórico realmente acaeci-
Estado ~ el Derecho, no teniendo otro fundamento que la voluntad do (15). Exceptuada la postura de GROCIO (yen cierto modo de
de los cIUdadanos, deben reclamar siempre su consenso y que el
poder del que gobierna encuentra en tal consenso un límite intras-
(12) Guido FASSó, Historia de la Filosofía del Derecho, Ediciones Pirámi-
pasable. El contractualismo contiene, en suma, primeramente en de, Madrid, 1978, trad. de José F. Lorca Navarrete, tomo 1, pág. 38.
(13) D. HUME, Del contrato original, en «Ensayos políticos», Unión Edi-
torial S.A., Madrid, 1975, traducción e introducción de César Armando G6-
D'ENTREVES, Derecho Natural, cit. pág. 70.
(9) A. PASSERIN D'ENTREVEs, mez, pág. ·124
124..
. ~10) .,!'MN,FRED
!'MN.FRED ~IEDEL, Dominio sociedad, Acerca del problema de la le-
y sociedad. (14) J. BENTHAM, Sophismes parlamentaires, Sixieme partie «Sophismes
fjgmaclOnn fllo~óflclf
flgmaclO fzlosófzc'f delo
de lo político, en
en, .«Metafísica
«Metafísica y metapolítica»,
metapolítica»,· tomo 2, anarchiques», París, 1840, trad. de E. Regnault, pág. 273
273..
. Alfa, Buenos Aires, 1977, trad. de Ernesto Garzón Valdés, pág. pág, 100. Sobre los distintos, y por diferentes razones, negadores de las teorías
(1) . ,Paolo CASINI, ~l
(11). II Pattosociale,
Patto sociale, cit. pág. 3.3. A la debilidad de funda- pactistas, véase la obra de J. A. LLlNARES, Pacto y Estado, dt. págs. 23 y sigs.
A.LLINARES,
~eorías contr~ctualistas
dent.acI?J:l de las, ~eonas
:rent.acI?J:1 contr~ctualistas podemos añadir la ambigüedad (15) Este sentido hipotético del contrato social es el único posible. Así
~IgrufICado POhtICO.
el ~IgmfICado pOhtICO. Para JaVIer Muguerza,«Lo que ocurrió con la teoría lo ha visto también el contractualismo contemporáneo. Para J. RAWLS, «En
cláSIca, ,~el
cláSIca. ,d.el contrato e~ que,
que,como todo el legado ideológico del liberalismo
como todo liberalismo la justicia como imparcialidad, la posición original de igualdad corresponde
fue. pohtIca~ente ambIguo», «A modo m~o de epílogo: últimas aventuras del pre~ su~
Porsu~
al estado de naturaleza en la teoría tradicional del contrato social. Por
f,:n?or racIonal»,
fe;n?or raCIona!», en «La razón sin SIn esperanza», Ed. Taurus M d drid . 1977 puesto que la posición original no está pensada Como ébmo un estado de cosas
pagIna 261. . . , a n'd , , históricamente real, y mucho menos Como éomo una situación primitiva de la
cultura. Se considera como una situación puramente hipotética caracteri-
68 ANUARIO .DE
ANUARIO DE DERECHOS·
DERECHOS HUMANOS
HUMANOS EUSEBIO FEBNANDEZ

PUFENDORF y en algún momento de J. LocKE) de una concepción completa libertad e igualdad, aunque insuficiente (20), y para
empírica del contrato, se da, a partir de estos autores, una evolución J. J. ROUSSEAU de un estado ideal frente al cual el hombre social se
que va de considerar al contrato social como un acto empírico a presenta como un paso degradante (21) (esa es la valoración nega.. nega-
verlo como un principio ideal o regulador (KANT y FICHTE) (16). tiva que ROUSSEAU hace del hombre s~ciable sob;~
s~ciable en el Discurso sobt~
El contenido ideal e hipotético del contrato social está ya descrito
El el origen y los fundamentos de la deslgualdad
deszgualdad entre los hombres;
en J. J. ROUSSEAU, cuando en su «Discurso sobre el origen y los aunque posteriormente, en el Contrato social, nos dirá que la situa...
situa-i.
fundamentos de la desigualdad entre los hombres», escribe: «Pues ción efecto del cOntrato social es preferible a la del estado de natlll'a'
natu:ra-
no es tarea fácil la de desentrañar lo que hay de original y de leza (22).
artificial dentro de la actual naturaleza del hombre, y de conocer La misma diferencia nos encontramos en los distintos tipos dé
un estado, que ya no existe, que a lo mejor nunca existió, que significado político que, según los diferentes autores,.
autores, se da a la
probablemente no existirá jamás y acerca del cual es preciso, sin sociedad civil y al poder una vez efectuado el contrato social: desd~
embargo, tener unas justas nociones para opinar cabalmente sobre HOBBEs, al
el contrato social absolutista (con limitaciones) de T. HOBBEs,at
presente ...
nuestro presente... ..-
No cabe tomar las búsquedas que uno pueda acometer al res-
pecto, por unas verdades históricas, sino únicamente por unos razo- que su propia fuerza y su propia invención pueden proporcionarles. En uilB: uim:
namientos hipotéticos y condicionales, más bien propios a esclarecer situación semejante no existe oportunidad para la. fn1~
la industria, ya que su fruto
la naturaleza de las cosas que a mostrar su origen verdadero y es incierto; por consiguiente, no hay cultivo de la tierra, ni navegació?,
navegació?" ni
uso de los artículos que pueden ser importados por mar, ni construCCIOnes
parecidos a los que nuestros físicos hacen a diario acerca de la confortables, ni instrumentos para mover y remover las cosas que req.uierep.r~uierep.
formación del mundo» (17). mucha fuerza ni conocimiento de la faz de la tierra, ni cómputo del tIempo,
Sin embargo, la heterogeneidad, diferencia y mutua contradic- ni artes, ni l~tras,
l~tras, ni sociedad; y lo que es peor de todo, exi.ste. continuQ
ción entre los autores contractualistas por lo que se refiere a los temor y peligro de muerte violenta; y la vida del hombre es solitarIa,
solitana, pobre!
tosca, embrutecida y breve», Leviatán, cap. XIII, tomado de T. HOBllES,
dos puntos de mayor interés de dicha teoría, como lo son las carac- Antología de textos políticos, selección de E. Tierno Galván, Ed. IEd. Tecnos,
terísticas del estado de naturaleza y los rasgos de la sociedad y el Madrid, 1976, pág. 136.
po~er .una vez llevado a cabo el contrato social, son palpables. Hay (20) "Para
«Para comprender bien en qué consiste el poder político y para re;. re.
vanaClOnes en cuanto al estado de naturaleza (el estado de natu- montarnos a su verdadera fuente, será forzoso que consideremos cuál cuáleses el
raleza es histórico o imaginado, pacífico o belicoso, de aislamiento estado en que se encuentran naturalmente los los hombres, a saber: un estado
de completa libertad para ordenar sus actos y para disponer de sus pro propie:
pie:
social),. y hay divergencias sobre el poder político fruto del con-
o social), COn- dades y de sus personas como mejor les parezca, dentro de los límites de
socIal (el poder es absoluto o limitado, indivisible o divisible
trato social la ley natural, sin necesidad de pedir permiso y sin depender de la voluntad
resistible o irresistible) (18). ' de otra persona. .
Es también un estado de igualdad, dentro del cual todo poder y toda JU-
Mientras que para Hobbes el estado de naturaleza es la guerra risdicción son recíprocos, en el que nadie tiene más que ot~ otro...
...
de todos contra todos (19), para J. LocKE se trata de un estado de gobierna, y esa ley
El estado natural tiene una ley natural por la que se gobIerna,
coinci~e COn
obliga a todos. La razón, que coincide con .esa ley, e~seña a c:uantos ser~sser~s
zada, de tal modo. ~ue conduce a una cierta concepción de la justicia», en humanos quieren consultarla que, siendo SIendo Iguales e mdependientes, nadIe
Teor;a de la Justtcta, Fondo de Cultura Económica, Madrid, 1979, trad. de posesiones...
debe dañar a otros en su vida, salud, libertad o posesiones ...
María Dolores González, pág. 29. Concedo sin dificultad que el poder civil es el remedio apropiado para los
(16) Véase J. DEL DEL VECCHIO, Persona, Estado y Derecho cit. págs 255 inconvenientes que ofrece el estado de Naturaleza; esos inconvenientes tienen
276, 337 y 338.
256, 276, ' ". , seguramente que ser grandes allí donde los hombres pueden ser jueces en su ~u
~17) J. J. RoussEAu, «Discurso
"Discurso sobre el origen y los fundamentos de lá propia causa; siendo fácil imaginarse que quien hizo la injusticia de perju~ perJu-
Ediciones Península Barcelona 1970 trad
deSIgualdad entre los hombres», Ediciones· dicar a su hermano difícilmente se condenará a sí mismo por esa culpa
de Melitón Bustamante Ortiz, pág. 28 y págs. 36 y 37. '"
, ,' suya», J. LocKE, Ensayo sobre el gobierno civil, Ed. Aguilar, Madrid, 1969,
BOVER(í, Societá
(18) Véase N. BOBBlO y M. BOVERO, Societáee stato nella filosofia politica
pOlifica cap. 2, págs. 5, 6 y 11, trad. de Amando Lázaro Ros.
cit. págs. 49 y sigs., y 72y sigs.
moderna, cit; (21) J. J. RoussEAu, Discurso sobre el origen y los fundamentos de la
"Por consiguiente, todo aquello que es consustancial a un tiempo
(19) «Por desigualdad entre los hombres, cit. págs. 39, 40, 45, 69, 102 y 103. .
de guerra, durante el cual cada hombre es enemigo de los demás es natural RoussEAu, Contrato social, Ed. Espasa Calpe, Madrid, 1975, tra.
(22) J. J. ROUSSEAU,
también en el tiempo en que los los. hombres viven sin otra seguridad
seguridad. que la ducción de Fernando de los Ríos, prólogo de Manuel Tuñón de Lara, pág. 59.
70 ANUARIO DE DERECHOS HUMANOS EUSBBIOFERNANDEZ
EUSeBIO FERNANDEZ 71

democrático de J. J. ROUSSEAU, pasando por el semiliberal de B. SPI· SPI- «en el gobierno de un Estado bien establecido, cada particular no
NOZA y el liberal de J. LOCKE y E. KANT. . se reserva más libertad que aquella que precisa para vivir vivircómodat
cómoda.
Además, como apunta NICOLA MATTEUCCI «es necesario hacer una mente y en plena tranquilidad,.
tranquilidad, ya que no quita a los demás J:JlÍB J:JlM
distinción analítica entre tres tipos distintos posibles niveles de que aquello que les hace temibles. Así, pues, fuera de la sociedaq¡
la socieda'h
discurso: están aquellos que opinan que el el pasaje del estado de cada uno tiene derecho sobre todas las cosas, aunque no pueda puedá
naturaleza al estado de sociedad es un hecho histórico realmente gozar de ninguna; pero en la república cada uno goza tranquilamente
acontecido, es decir, que están dominados por el problema antro- de su derecho particular. Fuera de la sociedad. civil no hay más
pológico del origen del hombre civil; otros, en cambio, hacen del que continuo latrocinio ymuerte otro~ Fuera del
y muerte de uno por el otro~ del E~
Est&.!
estado de naturaleza una mera hipótesis lógica, con el fin de crear do, los hombres no tenemos·
tenemos más que nuestras fuerzas para prote.-
paraprote..
la idea racional o jurídica del estado, del estado como debe ser, y de gernos, pero en el Estado tenemos el socorro de nuestros conciuda..:
conciuda.:
dar así un fundamento a la obligación política en el consenso ex- danos. Fuera del Estado el hombre no está está seguro del fruto de
preso o tácito de los individuos a una autoridad que los representa su trabajo; pero en un Estado todos le protegen. Por último, fuera
de lala sociedad civil reinan las pasiones, la guerra, la pobreza,
pobréza. el e1
y los encarna; otros, finalmente, prescindiendo por completo del
problema antropológico del origen del hombre civil y del problema niiedo, la soledad, la miseria, la barbarie, la ignorancia y la
miedo, lácruel~
cruel!.
filosófico y jurídico del estado racional, ven en el contrato un ins- dad. Pero en el orden del Estado la razón, la paz, la seguridad, las
trumento de acción política para imponer límites a quien detenta riquezas, la decencia, la elegancia, las ciencias y la tranquilidad rei-
el poder» (23). nan por doquier» (26); y para J. J. ROUSSEAU ««...es afirmar·
... es preciso afirmar
. ~inalmente, es evidente, por otro lado, que la concepción que los que es falso que en el contrato social haya de parte de los particu-
dI~tInt,os pensadores tuvieron del supuesto estado de naturaleza (y
dI~tInt,os lares ninguna renuncia verdadera, pues su situación, por efecto de
mas ~un, del hombre
D?as. aun, h?~bre y la sociedad de su tiempo) (24) condicionó el este contrato, es realmente preferible a la de antes, y en lugar de
SIgnIfIcado político
significado palluca dado al contrato social. una ·enajenación
-enajenación no han hecho sino un cambio ventajoso, de una
C. A pesar de la problematicidad de las teorías contractualistas manera de vivir incierta y precaria, por otra mejor y más segura;
de la d~bilidad heterogenei~
d,,:bilidad ?e su fundamentación histórica y de la heterogenei~ de la independencia naturaL
natural, por la libertad; del poder de perju-
dad y dIvergencIa de significados, es difícil no estar de acuerdo con dicar a los demás, por su propia seguridad, y de su fuerza, que
~a idea de
la de. que el contractualismo tuvo un papel clave y de suma otros podrían sobrepasar, por un derecho que la unión social hace
ImportancIa para la filosofía moral, jurídica y política de los si-
importancia si~ invencible. Su vida misma, que han entregado al Estado, está con-
glos XVII y XVIII. Quizá ninguna otra doctrina, con excepción del tinuamente protegida por él» (27).
~erecho
derecho natural racionalista, por otro lado, vinculada al contractua- Desde nuestra perspectiva contemporánea hay que hacer resaltar
t1~VO tanta influencia, relevancia y vigencia teórica y práctica
lismo, t~vo
lIsmo, que una serie de ideas fundamentales de la filosofía moral, jurídica
SIglos XVII y XVIII. Según P. CASINI, «..
en los sIglos « .. .la ideología contrac- y política, e íntimamente relacionadas con las teorías del contrato
~ualista ha
tualista h~ desempeñado Un un papel histórico y político de primera social, han sobrevivido hasta nuestros días a la decadencia de las
ImportancIa. Durante la revolución burguesa adquirió la consisten-
importancia. teorías contractualistas a finales del siglo XVIII (28). WILMOORE KEN- KEN·
cia de «un hecho» a través de las declaraciones de derechos que en DALL ha resumido esta «profunda influencia» en los siguientes pun-
ella se inspiraron. La historiografía liberal la ha exaltado después, tos: ««...
... en primer lugar, la noción de que ninguna sociedad, gobierno,
como la matriz de la libertad de los modernos (25). La importancia derecho o principio de «moralidad» son legítimos a menos que se
del contrato social fue valorada por los mismos autores contrac-
tualistas como un paso necesario y ventajoso. Así, para T. HOBBES: (26) T. HOBBES, Del ciudadano, cap. X, en T. HOBBES, Antología, cit. pági-
nas 11 y 12.
12.
pá-
. (23) N. MATTEUCI, Contrato social, en «Diccionario de Política», cit. pá· p~g. 59. .
(27) J. J. ROUSSEAU, Contrato social, libro segundo, cap. 4, cit. pág.
gma 408. (28) Sobre la evolución de la teoría del contrato social a partir
partIr del SI-
HOB-
(24) Véase al respecto la interesante interpretación de la obra de T. HOB· glo XIX véase la obra de J. W.GoUGH, The Social Contract; A critical Stu1Y
deJ.W.GoUGH, Stu1y
indi-
BES y J. LocKE por parte de C. B. MACPHERSON en La teoría política del indio of its Development, cit. págs. 186 y sigs., yy Robert LEGRos, Du contra~ soc~~
01
vidualismo posesivo, Ed. FontaneIla, Barcelona, 1970, trad. de J. R. CapeIla. ti la pensée dialectique, en «Annales de !'Institut
I'Institut de Philosophie», Umverslte
UmversIte
(25) P. CASINI, Il patto sociale, cit. pág. 3. Libre de BruxeIles, 1977, págs. 87 y sigs.
72 ANUARIO DE DERECHOS HUMANOS EUSEBIO PERNANDEZ 7J

basen, directa o indirectamente, en el consentimiento de los indi- de Connecticut (1639), el Frame of Government de New Haven (1643)
viduos interesados, aunque tal consentimiento no revista necesaria- o la confederación «Colonias unidas de Nueva Inglaterra» (1643),
mente la forma de un contrato; en segundo lugar, la idea propia de en el segundo, el Bill of rights, documento suscrito entre el rey y el
que el objeto de la ciencia política es el comportamiento político pueblo con el que fInalizó la Gloriosa revolución (1688-1689).
de los individuos y grupos; en tercer lugar, la noción de que las
sociedades, los gobiernos, las leyes y los conceptos de cierto y falso
o justo e injusto, han de ser medidos por el reconocimiento y pro- 11. EL DERECHO NATURAL RACIONALISTA
p~esten a los derechos individuales «inalienables», que
tección. que p~esten
se conSIderan
consIderan mherentes a todos los seres humanos en todas épocas Anteriormente me he referido a la vinculación entre las teorías
y lugares; en cuarto lugar, la idea de que uno de estos derechos es el contractualistas de los siglos XVII y XVIII Y la teoría moderna, raciO:-
raci<i.
derec~o a vivir bajo un gobierno democrático, es decir, un gobierno nalista y laica, del Derecho Natural. .
sometI~o
sometI~o al control popular, considerando que, a falta de unanimi- El iusnaturalismo racionalista (corriente que abarcaría las figu-
dad, dIcho control ha de ser ejercido por la mayoría; en quinto I...oc1cf!.
ras, entre otras, de GROCIO, PUFENDORF, HOBBES, SPINOZA, l...ocKB.
lug~~, la idea de que, en un sentido que resultaría decisivo para la ROUSSEAU Y KANT, a pesar de las diferencias entre ellos) (32) rep~
repJ:e;
polItIca, todos los hombres han nacido iguales, debiendo ser, por senta, por lo que se refiere a la historia del pensamiento filosófico-
tanto, uno de los fines primordiales del gobierno la realización de jurídico, la consecución de un hito importantísimo dentro del amplio
dicha igualdad» (29). movimiento de secularización del mundo moderno. Dicho proceso
Otro dato que suele ser olvidado al hablar de las aportaciones de secularización se encuentra aquí centrado --es el punto que nos
de las teorías contractualistas es el de la relación entre contractua- interesa- en una nueva concepción del antiguo problema de la
lismo y constitucionalismo. N. MATTEUCCI lo ha apuntado: «El ELfAs DfAZ, «Precisamente la ruptura
ley natural. Como ha señalado EúAs
contractualismo no es solamente una teoría global, conceptualmente del monolitismo y la uniformidad religiosa por obra de la Reforma
elaborada, sobre los orígenes de la sociedad y del poder político, protestante, iba a llevar coherentemente a la necesidad histórica de
y por lo tanto, sobre la naturaleza racional del Estado. En la historia un insnaturalismo no fundado de modo ineludible en la ley eterna
eterna......
medieval y moderna, el contrato es a menudo también un hecho Si se quiere encontrar un concepto unitario de Derecho natural,
histórico, es decir, que es parte integrante de un proceso político aceptado por todos los hombres sean cuales fueren sus ideas reli-
q~e lleva al constitucionalismo y en particular a la exigencia de giosas, Se hace preciso independizar aquél a éstas. En el nuevo clima
alImentar el poder del gobierno por medio de un documento escrito de incipiente racionalismo (siglos XVI y XVII), de afirmación de la
que establezca los respectivos y recíprocos derechos-deberes» (30). autonomía e independencia de la razón humana frente a la razón
Yen cuanto a la historia moderna, señala: «el contrato como hecho teológica, se piensa que la base y el fundamento de ese Derecho
histórico, demuestra su vitalidad, con características nuevas y ori.ori- natural no puede ser ya, decimos, la ley eterna, sino la misma natu-
ginales, tanto en la experiencia democrática de la Nueva Inglaterra,
donde el pacto es el instrumento concreto paar la formación de un (32) Sobre el iusnaturalismo racionalista y sus representantes véase Hans
real estado de naturaleza de nuevas sociedades, que deben afron- WEZEL, Introducción a la Filosofía del Derecho. Derecho Natural y Justicia
tar los duros y dramáticos problemas de la frontera y del wilderness material, Ed. AguiJar,
Aguilar, Madrid, 1971, tradUcción
traducción de Felipe González Vicén,
(los espacios desiertos), como en la experiencia aristocrática-liberal págs. 110 y sigs.; Albert BRIMO, Les grands courants de la Philosophie du
Droit et de l'Etal, Editions A. Pedone, París, 1968, págs. 82 y sigs.; E. CASSI-
de Inglaterra en busca de una codificación del nuevo equilibrio RER, Filosofía de la Ilustración, cap. IV, «Derecho, Estado y Sociedad», cit.;
constitucional entre la corona y el parlamento (31). En el primer P. HAZARD, La crisis de la conciencia europea, 1680-1715, Ediciones Pegaso,
caso, cita el pacto sobre el Mayflower (1620), las Fundamental Orders Madrid, 1975, trad. de Julián Marías, págs. 243 y sigs.; O1toOtto von GIERJ{B,
Giovanni Althusius e lo sviluppo storico delle teorie politiche giusnaturalisti-
che, Giulio Einaudi editore, Torino, 1974; Pierre-Fran<;ois MOREAU, Naturaleza,
(29) WILMOORE KENDALL, Contrato social, en «Enciclopedia Internacional Cultura, Historia, en «Historia de las Ideologías», tomo n, Ed. Zero-Zyx,
de las Ciencias Sociales», Ed. AguiJar,
Aguilar, Madrid, 1977, tomo tercero, pág. 146. Madrid, 1978, trad. de René Palacios More, y N. Bobbio, y M. BOVERO, Societá
(30) N. MA'ITEUCCI, Contractualismo, cit. pág. 421. e stato nella filosofia política
politica moderna. ModeIlo giusnaturalistico e modeIlo
modello
(31) N. MA'ITEUCCI, Contractualismo, cit. pág. 422. negelo-marxiano, págs. 17 y sigs.
76 ANUARIO DE DERECHOS HUMANOS BUSBBIOFERNANDEZ 77

señalado ya Alf. Ross: «Pero lo que es nuevo es precisamente el invidualismo, por el que el orden jurídico-político se entiende -por
método mediante el cual el derecho natural es deducido de la natu- medio del contrato-- antesq~
contrato- por la libre voluntad de los sujetos, antes que
raleza humana. El factor nuevo y crucial es la orgullosa confianza por la naturaleza o por una voluntad trascendente» (41). .
de haber hallado un método científico incontrovertible en remplazo El anterior texto de G. FASSÓ eS sumamente expreSIVO
expresivo de 'los
los
del remiendo semi
semiteológico
teológico y semiempírico de los tiempos pasados. cambios que tienen lugar, dentro del iusnaturalismo racionalista,
Este es el método deductivo o geométrico de DESCARTES. Se consi- en la noción de Derecho Natural y que van a facilitar su conversión
deró que se habían descubierto los medios para elevar a la filosofía en una teoría de los derechos naturales. ¿Cómo ocurre esto?, en
al mismo nivel científico que las matemáticas. Todo lo que hacía primer lugar, por el hincapié que se hará en la racionalidad subje-
falta era hallar un punto de partida seguro en una serie de axiomas tiva frente al objetivismo antiguo y medieval; en segundo lugar, «en
indubitablemente verdaderos (evidentes). El resto sólo sería lógica, la transposición de la visión iusnaturalista de la norma, del Derecho
deducción, tal como las matemáticas no son más que deducción Natural objetivo, a la facultad inherente al sujeto (42). En tercer
basada en un sistema de axiomas. En el ámbito de la filosofía jurí- lugar del derecho natural como facultad inherente al sujeto, se
dica esto significaba que, partiendo de algunos pocos principios de dese~bocará en los derechos naturales o derechos innatos del indi-
absoluta claridad y evidencia, captados a través de la meditación viduo (43).
sobre la naturaleza del hombre, sería posible deducir un sistema Finalmente hay que recordar que el iusnaturalismo racionalista
jurídico completo. Este es el orgulloso y esperanzado programa del no sólo representa la versión moderna y secularizada del Derecho
racionalismo. Natural y será el fundamento de las teorías de los derechos natu-
Fue llevado a cabo concienzudamante. Tomando como punto de rales, sino que, una vez asumido por la burguesía europea se con-con·
partida la ley de la sociabilidad, que emana de la naturaleza social vertirá en el pensamiento dominante en el mundo jurídico, econó-
del hombre y que lo lleva a unirse con sus semejantes en una vida mico y político (44). Como tal, va a conformar la filosofía moral,
comunitaria pacífica, se dedujo un amplio sistema de reglas jurí-
dicas, a menudo hasta los detalles más minúsculos» (40). (41) G. FAssó, Filosafía del Derecho, tomo 2, cit. pág. 79.
FASSÓ, Historia de la Filosofía
Otro dato fundamental para nuestro tema es el del papel rele- (42) Sobre el concepto de derecho subjetivo en el iusnaturalismo racio-
vante y predominante debido a las aportaciones del iusnaturalismo nalista véase Michel VILLEY, Lefons d'Histoire de la Philosofie ~roit, iEd.
Philosafie du Droit, iEd
moderno, van a adquirir las ideas de naturaleza y razón humánas. Dalloz, París, 1962, págs. 221 y sigs.; del mismo autor, La formation
formatton de la
pensée juridique moderne, Les Editions Montchrétien, París, 1975, pág ..627,
pág..
Gracias a ello se consagrará el valor de la autonomía individual y se y Philosophie du Droit, tomo 1" Ed. Dalloz, París, 1975, págs. 153 y Slgs.;
adquirirá la conciencia de que los individuos tienen unos derechos Alf Ross Sobre el Derecho y la Justicia, cit. pág. 242; K. OUVBCRONA,
OLIVECRONA, El de-
naturales que les son innatos. Obviamente, de la misma forma que recho c;mo hecho. La estructura del ordenamiento jurídico, Ed. Labor Unj· Uni~
la razón deduce los principios del Derecho Natural de la naturaleza versitaria, Barcelona, 1980, trad. de Luis López Guerra, Apéndice primero,
El concepto de Derecho subjetivo según Grocio y Pufendorf, págs. 261 y sigs,;
humana, los derechos naturales los deduce del Derecho Natural. CAS1'BERG, La
A. PASSERIN D'ENTREVES, Derecho Natural cit. págs. 74-75; Frede CASTBERG,
GUIDO FASSÓ ha escrito sobre dicho proceso que: «El carácter funda- philosophie du Droit, Ed. A. Pedone, París, 1970, pág. 97, Y Richard TuCK,
mental y específico del iusnaturalismo moderno está apuntado en Natural Rights Theories. Their origin and development, Cambridge Un,iver-
la nota subjetiva frente al objetivismo antiguo y medieval.
medievaL .. A partir sity Press, 1979, págs. 58 y sigs.
(43) Véase mi trabajo El problema del fundaJmento de los los derechos hu-
de GRoera,
GROCro, el Derecho Natural va a ser como una norma humana Humanos», 1981, Instituto de Derechos Huma-
manos «Anuario de Derechos HUmanos»,
puesta por autonomía y la actividad del sujeto, libre de todo presu- noS d~ la Universidad Complutense, Madrid, 1982, págs. 82 y sigs.
puesto objetivo (yen particular teológico) y explicable mediante la (44) Como ha escrito Francisco LóPEZ CÁMARA, «El iusnaturalismo debe
razón, esencial instrumento de la subjetividad humana. Una con- comO una de las posiciones filosóficas más acordes con
ser considerado hoy como
firmación de ello ha sido vista por muchos, para no decir por todos, las inquietudes de la burguesía en aquella época de transición hacia el in-
dustrialismo. La teoría moderna de los derechos naturales venía a refrendar,
en la trasposición de la visión iusnaturalista de la norma, del Dere- filos6fico~jurídicas, la necesidad histórica de una clase
esta vez sobre bases filos6fico~jurídicas,
cho Natural objetivo, a la facultad inherente al sujeto, a los derechos para la cual la propiedad, el trabajo y la ambición personal constituyen los
naturales subjetivos, o derechos innatos, y en el correspondiente verdaderos engranajes de la vida social. Pero, además, permitía justificar
la resistencia política y económica a la administración absolutista que pre-
(40)
(40) Alf
Alf Ross,
Ross, Sobre
Sobre el
el Derecho
Derecho yy la Justicia, cit.
la Justicia, cit. pág.
pág. 240.
240. tendía ,asegurar sus recursos financieros a base de recargos fiscales sobre
78 ANUARIO DEDEkECHOS
nE DEllECHOS HUMANOS EUSE8IOPERNANDEZ·· ',
EUSE8IOPERNANDEZ 19
jUrí~ica p~nsamiento revolucionario-burgués (45), como
jurí?ica y política del p~nsamiento aplicación a ejemplos como el el de GROCIO o HOBBES, aunque sLbieíJ.
sLbien
habla de demostrar su mfluencia ideológica en las revoluciones libe- es, verdad la .teoría
teoría del contrato social a lo largo de su historiaj'3'
historiaj.ó3'
rales y en las declaraciones de derechos que tienen lugar en América fundamentalmente durante estos siglos, estuvo especialmente ligam ligwda
y Europa durante el siglo XVIII (46). alas doctrinas defensoras de la soberanía popular. Suponer la ceI& cel&
bración de un contrato mediante el cual cual se origina la sociedad yse
y se
legitima el poder político no es solamente convertir la voluntad volun~ad (_
nI.
III. CONTRATO SOCIAL Y LEGITIMIDAD popull:!T en criterio de legitimidad de los gobiernos, sino también
POpull:!1"
conceder al pueblo el origen y el ejercicio de la autoridad suprema.
c~:m~r~ctualista.s .ve~drán a dar solución a la búsqueda
Las teorías c~:m~r~ctualista.s.ve~drán « ... se trata de imaginar un nuevo principio A~
Para A. BRIMO «...se d~
de ~ nuevo .t,>nncIpIO
~nncIpIO de legItImIdad en los siglos XVII y XVIII, que legitimidad tan fuerte, tan poderoso como el principio de legiti-r legifir
e:cphque elel?~Ig~n
?~Ig~n y fundamento de la sociedad civil y política. Este monárquico: .este
midad monárquico: este principio legitimid~d.
principio es el principio de legitimidl}.d
tIpo de legItImIdad, encamado en las teorías del contrato social democrática, la idea de que el único poder legítimo es el queftm,.quefuA,.
será el p~incipio de legitimidad democrátiea, ya que explica el orige~ dado sobre la voluntad libre del pueblo, llevando a cabo
·dado cabounun contrato
de la socIeda~.e~
socIeda.d. e~ un pacto entre individuos libres e iguales y funda- con el rey, o dando nacimiento a la vez a la sociedad política yaf y al
menta la legItImIdad de los gobiernos en el consentimiento de los poder por un contrato entre los individuos nacidos libres en un
go~en:ados (47). Ambas características (referidas tanto al pactum
go~e~dos estado presocial,
presociaI, o estado de naturaleza. En el estado de naturaleza,
umoms como ~l pactum subjetionis)
subjetioni.s) están reflejadas en todo tipo los hombres nacen libres e iguales, no pueden salir de esta situación
de co~t~actualIsmo,.
contractualIsmo, a pesar del diferente
dIferente significado político que más que por un contrato voluntario, hipótesis que enlaza así lo
sus dIstmtas mo?~li~ades presentan. Con ello quiero decir que el
distintas mo?~h~ades natural, lo racional y lo legítimo» (48).
c~:mcepto
c.oncepto de «le~ItImIdad democrática» debe entenderse en un sen-
de «legItImIdad Vamos a pasar ahora a ver cómo define cada autor el contrato
~~pho, cuyo punto de partida estribaría en reconocer
tIdo mu~ ~~plio, social.
c~mo pnncIpIO fundamental del pacto de asociación la voluntad libre
co.mo
e Igual de los pactantes, y como principio fundamental del pacto de A. DEL CONTRATO SOCIAL ABSOLUTISTA AL CONTRATO
p~~r e~ consentim~e~to
pcx:I~r consentim~e~to de lo~ 10~ pactantes-gobernados. Por tanto, el SOCIAL LIBERAL
condiciones previas al con-
califIcatn:o democratIco se refIere a las condi<;iones
trato SOCIal, no a sus resultados. Esta distinción es de necesaria Dentro de este apartado, que prétende describir la evolución de
el . 1 las teorías contractualistas desde planteamientos absolutistas a plan-
lcomercIO y a. manufactura. Para ello se apeló nuevamente
ddelcomerclO nuevamenté a la doctrina
S?CIal, ~n la cual. trató de resolverse el complicado problema
d e contrato S?CIal, teamientos liberales, he incluido las aportaciones al tema por parte
dee ,l~ sob~rarua... el lUsnaturahsmo
}~ sobe,rama... lUsnaturalIsmo podía verse corno la filosofía social y de H. GROCIO, S. PUFENDORF, T. HOBBES, B. SPINOZA Y J. LOCKE.
P01~~Ica
P01~~Ic.a mas. cohe:ente con los intereses del buen burgués, en Origen y ev%. evo- «absolutista)) o «liherah
Los calificativos «absolutista!! «liberah se refieren aquí al tipo
luezon ,del
del lzberallsmo europeo
europeo, Universidad Autónoma .de'dé M"
México Mé' de sociedad política generada a través del contrato.
1971, págs. 3 8 - 3 9 . .~
pags. 38-39. eXICO,, XICO,
(45) Véase Leo ~OFLER,
K;OFLER, Contribución a la historia de la sociedad bur- En HuGO GROCIO (1583-1645) convergen y se completan mutua-
guesa, Amorz:ortu editores, Buenos Aires, 1974, trad. de Edgardo Albinzu mente dos principios que teóricamente podrían parecer incompati-
págs. 27~ y. SIgS., y ~. HABERMAS, «Droit naturelet révolution», cap. 2 de s~ bles: el principio aristotélico de la sociabilidad o carácter natural-
obr~ T.heorze et pratzque, Ed. Payot, París, 1975,
obr.a T,heorze 1975 trad. de G.
G RauIet págs 109 mente social de los hombres y el principio contractualista como
y SIguIentes. , . ', .
D',ENTRBVES Derecho Natural cit pág 77
(46) Véase A. PASSERIN D'ENTREVEs
base de la sociedad política. Así, en su obra De iure beUi acpacis,
belli acpMis,
P~SSERIN D'ENtREVES,'
. (47) Para A. P~SSERIN D'ENTREVES,' «Lo que durante' los' sigI~ fue admi- escribirá: «Y además, como sea de derecho natural cumplir lo pac-
tIdo corno I~contestable, que los hombres son potertcialmenteiguales
COrno verdad. I~contestable, tado (pues era necesario entre los hombres algún modo de obligarse,
y qu.e ~l consentImIento ~s es la ~ca
única convalidación admisible dél
del poder,
pod .se ni se puede excogitar otro modo natural), de esta misma fuente
c~nVlrtIó en una nueva e Imp~nosa
C~>nVlrtIÓ imp~ri?sa teoría del Derecho y del Estado'
Estado; :~' el go-
gs;.
tu.n.d~do en ~l cC?nsentImiento
bIerno fun.d~doen cC?nsentImIento es el único gobierno legitirnacÍo,
legitimado, por- (48) A. BRIMO, Les grands courants de la philosophie du droit et de
(48)A.
que. ~s el uruco que .JustIfica los derechos fundamentales del hombre» en La l'Etat, Ed. A. Pedone, París, 1%8, págs. 95-96, y L. ALTHUSSER, Montesquieu,
ALTHussER, Montesquíeu,
noezon de Estado, CIt. pág. 217. ' la política y la historia, cit. pág. 23.
EUSEBIO PERNANDEZ
81:
80 ANUARIO DE JmRl!.CaOS
ImR1!.CHOS HUMANOS

dimanaron los derechos civiles. Porque los que se juntaron en algu- . Lo que se quiere decir es que el consentimiento se debe dar por.
~omunidad, o se sometieron a uno o varios hombres, ésos, o pro-
na ~omunidad, supuesto, puesto que la ley tiene fuerza ,:inculante, y q~e .tal fuer.r.e.,
fuerza'"
metIeron expresamente, o por la naturaleza del acto debieron enten- consentImIento. (SUl
inculante u obligatoria sólo puede surgIr del consentImIento
der que tácitamente prometían seguir lo que determinasen, o la co~cedida al consen~;l
v Sin embargo, a pesar de la importancia c0I?-cedida consentf,tJ
mayor parte de la asamblea, o aquellos en quienes se había delegado miento del pueblo como base de la f~e~za f~e~za vInculante de la; ~•.
la;.~.
la potestad. . positiva, una vez que tiene lugar la apancI.ón del Estado, en vi~' vi~'
Lo que se dice, pues, no a CARNEADES solamente, sino a otros del contrato, los súbditos deben observar Inex~us~blemente
Inex~us~blementel~l~ P~
también: La utilidad es madre no lejana de lo justo y equitativo, tado, pues se trata de un vínculo permanente e IndIsolubl~. S~ Im~
hablando con exactitud, no es verdadero; porque la madre del dere- ne el deber de obediencia (52), incluso en los casos de tIrama y d~, d~.
cho natural es la misma naturaleza humana, la cual, aunque de nada gobernantes (53),
injusticias por parte de los goberna.ntes (.53), y en ningún supuesW
supuestd
necesitáramos, nos inclinaría a desear la sociedad mutua; y la madre resistencia. Con ello ~ROCIO estab~
estaría permitido el derecho de resIstenCIa. esta~~
del derecho civil es la misma obligación nacida del consentimiento, fundamentando las tesis absolutistas frente a la~ teonas de .la so~
la cual, como tome su fuerza del derecho natural, puede también ranía popular: «y aquí -escnbe-, en pnmer lu~
aqui hay que rechazar --escrIbe-,
llamarse a lala naturaleza como la bisabuela de este derecho. gar, la opinión de los que defienden que el poder supremo está en
todas partes y sin excepci.ón alguna en el pu.eblo, de suerte que es
Pero la utilidad se añade al derecho natural: porque quiso el
lícito ya corregir, ya castIgar, a los reyes, SIempre que abusen de
autor de la naturaleza que estuviéramos solos y fuéramos débiles su mando: la cual doctrina cuántos males haya causado, y pueda
y ~ecesitados
D:ecesitados de muchos cosas para pasar bien la vida, a fin de causar aún ahora aceptada de corazón perfectamente, nadie que sea
oblIgarnos más a procurar la sociedad, y la utilidad dio ocasión al
derecho civil; porque esa comunidad o sujeción que dijimos comen- prudente lo dejará de ver.
~ó a establecerse por razón de alguna utilidad. Además, los que
Nosotros la refutamos con estos argumentos. A cualquier hombre
Imponen los derechos a otros también suelen o deben mirar en ello le es lícito entregarse privadamente como esclavo a quien quisiere,
utilidad» (49).
alguna utilidad» según se ve por la ley hebrea, ya por la Romana: ¿por qué, pues, no
ha de ser lícito a un pueblo libre entregarse a uno o a muchos, de
Además la introducción de la idea del contrato social le sirve a manera que traspase a él enteramente el derecho de gobernarse, sin
GROCIO para establecer los argumentos pertinentes a favor de la
quedarse con parte alguna de ese derecho? Y no digas que esto no
obligación que tiene el pueblo de obedecer al soberano y sus manda-
se presupone en manera alguna: porque ya no preguntamos qué ha
tos. Como ha apuntado G. DEL VECCHIO: «Lo que a él le importaba
de suponerse en la duda, sino qué se puede hacer conforme a
verdaderamente era hallar un argumento jurídico sobre el cual fun-
dar tan absoluto deber de obediencia, y recurre al contrato como derecho.
a la fuente de obligaciones que le parece más clara e indiscutible, y En vano se aducen también los inconvenientes que de ahí se
supone ~esd.e. luego la existencia del mismo allí donde quiere probar siguen, o pueden seguirse; porque cualquiera forma de gobierno que
oblIgaclOn (50). O como señala K.ARL
una obhgacIOn OUVECRONA: «Este con-
KARL OLIVECRONA: te imagines, no la hallarás nunca sin inconvenientes y peligros.
O éstos se han de tener con aquéllos, o aquéllos se han de perder
trato, expreso o tácito (que posteriormente se ha denominado el
contra~o. social) es la fuent~
contra~o. fuent~ de la fuerza vinculante de la ley huma- con éstos, dice la "Comedia" (54).
na posItIva. El poder que tIene el derecho, de restringir la libertad
interna de los miembros de la sociedad, proviene -a diferencia del OLIVECRONA, El Derecho como hecho. La estructura del o~dena­
(51) K. OUVECRONA, ordena-
poder de ejercer una coacción externa- de la sumisión voluntaria miento jurídico, Ed. Labor Universitaria, Barcelona, 1980, trad. de Luis
LUIS Ló-
a la autoridad legisladora...
legisladora ... pez Guerra, pág. 19. .
(52) H. GROCIO, Del derecho de la guerra y de la paz, libro 1, capítulo In,
IlI,
8, 13, cit. págs. 163-164.
(53) Hugo GROCIO, Del derecho de la guerra Y y de la paz, libro 1, cap. nI,
IlI,
G~IO, Del
(49) Hugo GROCIO, De~ derecho de la guerra y de la paz
paz, Prolegómenos
Prolegómenos,
15 y 16. Traducción JaIme Torrubiano RipoIl, Editorial Re~s,
TradUCCIón de Jaime Reus Madrid,
Madrid 1925'
1925 8, 15, cit. pág. 1 6 6 . ' .
(54) Hugo GROCIO, Del derecho de la guerra y de la paz, libro 1, cap. nI,
lII,
tomo 1, págs. 15 y 16. ' " '
(SO) G. del VECCHIO, Persona, Estado y Derecho, cit. pág. 232.
8, 1, cit. págs. 155-156.

6
ECS:&BtO PERNANDEZ
EtjSJ!moPERNANDEZ 83
82 ANUARIO DEDERECHOS.l:IUMANOS
DE.DERECHOS.l:IUMANOS

PUFENDORF (1632-1694) defiende y desarrolla la teoría


Samuel PU-FENDORF et'sona o personas, a los que se confiere el gobierno del naciente
contractualista en sus dos obras De· iure N Naturae
aturae et Gentium y De ~stado,
~stado, se constituyen en autoridad. Por medio de este pacto, ellos
Officio hominis et civis. Mientras que la existencia de la familia y comprometen a velar por la seguridad común, los demás a pres-
de los grupos menores se deben al instinto de sociabilidad que :rle obediencia; y por el mismo decreto todos someten su propia
tienen los seres humanos, es pacto o contrato el que da lugar al oltJIltad a la de la persona o persona elegidas y al mismo tiempo
establecimiento de la sociedad política. Para ello parte PUFENDORF ~JJlPrometen
~JJ1Prometen usar sus poderes en bien de la defensa común. Y sólo
~el de naturaleza (55) y lo contrapone al estado civil o polí-
del estado de, cul!J.ll
eul!lJldo se ha cumplimentado este compromiso, nace un Estado regu- regu·
tico. Es la busqueda
tIco. búsqueda de la seguridad y la necesidad de defenderse lar Y perfecto» (56).
de sus semejantes el motivo que lleva a los hombres a crear el En cuanto a las formas de gobierno S. PUFENDORF se muestra
Estado, a través de un pacto triple, o más concretamente de dos máS de acuerdo con la monarquía (57), siendo partidario por lo que
pactos y un decreto: «Las voluntades de muchos no pueden unirse see refjere a la autoridad estatal,.
estatal, de un absolutismo .moderado,
moderado,
de otra manera que no sea que cada uno someta su voluntad a la ~aquella
«aquella autoridad por la cual se nge rige un Estado, cualqUIera
cualquiera sea su
de uno solo, o a la voluntad de un consejo, de modo que en adelante llla de gobierno, tiene la característica de ser suprema, es decir,
fortlla
cualquiera sea la voluntad de ese uno con respecto a las cosas que en su ejercicio no depende de nadie que pueda considerarse
necesarias para la seguridad común, se considere como la voluntad superior, sino que en cambio opera conforme a su propio criterio
de todos en conjunto y separadamente. y prudencia, de manera que sus actos no pueden ser invalidados
Además, un poder que sea temido por todos, puede igualmente superior ... las leyes dependen de la autoridad
por nadie que sea superior...
constituirse en una multitud de hombres solamente cuando todos suprema tanto en su origen como en su duración. Por ende no es
y cada uno se han unido para utilizar
utilizar· sus poderes de la forma que posible que esté atada por ellas, ya que de lo contrario sería superior
lo prescriba aquél a quien todos han delegado la dirección de sus a sí. Y, sin embargo, cuando el que ejerce la autoridad suprema ha
poderes. Pero cuando la unión tanto de voluntades como de poderes colltraído por ley ciertas obligaciones para con los ciudadanos, y el
se ha cumplido, esa multitud de hombres rápidamente se convierte caSO se aplica también para sí, es justo y prudente dar autoridad
casO
en el más fuerte de los cuerpos, en un Estado.
a la ley, para poder cumplirla de buen grado» (58).
. Además, para que un Estado se una de forma regular, se nece- H. GRocra, S. PUFENDORF rechaza
finalmente, como en el caso de H.GROCIO,
sitan dos pactos y un decreto. Porque primero que nada, cuando
SItan
el derecho de resistencia, aún en los supuestos de extrema injusticia
son muchos los hombres que creyendo vivir en libertad natural se
por parte de la autoridad suprema, «.. « .. .la autoridad suprema goza
juntan para formar un Estado, entran individualmente en un con-
venio o acuerdo conjunto, en el sentido que están dispuestos a entrar una santimonia especial, de tal manera que no sólo es censurable
de ulla
en una permanente comunidad y manejar el negocio de su seguridad opOllerse
opOll erse o resistir a sus legítimas ordenanzas, sino que los ciuda-
por un consejo y guía común, en una palabra, que mutuamente danOS tienen también que acatar pacientemente su rigor, como los
dart0S
desean convertirse en conciudadanos. Todos y cada uno deben coin- buellOS hijos tienen que soportar el mal humor de sus progenitores.
bue1l0S
cidir en este acuerdo; y aquel que no lo haga quedará fuera del Y aún cuando amanece la más cruel de las injurias, los individuos
Estado que habrá de erigirse. habrán de buscar salvación en la huida o soportar cualquier infor-
Luego de este convenio o contrato debe hacerse un decreto, que tunio antes de desenvainar su espada para atentar contra quien sea
establezca la forma de gobierno que habrá de implantarse. Porque
hasta quena
que.no se haya cumplimentado este punto, nada podrá hacerse
en pro de la seguridad común de todos. Luego del decreto concer-
niente a la forma de gobierno, se necesita otro pacto, cuando la
-----
(56) Samuel PuFENDORF, De la obligación del hombre y del ciudadano
segtírt la ley natural en dos libros, libro 2, capítulo 6; 5, 6, 7, 8 Y 9, edición
segítrt
citada, págs. 209 y sigs.
(57) S. PuFENOORF,. De la. obligación del ho.mbr~ y del ciudadano según
(55) Véase Samuel PuFENDORF, «De la obligación del hombre y del ciu-
PuFENDORF, «De la ley
leY natural en dos lzbros, libro 2, cap. 8, 4; CIt.
CIt. pago 219.
219.
dadano
dadano según la ley natural en dos libros», libro 2 cap. 1 cito por la edición (58) S. PUFENDORF, De la obligación del hombre y del ciudadano según
l~ Universidad Nacional de Córdoba, tomo seg{¡ndo, págs. 177 y sigs., tra-
de la leY natural en dos libros, libro 2, cap. 9, 1, 2 Y 3.
la ley
ducción
dUCCIón de Lelia B. V. de Ortíz, Córdoba, Argentina, 1980.
84 ANUARIO DE DERECHOS HUMANOS EUSEBIO .PERNANDEZ
PERNANDEZ 85
en verdad duro
duro,' per
pero que ddee to d
todos modos es
es el1 padre de la
patria
patria (59).
(59). o que os modos e padre de la del Estado. Pero el soberano de HOBBES no es un soberano total~ total~
mente absoluto, sino que está limitado por la misión para la que
Para T., HOBBES (1588-1679) (60). «El único modo de erigir un fue investido
investido con dicha soberanía: procurar la seguridad del pue-pue·
!,o.de:: comun capaz de defenderlos de la invasión extranjera y las blo. Así, nos dice HOBBES: «La misión del soberano (ya sea un mo-; m~
mJun~s de unos a otros (asegurando así que, por su propia industria narca o una asamblea) consiste en el fin para el que le fue enco-
y por os f ~~os de la tierra, los hombres puedan alimentarse a sí mendado el poder soberano, es decir, el procurar la seguridad del
mlsm~s Yb VIVIr en el contento), es conferir todo su poder y fuerza pueblo, a lo que está obligado por la ley de la naturaleza, y de lo
a un ~m re, o a una asamblea de hombres, que pueda reducir todas que tiene que rendir cuentas a Dios, autor de dicha ley, y a nadie
Val untades:
sus. val untades-, por pluralidad de voces, a una voluntad. Lo cual más. Pero por seguridad no se quiere aquí significar simple preser-
:qUIVa
::;va a elegIr .un
e un hombre, o una asamblea de hombres, que repre- vación, sino también toda otra cosa agradable de la vida, que cada
u persona;
entee sd
su persona, y cada uno poseer y reconocerse a sí mismo como hombre, por su legítima industria, sin peligro o daño a la República,
autor
autor dee aquello
aquello que
que pueda
pueda hhacer .
acer o provocar qUIen
quien así representa adquiera para sí.
a. su persona, en aquellas cosas que conciernen a la paz y 1l~ segu-
:iJudPerso,na, > y se supone que esto no debe ser hecho por medio de cuidados a
ndad común t' a segu-
a c.o~~,
. . . ,yy som~t~r.así
some er aSI sus voluntades, una a una,
una a su voluntad,
voluntad los individuos, más allá de su protección frente al perjuicio, cuando
y su~ JUICIOS a su JUICIO.
juicio. Esto es más que consentimiento o con- con~ expresen sus quejas, sino por una previsión general contenida en la
cordla;
cordIa; I:h ~a verdadera unidad de todos ellos en una e idéntica instrucción pública tanto de la doctrina como del ejemplo, y en el
f;~so~a ~c a po~ pacto d.e cada hombre con cada hombre, como si
f;~soha hacer y ejecutar buenas leyes, a las que las personas individuales
el da oh o~ re d;blera deCIr a todo hombre: autorizo y abandono puedan referir sus propios casos (62).
b erec o a go ernarme a mí mismo, a este hombre o a esta asam- Considero que Ía postura de T. HOBBES puede calificarse de abso-
eA~a
blea de hOJr;tbres,
h0n;tbres, con la condición de que tú abandon'es tu derecho a lutismo limitado, pero en ningún caso como un precedente del tota-
;~lo
1 y ;l;lto~Ice~
rl!to~Ice~ tod.as sus acciones de manera semejante. Hecho esto
~ r:;u tI~U aSI
C'~u r mda l!?a persona se llama República, en latí~
en l;l?a
IVI as. sta es a generaclon de ese gran Leviatán o más b' (
esto,
latín
litarismo, en su sentido contemporáneo, según pretendieron J. VIA-
LATOUX (La cité de Hobbes. Theorie de VEtatL'Etat Totalitaire, 1935) y
Carl SCHMITT (El leviatán en la teoría del Estado de T. Hobbes,
Cad
~a?larl c~~C~? mayor reverencia) de ese Dios Mortal a quien d~~:nio~rd~~:nio~r 1938). Como ha señalado L. J. MACFARLANE el modelo hobbesiano de
aJo e lOS Inmortal, nuestra paz y defensa» (61)
ajo , Estado no es «tiránico en el sentido de ser gobernado de una forma
hor!~;:s ~~:~S e~l !~ul.ar
hor:~;:sf~:~s l~ sobera~ía
ti:ul.ar de la sobera?ía (hombr~ o asamblea de arbitraria y aún menos totalitario» (63). La prueba más clara a favor
su 'eto
'et 1 1 ,?~xlmo
. . Xlmo poder.
po er. en VIrtud del contrato,
contrato no está de esta tesis la encontramos en la exigencia hobbesiana de que las
J o a las as leyes
eyes CIvIles y su poder no puede ser d' 'd'd.d' d ' P órdenes del soberano deben hallarse encarnadas en leyes civiles y
resi~~~r~e o~l ;~d:~
parte, los súbditos deben obedecer y no pueden resi~~~r~eo~l ;~d~~ deben darse a conocer. «A partir de esto -escribe-, es decir, de de
que la leyes un mandato, y de que un mandato consiste en una
(59) S. PuFENDORF, De la obligación d e1 h b . declaración o manifestación de voluntad de quien manda, mediante
la ley natural en dos libros libro 2 g 4 o"!,bre
o"!- re y del Cludadano según
, CIt. pág. 226
,cap. , ; Clt. voz, escritura o algún otro signo bastante de lo mismo, podemos
(60) Sobre la filosofía polític d T H .' .
bes, Ed. Doncel
Doncel, Madrid
Madrid, 197
1972 tr:da e . OBB~S veas.e J. W. W..N. WATKINS, Hob- comprender que el mandato de la república sólo es ley para quienes
DIA DE CAMUSSO ~y Nelly SCH~~I~~d.
OlA SCHN~ITH 'Tde Antomo Galhfa; Guillermina
de
GuI1lermina GARMEN- tienen medios de conocer su existencia» (64).
Editor=:~a~e HOb~~s Yy los
burgués, Siglo XXI Argentina Edito~=:~as ~o9~30rígenes
orígenes del estado Según B. SPINOZA (1632-1677) (65) en la Etica, «Así, pues, para
Hobbes'
base de la filosofía política de Hobbe' .nos Ires, 1?73;
S ue.nos . ; Leo STRAuss,
STRAUSS, «La
ciones Guadarrama Madrid 1970 t dd'' edn CA Qué es la fllosofÚl política?, Edi-
cAOué
P HERSON, L a teorla "del
' ' política ' ., ra. e mando A. . de .la CruZ
individuali
individualis . C B MAC-
,.. (62) T. HOBBES, Leviatán, cap. XXX, edición citada, pág. 407.
N. BoBBIO, Da Hobbes a Marx Ed Morano
gr~co .dedicado a Hobbes e~ e~ Jos'
Ñá Pf t;t4
Ses1
Moran smo POSesIVO,
los' «Analeo', Nápoles,
CIt. pags. 21 y sigs.;
n~mero mono.,
(63) L. J. MACFARLANE, Teoría política contemporánea, Espasa Calpe, Ma-
gr~co po es, 1974,
. ,y y el n?mero mono. drid, 1978, trad. de Guillermo Alonso Solana, pág. 156.
Uruversldad de Granada, n.14, 1974. .. . s de la Cátedra FranCISCO
Umversldad FranCISco Suárez», (64) T. HOBBES, Leviatán, cap. XXVI, edición citada, pág. 352.
(61) Thoma~ Leviatán parte
Thomas HOBBES, Leviatán, part segunda d ca ítulo
' ZAc, La morale de Spinoza,
(65) Sobre B. SPINOZA véase SIALVAIN ZAC, Spínoza, Presses
(?1)
NaCIonal, Madrid 1979,
Nacional MadrId, 1979 edición
d"ó preparada
' por Ca~lo
e segun a, capItulo
PM XVII, Editora
XVII, Editora Paris, 1972; Robert MISRAHI, Spinoza, Edaf,Ma-
Universitaires de France, París, Edaf, Ma-
cohotado', págs.
cohotado, págs. 266-7.
266-7. ' e ICI n preparada por . Carloss Moya oya yy Antonio
Antonio Es-
Es- Luden MUGNIER-POLLET, La Phi-
drid, 1975, trad. de Francisco López Castro; Lucien
losophie Politique de Spinoza, Librairie Philosophique J. Vrin, Paris, 1976;
86 ANUARIO DE DERECHOS HUMANOS
, ..BUSEBIO 'PBRNANDBZ .
EUSEBIO 'PERNANDEZ 87
qu~ los hombres .puedan vivir concordes y prestarse ayuda, es nece-
sano que<].ue renunCIen a su s~ derecho natural y se presten recíprocas ~a por una concesión tácita,ya e~tipuIació~ expr~sa»
tácita, ya por una e~tipuIació~ expr~sa» (68).
g~rantías
g~rantIas de que no harán haran nada que pueda dar lugar a daño ajeno. Entre estos derechos están el derecho a la VIda y a la IntegrIdad y las
C.omo pueda suceder esto, a saber, que los hombres, sujetos necesa- libertades de pensamiento y expresión. .
·,,~Para
"Para J. LocKE (1632-1704), «Si el hombre es tan hbre
lIbre como hemos
r~amente a. los afectos, inconstantes y volubles puedan darse garan-
rIamente I

r
tías y ~onf¡ar unos en otros...
otros ... A saber: que ningún afecto puede ser .aplicado en el estado de .Natur~leza, a~soluto d~ su
Naturaleza, si el señor a~soluto
hom~re mas al~o y hbre
igual al hom~re
rep~do a no se~ por
rep~do por, un afecto más fuerte que el que se desea propia persona y de sus bIenes,
bienes, Igual
re~nmIr, y contrarIO
re~nmIr, contrano a él, el, y que cada cual se abstiene de inferir un .de toda sujeción, ¿por qué razón va a renunCIar a esa hbc:rtad, a
dano a otro, por temor a un daño mayor. Así, ASÍ, pues, de acuerdo au~orIdadde
ese poder supremo para someterse al gobierno y a la au~ondad de
~on es~ .ley. podrá establecerse una sociedad a condición de que q,tro
otro poder? La respuesta evidente es que, a pesar .de dIsponer de
esta reIvIndIque para sí el derecho, que cada uno detenta, de tomar tales derechos en el estado de Naturaleza, es muy Inseguro en ese
venganza, y de ~~gar j.~gar acerca del bien y el mal, teniendo así la po- estado el disfrute de los mismos, encontrándose expuesto constante-
prescnbIr. u~a norma Común de vida, de dictar leyes y de
testad .de preSCrIbIr. mente a ser atropellado por otros hombres. Siendo todos tan reyes
gara~tI.zar
gara?tI.zar su CumplImIento,
cumplImIento, no por medio de la razón, que no puede como él, cualquier hombre es su igual; como la mayor parte .de los
~f~ctos, sino
repnmIr los afectos, sin? por medio de la coacción. Esta sociedad
sociedad, hombres no observan estrictamente los mandatos de la equ~dad equ~dad y
dI~frute
de la justicia, resulta muy inseguro y mal salvaguardado el dI~frute
cuyo mantenimiento
mantemmIento está esta garantizado por las leyes y por el pode;
poder
de conservarse, se Barna de los bienes que cada cual posee en ese estado. Esa e~ l.~ ~~ razon de
IIama Estado y los que son protegidos por su
d.erecho ~e llaman ciudadanos» (66). y en el Tratado Teológíeo--Polí_
que los hombres estén dispuestos a abandonar esa condIclOn natural
Teológieo-Polí-
suya que, por muy libre que sea, está plagada de sobresaltos y ~e
tleo escrIbe: «...puede
« ... puede formarse una sociedad y mantenerse siempre
continuos peligros. Tiene razones suficientes para procurar salIr
e! pacto can con gran fe, sin repugnancia alguna del derecho natural natural, de la misma y entrar voluntariamente en sociedad c?n. C?~ otros h?m-
Uno transfiere todo el poder que tiene a la sociedad, que
SI ,cada uno qu~ bres que se encuentran ya unidos, o que tienen el proposIto de ~e umrse
reune por tanto ella sola todo el derecho de la naturaleza en todas para la mutua salvaguardia de sus vidas, libertades y tIerras,.tierras,. a
las cosas, es~o es, el soberano imperio al cual debe someterse cada todo 10 cual incluyo dentro del nombre genérico de bienes o propIe-
uno, ya sea lIbremente, ya por miedo al último suplicio» (67). dades» (69).
Como consecuencia del pacto, los que detentan el poder «tienen La salida del estado de Naturaleza por decisión voluntaria condu-
un derecho absoluto sobre todas las cosas» y los demás hombres
t eben
deben obedecerse. Pero, añadirá SPINOZA, nadie puede privarse abso-
~tamente de su derecho natural y los súbditos «retienen siempre
ll;ltamente
ce a la integración dentro de la sociedad, «siempre que cierto número
de hombres se une en sociedad renunciando cada uno de ellos al
cediéndolo a la com~nidad,.
poder de ejecutar la ley natural, cediéndolo.
nÚmero

com~nidad,.e?--
c~rtos derechos que ~o pueden series
c~;t0s serIes arrebatados sin gran peligro tonces y solo entonces se constituye una SOCIedad
sociedad polítIca o CIvIl.
p ra SIempre les son reconocidos por los soberanos,
a el estado y que sIempre Ese hecho se produce siempre que cierto número de hombres que
vivían en el estado de Naturaleza se asocian para formar un pueblo,
un cuerpo político, sometido a un gobierno supremo, o cua~do. al-
~~~noza, ~úmero monográfico de «Les Etudes Philosophiques» PUF París
~p~noza, guien se adhiere y se incorpora a cualquier gobierno ya C?nstltUldo.
~~o-septI~mbre
JU !o-septI~mbre 19'f2,
1972, y la In!roduceión s~ edició~
Introducción de Vidal Peña a sJl edició~ de l~
l~ Por ese hecho autoriza a la sociedad, o lo que es lo lo mIsmo, a su
:tl~a,
B ~a, EdItora NaCIOnal,
Nacional, Madnd,
Madrid, 1975. Sobre el tema del contrato social en poder legislativo para hacer las leyes en su nombre según convenga
~IOELE, SOLARI, «La Dottrina del Contrato Sociale in S i-
. PINOZA vé~se ~IOELE,
noz?» .en La /llosofla
fllosofla polltica,
polttica, Editori Laterza Bari 1974 tomo I págs P95
pa'gs 1lP95 al bien público de la sociedad y para ejecutarlas sie~p~e
sie~p~e que se
y SIguIentes.
Y ' " , . requiera su propia asistencia (como si se tratase de deCISIOnes
decIsIones pro-
dda (~) B
cuarta, Proposición
pago 304' . SPINOZA, Etica, parte Cuarta,
a (6?) proposición XXXVII, edición cita- suyas)>>
pias suyas )>> (70).

(67) B. SPINOZA" Tratado Teológico-Político, cap. 16, ¡Ediciones Sígueme SPIN()ZA, Tratado Teológico-Politico, Prefacio, edición citada, pá-
(68) B. SPINOZA,
~alamanca,
~alamanca, Político EditoriaÍ
1?76, pags. 280-281. También véase Tratado Politico
1.976, ~M~
~~~ .
,
~c~os,
. . . .

Madnd, 1966, trad. e introducción de Enrique Tierno Galván cap IV (69) J. LOCKE, Ensayo sobre el gobierno civil, cap. IX, edición citada, pa-
pagma 169.
pagIna , . , 93.
gina 93. . . •
(70) J. LOCKE, Ensayo sobre el gobierno civil, cap. VII, cit. pago
pág. 66.
88 ANUARIO DE DERECHOS HUMANOS
P~ANDEZ
EUSEBIO PJ!JlNMroEZ 89
,~l consentimi~n!o.
consentimi~n!o. de los pactantes es el fundamento del gobierno .B.
. B. DEL CONTRATO SOCIAL LIBERAL AL CONTRATO SOCIAL
legItlm.o,
legltIm.o, «lo que mlCla y realmente
realmente constituye una sociedad política
DEMOCRÁTICO
cualqUIera, no es otra cosa que el consentimiento de un número
cualc;tuiera de hombres libres capaces de formar mayoría para unir-
cuale;tuiera
teorí~s contractualistas
Se analizan, dentro de este apartado, las teorí~s
se e mtegrarse dentro de semejante sociedad. Yeso, y solamente eso,
de ROUSSEAU y KANT. El tema del contrato socIal en J. J. Rous-
es lo que dio o podría dar principio a un gobierno legítimo» (71).
SEAU (75) sufre una importante evolución si se comp~ran
comp~ran sus obras
.J .. LocKe la monarquía absoluta es incompatible con la so-
. Para .J.. Discurso sobre el origen y los fundamentos de la la. deslgualdad
deslgu.aldad entre
cIedad CIvIl
cIvIl y por tanto no puede ser considerada como una forma los hombres y Contrato social (a pesar de las diferencias
dIferencIas que hay
de poder civil; ~l po~er está dividido en poder legislativo, ejecutivo entre estas dos obras, debe tenerse en cuenta, como señaló G. ~EL DEL
y poder federatIVO, sIendo el poder supremo el legislativo y estando VECCH lO (76), que el Discurso «es una indispensable introduccIón
VECCHIO introducción
los otros poderes subordinados a él. A su vez, el poder legislativo del Contrato social»).
~oder delegado que
es un ~~der qUe necesita del continuo consentimiento y Así, para el ROUSSEAU del Discurso, el pacto social tie~etie~e como
a~e.ptacI6~ del pue,?lo.: «A pesar de que en una comunidad política
a~e.ptaclO~ prol?iedades d~ ~~s ncos.: «el
objetivo prioritario la defensa de las proI?iedades
~onstItUIda, que actúa de acuerdo con su propia natu-
solIda y bIen ~onstltUIda, rico -escribe- apremiado por la necesIdad, conclblO por fm el
ra~ez~, e~ deCIr,
decIr, para la salvaguardia de la comunidad, no puede proyecto más meditado que jamás entrara en la mente humana:
eXIstIr s,mo un poder supremo único, el legislativo, al que todos fue el de emplear en favor suyo las propias fuerzas de los qu~ le
los demas se encuentran y deben estar subordinados como el poder atacaban, de convertir a sus adversarios en defensores suyos, de ms-
legislativo es únicamente un poder al que se ha dad~ el encargo de pirarles otras máximas y darles otras instituciones que le fuesen tan
o.brar para la consecución de determinadas finalidades, le queda provechosas como el derecho natural le era contrario.
sIe~pre al pueblo el poder supremo de apartarse o cambiar los
SIempre Con este fin, tras haber planteado a sus vecinos el horror d,e una
le~~~adores, si considera que actúan de una manera contraria a la
le~~!adores, situación que los armaba a todos unos contra otros, que volvla s~s
mISlon. ~~e se les ~a confiado. E.n efecto, todo poder delegado con posesiones tan onerosas como sus necesidades, y en ~a que, nad.le nad~e
';Ina m.ISlon determmada y una fmalidad, encuéntrase limitado por hallaba su seguridad ni en la pobreza ni en la riqueza, mvento fácIl-
esta; SI los detentadores de ese poder se apartan de ella abiertamente mente unas razones falaces para ganarlos a su objetivo. «Unámonos
o, no .se muestra~ .s?lícitos
.S?lícitos en conseguirla, será forzoso que se ponga -les dijo- para defender de la opresión a los débiles, contener a
termmo a esa mlSlOn que se les confió. En ese caso, el poder volverá los ambiciosos y asegurarles a cada cual la posesión de lo que le
!u
por ~erzaerza a quienes antes lo entregaron; entonces, éstos pueden
pertenece. Instituyamos unos reglamentos de justicia y de paz a los
confIarlo de nuevo a las personas que juzguen capaces de asegurar cuales todos tengan obligación de conformarse, que no eximan a
su propia salvaguardia» (72).
Está jutificado, por tanto, el derecho de resistencia para los casos Idea of Consent. An Inquiry into the Liberal-Democratic Theory of Political
en los que el poder no cumpla con la misión que se le ha confiado Obligation, Grenwood Press, London, 1978.1978_ ..
. .
(75) Sobre la filosofía J. ROUSSEAU véase Raymond POLIN, La poltt~­
filosoña de J. J_ pollt~­
de salvaguardia de la comunidad y defensa de los derechos indivi- que de la. solitude (Essai sur la Philosophie politique de l.
J_ l.
J. Rousseau), Edl-EdI-
duales (73).
tions Sirey, París, 1971; Paolo CASINI, Introduzione a Rousseau,., Edi-
En general, sobran razones para considerar a J. LocKE el teórico tori Laterza, Baria, 1974; Joseph MORBAu, Rousseau y la fundamentacwn de
de la monarquía constitucional y de la filosofía política liberal (74). democracia Ed. Espasa Calpe, Madrid, 1977, trad. de
la democracia, Ju~n de Agua;
de. Juan ~gua; Ro-R.o-
MONDOL~O, Rousseau y la conciencia moderna, EdItOrIal
dolfo MONDOLFO, Editor~al U!liversitaria
UmversltarIa
(71) J. LocKE, Ensayo sobre el gobierno civil, cap. VIII, cit. pág. 75. de Buenos Aires, Buenos Aires, 1962; Ronald GRIMSLEY, La fllosofla
filosofía de Rous-
(72) J. LocKE, Ensayo sobre el gobierno civil, cap. XIII, cit. pág. 113. seau, Alianza Editorial, Madrid, 1977, trad. de Josefina Rubio; RublO; Cl. UlVI
(73) J. LocKE, Ensayo sobre el gobierno civil, cap. XIX, cit. págs. 168 y 174. STRAUSS, J. DERRIDA, M. BLANCHOT, P. HOCHART, M. PRANCON, M. GUÉROULT,
P4) Sobre la filosofía de J. LocKE véase J. W. GoUGH, lohnJohn Locke Political J. C. PARIENTE, R. COLANGELO, Presencia de Rousseau, Selección de José Sazbou,
Ph~losol?hy', Oxford, 1973; R. POLIN, La politique morale de l.J. Locke, Presses
Ph~loso1?hy', Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 1972; R. DERATHÉ, l. J_ l.
J. Rousseau et la
Um,:er~It~ures. de Pranc~, Pa~s, 1%0; C. B. MACPHERSON,
Um,:er~It~ures. MACPHIlRSON, La teoría política science politique de son temps, P. V. P., París, 1950; C. W. HENDEL, l. J. l.
J. Rous-
John Locke
sigs.; Geraint PARRY lohn
del mdlvldualtsmo poseslvo, CIt. págs. 169 y sigs.· seau Moralist, Oxford University Press, 1%4; y Jean STAROBINSKI, leanJean lacques
Jacques
STEINBERG, Locke, Rous~eau, and th~
George AIlen Unwin, London, 1978, y J. STEINBmW, Rousseau. La transparence et l'obstacle, Ed. Gallimard, París, 1971.
Rousseau_
G_ DEL VECCHIO, Persona, Estado y Derecho, cit. pág. 197.
(76) G.
90 O "DE DBRECH OSHUM ANOS
ANUARIIO"DE
ANUAR 'EUSBBIO
'~B~lO FBRNANDBZ 91

nadie y que repare n en cualquier mome nto los capric hos de la fortu.
fortu- Llevem os el razona miento a sus sus conclu siones extrem as. Nues.tra
na al somet er por igual al podero so y al débil mutuo s debere s. En tesis es que la teoría «políti ca» revolu
revolu cionaria,
ciona~ ia, tal como se ~ vemdo
~a palabr a: en lugar de volver nuestr as fuerza s contra ne nosotr os desarr olland o desde Rousse
Rouss au,
eau, está ya pref¡g
prefig ur~da y c?~temda en el
ur~da
mIsmo s, .unam oslas en un poder suprem o que nos gobier según Contra to social, o lo que es igual, para ser mas .exphcl .exphcIt~, t~, que, por
S~bI~~,, leyes, que protej a y defien da a todos
unas S~bI~~ los miemb ros de
cuanto concie rne a la teoría «política» en sentld o eS~~Ic:t o, ~ARX
o,
nga bajo ~al~o s (~Ie~,a­­
(~Ie~,a
la asocIaclOn, rechac e a los enemig os comun es y nos mante y LENIN no han añadid o nada a ROUSSEAU, ~al~o el anahsI
una eterna concor dia» (77). econom Icas» de la extmcI on
mente muy impor tante) de las «bases
En cambio , para el ROUSSEAU del Contrato social el objetiv o fun- del Estado » (80).
n- pare~e i~corre
me pare~e cta, p~es creo
i~correcta,
damen tal del pacto es la defens a y garant ía de la liberta d: «Enco La interp retació n de L. COLLETTI ~e
teona d~ la
trar ~a forma de asociación ción que defien da y protej a de toda fuerza ver en el «Cont rato social» rousse aunian
auman o mas bIen una
vec~s tos sacr~Iza­ za­
~07un
comun a la person a y a los bienes de cada asocia do y por virtud legitim ación del Estado , no exenta a de elemen
a cual cada uno uniénd ose a todos, no obedez ca si~o a sí mismo totalit arios (como el tratam Ien~o
Iento que hace de su Idea
dee la dores y casi
y quede tan libre~ibre COmo
como antes. Tal es el proble ma fundam ental ental, al
' de la volunt ad genera l o de la figura del legisla legIslador), ~ue los presu-
nIe~tess a la. vo-
c~>ncernIe~te
SolucIón el Contrato Social
cual da solució (78). puesto s de su extinc ión. Quizá en los puntos c~mcer
p~sIblee
rr SI sea p~sIbl
~as diferen cias son evidentes. En el prime r caso, , el
el
engaño
contra
y
to
en
luntad genera l yyaa la figura «salva dora» delleg Isl~do
Isl~do
aunIan as a las Ideas
socIal es el recurs o interes ado, basado en la astucia un acerca miento de las concep ciones rousse
la dictad ura
a~gu~ ntos falaces. En el segund o caso el contra to social viene a
a~gu~eentos marxis tas (81), y fundam entalm ente leninis tas, sobre
.sobre
«I,ndI~ar una forma . de sociedad, un orden de convivencia civil que, del prolet ariado o la funció n del Partid o comun
comum ista.
sta.
aun s~en.do tal, se ajuste a los princip ios mismo s del orden natura l; Existe n realme nte en el pensam iento de Rouss eau elemen tos
l
~o~stIttUIr
~o~stl uIr el Estado de maner a que, dentro de él, perma nezcan antide mocrá ticos, como son la concep ción de la volunt ad genera
ad de
mVIOlados
mVIola dos los derech os que origin ariame nte son propio s del indivi- como volunt ad siemp re recta, no identif icable con la volunt
d~o; ?~r, en suma, un arreglo
arregl o social y una sanció n polític a a aquell os todos o la necesi dad de un guía legisla dor que muest re al pueblo
Co~­
pnncIpIOS de liberta e iguald ad, que por hallars e directa mente
d el bu~n camin o, oo alguna s ideas expres adas en el capítu lo del
ad prime r punto escn-
basado s en la natura leza, son esenci almen te anterio res a la socied trato social dedica do a la religió n civil. Sobre el
sea una van~
1?st~do». En definitiva, se trata de expres ar «cómo
y al l?st~do debe estar be: «Por tanto, a fin de que este pacto soc.ial social no sea,
que sólo por SI
solo
tUldo el orden jurídic o para que socialm ente se conser ven
~onstItUldo la encier ra tácitam ente
fórmu la, este compr omiso
omIso :
mtegros los derech os que ya tiene por su natura leza» (79).
llltegro puede d~r
dar fuerza a los demás , y que quienq uiera se niegue a obede-
por todo el cuerpo . Esto
La ne~esaria distinc ión que debe hacers e sobre el signifi cado del cer la volunt ad genera l será obliga do a ello
social se. le obliga rá a ser l~bre, pues es tal
ambas obras, y una atenta lectura del Contrato social,
pacto socIa~ en aI?bas no signifi ca otra cosa sino que
etacio nes como la de
interp retacio
echan por tIerra mterpr Lucio COLLET TI, cuand~
cuand o la condic ión, que dándo se cada CIUdadano a la patna le asegur a de
la », «se sigue de todo lo
al. .. », que preced e que
~ra en ROUSSEAU un precur sor y defens
enc:ue~~~ra
enc:ue or de la teoría de toda depend encia person aL
extmcIOn del Estado , en el·
extmcl el sentid o que más tarde la elabor arán
MARX y L~IN. Para este autor, «La conclu sión que se impon
e es (80) L. CoLLETTI, «Rouss eau, crítico de la socieda d civil»,
en Ideología y
J. R. Capella ,
~ue. el se~tIdo del «nuevo pacto» fundad or de la socied ad
ad está cons- sociedad, Ed. Fontan ella, Barcelo na, 1975, trad. de A. S. Bozzo y
tItUIdo, ht~ra! !~nte, po.r la petició n de abolic ión o «extinción del
ht.eram~nte, páginas 265 y 266.
Sobre la relación J. J. ROUSSEAU.(;. MARX, véase Galvan o DELLA
VOLPE,
Est~do..», fm últlmo haCia
SoclaZ ...
soclal.
haCIa el que tiende toda la teoría del Contrato Rousse au y Marx, Ed. Martíne z Roca, Ba~celo
Barcelo na,
na, 1969; Valenti GERRATAN~,
no GERRATA
no,
21
N~,
y SI-
la historia del marxism
marXIs o,
mo, tomo 1,. cap. 1, págs.
pags.
Investigaciones sobre
FranCISCO
guiente s, Ed. Grijalb o, Barcelo na, 1975, trad. de FranCIS co Fernán dez Buer,
y Rocco CoLANGELO, «Iguald ad y socieda d de Rousse au a Marx, en Presencta la
. (7(7) DiSCurso sobre el origen y los fundam entos de la des-
(717) J. J. ROUSSEAU, Discurs
des.
de Rousseau, cit. págs. 189 y sigs. .
¡gua dad entre los hombre s, cit. págs. 85-86. la autoide ntidad .human a, .la. . la. uni-
(81) Véase L. KoLAKOWSKI, «~l de .la UnI-
«El mito d:
(78) J. J. ROUSSEAU, Contra to social, Ubro 1, cap. 6, cit. pág. 42. sociedad pohtIca
dad de la socieda d civil y la SOCIeda ento socIahs
pens~mlIento
?olítica en el pensam ta»,
SOCIalIsta»,
(~9) G. DEL ';ECCHI p'~rsona,, >Estado
o, P.e.rsona
';ECCHIO, Estado y Derech o,, cit. págs. 211 y 214 res-
Derecho
278-279, 288 Y 301. en L. KOLAKOWSKI y HAMPSHIRE, El mtto
mito de la autOlde
autoide ntldad
ntidad humana , Cua·
Cua-
pectIVamente. Vease tambIe n las págs. 215, 222, 278-279, Alvarez.
demos Teorem a, Univer sidad de Valenci a, 1976, trad. de Juan
dernos
92 EUSEBIO PERNAN
PERNAN1>EZ
DEZ
93
ANUARIO DE DERECHOS HUMANOS

mente, el calific ativo de «demo cracia totalit aria» dado a su filosof ía


_te,
per~ no que las deIibe
la volunt ad genera l es siem re r cta
pert? deliberacion
racion~s~s def bl tle~de .
a la ~tiIid
~tilidaadd públic a; polític a por parte de J. L. TALMON (85). Sin embar go, le cabe tambié
rectItu d. Se quiere siemp re el bi~ue b' pue o ~ ~ezcanrezcan sleml?
sIemp re la misma el honor de haber expres ado y desaro llado el princip io de la sobe- n
conoce . Nunca se corrom al1 len propIO,; pero no sIemp siemp re se le nmia popul
1,lUÚa popula
arr y de la partici pación polític a de todos los ciudad anos
engaña , y solam ente ent e t pe a pueblo ; pero frecue nteme nte se le dOmo base de la democ racia, de la legitim idad del sistem a polític
Hay f n onces es cuand o parece querer lo malo o
con recuen cia bastan
J! del origen de las leyes, como ningún otro pensad or de su tiempo .
J!del
bast t d'f
todos y la volunt ad gen'era l E~tt e I ~rencl.a ,entre la volunt ad. de Sobera nía que para RoUSSE
ROUSSEAU es inalien able, indivis ible Y no puede
común ; la otra se refiere al in:ea ,no t~en~ en cuenta sino el interés ser repres entada , «La sobera nía no puede ser repres entada , por
la
de volunt ades particulares Pe P res .pr~~
.pr~va o, y no es sino una suma misma razón que no puede ser enajen ada; consis te esenci almen
te en
el más y el menos que s' s· d~roro qUIta dee estas misma s volunt ades la volunt ad genera l. Y ésta no puede ser repres entada ; es ella misma
suma de las difere difere~~cias
cias laevol::
evoleusn~~u~en
trtudyen mutulam(ente,
(ente, y queda como o es otra; no hay términ o medio . Los diputa dos del pueblo no
son,
S b 1 a genera» 82) pues, ni puede n ser, sus repres entant es; no son sino sus comisa rios;
Soo
el bien;repero eel legisla dor señala ' «El
no siemp re lo . La prebl o, de por. sí quiere siemp re no puede n acord
acordaarr nada definit ivame nte. Toda ley no ratific ada en
mas el juicio que la guía ve: vo untad genera l es siemp re recta; person a por el pueblo es nula; no es una ley. El pueblo inglés
cree
los objeto s tal como son no sIemp ~Iemprree es claro. Es precis o hacerl e ver ser libre: se equivo ca mucho ; no lo es sino durant e la elecció
n de
mostra rle el buen cam'
1las camin,y ~y algubna
~~:ss veces ~ec.es tal como deben parecerle; rle'
los miemb ros del Parlam ento; pero tan pronto como son elegido
s es
mo que usca' I"b 1 d I esclavo, no es nada. En los breves mome ntos de su liberta d, el
as volunt ades partic particu lares
ular q L ca,' ..lIbrar
I rar le as seducc iones'
e dee las de uso
zan; el públic o quiere el ~~... b.··· os partIc ulares ven el bien que recha- que hace de ella merec e que la pierda » (86).
guías. Es precis o obliga r le1 que no ve. Todos necesi tan igualm La sobera nía popul ar es para J. J. ROUSSEAU un princip io tan
ente
su razón; es precis o ense~
aquí de donde nace la nec~:i~:
0\ unos a confo rmar sus volunt ades a esenci al, que no solam
solameente
nte puede revoca r cualqu ier ley fundam ental
~: otro a c~nocer lo que quiere ... He del Estado , sino tambié n el mismo pacto social (87).
punto de la religión civil es t
puram ente civil cuyos artí cf e. « ay, pues
~e ~ legIslador» (83). En cuanto al
pues, una profes ión de fe
J
Finalm ente, la búsqu eda del princi
princippio
io de legitim idad democ rá-
tica es eviden te en el concep to kantia no (88) de contra to social.
precis ament e cdmo do m cu c~ os . c?~~espo.nde fijar al sobera no, no Para E. KANT el contra to social es un princip io racion al, no un hecho
sociab ilidad, sin los cu~le: cu~le:sseesd:~ rehg~~
relIg~~f' smo SInO como.
como sentim ientos de históri co ni un acuerd o real, sino una norma ideal y regula tiva que
dito fiel. No puede obliga r aS 1~I?OSI e ser buen cIUdad
a 1~I?OSI ciudad ano ni súb- fundam enta jurídic ament e al Estado , ya que para este autor el Esta-
del Estado a cualqu iera que na le a creerle s, pero puede dester do debe ser constr uido según la idea de un contra to social (89). No
rar
impios , sino por insocia ble no l os. crea; puede dester rarlos, no se trata, por tanto, de un hecho, sino de una norma «que se basa
en
por
a las leyes
leyes, la J'ustici e inr:~l
justicia e'n ~~~l mcapa
SJ lPor m~~paces ces de amar sincer ament e
eel1 ddeber. Si~ alguie n despué
e b ero SI , I mo
d;spué s d arh b~ a vida
VI a, en en ca so ddee necesl
caso necesi'ddad, (85) J. L. TALMÓN, Los orígenes de la democracia totalitaria, Ed.
mismo s dogma s se' cond
J ad, ante Aguilar ,
condu c e a e: recono cido públic ament e estos Madrid , 1956, trad. de Manuel Carden al Irachet a, tomo 1, págs.
ucee como SI no los cre 45 y sigs.
a muert e; ha comet ido el m d I ' creyes Véase tambié n el artículo de Fernan do SAVATER, Rousse au Y la Constit
las leyes» (84). e, sea condenado
yese, ución,
ayor e os cnmen es: ha mentid o ante en «El viejo topo», n. 26, noviem bre de 1978, págs. 19 y sigs.
(86) J.J.J.
J. ROUSSEAU, Contrato social, libro tercero , cap. 15, cit. pág. 122.
Textos como los anterio (87) J. J. ROUSSEAU, Contrato social, libro tercero , cap. 18,
ant'
enores h an merecido
res han ido, creo que justifi cada-
J (88) Sobre la filosofía política de KANT, véase la import ante
cit., pág. 129.
obra de Felipe
GoNZÁLEZ VICÉN, La filosofía del Estado en Kant, Univers idad
vea~~
,(82) J. J. ROUSSEAU, Contra to social
tambié n págs. 43 y 58. .
' cIt. págs. 46 y 54 respect ivamen te. 1952; George s VLACHOS, La pensée politique de Kant, Presses de la Laguna ,
Univers itaires
( ) J. J. ROUSSEAU Contrato so . 1 .• de France, París, 1962; E. WEIL, Th. RUYSSEN, M. VILLEY, P. HASSNE
GRIMSL
cIa EY a propós ito' de est soc~,
c~, «Aunqu
CIt. pág. 65. Como ha escrito Ronald
Clt. BIO, L. W. BEcK, C. J. FRIEDRIDCH Y R.POLIN, La philosophie politiqueR, N. BOB-
cIar amen t e ddemocr ee punto.
punto. «Aunqu e su .. ,.. . , .. de Kant,
rament emocrááticos
ticos en sus r
impl"
im .' . e suss pnnclp los pol'ItlCOS
pohtlCO S son Presses Univers itaires de France
France,, París, 1%2, Y Víctor DELBOS,
DB1.BOS, La philoso-
en la noción de consen timient o p IcaclOn IcaclOnees"
s" en la medida en que se basan phie pratiqu e de Kant, Presses Univer
capaci~ad
la capacid ad del hombre para ~n;~l J?<>pul~r,, tiende a dudar de
y la soberan la popular
Universsitaires
itaires de France, París,
(89) Véase G. DEL VECCHIO, Persona, Estado y Derecho, cit. 1%9. págs. 276-277;
supeno r, en La filosofía de~ner
ser superio de R los os en práctic
práctIca sinSIn la ayuda de ningún José A.
José.A. LUNARES, Pacto y Estado, cit. págs. 209 Y sigs., y G. SoLARI, La
ousseau ningu'n forma-
J . ROUSSEAU , Contrato s~u~slea
,
(84)
(84) J.J . J. u:• cit.
. 1 CIt.
soeta,
cta,
Clt
.
págs
págs.
pág. 167. .
440-41
440-41. .
zione storica e filosofica dello statom oderno , cit. págs. 84' y sigs.
94
94 $USB'BJ;O.f~ANDEZ 95
95
ANUARI
ANUARIO DE DERECH
O DE OSIRJM
DERECHOS HUMANANOS
OS

priori» dd lar. ,aunqu e sin la Así,


princip
principios ales aa priori»
racionales
ios racion
a~ puede e sin la fuerza
fuerza que
que dicha
dicha idea tenía en
idea tenía AU. Así,
ROUSSEAU,
en ROUSSE
en
en pauta
pauta (idea)
(idea) de la socied ad Y, y~...~ ~ esta manera"
esta maner conver tirse
puede conver tirse
lar. ,aunqu
escrib e al respec to en los Princi pias
escrib e al respec to en los Principios Metafí
Metafí sicos
sicos del Derech o: «El
del Derecho: «El
Así, escrib
Así, escrib KANTe KANT en su traba~I
traba~I VI en tanto feno,meno (90).
VI en tanto fen~m eno (90). poder legisla tivo no puede
tivo no puede perten pertenecerecer másmás queque aa la voluntad
la volunt colec~
ad colec-
en
en teoría
teoría para
para nada sirve en la 1 J~ ~~erca ~~erca del refran:: lo
del refran que es cierto
lo que es cierto
poder
tiva dellegisla
pueblo .. yY puesto que de él
él debe
debe proced
proced er
er todo
todo derech o, nono
origin
origina ario: sólo sobre él se ;:~
rio: sólo p~ ec t~a t~a (1793)
(1793):: «He «He aquíaqu~ un contra to
un contra
to
tiva del'
debe
pueblo
absolu tamen
puesto que
te poder
de
hacer injusti
injusti cia
cia a
a nadie
derech
por sus
o,
le-
poder hacer nadie por
fundadaa jurídi
absolu tamen te sus le-
jurídic cam!~e ~r una
es clmentar civil, debe (93);
es decir,
decir, fundad ament e ee CImen una consti tución civil,
constltución yes» yen La
(93); yen La paz
paz perpet
perpet ua:
ua: «Mi
«Mi liberta
liberta dd extern
extern aa (jurídi
(jurídi ca)
ca) debe-
debe-
comun
comunidad.idad. No No necesi tamos eene e Yy ~paz dee ser alcanzada
ser alcanz ada por una yes»
rá explic arme más ningunaa
por una más bien
bien así:así: es
es lala faculta
facultadd de de no obedecer
no obede cer aa ningun
-inclu
-incluso, so, no no sería posib le- n mo o alguno supon
alguno supon er tal er tal contra to ley externarme
rá explic
a si no he podido dar para ella» (94).
contra to a si no he podido dar mi mi consen timiento
consentimien to para ella» (94),
cor;o d~d ~n hecho (llama
origina rius do contra ctus ley Sinextern
originarius o pactum
o pactum soc'al
sociale) como (llamado contraetus embar go, y a
Sin embar go, y a pesar de pesar de los dos textos res, cuand
anteriores, cuand o Kant
dos textos anterio o Kant
volunt
volunt ad
ad partic
partic ular Y
y pri~a~
privad ~ ~~!erd
~::u ef ldo.
1 o.cfm
cfmo o ~a ~oalición
~a ~oalici ón de cada
de cada habla de la «limita
de la «limitación»ción» contra
contractual
ctual enen la ación de
elaboración
la elabor de las leyes se
las leyes se
de una legisla ción meram : soc~a
(con el soc~a ,Y. X. publIc a de un pueblo
publIc a de un pueblo habla
(con el finfin de refiere a su aplica ción
refiere o a su aplica ción al al legisla dor, no
no al
al súbdit o, que
súbdit que no tiene no tiene
compr omete rnos a la obed i' d nte Jundlc .a). ~? es~ ~aso, para derech a resistirse
compr omete rnos a la obedie ncia .a). En ese caso, para o a resisti rse yy «na«no puede hacer más que obedecer», «toda
er», «toda
tente, antes tendrí amos que ~:~~a proba~e ~n~ C~?stIt~ción civil ya exis-
tente, antes r e un~ c~.nSt l~ClOn CIVIl ya exis- derech
resiste ncia al poder legisla
ncia al poder legisla dor suprem o, es decir, toda sublev
sublev ación ación
ingres ado en t~n~ ~ IstO~~, en cuyo derech o
Y obliga in d por a IstOrIa , en cuyo derech o resiste
que posibi lite
y ciones hemos la efectiv
lite la efectiv idad
idad de
de la insatis facció n de los súbdit
súbdit os,
os, toda
toda
blo
blo había
había realme nte ejecut eje~~;ado :~oOss en t~nto . o descen escen dientelentes, s, que un
que un pue-
pue- que posibi
insurr ección que que estalle
estalle como
como rebelió n, consti tuyen, dentro
dentro de
de la
la
por escrito , nos ha legado algúne
algún ir::feJan
e::¿an te a~to
te a~to del cual, oralme
del cual, oralme nte o comunección
insurr idad, crímen es castigo, porquee
, porqu
por escrito , nte o comun idad, crímen es suprem supremos, dignos del mayor castigo
es una
es una meramera ideaidea de la razón rme o l~stru
arme ~ento.. Entret
l?stru. mento anto,
Entretanto, destru yen los cimien tos
los cimien tos de la de la misma . Esta prohib ición es incondi-
es incond i-
(prácti ca), a saber, la de oblig~
(práctica), oblig~/:r~a¿rP:~ad'u~ t~ene mduda
qU~ t~ene mdudable rea~idad
ble realida d destru yen
cionad a. Cualqu iera sea ese poder
Cualqu iera sea ese poder o su agente , al súbdit o no le
o no le está está
leyes tal
leyes tal como si éstas pudies en hhab b ~fslador
aa ~fs~d or para que
para que dé sus permita.
cionad ida resiste ncia alguna , entend ida como violen cia, al jefe del
al jefe del
de todo
todo Un Un pueblo
pueblo yY para ara u a ~r naCI oo dee la voluntad
la volunt de susa
reunid
ad reunid permi tida resiste ncia alguna
de a Estado aunqu e éste violara violara el contra to origin ario y perdie ra,
perdie ra, a los a los
quiera ser
quiera ser ciudad
ciudad ano pcom¿com~ ~ ~on;.Id~on:.ldere ere aa c;da súbdit o,
';da súbdit o, enen cuanto
cuanto ojos del aunqu
Estado e éste
súbdit o,o, la prerro gativa de ser legisla dor del derech o, puesto
o, puesto
voluntad ad tal.
tal. Esto
Esto es J en f u l;ral~ra esta
esta oo de acuerd oo con
de acuerd con una ojos del súbdit la prerro gativa
que condu
volunt una ce alal gobier
gobierno no dede modo
modo prepot ente y violen to (tiránica-
to (tiráni ca-
de una
de una ley
. M f"
c~paz
ley públic a c¿paz ed:crteo, .la
ed:cto, !a pIedra dde de la juridic
toque de la juridic idad
de toque idad que condu ce
mente ). He aquí la razón de de este
este hecho: tratán dose de una
una constit
constit u-
). He aquí la razón u-
sicos del Derechoo (~~~7f (1797) ar~- ~odos»
glr para to os» (91). (91) yY en 1 los Princi-
P' . mente
ción civil
P tOS Metafí
pios eta tSteos d . to: «Elosactormet- ya subsis
ya subsis tente,
tente, el
el pueblo carece del derech o
o de
de juzgar
juzgar yy
el cual el pueblo se consti tuy
tuye , ana. ~
~ al respec to: «El acto por
al respec ción
determ civil
inar el modo cómo
el cual el pueblo ' ana. por
la idea determ inar el modo cómo se debe
se debe desem peñar el poder» (95), (95), afirma --
afirma
de este acto,
de este acto, según la cual úe ' .en una cm cm ad yY propia
ad propia mente
mente la idea ción esta última que debe
última que debe matiza matizarse, tenien do en cuenta lo que más
lo que
midad del
midad del acto
acto mismo, .es eluc:~
es el c6~~:n ~~ente
ente ~e .p.uede
.p.uede conceb
cO,ncebir ir la legiti-
la legiti- tardeesta
ción añade KANT KANT cuand o
o defien
defien de el derech o de los súbdit
súbdit os
os
más
aa la
(omne s et singul s~ 'des ren
(omne s et singul i) se d ato PrIml~ lVO,
to pnm1t Ivo, segun el cual
según el cual todos
todos
tarde
«liber tadañade
de la pluma
cuand
»: «se le tiene conced er al ciudad ano -y,
la
que
pueblo para
pueblo para volverla a rec~br r:~~~:ade~ ~~e~ ?e la exteriorr ante
liberta dd exterio
la lIberta ante
el
el
«liber tad de la pluma
por cierto, con el favor del
»:
cierto, con el favor del sobera
"se
sobera no mism mismo- o-llaa atribu ción
ción de
ano
de hacer
-y,
hacer
bros de
bros de una una repúbl ica es d . r a msta~t e
e de nuevo como miem-
de nuevo como miem- por
conoce r públicamentament e sus opinio nes acerca de lo que parece serIe
parece
comun idad o del puebÍo cor:~I
comun idad o del puebÍo ~iU~~d
eClr,.
como cm )~(~f)ad~d de ~iembros
edn dcuahd ros de de una
una
conoce r públic
injusto para la comunidad
e sus opinio
la comun idad en alguna s dispos icione s tomad tomadas
serIe
as porpor
a » (92). injusto para
aquél. Pues admiti r que
Parece,, pues eviden te
Parece el s' T d d Pues admiti r que el el sobera
soberano no se pueda equivo car car aa veces
veces
co~~l~t~C;o
te el s' T d dem~crático que KANT da al aquél.
contrato
contra to social,
social, que se ve co~~l~
se ve tI'; oo ef~Cdrá tidcoe sobera
que KANT da al
o ignora r alguna cuestió
ignora r alguna cuestión,
oinspira n, equiva ldría a otorga rle la gracia gracia de de unauna
a o con la Idea 1 ea de nía popu-
nía popu- ción divina
divina y a pensar lo como un ser sobreh umano . Por tan-
inspira ción y a pensar umano . Por tan-
to, el único paladí n del libertadd de de la
RIEDEL Me ttlalaf'
M .. to, el úníco paladí n del derech derecho del pueblo está en la liberta la
(90) Manfre
(90)
(91)
(91) KANTdd «A
Manfre
EE. KANT
RIEDEL
A 'de
'd f'lSlca
ZSlca l' metapo
y. metapo lítica,
lítica, cit. pág
cit. pág.
108
, " 108.
pluma
pluma
, ejercidaa dentro
, ejercid dentro de
de los
los límites que impon e el alto
alto respet
respet o
o yy
.. . ,cerc
,« cerca a e
e a
a relación
relaCIón entre t ; el amor
polílítlCO (contra Hobbes)>>>> en entr teona'
«Acerc d 11 fe á eona y practic a en
en (,Acere y ,
practic a el derecho a la constitución
tución que rige
que rige la vida del ciudad ano y mante nida y mante nida
po tlCO (contra Hobbes) en el enderecho el amor a la consti
para nada sirve
sirve en
en la
la prá~tic
práctic a»
a» recoJd
reco ~ ~e ~~~án:,lo
e re.r n: .lo que es cierto teoria
E t' ~n t osofza de la Historia, Ed Nova:
para nada que eS cierto, Ed.
Buenos
Buenos Aires,
(92) Aires, 1964,,
1964 trad
trad. de
de E~ili
E'm 1'11' ~d~, ~n F;losofl a de la Historia en teoría
Nova'
. o ic~:u,
(92). E. KANT, Princip
E. KANT, ios metafís
Principios metafís icos del
S tu ppágs 167 168
gs. 167-168. ., (93) E. KANT, Principios Metafís
PrinCipios Metafísicos
icos del o, cit.
Derecho,
del Derech pág. 128.
cit. pág.
nos ~res, 1974,
nos ~res, 1974, con
con nota
nota prelimi
preliminar nar de J ' fe~ec~o
de J~el,
D' - ,, ?d.
Le~echlozqulerd.
?d. Améric
Améric
alee, Bue- (94) E.
(93) E. KANT,
KANT, La paz perpetua, Ed. Aguilar
a, Ed. Aguilar,, Madrid
Madrid ,
, 1967,
1967,
128 .
trad. de
trad. de Balta·
.. Vease
Vease sobre
sobre este
este punto
punto el artícul d o~e
el artículo ~e UlS rus zqUlerdo, pág. alee,
130. Bue- (94) E. KANT, La paz perpetu Balta-
o, pág.
D~~itS~~mo~e
130.
du oDr~itS
sar Espino
Espino sa,
sa, pág.
pág. 52;
C!ón du
C!6n du contrat
contrat dansdans lala Doctrin
Doctrinee du o:..e GOYARD
GOYARD-FABRE,
La significa-
-FABRE, La significa-
y-
sar 52.
(95) E. KANT, Acerca de la relación entre teoría
(95) E. KANT, Acerca de la relación entre teoría yY práctic el derecho
en el
prácticaa en derecho
slque et de M oral e», Arman
slque et de Morale», Arman Colín , P" dd Colín ~ . , be '1 ?nt,. en «Revue de Métaph
ans, aabenn'll!nt"
, ans, -Jumoen1973,
-JUDIO
«Revue
1973, págs.de189
págs. 189Métaph y-
yy sigs.
sigs. político , cit. págs.
político, cit. págs. 170-171.
170-171.
96 ANUARIO DE DERECHOS HUMANOS EUSEBIO
EUSEBIO FERNANDEZ 97

por el modo de pensa r liberal de los súbdit os que la misma consti- mente aa las las leyes
leyes pOSI 't' as (tan superi or que les
mente positiv IV as (tan superi or que les otorga
otorga su su validez
validez
tución infund e (y por ello las pluma s se limita n mutua mente
no perder liberta d») (%).
, para moral y jUrí~c
jurí~ca). d 1 t ría 'a del derech o natura l racion alista,
No creo que la negaci ón del derech o de resiste ncia a los súbdit os ra~gos e a ea
propIOs rasgos
Los propIo eon e a como racion alismo , individ ua-
mera
que A.
que. A PASS~
PASSERI~ IN D'ENTREVES enum r
. , D ENTREV ) E~s~~f ¡tan
osibili tan una teoría de los dderech h natu'
o la «confianza» que el sobera no le merec e a KANT presen ten reparo erec os natu-
graves para no ver en la teoría kantia na del contra to social
s lismo y radIca lIsmo (98. (98~~t ~t Pr ácticoo y signifi cado polític o no menor .
práctic
un rales con fuerte _c°cÜtecOdintem m 9 sim . le ideaI'dea de un contra to como origen
progre so filosófico impor tante o para no permi tir encua drar
teoría dentro del contra to social democ rático. Por ello me parece
su
,
.A ello
11 ha~
h que
e o a~ que a~~
. ' r q~~tic
aña
¡
cI~1 Yl PPe~iste
de la socIed ad cIVIdl
erI
'r que 1laa sImp
olíticoO era el único medio que podía
. t ncia
d'
po la permi.
. de unos derech os natura les prevIO s,
't'
perroI.tir,
Ir,
en parte, inexac ta e injusta la valora ción que de los Principios meta-
tanto la defens a e a eXlS e~cIlaa . 1 partir
artir de este mome nto, la conver-
físicos de la teoría del Derecho y de la virtud y de su ensayo: «Acerc erá ~n
un pu~to
h ~~~~~~~
punto esenCIa
del refrán , lo
10 que es cierto en teoría, para nada sirve en la prác-
a como, yY sserá t esa ~n
les en derech os dentro del 1
Estad o,, en
de Estado
sión de esos d~rec ~rec os na ura el ordena miento jurídico estatal debe
tica», hace E. BLOCH al escrib ir que «const ituyen un retroce so, tanto derech os del CIUdadano que
en el Derech o penal como en el Derecho polític o, respec to al que.. De esta forma las teorías del con-
si- recono ce r , respet
cer, respet arar Y garanttIzar.
y garan Izar. 1 d~' los dere
histor ia de derech ch os hhuma-
glo XVIII e incluso respec to al siglo XVI (Altusio). KANT sostien urna-
e el trato social van a re rerresresent ar. p~ra
~ra tt~a de la person alidad y autono mía
caráct er retribu tivo de la pena (ojo por ojo, diente por diente
niega el derech o de resiste ncia, y lo niega aún en el caso de una
), nos fun?a~
fun?a~~ntale 1 entar.
~ntalesse re~~:o~~~~e~g~alda ualdadd y liberta d natura les a la
autori dad satánic a» (97).
?e In~IVI,d~os,
de los m~IvI,d ~os, e{..,;
ell. P d
d civil
" l g polític
olíticaa (99) Yy el recono
reconocimien
cimien~o to
igualad
Iguald da~)u
t' ~dlf~
Jundlc
de
a y/d~r:c~~
los derec
b
1 ertha
os s ~::u:a
na
t Yl~s.
ura
1
e
s
.
Como
Como ha señala do Grego
ha señala dof Grdego no
rio
y garan la e 1 origen
. históri co de los derech os fun d
PECEs-BARBA «« ... ... para e ongen un amen-
ttales
les la doctri na del contra to social es clave. 1 P . 1 d echos
derech os
IV. Los DERECHOS NATURALES c ave. Pacto
acto SOCIa
SoCIa y e.r.
a d', entale 1 s como derech os natura les son dos c~nce-? conceptos.tos ms~pa­
Insepa-
~bte~~
~ble~n n~~aes
esass prime ras explic explicaacione
cioness abstra ctas de d~ m:Plra
in~pir aci~n
cló,n lib~
hbt
La teoría de los derech os natura les, el derech o natura l racion a- pre~aran
ral burgue sa que prepar an el asalto al poder de laa urgueS urguesla y a
lista y el contra ctualis mo de los siglos XvII
aparici~n g:~~~t:~~ ~~~~r::;a~~)~on reconocimient~
XVII y XVIII forma n un tronco . ión del Estado liberal » (100).
común de problemas interre lacion ado$, cuya compr ensión se hace
difícil si exclui mos alguno de los tres elemen tos. Así, existe una
apanc H GROCIO nas encon tramos con el recono cimien t? del
nat~~al ~ la propie dad privad a (101) Y a contra er matnm omo (102),
~erecho
d
del. erec o
h

estrec ha conexi ón entre las teorías contra ctualis tas y las que van
a defend er la existen cia de unos derech os natura les individ uales,
previo s al estable cimien to de las relacio nes sociales, polític
as y (V9~) A'
ease t
PAbs~~n~~D~~
At' P~~:I D~~V E~ ~~~~~~i
VE~ ~~~:~~oO~:t~;~
~:t~;~~~ic~t~
ic~t.e Pf~f~s~~
P;f~s~~ica dello st~t?
st~tt?
jurídic as human as. Por otro lado, es bien palpab le el enlace entre am l e .. , . E E '. ue PÉREZ LuÑO "El «El proceso de POSlÍI-
moderno, cit, pág. 52, Y ~tomo poSI 1-
Antomo ~~q n~que
el contra ctualis mo clásico y la escuel a del derech o natura l racion
lista (como sus repres entant es demos traron ), y la relació n de
a- vación de los derecho s fundam
~ASCA.J~~CAs~~
CAs~~Ñ~eT;~
ndamen
Ñ~e~~ J:re~~s
t
1la obra' colectiv a de José Luis
entaa es» en lo GóMEZ TORRES Y Antonio En-
ción entre la filosof ía de los derech os natura les y ésta. El poder
filia- 1:re~~~r:oh;::
;oh;::~~n~~~rr
n~~~~:t ~tutoo jurídico y sist~ma, Publi-
::tatut
nq~e R~ U~iversidad
REZ la U~ivers idad de Sevilla, Sevilla, 1979, págs. 242 Y SI~.,
cac(~)e Sl~..
polític o nacido del pacto social va a obtene r la legitim idad de
su cac(~)es':~
s~, se LocKE
LocKE, Ensayo sobre el gobierno civil, cap. IV, op. ~lÍ.,
':It., p~g. ~¿
.
origen y ejercic io en el recono cimien to, defens a y protec ción J. J. ROUSS:U, Cont;a
Contrato social, libro 1, cap. VIII Y cap. IX, op. CIt., pags.
1%7
de
unos derech os natura les cuya proced encia se encuen tra en una situa- y 50, re)speGcttiva~en;
re)speGe iva~enPEc':~ES-BA
te.Es-BARB
RBAA Tránsito a la modern idad yY derechos funda-
ción presoc ial o estado natura l, y cuya justifi cación filosóf ica (100 regono .HAo ,,
se
halla en la existen cia de un derech o deduci do de la natura leza racio- mentales, cit., pág. 160. D 1 dcha
d ha de la guerra Y y de la paz, libro 2,
nal del hombr e, anteri or en el tiempo a todo derech o elabor ado
por ca~.lON
(101) n~::~~
Véase i_fR:~ 0'19,
H. GROCIO,
cap. II, número s 1-2, 6 Y 19, cIt. e e;;:lO
e. ere 1 págs.
cit . tomo 1,,p á 284 288,
284, 288 292
292 Y
Y 308,
308, respecti
respecti--
las socied ades polític as realme nte existentes y superi or cualita tiva- gs. , ,
vament e.
Véase sobre este punto 1a ob roa. ra e
d R'chard
de Richard TucK Natural rights theories.
l .. ''
(%) E. KANT, Acerca de la relación entre teoría y prdctic
político, cit. págs. 176-177. a en el áerecho Their
Their origin
o)rigvin
(102) Véase andHdeGv
and eRloco~:
develop
e~~l
H. .~ROCIO, Del c~~rfca
ment, cit.
:. de
págs. 60
::: laY s~~~rra
ra SIgS. d 1 paz
guerra yy dee la paz, libro 2
(102 éase. ' derecho a , libro 2,.
(97) E. BLOCH, Derecho natural y dignidad humana , cit. pág. cap. 2, número 21, CIt. pág. 308.
69.

7
ANUARIODli:~CHOSIlUMANOS
ANUARIODli: Dmtli:CHOS IlUMANOS
99
!~~~~ ~~~:eCr?c~~i~~t~;a\a(i~~).ancia
junto a una aceptación de la tolerancia reli iosa b
salidad del derecho natural (103). religiosa
g

basada
.
asa a en la Ull1ver~ univer~ 'd.~'¡a
.d,-la desigualdad entre los hombres los derechos a la vida ya y a la
Según·
Según S. PUFENDORF los hombres son naturalmente i uales -li\'>ertad
-lit>ertad son derechos naturales, mientras el derecho a la propiedad
naturales,mientras
:~~i:i~~u(r~)c~n
:!~i:i~~u(r~) c~n el derecho natural, tienen derecho a ~n trat:trat:'
rprlvada es un derecho convencional y de «institución humana» (113).
~
~. el ROUSSEAU del Contrato social, éste viene a proteger a las pero per-
la vida i t . . untoa
unto a este derecho y los derechos naturales a lIIOtlas y sus bienes, y a garantizar su libertad (114), además de los
relativ~s ~ ek~~~r:~ral/
eFa~~~r:~ral/ c~~~~~~~;
c~~~~~~!; l:g~)tayd
!:g~)tayd lo~
!IIOtlBS
se encont;andad'an
asel Iderechos políticos derivados de la idea de la soberanía popular.
vada (106). a la prQPIe·
prQpIe pr¡.
pn- Para E. Kant los miembros de la sociedad civil tienen tres atrioatri-
der:~~~
der:~h~ ~t;:;'~N::
!t;~~N:: e¡isten unos der~chos,
der~chos, que
qu~ forman parte del
"butos juridicos
\butos jurídicos derivados e inseparables de su condición de ciuda·
ciuda-
-danos: la libertad legal, la igualdad civil y la independencia o auto·
,danos: auto-
rano
rano«« . a a uno, que sonmtransferibles
son mtransfenbles al poder sobe.sobe- nomía (115).
Ehstad~»
E~tad~» (~~;)~~:~:d:~oS:~:~e~~~sb:~~t~s
(~~;)~~:~:d:~oS:~::e~~~sb:!~t~s ::~np;[~~
c o01 aa la
~np;[~~/tligro
Pt )a~a ligro PIadra el
'd d f' . y a la'' segUrida/(l~~a)r'seeg
Finalmente, el nexo entre el derecho natural racionalista, la idea
de Ida vIda
vIda,' a l 'integridad
a .la t
In ~gn a física
ugar, e ..ere-
edTe-
ISIca y a la seguridad (108),' seguidos
del contrato social y los derechos naturales aparece claramente
os dere
de los erechos aa la rb t d d Ul os expresado en las declaraciones de derechos que tienen lugar en los
chos a la lIbertad
1 er a de e pensamiento y expresión (109)
es ;~:~~;;OfBE~
Para ~. HOBBE~del él origin~do
el fin
fin del
del pacto
pacto social
social yy del
del Estado
Estado enen él o . . .d Estados Unidos de América y en Francia en el último tercio del si· si-
es garantIzar la vIda la paz 1
ritual y materra~l l: 'd d
l~ seguridad
de' lo paz,,:=t
material d:' segun a yyel
ngma o
el pleno desarrollo espi-
d~ as?cI~dOls (1l?). !ncluso HOBBES
glo XVIII (116).
Así, en el primer apartado de la Declaración de derechos del buen
posibilidad
posibilidad de
sob
desobed~e~~?aCI~~01~~1;2¿d~ncluso
de desob acepta la
Hl OBBES dacepta la pueblo de Virginia, de 12 de julio de 1776, se dice: «Que todos los
soberano d 1 e IenCIa e os subdüos 1 os en
en el
e caso
caso dee que
que el
el hombres son, por naturaleza, igualmente libres e independientes y
eranoordene
or ene algo
a go que atente a- su integridad física (111)
Para.). LocKE, los derechos que el hombre disfrutaba en el'estád
ParaJr. tienen ciertos derechos innatos, de los que, cuando entran en estado
d~ dnadtu) raleza (d~rechos
(d~rechos naturales a la vida, la libertad y al. a 1 ~ de sociedad, no pueden privar o desposeer a su posteridad por
ningún pacto, a saber: el goce de la vida y la libertad, con los medios
pIe a no se pIerdeN. una vez q f 1 a :ero
estado s' sino d . ue lene ugar la renuncia
renuncia· a ese de adquirir y poseer la propiedad y ,de buscar y obtener la felicidad
a partir ~:os~u~O~~~~:iZ:r(l~~).ados
de s~u~o~~~t:i<~~r(l~~).ados por la sociedad civil y política y la seguridad.»
Para el Rouss~u
RoussEA-u del Discurso sobre
sobre el origen y los fundamentos En la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, el
4 de julio de 1776, leemos: «Sostenemos por evidentes, por sí mis· mis-
(03) Hugo GROCIQ
tulo XV, núm. 8, cito pág. 27r
GROCIO Del d ec h d
o e la guerra y de la pqZ, libro 2, capí-
Droit de la j.¡ tu
(04) S. PUFENOORF, Le Droft t
mas¡ estas verdades: que todos los hombres son creados iguales;
mas,
que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables;
et de gen~
principes les plus importants de la M. a Ure
p!fncipes
tIque, tr'aduit du latin par Jean \ BMf:ale,
tique, tmduit
Chez la veuve de Pierre de Coup ~ eyrdc, Arit
c:
1re:t gens ou systeme général des
a e, dee la Jurlsprudence
Jurisprudence et de la Poli-
~yrdc, tomo primero, pri.mero, libro 1, cap. 11,
entre los cuales están la vida, la libertad y la búsqueda de la feli·
cidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los
feli-

(W5) S PUFENDOR
PUFENDORF L .' ser am, 1734, pág.
ster pago 41. . .. '
PuFENDOR/ L: ~~o~t
~~~~t de la Nature ..., l~bro 3,3, cap. 4,2, op. cit.
0(6) . S: PuF.ENDoR;'
(113) J. J. ROUSSEAU, «Discurso sobre el origen y los fundamentos de la
Olt desigualdad entre los hombres», cit. págs. 92·93.
92-93.
cit. págs. 464 y sigs.' It de la Nature ..., bbro 4, capítulos 3, 4, 5 Y 6, Véase sobre este punto E. BLOCH, Derecho Natural y dignidad humana,
Véase sobre este punto Richard TUCK N . . . Ed. Aguilar, Madrid, 1980, págs. 64-65.
and devel@pment, cit. pág. 161. ' atural rlghts rzghts theorzes. Thelr Their origin (114) J. J. ROUSSEAU, Contrato social, cit. pág. 42.
(107) . B. SPINOZA, Tratado Teofógico-Político ca . " .
' (115) E. KANT, Principios metafísicos del Derecho, XLVI, cit. pág. 128.
Q08) B. SPINOZA, Tratado '.(eológico.Jlbl'tic
(08)
(109) B
'.{eológico.Jlblític'' cap.
B. SPINOZA T t d T l", .
10,
p, cap. 20,
I , . 0,
op. el!. pago 346.
p. fO, op.
pago 340
O, CIt. pag 340. artículo de Julius EBBINGHAUS, Le systeme kan-
Véase sobre este punto el articulo
. (110) T:HQBBES,'Le~fa':d:,
T. HOBBES, 'Le~'ta~ caea.lo!~cc:;~olítico,
cae; O!~CC:;Kolltlco, cit. pág. 4~,
tien des droits del'homme
de l'homme et du citoyen dans
dans sa signification historique et
45, 261',
261, 344 YY 355. actuelle, en «Le fondement des droits de I'homme», La Nuova Italia, Firen-Fíren-
rtghts
rzghts
.( 1 theories~
theories
.. ~
cit págs.
cit.
.
1119 : sig;.
págs 1.119
'.
.'
y slgs. . pág. 407. Véase R. TUCK, Natural 49. y sigs., y Manfred RIEDEL, Metafísica y metapOlítica, cit.
ze, 1966, págs. 49 cit .
1 1) T. HOBBES, Leviatán, cap. 21,
(111) 21 cit pág 306
cit. pág. 306. . página 112.
yéase sobre este punto N. BOBBIQ'
Softa po/itica
política moderna dt pág
BOBBIO M Bo
pá 69 yY .
MBo' . "
VBRO, Soezeta.
\'BRO,
. ,
Soeteta. e stato neUa fil()..
. .
filo-
(116) Sobre estas declaraciones véase A. TRUYOL y SERRA, Los derechos
humanos, Ed. Tecnos, Madrid, 1979, págs. 17 y 18; Historia de la Filosofía
(112) J. LocKE, Ensay~Ensay~ s;bre g~l~l gobierno civil civil,, cit á g, 93.
cit.. ppág; 93. del Derecho y del Estado, tomo 2, Ed. Revista de Occidente, Madrid, 1975,
páginas 274 y 282.
100 rooANUARIO ANUARIO
DE DERECHOS DE DERECHOS HUMANOS
HUMANOS

hombresque
hombres los gobiernos, losderivan
gobiernos, que derivan
sus poderes sus poderes
legítimos del con-legítimos del con-
sentimiento de lossentimiento
gobernados; de que
los gobernados;
siempre que que una siempre
forma de quego-una forma de go-
bierno se haga
bierno se haga destructora destructora
de estos de estos
principios, principios,
el pueblo tiene elel pueblo tiene el
derecho
derecho a reformarla a reformarla
o abolilarla, o abolilarla,
e instituir un nuevo e instituir
gobiernounque
nuevo gobierno que
se funde en dichosse principios,
funde en dichos principios,
y a organizar a organizar
sus ypoderes en lasus poderes en la forma
forma
quelaamás
que a su juicio sea su juicio sea la
adecuada másalcanzar
para adecuada para alcanzar
la seguridad y la la seguridad y la
felicidad.» felicidad.» . .
2 de lael Declaración
Por su parte,
Por su parte, el artículo artículo 2 dedelalosDeclaración de los derechos del
derechos del
hombre (117),
hombre y del ciudadano y del ciudadano (117), de
de 26 de agosto de 1789,
26 deseñala:
agosto «La
de 1789, señala: «La
meta de política
meta de toda asociación toda asociación política es de
es la conservación la los
conservación
derechos de los derechos
naturales es imprescriptibles
naturales es imprescriptibles del hombre. Estos del derechos
hombre. son:
Estosladerechos son: la
libertad,lalaseguridad
libertad, la propiedad, propiedad, y la resistencia
seguridad ya lala resistencia
opre- a la opre-
sión» (118). sión» (118).

(117) Sobrevéase
(117) Sobre esta Declaración esta Elías
Declaración véase EIías DfAZ, «Libertad-igualdad
DfAZ, «Libertad-igualdad en la en la
Declaración
Declaración de derechos del hombrede derechos del hombre
y del ciudadano en Legalidad-
del ciudadano
de y1789», de 1789», en Legalidad-
Legitimidad
Legitimidad en el socialismo en el socialismo
democrático, democrático,
Ed. Cívitas, Madrid,Ed. Cívitas,
1977, págs. Madrid,
69 1977, págs. 69
sigs., y E.
y sigs., y E. BLOCH,y Derecho BLOCH,y Derecho
Natural dignidad Natural
humana,y cit. dignidad
págs. 66 humana,
y sigs. cit. págs. 66 y sigs.
Sobre las influencias Sobre las influencias
ideológicas ideológicas de
en la Declaración en derechos
la Declaración de derechos del hom-
del hom-
bre y del ciudadanobre y del
(1789) ciudadano
y la interesante(1789) y la interesante
polémica polémica
entre JELLINEK entre JELLlNEK y BOUTMY
y BOUTMY
sobre véase
sobre dichas influencias, dichas J.influencias,
JELLINEK, Lavéase J. JELLlNEK,
Declaración de Lalos Declaración
Derechos de los Derechos
del hombre y del del ciudadano. y del ciudadano.
hombre Estudio de historiaEstudio de historia
constitucional constitucional moderna,
moderna,
Madrid, de
Madrid, 1908, con prólogo 1908, con prólogo
Adolfo GonzálezdePosada;
Adolfo J.González Posada;
del VECCHIO, Per-J. del VECCHIO, Per-
sona, Estado
sona, Estado y Derecho, cit. págs. y Derecho,
189 y sigs.cit.y págs.
297 Y 189 y sigs.
sigs., y 297ROBLES,
Gregorio Y sigs., Gregorio ROBLES,
El origen histórico El
de origen histórico
los derechos de los derechos
humanos. Comentarios humanos.
de unaComentarios
polémica, de una polémica,
en «Revista
en «Revista de la Facultad de la Facultad
de Derecho de DerechoComplutense»,
de la Universidad de la Universidad n. 57,Complutense», n. 57,
otoño de 1979, págs.otoño21 ydesigs.,1979,y págs.
Miguel21 ARTOLA,
y sigs., Declaraciones
y Miguel ARTOLA, Declaraciones y derechos
y derechos
del hombre,
del hombre, Real Academia de laRool Academia
Historia, Madrid,de la1982,
Historia,
págs. Madrid,
18 y sigs.1982, págs. 18 y sigs.
(118) Los textos están(118) tomados
Los textos están tomados
de Textos de Textos
básicos sobre básicos
derechos sobre derechos huma-
huma-
nos, edición
nos, edición preparada preparada
por Gregario por Gregorio
PECEs-BARBA y Liborio PECEs-BARBA y Liborio HIERRO, Sección
HIERRO, Sección
de Publicaciones dedela Publicaciones de la Facultad
Facultad de Derecho de Derecho Complutense,
de la Universidad de la Universidad Complutense,
Madrid, 1973, págs. Madrid,
75, 80 Y1973, págs. 75, 80 Y 88, respectivamente.
88, respectivamente.
Véase también Javier Véase también
HERVADA Javier
y José M. HERvADA
ZUMAQUERO, y José
Textos internaciona·Textos internaciona-
M. ZUMAQUERO,
les de Derechos
les de Derechos Humanos, Ediciones Humanos,
UniversidadEdiciones Universidad
de Navarra, de Navarra, Pamplona,
Pamplona,
1978, págs. 24 y sigs.
1978, págs. 24 y sigs.

También podría gustarte