Está en la página 1de 2

Enrico Ferri

(San Benedetto Po, 1856-Roma, 1929) Criminalista y político italiano. Es el máximo


representante italiano de la escuela positivista de derecho penal y está considerado
como el creador de la criminología moderna. Como seguidor del positivismo
imperante durante la segunda mitad del siglo XIX, aceptó por completo las implícitas
actitudes deterministas de tal corriente. Ya en la tesis de su doctorado, La teoría de
la imputabilidad y la negación del libre albedrío, destaca netamente este aspecto de
su formación espiritual y de sus ideas: cree que el delincuente actúa por causas
ajenas a su voluntad y que deben buscarse en la sociedad. En 1878, un año
después de su doctorado, Ferri publicó su tesis en Florencia, reelaborada y
ampliada.

La primera parte de su tesis trata de refutar en sentido filosófico los argumentos que
pretenden sostener el libre albedrío, suponiendo un riguroso determinismo que se
aplica también a las actividades humanas: éstas son espontáneas, pero siempre
necesitadas de motivos que quitan la libertad. Aplicando estas premisas al derecho
penal, Ferri afirma que el delito es imputable al delincuente, pero no deseado
libremente por éste; en realidad, actúa por causas que física o psíquicamente
condicionan su voluntad. Por tanto, la sociedad no puede castigar, sino tan sólo
defenderse contra el desorden que el individuo produce en una convivencia humana
organizada; la sociedad debe asimismo prevenir el delito, evitando los motivos del
mal y acrecentando en diversas formas los del bien.

La teoría de la imputabilidad, examinada desde este punto de vista positivista, forma


la segunda parte de su tesis, donde son estudiadas las causas dirimentes y
atenuantes de la misma imputabilidad, como la falta de discernimiento, la
enfermedad mental, el sueño y la embriaguez, el impulso de los afectos, etc., porque
la amenaza legislativa con que la sociedad apremia para prevenir, y la medida de
su defensa, en caso de que el delito se haya perpetrado, no pueden actuar si no
son previstas por la razón. En el aspecto filosófico, los argumentos de que se vale
Enrico Ferri para negar el fundamento del libre albedrío son hoy reconocidos como
de escaso valor y casi ingenuos; sin embargo, se le reconoce el mérito de haber
dado a conocer a los juristas la gravedad del problema, en vez de adaptar sus
soluciones a normas tradicionales gratuitamente aceptadas.

Ferri enseñó en las Universidades de Turín, Siena y Roma y, prosiguiendo sus


estudios, siempre inspirados en la escuela criminalista positiva, publicó en
1900 Sociología criminal, sin duda su más ambiciosa e influyente obra, en la que
resumió en forma orgánica su pensamiento. El agudo interés por la sociedad y su
organización le hizo considerar con simpatía el socialismo: militó en el partido
socialista y dirigió el diario Avanti! de 1900 a 1905. Sin embargo, interpretó
igualmente el socialismo desde el ángulo positivista y lo juzgó derivación del
darwinismo y del evolucionismo de Herbert Spencer en textos como Socialismo e
criminalità y Socialismo e scienza positiva. Ello le indujo a alejarse del partido
socialista cuando derivó hacia un más riguroso marxismo, y a acercarse al fascismo.

También podría gustarte