Restaurantes y franquicias fueron de los sectores más
afectados a nivel mundial por la cantidad de restricciones que sufrieron las actividades gastronómicas a causa de la pandemia. Algunos sortearon la situación con los domicilios, pero esto no era suficiente para cubrir la totalidad de los gastos: nóminas, arriendos, servicios públicos e impuestos, por lo que se vieron obligados a realizar un cierre definitivo. Por eso comenzamos a trabajar de la mano con Acodrés y su director Brany Prado en la seccional Pacifico, para que se agilizara la reapertura del sector gastronómico y luego los pilotos para consumo de licor en la mesa cumpliendo todos los protocolos de bioseguridad exigidos por el gobierno nacional. Así logramos importantes alivios como la suspensión del impoconsumo, equivalente al 8%, para cafeterías, bares, restaurantes, fruterías, heladerías, autoservicios, panaderías y pastelerías, y apoyo del gobierno para el decreto que permitía terminación unilateral de contratos de arrendamiento. Ahora con la ley de inversión social logramos que pequeños restaurantes puedan pasar al régimen simple y pagar una tarifa consolidada de Renta, IVA e impoconsumo que en el peor de los casos será del 7%.