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Concepto.-
El tiempo, con el concurso de otros factores puede funcionar como causa de adquisición o
pérdida de los derechos, a través de la institución de la Prescripción, que se encuentra definida en el
artículo 1952 del Código Civil venezolano.
Se evidencia del artículo que existen dos clases o especies de prescripción: la adquisitiva o
usucapión y la extintiva o liberatoria, aun cuando están reguladas en un mismo título, ambas
instituciones son netamente distintas.
Para que haya prescripción extintiva, deben darse los siguientes supuestos:
1. Que haya transcurrido determinado plazo, que es variable según los casos, siendo el punto de
partida del cómputo del plazo el momento en que la obligación es exigible.
2. Que el acreedor hubiere observado una actitud pasiva, absteniéndose de reclamar su derecho en
la forma legal durante todo el plazo.
3. Que el deudor se oponga oportunamente al cobro judicial extemporáneo.
Usucapión decenal.-
La prescripción de diez años es solamente adquisitiva. Para tal prescripción se necesita, además
de la posesión legítima de diez años, de un título y de buena fe. La prescripción adquisitiva decenal,
por otra parte, únicamente es aplicable a los bienes inmuebles y a los derechos reales inmobiliarios.
El artículo 1979 CC permite delimitar así, los supuestos básicos para la consumación de la
usucapión decenal:
a) Que se haya adquirido de buena fe un inmueble o un derecho real (poseíble) sobre el mismo;
b) Que la adquisición se funde en un título debidamente registrado, que no sea nulo por defecto de
forma;
c) El transcurso de diez años contados desde la fecha de registro del título.
La concordancia lógica entre esta norma y el artículo 1953 CC, complementa el esquema de
supuestos constantes en la doctrina tradicional:
a) Posesión legítima;
b) Título debidamente registrado;
c) Buena fe;
d) Transcurso de diez años.
Caducidad y prescripción.-
La caducidad es un término fatal, cuyo transcurso produce la extinción de la acción, no de la
obligación. Respecto de ciertos términos se discute si se trata de un término de prescripción o
caducidad; por ejemplo, el término de cinco años para intentar las acciones pauliana y de
simulación, las cuales la mayoría de la doctrina considera términos de prescripción.
La caducidad se caracteriza por:
1°) En ella está interesado el orden público. En el derecho de familia encontramos muchos términos
de caducidad, pues hay un interés general en hacer indiscutible el estado de las personas.
2°) Puede ser suplida de oficio por el juez, por ser precisamente una institución de orden público.
3°) Produce la carencia de acción; el titular del derecho no tiene la facultad de acudir a los órganos
jurisdiccionales para reclamar o establecer su derecho subjetivo.
4|°) Debe ser opuesta como cuestión previa (art. 346, numeral 10° CPC), no como defensa de
fondo; pero puede alegarse en cualquier estado y grado de la causa, por ser una cuestión en que está
interesado el orden público.
5°) Es un plazo fatal, no susceptible de interrupción o suspensión; corre contra menores y
entredichos. La acción debe intentarse antes de que se cumpla el plazo.
6°) En materia contractual encontramos algunos lapsos de caducidad:
a) Acción redhibitoria en materia de venta, por vicio de la cosa (art. 1525 CC).
b) Las acciones derivadas de defecto de calidad en la venta de inmuebles (art. 1500 CC), que
deben intentarse dentro del año de la celebración del contrato.
c) La garantía de buen funcionamiento de la cosa vendida (art. 1526 CC), dentro del mes de
descubierto.
d) El retracto legal (art. 1547 CC).
7°) Es posible establecer lapsos de caducidad convencionalmente, siempre que su duración no sea
tan corta que en la práctica equivalgan a negar la acción.