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RESUMEN CRITICO DEL 8VO PLENO CASATORIO CIVIL

POR JAVIER ALEJANDRO SALAZAR SANTIVAÑEZ

1. NOCIONES.

El presente resumen es para ver de qué trata del VIII Pleno Casatorio Civil cuyo
objeto de análisis son los actos de disposición de bienes sociales por un solo
cónyuge. La discusión se centra en determinar cuál es la sanción jurídica aplicable a
estos actos de disposición realizados sin la participación de uno de los cónyuges, a
propósito de la interpretación de lo establecido en el artículo 315 del Código Civil
Peruano. Son dos los remedios o sanciones que se han desarrollado tanto
jurisprudencial como doctrinariamente: la nulidad y la ineficacia.

2. ANALISIS CRITICOS DE VIII PLENO CASATORIO CIVIL.

El artículo 315 del Código Civil, se refiere a los actos de disposición de los bienes
sociales. Como se tiene conocimiento para la disposición de los bienes de la
sociedad conyugal se requieren de la intervención de ambos cónyuges. El problema
que resuelve el pleno casatorio es a actos que se disponen sin la intervención de uno
de los cónyuges; es decir, a aquellos que se disponen unilateralmente. La discusión
se encuentra en si se debe tratar con la figura de nulidad y/o ineficacia del acto
jurídico. La Corte por mayoría de votos, dispone que debe aplicarse la nulidad por
ser la medida más adecuada ante la vulneración del artículo 315, con la finalidad de
proteger el orden público. En el Artículo 315 del Código Civil indica lo siguiente:
“Para disponer de los bienes sociales o gravarlos, se requiere la intervención del
marido y de la mujer. Empero, cualquiera de ellos puede ejercitar tal facultad si
tiene poder especial del otro”

3. EL CASO.

La señora Catalina JACAY APOLINARIO actuó como propietaria de un bien ajeno,


de la sociedad conyugal que conformaba con Nolberto CHOQUE HUALLPA. Es
decir, actuó como propietaria aparente de dicho bien. La duda entonces es si, en esas
circunstancias, cabía otorgar tutela a los dos terceros sucesivos que adquirieron la
propiedad del bien de la sociedad conyugal, es decir, si existía alguna (i) investidura
formal y real externalizada en la que confiaron las terceras adquirentes del bien, (ii)
si actuaron con buena fe subjetiva y objetiva (iii) si se trató de un negocio jurídico
oneroso.

En primera instancia la pretensión es declarada infundada, básicamente porque el


predio de la madre de la demandante no sea considerado como un bien de la
sociedad conyugal, sino como un bien propio ya que existía separación de hecho al
momento en que la madre adquirió el predio, por lo que el artículo 315° del Código
Civil no es aplicable a los actos que se celebren sobre dicho bien, siendo entonces
un bien adquirido a título propio y exclusivo de la madre de la demandante, por lo
que no necesitaba la intervención del padre de la demandante.

En segunda instancia la sala civil, confirma la sentencia de primera instancia,


señalando los Jueces Superiores que la compradora Rocío Zevallos Gutiérrez ha
actuado de buena fe por cuanto la venta se celebró tomando en cuenta el tracto
sucesivo del testimonio de fecha 11 de noviembre de 1994, en el que se indica el
estado civil de divorciada; asimismo, no obra en RENIEC la condición de casada,
encontrándose esta actuación de buena fe reforzada por la actuación del Notario
Público que otorga legalidad a los instrumentos que expide.

Elevada la causa a la Corte Suprema, corresponde a esta corte analizar la


determinación de la consecuencia del acto de disposición de bienes de la sociedad
conyugal celebrado por uno de los cónyuges sin la intervención del otro, precisando
si se trata de acto nulo, anulable o ineficaz, y por otro lado establecer si la nulidad,
anulabilidad o ineficacia le es oponible o no al adquirente.

En la parte final del fallo del VIII Pleno Casatorio se señala escuetamente que no se
llegó a verificar la existencia efectiva de un pago del precio por parte de los terceros,
lo que incluso sirve como uno de los motivos para quitarle la condición de tercero
de buena fe a las sucesivas compradoras. De manera que, no se cumple con este
requisito y, más aún, el hecho de quitarles la supuesta propiedad adquirida no les
generaría mayor agravio en su patrimonio en tanto no acreditaron pago alguno.
4. PLANTEAMIENTOS.

LOS PRECEDENTES VINCULANTES SON LOS SIGUIENTES: En los casos en


los que los jueces de la República adviertan que un solo cónyuge, sin la intervención
del otro, dispone de bienes sociales que pertenecen a la sociedad de gananciales,
deberán tener lo presente lo siguiente:

a) El derecho de propiedad es un derecho humano de primera generación y por tanto


la protección de este derecho exige que se desestime cualquier conducta o artificio
con la que se pretenda desconocerlo, afectando los derechos patrimoniales de una de
las partes en el dominio de un bien que les pertenezca en su condición de cónyuge.

b) Las normas que se aplican para la co-propiedad de los bienes, resultan ser
aplicables supletoriamente cuando se trata de la disposición indebida de los
derechos que son inherentes a la sociedad de gananciales en la institución
matrimonial, aun cuando existiendo este vínculo, los documentos personales de cada
cónyuge no hagan constar esta condición de sus relaciones matrimoniales.

c) Las reglas de tutela del derecho de propiedad deben estar esencialmente


orientadas a impedir en todos los casos el ejercicio abusivo de los derechos
inmobiliarios de uno de los cónyuges, cuyo comportamiento a su sola iniciativa se
impulse para tratar de disponer de los bienes que pertenecen a la sociedad de
gananciales.

d) La actuación conjunta a que se refiere el artículo 315° del Código Civil,
constituye la regla para los actos de disposición de bienes sociales.

e) Para disponer de los bienes sociales, se requiere que en el acto de disposición


intervengan ambos cónyuges por mandato expreso del artículo 315° del Código
Civil, como elemento c onstitutivo necesario para la validez del acto jurídico. Por
ello, el acto de disposición de un bien social realizado por uno solo de los cónyuges,
sin la intervención del otro, es nulo por ser contrario a una norma imperativa de
orden público, según el inciso 8) del artículo 219° del Código Civil, concordante
con el artículo V del Título Preliminar del acotado Código.

f) Tratándose del caso referido al cónyuge que dispone del bien social, que actúa en
nombre de la sociedad de gananciales excediéndose del poder especial otorgado por
el otro cónyuge, actos ultra vires, el acto de disposición deberá reputarse ineficaz en
virtud de lo dispuesto en el artículo 161° del Código Civil.

g) Cualquiera de los cónyuges puede reivindicar el bien que pertenece a la sociedad


de gananciales, en el caso de que uno solo de ellos hubiera dispuesto de la propiedad
en común.

5. IDEAS NUCLEARES:

A. La falta de manifestación de voluntad por parte del cónyuge que no intervino en


la disposición de los bienes sociales, la respuesta sería la nulidad del acto
jurídico. Por el otro lado, si sostenemos que nos hallamos frente a un supuesto de
falta de representación, entonces la respuesta sería la ineficacia en sentido
estricto.

B. La nulidad del acto jurídico es la invalidez del acto jurídico. La ausencia de algún
supuesto o requisito esencial del acto jurídico, entonces será considerado como
nulo, lo cual desembocará en la no producción de efectos jurídicos. El Código
Civil, indica que las causales de nulidad se encuentran contempladas en el
artículo 219° y son las siguientes:
a. la falta de manifestación de voluntad,
b. objeto física o jurídicamente imposible o indeterminable
c. fin ilícito,
d. simulación absoluta,
e. no cumpla con la forma prescrita bajo sanción de nulidad, la ley así lo declare
f. sea contrario al orden público y las buenas costumbres.
C. El voto en mayoría compuesto por la decisión de los magistrados (Walde
Jáuregui; Huamani Llamas; Valcárcel Saldaña; Del Carpio Rodríguez; Cunya
Celi) decidió por la tesis de la nulidad. Así, en el inciso e) de la parte resolutoria
se señala que: “Para disponer de los bienes sociales, se requiere que en el acto de
disposición intervengan ambos cónyuges por mandato expreso del artículo 315°
del Código Civil, como elemento constitutivo necesario para la validez del acto
jurídico. Por ello, el acto de disposición de un bien social realizado por uno solo
de los cónyuges, sin la intervención del otro, es nulo por ser contrario a una
norma imperativa de orden público, según el inciso 8) del artículo 219° del
Código Civil, concordante con el artículo V del Título Preliminar del acotado
Código”.

D. En la sentencia se tiene la tesis de la ineficacia la misma que se sostiene sobre la


base de la idea de falta de poder de representación, aplicándose lo dispuesto en el
artículo 161 del Código Civil. El cónyuge para disponer el bien perteneciente a la
sociedad de bienes gananciales se requiere, un poder especial del otro cónyuge
(Articulo 315 del Código Civil). Si se celebra el acto de disposición sin tener el
poder de representación suficiente, se aplicaría la ineficacia prevista en el artículo
161 del CC.

E. La ineficacia se justifica en la ausencia de legitimación del cónyuge que dispone


sin la intervención del otro.

F. El pleno se decidió por la figura de la nulidad, por su parte, en aplicación del


inciso 8 del artículo 219 del Código Civil. El artículo 315 del Código Civil es una
norma imperativa, su infracción debe ser sancionado con la nulidad.

G. Para finalizar los votos discordantes, en la parte de los precedentes vinculantes


establecen unos puntos importantes que no se han tocado en el Pleno, como por
ejemplo que pasara con los actos de disposición unilateral realizados en una
sociedad convivencial, es decir en el caso de la uniones de hecho, protegiendo a
quien efectuó el negocio jurídico con el conviviente, cuando no haya conocido
sobre su convivencia. Asimismo, establece como precedente vinculante la
protección al tercero de buena fe, en cuanto no conste en registros públicos
documentos que acrediten fehacientemente el estado civil del vendedor y/o
documentación que pruebe el tracto sucesivo del bien. Establece también lo que
ocurrirá con los procesos en trámite, claro está de acuerdo a la posición adoptada
por los magistrados que es la ineficacia, establecen reconducir los procesos desde
la etapa del saneamiento, lo que en mi opinión hubiera debido constar en el
Octavo Pleno para reencausar los procesos en trámite a la nulidad.

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