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Clase 1
Fecha: 30/08/2021
Presentación
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que estudian las disputas por la hegemonía en la Argentina reciente, ambos liderados por el
Dr. Javier Balsa, Profesor titular de esta Universidad.
Como veremos en el transcurso de las 7 unidades del curso, todo estudio científico de la
política requiere desentrañar las múltiples relaciones de poder que se ejercen en el seno de
las sociedades y el carácter singular que adquiere la producción y reproducción de los
medios y formas de dominación social. Sin embargo, la Ciencia Política es, al mismo
tiempo, una disciplina que se especializa en el Estado y, en particular, en el estudio de las
formas de administración y gobierno de la sociedad. De manera tal que existe una “doble
cara” (Duverger) de la Ciencia Política como disciplina científica y social:
Debido a que no es posible practicar la Ciencia Política en forma integral sin analizar sus
vínculos interactivos con la sociedad, a lo largo de la cursada presentaremos una visión de
la Ciencia Política en un “sentido amplio” (Bobbio), entablando diálogos y convergencias
transdisciplinarias con el resto de las Ciencias Sociales. De este modo, espero ofrecerles
algunas herramientas que les permitan analizar las dimensiones sociales, económicas,
ideológicas e históricas que estructuran políticamente las formas de producción,
reproducción y dominación social, contribuyendo a un estudio complejo e integral de la
política como disciplina científica.
¿Qué es y qué analiza aquello que se denomina la Ciencia Política? La Ciencia Política (de
ahora en más, CP) es una disciplina científica que, en líneas, generales, analiza la teoría y
práctica de la política. La CP, por lo tanto, constituye una disciplina científica que se enfoca
en el análisis de aquel aspecto medular y estructurante de la vida social que llamamos
política. Sin embargo, ¿cuál es su objeto de estudio específico? Aquí encontramos una
primera tensión. Desde una caracterización general podemos decir que la CP centra su
atención en el análisis riguroso y sistemático de las múltiples relaciones de poder y
dominación que se vinculan con la producción y reproducción de las estructuras de
gobierno de la sociedad. Sin embargo, la CP estudia también las relaciones microscópicas
de poder que exceden y van más allá de lo estrictamente gubernamental y lo directamente
estatal. Ello implica considerar las múltiples y complejas formas de interacción de la
política con la sociedad, lo que incluye el abordaje de los factores contextuales y
estructurales (económicos, ideológicos, discursivos, culturales, históricos e institucionales)
que condicionan la vida política en sociedad.
Antecedentes
El análisis científico de la política presenta largos antecedentes históricos que se remontan
a la Antigüedad (siglo IV A.C), y más en particular a Aristóteles. En su libro “Política”, el
célebre filósofo griego realizó el primer acercamiento a un análisis sistemático de aspectos
políticos, al caracterizar a los regímenes políticos de su tiempo en Grecia. A su vez, en
otros libros menos difundidos, como “Ética nicomáquea”, fue el primer pensador que
reflexionó sobre la política desde una perspectiva filosófica y ética. Aristóteles definió al
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hombre como un ser social que vive en comunidad (zoon politikon) e incluyó como ideal y
meta de la actividad política la búsqueda de la felicidad conjunta de los ciudadanos. El
propio concepto de política deriva de Polis, que eran las pequeñas ciudades-Estado griegas
donde los ciudadanos convivían socialmente en comunidad, preocupados por deliberar y
decidir de forma colectiva sobre el destino de los asuntos públicos y comunes a todos.
Sin embargo, fue el teórico político Nicolás Maquiavelo, en su famosa obra “El Príncipe”
(publicada en 1532), quien ha sido corrientemente situado por la bibliografía como el
fundador de la Ciencia Política. Ello se debe a que el pensador italiano fue el primero que
planteó la posibilidad de realizar un análisis científico y realista de la política como ser (y
no como deber ser), al distinguir entre el análisis de los hechos empíricos de la realidad
social, y los valores e ideales, sean estos éticos, morales o religiosos. Además, Maquiavelo
fue el primero que se refirió al concepto de Estado (un término clave de la politología) y
que colocó el eje en el análisis empírico de las relaciones de poder que atraviesan a las
sociedades modernas. Desde entonces, lo que luego se conocería formalmente como la
Ciencia Política, ha sido vinculado al análisis descriptivo y explicativo de los hechos
concretos de la realidad, excluyendo todo juicio de valor (lo que será conducido al campo
de la filosofía normativa). Aún así, como veremos con el texto de Caminal Badía, la CP, tal
como la conocemos hoy en día, recién se desarrolló como disciplina autónoma desde
mediados del siglo XIX. Ello fue producto de un proceso histórico-político que tuvo
diversas fases y que no estuvo exento de fuertes disputas y desacuerdos político-ideológicos
que continúan hasta el presente.
Este énfasis en el análisis del régimen político (es decir, en la forma de organización de los
partidos políticos, las normas jurídico-formales y el sistema electoral) tendió a generar una
CP desligada del análisis de los modelos económicos de acumulación y de las relaciones de
poder y dominación político-ideológica que atraviesan a todas las sociedades. Algunos
temas políticos fundamentales que se dejaron de lado desde este modo estrecho de entender
al objeto de estudio de la CP son los siguientes:
-El análisis de las formas de ejercicio del poder y la dominación social por parte de las
elites corporativas en el capitalismo globalizado actual en campos como la economía
política internacional, el rol político de las empresas de medios concentrados de
comunicación y las relaciones de fuerza y opresión directa y velada entre los países
desarrollados y subdesarrollados.
-El análisis de los diferentes modos de ejercicio del poder, la dominación y opresión social
hacia las minorías, sea esta sexista y patriarcal (del hombre sobre la mujer),
heteronormativo (discriminación hacia homosexuales, lesbianas y trans) o étnico-racial (de
la raza blanca europea sobre las minorías étnicas y culturales, lo que incluye también a los
pueblos originarios).
Como pueden apreciar, existe una primera tensión y disputa hegemónica, es decir, una
lucha político-ideológica de sentidos, en torno al objeto válido de análisis de la disciplina.
Históricamente, ciertos grupos han intentado imponer determinados temas como los únicos
que pueden (y deben) ser analizados desde la disciplina, excluyendo deliberadamente a
otros. De todos modos, es muy importante tener en cuenta que, como señala Almond, la CP
actual (y la CP en la Argentina en particular) es una disciplina “segmentada”. En ella
coexisten, si bien en conflicto y tensión, una pluralidad de “mesas separadas”, algunas de
las cuales presentan diálogos entre sí. Esto quiere decir que no hay una sola Ciencia
Política, sino que existen una multiplicidad de perspectivas, enfoques y metodologías
válidas que se mantienen en tensión y cuyos presupuestos teóricos y onto-epistemológicos
son motivo de una intensa lucha hegemónica (es decir, de una fuerte disputa político-
ideológica por el sentido).
Un segundo eje de tensión y disputa, estrechamente vinculado a los debates sobre el objeto
de la disciplina, radica en el empleo del concepto de “Ciencia Política”. Como veremos en
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el transcurso de las clases, el concepto de “Ciencia” ha sido y es motivo de acaloradas
discusiones dentro de la disciplina. Para algunos, la CP constituye una Ciencia en sentido
estricto que, por lo tanto, aspira a un análisis puramente racional, técnico, objetivo,
explicativo y predictivo de la realidad. Para otros, esta pretensión es imposible, ya que,
como seres humanos, disponemos de múltiples valores, creencias, deseos, prejuicios e
intereses conscientes e inconscientes que impiden (o al menos limitan seriamente) la
objetividad. Y ello porque:
-Un análisis puramente científico excluye el objetivo humano de incidir políticamente para
transformar radicalmente y superar los problemas e injusticias sociales en los que estamos
insertos como comunidad.
La metodología se vincula con la forma y los procedimientos técnicos para emplear ese
marco conceptual de un modo sistemático y riguroso y así cumplir con mis objetivos. La
CP se caracteriza por ser una ciencia que es empírica y social. Es empírica, debido a que el
investigador o cientista de la política analiza la realidad social desde la experiencia de los
hechos y fenómenos concretos que observa. Y es social porque, como vimos, esa realidad
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está inserta en una vida en sociedad, esto es, en una determinada trama histórica,
económica, social e institucional, que nos integra de forma colectiva en determinado
espacio y tiempo (por ejemplo, en la Argentina actual).
Según el pensador alemán Max Weber, uno de los referentes centrales de la disciplina y de
las Ciencias Sociales en general, para realizar un análisis científico el analista o
investigador social debe realizar una distinción entre los “juicios de hecho” y los “juicios de
valor”. Como veremos, para este autor la ciencia social se basa en la construcción de
conceptos (que denomina “tipos ideales”) que nos permitan describir, y de este modo
comprender lo más objetivamente posible, la realidad histórico-social (el ser como
fenómeno). Ello supondría dejar para otras disciplinas, como la ética o la filosofía, la
búsqueda de los valores e ideales para una buena vida en comunidad (el deber ser).
Como veremos en el transcurso de esta primera unidad, los referentes centrales que
construyeron la CP buscaron elaborar desde sus inicios una Ciencia estricta de la política,
que tuviere un nivel similar de rigurosidad, sistematicidad y objetividad como la que
presenta la física o la biología. Esto implicó el intento (infructuoso) de edificar una ciencia
con las siguientes características:
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-Capacidad explicativa: con base en la acumulación de datos empíricos y su
generalización y sistematización, se busca describir y explicar causalmente la realidad (ello
implica hacer leyes estadísticas o causales, del tipo a causa o determina a b).
Existen diferentes técnicas para cumplir con los objetivos propuestos y validar el
conocimiento científico. La principal técnica que se ha procurado emplear desde las
visiones dominantes de la CP es la cuantitativa (numérica), ya sea a través de la elaboración
de estadísticas, fórmulas matemáticas y ecuaciones diferenciales, sondeos de opinión
pública o encuestas. Sin embargo, ese es el modelo dominante en la CP de Estados Unidos.
En Europa predomina un análisis cualitativo, que incluye el estudio de documentos escritos,
normas y reglamentos formales, el uso de entrevistas, análisis histórico-bibliográficos de
sistemas políticos comparados. En algunos casos, además, la CP ha apelado al análisis de
discursos políticos e ideologías políticas, sobre todo desde las visiones periféricas de la
disciplina. También existen los análisis de triangulación, que articulan técnicas cualitativas
y cuantitativas.
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Históricamente, bajo la influencia preponderante de los enfoques de la CP estadounidense,
la disciplina procuró construir una Ciencia de la política puramente objetiva, siguiendo el
ejemplo del paradigma de las ciencias naturales y la física. Ello implicaba realizar una
contraposición estricta entre lo descriptivo-explicativo, propio de la ciencia, desde una
lógica racional-empírica-objetiva (centrada en el análisis de las cosas universalmente
verdaderas), frente a lo prescriptivo-normativo-subjetivo-valorativo (el deber ser, desde un
análisis valorativo), considerado como no ciencia.
Ahora bien, lejos de existir un acuerdo general, lo que predominó históricamente y continúa
predominante hoy en día es una intensa disputa político-ideológica en torno a los métodos y
técnicas válidas para analizar la realidad. También sobre los aspectos epistemológicos, que
se vinculan a la posibilidad (o no) de acceder a un conocimiento científico válido y con
pretensiones de objetividad. Mientras que la CP predominante cree que existe la objetividad
científica o que, en todo caso, se puede mantener una neutralidad de valores (neutralidad
valorativa) como precondición del análisis científico de la política, los enfoques críticos
cuestionan esta creencia sedimentada y destacan los conflictos, luchas, intereses, valores,
deseos y pasiones constitutivas y la subjetividad en general. Ello supone cuestionar la idea
de una verdad objetiva y neutral a la que pudiera acceder de forma privilegiada. En ese
sentido, algunos análisis interesantes mantienen la posibilidad de alcanzar cierta objetividad
relativa en el análisis, sin caer en un binarismo objetivismo/subjetivismo. En algunos
enfoques más filosóficos (llamados posmodernos) se cuestiona el propio status de ciencia
de la disciplina y se tiende hacia un relativismo extremo.
Mientras que una parte de la disciplina cree que sólo es CP un análisis cuantitativo o un
abordaje institucional-formal del régimen político y las formas de gestión pública, otros
consideramos que la realidad social es producto de una construcción social y colectiva
atravesada por el lenguaje, los valores, los intereses económicos, los deseos inconscientes y
las pasiones de los individuos y grupos que la integran. De allí que, mientras algunos
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realicen encuestas, otros estudien el discurso político y otros realicen entrevistas para
comprender y analizar una misma realidad histórico-social.
Dos son los principales peligros de esta ilusoria construcción de la disciplina como una
mera técnica de gestión racional, técnica, objetiva y neutral de lo social:
Para esta primera clase tenemos como lectura obligatoria un pequeño texto de Norberto
Bobbio que aborda algunas de estas cuestiones metodológicas, epistemológicas e históricas
en tensión para intentar realizar un análisis de la política como disciplina científica y social.
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2) La Ciencia Política en sentido amplio: corresponde al análisis riguroso, empírico y
racional sobre la política, pero sin la sistematicidad y la visión cuantitativista de los análisis
de la CP en sentido estricto. Constituye una visión más amplia y abarcadora de la CP, que
retoma aportes del pensamiento político (teoría política y filosofía política). Desde esta
visión más amplia, la CP dialoga en mayor medida con el resto de las ciencias sociales y
humanas (sociología, economía, filosofía, comunicación, historia).
1. El ser humano es un ser teleológico, lo que implica que puede servirse de medios para
cumplir ciertos fines, a menudo inconscientes.
2. El ser humano es un ser simbólico, que construye sus conceptos e ideas mediante
símbolos, siendo el más importante de ellos el lenguaje.
3. El hombre es un ser ideológico, lo que implica que dispone y se basa en valores e ideas
culturales para tomar sus decisiones y efectuar sus acciones.
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