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INTRODUCCION
A partir de los años 90, se ha renovado el interés académico por entender la dinámica de los
procesos de creación, difusión y consumo de conocimiento administrativo (Alvarez, 1998;
Clegg y Palmer, 1996; Guillén 1994; Sahlin-Andersson y Engwall, 2002). La literatura ha
utilizado diversos enfoques teóricos, destacándose principalmente entre ellos la perspectiva
neo-institucionalista (Di Maggio y Powell, 1983) que procura mapear la configuración de un
campo organizacional constituido por diversos actores individuales y colectivos que
confluyen en la construcción del conocimiento administrativo. Los estudios realizados
permitieron obtener valiosa información acerca de distintos componentes de este campo
organizacional, tales como las firmas de consultoría (Engwall y Kipping, 2003), la
comunidad académica (Augier et al., 2005), las escuelas de negocios (Engwall, 1998), las
casas editoriales (Alvarez, et al., 1999) e incluso la prensa general (Mazza and Alvarez,
2000), y elaborar diversas clasificaciones o tipos ideales de conocimiento administrativo
(Mazza, Thomas, 2003). Sin embargo y con contadas excepciones (Srinivas, 2006; Usdiken,
1997, 2004; Usdiken y Cetin, 2001; Alvarez et al., 1997, Ibarra Colado, 2006), dichas
investigaciones se ocupan exclusivamente de países desarrollados. Así, y pese a recientes
llamamientos a realizar investigaciones comparativas que permitan ampliar nuestro
entendimiento de cómo se enmarca la génesis y circulación de conocimiento administrativo
en distintas condiciones contextuales históricas y geográficas (Sahlin-Andersson y Engwall,
2002), subsiste un significativo vacío de reflexión teórica y análisis empírico en torno a la
configuración de dichos procesos en países en desarrollo o periféricos.
El presente trabajo apunta a ampliar nuestra comprensión del desarrollo del conocimiento
académico en países periféricos mediante un análisis comparativo de la producción local de
revistas académicas de Argentina y Brasil. Estos países fueron elegidos por varias razones:
la existencia de datos de relativamente fácil acceso y el hecho de que ambos tienen un nivel
de desarrollo económico hasta cierto punto similar (status de “mercados emergentes”), y una
herencia común de tradiciones culturales propias de su origen colonial ibérico (Wiarda
1981, 2001). Nuestro objetivo es responder tres cuestiones básicas: 1) Es la producción
local de conocimiento académico en los países bajo análisis menor en comparación a la de
los países centrales, como tienden a sugerir los escasos antecedentes existentes en la
literatura? 2) existen diferencias en el nivel de generación de conocimiento académico entre
ambos países? 3) Si esto es así, cómo podemos dar cuenta de tales diferencias?
El artículo está organizado del siguiente modo. En la primera sección, se realizan algunas
observaciones teóricas sobre tipos de conocimiento administrativo y su relación con el
desarrollo económico. Luego, se efectúan algunas consideraciones metodológicas referidas
al estudio bibliométrico comparativo de las publicaciones de administración de Argentina y
Brasil. A continuación, se presentan los resultados obtenidos y se intenta explicar las
variaciones observadas en la producción académica en ambos países a partir del análisis del
campo institucional del conocimiento administrativo y la educación superior vis-à-vis las
características más salientes del contexto económico de los países en cuestión. Por último,
se resumen las principales conclusiones del estudio.
Esta clasificación dicotómica tiene, a su vez, una historicidad propia. Durante el periodo de
surgimiento del management como disciplina de estudio, las primeras publicaciones
periódicas dedicadas al tema pertenecían al ámbito estrictamente profesional (e.g.
Transactions of the American Society of Mechanical Engineering). Los padres de la
disciplina como Taylor y Fayol combinaban la actividad profesional con la reflexión teórica
y sus preocupaciones estaban completamente alineadas con la búsqueda concreta de
soluciones prácticas para organizaciones de diversos tipos. Incluso uno de los pioneros en la
reflexión teórica con mayor nivel de abstracción, Chester Barnard, dedicaba más tiempo a la
actividad profesional que a la participación en círculos académicos (Scott, 1992). La
diferenciación entre ambos tipos de conocimiento comienza luego de la Segunda Guerra
Mundial, con el surgimiento de journals especializados (ASQ) y la profesionalización del
rol de profesor en management, lo cual demandó a los académicos dedicación full-time y
un compromiso con la generación de conocimiento académico de similar calidad al de otras
disciplinas sociales (Whitley, 1988). La utilización del crecientemente complejo herramental
matemático de la investigación operativa junto a los más recientes desarrollos teóricos en
ciencias sociales contribuyeron a cimentar el prestigio académico, hasta entonces limitado,
de la administración, que en los años 1950s era considerada “un poco más abajo de la
educación física en las universidades norteamericanas” (Leavitt, 2005). De este modo, se
alteró la forma de generar conocimiento administrativo, el cual dejó de depender de
individuos que desempeñaban en forma simultánea roles profesionales y académicos. Este
proceso de profesionalización hizo cada más difícil el ejercicio dual del rol académico y el
de consultor en países centrales (Engwall et al. 2002) al presentar nuevas exigencias
motivadas por diferentes circuitos de validación de la actuación profesional: uno sometido a
la lógica académica de evaluación de trabajo por pares y manejado por estándares o patrones
de convencionalismo propios de la actividad científica y el otro regido por una lógica
comercial de construcción de prestigio basado en la captación de clientes a través de un
know-how particular. Con esto no afirmamos que no existan profesores de management que
se desempeñen cómodamente en ambos ámbitos, la academia y la consultoría, sino que
simplemente esta modalidad dejó de ser la regla.
Pese a que los países periféricos constituyen un conjunto sumamente heterogéneo cuya
producción científica varía mucho de acuerdo al país y a la disciplina científica en cuestión,
es razonable pensar en relación a la consolidación de la comunidad académica en
management que, dentro de estos mismos países, aquellos más ricos cuentan con un sistema
de educación superior más amplio y, consecuentemente, sus universidades tanto públicas
como privadas disponen de más recursos para sostener profesores con dedicación full-time.
No obstante lo cual, el grado de institucionalización del management y el desarrollo de una
comunidad académica en la disciplina pueden estar influenciados por otros factores. Así, el
nivel del desarrollo económico de un país medido por el PBI per capita (efecto riqueza)
podría ser menos relevante que el tamaño de la economía, que se asocia a la existencia de un
mercado de mayor tamaño, ya que éste genera mayor demanda de los servicios de la
industria de educación superior en negocios.
Por otra parte, un factor cuya importancia resulta capital en el desarrollo de la ciencia y la
tecnología en países periféricos, y por ende en el del conocimiento académico
administrativo, es el involucramiento del Estado en políticas activas en materia de educación
superior y fomento a las actividades de investigación científica. Por ejemplo, India, con un
alto nivel de producción científica en comparación al de otros países en desarrollo, es
reconocido como un caso de éxito que se explica por la activa intervención del Estado.
Otros factores culturales o políticos también pueden afectar las posibilidades de emergencia
y consolidación de una comunidad académica en administración. Cabe señalar, por ejemplo,
el idioma del país, en virtud de lo que se conoce como imperialismo lingüístico (Phillipson,
1992): países cuya lengua es el inglés cuentan con una ventaja comparativa sobre el resto.
(Ortiz, 2004)
DATOS Y METODOS
Las revistas especializadas son quizás el locus por excelencia de difusión de investigaciones
científicas y muchos análisis bibliométricos las toman como fuente primaria central. Por tal
motivo, en este estudio relevamos el contenido de publicaciones académicas locales
argentina y brasileñas a los efectos de evaluar el nivel académico de la producción en la
disciplina en los respectivos países. A tal fin, utilizaremos dos indicadores básicos:
(1) la densidad de citas, operacionalizada mediante el número promedio de citas por artículo
y
(2) la densidad de citas de artículos académicos, operacionalizada como el número promedio
de referencias a artículos de revistas académicas en idiomas que no sean español ni
portugués. Consistentemente con este criterio, se excluyen las citas de revistas de nivel
internacional como Harvard Business Review, Sloan Management Review, y similares ya
que están principalmente destinadas al ámbito profesional más que al académico.
Una breve digresión es necesaria para justificar la elección de ambos indicadores.
La ciencia es un artefacto cultural (Rouse, 1992; Woolgar, 1994) y, como tal, sus productos
están sujetos a una serie de convenciones y normas que varían enormemente de acuerdo a
sus contextos históricos y geográficos de referencia. Una de las convenciones básicas
propias de las publicaciones académicas que ha subsistido a lo largo de los años es el
reconocimiento a la labor y descubrimientos de otros a través de citas y referencias
bibliográficas (Leydesdorff, 1998). Derek de Solla Price (1970) ha llegado incluso a
desarrollar una clasificación de géneros académicos en base al número de citas o referencias
utilizados por los autores. Citar se ha convertido en una convención formal de las
publicaciones académicas y un número abultado de citas es preferible a un número reducido.
Por ello, y siguiendo a otros autores (Usdiken, 1997), tomamos el número de citas por
artículo (usualmente denominado densidad de citas) como un indicador del nivel de
academicidad.
Esto puede merecer varias objeciones que analizamos a continuación. El criterio normativo
de que citar mucho es algo positivo puede ser válido en países centrales, pero siendo la
ciencia un producto cultural,¿por qué tomar dicho criterio para evaluar el “nivel de
academicidad” de la producción científicas de países en desarrollo? Acaso no implica esto
imponer un estándar propio de países centrales para luego denostar la producción de países
periféricos por no ajustarse a un estándar que les puede ser ajeno. Al respecto, cabe aclarar
que nuestro criterio de operacionalización no implica abrir un juicio de valor sobre la
“calidad” de la producción académica de los países en cuestión: no opinamos sobre su
validez o mérito intrínsecos, sino que la medimos en términos de un estándar que los
propios académicos de tales países presumiblemente conocen y adoptan. El conocimiento
científico en ciencias sociales (y el management no escapa a esta tendencia) parece fluir del
centro a los países periféricos y semi-periféricos, de acuerdo a lo que Alatas (2003)
denomina “dependencia académica”. Algunos autores, como el sociólogo argentino
Torcuato Di Tella (1974) atribuyen este flujo virtualmente unidireccional a una suerte de
“efecto deslumbramiento” ejercido por la cultura de Europa y Estados Unidos sobre los
intelectuales de los países en desarrollo. En una línea similar, y ya dentro del campo de la
administración, Miguel Caldás y Rafael Silveira (2006) sugieren que países como Brasil
tienen una suerte de “complejo de inferioridad” en materia de conocimiento administrativo,
lo que los lleva a un consumo ritualista de técnicas e ideas propias de países centrales
(Wood y Caldás, 2002). En cualquier caso, e independientemente de la razón de esta
dependencia académica, lo que interesa a nuestro estudio es que los patrones de lo que es
“ciencia buena” son aceptados, percibidos como deseables y, por tanto, objeto de intentos de
emulación, lo cual justifica la elección de nuestro indicador.
Los datos en que se basa nuestro análisis corresponden a la totalidad de artículos publicados
durante los años 1970, 1974, 1978, 1982, 1986, 1990, 1994, 1998, y 2002 en la principal
revista académica de administración de cada país, los cuales son considerados una muestra
significativa del total de la producción desde 1970 al presente. El año de partida
seleccionado ha sido 1970 porque se inicia en Argentina la publicación de la Revista
Administración de Empresas (RAE) el journal más importante en la disciplina y que tuvo un
período más largo de publicación. El mismo estaba destinado a alumnos, académicos y
profesionales, por lo cual lo tomamos como ejemplar de publicación académica. Como fue
discontinuado en 1989 y ante la inexistencia de una publicación académica similar,
tomamos la revista La Información: Contabilidad y Administración para evaluar la
producción argentina en 1990. Dicha revista apuntaba básicamente a una audiencia de
contadores públicos, por lo cual contiene un número muy reducido de artículos en
administración. En 1991 comienza a publicarse en Argentina el journal Alta Gerencia,
similar a RAE en términos de nivel académico y predominio de artículos de management.
Se analizan los artículos publicados en dicha fuente en los años 1994 y 1998. Como Alta
Gerencia deja de publicarse en el año 2001, tomamos para el año 2002 la producción de
Enfoques: Contabilidad y Administración, un journal principalmente dedicado a la primera
de estas disciplinas. Las publicaciones brasileñas tienen mayor continuidad que las
argentinas, algo que en sí mismo constituye una primera indicación de la mayor
institucionalización de la disciplina en aquel país. Para todos los años considerados, se
relevan los artículos publicados en la Revista de Administração de Empresas (RAE), una
revista que comenzó a publicarse en 1961 y que es considerado el principal journal
académico de la disciplina (Bertero y Mezzomo Keinert, 1994).
Por último, a los efectos de realizar una comparación con la densidad de citas de
publicaciones académicas de países centrales, hemos tomado los artículos de dos journals
internacionales en la disciplina: Human Relations para los años 1970, 1974, 1978 y 1982 y
Administrative Science Quarterly para los años 1986, 1990, 1994, 1998 y 2002. Para cada
año bajo análisis tomamos la media de ambos indicadores de academicidad en los años de
referencia. Como el objetivo es obtener una cifra significativa del nivel académico de la
producción local, procuramos identificar y luego excluir valores extremos que pudiesen
distorsionar excesivamente la media. A tal fin, se usamos al Test de Dixon tomando
(p<0.01) como valor de significatividad estadística, utilizando distintas fórmulas del test
según el número de unidades de la muestra, tal como se indica en la literatura (Rorabacher,
1991) y comparando el valor obtenido con las tablas para el estadístico de Dixon elaboradas
por Verma y Quiróz (2006).
RESULTADOS Y DISCUSION
Los resultados del análisis bibliométrico de las revistas mencionadas en la sección anterior
se exponen en el cuadro 1. La primera columna del cuadro consigna el total anual de
artículos de cada revista. La segunda indica el número de artículos de administración
general y permite evaluar el grado de producción en la disciplina en comparación con el
total de artículos. La tercera corresponde al número de contribuciones de autores locales.
Las columnas cuarta y quinta contienen nuestros dos indicadores de densidad de citas. Por
último, la sexta contiene la densidad de citas promedio de los journals internacionales de la
disciplina que tomamos a efectos de la comparación.
Cuadro 1
CARACTERISTICAS BIBLIOMETRICAS DE PUBLICACIONES ADMINISTRATIVAS DE ARGENTINA Y BRASIL (1970-2002)
Fuentes:
Argentina: Revista de Administración de Empresas, Argentina (*), La Información: Contabilidad y Administración (Argentina) (**), Alta Gerencia,
(Argentina) (***), Enfoques: Contabilidad y Administración (Argentina) (****),
Brasil: Revista de Administracao de Empresas (Brasil, todos los años),
Journals Internacionales: Human Relations (*****), Administrative Science Quarterly (******).
Aclaraciones:
(1) n = 32 por exclusión de un outlier
(2) n = 20 por exclusión de un outlier
En primer lugar, cabe formular algunas aclaraciones sobre los datos obtenidos. En el caso
de Argentina, el número de artículos anuales exhibe una gran variación. Ello se debe a que
se han tomado distintos journals en distintos años y al hecho de que la periodicidad de los
mismos difiere. Por ejemplo, para evaluar la producción en management del año 1990 se
tomó, ante la inexistencia de una publicación similar a RAE, la revista La Información:
Contabilidad y Administración, de periodicidad trimestral y que, como ya aclaramos,
presentaba mayoritariamente artículos de contabilidad, de allí el valor reducido del número
de artículos. Alta Gerencia, la revista tomada para evaluar la producción en 1994 y 1998
disminuyó su periodicidad en ese último año y cesó de publicarse unos años después, lo
que explica la disminución de artículos de 64 a 29. El elevado número de artículos del año
2002 en Argentina se debe a que los datos corresponden a Enfoques: Contabilidad y
Administración, revista de publicación mensual cuyo contenido se ocupa básicamente de
temas contables. Los cambios de periodicidad también afectan la producción brasileña
correspondiente a la revista RAE. Además, se observa una disminución del número de
artículos de producción local publicados en dicha revista y un aumento de la aparición de
artículos de autores extranjeros en el año 2002. Esto no debe interpretarse como una
disminución de la productividad de académicos brasileños, ya que a partir de los años
noventa aparecieron otros journals dedicados a la faceta académica de la disciplina. El caso
más destacado es el de RAC - Revista de Administração Contemporânea, publicada por la
ANPAD a partir de 1997.
Los resultados de más interés para nuestro propósito surgen de comparar los datos de
densidad de citas y densidad de citas de artículos académicos. Como conclusión general,
podemos señalar que, a juzgar por los valores promedio de densidad de citas, la
producción local de Brasil tiene en promedio un nivel de academicidad mayor al de la
Argentina, aunque la densidad de citas de artículos académicos es muy baja y bastante
similar en ambos países, excepto en el año 2002. 1 Por otra parte, también se demuestra
que el nivel de academicidad de la producción de los dos países latinoamericanos es menor
al standard internacional, como surge de comparar con el número promedio de densidad de
citas de Human Relations y Administrative Science Quarterly.2 Pese a la diferencia con
Argentina, la producción de Brasil no alcanza niveles internacionalmente aceptados de
convencionalismo, aunque la brecha parece tender a reducirse Para un país en desarrollo,
la institucionalización del management como disciplina académica es alta en Brasil,
aunque como señala Sylvia Roesch (2003), una académica brasileña con afiliación en la
1
Para evaluar si las diferencias en nivel de academicidad de los artículos de los journals seleccionados en
cada año son estadísticamente significativas usamos el test de Mann Whitney. El mismo reveló que las
diferencia entre Argentina y Brasil no tienen significativas estadística (p>0.05) para los años 1974, 1978,
1982, lo cual debe interpretarse como que no puede razonablemente rechazarse la hipótesis nula de que los
artículos no provienen de muestras de distintas poblaciones. Sin embargo, las diferencias de nivel de
academicidad sí resultan estadísticamente significativas en los años 1970, 1986, 1990, 1998 (con p<0.05),
2002 (p<0.01) y 1994 (p<0.001). En razón de la similitud y magnitud reducida de los valores de la
densidad de citas de artículos académicos no calculamos la significatividad estadística de las diferencias.
2
En téminos de significatividad estadística, también realizamos el test de Mann Whitney comparando la
densidad de citas para Brasil, por superar las medias de Argentina, con la de los journals internacionales. El
resultado es que las diferencias son estadísticamente muy significativas con p<0.001 para todos los años,
excepto 1974 para el cual ser el nivel de significatividad estadística disminuye un poco (p<0.05) y 1970 en
el cual las diferencias no pueden considerarse estadísticamente significativas (p>0.05).
London School of Economics, todavía queda mucho por hacer para alcanzar el nivel de
los países centrales. En el caso de Argentina, el análisis cientométrico sugiere que sus
académicos generan un conocimiento más orientado al ámbito profesional, al menos según
nuestro indicador de criterio formal de academicidad. ¿Cómo podemos explicar la
diferencia de desarrollo del conocimiento académico en estos dos países? De acuerdo a lo
señalado anteriormente, debe examinarse el grado de consolidación de una comunidad
académica independiente. Por ello, analizaremos a continuación algunas características de
la profesión universitaria y la educación superior en negocios en ambos países.
En 1970, la economía brasileña era mayor que la argentina pero no demasiado: el GDP
de Argentina era de 122811 millones de dólares constantes de 2004 , mientras que el de
Brasil lo superaba por 36% con 166902 millones (UN, 2006). Ya en aquella época, se
evidencian problemas de crecimiento económico en la economía argentina y un mayor
dinamismo económico por parte de Brasil, cuya economía era más pequeña que la de
Argentina en el año 1950, según indicadores de OXLAD (2006) que miden el GDP de
acuerdo al PPP en dólares constante de 1970. Durante los años siguientes, Brasil
exhibe una trayectoria de crecimiento e impulso a su sector industrial diferente de la
Argentina. En el año 2003, Brasil claramente se había despegado de Argentina en
materia de tamaño de la economía, aun cuando su nivel de crecimiento promedio está
lejos del de los tigres asiáticos: el PBI de Brasil ascendía a 588287 millones de dólares
constantes de 2004, casi el triple del de Argentina con 198162. Las razones por las
cuales los senderos de crecimiento económico de ambos países fueron diferentes
escapan al presente estudio y siguen siendo objeto de análisis por parte de economistas
y sociólogos, pero resulta evidente que Brasil logró en los últimos 30 años consolidar su
posición como la mayor economía latinoamericana, así como un nivel importante de
desarrollo industrial. Con un nivel de desigualdad social superior al de Argentina,
Brasil es una sociedad dual a la que algunos economistas brasileños (Bacha, 1973)
califican de Belindia: mezcla de un pequeño país rico con otro enorme y pobre. Pero el
tamaño de su economía, en el cual el sector industrial tiene peso propio, puede ser uno
de los factores detrás del mayor desarrollo y grado de profesionalización de la
comunidad académica brasileña.
Sin embargo, quizás no sea sólo un Estado más rico y políticamente más comprometido
con la educación superior lo que explique el mayor desarrollo de la comunidad
académica en Brasil, sino que como acota Schwartzman, el sistema brasileño de
educación superior se creo prácticamente de cero y, por lo tanto, no había resistencia al
cambio por parte de una élite académica. Las universidades argentinas, con su élite de
profesores acostumbrada a capitalizar el prestigio académico en el ámbito profesional y
viceversa, no constituían un ámbito propicio para la profesionalización (dedicación full-
time) a la docencia e investigación. Esto no es sino un elemento de inercia institucional
(Hannan y Freeman, 1989) que aún hoy sería difícil vencer. De cualquier modo,
tampoco debe sobreestimarse el éxito de Brasil en la profesionalización de su sistema
de educación superior, ya que como sugieren los comentarios de Wood y Paes de Paula,
todavía no existe en Brasil una comunidad exclusivamente académica en administración
al estilo de la los países angloparlantes del Primer Mundo.
Esto nos lleva a reflexionar nuevamente acerca de los dos tipos de conocimiento
administrativo: el profesional y el académico. Donde no existe comunidad académica
independiente de la profesional, no existe desconexión entre ambos tipos de
conocimiento y publicaciones cuyos artículos serían considerados en otro contexto
nacional como no-académicos gozan de prestigio académico. Mayor grado de
independencia, como parecería ser el caso de Brasil en el cual los miembros de la
comunidad académica están de algún modo sujetos al imperativo del “publish or perish”
en sus journals locales, aun cuando combinen la docencia y la investigación con otras
actividades, parece asociarse a mayor diferenciación en la producción de ambos tipos de
conocimiento e incluso al reconocimiento de la desconexión entre ambos, como lo
evidencian los trabajos de algunos autores brasileños (Mattos, 2003a, 2003b; Bertero et
al., 1999). Al iluminar parte de los motivos que subyacen a la articulación entre
conocimiento académico y desarrollo económico, nuestro análisis sugiere al menos un
aspecto deseable del subdesarrollo: no es tan malo después de todo, al menos desde el
punto de vista de la comunidad de intereses entre los académicos y los profesionales de
la administración.
CONCLUSION
Por otra parte, tampoco debe resultar sorprendente que en países subdesarrollados exista
amplia circulación de conocimiento popular de management. Si como señalan Sahlin-
Andersson y Engwall (2002), gran parte del conocimiento administrativo con
posibilidades de aplicación se genera en empresas y consultoras y luego pasa al campo
académico para su ulterior critica, es esperable que una comunidad académica de
reducidas dimensiones y con estrechos vínculos con la actividad empresarial no sea
crítica, ni hostil, sino que apoye la difusión de este tipo de conocimiento. Es justamente
a partir de este apoyo que el conocimiento popular en management goza en países
menos desarrollados de un prestigio en tanto “fuente autorizada de conocimiento” que
no siempre disfruta en países centrales. Además, la clase empresaria le asigna mayor
prestigio no sólo porque a menudo el discurso popular de management tiene para ella
un valor legitimante de su status (en un contexto en que ésta es a menudo objeto de
hostilidad social) sino, en una suerte de colonialismo cultural, en virtud de su
proveniencia de países tecnológicamente más avanzados.
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