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Las lenguas del Oriente boliviano:

presentación y antecedentes
Mily Crevels y Pieter Muysken

1. Introducción

En este tomo de Lenguas de Bolivia se presentan lenguas de varias zonas de gran riqueza cultural del Orien-
te boliviano, es decir, la llamada zona de Mojos, los Llanos cruceños, la Chiquitanía, y el Chaco. Mientras
que algunas de estas lenguas pertenecen a importantes familias lingüísticas sudamericanas, como la familia
arahuaca y la familia tupí-guaraní, subrama del tronco tupí, otras forman un continuo con lenguas chaqueñas
argentinas y paraguayas. Además, el chiquitano también es hablado en Brasil.
Muchos autores incluyen la Amazonía boliviana bajo el denominador común del Oriente boliviano, pero
por razones ecológicas y político-administrativas hemos optado por tratar esta región por separado (véase
el tomo II Amazonía). Desde una perspectiva ecológica, el norte del departamento de Santa Cruz también
pertenece a la Amazonía boliviana – por ser parte de la misma cuenca hidrográfica del Amazonas; desde una
perspectiva sociológica, sin embargo, pertenece más bien al llamado Oriente, igual que el resto del departa-
mento de Santa Cruz (véase Lema 1998).
Las lenguas mojeñas, ignaciano y trinitario, el sirionó, el yurakaré y el yuki son lenguas amazónicas,
pero, por ubicarse en la zona más suroeste de la Amazonía, hemos optado por incluirlos en el presente tomo.
Para este tomo, colaboraron lingüistas de Alemania, Bolivia, España, Estados Unidos, Francia, Holanda,
Italia y Suecia.

2.  El Oriente boliviano

Santa Cruz de la Sierra es la ciudad capital del departamento de Santa Cruz y es la ciudad más grande y po-
blada de Boliva, sin olvidar que constituye su centro económico e industrial.
Aunque gran parte del departamento de Santa Cruz está cubierta por bosques húmedos, el paisaje es va-
riado con terrenos llanos y uniformes, lomeríos y colinas. El bosque chiquitano ocupa la mayor parte de esta
ecoregión y a pesar de su gran amplitud y uniformidad, se alterna con sabanas y arboladas en la Chiquitanía,
con campos del Cerrado y con las pampas y humedales del Pantanal (véase Kenning 2001: 72). Los principa-
les pueblos de esta región son San Javier, Concepción, San Ignacio, San Miguel, Santa Ana, San Rafael, San
José, Santiago, Santa Corazón, Roboré y Ascensión. Con la excepción de Roboré y Ascensión, todos estos
pueblos fueron fundados por los jesuitas en el siglo XVIII.
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oriente boliviano

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Paraguay

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frontera nacional
frontera departamental
0 200 500 1000 2000 3000 4000 5000 m © Willem Doelman 2011
A R G E N T I N A

A pesar de constituir una de las ecorregiones más extensas de Sudamérica, sólo superada en superficie
por el bosque amazónico, el Chaco puede ser la menos conocida.
Esta llanura se extiende por cientos de kilómetros, en los departamentos de Santa Cruz, Chuquisaca y
Tarija. Mientras que su límite este llega desde la faja subandina hasta los bañados de Otuquis, cerca de la
frontera con Brasil, su límite norte llega hasta los bosques semihúmedos de la serranía chiquitana de San José
y Santiago y se extiende por el sur hastaterritorio paraguayo y argentino.
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Tres ecosistemas principales cubren esta región. El clima es muy cálido y con poca humedad, pero a la
vez toda la región puede estar sometida a bruscos cambios de temperatura en los meses de invierno.

3.  Estado actual de las lenguas del Oriente boliviano

En el cuadro 1 se brinda una relación de las lenguas indígenas del Oriente boliviano involucradas en este
libro, su parentesco, números demográficos y números de hablantes, así como el grado de peligro de desapa-
rición en el que se encuentran. Se indica, asimismo, la ubicación general de las lenguas en el mapa 1 tal como
están numeradas en el cuadro 1.

Cuadro 1
Lenguas indígenas del Oriente boliviano

Familia Ubicación Grado de peligro


Lengua Población Hablantes
lingüística principal de extinción
Mojeño
9a  Trinitario Trinidad 30.000 3.140 peligro
9b  Ignaciano arahuaca San Ignacio de Mojos 2.000 1.080 serio peligro
9c  Javeriano San Javier 300 0? extinto
9d  Loretano Loreto 2.200 0? extinto
10 Paunaka Concepción ? 8 moribundo
20 Yuki Bia Rekuate 208 140 serio peligro
21 Sirionó Ibiato (o Eviato) 268 187 en peligro
22 Guarayo Ascención de Guarayos 11.953 8.433 peligro potencial
tupí-guaraní
Dptos. de Santa Cruz,
23 Guaraní (chiriguano) 81.197 53.633 peligro potencial
Chuquisaca y Tarija
24 Tapieté Samuguate 41 29 serio peligro
Santa Cruz de la Sierra,
26 Ayoreo zamuco 1.398 1.398 en peligro
provincia Gran Chaco
25 ’Weenhayek (mataco) mataco Villamontes y Yacuiba 1.797 1.929 peligro potencial
33 Yurakaré aislada Río Mamoré 2.829 1.809 en peligro
34 Besɨro (chiquitano) aislada Lomerío 195.624 4.615 serio peligro

Fuentes: Elaboración propia con base en PROEIB Andes (2000), Molina & Albó (2006), Crevels (2007, 2012).

4.  Lenguas del Oriente boliviano: el presente tomo

El presente tomo sobre las lenguas del Oriente boliviano consiste en dos secciones: Mojos, Llanos cruceños y
Chiquitanía, y Chaco.
En la primera sección, Mojos, Llanos cruceños y Chiquitanía, se presentan las lenguas mojeñas de la fami-
lia arahuaca (véase el tomo II para una descripción del baure): el ignaciano por Enrique Jordá (La Paz), el
trinitario por Françoise Rose (Lyon) y el paunaka por Swintha Danielsen y Lena Terhart (Leipzig). Ade-
más, ­contiene capítulos sobre dos pequeñas lenguas de la familia tupí-guaraní: el sirionó por Östen Dahl
(Estocolmo) y el yuki por Lucrecia Villafañe (Amsterdam). Otras dos lenguas en esta sección son el yurakaré
­descrito por Rik van Gijn (Zurich) y el chiquitano o besïro presentado por Jesús Galeote Tormo (actualmen-
te en ­Tailandia).
Las lenguas del grupo mojeño (o moxeño, mojo, moxo) son habladas en el departamento del Beni, en
las provincias de Cercado, Moxos (TIPNIS) y Ballivián, en Trinidad (trinitario); provincia de Moxos, alre-
dedor de San Ignacio de Moxos (ignaciano); provincia de Cercado, en San Javier (javeriano); provincia de
Marbán, alrededor de Loreto (loretano). Estas pertenecen a la familia arahuaca. La lengua mojeña consiste
hoy en las dos subvariantes trinitario e ignaciano; probablemente, ya no quedan hablantes de las otras dos
variantes, javeriano y loretano. Tras años de una pérdida de lengua alarmantemente rápida entre la juventud
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en ambos grupos, parece que, en la actualidad, los mojeños están recuperando la autoestima y superando
poco a poco la vergüenza de hablar sus idiomas nativos. El Censo 2001 da un total de 46.336 mojeños, entre
los cuales figuran unos 30.000 trinitarios, 2.000 ignacianos, 300 javerianos, y 2.200 loretanos. Del trinitario,
quedan unos 3.140 hablantes y, del ignaciano, unos 1.080. Sin embargo, se considera el trinitario en peligro,
mientras que se clasifica el ignaciano como en serio peligro de extinción.
El paunaka (o paikoneka) es hablado por 10 personas en Concepción, en la Chiquitanía, no lejos de
Santa Cruz de la Sierra. También pertenece a la familia arahuaca. Los hablantes que quedan son trilingües
en chiquitano, castellano y paunaka.
El yuki (o yuqui, mbiá, bía) es hablado en el departamento de Cochabamba, entre los ríos Chimoré e
Ichilo, en Bia Rekuate. Pertenece a la familia tupí-guaraní. La Misión Evangélica Nuevas Tribus (MENT)
comenzó a entrar en contacto con los yukis nómadas en 1965, pero fue sólo en 1971 que un grupo de ellos se
asentó sobre el río Chimoré. Llegaron a ser totalmente dependientes de los misioneros que los proveían de
medicamentos, ropa e, incluso, alimentos. En 1986 y 1989, dos otros grupos desconocidos de yukis en la re-
gión del río Víbora (Ichilo) y la región de Tres Cruces (Ichilo) fueron contactados y traídos a la comunidad de
Bia Rekuate. Acostumbrados a un sistema de subsistencia basado en la caza y la recolección, los yukis no han
sido capaces de adaptarse al cultivo y a la producción de sus propios alimentos, lo que contribuye altamente
al estado deplorable en el que viven hoy en día. El 85% de los yukis padece tuberculosis, está desnutrido y los
adultos padecen una fuerte dependencia de las bebidas alcohólicas. Se dice que hay otro grupo de nómadas
yukis no contactados de unas cuatro familias en la zona del río Usurinta. En 2001, había unos 140 hablantes
de entre 208 personas, por lo que se considera la lengua en serio peligro de extinción.
El sirionó se habla en el departamento del Beni, en la provincia de Cercado, en El Iviato; departameno
de Santa Cruz, provincia de Guarayos, a lo largo del río Negro. Pertenece a la familia tupí-guaraní. Hay 187
hablantes de entre 268 personas. Según el CIRTB de 1994, la población sirionó consistía en 415 personas,
de los cuales más de la mitad tenían menos de 15 años de edad, implicando que en algunos años el grupo
podría duplicarse. Sin embargo, el pueblo sirionó no parece haber crecido y los niños, una vez en el colegio,
van perdiendo la lengua cada vez más, por lo que se considera el sirionó en serio peligro de extinción.
La lengua no clasificada o aislada yurakaré (o yuracaré) tiene una distribución muy amplia en Bolivia, e,
igualmente, podría ser considerada como lengua del Piedemonte. Se habla en el departamento del Beni, en la
provincia de Moxos; departamento de Cochabamba, provincias de Chapare y de Carrasco; departamento de
Santa Cruz, provincia de Ichilo. Se trata de una lengua aislada. Por la presión de los colonos andinos produc-
tores de coca y por el narcotráfico, muchos yurakarés tuvieron que desplazarse del Chapare hacia los llanos
de Mojos. En la actualidad, los yurakarés viven en el departamento del Beni sobre el Mamoré y en la zona
de Chapare, departamento de Cochabamba, cerca de los afluentes del Mamoré. Hay unos 1.810 hablantes de
entre 2.830 personas. Se considera el yurakaré en peligro de extinción, ya que la mayoría de los hablantes es
mayor de 25 años. No obstante, el Consejo Educativo Yuracaré y la organización política de este pueblo lle-
van a cabo esfuerzos por recuperar su lengua y revitalizar su cultura, en el marco de una propuesta educativa
endógena (cf. Sánchez 2005).
La lengua chiquitano o besi-ro (también besïro) tiene una gran trayectoria cultural. Es la lengua del pue-
blo chiquitano, pueblo que habita en el departamento de Santa Cruz, en las provincias de Chiquitos, Ñuflo de
Chávez, Velasco y Germán Busch. Hasta hace poco, se consideraba la lengua chiquitana como ‘aislada’ o ‘no
clasificada’, pero en los últimos años hubo intentos (Adelaar 2008; Ribeiro 2009) de clasificarla como pertene-
ciendo a la familia lingüística macro-ye, familia de lenguas habladas, sobre todo, en Brasil. El pueblo chiquita-
no, hoy por hoy, se considera principal heredero de la obra misional realizada por los jesuitas, quienes, en 1691,
fundaron la primera misión ‘San Francisco Javier’. Las ‘Misiones de Chiquitos’, declaradas por la UNESCO
‘Patrimonio de la Humanidad’ son un orgullo para nuestra Bolivia multiétnica y pluricultural. Aunque el pue-
blo chiquitano es muy grande, el número de hablantes de la lengua chiquitana ha disminuido considerablemen-
te: quedan sólo unos 4.600 hablantes. Por tanto, se puede considerar la lengua en serio peligro de extinción.
En la segunda sección, Chaco, se presentan tres lenguas pertenecientes a familias lingüísticas distintas. El
guaraní es descrito en un capítulo por Bret Gustafson (Saint Luis, EE.UU.), la lengua ’weenhayek (mataco)
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es tratada en un trabajo colaborativo de los investigadores suecos Jan-Åke Alvarsson (Uppsala) y Kenneth
Claesson (Estocolmo). Finalmente, el ayoreo ha sido analizado por Pier Marco Bertinetto (Pisa).
El guaraní (o chiriguano), que pertenece a la familia tupí-guaraní, es la tercera lengua indígena de
Bolivia en número de hablantes y tiene una gran tradición cultural. Los principales dialectos son el isoseño,
el ava y el simba. El guaraní es hablado por algo más de ocho millones de personas en Paraguay, Argentina,
Bolivia y Brasil. La variedad hablada en Bolivia cuenta con más de 50.000 hablantes.
El ’weenhayek (o mataco), perteneciente a la familia lingüística mataco, es la lengua de los ’weenhayek
(llamados wichís en Argentina), un conjunto de etnias viviendo en las cabeceras de los ríos Bermejo y Pilco-
mayo, tanto en Argentina como en Bolivia. Hasta hace poco, era un grupo seminómada y aún hay miembros
del grupo con un modo de vida, sobre todo, nómada. La lengua está en peligro potencial.
La lengua ayoreo se habla tanto en Bolivia como en Paraguay. La mayoría de los hablantes residen en
Paraguay. En Bolivia se concentran en la provincia del Gran Chaco, departamento de Santa Cruz. Pertenece
a la familia zamuco.
Además de las muy complejas relaciones internas entre las lenguas de la zona amazónica Guaporé-
Mamoré, hay relaciones con lenguas en otras regiones. A medida que se va conociendo las lenguas del Cha-
co paraguayo, que, por supuesto, es una continuación geográfica del Chaco boliviano, se van encontrando
semejanzas, no tanto al nivel del léxico sino, más bien, al nivel de los conceptos expresados en la gramática.
Bolivia está en el cruce de tres áreas culturales y lingüísticas sudamericanas. Con las lenguas chaqueñas,
forma, por un lado, parte de la gran área cultural meridional del continente; con las lenguas de Mojos, los
Llanos cruceños y la Chiquitanía, por otro lado, forma parte del núcleo céntrico amazónico de las lenguas y
culturas de la región Guaporé-Mamoré; y, además, con las lenguas del Altiplano y Piedemonte, forma parte
del gran complejo cultural andino.

Bibliografía

Adelaar, Willem F.H.


2008 Relações externas do Macro-Jê: O caso do Chiquitano. En: Stella Telles y Aldir Santos de Paula
(eds.) Topicalizando Macro-Jê, 9-27. Recife: NECTAR.
Crevels, Mily
2007 South America. En: Chistopher Moseley (ed.) Encyclopedia of the World’s Endangered Languages,
99-194. Londres/Nueva York (NY): Routledge.
2012 Language endangerment in South America: The clock is ticking. En: Lyle Campbell y Verónica
Grondona (eds.) The Indigenous Languages of South America: A Comprehensive Guide [The World
of Linguistics 2], 167-233. Berlín/Nueva York (NY): De Gruyter Mouton.
Kenning, Willy
2001 Bolivia: Una travesía aérea / An aerial journey. Santa Cruz: Willy Kenning.
Molina, Ramiro y Xavier Albó (coord.)
2006 Gama étnica y lingüística de la población boliviana. La Paz: PNUD.
PROEIB Andes
2000 Estudios sociolingüísticos y socioeducativos con pueblos originarios de tierras bajas de Bolivia.
Informe final. Cochabamba, mim.
Ribeiro, Eduardo
2009 Chiquitano as a Macro-Jê language: additional evidence from Adam & Henry (1880). Ms.
Sánchez, Arminda
2005 Teshentala: la educación yuracaré en la práctica cultural de la caza. Tesis de Maestría, PROEIB
Andes, Universidad Mayor de San Simón, Cochabamba.

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