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LA NEUTRALIDAD EN LA 1ª GUERRA MUNDIAL Y LA CRISIS DEL PARLAMENTARISMO

Cuando estalló la Gran Guerra, el gobierno de Eduardo Dato declaró la neutralidad. El aislamiento diplomático, la
debilidad económica y la incapacidad militar de España hizo que todos los líderes políticos se pusieran de acuerdo. Aun
así, con el transcurso de la guerra las fuerzas políticas se dividieron en 2 bandos: aliadófilos y germanófilos. Los
conservadores mostraron más simpatía a los imperios centrales, representantes del orden y la autoridad, mientras que
los liberales y la izquierda apoyaban a los aliados, representantes de los principios democráticos. Solo los anarquistas y
socialistas clasificaban la guerra como un enfrentamiento entre imperialismos.

Los conservadores se fraccionaron entre los seguidores de Dato y los mauristas, nuevas derechas autoritarias europeas
que unen a masas católicas y liberales. Los liberales se dividieron entre los seguidores del Conde de Romanones y los
seguidores de García Prieto. Las bases del turnismo y de la restauración comenzaban a tambalearse.

La neutralidad favoreció una espectacular expansión económica puesto España se convirtió en abastecedora de los
países enfrentados, facilitando la creación y ampliación de empresas y la acumulación de capital, que provocó la
inflación y el aumento de los precios. Mientras la burguesía se enriquecía con la guerra, las clases trabajadoras sufrían
un descenso en su nivel de vida, con un retraso de los salarios ante la subida de los precios. Muchos campesinos se
vieron obligados a emigrar a las ciudades, y la agitación social aumentó.

En medio de este clima, la Restauración pasaría por una serie de crisiscomo reflejo de la imposibilidad del sistema
liberal de avanzar hacia la democratización. Las podemos segmentar en 4:

 La crisis de 1917: comienza con la reforma del ejército. El gobierno pretendía modernizarlo reduciendo el excesivo
número de oficiales y cambiando el sistema de ascenso. Este hecho favorecía a los militares africanos frente a los
peninsulares, puesto que tenían más méritos de guerra y ascendían más rápidamente. El descontento acabó en la
creación de las Juntas de Defensa y un ultimátum al gobierno que, temeroso ante una rebelión, dio marcha atrás.
La rectificación dio alas a catalanistas, republicanos y socialistas, unidos en una Asamblea Parlamentaria convocada
por Francesc Cambó para finalizar con el sistema y democratizar el gobierno. Fue otro intento fallido de acabar con
la Restauración.

La crisis política se sumó a la agitación obrera. Las 2 organizaciones sindicales rivales, UGT y CNT, pactaron un
Manifiesto Conjunto con el objetivo de secundar la huelga que derrocara al régimen e implantara una república
democrática. El ejército intervino cumpliendo órdenes gubernamentales, que causaron la muerte de decenas de
huelguistas. El colapso del sistema acentuó aún más la inestabilidad política, formándose múltiples gobiernos de
muy corta duración.

 Crisis en la oposición: Los republicanos se debilitaban por culpa de su división, pues mientras unos pretendían
conquistar su objetivo (republicanismo moderado y reformista de Nicolás Salmerón y Melquíades Álvarez)), es
decir, democratizar la vida política, otros preferían la vía insurreccional, lanzando a los obreros contra el sistema
(republicanismo radical de Alejandro Lerroux y Vicente Blasco Ibáñez).

El Partido Socialista supo cambiar su estrategia tras una década sin crecimiento. Tras la Semana Trágica, Pablo
Iglesias se unió a algunos republicanos. Esta alianza hizo que Pablo Iglesias fuera elegido diputado, al que se
sumaron nuevos dirigentes como Indalecio Prieto, Largo Caballero y Besteiro. Pero el triunfo de la revolución
bolchevique y la fundación de la III Internacional volvió a dividir al partido. Una minoría radical fundó en 1921 el
Partido Comunista de España (PCE).

Por último, los nacionalistas vascos y catalanes, animados por el presidente Wilson, emprendieron una campaña
reclamando la autonomía. La izquierda catalanista fundó el sindicato de “Unió de Rabassaires”, de la mano de Lluis
Companys, y Francesc Maciá formó “Estat Catalá”.
 Crisis de 1919: La revolución bolchevique y la recesión económica de la posguerra agudizaron la crisis social y el
crecimiento de los sindicatos, radicalizando las posturas de las clases trabajadores. La UGT y la CNT aumentaron
significativamente sus afiliados, y ambas organizaciones encontraron en el jornalero andaluz su principal apuesta
para poner en práctica sus postulados. La conflictividad campesina coincidió con la de los obreros de la minería y
de la industria del norte y en Barcelona, y el descontento se vio reflejado en la huelga de la Canadiense, en la que
la compañía eléctrica paralizó parcialmente la ciudad durante 44 días. La revolución social consiguió la reducción
de la jornada laboral a 8 horas y un ligero aumento de los salarios, sin embargo, los empresarios habían promovido
el cierre de sus empresas para presionar a los obreros y habían contratado bandas de pistoleros encargados de
asesinar a los líderes anarcosindicalistas. Numerosos atentados y asesinatos se llevaron a cabo. El propio
presidente del gobierno, Eduardo Dato, fue asesinado a manos de un anarquista.

 Crisis marroquí: Fue en Marruecos donde se produjo la crisis más grave. A pesar de los elevados costes, el gobierno
decidió ocupar el territorio con el general Dámaso Berenguer al mando. Mientras Berenguer conquistaba la región
de Yebala, el general Silvestre desobedeció las órdenes de proteger el Rif y penetró en un territorio extenso y de
difícil relieve, alejado de los centros de aprovisionamiento, con el objetivo de ocupar la bahía de Alhucemas y
obtener la gloria para él. Abd-el-Krim, caudillo rifeño, encabezó una rebelión acercando a las tropas españolas en
Annual. La retirada de las tropas españolas hacia Melilla fue tan caótica que tuvo como resultado miles de muertes
y desapariciones de soldados. Melilla fue salvada gracias a la intervención del Tercio de la Legión al mando
Berenguer.

La tragedia de Annual acabó siendo una de las causas del fin del régimen parlamentario. La exigencia de
culpabilidad forzó al gobierno a levar a cabo una investigación dirigida por el general Picasso. El expediente Picasso
proponía el procesamiento de 39 oficiales, incluido el general Berenguer. Esto avivó la llama antimilitar, y los
socialistas, liderados por Indalecio Prieto y apoyados por los republicanos, iniciaron una campaña otorgándole toda
la responsabilidad al rey.

El 13 de septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera, capitán general de Barcelona y veterano en
campañas de Filipinas, Cuba y Marruecos, encabezaba un golpe de Estado por el que se imponía la dictadura como
solución. El golpe militar casi no halló oposición, exceptuando a los anarquistas y comunistas.

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