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Alimentación en el puerperio

Las bases de la alimentación saludable sirven para el puerperio: Más fruta y verdura,
dieta mediterránea, aceite de oliva, muchos cruditos, y lo cocinado, mejor asado o a la
plancha que frito.

No hay “alimentos prohibidos” durante la lactancia, lo ideal es tomar una dieta


equilibrada, rica en vitaminas y minerales (fruta y verdura). Al estar produciendo leche,
se pueden aumentar los requerimientos hasta en unas 300 calorías, así que nos
podemos permitir una ración más de comida al día (preferiblemente fruta o cereales
integrales). Algunos alimentos pueden cambiar ligeramente el sabor de la leche, como el
ajo, apio, espárragos, col… Si los hemos tomado durante el embarazo, el niño no suele
tener problemas en que sigamos comiéndolos durante el puerperio.

Se debe cuidar mucho la alimentación durante el puerperio. Lo mejor es mantener una


dieta variada y equilibrada, rica en calcio y en hierro, como la que se había mantenido
durante el embarazo.

Necesidades específicas del puerperio

El puerperio es un tiempo de aumento del metabolismo, con lo cual para proteger el


tiroides es aconsejable dar aportes suplementarios de yodo (sal marina). Aún hay un
debate sobre si la madre lactante debe tomar suplementos de yodo; en las últimas
recomendaciones de expertos la respuesta es que sí, aunque ese aporte extra puede ir en
la sal.

Es fundamental también un aporte suplementario de calcio (almendras, espinacas,


quesos y yogures).

Los cereales, como la avena, son bienvenidos, ya sea en copos, añadida en grano a las


ensaladas o en “porridge”, y el arroz o pasta integrales para acompañar las comidas. 

También es bueno añadir otras fuentes de serotonina como el chocolate negro (70% de
cacao, si puede ser sin azúcares añadidos). Es frecuente que la bajada de serotonina se
perciba como “hambre de dulce”. Podemos permitirnos el “antojo” de cosas dulces y
sanas: nueces con miel, pasas, dátiles sería bueno que hubiera “pequeños alijos” de estos
picoteos sanos por todos los sitios de la casa en los que la madre se pueda sentar a dar
de mamar, para que cuando le entre el hambre, simplemente tenga que estirar la mano.
El mejor picoteo son los frutos secos crudos, ni tostados ni salados.

Para recuperar el hierro perdido con el sangrado durante y después del parto, vienen
bien los alimentos ricos en hierro (legumbres, carne roja, berberechos y mejillones).

Para ayudar a prevenir la depresión posparto y mejorar la tolerancia a los dolores típicos
tras el parto (de “recolocamiento” de todo el cuerpo), lo ideal es que la dieta sea rica
en antiinflamatorios naturales, como los ácidos grasos omega 3 y 6 (presentes en los
boquerones, chicharros, lenguados, pescadilla).

Es fundamental beber suficiente líquido lo ideal es el agua pero también se pueden


beber zumos naturales o manzanilla. Se recomienda evitar las bebidas excitantes con
cafeína o teína, azucaradas o con gas, así como el alcohol si se está amamantando

Estas son algunas recomendaciones sobre alimentación durante este


período:

No hacer dietas de adelgazamiento.

Dieta lo más variada posible, tomando entre medio y ¾ de litro leche al día, para
aumentar el aporte de calcio. Beber más de 2-3 litros de líquidos, sobre todo si se está
dando lactancia materna.

Además, si se está dando lactancia materna se deberán evitar los alimentos que dan mal
sabor a la leche, como espinacas, espárragos, alcachofas y ajos, sobre todo si se
evidencia que el lactante rechaza la toma.

Evitar alcohol, café, nicotina.

No tomar medicamentos sin indicación médica, si se está dando el pecho al bebé.

Consumir alimentos ricos en fibra, como verduras, frutas, pan integral, con el fin de
evitar el estreñimiento que suele aparecer en este período, y para no favorecer la
aparición o agravamiento de las hemorroides.
Se intentará reducir los azúcares, pastas, bollería industrial, así como las grasas de
origen animal.

Se recomienda la ingesta de alimentos ricos en hierro (carnes, legumbres) o quizá algún


suplemento para evitar la posible anemia que suele aparecer a raíz del parto y de las
pérdidas de sangre1

El puerperio se clasifica en: inmediato (primeras 24 horas), mediato (de 2 a 7 días)


y tardío (de 8 a 42 días). De acuerdo a las horas o días posteriores al parto, proceda de la
siguiente manera:

Vigilancia del puerperio inmediato: primeras 24 horas


Conducta/tratamiento

 Tome signos vitales cada 15 minutos, durante 2 horas y luego cada 30 minutos
por 2 horas más.
 Vigile estado de conciencia.
 Asegure que el útero se encuentre involucionado, palpándolo cada 15 minutos,
asegurándose que esté duro y debajo del ombligo (globo de seguridad de Pinard)
y que no haya hemorragia vaginal.

Pregunte, observe y verifique que no presente signos y síntomas de peligro:

 Hemorragia vaginal, convulsiones, cefalea fuerte, visión borrosa, o dolor


fuerte en la boca del estómago.
 Dificultad para respirar.
 Temperatura mayor de 38° C.
 Ausencia de involución uterina.
 Desgarros en región perineal.
 Hipertensión arterial (sistólica igual o mayor a 140 mm de Hg, diastólica
igual o mayor a 90 mm de Hg).

1
Servizo Galego de salude. Alimentación después del parto [Actualización: 25/11/2014; acceso el
16/08/2021].Disponible en:
https://www.sergas.es/docs/muller/VIIIPerinatal/Documentacion/5_Alimentacion_emb_puer_lm_Ana
.pdf
Si presenta signos y síntomas de peligro, debe actuar de la manera
siguiente:

Estabilice.

Inicie tratamiento de acuerdo al problema encontrado.

Refiera a un servicio de salud con mayor capacidad resolutiva si no se cuenta con los
recursos necesarios para atenderla.

Promueva el alojamiento conjunto madre-hija (o) durante las 24 horas, (tanto de día
como de noche).

Apoye a la madre para reconocer las señales de hambre, posición y agarre adecuados,
explicándole las ventajas de la lactancia materna temprana y exclusiva, a demanda de
día y de noche, opciones para mantener la lactancia incluso si es necesario separarse de
sus hijas o hijos (ejemplo madre trabajadora o en circunstancias especiales).

Brinde información, consejería y oferte métodos de planificación familiar de acuerdo a


criterios de elegibilidad.

Programe cita a la primera semana del puerperio.

Registre en SIGSA.

Dé seguimiento a la contra referencia si ese fuera el caso.

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