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PENSAMIENTO SOCIAL DEL PAPA FRANCISCO

Para entender el pensamiento social del Papa Francisco se requiere conocer de su


historia de vida. Su formación jesuítica, que le permitió fortalecer su vida espiritual a través de
los Ejercicios de San Ignacio de Loyola. Meditaciones, oraciones y ejercicios mentales que
enseñan la importancia del discernimiento para tratar problemáticas a diferentes niveles. En el
área académica tuvo la oportunidad de recibir las enseñanzas del teólogo jesuita Juan Carlos
Scannone, fundador de la Filosofía de la liberación y de la Teología del pueblo. Nacido en un
país latinoamericano (Argentina) se vio rodeado de grandes problemáticas sociales, vivió la
época en que se conformó la agrupación juvenil peronista Guardia de Hierro, la dictadura
militar en Argentina, época en que muchos sacerdotes fueron víctimas de secuestros, torturas y
muerte, especialmente los que para entonces pertenecían al Movimiento de Sacerdotes para el
Tercer Mundo. Hoy encontramos en el Papa Francisco, un hombre especialmente cercano con
los oprimidos, los pobres, las víctimas de conflictos, que enseña y practica la misericordia
divina. Es clara la proximidad que tiene el Papa Francisco con la Doctrina social de la Iglesia.
En cada una de sus enseñanzas y sus actos se manifiestan el pensamiento social cristiano.

Hoy encontramos en el Papa Francisco, un hombre especialmente cercano con los


oprimidos, los pobres, las víctimas de conflictos, que enseña y practica la misericordia divina.
Es clara la proximidad que tiene el Papa Francisco con la Doctrina social de la Iglesia. En cada
una de sus enseñanzas y sus actos se manifiestan el pensamiento social cristiano.

El mensaje social de la Iglesia se centra exclusivamente en la persona del Papa


Francisco, donde la inequidad y la exclusión están en el centro del análisis, y el capitalismo
financiero es considerado como generador de “estructuras de pecado”, y el mercado no puede
solucionar los problemas de la inequidad.

El centro del mensaje del Papa está en denunciar la idolatría, el verdadero culto
religioso al dios dinero que nos exige el sistema económico financiero. Nos muestra como este
dios es un dictador, que gobierna y no sirve, destruyendo nuestras relaciones con los demás,
generando exclusión y violencia. Guerras inclusive, negarlo es imposible.

Deja bien claro que este sistema es injusto de raíz, que debemos cambiarlo y que tanto
los cristianos como la Iglesia tenemos la responsabilidad de participar para lograrlo. Somos
todos los que, mediante el diálogo, debemos proponer formas de hacerlo y este es el único
camino que nos queda seguir, no hay otro si queremos ser fieles a Cristo.
Podemos sintetizar el pensamiento del Papa Francisco en las ideas que a continuación
detallamos:
Recobrar la cultura del encuentro con la finalidad de reestructura los vínculos sociales a partir
del dialogo horizontal y empático como mecanismo de unidad.
Toma como base de raciocinio social los siguientes principios: el tiempo es superior al espacio,
la unidad es superior al conflicto, la realidad es superior a la idea y el todo es superior a las
partes (la búsqueda del bien común es lo que siempre debe preservarse). Estos principios buscan
principalmente cuidar la vinculación sin evadir los conflictos y la búsqueda del bien común
permanentemente.

El 24 de Noviembre de 2013, Francisco publica la Exhortación Apostólica  “Evangelii 


Gaudium sobre  “El Anuncio del Evangelio en el Mundo Actual”.  Esta exhortación apostólica
invita a anunciar “la alegría del Evangelio”. Esta alegría surge del encuentro con Jesús
resucitado que es fuente de esa alegría y esperanza que por supuesto adquiere una dimensión
social. En ese sentido, el Papa francisco menciona que evangelizar es hacer presente en el
mundo el Reino de Dios. No podemos realizarnos ni salvarnos solos. “Desde el corazón del
Evangelio reconocemos la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción
humana”.   Sabemos que Dios creó todas las cosas para que todos puedan disfrutarlas. En
consecuencia, no justifica que algunas personas vivan con menor dignidad el solo hecho de
haber nacido en un lugar pobre o de menor desarrollo.

El Papa Francisco, al citar el tema de la economía señala que la inequidad es raíz de los
males sociales. Se refiere también a la importancia de integrar e incluir a los diferentes y en
particular a los niños y ancianos y condena la trata de personas. El Papa ha sido y es una voz
que anuncia en el medio del desierto, es viva expresión de Jesús encarnado hoy en la tierra. A
través de él podemos apreciar la necesidad de mirar al otro como hermano, de detener nuestra
mirada en el más pobre, en el ser agentes de unidad, el de abrir el corazón y la mente al que es
distinto y por sobre todo a reconocer en el otro y los otros al mismo Jesús que camina en medio
nuestro.

El Papa Francisco ha hecho expresión de los principios de la doctrina social de la Iglesia


de diversas formas que entendemos podemos expresarlos de la siguiente manera:
A.- Dignidad humana. Promover la dignidad de la persona significa reconocer que posee
derechos inalienables, de los cuales no puede ser privada arbitrariamente por nadie y, menos
aún en beneficio de intereses económicos.
B.- El destino universal de los bienes. Los bienes son dones de Dios que él ha ofrecido a su
Pueblo y por lo tanto no debe haber excluidos en el uso de los mismos. Los bienes
necesarios deben llegar a todos y en particular a aquellos que no lo tienen.
C.- La subisidiaridad. No se trata de repartir, ni de una lucha ideológica entre los que menos
y los que más tienen. Se trata de ver por el bien común y evitar esta injusticia social.
D.- El bien común. El diálogo es para el bien común y el bien común se busca, desde
nuestras diferencias, dándole posibilidad siempre a nuevas alternativas. Es decir, busca algo
nuevo. Siempre, cuando hay verdadero diálogo, dialogar no es negociar. Discutir juntos,
pensar una mejor solución para todos.
E.- La solidaridad. Las personas que tienen más recursos, los poderes públicos y todos los
hombres de buena voluntad deben comprometerse en lograr la justicia social: que no se
cansen de trabajar por un mundo más justo y más solidario.
F.- La participación. la verdadera participación social existe cuando ningún ser humano es
excluido y se convoca a todos sin discriminación de ningún tipo. Todos debemos ser
protagonistas aportando ideas y acciones y en la toma de decisiones de manera
consensuada.

Por otra parte, podemos mencionar que vivimos un tiempo difícil donde nuestra fe
católica y voluntades deben poner los medios necesarios para que este mundo sea cada vez más
expresión del Reino de Dios sobre la tierra. Debe quedar claro que no es tarea de la Iglesia
proponer un nuevo modelo socio-económico, pero sí iluminar la realidad en materia de justicia
y dignidad.

Finalmente, ¿qué nos queda a los católicos como camino a seguir? Como dijera san
Juan de la Cruz, en la tarde de la vida seremos juzgados en el amor.  No en la ideología, ni en
acaloradas charlas de café o debates académicos a favor o en contra de una idea, sino en cómo
construimos un mundo más fraterno, con menos estructuras de pecado, y con mayor
compromiso social y personal.

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