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Ciudadanías postcoloniales
como símbolo y alegoría del
capitalismo postcolonial(*)
Por Miguel Mellino
En los últimos tiempos, y en el contexto de
los incesantes movimientos migratorios,
ciertos pensamientos han sido retomados
para la elaboración de una teoría crítica de
las formas globales de ciudadanía. Hablamos
del postcolonialismo, corriente que si bien
retoma aquellos legados de la teoría antico-
lonial, como Franz Fannon, intenta pensar
las nuevas formas de la colonialidad en las
metrópolis contemporáneas. Ellas se cons-
tituyen, en su universalidad unitaria, sobre
procesos complejos de gobierno de lo social:
exclusión, guetificación, racialización y
un conjunto de técnicas que producen al
“migrante” como tal. Pero el migrante no es
sólo víctima de esos procesos, sino también
sujeto activo de una impugnación a las
formas de subordinación de la diferencia,
que muchas veces aparece bajo la forma de un
cosmopolitismo multicultural y pluralista.
Miguel Mellino, antropólogo argentino e
investigador de la Universidad de Nápoles,
analiza las teorías postcoloniales, encontrando
en ellas una reflexión capaz de problematizar
la ambivalencia de la migración y su poten-
cialidad política, en la lucha por la reapro-
piación del espacio público. Una ciudadanía
conflictiva que es, al mismo tiempo, símbolo
y alegoría del capitalismo postcolonial.
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Consideraciones introductorias “la institucionalización nacional de la


unidad se convierte en parámetro de
El título de este artículo está tomado las condiciones de heterogeneidad de
directamente del trabajo de Lisa Lowe una nación”. Es desde este punto de
acerca de los movimientos migrato- partida que se propone considerar al
rios asiático-americanos a los Estados “inmigrante” (asiático-americano) a
Unidos, Immigrant Acts.1 Su “crítica la vez como un símbolo y como una
materialista a la institución norte- alegoría. Debemos aclarar que para
americana de la ciudadanía”, desde Lowe, “inmigración como símbolo
el punto de vista de la historia de las y alegoría” no
migraciones asiático-americanas, me implica metafo- Si la ley es el aparato que une
pareció muy interesante, y creo que rizar a los “inmi- y sella la universalidad de la
algunas de sus percepciones teóricas grantes reales”, nación como cuerpo político,
son muy útiles para poner el foco en sino que, en sus entonces el inmigrante produ-
aquello que está en juego en las luchas propias palabras, cido por esta ley (y obviamente
migratorias en torno a la cuestión de “halla en estas por el imaginario cultural
la ciudadanía, incluso en Europa. La contradicciones nacional) es percibido como
expresión Immigrant Acts implica, por de la inmigra- margen y amenaza al todo
supuesto, un dilema; siguiendo la línea ción, tanto la simbólico, es precisamente
de Judith Butler, podría decirse que se i n t e r v e n c i ó n el sitio de elaboración de la
trata de una “contradicción perfor- crítica en el para- crítica a esa universalidad.
mativa”. Refiere simultáneamente a digma nacional
las leyes estatales migratorias y a las en conjunción con lo internacional,
“agencias migratorias políticas y cultu- como el nexo teórico que desafía al
rales” en contra de esas mismas leyes capitalismo global desde lo local”. En
restrictivas; es decir, la “restricción, este sentido, la alegoría, no toma sólo
exclusión y expropiación” así como “el una instancia singular de una confor-
empoderamiento y la subjetivación”. mación inmigratoria, sino que atraviesa
Según Lisa Lowe, la inmigración formaciones raciales individualizadas
ha sido el terreno para la restricción y amplía la posibilidad de un pensa-
legal y política de los asiáticos como miento y una práctica siguiendo líneas
un Otro en los Estados Unidos y, raciales y distinciones naturales. En
simultáneamente, “el lugar de emer- suma, lo que me interesa aquí es la idea
gencia de un rechazo crítico al estado- de Lowe acerca de la migración como
nación del cual estas legislaciones son locus de encuentro entre las “fronteras
la expresión”. En síntesis, si la ley es el nacionales” (aunque podríamos decir
aparato que une y sella la universalidad de forma más general, la soberanía)
de la nación como cuerpo político, con su exterior, entendido como aquel
entonces el inmigrante producido por sitio en que tanto la ley como el cruce
esta ley (y obviamente por el imagi- de las fronteras se constituyen como su
nario cultural nacional) es percibido “crítica negativa”.
como margen y amenaza al todo Sólo para mencionar la otra fuente
simbólico, es precisamente el sitio de principal de este artículo, me gustaría
elaboración de la crítica a esa universa- sugerir que la idea de Lisa Lowe de que
lidad. Lo que quiero remarcar aquí es “la institucionalización nacional de la
que, siguiendo la línea de Lisa Lowe, unidad se convierte en parámetro de las

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condiciones de heterogeneidad de una de vista, podríamos decir que la polí-


nación”, me recuerda la distinción de tica significa, antes que nada, luchar
Jacques Rancière entre “policía y polí- contra la constante “privatización de
tica” o entre “policía y democracia”, la vida pública, de lo Universal, de la
especialmente tal como lo plantea en Ciudadanía, de lo Común” ejercida
Disagreement2 y más recientemente en por “la policía”.
Hatred of Democracy.3 Sin profundizar Para concluir estas consideraciones
excesivamente sobre el significado de introductorias, creo que las percep-
estas oposiciones, diría brevemente ciones de Rancière y de Lowe son muy
que esta concepción de la política útiles para comprender la “condición
como “rechazo continuo de multitudes postcolonialista” contemporánea en
a las fronteras impuestas por la esfera Europa. Tomando como punto de
pública”, como “lucha sin pausa de las partida su trabajo, propongo consi-
muchas cabezas derar las “Ciudadanías europeas post-
Desde mi punto de vista, los de la hydra coloniales” como símbolo y alegoría
discursos tradicionales acerca ( L i n e a b u g h , del capitalismo postcolonial. A partir
de estas supuestas nuevas Rediker 2004) de esta cuestión, pero principalmente
formas y prácticas de la ciuda- contra el confi- siguiendo las luchas contemporá-
danía, si bien expresadas desde namiento de la neas alrededor del status del trabajo
una perspectiva política progre- vida de sujetos migrante en Europa, podremos
sista, usualmente quedan atra- no-públicos a vislumbrar aquello que está en juego
padas en un enfoque de las la dimensión en el capitalismo postcolonial.
políticas migratorias extrema- privada”, me
damente culturalista, es decir, resulta muy útil
no pueden enfrentar la dimen- para el desarrollo Lo postcolonial, como
sión material a través de la cual de este trabajo. “pris de parole”
estas nuevas ciudadanías están En definitiva,
emergiendo de manera efectiva. para Rancière, Intentaré precisar lo que entiendo
Es por esta razón que propongo “política” (y aquí por “ciudadanías postcoloniales”
aquí la noción de “ciudadanías d e m o c r a c i a ) , en la Europa contemporánea. Como
postcoloniales”, en lugar de la significa esencial- es sabido, las nuevas ciudadanías son
expresión más vaga, “nuevas mente disputar un tópico común en referencia a una
ciudadanías”, para nombrar o desafiar a “la condición social y cultural (caracteri-
estas “prácticas constitutivas” policía” en la cual zada por el trasnacionalismo, las rela-
de ciudadanía, inherentes a la se funda el orden ciones diaspóricas, la hibridación, alta
condición migrante o global institucional de movilidad, plurilocación), que parece
presente en Europa. la ciudadanía sobredeterminar (utilizando el concepto
(occidental), althusseriano) comunidades migrantes
siempre y en todas partes; excluir de la y postmigrantes de las ciudades euro-
vida pública aquellas “vidas” o sujetos peas. Usualmente, el objetivo prin-
en los que el poder político se funda, cipal de remarcar lo emergente y
es el rol principal de “la policía”. Pero lo auto-afirmativo de estas nuevas
para Rancière, es sólo esta condición la ciudadanías –de estas nuevas prácticas
que ratifica, por así decirlo, la cualidad de ciudadanía– es por un lado hacer
de esas “vidas” y sujetos como “vidas foco tanto en la condición multicul-
políticas y sujetos”. Desde este punto tural, transcultural o global que de

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manera irreversible caracteriza nues- ciudadanías modernas–, lo postcolo-


tros espacios urbanos europeos, pero nial puede ser entendido como símbolo
también (al menos en los discursos y de la condición contemporánea.
perspectivas menos eurocéntricos) en Por un lado, sirve para subrayar los
la implosión definitiva de lo nacional, efectos principales de los movimientos
de la idea moderna de ciudadanía, migratorios de los últimos cincuenta
debido a sus límites intrínsecos e histó- años en el plano social, cultural, polí-
ricos. Desde mi punto de vista, los tico, económico e incluso jurídico
discursos tradicionales acerca de estas de las viejas metrópolis. En otras
supuestas nuevas formas y prácticas de palabras, lo postcolonial debería ser
la ciudadanía, si bien expresados desde interpelado (para usar otro concepto
una perspectiva política progresista, althusseriano), como un síntoma de la
usualmente quedan atrapados en un des-homogeneización social, cultural y
enfoque extremadamente culturalista económica de los espacios internos de
de las políticas migratorias, es decir, las anteriores ciudades metropolitanas.
no pueden enfrentar la dimensión Desde este punto de vista, podríamos
material –y radicalmente conflictiva o decir que la presente condición post-
antagonista– a través de la cual estas colonial tiene sus raíces en algo así
nuevas ciudadanías están emergiendo como una “presión colonial inver-
de manera efectiva. Es por esta razón tida” (Bauman, 2005), es decir, en
que propongo aquí la noción de “ciuda- la “presión contra-colonial” ejercida
danías postcoloniales”, en lugar de la por los movimientos migratorios de la
expresión más vaga, “nuevas ciudada- posguerra sobre los anteriores centros
nías”, para nombrar estas “prácticas coloniales. A través de este uso del
constitutivas” de ciudadanía, inhe- término postcolonialismo, hacemos
rentes a la condición migrante o global hincapié en aquello que puede ser
presente en Europa. definido, siguiendo a Lyotard y a
La idea de resaltar esta noción de Fanon, como una “represalia colonial”
“ciudadanías postcoloniales” tiene el contra los antiguos poderes coloniales:
fin de remarcar la condición postco- la explosión de la cuestión colonial,
lonial de la Europa contemporánea, dentro del mismo territorio europeo.
especialmente cuando observamos los En palabras de Stuart Hall, podríamos
retos que produce la migración inter- decir que la condición postcolonial
nacional en cuanto a los discursos actual está intrincadamente anudada
políticos hegemónicos acerca de la con la “emergencia de los márgenes
“ciudadanía europea”. Pero a través en el centro”, pero también con el
de esta idea de “ciudadanías postcolo- “regreso de los fantasmas coloniales
niales”, me gustaría sugerir, por sobre de la raza y el racismo, en el mismo
todo, que los migrantes y postmi- ombligo de la bestia”.
grantes contemporáneos, son al mismo Creo que, al contrario de lo que un
tiempo sujeto y objeto de nuevas formas cierto sentido común podría sugerir,
de ciudadanía. lo postcolonial no puede ser enten-
Si tomamos como punto de partida dido como un mero sinónimo de
nuestros dos objetos principales de neocolonialismo, sino que tiene la
análisis aquí planteados ­–los movi- capacidad de dar voz a un determi-
mientos migratorios y la crisis de las nado tipo de sentimiento anticolonial

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Sueño eterno, por


Onaire Colectivo Gráfico

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o movimiento político anticolonial. las posguerra y la condición postcolo-


De hecho, el definir o describir la nial actual, mi intención es subrayar
condición global presente a través más claramente que el prefijo “post”
del término postcolonial no tiene, en postcolonial, sugiere aquello que
de ninguna manera, el objeto de Michel de Certeau ha llamado un “pris
legitimar la idea –principalmente de parol”, o lo que puede ser definido,
asociada al término neocolonial– de en la mejor tradición del operarismo
actuales regímenes de poder perfecta- italiano, como una “Agencia cons-
mente capaces de imponer su propio titutiva”. Trasladándose por todo el
gobierno (neocolonial o postcolonial) espacio mundial, atravesando –algunas
a sujetos condenados a permanecer veces ilegalmente– diversos tipos de
pasivos o sumisos. Aquí, lo postco- límites y fronteras, los inmigrantes
lonial está pensado, principalmente, postcoloniales rechazan el espacio asig-
como la prosecución de una histórica nado para ellos en las periferias (del
lucha anticolonialista, por parte de los sistema mundial, de las ciudades en las
migrantes postcoloniales y las comuni- que viven o de los sistemas culturales
dades y sujetos postmigrantes, si bien, y sociales de los que forman parte) y,
debe ser aclarado, a través de medios y así, ponen radicalmente en cuestión
políticas muy distintas a aquellas utili- la mismísima práctica política post-
zadas en el pasado y, más importante colonial del confinamiento (espacial o
aún, esta vez, dentro del mismísimo temporal) como vehículo principal de
territorio de las antiguas sociedades segregación social, cultural y econó-
colonialistas. mica (Said, 1993).
De ahí que, al considerar al postcolo- Desde este punto de vista, resulta
nialismo desde este sentido específico, evidente que el prefijo “post” en lo
estamos subrayando el hecho de que, postcolonial, está expresando una
pueblos no occidentales, comunidades “crítica radical a la ciudadanía”, a
europeas migrantes y postmigrantes, una ciudadanía concebida como un
rechazan ese “delirio maniqueísta” que “bien exclusivo o selectivo”, como
caracterizó a las sociedades coloniales. un “recurso escaso” que pertenece a
Me refiero a la lucha abierta, a través de algunos, puesto que es negado a otros.
diversas prácticas y enfrentamientos, Utilizando el radical lenguaje anti-
del proyecto político colonial de un colonial de Fanon, podríamos alegar
mundo social y espacialmente “divi- que las “ciudadanías postcoloniales”
dido en compartimentos” (Fanon), promovidas por los inmigrantes post-
por una línea global de color, rígida y coloniales representan una demanda
jerárquica. En otras palabras, en esta política de “ciudadanías completas”,
acepción, lo postcolonial sostiene la radicalmente antagonistas a las actuales
ruptura y el inevitable fracaso de todas “formas exclusivas de ciudadanía”
las políticas actuales que apuntan a lo (en su versión tanto nacional como
que David Roediger llamó una “admi- europea). Estas “formas exclusivas de
nistración racial de la Ciudadanía” ciudadanía” impulsan una prolife-
(David Roediger, 1999, 2008). ración continua de espacios diferen-
De cualquier manera, al insistir desde ciales (y de circulación humana) y la
el comienzo en la extrema relación interminable producción de (también
que existe entre las migraciones de jurídicamente) sujetos diferenciados y

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jerarquizados. En síntesis, las actuales Mohanty, 2005; Sanyal, 2007;


“ciudadanías postcoloniales”, encar- Mezzadra, 2009). En otras palabras,
nadas en las prácticas políticas y al definir la condición global presente
sociales de los inmigrantes postco- como postcolonial, pretendo también
loniales, socavan toda posibilidad llamar la atención sobre las filtraciones
de asumir “formas neocoloniales de o “espacios estriados” medulares de
ciudadanía” como formas pacíficas de la globalización capitalista contem-
mando o gobernanza sobre las pobla- poránea. Para resumir, entonces, al
ciones actuales. definir la condición global contempo-
ránea como postcolonial, mi objetivo
es también resaltar el hecho de que
Lo postcolonial como no deberíamos pensar la globalización
persistencia (neo)colonial capitalista actual meramente como
la producción de un espacio global
No obstante, resulta muy claro que no “uniforme” o “homogéneo”.
debemos enfrentar los términos post- Para aclarar a lo que me refiero aquí
colonial y neocolonial, aunque parece por “heterogeneidad constitutiva del
casi evidente que los usos corrientes de capital global contemporáneo”, puede
esta palabra –en estudios culturales o resultar útil recordar brevemente dos
postcoloniales– postulan solamente ensayos de la antropóloga Aihwa Ong:
(o principalmente), sus significados Splintering Cosmopolitanism: Asian
de “anti” o “post” (usado este último Immigrants and zones of autonomy in the
en un sentido cronológico, de “poste- American West4 (2004) y Neoliberalism
rior” al colonialismo). De cualquier as Exception. Mutations in Citizenship
manera, quiero sugerir que la noción and Sovereignty (2006).
de postcolonialismo perdería la mayor Basando sus conclusiones teóricas en
parte de su poder si fuera concebido una investigación etnográfica acerca
como lo opuesto o como desvinculado de las migraciones chinas a la costa
del neocolonialismo. oeste estadounidense y canadiense,
Si, como observamos antes, lo postco- Ong sostiene que, con el fin de evitar
lonial puede ser entendido como uno las habituales mistificaciones acerca de
de los efectos principales del “pris de la expansión mundial de la globaliza-
parole” o subjetivación de los inmi- ción neoliberal, deberíamos abordar
grantes postcoloniales, es también la globalización capitalista contempo-
correcto afirmar que representa al ránea a través de la idea de un “ensam-
mismo tiempo lo contrario, es decir, blaje global” antes que de un “espacio
“la persistencia, en el actual espacio global”. Según Aihwa Ong, la idea de
global contemporáneo, de dispositivos un “ensamblaje global” funciona mejor
coloniales de subordinación y explo- que la de un “espacio global” para
tación”. Así, a través de esta segunda describir “esa interminable, contin-
acepción, lo postcolonial puede ser gente y cambiante articulación de
interpelado como un síntoma de un complejo de elementos altamente
aquello que podemos llamar “la hete- heterogéneos (tecnologías, territo-
rogeneidad constitutiva del capital rios, poblaciones, modos de produc-
global contemporáneo” (Ong, 2004, ción económica), que está en la base
2006; Dirlik, 2005; Davis, 2005, de la constitución del capital global

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contemporáneo. Es decir, funciona europeos como algo radicalmente dife-


mejor para describir el hecho de que el rente al pasado reciente de los países
capital global contemporáneo podría occidentales.
desplegarse libremente por todo el Resulta muy claro que, a través de
mundo con sólo articular diferentes esta segunda significación, el concepto
regímenes laborales, diferentes modos de “ciudadanía postcolonial” en rela-
de producción económica, diferentes ción con la actual condición migrante
categorías de inmigrantes, “dife- y postmigrante en Europa, pasa a
rentes espacios de soberanía”. En este asumir el sentido opuesto respecto
sentido, lo que Aihwa Ong nos dice de la primera definición: en este caso,
es que el despliegue de la globalización resalta la infiltración hacia dentro de
neoliberal está atado fuertemente a la los límites en las sociedades europeas
producción en desarrollo de “sobera- de la fragmentación jurídica propia de
nías graduales”, es decir, a la continua los antiguos estados coloniales, esto
proliferación de zonas, territorios, es, un tipo de reconfiguración posmo-
poblaciones y sujetos jurídica y jerár- derna de la distinción jurídica colonial
quicamente diferenciados. entre el ciudadano (el europeo) y el
Es importante recordar aquí que sujeto (pueblos colonizados, nativos).
estos procesos de fragmentación, des- Es por esta razón que académicos
homogeneización y jerarquización como Etienne Balibar, Saskia Sassen
descritos por Ong, están desarrollán- o Chandra Mohanty, al referirse al
dose también hacia dentro de los espa- proceso migratorio contemporáneo,
cios nacionales de los países capitalistas nos invitan a hablar de una “re-coloni-
occidentales más avanzados. De aquí zación de la migración”. Por ejemplo,
que, en este sentido, lo postcolonial Aihwa Ong describe estos procesos de
puede ser interpelado, precisamente, jerarquización de la ciudadanía –esta
como un síntoma de la “desagrega- nueva jerarquía de movilidad– como
ción de la soberanía” contemporánea la emergencia de un “cosmopolitismo
(Sassen), de la actual descomposición astillado”. Para Ong, este “cosmopo-
de las ciudadanías y los “sujetos jurí- litismo astillado” está intrínsecamente
dicos”, dentro de los mismos límites vinculado a la creciente “capitaliza-
de los países capitalistas avanzados. ción de la ciudadanía” (Rose, 1999),
Así, definir la Europa actual como a un proceso de re-estratificación de la
“Europa Postcolonial” nos fuerza a humanidad, impulsado por las trans-
tomar como punto de partida para formaciones neoliberales de las socie-
nuestro análisis político, económico dades y las economías. En este proceso,
o cultural, esta proliferación, jurídica- el derecho a la libre circulación inter-
mente legitimada, de diferentes catego- nacional es otorgado o negado a los
rías de sujetos hacia dentro del espacio inmigrantes, sólo basándose en su
territorial de la Unión Europea –esto específico capital económico, cogni-
es, la producción activa de ciudadanos, tivo o humano. Lo que estamos afir-
semi-ciudadanos, residentes e indocu- mando, por tanto, es que la idea de un
mentados o inmigrantes ilegales, todo “mundo sin fronteras”, caracterizado
dentro del mismo espacio jurídico–, y por la “libertad de circulación”, no tiene
así, el proceso de des-homogeneización lugar ni en la agenda política o econó-
o desagregación de los estados-nación mica de los regímenes neoliberales, ni

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tampoco, ahora podemos decirlo, en la europeo, de la distinción jurídica


del capitalismo postneoliberal. Como colonial entre ciudadano y sujeto. Y,
resulta evidente, la meta principal de obviamente, debemos aclarar, que al
las “políticas migratorias”, sostenidas y día de hoy debemos lidiar con procesos
diseminadas por las instituciones inter- de jerarquización de la ciudadanía que
nacionales más importantes (como atraviesan no sólo las fracturas raciales
la Organización Internacional para y étnicas de nuestras sociedades, sino
las Migraciones, las Naciones Unidas también otras marginalidades, como
o la Organización Internacional del el status de trabajador precario (vulne-
Trabajo), no es “llevar a cero”, por así rable) “nativo” demuestra claramente.
decirlo, la migración, sino más bien, A esta altura, no hace falta decir que
promulgar un “Régimen de control la producción de estas “ciudadanías
global” sobre los movimientos migrato- postcoloniales”, pensadas como dispo-
rios, basados en requerimientos “justo sitivos de control de la movilidad, del
a tiempo”, o lo que podemos llamar derecho y la libertad de circulación,
de “calidad total”. Se trata de la confi- tiene como designio no sólo fortalecer
guración de un “modelo migratorio” el estado de excepción permanente (de
basado no sólo en la “amenaza de la vida desnuda, en la definición conocida
deportación” cuando “el desempleo de Agamben), siempre esencial para la
aumenta nuevamente” o cuando los violenta autodefinición de la huma-
síntomas de una crisis política, social o nidad y la comunidad política occi-
económica se vuelven evidentes, sino dental (como han sostenido muchos
principalmente de la “inclusión activa discípulos de Giorgio Agamben en el
y jerárquica” del trabajo inmigrante a campo de los estudios migratorios),
través de la misma “producción jurí- sino que tiene como objeto principal
dica de su ilegalidad”. Pues, como el la “inclusión o incorporación dife-
antropólogo Nicholas de Genova nos rencial” de los trabajadores migrantes
recuerda en su investigación etnográ- al mercado laboral nacional y global.
fica sobre las migraciones mejicanas a Es claro que esta segmentación del
Estados Unidos, “es la condición de mercado laboral sostiene y refuerza la
deportabilidad y no la deportación racialización de los espacios sociales
‘real’ del trabajador migrante lo que y urbanos, así como “las prácticas de
lo hace un tipo disponible diferenciado gobierno” totalmente penetradas por
de mercancía” (De Genova, 2005). la securitización; en términos más
Lo que a mí me gustaría resaltar es que, foucaultianos, involucra una “admi-
teniendo en mente esta significación nistración racial y de la seguridad” de
específica, el concepto de “ciudadanía las poblaciones y la ciudadanía, diri-
postcolonial” sugiere de forma muy gida a la movilización de la diferencia
clara la “crisis aguda” o la “implosión cultural, de género y de raza, sólo para
radical” de las concepciones modernas su mayor valorización capitalista.
de ciudadanía. Considerado desde Si bien esta racionalidad de la
este punto de vista, el concepto de “gobernanza postcolonial”, muestra
“ciudadanía postcolonial” indica una usualmente su faceta más regresiva
creciente restricción y jerarquiza- y autoritaria durante períodos de
ción de derechos que ha dado lugar creciente tensión política (aumento y
a la emergencia, dentro del espacio proliferación del disenso), o durante

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la profundización de crisis econó- (Foucault, 1976, p. 168). Desde mi


micas particulares (recesión, depre- punto de vista, parece evidente que
sión, colapso financiero), me parece el racismo contemporáneo no puede
evidente que puede ser pensada como ser considerado como el efecto de
un “mecanismo de poder” estrecha- una “fabricación política trivial”, ni
mente relacionado con la “gestión como el resul-
diaria” del proceso más general de tado de un “mero Podemos concluir que lo que
neoliberalización de las sociedades engaño ideoló- esta segunda significación de
contemporáneas. Se trata de las gico”; el racismo, “postcolonial” nos sugiere es
“formas ordinarias” de “controlar la podríamos decir la persistencia de una condi-
crisis permanente” (Hall, 1978) de un en palabras de ción colonial en el mundo
modelo de acumulación basado en la Fanon, siempre contemporáneo, es el continuo
ética del individualismo posesivo y los trata de “violencia re-asentamiento de un proceso
derechos de propiedad; con la privati- material y domi- inconcluso de descoloniza-
zación y mercantilización de cualquier nación” (Fanon, ción en las relaciones inter-
recurso material o inmaterial, tal como 1964) o, nueva- nacionales entre las naciones
teóricos como David Harvey, Kalyan mente citando a centrales y periféricas, pero
Sanyal, Toni Negri y Peter Linebaugh Michel Foucault principalmente, hacia dentro
lo han expuesto recientemente. Un (1976), reivin- del mismo espacio de las anti-
modelo basado en la “continuidad y dica una “tecno- guas sociedades colonialistas.
proliferación de poderosos engranajes logía específica
de acumulación primaria” (Harvey, de gobierno”, la cual tiene sus raíces
2005; Sanyal, 2007), en la “recons- políticas en la configuración de “meca-
titución de la ‘renta absoluta’ como nismos modernos de biopoder”.
la figura central de la explotación De esta manera, a través de esta
capitalista” (Negri, 2009), en el ince- segunda significación del concepto de
sante “asalto a cualquier clase de bien “ciudadanía postcolonial”, mi inten-
común” (Lineabaugh, 2008). ción es remarcar el intento político
Ciertamente, es esta “no-excepcio- de imponer hacia dentro del espacio
nalidad de la excepción” la que hace europeo, una “administración racial de
vano, y también políticamente proble- la población” (David Roediger, 1999,
mático, cualquier clase de “discurso 2008). Podemos concluir que lo que
progresista anti-racismo” que aborda esta segunda significación de “postco-
las formas modernas y contemporáneas lonial” nos sugiere es la persistencia de
de racismo como “una mera actitud una condición colonial en el mundo
psicológica, como una patología contemporáneo, es el continuo re-asen-
social constante” (Fanon, 1964, 49) tamiento de un proceso inconcluso de
o, para utilizar las palabras de Michel descolonización en las relaciones inter-
Foucault, “como el simple producto nacionales entre las naciones centrales
de una operación ideológica por la y periféricas, pero principalmente,
cual el estado o la clase dominante hacia dentro del mismo espacio de
buscan concentrar en un enemigo las antiguas sociedades colonialistas.
mítico la animosidad social y la viru- En suma, la “condición postcolo-
lencia que de otra manera podría diri- nial”, igual que la idea de migraciones
girse hacia ellos mismos, o afectar de europeas postcoloniales, simboliza la
forma incontrolable el cuerpo social” emergencia de “fracturas coloniales”

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(Blanchard, Bancel, Lemaire, 2005), un momento histórico inaugurado por


en el corazón mismo de Europa. No las últimas luchas descolonizadoras.
obstante, sería más bien erróneo asumir Desde esta perspectiva, el postcolo-
que la actual “condición postcolonial” nialismo indica al mismo tiempo la
es simplemente una reproducción del persistencia de una condición colonial
antiguo sistema colonial. Hoy en día, en el mundo contemporáneo (la actua-
resulta evidente que estas “fracturas lidad material de dispositivos “neoco-
coloniales”, podrían funcionar tanto loniales” de poder y explotación) y
a través de continuidades como de las insurgencias y prácticas políticas y
discontinuidades con las del pasado culturales, dirigidas a liberarse de ella.
colonial: estas “fracturas coloniales”, En este sentido, las actuales “ciuda-
se descomponen y recomponen conti- danías postcoloniales”, impuestas y
nuamente a sí mismas, frecuentemente resistidas por los migrantes postcolo-
a lo largo de nuevos ejes espaciales y a niales, son los principales síntomas de
través de prácticas, discursos, narra- este estado de transición constante; en
ciones y representaciones muy dife- otras palabras, del carácter permanen-
rentes de aquellas producidas por temente transicional del capital global
el pasado colonial. En conclusión, contemporáneo. Por todo lo expuesto,
teniendo en mente lo que estamos creo que podemos considerar a las
planteando acerca de estos dos signifi- actuales “ciudadanías postcoloniales
cados intrínsecos de postcolonialismo, europeas” como símbolo y alegoría del
sin dudas, planteo la “condición post- capitalismo postcolonial.
colonial” como un momento histó-
rico caracterizado por una “transición
permanente”, particularmente como (*) Traducción: Gabriela Mocca

NOTAS

1. N. del T.: Significa al mismo tiempo: “Leyes para los inmigrantes” y “Actos de los inmigrantes”.
2. Desacuerdo. filosofía y política, Jacques Rancière, Editorial Nueva Visión, Buenos Aires, 1996.
3. El odio a la democracia, Jacques Rancière, Editorial Amorrortu, 2006.
4. N. del T.: Cosmopolitismo astillado: inmigrantes asiáticos y zonas de autonomía en el occidente americano y
Neoliberalismo como excepción. Mutaciones en la ciudadanía y en la soberanía.

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