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INFORME
Observatorio
Secretaría de Gobierno
Gobernación de Antioquia
2018
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Contenido
1. CONTEXTO DEL DEPARTAMENTO ...................................................................................... 5
2. DIAGNÓSTICO SUBREGIONAL .......................................................................................... 10
2.1 Bajo Cauca ......................................................................................................................... 11
2.2 Magdalena Medio ............................................................................................................. 21
2.3 Norte ................................................................................................................................. 31
2.4 Nordeste............................................................................................................................ 41
2.6 Occidente .......................................................................................................................... 52
2.7 Oriente .............................................................................................................................. 60
2.5 Suroeste ............................................................................................................................ 69
2.9 Urabá ................................................................................................................................. 77
2.8 Valle de Aburrá .................................................................................................................. 89
3. SUJETOS DE ESPECIAL PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL ...................................................... 97
4. TEMAS ESTRATÉGICOS Y ACCIONES PARA ENFRENTAR LAS VULNERACIONES ....................111
4.1 Trata de Personas y Explotación Sexual Comercial de Niños Niñas y Adolescentes (ESCNNA)
...............................................................................................................................................111
4.2 Reclutamiento, Uso y Utilización de Niños, Niñas y Adolescentes por Grupos Armados
Ilegales ...................................................................................................................................116
4.3 Víctimas del conflicto armado ..........................................................................................122
4.3.1 Restitución de tierras.....................................................................................................125
4.3.2 Minas antipersonal ........................................................................................................127
4.3.3 Desaparición forzada .....................................................................................................131
4.4 Agresiones a líderes y defensores de DDHH .....................................................................132
4.5 Programa Antioquia Libre de Coca ...................................................................................136
4.6 Contexto de Reincorporación en Antioquia: Espacios Territoriales de Capacitación y
Reincorporación ETCR ............................................................................................................140
5. TEMAS PRIORIZADOS DE CARA AL DIAGNÓSTICO SUBREGIONAL ...................................143
5.1 Aproximación a los procesos de minería en el departamento ..........................................143
5.2 Situación de la población carcelaria..................................................................................152
5.3 La salud en las subregiones ..............................................................................................154
5.4 Consumo de sustancias ilícitas en las instituciones educativas,y riesgos de reclutamiento,
uso y utilización de NNA .........................................................................................................155
6. Conclusiones.......................................................................................................................156
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICOS ..............................................................................................158
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Desde la línea estratégica Seguridad, Justicia y Derechos Humanos del Plan de Desarrollo de
Antioquia, que contempla el componente Derechos Humanos (DDHH), Derecho
Internacional Humanitario (DIH) y víctimas, se pretende analizar los diversos conflictos
originados por actores armados, organizaciones delincuenciales, problemáticas que se
desprenden de factores asociados a la pobreza y condiciones socioeconómicas bajas
(educación, salud, alimentación, empleo) y conflictos cotidianos. Tal situación implica la
necesidad de visibilizar las vulneraciones como herramienta para la construcción de
políticas que incidan en su disminución, así como la posibilidad de que la justicia formal y
no formal pueda llegar a todas las instancias de la sociedad. Todo esto, con la articulación
de las diferentes estrategias del Estado desde los niveles municipal, departamental y
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El 1 de diciembre de 2016 se firmó el último Acuerdo de Paz, e inició su proceso de implementación
hasta el 31 de mayo de 2018.
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Aspectos metodológicos
La tendencia actual, tanto de los enfoques de seguridad como de lo relacionado con los
derechos humanos, está orientada hacia el reconocimiento de su sentido integral,
entendido como desarrollo humano, donde el centro son las personas y su núcleo vital está
en el marco de las libertades y deberes ciudadanos. Así mismo, existe una interrelación y
complementariedad entre los derechos civiles y políticos, económicos, sociales, culturales
y ambientales con los de las poblaciones de especial protección constitucional (Plan
Desarrollo, 2016-2019 p. 353). Bajo esta comprensión, el Observatorio de la Secretaría de
Gobierno de la Gobernación de Antioquia tiene el objetivo de monitorear y recopilar
información en relación al goce efectivo de derechos de la población y el seguimiento a la
batería de indicadores de Derechos Humanos y DIH, mediante la sistematización de
información.
Con base en lo anterior se realizó el presente informe, el cual contó con un diseño
metodológico que permitió la recolección, revisión y sistematización de cifras de bases de
datos públicas y oficiales, así como otros insumos relevantes para el análisis en cada
subregión, entre los cuales se destacan los documentos internos realizados por los líderes
subregionales y de temas estratégicos de la Dirección de Derechos Humanos y la
Subsecretaría de Seguridad y Convivencia, las relatorías de los grupos focales con
funcionarios públicos (fuentes primarias), además de otras dependencias de la Gobernación
de Antioquia como el Observatorio de Género de la Secretaría de las Mujeres y la Secretaría
de Participación.
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- Datos demográficos: número de habitantes por zona (urbana y rural) y total de población
por municipio. También incluye la descripción de los municipios más y menos habitados y
la concentración de la población según la zona
-Lectura geopolítica: relaciona la vocación productiva y la ubicación geográfica como
variables explicativas de la situación de derechos humanos, involucrando los municipios y
la subregión en general.
-Conflicto armado y presencia de Grupos Armados Organizados (GAO) y Grupos Delictivos
Organizados (GDO): descripción de los actores armados y criminales que hacen presencia
en el territorio.
-Hechos victimizantes: presentación y análisis de las cifras sobre hechos victimizantes
(desaparición forzada, secuestro, desplazamiento forzado, tortura, lesiones personales,
minas antipersona, delitos sexuales, actos terroristas, amenazas, despojo y abandono
forzado de tierras, homicidio, trata de personas) y de población vulnerable. Dicha
información se procesa por las siguientes fuentes de consulta: Fiscalía, Registro Único de
Víctimas (RUV), Oficina para el Alto Comisionado para la Paz- Descontamina Colombia,
Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario – INPEC, y la Unidad de Restitución de Tierras.
Antioquia es uno de los departamentos que ha sobresalido en el registro del mayor número
de víctimas del conflicto armado. La extensión y diversidad de su territorio implican grandes
retos para garantizar la satisfacción de las necesidades básicas de sus habitantes, situación
que se convierte en factor de riesgo de aumento de vulneraciones en algunas subregiones,
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como es el caso del Norte, Bajo Cauca, Nordeste y Urabá, zonas especialmente sensibles en
la construcción de paz, donde a su vez existe una fuerte presencia de organizaciones
sociales y defensores de derechos humanos que ejercen de manera responsable la labor,
siendo el Bajo Cauca y Urabá las regiones donde se concentran la mayor intensidad de
agresiones contra estas personas.
De este modo, subregiones como el Bajo Cauca y el Norte del departamento evidencian un
aumento en los desplazamientos forzados, siendo el hecho victimizante con mayor número
de registros y consolidándose como una de las principales problemáticas que enfrentan
municipios como Cáceres y Tarazá en el Bajo Cauca que presentaron además
desplazamientos masivos. En el Norte, los municipios que experimentan estas
problemáticas son Ituango, Valdivia, Yarumal y Briceño. La situación descrita se explica
porque estas entidades territoriales son corredores estratégicos para actividades
asociadas a economías ilegales (narcotráfico, cultivos ilícitos, minería), además de la
ausencia de una oferta integral de la institucionalidad del Estado (Funcionarios Públicos,
Grupo focal, 2019).
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Dado que la definición de microtráfico y narcomenudeo hacen alusión a significados distintos, en este
informe se presenta la diferenciación entre ambos conceptos con el fin de no caer en generalizaciones o
apreciaciones erradas respecto a la ocurrencia de los fenómenos encontrados en el diagnóstico.
Microtráfico: hace parte del subsistema del tráfico de drogas que abastece de cantidades importantes de
drogas ilícitas a las organizaciones de las ciudades encargadas del suministro sistemático de drogas en
pequeñas cantidades, con embalaje, pureza y periodicidad definidas.
Narcomenudeo: es la organización empleada para el suministro de drogas en pequeñas cantidades, encargado
de satisfacer las necesidades de los consumidores, comercializados en “puntos de venta”, o también llamadas
“plazas de vicio” (Policía Nacional, 2012).
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Estas dinámicas se relacionan principalmente con las disputas por el control territorial en
las zonas donde anteriormente operaban las FARC, es así que en medio de los
enfrentamientos y las estrategias de terror para ocupar los territorios y ejercer poder
socioeconómico se ha incrementado el número de homicidios especialmente en el Norte y
Bajo Cauca. En este último, las disputas entre Clan del Golfo y Caparrapos, son las causantes
del aumento de homicidios y la generación de desplazamientos masivos. De este modo, el
municipio de Tarazá se convirtió en escenario de pugna entre estos grupos. Es preciso
considerar que Los Caparrapos hacían parte del Clan del Golfo, pero con la intención de
apoderarse del territorio, el narcotráfico y la extorsión se separaron.
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Tasa alta empeorando: Bajo Cauca, Nordeste, Norte, Suroeste, Occidente y Urabá
Tasa alta mejorando: Magdalena Medio
Tasa baja mejorando: Oriente
Tasa baja empeorando: Valle de Aburrá
Vale la pena exponer los homicidios en los periodos de gobierno, como elemento de análisis
de los efectos que la firma de los acuerdos ha generado en el departamento. Sobre todo,
considerando que subregiones que en lapsos pasados se vieron muy afectadas por las
dinámicas que este grupo insurgente imponía en los territorios que dominaba, como es el
caso del Oriente antioqueño, representan mejora en el comportamiento de esta
vulneración.
Pese a esto, los últimos atentados y acciones de la guerrilla del Eln, por ejemplo, muestran
una expansión significativa de esta insurgencia, en términos de copamiento de territorios
que dejó el vacío de poder de las FARC, el cual ha sido aprovechado por distintas
organizaciones criminales, como se verá a lo largo de este informe.
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2. DIAGNÓSTICO SUBREGIONAL
Es importante aclarar respecto a las lesiones personales que también se presentan para
cada municipio, que este es un fenómeno asociado principalmente a zonas urbanas y cuya
causa obedece mayoritariamente a problemáticas de seguridad y convivencia que de
conflicto armado. Así mismo, que entre 2015 y 2018 se dio una reducción significativa en
esta vulneración, pasando de 14.649 denuncias en 2015 a 8.130 en 2018 para todo el
departamento.
Pese a la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno Nacional y las FARC – EP y a los
esfuerzos de la Nación y el Departamento la ocurrencia de hechos victimizantes en contra
de la población civil no ha cesado.
Esto se evidencia, como se verá más adelante, en que si bien se redujeron las vulneraciones
y hechos victimizantes como las minas antipersonal, el desplazamiento forzado y el
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secuestro, durante el 2018 en el Bajo Cauca y el Norte se presentaron disputas entre GAO
y ELN por el control que antes tenían las FARC tanto de los cultivos como de otras rentas.
El Bajo Cauca limita con los departamentos de Sucre, Córdoba y Bolívar; se localiza en la
cordillera central, al nordeste de Antioquia, entre las serranías de Ayapel y San Lucas, sobre
la cuenca baja de los ríos Cauca y Nechí. Esta subregión, una de las más grandes del
departamento, está conformada por 6 municipios, 31 corregimientos, 320 veredas y tiene
una extensión de 8.485 km2. De acuerdo con las proyecciones del Departamento
Administrativo Nacional de Estadística 2015-2020 (DANE), en el 2018 el Bajo Cauca tenía
318.860 habitantes. Para el 2019 se tiene una proyección poblacional de 325.439
habitantes, distribuidos en la zona urbana con una proyección de 200.027 (61%) habitantes
y en el área rural de 125.412 (39%). Caucasia es el municipio más poblado de la subregión
con 123.304 habitantes y Nechí el menos poblado, con 29.270 habitantes. La subregión
cuenta con cuatro resguardos indígenas: Jaidezavi, Los Almendros, Vegas de Segovia y Pablo
Muera en los que habitan las etnias Embera Eyabida y Senú.
Según lo anterior, cuatro de los seis municipios son de sexta categoría3. Es decir, sus
ingresos corrientes de libre destinación anuales no son superiores a 15.000 salarios
mínimos vigentes, mientras que Caucasia y El Bagre son de quinta categoría por lo que sus
ingresos corrientes de libre destinación son superiores a 15.000 salarios mínimos vigentes
y hasta 25.000 salarios mínimos vigentes. Así mismo, la proyección poblacional también
revela que es una subregión con una alta concentración de población urbana,
especialmente en los municipios de Nechí, Tarazá y Caucasia. Este último se ha convertido
en el principal centro de la actividad comercial y económica de la subregión.
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Esta categorización obedece a cuatro criterios: número de habitantes, ingresos corrientes de libre
destinación, importancia económica y situación geográfico. Allí se establecen siete categorías de municipios
(Especial, Primera, Segunda, Tercera, Cuarta, Quinta y Sexta).
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Estas economías ilegales, a la vez que han impulsado el crecimiento económico de los
municipios, son fuente de problemas de orden público a raíz de la marcada presencia de
actores armados. Por esta razón, las disputas por el control de las economías y rutas ilegales
ha sido una constante durante muchos años en esta subregión. Incluso después del proceso
de paz firmado por el gobierno nacional y la guerrilla de las FARC, la zona sigue sufriendo
violencia armada por parte de otros actores como El Clan del Golfo, Los Caparrapos, el ELN
y disidencias de las FARC. Esto queda en evidencia en las alertas tempranas emitidas por la
Defensoría del Pueblo para Cáceres el 22 de enero, Tarazá el 5 de marzo y para Caucasia el
4 de abril del 2018. Además, se documenta presencia de Los Triana en los municipios de
Taraza, Cáceres, Zaragoza y El Bagre, y del Cartel de Sinaloa en Zaragoza.
Esas tres alertas muestran que después de la firma del acuerdo de paz con la guerrilla de
las FARC los territorios antes controlados o que tenían una fuerte presencia de esa guerrilla
quedaron en disputa. Esta situación ha significado una reconfiguración no solo del conflicto
sino de los actores, las zonas de influencia y una nueva lucha por el control de las economías
ilegales que antes estaban en manos de las FARC. A esto hay que sumarle la creación de
alianzas estratégicas entre dos o más actores armados con el fin de hacerse al control de
estos territorios.
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Homicidio
396
176
147
128
Caucasia pasó de 54 homicidios en 2017 a 152 homicidios en 2018, lo que representa para
el total subregional el 34% de los casos ocurridos entre el 2015 y el 2018. Por otro lado,
Tarazá representa el 22% del total subregional, sobresaliendo en la subregión dado que en
los últimos tres años el registro de homicidios ha aumentado de manera alarmante al pasar
de 20 casos en 2016 a 109 casos en 2018. El Bagre representa el 16% del total de casos,
Zaragoza el 11% y Nechí el 3%. En términos generales, los seis municipios de la subregión
registraron un aumento de homicidios en el 2018. Esta situación se explica, dadas las
disputas por el control del territorio entre los GAO (Clan del Golfo y Los Caparrapos), el ELN,
y las disidencias de las FARC. Sumado a otros grupos que pretenden ingresar en la región
para obtener su parte de las rentas criminales que ya se llevan a cabo.
Desaparición Forzada
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Dentro del marco del conflicto armado en Colombia la desaparición forzada ha sido una
práctica constante por los grupos armados ilegales en diferentes contextos. Se configura
como una violación a varios derechos humanos fundamentales y en algunos casos puede
constituir un crimen de lesa humidad cuando se comete de manera generalizada o
sistemática. En el contexto nacional es importante tener claro que la desaparición forzada,
en muchos casos, busca no dejar ninguna evidencia de otros crímenes, es decir, que se
convierte en una herramienta para que los grupos armados no respondan, en caso de ser
judicializados, por más crímenes.
Secuestro
Como la desaparición forzada, el secuestro en diversas modalidades fue una de las prácticas
más comunes utilizadas por los grupos armados y criminales no solo en el marco del
conflicto armado, ya que la delincuencia común históricamente ha usado el secuestro,
especialmente el extorsivo, como una actividad económica. El Bajo Cauca sufrió una
disminución significativa de casos de secuestro, de acuerdo a los registros de la Fiscalía, ya
que pasó de 24 casos en el 2017 a solo uno en el 2018. Es importante resaltar que en Cáceres
no se presentó un solo registro entre el 2015 y el 2018, mientras que Zaragoza no tuvo
registros entre el 2015 y el 2017, pero fue el único municipio en el que se registró un caso
de secuestro en el 2018.
Desplazamiento Forzado
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5.528
4.139
2.153
Es importante resaltar que todos los municipios del Bajo Cauca registran un alto número de
casos de desplazamiento forzado. Además, es necesario tener en cuenta que no todos los
casos de desplazamiento son registrados porque las víctimas a veces abandonan sus
hogares sin dar aviso a las autoridades o entidades correspondientes.
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Tarazá y Cáceres son los municipios que presentan un panorama más alarmante; este
último se ha convertido en un corredor estratégico para el narcotráfico y el tráfico de armas
dada su conexión con el departamento de Córdoba. Por otro lado, Tarazá es de interés para
los grupos armados porque conecta el Bajo Cauca con el Nordeste y el Norte antioqueño.
Además, su territorio cuenta con las condiciones ideales para el cultivo y procesamiento de
coca. Ambos municipios se han convertido en el escenario de disputa entre los diferentes
grupos armados que buscan controlar esos lugares estratégicos, al punto que los
desplazamientos masivos que se registraron en ambos municipios responden a estas
disputas territoriales.
Dentro del marco del conflicto armado colombiano, el despojo y el abandono forzado de la
tierra se ha dado en contextos de desplazamientos forzados, amenazas e intimidaciones
por parte de grupos armados. Es importante aclarar que el despojo y el abandono forzado
de tierras configuran la violación de varios derechos humanos fundamentales, así como
derechos económicos, ya que además de perder su propiedad, en muchos casos las víctimas
también pierden la posibilidad de trabajar, sin mencionar el hecho de romper el tejido social
y los vínculos con la tierra. Es decir, se viola el derecho a la propiedad, la vivienda, el trabajo
y la seguridad alimentaria.
La Unidad de Restitución de Tierras no cuenta con una base de datos por año, sino con un
histórico del número de solicitudes, número de predios y número de titulares por municipio
a partir de la creación de la Ley 1448 de 2011, con lo cual se presentan las siguientes cifras.
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Minas Antipersonal
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Es importante resaltar que Caucasia y Nechí no reportaron víctimas por minas antipersonal
u otros artefactos explosivos. Por otro lado, Tarazá tuvo registros entre el 2015 y 2018,
además es el municipio con mayor número de víctimas cada año, y en el 2017 fue el único
municipio que registró víctimas.
Lesiones personales
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309
284
234
113
Caucasia es el municipio con más registros por lesiones personales en la subregión, con un
59% de los casos, seguido por El Bagre con 12% y Tarazá con 11%. Nechí es el municipio
con menos registros y representa el 3% del total.
Los delitos sexuales configuran una de las violaciones a derechos humanos que más
subregistro tiene, porque es un delito que no siempre se denuncia, sea por falta de
conocimiento o por el temor de las víctimas, y por la histórica normalización de ciertas
violencias sexuales dentro de la sociedad.
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132
108 107
68
El municipio que más casos reporta entre el 2015 y el 2018 es Caucasia que representa el
41% del total de casos, seguido por El Bagre con un 22%, mientras que el municipio que
menos casos reporta es Nechí con un 6% del total subregional para los cuatro años
revisados.
Actos Terroristas
De acuerdo a los datos de la Fiscalía, durante los años 2015 y 2018 en todos los municipios
del Bajo Cauca antioqueño se presentaron actos terroristas, excepto en Nechí. Hubo un
aumento del 2017 al 2018, año en el que se presentaron más registros con 10 casos; 4 de
ellos en Caucasia, al pasar de 6 casos a 10. Es necesario tener en cuenta el acuerdo de paz
firmado entre el gobierno nacional y las FARC como un factor determinante en la
disminución del terrorismo en la región, ya que la guerrilla desmovilizada operaba y tenía
bajo su control varias zonas de esta subregión.
Amenazas
Las amenazas son una vulneración a los derechos humanos que no siempre se dan bajo el
contexto de conflicto armado. La base de datos de la Fiscalía tiene la siguiente información:
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87
84
59
55
En total se registraron 285 amenazas entre el 2015 y el 2018, siendo Caucasia el municipio
que más registros reporta con el 57% del total, seguido por Cáceres con el 14% y Nechí con
el 4%, siendo el municipio con menor número de casos. Es importante reconocer que este
hecho victimizante tiene un alto subregistro porque no siempre las victimas denuncian. Esto
se puede evidenciar con las altas cifras de desplazamiento forzado registradas en el Bajo
Cauca antioqueño frente las bajas cifras por amenazas. Es decir, las víctimas de
desplazamientos forzados en muchos casos se desplazan a raíz de amenazas e
intimidaciones, pero no siempre reportan ese hecho cuando se desplazan.
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subregión, esta también cuenta con los ríos Cimitarra, Nus, Alicante, Tamar, San Francisco
y San Bartolomé, por lo que es una zona con gran riqueza hídrica (Gobernación de
Antioquia, 2018). Según el Departamento Administrativo de Planeación (2005), el
Magdalena Medio se divide en dos zonas: 1) ribereña, en donde se sitúan la mayoría de los
municipios, a saber: Yondó, Puerto Berrío, Puerto Nare y Puerto Triunfo; y 2) Nus, donde se
encuentran Maceo y Caracolí.
Frente a aspectos demográficos, la proyección poblacional del DANE informa que para el
2019 el Magdalena Medio cuenta con un total de 122.523 habitantes, lo que equivale al 2%
de la población del departamento. Junto con Nordeste y Occidente, esta subregión es de
las menos pobladas de Antioquia. Considerando los datos expuestos por Contaduría
General de la Nación (2018) todas las entidades territoriales del Magdalena Medio son de
sexta categoría, por lo que sus ingresos corrientes de libre destinación no son superiores a
los 15.000 salarios mínimos mensuales legales vigentes. Puerto Berrío es el municipio que
más habitantes tiene, congregando el 41% de la población subregional; Puerto Nare y Yondó
le siguen en cuanto a densidad demográfica representando respectivamente el 18% y 16%.
Caracolí y Maceo, por el contrario, son los menos habitados con un total de 4.491 y 6.537
moradores, respectivamente. La población del Magdalena Medio se concentra
mayoritariamente en la zona urbana, como ocurre en Puerto Berrío donde el 90% de los
habitantes residen en el casco urbano, con excepción de Maceo, Puerto Nare y Puerto
Triunfo.
Desagregando aún más los principales renglones económicos, por un lado, de los 1.344
títulos mineros existentes en Antioquia, 76 se ubican en el Magdalena Medio, lo que
representa un 6% de los títulos en jurisdicción minera departamental. Referente a
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A fin de lograr una lectura integral de la situación de los Derechos Humanos, la ubicación
geográfica es determinante, ya que el río Magdalena permite la comunicación de la
subregión con Bogotá, la Costa Caribe y Venezuela; además de una carretera que logra la
movilización nacional de sur a norte y un sistema férreo (Gobernación de Antioquia, 2018).
Lo anterior, genera un interés estratégico para las estructuras armadas ilegales que
instauran un gobierno paralelo que se refleja y sostiene a partir de un mercado ilegal de
microtráfico y de rentas criminales como la extorsión. De los seis municipios que conforman
la subregión, cuatro son puertos (Yondó, Puerto Berrío, Puerto Nare y Puerto Triunfo), por
lo que las dinámicas de estos espacios implican un gran movimiento económico. Así, al
análisis financiero del Magdalena Medio se le deben aunar los ingresos de las estructuras
armadas ilegales por la extorsión -modalidad “vacuna”- y el microtráfico, que tienen gran
cobertura y que representan cifras elevadas (Funcionario Público, Grupo focal, 2019). Entre
los alicientes del microtráfico se encuentra la presencia numerosa de Paga Diarios, los
cuales tienen una función de recepción y reinversión de las ganancias.
El alto flujo de capitales, por ingresos legales e ilegales, explica dos fenómenos, por un lado,
el encarecimiento de los costos de vida, expresado en el valor de los arriendos y servicios
públicos; y por otro, los bajos niveles socio económicos, que resultan paradójicos ante la
presencia de actividades económicas lucrativas. Un factor que contribuye a los niveles de
pobreza es que las oportunidades laborales se reducen a la mano de obra en las empresas
mineras, petroleras y cementeras al igual que las fincas ganaderas latifundistas, las cuales
contratan a una pequeña parte de personas con capacidad laboral, por lo que la mayoría de
los habitantes sobreviven de la pesca y la extracción de materiales de los ríos, obteniendo
pocos ingresos por estos trabajos. Según la Gobernación de Antioquia, para el 2016
Magdalena Medio aportó el 2,9% del PIB departamental, siendo de los más bajos junto con
Occidente (2,4%).
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Las estructuras armadas ilegales que hacen presencia en el Magdalena Medio son El Clan
del Golfo, denominados también Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), Clan Isaza y
el ELN (Mesa Territorial de Garantías, 2018). Dichos grupos se disputan el control del
microtráfico y narcomenudeo, al igual que economías ilegales como la extorsión, la
explotación sexual y la trata de personas. Es importante el reconocimiento de una variable
histórica, ya que en esta subregión se fundaron las Autodefensas Campesinas del
Magdalena Medio (ACMM), las cuales ejercieron un fuerte control al proyecto político que
representaban las guerrillas, contexto que explica que no haya presencia de disidencias de
las FARC ni Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación para excombatientes.
La implantación del modelo paramilitar en los años 90 y comienzos del siglo XXI también
explica que en materia de posconflicto no existan cambios fehacientes en el territorio. Tras
la desmovilización paramilitar en el 2005, la percepción de sus habitantes es que no hay
transformaciones de fondo de los actores que hacían y que ahora hacen presencia, ya que
los desertores de este proceso pasaron a ser integrantes del Clan del Golfo (Funcionario
público, Grupo focal, 2019).
Homicidio
Los homicidios no tuvieron una tendencia constante. Por el contrario, se evidencian picos y
valles en las cifras. Del 2015 al 2016 hubo una reducción de 19 víctimas; del 2016 al 2017
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56
53
47
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Desaparición forzada
Secuestro
Para el cuatrienio analizado, Magdalena Medio registró 11 víctimas por secuestro simple o
extorsivo. Maceo y Yondó reportan cada uno una víctima en 2018 y Puerto Nare una víctima
en 2016. Puerto Berrío y Puerto Triunfo representan el 55% y el 18% de los afectados por
secuestro en la subregión (Fiscalía, 2018).
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Desplazamiento forzado
Este hecho victimizante ha tenido una tendencia decreciente en el periodo 2015 - 2018,
contando con una reducción del 35% que se traduce en una disminución constante: del
2015 al 2016 de 119 personas desplazadas; del 2016 al 2017 de 43, y del 2017 al 2018 de
113. En total Magdalena Medio registró 1.148 víctimas por desplazamiento forzado para el
cuatrienio. De esta cifra Puerto Berrío representa el 54% de los afectados y Yondó el 28%.
Los altos índices de reportes para este hecho victimizante se deben a la posición estratégica
de ambos municipios, el primero por ser el puerto fluvial principal hacia el río Magdalena y
el segundo por generar una conexión de la subregión con el Nordeste antioqueño, lo que
históricamente ha generado disputas por el control entre las GDO y GAO. Los municipios
con menos reportes son Caracolí y Puerto Triunfo, cada uno con 33 víctimas para el periodo
de análisis (RUV, 2019).
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264
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Despojo de tierras
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Las estadísticas presentadas por la Unidad de Restitución de Tierras son a partir de la Ley
1448 del 2011, por lo tanto, los datos que se presentan comprenden de este año a la
actualidad. Exceptuando Caracolí, Puerto Nare y Puerto Triunfo, el número de solicitudes
es mayor al número de predios, siendo Yondó, Maceo y Puerto Berrío los municipios de la
subregión con más cantidad de peticiones por restitución.
Minas antipersonal
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Lesiones personales
En Magdalena Medio se registran 1.255 víctimas por lesiones personales para el 2015 y
2018, según la Fiscalía. Esta sumatoria no tiene una tendencia específica por anualidad, ya
que en el 2015 se reportaron 365 afectados, disminuyendo 64 casos para el 2016, pero
luego incrementándose los reportes en 34 personas agredidas para el 2017 y nuevamente,
en el 2018, hay un descenso en las cifras de 81 víctimas (Véase gráfico # 10). En el total
subregional para el cuatrienio, Puerto Berrío representa el 48% de las víctimas y Yondó el
29%. Estas cifras coinciden con los municipios que mayor vocación minera presentan, por
lo que las dinámicas conflictivas asociadas a esta actividad productiva, además del alto flujo
de personas por ser municipios con puerto, son explicativas de las dificultades en materia
de seguridad y convivencia, así como de las vulneraciones. Los municipios que tiene una
mayor vocación agropecuaria son los que menos casos reportan, como Caracolí, con un
total de 17 víctimas por lesiones personales para el periodo 2015-2018, y Maceo, con 59
afectados durante el mismo periodo.
365
335
301
254
Los delitos sexuales son un fenómeno que pese a cobrar cada vez más visibilidad, aún se
presenta, con la gravedad de que se vulnera, incluso, desde los entornos más cercanos
como son el familiar, escolar, laboral, entre otros. Sumado a esto se cuenta con pocos casos
de denuncias en relación a la realidad de lo que ocurren en la sociedad; esto se debe, por
un lado, al miedo que las víctimas experimentan frente a sus victimarios, por otro lado, a
28
|
que las comisarías de familia de los municipios en la mayoría de casos se ven obligadas a
archivar los casos debido a la congestión judicial, situación que fue evidenciada por
funcionarios del ministerio público como una demanda urgente de la subregión.
Amenazas
La Fiscalía registra 444 víctimas de amenazas entre el 2015 y el 2018. Los municipios que
más casos presentan son: Puerto Berrío con más de la mitad de los reportes subregionales
para el cuatrienio (245 amenazados), Yondó con 44 afectados y Puerto Triunfo con 44
víctimas. Caracolí representa el 1% de los casos subregionales y Maceo y Puerto Nare, cada
uno, el 6% para el cuatrienio. Exceptuando el 2017, la tendencia es decreciente, ya que se
pasa de 146 denuncias por amenazas en la anualidad que corresponde a la línea base a 75
29
|
para el 2018. Es importante mencionar que el 17 de enero del 2018 fue asesinado el líder
Víctor Manuel Morato, en Yondó, lo cual refleja el complejo escenario de participación
política por las amenazas o agresiones de los defensores de Derechos Humanos.
146
117
106
75
Trata de personas
30
|
En conclusión, el hecho victimizante que más registros presenta es lesiones personales, con
un total subregional de 1.255 víctimas para el periodo 2015-2018, y desplazamiento
forzado, con un reporte de 1.148 afectados para el mismo periodo de análisis. Los
municipios que marcan una tendencia en los registros son lo que están ubicados en la zona
ribereña, por orden: Puerto Berrío, Yondó, Puerto Triunfo y Puerto Nare, ya que cuenta con
una vocación productiva y una ubicación estratégica que permite el fortalecimiento de
rentas ilegales; por ello son territorios atractivos para los GAO y GDO. Se resalta la
necesidad de generar más oportunidades de empleo, combatir la criminalidad y desarrollar
estrategias para el cambio paulatino de esquemas culturales que incentivan el desarrollo
de hechos victimizantes (como la trata de personas y las agresiones) (Funcionario público,
Grupo focal, 2019).
2.3 Norte
31
|
Bajo Cauca. El Norte está conformado en su mayoría por entidades territoriales de sexta
categoría, con excepción de Briceño y Santa Rosa de Osos que son de quinta y por ende,
reciben más ingresos corrientes de libre destinación (Contaduría General de la Nación,
2018). Los municipios más poblados son Yarumal, Santa Rosas de Osos, San Pedro de los
Milagros y Donmatías representando, respectivamente el 18%, 14%, 11% y 9% de la
población subregional. Los menos habitados son Carolina del Príncipe y San José de la
Montaña con 3.474 y 3.473 residentes. En términos generales la población del Norte se
concentra en el casco rural, exceptuando Carolina del Príncipe, Donmatías, Entrerríos, San
José de la Montaña, San Pedro de los Milagros y Santa Rosa de Osos.
32
|
la desviación del Río Cauca para dar paso a la construcción de la obra (El Espectador, 2018).
Desde el anuncio del megaproyecto las comunidades aledañas han manifestado su
desacuerdo. El Movimiento Ríos Vivos Antioquia, acogiéndose al Estudio de Impacto
Ambiental (EIA), aduce una serie de argumentos en contra del proyecto principalmente
relacionados con la contaminación del agua y aire, afectaciones geológicas, la
transformación en la corriente fluvial del Cauca, la drástica modificación del paisaje, la
pérdida en especies tanto de fauna como de flora, el desplazamiento involuntario de la
población residente y las alteraciones culturales, sociales y económicas de los habitantes de
la subregión y otros departamentos (Ríos Vivos Antioquia, s.f.).
33
|
Los actores armados que hacen presencia en el Norte son Clan del Golfo, Caparrapos, ELN,
disidencias de las FARC y combos delincuenciales de Pachelly (Mesa Territorial de Garantías,
2018). Históricamente esta subregión ha sido una de las más afectadas por el conflicto
armado, contando con la presencia de actores armados desde los años 80. Las FARC
ejercieron control en 13 de los 17 municipios y desempeñaron un rol de autoridad en
territorios caracterizados por su abandono estatal, es decir, aquellos que conforman la zona
vertiente hacia los ríos Cauca y Nechí. Igualmente, los paramilitares han tenido
posicionamiento, generando violentas disputas entre ambos por el control territorial.
Aunque se dio el proceso de desmovilización, tanto de las Autodefensas Unidas de Colombia
(AUC) (Bloque Metro y Bloque Mineros) en el 2003, y de las FARC con los acuerdos de paz,
las dinámicas del territorio han hecho que estos actores muten hasta configurarse en Clan
del Golfo y Caparrapos y disidencias de los frentes 36 y 18 (Funcionarios públicos, Grupo
focal, 2019).
Esto es sustentado por la Comisión Intersectorial para la Respuesta Rápida a las Alertas
Tempranas (CIPRAT), en la Alerta de inminencia en Ituango del 28 de junio de 2018, donde
se advierte (1) la presencia de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), grupo
armado ilegal posdesmovilización de las AUC, (2) el enfrentamiento entre dos facciones de
estas, (3) la conformación de disidencias del frente 36 de las FARC y la expansión del ELN en
el municipio. El CIPRAT también ha proferido otras dos alarmas: la primera, del 27 de
febrero de 2018, corresponde a los municipios de Angostura, Briceño, Campamento,
Ituango, San Andrés de Cuerquia, Valdivia, Yarumal. En ella se resalta la importancia de
garantizar el ejercicio de participación política de los ex combatientes de las FARC. La
segunda, del 22 de enero de 2018, se anuncia la masacre en la vereda La Estrella, en
Yarumal, con un total de 7 víctimas (Mesa Territorial de Garantías, 2018).
34
|
Teniendo presente que las FARC habían configurado un gobierno paralelo, fuerte y longevo
en ciertos municipios del Norte, la entrega de los espacios que hacían parte de su control y
las dificultades por parte de la Fuerza Pública para ocupar estos territorios, ha generado los
enfrentamientos entre GAO, GDO y ELN. Por ende, hay una agudización en la percepción de
abandono e ineficiencia estatal, que para muchos se refleja en la presencia de disidencias
de las FARC y en el incremento en las víctimas registradas por homicidios y desplazamientos
forzados (Funcionarios públicos, Grupo focal, 2019).
Homicidio
Los homicidios tuvieron una tendencia ascendente del 2016 al 2018. Del 2015 al 2016 hay
una reducción de 38 víctimas; entre 2016 y 2017 un incremento de 18 afectados; del 2017
al 2018 el número de registros aumenta por 75 casos de homicidios (véase gráfico 12).
Según la Policía, 649 es el total de víctimas de este hecho victimizante para el cuatrienio. En
el mismo periodo de análisis los municipios más problemáticos son Yarumal 20%, Valdivia
18%, Ituango 16% y Briceño 10%, representando el 64% del total subregional. Cabe anotar
que los tres primeros municipios tuvieron los reportes más altos en el 2018, mientras
Briceño ha tenido tendencias decrecientes. El aumento crítico de esta situación se debe a
disputas por el control del narcotráfico y con ello, de las zonas donde había cultivos ilícitos,
que previamente eran de influencia de las FARC. Se resalta que municipios como Guadalupe
y San José de la Montaña no han tenido reportes por homicidios del 2015 al 2018; y que
Belmira y Carolina del Príncipe no registran casos para el 2018. Lo anterior se debe a que la
seguridad pública en el Norte está muy ligada con la siembra y procesamiento de cultivos
ilícitos y la presencia de bandas criminales, por lo que es posible agrupar en tres conjuntos
los municipios más y menos afectados: el primero, lo integran Ituango, Valdivia, Yarumal,
Campamento, Angostura, Briceño, Toledo y San Andrés de Cuerquia, debido a cumplen con
las condiciones descritas; el segundo, lo conforman San José de la Montaña, Belmira,
35
|
Entrerríos, San Pedro de los Milagros, Donmatías y Santa Rosa de Osos, que se caracterizan
por la extensión del microtráfico y extorsión de los GAO y GDO que se asientan
principalmente en las localidades del grupo anterior; y el tercero, Gómez Plata, Carolina del
Príncipe y Guadalupe, que se ven en menor medida afectados y cuentan con pocos reportes
en los hechos victimizantes (Gobernación de Antioquia, 2018).
Desaparición forzada
Secuestro
Contemplando los datos expuestos por Fiscalía General de la Nación (2018), para el
cuatrienio 7 municipios del Norte antioqueño registraron una sumaria de 20 víctimas por
secuestro simple o extorsivo, a saber: Yarumal (5 casos), Ituango (4), Campamento (3),
Angostura (3), San Pedro de los Milagros (2), Valdivia (2) y Briceño (1). Cabe resaltar que
durante el 2016 no se reportaron casos.
36
|
Desplazamiento forzado
Para este hecho ha habido una tendencia decreciente del 2015 al 2017, teniendo una
reducción de un año a otro de 1.167 y 263 víctimas, no obstante, del 2017 al 2018 se da un
incremento de 848 afectados. Este ascenso en los datos se debe a las disputas entre GAO,
guerrilla (ELN) y GDO por el control de los territorios donde tenían presencia las FARC. En
total Norte registró 7.081 víctimas por desplazamiento forzado para el cuatrienio, siendo
una de las subregiones más afectadas por este hecho victimizante, precedida por Bajo
Cauca, Valle de Aburrá y Urabá. Los municipios con mayores registros para el 2015-2018
son Ituango, Valdivia, Briceño y Yarumal, representando el 30%, 17%, 16% y 12%. Los altos
índices de reportes para este hecho victimizante se deben a la posición estratégica de tales
municipios que configuran un corredor de microtráfico y la presencia de grandes proyectos
hidroeléctricos. Los municipios menos afectados son Donmatías (29), Entrerríos (21),
Carolina del Príncipe (17) y San José de la Montaña (7).
2565
1983
1398
1135
Despojo de tierras
Las cifras presentadas por la Unidad de Restitución de Tierras son a partir del 2011, y
corresponde a la Ley 1448 del mismo año, allí presentan número de solicitudes, de predios
y de titulares, siendo Ituango el que más solicitudes presenta (311), seguido en orden de
Valdivia (111), Yarumal (85) y Briceño (82). Resaltan los casos de Donmatías (2), San José de
la Montaña (2) y Carolina del Príncipe (1), donde el número de solicitudes, de predios y
titulares es homogéneo y reducido. En términos generales las cifras por número de
37
|
solicitudes son superiores a las otras dos variables, por lo que se complejizan los procesos
y garantías para quienes fueron despojados.
Minas antipersonal
En el Norte se registran víctimas por minas antipersonal, municiones sin explotar o artefacto
explosivo improvisado, durante el 2015-2018 en Briceño (8 víctimas), Ituango (8), Angostura
(5), Valdivia (2) y Yarumal (2). Para el total subregional, durante el 2015 se reportaron 15
afectados; en el 2016 y 2017, cada uno, 3 víctimas; y en el 2018, 4 damnificados. Según
Descontamina Colombia (2018) hay tres tipos de estados en los municipios que conforman
esta subregión: por intervenir, que corresponden a Angostura, Campamento, Santa Rosa de
Osos, Valdivia y Yarumal; en intervención, conformado por Briceño, Gómez Plata,
Guadalupe, Ituango, San Andrés de Cuerquia, San José de la Montaña y Toledo; y sin minas,
donde coinciden Belmira, Carolina del Príncipe, Donmatías, Entrerríos y San Pedro de los
Milagros.
Lesiones personales
38
|
464
439
388
194
Delitos sexuales
Los delitos sexuales son un fenómeno con altos índices de subregistro, que continúa
presentándose y cuyos medios han mutado, siendo actualmente los canales informáticos
los portales donde se difunden fotografías y videos que vulneran la dignidad, integridad,
intimidad y salud psicosomática de las personas (Funcionario público, Grupo focal, 2019). Si
bien las cifras son parciales, el Norte cuenta con una sumatoria para el cuatrienio de 492
casos, resaltando problemáticamente Yarumal, con 88 denuncias, Santa Rosa de Osos, con
85 víctimas, e Ituango, con 63 afectados. Considerando los totales subregionales, no hay
una tendencia clara por anualidades, ya que en el 2015 se reportan 140 víctimas; en el 2016
hay una diminución de 13 casos; en el 2017 se presentan 134 denuncias y en el 2018 hay
39
|
140
134
127
91
En el Norte hay registros por actos terroristas para el 2015, 2016 y 2017. Desagregándolos
por años, en el 2015 se presentaron víctimas en Ituango (4), Toledo (2), Valdivia (3), San
Andrés de Cuerquia (2) y Yarumal (1); para el 2016, hay un saldo de 8 afectados por actos
terroristas en Valdivia. Para finalizar, en el 2017 se presenta un caso en Santa Rosa de Osos.
Referente a las otras entidades territoriales y al 2018, la base de datos de la Fiscalía (2018)
no registra más datos. Continuando con tortura y trata de personas, la misma fuente de
consulta no reporta víctimas en la subregión para ambos hechos victimizantes.
Amenazas
La Fiscalía registra 249 víctimas de amenazas entre el 2015 y 2018. Por anualidades no hay
una tendencia clara, ya que en el 2015 hay un reporte por 82 víctimas, en el 2016 hay una
reducción de 14 casos respecto al año previo; para el 2017 se registran 71 denuncias y en
el 2018, la cifra se reduce en 43 casos. Los municipios que más casos presentan son Santa
Rosa de Osos, Yarumal e Ituango, representando respectivamente el 40%, 30% y 30% de las
víctimas para el cuatrienio. Según la Mesa Territorial de Garantías (2018a), para el año 2018
los perfiles de las víctimas por amenazas son: presidentes o miembros de Juntas de Acción
40
|
82
68 71
28
2.4 Nordeste
41
|
(2) meseta, que corresponde a Amalfi, Vegachí, Yalí y Yolombó; (3) Nus, localizándose allí
Santo Domingo y San Roque; y del Río Porce, donde se sitúa Anorí.
En cuanto a aspectos demográficos, según la proyección poblacional del DANE para el 2019
la subregión cuenta con un total de 193.014 habitantes, lo que equivale al 3% de la
población del departamento. Están distribuidos en la zona urbana con una proyección de
97.285 habitantes y en el área rural de 95.729. Junto con Magdalena medio y Occidente,
esta subregión es de las menos pobladas de Antioquia.
Esta subregión es la segunda productora de oro, después del Bajo Cauca; seguidos de El
Bagre y Zaragoza, Segovia y Remedios son los municipios con más extracción aurífera en el
departamento (Gobernación de Antioquia, 2016). La minería no solo es la actividad
productiva predominante, sino que constituye una variable imprescindible para entender
las dinámicas demográficas, las problemáticas ambientales, los conflictos sociales y la
situación en materia de vulneraciones a los derechos humanos. Para iniciar, la minería, al
ser una actividad económica trashumante y lucrativa, resulta ser atractiva para oriundos o
foráneos de la subregión, quienes, ante los anuncios de los medios de comunicación, los
rumores o los estudios de pre factibilidad, se desplazan a las zonas donde se presupone o
identifica la existencia de materiales mineros. Esto marca una dinámica de fluctuaciones
42
|
Por su parte, respecto a los conflictos sociales, resulta paradójico pensar que la población
del Nordeste no se vea directamente beneficiada por la riqueza material que se cree que
conlleva la minería; pero es así, se presentan altos índices de Necesidades Básicas
Insatisfechas, siendo el promedio en la subregión de 40,52 (DANE, 2012). Adicionalmente,
para 2016 el Nordeste representó el 3,1% del PIB departamental, siendo de los más bajos
junto con Magdalena Medio (2,9%) y Occidente (2,4%) (Gobernación de Antioquia, 2016).
La falta de oportunidades rentables que fortalezcan la agricultura a fin de que se trabaje en
una nueva vocación productiva, las pocas oportunidades laborales, la criminalización de la
minería ejercida por particulares y el debilitamiento de la economía local por las extorsiones
impuestas, esclarecen el panorama de pobreza descrito (Funcionario público, Grupo focal,
2019).
Finalmente, la apropiación particular del material aurífero por parte de grupos armados
ilegales contribuye a explicar tanto la pobreza material como la alta vulneración de los
derechos humanos en la subregión. Este escenario conflictivo ha sido una constante
histórica, que se intensifica en la medida en que más agentes privados (mineros ancestrales,
informales, actores criminales y multinacionales) buscan obtener una ganancia de los
recursos mineros. Así, al igual que la especulación por la minería genera unos picos
demográficos, también ocasiona periodos de recrudecimiento o disminución en la
ocurrencia de diferentes hechos victimizantes, debido a que grupos delincuenciales se
enfrentan por el control de esas rentas.
Un ejemplo de esto, fue el paro minero del 2017 que evidenció la inconformidad de los
mineros ancestrales y tradicionales por las políticas gubernamentales, las cuales, a su
parecer, favorecían a la Gran Colombia Gold (GCG), empresa minera canadiense que hace
presencia en Segovia y Remedios. El paro minero inició el 21 de julio y finalizó el 2 de
septiembre, dejando un saldo de “tres personas muertas, más de 25 lesionados, 22
43
|
capturados y 10 menores aprehendidos” (Noticias RCN, 2017), al igual que bloqueos en las
vías, atentados contra la GCG, ataques al Esmad y la Policía, a la sociedad civil y amenazas
a periodistas, así como al alcalde de Segovia y funcionarios del a GCG (Observatorio de la
Secretaría de Gobierno, 2017). Este paro reflejó la debilidad institucional que existe en la
subregión, así como desconfianza, que se ha intensificado por la percepción generalizada
de la población, en la cual la Fuerza Pública y el Estado los agrede a fin de defender a las
multinacionales. Así lo sintetiza un funcionario: “Estas bandas han ganado un espacio de
reconocimiento en la comunidad. Lo que hace la fuerza pública por medio de sus abusos es
entregarles la legitimidad y el control de justicia a estas organizaciones” (Funcionario
público, Grupo focal, 2019).
Sin embargo, la minería ilegal no es el único factor de riesgo para los Derechos Humanos,
también se encuentra la siembra de cultivos ilícitos y una ubicación geográfica que conecta
a la subregión con el Catatumbo (Norte de Santander), el Bajo Cauca y el Urabá (antioqueño
y chocoano); ambas condiciones configuran un corredor estratégico de microtráfico, que
abarca a Yolombó, Yalí, Vegachí, Segovia y Remedios (Funcionarios públicos, Grupo focal,
2019). Al ser un territorio atractivo para las economías ilícitas, la conformación de gobiernos
paralelos ha sido un fenómeno constante, por lo que actores como Clan del Golfo (AGC),
ELN, Los Caparrapos, Nueva Generación, Pachelly y disidencias de las FARC hacen presencia.
Así, la influencia guerrillera, paramilitar y de actores criminales tiene una intricada relación
en la prolongada conflictividad y el fortalecimiento de rentas criminales.
Es necesario advertir que actualmente hay unas dinámicas territoriales que agudizan las
vulneraciones, debido a que hay un reacomodo y disputa por los territorios que
anteriormente eran de influencia de las FARC (Gobernación de Antioquia, 2018a). Se
identifica una división por zonas de control de guerrillas, Grupos Armados Organizados
(GAO) y Grupos Delictivos Organizados (GDO), de esta manera: el ELN ejerce dominio en el
casco rural, relevando a las FARC, y el Clan de Golfo y Los Caparrapos en el casco urbano. Al
respecto se han generado dos alertas tempranas por parte del CIPRAT: la primera,
efectuada el 27 de febrero de 2018, correspondiente a Anorí, Remedios y Segovia, reitera
al Estado Colombiano la necesidad de proteger y respaldar el ejercicio de participación del
partido político FARC, ya que los grupos armados podrían atentar contra la integridad o vida
de futuros candidatos. La segunda, proferida el 22 y 28 de junio de 2018 y referida a
Remedios y Segovia, informa sobre la expansión de grupos armados en territorios que antes
eran controlados por las FARC, lo cual implica un riesgo para la sociedad civil y
excombatientes concentrados en los Espacios Territoriales de Capacitación y
Reincorporación (ETCR) (Mesa Territorial de Garantías de la Gobernación de Antioquia,
2018).
44
|
En línea con lo anterior, en el Nordeste se encuentran ubicados dos ETCR, uno en Remedios
(Carrizal) y otro en Anorí (La Planchita). En Carrizal hay 78 excombatientes quienes fueron
miembros del Bloque Magdalena Medio, liderado por Alberto Cancharina; en La Planchita
se encuentran 100 excombatientes, todos están participando actualmente en el desarrollo
de proyectos productivos. Estas personas antiguamente eran integrantes del frente 56, del
cabecilla “Anderson” (Gerencia de Paz, 2018; ARN, 2018). Los Espacios Territoriales implican
retos en términos pedagógicos, tanto para los antiguos participantes del conflicto como
para la comunidad, ya que son percibidos como una imposición nacional no consultada y
desentendida de la opinión de las habitantes del Nordeste, por lo que las víctimas leyeron
el panorama como “si el Estado estuviera premiando a quienes tanto daño habían hecho”
(Funcionarios públicos, Grupo focal, 2019).
Homicidios
Según datos de la Policía en el Nordeste se presentaron 548 homicidios del 2015 al 2018. Al
observarse el gráfico, se identifica, en primer lugar, una estabilidad preocupante en las
cifras, es decir, 118 víctimas tanto para el 2016 como para el 2017; y, en segundo lugar, un
incremento de 43 casos para el 2018. Este aumento se debe a las disputas por el control
territorial y el surgimiento de un nuevo grupo ilegal: Libertadores del Nordeste, el cual
busca ejercer un control de zonas que ya son dominadas por Clan del Golfo y Los
Caparrapos, así como por la presión por parte de estos contra el ELN. Segovia (190),
Remedios (97) y Anorí (59) son los municipios con más víctimas de homicidios para el
cuatrienio.
45
|
118 118
En cuanto al secuestro, los municipios de San Roque, Santo Domingo y Vegachí no registran
víctimas para el periodo analizado 2015-2018, por su parte se cuenta con información para
el 2015 en Remedios (1) en 2016 Cisneros y Yalí que presentaron (2 casos cada uno),
seguidos de Yolombó, Segovia y Anorí con (1) caso en cada municipio, por su parte en el
2017 se presentó (1) secuestro por municipio en Amalfí, Anorí, Remedios y Segovia,
finalmente para el 2018 se documentó una denuncia en Amalfí. En total las víctimas fueron
13 personas.
46
|
Desplazamiento forzado
En el Nordeste antioqueño se fundaron los primeros frentes del ELN, sin embargo, la
incursión paramilitar diezmó considerablemente la influencia guerrillera en la subregión
(Gobernación de Antioquia, 2018). Los enfrentamientos entre ambos bandos, al igual que
las disputas por el control de los recursos auríferos y las economías ilegales, entre estas los
cultivos ilícitos y las extorsiones, han hecho que la sociedad civil residente haya sido víctima
de constantes desplazamientos forzados. La tendencia decreciente de este hecho
victimizante puede explicarse por el acuerdo tácito, tanto territorial como económico, entre
el ELN y el Clan del Golfo y Los Caparrapos. Del 2015 al 2018 se reportan 3.940 víctimas por
desplazamiento forzado, siendo Segovia, Anorí y Remedios los que más registran; Segovia
representa el 38% de los casos en la subregión, el segundo el 18% y el tercero el 15%. Los
municipios con una vocación agrícola más fuerte son los que menos cifras presentan; en
este caso, Santo Domingo, con una sumatoria de 43 víctimas para el cuatrienio, y Cisneros,
con 45 afectados.
912
773
512
47
|
municipios con más número de solicitudes, como se observa para la mayoría de casos, las
cifras de solicitudes son superiores a los respectivos predios. Dada la alta tendencia a la
informalidad en la tenencia de la tierra en el país, lo que implica que a través de ventas
informales y fraudulentas varias personas tienen título de un mismo predio. Esto implica
serias dificultades en cuanto a garantías para quienes fueron despojados.
Minas antipersonal
Lesiones personales
Las lesiones personales han tenido una disminución de un 28% entre 2015 y 2018. El total
de víctimas registradas para estos cuatro años es de 1.223. A este escenario problemático
le siguen Amalfi (12%) y Remedios (9%). Las lesiones personales denotan dificultades en
materia de tolerancia y convivencia, que se explican en estos municipios por las disputas
entre particulares por la apropiación del recurso minero y las dinámicas culturales propias
de esta actividad económica, como el consumo de alcohol y drogas. De hecho, después de
48
|
426
344 333
120
En el Nordeste los delitos sexuales han tenido un incremento de 4 casos del 2015 al 2016,
y de ahí una disminución en los reportes de 3 casos en 2017 y 55 en 2018. Es importante
anotar que las dinámicas culturales propias de la minería, asociadas específicamente a la
alta circulación de dinero, la falta de oportunidades y la prostitución, pueden propiciar un
entorno de riesgo en donde este hecho victimizante se normaliza en ambientes familiares
o en la configuración de las distintas relaciones sociales. Ante esto, las denuncias son
escasas y las cifras parciales. Ejemplo de esto, es que los municipios con más víctimas
registradas para el cuatrienio son los que tienen una vocación fuertemente minera, como
Segovia con 71 casos; Amalfi con 56; Anorí con 33 y Remedios con 29. Son reiterados los
llamados de atención para la realización de estrategias pedagógicas que problematicen y
visibilicen este fenómeno (Funcionario público, Grupo focal, 2019).
49
|
98 95
94
40
Actos terroristas
ACTOS TERRORISTAS
NORDESTE ANTIOQUEÑO
2015 2016 2017 2018
Remedios 3 S.D 4 S.D
Segovia 1 3 2 1
Yalí S.D 1 S.D S.D
TOTAL SUBREGIONAL 4 4 6 1
Fuente: Fiscalía, Datos abiertos. Fecha de corte: 10 de septiembre de 2018
En: https://www.fiscalia.gov.co/colombia/gestion/estadisticas/
Amenazas
50
|
71
64
51
33
2.6 Occidente
Pese a las buenas condiciones que tiene la subregión, la presencia histórica de la guerrilla
de las FARC con los frentes 5 y 34, así como de grupos paramilitares, con interés en su
52
|
HECHOS VICTIMIZANTES
La subregión ha sufrido una desatención histórica en recursos por parte del Estado, por lo
tanto, socioeconómicamente hay municipios poco desarrollados. Y en general el Occidente
antioqueño, a excepción de municipios como San Jerónimo, Santa Fe de Antioquia y
Sopetrán, no ha estado fuertemente anclado al desarrollo del departamento. Esto sumado
a la presencia de diversos actores armados en la zona, ha generado varios problemas de
orden público y seguridad, vulnerando los derechos de las personas. A continuación, se
presenta un contexto subregional a partir de datos de los hechos victimizantes obtenidos a
través de fuentes institucionales e información primaria.
Homicidio
Dentro de las vulneraciones más graves, está el homicidio, que por fortuna de cara a los dos
últimos años disminuyó en la subregión. De acuerdo a la base de datos de la Policía, durante
los cuatro años revisados se reportaron 393 homicidios y la disminución se dio entre el 2016
y el 2018, tal como se evidencia en el gráfico.
117 116
89
71
53
|
Santa Fe de Antioquia fue el municipio con más homicidios registrados con 67 casos lo que
representa el 17% del total subregional para los cuatro años, seguido por Sopetrán con el
12% y San Jerónimo con 9%. Es importante resaltar que los tres municipios que más
homicidios reportaron son los municipios más turísticos de la subregión.
Desaparición forzada
La desaparición forzada es una violación a los derechos humanos que se vio con más fuerza
durante el conflicto armado colombiano. Al punto que se normalizó y se practica entre
todos los actores armados. De acuerdo a la Fiscalía, en el Occidente antioqueño se
registraron 52 desapariciones forzadas entre el 2015 y el 2018, siendo el 2016 el año que
más registros tiene con 20 casos reportados. Desde el 2016 hay una disminución constante
de casos reportados, pasando de 20 casos a 9 en el 2017 hasta llegar a 6 casos en el 2018.
Es importante resaltar que durante esos cuatro años no se reportaron casos por
desaparición forzada en siete municipios: Abriaquí, Armenia, Buriticá, Giraldo, Heliconia,
Olaya y San Jerónimo. Sin embargo, es necesario reconocer que es un hecho victimizante
con alto subregistro.
Secuestro
El secuestro, simple o con fines extorsivos, es un hecho victimizante que viola varios
derechos fundamentales de las personas y dentro del conflicto armado fue una herramienta
de presión política. Así, las FARC y el ELN usaron el secuestro de militares y políticos como
una forma de presión al gobierno nacional. De acuerdo a la base de datos de la Fiscalía,
entre el 2015 y el 2018 se registraron 25 secuestros en el Occidente antioqueño. El 2015 y
el 2018 fueron los años en que más casos se registraron con 8 secuestros en cada año,
mientras que en 2016 se registraron 6 y 3 en 2017.
Desplazamiento Forzado
Con la mutación del conflicto, la reconfiguración de los grupos armados y los territorios en
disputa a partir de la firma del acuerdo de paz entre las FARC y el gobierno nacional, el
desplazamiento forzado ha aumentado en algunas zonas del país, ejemplo de esto es el Bajo
54
|
882
604
432
286
En medio del conflicto armado colombiano, la tierra ha sido un factor detonante del mismo.
Como se ve a lo largo de este documento, todas las subregiones del departamento padecen
esta problemática. Por esta razón 18 municipios de los 19 que tiene el Occidente están en
micro focalización para el año 2019, así mismo, tienen procesos de restitución en proceso
administrativo y sin sentencias de restitución.
Para tener una dimensión de lo que ocurre con esta vulneración se presenta el histórico
del número de solicitudes, número de predios y número de titulares por municipio a partir
de la creación de la Ley 1448 de 2011, de la base de datos de la Unidad de Restitución de
Tierras.
55
|
Dabeiba y Frontino son los municipios de la subregión que más resaltan por el número de
predios y solicitudes. Sin embargo, el escenario es el mismo para cada municipio de la
subregión: el número de solicitudes es mayor que el número de predios. Esto revela una
crítica y problemática situación en torno a la claridad de la propiedad de estas tierras que
fueron despojadas o abandonadas forzosamente.
Minas antipersonal
56
|
Lesiones Personales
376
301
228
191
4
BRDEH: Brigada de Ingenieros de Desminado Humanitario
57
|
El municipio que más casos reporta es Santa Fe de Antioquia con 341 víctimas, lo que
representa el 31% del total subregional, seguido por Ebéjico con 103 y el 9% del total y San
Jerónimo con 86 casos y el 8% del total. Otros municipios resaltan por el bajo número de
víctimas por lesiones en los cuatro años revisados: Uramita con 12, Peque con 15, Olaya y
Anzá con 16 y Abriaquí, que no presenta ningún caso registrado entre el 2016 y el 2018, con
uno.
138
133
112
73
Esta información revela que el total subregional disminuyó año tras año. Así, el año que más
víctimas registró es el 2015 con 138 casos y 2018 el que menos con 73. Los municipios que
más víctimas reportaron para el total subregional son: Santa Fe de Antioquia con el 20% de
58
|
los casos, Frontino con el 16%, Cañasgordas y Dabeiba con el 7% respectivamente. Por otro
lado, los municipios que tienen menos víctimas son: Abriaquí, Armenia, Buriticá, Heliconia,
Liborina, Olaya y Uramita cada uno con el 2% del total subregional para los cuatro años
revisados.
Actos terroristas
En este sentido, a pesar de la reconfiguración del conflicto a partir del acuerdo de paz
alcanzado con las FARC, los actos terroristas han disminuido en el Occidente antioqueño,
sin embargo, no han cesado. En total entre el 2015 y el 2018 se registraron 23 actos
terroristas en la subregión, según datos de la Fiscalía. Los municipios que registraron
víctimas por dichos actos son: Buriticá con 12, Santa Fe de Antioquia con 6, Sabanalarga con
2 y Cañasgordas, Dabeiba y Sopetrán registraron una víctima cada uno.
Amenazas
59
|
74 74
46
25
El Occidente antioqueño, como el resto del departamento, enfrenta una crisis social y
política que tiene a los líderes sociales y defensores de derechos humanos en una situación
de alta vulnerabilidad. De acuerdo a la Alerta Temprana de alta inminencia con fecha del 12
de febrero de 2018 para los municipios de Dabeiba, Cañasgordas, Peque y Uramita, los
grupos armados que ejercen control en el territorito son una amenaza a las bases políticas
del ahora partido político de las FARC, a sus candidatos y a los excombatientes que se
encuentran en el ETCR ubicado en el municipio de Dabeiba. La alerta señala que durante
ese año los grupos armados estaban interesados en evitar, a través de acciones violentas y
simbólicas, que esas personas ejercieran sus derechos políticos en el proceso electoral.
Lo anterior sumado a los intereses en disputa entre los grupos armados como la minería, la
extorsión, el microtráfico, cultivos ilícitos, los megaproyectos de la zona, entre otros, son
parte de ese escenario de conflicto que tiene a los defensores de derechos humanos y a los
líderes sociales en una situación de vulnerabilidad. Sin embargo, el Occidente es una de las
subregiones menos críticas.
2.7 Oriente
El Oriente posee una ventaja sobre otras regiones por sus diferentes climas y tierras fértiles
para la agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca (concentrándose en animales vivos,
productos animales y productos de la caza; flores, aguacate, granadilla, fresa, chócolo, café,
frijol, papa, zanahoria y hortalizas). Así mismo, un renglón importante en su economía lo
tiene el suministro de energía, gas y agua (Gobernación de Antioquia, Cuentas Económicas
de Antioquia 2017).
Si bien, comparativamente con el año 2015 que se tiene como línea de base para el análisis
de las vulneraciones a los derechos humanos, la mayoría de hechos victimizantes han
disminuido, aún la subregión presenta diversas problemáticas relacionadas con delitos que
afectan la seguridad y el orden público, a la vez que vulneran los derechos de las personas,
tal es el caso de los homicidios, las riñas, delitos sexuales, lesiones personales, entre otros.
La continuidad en las vulneraciones se debe a la diversidad geográfica, económica y gran
extensión del territorio, en esa línea, los municipios ubicados en el Valle de San Nicolás que
están más cercanos al Valle de Aburrá se han visto afectados por el traslado de las dinámicas
delincuenciales del Área Metropolitana, principalmente los hurtos rurales y urbanos como
delito conexo a la distribución, venta y consumo de estupefacientes.
61
|
Específicamente, los municipios ubicados en la zona de embalses, dado que su principal eje
económico es el turismo, se han visto afectados por el aumento en la demanda de
estupefacientes de la población turista que trae consigo homicidios, hurtos, lesiones
personales, riñas, accidentes viales, descomposición familiar, violencia intrafamiliar,
prostitución y riesgo de vinculación de adolescentes y jóvenes a actividades criminales. La
zona de Bosques y Páramo hace algunos años fue dominada por el Frente 47 de las FARC y
por ende muy golpeada por ataques terroristas que afectaron tanto a la Fuerza Pública
como la población civil; también hay presencia de minas antipersonal – MAP- y munición
sin explotar – MUSE y grandes cultivos de hoja de coca; sin embargo, dado la
desmovilización de este frente en el año 2008 las dinámicas delincuenciales han cambiado.
Es importante resaltar que en esta zona se han llevado a cabo diferentes procesos de
consolidación territorial, como la sustitución de cultivos de uso ilícito por proyectos
productivos y desminado humanitario, el cual logró que San Carlos fuera el primer
municipio libre de sospecha de minas antipersonal a nivel nacional. Con el anterior
escenario, se presentan a continuación los hechos victimizantes analizados para el periodo
2015-2018 en la subregión con el fin de evidenciar un panorama en relación a la situación
de derechos humanos.
Hechos Victimizantes
Homicidios
62
|
Alejandría fueron los municipios que menos homicidios presentaron. En general, fue una
de las subregiones que presentó menos registros de este tipo de hechos durante cada año
del periodo analizado, tal como se ve en el gráfico.
Desaparición forzada
63
|
29
21
19
Secuestro
Desplazamiento forzado
64
|
Se tomaron las estadísticas del Registro Único de Victimas para el periodo 2015-2018, de
allí se presenta en la tabla las personas que fueron expulsadas de los municipios de la
subregión en dicho periodo. La tabla muestra una reducción hasta el 2018 de 28% de casos
aproximadamente, siendo los municipios más afectados Cocorná, Rionegro, Nariño y
Sonsón, estos hacen parte de las provincias de Valle de San Nicolás, Paramo y Bosques, esos
dos últimos, fueron zonas donde se presentaban numerosos desplazamientos debido a la
violencia y al control territorial que ejercían tanto grupos de las denominadas Autodefensas
como las FARC. La reducción se puede deber precisamente al acuerdo con esta guerrilla. No
obstante, según funcionarios públicos, en la actualidad se está presentando la recepción de
casos de desplazados que llegan de otras subregiones, es decir, está pasando a ser un lugar
receptor principalmente de víctimas provenientes del Valle de Aburrá (municipio de Bello y
de las Comunas 8 y 13), sobre todo se ubican en municipios del oriente cercano (Grupo
Focal, Funcionarios públicos, 2019).
Los municipios que integran las provincias de Bosque y Paramos son los que más solicitudes,
numero de predios y numero de titulares registran en el periodo acumulado. Así, mismo, al
igual que en la mayoría de subregiones que el número de solicitudes y titulares supera el
número de predios, tal como se ve en la tabla.
65
|
Número de
solicitudes Número de Predios Número de Titulares
Abejorral 68 59 49
Alejandría 36 34 20
Argelia 420 321 205
Cocorná 297 247 180
Concepción 15 15 13
El Carmen De Viboral 149 126 71
El Peñol 23 22 16
El Retiro 14 14 8
El Santuario 12 12 8
Granada 1,2 1,192 687
Guarne 43 31 23
Guatapé 19 10 10
La Ceja 9 9 7
La Unión 46 25 26
Marinilla 10 10 8
Nariño 210 172 129
Rionegro 16 16 9
San Carlos 1,813 1,692 1,08
San Francisco 210 179 121
San Luis 350 299 239
San Rafael 242 186 153
San Vicente 17 17 13
Sonsón 520 363 242
TOTAL 2.729 2.170 2.238
Fuente: Unidad de Restitución de Tierras (UTR). Fecha de corte: 31 de diciembre de 2018.
Minas antipersonal
5
ARTÍCULO 72. ACCIONES DE RESTITUCIÓN DE LOS DESPOJADOS. El Estado colombiano adoptará las medidas
requeridas para la restitución jurídica y material de las tierras a los despojados y desplazados. De no ser posible
la restitución, para determinar y reconocer la compensación correspondiente.
De este modo, es la posibilidad que se le da a la víctima de acceder, en los casos en que no pueda restituirse
el predio jurídica y materialmente, a un predio de similares características al que tenía anteriormente y, si con
todo no hay tal posibilidad, le permite el pago de una compensación.
66
|
Si bien este hecho victimizante era de mayor recurrencia, para el periodo de análisis 2015-
2018 se tiene una cifra de 2 víctimas en 2017 en el municipio de Concepción, estos
presentan heridas auditivas y laceraciones, ambos iban pasando por el lugar donde se
encontraba el artefacto explosivo. Antes de esto el último caso había sido en el 2012 que
se presentó una víctima por en el municipio de San francisco. Siendo desde 1990 hasta 2018
San Carlos (171), San Francisco (104), Sonsón (90) y San Luis (82) los municipios que más
víctimas reportan.
Lesiones personales
Después del Valle de Aburrá, Oriente es la subregión que más lesiones aporta en la
estadística en el periodo analizado, seguida del Suroeste. En el 2018 mostró una reducción
del 40% aproximadamente en este tipo de hechos. De acuerdo a los datos de Fiscalía, los
municipios que más problemáticas presentan respecto a este tipo de delitos son Rionegro,
La Ceja, El Carmen de Viboral y Sonsón, para el 2018 estos reportaron el 69,6% del total de
los registros por esta vulneración para la subregión.
1000
800
589
600
400
200
0
2015 2016 2017 2018
67
|
periodo analizado. El dato revela que en municipios como Rionegro, El Carmen de Viboral y
Marinilla se presenta un comportamiento similar en los 4 años analizados, siendo estos los
que más hechos registran para la región.
350 311
286 287
300
231
250
200
150
100
50
0
2015 2016 2017 2018
Actos terroristas
El terrorismo es una forma por medio de la cual se busca, a partir de actos violentos, infundir
el miedo en la sociedad. Según el registro de la Fiscalía en el periodo 2015 a 2018 se
presentaron el en Oriente antioqueño un total de 10 actos terroristas, este tipo de hechos
no se presentaban en la subregión desde el 2008, hasta el 2015 cuando se reportó 1 caso
en San Luis, que involucró una mujer como víctima; para 2016 se presentaron 3 actos
terroristas en Nariño, Rionegro y El Santuario; 2017 estuvo marcado por 6 casos, de los
cuales 2 ocurrieron en Rionegro nuevamente, 3 en El Carmen de Viboral y 1 en el municipio
de Concepción. El número de víctimas por estos actos fue de 14 personas (5 mujeres y 9
hombres).
Amenazas
La subregión presenta altos índices de amenazas, con un total de 375 casos reportados en
el periodo de análisis, siendo el género masculino la población más afectada con un 59,2%
de los casos, el gráfico muestra también que en el 2015 se registró la mayor cantidad de
estos hechos, teniendo una reducción de ellos en 2018 hasta la fecha de corte. En todo el
periodo el 43% de estos hechos se concentró en los municipios de Rionegro, Guatapé, La
Ceja y Sonsón donde se da mayor ocurrencia de esta vulneración.
68
|
120 102 97
100
80
49
60
40
20
0
2015 2016 2017 2018
Tortura
En cuanto a este hecho victimizante, según datos de la Fiscalía se registran 4 casos en los
municipios de Marinilla en 2015 y Rionegro 2018, 2 casos para cada municipio, en los cuales
se ven afectados cuatro hombres en todo el periodo analizado.
2.5 Suroeste
La subregión del Suroeste cuenta con una extensión de 6.366,082 km², se divide en cuatro
(4) provincias que comprenden 23 municipios y 542 veredas. Dicha subregión se muestra
similar a la subregión del Oriente antioqueño.
69
|
(1) Ciudad Bolívar, (2) Hispania, (3) Betania, (4) Andes, (5)
SAN JUAN (5)
Jardín
Fuente: Observatorio de la Secretaría de Gobierno con datos del Departamento
Administrativo de Planeación.
Esta subregión es una de las zonas de Antioquia más productivas, su economía gira
alrededor especialmente de cultivos de café, plátano, aguacate, cítricos, ganadería, minería
(carbón, oro, gravas) y turismo de manera creciente. Tradiciones muy arraigadas en las
expresiones culturales y en su historia como ocurre con la arriería, son representadas en las
fincas turísticas, por su geografía presenta climas variados desde calor hasta frío. Así mismo,
la diversidad natural y la vocación agrícola son importantes para garantizar el
abastecimiento de algunos alimentos al Valle de Aburrá.
Por otro lado, la presencia de “La Oficina”, Clan del Golfo, el ELN y otras bandas criminales,
generan dinámicas de vulneración que se reflejan en el narcomenudeo, la venta y consumo
de drogas en instituciones educativas, casos de violencia sexual, cobros de extorsión en
algunos municipios, entre otros flagelos, repercutiendo además en el incremento de los
homicidios en el último año. Municipios como Jardín exponen que el turismo que cada vez
se proyecta como una actividad económica más fuerte en la región, está generando
problemas como elevados niveles de prostitución, abuso sexual de NNA, venta y consumo
de drogas (Funcionario Público, Grupo focal, 2019). Las conexiones que ofrece la subregión
con el departamento del Chocó genera intereses para los grupos armados ilegales, por
ejemplo, del ELN para pasar entre Ciudad Bolívar y Andes al Choco. Así mismo, del Clan del
70
|
Golfo que realiza minería ilegal (oro y carbón) y extracción de madera, además de controlar
bandas locales para el microtráfico, y con ello generar robos de ganado y extorsión.
De igual forma, los fenómenos de violencia del pasado han dejado desplazamientos
masivos, desarraigo de la tierra y desaparición forzada, entre otros hechos victimizantes
que hoy en día se han transformado un poco y que la disminución de las cifras en los datos
oficiales respalda. Precisamente de cara a la superación de estas situaciones, actualmente
se adelanta en 12 municipios procesos de restitución de tierras y una apuesta decidida de
la Mesa de DDHH del Suroeste por lo que tiene que ver con el Plan de Búsqueda de las
víctimas de desaparición forzada (Gobernación de Antioquia, 2018). Con este contexto, se
pasa a presentar la información de los hechos victimizantes que se presentan en el
Suroeste.
HECHOS VICTIMIZANTES
Homicidios
De este modo, se observa un incremento de los hechos de homicidios para 2018, siendo
este año uno de los más violentos para Antioquia, donde el Suroeste ocupa el cuarto lugar
71
|
después de Valle de Aburrá, Bajo Cauca y Urabá que tienen más número de casos. Siendo
Andes el municipio de la subregión donde más se presenta la vulneración del derecho a la
vida con 43 víctimas en 2018, situación que ha venido en ascenso, ya que en 2016 se
tuvieron 23 y en 2017 se registraron 29 homicidios.
Desaparición forzada
17
14
11
Por fortuna estos hechos no se registraron en mayor número en la subregión, sin embargo,
el secuestro fue el que más sobresalió en el periodo analizado, se presenta una importante
variación en 2018, ya que no se presentó ni un solo caso hasta la fecha de corte, este tipo
de hecho victimizante afecta comúnmente a comerciantes y personas con capacidad
adquisitiva amplia.
72
|
Desplazamiento forzado
Se tomaron las estadísticas del Registro Único de Victimas del 2015 al 2018, con esto, se
presenta en la tabla las personas que fueron expulsadas de los municipios de la subregión
en dicho periodo. En 2015 se registró el 54,1% de los desplazamientos de todo el periodo
analizado, siendo Urrao el municipio que más reportó con 36% de los desplazados entre el
2015 y 2016, seguido de Ciudad Bolívar y Andes. De todos los años, el 2018 fue el de menos
casos con una positiva disminución en el comportamiento de este hecho victimizante.
73
|
Estadísticas de restitución
SUROESTE
Número de Número de Número de
solicitudes Predios Titulares
Amagá 13 13 5
Andes 27 25 20
Angelópolis 16 16 15
Betania 62 62 35
Betulia 85 74 47
Caramanta 17 13 14
Ciudad Bolívar 54 53 30
Concordia 25 25 19
Fredonia 16 14 10
74
|
Hispania 0 0 0
Jardín 3 3 2
Jericó 5 5 4
La Pintada 8 8 3
Montebello 470 440 254
Pueblorrico 15 15 12
Salgar 104 98 81
Santa Bárbara 25 22 15
Támesis 78 74 32
Tarso 16 10 13
Titiribí 3 3 3
Urrao 215 196 136
Valparaíso 2 2 1
Venecia 9 3 5
TOTAL SUBREGIONAL 1268 1174 756
Fuente: Unidad de Restitución de Tierras (UTR). Fecha de corte: 31 de diciembre de 2018.
Minas antipersonal
En el 2012 se presentó una víctima por MAP en el municipio de Urrao, después de este
hecho no se han reportado víctimas, la persona perteneciente a la fuerza pública resultó
herida cuando iba pasando por el lugar donde se encontraba el artefacto explosivo.
Lesiones personales
75
|
El 2015 fue el año en que más delitos sexuales se cometieron en la subregión, desde ese
entonces y hasta la fecha de corte en 2018 estos hechos han disminuido un 61%, lo que
significa una gran proporción. Pese a la reducción de dicha vulneración, es necesario fijar la
atención en el delito, dado el alto subregistro que se mantiene por las mismas dinámicas
que la vulneración le conllevan a las víctimas, que van desde el miedo a ser peor agredidas
por sus victimarios a la desconfianza y poca creencia en las instituciones y en el acceso a la
justicia, sumando a la gravedad del asunto, es la población entre los 0 y 28 años la más
vulnerable con un 80% de casos aproximadamente, adicional a que las principales víctimas
son mujeres y NNA. Municipios como Amagá, Andes y Concordia fueron los que
presentaron una mayor cantidad de casos, en comparación a los demás municipios de la
subregión.
76
|
243
250 207
204
200
148
150
100
50
0
2015 2016 2017 2018
2.9 Urabá
77
|
Antes del acuerdo de paz firmado entre las FARC y el gobierno nacional, los frentes 5, 57 y
58 de esta guerrilla hicieron presencia en la zona. Después del acuerdo, muchos de esos
excombatientes se encuentran en los Espacios Territoriales de Capacitación y
Reincorporación (ETCR) de Llano Grande en Dabeiba6. En el Urabá, como en el resto del
país, esta desmovilización significó una mutación en la dinámica del conflicto armado, sus
actores y las disputas entre ellos. En la actualidad, el Clan del Golfo, también llamado
Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) tiene una influencia preponderante en la
región. Por otro lado, el Ejército de Liberación Nacional – ELN –, lleva años ejerciendo
presencia y principalmente opera en el corredor con el departamento del Chocó, además,
se tiene conocimiento de presencia de disidencias las FARC.
6
En el municipio de Vigía del Fuerte, vereda Vidrí, se construyó un ETCR. No obstante, por solicitud del
Gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, el Gobierno Nacional expidió el Decreto 982 de 2018 por
medio del cual se suprime dicho –ETCR- dado que la zona se convirtió en un asentamiento irregular, sin
servicios públicos, salud, escuela ni otras infraestructuras locativas que garantizaran la vida digna de sus
ocupantes.
78
|
Los intereses en disputa giran principalmente alrededor territorial, así como el control social
y político por parte de dichos actores armados, dada la ubicación estratégica de la región
que conecta con el Norte, Chocó y Bajo Cauca. La presencia de estos grupos organizados y
de bandas criminales pone en riesgo la seguridad y garantía de derechos de las
comunidades. No obstante, son los líderes y lideresas sociales, defensores de derechos
humanos, víctimas reclamantes de tierras, la comunidad de Paz de San José de Apartadó,
entre otros, las principales víctimas de amenazas, agresiones y homicidios. Según
información de la Dirección de derechos humanos de la gobernación de Antioquia,
suministrada por las Mesas Territoriales de DDHH, entre las vulneraciones que se
evidencian en el Urabá antioqueño se encuentran la deserción escolar, pocas
oportunidades de educación superior, violencia intrafamiliar, debilidad en las redes
afectivas y protectoras, inequidad y exclusión, falta de acceso a bienes y servicios.
Situaciones que se complejizan dadas las dinámicas de economías ilícitas, presencia de
actores armados ilegales en inmediaciones de las instituciones educativas, presencia de
grupos armados posdesmovilización, presencia cultivos ilícitos, entre otros (Funcionario
Público, Grupo focal, 2019).
HECHOS VICTIMIZANTES
Homicidio
79
|
204
128
Masacre
80
|
La masacre de San Pedro de Urabá, ejecutada por el Clan del Golfo, dejó ocho policías
muertos en medio de un ataque con explosivos. Los policías iban en una caravana que
incluía funcionarios de la Unidad de Restitución de Tierras (URT) ya que iban a hacer una
inspección judicial para el proceso de restitución de tierras. Lo que demuestra que los
grupos armados no están interesados en que se haga efectiva la restitución de tierras
despojadas y abandonadas forzosamente y que la violencia en la subregión responde, en
parte, a las disputas por el territorio y la tierra. Por otro lado, la masacre ocurrida en San
Juan de Urabá dejó cuatro víctimas miembros de una misma familia, entre ellos un adulto
mayor y un menor de edad. Este hecho no ha sido aclarado y es importante señalar que San
Juan de Urabá es uno de los municipios que menos víctimas reporta en la mayoría de hechos
victimizantes incluidos en este diagnóstico.
Desaparición Forzada
La desaparición forzada ha sido una práctica estándar entre todos los grupos armados
dentro del marco del conflicto armado en Colombia. Este hecho victimizante se configura
como la violación a varios derechos humanos fundamentales como la vida, la libertad y al
tratamiento decoroso del cadáver y los restos. Así mismo, como otros hechos, la
victimización se da a todo el núcleo familiar de la persona víctima de desaparición forzada.
Algunos grupos armados utilizaron la desaparición de los restos de sus víctimas como una
herramienta que les ayuda a no dejar evidencias de otros delitos y al mismo tiempo evitan
llamar la atención de las autoridades al no aumentar las cifras de homicidios. En otras
ocasiones, especialmente cuando un grupo ejerce el control de un territorio, la desaparición
forzada aparece como herramienta para evitar que la población entre en pánico al
encontrar cuerpos sin vida en su territorio, desestabilizando así la legitimidad que el grupo
81
|
haya alcanzado. Por lo anterior, es un hecho victimizante que cuenta con mucho
subregistro.
Secuestro
El secuestro, simple o extorsivo, ha sido una de las prácticas más comunes entre los grupos
armados dentro del conflicto armado y también ha sido aplicada por las bandas criminales
como una actividad con un fin económico. Es una vulneración directa al derecho a la
libertad. Entre el 2015 y el 2018 se reportaron 24 víctimas de secuestro, esto de acuerdo a
la Fiscalía. Es un delito que ha disminuido constantemente, en parte, por la mutación del
conflicto en Colombia y porque las bandas criminales encontraron otras maneras más
simples y rápidas de aumentar sus ganancias como por ejemplo a través de los préstamos
“gota a gota”, en la extorsión o en las llamadas “vacunas”.
Apartadó con 3 casos en el 2017 fue el municipio con más casos en un año, pero no reportó
ningún caso el resto de años revisados. Necoclí reportó 4 casos entre el 2015 y el 2017, pero
no reportó ninguno en el 2018. Chigorodó y Mutatá reportaron de a un caso, el 2018 y en
el 2015 respectivamente. Por otro lado, municipios como Murindó, San Pedro de Urabá y
Vigía del Fuerte no reportaron casos en el cuatrienio
Desplazamiento Forzado
Entre el 2015 y el 2018 se registraron un total de 8.264 víctimas de las cuales 4.125 fueron
registradas solo en el 2015. Ese fue el año con el mayor número de víctimas por
desplazamiento. Esto de acuerdo a las víctimas registradas por el Registro Único de
Víctimas:
82
|
1.584
1.365
1.190
De esas 8.264 víctimas de desplazamiento 33% son de Turbó, 21% de Apartadó y 17% de
Chigorodó, siento estos los municipios con mayor número de víctimas. El 29% restante se
divide entre los demás municipios.
En el marco del conflicto armado, el Urabá antioqueño fue una de las subregiones más
afectadas por el despojo y abandono de tierras por ser una región altamente productiva y
generadora de riqueza, con una ubicación estratégica y por ser la salida al mar del
departamento de Antioquia. Por lo anterior, se puede comprender por qué la tierra del
Urabá antioqueño ha sido un punto determinante en el desarrollo del conflicto armado.
83
|
De acuerdo a las cifras presentadas por la Unidad de Restitución de Tierras a partir del 2011,
en esta subregión hay 3.768 predios y 4.013 solicitudes. Mutatá (894), Apartadó (696),
Necoclí (655) y Arboletes (697) son los municipios con más número de solicitudes y como
en todos los municipios de la subregión, las solicitudes son superiores a los predios. Esto
muestra que las víctimas de despojo o abandono forzado no están cerca de recibir una
restitución plena de sus derechos. Este escenario se repite en las nueve subregiones del
departamento y en el resto del país:
Minas Antipersonal
84
|
Lesiones Personales
La Fiscalía tiene un total de 3.300 casos reportados entre el 2015 – 2018 para la subregión.
Turbo con el 31%, Apartadó con el 28%, Chigorodó con el 15% y Carepa con el 11% del total
casos, son los municipios que más víctimas reportaron en el cuatrienio.
947 935
906
512
El gráfico muestra que entre el 2016 y el 2017 hubo un aumento de 29 casos, pero para el
2018 la disminución fue de 423 casos. Es decir, para el 2018 la cifra de víctimas por lesiones
personales disminuyó un 45% lo cual muestra un panorama favorable en la subregión.
Las lesiones personales son un síntoma de las dificultades en la tolerancia y convivencia en
la comunidad, lo que se puede explicar por la falta de oportunidades labores, el consumo
de drogas y alcohol. De igual manera, como la disminución de desplazados forzados, la
disminución de casos de lesiones personales podría explicarse teniendo en cuenta el control
social que alcanza a ejercer un grupo armado como el Clan del Golfo.
85
|
dan una visión parcial del panorama porque muchas veces los delitos sexuales son
denunciados por la víctima años después de haber ocurrido el hecho.
263
243
221
119
Una vez más, Apartado con el 35%, Turbo con el 24% y Chigorodó con el 11% son los
municipios con el mayor número de casos reportados sobre el total subregional para el
cuatrienio. El 30% restante está concentrado en los ocho municipios restantes. Por otro
lado, Murindó y Vigía del Fuerte son los municipios con menor número de víctimas
reportadas, ambos con un 1% del total subregional.
Trata de Personas
De acuerdo a lo anterior, la Fiscalía en su base de datos solo tiene registro de 3 víctimas de
trata de personas. Las tres víctimas se registraron en Apartadó en el 2015. Esto no quiere
decir que este hecho victimizante no ocurra en la subregión, solo demuestra que es un
delito con un alto subregistro. Es importante tener en cuenta que el Urabá antioqueño tiene
salida al mar y es una conexión con Centro América, especialmente con Panamá, por lo que
es posible suponer que los responsables de la trata de personas usan la subregión como
lugar para captar, transitar y posteriormente sacar del país a sus víctimas.
86
|
Acto Terrorista
ACTOS TERRORISTAS
URABÁ
Amenazas
Las amenazas o intimidaciones son la forma más simple que tienen los grupos armados y
las bandas criminales de generar temor y tomar el control de una población. No siempre
son amenazas directas, por lo general son amenazas que involucran una alta carga de
violencia psicológica contra las víctimas. De acuerdo a la información de la Fiscalía, en el
Urabá antioqueño se registraron 759 casos de víctimas de amenazas entre el 2015 y el 2018:
87
|
224
208
185
142
En Vigía del Fuerte se registraron 11, en San Juan de Urabá 4 y en Murindó solo se
registraron 3. Sin embargo, es importante señalar que este, como otros hechos
victimizantes, es un delito con un alto subregistro porque en muchos casos las víctimas
temen que una denuncia los ponga en un mayor peligro. En otros casos las víctimas
prefieren buscar solución con los mismos grupos armados y no con las autoridades
(Funcionario Público, Grupo focal, 2019).
Así como amenazas y agresiones a las labores realizadas por líderes y defensores de
derechos humanos, que se manifiestan en amenazas individuales dirigidas contra miembros
de la Comunidades y Asociaciones. Precisamente, aspectos relacionados con la restitución
de tierras han sido un factor de incremento de violencias sobre personas y líderes
reclamantes de tierras, así lo evidencian las amenazas y homicidios a líderes defensores de
estos procesos que, para el año 2018 contó con 19 agresiones, según la Mesa
Departamental de Garantías del Proceso Social de Defensores y Defensoras de DDHH.
88
|
En conclusión, la subregión es un territorio muy atractivo para los distintos grupos armados
y las bandas criminales porque es un punto estratégico para conectarse con otras
subregiones y departamentos, también es una salida al mar y se conecta directamente con
Panamá y el resto de Centroamérica. Además, las dificultades económicas y el abandono
por parte del Estado Colombiano han permitido que a lo largo del conflicto los grupos hayan
encontrado en el Urabá antioqueño un lugar de refugio y un territorio para desarrollar sus
diversas actividades económicas, legales e ilegales.
El Valle de Aburrá tiene una extensión de 1.152 km2, un 94 % de los 1.251 de extensión de
la cuenca del río Aburrá-Medellín, de estos 1.152 km2, 340 son suelo urbano y 812 son suelo
rural. Para el 2019 se tiene una proyección poblacional de 3.952.494 habitantes,
distribuidos en la zona urbana 3.773.140 habitantes y en el área rural 179.354. Medellín es
el lugar más poblado de la subregión con 2.549.537 habitantes, en densidad poblacional a
este municipio le siguen Bello e Itagüí, por su parte el de menor población Sabaneta con
55.220. Los habitantes del Valle de Aburrá están distribuidos en 10 municipios: Barbosa,
Bello, Caldas, Copacabana, Envigado, Girardota, Itagüí, La Estrella, Medellín y Sabaneta.
89
|
La violencia derivada de las economías ilícitas que desde la década de los 80 se instaló en la
ciudad de Medellín y los municipios del Valle de Aburrá con sus dinámicas económicas,
sociales y culturales puso a la subregión en el tope de vulneraciones a los derechos humanos
en el país; esta problemática territorial ha dejado un saldo de víctimas del conflicto armado
que según datos de la UARIV se concentra en tres municipios: Medellín, Bello e Itagüí;
además estos lideran las cifras de victimización pues como lo señalan los reportes de la
Policía y Fiscalía, dichos municipios puntean en homicidios, desaparición forzada, lesiones
personales y violencias sexuales en la subregión.
Las estructuras criminales que ejercen violencia en el Valle de Aburrá se concentran en dos
grandes poderes: La Oficina y El Clan del Golfo. En Medellín hacen presencia
aproximadamente 350 bandas, que han sido reconocidas por la Policía y la Alcaldía de
Medellín. De estas aproximadamente el 85% pertenecen a La Oficina agrupadas en los
Grupos Delictivos Organizados (GDO). Por otro lado, de las bandas existentes en Medellín,
hacen presencia en el municipio de Bello: San Pablo, Soto, Los Triana (estos últimos aliados
del Clan del Golfo), pero en Bello también se reconocen los grupos: Pachelly, Niquía
Camacol, los Chatas, la Camila, además de varios grupos que más pequeños que controlan
también el microtráfico.
Hechos victimizantes
En los siguientes apartados de la Subregión se dará cuenta para los años 2015 a 2018 del
registro de homicidios, violencia interpersonal, desaparición forzada y presuntos delitos
sexuales, cifras discriminadas por año, llamando la atención el aumento en la cifras de
homicidio y presuntos delitos sexuales en los municipios que como se mencionó encabezan
las listas de víctimas (Medellín, Bello e Itagüí), en cuanto a la desaparición forzada Medellín
fue el municipio que experimentó un aumento en los casos reportados en el periodo
revisado.
90
|
imputados a estructuras ilegales, Clan del Golfo y La Oficina, que se han enfrentado por el
control de economías ilícitas y los corredores de movilidad.
También la alerta N° 059-18., allí se ponen sobre la mesa las actuaciones en las comunas 12
(La América) y Comuna 13 (San Javier).
De este modo, los hechos delictivos que más víctimas reportan al registro durante el
periodo de análisis son el desplazamiento forzado (12.026 personas), el homicidio (3.163
personas), las lesiones personales (33.491) y los delitos contra la libertad y la integridad
sexual (7.498 personas) para un total de 56.178 víctimas, si bien hay hechos victimizantes
con menos número de víctimas es necesario llamar la atención sobre ellos por el impacto
que tienen sobre la población civil y por ser utilizados por los grupos armados ilegales como
estrategia de control social y control territorial estos serían las amenazas y la desaparición
forzada, pese a esto es importante considerar el subregistro para dichos hechos
victimizantes.
Homicidio
91
|
880 865
860
840
820 802
800
780
754
760 742
740
720
700
680
2015 2016 2017 2018
Desaparición Forzada
Secuestro
De acuerdo a los datos expuestos por Fiscalía General de la Nación (2018), para el cuatrienio
los 3 municipios que se han venido perfilando como los que mayores hechos victimizantes
y vulneraciones presentan en la subregión, también tienen el mayor número de víctimas
con un total de 388 víctimas por secuestro simple o extorsivo. Cabe resaltar que durante el
2018 sólo se reportaron 47 casos, siendo la cifra más baja en todo el periodo de análisis,
considerando que estaba en 2015 (141 personas), 2016 (89) y 2017 (111).
Desplazamiento Forzado
92
|
Las cifras presentadas por la Unidad de Restitución de Tierras son a partir del 2011, y
corresponde a la Ley 1448 del mismo año. A continuación, se presentan el número de
solicitudes, número de predios y número de titulares, tal como se evidencia en la tabla. De
allí, Medellín (984), Bello (169), Barbosa (46) y Girardota (42) son los municipios con más
número de solicitudes. Resaltan los casos de Sabaneta para lo cual no hay datos, Envigado
(9) y La Estrella (9) siendo estos últimos los municipios donde menos solicitudes se
presentan, además de que el número de solicitudes, de predios y titulares es homogéneo y
reducido. En términos generales las cifras por número de solicitudes son superiores a las
otras dos variables, por lo que se intuye serias dificultades en los procesos y garantías para
quienes fueron despojados.
93
|
NÚMERO DE
SOLICITUDES
NÚMERO DE PREDIOS NÚMERO DE TITULARES
Barbosa 46 42 24
Bello 169 132 106
Caldas 14 11 9
Copacabana 17 15 17
Envigado 9 9 9
Girardota 42 35 17
Itagüí 29 27 19
La Estrella 9 9 6
Medellín 984 887 756
Sabaneta S.D S.D S.D
TOTAL SUBREGIONAL 1319 1167 963
Fuente: Unidad de Restitución de Tierras (UTR). Fecha de corte: 31 de diciembre de 2018.
Lesiones personales
94
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12000
9809
10000 9211
8694
8000
5777
6000
4000
2000
0
2015 2016 2017 2018
En los últimos tres años se han presentado lesiones con agentes químicos, ácido o
sustancias similares, situación que no se tenía registrada para el periodo 2015.
Los delitos sexuales son un fenómeno con altos índices de subregistro, que continúa
presentándose, pese a que como se ve en el gráfico ha tenido una baja en el número de
casos, es difícil constatar si así mismo disminuye su ocurrencia. Más adelante en el apartado
sobre trata de personas se ilustrará que las dificultades para tipificar el delito y comprobar
los casos son un problema al cual se enfrentan las instancias de justicia. Si bien las cifras son
parciales, el Valle de Aburrá cuenta con una sumatoria para el cuatrienio de 7.498 casos,
resaltando problemáticamente a Medellín, con 5.578 denuncias, seguido por Bello con 736
víctimas. Considerando los totales subregionales, no hay una tendencia clara por anualidad
que dé cuenta de la disminución, por cuanto en el cuatrienio el comportamiento es
irregular. Se resalta de nuevo la preponderancia de Medellín y Bello como lugares de mayor
riesgo para las personas.
95
|
2500
2190 2141
2000
1770
1500 1397
1000
500
0
2015 2016 2017 2018
Amenazas
Frente a esta vulneración es importante resaltar que viene en descenso, pese a que también
se cuenta con subregistro, toda vez que las mismas dinámicas del conflicto y la presencia
de actores armados ilegales con fuerte poder en las comunidades afecta la denuncia. No
obstante, según la Fiscalía y como se ve en el gráfico del 2015 al 2018 se presentan 170
casos menos, así mismo vale la pena aclarar que en el 2018 se presentaron amenazas en
contra de 10 defensores y defensoras de derechos humanos en los municipios de Medellín
(7), Bello (1), Envigado (1) y Girardota (1) (Mesa Territorial de Garantías, 2018).
400
300
200
100
0
2015 2016 2017 2018
96
|
Debido al contexto social del país y a los compromisos con los derechos humanos adquiridos
desde el ámbito internacional, se ha avanzado en el reconocimiento de los “sujetos de
especial protección”, con relevancia sobre todo desde la Constitución Política de 1991, por
lo que al Estado le corresponde avanzar en acciones afirmativas y efectivas para la
protección y garantía especial de estos grupos poblacionales y sus derechos, en aplicación
del principio de derecho a la igualdad de oportunidades y la no discriminación (Bernal y
Padilla, 2018). Estos sujetos se clasifican de la siguiente manera: mujer y género, población
LGBTI, niños, niñas y adolescentes, adultos mayores, víctimas del conflicto armado,
indígenas, afrodescendientes, población en condición de discapacidad, y campesinos.
Mujeres
Antioquia adoptó la política pública de mujeres mediante la Ordenanza No. 14 del 24 agosto
de 2015 y cambió el nombre de la Secretaría de Equidad de Género por el de Secretaría de
las Mujeres de Antioquia. Durante el año 2018 se realizó la actualización de la política
pública, la cual se encuentra en proceso de sistematización y validación final.
La situación de las mujeres en Antioquia refleja las brechas de género que aún persisten en
educación, autonomía económica, participación política, seguridad pública, salud y
violencias de género, todas ellas desfavorables. Esto se ve reflejado en el débil proceso de
incorporación del enfoque de género en las políticas públicas, dada la priorización de otras
problemáticas; la débil inclusión de esta perspectiva en el modelo educativo, por la no
incorporación de contenidos curriculares que fomenten la igualdad, libertad y autonomía
de hombres y mujeres en el marco de los derechos humanos, y la insuficiente capacitación
a docentes sobre el enfoque de género en la educación, que reproducen inequidades y
estereotipos discriminatorios. La baja autonomía económica de las mujeres prevalece
debido a la feminización de la pobreza y al poco acceso a programas de formación para el
empleo; así como la violencia y discriminación contra las mujeres, da cuenta de la poca
transformación en los imaginarios culturales que reafirman las conductas patriarcales y las
barreras que encuentran las víctimas de violencias de género y del conflicto armado para
97
|
acceder a una atención estatal integral; finalmente, la baja participación de las mujeres en
espacios políticos y sociales continúa a causa de los bajos niveles de formación política,
débiles procesos asociativos, poco reconocimiento y valoración del aporte de las mujeres al
desarrollo.
Considerando la proyección poblacional del DANE, para los años 2015 y 2018 hay una
distribución de género equitativa para todas las subregiones que conforman el
departamento. Las mujeres representan, para ambas anualidades entre el 49% y 52% de la
población en las subregiones. Según el Observatorio de Asuntos de Mujer y Género (2018),
las mujeres tienen mayor esperanza de vida, sin embargo, estos años adicionales por lo
general no están acompañados de buena salud; por el contrario, factores sociales como la
violencia, la pobreza y la discriminación hacen que las mujeres no puedan gozar plenamente
de sus buenas condiciones y calidad de vida. Entre las principales enfermedades de las
mujeres y que aumentan su mortalidad, se encuentran el cáncer de cérvix y el cáncer de
mama. Para el último año, el departamento de Antioquia informó que, entre estas dos
enfermedades, la mayor mortalidad registrada fue por cáncer de mama, donde se
reportaron 15 casos por cada 100.000 mujeres, tal como se ve en el siguiente gráfico.
98
|
25,0 19,6
Tasa por 100 mil mujeres
CERVIX MAMA
También se pudo advertir que seis de las nueve subregiones del departamento presentaron
mayores números de casos en mortalidad por cáncer de mama, dos más tuvieron la misma
tasa de mortalidad por cáncer de cérvix y cáncer de mama. Magdalena Medio, Occidente y
Urabá presentan las tasas más altas en cáncer de cérvix. Indudablemente las acciones de
prevención y promoción contribuyen directamente en la detección temprana, bien sea para
ser evitadas o para mejorar la calidad de vida durante la enfermedad.
99
|
7
Para ampliar información, ver Organización Mundial de la Salud (OMS). Disponible en:
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs348/es/
100
|
En comparación con otras mujeres, las jóvenes adolescentes corren mayor riesgo de
complicaciones y muerte por consecuencia del embarazo. La meta de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible es reducir la razón de mortalidad materna (RMM) mundial a menos
de 70 por 10 mil nacidos vivos entre 2016 y 2030. El Protocolo de vigilancia epidemiológica
de la mortalidad materna –PAHO (2016) sostiene que en Colombia la probabilidad de morir
por una causa materna durante la vida reproductiva de una mujer es de 1 en 460 mujeres8.
Finalmente, en lo que respecta al derecho a la vida, entre 2016 y 2017 los asesinatos de
mujeres en Antioquia aumentaron en 40 casos, pasando de 126 a 166. En cuanto al año
2017, se registró un aumento de asesinatos de mujeres en las subregiones del Urabá,
Suroeste y Valle de Aburrá, teniendo en cuenta que en Bajo Cauca y Nordeste el aumento
fue considerablemente alto: 3,12 y 6,47 casos por cada 100.000 mujeres respectivamente.
8
Recurso digital disponible en
http://iris.paho.org/xmlui/bitstream/handle/123456789/33712/9789275319338-spa.pdf ¿Esto no va en las
referencias, en vez de un pie de página?
101
|
Entre los años 2015 - 2016 en siete de las nueve subregiones se presentó disminución en la
tasa de asesinatos de mujeres o presuntos feminicidios en el departamento. En el gráfico
que se presenta a continuación se registra la tasa de asesinatos de mujeres por cada 100
mil habitantes.
Un aspecto a resaltar, tanto dentro de los feminicidios como de las agresiones contra las
mujeres, es que los presuntos agresores han sido en mayor proporción su pareja, expareja
y agresor desconocido. Adicionalmente, según el Instituto Nacional de Medicina Legal y
Ciencias Forenses, Antioquia es el segundo departamento de Colombia con mayor número
de casos (5.395) de violencia de pareja registrados en el año 2017, de los cuales el 85% de
las víctimas fueron mujeres, esto se traduce en una tasa de 159,61 casos por cada 100.000
mujeres y 30,90 por cada 100.000 hombres. Además, conforme a los reportes de la misma
fuente, la tasa de violencia de pareja contra la mujer presentó un incremento entre 2015 y
2017 de 13,6 puntos, lo que equivale a que en Antioquia cada día en promedio 14 mujeres
fueron violentadas por su pareja (Observatorio de Asuntos de Mujer y Género, 2018).
El deber de la sociedad y los entes gubernamentales es velar para que todos los Niños, Niñas
y Adolescentes (NNA) estén en igualdad de condiciones, puedan disfrutar de los derechos a
la vida, la educación, la salud, la nutrición, la recreación, el deporte, la cultura, el agua limpia
y la sanidad y estén libres de todo tipo de violencias y maltratos, es decir puedan vivir sus
vidas desde la dignidad, el querer y el respeto.
102
|
A nivel general, como elemento de contexto de la situación de violencia sexual contra los
NNA en el departamento, se presentan los Datos Abiertos de la Fiscalía General de la
Nación, desde donde se hace un registro detallado por hechos delictivos. En esta base de
datos se consultaron los delitos sexuales en menores, filtrándose por rangos etarios
(primera infancia 0-5, infancia 6-11, adolescente 12-14, adolescente 15-17 y sin dato), año
del hecho (2015,2016, 2017 y 2018), cantidad de víctimas y subregión, agrupada por los
municipios correspondientes.
Tabla # 19 Delitos sexuales contra niños, niñas y adolescentes por subregión, Antioquia
2015-2018
DELITOS SEXUALES CONTRA MENORES
SUBREGIÓN
2015 2016 2017 2018
BAJO CAUCA 71 75 102 52
MAGDALENA MEDIO 56 44 54 33
NORDESTE 68 63 65 30
NORTE 100 78 97 56
OCCIDENTE 106 104 88 56
ORIENTE 167 206 207 172
SUROESTE 169 135 154 97
URABÁ 175 147 164 87
VALLE DE ABURRÁ 1543 1230 1524 980
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|
De acuerdo a los análisis realizados, los casos más abundantes de violencia sexual son
ejercidos sobre NNA (la pedofilia y el abuso sexual intrafamiliar), seguido de la violación a
mujeres. El agresor sexual no es necesariamente un desconocido para la víctima; en
ocasiones es precisamente su cercanía cotidiana la que facilita un determinado grado de
confianza que deriva en la imposición de algún tipo de relación. Esta condición sugiere la
posibilidad de una violencia encubierta debido a actitudes de vergüenza o de temor a
represalias por parte de la víctima, lo que redunda en un bajo registro de denuncias y lo
convierte en un delito complejo de rastrear.
En lo que tiene que ver con exámenes médico legales por presunto delito sexual,
discriminando por grupo de edades (0 – 4 años, 5 – 9 años, 10 – 14 años, 15 – 19 años), se
observa que durante el año 2017 de los 23.798 casos registrados por Medicina Legal, 21.294
hacen referencia a violencias ejercidas a NNA entre los 0 a los 19 años, y que de allí 18.125
corresponden a mujeres y 3.169 a hombres.
Edad
Hombres Mujeres Total
0a4 599 2.049 2.648
5a9 1.211 4.362 5.573
10 a 14 1.026 8.720 9.746
15 a 19 333 2.994 3.327
20 a 29 122 1.414 1.536
30 a 39 48 491 539
40 a 49 19 220 239
50 a 59 16 107 123
60 a 69 4 28 32
70 a 79 1 15 16
80 y más 0 19 19
TOTAL 3379 20.419 23.798
Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal, 2017
104
|
temprana, la protección y el apoyo de los padres hacia los niños y niñas, son fundamentales
para no permitir círculos de violencia y vulneraciones graves de los derechos de los NNA.
Relacionando las cifras discriminadas por rango de edades de exámenes médico legales por
delito sexual y la incidencia de la familia como uno de los entornos de mayor vulneración,
de acuerdo a lo que indica el porcentaje de ocurrencia de casos en las viviendas, deben
hacer pensar sobre la urgencia de una mayor prevención a nivel familiar.
Tabla # 21 Exámenes médico legales de delito sexual por parentesco en Colombia, 2017
Parentesco Hombres Mujeres Total
Familiar 1.304 8.619 9.923
Abuelo (a) 104 728 832
Cuñado (a) 8 198 206
Familiar 123 806 929
Hermano (a) 139 374 513
Hijo (a) 2 7 9
Madrastra 15 4 19
Madre 21 31 52
Nieto (a) 0 2 2
Padrastro 156 2.621 2.777
Padre 206 1.698 1.904
Primo (a) 293 852 1.145
Sobrino (a) 3 16 19
Suegro (a) 1 5 6
Tío (a) 233 1.263 1.496
Yerno 14 14
Fuente: Instituto nacional de Medicina Legal, 2017
105
|
Antioquia tiene una política pública de discapacidad e inclusión social desde el año 2015 y
vigente hasta 2025, orientada a la plena inclusión de las personas con discapacidad- PcD-,
para garantizar el ejercicio efectivo de sus derechos. Es la base para la planeación y
ejecución de todas las acciones a nivel departamental, orientadas al goce efectivo de
derechos de las PcD, su comunidad, sus familias y cuidadores.
106
|
La política enfatiza en el desarrollo de las capacidades de las PcD en todo el ciclo vital,
teniendo en cuenta condiciones diferenciales de edad, género, etnia, orientación sexual,
afectación por hechos victimizantes y otras vulnerabilidades. Fundamentados en la premisa
de que la discapacidad es un fenómeno multidimensional, se soporta en tres marcos de
referencia para la acción: Protección social, orientado a la persona; Compensación y
cohesión social, orientado a la familia y comunidad local; y Equiparación para el desarrollo,
orientado a la sociedad en general.
Adultos Mayores
La política pública cuenta con cuatro ejes de intervención: 1) promoción y garantías de los
derechos humanos de las personas mayores; 2) protección social integral; 3)
envejecimiento activo; y, 4) Formación de talento humano e investigación.
Población LGTBI
El Gobierno Nacional, mediante el Decreto 762 de 2018, formuló la Política Pública para la
garantía del goce efectivo de derechos de las personas que hacen parte de los sectores
sociales LGBTI y de personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas.
Su base es el reconocimiento de la igual dignidad de todas las personas LGBTI y de sus
derechos inalienables. En consecuencia, promueve y alienta el goce efectivo de derechos y
libertades, mediante la adopción de medidas, mecanismos y desarrollos institucionales
encaminados a materializar progresivamente el derecho a la igualdad, la no discriminación
y los demás derechos.
107
|
Los objetivos de la política pública para el sector LGBTI están dirigidos a la promoción y
garantía de derechos civiles y políticos, a garantizar el ejercicio efectivo del derecho a la
participación por parte de los sectores LGBTI y a la promoción y garantía de los derechos,
económicos, sociales y culturales, con énfasis en los derechos a la salud, educación, trabajo,
vivienda, recreación, deporte y cultura.
El departamento de Antioquia aún no cuenta con una política pública para el sector LGBTI.
En contextos territoriales de comunidades indígenas, afrodescendientes y especialmente
rurales, donde la realidad social del sector LGBTI es más difícil que en contextos urbanos.
Población Indígena
En el departamento habitan los pueblos nativos Embera, Gunadule (Kuna Tule) y Senú
(Zenu). Están ubicados en 31 municipios de las subregiones de Urabá, Occidente, Suroeste,
Norte, Bajo Cauca, Nordeste y Magdalena Medio y se organizan según etnia y subgrupo en
193 comunidades y 51 resguardos. Estas comunidades étnicas poseen tradiciones culturales
propias y un importante acervo de conocimientos, sin embargo, existen condiciones de
marginalidad y pobreza muy altas en sus territorios.
Diversos factores determinan que la población indígena no logre el goce efectivo de sus
derechos, entre estos el contexto de conflictividad que atraviesan las subregiones,
marcadas por la presencia de actores armados ilegales y procesos de extracción de recursos
que van en contravía de sus planes de vida y cosmovisión. Entre las principales dificultades
de carácter histórico se cuenta la falta de satisfacción de sus requerimientos alimentarios
que, dependiendo de ciertas dinámicas ambientales, culturales y sociales presentan
situaciones de afectación nutricional grave entre la población infantil, asociadas por ende a
la salud. Esta situación conlleva a que cada vez se establezca una mayor dependencia de la
población, con relación a los subsidios que los programas estatales realizan para mitigar la
108
|
Así mismo, los indígenas continúan expresando su preocupación por los macro-proyectos y
la minería ilegal en territorios ancestrales, pues se generan conflictos sociales y culturales
que afectan el tejido comunitario y las fuentes hídricas, como ocurre con el río Nechí, en
Puerto Claver y Zaragoza. De igual modo, según la Organización Indígena de Antioquia, el
conflicto armado y la poca respuesta institucional continúa generando desplazamientos
forzados, situaciones de confinamiento, ataques indiscriminados, enfrentamientos
armados, asesinatos y amenazas, hechos sistemáticos que se registran y afectan a la
población civil y en especial la población indígena. En lo corrido del año 2018, han sido
asesinados cinco indígenas en la zona, y otras 5.000 personas se han visto vulneradas por
causa de este conflicto armado en los municipios de Tarazá, Cáceres, Caucasia, El Bagre,
Zaragoza, Nechí y Valdivia (OIA, 2018).
Población Afrodescendiente
Antioquia cuenta con una política pública para reconocer y garantizar los derechos de las
comunidades negras o afrodescendientes del departamento, que fue adoptada mediante
Ordenanza 010 del 25 de mayo de 2007. Con esta política pública se pretende garantizar los
derechos de las comunidades negras o afrodescendientes contenidos en la Constitución y
la ley. Adicionalmente, se busca focalizar, identificar e incrementar el acceso de esta
población a los programas sociales del Estado, de tal manera que se generen mayores
oportunidades para alcanzar los beneficios del desarrollo y mejorar sus condiciones de vida,
a través de la implementación de acciones afirmativas.
Uno de los principales detonantes del conflicto es la tenencia y titulación de la tierra, que a
partir de los históricos procesos de tenencia informal y procesos ilegales ha generado
disputas entre diferentes actores, viéndose afectadas las comunidades étnicas. En ese
sentido, vale la pena referir que dentro de los procesos de titulación colectiva de
comunidades negras de Antioquia que se tramitaron entre 1997 y 2011, resultaron 14
títulos colectivos que representan más de 240.000 hectáreas adjudicadas a comunidades
negras. Si bien están en jurisdicción de 11 municipios pertenecientes a 6 subregiones del
departamento, una vez se mapean todos los territorios colectivos resulta evidente que se
concentran en tres zonas específicas: 1) la zona de influencia de la cuenca media del río
Atrato, 2) el golfo de Urabá, y 3) la cuenca del río Porce–Nechí, a la altura de los municipios
de Zaragoza y El Bagre. Existen también dos procesos aislados, uno en Yondó y el otro en
Sopetrán (Domínguez, 2015).
109
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Área
Año de
Zona Consejos comunitarios Municipios titulada
titulación
(Ha)
179.581
Vigía del Fuerte,
Cocomacia (total 1997
Zona 1. Influencia Murindó y Urrao
695.245)
cuenca media Por la identidad cultural de
Atrato Urrao y Frontino 12.399 2001
Mandé
Por el desarrollo integral Murindó 11.120 2001
110
|
(Bocas del Atrato y Leoncito, Los Mangos y Los Manatíes). Los títulos expedidos representan
39.106 hectáreas de propiedad colectiva de comunidades negras en el golfo de Urabá
(Domínguez, 2015).
Estos territorios están en zonas de bajamar donde predomina el bosque de mangle. Los
bosques nativos de otras especies han sido extensamente intervenidos por la explotación
de madera y la mayoría de estas comunidades viven actualmente de la pesca. En Bocas del
Atrato, según la evaluación técnica realizada por el Incora, aproximadamente cinco mil
hectáreas de las solicitadas son bosques de manglar donde las comunidades han construido
sus caseríos y donde llevan a cabo la mayoría de sus actividades. Esto implica que las
viviendas y los caminos deben ser construidos sobre pilotes de madera enterrados en las
aguas poco profundas características de los bosques de mangle, como consecuencia no hay
terrenos secos donde cultivar (Cardona, 2017).
Las cuatro comunidades negras de esta zona han padecido la incidencia del conflicto
armado en sus territorios. Con procesos de venta forzada de terrenos y la existencia de
trámites de titulación privada en terrenos que hacían parte de la solicitud de titulación
colectiva de Puerto Girón.
Debido a que para algunos de los temas que se abordarán en este apartado no se dispone
de información detallada por municipios y subregiones, y considerando que cada subregión
presenta sus particularidades y hechos con mayor ocurrencia, cuya lectura mejora la
comprensión de las dinámicas de vulneración en dichas zonas, se presenta a continuación
un panorama general que permite valorar tanto el contexto como las principales acciones
encaminadas al restablecimiento de derechos de las personas, entendido este como la
posibilidad de aportar a la dignidad e integridad de los sujetos, así como a la capacidad para
hacer efectivos los derechos que le han sido vulnerados.
La trata de personas es uno de los delitos que implica varias vulneraciones de derechos
humanos a las víctimas, pero principalmente es un delito contra la libertad. Es un fenómeno
que toma diversas formas y que logra ser invisibilizado con facilidad porque en ocasiones
se confunde con prostitución, trabajo en servicios, entre otros. Así, la pobreza, la violencia
cotidiana, el conflicto interno armado, el narcotráfico, generan las condiciones de
111
|
posibilidad para que se den ciertos tipos de delitos que pueden pasar desapercibidos, como
es este hecho victimizante .En tal sentido, las condiciones socioeconómicas, la complejidad
del delito y la dificultad para ser identificado logran que las denuncias sean pocas y que la
judicialización sea mínima.
El contexto de violencias históricas hacia las mujeres, así como las altas tasas de desempleo,
bajos ingresos, madresolterismo, ausencia de condiciones básicas para una vida digna,
entre otros factores, propician las condiciones para que estructuras GDO y GAO por medio
de la coacción y los engaños a partir de acciones tales como la oferta de dinero, involucren
principalmente a mujeres en sus redes y rentas criminales. Con el agravante del alto
subregistro, que complejiza tanto la contención del delito como la atención a las víctimas.
La mayoría de víctimas de trata de personas son identificadas porque son rescatadas o se
escapan de sus captores.
112
|
En ese sentido, algunas problemáticas que pueden asociarse a la trata de personas son la
presunta venta de virginidades de NNA denunciadas por algunos medios de comunicación
y por organizaciones de la sociedad civil; igualmente se asocian a este delito la explotación
sexual comercial de NNA, la proliferación de inquilinatos (según estimaciones, en los 200
inquilinatos de Medellín, albergan alrededor de 15 mil personas), la recurrente vinculación
de NNA a los grupos ilegales al margen de la ley que actúan en la ciudad, la venta y consumo
de estupefacientes y las violencias basadas en género (Alcaldía de Medellín –SISC-, 2019).
113
|
2014 1 15
2015 1 8
2016 0 10
2017 0 10
*2018 2 12
Subtotal 8 (11%) 67 (89%)
Total 75
*En 2018 se presentaron 7 víctimas menores de edad
Fuente: Ministerio del Interior, 2018
La trata de personas es un delito que afecta a hombres, mujeres, niños y niñas, sin embargo,
se ha configurado como una forma de violencia basada en género, afectando de manera
significativa a las mujeres en un 88.2%.
PREVENCIÓN Y ATENCIÓN
Para las víctimas de trata de personas se cuenta con Rutas de Atención inmediata y mediata.
Cuando las presuntas víctimas de trata de personas -PVTP vienen del exterior, la ruta es
activada por el Centro Operativo Antitrata -COAT, del Ministerio del Interior. El COAT deriva
al Comité Territorial contra la Trata de Personas Departamental o Municipal de Medellín,
dependiendo del caso, es decir, si la PVTP es de Medellín al Comité de Medellín, y si es de
un municipio diferente a Medellín deriva al Comité Departamental; igualmente, al comité
Departamental cuando se presenta una víctima de otro departamento.
114
|
Mediante la Resolución No. 0141 del 26 de febrero de 2019 “por medio de la cual se crean
y modifican las unidades especiales para el conocimiento de las temáticas priorizadas y se
adoptan otras decisiones en la organización interna de la Dirección Seccional de Antioquia”.
De acuerdo a esto, se crean las unidades de vida y se modifica la Unidad de Género para el
conocimiento de casos priorizados y se establece el nuevo funcionamiento de las unidades
locales, seccionales, especializadas y unidades especiales y de priorización. Teniendo en
cuenta el artículo 250 de la Constitución Política y 45 de la ley 906 de 2004. “El Fiscal General
y sus delegados tienen competencia en todo el territorio nacional… y el artículo 29 de la
resolución 02418 de 2017 que indica la competencia de los fiscales para cumplir con los
criterios planteados y ejecutar acciones de redistribución de servidores o de carga de
trabajo, bajo el entendido de que los fiscales seccionales y locales tienen competencia en
todo el territorio nacional para asumir el conocimiento de investigaciones por cualquier
hipótesis delictual y ante cualquier juez”.
Así mismo, que la resolución 02418 del 11 de julio de 2017, faculta a los directores
seccionales para que puedan reorganizar las unidades y crear grupos de trabajo de manera
temática, teniendo en cuenta “las necesidades del servicio, razones de priorización y
manejo estratégico de la carga, en donde los fiscales locales podrán adelantar
investigaciones ante jueces del circuito siempre y cuando estas no constituyan la mayor
parte de su carga laboral o no se cuente con disponibilidad de un fiscal seccional para su
trámite”.
4.2 Reclutamiento, Uso y Utilización de Niños, Niñas y Adolescentes por Grupos Armados
Ilegales
El conflicto armado interno que vive Colombia hace más de cinco décadas ha dejado,
además de víctimas, evidencias de la debilidad económica, política y social de muchas zonas
del territorio Colombiano; de hecho son entornos donde predomina la pobreza, la
inseguridad, el desempleo y otras formas de violencia que vulneran los derechos de los
menores de edad y los pone en riesgo de desarrollar conductas de difícil manejo, elegir la
violencia como manera de resolver conflictos de diferente orden y la ilegalidad como opción
de ingresos, y/o ser reclutados, usados y utilizados por grupos armados al margen de la ley.
El principal grupo responsable de reclutamiento de menores fue las FARC, con un 54% en el
periodo comprendido entre los años 60 y 2017 con un total de 6.068 NNA reclutados,
seguido de los paramilitares con un 27% representados en 1.625 víctimas de reclutamiento
entre los años 90 y 2006, fecha en la cual se produjeron las desmovilizaciones, con lo cual
se supone que este flagelo debería haber terminado; no obstante, las dinámicas del
conflicto y las disputas por el control territorial y las rentas criminales han generado que se
dé con mayor fuerza el fenómeno de la utilización de NNA, no a través de la coacción de los
NNA y sus familias, sino ofreciendo una remuneración económica (Centro Nacional de
Memoria Histórica, 2017).
116
|
Aunque históricamente los niños han sido utilizados en la guerra principalmente como
informantes, el estudio del Centro Nacional de Memoria Histórica encontró que en los
últimos años hay una mayor participación de estos en economías ilegales como la
producción y comercialización de coca, la minería ilegal y la extorsión.
9
Cuyo objetivo es definir la priorización territorial, así como los criterios de priorización, que sirvan de insumo
para la planeación y la focalización de actividades, planes y proyectos de cada una de las entidades signatarias
del CONPES 3673 y del Decreto 0552 de 2012.
117
|
En el bajo Cauca el índice de prevención del reclutamiento es superior alto para municipios
como Cáceres, Zaragoza, El Bagre, Nechí y Tarazá, siendo estos municipios a su vez los que
tienen mayor índice de presencia violenta y riesgo de victimización alto y medio alto. El
municipio de Caucasia se ubica en un nivel superior medio.
Para la región Suroeste, Titiribí, Venecia, Jericó, Tarso e Hispania presentan un índice de
118
|
prevención de reclutamiento de niños, niñas y adolescentes medio, mientras que para los
municipios de Salgar, Ciudad Bolívar, Urrao, Betulia, Betania, Andes y Concordia el índice de
prevención del reclutamiento está en un nivel superior medio. Para el resto de los
municipios el índice de prevención del reclutamiento es superior bajo.
En la subregión de Urabá, los municipios con mayor riesgo de reclutamiento de niños, niñas
y adolescentes son Turbo, Apartadó, San Pedro de Urabá, San Juan de Urabá, Murindó,
Chigorodó, Vigía del Fuerte, los cuales se encuentran en un rango nivel superior alto.
Por último, en el Valle de Aburrá, en Medellín, Itagüí y Bello, el riesgo de reclutamiento, uso
y utilización de menores es superior alto y en los restantes 7 municipios es superior medio.
119
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Lazos familiares y Implica romper lazos sociales y No implica romper lazos sociales
sociales familiares y familiares
Ejercicio de sus Pérdida del ejercicio de sus Pérdida parcial del ejercicio de
derechos derechos sus derechos
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Finalmente, uno de los principales riesgos para NNA es la cercanía a grupos que tengan
dentro de sus prácticas el reclutamiento forzado o la utilización de los niños, niñas y
adolescentes, en Colombia se identifican dos tipos de estructuras armadas. En primer lugar,
están los grupos armados ilegales o guerrillas, Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC)
y Ejército de Liberación Nacional (ELN). En segunda medida, están los Grupos de
Delincuencia Organizada (GDO), que pueden ser combos o pandillas, y los Grupos Armados
Organizados (GAO), dentro de los cuales en Antioquia predominan el Clan del Golfo, Los
Caparrapos y ahora las denominadas disidencias de las FARC.
121
|
Judicialización de NNA en alto riesgo, reclutados o utilizados por grupos armados ilegales,
quienes frecuentemente son estigmatizados socialmente y en algunos casos abandonados
por la institucionalidad. De allí, se define dar prioridad a la población que por sus
características transgresoras y de difícil manejo son mucho más susceptibles a las presiones
y demás estrategias de la delincuencia. Su condición de vulnerabilidad propicia que resulten
atractivos para hacer parte de grupos y pandillas que generan desorden social, problemas
de seguridad y convivencia, así como vulneración de los DDHH. Según la Defensoría
delegada para la protección de los NNA del conflicto, entre 2014 y 2017 fueron
desvinculados 354 NNA del conflicto armado en Antioquia, en 2018, 108.
122
|
Por su parte, en cuanto a la desaparición forzada, según las cifras del RUV - Registro Único
de Víctimas de la Red Nacional de Información de Colombia, a octubre de 2018 Antioquia
contaba con un total de 7.762 víctimas directas de desaparición forzada, homicidio,
fallecidas y no activas para la atención. En esa medida y atendiendo a este preocupante
dato, la administración departamental busca estrategias que le permitan combatir el flagelo
de la desaparición forzada.
Es claro que la entrega del cuerpo no desaparece el dolor de sus familias, pero sí permite
cerrar un ciclo y hacer un duelo para posteriormente continuar y rehacer la vida, de allí la
importancia del proceso psicosocial que acompaña a las familias de las víctimas.
123
|
reportaron 7.810 personas víctimas de ese flagelo. De ellas, 5.948 personas, el 51%,
corresponden sólo a dos municipios del Bajo Cauca, Cáceres y Tarazá. Esta situación se
presenta también con prevalencia al aumento en el Norte antioqueño, dinámicas que se
evidencian en las alertas tempranas respecto a las disputas y copamiento de territorios que
presentaban poder hegemónico de las FARC y están en disputa por parte de GAO y GDO,
situaciones asociadas a los cultivos de uso ilícito y los planes de sustitución, con lo cual estos
grupos amenazan y vulneran a campesinos que no se sometan a sus órdenes.
Acciones del Comité Interinstitucional para la Respuesta Rápida De Las Alertas Tempranas
Expedidas Por La Defensoría Del Pueblo 2018-2019
Armonización con los entes territoriales para la atención humanitaria en los eventos
masivos de desplazamiento de los municipios con alertas tempranas: Cáceres, Tarazá,
Caucasia, Zaragoza, Ituango, Medellín y Anorí.
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|
En la tabla anterior se presentan los municipios con Alertas Tempranas emitidas por la
Defensoría del Pueblo para el año 2018, se evidencia a Urabá como la subregión que más
alertas presentó, seguida de Bajo Cauca. En ellas se advierten que el escenario de riesgo se
configura a partir de la confrontación armada con interposición de población civil, entre
grupos armados sucesores del paramilitarismo que se disputan el control de las economías
legales e ilegales del municipio, así como el posible enfrentamiento entre unidades del ELN
y el Clan del Golfo, por el acceso a las áreas que eran controladas por las FARC – EP, siendo
actor armado hasta su reincorporación a la vida civil, así como la presión contra las
comunidades para aceptar el control violento de los armados y las violaciones masivas a
derechos humanos que se desprenden de ello.
En medio del conflicto armado colombiano la tierra ha sido un factor detonante del mismo.
Diversos grupos armados han utilizado la violencia, psicológica y física, para lograr quedarse
con grandes extensiones de tierras en un intento no solo por controlar un territorio sino
para obtener un beneficio económico al poner a producir o vender la tierra despojada. Por
esta razón, en Colombia los desplazamientos forzados y el despojo o abandono forzado de
tierras son fenómenos paralelos y ambos constituyen la violación de varios derechos
125
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De este modo, la tenencia de la tierra constituye un factor nodal del conflicto social y
político del departamento, por lo tanto, la restitución de tierras se convierte en un desafío,
especialmente en zonas donde continúa la violencia. Según la Organización de las Naciones
Unidas, “en Antioquia las principales dificultades para los reclamantes incluyen:
presupuestos institucionales inadecuados a nivel local, la desarticulación institucional, y la
disparidad de capacidad y voluntad de las hasta 20 entidades responsables para el
cumplimiento de las órdenes de los jueces para la restitución (ONU, 2015).
Según datos de la Unidad de Restitución de Tierras, los municipios con mayor cantidad de
solicitudes de restitución son Turbo (2.848), San Carlos (1.772), Granada (1.175), Mutatá
(845). En lo que respecta a las subregiones, el número más alto de solicitudes lo tiene Urabá
con 4.013, seguido por el Oriente con 2.729 y Bajo Cauca con 2.342.
ANTIOQUIA
NÚMERO DE NÚMERO DE NÚMERO DE
SOLICITUDES PREDIOS TITULARES
Bajo Cauca 2.342 2.203 1.765
Magdalena Medio 523 484 339
Nordeste 1.195 1.099 805
Norte 822 724 504
Occidente 1.228 984 678
Oriente 2.729 2.170 2.238
Suroeste 1.268 1.174 756
Urabá 4.013 3.768 2.299
Valle de Aburrá 1.319 1.167 963
TOTAL DEPARTAMENTAL 15.439 13.773 10.347
Fuente: Unidad de Restitución de Tierras (UTR). Fecha de corte: 31 de diciembre de 2018.
En total el departamento cuenta con 15.439 solicitudes, de éstas el 63% están habilitadas
por el Ministerio de Defensa para la Restitución de Tierras, de allí hay 1.186 sentencias y
9.646 hectáreas con sentencia restitutiva (URT, 2018). Por el alto índice de solicitudes el
departamento de Antioquia cuenta con 5 territoriales de la Unidad de Restitución de
Tierras: Medellín, Noroccidente, Urabá, Bajo Cauca y Magdalena medio.
126
|
Por mina antipersonal (MAP) se entiende todo artefacto explosivo que puede herir, mutilar
o matar a una o más personas y se activa por la presencia, la proximidad o el contacto de la
propia víctima (Descontamina, 2018).
Durante todo el periodo sobresalen Bajo Cauca y Norte como las subregiones de mayor
ocurrencia; así, del total de casos 36 corresponden al Bajo Cauca y 25 al Norte, en ambas
subregiones se dan procesos de sustitución de cultivos ilícitos, y específicamente los
municipios de Tarazá, Briceño y Anorí han presentado aumento en los casos de MAP y AEI.
De este modo se demuestra cómo está relacionada la presión de los actores armados
ilegales para no permitir los procesos de erradicación, y se revela la poca transformación de
las prácticas del conflicto, que en definitiva ocasiona víctimas de la sociedad civil.
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Dentro del proceso de desminado humanitario se pretende ubicar y despejar todas las áreas
peligrosas confirmadas que afecten la seguridad de las comunidades, así como su desarrollo
socioeconómico, lo cual implica que se haya despejado la totalidad del área declarada como
libre de sospecha de contaminación con MAP y se generen las condiciones de seguridad y
el retorno a estas. De acuerdo con lo anterior se presentan a continuación los municipios
registrados libres de sospecha y reporte por MAP.
128
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explosionar y otros elementos explosivos improvisados. Antes habían alcanzado esta meta
las localidades de San Carlos (2012), San Francisco (2015), Guatapé (2016), El Peñol,
Medellín y Cocorná (2017), Granada, Rionegro, San Vicente Ferrer y Jardín (2018)10.
En definitiva, Los reportes de MAP, MSE y AEI en 2018 se incrementaron con respecto al
año inmediatamente anterior, aunque se evidencia reducción frente al 2015. En esta
situación tienen que ver los procesos de sustitución de cultivos ilícitos y las disputas
territoriales de las organizaciones criminales para proteger sus rentas, generando con ello
la afectación principalmente a campesinos y comunidades que ven limitado su derecho a la
libre movilidad por temor a ser víctimas de estos artefactos.
10
Para ampliar ver información en: Hacemos Memoria (2018). En Antioquia el desminado avanza más rápido
que el Estado. http://hacemosmemoria.org/2018/12/04/desminado-antioquia-balance/
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PROCESO DE CARACTERIZACIÓN
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Las principales necesidades de trabajo para hacerle frente al tema, hacen referencia al
acompañamiento psicosocial a las víctimas en los procesos de exhumación e inhumación de
restos óseos identificados, así mismo la identificación de lugares donde se encuentran fosas
comunes, cementerios legales e ilegales. Además, se resalta la importancia del trabajo
interinstitucional y desde la prevención se requiere fortalecer los procesos de formación a
funcionarios y organizaciones para mejorar el abordaje del delito de la desaparición forzada.
131
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En contraste con esta información, desde la Mesa Territorial de Garantías para defensores
de derechos humanos se registró para 2017 un total de 257 agresiones y para 2018, 147
casos, de estos 90 fueron a hombres, 33 a mujeres, 22 amenazas colectivas y 2 contra la
población LGBTI. Es complejo conocer la realidad de la situación, dado que además del
subregistro en las denuncias, tampoco existen bases de datos unificadas entre distintos
entes territoriales.
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Los principales actores involucrados según la Mesa Territorial de Garantías para defensores
de derechos humanos son disidencias de las FARC -frente 36- (Norte), Clan del Golfo (Bajo
Cauca, Urabá, Valle de Aburrá, Occidente y Norte); Caparrapos (Bajo Cauca), Carteles
mexicanos (Valle de Aburrá) y presuntamente Fuerza pública (Bajo Cauca, Occidente, Norte,
Suroeste y Valle de Aburrá).
11
Para ampliar información ver: The London School of Economics and Political Science. Una paz
violenta: el asesinato de líderes sociales como estrategia de control territorial en Colombia.
Disponible en: http://blogs.lse.ac.uk/latamcaribbean/2019/01/22/una-paz-violenta-el-asesinato-
de-lideres-sociales-como-estrategia-de-control-territorial-en-colombia/?from_serp=1
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Pese a que existe una ruta aprobada para la atención y protección de Defensores, mediante
el Decreto 1066 de 2015, en articulación con la Unidad Nacional de Protección, se evidencia
que las agresiones se incrementaron en las subregiones donde están las zonas de alta
sensibilidad para la implementación de los acuerdos de paz y la sustitución de cultivos de
uso ilícito, tales como el Nordeste, Norte, Bajo Cauca, y Urabá.
Por subregión, el Bajo Cauca llevó la peor parte con 12 homicidios, seguido de Norte 9,
Urabá 2, Magdalena Medio y Valle de Aburrá con 1 caso cada una.
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En este contexto, se presentan como sujetos sociales en riesgo líderes y lideresas sociales,
defensores de derechos humanos, líderes y lideresas que apoyan la sustitución voluntaria
de cultivos ilícitos y la restitución de tierras, miembros de JAC, NNA, jóvenes, población
LGBTI y funcionarios públicos.
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Los cultivos y el tráfico de coca han llevado a las comunidades involucradas a vivir desde el
conflicto, la violencia y el temor. La cultura de la tenacidad y el emprendimiento se ha
contaminado con la cultura de la ilegalidad. La diversidad biológica, el agua y la fecundidad
de los suelos están amenazadas y con ellas la calidad de vida. A eso se suma la presencia de
136
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Así mismo, el Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS), es
una apuesta para resolver el fenómeno de las drogas ilícitas de la mano con las
comunidades. Hace parte del Punto 4 “Solución al Problema de las Drogas Ilícitas” del
Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y
Duradera y es un capítulo especial de la Reforma Rural Integral -RRI- (Punto 1) para
transformar de manera integral las condiciones de vida de las comunidades rurales,
mediante la superación de la pobreza y de la brecha entre el campo y la ciudad. El PNIS se
basa en procesos de construcción y desarrollo participativos a través de asambleas
comunitarias.
Gráfico # 56 Proyectos Programa Antioquia Libre de Coca, 2018
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Los municipios con mayor densidad de cultivos ilícitos en el departamento según informe
SIMCI-UNODC del año 2016 y que han manifestado su voluntad de ingresar al programa son
Tarazá, Cáceres, Briceño12 y Anorí, además, municipios que colindan con el primer nivel,
pero su densidad de cultivos ilícitos es relativamente menor, como es el caso de
Campamento, Ituango y Valdivia, los cuales inician en segundo semestre de 2019.
12
El municipio de Briceño fue seleccionado dada la magnitud del problema, por el Gobierno y las FARC para
el plan piloto de sustitución de cultivos de uso ilícito, en esa población del norte de Antioquia se logró una
intervención que involucró a 2.255 personas de 35 veredas y que logró la erradicación voluntaria de 552
hectáreas de coca, que se encontraban en 1.921 lotes.
138
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En los municipios del Bajo Cauca afectados por cultivos ilícitos intervienen actores armados
como el ELN, Clan del Golfo y Caparrapos; por su parte, en el Norte, específicamente el
municipio de Campamento, hacen presencia GAO y disidencias del Frente 36 de las FARC.
En Ituango, además de estos últimos, existen disidencias del Frente 38 y estructuras como
Los Pachelly, Clan del Golfo y Caparrapos.
Como se mencionó anteriormente, desde el marco integral que se conciben los proyectos
se plantean estrategias de superación de la problemática que implica a los campesinos
enfrentar distintas situaciones de riesgo y el miedo de la relación con los actores armados
ilegales, así como la falta de condiciones que les propicien un mayor acceso a recursos a
partir de la productividad de sus tierras con otros cultivos, una mejor comercialización,
entre otras. En ese sentido, en la actualidad se realizan en los municipios de Valdivia,
Briceño, Ituango y Tarazá proyectos de infraestructura para la pavimentación de tramos de
vías, así como proyectos de siembra, y fortalecimiento de asociaciones y organizaciones en
Zaragoza, Cáceres, Tarazá, El Bagre y Valdivia. Por otro lado, para el fortalecimiento de la
seguridad, justicia y DDHH se implementan procesos de formación en DDHH, espacios de
interlocución, provisión de equipos y adecuación de espacios físicos.
Dado que en Colombia desde hace varias décadas ha existido la producción de cultivos de
uso ilícito y se ha convertido en la más importante renta de las organizaciones criminales,
es comprensible que no se dé un proceso inmediato de la sustitución de los mismos. No
obstante, dados los riesgos que estos le generan a las comunidades, se implementan
acciones que propenden por la voluntariedad de erradicación por parte de las familias
involucradas, así como la priorización de situaciones que les permitan transformar sus vidas
y retornar a la vocación de cultivos tradicionales y otros procesos productivos que les
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A nivel nacional están dispuestos 24 ETCR, de los cuales cuatro se localizan en Antioquia.
Desagregando el análisis a una escala subregional, en el Nordeste se localizan dos ETCR: uno
en Remedios (Carrizal) y otro en Anorí (La Plancha). Frente al primero, en Carrizal se cuenta
con la vinculación de 78 excombatientes quienes fueron miembros del Bloque Magdalena
Medio, liderado por Alberto Cancharina, y que están participando actualmente en el
desarrollo de dos proyectos productivos: ganadería de doble propósito y producción de
tilapia roja. En el segundo, La Plancha, 68 excombatientes hacen parte de los proyectos
productivos de invernadero para cultivo de tomates y legumbres y piscicultura. Estas
personas antiguamente eran integrantes del frente 56, del cabecilla “Anderson”. En el Norte
está ubicado el ETCR de Santa Lucía, en Ituango, el cual cuenta con la participación de 114
excombatientes que están vinculados en proyectos de autoabastecimiento -de aves
ponedoras y cría de truchas- y productivos de ganadería de doble propósito. Finalmente, en
Dabeiba, Occidente antioqueño, están 185 ex integrantes del bloque noroccidental que fue
dirigido por alias Isaías Trujillo. A lo anterior también se suman proyectos educativos -como
cero analfabetismos, bachillerato rural y digital-, brigadas en salud, formación de
deportistas de alto rendimiento, eventos de reconciliación, acciones de promotores
comunitarios de paz y pedagogía en género (Gerencia de Paz, 2018; ARN, 2018).
Referente a las Áreas de Reincorporación Grupal y los Espacios Geográficos Dispersos, son
localidades donde se han congregado excombatientes de las FARC de manera informal,
pero que mantienen contacto con la Agencia para la Reincorporación y la Normalización
(ARN). La conformación de estas zonas responde a una búsqueda de mejores garantías
económicas y sociales. Se identifica un total de 206 excombatientes en las Áreas de
Reincorporación Grupal, distribuidos en Yondó, Dabeiba, Mutatá, Frontino y Urrao, y de 529
en los Espacios Geográficos Dispersos, localizándose en diferentes municipios del Nordeste,
Norte, Occidente, Oriente, Urabá y Valle de Aburrá.
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Los trabajos desarrollados al interior de los ETCR, las Áreas de Reincorporación Grupal y los
Espacios Geográficos Dispersos hacen parte del cumplimiento de los Acuerdos de paz para
posibilitar la terminación definitiva de acciones bélicas, configurar un entorno real de ese
al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo (CFHBD) y Dejación de Armas (DA) y
garantizar a partir de la institucional la reincorporación de los ex combatientes.
Considerando que Antioquia es el departamento con más víctimas registradas, estos
esfuerzos son más que necesarios. En ese sentido, desde la Gerencia de Paz se manifestó la
necesidad de un acompañamiento más decidido desde el gobierno nacional con el proceso
de reinserción de los excombatientes y la consolidación de un entorno de paz verdadero.
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De manera preliminar es preciso considerar que el actual código de minas (Ley 685 de 2001)
considera la minería ilegal como “aquella actividad exploratoria o de extracción de
minerales, bien sean de propiedad de la nación o de particulares, que se desarrolla sin el
correspondiente título minero vigente o sin la autorización del titular de la propiedad
privada donde se ubique el proyecto (artículo 159). Es necesario, además, tener en cuenta
que la minería de subsistencia, artesanal o de barequeo no se constituye en minería ilegal,
aunque esta ha sido permanentemente estigmatizada y relacionada con organizaciones
ilegales. La minería de subsistencia, como su nombre lo indica, se hace buscando satisfacer
las necesidades básicas sin obtener un lucro o provecho sustancioso de la actividad; en el
caso de la minería artesanal, esta contempla “las actividades realizadas por pequeños
productores mineros auto empleados, que trabajan de manera individual, en forma
familiar, o agrupados en diversos tipos de organización productiva, incluyendo formas
asociativas, cooperativas, pequeñas y micro empresas, y en algunos casos, comunidades
indígenas y afro descendientes que realizan este tipo de minería como una actividad
tradicional” (Procuraduría General de la Nación, s.f. p. 9). En lo que respecta a la minería de
barequeo, hace referencia, según lo establece el Código de Minas en su artículo 155, a una
“actividad popular de los habitantes de terrenos aluviales actuales”; así, el barequeo hace
referencia al lavado de arenas por medios manuales, sin que para tal fin se utilice
maquinaria o medios mecánicos.
Una vez expuesto lo anterior, conviene tener en cuenta que la destinación de áreas para
actividades mineras pone de manifiesto una expectativa o interés de uso que, por lo
general, entra en disputa con los demás intereses que se tienen sobre un mismo territorio,
constituyéndose, por tanto, en una tensión territorial con efectos no sólo frente a aspectos
ambientales sino también sociales. Si bien la minería es una actividad productiva de gran
importancia en el departamento y en el país por el significativo aporte que hace al PIB, su
práctica ilegal sumada a factores como la apropiación de tierras asociadas al narcotráfico,
el despojo de pequeños y medianos propietarios y la presencia de actores armados ilegales
en algunas zonas, agravan las condiciones sociales en los lugares donde se presentan estas
problemáticas.
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Por tanto, el bajo desarrollo de algunas subregiones de Antioquia, sobre todo de aquellas
que tienen gran riqueza de recursos naturales, se explica por la ilegalidad en la explotación
minera y todas aquellas acciones que guardan estrecha relación con esta práctica: uso
indiscriminado de sustancias químicas como son el mercurio y el cianuro, contaminación
ambiental, disminución de regalías. A su vez, tales situaciones inciden en el bajo nivel de
desarrollo de las zonas más ricas en recursos minerales del país, como es el caso del
Nordeste antioqueño, del cual hacen parte los principales municipios mineros Segovia y
Remedios, y del Bajo Cauca, subregión de la cual hacen parte los municipios mineros El
Bagre y Zaragoza.
De manera general, es preciso advertir que el desarrollo social en zonas donde se realiza
minería suele ser muy precario. El Gobernador de Antioquia Luis Pérez Gutiérrez ha
señalado que “alrededor de las empresas mineras abunda la ilegalidad, la droga, la
inequidad y la violencia, cobrando vigencia una frase muy común que dice: ‘pueblo de mina,
pueblo de ruina’” (Revista Semana Especial Minería: Colombia Vale Oro, 2018, p. 52). La
práctica de la minería ilegal, sumada a la complejidad en materia de orden público de
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De acuerdo con el informe La minería sin control: Un enfoque desde la vulneración de los
Derechos Humanos elaborado por la Defensoría del Pueblo (2015) existen algunas regiones
del país, como ocurre en el Bajo Cauca antioqueño, donde confluyen “diferentes tipos y
formas de minería, poca presencia institucional, consecuencias sobre los ecosistemas,
riesgo para la salud humana en razón al consumo de aguas contaminadas e inhalación de
gases de mercurio, afectación a la seguridad alimentaria de las comunidades asentadas en
las cuencas de los ríos y conflictividad socioambiental” (p. 12). En el caso particular de esta
subregión situaciones como “la falta de alternativas laborales, la deserción escolar y el
olvido estatal ha puesto a los habitantes de la zona a merced de los grupos al margen de la
ley, que tienen un gran dominio sobre los negocios y proyectos que se desarrollan en el Bajo
Cauca antioqueño. Los pobladores insisten en que no colaboran por voluntad propia a estos
grupos alzados en armas, por el contrario, son víctimas de una guerra que los tiene
arrinconados y que por su posición geográfico y las riquezas de sus recursos, son
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coaccionados por gente que no busca el beneficio general, sino el fortalecimiento de sus
arcas y ejércitos privados, a través de una mecánica que consiste en identificar el volumen
de producción de oro y cobrar la respectiva extorsión tanto por el metal como por el uso de
maquinaria empleada en la actividad” (Defensoría del Pueblo, 2015, p. 30 y 31).
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Disponible en: https://www.eltiempo.com/colombia/medellin/informalidad-en-la-mineria-de-antioquia-
119544
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En general es evidente que las condiciones de pobreza y miseria son superiores en las áreas
rurales (denominadas “resto”), salvo en el municipio de Puerto Triunfo, donde la pobreza y
la miseria son mayores en la zona urbana (cabecera). Llama la atención que a pesar de que
esta subregión tiene protagonismo respecto a la producción minera, ello no se traduzca en
mejoramiento de las condiciones de vida de la población.
Nordeste
Buena parte de los conflictos que existen en Antioquia por cuenta de la minería tienen su
origen en el Nordeste, subregión compuesta por diez municipios agrupados en cuatro
zonas: Minera, Mesetas, Nus y Río Porce. Los tipos de pobladores del Nordeste pueden
asociarse a la historia de poblamiento, marcada principalmente por el oro en la región. En
la denominada zona minera, que agrupa a los municipios de Segovia y Remedios, la
actividad minera ha incidido de manera decisiva en los procesos de poblamiento. A su vez,
los conflictos asociados a esta subregión han girado en torno al dominio y la explotación de
recursos naturales por parte de compañías trasnacionales, pero también por parte de
actores ilegales. En el caso de la presencia de grupos armados al margen de la ley, esta se
dio originariamente en la zona minera, extendiendo su accionar hacia otras zonas de la
subregión y hacia las áreas rurales.
Así, Remedios, Segovia y Zaragoza son los municipios que presentan mayor incidencia de
problemáticas de orden social relacionadas con la práctica de la minería ilegal y de minería
sin control. Algunos estudios han dado cuenta de problemas sociales relacionados con la
aparición de enfermedades, “específicamente neurotoxicidad por la exposición crónica a
mercurio como consecuencia de la manipulación inadecuada y de la falta de tecnificación
de los procesos en los cuales se utiliza este elemento. Se demostró estadísticamente que la
principal fuente de exposición al mercurio es de tipo ambiental por la emisión de vapores
de mercurio y la producción de desechos generados por el beneficio del oro” (Defensoría
del Pueblo, 2010, p. 59).
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En esta subregión se encuentra localizado uno de los proyectos mineros de oro a cielo
abierto: Gramalote, de propiedad de la multinacional Anglo Gold Ashanti. Esta compañía ha
hecho presencia desde hace más de diez años en el Nordeste, principalmente en el
municipio de San Roque, en cuya jurisdicción se localiza la mina. Se han adelantado
procesos de concertación con algunos mineros tradicionales de la zona; sin embargo, en la
actualidad a pesar de que el proyecto tiene licencia ambiental no ha iniciado su etapa de
operación por cuanto el proceso de adquisición predial y de restauración de actividades
productivas que se verán afectadas con ocasión del proyecto no ha finalizado.
Norte
Como se ha indicado con anterioridad, esta subregión tiene una vocación eminentemente
agropecuaria, por lo cual no es común la práctica de actividades mineras. En tal sentido no
es común la existencia de conflictos asociados a esta actividad productiva.
La mina de oro San Ramón, localizada en el municipio de Santa Rosa de Osos y de propiedad
de la compañía Red Eagle Mining, es tal vez, el proyecto minero más importante en la
actualidad.
Occidente
Tal vez el caso más emblemático de esta subregión es el de Buriticá, donde la actividad
minera fue cooptada por grupos al margen de la ley, especialmente El Clan del Golfo. Frente
a este tipo de situaciones Juan Carlos Henao, expresidente de la Corte Constitucional y
rector de la Universidad Externado de Colombia, sostiene que “las bandas criminales se han
apoderado del multimillonario negocio de la minería y eso está significando que más o
menos el 60 % de la actividad es ilegal. Hay unos 300 puntos en Colombia de minería ilegal
ligados a las bandas criminales”.
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Disponible en: https://www.eltiempo.com/colombia/medellin/antioquia-lucha-por-frenar-la-mineria-
ilegal-117028
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Antioquia, Luis Pérez, ha explicado que “hace diez años este era un municipio pacífico, con
menos de 1.500 habitantes en la zona urbana, y pasó a tener 10 mil habitantes en busca de
extracción ilegal. Llegó a tener 158 minas ilegales y 75 ‘beneficiaderos’ ilegales para
procesar la extracción” (Revista Semana Especial Minería: Colombia Vale Oro, 2017, p. 52).
Los efectos derivados de la práctica de minería ilegal en este municipio del Occidente se
expresaron en la contaminación sobre el río Cauca en el que eran depositadas diariamente
cantidades significativas de cianuro y mercurio, pero también en el incremento de
homicidios y drogadicción como consecuencia del aumento súbito de población procedente
desde distintos lugares del país.
Suroeste
El Suroeste es otra de las subregiones del departamento con una vocación agropecuaria,
turística y minera (carbón, calizas y oro). En la publicación Minería de hecho en Colombia,
la Defensoría del Pueblo sostiene que “desde el año de 1997, en un estudio realizado por la
Universidad de Antioquia, en los municipios de Amagá y Angelópolis se evidenció una alta
tasa de ilegalidad en las minas activas, lo cual se traduce en una fuente de factores de riesgo
de accidentes en detrimento de las condiciones laborales de sus trabajadores. Además, se
presenta una deficiente asistencia técnica y administrativa por parte del Estado y no se
cuenta con adecuados programas de salud preventiva en general y de salud ocupacional en
particular en cada una de las minas, lo que lleva a un deterioro bastante significativo del
estado de salud de los mineros” (Defensoría del Pueblo, 2010, p.16).
En los últimos años la actividad minera ha tenido su mayor expresión con la presencia de la
multinacional Anglo Gold Ashanti en los municipios de Jericó y Támesis, de donde esta
compañía con licencia de exploración pretende en el futuro extraer cobre. Si bien los
habitantes de estos municipios se han opuesto a la realización de actividades por parte de
Anglo Gold Ashanti, y autoridades municipales de gobierno como en el caso de Jericó han
expedido Acuerdos municipales para prohibir actividades extractivas, la multinacional alega
que la actividad que realiza es completamente legal y, por tanto, debe ser amparada por la
ley. El mayor argumento para oponerse a la minería en esta zona de la subregión radica en
la potencial afectación de las fuentes hídricas con ocasión de la actividad minera, además
del cambio de vocación de la tierra lo que necesariamente incidiría en una alteración de los
patrones culturales de la población.
Urabá
Al igual que en otras subregiones del departamento, la minería ilegal y la minería sin control
se constituyen en algunas de las problemáticas que inciden más decisivamente en la
aparición de nuevos conflictos ambientales y sociales. Durante el año 2017 autoridades del
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pueblo Gunadule, integrado por unos dos mil indígenas de las comunidades Caimán Alto y
Caimán Bajo, en el municipio de Necoclí, manifestaron ante el Gobernador de Antioquia su
preocupación por las detonaciones producto de la explotación minera en esa zona del
Urabá antioqueño. La advertencia sobre la aparición de impactos ambientales asociada a la
práctica de minería sin control, conllevó a que estas autoridades indígenas recomendaran
al Gobierno departamental verificar el tema del licenciamiento y el cumplimiento ambiental
por parte de las compañías mineras que hacen presencia en la región (Periódico El
Colombiano, febrero 21 de 2017)15.
A su vez, la afectación de otras actividades productivas como ocurre con la pesca debido a
la sedimentación del río Atrato como consecuencia del uso de sustancias químicas ha
derivado en la aparición de otras problemáticas
En definitiva, la minería legal e ilegal ha tenido un impacto negativo en los derechos al agua,
a la salud y a la alimentación, contaminando los ríos en varios lugares del país,
especialmente en las zonas afectadas por el conflicto armado. Este es el caso de los ríos
Caquetá y Putumayo, afectando a pueblos indígenas; el río Nechí, en Antioquia; el río Cauca;
y los ríos Quito y Atrato, en Chocó (ONU 2017).
De acuerdo a los datos del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), se presenta
el panorama de población carcelaria, capacidad de los centros y sobrepoblación, con lo cual
se observa que a nivel general existe un hacinamiento del 78% en Antioquia, con un total
de 13.627 personas privadas de la libertad en centro penitenciario. En la siguiente tabla se
observa la realidad de cada Subregión.
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Disponible en: https://www.elcolombiano.com/antioquia/indigenas-del-uraba-piden-a-gobernacion-
revisar-explotacion-minera-cerca-a-su-resguardo-MG5989538
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Para el caso del Bajo Cauca hay un Establecimiento Penitenciario de Mediana Seguridad y
Carcelario (EPMSC) ubicado en Caucasia con una población de 173 personas, 75 de ellos
condenados y el resto sindicados por algún delito. Es decir, hay 63 personas más de las que
puede albergar, generando así un hacinamiento del 115,9% y muchos todavía están en un
proceso judicial.
Por su parte, en el Norte hay dos EPMSC, en Santa Rosa de Osos y Yarumal. Frente al
primero, las instalaciones cuentan con una capacidad para 76 personas, y hay un total de
183 reclusos. Esto se traduce en un hacimiento del 140,8%. En el segundo establecimiento
hay un total 290 presos, excediendo en 99 personas las adecuaciones de la instalación. Así,
el porcentaje de hacinamiento es del 51,8%.
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Para el caso del Suroeste, además de la población que se observa en la tabla anterior, se
cuenta con 15 personas retenidas, que llevan varios meses en los calabozos de la estación
de policía. En un calabozo para 6 personas se ha llegado a tener hasta 42 retenidos en
algunas semanas (Funcionario Público, Grupo focal, 2019).
El Urabá antioqueño cuenta con un EPMSC, también con una sobrepoblación de 720
personas en Apartadó. Al igual que los demás centros penitenciarios enfrentan un grave
problema del hacinamiento. No obstante, Valle de Aburrá por ser la subregión que
concentra mayor número de población y capacidad institucional es quien más reclusos
alberga con un total de 7.986 personas en los cuatro centros carcelarios que se registran,
esto equivale al 39% del departamento, y una capacidad de 4.739, en suma, cuenta
sobrepoblación 3.247 personas.
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Sobresalen subregiones como Oriente, Urabá, Valle de Aburrá y Norte, con casos de
recurrentes desacatos. En el Norte, particularmente, se manifiesta que existe una
insuficiente infraestructura de salud y dificultades en lo relacionado con la aprobación de
traslado a otras instituciones de salud principalmente por parte de la EPS Savia Salud y
Coomeva. En Campamento se registró la existencia de una tutela desde 2017 frente a la
cual se emitieron varios desacatos en el 2018 y solo en 2019 la tutela obtuvo respuesta. Por
su parte, en el municipio de Barbosa manifestaron malos manejos del presupuesto para
salud (Funcionarios Públicos, Grupo focal, 2019).
En Antioquia se ha observado que son diversas las razones que se presentan para que los
NNA estén por fuera del sistema educativo, a saber: la falta de disponibilidad de cupos;
instalaciones en mal estado; dificultad de acceso a las instituciones educativas, ya sea por
lejanía o presencia de grupos ilegales; dificultades económicas de las familias o
desmotivación de los jóvenes hacia las actividades educativas, siendo esta última la que
predomina. En ese sentido, el Informe anual del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos reveló que “la falta de continuidad en la contratación de los
docentes y la precariedad de las instalaciones escolares, así como del material pedagógico,
contribuyen a la deserción escolar y dificultan el acceso a educación de calidad en zonas
afectadas por el conflicto en Antioquia” (ONU, 2017).
No obstante, se estima que esto podría estar relacionado también con procesos
disciplinarios que dejan por fuera a jóvenes “problemáticos” que se empiezan a destacar en
las instituciones educativas, ya sea por el consumo o porque además de esto son quienes
expenden las sustancias.
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6. Conclusiones
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debido al aumento que experimentó esta vulneración a los derechos humanos y al DIH entre
2016 y 2018.
Las vulneraciones relacionadas con delitos sexuales presentan un alto subregistro tal como
se ha reflejado, no sólo por la coacción y el miedo que sienten las víctimas respecto a sus
victimarios, sino por la invisibilización y naturalización que se ha establecido en la sociedad.
Frente esto, es necesario que las instituciones del ministerio público y gobierno avancen en
procesos de investigación que permitan visibilizar las características del fenómeno con el
objetivo de mejorar la prevención e implementar procesos de atención integral que
generen más confianza a las víctimas.
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criminal que todo lo quiere solucionar con cárcel. Hay medidas administrativas y
económicas que pueden ser empleadas y así enfocarse en conductas criminales más graves,
no hay capacidad en los centros carcelarios y la mayoría no tienen condiciones adecuadas”
(Funcionario Público, Grupo Focal, 2019). En ese sentido, se hace necesario revisar los
enfoques y política de manera que articuladamente se planteen estrategias encaminadas a
disminuir la población carcelaria a través de alternativas diferentes a la reclusión.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICOS
Centro Nacional de Memoria Histórica. (2017). Una guerra sin edad: informe
nacional de reclutamiento y utilización de niños, niñas y adolescentes en el conflicto
armado colombiano. Bogotá D.C, Colombia.
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Fiscalía. (2018). Base de datos con información de hechos delictivos. Fecha de corte:
10 de septiembre de 2018. Recurso digital disponible en:
https://www.fiscalia.gov.co/colombia/gestion/estadisticas/
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Gisant. (2018). Base de datos con información de extensión territorial por subregión,
municipios, veredas y corregimientos. Fecha de corte: 15 de febrero de 2018.
Departamento Administrativo de Planeación. Documento inédito.
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Noticias RCN. (2017). Tras 42 días, terminó el paro minero en Segovia y Remedios,
Antioquia. Recurso digital disponible en: https://noticias.canalrcn.com/nacional-
regiones-centro/tras-42-dias-termino-el-paro-minero-segovia-y-remedios-
antioquia
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Revista Semana. (2017). Miedo en Segovia, el lugar más contaminado con Mercurio.
Recurso disponible en: https://www.semana.com/nacion/articulo/intoxicacion-
con-mercurio-en-segovia/525908
Revista Semana. (2017). Especial Minería: Colombia Vale Oro. Edición N° 01.
Ríos Vivos, Antioquia. (s.f). Lo que debes saber sobre Hidroituango: ¿Quiénes
promueven la obstrucción del Río Cauca? Recurso disponible en:
https://riosvivosantioquia.org/no-a-hidroituango/lo-que-debes-saber-sobre-
hidroituango/
RUV, Registro Único de Víctimas. (2019). Base de datos con información de personas
desplazadas. Fecha de corte: 01 de enero de 2019. Recurso disponible en:
https://www.unidadvictimas.gov.co/es/registro-unico-de-victimas-ruv/37394
The London School of Economics and Political Science. (2019). Una paz violenta: el
asesinato de líderes sociales como estrategia de control territorial en Colombia.
Recurso disponible en: https://blogs.lse.ac.uk/latamcaribbean/2019/01/22/una-
paz-violenta-el-asesinato-de-lideres-sociales-como-estrategia-de-control-
territorial-en-colombia/
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