México D.F.

a 27 de marzo de 2011

A las organizaciones indígenas y campesinas:

A los trabajadores asalariados:
A las organizaciones sociales del movimiento urbano popular:
A los estudiantes y jóvenes de todo el país:
A nuestro candidato a la Presidencia de la República,
Andrés Manuel López Obrador:
A todos los mexicanos:

Durante 28 largos años, el pueblo de México y la nación hemos sufrido un modelo de desarrollo
económico que ha permitido que un puñado de grandes capitalistas se apropie de los bienes nacionales
y de la mayor parte de la riqueza que durante décadas hemos producido los trabajadores. El
neoliberalismo ha permitido que las grandes empresas de las telecomunicaciones, de los puertos y
aeropuertos, de la banca y de las finanzas, de la minería y del transporte que eran propiedad de la
nación, hoy estén en manos de un reducido número de grandes capitalistas que ocupan lugares
importantes en la lista de los hombres más ricos del mundo.

Como contraparte, en todo este tiempo más de 10 millones de compatriotas han tenido que emigrar al
extranjero para buscar empleo y alcanzar un nivel de vida que los gobiernos neoliberales del PRI y del
PAN, no han sido capaces de garantizarles porque evidentemente no les interesa. En este tiempo, el
salario de los trabajadores ha perdido más del 70% de su poder adquisitivo, y más de la mitad de los
trabajadores están integrados a la economía informal sin contar con empleo y salario dignos y seguros
y sin poder disfrutar de las mínimas prestaciones que la Ley establece. Más de 7 millones de jóvenes
de 14 a 30 años no estudian ni trabajan, y cerca de 6 millones de mexicanos mayores de 15 años no
saben leer ni escribir.

El campo está en ruinas. De ser un país autosuficiente en la producción de alimentos, México

actualmente se ve obligado a importar el 35% del maíz que necesita para su alimentación. La
propiedad social de la tierra que desde nuestros ancestros existía, y la infraestructura pública de apoyo
social al campo que se forjó después de la revolución mexicana de 1910, han sido desmanteladas por
la imposición del neoliberalismo, transformando a nuestra tierra en una simple mercancía y creando
las condiciones para despojar a los campesinos y transformarlos en extraños en su propia tierra.

Las conquistas laborales, como el derecho de sindicalización, contratación colectiva y huelga; el

derecho a la seguridad social y a elegir libremente a sus legítimos representantes, logradas durante
años de lucha por los trabajadores, están siendo borradas por la vía del hecho y a través de
contrarreformas neoliberales, las cuales se pretenden coronar hoy con una reforma retrograda de la
Ley Federal del Trabajo impulsada por el PRI y el PAN.

Por todo ello, los mexicanos no podemos olvidar en ningún momento que los principales responsables
de esta catástrofe nacional han sido el PRI y el PAN, fieles representantes de la oligarquía nacional y
extranjera. Y aún cuando estos 28 años de neoliberalismo no han transcurrido sin resistencia popular,
finalmente no hemos podido erradicar este nefasto modelo de desarrollo ni hemos podido expulsar a la
“mafia del poder” que nos ha gobernado todo este tiempo.

La insurrección de los indígenas de Los Altos de Chiapas exigiendo la caída del Presidente usurpador,
Carlos Salinas de Gortari; la resistencia de los campesinos de Atenco por defender sus tierras; la
persistente lucha de los trabajadores del SME y del pueblo de México contra la privatización de la
industria eléctrica; la huelga de los estudiantes de la UNAM contra el alza de las colegiaturas y la
privatización de la educación superior; la combativa lucha del pueblo de Oaxaca contra el gobernador
tirano, Ulises Ruíz; la digna resistencia de los trabajadores mineros por impedir que les impongan
líderes espurios; la lucha de las organizaciones del movimiento urbano popular por vivienda digna y
contra el descongelamiento de las rentas; y muchas otras luchas más, han sido muestras de heroísmo y
dignidad de nuestro pueblo en su oposición al neoliberalismo, luchas en las que a veces hemos
alcanzado triunfos y en otras nos han derrotado.

Las organizaciones sociales que hoy integramos el Movimiento de Unidad Social por un Gobierno del
Pueblo, hemos participado en estas luchas y vamos a seguir participando: contra la pretensión del PRI
y del PAN de imponer una contrarreforma de la Ley Federal del Trabajo; contra la intervención
norteamericana en nuestros asuntos internos y solapada por el gobierno del PAN; y contra la entrega
de nuestros recursos energéticos a empresas privadas nacionales y extranjeras.

No pensamos que la lucha política electoral de masas es la única forma de lucha que los trabajadores y
el pueblo debemos utilizar para defender nuestros derechos y nuestros intereses de clase y avanzar en
la conquista del poder político y económico. Somos organizaciones autónomas e independientes de
los partidos políticos y nuestro movimiento va más allá del 2012. Nuestra lucha busca unir a los
trabajadores del campo y la ciudad para avanzar hacía una sociedad socialista y hacía un mundo en
donde desaparezcan las desigualdades sociales y la explotación del hombre por el hombre, tal como lo
están haciendo otros pueblos en otras latitudes de la tierra. Pero hoy estamos convencidos de la
necesidad de utilizar y combinar todas las formas de lucha pacífica, posibles y necesarias, incluida la
lucha política electoral de masas para desplazar al bloque neoliberal del poder.

En 2012, los mexicanos tenemos la oportunidad ya no sólo de resistir, defendernos y detener las
políticas antipopulares de los gobiernos del PRI y del PAN. Tenemos la posibilidad de echar de una
vez por todas a esta sarta de explotadores y opresores del gobierno, siempre y cuando nos
unifiquemos, nos organicemos y tengamos la voluntad y la plena conciencia de sacudirnos a esta
“mafia del poder”. Se trata de crear un gran movimiento electoral de todo el pueblo, entre las
organizaciones sociales, los partidos de izquierda claramente anti neoliberales y el Movimiento
Regeneración Nacional encabezado por Andrés Manuel López Obrador; un movimiento único que
enarbole un nuevo proyecto de nación alternativo al neoliberalismo de carácter democrático popular,
que sintetice las aspiraciones de los trabajadores del campo y la ciudad; un movimiento electoral de
masas que postule candidatos únicos a todos los puestos de elección popular en 2012, y sobre todo
que tenga la capacidad de defender la voluntad popular e impedir un nuevo fraude electoral: antes,
durante y después de las elecciones.

Las organizaciones indígenas, campesinas, sindicales, estudiantiles y del movimiento urbano popular
de todo el país, que hoy nos hemos dado cita en esta Plaza de gran simbolismo histórico para los
mexicanos, para constituir formalmente el Movimiento de Unidad Social por un Gobierno del Pueblo
y para suscribir una alianza política con el Movimiento Regeneración Nacional, en torno de un nuevo
proyecto de nación alternativo al neoliberalismo, consideramos que Andrés Manuel López Obrador es
el mejor candidato para enfrentar a la gran burguesía neoliberal, que en estos 28 años ha despojado a
la nación de sus industrias estratégicas, que ha sumido a millones de jóvenes en el desempleo y ha
provocado una guerra fratricida en toda la República con el objetivo de militarizar el país y tratar de
obtener una legitimidad que nunca ha tenido ni podrá tener.

Andrés Manuel ha sostenido en los últimos 5 años una lucha tenaz y sin cuartel contra la privatización
del petróleo, contra los privilegios de la clase política en el poder y en defensa de la economía
popular; ha denunciado en todo momento el carácter espurio del actual gobierno y se ha opuesto a las
posiciones conciliadoras de algunos sectores de la izquierda que se han subordinado a los intereses de
la derecha y del gobierno del PAN.
Andrés Manuel ha puesto en el centro de sus aspiraciones políticas un Nuevo Proyecto de Nación, que
restablece los derechos sociales de los trabajadores del campo y la ciudad y recupera para la nación el
exclusivo control y usufructo de sus bienes, tal como lo establece la Constitución del 17. En este
sentido, asumimos el compromiso de reintegrarle al pueblo la capacidad de decidir el destino de la
patria, y por lo tanto de coadyuvar desde abajo en el impulso de un nuevo Congreso Nacional
Constituyente, que permita promulgar una Nueva Constitución acorde a los intereses actuales y
futuros de la nación y del pueblo.

Andrés Manuel ha recorrido como nadie todos los rincones de la patria, todos los municipios y
entidades del territorio nacional, y además de conocer directamente el sentir y las aspiraciones de
amplios sectores del pueblo de México, ha logrado constituir una red muy amplia de simpatizantes,
que indudablemente van a jugar un papel muy importante en las elecciones de 2012.

Andrés Manuel ha dicho en diversos momentos que “Sólo el Pueblo Salva al Pueblo”, y
efectivamente, coincidimos en que las grandes transformaciones nacionales de nuestro país y del
mundo han sido, son y serán producto de la participación consciente y organizada de las amplias
masas populares. La disposición de consultar al pueblo y sus organizaciones es un método correcto de
relación con el pueblo y por eso estamos de acuerdo en la máxima de “mandar obedeciendo”.

Por todo ello, Andrés Manuel es nuestro candidato a la Presidencia de la República, y por todo ello,
hoy estamos aquí para suscribir, con MORENA, un acuerdo político que tendrá como base sustantiva
el Nuevo Proyecto de Nación dado a conocer por López Obrador hace una semana en el Auditorio
Nacional de la Ciudad de México.

Finalmente, llamamos a todos los mexicanos honestos, organizados y no organizados, a que se sumen
a las filas de este gran movimiento, con la plena seguridad de que vamos a triunfar y lograr el cambio
democrático que la nación requiere, e iniciar así, la construcción de una nueva patria con libertad,
justicia y democracia para los trabajadores del campo y la ciudad y para todo el pueblo de México.

¡Viva el Movimiento de Unidad Social por un Gobierno del Pueblo!

¡Viva Andrés Manuel López Obrador!
¡Con el Voto al Gobierno con el Pueblo al Poder!