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Montevideo, 14 de septiembre de 2021

Hace veinte años todos los países americanos por unanimidad aprobaron la Carta
Democrática Interamericana. Al hacerlo reafirmaron, como ya lo disponía la Carta de la
OEA, su compromiso con la democracia representativa, el estado de derecho, la
protección de los derechos humanos, el respeto a la separación de los poderes y la
defensa de elecciones libres y periódicas y establecieron procedimientos para velar por
ello. El artículo primero recuerda que “los pueblos de América tienen derecho a la
democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla”. Su defensa es
responsabilidad colectiva; todos nuestros países tienen el deber de actuar ante las
alteraciones del orden democrático que se produzcan en otro país americano. No es
intervención indebida; es respeto a lo que todos acordaron. Es un deber que nosotros
hemos adquirido con todos los ciudadanos de las Américas.

El CURI no puede estar ajeno. Nuestro país participó activamente en el proceso de


negociación y aprobación de la Carta Democrática en la Asamblea General de la OEA
celebrada en Lima, el 11 de setiembre de 2001. Más de una vez nos reunimos para
intercambiar sobre su vigencia y aplicación. Hoy, a veinte años, aparecen en la región
amenazas en varios países hermanos que sufren serias alteraciones a su orden
democrático.

Es tiempo pues de recordar este compromiso e instar a nuestros gobiernos para que en
el seno de las instituciones regionales que nos son comunes a todos los países
americanos sin exclusiones velemos por su cumplimiento. El CURI continuará
incluyendo la situación de la democracia en la región entre los asuntos a los que les
dará seguimiento permanente.

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