Ensayo
Evidencia de la necesidad de los principios morales que
permitan orientar y recuperar el valor de la institución
matrimonial y su vocación sacramental1
1Texto leído Como vivir el matrimonio cristiano / Principios en retirada. Los cambios / Matrimonio y Sagrada
Escritura / El Matrimonio en la Tradición de la Iglesia / Matrimonio en el Concilio Vaticano II y el Código de
Derecho Canónico / El sacramento del Matrimonio hoy / El Hijo: ¿fruto de qué amor?. Cómo vivir el matrimonio
cristiano hoy.
Es oportuno reconocer que para el matrimonio no sólo basta el amor, la fe, la madurez
psicológica y la madurez espiritual, se requiere que haya un verdadero acompañamiento para
alcanzar esta madurez total, en la cual repercute mucho la dimensión testimonial de las familias
de origen de las parejas y el testimonio de la institución, que a razón de la verdad, habría que
considerar todos los problemas que ad-intra de la iglesia se tiene con sus ministros en materia de
sexualidad y compromiso, de fidelidad y castidad.
Además, qué entonces tendría que hacer la iglesia con las parejas infértiles y con los casados
que ya no están en edad de procrear? O acaso sus ministros, autodenominados “Padres”, ¿no son
generadores de otro tipo de vida? No se trata de quedarnos lamentando del cambio de
mentalidad y de las tipologías de nuevas familias que son aceptadas en sociedad, se trataría más
bien de una gran autoevaluación en el lenguaje que se sigue utilizando y las maneras como se
representa y se celebran los momentos importantes y comprometedores de la vida, en esencia hay
que revaluar y resignificar la forma de pastoral que persiste en la iglesia, una pastoral en donde la
parroquia sigue siendo un feuda y el párroco un señor feudal; ya no estamos en la edad media.
Esta es una evidencia que la iglesia está muy lejos de la sociedad, y con esto no se propone que la
iglesia se secularice, sino que se “aggiorne” de verdad como lo pedía el papa Juan XXIII, pero es
que a nivel teológico y de magisterial, somos ambivalentes; en el concilio vaticano II hay
disposiciones progresistas y de avanzada, pero en la práctica la iglesia sigue siendo timorata y
conservadora. No es que carezcamos de la claridad que dimana de la Sagrada Escritura, de las
muchas y buenas luces que nos da la tradición y el magisterio; el gran problema es que la iglesia,
en lenguaje de hoy no quiere salir de un área de confort.