El ecosistema marino enfrenta una gran amenaza frente a diversos factores de contaminación y

efectos ambientales tales como la falta de oxígeno y el calor intenso, así como de la agricultura
excesiva, derrames petroleros y otros desastres provocados por la actividad humana.
La agricultura descontrolada y la falta de limpieza de vegetación que se acumula en zonas
turísticas, producen el estancamiento y pudrimiento del agua ocasionando la muerte masiva de
fauna marina, dando como resultado zonas plagadas de material orgánico putrefacto y maloliente.
Esto, sumado a los residuos humanos del urbanismo que se vierten en el mar, ocasionan un
preocupante desastre medioambiental.
El uso abundante de fertilizantes en las zonas cercanas al mar donde se practica intensamente la
agricultura, produce altas concentraciones de nitrato que hace menos salobre el agua, lo que
resulta en menos oxígeno y enormes volúmenes de masa orgánica que se descomponen, dando
como resultado la preocupante mortandad de peces y otras especies marítimas. El
aprovechamiento excesivo y uso sin restricciones de los recursos naturales, ocasionan este
desequilibrio ambiental.
De igual manera, desastres como el derramamiento de 39.700 toneladas de petróleo pesado del
Prestigie en el año 2002, generan un gran impacto sobre el ecosistema marino. El fuel derramado,
rico en hidrocarburos aromáticos policíclicos, contribuyó a la limpieza de mejillones y otros
organismos filtradores que vivían adheridos a la columna de agua, al no tener la capacidad de
metabolizar ni excretar dicho compuesto. Así mismo, afectó a especies vertebradas como peces y
aves quienes, por transferencia, al buscar su alimento en los fondos marinos, sufrieron efectos
tóxicos. La exposición a estas sustancias produjo una serie de alteraciones de enzimas, problemas
reproductivos, disminución en la plancton y mayor incidencia en enfermedades víricas de diversas
especies, contribuyendo a una disminución de su población en los años siguientes al
derramamiento.