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“EL RELIGIOSO Y PECADOR”

“Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que
engaña su corazón, la religión del tal es vana. La religión pura y sin mácula
delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus
tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo” Santiago 1:26-27.

Introducción

*La epístola de Santiago, hermano del Señor es una carta sencilla, pero no
burda, fue escrita por este gran hombre de Dios cerca del año 45 o 49 d.c.
aproximadamente, es una epístola general, ya que no fue dirigida a una iglesia
local sino a un grupo amplio de personas cristianas que padecían pruebas y
luchas por causa del evangelio, los llamados “dispersos”. El tema central de
esta carta es la fe que lleva a la vida práctica y la vida piadosa, la que produce
obras. El evangelio es precisamente eso, una vida transformada que vive y
practica las enseñanzas de Dios, el evangelio no es solo para creerlo sino
también para vivirlo.

*Es uno de los pocos libros de la biblia que usa la palabra religión (Hechos
25:19, Hechos 17:22) porque el evangelio no es religión, el evangelio es el
mensaje del corazón de Dios, Dios no usa la religión para salvar, Dios salva
por medio del evangelio, el Señor Jesús predicó el evangelio, el evangelio es
buena noticia, el evangelio es poder de Dios (Mateo 4:23, Marcos 16:15,
Romanos 1:16, 1°. Corintios 15:1, Efesios 1:13). Nunca la biblia enfatiza,
habla y coloca la religión como el medio para salvar a los hombres. La
religión no puede acercar al hombre a Dios y tampoco salvarlo.

Presentación

*Santiago sin embargo dice que si alguno se cree religioso y su vida no ha


cambiado, su lenguaje no ha cambiado, la religión cualquiera que sea, es vana.
Caer en la religiosidad es lo más fácil que pueda haber para un ser humano,
los creyentes caemos en ella con demasía facilidad. Creemos que por qué no
cometemos pecados groseros estamos bien, existen miles de creyentes que son
mas religiosos que cristianos, tenemos mucho miedo de convertirnos en
pecadores pero no nos preocupamos cuando nos convertimos en religiosos,
luchamos para no caer en pecado pero no luchamos para no caer en la
religiosidad. La religiosidad, “en su sentido más amplio, es un amplio
término sociológico, filosófico y religioso utilizado para referirse a los varios
aspectos de la actividad religiosa, la dedicación y la creencia (en
determinada doctrina religiosa). Se podría decir que la religiosidad se ocupa
de cuán religiosas son las personas y cómo son las personas religiosamente”.

Aplicación

*La religiosidad es una virtud ante los ojos de los hombres pero no es una
virtud ante los ojos de Dios. Convertir el evangelio en una burda religión es lo
más fácil que puede haber, Dios no quiere que seamos religiosos sino
creyentes en un Dios vivo, ese fue el gran reproche que Dios le hizo a Israel
que se lleno de religiosidad y dejo su verdadera devoción a Dios; “¿Para qué
me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de
holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de
bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. ¿Quién demanda esto de
vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis
atrios? No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación;
luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son
iniquidad vuestras fiestas solemnes. Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas
solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de
soportarlas. Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis
ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de
sangre vuestras manos” Isaías 1:11-15.

*Para Dios es más grave ser religioso que ser un pecador porque el religioso
se auto justifica y piensa que sus formas, liturgias y creencias está justificado
(Lucas 18:9-14, Marcos 7:6) Dios le hizo un gran llamado al pueblo de Israel
que dejaran su fría religiosidad y se volvieran al Dios verdadero de todo
corazón; “Y otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto,
y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto
de vuestra mano” Malaquías 2:13, también les dijo por los labios del profeta
Isaías; “Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante
de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el
juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la
viuda. Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados
fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos
como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Si quisiereis y oyereis,
comeréis el bien de la tierra; si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis
consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho” Isaías 1:16-20.

Culminación

*Aunque parezca extraño decirlo, es más grave la condición de un tipo


religioso que la de un pecador que no conoce a Cristo, el pecador entenderá
más fácilmente su necesidad de arrepentimiento y de salvación, al religioso le
será muy difícil reconocer que está perdido y que su falsa piedad y creencia no
le servirán delante del Señor; “Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de
Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este
lugar. No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo
de Jehová, templo de Jehová es este. Pero si mejorareis cumplidamente
vuestros caminos y vuestras obras; si con verdad hiciereis justicia entre el
hombre y su prójimo, y no oprimiereis al extranjero, al huérfano y a la viuda,
ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de
dioses ajenos para mal vuestro” Jeremías 7:3-12.

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