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CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA

Danna Bazurto Peña

Las guerrillas de Colombia surgieron en los sesenta debido a la mala costumbre de


afrontar los problemas presentes en la sociedad con la violencia. También surgió como
respuesta a problemas agrarios no resueltos que tenía el país, y como parte de los cabos
sueltos que dejó el Frente Nacional en un intento de parar la violencia bipartidista. A esto
se le sumó que en el contexto de la Guerra Fría había un auge de movimientos
insurgentes y de liberación nacional inspirados en el triunfo de la Revolución cubana

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia surgieron en 1966 cuando el ejército


bombardeó la república independiente, donde los campesinos que habían sido liberales
durante la violencia todavía estaban armados y ahora están bajo la dirección del Partido
Comunista de Colombia. Esta resistencia coincidió con la decisión del Partido Comunista
de constituir un grupo armado como medida preventiva en caso de que finalmente se
cerrara la democracia, al igual que la dictadura militar en otras partes de América Latina y
el influjo de la revolución cubana. Al inicio de su constitución, las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia contaban con 300 combatientes y 6 frentes, casi todos en el
sur del país. A mediados de la década de 1960, inspirado por la tendencia de las
revoluciones internacionales, nació el ELN. Fue fundada por estudiantes y profesionales,
acogió la teoría del enfoque armado del Che Guevara y se instaló en el oriente del país y
las zonas rurales de Antioquia, pero ganó cierta base entre los estudiantes.

Hasta finales del Frente Nacional (principios de la década de los setenta), la existencia de
estas guerrillas no representó propiamente una guerra. La violencia se mantuvo en niveles
bajos, en parte porque estos grupos armados estaban en regiones muy periféricas, pero
también porque el Frente Nacional había sido una promesa reformista de modernización y
desarrollo, combinada con una realidad que reprimía la protesta y la movilización social.
No fue sino hasta el final del Frente Nacional que irrumpió una guerrilla que cambiaría el
letargo de la insurgencia. El M19

nació a mediados de esta década como un grupo armado urbano para el que las acciones
militares estaban en función de lograr un gran impacto político sobre el establecimiento y
la simpatía de las masas populares

A algunas elites les preocupaba que la guerrilla lograra sus objetivos revolucionarios,
antes de que fuera demasiado tarde iniciaron negociaciones políticas y la integración a la
democracia durante el gobierno de Belisario Betancur (1982-1986). Este proceso fue
utilizado por la guerrilla para crecer. Al final del mandato de Betancourt, sus frentes se
multiplicaron y lanzaron con éxito una campaña política, al igual que la Liga Patriótica,
relativamente exitosa en la esfera pública, y desafiaron el poder de los políticos
tradicionales en las elecciones locales y regionales. Hay muchos enemigos en este
proceso de paz. Una gran parte del ejército se opuso a él y lo socavó descaradamente.
Los partidos políticos y las élites económicas se resisten a la paz para promover reformas
estructurales en el país. Finalmente, las élites locales relacionadas con miembros de la
fuerza pública y el narcotráfico crearon las primeras organizaciones militares aprobadas y
escuadrones de la que desataron una guerra sucia contra la izquierda legal y contra las
bases sociales de los grupos insurgentes.

A mediados de esa década, el proceso de paz se estancó y el país estaba en problemas


debido a la guerra declarada al narcotráfico que lidera Pablo Escobar. La guerrilla realizó
agresivas acciones militares contra la fuerza pública y la infraestructura nacional.
Intensificaron las luchas sociales y políticas y comenzaron a marchar hacia el
levantamiento durante la huelga general convocada por todos los centros obreros y
grupos campesinos del país el 27 de octubre de 1988. Pero la huelga fracasó y varios
factores hicieron que el propósito del levantamiento guerrillero fuera cada vez más
distante. Uno de ellos es la crisis global del modelo socialista y la profunda crisis de
violencia terrorista que vive Colombia. La guerrilla explicó este momento crítico de
diferentes maneras. El M19 , EPL y otros grupos dieron por que la lucha armada estaba
agotada y aceptaron la oferta que les hizo el Estado de ingresar a la vida legal

Durante ese período, el ejército dio un gran salto, gracias a los enormes recursos que
obtuvo del plan colombiano. Helicópteros, inteligencia técnica, aviones de combate y
fuerzas dobles son la base para realinear la estrategia y hacer planes de guerra para
derrotar a la guerrilla. Todo ello está en proceso de llegar a un firme consenso entre las
élites a favor de una solución militar al conflicto, que no conduce a una solución
negociada. Consenso plasmado en Álvaro Uribe Vélez y su política de seguridad
democrática de 2002 a 2010. A lo largo de la primera década de este siglo, la guerrilla
perdió sus posiciones, legitimidad y capacidad ofensiva. Luego de sufrir fuertes pérdidas,
incluida la muerte de cinco de los siete miembros históricos de la Secretaría de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, retoman la línea política que
abandonaron hace años y actualmente buscan una salida negociada al conflicto.

Cuando la guerra alcanzó su clímax de crueldad y victimización, Andrés Pastrana


(1998-2002) le propuso al país una salida política que no contó con un respaldo definitivo
de las élites. Es así como el Gobierno se jugó algunas de sus cartas en la negociación
con las guerrillas, pero se guardó los ases para fortalecer como nunca antes a las Fuerzas
Militares, lo que fue posible a través de la aprobación del Plan Colombia, apoyado por
Estados Unidos. Esta paradoja de pedir la paz mientras se intensificaba la guerra fue
posible porque las partes acordaron dialogar en medio del conflicto, sin que mediara
ningún cese al fuego. Cuando el proceso de paz fracasó, ya estaban sentadas las bases
que harían posible por primera vez un consenso fuerte y prolongado entre las élites y la
opinión pública alrededor de la salida militar al conflicto. La guerra, la salida militar y
represiva, había roto la eterna ambigüedad entre el Estado y una parte de la sociedad
sobre qué posición asumir frente a la guerrilla.

El resultado final es la distorsión del uso y la tenencia de la tierra en Colombia hoy. Utiliza
39 millones de hectáreas de ganado, pero lo mejor es no exceder las 24 hectáreas; en
cambio, solo utiliza 4 millones para la producción agrícola, y pueden ser 211. Además,
tiene uno de los índices de desigualdad más grandes del mundo en términos de
distribución de la tierra. A este modelo se suma la reciente expansión del monocultivo de
la industria y la prosperidad de la industria minera. En este contexto, el presidente Juan
Manuel Santos está implementando la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, que tiene
como objetivo devolver la propiedad a quienes perdieron su propiedad durante el conflicto,
haciendo propiedad en un país con alto grado de informalidad Legalización de la
propiedad, y en cualquier caso, busca dar tierra a los miles de desplazados que nunca la
han poseído.

Con respecto al documento creo que nos describe esa época con bastantes detalles, con
sus precedentes, el dia a dia del conflicto y su “conclusión”; esto me hace adentrarme más
en la historia, imaginar cada escenario y analizar mejor cada una de las causas y
consecuencias que se dieron en este periodo de violencia.

La forma en la que el poder manejó al pueblo, sin darle límites, ni espacios seguros, sin
lidiar de frente y con inteligencia respecto a los diferentes conflictos y antecedentes dio
paso a que las personas decidieron que la justicia debía darse por sus propias manos, se
forma violenta.

Como conclusión o final tenemos al gobierno intentando solucionar años de dolor y


violencia, y de cierta forma entiendo que no se puede sanar por completo una herida
como esta, pero el gobierno no está haciendo todo lo que puede, no intenta dar su cien
por ciento, si no solo cumplir para quedar bien ante la opinión pública, esto solo nos deja
ver su falta de interés por las víctimas y cómo esperan que solo olvidemos lo sucedido y
esto pase a ser otro episodio más en la historia.

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